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CAPÍTULO 14. ANEMIA.
• Palidez, debilidad y tendencia a cansarse con facilidad.
• Nivel bajo de hematíes, volumen de sangre, o tamaño o forma anormal
de los glóbulos rojos.
Consideraciones generales.
La anemia se refiere a una condición en la que la sangre está baja de
glóbulos rojos o de la hemoglobina (contenido de hierro) de los glóbulos rojos.
La función principal de los glóbulos rojos (GR) es transportar el oxígeno desde
los pulmones hasta los tejidos del cuerpo en un intercambio por dióxido de
carbono. Los síntomas de la anemia, como la fatiga extrema, revelan una falta
de transporte de oxígeno a los tejidos y una acumulación de dióxido de carbono.
Hay tres clasificaciones principales de las anemias:
• Anemias debidas a una pérdida excesiva de sangre.
• Anemias debidas a una destrucción excesiva de GR.
• Anemias debidas a una producción insuficiente de GR.
Anemias debidas a una pérdida excesiva de sangre.
La anemia puede producirse por una pérdida aguda (rápida) o crónica
(lenta, pero constante) de sangre. La pérdida aguda de sangre puede ser fatal si
se pierde más de un tercio del volumen sanguíneo total (litro y medio,
aproximadamente). Puesto que la pérdida aguda de sangre resulta bastante
evidente, no es difícil diagnosticarla. A menudo se requiere una transfusión de
sangre. La pérdida crónica de sangre (una úlcera péptica sangrante,
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hemorroides, o la menstruación) también puede producir anemia, lo que pone
de relieve la importancia de un diagnóstico completo en individuos con anemia.
Anemias debidas a una destrucción excesiva de glóbulos rojos.
Los GR viejos o anormales son eliminados de la circulación
principalmente por el bazo. Si la destrucción de estos GR supera la capacidad de
fabricar GR nuevos, puede producirse la anemia. La causa más común de la
destrucción de GR es la presencia de formas anormales. Hay diversas causas (la
síntesis defectuosa de la hemoglobina, por ejemplo) que pueden llevar a la
presencia de formas anormales de GR, como puede verse en condiciones
hereditarias tales como la anemia de la drepanocitosis, las lesiones mecánicas
debidas a traumas o turbulencia dentro de las arterias, los defectos hereditarios
de las enzimas de los GR y la deficiencia de minerales o vitaminas.
Anemias debidas a una producción insuficiente de glóbulos rojos.
Esta es la categoría de anemia más común. Las causas más habituales de
la producción insuficiente de GR son las deficiencias nutricionales. Aunque hay
una serie de vitaminas y minerales cuyo déficit puede producir anemia, aquí sólo
se van a tratar las más corrientes: hierro, vitamina B12 y ácido fólico. La anemia
por deficiencia de hierro se distingue como anemia microcítica, porque los GR
que se forman son muy pequeños, mientras que las anemias con deficiencias de
ácido fólico y vitamina B12 se clasifican como anemias macrocíticas, porque los
GR se hacen muy grandes.
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Las anemias.
Anemia por deficiencia de hierro.
La falta de hierro es la causa de anemia más común; sin embargo, la
anemia es la última fase de la falta de hierro. En estudios realizados en varios
países desarrollados se han encontrado evidencias de carencia de hierro en el
30-50% de la población. Los grupos de mayor riesgo son los niños menores de
dos años, los adolescentes, las mujeres embarazadas y las personas mayores.
La deficiencia de hierro puede ser debida a un incremento de las necesidades de
hierro, a una disminución de la ingesta de hierro, a la menor absorción o
utilización del hierro, a la pérdida de sangre o a una combinación de factores.
Durante los períodos de crecimiento (infancia y adolescencia) y durante el
embarazo y la lactancia se incrementan las necesidades de hierro. Actualmente,
una gran mayoría de las mujeres embarazadas recibe de forma rutinaria un
suplemento de hierro durante su embarazo.
El consumo inadecuado de hierro es común en muchas partes del mundo,
especialmente en zonas en las que se consume principalmente una dieta
vegetariana. Las dietas típicas de la infancia en los países desarrollados (alta en
productos lácteos y cereales) también son bajas en hierro. El adolescente que
consume comida “basura” tiene un alto riesgo de ser deficitario en hierro. Sin
embargo, la población con mayor riesgo de consumir una dieta baja en hierro es
la de edad avanzada con ingresos bajos. Esto se complica por el hecho de que
entre la gente mayor es muy corriente la baja absorción del hierro.
La disminución de la absorción del hierro se debe a menudo a una falta
de secreción de ácido clorhídrico en el estómago, condición muy común en la
gente de edad. Otras causas de la disminución de la absorción son la diarrea
crónica o la malabsorción, la extirpación quirúrgica del estómago y el uso de
antiácidos. La pérdida de sangre es la causa más habitual de deficiencia de
hierro en las mujeres en edad fértil. Con frecuencia se debe a una pérdida
excesiva de sangre en la menstruación. Otras causas corrientes de pérdida de
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sangre son las úlceras pépticas sangrantes, las hemorroides y la donación de
sangre.
La mejor forma de realizar el diagnóstico de deficiencia de hierro consiste
en medir la ferritina de la sangre, proteína que almacena el hierro; es, con
diferencia, la prueba más precisa. Otras mediciones de la cantidad de hierro (la
del hierro sérico, la capacidad total de asociación del hierro y la hemoglobina de
la sangre) son menos precisas, pero a menudo se llevan a cabo de modo
rutinario. Las deficiencias de hierro a largo plazo se caracterizan por niveles
bajos de GR, un hematocrito bajo (volumen de los GR), GR pequeños y niveles
bajos de ferritina sérica.
Anemia por deficiencia de vitamina B12.
La deficiencia de vitamina B12 se debe, la mayoría de las veces, a un
defecto de absorción y no a una dieta deficitaria. Para que la vitamina B12 sea
absorbida, debe ser liberada de los alimentos por el ácido clorhídrico y asociada
a una sustancia conocida como factor intrínseco dentro del intestino delgado. El
factor intrínseco es segregado por las células parietales del estómago, que
también son las responsables de la secreción del ácido clorhídrico; de aquí que
la secreción del factor intrínseco sea análoga a la de dicho ácido. El complejo
factor intrínseco—vitamina B12 es absorbido en el intestino delgado con la
ayuda de la enzima pancreática tripsina.
Para que la vitamina B12 sea absorbida, una persona debe segregar
suficientes ácido clorhídrico y factor intrínseco, enzimas pancreáticas adecuadas
(incluida la tripsina) y tener un íleon (porción terminal del intestino delgado
donde es absorbido el complejo factor intrínseco—vitamina B12) sano e intacto.
La falta del factor intrínseco produce una situación conocida como anemia
perniciosa. Este defecto es raro antes de los 35 años y es más común en
individuos de procedencia escandinava, inglesa o irlandesa; es mucho menos
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común en el sur de Europa y entre los orientales y los negros. La anemia
perniciosa también se asocia a menudo con la deficiencia de hierro.
La falta de vitamina B12 en la dieta se asocia frecuentemente con un
régimen vegetariano estricto. Puesto que las reservas corporales de vitamina
B12 pueden durar de tres a seis años, normalmente la deficiencia de vitamina
B12 no se hace evidente en un vegetariano hasta después de muchos años. Los
alimentos fermentados, tales como la salsa de soja, miso* y tempeh**, contienen
algo de vitamina B12.
El mejor modo de realizar el diagnóstico de la deficiencia de vitamina B12
consiste en medir el nivel sanguíneo de vitamina B12. Sin embargo, muchos
médicos se basan en la presencia de glóbulos rojos grandes y en síntomas
característicos. Los síntomas de una deficiencia grave de vitamina B12 pueden
incluir: palidez, cansarse con facilidad, respiración entrecortada, úlceras, lengua
hinchada y roja, diarrea y alteraciones del corazón y del sistema nervioso. Las
alteraciones del sistema nervioso por deficiencia de vitamina B12 pueden ser
muy serias; los síntomas más comunes son: encuentran adormecimiento y
cosquilleo de los brazos o piernas, depresión, confusión mental, pérdida del
sentido de la vibración y pérdida de los reflejos tendinosos profundos. En las
personas de edad la deficiencia de vitamina B12 puede remedar la enfermedad
de Alzheimer.
Anemia por deficiencia de ácido fólico.
La deficiencia de ácido fólico es la deficiencia vitamínica más común del
mundo. A diferencia de la vitamina B12, el cuerpo no almacena una cantidad
grande de ácido fólico; las reservas de éste sólo son suficientes para mantener el
cuerpo durante uno o dos meses.
* Pasta hecha con semillas de soja y malta de arroz o cebada que utilizan los japoneses para la preparación de diferentes platos. (N. de los T.)
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La deficiencia de ácido fólico es muy común en los alcohólicos, ya que el
alcohol altera la absorción del ácido fólico, desestabiliza el metabolismo del
ácido y hace que el cuerpo lo excrete. Esta deficiencia también es común entre
las mujeres embarazadas, debido a la creciente demanda de ácido fólico, que es
vital para la reproducción de las células dentro del feto: si éste no tiene una
aportación constante de ácido fólico, se pueden producir defectos en la
embriogénesis, como los que afectan al tubo neural. Las mujeres embarazadas
pueden acusar falta de ácido fólico debido a la gran demanda que requiere el
desarrollo del feto. Si se consume alcohol durante el embarazo, el descenso de
los niveles de ácido fólico que provoca puede conducir al síndrome de
alcoholismo fetal. Además del alcohol, hay un cierto número de drogas (como
las anticancerígenas, las antiepilépticas y los anticonceptivos orales) que pueden
inducir a una deficiencia de ácido fólico.
La deficiencia de ácido fólico es bastante común en pacientes con diarrea
crónica o en situaciones de malabsorción, como sucede en la enfermedad
celíaca, en la enfermedad de Crohn y el esprue (disentería catarral) tropical.
Puesto que una deficiencia de ácido fólico produce diarrea y malabsorción, a
menudo se produce un círculo vicioso. La administración de ácido fólico como
medida preventiva está justificada en cualquiera que tenga diarrea crónica y a
menudo también tiene un efecto terapéutico. Esta deficiencia produce la misma
clase de anemia (anemia macrocítica) que la deficiencia de vitamina B12. La
forma más eficaz de establecer la deficiencia de ácido fólico consiste en
determinar el contenido del suero y de los GR. Además de la anemia, entre otros
síntomas de la deficiencia de ácido fólico aparecen la diarrea, la depresión y una
lengua hinchada y roja.
** Plato típico indonesio elaborado con semillas de soja fermentadas y rizopos,
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Terapia.
El tratamiento de la anemia depende de una evaluación clínica adecuada
realizada por un métlico. Es imprescindible hacer un análisis completo de
sangre en un laboratorio. No se conforme con el diagnóstico de “anemia”: si
queremos aplicar una terapia adecuada es decisivo descubrir la causa
subyacente de la anemia. La terapia que recomendamos aquí se divide en cinco
categorías: apoyo nutricional general, anemia por deficiencia de hierro anemia
por deficiencia de vitamina B12, anemia por deficiencia de ácido fólico, y
fitoterapia indicada para la anemia.
Apoyo nutricional general.
Quizá el mejor alimento para una persona con cualquier tipo de anemia
sea el hígado de ternera. No solamente es rico en hierro, sino en todas las
vitaminas B. Debe tenerse cuidado de no consumir más de 100 gramos de
hígado de modo rutinario, debido a su alto contenido de vitamina A. Mejor que el
hígado normal son los extractos hepáticos hidrolizados (líquidos) como fuente de
nutrientes biológicos; estos extractos tienen el beneficio del hígado, pero están
libres de grasa, colesterol y vitaminas solubles en grasa.
El uso de hígado o de los extractos hepáticos ha perdido el favor de la
medicina tradicional. En su lugar se utiliza ácido fólico, hierro o vitamina B12
aislados. La utilización de la terapia del hígado en el tratamiento de la anemia se
veía como un método de “escopetazo", debido a que el hígado, además de
minerales y vitaminas, contiene un número muy amplio de factores que pueden
estimular la producción normal de GR. En nuestra opinión, sin embargo, el
hígado o los extractos hepáticos hidrolizados todavía representan un tratamiento
natural eficaz de todos los tipos de anemia.
todo ello muy frito en manteca. (N. de los T.)
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Las verduras de hoja verde también aportan un gran beneficio a las
personas con cualquier tipo de anemia. Estos vegetales contienen clorofila
natural soluble en grasa, además de otros nutrientes importantes, como hierro y
ácido fólico. La molécula de la clorofila es muy similar a la de la hemoglobina.
En una persona anémica pueden utilizarse productos de clorofila soluble en
grasa (pero no en agua). La clorofila soluble en agua no es absorbida en el tracto
gastrointestinal y, por tanto, no es útil en el tratamiento de la anemia.
Dado que existe un gran porcentaje de personas con anemia que no
segregan suficiente ácido clorhídrico, a menudo resulta adecuado incluir un
suplemento de ácido clorhídrico con los alimentos.
Anemia por deficiencia de hierro.
Una vez más, el tratamiento de cualquier tipo de anemia deberá
concentrarse en las cansas subyacentes. En cuanto a la anemia por deficiencia
de hierro, habitualmente supone encontrar una causa de la pérdida crónica de
sangre o el motivo por el que una persona no absorbe cantidades suficientes de
hierro en la dieta. La falta de ácido clorhídrico es una causa típica de la
absorción anómala de hierro, especialmente en la gente de edad.
El hierro se absorbe mejor con el estómago vacío; sin embargo, en esa
circunstancia también produce una gran irritación gástrica. El sulfato ferroso es
el suplemento de hierro que se utiliza más comúnmente, pero con frecuencia
ocasiona alteraciones gastrointestinales (náuseas, pirosis, hinchazón y diarrea o
estreñimiento, entre otras). Otras sales ferrosas también producen este tipo de
anomalías. El succinato ferroso es absorbido un 30% mejor que el sulfato
ferroso, mientras que otras sales de hierro, (lactato ferroso, fumarato, aspartato,
etc.) son igualmente bien absorbidas como el sulfato ferroso.
Recientemente se ha demostrado que varias preparaciones estimulan la
absorción y utilización del hierro sin provocar problemas gastrointestinales. El
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mejor suplemento de hierro es la ferritina, una proteína del cuerpo que se asocia
con el hierro y lo almacena en los tejidos. En estudios realizados en seres
humanos se ha comprobado que la ferritina produce un mayor efecto de mejora
del número de GR y los niveles de hemoglobina y hematocrito sin provocar
alteraciones gástricas. El hígado de ternera hidrolizado (líquido) y los extractos
de bazo son buenas fuentes de ferritina.
Entre los alimentos ricos en hierro, además del hígado de ternera y las
verduras de hoja verde, están las legumbres, la melaza, la carne magra, la
casquería, los albaricoques secos (y otros frutos secos), las almendras y el
marisco. Se ha comprobado que un suplemento de vitamina C estimula en gran
medida la absorción del hierro de la dieta alimenticia; en realidad, la vitamina C
está considerada como el estimulador más potente de la absorción del hierro. A
menudo, la vitamina C, por si sola, incrementa las reservas de hierro del cuerpo;
500 miligramos con cada comida es una dosis adecuada para este efecto.
Ciertas comidas y bebidas contienen sustancias que inhiben la absorción
del hierro, como el té, el café, el salvado de trigo y la clara de huevo. Los
antiácidos y el abuso de los suplementos de calcio también disminuyen la
absorción del hierro. Estos productos deberán restringirse en la dieta de las
personas con deficiencia de hierro.
Anemia por deficiencia de vitamina B12. En 1926, Minot y Murphy
informaron sobre la eficacia de la terapia del hígado en el tratamiento de la
anemia perniciosa. Poco después aparecieron concentrados hepáticos activos
para su administración intramuscular y oral. Como mencionamos antes, el uso
del hígado y de los extractos hepáticos ha perdido el favor de la medicina
tradicional; con respecto a la anemia perniciosa, el tratamiento médico habitual
implica inyectar vitamina B12 en dosis de 1 microgramo diario, durante una
semana. Las dosis orales de esta vitamina en personas con anemia perniciosa
deben ser bastante grandes, ya que estas personas carecen de factor intrínseco;
una dosis oral apropiada sería 1 mg, preferiblemente en forma líquida o de
tableta sublingual.
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La carne, los huevos, la leche y los productos lácteos son particularmente
ricos en vitamina B12. Los alimentos vegetales fermentados (como tempeh, miso
y soja) contienen pequeñas cantidades de vitamina B12.
Anemia por deficiencia de ácido fólico. Es necesario diferenciar la anemia
por deficiencia de ácido fólico de la anemia por deficiencia de vitamina B12. La
administración de ácido fólico en una deficiencia de vitamina B12 podría
corregir la anemia, pero no la deficiencia, y el resultado sería la continuación de
la deficiencia y una progresión del deterioro del sistema nervioso. Por esta
razón, la vitamina B12 debe administrarse siempre junto con el ácido fólico.
Para reponer las reservas de dicho ácido, deberá tomarse 1 mg de ácido fólico
diario durante un mes. El contenido de ácido fólico de la dieta deberá ser, al
menos, de 400 µg diarios. Alimentos ricos en ácido fólico son, entre otros, el
hígado, los espárragos, las legumbres, la levadura de cerveza, las verduras de
hojas verdes oscuras y los cereales. Dado que el ácido fólico se destruye con la
luz y el calor, las frutas y las verduras deberán consumirse frescas o muy poco
cocidas. Entre los alimentos pobres en ácido fólico están la mayoría de las
carnes, la leche, los huevos y las plantas de raíz.
Fitoterapia.
Muchas plantas medicinales cuentan con una larga historia de uso
popular en el tratamiento de la anemia; sin embargo, como este estado es
consecuencia, por lo general, de una deficiencia nutricional, las plantas
medicinales deberán utilizarse en combinación con una terapia alimenticia.
Genciana (Gentiana lutea). La raíz de la genciana es el “patrón de
amargor” contra el cual se miden todos los demás; en soluciones de 1:12.000
todavía tiene un sabor amargo. Se ha comprobado que la genciana estimula la
digestión incrementando la secreción de los jugos digestivos y las enzimas. Esto
podría llevar a una mejor absorción de los nutrientes necesarios para combatir la
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anemia. La administración de preparaciones de genciana tiene su máxima
efectividad si se toman aproximadamente media hora antes de las comidas.
Diente de león (Taraxacum officinale). El diente de león tiene más
vitaminas, hierro y otros minerales, proteínas y otros nutrientes que cualquier
otra hierba. Tiene un largo historial de utilización en el tratamiento de la anemia,
posiblemente debido a su alto contenido en nutrientes.
Tratamiento.
El tratamiento efectivo de la anemia depende de la clasificación correcta
de sus causas las siguientes recomendaciones se dan teniendo esto en cuenta.
Los análisis de sangre deberán hacerse mensualmente para determinar cuándo
vuelve la sangre a sus valores norma les.
Dieta.
Se recomienda la ingestión de 100 gramos de hígado de ternera diarios,
junto con un consumo abundante de verduras de hoja verde.
Suplementos.
• Hierro (elemental): 30 mg tres veces al día.
• Vitamina C: 1 gramo tres veces al día, con las comidas.
• Ácido fólico: 400 microgramos tres veces al día.
• Vitamina B12: 1 mg diario.
• Extractos de hígado: siguiendo las instrucciones del producto.
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Plantas medicinales.
• Gentiana lutea (genciana)
Raíz seca: de 1 a 2 gramos antes de las comidas.
Extracto fluido (1:1): de 2 a 4 ml tres veces al día.
• Taraxacum officinale (diente de león)
Raíz seca: 4 gramos tres veces al día.
Extracto fluido (1:1): de 4 a 8 mI tres veces al día.
Extracto sólido (4:1): de 250 a 500 mg tres veces al día.