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Cuentos que dan mucho juego Sonia Albáizar, Paloma Casado y Ana Parada Ilustraciones de Avi
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Cuentos que dan mucho juegoSonia Albáizar, Paloma Casado y Ana Parada
Ilustraciones de Avi
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Juan Sin Miedo
Érase una vez un matrimonio que tenía dos hijos. El mayor, Pedro, era muy miedoso, todo le asustaba y no se atrevía a salir de casa. En cambio el menor, Juan, no se asustaba por nada. Lo que más le gustaba era ir en busca de aventuras.
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Sus padres intentaron convencerle de que aquello podía ser peligroso, pero él quería conocer el miedo y, sin hacer caso, un día se marchó de nuevo.
Al poco tiempo se cruzó con una maléfica bruja que quiso asustarle y le dijo:
—¡Uuuuh!, ¿dónde vas, pequeñajo?Juan contestó muy tranquilo:—Voy en busca de aventuras. Y siguió su camino sin pararse.—Pero... ¿no te asusto? ¡Soy una
bruja!Poco después apareció un ogro
horroroso y le dijo:—¡Gggrrr!, ¿dónde vas, pequeñajo?—Voy en busca de aventuras.Y continuó su camino sin mirarle.
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—Pero... ¿no te asusto? ¡Soy un ogro!
Unos días más tarde, llegó hasta él la noticia de que un malvado mago había encantado un castillo. Tan solo los fantasmas habitaban en él. El rey que allí vivía había tenido que escapar, pero había prometido la mano de su linda hija a aquel que consiguiera liberar el castillo y recuperar el tesoro. Hasta ahora, todos los que lo habían intentado huyeron asustados o murieron de miedo.
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Juan Sin Miedo fue a ver al rey y este le dijo:
—Si consigues pasar tres noches seguidas en el castillo, derrotar a los
fantasmas y devolverme mi tesoro, te concederé la mano de mi amada y bella hija y la mitad de mi reino como dote.
Juan Sin Miedo se dispuso a pasar la primera noche en el castillo. Le despertó un alarido impresionante.
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—¡Uuuuuuuh! —Un fantasma se deslizaba sobre el suelo sin tocarlo—. ¿Quién eres tú que te atreves a despertarme?
Juan Sin Miedo le tapó la boca. El espectro quedó mudo y desapareció.
La segunda noche, cuando Juan iba a meterse en la cama, apareció otro fantasma espantoso que lanzó un bramido:
—¡Uuuuuuuh! ¿Quién eres? El fantasma arrastraba una cadena con una bola de metal.
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Juan Sin Miedo cogió un hacha y cortó la cadena. Al no estar sujeto, el fantasma se elevó y desapareció.
Llegó la tercera noche. Juan Sin Miedo ya dormía, pero se despertó al oír que un fantasma espeluznante se
acercaba a su cama.
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Juan le dijo:—Dime qué motivo tienes para
interrumpir mi sueño. Como el fantasma no contestó, lo
agarró de un extremo de la sábana, tiró con todas sus fuerzas y desgarró la tela. Debajo encontró al mago, que le dijo:
—Mi magia no vale contra ti. Déjame libre y romperé el encantamiento.
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La ciudad en pleno se había reunido a las puertas del castillo, y cuando apareció Juan Sin Miedo, el soberano le felicitó y le concedió lo prometido.
Pasaron los años, y un día, cuando Juan estaba todavía dormido, la princesa decidió sorprenderle regalándole una pecera. Pero tropezó al inclinarse, y el contenido, agua y peces, cayó sobre el lecho que ocupaba Juan.
—¡Aaaaah! —exclamó él al sentir los peces en su cara—. ¡Qué miedo!
15Y enseguida los dos comenzaron
a reír a carcajadas viendo cómo unos simples peces de colores habían asustado al que permaneció impasible ante todos los fantasmas del castillo.
—Te guardaré el secreto —dijo la princesa.
Y así fue, y aún hoy se le conoce como Juan Sin Miedo.
Versión sobre el cuento de los hermanos Grimm
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¡CONVIÉRTETE EN FANTASMA!
¿Quieres convertirte en fantasma?
Pues… busca una sábana vieja de
color blanco, colócatela por encima
y marca con un rotulador dónde tienes la
cabeza. Ahora recorta el agujero por el que
asomarás la cara.
Para asustar más a tus amigos, píntate la
cara de blanco con maquillaje especial o
polvos de talco. Y ponte pintura negra
alrededor de los ojos, así tendrás
unas terribles ojeras.
¡Vamos a disfrazarnos!
Hola, soy Fantasmina y este es Gatón.
Cállate, Gatón, que estoy hablando yo…
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Estarás mejor si te pones unos guantes
blancos, haces unos agujeros en los
laterales de la sábana y sacas las manos
por ellos. Ponte también unas medias y
unas zapatillas blancas.
Para que no se te mueva el disfraz,
pide a una persona mayor que te sujete la
sábana en las muñecas con un imperdible,
una grapa o un trozo de velcro.
Si no quieres salir volando como el
fantasma del cuento, hazte una bola para
tu tobillo. Coge un calcetín largo negro y
mete una pelota hasta el fondo. Usa
el calcetín que sobra para atarte la
bola al tobillo.
¡Genial! Ya eres un
fantasma como yo.
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Los esqueletos
Cuando el relojmarca la una,los esqueletos salen de la tumba.
Tumba, tumba,tumba catatumba.
Cuando el relojmarca las dos, los esqueletostoman el sol.
Tumba, tumba...
¡Vamos a cantar!
Cuando el relojmarca las tres,los esqueletostoman el té.
Tumba, tumba...
Cuando el reloj marca las cuatro,los esqueletosse abrochan los zapatos.
Tumba, tumba...
Cuando el relojmarca las cinco,los esqueletospegan un brinco.
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Tumba, tumba...
Cuando el relojmarca las seis,los esqueletos se ponen el jersey.
Tumba, tumba...
Cuando el reloj marca las siete, los esqueletosse pegan un cachete.
Tumba, tumba...
Cuando el reloj marca las ocho,
los esqueletosse comen un bizcocho.
Tumba, tumba...
Cuando el relojmarca las nueve,los esqueletosya no se mueven.
Tumba, tumba...
Cuando el relojmarca las diez,los esqueletos ya no se ven.
Tumba, tumba, tumba catatumba.
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Los fantasmillas
Así van, van, vanlos fantasmas pequeñitos,así van, van, van,dando vueltas sin parar.
La manita así, los fantasmas pequeñitos, la manita así,van saltando siempre así.
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Hacen pan, pan, panlos fantasmas pequeñitos,hacen pan, pan, pany creciendo aprisa van.
Arman gran trajín los fantasmas pequeñitos,arman gran trajíny levantan su dedín.
Ya se van, van, van los fantasmas pequeñitos,ya se van, van, van,otro día volverán.
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El fantasma
Era un fantasma tan pobreque no tenía ni sábana;se bebía la lluviasi diluviaba,se bebía el orballocuando orballabay se alimentaba de telarañas.Se había quedado ademássin un castillo donde trabajar,por esta y otras causasno se pudo casar—sin cadena ni sábana¿quién se iba a fijar?—.Pasaba por delantey ya podía pasar,que nadie lo veía vagar.
Un poco de poesía
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Un día le dio por beber,vinacho,y como los fantasmas no beben,se puso borracho.Otro día le dio por comer,gazpacho, y como los fantasmas no comen,se murió de empacho.Aquí yaceDon Fantasma soltero,al que nunca le vimos,menos le vemos.Toda su vidatuvo miedo a los muertos,ahora que él es uno,está tan contento.
Gloria Fuertes
26 Las tinieblas
Somos los fantasmas,venimos a asustara todos los niñosque no sepan jugar.
Tenéis que esconderos,os vamos a pillar.Si no estáis bien ocultos,os vais a enterar.
¡Vamos a jugar!
¿Juegas con nosotrosa las tinieblas?
A ver quién sale...
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Todo cubiertocon traje blanco,cuando aparezcoa todos espanto.
Pone los pelos de punta,quita el hipopero no da gusto...¿Qué es?
Lo puedes tener de noche.Lo puedes tener de día,pero Juan no lo tenía...¿Qué es?
(El fantasma)
(Un susto)
(El miedo)
