Ensayo Neurociencias en Educación
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Neurociencias
Ensayo argumentativo
“¿Qué importancia tiene el conocimiento del cerebro en el trabajo docente?”
Integrantes: Giarelli Barriga
Cristina Corrales
Mary Vallejos
Profesor: César Ruiz de Somocurcio
21 de Noviembre del 2012
La teoría neuronal a la práctica pedagógica
El cuerpo humano, en toda su dimensión, es un organismo complejo y fascinante que alberga en
sí, minuciosos sistemas encargados de la ejecución de nuestras funciones vitales. En ese sentido, el
cerebro es el órgano maestro, quien dirige cada uno de los procesos que se llevan a cabo en
nuestro ser. Llevar el curso de Neurociencias como parte de la formación académica como
educadoras ha sido una experiencia enriquecedora y llena de descubrimientos que, a
continuación, desarrollaremos como los más importantes.
En primer lugar y como foco principal del trabajo se encuentra la necesidad de hacer énfasis en la
relación que establecen los nuevos descubrimientos en el campo de las neurociencias en el ámbito
educativo. Tal y como se reconoce en un texto revisado en clase… “Que todo agente conozca y
entienda cómo aprende el cerebro, cómo procesa la información, cómo controla las emociones,
los sentimientos, los estados conductuales, o cómo es frágil frente a determinados estímulos, llega
a ser un requisito indispensable para la innovación pedagógica y transformación de los sistemas
educativos.” (Campos, 2010). Así pues, que un docente comprenda a cabalidad la naturaleza de
los procesos emprendidos en el cerebro de los alumnos, le otorgará una base sobre la cual podrá
implementar medidas pedagógicas en pro del máximo desarrollo cognitivo de los mismos. Si bien
el rol fundamental del pedagogo es lograr al aprendizaje en sus alumnos, es imprescindible
reconocer que éste encuentra sus raíces en el funcionamiento cerebral. El proceso de aprendizaje
se da en un plano biológico, por lo tanto está sujeto a cambios biofísicos que deben ser
comprendidos por el profesor.
Por otro lado, el manejo conceptual de las características biológicas del cerebro le da al educador
la posibilidad de hacer frente a los neuromitos difundidos en la sociedad. De esta forma, él podrá
cuestionar la información que le llegue y a partir de ahí atestiguar, conforme a sus conocimientos
neurológicos, la veracidad o falacia de dichas creencias. Tal y como se concluye en un extracto del
libro Understanding the Brain: The birth of the learning science: “Estas ideas erradas a menudo
tienen su origen en algunos elementos con apariencia científica, lo cual los hace identificables y
dificulta su refutación. Así ellas son incompletas extrapolaciones más allá de la evidencia científica,
o son ideas completamente falsas; estos mitos necesitan ser removidos con la intención de
prevenir que la educación choque contra una serie de callejones sin salida”.
Nuestro órgano maestro presenta una arquitectura ordenada en la cual cada una de sus partes
está encargada de ejecutar ciertas funciones. Es indispensable que estos conocimientos sean
manejados en la pedagogía pues permitirán al docente poder identificar ciertas patologías de
acuerdo a las deficiencias cognitivas que los alumnos presenten. En primer lugar, la corteza
cerebral está constituida por el cerebro y cerebelo. La función principal del último es la
coordinación motora fina. A su vez, el cerebro está dividido en 2 hemisferios (izquierdo y derecho),
4 lóbulos (parietales, frontales, occipitales y temporales) y cada uno de ellos representados por
una ocupación específica distinta. Para nosotras, ha sido importante reconocer la función que
cumple el lóbulo frontal en tanto es la parte ejecutiva del cerebro encargada de la toma de
decisiones, razonamiento lógico, sentido de reflexión y control emocional. Asimismo, saber que es
la última zona afectada en el proceso de maduración cerebral, especialmente en los varones, nos
revela un conocimiento significativo para el maestro en la comprensión del pensamiento del niño.
De esta forma, adecuar el nivel de exigencia conforme a los estándares de desarrollo cognitivo
alcanzados.
Cada vez que un niño recibe un nuevo aprendizaje, a nivel neuronal, establece una conexión entre
neuronas a través de las dendritas llamada sinapsis. Conforme dicho conocimiento sea estimulado
a través de la repetición y/o aprendizajes afines, la relación entre neuronas establece más lazos
entre sí, formando las denominadas “redes neuronales”. Mientras más vínculos se creen entre
ellas, la enseñanza del menor se verá más favorecida. Como futuras guías creemos que este tema
tiene un gran campo de aplicación pedagógica al poder evidenciar cuantitativamente la mejora en
los resultados de nuestros alumnos ejerciendo tácticas de reforzamiento sobre los contenidos de
clase.
Además, la interacción social influye dentro de este aspecto ya que el niño, al encontrarse
expuesto a más experiencias, podrá encontrar en su entorno sistemas conductuales que lo ayuden
a reforzar las suyas a través de la imitación. Esto le permitirá enriquecerse más con los aportes que
otros niños le brinden. Aparte de ello, la nutrición es un factor primordial a tomarse en cuenta por
la docencia, pues el cerebro utiliza cerca del 20% de la energía que consume el cuerpo. Si este no
es debidamente nutrido, no funcionará adecuadamente al no contar con los recursos energéticos
necesarios. Por último, el sueño es una pieza esencial para que nuestro cerebro se desarrolle
exitosamente porque al momento de dormir, nuestro cerebro funciona de manera distinta, y se
logra la consolidación del aprendizaje. Estos conocimientos son indispensables de comprender
por el profesor pues le otorga al mismo la potestad de reconocer cuales son los factores que
posiblemente estén causando retrasos o dificultades en el proceso de cada infante y tomar
medidas frente a los casos suscitados.
No obstante, también existen factores que favorecen el desarrollo de nuestro cerebro. El
educador debe tener conocimiento de que una de ellas es la actividad física, la cual estimula el
desarrollo intelectual en la infancia y juventud. Que, a su vez, fortalece la mente en la madurez y
mantiene las facultades cognitivas en la senescencia. Ha sido comprobado que los niños que se
encuentran en mejores condiciones físicas presentan un mejor desarrollo escolar…”Los niños que
practican más ejercicio corporal libre consiguen, por término medio, mejores notas y resultados
finales en la escuela; sus rendimientos en cálculo y lectura aumentan de forma proporcional a su
constancia en el ejercicio físico.” (Hilman, 2008).
Aparte de ello, las artes activan y mejoran nuestro desarrollo cerebral ya que permiten conectar
diferentes formas de pensamiento, diferentes formas de inteligencias y pensamiento creativo así
como elevar la autoestima. Esto contribuye a la formación de un tipo de pensamiento particular,
diferente de cualquier otro. De manera que, se integra aspectos cognitivos de alto nivel como
otros de orden emocional y subjetivo; además los niños adquieren flexibilidad y libertad para
expresar sus ideas, solución creativa de problemas, expresión personal creativa, preparación para
el mundo laboral y por último, mejora el rendimiento escolar. Es menester del docente tener
conciencia de ambos aspectos a fin de promover la extensión de estas prácticas en relación a la
influencia que ejercen sobre el perfeccionamiento a nivel académico.
Uno de los temas más desarrollados en la actualidad por los científicos, y que, a su vez, cumple un
rol fundamental en la pedagogía son los denominados períodos sensibles. A nivel neuronal, se
traduce en los espacios de tiempo (ente los 0 y 6 años) en el que el cerebro se encuentra propenso
a formar determinadas redes neuronales. Esto, indistintamente, presenta alta sensibilidad en el
desarrollo de diferentes habilidades cognitivas. Como es expresado en el siguiente extracto…“No
deberían interpretarse como períodos críticos en el sentido de que una vez transcurridos ya no
hay nada que hacer, sino más bien como períodos sensibles, períodos que son particularmente
buenos para adquirir información y desarrollar ciertos aprendizajes.” (Blakemore, 2009). Creemos
que los docentes, al tener conocimiento de estos periodos, puedan aprovechar al máximo su auge
en pro del desenvolvimiento de las capacidades del niño.
De forma distinta, existen una serie de factores que afectan el desarrollo del cerebro. Una de las
cuales es el estrés, este bastante mencionado últimamente por la sociedad. Sin embargo, es
importante que un educador pueda diferenciar el impacto y diferencias de los dos tipos de estrés:
el diestrés y euestrés. Siendo ambos generadores de cortisol en diferentes medidas. Ha sido para
nosotras impactante romper el mito de que el estrés es malo, sino que también favorece en
muchos aspectos al aprendizaje. Es así que el euestrés, se genera a partir de situaciones cotidianas
frente a las cuales sentimos un grado de responsabilidad. Este tipo permite la liberación de estrés
en pequeñas cantidades, el cual fija la sinapsis entre neuronas, en otras palabras, refuerza el
aprendizaje. El problema persiste en la producción de cortisol en mayor medida (diestrés), pues
bloquea las conexiones establecidas en nuestro cerebro, es decir, el aprendizaje.
La plasticidad neuronal en el aprendizaje responde al impacto que cumple las experiencias vividas
en la arquitectura cerebral. Antes se pensaba que nacíamos con un determinado número de
neuronas, pero ahora al casi finalizar el ciclo, sabemos que, aún de adultos, podremos seguir
produciendo neuronas todos los días. Esperamos que esta característica posibilite las ideas y
estrategias en el aprendizaje, en cuanto a que el cerebro es un órgano capaz de reinventarse y
modificarse con la estimulación adecuada.
La emoción es uno de los aspectos que caracterizan y distinguen al ser humano de las demás
especies, de manera que, son respuestas fisiológicas y conductas coordinadas de nuestro
organismo frente a ciertos eventos. Sin embargo, tras los estudios realizados en el presente curso,
también hemos determinado la vital importancia que cumple en la consolidación del aprendizaje.
Este factor puede influir tanto positiva como negativamente, a través de la motivación o
desmotivación que sienta el sujeto con respecto a la información recibida. En este tema creemos
indispensable que el educador sepa acerca de los picos de atención a los que se encuentra
expuesta una persona en el aula. Por ejemplo, que el pedagogo tome conciencia de que los
primeros 10 minutos de clase es el periodo en el que sus alumnos gozan mayor expectativa y
motivación, le permitirá aprovechar la oportunidad para proponer actividades relacionadas al
tema que logren centrar los sistemas atencionales.
En conclusión se puede enfatizar la gran importancia que cumplen las nuevas revelaciones y
estudios acerca de cómo funciona nuestro cerebro en el ámbito educativo pues logra explicar a
cabalidad los procesos cognitivos emprendidos en la infancia. Así también, a través del
conocimiento de los temas específicos es posible hacer una revisión y replanteamiento hacia los
actuales sistemas educativos con la finalidad de establecer nuevas prácticas, criterios y métodos a
favor del despliegue del universo cognitivo que engloba a cada uno de los infantes.
Fuentes bibliográficas:
- Campos, A. (2010) “Neuroeducación: Uniendo las neurociencias y la educación en la búsqueda del desarrollo humano”. Revista N°143: La educ@ción.
- Redes (2009) “Entrena tu cerebro, cambia tu mente: Entrevista a Sarah Blakemore” (18/11/12) En: http://www.redesparalaciencia.com/wp-content/uploads/2009/11/entrev44.pdf
- Centre for Educational Reseach and Innovation (2008) “Understanding the Brain: The birth of the learning science “ (20/11/12) En: http://www.oecd.org/site/educeri21st/40554190.pdf
- BLACKEMORE, S . FRITH, U. (2007) “Como aprende el cerebro: Claves para la educación”. Ed. Ariel, Barcelona
Integrantes: Giarelli Barriga, María Cristina Corrales y María de los Ángeles Vallejos.