Monografía Deuda Externa. López - Musante.

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Economía Política — Monografía: “Deuda Externa Argentina.” Florencia Musante, Paula López; 6°A. 2013. Instituto La Providencia.

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Economía Política — Monografía:

“Deuda Externa Argentina.”

Florencia Musante, Paula López; 6°A.

2013.

Instituto La Providencia.

Profesora: Alicia Barba.

Índice:

Introducción...................................................................................................2

1. Argentina colonial y el origen de la deuda externa....................................3

1.1 De 1810 a 1823.....................................................................................3

1.2 1824.......................................................................................................3

2. El granero del mundo.................................................................................4

3. La guerra, la deuda y el movimiento nacional...........................................5

4. Jueves negro..............................................................................................6

4.1 Evolución entre 1930 y 1935.................................................................7

5. La Segunda Guerra y el segundo movimiento nacional.............................7

6. Ingreso de Argentina al FMI y al Banco Mundial.........................................8

7. Argentina durante la dictadura..................................................................9

8. Argentina post-dictadura...........................................................................10

9. Argentina y el menemismo........................................................................10

10. Deuda argentina desde el 2000 hasta la actualidad................................12

10.1 Evolución deuda interna......................................................................15

10.2 Fondos buitre.......................................................................................16

Conclusión......................................................................................................20

Bibliografía.....................................................................................................21

Glosario..........................................................................................................22

Introducción

Los países latinoamericanos nacieron deudores. Eran tantas sus necesidades en un continente virgen y eran tan escasos sus recursos, que acudieron a Europa, en especial, al Reino Unido.

La deuda nació casi con la patria. En 1824 el gobernador Martín Rodríguez, ministro de Bernardino Rivadavia, contrajo nuestro primer empréstito con la firma inglesa Baring Brothers. Desde entonces, la Argentina vivió endeudada.

Pero el problema central de los países nuevos no es endeudarse sino cómo endeudarse. No toda deuda es mala. Algunas han servido al desarrollo argentino, otras lo han interrumpido.

La deuda de 1824 estaba destinada a obras de desarrollo pero no se usó para eso, sino para financiar la guerra con Brasil (1826—1828.) Con esto, Argentina declaró su primer default. No saldría de él sino hasta 1857, después de la derrota de Rosas en Caseros.

La Argentina volvió a endeudarse fuertemente a partir de la “Reorganización Nacional” de 1853. Esta vez los recursos externos se emplearon en obras de desarrollo como la educación, los ferrocarriles y los puertos, empujando a la nueva nación a un crecimiento promedio del 6% anual hasta 1930. El alto endeudamiento puso a la Argentina dos veces más al borde de un nuevo default. Lo impidieron Avellaneda, en 1874, y Pellegrini, en 1890.

Para 1945, Perón pagaría toda la deuda con los fondos argentinos congelados en Londres durante la Segunda Guerra Mundial.

Otro de los grandes peligros de la deuda externa se presenta cuando el mundo se inunda de capitales disponibles y ofrece créditos sin cuenta. La Argentina militar de los 70 llevo a la deuda externa de US$8.000.000.000 a US$45.000.000.000. Pero otra vez no se emplearon los recursos en obras de desarrollo, sino en armamento y en la financiación de empresas públicas. Para 1983, con la asunción de Alfonsín al gobierno, se llegó nuevamente al sobreendeudamiento y se incurrió, en 1988, al segundo default de Argentina.

En los años 90, también por la sobreabundancia de los capitales internacionales, la Argentina recayó en el sobreendeudamiento. La deuda pasó de US$65.000.000.000 a US$113.000.000.000 en 1999, en ese año el país cayó en recesión. Más adelante, durante el gobierno de Menem se utilizó el Plan Brady para aliviar la situación, pero poco valdría el blindaje de De La Rúa — Machinea y el mega-canje de De La Rúa — Cavallo para frenar el ascenso de la deuda. A fines del 2001, se declaró el tercer defaut de la historia Argentina. El país, para ese entonces, debía US$122.000.000.000. Actualmente, la deuda externa argentina se acerca a los US$200.000.000.000.

1. Argentina colonial y el origen de la Deuda Externa:

1.1 De 1810 a 1823.

A través de la historia Argentina, la deuda externa tiene un doble rol: como herramienta de saqueo, provocando un permanente drenaje de la riqueza del país, y como instrumento de dominación, impone "modelos económicos."

La revolución de 1810 fue una revolución política separatista-anticolonial, que solo consumó una tarea democrático burguesa: la independencia político formal.

La Argentina pronto cayó en una nueva forma de dependencia europea; en lugar de profundizar los cambios radicales para alcanzar una real liberación nacional. La clase dominante criolla (ganaderos y burguesía comercial) prefirieron perpetuar la función de productores-exportadores de materias primas e importadores de manufactura extranjera.

Sin embargo, la Argentina no se convirtió en semi colonia inglesa sino hasta fines del siglo XIX. De 1810 a 1880, aproximadamente fue un país dependiente del mercado mundial, pero pudo conservar sus riquezas básicas.

Un inconveniente principal fue el claro antagonismo entre Buenos Aires, por un lado –interesada en exportar los productos de su ganadería y en importar las mercancías extranjeras-, y el interior por el otro, carente de productos exportables.

Los primeros empréstitos no fueron firmados por la Nación Argentina sino por las autoridades de Buenos Aires que había establecido relaciones de dependencia con los capitalistas ingleses, ya sea por la exportación de sus productos ganaderos o por la importación de artículos manufacturados que frustraron la oportunidad (entonces factible) de crear una industria nacional. Las provincias terminaron pagando esta deuda.

1.2 1824.

El 17 de diciembre de 1824 el Gobierno de Buenos Aires aprobó el empréstito de £1.000.000 gestionado inicialmente por el ministro Martín Rodríguez bajo el gobierno de Bernardino Rivadavia.

El interés anual de la deuda era más o menos de £65.000, o sea más o menos el 13% de los ingresos de la provincia de Buenos Aires en el año 1824. Las suposiciones eran: que se reduciría el presupuesto del departamento de guerra, que se aumentaría o por lo menos se mantendría el volumen existente del tráfico comercial.

Los objetivos perseguidos con la contratación del empréstito de Baring eran dotar de un puerto moderno y aguas corrientes a Buenos Aires, a demás de fundar pueblos en la frontera con los indios. Pero en definitiva gran

parte del dinero fue empleado en la fundación de un banco y en los gastos de la guerra contra el Brasil.

Colocado en Londres al 70% de su valor escrito. El préstamo se redujo a 700.00 libras, y como el prestamista comenzó retenido el servicio correspondiente a dos anualidades, de aquellas quedaron solo 70.000. Pero Baring Brothers no mandó oro, sino órdenes de pago contra comerciantes ingleses de Buenos Aires, donde no había oro.

Según los cálculos más favorables en oro sólo se recibieron, por todo, £85.000.

Como era previsible, a los dos años los servicios del empréstito dejaron de abonarse. El gobernador Manuel Dorrego no cumplió con las obligaciones y Rosas, más tarde se lamentaba pero tampoco pagaba. Ante la presión de Baring, Rosas encomendó al diplomático Manuel Moreno para que tantease la posibilidad de canjear la deuda por las Islas Malvinas.

Después de Caseros, el grupo Mitrista se preocupa por arreglar las cuentas con el imperio: envía a Norberto de la Riesta a Londres para la renegociación. De la Riesta reconoce en 1824 una deuda en concepto de capital por £977.000 e intereses, más intereses de intereses, que alcanzan a £1.641.000.

Cuando el Mitrismo necesita financiación para la Guerra de La Triple Alianza, envía a de la Riesta a Londres. Este obtiene allí un nuevo empréstito por £2.500.000 cuyos títulos se colocan, en su mayor parte, a 72,5% y que restado sus gastos y comisiones deja un remanente de £1.735.703, con una evaporación de £800.000, originada en el "riesgo país".

2. El Granero del Mundo:

Durante la presidencia de Mitre se han instalado los cimientos de la Argentina agropecuaria semi-colonial que luego se denominara "el granero del mundo". Se ha sofocado la disidencia manifestada por las provincias interiores. Por otro, se han otorgado las principales concesiones ferroviarias al capital inglés, se ha radicado en Buenos Aires el Banco de Londres y América del Sur y se ha lanzado una política librecambista a ultranza. Luego vendrán las compañías de seguros, las grandes casas comerciales importadoras los consorcios exportadores y los frigoríficos.

Años después se llegará a apreciar que las condiciones excepcionales de la pampa húmeda- fertilidad y clima-permiten producir carne a costos entre cinco y ocho veces menor que los europeos generando una fabulosa renta agraria diferencial. Sin embargo, esa superutilidad se reparte ente el imperialismo ingles y la oligarquía nativa.

Una buena parte de esa renta agraria también fuga con motivo de las utilidades garantizadas a las empresas ferroviarias, las primas de seguros y fletes así como las ganancias de otras empresas extranjeras radicadas en el país y los intereses de la deuda externa.

Sarmiento también toma fondos externos con motivos de deudas ocasionadas por la Guerra de la Triple Alianza y también para algunas obras públicas. En 1874, al culminar su período presidencial, puede estimarse que la deuda externa oscila alrededor de 14.500.000 libras.

Recién a partir de 1895 se generan resultados positivos en la balanza comercial pero, a pesar de ello, los egresos, generan balances de pagos negativos, que obligan a nuevos endeudamientos.

Desde las últimas décadas del siglo XIX hasta la primera guerra mundial. Son, aproximadamente, las siguiente, en libras esterlinas 1886, 38 millones; 1904, 78 millones; 1916, 121 millones.

Desde el punto de vista de la clase dominante, esta es la "gran Argentina."

En ésta Argentina la deuda externa operó como uno de los eslabones de la sumisión, tanto porque su volumen importante reducía las posibilidades de soberanía como porque sus servicios pesaban fuertemente sobre el sector egresos del presupuesto del Estado.

La consecuencia, en orden político, es obvia, si bien se la ocultó prudentemente: Manuel Quintana, presidente de la Nación en 1904, había sido por muchos años, abogado de las compañías inglesas y en 1876, como asesor legal del banco de Londres, había llegado a amenazar al Gobierno argentino con la cañonera inglesa de Beacon, enviada a rosario para defender la propiedad de los británicos, entre conflicto con una sucursal del banco.

3. La guerra, la deuda y el movimiento nacional:

Con la Primera Guerra Mundial, el Imperio Inglés reconvierte su economía privilegiando la fabricación de armamentos, por lo cual reduce sus ventas de manufacturas a la Argentina, lo que produce en nuestro país un creciente desarrollo de la industria nacional.

Al mismo tiempo, la balanza comercial resulta tan fuertemente positiva que absorbe los egresos de la balanza de pagos y deja un importante remanente en divisas. Entonces, debilitados los lazos con el imperialismo inglés, el gobierno de Irigoyen reduce la deuda externa por un importe aproximado de libras 20.000.000.

Su nacionalismo tiene límites agraristas, por lo cual no protege a la industria a concluir la guerra, hecho que provoca su declinación hacia 1921. En la presidencia de Marcelo T. de Alvear, durante la cual el endeudamiento externo vuelve a crecer, especialmente basado en empréstitos provenientes de los Estados Unidos. Al finalizar este período, la deuda externa puede estimarse que supera en algo los libras 140.000.000. En cambio, durante el segundo gobierno de Irigoyen (1928-1930), el monto vuelve a bajar.

4. Jueves Negro:

En el año 1929 se produjo la crisis que marcó el límite máximo de desenvoltura del sistema económico argentino. Con ella, y la finalización de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos e Inglaterra, debían al Estado argentino, un total de 5.500 millones de dólares, cifra que superaba a lo adeudado por la Argentina. Pero mediante diversas medidas financieras y presiones políticas, ambas potencias evitaron pagar la deuda, violando todos los tratados y acuerdos firmados anteriormente por las tres naciones involucradas.

Más adelante, en el año 1931, se estableció el control de cambios, cuya intención era evitar la huída de capitales y divisas.

Entre 1934 y 1938, disminuyó la deuda externa Argentina, hecho que contrasta con las sumas apreciables que se envían al exterior por remesas de intereses del capital privado.

El servicio de la deuda representaba, durante el 31, solo un 20% de las exportaciones pero continuaba como al estallar la Primera Guerra Mundial.

Una vez que concluyó la guerra, a partir de 1950, se continuó el proceso de cancelación de la deuda externa. Esto se vio reflejado en la balanza de pagos. Ahora, Argentina no se ve afectada por la existencia de una deuda externa, pero se le han frenado las llegadas de los capitales para la inversión, dependiendo del ahorro nacional y de la balanza comercial, la cual comienza a caer a causa de los términos de intercambio.

En 1955 y con la intención de retornar al sistema multilateral de comercio, fueron cancelados los acuerdos bilaterales, causando nuevamente una deuda externa que era imposible pagar con las escasas reservas.

Gracias a esta situación nació, en el año 1960, el conocido "club de Paris", el cual era nada más y nada menos que una reunión de nuestros principales acreedores incapaces de revertir la situación y condujeron así al país en el averno del endeudamiento.

4.1 Evolución entre 1930 y 1935.

5. La Segunda Guerra y el segundo movimiento nacional:

La crisis económica mundial iniciada en 1929 ha operado en la Argentina favoreciendo un proceso de desarrollo de la industria nacional, cuya producción va sustituyendo gran parte de los productos importados.

La obtención de fuertes superávits en la balanza comercial ha permitido reducir la deuda externa en los últimos años de la década del 30. Esto se ha acentuado con el estallido de la guerra, de manera que, entre 1944 y 1945, al tiempo que no se toman nuevos préstamos, se repartían títulos por 50 millones de dólares que permiten reducir la deuda a 264 millones de dólares.

Juan Perón triunfa en las elecciones presidenciales del 24 de febrero de 1946 con un proyecto de liberación nacional que recupera para la Argentina los principales resortes de su economía que estaban en manos del capital extranjero e impulsado el crecimiento industrial, con fuerte ampliación del mercado interno y notable avance de las conquistas sociales de los trabajadores.

Entre 1946 y 1948 se rescata el total de títulos, permitiendo al gobierno afirmar que se ha logrado la independencia económica ya que, por primera vez en muchos años, "tenemos deuda externa cero".

La discriminación que sufre la Argentina dentro del Plan Marshall, dos sequías que provocan una fuerte baja de las exportaciones y la inconvertibilidad de la libra impiden el pago de deudas en Estados Unidos por 125 millones de dólares. Esta deuda se halla reducida al producirse el golpe de septiembre de 1955 que derroca a Perón, por lo cual a esa fecha existía una deuda de 57 millones de dólares.

6. Ingreso de Argentina al FMI y al Banco Mundial

El 31 de agosto del año 1956; por “sugerencia” del asesor del gobierno de facto que derrocó a Juan Domingo Perón en el 55, el Dr. Raúl Presbich, a través de su informe “Plan de Restablecimiento Económico”, se aprobó la incorporación de la Argentina al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional. A mediados de1956, dos integrantes de la generación de liberales de posguerra, Carlos Coll Benegas y Adalbert Krieger Vasena, habían viajado para firmar la entrada de la Argentina al Fondo Monetario Internacional, y para gestionar, de paso, un crédito bancario. Planeaban quedarse no más de dos semanas, pero volvieron tres meses después, con 100 millones de dólares del Export Import Bank de los Estados Unidos para tratar de mejorar el sistema de transportes.

Por otro lado, a través del “Acta de París”, que tenía el propósito de instrumentar las bases para poner en práctica el sistema multilateral de comercio y pagos, y donde se establecían pautas para la refinanciación de la deudas externas argentinas, fue suscripta en París el 30 de mayo de 1956, por los representantes de varios países europeos y del gobierno argentino, que de esta manera ingresaba a dicho organismo.

En los años que siguieron, los vínculos se hicieron más intensos: El presidente Arturo Frondizi firmó el primer crédito directo con el organismo a fines del 58. El Ministro de Economía Donato del Carril consiguió 75 millones de dólares. Al concluir el período de la llamada Revolución Libertadora, la deuda ya pasaba los dólares 1.000.000.000. Al caer Frondizi, en marzo de 1962, se la puede estimar en dólares 1.800.000.000.

Durante el gobierno de Guido, el entonces Ministro de Economía Álvaro Alsogaray, decidió apartarse de las metas de emisión de dinero comprometidas, por lo que el Fondo Monetario Internacional envió a un funcionario importante, Irving Friedman, para presionar con la interrupción del stand by vigente. Durante este gobierno “títere” la deuda rodea los dólares 2.100.000.000.

Más adelante, entre los años 1963 y 1966, gobernó Arturo Illia. Durante su gobierno, la deuda se reduce en unos dólares 300.000.000. Su política económica no estaba de acuerdo con la ortodoxia neoliberal, pero tampoco se dio una ruptura con el organismo. Al momento de interrupción de su gobierno, el endeudamiento externo alcanzó los dólares 1.768.000.000.

Luego del golpe de estado del 66, cuando asume el general Onganía, se aducía que la Argentina estaba por quedarse al margen de la comunidad internacional. Es cuando en esa época, comienzan a tener importancia los bancos privados. El entonces ministro de economía Krieger Vasena dio el puntapié inicial para la formación del mercado de títulos externos. Fue una época con menos asperezas con los técnicos de los organismos, en donde la relación era muy buena. La deuda resultó en dólares 3.800.000.000.

En la primera mitad de los años setenta, las relaciones no fueron cordiales. El 23 de setiembre de 1973, asume nuevamente Perón en la presidencia. Tres días más tarde, José Gelbard, Ministro de Economía, encabezó la delegación argentina a la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional. Allí, los países de América Latina actuaron por primera vez en bloque. Se logra disminuir la deuda en dólares 241.000.000.

Isabel Perón asume luego de que Juan Domingo Perón fallezca, el 1 de julio de 1974.

7. Argentina durante la dictadura.

Al producirse el golpe militar del 24 de marzo de 1976, la deuda externa alcanza 5.295 millones de dólares.

La vieja oligarquía agropecuaria y el imperialismo norteamericano venían sufriendo un largo desencuentro histórico. Las inversiones yanquis no dejaban de constituir una inserción en el viejo país agropecuario. Ahora, sin embargo, como uno de los cerebros de la conspiración aparece José Alfredo Martínez de Hoz quien establece el escenario favorable para ese "capitalismo financiero dependiente", a través de la absoluta libertad para los movimientos de capitales y para las tasas de interés. De este modo se desarrolla una inmensa especulación, un fuerte endeudamiento externo (tanto público como privado) para hacer posibles estos negocios y también fuga de capitales, para poner a buen resguardo las ganancias obtenidas. Al mismo tiempo, la apertura económica inunda el mercado interno con mercadería extranjera. Así mismo, el peso sobrevaluado facilita aún más las importaciones y constituye la base para un intenso turismo argentino en el exterior. Por otra parte, el endeudamiento externo privado recae finalmente sobre las espaldas del pueblo argentino a través de seguros de cambio. Los liberales, que ansían privatizarlo todo, estatizan la deuda privada.

Esta política económica no solo transfiere riqueza del sector productivo y financiero sino que además provoca una redistribución fabulosa de ingresos en perjuicio de los trabajadores y el pueblo argentino en general. De aquí nacen nuevos grupos económicos que se ligaron a bancos extranjeros y buscaron el mercado externo.

Las super utilidades logradas, fugadas en su mayor parte, tienen su contrapartida en un aumento notable de la deuda externa que no se traduce en inversión productiva alguna. Cuando el "proceso" entra en declinación, después del fracaso en Malvinas, no existe otro camino para los militares que el repliegue por lo cual convocan a elecciones para esa época (1983), la deuda pública externa, que era de 5.295 millones de dólares en 1976, alcanza a 30.107 millones de dólares.

8. Argentina post—dictadura.

El 31 de octubre de 1983 la propuesta de Raúl Alfonsín dirigida a garantizar la democracia formal resulta ganadora.

En lo referido a la deuda externa, el presidente radical había prometido una investigación para distinguir aquella que era legitima (organizada en auto préstamos, maniobras financieras, deudas canceladas cuyo pago no había sido registrado, tazas de interés desmesuradas, etc.).

Pero la investigación se paraliza y se continúa pagando los servicios de la deuda cada vez con mayor peso y nada presupuesto del Estado.

En marzo de 1988 Alfonsín cesa en el pago de los intereses de la deuda. Un año más tarde, devalúa, provocando la furia de quienes no conocían sus intenciones. Esos grupos económicos promueven, entonces, un golpe de Estado financiero reteniendo dólares. Esto que provoca una estampida de la divisa extranjera y un proceso hiperinflacionario que arrasa con el gobierno radical.

Derrotado por el justicialismo en las selecciones del 14 de mayo de 1989 el radicalismo abandona la Casa Rosada, con anterioridad a los plazos legales, imponente para continuar gobernando. Para entonces, la deuda pública externa se halla casi duplicada respecto de 1983: de 30.107 millones de dólares se eleva ahora a casi 58.000 millones.

Asimismo, en ese período, "el nuevo poder económico" gestado durante "el proceso", completa su consolidación.

9. Argentina durante el menemismo.

Carlos Menem asume al gobierno el 8 de julio de 1989.

La política económica del período menemista resguarda y profundiza "el modelo" implantado por la dictadura "procesista". La hiperinflación desencadenada en 1989 es controlada a partir de 1991 a través de una política económica de astringencia monetaria y altos intereses, basada en la convertibilidad que fija la equivalencia un peso = un dólar. El primer efecto de las medidas adoptadas (al lograr una estabilidad que garantiza el crédito) produce cierta reactivación. Pero ésta es temporaria y cuando ese efecto se agota, a mediados de la década, la recesión se instala "para quedarse".

En primer término, el menemismo se preocupa por resguardar los intereses de los acreedores externos a través del Plan Brady, concertado en 1992, por éste se canjean los viejos bonos de deuda en poder de los bancos extranjeros por nuevos bonos Brady, con buena cotización por las nuevas garantías, que pasan a manos de tenedores particulares, con lo cual los bancos se liberan del peligro que quiebra ante una cesación de pagos. Asimismo, al producirse esta reconversión se debilita la posibilidad de aplicar la política de distinguir deuda legítima y deuda ilegítima. El Brady permite, además, cobrar los intereses atrasados desde marzo de 1988.

Estas ventajas de los acreedores externos se presentan como pequeñas concesiones de la Argentina ante la bondadosa quita ofrecida por los acreedores que al principio se evaluaba sobre el total de la deuda y que finalmente se aplicó sobre un pequeño porcentaje.

Poco después se asiste al otorgamiento de nuevos beneficios al sector financiero a través de la "capitalización de deuda externa". Ésta viene a complementar la vieja aspiración reaccionaria de privatizar las empresas públicas, permite comprar activos entregando títulos de baja cotización a los cuales el Estado argentino les reconoce su valor nominal entero con presencia de su valor real.

De este modo, los títulos de la deuda externa constituyen una de las armas más poderosas para la destrucción de una franja importantísima de la economía nacional. Se trata de empresas con mercados cautivos, muchas de ellas superavitarias, que se entregan con valuaciones muy inferiores a su valor patrimonial real.

A su vez, mientras la importación crece, los altos intereses internos deterioran toda posibilidad productiva por la amplia apertura económica y porque el peso sobrevaluado la abarata. De ahí el déficit comercial que comienza a carcomer al sistema, aún más notable en los valores de la balanza de pagos.

Los datos de crecimiento de la deuda externa, en el período menemista en dólares, son los siguientes:

1992 — 59.123 1996 — 97.105

1993 — 67.803 1997 — 101.100

1994 — 74.632 1998 — 104.000

1995 — 87.091 1999 — 121.877

Como consecuencia, los intereses de la deuda se incrementan, provocando, a su vez, nuevo endeudamiento: pasan de 2.129 millones de dólares en 1989 a 8.200 en 1999.

Asimismo, crece nuevamente la deuda externa privada: de 70 millones de dólares en 1990 a 10.566 millones en 1996, y nuevamente se escuchan voces en el sentido de que el Estado se ocupe de crear una nueva "estatización de la deuda privada".

El total de la deuda, cuando el nuevo presidente electo, Fernando De la Rúa, asume el cargo sucediendo a Menem, alcanza los siguientes valores:

— Deuda del Estado nacional: 121.877.000.000 de dólares. — Deuda de provincias y municipios: aproximadamente

20.000.000.000 de dólares. — Deuda externa privada: aproximadamente entre

40.000.000.000 y 45.000.000.000 de dólares.

10. Deuda argentina desde el 2000 hasta la actualidad.

De la Rúa asume en diciembre de 1999.

El gobierno de la Alianza continuó, en lo medular del sistema económico, a los gobiernos que se vienen sucediendo desde 1976. El reclamo popular "que se vayan todos" es la respuesta que condensa el repudio a esa política y a sus servidores.

Las últimas cifras, a diciembre del 2001 cuando el "cacerolazo" provoca la renuncia de De la Rúa son:

— Deuda pública externa del Estado nacional : 132.143.000— Deuda externa de provincias y municipios : 22.000.000 — Deuda externa privada (valor aproximado) : 60.000.000

El total del endeudamiento alcanza a 214.143.000.000 de dólares.

El pueblo argentino está sometido a una expoliación permanente, uno de cuyos instrumentos es la deuda externa. La pérdida de soberanía frente a los grandes poderes mundiales regentados por los organismos internacionales facilita la imposición de políticas económicas antipopulares que en veinticinco años han destruido la mayor parte del aparato industrial nacional y el empleo, así como los sistemas previsional, de educación y salud, colocando a la mitad de los argentinos por debajo de los índices de pobreza.

Con la caída del gobierno de la Alianza y la asunción del presidente Adolfo Rodríguez Saá, elegido por la Asamblea Legislativa, se declara el "default" técnico, que no es ni más ni menos que la incapacidad del Estado para captar los recursos necesarios para cumplir con los servicios anuales de la deuda externa.

El 2 de enero de 2002 Duhalde fue elegido por la Asamblea Legislativa en medio del caos en las calles de Buenos Aires. Se llega a esa decisión a través de un amplio consenso en el peronismo y la oposición para que Duhalde piloteara el país, sumido en la confusión de una crisis terminal, en el ínterin preelectoral. Duhalde fue investido por los diputados y senadores con 262 votos a favor, 21 en contra y 18 abstenciones, y con mandato hasta el 10 de diciembre de 2003, esto es, hasta agotar el ejercicio cuatrienal para el que había sido elegido De la Rúa. No habría, por tanto, comicios anticipados, siendo la opinión mayoritaria de los legisladores que lo que urgía era obtener un Ejecutivo estable con el máximo apoyo partidista.

Duhalde empezó por reconocer que el país estaba "quebrado" y "fundido", y anunció un Gobierno de unidad nacional con la triple misión de "reconstruir la autoridad política e institucional, garantizar la paz social y sentar las bases para el cambio del modelo económico y social".

Entre las medidas de su gobierno interino se destacan la búsqueda de la pacificación del país a través de instrumentos como el Diálogo Argentino, de distintas medidas económicas tendientes a la reactivación de una economía argentina que venía de sufrir varios años de recesión: devaluación de la moneda, que dio fin a la Ley de Convertibilidad, la pesificación forzada de los depósitos bancarios en moneda extranjera, y una serie de medidas sociales tendientes a atenuar los efectos de una economía recesiva que había incrementado la pobreza e indigencia hasta índices nunca vistos antes en la Argentina.

Su plan económico productivista permitió que la economía argentina cambiara radicalmente, sobre todo a partir del segundo semestre del 2002. Ya en el arranque de 2003 los efectos positivos del cambio de rumbo económico impulsado por Duhalde y gestionado por Roberto Lavagna ya estaban haciéndose notar. La actividad económica resurgía gracias a que el peso devaluado estaba espoleando el comercio exportador y la producción industrial local en detrimento de las importaciones de bienes, de manera que la caída registrada en 2002 del 10,9% del PIB, dio paso a un crecimiento del 5% en el primer trimestre de 2003.

Durante el gobierno de Kirchner, Argentina y el Fondo Monetario Internacional han mantenido una relación tirante. Una de las principales medidas de su gestión fue cancelar por anticipado la totalidad de la deuda con este organismo internacional por un monto de 9.810 millones de dólares. El objetivo declarado fue terminar con la sujeción de las respectivas políticas económicas nacionales a las indicaciones del FMI. Durante 2003, el gobierno de Néstor Kirchner logró negociar una reprogramación de las obligaciones con los organismos financieros multilaterales. A fines de 2004, la deuda externa total alcanzaba los 178.000 millones de dólares. Durante el año 2005, se realizó el canje de la deuda, que iniciaba las renegociaciones por los bonos que habían quedado en default desde 2001.

Los defensores de los logros de la política económica del gobierno, sostienen que Kirchner asumió en una situación muy delicada y que la mayoría de los demás países de la región, han tenido un desempeño económico-social más acotado que el argentino, y que ello se debe precisamente a la política económica adoptada.

Falleció a los 60 años de edad en la ciudad de El Calafate, provincia de Santa Cruz.

La política económica que sigue, con los gobiernos de CFK, es expansionista. Se registra un aumento sostenido en el gasto público con fines redistributivos. La política cambiaria consiste en mantener un dólar estadounidense alto. Por su parte, la política fiscal representa una presión tributaria por encima de la media de Latinoamérica. Se critica la regresividad del sistema impositivo argentino. El impuesto a las ganancias de las personas físicas representa algo más del 5% del Producto Interno Bruto, por debajo de Brasil (7,7%), Chile (8,4%) o Estados Unidos (10,2%). Algunos productos de primera necesidad están exentos de tributar IVA, mientras otros tienen una tasa reducida a la mitad.

La inflación en Argentina según el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) es de alrededor del 11% anual, aunque según consultoras privadas es del 25,6%. Uno de los puntos más criticados de la gestión de los Kirchner es el cambio que se produjo dentro del citado organismo desde enero de 2007.

Según el mismo Instituto, la pobreza y la indigencia pasaron del 54% y 27,7% en 2003 respectivamente a 6,5% y 1,7% respectivamente en 2012. El presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social en 2003 era de 1781 millones de pesos y de 31.972 millones en 2012. La actividad industrial en 2012 disminuyó un 1,2%, siguiendo la tendencia mundial.

Durante la crisis económica de 2008-2009 que sufrió la economía mundial, se inició una fuga de capitales muy pronunciada. El entonces director de la ANSES, Amado Boudou, ideó un plan para estatizar todos los fondos que se encontraban en las AFJP lo que permitió tener disponibilidad. Asimismo otras medidas adoptadas fueron la creación del Ministerio de Producción, moratoria tributaria y reducción de retenciones para el agro, blanqueo, promoción y sostenimiento del trabajo registrado para las pymes, blanqueo y repatriación de capitales y créditos públicos de fomento a la producción y al consumo, con una asignación de 13.200 millones de pesos (4400 millones de dólares), distribuidos a través de la banca privada, a bajo interés.

El viernes 3 de agosto del 2012 se abonaron 2.300 millones de dólares para el pago del Boden 2012, la última cuota de la herramienta financiera puesta en marcha por el gobierno argentino para solucionar el corralito y la pesificación asimétrica de los bancos después de la crisis. Saldados los 19.600 millones de dólares en concepto de capital e intereses, el gobierno kirchnerista devuelve a los ciudadanos el dinero adeudado después del corralito. Esto se suma a la política de desendeudamiento iniciada en el 2003 por el gobierno de Néstor Kirchner (cuando la deuda representaba un 166% del PBI), hasta el 2012 (cuando solo representa un 41,8%). Así mismo la deuda en dólares se redujo de un 92% del PBI al 8,4%.

En los últimos años, se crearon 200.000 nuevas empresas en los sectores industria, comercio y servicios. Desde 2003 se duplicó el PBI industrial sustituyendo importaciones por 15.000 mil millones de dólares. Del total de exportaciones del país, las manufacturas de origen industrial son las principales, seguidas de manufacturas de origen agropecuario y luego materia prima. La producción lechera de 2012 la mayor de la historia con 11.500 millones de litros. En 2008 el 98% de los teléfonos celulares del mercado era importado y en 2012 el 99% fabricado en el país. El mercado de tractores pasó en 2003 del 13% de origen nacional al 42% en 2012.

La cantidad de parques industriales pasó en 2003 de 80 a 330 en 2012. En dichos parques industriales se localizan 8600 empresas con 267.000 trabajadores. Uno de los principales es el polo electrónico en Tierra del Fuego con 9000 trabajadores. Por su parte el INTI elevó su presupuesto de 30 millones de pesos anuales a 450 millones. También el INPI incrementó la cantidad de patentes argentinas registradas.

10.1 Evolución de la deuda interna.

Millones €

% PIB€ Per cápita

2012 176.338€ 47.73% 4.292€

2011 143.598€ 44.94% 3.523€

2010 135.228€ 49.18% 3.371€

2009 128.867€ 58.70% 3.217€

2008 128.975€ 58.51% 3.248€

2007 127.863€ 67.39% 3.248€

2006 129.374€ 76.44% 3.315€

2005 126.829€ 87.12% 3.279€

2004 155.123€ 127.03% 4.046€

2003 157.208€ 139.45% 4.139€

2002 170.165€ 164.99% 4.519€

2001 161.030€ 53.62% 4.317€

2000 140.419€ 45.62% 3.802€

1999 115.640€ 43.49% 3.165€

10.2 Fondos buitres.

Un fondo buitre es un fondo de capital de riesgo o fondo de inversión libre que invierte en una deuda pública de una entidad que se considera débil o cercana a la quiebra. De acuerdo con el periodista Alcadio Oña, el modus operandi de los fondos buitre consiste simplemente en comprar en el mercado deuda de Estados y empresas al borde la quiebra, normalmente al 20% ó al 30% de su valor nominal (su valor facial), y luego apretar por el pago del 100% de este valor. Mediante la especulación financiera, los fondos buitre compran títulos de deuda de los países en desgracia a precio basura

para luego litigar en los fueros internacionales e intentar cobrar la totalidad del valor de esos bonos.

Como marco de fondo debe recordarse que el 10 de marzo de 1989, el secretario del Tesoro de los Estados Unidos de América, Nicholas Brady, modificó la política de este país respecto a la deuda internacional. Bajo la nueva política, conocida como “el Plan Brady”, se instó a los prestamistas para que, de manera voluntaria, condonaran parte de la deuda no atendida por los países menos desarrollados, reestructuraran el saldo de la deuda que quedaba pendiente de pago y otorgaran préstamos adicionales a esos países.

Los títulos de deuda argentinos fueron emitidos en 1994, conforme al Fiscal Agency Agreement, acuerdo que prohíbe al emisor de deuda otorgar a futuros acreedores garantías o condiciones más favorables que al resto de los adquirentes de dicho empréstito. Los bonos cayeron en default con la crisis del 2001 por lo que el país ofreció un canje de la deuda argentina a los tenedores de estos títulos en 2005. Lo mismo se repitió en 2010. En ambos canjes se reducían los montos y se diferían los pagos, lo que fue aceptado por el 93% de los tenedores de bonos. Muchos que no aceptaron los canjes, unidos a los fondos buitre, demandaron en una Corte de Nueva York el pago de toda la deuda y que todos los bonistas cobren el 100% de la deuda.

Sobre la Argentina los fondos buitre han impuesto 28 embargos desde 2001, aunque el Estado ha logrado recuperar todos los bienes por la vía legal, derrotando a los fondos buitre en todas las ocasiones.

El 2 de octubre de 2012, por un pedido a la justicia ghanesa del fondo NML Capital Limited por el incumplimiento de pago de deuda de parte del gobierno argentino, se realiza la Retención de la Fragata Libertad en Ghana en el Puerto de Tema por un pedido de embargo por 370 millones de dólares. El 14 de noviembre, el Gobierno argentino, presentó una demanda judicial en el Tribunal Internacional del Derecho del Mar, con sede en Hamburgo, contra el gobierno de Ghana. El 28 de noviembre la Organización Marítima Internacional (OMI) certificó que la Fragata Libertad es un buque militar y por lo tanto es inembargable. El 15 de diciembre, bajo comunicado oficial Nº188, el ITLOS (Tribunal Internacional del Derecho del Mar) dio la razón a la Argentina y dispuso liberar la fragata, que llevaba más de un mes retenida en el puerto del país africano. El 26 de junio de 2013, la Corte Suprema de Ghana puso punto final al juicio por la retención de la nave argentina, obligando al fondo NML Elliot a pagar unos 8 millones de dólares a la administración del puerto de Tema, en concepto de gastos por haber mantenida secuestrada a la Fragata Libertad durante 77 días.

El 7 de diciembre de 2011 Griesa falló a favor de los fondos NML. Declaró que Argentina había violado la cláusula y le ordenó pagar la parte que correspondía a los tenedores de bonos en default, al mismo tiempo, o anticipadamente, que pagara intereses de la deuda que emitió como parte de los canjes de 2005 y de 2010, extendiendo la orden a “todas las partes involucradas, directa o indirectamente, en el asesoramiento, preparación, procesamiento o facilitación de pagos” de los nuevos bonos. Argentina apeló esta decisión ante la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito, que entiende sobre los fallos de las Cortes de Distrito de los estados de Nueva York,

Connecticut y Vermont. Esta Corte confirmó, el 26 de octubre de 2012, las órdenes emitidas por el juez Griesa y declararon que Argentina había violado la cláusula.

En junio de 2013, en un escrito denominado "Amicus Curiae" (ante la Cámara de Apelaciones de Nueva York), el gobierno de EEUU dijo que la interpretación de Griesa de una cláusula del contrato "podría permitir a un solo acreedor frustrar la aplicación de un plan de reestructuración con apoyo internacional, y con ello socavar las décadas de esfuerzos que Estados Unidos ha gastado, para promover un sistema de cooperación y resolución de las crisis de deuda soberana".

“Buitres al acecho”Los fondos buitre solicitaron a la Cámara de Apelaciones de Nueva York que levante la medida de no innovar y ejecute la sentencia contra Argentina que les permitiría cobrar 1330 millones de dólares. A fines de agosto, ese tribunal convalidó la polémica fórmula de pago que propusieron los fondos al juez Thomas Griesa, pero la implementación de esa decisión quedó en suspenso hasta que la Corte Suprema de Estados Unidos decida si trata o no el caso. En una nueva jugada judicial, los rapaces NML y Aurelius reclamaron a los jueces de segunda instancia que no esperen hasta entonces para poner en marcha su fallo.

La noticia se conoció anoche. Los abogados del Ministerio de Economía estaban evaluando el escrito presentado por los buitres pero la cartera que encabeza Hernán Lorenzino no realizó ninguna comunicación oficial. La estrategia del Gobierno y sus representantes legales en Nueva York continúa aguardando una respuesta de la Cámara de Apelaciones para la revisión en pleno del caso y luego deberá presentar su pedido de revisión ante el máximo tribunal estadounidense. Las chances de que tome el caso la Corte Suprema son escasas (de hecho ya rechazó analizar otra apelación), pero los plazos para las presentaciones y manifestación de los magistrados extenderían un desenlace legal, por lo menos, hasta el primer trimestre de 2014.

El mismo titular de los fondos buitre NML Capital y Elliot Management, Paul Singer, reconoció la semana que “la disputa legal con Argentina va para largo”. “Este tribunal no debe permitir que Argentina evada la medida cautelar. La medida de no innovar debe ser anulada”, reclaman en el escrito que presentaron ayer a los mismos jueces que impusieron el stay.

“Dudas sobre un posible acuerdo entre acreedores y fondos buitres”

Argentina negocia un arreglo para evitar que el país caiga en default.

Operadores del mercado financiero y bursátil pusieron en duda un eventual arreglo entre acreedores que están cobrando servicios de deuda argentina en forma regular y varios holdouts, para llegar a un acuerdo que desbarate la posibilidad de que el país caiga en un nuevo default.

En medio de versiones cruzadas, la de mayor cuerpo sugiere que fondos de inversión con títulos performing le habrían propuesto al grupo de Paul Singer comprarle los bonos defaulteados, para luego ingresarlos al canje propuesto por el gobierno nacional. De esta manera, se hizo trascender, se evitaría un fallo desfavorable de la Justicia de los Estados Unidos y que, eventualmente, la Argentina entrara en default.

Sin despejar la incertidumbre, fuentes del Ministerio de Economía evitaron un pronunciamiento sobre el procedimiento.

El temor de los operadores, que no terminan de dar total crédito a las versiones, es que se esté en presencia de una operación motorizada por alguna de las partes y en especial miran al gobierno argentino o a los intermediarios que se beneficiarían vía comisiones con un nuevo cambio de manos.

Al respecto, los bonos soberanos más negociados cerraron con altibajos en línea con las dudas de los operadores, mientras que el riesgo país se estabilizó en la zona de los 850 puntos básicos. Según se comentó en el mercado, al menos dos instituciones financieras internacionales que tienen intereses en el mercado de bonos, admitieron la existencia de las conversaciones, aunque evitaron pronunciarse sobre su alcance.

Dentro de este hermetismo, las versiones dijeron que las conversaciones entre privados se habrían activado luego de que la Corte Suprema de los Estados Unidos decidiera no tratar las apelaciones que presentó la Argentina en dos juicios con fallos a favor de los holdouts.

El desinterés del máximo tribunal estadounidense acrecentó la posibilidad de que la Argentina caiga en un default técnico, lo que habría provocado una eventual reacción de los acreedores que están cobrando regularmente, señalaron los comentarios.

Lo concreto es que los holdouts tienen fallos a favor de primera instancia -juez de Nueva York, Thomas Griesa- y de la Corte de Apelaciones de Nueva York, que obligan al país a pagar 1.330 millones de dólares en efectivo y de una sola vez a los fondos de inversión Elliot y NML Capital.

La presidenta Cristina Fernández señaló sólo una vez en un discurso que se iba a cambiar la jurisdicción de pago de los títulos, lo cual iba a ser considerado como un default técnico y complicaría a quienes están cobrando sus acreencias puntualmente, temperamento al que nunca más aludió el gobierno.

En efecto, en el texto de la norma que suspendió la Ley Cerrojo y habilitó la reapertura del canje de deuda en similares condiciones a las ofrecidas en 2010, esta posibilidad no fue taxativamente escrita y por lo tanto, hasta el momento, sólo quedó como una amenaza.

Expectativas inflacionarias superan el 31 por ciento

La inflación esperada por la gente para los próximos doce meses a nivel nacional se ubica, en promedio, en 31,3 por ciento, según un sondeo dado a conocer por la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).

El informe del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la UTDT precisó que las perspectivas inflacionarias, según el promedio, descendieron 1,6 punto porcentual con respecto a la medición del mes pasado.

Asimismo, la brecha entre la inflación prevista por los sectores de menores recursos y los de mayores ingresos es de 1,4 punto porcentual.

La inflación esperada cayó en las distintas las regiones del país con relación al relevamiento de septiembre. Así, la estimación inflacionaria para dentro de un año en Capital Federal, para el promedio, se ubicó en 30 por ciento, con lo cual verificó una baja de 1,8 punto respecto de la medición anterior.

Por su parte, las expectativas inflacionarias en el Gran Buenos Aires alcanzaron a 30,9 por ciento, lo que representa una disminución de 1,3 punto en la comparación mensual.

A su vez, en el interior del país las perspectivas de inflación se ubicaron en 32,5 por ciento, lo que implica una baja de 2 puntos con relación a septiembre.

La proyección de inflación para la gente de menores recursos para dentro de un año, según el promedio, es de 32,4 por ciento, lo que significa un descenso de 3,7 puntos en comparación con el mes anterior.

Para el sector de mayor poder adquisitivo, la estimación inflacionaria es de 31 por ciento, lo que refleja una leve caída de 0,4 punto.

Conclusión

La deuda externa argentina desde su nacimiento fue un problema. Siendo o no utilizada para los fines propuestos (educación, salud, obras públicas, etc). La deuda actual con la que Argentina lidia es una deuda heredada. Se origino en 1824 y de ahí en mas no hizo otra cosa (excepto en una ocasión) que aumentar. Los gobiernos a lo largo del tiempo obtuvieron estos empréstitos con firmas extranjeras para sustentar y mejorar el desarrollo del país. Algunos de ellos utilizaron dicho dinero para estos fines, otros -en su mayoría- no. Dirigían el dinero para el beneficio propio o para realizar acuerdos que a largo plazo perjudicarían la salud económica y social de Argentina. Nuestro país, al contraer estos préstamos -al endeudarse- debió cumplir requerimientos de las organizaciones con las cuales realizaba dichos acuerdos, eso no hizo otra cosa que empeorar la situación y eso provoco la pérdida de su soberanía. Que Argentina haya contraído esos empréstitos ha sido malo ya que al no utilizarse de la manera correcta ha generado únicamente endeudamiento y una imposible forma de pagarlo completamente. Actualmente la deuda externa argentina es de aproximadamente de US$ 200.000.000.

Florencia Musante; Paula López.

Bibliografía

http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ar/afb90.pdf

http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ar/2012/fhl.htm

http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ar/2005/afb-deuda.htm

http://www.eumed.net/libros/2007a/252/21.htm

http://www.eumed.net/cursecon/libreria/2004/cno/5c.htm

Galasso, Norberto (2008). De la banca Baring al FMI. Historia de la deuda externa argentina. 2001 (2 edición). Buenos Aires, Argentina.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-231335-2013-10-16.html

http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/93998-dudas-sobre-un-posible-acuerdo-entre-acreedores-y-fondos-buitres

http://definicion.de/deficit/

Glosario

Un déficit (del latín deficere, que puede traducirse como “faltar”) es la escasez, el menoscabo o la deficiencia de alguna cosa que se necesita o que se considera como imprescindible. El término puede aplicarse a diferentes productos o bienes, desde alimentos hasta dinero. Se utiliza sobre todo en un contexto comercial, en el ámbito de las empresas y los Estados.

La balanza de pagos (o balance de pagos) es el informe de contabilidad que se encarga de llevar el registro del movimiento de capitales y de las operaciones de comercio que realizan los ciudadanos de un país con el extranjero. Se conoce como saldo a la diferencia que surge entre los ingresos que obtienen del exterior y los pagos que realizan fuera del territorio nacional.

Cuando esa diferencia es negativa, se habla de déficit comercial. En cambio, si la diferencia es positiva, estamos ante una situación de superávit.