¿Necesitamos medios de comunicación masivos

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¿Necesitamos medios de comunicación masivos? Martín Barbero pone a discusión la postura de lo social en la era de la información. La deslegitimación de los poderes políticos tradicionales y el rol de la imagen para promover representaciones de la sociedad hace que el individuo social pierda la confianza en delegados o representantes jerárquicos. Sin embargo, es por esto mismo que la sociedad puede encontrar en las redes de gran escala una nueva forma de interpretar y narrar el ámbito social y político. “Si comunicar es compartir la significación, participar es compartir la acción. La educación sería entonces el decisivo lugar de su entrecruce. Pero para ello deberá convertirse en el espacio de conversación de los saberes y las narrativas que configuran las oralidades, la literalidades y las visualidades. Pues desde los mestizajes que entre ellas se traman es desde donde se vislumbra y expresa, toma forma el futuro.” PP 79-80 Martín Barbero “…también es cierto que por las imágenes pasa una construcción visual de lo social, en la que esa visibilidad recoge el desplazamiento de la lucha por la representación a la demanda de reconocimiento.” Ibíd. P110 Cuando U?se cuenta de que la teoría predice el futuro. verdad tan obvia, se pensaría. Se acababa la línea entre lo que es antes y lo que será luego. Era casi una realidad. Toda descrita, sabia, potente, realizable. Sabía qué quería decir o escribir, en fin. Estaba programado. Había memorias que ocultar, días que acabar y fechas. El tiempo que iba adelantándose y quién lo

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realmente los necesitamos?, para leer, sí.

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¿Necesitamos medios de comunicación masivos?

Martín Barbero pone a discusión la postura de lo social en la era de la información. La deslegitimación de los poderes políticos tradicionales y el rol de la imagen para promover representaciones de la sociedad hace que el individuo social pierda la confianza en delegados o representantes jerárquicos. Sin embargo, es por esto mismo que la sociedad puede encontrar en las redes de gran escala una nueva forma de interpretar y narrar el ámbito social y político. “Si comunicar es compartir la significación, participar es compartir la acción. La educación sería entonces el decisivo lugar de su entrecruce. Pero para ello deberá convertirse en el espacio de conversación de los saberes y las narrativas que configuran las oralidades, la literalidades y las visualidades. Pues desde los mestizajes que entre ellas se traman es desde donde se vislumbra y expresa, toma forma el futuro.” PP 79-80 Martín Barbero

“…también es cierto que por las imágenes pasa una construcción visual de lo social, en la que esa visibilidad recoge el desplazamiento de la lucha por la representación a la demanda de reconocimiento.” Ibíd. P110

Cuando U?se cuenta de que la teoría predice el futuro. verdad tan obvia, se pensaría. Se acababa la línea entre lo que es antes y lo que será luego. Era casi una realidad. Toda descrita, sabia, potente, realizable. Sabía qué quería decir o escribir, en fin. Estaba programado. Había memorias que ocultar, días que acabar y fechas. El tiempo que iba adelantándose y quién lo sabía. Pero como leímos: todo cambia, todo se predice y prefija. No, basta.

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Los medios de comunicación masivos nos han traído a una especie de embudo, al cual, pareciera, todos deben llegar. Imagínese un trancón de carros en una autopista de seis carriles. Desafortunadamente cinco de estas vías están cerradas. Lo que le resta es ser paciente y pasar por la que queda. ¿Podemos salir del carro y caminar? ¿Acaso el uso de una bicicleta estaría permitido? ¿Y se decidiera compartir el carro para aligerar el atasco?

Alternativas al embudo existen y están al alcance de la sociedad. El problema a revisar es por qué aún cuando hay otras formas de ver e interpretar los medios de comunicación, las personas siguen atascadas en el trancón. Al hablar de embudo y trancón, se referencia a la idea unívoca de desarrollo, comunicación y transmisión de la información. El embudo serían los medios masivos proponiendo una percepción determinada sobre la realidad. El trancón serían los espectadores validando esta idea sin un cuestionamiento ya sea previo o posterior.

Si partimos de una postura extrema, los medios masivos –entendiendo masivo como aquello que le llega a una audiencia acrítica– no son en sí necesarios. Hemos vivido sin ellos y lo podríamos ahora. Sin embargo, la industria cultural, la dominación ideológica, las grandes corporaciones y los Estados permisivos promueven la continuidad de los grandes aparatos mediáticos que controlan el pensamiento, y en consecuencia, el ambiente en el que  vivimos. Esto, sumado a que el público o la masa recibe este tipo de mensajes sin cuestionarlos o preguntarse las ideas de fondo que estos contienen. La mera recepción de imágenes, sonidos y mensajes carga a la persona con nociones determinadas sobre el entorno. Aumenta así, por ejemplo, la percepción de inseguridad al ver hechos atroces en los noticieros todos los días, el pánico sobre la llegada de un presidente malévolo o simplemente la caída de un gran futbolista.

Situados desde una postura crítica acerca de esta situación, Mattelart explica que los productos culturales o de entretenimiento, que son en esta época información, tienen una lógica similar a la de la producción en masa, esto es, Ford T. Dice el sociólogo: “A través de un modo industrial de producción se obtiene una

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cultura de masas hecha con una serie de objetos que llevan claramente la huella de la industria cultural: serialización-estandarización-división del trabajo.”(Mattelart P.54) En este sentido, las revistas, periódicos, programas televisivos, videos en Internet,etc., lo que harían es proporcionar entretenimiento e información a diversos públicos como quien vende un producto electrodoméstico, un juguete o una comida en un restaurante. El valor que se le da a los medios es cuantificable cuando debería ser un valor socio-cultural netamente.

Esto nos lleva a mirar el lugar del individuo en esta época. Si seguimos pensando en base al sistema económico, su lugar radica en la satisfacción de deseos. Sean de consumo, emocionales o simbólicos, el individuo busca y apropia lo que le parece y está de acuerdo (si puede acceder a ello). El hecho es que hay miles de individuos que tienen gustos similares para los cuales está hecho un determinado producto o mensaje.

Ahora bien, los medios masivos le dieron al ser pensante una alternativa para desarrollar su conocimiento sobre su entorno, lo que necesita ahora es desligarse de los medios y conocerse en realidad con las bases que ya tiene. La unidad lo que busca es convertir al individuo en algo real, no solo la palabra, sino todo lo que conlleva esto. Volver al encanto mítico del mundo, pues aún no se conoce cómo funciona en realidad, regresar a la bases del diálogo sin mediación errónea o falsa, crear redes en torno al intercambio recíproco de ideas.