Partido Obrero. MAS Burgués y Proimperialista
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6 dfl noviembr» 1982 M A S burgués y p r o imperialista I l socialismc, c mente tal, no como la mer idea sino c lucha de cI ;_o. E l socialis Tu transformacior. " d o es real- wbirse F una de la jlfrtariado. con.o factor de histórica, no e s otT?. cosa que el movimiento de la clase obrera por su emanci pación, lo cual sdlo puede con cretarlo en la arena de la lucha de clases, en el combate franco y decidido de las grandes masas contra el capiL-ü, en la lucha para qu e estas masas asuman las rien das de la sociedad y aplasten la resistencia de la bur|[ucsi'a. Es decir en la toma del poder por la clase obrera. ¿Cómo se ubica el M A S fren te a esta cuestión elemental (aJ menos paro un socialista), que no e s más que la conclusión que surge de la experiencia acumula da d e m ás de 150 años de lucha de la clase obrera? Un examen de s us plantíos permite compro bar que s u estrategia es ajena a estas premisas, más aún, que se opone a c la.s p o r el vértice. E l M AS pregona un tránsito peculiar al socialismo: a través de las ins tit ucione s burgu esas, " ü n cambio de comportamiento de la s variables económicas des criptas —señala la declaración constitutiva del M A S con este lenguaje de econometristas— s ó lo puede obc«neríe mediante la ejecución de in plan socialista aplicado en democracia". Se presenta así, al socialismo como un paquete de medidas económicas de características i n doloras en el cuadro de la con vivencia democrática de "todos ios ciudadanos". Cuando s e plantea el socialis mo de esta manera se está ha blando d e l "socialismo burgués", a 1 sumo de un capitalismo de estado, pues s e insiste en que éste tendrá lugar sobre las bases de la democracia burguesa. La insister.cia de un socialismo "aplicado en democracia" signi fica que se tiene en cuenta el régimen político, en este caso el régimen burgués. Pero a través del régimen burgués, i i i el proletariado ni na die construirá el socialismo. La condición política del socialismo es el gobierno obrero (esto el M A S no lo mencio na nunca), y para que el proletariado pueda ejercer su condjción de clase iominante el Estado burgués de be se r destruido y reemplazado po r un modo de gestión y dominación propio do los traba jadores. Habrá que aplastar Ja contrarrevolución, lo que es un método autoritario y no demo crático. El MAS. en lugar de contraponer la democracia a la dictadura actúa , subordina el sociaJismo a la democracia, y esta subordinación es típica del "socialismo" burgués. Es inocul table que el MAS se afana por formular un sistema de segurida des y garantías a la burguesía. La s exigencias del trabajo legal pueden llevar a modificaciones en la terminología per^- no a propugnar el socialismo a través de las insti tuciones capitalistas. Esta plataforma es típica de un partido burgués. Esto está co rroborado cuando el MA S afirme proponerse como meta ta cons trucción en nuestro país de una réplica del PSOE. Ahora bien: s i el partido que se tom?. como modelo es aquel que so ha defini do p o r el respeto del clericalismo, l a monarquía, del militarismo y el gran capital, que ha abandonado cualquier reinvindicación diri gida a terminar con la opresión nacional, dato retrata la na turaleza de la organización que se pretende construir. A confe sión de faltas, relevo de pruebas. E n la declaración constitutiva de MAS se habla de "respeto de los derechos iiumanos" y se "rechaza al socialismo totalitario que, al suprimir las libertades, niega al mismo socialismo". La crítica a los Estados Obreros burocráticos que aquí se plantea es de inconfundible filiación im perialista y se inserta en l a cam paña de "derechos humanos" del imperialismo, que busc a inten-'e- nir en los países oprimidos y en lo s Estados obreros (política iniciada por Cárter y la Triláte ra ). Los regímenes contrarrevo lucionarios que se llaman socia listas, son tales por expropiar al político y mantenerlo en una situación de atomización, y no po r violar las libertades o los derechos humanos en general. Para aplastar a la contrarrevolu ción, las revoluciones rusa , cu bana, nicaragüense, se an visto obligadas o pueden verse en la obligación de suprimir l a libertad política de los explotadores. La coacción política en general no nos dice nada sobre su carácter: una cosa es cuando la aplica el opresor al oprirnido, otra cuando ocurre lo contrario. A pronun ciarse por la libertad contra el autoritarismo socialista en gene ra , el M AS transita el camino del State Departcment of de U.S. L o mismo vale para lo^ "so cialismos totalitarios": la buro cracia sangrienta y antiobrera debe sor liquidada y, para ello, reprimida políticamente. E l MA S es , indudablemente, pluralista en genera , per o no dis tingue cuando el pluralismo es usado a favor o en contra de los explotados. Por eso es un plan teo proimperialista. Se golpea el pecho y jura un socialismo en li'ocrtid, pero s« cuida de «n o definir a ésta: /.libertad d^empresa, de comer Arri bo : Junta del M/IS Abao: Felipe González PSOE ció O esto está resuelto en la .5 variables económicas? Es un ver dadero escándalo que a esto se le llame socialismo. Este campeón de la libertad, s i n embargo, lo único que se plantea en sus declaraciones son as elecciones anunciadas por la dictadura, divorciado de cual quier planteo dirigido a acabar co n las cláusulas proscriptivas y menos aú n con el régimen mili tar. M á s todavía, se llega a decir: "Claro alguien puede preguntar se por qué razón entonces el pueblo debe abrir expectativas sobre la contienda electoral. La contienda electoral, en definiti va , permite a los trabajadores tomar parte de la lucha por seguir explicando y desa rrollando nues tras ideas" (Reportaje a Visconti, periódico del ^L^S, N° 1). Es decir, ha y que abrir expectativas. De esta manera, se oculta el ex traordinario dispositivo burgués antidemoccátco de a dictadura y todo e falso seudo-democra- tismo de la institucionaliración. E MA S no plantea "abajo l dictadura". Esta es la fisonomía del "liberaJismo" burgués. E l ^ÍAS se corpori^a como un partido adaptado la institucio- nalización. Se enouga de esclare cerlo cuando declara que "no tiene agravios y sí profunda so lidaridad con lodas las fuerzas democráticas que c.viigpn la rpcu- peración del estado de derecho". Aquí se podría decir: "dime . > [ ..j. lido do.ipués det^t e principios co n quien le soLluar .za.» y ie^¿ diré quién eres". Desde Alsoga-Jjj*, ra y hasta la Multipartidaria, po -j? ^ sando por el P C , todos sostienen-; r l a x-uclta al estado de derecho.r ' que no es ni rcmotajnentc unjíllíf planteo democrático, ni d e des -l:£,j mantclamiento de la dictadura.íg^-;^ sino una fo mi a disimulado de lc-j5 ]j:, galización de gran parte dclpi:l;|'; andamiaje jurídico, político, r e - | , ^j | V. presivo monUiQO SLOS años, ^ revistiéndolo de un ropnje dcmo- ¡¡'i crático formal. ' • A renglón segu esta solidaridad de co n lo s par tid os burgueses, la de claración señala que e s solidario igualmente con lod os aquellos desaparecidos, presos o exilia dos, perseguidos por iguales causas". Es decir, se coloca en pie de igualdad a los que fue ro n las víctimas del "proceso", co n las "fuerzas democráticas" cómplices d e l y que hoy, ante la visible des composición de l régimen militar, buscan su relevo ordenado. Es preciso, además, señalar que todos los planteo; del MAS están suspendidos en el vacío, pues no toma en cuenta la tre-' mcnda impasse de la instítucio- nalización. Esto e s importante* porque esa impasse puede abrir j condiciones para una interven-1 ción de mayor consistencia y en-J vergadura de la s masas. Es necesario agregar que el P S T se ha integrado al M A S y constituye su principal compo nente. La disolución del P S T en una organización burguesa como e l M A S no puede sorprender, pues es J a culminación de una larga trayectoria caracteriznda p or la política de adaptación a ios procesas de IrutihJcJonaliza- ción. Cito es, d e integración al estado burgués. E n resumen, e AÍAS tiene la pretensión de prescutaisc como uno iUtcrT \aCivtt sociclista. Surpc del examen do su prognirm que esto e s una impostura: estamos en presencia de una or ganización burguesa, subordina da al cuadro institurionaiir.edor do ía dictadura.
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Jorge Altamira sobre la política del MAS, en Prensa Obrera.
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6 dfl noviembr 1982
MAS burgus y pro imperialista I El socialismc, c
mente tal, no como la mer idea sino c lucha de cI;_o.
El socialis Tu transformacior.
" d o es real-wbirse
!F una de la
j l f r tar iado. , con.o factor de h i s t r i c a , no es
otT?. cosa que el mov imien to de la clase obrera por su emanci-pacin, lo cual sdlo puede con-cretarlo en la arena de la lucha de clases, en el combate franco y decidido de las grandes masas contra el capiL-, en la lucha para que estas masas asuman las rien-das de la sociedad y aplasten la resistencia de la bur|[ucsi'a. Es decir en la toma del poder por la clase obrera.
C m o se ubica el M A S fren-te a esta cues t i n elemental (aJ menos paro un socialista), que no es ms que la c o n c l u s i n que surge de la experiencia acumula-da de ms de 150 a o s de lucha de la clase obrera? U n examen de sus p l a n t o s permite compro-bar que su estrategia es ajena a estas premisas, m s a n , que se opone a c!la.s por el vr t ice .
E l M A S pregona un t r n s i t o peculiar al social ismo: a t ravs de las instituciones burguesas, " n cambio de compor tamien to de las variables e c o n m i c a s des-criptas seala la d e c l a r a c i n constitutiva del M A S con este lenguaje de econometristas s-lo puede obcner e mediante la e jecuc in de \in plan socialista aplicado en democracia" .
Se presenta as , al socia l ismo como un paquete de medidas e c o n m i c a s de ca rac t e r s t i ca s in-doloras en el cuadro de la con-vivencia d e m o c r t i c a de " todos ios ciudadanos".
Cuando se plantea el socialis-mo de esta manera se est ha-blando del "social ismo b u r g u s " , a 10 sumo de un capital ismo de estado, pues se insiste en que ste t e n d r lugar sobre las bases de la democracia burguesa. L a insister.cia de un social ismo "aplicado en democrac ia" signi-fica que se tiene en cuenta el rgimen p o l t i c o , en este caso el rgimen b u r g u s .
Pero a t ravs del r g i m e n burgus , i i i el proletar iado n i na-die cons t ru i r el social ismo. L a cond ic in p o l t i c a del socia l ismo es el gobierno obrero (esto el M A S no lo menciona nunca) , y para que el proletariado pueda ejercer su c o n d j c i n de clase iominante el Estado burgus de-be ser destruido y reemplazado por un modo de ges t in y dominac in propio do los traba-jadores. Habr que aplastar Ja con t r a r r evo luc in , lo que es un m t o d o autoritario y no demo-cr t ico . El M A S . en lugar de contraponer la democracia a la dictadura ac ta ! , subordina el sociaJismo a la democracia, y esta s u b o r d i n a c i n es t p i c a del
" soc ia l i smo" b u r g u s . Es inocu l -table que el M A S se afana po r formular un sistema de segurida-des y g a r a n t a s a la b u r g u e s a . Las exigencias del trabajo legal pueden llevar a modif icaciones en la t e r m i n o l o g a per^- no a propugnar el social ismo a t ravs de las insti tuciones capitalistas.
Es ta plataforma es t p i c a de un partido b u r g u s . Es to est co-rroborado cuando el M A S afirme proponerse como meta ta cons t r u c c i n en nuestro p a s de una rp l i ca del P S O E . A h o r a bien: si el par t ido que se tom?. como mode lo es aquel que so ha defini-do por el respeto del clerical ismo, la m o n a r q u a , del mi l i ta r i smo y el gran capi ta l , que ha abandonado cualquier r e i n v i n d i c a c i n diri-gida a terminar con la op re s in nacional , este dato retrata la na-turaleza de la o r g a n i z a c i n que se pretende construir . A confe-s in de faltas, relevo de pruebas.
E n la d e c l a r a c i n consti tut iva de! M A S se habla de! "respeto de los derechos i iumanos" y se "rechaza al soc ia l i smo totali tario que, al supr imir las libertades, niega al mismo socia l i smo" . L a c r t i ca a los Estados Obreros b u r o c r t i c o s que a q u se plantea es de inconfundib le filiacin im-perialista y se inserta en l a cam-p a a de "derechos h u m a n o s " del imper ia l ismo, que busca inten-'e-nir en los p a s e s opr imidos y en los Estados obreros ( p o l t i c a iniciada por C r t e r y la Tr i l t e -ra!). L o s r e g m e n e s contrarrevo-lucionarios que se l laman socia-listas, son tales por expropiar al proletar iado de su poder p o l t i c o y mantener lo en una s i t u a c i n de a t o m i z a c i n , y no por violar las libertades o los derechos humanos en general. Para aplastar a la contrarrevolu-c i n , las revoluciones rusa , cu-bana, n i c a r a g e n s e , se han visto obligadas o pueden verse en la ob l igac in de supr imir la l ibertad p o l t i c a de los explotadores. L a c o a c c i n p o l t i c a en general no nos dice nada sobre su ca rc t e r : una cosa es cuando la aplica el opresor al opr i rn ido , o t ra cuando ocurre lo cont rar io . A ! pronun-ciarse por la l iber tad contra el autori tarismo socialista en gene-ra!, el M A S transita el camino del State Depar tcment o f de U . S .
L o mismo vale para lo^ "so-cialismos to ta l i ta r ios" : la buro-cracia sangrienta y antiobrera debe sor l iqu idada y, para el lo, repr imida p o l t i c a m e n t e .
E l M A S es, indudablemente , pluralista en genera!, pero no dis-tingue cuando el p lura l i smo es usado a favor o en contra de los explotados . P o r eso es un plan-teo pro imper ia l i s ta .
Se golpea el pecho y jura un socia l i smo en l i ' oc r t id , pero s cuida de n o definir a s ta : / . l ibertad d ^ e m p r e s a , de comer
Arribo: Junta del M/IS Abajo: Felipe Gonzlez. PSOE
c i O esto es t resuelto en la.5 variables e c o n m i c a s ? Es u n ver-dadero e s c n d a l o que a esto se le llame social ismo.
Este c a m p e n de la l iber tad, sin embargo, l o n i c o que se plantea en sus declaraciones son !as elecciones anunciadas por la dictadura, d ivorc iado de cual-quier planteo dir igido a acabar con las c lusu las proscriptivas y menos a n con el r g i m e n m i l i -tar. Ms t o d a v a , se llega a decir : " C l a r o alguien puede preguntar-se por q u r a z n entonces el pueblo debe abrir expectativas sobre la cont ienda electoral . L a cont ienda electoral , en definit i-va , permite a los trabajadores tomar parte de la lucha por seguir expl icando y desarrollando nues-tras ideas" (Reportaje a V i s c o n t i , p e r i d i c o del ^ L ^ S , N 1). Es decir , hay que abrir expectativas. De esta manera, se ocul ta el ex-traordinario disposi t ivo b u r g u s a n t i d e m o c c t c o de !a dictadura y todo e! falso seudo-democra-t i smo de la i n s t i t u c i o n a l i r a c i n . E! M A S no plantea "abajo la dic tadura" . Esta es la fisonoma del " l ibe raJ i smo" b u r g u s .
E l ^ A S se corpor i^a como un partido adaptado 3 la inst i tucio-na l i zac in . Se enouga de esclare-cerlo cuando declara que "no tiene agravios y s profunda so-l idar idad con lodas las fuerzas d e m o c r t i c a s que c.viigpn la rpcu-pe rac in del estado de derecho". A q u se p o d r a decir: "d ime
. . . . >,[ . . j . -
l i d o do.ipus d e t ^ t e pr incipios
con quien le soLluar.za. y ie^ i dir qu i n eres". Desde Alsoga-Jjj*, ray hasta la Mult ipar t idar ia , p o - j ?^ sando por el P C , todos sostienen-; r la x-uclta al estado de derecho.r ' que no es n i rcmotajnentc unjllf planteo d e m o c r t i c o , ni de des-l:,j mantc lamien to de la dictadura.g^-;^ s ino una f o m i a disimulado de lc-j5]j:, gal izac in de gran parte dclpi:l;|'; andamiaje j u r d i c o , p o l t i c o , re-'|,^ -j|V. presivo monUiQO C S L O S aos , ^ r e v i s t i n d o l o de un ropnje dcmo- 'i c r t i c o formal . '
A r e n g l n segu esta sol idar idad de con los part idos burgueses, la de-c la rac in sea la que "es sol idar io igualmente con lodos aquellos desaparecidos, presos o exi l ia-dos, perseguidos por iguales causas". Es decir , se co loca en pie de igualdad a los que fue-ron las v c t i m a s del "proceso" , con las "fuerzas d e m o c r t i c a s " que fueron c m p l i c e s del m i s m o y que hoy , ante la visible des-c o m p o s i c i n del r g i m e n mil i tar , buscan su relevo ordenado.
Es preciso, a d e m s , sea la r que todos los planteo; del M A S estn suspendidos en el v a c o , pues no toma en cuenta la tre-' m c n d a impasse de la ins t tuc io -na l i zac in . Es to es importante* porque esa impasse puede abrir j condic iones para una interven-1 c in de mayor consistencia y en-J vergadura de las masas.
Es necesario agregar que el P S T se ha integrado al M A S y const i tuye su principal compo-nente. L a d i so luc in del P S T en una o rgan izac in burguesa como el M A S no puede sorprender, pues es Ja c u l m i n a c i n de una larga trayectoria caracteriznda por la p o l t i c a de a d a p t a c i n a ios procesas de IrutihJcJonaliza-c in . Ci to es, de in tegrac in al estado b u r g u s .
E n resumen, e! AAS tiene la p r e t e n s i n de prescutaisc como uno iUtcrT\aCivtt sociclista. Surpc del examen do su p rogn i rm que esto es una impostura : estamos en presencia de una or-gan izac in burguesa, subordina-da al cuadro inst i turionaiir .edor do a dictadura.
