REVISTA DIEZ, NÚMERO 77
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Un nuevo periódico - pág. 31
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Contenido
5.- EDITORIAL:
Rosario y sus ochenta y seis.
6.– ZAGUÁN:
ARENILLA: El güet o alcaraván.
9– PATIO:
Fotografías de la quincena.
17.– Chica de DIEZ: BETSY
18.– BALCONES:
Casa de Citas
Comer polvo por amor.
Autor: Héctor Cortés Mandujano.
25.– CORREDORES:
Piedra de toque.
Regreso de Rosario Castellanos (II de VII).
Autor: Ricardo Cuéllar Valencia.
31.– SITIO:
―El Chiapaneco‖, un nuevo periódico.
40.– ACTUALIDADES.
51.– MOJOL.
52.– Chica de DIEZ: BETSY
Revista catorcenal, hecha en la tierra de los cositías con la bendición de Tata Lampo.
Editor responsable: Alejandro Benito Molinari Torres
Contacto: [email protected]
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
Betsy
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Comitán, ciudad que habla de vos
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
EDITORIAL Rosario y sus ochenta y seis
¿Cómo celebrar a Rosario Castellanos? El Centro Cultural que lle-
va su nombre decidió, en buena hora, hacer una lectura pública de
Balún Canán. Radio Imer transmitió en vivo la lectura que se rea-
lizó en el corredor exterior de las instalaciones. Ahí, frente al parque
central, con todas las incomodidades y los riesgos de comunicación
(por los cláxones, por los radios de los taxis, por los gritos de los ni-
ños, por el ruido de todos los días), la gente se acercó y leyó frag-
mentos de la novela. Alumnos, maestros, escritores, cronistas, amas
de casa, locutores e invitados especiales recordaron a Rosario
¡leyéndola!
La primer lectura corrió a cargo de la señora María Elena Car-
boney, Presidente del DIF local. Un poco como para poner la mues-
tra, un poco como para decir que Rosario es de todos y para todos.
Algunos muchachos tuvieron su primer acercamiento a la novela de
Rosario y ¡esto fue la bendición!, pues esa semilla cayó en terreno
fértil.
No hay discusión. Los chiapanecos somos
quienes tenemos más cercanía con las letras
de Rosario. Nosotros entendemos cada
una de sus avenidas, cada una de sus
respiraciones.
En esta ocasión hubo cohetes
armoniosos, luces de bengala a
través de la palabra sabia de Ro-
sario en la palabra sosegada de
sus paisanos.
La pregunta ahora es: y des-
pués de este acto de imaginación,
¿qué sigue? El fomento a la lectura de-
be ser un acto permanente. Hace falta,
precisamente, imaginación para seguir
fomentando el hábito de la lectura en
los jóvenes.
ZAGUÁN
ARENILLA
Comitán, ciudad que habla de vos
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Algunos amigos me dicen que el güet es un ave en peligro de extinción. ¡No lo creo!
No lo creo porque me basta ir al ―sitio‖ de la casa de un afecto y hallar a dos o tres de
estos animalitos. Corren de un lado para otro, inquietos, avisando a su dueña de la
presencia de un humano, de un ser que sí parece en peligro de extinción. No creo que
el güet esté a punto de desaparecer porque, igual que Juan Carlos Gómez Aranda y
muchos más, me basta abrir la ventana de mi corazón para hallarlo ¡intocado, majes-
tuoso, armonioso! Mi afecto dice que el otro día llegó un campesino con un envoltorio
entre las manos. ―Te vendo un güet -dijo– te lo vendo en mil pesos‖. Mi afecto no lo
compró, ¡es mucho dinero!, pensó. ¿De veras? ¿Cuánto pagaría la raza humana por
tener en sus bosques el ejemplar de una raza extinta? En alguna novela de ciencia fic-
ción leí que un humanoide llevaba un envoltorio entre brazos: era uno de los últimos
ejemplares de la raza humana.
Sí, tienen razón, los güets se están acabando así como se están acabando los sitios
de las casas en Comitán, así como se agota el agua reposada que mojaba los patios
del Comitán de mediados del siglo XX. ¡Ay, güet, qué vamos a hacer sin vos!
El güet o alcaraván
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Las cajitas de Molinari
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PATIO
Fotografías de la quincena
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Los gatitos son los jaguares.
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Un trabajo ya medio desleído
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Si sancionáramos los errores de ortografía ¡nos quedarían debiendo!
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Sólo falta que en las gasolineras vendan pelo.
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¿Y en el Congreso Local también creen en el Mito del Quinto Sol y
queman copal para exorcizar el fin de la dieta jugosa?
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Teléfono: 01-963-6326661
e-mail: [email protected]
www.universidadmnr.com.mx
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Nosotros no caminamos por
encima del agua, ¡caminamos por
encima de la luz!
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Betsy
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BALCONES
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Casa de Citas
Héctor Cortés Mandujano
Comer polvo por amor
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Comitán, ciudad que habla de vos
En 8 ½ mujeres, de Peter Greenaway
(2000), el padre llama al hijo para darle
la noticia de que su madre murió, mien-
tras dormía con él. Ambos flanquean el
cadáver que parece dormir. Dice el pa-
dre:
—Aquí pasé muchos años con ella.
El hijo:
—Parece que te la hubieras pasando
durmiendo.
Padre:
—Aquí te procreamos.
Hijo:
—Entonces no estabas dormido.
Padre:
—Pero creo que tu mamá sí.
***
Leo en una revista Vanidades, en el con-
sultorio de mi dentista, la declaración de
la actriz Megan Fox:
—Si quieres razones para suicidar-
te, busca tu nombre en Google.
***
El prestigiado Premio de Poesía Aguas-
calientes arrancó su historia en 1968. El
primero en recibir esta distinción fue el
poeta tuxtleco Juan Bañuelos, con su li-
bro Espejo humeante. En ―Parque zooló-
gico‖, de ese volumen, escribe estos ver-
sos entre paréntesis (aquí se los quito):
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―el viento de Tuxtla es un viento compa-
dre: nos cuenta al oído lo que dice el
pueblo‖.
***
En el ensayo que sigue a Zona sagrada,
de Carlos Fuentes (Siglo XXI,
1967:193), Francois Bott cita un poema
chino que me parece bueno y breve:
La vida es la risa
en los labios de la muerte.
***
Tengo desde siempre, y se me acentúa
con los años, una profunda desconfianza
a la gente que se adhiere fanáticamente
a una idea religiosa o política o que ad-
mira u odia algo sin más explicaciones
que el vacío de su ser que necesita lle-
narse con algo que no produce por sí
mismo. Me repugnan los fanáticos de
equipos, cantantes, actrices, escritores;
me hartan los fetichistas, los que quieren
tomarse la foto con alguien para presu-
mir que lo conocen, que alguna vez lo
tuvieron cerca. Por eso no profeso nin-
guna religión ni pertenezco a ningún
partido político ni soy parte de asocia-
ciones ni grupos. Admiro ideas, libros,
piezas musicales, luchas sociales y espi-
rituales, gente, pero no soy fan de nadie,
de nada. Me parece que los marxistas y
los católicos a ultranza son la misma co-
sa; los que adoran al EZLN se parecen
mucho a las muchachas que gritan
cuando Luis Miguel aparece en el esce-
nario. Ya he escrito antes de esto. En fin.
Estoy de acuerdo, por tanto, en lo
que Juan Carlos Onetti asienta en Deje-
mos hablar al viento (Espasa Calpe,
1999:16): ―Desde muchos años atrás yo
había sabido que era necesario meter en
la misma bolsa a los católicos, los freu-
dianos, los marxistas y los patriotas.
Quiero decir: a cualquiera que tuviese
fe, no importa en qué cosa; a cualquiera
que opine, sepa o actúe repitiendo pen-
samientos aprendidos o heredados. Un
hombre con fe es más peligroso que una
bestia con hambre. La fe los obliga a la
acción, a la injusticia, al mal; es bueno
escucharlos asintiendo, medir en silencio
cauteloso y cortés la intensidad de sus
lepras y darles siempre la razón. Y la fe
puede ser puesta y atizada en lo más
desdeñable y subjetivo. En la turnante
mujer amada, en un perro, en un equipo
de fútbol, en un número de ruleta, en la
vocación de toda una vida‖.
***
Devastación, de Guadalupe Ángeles,
ganó el Premio Nacional de Novela Bre-
ve ―Rosario Castellanos‖ 1999. Es una
historia sobre el fin de un amor, con un
alto registro poético que quizás puede
resumirse en el epígrafe de Anaïs Nin
(Coneculta, 2000:16): ―Estoy tan llena
de mi amor… Al mismo tiempo noto que
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me estoy muriendo‖.
La mujer quiere matar dentro de sí
misma el amor que siente por el hombre
ido y para ello hace lo que sigue. No me
gustaría, claro, caer en manos de una
enamorada con estas ideas (p. 59): ―Fui
al laboratorio donde trabajabas.
¿Inútil? ¿Absurdo? Sí. Porque fui cuan-
do no estabas y arranqué ratas y coba-
yos de sus jaulas. Tus compañeros, que
me recibieron amables, al irme se mira-
ron entre sí, extrañados, porque me llevé
los animales conmigo sin preguntar a
nadie ni justificar mi presencia; una vez
aquí, en el jardín, cuando aún no se se-
caba, los sacrifiqué sin ningún temblor,
sin un remordimiento, su sangre inocen-
te que bañó mis manos era para mí la
sangre de tus venas, que jamás me
hubiera atrevido a derramar, pero que
entonces, de no ser por el delicado hilo
de una cordura tambaleante, bien
hubiera bebido si fuera tuya. Y no era
de tus venas, pero tú habías tocado los
pequeños cuerpos que yo sacrificaba,
hundiendo un cuchillo en la blanca pe-
lambre‖.
***
Voy al cumpleaños del tío Tito Fernán-
dez. Frente a mí, en la carpa que arma-
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ron en el ancho patio del rancho, tía
Panchita me cuenta una historia de
amor no correspondido:
—Mi hija empezó a trabajar en un
pueblo cercano. Tendría si acaso 17
años. Dio en seguirla un viejo, de unos
45. La intentó abordar en la calle, pero a
mi hija le dio miedo. El viejo, entonces,
comía polvo con tal de seguirla cuando
tomaba el autobús para venir a la casa.
Averigüé su nombre: el viejo Zavala di
en llamarle.
Un día mi hija salió y volvió a en-
trar en mi casa muy agitada:
—Mamá, ahí está el viejo.
Agarré mi pistola y me fui a verlo.
Estaba estacionado casi enfrente, con el
brazo reclinado en la ventanilla. Le puse
el cañón en la cabeza.
—Vas a dejar de seguir a mi hija,
porque la estás asustando; si no haces
caso, te voy a dar un balazo.
Se puso muy nervioso y me dijo lo
más tranquilo que pudo:
—Señora, no tengo malas intencio-
nes con su hija; estoy enamorado de ella
y quiero casarme.
—¿Cómo vas a creer que te haga ca-
so? Ella es joven y bonita, y tú eres un
viejo.
No creas que cambió el hombre después
de eso: seguía como perro atrás de mi
hija. Otra vez agarré una botella y lo
amenacé con quebrársela en la cabeza.
Me dijo que su amor no ofendía a mi
hija, que él era un hombre honrado y
que iba a esperar a que ella lo conociera
para que se diera cuenta de la verdad de
sus sentimientos. Era educado y ni modo
de golpearlo o insultarlo. Bajé la guar-
dia.
Dio en venir a visitarme y a repetir-
me que no haría nada malo en contra de
mi hija, que le permitiera estar cerca.
Me conformo con verla, me dijo. Educa-
do el hombre, te digo. Hacía guardia en
el trabajo de Irma y la seguía cuando se
iba al camión, cuando llegaba a la casa.
Nunca le dijo una mala palabra ni in-
tentó agarrarla por la fuerza, pero fami-
liares del pueblo donde trabajaba mi Ir-
ma me dijeron:
—Creo que lo mejor, Panchita, es
que saques a Irma de aquí. Este hombre
si la ve con otro puede hacer un descala-
bro; tu muchacha corre peligro.
Les hice caso y mandé a mi hija a la
ciudad de México. A los dos días ya tenía
al viejo Zavala en mi casa, llorando, su-
plicándome que le dijera dónde estaba.
Le dije que la había mandado a Estados
Unidos y que no iba a regresar. Le dije
también que ya había averiguado que él
había tenido una novia que era una bue-
na mujer.
—Cásate con ella y olvídate de mi
hija. Nunca la vas a volver a ver.
Lloró como niño y me visitó dos o
tres veces más. Pasó el tiempo y un día
que fui al pueblo donde trabajaba mi Ir-
ma me encontré al viejo Zavala, en el
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parque, con una niña en los brazos. Fue hasta mí y me contó:
—Le hice caso y me casé con la mujer que fue mi novia, pero mi corazón le sigue
perteneciendo a su hija, me voy a morir enamorado de ella.
Por cambiar de tema, le hice cariñitos a la niña y le pregunté:
—¿Cómo se llama?
—¿Cómo más? Irma.
***
En Tratado sobre la infidelidad, de Julián Herbert y León Plascencia Ñol (Conaculta,
2010) un tipo paga a una prostituta cubana que al parecer empieza a gozar con el
sexo oral que él le está practicando. Lo interrumpe (p. 34): ―se enderezó de un golpe,
cogió el condón que yo había puesto en el buró y me dijo: ―Ya: póntelo y córrete‖.
―¿Por qué?‖ ―Porque tú eres un turista; no me puedes tocar así.‖ ―¿Por qué?‖
―Porque a mí los turistas me dan asco.‖
―Me ofendí tanto que de inmediato me surgió la idea de casarme con ella.‖
***
Aunque novela, El hombre es un gran faisán en el mundo (Punto
de lectura, 2009), de Herta Müller, Premio Nobel 2009, tiene pe-
queñas historias. Me encantó ―El manzano‖ (p. 44): ―Antes de la
guerra había un manzano detrás de la iglesia. Un manzano que
devoraba sus propias manzanas‖. Un guardia lo descubre y luego lo
ven muchos más. Forman una comisión para terminar con este acto
de pecado.
El árbol tiene ―una boca en el extremo superior del
tronco‖. Lo vigilan y (p. 47) ―cuando la boca hubo
devorado su sexta manzana, el juez municipal co-
rrió hacia el árbol y le dio un hachazo en plena
boca‖. El cura dice a la población que (p. 48) ―el
demonio está en ese manzano‖. Lo queman.
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CORREDORES
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PIEDRA DE TOQUE
Regreso
de
Rosario
Castellanos ( II de VII)
Ricardo Cuéllar Valencia
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Que tome la palabra la investigadora
Andrea Reyes:
La narradora del poema de Rosario
Castellanos, ―Entrevista de prensa‖,
describe vívidamente su valor como
mujer en el mundo, antes de empren-
der el oficio de escritora:
Escribo porque yo,
un día, adolescente,
me incliné ante un es-
pejo y no había nadie.
¿Se da cuenta? El
vacío. Y junto a mí
los otros
chorreaban impor-
tancia.
Con pluma en mano, Castellanos mis-
ma manifestó su propio mérito. La
autora documentó su realidad: la vida
en Chiapas y después en la capital de
México, un análisis de la sociedad a su
alrededor, su inspiración literaria y su
valor propio tanto como sujeto litera-
rio como personal. Empezó a escribir
ensayos en revistas literarias en 1947
cuando todavía era estudiante univer-
sitaria. Su producción periodística au-
mentó cuando asumió la posición de
editorialista de Excélsior en 1963, y lo
continuó el resto de su vida. El hecho
de ser una mujer excepcional, dentro
de una sociedad que limitaba la parti-
cipación de su población femenina y
despreciaba sus habilidades, era una
contradicción palpable en su concien-
cia y su obra entera. Por medio de sus
ensayos, la autora narró su propia
formación como intelectual mexicana
en el curso de comentar los aconteci-
mientos en el mundo y los trabajos de
otros escritores. Las cualidades que
sobresalían en esos ensayos eran su
honestidad insobornable y un fino
humorismo. A través de su escritura,
el uso de la palabra, Castellanos desa-
fió la ausencia de la mujer en la cultu-
ra y se situó como pensadora mexica-
na, con el inalienable privilegio y de-
recho a opinar.
Me parece lógico, en esta ocasión
que recordamos a Rosario Castella-
nos a treinta y siete años de su muer-
te, reflexionar sobre lo que reco-
mendó Elena Urrutia en una mesa re-
donda a diez años de su muerte, cuan-
do habló de ―una necesidad de seguir
buceando en la obra de Rosario Cas-
tellanos ― rica si la hay,― abierta a
la poesía, al relato, a la novela, al en-
sayo, al teatro, al periodismo.‖ Noso-
tros que estamos aquí hemos seguido
su consejo, y yo en particular he in-
vestigado el periodismo, encontrando
cientos de ensayos y artículos no reco-
pilados previamente, que ahora están
disponibles en una colección titulada
Mujer de palabras: artículos rescata-
dos de Rosario Castellanos, de Cona-
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culta. Estos tres volúmenes incluyen
336 ensayos que no fueron recogidos
anteriormente. En las cuatro antolo-
gías ensayísticas publicadas durante
su vida o inmediatamente después de
su muerte — Juicios sumarios (1966),
Mujer que sabe latín (1973), El uso de
la palabra (1974), y El mar y sus pes-
caditos (1975), — aparecieron 179 tex-
tos en total. Ocurrió que en 1998,
cuando el Fondo de Cultura Econó-
mica publicó sus Obras, alguien deci-
dió excluir El uso de la palabra, la úni-
ca antología que era específicamente
compuesta de selecciones de su co-
lumna en las páginas editoriales de
Excélsior. La explicación que oí del
editor del tomo fue que los artículos
periodísticos fueron escritos bajo la
presión de una fecha límite, y por eso
se consideraban menos ―cultos‖. Para
mí, El uso siempre había sido mi favo-
rita entre las antologías, por la varie-
dad de temas más que todo. Y como
El uso de la palabra ya es una edición
agotada, 62 de sus textos se incluye-
ron en los nuevos tomos de Mujer de
palabras , por un total de 398 ensayos,
más dos poemas.
Ahora que el estudio de su perio-
dismo nos ofrece por lo menos 515
textos a considerar, se destacan, por
una parte, sus astutas observaciones
sobre la vida en México, desde los
conflictos de raza en Chiapas hasta
las maniobras políticas en la capital,
con la demagogia e intimidación que
los acompañan; y, por otra parte, su
profunda perspicacia sobre la situa-
ción social de la mujer en México y en
el resto de la sociedad humana. Su
clarividencia y honestidad en torno a
temas centrales que otros intelectua-
les ignoraban demuestra que Rosario
Castellanos era una de las mentes más
lúcidas del mundo literario mexicano
del siglo veinte.
Aunque la variedad de temas y la
profundidad de su labor periodística
muestran la universalidad de su obra,
por cuestiones de tiempo, me limitaré
a enfocar un tema en particular. En
esta ocasión analizaré la manera en
que los ensayos de Castellanos sobre
la mujer formaron parte de la van-
guardia del feminismo no sólo en
México sino internacionalmente, y
mantienen su relevancia aún hoy en
día. Con el objeto de resaltar la im-
portancia de los ensayos periodísticos
recientemente rescatados, todas las ci-
tas que fundan mi argumento serán
de los tres nuevos tomos de Mujer de
palabras, más su tesis de maestría.
El dilema de ser una mujer social-
mente marginada pesaba en la con-
ciencia de Castellanos. José Emilio
Pacheco, en su introducción a El uso
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de la palabra, aludió a este hecho:
―Cuando se relean sus libros se verá
que nadie en este país tuvo, en su mo-
mento, una conciencia tan clara de lo
que significa la doble condición de
mujer y de mexicana, ni hizo de esta
conciencia la materia misma de su
obra, la línea central de su trabajo.
Naturalmente, no supimos leerla.‖ No
supimos leerla al principio, pero, en
una nueva lectura de sus pasos,
habremos de aprender a valorarla.
María del Carmen Millán subrayó el
acercamiento objetivo de la autora al
tema de la mujer, el hecho de que ella
nunca idealizaba a nadie.
La presencia femenina invade la
mayor parte de la obra de Rosario
Castellanos. Se encuentra en la poe-
sía, en las novelas y cuentos, en los en-
sayos, en las obras de teatro. Más que
levantar a la mujer un monumento,
en reconocimiento a sus cualidades o
virtudes, la persigue con decisión pa-
ra descubrir motivos, huellas, secretos
que ofrezcan coherencia a las reaccio-
nes primitivas y violentas de unas, su-
perficiales y frívolas de otras.
Esta era la actitud esencial de
Castellanos, el rigor de examinar los
datos de la vida social de las mujeres
honestamente y exigir explicaciones.
Quiero resumir su análisis de esa si-
tuación en el comienzo de su carrera,
su descripción de las costumbres esta-
blecidas, y el desarrollo de su pensa-
miento tras los años. Aunque a veces
las tradiciones descritas representan
prácticas ya consideradas anticuadas,
nos descubren actitudes que todavía
reconoceremos hoy en día. Y el hecho
de hacer de este tema ―la línea central
de su trabajo‖, como dijo Pacheco, es
lo que la planteó entre las pioneras
del feminismo al nivel mundial.
La necesidad de entender el pre-
juicio era de tal magnitud que llevó a
Castellanos a escribir, en 1950, su te-
sis de maestría en filosofía en torno al
papel de la mujer en la cultura, Sobre
cultura femenina. Fortuitamente, sin
ella saberlo, su análisis casi coincidió
con la publicación en 1949 del texto
fundamental del feminismo de Simo-
ne de Beauvoir, Le deuxième sexe
(traducido después como El segundo
sexo) . Aunque el libro de Beauvoir
era decididamente más explícito, a las
dos escritoras las guiaba la misma ob-
sesión por establecer las bases que lle-
vaban a una sociedad a tan disparejo
trato entre los sexos. El punto más
formidable en la tesis de Castellanos
fue que a pesar de la opinión de casi
todos los filósofos tradicionales en
cuanto a la inferioridad de la mitad
femenina de la raza humana, siempre
habían aparecido ―de contrabando‖,
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mujeres excepcionales que desafiaban
las normas, entrando en el mundo de
cultura creado por los hombres, apor-
tando obras de calidad. El quid de la
cuestión para la autora era, ―¿qué fue
lo que las impulsó de modo tan irre-
sistible a arriesgarse a ser contraban-
distas?‖ Para hallar tal inspiración,
escribió que era imprescindible que
las mujeres bucearan ―cada vez más
hondo en su propio ser‖ para alcan-
zar ―su verdadera, hasta ahora invio-
lada raíz‖, que era algo ―que la tradi-
ción desconoce o falsea‖. Deberían
hacer ―a un lado las imágenes conven-
cionales que de la feminidad le pre-
senta el varón para formarse su ima-
gen propia, su imagen basada en la
personal, intransferible experiencia.‖
Como señaló Aurora Ocampo clara-
mente, ella siguió su propio consejo:
―No otra cosa hizo Rosario Castella-
nos a lo largo de toda su vida, bucear
en sí misma fue la preocupación cen-
tral de todos sus trabajos: poesía, en-
sayo, cuento, novela y teatro,
intentando siempre resolver
esta pregunta: ¿es posible
ser mexicana y a la vez
ser libre?‖ Castellanos
planteó el dilema desde
el principio de su ca-
rrera, y pasó el resto
de su vida resolviéndolo
en teoría y, con el tiempo, en práctica.
En uno de sus artículos periodís-
ticos la autora resumió con cierta
ironía la doble condición de su llegada
a este mundo:
No olvide usted, ni por un momen-
to, dos circunstancias: yo era niña y
vivía en Comitán, Chis., en pleno siglo
XVI. Lo que daba por resultado que
en mi futuro no había más que una so-
pa. Cuando yo fuera grande yo iba a
ser mujer. ¿Qué es eso? Cuántas veces
me atreví a preguntar lo que por sabido
se calla, se me dio un buen tapaboca y
se me dijo que las muchachitas decen-
tes se mantenían calladas y se dejaban
guiar por una persona, mayor en edad,
saber y gobierno, hacia su destino.
Ese ―pleno siglo XVI‖ fueron los
años de 1925 a 1941, caracterizados
así por el aislamiento de Chiapas y lo
atrasado de sus costumbres. Pero la
―muchachita decente‖ obviamente no
se mantenía callada.
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SITIO
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Un
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periódico
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―Empecé como chalán‖, dice don Ramón Espinosa Jiménez, Gerente
General de ―El Chiapaneco‖, un nuevo diario en Comitán. Mientras
lo dice posa su mano sobre la rotativa, maquinaria que, desde hoy,
imprimirá el diario. Don Ramón es hijo de don Artemio Espinosa
López y de doña Martha Jiménez Velasco.
Don Ramón, medio mundo en Comitán lo conoce, ha estado en
el ajo de la impresión desde muchacho. Por eso, con orgullo, dice que
comenzó como chalán. Inició en el taller de Don Jacinto Nacciff, uno
de los impresores más connotados. Comenzó desde los 8 años. Por es-
to, aunque ha desarrollado otros oficios, la mancha de la tinta está
impregnada en su corazón y ella no puede quitarse con un simple
trapazo con thiner o aguarrás.
El empresario proviene de una familia modesta y su historia de
éxito es una más de esas que son nacidas del esfuerzo y el trabajo.
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―Estuve trabajando diecisiete años
con don Chinto. En ese tiempo usá-
bamos la tipografía y por eso tra-
bajábamos quince empleados por-
que se necesitaba mucha gente para
armar las cajas con los tipos. Pero
luego busqué otros horizontes y me
metí a trabajar al IFE. Anduve en
La Concordia y en Los Lagos, pero
se terminó el contrato y quedé sin
trabajo. Busqué entonces a otro im-
presor, don Ramón García. Cuando
llegué me di cuenta que el sistema
había cambiado. Don Ramón ya
tenía una computadora y ahí hacía
los diseños. Pensé: Si no aprendes esto Ramón ¡pelas! Así que entré a es-
tudiar computación y estuve muy pendiente de todo lo que se hacía en el
taller. Aprendí diseño y en serigrafía comencé a hacer las primeras tar-
jetas de presentación. Maquilé mis primeros trabajos de impresión acá,
pero luego la gente comenzó a decirme que era muy caro, entonces fui a
maquilar a Tuxtla para abatir costos y así comencé a crecer.‖
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Comitán, ciudad que habla de vos
Mientras don Ramón
platica, los invitados co-
mienzan a llegar a las ins-
talaciones de ―El Chiapa-
neco‖. Es sábado 28 de ma-
yo y es día de inaugura-
ción. La casa está habilita-
da. El cuarto que en algún
tiempo, tal vez, fue sala fa-
miliar ahora funciona co-
mo cuarto de impresión.
¡Ahí está la Heidelberg! Lo
que, tal vez, en algún mo-
mento fue dormitorio, aho-
ra sirve como sala de redacción. La luz
de los ventanales ilumina cada espacio.
En el patio de la casa-taller-oficina, el
famoso cantante Roberto Rojo, con su
guitarra, ameniza; frente a él varias
mesas están dispuestas con bocadillos
preparados por el chef Gabriel Pulido.
Todo está dispuesto para el momento en
que el Presidente Municipal de Co-
mitán corte el listón inaugural; todo
dispuesto para que sea como una fiesta
Edecanes
Carlos Córdova Cancino
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del pensamiento. En el aire flota la bur-
buja permanente, la que ilumina siempre
al hombre que inicia una aventura. Por-
que una aventura más en la vida de don
Ramón ¡es ésta! Y lo es porque, a pesar
de que ha andado en los caminos de la
impresión, jamás estuvo en el mundo del
periodismo, un mundo donde confluyen
caminos ignotos.
―Pero mi historia, como la de todos
los hombres, también ha tenido altibajos.
Una vez tuve un bajón y caí en el alco-
holismo, pero un día, como se dice,
comúnmente, me dije a mí mismo: En la
vida se viene a hacer algo. ¿Qué has
hecho?, y entonces entré a Alcohólicos
Anónimos y dejé el abismo‖. Ahora, en
Comitán, se le conoce como impresor.
Cuenta que guardó cada peso que ganó y,
un día, abrió las puertas de ―Publicidad
Impresa‖, empresa que provee servicios
de impresión.
Un empleado llega a avisarle que los
invitados especiales ya lo esperan para el
Director General del periódico, y el C.P. José Antonio Aguilar Meza,
Presidente Municipal de Comitán.
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acto inaugural. Don Ramón retira su brazo de la
rotativa, un poco como si se retirara de un amigo
reciente con el que se está a gusto. Ya tendrá
tiempo para regresar, por ahora debe ir a atender
a sus invitados, debe ir a recibir al Presidente
Municipal del pueblo, quien le hace el honor de
estar presente en el inicio de esta aventura. La
XEUI, radio local, transmite el acto en vivo. Sus
conductores realizan entrevistas que consignan la
emoción del momento. Un invitado no puede re-
sistir y mete mano a los bocadillos, un amigo le
pregunta algo y él, con la boca llena, sólo mueve
la cabeza. El vino ya está servido en copas transparentes. No está muy lejano el día,
recuerda don Ramón, en que su abuelita, Doña
Chabe, servía el pozolito en su negocio frente a
la Refaccionaria ―Arca‖.
Todo está preparado para que don
Ramón, como si fuese un barco, inicie la tra-
vesía. ¡Que su viaje sea con buen viento y esta
empresa sea fuente de trabajo y, poco a poco,
sus espacios se llenen con gente preparada, en
bien de la profesionalización de los medios!
¡Que su empresa esté a la altura de lo que Co-
mitán bien merece! ¡Que así sea!
Roberto Rojo
Marco Tulio Guillén B.
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Estamos llenos de cultura.
¿Cuándo venís a
Comitán a
llenarte de luz?
Consejo Ciudadano de Cultura Municipal
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Honorable Ayuntamiento
de Comitán
y
Universidad
Mariano N. Ruiz
¿Te gusta escribir? El Centro Comiteco de Creación Literaria es
¡para vos! Ser parte del Centro no tiene algún costo económico. Lo
auspicia el Honorable Ayuntamiento de Comitán 2011-2012.
Sesionamos los miércoles en la sede del Centro, frente al Santuario del
Niñito Fundador.
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La Academia de Dibujo y Pintura ―La Rueda‖ organizó dos exposiciones
colectivas en el Museo de Arte Hermila Domínguez de Castellanos.
Los participantes son alumnos de la institución.
―Entre dos Tierras‖ y ―Árbol de la vida‖, son los títulos de las exposiciones que
estarán hasta el 18 de junio.
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CRÓNICAS DE ADOBE
La presencia de algunas personas en los pueblos es como una bendición.
Marirrós Bonifaz anda por su pueblo: Comitán, y propone leer a los grandes
poetas, un poco para que las nuevas generaciones beban también de esos
pozos altísimos.
En el programa de Crónicas de Adobe, del martes 31 de mayo, compartió la
poesía del español Miguel Hernández.
El auditorio, sin duda, disfrutó la oportunidad de escuchar esa voz iluminada
en una voz similar.
En la foto: Marirrós, Paty, Rocío y Alejandro.
Crónicas de Adobe también se escucha por Internet:
www.imer.gob.mx
Todos los martes, de tres a cuatro de la tarde.
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El escritor Ornán Gómez presentó su libro En busca de la palabra.
Tal acto se efectuó en la Sala de Exposiciones Temporales, del Centro Cultural
Rosario Castellanos, el lunes 30 de mayo, a partir de las diez horas.
La Sala tuvo una audiencia notable, compuesta, en su mayoría, por compañeros
maestros.
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Sí, nos da pena decir que somos casi casi
¡perfectos!, pero así es.
Tenemos únicamente lectores de DIEZ,
escritores de DIEZ, patrocinadores de DIEZ y
chicas de DIEZ.
ISABEL es la chica DIEZ 2011.
¡Que su luz y mirada de albahaca permanezcan
todo el año en tu corazón!
Recordá siempre que vos, lector,
sos lo más importante de tu
Revista DIEZ.
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Visitanos
¡No te arrepentirás!
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Mojol
En Zacatlán, Puebla, La Hora del Amigo se marca entre flores.
Fotografía: Fernando Molinari
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No somos Moisés, pero en la DIEZ ¡abrimos el cielo!
¡Nos vemos en el 78!
Betsy