Trabajo Análisis Caso Clínico MOD. II.-revISADO
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Módulo II: Fundamentos Teóricos en Abuso Sexual en Infancia y Adolescencia.
Integrantes: Carolina Méndez. Carla Olivares. Carolina Salazar. Katherine Schlosser. Yesenia Silva.
Docente: Ps. Paola Mandujano.
Concepción, Mayo 2015.
Puntaje obtenido: 29 puntos
Porcentaje de logro: 97%
Nota evaluación: 6,7
I. Plantear qué tipo de información indagarían en una entrevista clínica
con el niño y describan la forma en que la llevarían a cabo.
En primer lugar, se debe señalar que se pueden realizar una o más
entrevistas clínicas, tanto con el menor como con su padres o adulto
responsable, con el fin de confeccionar una anamnesis completa y una
aproximación a la situación actual de la familia y del niño (Intebi, 2007).
La evaluación del niño debe abarcar tanto las áreas que normalmente
son evaluados en la clínica infantil (cognitiva, emocional, social, conductual,
desarrollo físico-sexual), como aquellos factores comúnmente considerados
como secuela del abuso sexual: miedos, conductas de evitación, sentimientos
de culpa, etc. (Echeburúa, 2000).
Al momento de entrevistar a un niño, Antonio en el presente caso, es
imprescindible tener actitud acogedora y sincera, respetar los tiempos del niño
y fijar límites que se tienen que respetar dentro de la sesión, es decir, hacer el
encuadre. Hay que utilizar un lenguaje adecuado y ocupar distintos medios de
comunicación (dibujos, juegos, etc.), por lo que hay que tener materiales que le
permitan expresarse a través de distintos medios (juguetes, papel, lápices,
instrumentos musicales, títeres, etc.). Tenemos que observar atentamente la
conducta del menor durante la entrevista clínica y hacer los registros
correspondientes lo más detallado posible. Debemos reconocer el momento
adecuado para preguntar temas sensibles y saber cómo hacerlo. Es muy
importante hacer preguntas significativas en forma suave, casi casual. Durante
la entrevista, mientras el menor realiza distintas actividades lúdicas, es
recomendable hacer comentarios que lo refuercen positivamente, como “a mí
me gustó mucho tu dibujo”, pues favorece una relación cercana (Oaklander,
2004).
Al iniciar la entrevista, es importante presentarse con el niño y
comentarle que deseamos conocerlo un poco y saber si existe algo en que lo
podamos ayudar, que le vamos a hacer algunas preguntas de su vida para
conocerlo y que él también puede preguntarnos sus dudas. Decirle que
mientras conversamos puede hacer dibujos con los materiales que disponemos
o jugar con los juguetes que desee.
Esta primera parte, es recomendable hacerla en conjunto con su madre
para que el niño se sienta cómodo y en confianza. En este momento también,
le pedimos sus datos personales, instando a que conteste el niño y no la madre
(nombre completo, edad, nombre del colegio, curso, con quien vive, dirección,
etc.), de manera que nos dé una noción del nivel intelectual y del manejo de
información por parte del menor. Luego, le explicamos que ahora nos vamos a
separar y nos quedaremos conversando solos mientras la madre estará en la
sala de espera y que al final de la sesión “haremos un cambio en el equipo”, lo
que nos permitirá quedarnos a solas luego con la madre para hacer una
pequeña devolución.
Se puede comenzar la entrevista con el niño, preguntándole si sabe por
qué fue traído a la sesión o si cree que le podemos ayudar en algo, lo que
permite conocer si tiene noción del problema por el cual consulta la madre. Si
dice que no sabe, le podemos dar alternativas, como dificultades en la escuela,
en la casa, problemas con los amigos, tener mucha pena, rabia, etc.
Durante la entrevista, mientras el niño realiza alguna actividad lúdica, en
la que podemos participar si nos invita, tenemos que indagar en las siguientes
áreas:
Hogar:
¿Con quién vives? ¿Quiénes son cada uno de ellos?
¿Qué hacen cada uno de ellos?
¿Quién te gusta más? (ó ¿con quién te llevas mejor?)
¿Con quién pasas más tiempo?
¿Qué les gusta hacer juntos como familia?
Educación:
¿Cómo es tu colegio?
¿Cómo son tus compañeros? ¿Y tus profesores?
¿Qué es lo que más te gusta del colegio? ¿Y lo que menos te gusta?
¿Cuál es la asignatura que más te gusta? ¿Y la que menos te gusta?
Amigos:
¿Tienes amigos? ¿Quiénes son tus amigos? ¿De dónde son?
¿Qué haces con ellos? ¿Juegan a algo?
¿Hay alguien que te moleste?
Diversión:
¿Qué cosas te gusta hacer? ¿Y eso lo haces solo o con alguien?
¿Ves televisión? ¿Qué ves en televisión?
¿Cuál es tu superhéroe favorito? ¿Por qué?
Salud:
¿Hay algo que te duela o te moleste?
¿Cómo eres para comer? ¿Cuál es tu plato favorito?
¿A qué hora te vas a acostar? ¿Tienes pieza solo o compartida? ¿Y duermes
solo o con alguien?
Otras:
¿Qué cosas hacen que te pongas feliz?
¿Qué cosas hacen que te pongas triste?
¿Qué cosas te hacen enojar?
¿Qué cosas te dan miedo?
¿Qué te gustaría ser cuando grande?
Imagínate si vas caminando y te tropiezas con algo, y al frotarlo resulta ser una
lámpara de la que sale un genio y te ofrece tres deseos mágicos por liberarlo.
Entonces, ¿qué deseos le pedirías?
No es necesario realizar todas las preguntas, pero sí intentar indagar su
funcionamiento en las diversas esferas. Además, es recomendable preguntarle
¿hay alguna otra cosa que sea importante que yo sepa para ayudarte? o
¿tienes alguna duda o algo que quieras preguntarme?, pues puede permitir que
entregue información importante de algún tema que no hemos explorado.
Al terminar la entrevista, es favorable que realicemos algún comentario
positivo sobre el menor y sobre el rato que pasamos en la sesión. Además, es
bueno ayudar al niño a reconectarse con su vida habitual, para lo que podemos
preguntar ¿qué vas a hacer después? (Oaklander, 2004).
II. Plantear qué tipo de información indagarían en una entrevista clínica
con la madre y describan la forma en que la llevarían a cabo.
Existen tres áreas que son indispensables indagar en una entrevista
clínica con la madre: el motivo de consulta, historia del desarrollo del niño y la
dinámica familiar. Además es importante indagar exhaustivamente sobre el
motivo de consulta, pues fue ese síntoma el que operó como señal de alarma
para llevar a consultar. Se debe indagar en aspectos fenomenológicos como:
¿Por qué trae a su hijo?
¿Cuándo se iniciaron los problemas que describe?
De las conductas sexuales que Ud. menciona, ¿cuáles son las conductas que
su hijo hace? ¿Desde cuándo se están presentando?
¿De dónde cree que las aprendió?
¿En qué lugares presenta estas conductas? ¿Sólo en el colegio?
¿Por qué cree Ud. que el niño hace eso?
¿A qué se refiere con que su hijo es sensible?
¿Existe alguien dentro de su familia que tienda a abrazar y besar a otros?
Esto de ser “amanerado”, ¿lo habrá aprendido de alguien?
¿Cómo describiría Ud. a su hijo?
¿Cómo describiría su relación con su hijo?
Hace un año tuvo que cambiar a su hijo de colegio, cuénteme ¿qué pasó?
¿Quiénes viven en la casa con Uds.? ¿Desde cuándo viven estas pensionistas
en la casa? ¿Cómo es la relación con ellas?
¿Con quién pasa el niño la mayor parte de su tiempo? ¿Le gusta estar con esta
persona?
Cuando su hijo visita a los abuelos, ¿Ud. lo acompaña? ¿Cómo lo pasa allí?
Cuando su hijo va a ver a su papá, ¿cómo se organizan para esta visita?
¿Cómo lo pasa el niño con el papá?
¿Qué ha hecho Ud. hasta ahora para tratar de manejar estos problemas? ¿Y
qué dice el papá?
¿Qué ha hecho el colegio?
También se debe realizar la historia del desarrollo del niño, que en
primera instancia puede ser breve y luego, en otra entrevista, obtener la
totalidad de los antecedentes: embarazo y período perinatal, desarrollo
psicomotor y alimentación, historia escolar, antecedentes mórbidos, sexualidad,
juego, etc. Es bueno solicitar a la madre que describa un día normal del niño,
pues nos dará una visión de los cuidados del menor así como de su autonomía,
y un día de celebración o de fiesta, que refleja la regulación emocional y
familiar (Aberastury, 1987).
Por último, no es posible hacer una evaluación de un niño sin valorar la
situación y la dinámica familiar (Oaklander, 2004). No obstante, esta entrevista
clínica no reemplazará de ninguna forma a una evaluación familiar, hay
aspectos generales que nos deben quedar claros, como son: genograma
familiar, tipo de familia a la que pertenece el menor, una idea general sobre el
clima familiar, la jerarquía y los límites familiares; información que se puede ir
obteniendo en la medida que confeccionamos el genograma.
Con la entrevista a la madre y al menor, podremos recoger información y
formarnos una opinión acerca de la fuente y el significado de los relatos o
descripciones que nos pueda haber aportado el niño, los comportamientos
observados y cualquier otro elemento que haya despertado sospechas de
posibles comportamientos abusivos. Para tal fin, debemos basarnos en
conocimientos de psicología evolutiva, del trauma y sus efectos, y de las
características y la dinámica de los abusos sexuales a niños (Intebi, 2007).
III. Realicen un análisis de los test gráficos, en relación a los indicadores
que sugiere la teoría revisada en el módulo.
i. Test de la Figura Humana.
El test gráfico Dibujo de la Figura Humana, es una técnica proyectiva,
creada en 1949 por Karen Manchover y utilizada como elemento de variadas
investigaciones, lo cual permite tener en la actualidad un sustento teórico que
permite el uso de la misma como instrumento de evaluación psicológica. Cabe
señalar que la prueba parte del sustento que el sujeto dibuja desde referentes
de apoyo que han sido internalizados previamente, logrando evaluar cambios
evolutivos y emocionales.
a) Primera figura:
Desde una impresión global y considerando que la figura realizada, es
una proyección de las representaciones internalizadas de sí mismo, el dibujo
indicaría conflictos o ambivalencia en la identidad de género, lo cual pudiese
estar en estrecha relación con fallas en la integración personal e identidad, lo
mismo respecto al agregar tacos en los zapatos del dibujo realizado, podría
reflejar una situación sexual angustiante y/o ligado a un conflicto homosexual,
aspecto que se correlaciona con uno de los elementos del motivo de consulta.
Por otra parte, el dibujo del sexo opuesto, es un indicador que tiene a la
base la sexualización traumática del modelo Traumatrogénico. Girardi y Pool
(2005). Así mismo, se observa en la gráfica la presencia en cierto grado del
indicador, desorganización de las partes del cuerpo, que pudiese dar cuenta de
dificultades para tener un concepto integrado de sí mismo. Tanto del modelo
traumatogénico de Filkelhor, como la carrera moral de Barudy, hablan de
sentimientos de inseguridad e indefensión como consecuencia del abuso
sexual.
No se observan indicadores significativos en lo que respecta al análisis
estructural, más que un leve emplazamiento hacia la izquierda, lo cual pudiese
estar relacionado a tendencias más bien impulsivas. En cuanto al análisis de
indicadores gráficos, se evidenciaría el uso de imágenes en forma de
corazones y formas triangulares, aspectos que poseen mayor presencia en los
niños víctimas de agresiones sexuales. Por último, aparece sensación de
inseguridad, al omitir una línea base y figura inclinada, desestabilizada en
menor grado.
b) Segunda Figura:
Desde una impresión global, se infiere que la segunda figura le es
solicitada al niño, dado que en la primera realiza una figura del sexo opuesto.
En esta gráfica, destaca la edad cronológica con la cual identifica a la figura,
aspecto que según Machover (1997), sugiere indicaría identificación con la
imagen paterna. Por otro lado, el contacto social con el mundo, representado a
través de la cabeza y rasgos faciales, destaca el tamaño de los ojos, boca y
lengua, generando una mirada y actitud burlesca, pudiendo asociarse a
sentimientos de desprecio y hostilidad, argumento que toma fuerza si el dibujo
se tratase de una proyección del agresor. Esto se complementa con el
indicador de auto-depreciación, evidenciado en las verbalizaciones que
acompañan al dibujo, “feo feo el hombre”, “el hombre más feo del mundo”.
Se aprecian detalles como nubes, que demuestran ansiedad e
incapacidad para adaptarse, lo que también se aprecia en la ausencia de
cuello; pasto en puntas, como formas de manifestar agresión encubierta o
reprimida.
ii. Test de Dibujo de la Familia.
El test de la familia es una prueba grafica proyectiva que fue creada por
Maurice Porot en 1952, en donde se analiza la percepción que el niño tiene de
su familia y el lugar que ocupa en ella. No obstante, a lo largo del tiempo
diversos autores y estudios han ampliado su evaluación, como Louis Corman
en 1961, quien en su consiga le solicita al niño que dibuje una familia que él
imagine, permitiendo que se expresen sus tendencias inconscientes con mayor
facilidad. Bums y Kaufman 1972 presentan la prueba kinética del dibujo de la
familia proponiendo criterios de evaluación. Korbman en 1984, plantea que en
niños pequeños es más adecuada la consigna “dibuja a tu familia”. La prueba
del dibujo de la familia es utilizada para evaluar las emociones del niño, su
adaptación al medio familiar, los conflictos edípicos y de rivalidad fraterna.
Dibujo de una familia:
De acuerdo al análisis del primer dibujo, en el plano gráfico se debe
evaluar la fuerza del trazo, la amplitud del dibujo, el ritmo que se utiliza para
dibujar y el sector de la página en que se dibuja, de acuerdo a estos aspectos
en el dibujo de Antonio, sólo se puede analizar que su dibujo se emplaza más
hacia la izquierda manifestando tendencias más regresivas o hacia el pasado.
Respecto del plano estructural, el dibujo estaría representado por un tipo
racional, ya que se aprecia cierta estereotipia, escases de movimiento, estando
los personajes de forma más bien aislada, en donde predominan las líneas
rectas y ángulos, lo cual se podría asociar a mayor inhibición e instauración de
reglas en el niño.
En cuanto al plano de Contenido, se puede interpretar que existiese
mayor lejanía afectiva con su madre de acuerdo al lugar en donde ella se ubica
y en cuanto a las verbalizaciones que entrega el niño, “a la mama, porque es
mala, le pego a los niños” esto se puede valorar como una figura devaluada
dentro de su familia. Además es en esta figura en donde se aprecian borrones,
lo que también podría demostrar conflictos emocionales respecto de su
relación. El hecho de que a las figuras parentales le agregue elementos se
puede interpretar como desvalorización del bloque parental, no obstante, es
importante mencionar que se identifica mayoritariamente con la figura de la
madre destacándola dentro de su dibujo y posicionándola en primer lugar, lo
que también podría manifestar sentimientos de envidia o temor respecto de
ella. Se presume, en menor grado, que al padre podría valorizarlo más que a
su madre, dentro de las figuras representadas, respecto de las verbalizaciones
que entrega y por la cercanía en cuanto a los niños, siendo su padre una figura
menos amenazante.
En el segundo dibujo, lo que el niño realiza es agregar cuatro figuras,
dos que representarían personas y dos animales como mascotas. Una de las
figuras podría ser un niño o niña y un “bebe” lo que pudiese estar demostrando
cierta utilización de mecanismos de defensa como la regresión y negación
intentando manifestar su interacción familiar, como una situación menos
amenazante. También el hecho que se identifique con el bebé se interpreta
como una desvaloralización de su propia imagen.
Respecto de su identificación personal no queda de manifiesto en su
dibujo si él se representa como un niño o niña, manifestando verbalmente que
a él le gustaría ser mujer, lo cual nuevamente queda de manifiesto en sus
graficas, como un conflicto de identidad sexual.
En cuanto a indicadores de abuso sexual, se podría referir el hecho de
que en su gráfica se aprecia el uso de imágenes en forma de corazones y el
énfasis que hace a los pies, lo cual podría reflejar alguna situación sexual
angustiante; la ausencia de nariz es un indicador de problemas indemnidad
sexual, que en el caso de Antonio también se puede interpretar como un
conflicto respecto de su identificación sexual más que a un abuso sexual
propio. Se aprecia un dibujo que carece de base, un entorno pobre y ojos
vacíos en sus gráficas.
iii. Dibujo libre :
De acuerdo al dibujo libre realizado por el niño se aprecia que existen
recursos en él, espontaneidad y expansión. No obstante, se puede dar cuenta
que aparecen nuevamente conflictos con la identidad, ya que el niño se
identifica con una mariposa, lo cual además se puede identificar con deseos de
sentirse libre y apartarse de los problemas.
La casa nos muestra una gran estructura, pero una puerta pequeña,
desproporcionada en comparación al resto de los elementos, evidenciándose
sentimientos de indefensión, factor que está a la base de las dinámicas
traumatogénicas.
Por otra parte, se observa como elemento fálico, la presencia de la
chimenea a la cual agrega humo levemente llevado por el viento, indicando
presiones en ésta área. Es importante señalar que incorpora elementos
accesorios en el dibujo, como mariposas, que pudiesen simbolizar conductas
caprichosas, nubes que tienden a asociarse a un componente ansioso, césped
puntiagudo asociado a agresividad. Los elementos en su totalidad podrían
interpretarse como una forma de compensar la falta de estabilidad familiar o
incomunicación de su familia con el exterior, lo que se puede observar en las
rejas de las ventanas dibujadas.
En su verbalización “están afuera porque adentro está muy fome” y su
gráfica de una casa alargada continúa manifestando dificultades dentro de su
hogar representando posiblemente la tendencia a querer crecer para alejarse
de sus problemas afectivos.
Los ojos vacíos vuelven a aparecer, indicador a tener en cuenta en
casos de agresión sexual.
IV.- Análisis CAT-A
Lámina 1.
El relato de la lámina es esperable, ya que las respuestas giran en torno
a las necesidades orales y cuidados paternos que suplen las necesidades del
niño. No se observa rivalidad, debido a que él es hijo único. La historia posee
un desarrollo lógico temporo-espacial, sin embargo, se observa que la frase
final pudiese ser motivo de conflicto y de angustia en el niño.
La figura con la que el niño se identifica sería la madre, con la frase
“duerme mi pollito”, no obstante, dentro de las necesidades principales del
héroe pudiese ser una situación como expresión del deseo de una necesidad
de contención del niño, lo que podemos relacionarlo con la naturaleza de las
ansiedades que se manifiestan en la lámina.
Lámina 2.
El niño tiene dificultades para identificarse con alguna de las figuras que
se presentan. No existe una identificación esperable en relación a si es la figura
que coopera o la que causa el conflicto. Se observa más bien un conflicto de
identidad fuertemente en diversos indicadores de la lámina. Existe una
disociación en relación a la percepción que posee el niño de sí mismo; las
necesidades principales del héroe dan cuenta de la necesidad de identificación
por parte del niño.
Se puede dar cuenta de que la historia no posee un hilo conductor
coherente que incluya inicio, desarrollo y desenlace, se observa altos monto de
ansiedad.
Se observa el mecanismo de defensa anulación, puesto que existen
cambios en la versión de los hechos.
Lámina 3.
Se observa un relato coherente el cual proyecta su quehacer diario y
cotidianidad. En el relato no se observa conflicto con la autoridad en donde no
existe jerarquía, más bien se visualiza a los personajes como amigables. El
león no representa una figura de poder para el niño, más bien les atribuye una
relación cercana y significativa a ambas figuras. Es él quien se identifica con la
figura de poder.
Es importante señalar en relación a la teoría, que si bien en la lámina se
observa adulto significativo y libre de áreas de conflicto, este personaje también
pudiese ser un adulto agresor.
Lámina 4.
Se observa coherencia en el relato del niño. Se identifica a la madre
como el héroe, ya que, es el personaje que más se releva en la historia, donde
también se observa una necesidad desde el niño de protección y priorización
por parte de la madre. Cuando la figura de apego desaparece de la historia no
se observa angustia, lo que se puede relacionar con un posible apego
inseguro. El niño se identifica con una figura del sexo opuesto.
Se analiza como poco habitual la frase “ohh le está agarrando el poto”,
como circunstancia introducida de impulsos, ya que, no es esperable que se
expresen contenidos de carácter erótico en la lámina, como tampoco en esta
etapa del ciclo vital.
Lámina 5.
Hay coherencia en el relato del niño, no obstante, se observa confusión
y ansiedad frente a la lámina desarrollando frases incoherentes, que
nuevamente demuestran su dificultad para identificarse.
Las ansiedades y angustias que aparecen en el relato son esperables en
esta lámina, que aluden a la esfera de la sexualidad, en donde se producen
confusiones y conjeturas acerca de lo que pasa entre los padres (o dos adultos
de sexo opuesto), y la curiosidad por parte del niño que eso conlleva.
Se repiten contenidos en áreas de conflicto, principalmente el abandono
y negligencia de las figuras paternas.
Lámina 6.
No se observa un relato coherente y con secuencia lógica de los hechos,
lo cual demuestra la ansiedad y angustia frente a la lámina.
Se observan elementos fálicos. Por otro lado se analiza un contexto y
entorno sucio con insectos, barro, serpiente, lo cual demuestra amenaza y
agresión, así como la expresión emocional de incomodidad que invade el
funcionamiento interno del niño.
En relación a las defensas se puede observar defensas maniacas que
dan un giro al desenlace de la historia invadido de forma desproporcionada con
sentimientos positivos.
En relación al héroe, el niño se identifica con el “osito”; necesidades
principales del héroe se observa una necesidad de que la figura materna
contenga la angustia y ansiedad que le genera la lámina.
Se observan elementos de carácter oral, lo cual demuestra sus
necesidades y fantasía de contención y figura que le brinde protección.
En esta lámina se observa shock a la lámina, ya que además de
mantener un discurso disociado, se observan un desborde en el relato.
Lámina 7.
Se observa un relato incoherente y breve, lo cual demuestra el monto de
angustia y ansiedad que le genera la lámina, pudiendo significar shock y
rechazo a ésta. Las defensas del niño son lo suficientemente irrealistas como
para producir un cuento inocuo, no se ve contenido altamente agresivo lo cual
habla de negación como mecanismo de defensa.
Se observa que en la identificación se proyecta como el tigre, lo cual
habla de recursos personales en el niño.
Lámina 8.
Logra realizar un relato adecuado y coherente en lo que se refiere a la
cronología de la historia, existen sentimientos de tristeza a lo largo de la
historia. Se observa principalmente angustia, sentimientos de abandono y
desprotección frente a la lámina. Todo el relato está marcado por la
vulnerabilidad que percibe el niño.
En relación al héroe, el niño se identifica con el mono pequeño y releva
de forma significativa la figura materna como no disponible.
Lámina 9.
Se observa un relato cronológico adecuado, sin embargo, se presentan
elementos incoherentes dentro del cuento, se identifica con el “conejo
pequeño”, lo cual es esperable.
En la lámina afloran sentimientos de miedo a ser abandonado, deserción
de los padres y desprotección.
En relación a los mecanismos de defensa, se observa la anulación, ya
que, hay un cambio en la versión de los hechos.
Lámina 10.
El relato es esperable en cuanto a lo que proyecta la lámina, que tiene
que ver con temáticas de tipo, crimen y castigo y resalta las concepciones
morales del niño, además aparecen malos hábitos de higiene.
Al igual que en la lámina 5, se observan defensas maniacas y un relato
disociado al percibir de forma negativa y con mucha angustia la primera parte
del relato, sin embargo, en el desenlace se observan mecanismos de defensa
maniacos al darle una connotación de forma positiva, no obstante, desbordada.
Se observa angustia ante castigos severos.
Interpretación dinámica de los contenidos.
Se distinguen elementos que se repiten en la mayoría de las láminas,
tales como la dificultad en el manejo de la agresión, alteración en la lógica del
pensamiento y niveles perturbadores de angustia, lo que conlleva un shock
frente a la lámina. Llama la atención la confusión de identidad que relata,
donde finalmente se distingue mayormente una identificación con el sexo
opuesto.
En relación a lo anterior, la calidad de los relatos a lo largo de la
aplicación del protocolo es confusa, tienden a predominar sentimientos
negativos, así como también, un ambiente mayormente amenazante. Se
introduce en el relato sensaciones de suciedad, circunstancia introducida
relacionada con el agua.
Se puede interpretar un daño al héroe en la lámina 4, sin embargo, se
requiere de mayor información acerca de los tiempos de respuesta, la forma del
relato y del comportamiento verbal y no verbal del niño.
Existe una autopercepción de vulnerabilidad e indefensión, donde se
identifican conflictos con la capacidad v/s incapacidad de la madre en el
cuidado del niño, se observan altos niveles de ansiedad y sentimientos de
temor al abandono por parte de la figura protectora. De la misma forma, se
observa el conflicto protección v/s abandono, donde percibe su entorno como
inseguro e inestable frente a la existencia de una amenaza y a la posibilidad de
ser dañado.
Sin embargo, es importante mencionar que se identifican recursos
relacionados a la etapa evolutiva por la cual transita el niño, ya que aún no
percibe ningún posible daño como tal, y se refugia en sus propias fantasías de
autocuidado y de una familia bien constituida, teniendo control sobre sí mismo
al actuar frente a situaciones que percibe como amenazantes, de abandono y
desamparo.
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