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FILOSOFÍA MEDIEVAL
CURSO: FILOSOFÍA
CICLO: I
ALUMNO:
LUIS ANDRÉ SOTO BALSECA
2015
INTRODUCCION
A diferencia de lo que había ocurrido con la filosofía griega, que había centrado su
reflexión en torno a la determinación del objeto, la filosofía medieval centrará su interés en
Dios. La filosofía helenística había dado una orientación práctica al saber, dirigiéndolo
hacia la felicidad del hombre. Es el caso del estoicismo y del epicureísmo, que habían
colocado a la ética en el vértice del saber. A lo largo de los primeros siglos de nuestra era,
la progresiva expansión del cristianismo y otras religiones mistéricas irá provocando la
aparición de otros modelos de felicidad o "salvación individual", que competirán con los
modelos filosóficos. Frente a la inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por algunos
de los primeros padres apologistas cristianos, sus continuadores encontrarán en la filosofía,
especialmente a partir del desarrollo del neoplatonismo de Plotino, un instrumento útil, no
sólo para combatir otras religiones o sistemas filosóficos, sino también para comprender, o
intentar comprender, los misterios revelados. Surge de ahí una asociación entre filosofía y
cristianismo o, más en general, entre filosofía y religión, que pondrá las bases de la futura
filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes y los judíos. El tema fundamental
de reflexión pasará a ser la divinidad, quedando subordinada la comprensión e
interpretación del mundo, del hombre, de la sociedad, etc. al conocimiento que se pueda
obtener de lo divino. La fe, que suministra las creencias a las que no se puede renunciar,
tratará de entrar en diálogo con la razón. La inicial sumisión de la razón exigida por la fe,
dejará paso a una mayor autonomía propugnada, entre otros, por Santo Tomás de Aquino,
que conducirá, tras la crisis de la Escolástica, a la reclamación de la independencia de la
razón con la que se iniciará la filosofía moderna.
FILOSOFIA MEDIEVAL
1.1 CONCEPTO
Se denomina filosofía medieval a la filosofía dada en Europa y el Oriente Medio durante el
período conocido como Edad Media, periodo que se extiende desde la caída del Imperio
Romano de Occidente en el siglo V hasta la caída del Imperio Romano de Oriente.
Los problemas fundamentales discutidos durante este periodo fueron la relación entre la fe
y la razón, la naturaleza y existencia de Dios, los límites del conocimiento y la libertad en
el hombre, la naturaleza de los universales y la individuación de las sustancias divisibles e
indivisibles.
1.2 HISTORIA
La filosofía medieval, tiene una duración de diez siglos, transcurre desde el siglo V hasta el
XV después de Cristo, desde la desintegración del Imperio romano de Occidente y se basó
en la compatibilidad de la fe y la razón. Se decía, entonces: “Creo para entender”. San
Panteno funda en Alejandría una escuela catequista que consideraba a la filosofía
complemente de la religión. El siglo XI significa un extraordinario florecimiento de la
filosofía de la naturaleza, porque el quehacer filosófico centra su especial preocupación en
el mundo físico, en la investigación experimental, contando con su máximo representante al
teólogo, filósofo y sabio inglés, Rogerio Bacon (1215-1292) , quien fustigó la ideología y la
política del feudalismo imperante, siendo por sus ideas apartado en 1277 de la enseñanza en
la Universidad de Oxford y encerrado en la celda de un monasterio en 1278 por orden de
las autoridades eclesiásticas. Durante el siglo XII los estudios que se desarrollaban en las
escuelas comprendían las artes liberales en la base piramidal, la filosofía en el centro y la
teología en la cúspide como supremo saber; la filosofía era independiente de la dialéctica.
El “Doctor admirable”, sostiene que los métodos silogísticos y de la abstracción no son
suficientes para llegar al conocimiento verdadero, preciso y exacto del mundo y de las
cosas, siendo necesario, además, el uso del método de la observación y de la experiencia de
los hechos naturales, en el entendido que sólo la experiencia confirma y verifica la verdad.
Según este filósofo el conocimiento puede adquirirse de tres maneras: por la autoridad, por
la razón y por la experiencia. Durante el Cristianismo se desarrolla dos tipos de verdades: la
verdad natural o racional y la verdad revelada, pero también el saber humano se desarrollan
a través de dos grandes sectores: Filosofía y Teología. La Iglesia es el eje central y rector de
la filosofía y la cultura. La teología son los conocimientos o saberes que dispone el hombre
acerca de Dios y la filosofía son los conocimientos o saberes que dispone el hombre acerca
de las cosas de la Naturaleza. Se sostuvo, entonces, que “la razón no puede contradecir la
fe”. Durante la Edad Media la filosofía estuvo subordinada a la teología (“ciencia de
Dios”), época en la que el cardenal Pedro Damiano (siglo XI) acuña la expresión: “La
Filosofía es esclava de la Teología”. Por entonces, la filosofía se orienta hacia la reflexión
sobre las cosas de la naturaleza y la vida humana, confundiéndose con lo que
posteriormente serían las ciencias naturales. En la Edad Media nace la filosofía apologística
ante la necesidad de defensa de la religión cristiana frente a las críticas de los paganos.
Mientras los escépticos decían que no se podía conseguir la verdad porque “No existe la
verdad; de todo se puede dudar”, san Agustín sale a refutarlos afirmando que sí existe la
verdad: “Se podrá dudar todo lo que se quiere; de lo que no puede dudar es de la misma
duda”. En el pensamiento de la Edad Media existieron tres grandes religiones monoteístas
que originaron a tres tradiciones filosóficas importantes: la tradición cristiana, representada
por Santo Tomás de Aquino; la tradición judía, con Maimónides, y la tradición musulmana,
representada por Averroes
1.3 CARACTERISTICAS
1. Surgen algunas tendencias que buscaban unir la razón y la fe.
2. Nace la teología
3. Se dejan atrás los planteamientos filosóficos griegos para abrir paso a un nuevo cuestiona
miento: Fe sobre razón.
4. La influencia de la filosofía Aristotélica es muy grande y por tanto el mundo se rige por
planteamientos racionales.
5. Las ideas de Platón aún se tomaban en cuenta pero basándolo en la Fe, se acepta que la
verdad es eterna e inmutable y por lo tanto no puede ser la experiencia la que nos la otorgue
sino que se debe utilizar el conocimiento sensible.
6. Dios se convierte en el centro de todas las cosas y surgen nuevos problemas filosóficos
relacionados con su existencia y su esencia.
7. Se caracteriza por la preocupación de los pensadores judíos, cristianos y musulmanes
por combinar las filosofías griegas y romanas con la ortodoxia religiosa.
8. Es un momento fundamentalmente religioso y en el que los planteamientos filosóficos
de otra índole no encuentran su lugar.
9. Se caracteriza por la ausencia de libertad de pensamiento, así como por un
control férreo por parte de las instituciones religiosas.
10. Surgen algunas tendencias que buscaban unir la razón y la fe.
11. Nace la teología
12. Se dejan atrás los planteamientos filosóficos griegos para abrir paso a un
nuevo cuestiona miento.
1.4 ESCUELAS FILOSOFICAS
LA PATRÍSTICA DE SAN AGUSTÍN
Como en la filosofía de Platón, tanto el mundo como el hombre existen por participación.
El ser en el cual participan todas las cosas es el creador mismo, quien, en su perfección, las
trasciende a la vez que las ilumina. Y si las ilumina es porque en Dios existen las ideas,
aquellas mismas ideas platónicas, esencias de las cosas, que ahora se convierten en ideas
vivas, puesto que son los pensamientos de Dios.
En realidad hablar de pruebas de la existencia de Dios en san Agustín es, sin ser falso, algo
arbitrario. Gilson ha visto que toda la filosofía de san Agustín, todo su pensamiento
conduce a Dios. Habrá que hablar más bien de una sola vía en la cual coinciden la razón, la
fe y la caridad, en busca de una revelación que surge del mundo creado y del alma cuando
ésta regresa a sí misma y encuentra que en ella habita la verdad.
Los medios naturales (sensación, intelecto, razón) vendrán así en ayuda de los caminos
sobrenaturales de la fe y la gracia divina.
El mundo natural, no es en san Agustín tan importante como va a serlo para santo Tomás.
Sin embrago, el mundo natural es el mundo creado por Dios y, en cuanto creación divina,
conduce a Dios. Es acaso este respeto hacia las creaciones divinas lo que hace pensar a san
Agustín, en curiosa coincidencia con los epicúreos, que las sensaciones nos dan por lo
menos la certeza de que existe un mundo del cual provienen y al cual se refieren. Este
mundo es el que, de creatura en creatura, nos conduce a Dios.
La prueba de la existencia de Dios mediante las creaturas procede en san Agustín de esta
creencia en el origen divino del universo creado. Pocas veces se ha presentado la prueba
por la contingencia como en este párrafo de las Confesiones:
¿Y qué es eso? Pregunté a la tierra, y dijo: “No soy yo”, y lo mismo confesaron todas las
cosas que hay en ella. Pregunté al mar y a los abismo y a los reptiles de almas vivas, y
contestaron: “Nosotros no somos tu Dios, busca por encima de nosotros”. Pregunté a las
auras que respiramos y dijo el aire todo con todos sus habitantes: “Se engaña Anaxímenes,
yo no soy Dios”. Pregunté al cielo, al sol, a la luna, a las estrellas: “Tampoco somos el
Dios que buscas”, me dijeron. Y pregunté a todas aquellas cosas que rodean las puertas de
mi carne: “Habladme de mi Dios que vosotras no sois, decidme algo de ‘Él’. Y clamaron
con gran voz: “Él es quién nos ha hecho”. Mirada era mi pregunta y su respuesta su
apariencia”.
Pero si el mundo de las cosas nos conduce a Dios, el camino que a él nos conduce es,
principalmente, el de nuestra alma en la cual está presente Dios mismo. De esta existencia
son pruebas las verdades absolutas de la lógica y las matemáticas. ¿De dónde provendría
una verdad matemática? ¿De nosotros mismos? Pero si viniera de nosotros, seres relativos
como somos, no serían absolutas las verdades de la matemática. Para que lo sean se
necesita la existencia de un ser que sea verdad absoluta.
Penetremos más aún en interior de la eternidad. De acuerdo con san Agustín, todos los
hombres reciben la iluminación que Dios les otorga. Así, conocer a Dios es volver a esta
luz primigenia y reveladora. En un párrafo paralelo a aquel mediante el cual llega al
conocimiento de la divinidad por inspección de su propio ser:
Tengo al alcance de la mano un cuerpo y un alma, uno exterior y la otra interior. ¿En cuál
de los dos había de buscar a mi Dios, que ya había buscado por los cuerpos desde la tierra
hasta el cielo […]? Mejor sin duda lo interior. Pues a él, como presidente y juez, le venía a
traer los mensajes corporales, las respuestas del cielo y de la tierra y de todas las cosas
que hay en ellos, cuando decían: “No somos Dios” y “Él es quien nos ha hecho”. El
hombre interior conoció estas cosas por el ministerio del exterior: yo interior conocí estas
cosas, yo, yo alma.
ESCOLASTICA
La escolástica (del latín scholasticus, y éste a su vez del griego σχολαστικός [aquel que
pertenece a la escuela]) es una corriente teológica y filosófica que utilizó parte de
la filosofía grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del cristianismo.
La escolástica fue la corriente teológico-filosófica dominante del pensamiento medieval,
tras la patrística de la Antigüedad tardía, y se basó en la coordinación entre fe y razón, que
en cualquier caso siempre suponía una clara subordinación de la razón a la fe (Philosophia
ancilla theologiae -la filosofía es sierva de la teología-).
Dominó en las escuelas catedralicias y en los estudios generales que dieron lugar a
las universidades medievales europeas, en especial entre mediados del siglo XI y mediados
del XV.
Su formación fue, sin embargo, heterogénea, ya que acogió en su seno corrientes filosóficas
no sólo grecolatinas, sino también árabes y judaicas. Esto causó en este movimiento una
fundamental preocupación por consolidar y crear grandes sistemas sin contradicción interna
que asimilasen toda la tradición filosófica antigua. Por otra parte, se ha señalado en la
escolástica una excesiva dependencia del argumento de autoridad y el abandono de las
ciencias y el empirismo.
Pero la Escolástica también es un método de trabajo intelectual: todo pensamiento debía
someterse al principio de autoridad, y la enseñanza se podía limitar en principio a la
repetición de los textos antiguos, y sobre todo de la Biblia (principal fuente de
conocimiento). A pesar de todo ello, la escolástica incentivó la especulación y el
razonamiento, pues suponía someterse a un rígido armazón lógico y una estructura
esquemática del discurso que debía exponerse a refutaciones y preparar defensas.
ESCUELA DE OXFORD
Escuela de Oxford o Escuela franciscana de Oxford es el nombre dado a un grupo de
académicos medievales de la universidad de Oxford, ligados a la orden franciscana, dentro
del marco de la escolástica tardía. Dedicados a varias ramas del saber, como la filosofía y
la teología, son especialmente conocidos por sus aportes en lógica, matemática y física.
Durante el siglo XIV introdujeron la interpretación matemática en la física aristotélica, y
propusieron cuestiones y problemas nuevos, adelantándose a los que trató con mayor
propiedad la ciencia moderna.
ESCUELA DE PARIS
La escuela de París es un grupo de filósofos del siglo XIV que tomaron el relevo de los de
la escuela de Oxford. Se caracterizó por sostener el nominalismo y mostrar un gran interés
por cuestiones de lógica, en algunos casos, y por la filosofía de la naturaleza, o
simplemente la física, muchos de ellos.
En general, algunas de sus afirmaciones se consideran precedentes de la ciencia moderna,
pues aunque se encontraban aún sumergidos en la perspectiva filosófica de la física
aristotélica, estos autores pusieron en duda algunos de sus puntos más débiles y
contribuyeron a su posterior destrucción. Sus principales representantes son Juan
Buridán, Alberto de Sajonia, Nicolás de Oresme, Enrique de Hesse y Marsilio de Inghen.
ESCUELA DE SAN VICTOR
La escuela de San Víctor, a cuyos miembros se les conoce también como Victorinos, fue
una escuela teológica y filosófica de la Edad Media, con sede en la Abadía de San
Víctor ubicada fuera de los muros de París. Dio origen a algunos de los más
importantes filósofos místicos de la época como Hugo y Ricardo de San Víctor.
Su creación se atribuye al célebre teólogo y profesor catedralicio de Notre Dame Guillermo
de Champeaux, quién tras ser derrotado por Aberaldo en una discusión derivada de sus
teorías sobre los universales, se retiró a la Abadía de San Víctor en las afueras de París, que
ya era una escuela claustral, donde al parecer siguió enseñando desde 1108 hasta 1113,
dando origen a la escuela.
ESCUELA FRANCISCANA DE PARIS
Se denomina escuela franciscana de París al grupo de teólogos y filósofos franciscanos que,
desde su puesto como maestros en la Universidad de París durante el siglo XIII ejercieron
una influencia notable en el pensamiento cristiano, sobre todo desde su oposición
al tomismo y su aceptación de las opiniones de san Buenaventura, que parte de los escritos
de Agustín de Hipona.
Entre los miembros de esta escuela destacan Guillermo de la Mare, Mateo de Acquasparta,
que después sería elegido cardenal, Guillermo de Melton y el propio Buenaventura de
Fidanza.
AVERROISMO
Averroísmo es el término aplicado a dos tendencias filosóficas de la escolástica desde
finales del siglo XIII, la primera de las cuales estaba basada en las interpretaciones
del aristotelismo por el filósofo árabe Averroes (Ibn Rushd) y su intento de conciliarle con
el Islam. Los filósofos cristianos a su vez aplicaban estas ideas a los escritos de Aristóteles
para hacer lo propio con el Cristianismo. Además de Averroes, los principales autores
involucrados en el movimiento averroísta fueron Siger de Brabante y Boecio de Dacia. Las
principales ideas del primitivo concepto filosófico averroísta — tal como se encuentra en
los comentarios de Averroes a Aristóteles eran:
hay una verdad, pero hay (al menos) dos maneras de alcanzarla: a través de la filosofía
y a través de la religión;
el mundo es eterno;
el alma se divide en dos partes: una individual y otra divina;
el alma individual no es eterna;
todos los hombres comparten a un nivel básico la misma alma divina (idea
denominada monopsiquismo);
la resurrección de los muertos no es posible (proposición de Boecio);
En tal punto se produjeron la dos condenas de la Sorbona de 1270 y 1277, por
el obispo Étienne Tempier. Tempier especificó 219 tesis averroístas inaceptables.
Para resolver el problema, Siger intentó argumentar la existencia de una doble verdad:
una verdad factual o "dura" que se alcanza con la ciencia y la filosofía y una verdad
religiosa que se alcanza a través de la religión. Esta idea no era original de Averroes; su
planteamiento era que había una única verdad alcanzada por diferentes vías, pero no dos
verdades.
El concepto posterior del averroísmo fue la idea de que los mundos filosófico y religioso
son entidades separadas. No obstante, tras hacer el escrutinio de las 219 tesis condenadas
por Tempier, era obvio que no muchas de ellas estaban originadas en
Averroes. Aristotelismo radical y aristotelismo heterodoxo fueron los términos
comúnmente usados por un tiempo para referirse al movimiento filosófico suscitado por
Siger y Boecio y diferenciado del Averroísmo; no obstante, en la actualidad la mayor parte
de los autores llaman a todo ello también averroísmo.
Tomás de Aquino atacó específicamente la doctrina del monopsiquismo en su libro De
unitate intellectus contra Averroistas. En ese contexto, el término averroísmo era utilizado
con propiedad.
Aunque condenadas desde 1277, desde esta fecha, el averroísmo fue en occidente casi un
sinónimo de impiedad, muchas tesis averroístas sobrevivieron hasta el siglo XVI y pueden
encontrarse en filósofos del humanismo renacentista, como Giordano Bruno, Pico della
Mirandola y Cesare Cremonini. Sus tesis hablan de la superioridad de los filósofos sobre la
gente común y la relación entre el intelecto y la dignidad humana.
La idea de separación entre filosofía y religión influyó en el desarrollo del secularismo
moderno. A resultas de ello, algunos consideran a Averroes el padre fundador del
pensamiento secular incluso en Europa Occidental.
NOMINALISMO
El nominalismo es una doctrina filosófica según la cual todo lo que existe es
particular. Esto generalmente se afirma en oposición a quienes sostienen que existen
los universales o las entidades abstractas. El nominalismo niega la existencia de universales
tanto de manera inmanente (en los particulares) como trascendente (fuera de los
particulares).
En rigor, la doctrina opuesta al nominalismo no es el realismo, que acepta la existencia
tanto de particulares como de universales, sino el universalismo, que sostiene que todo lo
que existe es universal.
El término «nominalismo» proviene del latín, nomen (nombre). Por ejemplo, John Stuart
Mill escribió una vez, que "no hay nada general, excepto nombres". Otra palabra usada para
designar al nominalismo es particularismo.
1.5 REPRESENTANTES
SAN AGUSTIN DE HIPONA
(354 - 430)
La obra de San Agustín de Hipona supone la primera gran síntesis entre el cristianismo y la
filosofía platónica. Aunque inspirado por la fe, que se confunde con la razón, el
pensamiento de San Agustín dominará el panorama filosófico cristiano hasta la aparición de
la filosofía tomista, ejerciendo un influjo considerable en la práctica totalidad de
pensadores cristianos durante siglos.
SAN ANSELMO DE CANTERBURY
(1033_1109)
San Anselmo era originario de Aosta, en el Piamonte, en Italia, donde nació en el año 1033.
A pesar de ello es más comúnmente conocido como san Anselmo de Canterbury, al haber
sido arzobispo de dicha ciudad durante algunos años, donde murió en 1109. Su educación
corrió a cargo de los benedictinos, luego de una experiencia poco afortunada con el primero
de los profesores a los que fue encomendado, al no haberle sabido transmitir el aprecio por
los estudios.
SANTO TOMAS DE AQUINO
(1225 - 1274)
La obra de Sto. Tomás de Aquino es el resultado de la síntesis de la filosofía aristotélica
con la tradición filosófica y teológica del cristianismo y, en cuanto tal, representa el
momento cumbre de la Escolástica cristiana. Surgida en un entorno polémico, suscitado por
el desarrollo del averroísmo latino, se irá, no obstante, imponiendo paulatinamente, hasta
ser aceptada por las altas jerarquías de la Iglesia.
GUILLERMO DE OCKHAM
(1285-1349)
Se desconoce la fecha exacta del nacimiento de Guillermo de Ockham, (escrito también
Occam), que se sitúa, según lo que se puede deducir partiendo de los pocos acontecimientos
que conocemos de su vida, entre los años 1280, como pronto, y 1300, como muy tarde.
Según unos nació en el lugar llamado Ockham, en el condado de Surrey, al sur de Londres,
mientras que otros consideran que Ockham era simplemente su apellido. Se sabe que
ingresó muy joven en la orden mendicante de los franciscanos, y que realizó sus estudios en
Oxford, debiendo alcanzar el grado de bachiller en los años 1316-20; según unos, alcanzó
también el grado de "magister", llegando a enseñar lógica y teología en las escuelas
franciscanas (en París, precisan algunos) hasta el año 1323, en que fue convocado a Aviñón
por la corte pontificia, acusado de herejía.
TOMAS MORO
(1478-1535)
Tomás Moro nació en Londres en 1478, de familia acomodada y noble, ciudad de la que
sería alguacil, posteriormente. Tras la realización de sus primeros estudios pasa a formar
parte del séquito del cardenal arzobispo de Canterbury Juan Morton, donde continuó su
formación, profundizando en los estudios teóricos. Será, sin embargo, en Oxford en donde
completará su formación intelectual, orientada hacia el estudio de los clásicos, entablando
posterior amistad con otros humanistas de la época, como Erasmo, pese a que los deseos de
su padre le llevaron a ejercer como jurista y magistrado en Londres.