8 consejos de oro para invertir en bolsa 

 

 

  

  

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CONSEJO NÚMERO 1:  

INVERTIR SOLO EL DINERO QUE NO NECESITAS  

 

 

 Si se le llama renta variable... es por algo. En ocasiones se olvida que invertir en bolsa es sinónimo de invertir en renta variable. Y que si se llama renta variable es porque la rentabilidad varía. Y esa variación puede ser al alza -que suba el precio de los títulos- o 

  

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a la baja -que se reduzca-. Por tanto, como no se puede saber exactamente qué van a hacer las acciones en las que se hemos invertido, en el momento en el que se realiza la inversión se desconoce la rentabilidad final que se puede obtener, de ahí que se hable de renta variable -rentabilidad variable-. Conviene tenerlo muy presente antes de lanzarse a la bolsa, porque eso se traduce en que con la renta variable se puede ganar dinero... pero también perderlo. Si siempre es cierto que a mayor rentabilidad, mayor riesgo, en la bolsa existe la promesa de una alta rentabilidad y junto a ella el peligro de una pérdida igualmente elevada.  El principio universal de que “a mayor rentabilidad, mayor riesgo“ se muestra en toda su dimensión en la bolsa. Sólo hay que invertir en bolsa aquel dinero que no se vaya a necesitar a corto plazo. Aunque las acciones son más fáciles de comprar y vender que otros activos financieros, si nos vemos obligados a vender porque necesitamos ese dinero, puede ocurrir que el precio sea inferior al pagado cuando se compraron, con lo que se incurriría en una pérdida y a lo peor no se reúne el dinero previsto. Como establece uno de los aforismos bursátiles más clásicos, “quien vende por necesidad, pierde por obligación“. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

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CONSEJO NÚMERO 2:  

DIVERSIFICAR  

Imagínate que tienes 10.000 € para invertir y lo utilizas todo para comprar acciones de una sola empresa. Si baja la cotización de esa empresa o si la empresa quiebra, toda tu inversión registraría una pérdida. Es decir, tu rentabilidad dependerá de los resultados de una sola empresa. Sin embargo, si divides los 10.000€ entre varios instrumentos, tu rentabilidad dependerá del promedio de rentabilidad de todos. Las ganancias de unos pueden compensar las pérdidas de otros.  

 

 Como ya hemos comentado, lo normal es tener varios objetivos financieros, con diferentes horizontes de tiempo. Necesitarás entonces más de un producto de inversión para alcanzarlos. Recordamos que se llama cartera al conjunto de 

  

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instrumentos financieros que un inversor mantiene en un momento determinado: acciones, bonos, fondos de inversión, depósitos bancarios, plan de pensiones, etc.  Así, puedes tener unos títulos de mayor riesgo, otros más seguros pero con menos rentabilidad, unos a corto plazo, otros a medio y otros a largo. Lo importante es que el conjunto de la cartera corresponda a tu perfil de inversión y te permita ir atendiendo tus necesidades a medida que estas se presentan.  Para reducir el riesgo asumido y lograr el conjunto de tus objetivos, es recomendable diversificar: Puedes mantener títulos con distintos grados de riesgo, liquidez y horizonte temporal. Lo importante es que el conjunto, o "cartera", corresponda a tu perfil de inversión.  Con diferentes categorías de activos. Es decir, mantener una combinación de renta variable, renta fija y activos del mercado monetario, en unas proporciones que dependerán de tu perfil de inversor.  Con diferentes títulos. Es decir, combinar títulos con diferentes niveles de riesgo, rentabilidad y liquidez: acciones de distintas empresas, bonos y obligaciones de diferentes emisores y con distintos vencimientos, diferentes tipos de fondos de inversión, etc.  Diversificación de sectores: Según los ciclos económicos, unos sectores de actividad tienen más éxito que otros. Por ejemplo, durante épocas de recesión lo normal es que las empresas que producen bienes de primera necesidad (alimentos, energía) sufran menos que las empresas de construcción o las tecnológicas. Sin embargo, si la economía va bien, estas últimas pueden prosperar mucho, y sus acciones pueden producir una rentabilidad superior a la media. Mantener títulos de empresas de diferentes sectores evita que la posible crisis de un sector afecte a toda la cartera. 

 

 

  

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CONSEJO NÚMERO 3:  

ACEPTA TUS ERRORES Y APRENDE DE ELLOS 

 

Uno de los principales problemas que solemos tener las personas es que nos cuesta bastante admitir nuestros errores. Los inversores no somos una excepción a la norma. No obstante, si quieres convertirte en un gran inversor no te va a quedar más remedio que admitir tus errores y aprender de ellos. “Todo el mundo comete errores y tiene debilidades... una de las cosas más importantes que diferencia a la gente es cómo afrontan estos errores”  Una de las razones por la que nos cuesta admitir nuestros errores es nuestro ego. Es muy común leer cómo presumen por Internet a falsos gurús de la inversión que nunca o casi nunca se equivocan aunque eso no se lo creen ni ellos.  

  

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 En cambio, hay grandes inversores que admiten que durante su carrera han invertido en 30 o 40 empresas que han acabado quebrando. ¡Y aun así han logrado una rentabilidad sensacional a largo plazo! ¿Cuál ha sido su secreto? Analizar y aprender de sus errores. A veces, damos por buenas decisiones de inversión que en realidad no lo han sido. De esta forma, intentamos racionalizar y defender nuestra gestión pasada, en vez de aprender de ella para no tropezar dos veces con la misma piedra. Una vez más, nuestro ego está detrás de esta forma de actuar. Una vez admitido e identificado nuestro error, debemos evaluar la situación y decidir qué decisión tomar.  Para ello, es posible que tengamos que realizar de nuevo un análisis y valoración de la empresa y actuar en consecuencia. Una vez que has solucionado el problema, toca identificar las causas. Esto implica revisar nuestro método de inversión y analizar qué ha fallado y por dónde se nos ha podido “colar” este fallo. 

 

 

 

 

 

  

 

 

  

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CONSEJO NÚMERO 4:  

FORMACIÓN ANTES QUE INFORMACIÓN  

  La educación en bolsa de valores es, absolutamente, fundamental, dado que ser trader en los mercados bursátiles internacionales, no es nada sencillo. De la misma manera en que es posible obtener rendimientos importantes y recurrentes, también existe el riesgo de perder sumas importantes, hasta el punto en que ya no se disponga de dinero para volver a invertir en bolsa o en cualquier otro negocio virtual o del “mundo real”.  Es importante no prestar atención a cuanto curso se ofrece en la Red, prometiendo “una formación insuperable, en corto tiempo y a precios incomparables”. 

  

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Se corren varios riesgos: de un lado, perder el dinero invertido por la mala calidad pedagógica de muchos de esos cursos.    De otra parte, es posible que nos “enseñen” variados conceptos teóricos y que nos instruyan respecto del factor práctico, de manera inadecuada. Así las cosas, al momento de empezar a invertir, a través de un bróker autorizado y reconocido en el mercado, con dinero real en los mercados bursátiles, vendrán todo tipo de contratiempos, dolores de cabeza y, lo que es más importante aún, pérdidas recurrentes.  La educación en bolsa de valores es un asunto bastante delicado, que debe ser atendido por verdaderos profesionales que ofrecen programas de formación de altísima calidad.  Con la llegada del internet, a principios de la década de los años 90s, que revolucionó, prácticamente, todos los ámbitos de la vida de las personas y las organizaciones, ya no es necesario, por fortuna, andar de acá para allá, en búsqueda de carreras, másters, postgrados y demás, para alcanzar una formación presencial. Para una adecuada y completa educación en bolsa de valores, es preciso “asistir” a clases en tiempo real o, bien, conectándose cuando le sea posible, para encontrar todo lo que, en su momento, se enseñó online ahora, la interacción directa, tanto con los ponentes, como con los compañeros de curso, es vital para poder resolver inquietudes, enriquecerse con las opiniones de los compañeros y aportar nuestros conceptos.  De otro lado pero en el mismo orden de ideas, tenemos que, en la actualidad, existen herramientas tecnológicas virtuales que ayudan, enormemente, en el proceso de enseñanza/aprendizaje.  Para obtener los conocimientos necesarios y suficientes, en lo que respecta a la educación en bolsa de valores, no basta, en lo absoluto, con la sola formación teórica. Si así fuese, cientos de millones de personas y organizaciones alrededor del mundo, serían millonarias, con sólo leer tres o cuatro libros sobre inversiones bursátiles. 

  

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No te creas que, sólo los principiantes o dummies, requieren de una educación permanente. Hasta los inversores y el personal de los bróckers más prestigiosos y reconocidos, necesitan estar capacitándose de manera constante.    Como permanente es, también, el continuo proceso de cambio de los mercados internacionales que, por esencia y por naturaleza, son cambiantes, impredecibles y, extremadamente, volátiles. Por más que un operador (bróker) y/o un inversionista, cuenten con una estrategia de trading que les ha brindado resultados positivos y, relativamente, consistentes, siempre será posible perder en una, o en muchas, ocasiones, por no estar actualizado en cuanto a las nuevas tendencias y las nuevas oportunidades, como lo es la posibilidad de operar en minutos, segundos e, incluso, milisegundos, en vez de invertir en largo. En fin y a todas estas, la educación en bolsa de valores es fundamental para que puedas conservar los estándares cognitivos, aprender a manejar el psico-trading, incrementar tu experiencia y mucho más.    

 

 

 

 

 

 

 

  

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CONSEJO NÚMERO 5:  

TEN CLARA TU ESTRATEGIA DE INVERSIÓN 

 

 Existen multitud de estrategias de inversión, y creo que ninguna de ellas es la ideal para todo el mundo. Cada una tiene sus ventajas y sus desventajas, sus riesgos y sus objetivos de rentabilidad. Cada inversor debe elegir la estrategia o estrategias que mejor se adapten a sus necesidades, deseos y filosofía de vida, dependiendo de múltiples factores. No hay por qué elegir una única estrategia, pueden combinarse varias de las presentadas aquí o en cualquier otro lugar.  

  

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En primer lugar hay que distinguir entre estilos de inversión y estrategias de inversión. El estilo de inversión lo podríamos asociar al tipo de coche y la estrategia de inversión al modelo concreto de coche. Cuando alguien quiere comprar un coche primero debe decidir si compra un monovolúmen, un descapotable, una berlina, etc. Esto sería el equivalente a elegir el estilo de inversión. Si decide que lo quiere es un descapotable entonces el siguiente paso es buscar una marca determinada.   Esto sería el equivalente a la estrategia de inversión. Y, al igual que sucede con los coches, es bueno que cada inversor personalice y ajuste la estrategia elegida a sus necesidades y objetivos de la misma manera que se elige un motor concreto, con determinados extras, colores, etc.  Algunos de los estilos de inversión más conocidos son: 

- Inversión de valor - Inversión de crecimiento - Obtención de rentas - Momentum - Comprar mercado - Empresas cíclicas - Empresas en reestructuración - Inversión sectorial 

 Algunas estrategias de inversión son: 

- Estrategias sencillas - Comprar un índice amplio a intervalos regulares de tiempo - Comprar una cartera representativa de un índice a intervalos regulares de tiempo - Estrategias intermedias - Comprar una cartera representativa de un índice mediante compras 

discrecionales - Comprar un índice amplio mediante compras discrecionales y mantener 

indefinidamente - Comprar un índice amplio mediante compras discrecionales y vender en algún 

momento 

  

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- Formar una cartera de valores a largo plazo con compras a intervalos regulares de tiempo 

- Los perros del Dow (Dogs of the Dow) - Comprar en cracks y mantener indefinidamente - Comprar en cracks y vender a medio plazo - Estrategias elaboradas - Formar una cartera de valores a largo plazo mediante compras discrecionales - Vender puts y call sistemáticamente - Compra y venta a medio plazo - Comprar a medio plazo y vender call - Invertir en empresas pequeñas (Small Caps) - Invertir en empresas cíclicas - Invertir en sectores mediante índices - Invertir en sectores a través de carteras de valores - Estrategias en renta fija - Cómo elegir el plazo - Renta fija en divisas de países desarrollados - Renta fija de países emergentes - Bonos del Estado vs. bonos de grandes empresas - Bonos de alta rentabilidad - Invertir en bonos basura 

 Cuando se utilizan varias estrategias, es recomendable tener una cuenta de valores para cada una, de forma que queden claramente separadas y se puedan seguir y analizar los resultados de cada una de ellas. En ningún caso debe traspasarse dinero de las estrategias que dan buen resultado a las que dan mal resultado para cubrir pérdidas. 

 

 

 

 

  

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CONSEJO NÚMERO 6:  

NOS DEJES QUE TUS SENTIMIENTOS TOMEN DECISIONES POR TI 

 

 

Si permites que las emociones te manejen estas perdido. No es fácil controlar las emociones y hacer lo que se debe hacer en lugar de dejarte llevar por ellas. Y respecto al dinero, ¿como influyen mis emociones? Aquí entran en juego principalmente dos emociones: El miedo y el deseo (la codicia). El miedo es una emoción muy fuerte que nos hace hacer cosas que no nos gustan, que nos parecen injustas y nos hacen infelices. Miedo a perder mi dinero. Miedo a no hacer una inversión segura. Miedo al riesgo. 

  

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... En lugar de enfrentarnos a nuestro miedo nos resulta más cómodo y fácil no hacer nada seguir igual y echarle las culpas a otro de nuestra situación. A los mercados. A los bancos. A mi broker. ... Es mucho más fácil quejarse y sentirse un mártir pensando que los demás son la causa de nuestros problemas, que analizarlos, ser conscientes que nosotros somos el problema y buscar la solución. Al igual que con las relaciones humanas esto requiere mucho esfuerzo por nuestra parte, pero aquí también merece la pena la recompensa: Libertad Financiera. El deseo de tener una vida mejor, de comprar lo que quieres, te hace codiciar más dinero. El trabajo te proporciona ese dinero, trabajar por un sueldo es lo que hemos aprendido que hay que hacer. Para conseguir dinero trabajas más duro, piensas en satisfacer tus deseos inmediatos de tener más dinero. Dejas que el deseo te controle y lo satisfaces de la forma que te resulta más fácil y rápida. La alternativa es más costosa, requiere esfuerzo y sacrificio, tienes que dedicar tiempo a aprender, controlar tus impulsos y pensar como ganar dinero extra, no es una solución inmediata. Deseamos vivir la vida de los ricos, gastamos dinero, pero no nos paramos a pensar como lo hacen ellos. El miedo y el deseo pueden ser un obstáculo para avanzar y nos atan a nuestro trabajo. Pero puedes darle la vuelta y utilizarlos como motivación para alcanzar la libertad financiera. Para eso tienes que tomar el control, pensar y utilizar estas emociones en tu beneficio. Si luego quieres seguir con tu trabajo porque es gratificante para ti, lo haces porque quieres no porque lo necesites. 

 

 

 

 

  

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CONSEJO NÚMERO 7:  

INVIERTE A FAVOR DE LA TENDENCIA  Nunca inviertas en una empresa con la cual esperas que cambie de tendencia una vez tenidas las acciones, es decir, no compres acciones de una compañía que está bajando esperando a qué suban y viceversa. Como dijo Newton, una tendencia en movimiento es más probable que siga en su estado en vez de retroceder. Por eso debes comprar o ponerte largo en acciones que están subiendo, o vender o ponerte corto cuando las acciones están cayendo. Recuerda: siempre a favor de tendencia, y no en contra. Este primer consejo de invertir para esperar que la tendencia siga en su estado puede parecer bastante pobre, pero no es ninguna tontería. No os podéis imaginar la gran cantidad de inversores que invierten en contra de tendencia. Compran acciones cuando bajan, esperando que suban, y las venden cuando suben. Lo más probable es que, una vez compradas las acciones, éstas caigan más, y cuando las venden, éstas sigan subiendo, dejándose probablemente más beneficios. No es ni mucho menos este consejo infalible, puesto que sería muy fácil ganar dinero en bolsa, pero es un buen punto de partida. Escucharás y leerás muchos artículos de bolsa que dicen: ha llegado el momento de comprar, las acciones han caído un 10% la última semana, o ha llegado el momento de vender, puesto que las acciones están caras. Muchos inversores se creen que saben determinar cuando una acción está cara o barata, cuando en realidad está al alcance de muy pocos. Puesto que no eres un inversor profesional y no dispones de las herramientas necesarias para saber si una empresa está cara o barata, te limitarás a seguir la tendencia de la acción. Vuelvo a repetir que está es una estrategia para el largo plazo, ya que en el corto plazo es relativamente difícil que se hagan tendencias considerables.     

  

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CONSEJO NÚMERO 8:  

NO INVERTIR CON DINERO PRESTADO 

 

Invertir con dinero prestado puede suponer una tentación para muchos inversores que desean aumentar sus ganancias. No obstante, es necesario comprender los riesgos que ello implica.  “Sólo aquel que disponga de otros bienes mayores que el crédito que debe, puede comprar valores a crédito. Incluso me inclino a decir que no se deben comprar acciones con créditos bajo ninguna circunstancia, a no ser que uno sea un verdadero amante del azar.”  

  

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Vamos a intentar entender el riesgo que implica invertir con dinero prestado mediante dos historias: el ataque al corazón de Dwight Eisenhower y la rebelión de cuatro generales franceses en Argelia.  El ataque al corazón de Eisenhower: Esta historia se remonta a mediados de los años 50 del siglo pasado. Durante esa época la economía crecía, EEUU lideraba el mundo gracias en parte a la gestión del presidente Eisenhower y la bolsa no paraba de subir. Todo iba tan bien que, como ya tenía todo su capital invertido en bolsa, un inversor decidió invertir con dinero prestado para comprar más acciones. De pronto, Eisenhower tuvo un ataque al corazón de forma repentina y totalmente inesperada. En poco tiempo, el precio de las acciones descendió entre un 10 y un 20%. El inversor tuvo que deshacerse de ellas antes de que los brokers le exigiesen garantías adicionales por los préstamos concedidos para pagar las acciones compradas a crédito. Al final, Eisenhower se recuperó y acabó ganado de nuevo las elecciones. La bolsa también se recuperó.     Las cotizaciones de empresas en las que había invertido el inversor llegaron a multiplicarse por 10, pero por desgracia para él tuvo que venderlas durante la caída. Eso sí, por lo menos acabaría aprendiendo una lección muy valiosa, que le sirvió para estar preparado en el futuro.  La rebelión argelina del “quarteron” Golpe de estado de Algeria de 1.961, nuestro inversor, estaba de vuelta en Francia, con su patrimonio invertido en la bolsa de París, pero esta vez sin tomar dinero prestado. De forma inesperada, cuatro generales franceses se rebelaron contra el gobierno de Charles De Gaulle por la intención de éste de liberar Argelia. Esto hizo que estallase el pánico en la bolsa francesa y que las bolsas cayeran con fuerza. Parece que la historia se repetía, pero esta vez nuestro inversor estaba preparado. Ese día en vez de acudir a la bolsa de París, decidió ir a su restaurante favorito “Chez Louis”. 

  

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En medio de su almuerzo, un colega le informó asustado de la caída que estaba viviendo la bolsa a causa de la rebelión argelina. Su respuesta fue un simple “¿y?”, y continuó comiendo tranquilamente. Esta vez no tenía ninguna razón por la que preocuparse.  Él sabía que este incidente se acabaría resolviendo, como así fue, y que la bolsa también se recuperaría. Pudo mantener la calma gracias a no invertir con dinero prestado que supusiese una presión para él. Esta vez sí, pudo mantener sus inversiones y ver como éstas se recuperaron en un breve período de tiempo, gracias a su habilidad de aprender de los errores. 

 

  

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