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CAPITULO NOVENO M ead .. do 101 muiacu. _ NevadN nui: !I de Sanl:t Isabel, _ De.cubrimiento, exploración !I eonquiJla do orien/al y no rd eate de Antioquia. - F lmdaci6u Ile la ciadad dd Sel10 ra de 101 Remedio •. Meseta de los muiscis. - Pl'cvia una campana la mas penosa quizá do todas laa regist rada.!! por la;¡ crónicas amo· ricanas, llegó el Licenciado GORUllo de Quesada :i. 1 :1. muy alta pla.nicie habitada por los muiscas, y de haber empliJ ild o algl Hl tiempo en someter y d omar á l O!! naturales, pen(l ll cnvi:!.r por distinb.s direcciones algurlOs mojares cabos, romo exploradores de loo paises cir· cu n\"ocinoa. Un sentimiento casi febril !le había apoderado entonces del alma inquieta de los invasores, sentimiento que no admitía. reposo ni dilación en las nu evas em- presas, y que creaba una actividad terrible en sus opera· cio nes. Uaeia la parte ocdde ntal de Bacatá ó Bogotü, en la falda que lleva sus deelh·es para el gra n rio Magdalena, se extendía en diversos pueblos una numerosa na llió n de b.irbaros, lI:unada de los panches. E ran esos indios de robusta organi- ágiles, belicosos, activos é in fstigables en los ofkio9 gu erreros; tenían abundancia de alimentos, y por eato no eran antropófagos; adorahan únicamente a la Luna y des· don aban el culto del Sol como inútil, sin duda porque vhi cndo en comarcas templadas unas, y cáli das otras, y "

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CAPITULO NOVENO

Mead .. do 101 muiacu. _ NevadN d~ nui: !I de Sanl:t Isabel , _ De.cubrimiento, exploración !I eonquiJla do I~J pllrl~$ orien/al y nordeate de Antioquia. - F lmdaci6u Ile la ciadad dd ,,,,'u.!lr~ Sel10ra de 101 Remedio •.

Meseta de los muiscis. - Pl'cvia una campana la mas penosa quizá do todas laa registrada.!! por la;¡ crónicas amo· ricanas, llegó el Licenciado GORUllo Jim~ne! de Quesada :i. 1:1. muy alta pla.nicie habitada por los muiscas, y deapu~8 de haber empliJildo alglHl tiempo en someter y domar á lO!! naturales, pensó (lll cnvi:!.r por distinb.s direcciones algurlOs d~ ~t18 mojares cabos, romo exploradores de loo paises cir· cun\"ocinoa. Un sentimiento casi febril !le había apoderado entonces del alma inquieta de los invasores, sentimiento que no admitía. reposo ni dilación en las nuevas em­presas, y que creaba u na actividad terrible en sus opera· ciones.

Uaeia la parte ocddental de Bacatá ó Bogotü, en la falda que lleva sus deelh·es para el gran rio Magdalena, se extendía en diversos pueblos una numerosa nallión de b.irbaros, lI:unada de los panches. Eran esos indios de robus ta organi­~!l.Ci6 n, ágiles, belicosos, activos é in fstigables en los ofkio9 guerreros; tenían abundancia de alimentos, y por eato no eran antropófagos ; adorahan únicamente a la Lu na y des· donaban el culto del Sol como inútil , s in duda porque vhicndo en comarcas templadas u nas, y cálidas otras, y

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~¡endo en ese astro la fuente suprema del calor, calculalm que con el dc la temper3tura propia de su tier ra tenian d suficiente. Vlvian los panehes en eetado de compleb. guem ¡;on sus vecinos de lo. planicie ; y al tiempo do la entrada de loa espanolcs, tan (l,cosados estaban loa mulacas por ell08, )' croa. bnb. la 1' IgUanela que tenían ne~id3.d do mantener pan. evitar las tcr rible9irrupcioncs con que loa amenaw.ban 3. c:ad.I

paso, quo S6 habian ~iato en la obligación de establecer UIUo

especie de preBidiecon ejército avanude sobre la fron tera, por el lade de Tena.

No ca fácil demarcar con exactitud 108 limi tes de esta 113' ción, porque 1011 datos son insuficientes; pero toman(lo lO!! menos confusos que dan lna hl.sto¡'i3.dol'C'!!, se comprende que sus térm inos se dilataban desde VACho huta el Penón, con dos linCh paralelas que ib3.ll de elites puntos hasb. ti Magdalena, siendo por bnto este río y la eordillera que sh'\l' como ribete occidental ¡j. la snlx,,"a ,lo Bogotá, [aa dos líne:\:! quo conlrlbulll.n con [al! "t",,!< i formar aquel extenso cuadri­látero.

Los acontecimientos que vamos á rclatar someramente, comicnz;111 en el al'lo de 1538, y terminan pnra nuestro inlento en el de 6\ del mismo siglo.

A los pancllell , pues, determinó el ilustra Licenciado J imene:t de Que.Mn mnndar una expediCión bajo las inlDe­diatns órdenes ticl cnpit3n Juan de Céspedes, hOlDbre de &lb fama y mucho crédito en las taroas de conquista. loo CCspod(':j :lCompanndo no gran número ¡Je bogotoos empenad08 en la facna, más por hacer correr á 108 blanco' loa pcligroe erudO!' 6lnmincnlc8 de la campana, quo por lavorecerJos de bucn:I lo. El indio Goc'Cha, capi tin del presidio ó GUerpo llV1lllL1do de Jo,,¡ mui&caa, ~bio con lI::en08 modos al Cl.pitin eW'Opoo. y le hizo prescnto con IIlnccridad loa rlesgoe á quc 8(1 aven tu · raba. El teniente del Gcncral Quesndl1l1b"r3dcciÓ, come dcbu, la bUClla inlcnciull (I cl consejero, pero resolviÓ seguir 3d~ 13.lllc.

Loe primeroa p(Ulches que vieron la invasión cltranjcl':I

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se retiraron cuidadoaamente y con malicia; mas confederados 10\1 coyaim:L8 y los calandaimas, presentaron batalla á Cés· pedes on la loma de Tibacuí, batalla bastanto áspera y tenaz por una y otra p,lrte, en la cual 108 indígenas aliados de Cés­pedes huyeron cobardemento, y en r¡ue acaso el capitán cri&­tiano hubiera sido desbaratado, a no ser por la oooperación eficaz y oportuna del valor sereno y denodado del capitán Juan de San Martín, quien decidió con una carga formidable 13.8 \"3.Cilaciones de la victQria en favor do los castellanos. Después de oh'os cncuentroli mas ó menos afortunados, más o menos infelires, tuvo nccc;;idad el capitán Céspedes de bus· car abrigo eo el cuartel general, y esto por no haber podidQ humi1l3.l' la liera altiv02l y los bríos indomables de aquello~ salvajes.

Después del cnpitán CésJioot'S, pretendió el Licenciado entrar en persona para escarmentar aquellos pueblos; pero él, romo su enviado. se vió en grandes aprietos y en trances difi­eultoooo, do loa CU:llcs so libró por influjo do 9U reconooido. habilidad. poniendo una embo!:lC:lda en que cayeron aqueUos desdichados, ignorantes como estaban de los manejos y astu­ci~ de la dieciplinll militar europea. Ro~ lO!! panches en Tocarema por este ardid, y teniendo el Conquistador urgente nooosidad do llevar su atención á negocios preferentes, regresó a la meseta, dejando el reste de enemigos casi en el mismo est.OO.o de hostilidad en que loa halló.

A su vuelta, ma.ndó Quesnda., oon un plan enteramente idéntico al anterior, á. su bermano Hernán Pér&, quien derrotó al enemigo, e8 cierto, en varios encuentros; mal! ~in lograr escarmentarlo do ~'cras ni sujetarlo á su domin3.0-ción.

Nevados de Ruil J de Santa babel . - En 'cstas dile­f6nlea entradas a 108 panches, y en 5US dil'ersas corroriall por la sabana de Bogotá, notanm los c.onquiet3.rlorell que dirigiendo la vista durante la maftana y en las tardes claras y despejadas del tiempo seco, en direceión hacia el ocaso,

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y desde los puntos culminantes, 86 aca.nzaba á divisar aIIi muy lejos, .del otro lado del Rio Grande, una slerraele\"1· disima, cubierta en Sllll cresta.s por una faja prolongada ar· gentina, que pensaron seria nieve perpetua, CQmo efeetiy¡¡. mente 10 era. Esto ba.staba y aun IIObraba paro estimu· lar el espíritu de maravilla y la fanwla caleoturient:J. de

aquellos auda.oos, valientes y codicioaos exploradores. DeIer­minaron al momento mandar una comisión para averiguar todo 10 referente a. esa misteriosa comarca. Elrtaban en la~ en que la fama del Eldondo, de la casa del Sol y otras muchaa románticas 6 ilullOrlas empresas, horvlan t1..IrbulentM y al~ pelladas en el cerobro de loa aventureros.

El proyecto de examinar el Ignoto país que se ofre<"..ia dt nuevo á las aspiraciones de Quesada y BUB compafteros, er:l arduo y de dificil ejecución, y. exigía por lo mismo un rabo

de crédito y nombradía. Ese cabo se encontró COIDO fabri · cado adrede en la peraona de Daltasar Maldonado, bien cono' cido y eJ:perimllnbl.lln en diferent.e8 guerrll8 y en variaR mini-6iones de ri(l9go y de importancia por el perito Licenciado. Era adomás 01 capitán Maldonado BUgllto de la privanza dol06 Quesadas.

El reforido cabo de esta probl~m:i.tica empl"{'sa salilo dí' I~

mesa. de los Andes oriontalee a la cabeza do 70 hombre;: selectos, de lo~ mejores \·eteranoa del ejército. Entralldo por la Mesa y por Toca.i1na, pasó luego el Magdalena y 1I0sO!ll valle do laa Lan~, en el cual so fundó anos más t.nrde la ciudad do lbagué. En este lugar torció un poco sobre 11 derecha, 80 introdujo temerariamente en el paie de los panU­goros, y marchando enlonee!! de frente hacia. la cordiller.l, I~ escaló hasta. el limite inferior de las nieves perpetuas. De ~13 manera quedó descubierta la falda oriental do los pit.nunU$ Huíz y Santa Isabel, do los cuales, OOlIi por 01 mismo tierol"'. habia tomado conocimiento por la falda opuesta 01 capil:in Alvaro de MendoUl, mandado desde Cartago por Hobled ..... Loo pueblos y lugares descubiertos por &Itnsar Ma1donadu. oran, pues, los mismos do que Mondoza tuvo oonocimientu

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auperüci.ll y de que dió relación {¡ IIU8 amigos durante la con­(juis1a de Arma, como ya lo hemos contado. Eala eJ;cura!ón por las cumbres del nui~ y de Santa Isabel, con los pocos medi06 de entonces. á. pesar del inten80 fria , de las brenas, abismos, leonllll, dllnt.a.s, lodazales y mil asperezas y tro­piezos naturales, pone los nombf'6B de Mendo:r.a y Mllldonado muy altos en la 6llcala de los heohoa esclarecidos consignados en la Meteria.

Paro llegar h38tael páramo del Huiz, contando los rodeos, anduvo el capit.in Maldonado más de 30 miri~metro9. Entre­gado después:i reoonocimiento~ eapecialea, dClICubrió el \'a1\e de los Palenques, llamado uí por los oorcados de made['¡\ en que, se parapetaban sus moradores para l(l defenaa..

Con el brío característico propio de aquellucldo oficial y de 8U8 bizarros tamarad:l9, seemprendió el ataque y roodición de los bárbaroll.

Empero, no era esta gente tan dócil y blanda que oodieao racilmcnto á 1,,11 hOlltilid .. dell dIO 1011 blancos. Anloo por

01 contrario, bravía y feroz, salió una a<:asión contra los usur­pldorea, 6 blzo tal estrago ell eUos, que les mató 22 hombrea Íl hirió gravemente al capitán Gómez Nieto y A otl"08. En esta contienda SIl sa.lvó 01 ejército espai'lol de mayor ruIna por loa esfuerzos casi sobrehumanos del capitán Angulo.

Con este descalabro, considerando Maldonado que las escabrosídades de la ,tierra, eleutil veneno de las flechaa, la ¡ndolo cerril da loa indios y la influencia de agentes naturalea contrarios )' C3l!i lnauperables eran muy l:Iupedores :\. 9U8

me.dlo9, determinó ,·ol\"cr la cara, y re.gre$ó á Santa.fl: de Bogotá, donde la mayor paMo do 8U8 8OIdados tomó ser\·icio a la.a órdenes del fantástico caballero Hernán Perez dI'! Quesada, para la célebre cuanto fatal campana en busca del Eldorado.

Poco tiempo después do 10 referido, y esta.nuo ya á la c..bet a del gobierno Miguel Di~ do Armend{¡rit, se inundó el Nuevo Reino deGranada de unamucnedumbre deaventurero.q. hombres sin Dios nI ley en I:IU mayor parte, retltoe corrompí-

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dOfl '1 degradados de ]os revoltoeoe y bullaoguel"O!l eIl L1s guerraa civiles del Pero.

Temiendo Armendariz que 0lI01 hombros sin orltio lIi beneficio, entregados al ocio, y de ma]08 prcoedente!l, lurb;¡·

sen ]a paz; del Rcino, se propuso darlee, bajo ]a dirección de

un buen jefe, alguna ocupación que 101 dist rajera do BU pl'O­

rellJ6n habitual de lICiliciosos, yutlUuu-a algún tanto sus Lr3·

ooJos \lO la causa común.

De8cubrimiento, e.lploraci6u etc. _ Para conseguir ti fin Indicado, nombró al rnpitan f'ra.nci800 Núbez PedNoiO para que rca::lI'-nesc el ,mis do 108 panbgoros, '·isitado Inlr!

por Maldonado, por ~lendOUl y por algunos m:í.s, paJ"1 qut

se flll: tendia por las ,·crtienIcH nrientalea de la cordillera CCfI­

Iral de lo~ AnoC!:l, frente n los p6.rnrnos de Ruiz, Aguac:Ll.'\l r Ileneo, 80bre las fut'ntcs y curso tle loa rios Samaná, ~il'l_ CU:l.rlnÓ, Gunlf, Sat... .. ndij ... y 1010 vnllM ([ue se avecin:¡n al

Magdalona en la parle correspondiente. Nul\m Pedroso reunió Un:l columna de 5() hombrell, algu­

n09 de ellos de 109 peruanOfl prófug08, y \·ariOl:l caballero.; tI,­bueno. ley de loa del Nuevo ['!clno. Con ttlu\ columna sali':' tlt Sanlaré, tom6 la via de Toeaima, pasó el Rio Grande, dt'll\;':'

80QNl la derecha, y trasmonlando un pGCQ 101:1 nacimientO!lldel Gua.li, Guarlnú, Miel '1 olroa ri"lI, se inlernó en las rnonbl\l.~ do Anlioquia, tr:llponiendo un laberinto decordiller:l,; 1l;l5b

llegar :\ un valle que O:Iutiw con el nombro de COrpll>

Cristi. Estando en este valle, vio el capitán Petlroso llegar 1" 11'

otro rl.lmlJo al oficial Fernando do Cepeda, mandado con ,·1 mismo fin y en busca da lo mismo, C~ decir, de oro, por '" adelantado D. Scbastián da Dolnlcd7.:J.r, quien después de L\ muerta del :'Ilariscal Robledo, habia (IUodado duebo suprt'lllO'· director absoluto do la tierra, '! manejaba desde la cl ud:uJ .Ir

POp;l'!a.n los asuntofl eone:donwoe C(){I la conquista de .\n·

lioqui:J.. Andab:a 0011 Cepeda Pedro de Bolivar, aold3d0'

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famoso en laa guerraa de Flandes, y otros compan.eros dCJustd y merecido renomb~.

Pedroso y Cepeda comenzaron ¡uégo i disputarse acalo­radamenlc el scn.orlo \lxc!ullivo del país, alegando el uno los derochos impresc.riptihles de &Ialcizar, y el otro el origt:'n de su nombramiento hecho por Armcndariz. Oc la contro\·crsia entre C<ltos dos sugctos, resultó quc estu'1cron á. punto de irse:i las ma!l0s; que sc.pro,·ocasen, sin que hubiera lugar á un duelo ¡¡erilOnal, y quo Cepeda, por disponor de mayor fuerza, 8e apoderase de la persona de su compatriota, á f[uiell dc,·o!'·¡ó UIl pollO más tarde la li,bcrtad, permitiéndole nJgresar :í.la capital dcl Vireinato.

Los dos capitanes mencionados se encontral'On en el valle de Col"pus Cristi, por la circunstancia siguiente: la Real Audiencia de 8antafé, el juez de rc~idencia Armendáriz, y casi todas las peraoll:lS ' 1110 tenían parte on la cosa púhlica del Nuevo Iteino,sabedora.sde las grandes riquezas encerrodas entre los ríos Cauea. y Magdalena, deseaban hacer la conquista del terreno y la. explob.ciÓn de los mineroles que contllnía, por su propia cuenta; mientras que Bclalcá1.ar, considerándose poseedor legítimodeaquel territorio, pretendea hacer lo mismo por su cuenta. Avino de esto que 1:1. competencia entre los dos tcnientos diese margen á varias disput;~ entre muchos pre­tendientes; de todo lo cual conoció por largo tiempo, no sin pasión, la Audieflcia, hasta tanto que el negocio pudo llegar;i conocimiento d,;:1 Rey y del Consejo de Indias, quienes trataron de remediar los males surgidos do tal emhrollo.

Por la causa apuntada y por Iw lO(w muchos puel.>I09 fun­dados que no podían ser atendidos debidamente, a.sí como la.mbiEln por haber muchas pan:¡aritbdc~ de indios rchel:u.los, muchas desgracias entre los europeos asesin:u.los por los bárbaros, y mucho mas atin, por aL"\jar la epidemia de fu ndal' constantemellte ciudades que tlO podían c~mser\"arse, se dió orden expresa y terminant!! por el Gobiorno penins ular, en que se prohibia ellllltabledmiento de nU\lI"3.S \"illa.s y lugares, y en que se limitaball las facultades de los conquistadores é.

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simples exploracion68, descubrimiento de min:!8 y deftIW de poblaciones ya erigidas.

La;¡ prolongadas disputas entre cabos y capitaOO!l, y lo:;

cscánd:!lo9 produCidos diari llom'.lnto por sus guerroa civil6> ~ sus codic!0808 a!borotoj¡. comeM.aron á llamar de un modo serio ]a atención del Gobierno de la Met l"ÓpoH. y Sil pellsó

dosde entonces eu expedir un código de loyes propio par.l \as ool.onlas, que evitase 108 males que por esta y otras caUS3.

amennmban, • Obligación ce decirlo para r~ndir homenaje á la. juslicil.

Desde el primer dellcubrimiento de Amórica, los nC)"C6 Católi· 00II, O, J!I.1.bel sobre todo, pensaron seriamente en aliviar por medio de dIsposiciones y mandatos C8pccia.lea el destino infeliz de lo~ pobres americanos. Carlos Y, Fulipe ti, y hasta losreyt'"!' ineptog de la dinastia auslriaca, oon seflaladas excepcione,¡. expidieron, ya por si, y(l. por medio del Consejo de Jndia!!. l"Calell cédulas, pr:lgmátic:'L'J y órdenes particulares paro. el buen arreglo civil y para el buen curao político de las colo· ni.a.s.

En todos esos códigos, es vordad, predominó siempre UJ.

elomonto notable de mezquindad rt'1!pocto :í los americano> I elemento quo engendró males porm(l.nootcs, y que produ .. al fin p3ra Esp31!.a el tri'Jte I"esulbdo de una insurl'{'Cci;,'

genoral. I Libl'o Pl.'droso y vuelto á Bantafé, se avecindó en Tunj:· .

de dondo lo MCÓ 1m nuevo nombramiento para continu:ll" ] .. descubrimientos en la región d{'. los panbgorO!!, y para. anim el laborco do minas de plata y do oro. Esta comisión fue ¡b..

poreljuez do rcsidenciaArmenda.ri~ y oonfirmadapor I~O¡ ~ I re~ en 1550 ; pero r] nombradll 00 principió A delK'mpcflar funciones do su c:lI"¡¡:o ha9u el slguicnte año.

E! derrotero IIcguido por ól en esta ocasión, ruó poco) t. '

Ó menos el mIsmo qU6 hahia traido 30teS. Esluvo acompoe...>o en Sil segundo viaje por I3aIbsar Maldonndo, Alon80 do .\~ Herrera, CristOhaI Cómez Nieto, Pedro de Salcedo, ('nlIt.,...

Uiaz, .\10118<) Vel·J., ~Ielchor de Solomayor, Lopo do SaJr· ..

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AloolO de Alcocer, D. Antonio de Toledo, Pedro Barrios, Francisoodo Figueredo, yotros buenOIl aabOll y soldadOIl, de loa descubridores del Xue\"o Reino 1011 unos, y venidos del Perú 1000otros, cuyos Ilumbree cHamoe en parto porque V;¡riOll de ellos fueron obreros activos en el primitivo sometimiento de 109 indigenaa de Antioquia..

En el 11.110 de 1552, fundó PedrO"110 In ciudad de Mariquita, yen el siguionte de 53, el &argento mayor Hornando de Sali­nas, nombrado por 109 oidores Góng<lra y Galarza, a.compal'la­do por D. Francisco Martínll1! de Ospina, García :Valoro, Diego Asensio do Salinaa, D" Diego de Carvajal y otrOll lucidOll y nobles caballerotl, avanzó, después de dar una batalla que ISC llamó de la Colina, con direCción á 111.9 montanas do Antioquia, y fundó la vil!a de la Victoria en las cercanías de la margen ,Iarocha del río de La Miel, villa que se enriqueció, floreció y muriÓ con p::l.9mOfla rapidez; pero que sirvió de punto de partida para laa subsiguientes exp!or~ones verificadas sobre Ja¡¡ partes oriental y nordeste de Antioquia"

Estimuladoe, sin embargo, 1011 ánimos por la gran fama de riqueza de que gozaba entonces el ángulo de terreno com­prtlndido entre 1011 rios Cauea y :\Iagdalena, 1I0licitó el Cabildo de la Victoria permiso para m;¡ndar gente á su descubri­miento y "erigir nuevas poblacion08. La Heal Audiencia de Sanlafé, Clltablecida desde 1550, no accoc\ió á las preteo­siones del CaLildo, sino en parle, y 10 concedió 6Ólo el derecho de inquirir" y examinar minas, formar eetableci­mientall para su elplota.ci6n, pero de ninguna. manera para

~ poblar" Sin obtener licencia para ello, emprendió " Bernsrdo de

~ !.oyola. haoer una ontrada desde Victoria, de donde era vecino, ' "" basta la parte e1el éste de 10 que es hoy el Estado de Antioquia,

y avanzó, según nUCl'tras conjeturas, h3.Bta el nordeot.c. No se ji> sabe, porque las hiotoz"i.as no lo dioen con claridad, cuál fueee "¡ el derrotero seguido por él; mas 1I000pechamOll, por el roxto \o.t " ~n poco vago de 108 66Critos de la época, quo tanto ~te a,"en­~~" ;urcro como los que lo siguieron inmediatamente, anduvieron ~ .

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por lo que ocupan hoy Vahos, CoeomlÍ, Penol , Santo Domingo, San Carlos, Yolombó, Cancán y Remedios.

Sabedor D. Diego de Carvajal , domiciliado lambien tn Victoria, que Loyola ha!Jía entrndo ein permiso y oon el fiQ de buscar min(lll do 01"0, lo denum;ió anle la Audiencia lit Santaré, y recibió en r(!compcnsa de su delación , ONtn ell:pf'C1l.il par':!. entrar á prenderlo. lI!:r.o Carvajal 8U ¡ncunión; y Loyola sin entrar en competencia. a.handonÓ 01 pai8, wsa que tuvo que ejecula.r pocos dlas despuás su émulo, porqu~

acometido por muchos y valientes indios, no pudo T'66islir . No hay duda que OUI"I'aJal consIderó el negocio de algUn

provecho, puesto que mál! tarde, i fines del all.o do 59 ó .i prinetpios del de GO, reunió cuarenta campafteros y ,'oh'¡ó de nuevo a su proyecto, Et;taban entre sus soldados un por. t uguésllamado P into, Franci.llco de AguIJar, Sancho Yélrl, Alonso de Arre y Leo!}cl de Ovalle.

Habiendo avan:r.ado baslante, dió can unas tier ras un poc" IInnnM y nhiert"" ¡,""Inda.<! por numerosos naturales, quiene .. vesUdos can mucho luju, adornarlos con Joyas de oro, pro­vistos de ar009, hOlld:ts, picas, nechas y muas, lo atacan'n oon tanto tlenuedo y arrojo, que lu\'O neClCsidad de gua.rd::II'>k· para poder resist irlos en una espuele dc fortín ó palenqut hocho al intento. EIit1lndo en es... posición , y 108 Indios un poco retirados, en el inter\'alo de una. de ílU.:! :l rrcmetW .... apareció ante Jos espai\oJes un corpulento b.i1'llaro blandiend,' una enorme maza y dCílafi3. udolo~ á singular bat.alla. Salil'M)1! contra 61 , Pinto, A;uilar, Vélez. y Arce. A todo!:! hizo car:I , ! esgrimiendo su gran madero oon portentosa agilidad,do ~ lila defcndia : un golpc lerrible puso en tierra :\. P into mc.J i .. muerto, oon el segu ndo derribó 6.Aguila.r , oon el lerccl'O.i V ..... lez j y todoB hubieran sido vlctlmas 8cbruras de ese Aqu¡ t.-" &ah'aje, al Arce, oon destrcl.3 . no hubier:J. Ilpl"OTechado d tiempo gastado por el Ilmerlc.'\no en Ilterr:J.r 3. sua oomp.' ­neras, para meterle el hierro do 8U espada. por Ull0 de 1 ... costados.

Al mismo tiempo que esto sucedía, Leonel de Ch-ai le. "'

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desafío pel"!lOnal oon otro indio no »IellOS fuerte y altivo que el primero, lo dejaba. sin vida. Des.llenlados oon 0610 108 natu. l'3les, se retrajeron un poco ¡\. sus '"iviendas, amenazando, eso sí, a loa ouropeos con una vuelta segura. den tro del terce r dia. Los úllim08, poooa en número, escasos de ,-¡veras y no ~onsidcrando muy halagadora la situación, resolvieron levan­tar el campo y reti rarse definitivamente. Así se hlz.o.

El último que i1Itent6, después de esl08 y a.nlE!j3 de la ex· pedición formal de FranciRco Mart inez do Ospilla, paeifiC3r y wnquielar C!8tos antioquel'ios, fué 111ar, Va!cMI, un pobre y \;rtuoso cristiano, dc quien poco Be cuenta.

Fundación de Remedios. - El Cabildo de Victoria, ha­ciendo ,Lsode la !:u::ultad que se le habla concedido, ruó permiso en 1560 ;i. ¡''rancieto Martincz de Ospilla para pr08cguir la obra iniciada por los anlcr¡ores. Era elite sugcto, noble, rico, bien relacionado, enérgico, y goznba los honores de maestre do;) campo. Disrrutaba además de gran prestigio en el concepto de lO<! conquistadores; mandaba con suavidad, y se hacía obedecer sin réplica. Estu, 'o 3sistido en su cmpres;!. por mu­choa de los viejos compailcros dc Pcdroso, entre los cuales C8C0gió como los mcjofC6 á Carda Yalero y a Vasco Pórez de 8otomayor en calidad de capitanes.

Dejando la villa de la Victoria, se metió por 1309 brenas do lo que hoy se llama la montana de Sonsón; m:w, sin ascender a la parte alta. de la cordillera, fué ladeándola á pe:>ar de su:s caudalosos ríos, de sus torrentes, abismos, quiebra.s, reptiles, insectos y demás Ob5táculo~ propios de esa regi6n, hasta que llegó al valle de Corpus Crisli, teatro de la reyerta.s de Nóflez Pedroao y de Cepeda. Llevaba el Conquist::ul.ormuchisimos indioe do carga, de loa cuales perdió algunos, é iba blcn pro­"¡8tO de rElCUr80S de toda especie.

Loa caciquea Puchina y ~Iutambe eran !!oCl'¡ores de aquella tierra; y aunque se armaron ¡j intontaron dar habita, resis' tieron bien poco el empujo do 13.9 armas espanola.s.

Cclnsiderando Martincz de Ospina que la ponderada ri-

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qucz.;l del pai8 no era. fabulosa, ,8ino ver'dadera, fundo \1lll ciudad ean el nombro de Nueetra Senara. de 108 Remedios. ElIte acto se verificó el 15 de diciembre de 1560,

Esparcida en Santaré la noticia de Cl':lta fundaci6n, ~ consideró por la Real Audiencia como ellpresamento contraria á lo Cl':ltablecide por ella '1 á la cllprelJ3 6rden que prohibil lot nuevoscetableelmient09 de cela cl88e,

Con el fin de hacer entrar á Marline70 de <>Sp!na en SIl

deber, y con el de c&.!Itigar su delito de contra\'6Ilclón, le lo mandó desde la capital del vireinato un Juez ad hoe, pan.![UII le oompeliese á presentarse ante la Audiencia, á fin de dat cuenta de su cenducta, Osplna, maMao '1 rioo, di6 un pero de oro ILI ju~, quien se volvi6 tranquilo y contento con cl result.:\do de la comiSión. Lo mlemo exacl.arnente sucedió I un segundo juet y á otros enviados con idéntico motivo ; « suerte que la lierra aunque fecunda y C38i inagotable 1'11

rendimlentoa auriferos, apenas alcantaba Fa 108 cohechos, dejando poco para loa moradores.

Po!" último, canAda la Audiencia de mandar juOO)l!:, sift IO¡;r31' su Intento , ordene. que fuese oon el mismo enc.&rgO cl capitan Lope de Salcedo, \'ccino de Toeaima, quien, como !lO

entendia en Ilsuntos de ,'enalldad , compeli6con todo rigor i. D, FrnnclfleO '110 (lbUgó á comparecer, mal 8U grado, &Dtul tribunal que lo l1amaba Fa oir 8UI deacat'go&. si loe teM, y sentenCIar Su caursa,

Del oornporl.nmiento do Salcedo oon Ospina se origino UlI ¡'e~entimi{mto terrible entre lag dOI faml!las, y las oonvirli,' en dos b3.mlOI opuestos, los cuales dividieron la villa de la , ' ir­

toria , y dieron per l'CIJultado final, disputall, pleitos y ('$cim'

dalos de toda cla.se, concluyondo pronw por aniqullarb (¡()~ pldamontc en IU infancia, y cuando prometía por 8UI tito mentos 1Ieg:u- a ser una do la!:l mM populosas, ricaa y nore­t:iente9 del Nuevo Reino,

Romedloa, fundada en su principio en lugar pooo propio, tuvo necelidad do ser trasladada d~puél al pintol'08co lu¡..'V en que hoy existe opulenta todavía en mineralee de oro, per l

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fa.lta de importancia. por su estructura material. Como la ciudad de Bantafé de Antioquia, esta ultima de qUlI ha.bla.­mos llevó siempre unaexislencia. laboriosa; pero, como 101 pri­mel"a, dió también en los pasados ticmpos a.lgunos hombrcs eminentes, sobro todo en la carrera de las letras.