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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje. 1 LA GESTALT Y EL JUEGO: UNA VÍA DE APRENDIZAJE Barcelona, Marzo del 2007 Autores: Ferran Lacoma Pons Quim Mesalles Bisbe Nela Moreno Maeso Tutora de la tesina: Ángeles Jorge Blanco Asociación Española de Terapia Gestalt.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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LA GESTALT Y EL JUEGO:

UNA VÍA DE APRENDIZAJE

Barcelona, Marzo del 2007

Autores: Ferran Lacoma Pons

Quim Mesalles Bisbe Nela Moreno Maeso

Tutora de la tesina:

Ángeles Jorge Blanco

Asociación Española de Terapia Gestalt.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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ÍNDICE

Introducción ................................................................................................. 6

Reseñas vivenciales personales .......................................................................... 9

Mesa redonda ................................................................................................... 12

Marco teórico

Antecedentes históricos del juego .....................................................................22

Utilización y utilidad de los juegos en la Terapia Gestalt ................................ 24

Revisión bibliográfica de los siguientes libros:

“El darse cuenta”, de John O. Stevens ..........................................................28

El juego y el darse cuenta................................................................................. 32

El Darse Cuenta................................................................................................ 33

La autorregulación organísmica ....................................................................... 34

Clasificación y análisis de los tipos de Darse Cuenta,

según John O. Stevens y Francisco Peñarrubia. .............................................. 37

Los tres tipos de Darse Cuenta ........................................................................ 37

Ejercitar el Darse Cuenta ................................................................................. 43

El continuum de conciencia ............................................................................ 44

Cómo trabajar gestálticamente con los juegos ................................................ 46

Número de personas para trabajar con juegos ................................................. 49

La experiencia del terapeuta en el juego ......................................................... 50

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3

“El proceso creativo en la terapia gestáltica”, de Joseph Zinker.

Gestalt, juego y creatividad. ......................................................................... 56

Permiso para crear ........................................................................................... 57

Terapia gestáltica y creatividad ....................................................................... 60

Contexto y metáfora ........................................................................................ 62

El niño interno ................................................................................................. 63

La actitud creativa. Esencia, valores y actitudes. ............................................ 68

Bloqueos en la creatividad del terapeuta gestáltico ......................................... 71

Polaridades y conflictos ................................................................................... 72

Las Metanecesidades y los objetivos de la Metaterapia .................................. 76

Hipótesis: Cómo contribuye el juego en el aprendizaje de la

metodología gestáltica.

El ciclo de la experiencia del aprendizaje a través de juegos .......................... 83

De lo lúdico al darse cuenta ............................................................................ 85

Desaprendiendo para aprehender la actitud Gestáltica .................................... 86

Cómo se juega en la Terapia Gestalt ............................................................... 87

Las reglas de la experimentación en la terapia Gestalt aplicadas a las

dinámicas de grupo y a los juegos grupales. ................................................... 89

Herramientas para llevar al grupo/participante a la actitud de juego.

Introducción a un taller de juegos y Gestalt. ................................................... 91

La Gestalt y el teatro en la conducción de grupos. .......................................... 96

Los valores del juego ..................................................................................... 100

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Marco práctico

Análisis del proceso de tres talleres vivenciales en dos grupos de

Crecimiento Personal. Casos prácticos: dinámicas de grupos. ............... 103

Grupo 1.

Taller 1.

Descripción del taller ..................................................................................... 105

Entrevistas. Análisis de las entrevistas desde una perspectiva gestáltica...... 108

Resonancia del terapeuta gestáltico ............................................................... 125

Taller 2.

Descripción del taller ..................................................................................... 128

Entrevistas. Análisis de las entrevistas desde una perspectiva gestáltica....... 131

Resonancia del terapeuta gestáltico ............................................................... 156

Taller 3.

Descripción del taller ..................................................................................... 159

Entrevistas. Análisis de las entrevistas desde una perspectiva gestáltica...... 163

Resonancia del terapeuta gestáltico ............................................................... 180

Conclusiones ................................................................................................. 182

Grupo 2

Taller 1:

Descripción del taller ......................................................................................187

Entrevistas. Análisis de las entrevistas desde una perspectiva gestáltica....... 197

Resonancia del terapeuta gestáltico ..................................................... 203 y 214

Taller 2:

Descripción del taller ..................................................................................... 216

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

5

Entrevistas. Análisis de las entrevistas desde una perspectiva gestáltica....... 222

Resonancia del terapeuta gestáltico ..................................................... 229 y 242

Taller 3:

Descripción del taller ..................................................................................... 243

Entrevistas. Análisis de las entrevistas desde una perspectiva gestáltica....... 246

Resonancia del terapeuta gestáltico ..................................................... 255 y 266

Conclusiones ..................................................................................................268

Entrevistas. Aportaciones externas que complementan esta tesina.

Marcelo Antoni Lobos ................................................................................... 274

Javier Muro .................................................................................................... 290

Conclusiones finales ............................................................................................ 309

Anexos

Anexo 1: “¡La vida es un juego!: tú juega hasta el final”.

“La Contra” de La Vanguardia, 1 agosto 2006. ............................................ 318

Anexo 2: conversaciones informales de un grupo de C. Personal .................323

Bibliografía .............................................................................................................. 339

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INTRODUCCIÓN

“Hacen falta 40 músculos para fruncir el ceño y sólo 15 para sonreír”

Shivananda

Cuando decidimos ponernos manos a la obra en la confección de nuestra tesina, la

primera pregunta que se nos planteaba era: ¿Y sobre qué? ¿Qué era aquello que realmente

cautivaba nuestra atención como para decidir ahondar y expandir, dándolo a conocer y

dándonos a conocer? Éramos plenamente conscientes que el trabajo que indudablemente

iba a requerir esta tesina no se improvisa. Serían meses de búsqueda, de lectura, de

investigación, de “ponernos de acuerdo”… En fin, todo un reto.

Y hablando de “ponernos de acuerdo”, ahí empezaba la primera dificultad, o el primer

escollo: partiendo de la base que somos tres los de “ponerse de acuerdo”, el primer punto

era: ¿Y sobre qué la hacemos?

Empezamos a desarrollar ideas según, claro está, las preferencias personales de cada uno

de nosotros. Oscilaban entre temas tan diversos como “Gestalt y Meditación” –preferencia

de Nela-, o “Crecimiento Personal y Gestalt” –preferencia de Quim y Ferran-… pero

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ninguna de ellas arraigaba como para decidirnos a abordarlo desde ahí.

En esta tesitura estábamos cuando una idea se impuso sobre todas las demás. ¿Qué era

aquello que nos había vinculado a los tres desde el principio de trabajar juntos, hacía ya

unos 6 años? Obviamente, aparte de la formación en Gestalt y de estarlo aplicando en

diferentes grupos de Crecimiento Personal, lo que nos había unido y que igualmente

estábamos aplicando era: “EL JUEGO”, nada más y nada menos.

Tenía sentido: escribir acerca de algo que realmente era para nosotros una vía importante

en esto de compartir la práctica de Gestalt.

También era auténtico, real, tangible, pues más allá de la cuestión práctica, se había

convertido en una filosofía de vida. ¿Hay algo más auténtico que aquello en lo que nos

inspiramos como sostén existencial?

Para que quede claro nuestro trabajo, es necesario hacer una aclaración previa: cuando nos

referimos a la palabra "juego", le damos un sentido más amplio, que el propiamente

gestáltico de Zinker, Perls y Levitsky, que hablan de "Reglas y Juegos Gestálticos".

Para nosotros, JUEGO es la experimentación de cualquier proceso que implique un

movimiento energético donde estén implicados pensamiento, emoción y corporalidad, con

un fin lúdico-experimentativo, al que podemos poner conciencia.

Tras la satisfacción inicial por tener por fin el tema que iba a dar forma a nuestra obra,

quedaba el ponernos en acción y buscar un título satisfactorio. Después de reflexionar

sobre ello quedó de esta manera:

La Gestalt y el Juego: una vía de aprendizaje

Nos gustaba. Definía claramente el trabajo desarrollado a lo largo de los últimos años.

Nos mueve y nos inspira a la hora de desarrollar esta tesina poder compartir con todos

vosotros, lectores, aquellos a quien realmente va dirigida, algunas de nuestras

experiencias, inquietudes, dudas, reflexiones, retazos de nuestras vidas con el ánimo de

poder poner una gota de agua más en el vasto Océano Terapéutico.

Deciros, eso sí, que la vía del juego ha sido y está siendo un aprendizaje gozoso, creativo,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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chispeante, emotivo, profundo. En esta vía hemos encontrado cómo paradójicamente los

opuestos o polaridades pueden darse a veces simultáneamente. De ahí su grandeza y su

simpleza. De ahí lo profundo y lo superficial. De ahí lo obvio y lo sutil.

Es nuestro deseo que precisamente por ser tres los que participamos en la confección de

esta Tesina la información se amplíe y se nutra de cada uno de nosotros, con nuestras

vivencias, con nuestras percepciones, con nuestra figura-fondo, facilitando con ello un

CONTACTO real y auténtico con todos vosotros.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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RESEÑAS VIVENCIALES PERSONALES

QUIM MESALLES.

Mi primer contacto con la Gestalt fue con mis profesores polacos de teatro, y estos ya

hablaban de técnicas teatrales relacionadas con el aquí y ahora; más adelante, tras

licenciarme en arte dramático, empecé a trabajar como clown, partiendo de

improvisaciones individuales y grupales. Este aprendizaje desarrolló en mí la creatividad y

la acción, elementos esenciales que formaron parte de mi vida y que después me han

servido para trabajar con los grupos terapéuticos.

Desde muy joven el “juego” estaba ya muy cerca de mí, aunque en un plan más creativo.

Formé parte de la corriente conocida como “Arte Pobre” o “Arte Efímero” allá en la época

hippie. También trabajé con el Circ Cric (circo alternativo, sin fieras) como clown, y ahí

pude experienciar en vivo y en directo la improvisación, el pasar de la nada, de cero, hasta

que salía algo que podía ser aprovechado. Más tarde, durante mis años de Formación en

Gestalt relacionaría todo esto con el vacío fértil gestáltico.

Posteriormente, es desde la creatividad y desde mi cercanía con el campo del juego y la

improvisación que pudo nacer el proyecto Espai Lúdic, que me llevó a la teorización y la

práctica de la Gestalt como formador.

NELA MORENO.

Mi interés por el campo de la psicología y posteriormente el de la meditación nace ya

desde mi juventud. Echando la vista atrás creo que me interesaba fundamentalmente

porque yo no “entendía” el mundo donde vivía; sí, si algo ha sido el motor de búsqueda en

mí es este “no entender”.

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El primer grupo que tuve la oportunidad de dirigir surgió en el campo de la meditación

allá por el año 1992; en este momento, casi todo lo que sé de este tema lo he extraído

básicamente del estudio y la búsqueda a través de libros, de una manera autodidacta, cosa,

por otro lado, que no es infrecuente en mí en temas que me resultan apasionantes. Si

tuviera que destacar lo más relevante para mí en el tema meditativo sería el

descubrimiento del Observador, del Testigo, de aquello que “se da cuenta” sin juzgar, sin

analizar, sólo este darse cuenta limpio, neutro… ¡Maravilloso descubrimiento que atrapa

totalmente mi atención! Más tarde, cuando contaba con 29 años empecé mi formación en

Gestalt siendo de una importancia fundamental para mi crecimiento personal y

profesional, y donde puedo seguir profundizando en el “darse cuenta”. Complementé lo

anterior con el programa SAT, con formación en PNL, etc. He de decir que para entonces,

mi “no entender”, mi sensación de ser una extraterrestre en tierra de nadie, se había

calmado bastante.

En un primer intento por mi parte de hacer la tesina iba a hacerlo sobre: “Gestalt y

Meditación”, pero no salió, no fructificó. Curiosamente ahora, a través del juego tengo la

oportunidad -como más adelante expongo- de poder unir e integrar estas dos vías tan

importantes en mi crecimiento.

FERRAN LACOMA.

Mi vinculación con el ámbito terapéutico procede del campo de lo corporal. Después de

años de búsqueda personal cuyo motor fundamental era mi eterna pregunta de: ¿Quién soy

yo?, la vida me trajo la sorpresa y la satisfacción de poder estudiar quiromasaje: me

gustaba mucho y a la vez era innovador. Tenía por aquel entonces 23 años.

Proseguí mi aprendizaje con el masaje Shiatsu, que complementaría posteriormente con

estudios de acupuntura.

A los 33 años ocurre un hecho que influiría notablemente en mi vida: Nela está en

Formación Gestalt, y es por este cauce que empiezo a tener información de qué es y en

qué consiste. Comienzo a tener una gran curiosidad hacia esta parte de la psicología hasta

que me decido a hacer la Formación. Me sirvió y me está sirviendo muchísimo. ¿Qué

destacaría? Sobre todo el poder entender y entenderme, el dar forma a aquellas terribles

preguntas sin respuestas, a dar mucho más sentido al sinsentido.

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Paralelamente a la Formación en Gestalt, realicé también todo el programa SAT que

completó e integró gran parte de la información vista hasta ahora.

En el Instituto Gestalt -que es el centro donde realice mi Formación- me proponen

quedarme como observador dentro de un grupo de Formación. Fue un privilegio poder

aprender tan directamente cómo enseñar y trabajar con Gestalt de la mano de grandes

profesionales, y desde aquí quiero aprovechar para agradecerles esta oportunidad que me

brindaron al otorgarme la confianza como terapeuta permitiéndome realizar todo este

aprendizaje. En el año 99 junto con un compañero y amigo de la Formación -Quim

Mesalles- decido y apuesto por montar un centro terapéutico.

Para terminar, aunque no por ello es menos importante, me gustaría exponer que comparto

plenamente con Nela el gusto y en anhelo por la Meditación, por lo espiritual, y a ello

estamos dedicando gran parte de nuestro tiempo y de nuestra energía en los últimos años.

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EN FORMA DE CHARLA - MESA REDONDA

ENTRE LOS TRES AUTORES...

La introducción vamos a abordarla en forma de charla/mesa redonda entre los autores de

la “obra”.

Esta “mesa redonda” surge de un primer encuentro entre Quim, Nela y Ferran para

intercambiar opiniones en la búsqueda de puntos de encuentro sobre la Gestalt y el Juego,

que más tarde nos llevaría a la confección de esta Tesina.

“PLAY”, NOS PONEMOS EN MARCHA…

QUIM: Vamos a buscar una frase con la que introducir el tema del juego y la Gestalt.

NELA: Algo así como: “nos hemos reunido aquí para explicar todo lo que la Gestalt y los

juegos nos han aportado a nuestras vidas”.

QUIM: “Vamos a sacarle jugo al juego”…

NELA: ¿Y si empezamos a enumerar los contenidos de lo que más adelante

desarrollaremos?

QUIM: ¿Qué hace la mente en el juego? La mente en el juego también juega…

NELA: No, la mente en el juego no existe…

QUIM: Sí, sí existe… Aunque sólo en la medida de lo imprescindible.

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FERRAN: Pues para mí, la mente en el juego tampoco existe. Es como un estado

meditativo, en el que no hay mente.

NELA: Eso, yo también lo vivo así.

QUIM: No, no… La mente existe… Hemos de ver en qué medida…

(Se respira como un vacío denso y algo inquietante…).

(Ferran se toma su tiempo. Los tres nos quedamos callados, reflexionando, podríamos

decir que es una espera confiada, sí, confiada en que la información necesaria llegará, es

algo parecido al vacío fértil. Transcurridos unos instantes, Ferran parece conectar con un

esa parte lúcida…)

FERRAN: No está saliendo nada de lo que queremos decir. ¡No fluye!

QUIM: ¡Es verdad! Tengo otros temas en la cabeza y no me estoy permitiendo estar en el

aquí y ahora. Estoy forzándome a que me vengan ideas fantásticas con las que conquistar a

nuestros lectores, y no me viene nada…

NELA: Yo creo que no estamos centrados en el tema que nos ocupa y hasta este momento

no le habíamos puesto conciencia.

FERRAN: Creo que este es un momento interesante en el que aplicar una de las cuestiones

que vamos a proponer… Hemos llegado hoy con la intención de trabajar sobre la

introducción de esta tesina, con la estructura prefijada de que íbamos a desarrollar la

introducción, en forma de diálogo entre los tres: estaba claro y decidido que eso era lo que

“debíamos” hacer. Y la vida nos ha empujado hacia otras cosas. Y me doy cuenta que no

estoy aquí y ahora, sino que estoy en la fantasía.

QUIM: Necesitamos poner conciencia en el aquí-ahora.

NELA: ¿Recordáis lo que decimos en los cursos? Que los juegos sirven entre otras cosas

para situarse de lleno en el presente, en el ahora. ¡Cuánta Gestalt se puede aprender

jugando!

FERRAN: Y como todo en la vida, si te lo tomas como un juego, desdramatizando,

aprovechando, y luego le pones conciencia, como estamos haciendo ahora mismo, aparece

la utilidad y el aprendizaje significativo. Este podría ser un buen inicio para nuestra tesina:

explicarlo como algo vivencial que ilustre esa parte de nuestra experiencia de cómo el

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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juego te traslada al “Aquí-Ahora”.

QUIM: Ahora sí tenemos un buen punto de partida…

FERRAN: Realmente creo que sería muy importante tomarse la vida como un juego y

aprovechar lo que ésta nos trae en cada momento, como esta situación concreta, en la que

a partir de un “breve colapso mental” provocado en parte por conflictos externos, podemos

darnos cuenta y tomar contacto con lo que emerge -que en este caso era nuestro enfado y

esfuerzo infértil- para posteriormente pasar a la acción.

QUIM: Sí, pero espera… Cuando te tomas la vida como un juego, desde esa actitud lúdica

y poco complicada, no te apegas al resultado. Siempre aprovechas lo que hay en ese

momento, en el aquí-ahora; siempre tiene un sentido y siempre hay un aprendizaje. Es

como el niño pequeño: rompe algo y no se siente culpable, ni piensa en qué hubiera

pasado si lo hubiera roto de otra manera (¿Mejor? ¿Peor? ¿Se puede romper “bien” un

plato?). O si no lo hubiera roto… En general, se pone a jugar con los trozos de loza…

NELA: Hasta que viene su madre y se los quita, o le riñe, o le habla del miedo a hacerse

daño, o él experimenta por sí mismo que “aquello” con lo que estaba disfrutando también

puede causarle dolor… Está en la fase de exploración y desde ahí puede tener diferentes

aprendizajes: aprendería que la loza puede cortar… También podría aprender que puede

reconstruir el plato, o que puede construir un castillo… Umm… O que puede hacer

trocitos aún más pequeños con los que dibujar un mosaico… Resumiendo, los

aprendizajes pueden ser múltiples y variados según cual sea su experiencia. Desde esa

actitud de juego, de búsqueda de nuevos descubrimientos, el niño puede aprender

CUALQUIER COSA.

QUIM: Y ahí llegamos a nuestra teoría: “El juego es la vía natural de aprendizaje del

organismo”. A través del juego podemos entrar en la actitud gestáltica. El problema es que

en cuanto nos hacemos adultos, perdemos esa capacidad de jugar, y buscamos siempre el

resultado “bueno”, vamos en búsqueda de “conocimientos”, intentamos llegar a la

solución del conflicto a través del “esfuerzo”.

NELA: Está claro que desde ese planteamiento, la creatividad y la imaginación tienen un

espacio muy reducido. La actitud de juego me abre a otras posibilidades no previstas en el

contexto de lo “políticamente correcto”, de lo preestablecido.

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FERRAN: Yo creo que el juego enlaza perfectamente con toda la base de la Gestalt en lo

que a la autorregulación del organismo se refiere. Ese inicio de discusión o desacuerdo que

hemos tenido al principio, en cuanto si la mente existe o no en el juego, se resolvería

principalmente a partir de la autorregulación organísmica: no predomina la mente, ni el

cuerpo, ni la sabiduría innata del ser, ni el conocimiento, ni la emoción, ni la mano, ni el

pie… Ninguno de los factores implicados en el juego tiene un papel más importante que el

resto. Simplemente se confía en esa autorregulación, que en cada momento gobernará el

elemento de nuestro ser que va a ser más adecuado que actúe. El organismo no elige desde

la mente qué va a hacer, ni lo elige la mano, ni ninguna a otra parte: el organismo se vierte

a la vida y deja, simplemente, que su propio fluir le lleve a la mejor solución en ese juego.

Dependiendo de las características de lo que en ese momento se esté viviendo, tomará

protagonismo uno u otro: en juegos de estrategia, la mente tomará el poder; en juegos de

intuición, esa sabiduría innata por la cual el bebé sabe cómo y para qué debe agarrarse al

pezón de la madre; en juegos de velocidad, las piernas se pondrán en movimiento en la

dirección que sea.

NELA: Ferran, recuerdo un juego en… en el que te pusiste a correr como un gamo…

¡Estabas como poseído! No parecías ni tú, desde lo que yo conozco de ese tú. Ahí eran tus

piernas las que actuaban, el resto de ti no formaba parte más que al servicio de las piernas

que mandaban porque era lo realmente emergente en ese aquí-ahora. Y desde ahí, tras

haber cubierto la necesidad completamente, sí que cabe una retirada satisfactoria.

QUIM: Porque el niño se retira, ¿no? Desde fuera del juego, en la vida, cuando me tomo

las cosas tan en serio, me es más difícil retirarme, estoy pegado a eso porque es demasiado

importante. Aunque yo quiero, no me puedo retirar… O si lo hago, en gran cantidad de

ocasiones, lo haré a medias con la consiguiente insatisfacción. En cambio el niño sí que lo

hace. El niño puede completar el ciclo de la experiencia pasando de retirada a nueva

sensación sin interrupción.

NELA: Sí, el niño ha experimentado algo. Por ejemplo: una situación le ha hecho llorar y

lo ha pasado mal. Lo vive, está ahí hasta que algo atrae de nuevo su atención y se dirige

hacia este otro punto, ya ha salido de ese llorar y ese pasarlo mal para irse a otra cosa, a

otro juego, a otra Gestalt. Creo que un factor importante para que esto ocurra es la

“intensidad” del momento presente para él: es tan absolutamente intenso que no existe

nada más, ni pasado, ni futuro, sólo aquello que está aconteciendo y que vive plenamente.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Por eso luego puede retirarse y pasar a algo nuevo.

QUIM: Sí, estoy de acuerdo. El niño va haciendo gestalts completas a cada momento.

FERRAN: Escuchando todo esto, me gustaría poder explicar cómo hemos llegado hasta

nuestro momento actual.

QUIM: Cuando empezamos a dar formación, que los tres ya éramos terapeutas,

empezamos a dar talleres de verano y a hacer las cosas que ya sabíamos, y empezamos con

juegos… El primer taller que hicimos fue un taller de verano basado en juegos.

NELA: Comenzábamos a poner en acción la idea que el juego promueve un resultado de

crecimiento gestáltico.

FERRAN: Bien, pues a partir de esta idea hicimos un primer taller, con las experiencias

que había aportado Quim…

QUIM: Yo venía del mundo del teatro y del clown. Después de realizar la Formación en

Gestalt, nos unimos para poner en marcha la idea de hacer un taller de comunicación y

relación. Para ello cogimos una parte importante de juegos gestálticos y los utilizamos

para construir taller que llamamos “de lo lúdico a lo lúcido”.

FERRAN: Bueno, y también introduciendo las ideas y los juegos que cita John O. Stevens

en su libro El Darse Cuenta.

NELA: Las ideas iniciales del juego fueron más de Quim.

QUIM: sí, es verdad. Mi parte sería más la ideológica y de juego; la vuestra, en cambio,

más la terapéutica.

El otro día explicándole a una amiga mi evolución personal y mi experiencia en relación a

mi vida desde que incorporé la filosofía del juego como una filosofía de vida (siempre que

me es posible, claro…), me venía la idea de cómo llegué a esta vinculación e interés tan

grande y fructífero con ellos. Yo recuerdo de los 18 a los 25 años estar en una corriente

que llamábamos “Arte Pobre” o “Arte efímero”. Lo que hacíamos era salir a la calle y

hacer acciones donde provocábamos una reacción emocional en la gente. Por ejemplo:

éramos unos 10 o 15 amigos, cogíamos bolsas de pan mojado y en menos de 2 minutos

cubríamos la estrella de la Plaza Catalunya con ese pan, venían las palomas y formaban la

estrella: se veía la estrella de la Plaza más significativa de Barcelona formada por palomas

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comiendo pan, como si ellas mismas se hubieran colocado en esa forma (un poco como la

coreografía de las bandadas de pájaros al volar, pero en el suelo). Yo y mi colegas íbamos

viendo y grabando la reacción de la gente ante esos “sucesos increíbles” para aquellos que,

como no sabían, lo tomaban como un misterio, un acto mágico, un milagro. O también

había el que pensaba que era una tomadura de pelo.

Otro ejemplo que recuerdo es el de poner en un sitio muy transitado de Barcelona (creo

que en Las Ramblas) una maleta vieja abierta (que por supuesto no nos había costado

nada: estábamos en la corriente del Arte Pobre y en realidad no había dinero: esa maleta la

habíamos sacado de un contenedor de basura) con una piel de plátano dentro y un cartel

encima que ponía: “lo que Dios se dejó por decir”. Era impresionante ver las reacciones de

la gente al verla: “esto debe ser una secta”, “esto significa que vayamos con cuidado de no

resbalar”, “esto es una tomadura de pelo”… Había reacciones de todo tipo y

escuchábamos los comentarios de la gente. Se llamaba “Arte Efímero” y era una corriente

que venía de Holanda, en la época hippie y se basaba en hacer una acción “especial” -

sorprendente, divertida, exótica, inexplicable- que provoque una reacción en la gente

durante unos momentos.

También recuerdo una época en la que en los encuentros de amigos, en los que

quedábamos para cenar por ejemplo, nos aburríamos, y pensamos: “¿por qué no hacemos

algo diferente, algo más que comer, bailar y escuchar música o beber?”. Claro, yo ligar,

no, porque tenía pareja; fumar porros, pues como todo, te cansas, y entonces empezamos a

pensar en preparar juegos donde todo el mundo pudiera participar. Juegos, hacer una

representación teatral… Por ejemplo, ahora recuerdo una actividad muy divertida que

montamos con unos amigos, con los que nos fuimos diez días… o no tantos, quizás cinco

días a una playa de la Costa Brava, y decidimos hacer una película. Empezamos

inventándonos el argumento, después repartiendo los papeles, luego buscando la manera

de caracterizarnos según el personaje que nos había tocado (todo esto, sin ningún tipo de

recurso económico, lo cual nos llevaba a ser el máximo de creativos y a desarrollar la

imaginación hasta el límite), ensayando y por fin, grabando. Nos disfrazamos como si

fuéramos aborígenes y fue tan divertida la experiencia y nos dimos cuenta de tantas cosas,

que junto con las otras experiencias y ese algo que yo creo que ya estaba en mí desde

siempre, esa conducta lúdica y de tomar el juego como algo imprescindible en mi vida,

empecé a elaborar dentro de mi cabeza cómo sería poderle sacar partido a toda esa

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potencialidad. Viendo cómo el juego es una herramienta potenciadora del darse cuenta. Y

a partir de aquí, cuando estuve formándome en la Gestalt, empecé con Ferran a probar

dinámicas de juegos, en los primeros intentos de unir la terapia de la Gestalt a una parte

más divertida, en la intuición de que había otra manera de crecer e integrar los conceptos y

aprendizajes recibidos en la Gestalt con toda la vertiente del juego. También con una

intuición más: que esto podía llevarse a cualquier ámbito de nuestra vida….

Yo recuerdo que en medio de la formación de Clown había estado trabajando mucho con

la improvisación. Trabajé con el Circ Cric y basábamos el desarrollo de los números en

partir de la nada, de cero, haciendo caras, gestos… hasta que salía algo que podíamos

aprovechar. Era pasar de “nada” a “algo”, cosa que después relacioné como un milagro

con el vacío fértil de la Gestalt: era como si esa intuición que me acompañó durante mi

época de clown pudiera leerla en libros y escucharla desde teorías importantes y

extendidas. Para mí todas esas experiencias previas y todo ese mundo que en mi interior se

abría a partir de los juegos, me llevó en la vida a las personas con las que tenía que estar:

con Ferran, con Nela. Otros colaboradores se quedaron por el camino, y también les

recuerdo y agradezco un montón la aportación que en su momento tuvieron. El equipo de

trabajo definitivo… somos nosotros tres, y yo estoy muy contento de haber llegado hasta

aquí con vosotros.

NELA: Llevado a mí, yo estaba en el otro extremo de la polaridad. Para mí el juego es un

valor añadido posteriormente. Creo que para mí la incorporación del juego fue un síntoma

sano de autorregulación de mi organismo.

FERRAN: Está bien el juego porque es la acción y experimentación. Pero éste tiene que ir

acompañado de una reflexión y un darse cuenta; en definitiva, yo creo que fue la unión de

ambas partes: cómo unir el juego con el crecimiento personal gestáltico para que no fuera

sólo juego y poder extraer todo su sentido.

QUIM: Claro, al principio era todo juego.

NELA: Sí. En las primeras épocas en la que empezamos a hacer todo esto, se jugaba y se

jugaba mucho, era pura experimentación y acción. Y al acabar no recogíamos desde la

reflexión. No había esa parte de conciencia, de profundización, de darse cuenta.

QUIM: Ahora me acuerdo de una de las primeras historias que hicimos en el Pueblo

Español. Era para gente que estaba o se sentía sola:”venid a jugar y que se produzca una

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experiencia especial”.

NELA: Los que venían se lo pasaban muy bien y se divertían mucho, pero nosotros nos

quedábamos con una sensación de vacío, de banalidad. Me planteaba ¿qué estoy haciendo

yo aquí? ¿Realmente, esto tiene alguna utilidad?

QUIM: Faltaba algo…

NELA: Se iban súper-felices, extasiados: “¡Qué bien, qué divertido…!”. Y en mí, en

cambio, anidaba una sensación de vacío y de cansancio…. Surgía en mí una parte de

insatisfacción al intuir que podíamos sacar mucho más de aquellos juegos, que podíamos

recogerlos y redireccionarlos hacia algo más fértil. Un poco nos situábamos en ese punto

de vacío fértil del que habla la Gestalt, y no podíamos desaprovecharlo. Era una necesidad

de aprender o descubrir cómo hacerlo para poder desarrollarlo.

QUIM: Faltaba el poner conciencia a la experiencia, el darse cuenta.

NELA: El darse cuenta… La reflexión. Eso lo incorporamos a partir del momento de

darnos cuenta de ello.

FERRAN: A mí me motivo mucho el tema del juego porque yo vivía la vida siempre

como muy preocupado, siempre estaba preocupado. Con los juegos conseguí darme cuenta

de mi preocupación y de cómo ésta me paralizaba, para finalmente poder pasar a

ocuparme de mis necesidades. Yo creo que la formación nos ayudó a poder cerrar gestalts

inacabadas de nuestras vidas y de esta manera poder entrar en un vacío y dejar espacio a

lo nuevo, a lo que nosotros fuimos incorporando.

QUIM: Estaba pensando en cómo poco a poco fuimos abriendo y abriéndonos a esa otra

perspectiva lúdica llena de posibilidades. ¿Cómo podríamos explicar esto? Explicar que la

experiencia de la formación Gestalt fue muy enriquecedora y que posteriormente pudimos

unirla e integrarla con esta nueva parte, nuestra, personal.

NELA: Apoyándonos en nuestras raíces, en nuestra procedencia y cerrando lo inconcluso,

podemos acceder a espacios nuevos y creativos y sobre todo facilitamos que podamos

construir nuestro propósito de vida.

QUIM: Se me ocurre una metáfora: tu madre es tu madre, pero no por eso tienes que

seguir siempre haciendo exactamente lo mismo que ella hacía, aunque muchos aspectos te

resulten satisfactorios y formen parte de ti. Con la formación Gestalt habría una especie de

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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paralelismo: me ha traído hasta aquí, el agradecimiento es mucho, y a partir de aquí yo

soy libre y creativo para seguir avanzando e innovando integrando eso sí todo lo anterior.

De eso se trata, me parece…

NELA: Cómo poder transitar y utilizar ambas partes: la antigua y la nueva, en un todo

integrado. Ahora me doy cuenta que a mí fundamentalmente lo que me aportó la

formación en Gestalt fue facilitar “mi darme cuenta” y el hacerme más conciente, era

como un fuerte anhelo por “despertar”

FERRAN: A mí en cambio una de las cosas que más me motivaba era que aprendía.

Aprendía mucho a conocerme y a conocer otras realidades. Conseguía avanzar y dar

pasos importantes hacia delante conmigo. Me ayudaba a crecer. A ser diferente.

NELA: Interesante. A cada uno de nosotros nos aportó valores diferentes: a ti, Quim,

poner conciencia a la acción; a ti, Ferran, el de aprender, el de avanzar y pasar a la acción

para ocuparte de tus necesidades; en mi caso, a ser más consciente y mostrarme

dejándome ver por los otros. Es curioso constatar las preferencias que nos mueven en una

dirección u otra.

FERRAN: A mí me dijeron que no servía para terapeuta. Que no servía y que nadie me

podía ayudar… Eso me dejó hecho polvo, me destrozó… Ahora me doy cuenta que esto

era una gestalt inconclusa mía, en concreto reforzaba el introyecto paterno de”los otros sí

y tu no”; esta confrontación favoreció -apoyándome en la ayuda terapéutica gestáltica que

recibí- que pudiera sustituir esta neurosis por un sano autoapoyo. Actualmente soy

terapeuta… En individual, en grupos… ¡Qué cambio!

NELA: Retomando el objetivo que nos ha llevado a este encuentro, creo que es muy

importante reconocer todo lo bueno que nos ha aportado la Gestalt en nuestras vidas.

Cuando empecé la Formación, estaba mucho en el plano mental porque me sentía un poco

más segura, mi universo mental dominaba por encima de cualquier otra cosa. Durante la

Formación, pude recuperar y reconocer algo tan importante para mí como son las

emociones, lo sensorial y ¡cómo no, el cuerpo, “esa cosa desconocida”! Actualmente

pienso que tanto la mente, como las emociones, como el cuerpo, como lo sensorial….

Todo ha de ser atendido y armonizado para poquito a poco recuperar la naturaleza esencial

de la persona.

FERRAN: Recuerdo un taller de fin de año al que vino mucha gente… En éste ya

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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utilizábamos no sólo los juegos sino que incorporamos las ruedas finales de reflexión, de

introspección y de conciencia. Ya no nos quedábamos vacíos, veíamos que había un

aprovechamiento mayor.

NELA: A mí me gustaría desarrollar más esa idea de que nada más comenzar a dedicar un

tiempo del total de la dinámica a la reflexión, al darse cuenta, los que lo probaban volvían

más. Se creaba un vínculo con mucha más consistencia, más allá de lo lúdico. La gente se

marchaba dándose cuenta que habían aprendido algo más, que esos juegos no acababan

allí, sino que se llevaban consigo unas experiencias con un contenido útil y trasladable a

su vida cotidiana. En esta época estábamos ya transitando más hacia el equilibrio y hacia

el reconocimiento de las dos fuerzas que, conjuntamente, ayudan al crecimiento y al

autoconocimiento.

FERRAN: La evolución, muy resumida, sería: la formación en Gestalt fundamentalmente

nos facilitó el darnos cuenta y la reflexión, provocando en gran cantidad de ocasiones que

nos emergieran gestalts inconclusas que nos llevaron a transitar durante largo tiempo

zonas dolorosas de nuestras vidas. Al acabar esta época, sentimos la necesidad de transitar

por el otro lado de la polaridad y esto nos hizo buscar otras cosas ubicándonos casi

plenamente en el tema lúdico, de diversión (polaridad dolor-diversión). En este punto,

curiosamente para nosotros, la satisfacción tampoco era plena: faltaban elementos de

reflexión, de durabilidad. Y de ahí empezamos a tantear cómo hacerlo para encontrar el

punto medio, en el que hubiera lugar para la reflexión y para la diversión, integrando estas

dos y que fueran juntas, a la par. Yo creo que es muy importante: nos dimos cuenta que

para nosotros ambas eran muy importantes y que era una línea de trabajo profundamente

integradora.

NELA: A partir de ahí, ya incluimos en todos nuestros talleres premisas básicas de

Gestalt: el darse cuenta, tomar responsabilidad, dar y darnos la oportunidad de

experimentar el vacío, posarnos allí y que emerja aquello que empieza a ser figura…

Conclusión: Coincidimos los tres en la importancia que tuvo y tiene para nosotros el

darnos cuenta de cómo contribuye el juego en el aprendizaje de la metodología gestáltica.

Desde ahí nuestro deseo de aportar y compartir a través de esta tesina: La Gestalt y el

Juego: una vía de aprendizaje.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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MARCO TEÓRICO - 1

Antecedentes históricos del juego

No es fácil encontrar bibliografía en castellano que hable de aprender jugando referida a

niños, y mucho menos si se trata de adultos. Jugar ha sido durante mucho tiempo lo

opuesto a trabajar: perder o matar el tiempo, arriesgarse, hacer chiquilladas. Esta

dicotomía ocio-trabajo, como si fueran dos polaridades enfrentadas, sin posibilidad de

integración.

En nuestra cultura occidental muchos de nosotros, al estar continuamente sometidos a la

exigencia de competir, de proyectar una imagen o de obtener éxitos en una manera de

vivir que describimos como lucha por la existencia, perdemos la capacidad de jugar, en el

sentido más espontáneo, al igual que la capacidad de sorprendernos, que a veces está

ausente.

Para ser realmente adultos que viven en el presente y no en la fantasía del futuro o del

pasado, tenemos que recuperar esa capacidad. Jugar es atender a lo que se hace en el

momento en que se está haciendo, tal como hacen los niños, para quienes lo importante es

la actividad en sí y no sus consecuencias.

Porque el juego es un elemento básico de nuestra condición humana. El juego, como modo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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de vivir en el presente, va con la apertura sensorial, con la plasticidad conductual y con el

gozo de existir.

Recuperar el juego como uno de los fundamentos de nuestro vivir cotidiano puede

devolver a nuestra vida su conexión espontánea con el mundo natural ancestral del que

somos parte.

En algunos yacimientos arqueológicos se encuentran piedras que simbolizan muñecas al

lado de esqueletos de niños y niñas. Esto indica que el juego como tal, es decir, la

imitación de los roles de los adultos, es inherente en el ser humano.

A través de todas las culturas, los juegos, tanto los competitivos como los lúdicos, han

sido una forma de acercarse a las personas y a los dioses. Así como ha hecho que al final,

en algunos rituales, se haya fundido juego y trascendencia: se ha pasado de ceremonias

donde hay bailes y juegos a ceremonias trascendentes que contactan con la parte más

existencial.

La terapia Gestalt recupera a través de sus juegos gestálticos la experimentación con lo

existencial, para a través de ellos, poder experimentar realidades en un contexto de

laboratorio, que hacen que desarrollemos capacidades que normalmente no se desarrollan

en la vida cotidiana, y al poder estar en un grupo terapéutico, esa experimentación se hace

posible para poder transgredir las líneas de comportamiento social que normalmente están

reprimidas.

En estos juegos gestálticos que se practican en los talleres, podemos pasar de una

polaridad de comportamiento sobreadaptado a una polaridad de comportamiento trasgresor

y prohibido. Al poder hacerlo en un contexto de taller gestáltico o de laboratorio, el Darse

Cuenta acontece a través de ese experimento, y así en ese juego, la persona experimenta

más allá de los que en su vida cotidiana pudiera hacer. Ese recurso le hace ganar nuevas

habilidades para aplicar en su vida, fuera del contexto terapéutico. Sin ese juego gestáltico

y esa experimentación que acontece al Darse Cuenta, podría ser que la persona a partir de

aquí continuara utilizando sus mecanismos de evitación del contacto, para no salir de su

zona de comodidad. Por tanto, podríamos decir que el juego y la experimentación, hacen

que se desarrollen nuevos recursos y nuevas habilidades, por el hecho de ser juego: de

experimentar sin una meta concreta, con el sólo objetivo de experimentar, de jugar.

Probablemente antes de que existiera la terapia Gestalt como tal, este acontecimiento de

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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experimentación lo han venido repitiendo los niños y los adultos en sus tiempos lúdicos, a

lo largo de toda la historia. La Gestalt lo utiliza añadiendo el “continuum de conciencia”,

dándole así un valor curativo.

A nivel lingüístico, usamos el concepto de “juego” con la máxima libertad. Sobre su

significado cada uno tiene una idea propia, de acuerdo con su experiencia personal, que es,

en general, muy variada. Nuestra propuesta es traer nuevas perspectivas para ver el juego

no sólo como una clave de lectura de la realidad, incluyendo lo mejor y lo peor de lo

humano, sino un posible instrumento de transformación de lo que para mujeres y hombres

constituye lo esencial: las relaciones personales, la estructura mental y social de lo

relacional. Siempre añadiendo conciencia a lo acontecido a lo largo del juego, para que

quizás puedan completarse algunas Gestals inconclusas.

Nos gusta el término inglés “Play”, que recoge en mayor medida que el español o el

catalán el significado que desde la Gestalt se le da al juego. Play significa “poner en

marcha, accionar”, confiere al término la capacidad de arrancar y activar al individuo: las

premisas del juego nos pondrán en situación de comenzar a accionar nuestras habilidades

internas, a través de las experiencias que de él se desprendan. Y aprendidas de esta

manera, no van a ser olvidadas. Como si del “play” se pudiera, después de la

experimentación, pasar al “awareness”.

Toda la experiencia que hemos obtenido con juegos, nos lleva a la conclusión de que se

puede aprender mucha psicoterapia Gestalt a través de los mismos y de poner conciencia

en lo acontecido.

Al respecto del significado que el juego ha tenido a través de la historia y del que está

ocupando actualmente en la sociedad, incluimos como anexo (anexo 1) un artículo

seleccionado entre las “Contras” de La Vanguardia.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Utilización y utilidad de los juegos en la Terapia Gestalt.

Este milenio nos enfrenta a dos grandes retos como seres humanos. Por una parte debemos

aprender toda una serie de técnicas y habilidades, cada vez más complejas, para poder

desarrollar nuestro trabajo. Y por otra, se hace necesario desaprender algunos de los

bloqueos y estereotipos que algunos desfasados paradigmas han podido implantar en

nuestra conducta, si es que queremos desarrollar plenamente todas nuestras capacidades.

Porque, para muchos de nosotros, convertirse en adultos ha implicado "atrofiar" muchas

de las facultades potenciales que teníamos de niños, facultades que se hace necesario

recuperar y desarrollar, en el espacio adecuado, para adquirir una cierta integridad natural

que permita enfrentar con garantías los desafíos actuales.

Nosotros estamos convencidos de que la época en que vivimos es una oportunidad para

aprender desde nuevos enfoques que nos permitan desarrollar y extender nuestras

capacidades a diferentes contextos, dando un paso más hacia un desarrollo humano pleno

y armónico, integral. Creemos que la Gestalt puede aportar un enfoque que facilite ese

desarrollo.

Una oportunidad también para co-crear un mundo diferente, actuando en nuestra realidad

cotidiana desde nuevos paradigmas que alientan un diferente modo de pensar, un diferente

modo de ser. Más humano, más saludable, más gestáltico. Dando más sentido a nuestra

vida, mejorando nuestra comprensión del mundo y de la realidad. Una oportunidad para

enriquecer y dar mayor bienestar a nuestras vidas.

Nos gusta considerar tres niveles o valores que participan en el juego y el jugar gestáltico.

Uno, en un primer nivel de lectura, tiene que ver con la sensibilidad, el placer y la

integración senso-motora. En una palabra, con la diversión. Es un valor que surge del

puro hacer, y que permite expresar desde el cuerpo y algunos de los canales sensoriales

normalmente sacrificados por la dominación de la vista (el oído, el tacto…). La

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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implicación en la actividad mímica, plástica, etc. ayuda a restablecer un equilibrio con la

modalidad numérica y analógica del lenguaje. El juego hace reír a la persona, favorece el

sentido de la comicidad, de la autoironía -la capacidad de exponerse al ridículo-, y es una

ayuda válida para salir de una concepción rígida de la propia identidad.

En el segundo aspecto existe un consenso general: el juego es el comportamiento

explorativo por excelencia, el ejercicio que mejor permite experimentar y poner a

prueba las propias capacidades. Esta virtud se debe al hecho de que, en un contexto de

simulación, el error y el fracaso no pesan, y pueden ser percibidos como simple feedback.

El juego permite experimentar, curiosear, inventar soluciones nuevas, etc., al objeto de

aprender, de conocer, de desarrollarse... En la medida en que un juego constituye una

escenificación del “como sí“, aparece un modo visual e intersubjetivo de aprender de los

propios (y de los de los otros) errores.

Y, en tercer lugar, el juego es metafórico por su misma naturaleza, por el hecho

de que nace de una operación de comparación entre “figura y fondo”, y de este modo

define el marco de una situación interactiva. A menudo se refieren situaciones que

guardan analogías o cierto nivel de similitud con dificultades o problemas que podemos

enfrentar en la vida cotidiana. El hecho de enfrentar conflictos desde el jugar permite una

disposición en un óptimo estado de recursos. Por un momento podemos suspender toda

una serie de creencias, suposiciones, miedos, que limitan, en la experiencia real, nuestra

capacidad de resolución, el uso óptimo de nuestras habilidades.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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MARCO TEÓRICO – 2

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.

O. Stevens, John. El Darse Cuenta.

Zinker, J. El proceso creativo en la terapia gestáltica.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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EL DARSE CUENTA

Sentir, Imaginar, Vivenciar de John O. Stevens

Ejercicios y Experimentos en Terapia Gestáltica.

Ferran Lacoma Pons

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Podría decir que el Darse Cuenta y yo hemos ido de la mano hace ya unos cuantos años.

Lo descubrí cuando estaba aún en plena formación de Gestalt hace…. Pues bien, no podría

decir, pero bastantes años.

Yo soy lento y meticuloso en la lectura y en otras muchas cosas, a veces me cuesta

comprender, o simplemente necesito mi tiempo. Ocurre que comparado con Quim y con

Nela, me percibo lento, las ideas bajan a su ritmo, despacio. Con lo anterior, es obvio que

en los talleres, lo de improvisar a nivel teórico, no se me da muy bien… o tal vez sea que

no me gusta mucho; lo vivencial me es mucho más fácil y satisfactorio, surge sencillo y

fácil. Por lo tanto, el preparar mínimamente los talleres para mí es imprescindible (si bien

no siempre lo hago, pagando a veces un precio muy costoso) y es aquí donde interviene mi

libro, El Darse Cuenta. Lo he ojeado cientos de veces los viernes por la noche para el taller

de fin de semana.

Este libro de John O. Estevens EL DARSE CUENTA explica la relación que tiene el

juego con la Gestalt. John es terapeuta gestáltico e hijo de Barry Stevens, una de las

pioneras de la Gestalt. Es un libro que está, sobre todo, lleno de experiencias, juegos y

fantasías, para que cualquier persona que quiera experimentar con ellas pueda hacerlo; y a

la vez explica cómo se pueden manejar estos juegos sacándoles aprendizaje y buenos

recursos. Todo ello desde uno de los pilares de la Gestalt: “el Darse Cuenta”.

Desde que yo empecé mi búsqueda personal pasé por muchas facetas en este caminar, que,

por lo que estoy viendo, me va a llevar toda mi vida. En mis principios de búsqueda

pensaba que cuando encontrase la piedra filosofal de cómo ser feliz - en mi caso

particular, dejar de tener miedo-, ya estaría todo conseguido, y con el tiempo he ido

descubriendo, como acabo de señalar hace un minuto, que esto no va a ser así y la

susodicha piedra filosofal pareciera que es como un mapa de piratas donde siempre acaba

faltando una parte de éste, porque está escondido en no sé que lugar y se necesita para

poder encontrar el tesoro, que en este caso es el sentirme a gusto con migo mismo en cada

momento.

En este caminar he pasado por diferentes etapas; la primera etapa fue el probar diferentes

tipos de drogas durante 5 o 6 años, sobre todo LSD, que me permitía poder liberar toda

clase de fantasías reprimidas y poder volar tranquilamente por mundos imaginarios donde

me sentía libre y con mucha creatividad… hasta que llegaron los malos viajes, y las

fantasías se empezaron a convertir en experiencias negras y autodestructivas, llevándome

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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casi al suicidio. Luego vino el alcohol que me ayudó a descubrir mi faceta alegre, divertida

y espontánea y también me permitía dejar mi vergüenza de comunicarme con los demás y

poder expresarme más libremente, hasta que mi querido hígado se inflamó lo suficiente

como para tener que dejar de beber. Luego fueron años de búsqueda espiritual a partir de

que alguien me habló de que Dios existía, y empecé a buscarlo con mucho énfasis y con

buenos resultados a nivel de sentirme mucho mejor y más feliz en este mundo que, hasta

ese momento, todo esto había sido difícil de encontrar. Junto con esto también inicié una

larga etapa de 12 años a través del masaje Shiatsu como terapeuta, hasta que un día

apareció mi amiga la depresión y empecé a no entender cosas y a crearme un mundo que

me diera seguridad, pero que a la vez y sin darme cuenta, me recluía cada vez más en mi

casa con miedo a salir a la calle. La siguiente etapa –primordial en mi vida- fue conocer la

terapia Gestalt.

En la Gestalt me empecé a sentir cómodo porque por primera vez podía unir estas partes

que habían aportado tanto en mi camino como persona y terapeuta y, aún las sigo

practicando; todas menos el LSD y el alcohol, pues ya no tengo la necesidad de explorar a

través de este camino.

Desde la Gestalt, la parte que más me ayudo al principio de mi depresión fue el Darse

Cuenta, el Aquí y Ahora, el Presente, para mi tan preciado y buscado hasta ese

momento… A medida que lo fui practicando y adaptándolo en mi vida cotidiana, comencé

a encontrarme mejor y a sentirme más en paz con lo que yo soy.

El Darse Cuenta lo encuentro fundamental para poder crecer como persona. Entiendo que

sin esta parte seguiríamos cometiendo los mismos errores una y otra vez, nos costaría

aprender y nuestra evolución sería muy limitada. Hay muchas filosofías que trabajan con

la parte del observador, del estar atento a aquello que va sucediendo en cada momento sin

enjuiciarlo, sin ponerle ni nombre, ni forma a lo que está pasando para poder ser lo más

neutro posible delante de lo observado y así poder conseguir un “awareness”. El Darse

Cuenta tiene la maravillosa misión de conseguir que paulatinamente expanda mi

conciencia de lo que realmente soy, de cómo me muevo, hablo, gesticulo, pienso, me

emociono, etc. Un Darse Cuenta limpio y sincero nos lleva a ser grandes sabios de

nosotros mismos, grandes descubridores e investigadores de nuestra propia persona y, para

que aún sea más completo, éste ha de ser divertido, juguetón. Porque si lo hago serio,

reflexivo y con juicio hacia mí mismo y hacia a aquello de lo que me he dado cuenta,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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probablemente dejaré de hacerlo, ya que se habrá convertido en algo doloroso y que me

provoca fricción y sufrimiento.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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EL JUEGO Y EL DARSE CUENTA

“Que los sabios han proclamado durante siglos:

el mundo esta aquí mismo para recibirlo.

Lo único que tenemos que hacer es vaciar nuestras “mentes” y abrirnos”.

John O. Stevens, 1976, 17

Desde la Gestalt y el juego lo que realmente se pretende es conseguir explorar situaciones

nuevas e inimaginables para cada persona, expandir los niveles de conciencia y así poder

llevar a la gente a lugares, mundos, universos, galaxias a los que ellos por sí mismos no

hubieran llegado, profundizando en espacios a los que les hubiera sido difícil acceder.

Estoy totalmente de acuerdo en lo que dicen los sabios de vaciar la mente. Y qué mejor

manera que jugando. Con el juego, yo personalmente he podido dejar de controlar lo que

quería que pasase; con el juego, yo veo como la gente entra en situaciones donde la mente

no interrumpe el presente con recuerdos o con juicios y deseos. El presente del juego es tal

que ayuda a descubrir multitud de personajes que habitan dentro de nosotros.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Para mí como terapeuta que trabajo con Juegos y Gestalt, este libro siempre me acompaña

ya que constantemente me anima a seguir experimentando con cualquier idea que me

viene a la cabeza para luego, poderla transformar en un juego con el propósito de que mis

alumnos o clientes puedan Darse Cuenta de lo que en ese momento esté surgiendo en la

terapia o en el grupo.

El Darse Cuenta

Darse cuenta es la traducción del original inglés awareness que nos llegó de las

ediciones chilenas de Fritz Perls. En publicaciones argentinas se puede hablar de

tomar conciencia y Claudio Naranjo utiliza otro verbo percatarse. Awareness

tiene también las connotaciones de estar alerta y atento, como actitud de estar

despierto, no como esfuerzo voluntarioso. (Terapia Gestalt .La vía del vacío fértil,

Francisco Peñarrubia, 1999. 94)

El darse cuenta puede definirse como la toma de conciencia integral sobre lo qué

“me” pasa (sensaciones físicas, sentimientos, imaginación) y de lo que pasa en el

medio ambiente en el que estoy integrado: El darse cuenta parte de cuatro preguntas

claves.

1. ¿Qué estoy haciendo?

2. ¿Qué siento ahora?

3. ¿Qué trato de evitar en este momento?

4. ¿Qué quiero, que espero de la situación actual?

El awareness permite situar el encuentro terapéutico, es un precalentamiento que

además, deja aparecer situaciones inconclusas anteriores. (Gestalt para principiantes,

Sergio Sinay y Pablo Blasberg, 1995. 89)

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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El darse cuenta… ¿Qué serían los juegos sin el darse cuenta? Pues eso, sólo serían juegos

para divertirnos, para salir del aburrimiento, para entretenernos, para reír, para pasarlo

bien. Gracias al darse cuenta, estos juegos se convierten en una herramienta terapéutica

muy efectiva para usar.

El darse cuenta le da sentido al jugar, teniendo el juego tantas posibilidades de crear

experiencias diferentes.

Por ejemplo, hay un juego que se hace por parejas y con los ojos cerrados. Se trata de

confiar en que el otro lo va a cuidar sólo guiándolo por el nombre; este juego ayuda a que

recuerden otra vez el significado de estar alerta y atento. Lleva también a estar en el

presente, porque cuando no lo estás y te vas a fantasear en peligros o en otras cosas, dejas

entonces de escuchar la voz del que te guía; a la vez hay una conciencia mayor de

sensaciones internas por todo el cuerpo. La devolución que suelen hacer los alumnos con

este juego es que se han dado cuenta de la importancia del sentido del oído, y que si estás

atento se puede confiar en el exterior, ya que los sentidos guían mejor de lo que pensaban

y esto sucede de esta manera porque el darse cuenta forma parte de la autorregulación

organísmica que explica Perls.

La Autorregulación organísmica

Así llegamos al fenómeno más importante de toda la patología: la autorregulación

versus la regulación externa. La anarquía, generalmente temida por los

controladores, tiene, por el contrario, mucho significado. Significa que deja solo

al organismo para cuidarse a si mismo sin interferencias externas. Y yo creo que

entender esto es una gran cosa: el darse cuenta puede ser curativo. Porque con un

awareness pleno, uno se da cuenta de esa autorregulación organísmica, uno puede

permitirse que el organismo se haga cargo sin interferir, sin interrumpir, podemos

fiarnos de la sabiduría del organismo. (Perls, 1969, .28). (Terapia Gestalt .La vía

del vacío fértil, Francisco Peñarrubia, 1999. 97).

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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En terapia, este tipo de autorregulación es muy importante porque lo emergente,

lo inconcluso, saldrá a la superficie. No tenemos que cavar, está todo ahí y se

puede mirar de la siguiente manera: desde dentro alguna figura emerge, surge

viene a la superficie, luego sale al mundo exterior, alcanza lo que queremos,

vuelve asimila y recibe. Algo nuevo surge y el mismo proceso se repite otra vez…

El organismo no toma decisiones. Las decisiones son instituciones creadas por los

hombres. El organismo siempre trabaja sobre la base de preferencias” (Perls,

1969, 33). (Terapia Gestalt .La vía del vacío fértil, Francisco Peñarrubia, 1999.

98)

Aprovecho este comentario de Perls sobre la autorregulación organísmica porque me

parece una bonita manera de explicar cómo trabaja el juego dentro de la Gestalt.

Con el juego, lo que conseguimos es que la mente cada vez este más quieta y se vayan

despertando los sentidos. Como dice Perls, con el juego buscamos que las personas

pierdan su control sobre sus actos ya conocidos. Con el juego conseguimos que las

personas vuelvan otra vez a la sencillez del niño, buscamos que conecten con las ganas de

dejarse asombrar por las cosas que van aconteciendo en día a día. El niño para poder

aprender, comprender y amar el funcionamiento de la vida, constantemente explora y se

aventura en situaciones nuevas, para así poder conocer mejor todo tipo de posibilidades de

cada acción que realiza. El niño investiga constantemente todo aquello que la vida le trae,

ya que está conectado con las ganas de descubrir y de asombrarse y de esta manera puede

percibir sensaciones diferentes constantemente. El niño deja de experimentar y jugar

cuando deja de asombrarse por todo lo que le pasa y empieza desde la mente a decidir

cómo lo tiene que vivir según el recuerdo que tiene de las anteriores veces que ha vivido

algo parecido a esa experiencia.

El niño, si no consigue lo que pretende, se puede enfadar tranquilamente sin identificar

este sentimiento como negativo o positivo. Ha sido su organismo el que ha provocado que

salga ese sentimiento en ese momento. No ha habido una reflexión sobre qué sentimiento

es el adecuado, sino que ha surgido porque es “lo que tocaba” en ese instante. El adulto, en

cambio, ha perdido la conexión con sus autenticas necesidades, con su capacidad de

exploración y de asombro ante la vida, perdido como está muchas veces en su universo

mental, y es aquí donde interviene el juego.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Con el juego lo que buscamos es que los adultos dejen de pensar y de controlar todos sus

actos, que dejen con la cabeza de negar lo que sienten o dejen de percibir sus necesidades

para que así el organismo se pueda expresar sin control. Me viene a la memoria un juego

donde participaba un alumno que durante toda su vida había sido ridiculizado y agredido

por unos defectos físicos que tiene; esto le ha provocado el que no se atreva a relacionarse

con las mujeres tranquilamente a causa de su miedo a que se rían de él o lo rechacen como

hombre.

El juego anteriormente citado – lo explica John O. Stevens en su libro El Darse Cuenta p.

88 - se llama “Diálogo con las manos”; nosotros le hemos puesto unas variantes y le

llamamos “Manos con aceite” se desarrolla como sigue: se reúnen los participantes

sentados en el suelo, en grupos de cuatro. Se les tapan los ojos y se vierte un poco de

aceite en sus manos. El contacto en primer lugar será sólo con ellos mismos: han de ir

frotando sus manos con el aceite, sintiendo plenamente su piel. Cuando han transcurrido

unos minutos, empiezan a contactar con las manos de las personas que tienen a los lados,

el derecho y el izquierdo. Después y con ayuda de música, se les invita a pasear por

diferentes estados emocionales, en concreto con las cuatro emociones básicas: tristeza,

alegría, miedo y rabia, todo ello sin abandonar el contacto con los otros. En este juego lo

que sucede es que, al tener los ojos tapados -el órgano de control-, no puedes ver con

quien estás jugando; esto ayuda a que el sentido del tacto, habitualmente más adormecido,

esté ahora mucho más despierto, gracias -entre otros factores- al aceite untado en las

manos. Por tanto, al existir menos control, vamos consiguiendo que el organismo se regule

dejando salir lo emergente o inconcluso a la superficie, que en el caso de mi cliente son las

enormes ganas que tiene de poder tocar a una mujer sin miedo a ser rechazado y, de esta

manera poder liberar su deseo no satisfecho hasta este momento, cerrando así esta gestalt

abierta para entonces poder abrir la siguiente, que en su caso es poderse acercar con los

ojos abiertos a una mujer y tocarla sin el miedo paralizante al rechazo. Con este juego

también podemos verificar que su organismo no tomó la decisión de cómo actuar, sino que

como explica en la cita anterior Francisco Peñarrubia “desde dentro alguna figura emerge,

surge, viene a la superficie, luego sale al mundo exterior, alcanza lo que queremos”.

Desde dentro emergió la figura de tocar a una mujer, salió a la superficie y alcanzó el

poder hacerlo satisfaciendo con ello su necesidad. El organismo consiguió sin

interferencias externas cuidarse a sí mismo, “autorregularse”. En este caso la regulación

organísmica actuó de igual manera para él que para las demás participantes de su grupo,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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ya que éstas eran mujeres, y ellas también, como explicaron posteriormente en la rueda de

reflexión, gracias a tener los ojos cerrados en el juego tuvieron la oportunidad de descubrir

a un hombre con un alto grado de sensibilidad. Este nuevo dato ayudó a romper una

frontera limitante, “hombre = rudo y tosco”. Podemos por tanto constatar gracias a este

juego que tanto él como ellas obtuvieron un awareness.

Otro juego interesante donde podemos entender la autorregulación organísmica del darse

cuenta es el siguiente: lo llamaremos “bofetadas virtuales”. A un grupo se les pide que se

pongan por parejas, a una distancia de dos metros entre ellos, y desde aquí se les da la

consigna que desde ese lugar y sin tocar al compañero exploren el jugar a pegar o agredir

al otro. Esto lo hacen una vez cada uno durante dos o tres veces y luego se cambian de

pareja y lo repiten. En este juego se descubre fácilmente la agresividad que tenemos

guardada dentro de nosotros y que algunos la controlamos para que no se note en el

exterior. Al ser éste un juego donde no hay peligro de hacer daño- y además estar

catalogado como “juego”-, la gente después de un pequeño calentamiento donde la cabeza

ya va perdiendo su poder, empieza a ver cómo va saliendo lo emergente a la superficie:

cada vez hay más agresividad en las parejas; las técnicas para agredir al otro son más

sofisticadas o más salvajes ya que se utilizan cuchillos, sierras mecánicas, metralletas, etc.,

todo lo imaginario. Con este juego conseguimos un darse cuenta fuerte y como dice Perls,

sanador, y al ponerle atención o conciencia a las preguntas: ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué

siento ahora? ¿Evito algo?, se produce un awareness claro de sus emociones y de su

relación con la rabia en cada uno de los participantes.

Clasificación y tipos de Darse Cuenta, según John O. Stevens y Francisco Peñarrubia

LOS TRES TIPOS DEL DARSE CUENTA

El juego anteriormente citado también me da la posibilidad de abrir la explicación de los

diferentes darse cuenta que hay, según cita John O. Stevens en su libro El Darse Cuenta.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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a) El darse cuenta del mundo exterior

b) El darse cuenta del mundo interior

c) El darse cuenta de la fantasía.

a) El darse cuenta del mundo exterior. “Esto es, contacto sensorial actual con

objetos y eventos en el presente: lo que en este momento veo, palpo, toco, escucho,

degusto o huelo. En este momento veo mi lapicero deslizándose sobre el papel,

formando palabras, escucho un zumbido, huelo el humo de la chimenea, siento la

textura del papel en mis manos y siento en mi boca un fresco sabor a frutillas ”

b) El darse cuenta del mundo interior. “Esto es contacto sensorial actual con eventos

internos en el presente: lo que ahora siento desde debajo de mi piel, escozor,

tensiones musculares y movimientos, manifestaciones físicas de los sentimientos y

emociones, sensaciones de molestia, agrado, etc. En este momento siento presión

en el extremo de mi dedo índice izquierdo a medida que sostengo el papel. Siento

una sensación desagradable de tensión en el lado derecho de mi cuello y en la

medida que muevo mi cabeza me siento un tanto mejor, etc. “

Estos dos tipos de darse cuenta engloban todo lo que puedo saber acerca de la

realidad presente como yo la vivencio. Este es el terreno sólido de mi experiencia;

estos son los datos de mi existencia aquí en el momento que ocurren.

Independiente de cómo yo u otros piensen o juzguen este darse cuenta, existe y

ningún argumento, ni alegato, ni teoría podrán hacerlo no-existente.

c) El tercer tipo de darse cuenta es bastante diferente. Es darse cuenta de imágenes

de cosas y de hechos que no existen en la realidad actual presente. El darse cuenta

de la fantasía. “Esto incluye toda la actividad mental que abarca mas allá de lo

que transcurre en el presente: todo el explicar, imaginar, adivinar, pensar,

planificar, recordar el pasado, anticipar el futuro, etc. En este instante me

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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pregunto cuanto voy a tardar en escribir este libro. Tengo una idea de cómo se va

ver terminado y me pregunto cual va ser la reacción suya, señor lector.

¿Encontrará que es útil y le gustaré yo por haberlo escrito? Todo esto es

irrealidad. Este libro aún no está hecho y usted no puede verlo ni responder a él.

Está todo en mi fantasía, en mi imaginación.” (John O. Stevens ,1976, 21)

Siguiendo con el juego de “Bofetadas virtuales”, explicaré y analizaré la importancia de

estos tres darse cuenta dentro de la Gestalt y el juego.

a) El darse cuenta del mundo exterior: En este momento veo como levanto la pierna y

veo mi pie a la altura de la persona que tengo delante (esto ocurre al dar una patada

en la cara del otro). También escucho cómo en la sala hay diferentes tipos de gritos

de ataques (todo el mundo está gritando y sacando sonidos de ataque contra el

adversario). Huelo el olor del sudor que se respira dentro de la clase (con tanta

pelea, golpes, tirarse al suelo y levantarse, el sudor se empieza a oler)…

b) El darse cuenta del mundo interior: Siento como mi puño está muy apretado, junto

con una gran rabia que me recorre todo el brazo (esto ocurre cuando se está

conectando el pegar un puñetazo con la rabia que hay acumulada en el interior de

la persona). Siento mucho calor en mi cara (de tanto salto y sensaciones intensas,

la sangre empieza a subir a la cara). Siento cómo respiro mejor y estoy más alegre

(después de haber descargado rabia viene la sensación de alegría y de poder

respirar mejor)…

c) El darse cuenta de la fantasía: Me estoy imaginando que te estoy partiendo la cara

y que te hago sentir como un mierda, a la vez que yo me siento mejor que tú (esto

es después de pegar un puñetazo al otro y ver como se ha caído al suelo y ha

gritado de dolor). ”Luis, cabrón de mierda, jódete, ahora si que te voy a machacar

los huevos y te vas a quedar sin follar toda tu vida” (esta fantasía se produce al

pegar una patada en los testículos del compañero). “A partir de ahora ya no me vas

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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a poder insultar más” (esta fantasía viene cuando se hace un movimiento como de

cortarle la lengua al compañero)…

Tras la exposición de los tres diferentes darse cuenta, paso a explicar la importancia que

tiene poderlos diferenciar bien. Para que la persona pueda ser consciente de cuáles son sus

mecanismos de evitación del contacto o se dé cuenta de las necesidades no satisfechas, es

necesario que sepa distinguir estos tres darse cuenta.

a) El darse cuenta del mundo exterior: una de sus funciones es ayudar a poder

diferenciar lo que realmente esta ocurriendo en el mundo presente de lo que está

ocurriendo en el mundo de las fantasías. En el caso del juego de las Bofetadas

virtuales, sería poder diferenciar el darnos cuenta de cómo levantamos la pierna

para dar una patada al compañero que tenemos delante, con la fantasía de un

recuerdo de un personaje que en nuestra vida nos causó dolor, y que si no estamos

atentos, podemos empezar a ver a este personaje en nuestro compañero de juego.

Esta diferencia ayuda a poder discernir la realidad de una fantasía que ha surgido

con relación a la dinámica creada que no tiene nada que ver con el presente actual.

Otro juego que podemos relacionar con este tema es el siguiente: pedimos al grupo

que de uno en uno -como si estuvieran desfilando por una pasarela- muestren sus

cualidades en silencio a los demás y sólo a través del cuerpo. Después, los que han

estado mirando, tienen que devolverles qué cualidades han visto en ellos. Este

juego ayuda a tomar conciencia de cómo cuesta escuchar cómo nos ven los demás,

dejando de escuchar para ello nuestras voces interiores sobre lo que nosotros

creemos que han visto o lo que tendrían que haber visto. También ayuda a darnos

cuenta de que a veces la fantasía de lo que tendría que ser tiene más peso que la

realidad que estamos escuchando en el momento presente: aprender a escuchar lo

que nos viene de fuera y dejar de poner atención a las voces internas que muchas

veces están fuera de la realidad que acontece.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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b) El darse cuenta del mundo interior: una de sus funciones es ayudar a ser

conscientes de lo que ocurre dentro de nuestra piel, poder escuchar y atender

nuestras necesidades internas y poner atención en cómo el organismo nos habla y

nos guía hacia la autorregulación. En el caso del juego de las Bofetadas virtuales,

el darnos cuenta del mundo interior nos ayudara a ser conscientes de la rabia o

enfado que se está acumulando en el brazo y en el puño, y que estoy respirando

mejor a medida que voy descargando agresividad. Si ponemos atención en lo que

está ocurriendo, obtendremos una información importante de que nuestro

organismo nos está indicando que hay algo inconcluso con la rabia, y que si la

sacamos y la descargamos, respiraremos mejor y podremos estar más alegres. Pero

para poder llegar a este darse cuenta, una de las cosas que hay que hacer es saber

diferenciar claramente este darse cuenta del darse cuenta de la fantasía, pues nos

podemos explicar -por introyectos o proyecciones o cualquier tipo de mecanismo-

que esto que estamos sintiendo no es verdad, y acordarnos que la última vez que

dejamos salir la rabia nos trajo problemas, con lo cual es mejor no hacerle caso y

evitar lo que sentimos -aunque respiremos peor y no estemos tan contentos, que es

lo conocido hasta ahora-. Pero si conseguimos diferenciar el darse cuenta de la

fantasía del darse cuenta interior, lograremos poder sacar y vivenciar qué ocurre

con esta rabia que tenemos y qué está pidiendo atención.

Personalmente, para mí es uno de los darme cuenta al que le tengo que poner a

menudo atención. Trabajando con los clientes, hay veces que siento un enfado por

dentro según el tema que estemos tocando y tengo que estar muy alerta para

aceptar el enfado que tengo y mostrarlo y no explicarme cualquier historia. Tengo

que estar muy alerta para no evitar contactar con esta parte de mí que es el enfado,

y que aún me cuesta de aceptar y, que cuando lo saco, la terapia funciona mucho

mejor, y cuando la evito por no atreverme, se pierde la sesión.

c) El darse cuenta del mundo de la fantasía. Tal como dice John O. Stevens:

Y sin embargo dentro de la fantasía hay una realidad encubierta. Puedo

descubrir más esta realidad si me concentro en la fantasía y al mismo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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tiempo tomo conciencia de mis sensaciones físicas, percepciones y otras

actividades mientras hago esto. (John O. Stevens, 1976, 22)

En la fantasía hay una realidad encubierta. Si pongo atención a la fantasía, por

ejemplo del juego de las bofetadas virtuales, me puedo dar cuenta de cómo me

hace sentir mejor el darme cuenta de que puedo callar la boca de alguien que me

insulta. Conectar con esta sensación me puede ayudar a poner energía en satisfacer

la necesidad de no dejar que me insulten más.

Otro ejemplo para explicar el darse cuenta de la fantasía es el juego de decir “YO

SI, VOSOTROS NO”. Suele ocurrir que la gente no lo puede decir porque conecta

con una fantasía de desaprobación o rechazo por parte del grupo si se atreven a

decir “vosotros no”. En este momento es importante aprovechar la fantasía para ver

qué es lo que no se permite o qué es lo que se evita en esta situación. En este caso,

la fantasía es lo que nos ayudará a que la persona encuentre sus recursos para poder

satisfacer sus necesidades.

Hay también juegos donde se les pide a los clientes que se imaginen cómo será su

vida dentro de unos años. Esta fantasía proporciona mucha información de cuáles

son sus necesidades no satisfechas, ya que el organismo se autorregula

proyectando en un futuro lo emergente e inconcluso. Un ejemplo de cómo

podemos aprovechar la fantasía para sacar información de nuestro presente es el

siguiente: un cliente, en un juego de imaginarse cómo quería que fuera su vida

dentro de unos años, tuvo una vivencia de sensaciones tan agradable que al acabar

el juego decidió llevarlo a la práctica a partir de ese momento, sin esperar a que

tuvieran que pasar los años que se habían pedido en el ejercicio.

Para mí es importante que las personas puedan diferenciar claramente estos tres darse

cuenta, para poder tener así una vida plena y poder alcanzar cómo satisfacer todas sus

necesidades. O lo creo que es más elemental: ser consciente de cuáles son y decidir en

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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cada momento que hacer con ellas. Fundamentalmente, lo que se persigue es que después

de cada juego -a través del darse cuenta- haya una comprensión mayor en cada uno de los

participantes.

Hay otros juegos donde podemos percibir cómo se pueden vivenciar los tres darse cuenta.

Por ejemplo, para abrir grupos de gente nueva utilizamos juegos donde les hacemos cerrar

los ojos y se encuentran entre parejas; aquí ya empiezan a trabajar el darse cuenta del

mundo interno, ya que empiezan a percibir sensaciones en su piel y emociones en su

presente actual que para ellos son totalmente reales, y que las sienten cuando el otro, por

ejemplo, les aprieta la mano, o si sienten frío o calor en sus cuerpos en esos momentos.

Todo esto son vivencias personales que les hacen percibir una realidad interna de cómo

ellos están experimentando este presente -esto es el darse cuenta del mundo interior-. A

esta primera experiencia podemos unir como a lo anterior se añade “el darse cuenta de la

fantasía”, al empezar a imaginar lo que estará pensando el otro de lo que él esta haciendo,

o si se tocan o se huelen. Todo esto hace que sus fantasías de cómo es el otro puedan ser

diversas y que a veces sí que son ciertas, pero otras no tienen nada que ver con la realidad.

Y para acabar, el tercer paso se produce cuando les toca abrir los ojos: es entonces cuando

empieza a trabajar el darse cuenta del mundo exterior mezclándose a su vez con el darse

cuenta de las fantasías; esto sucede por ejemplo cuando se experimenta el “me doy cuenta

que estoy mirando”, o “que estoy oliendo”, o que “siento la textura de la piel de la otra

persona”… Y todo esto se mezcla a la vez con las fantasías de aquello que estoy pensando

sobre esa otra persona o de cómo o cuándo me imagino que va acabar el juego.

EJERCITAR EL DARSE CUENTA

Veamos cómo John O. Stevens explica la importancia de ejercitar el darse cuenta:

Asegúrese intentando algunos de los experimentos básicos del darse cuenta que

siguen a continuación, y vuelva sobre ellos al menos una o dos veces para darse la

oportunidad de descubrir su utilidad. Lo que descubre en estos primeros

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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experimentos puede no parecerle de importancia, pero son la raíz y fundamento de

esta aproximación. (John O. Stevens, 1976, 24)

Esta parte es fundamental en el Juego y la Gestalt, y es donde nosotros, los terapeutas,

hemos de ser diestros para luego poderlo trasmitir correctamente a los clientes o alumnos.

Personalmente, es algo que sigo practicando, pues sé que esto tiene límites insospechables

de sutileza. Estar en el presente constantemente dándonos cuenta de lo que nos va

ocurriendo sin esfuerzo y como hábito, es un trabajo que requiere de mucho tiempo. Con

el juego podemos conseguir despertar multitud de sensaciones, recuerdos, ideas, fantasías;

podemos jugar a tocar, a imaginarnos que somos un señor de 89 años, a revivir recuerdos

de la niñez, etc. Nos da permiso para acceder a territorios inexplorados. En el campo del

juego todo está permitido y además, a medida que “vamos teniendo práctica”,

curiosamente cada vez tenemos más ganas de jugar, ya que en casi todos nosotros está

grabado en nuestro interior, pues afortunadamente nuestros primeros años de vida han

estado dedicados al juego.

Socialmente seguimos buscando el juego como manera de distraernos y de disfrutar, o

bien de pasar el tiempo. Casi siempre tiene buena prensa, y lo “ejercitan” en todas las

culturas y en todos los estatus sociales, y es muy difícil que alguien no sepa jugar. Alguna

vez me ha tocado dirigir un grupo donde había algún brasileño, algún ruso, algún

africano… y al empezar a jugar, he podido constatar que no había distinción de culturas.

EL CONTINUUM DE CONCIENCIA

John O. Stevens habla de las “Zonas de Conciencia”: “El terapeuta está a su vez, atento a

su propio flujo de sensaciones. Esto se conoce como continuum de conciencia”. (John O.

Stevens, 1976, 24).

En el experimento “ahora me doy cuenta” el paciente por lo general se limita a

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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expresiones sensoriales externas: Más tarde, en la medida que persiste se amplia

esta área para incluir muchos otros factores tanto internos como externos. En

otras palabras, sencillamente dándose cuenta de que uno es capaz de percatarse,

aumenta el área potencial de operación. Da una orientación más amplia y mayor

libertad de acción y elección…El neurótico está encajonado en su incapacidad de

darse cuenta de sí mismo y de la situación externa y tiene muy poco espacio para

maniobrar. Cuando su capacidad aumenta hace mejor contacto ya que éste

requiere mejor orientación enfocada al momento. (Perls, 1973, 79). (Terapia

Gestalt .La vía del vacío fértil, Francisco Peñarrubia, 1999. 100).

Consiste en que pongamos atención en nuestro propio “darse cuenta”. Es empezar a

verbalizar o tan sólo situar la conciencia de lo que va aconteciendo en cada momento con

el darse cuenta. Podemos hacerlo verbalizándolo en voz alta para nosotros mismos o

interiormente: “Me doy cuenta de”… y hay que finalizar la frase con aquello de que nos

estemos dando cuenta. Una vez hecho, observamos si el darse cuenta es exterior, interior o

de fantasía. Esta es la parte que considero que hay que practicar más, ya que, como decía

anteriormente, es muy sutil, y si no estamos totalmente atentos es fácil que acabemos

perdidos en la multitud de pensamientos que habitualmente nos bombardean. Sólo el

hecho de que podamos diferenciar y ser conscientes de los diferentes “darse cuenta”, hará

que nuestra vida sea más fácil.

Para practicar estas zonas de conciencia los juegos nos dan muchas posibilidades. Por

ejemplo, un juego de relacionarse: todos los participantes de un grupo, tocándose solo con

un dedo entre ellos mientras van andando por la sala … al mismo tiempo tienen que

tocarse a sí mismos su barriga con la otra mano mientras van cantando sus nombres a la

vez que continúan tocando el dedo de alguien. Con este juego conseguimos utilizar

simultáneamente los tres diferentes darse cuenta, de tal forma que puede ser utilizado para

que los alumnos comiencen a diferenciar tranquilamente estos tres darse cuenta citados:

El darse cuenta exterior lo pueden percibir estando atentos a cómo mueven sus

dedos, cómo verbalizan sus nombres, cómo se tocan su pecho, percibiendo los

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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olores del espacio donde están trabajando, los colores de las paredes o la textura

del suelo ….

El darse cuenta interior lo pueden percibir con las sensaciones de molestia o agrado

según con quién estén trabajando, dejándose sentir y reconociendo las emociones o

sentimientos que están teniendo, percibiendo cómo esta su cuerpo en este ejercicio.

El darse cuenta de la fantasía, lo pueden percibir siendo conscientes de cómo salen

de su presente para fantasear sobre lo que piensan de los demás, o de lo que

piensan sobre si mismos, o cómo les puede apetecer que se encuentren con un

compañero determinado para poder hacer el ejercicio.

El objetivo perseguido es permitir que emerja lo inconcluso y desde ahí poderlo atender tal

y como expone Francisco Peñarrubia en la cita siguiente:

La técnica que estamos utilizando es restablecer el continuum del darse cuenta. Este

continuum es requerido por el organismo para poder funcionar de acuerdo al sano

principio gestáltico: siempre surgirá la situación inconclusa más importante y podrá

entonces ser atendido. (Perls. 1969. p. 62). (Terapia Gestalt .La vía del vacío fértil,

Francisco Peñarrubia, 1999. 100)

Cómo trabajar gestálticamente con los juegos.

Para John O. Stevens es importante como va a utilizarse su libro, y escribe lo siguiente al

respecto:

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Espero que ustedes lo usarán como cualquier herramienta nueva: cautelosamente,

con cuidado y respeto y conciencia en su grado de comprensión. La sección

titulada “Al Coordinador de Grupo o Profesor”, describo una serie de maneras de

cómo este enfoque puede ser mal utilizado. Si lo usa mal, trabajando con usted

mismo, es asunto suyo, pero si trabaja con otros, por favor lea este capitulo con

cuidado y téngalo siempre presente. (John O. Stevens, 1976, 18)

Y en la sección titulada “Al Coordinador o Líder del grupo”, explica:

A veces, la gente descubrirá experiencias: agradables, bienestar, alegría, amor,

etc. Y a veces experiencias relativamente desagradables: cólera, confusión, pena,

etc. Cualquiera que sea la experiencia que una persona descubra, su experiencia

debe ser respetada. Hay muchas maneras en que la experiencia puede no ser

respetada. He aquí algunas de las maneras más comunes: juzgando, ayudando,

señalando deberes y obligaciones y explicando. (John O. Stevens, 1976, 131)

Continúo ahora con una cita de Joseph Zinker, que guarda una estrecha relación con lo que

estamos viendo, dice así:

Renuncia a permitir que el proceso siga por si solo: Procurar con demasiada

decisión resolver el problema; incapacidad para dejar que las cosas se incuben, o

sucedan naturalmente, falta de confianza en las capacidades humanas.

No podemos embutir un conocimiento. No podemos masticar el material y

transfundirlo a las arterias del paciente. No podemos lograr que el aprendizaje se

opere cuando nos resulta oportuno, de acuerdo con nuestro ritmo, sino en el

momento y según el ritmo que convienen al paciente. A menudo debe bastarnos el

haber plantado una semilla. Sobre todo, debemos confiar en el proceso de nuestra

labor, en el hecho de qué importantes cambios han de sobrevenir, a razón de

pequeñas unidades, si nos limitamos a mantenernos allí junto con la persona”. (El

proceso creativo en la terapia gestáltica, 1991, 58)

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Las vivencias o imágenes que a veces pueden surgir durante las experiencias pueden

parecernos extrañas y poco familiares. Debemos tener mucho cuidado y estar muy atentos,

pues son momentos donde la persona puede haber conectado con algo evitado durante

tiempo; es importante que tengamos en cuenta que sólo ella puede encontrarle sentido, y

si en estos momentos de apertura recibe risas irónicas, juicio o burla saldrá rápidamente de

la experiencia y es probable que no quiera profundizar más en el tema.

Cuando la persona se siente mal con la experiencia que está vivenciando, hay que prestar

mucha atención en no quererla salvar y ayudar en exceso, pues probablemente lo que

conseguiremos es sacarla de su experiencia; es importante darnos cuenta que en la mayoría

de los casos esto es más un necesidad nuestra que no de la persona.

Para mí ha sido un aprendizaje obtenido con el tiempo, consistente fundamentalmente en

saber sostener el dolor del otro o su tristeza sin confluir yo con lo que le está pasando.

Creo por tanto, que la mejor manera de ayudar al otro es acompañándolo a que se dé

cuenta de su experiencia y de lo que está viviendo en ese momento, sus sentimientos,

fantasías, etc., y a que progresivamente se haga responsable de todo ello.

En lo referente a cómo no hay que obligar, me gusta cómo lo explica John O. Stevens: “la

única obligación que tienen las personas es la de experimentar,” (John O. Stevens, 1976,

134)

Para mi, esto quiere decir que cada persona entra donde quiere o puede, y no podemos ni

debemos obligarla a llegar a un objetivo que nosotros los terapeutas nos hemos propuesto

de antemano. Por ejemplo, lo importante en el juego es empezar y llegar hasta donde la

experiencia lo permita, y es precisamente en ese lugar donde la persona puede encontrar

la información necesaria para ese momento, para ese presente. La obligación, por tanto, lo

único que hará es sacarlos de la experiencia propia y llevarlos a donde nosotros creemos

que tendrían que estar o vivir en ese momento, y al hacer esto, dejamos de “ver” a la

persona en su auténtico proceso.

En mi proceso particular terapéutico y de formación una de las cosas que mas agradecí a

mis terapeutas fue el no sentirme nunca obligado, el que me permitieran experimentar.

Creo que hay que estar muy atento a no proyectar nuestras propias experiencias sobre lo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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que les está pasando a nuestros clientes o alumnos. A veces los sacamos de su experiencia

genuina con nuestra interpretación de lo que les pasa. Es importante poder sostener lo que

ellos están viviendo, aunque pongan caras de no entender o no saber lo que les pasa; estos

momentos de vacío que se obtienen a través del juego son importantes para facilitar

nuevas comprensiones sobre ellos mismos. Y si es precisamente allí cuando nosotros, los

terapeutas, interpretamos lo que les está pasando, los sacamos totalmente de su

experiencia para llevarlos a la nuestra: es obvio que esto no sólo no ayuda en nada

realmente sustancial de sus vidas, sino que en muchas ocasiones, entorpece.

Coincido plenamente con John O. Stevens en su exposición dirigida al Coordinador o

Líder del grupo. El terapeuta que coordina o dirige el grupo, tiene que estar en un Darse

Cuenta constante y prestar atención a cómo está la gente para desde ahí poder escoger el

juego idóneo para ese momento. Por ejemplo, si un grupo está asustado no es conveniente

empezar por un juego de contacto pues probablemente esto les asustará aún más. Lo ideal

por tanto, será empezar por un juego de expresión se sentimientos o algún otro destinado a

que vayan cogiendo confianza.

NUMERO DE PERSONAS PARA TRABAJAR CON JUEGOS.

John O. Stevens nos habla el número de personas que considera adecuado para trabajar:

“De 14 a 18 personas es un buen número para que no se dispersen” (John O. Stevens,

1976, 136).

En cambio, mi experiencia con los juegos me indica que el número no es tan importante.

Sí que es cierto que si el grupo es grande, es mejor empezar en subgrupos de dos algunos

juegos, para que se vayan conociendo por parejas, y así se sientan más cómodos y el

vínculo que establezcan también sea más rápido. Yo he llevado grupos de hasta 45

personas, y si la dinámica de los juegos es la adecuada, la gente entra rápidamente a jugar

todos con todos, sin ningún problema; incluso a veces este elevado número de personas

ayuda -si el movimiento de los juegos es rápido y dinámico, y por lo tanto no están mucho

tiempo con la misma pareja y han de rotar bastante- a que ellos se sientan más tranquilos

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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porque el contacto que establecen con todos los miembros del grupo dura poco tiempo; y

además, al poderse encontrar con la misma persona varias veces durante el juego, se

consigue que al final todos se conozcan o hayan hablado de sus cosas casi sin enterarse,

que es lo que en el inicio de un grupo a veces se necesita.

Con los juegos es interesante empezar con una dinámica que al principio sea divertida, ya

que lo importante es que la gente se relaje y se ría. Nosotros hemos comprobado que si

empezamos con contactos breves y suaves donde puedan expresar aspectos de su vida –

sus hobbies, su trabajo o donde viven, etc.- que no impliquen descubrir partes íntimas,

obtenemos una mayor apertura. Y si además pueden soltar alguna risa, eso ya es genial

para que se vaya creando un vínculo fácil entre ellos. Para mí es importante que se

empiecen a relacionar desde la tranquilidad y la confianza. Después, cuando ya han pasado

un par de horas con este tipo de dinámica, sí que podemos emplear ya otro tipo de juegos,

aquellos cuyo sentido es que puedan experimentar más el Darse cuenta y tener un espacio

para la reflexión.

La experiencia del terapeuta en el juego

Cuanto más trabaje el terapeuta con los juegos, experimente y se familiarice con

ellos, más creativo será en la manera de hallar modos para adaptar estos juegos a

su situación, inventando nuevos experimentos y utilizándolos en todo lo que usted

haga. (John O. Stevens, 1976, 139)

Este enfoque de trabajo como dice (John O. Stevens, 1976, 19) no dará soluciones a los

problemas de la vida. Lo que sí hace es entregar herramientas que se puedan utilizar para

explorar la vida y de esta manera ayudar a descubrir sus propias respuestas.

En los talleres de juegos, priorizo que cada uno se dé cuenta de cuáles son sus necesidades

interrumpidas, y a través precisamente de estos juegos vaya encontrando recursos para

saber qué quiere hacer con aquello de lo que acaba de darse cuenta.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Voy a aprovechar para hablar de una de las primeras lecturas que hice sobre la Gestalt y

fue determinante para que yo me apuntara a hacer la formación. A través de Nela –mi

mujer- cayó en mis manos el libro de Joseph Zinker (El proceso Creativo de la Terapia

Gestalt, 1991, 56). Allí me encontré con un capítulo que habla de los factores que

bloquean la creatividad del terapeuta. En concreto, expone que hay 14 diferentes tipos de

bloqueo. Creo recordar que cuando lo leí por primera vez, “me identifiqué con casi todos”

y esto curiosamente fue uno de los factores determinantes que me ayudaron a decidirme

por apuntarme a la formación en terapia Gestalt.

Creo que existe una estrecha relación entre lo que afirma John O. Stevens y Joseph Zinker,

ya que la creatividad y el juego han de ir de la mano, acompañándose y ayudándose

mutuamente. Considero que para poder crear juegos gestálticos y llevarlos a cabo, el

terapeuta tiene que poseer experiencia en cómo realizarlos. Para mí, va muy unido el

trabajo que yo haya efectuado a nivel personal y profesional con poder trasmitir mucho

mejor al exterior.

Veamos con más detenimiento los puntos antes citados:

1. “Miedo a fracasar”: Para poder crear juegos y llevarlos a cabo, hay que aceptar

que a veces es posible que no salgan bien o que no gusten. Así que si yo como

terapeuta sé aceptar y sostener la vergüenza del fracaso, podré transmitir que es

éste el primer paso para crear juegos.

2. “Rechazo al juego”: Qué importante es saberse reír y parecer tonto a la hora de

llevar un grupo, pues así podemos transmitir cómo hacerlo. Para mí ha sido todo

un trabajo terapéutico reírme, y luego saberme poner serio cuando corresponde.

Saber transitar esta polaridad es todo un arte.

3. “Miopía ante los recursos”: Saber utilizar en cada momento y según lo que le esté

sucediendo al cliente o al grupo cualquier herramienta que tengas a tu disposición.

Esto nos ayudará a trasmitir que una parte muy importante del juego es estar

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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abierto a lo que la vida te ofrece, así como saber ver o escuchar lo que te pide en

cada momento.

4. “Exceso de seguridad”: En cuanto a hacer juegos diferentes a los conocidos, o a

los que sabemos que funcionan y que nos dan, por tanto, seguridad, porque es

nuestra particular manera de trabajar y estar abiertos a poder probar o utilizar

cualquier juego o trabajo que hayamos aprendido o leído de otros terapeutas.

Asumir riesgos de tanto en tanto. Lo importante es estar atento a las necesidades

del cliente.

5. “Evitación de la frustración”: Se supone que un terapeuta tiene que haber hecho

un trabajo de darse cuenta de sus “puntos ciegos”, para que cuando surja alguno de

ellos no lo evite; o si lo evita, que al menos se dé cuenta. Esto ayudará a que

cuando un juego saque a la luz frustraciones del cliente, el terapeuta sepa estar

sosteniendo la situación, porque se sostiene a sí mismo en sus propias

frustraciones.

6. “Sujeción a la costumbre:” Seguir trabajando como nos enseñaron nuestros

maestros-terapeutas no ayuda a que seamos naturales y a sentirnos cómodos con lo

que somos. Esta es una de las premisas fundamentales para trabajar con los juegos:

ser y aceptarte tal como eres, para poderlo trasmitir a los demás.

7. “Vida empobrecida de la fantasía”: ¡Qué serían los juegos sin fantasía! Para jugar

hay que dejar que vuele la imaginación y no valorar en exceso el mundo objetivo y

real. Y para enseñar a imaginar, hay que saber imaginar y soñar y confiar en las

imágenes que nos vienen.

8. “Miedo a lo desconocido”: Hay que saber salir fuera de la zona de seguridad. Jugar

es probar cosas nuevas, experimentar. Si yo como terapeuta no me arriesgo, es

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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difícil que pueda ayudar a que mi cliente lo haga, y de esta manera continuará

repitiendo “lo mismo de siempre”, “lo conocido”.

9. “Necesidad de equilibrio”: Cuando se trabaja con juegos gestálticos, alguna vez

el juego acaba creando una confusión tal, que si nos permitimos permanecer en

ella ayudará a emerger situaciones inconclusas de los clientes que de otra manera

no hubiesen salido al exterior.

10. “Renuncia a ejercer influencia: Miedo a parecer demasiado agresivo o prepotente

al influir sobre otros: vacilación en la defensa de las convicciones propias, poca

eficiencia para hacerse escuchar”: Si hay miedo y vacilación de nuestras propias

convicciones y de nuestras ideas como terapeutas cuando estamos delante de los

clientes, también tendremos miedo y vacilaremos de nuestra propia creatividad.

11. “Renuncia a permitir que el proceso siga por sí solo”: Saber jugar es aceptar que

las cosas se aprenden con el tiempo y cuando llega el momento, y esto sólo lo sabe

la vida, y no nosotros. Dice Zinker al respecto -me parece muy divertido-: “No

podemos masticar el material y transfundirlo a las arterias del paciente”. Que el

cliente aprenda a nuestro ritmo o cuando lo creamos oportuno. De esta manera,

dejamos de respetar su propio flujo y lo sacamos de su propia experiencia, a la vez

que dejamos de confiar en el proceso de nuestra labor que es fundamentalmente

acompañar a la persona hasta que le vengan los cambios que le han de suceder.

12. “Vida emocional empobrecida”: A un terapeuta bloqueado en sus emociones le

costará trabajo acompañar a su cliente cuando éste llore, o grite, o necesite

intensificar una emoción. También dudará en explorar determinada emociones si

él mismo no las tiene identificadas. Si el terapeuta no tiene suficientes

herramientas para gestionar sus propias emociones, ¿cómo va a gestionar las de sus

clientes?

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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13. “Falta de integración entre Yin y Yang”: En los juegos hay que saber combinar,

unificar lo que va ocurriendo. Gracias a la movilidad de los juegos, a veces se

crean situaciones en ellos donde aparecen aspectos opuestos de la persona. Si

nosotros como terapeutas no tenemos la capacidad de saber encontrar lo mejor de

ambas partes vamos a dejar a nuestro cliente partido en dos y polarizado.

14. “Embotamiento de la sensibilidad”: Aquí vemos la importancia del darse cuenta

del mundo interior que explicaba anteriormente. Podemos ver que si el terapeuta

no está conectado con lo que le va ocurriendo en su interior, cuando está delante de

los clientes -como por ejemplo, dejarse apreciar el ahogo que siente en la garganta

cuando mira o toca a su cliente-, no tendrá acceso a una información maravillosa

de lo que le puede estar pasando en este momento presente a su cliente, y

aprovecharlo para preguntarle si él se está ahogando en ese momento del trabajo

que están realizando. Si el terapeuta está insensible a su mundo interior se perderá

toda esta fantástica información que viene por este canal.

Para terminar sólo me queda agradecer a John O. Stevens por haber creado una gran

biblioteca de juegos, donde gracias a ellos nosotros, los terapeutas, podemos acceder a la

historia personal de nuestros clientes y de nuestros grupos de una manera creativa, lúdica y

gestáltica.

Gracias, John, por tu libro “El Darse Cuenta”.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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El PROCESO CREATIVO EN LA TERAPIA GUESTÁLTICA,

de Joseph Zinker.

Nela Moreno Maeso

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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GESTALT, JUEGO Y CREATIVIDAD

“La terapia gestáltica es un permiso para ser exuberante,

para experimentar alegría, para jugar con nuestras más bellas posibilidades

durante nuestra breve vida.”

J. ZinKer

Es uno de mis libros favoritos.

Durante la Formación en Gestalt, cuando cayó en mis manos por primera vez, me

entusiasmó. No podría recordar exactamente por qué a nivel mental y de raciocinio, pero

sí que retuve con precisión la sensación que me quedó: maravillosa, de gusto por lo

leído… Esa sensación de que el libro se ha hecho corto y quieres postergarlo y alargarlo

un poco más, que no se acabe aún. Ahora, es curioso que en esta segunda o tercera lectura

me haya gustado de la misma manera. Y digo lo de curioso porque al ir cambiando con el

paso de los años -y de las terapias, del darte cuenta- me ha pasado que libros que me

habían gustado mucho, luego no me entusiasmaba: pertenecían a una etapa de mi vida ya

pasada, que no encajaba en mi presente. Pues este libro, no. No sólo encaja en mi presente,

sino que además me reafirma en muchas de las “herramientas” que estoy utilizando

actualmente en terapia. Es como si Zinker hubiera puesto forma y teoría a aquello a lo que

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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yo había llegado a nivel intuitivo a lo largo de mi práctica profesional. Insisto, me

reafirma, con lo cual el entusiasmo es doble.

He escogido también este libro por la relación que yo creo que existe entre Creatividad y

Juego. Partiendo de la base de que en la Terapia Gestalt la creatividad es una de sus

principales herramientas, por no decir parte de su sostén filosófico, establecer un vínculo y

un puente de unión entre Gestalt, Creatividad y juego me pareció fascinante. Y desde ahí,

desde esa sensación, me era más fácil poder abordarlo.

Considero que tanto para crear como para jugar, has de estar plenamente presente, en el

aquí y ahora. El acto del juego no puede desarrollarse de una manera plena sin estos

requisitos; la creatividad y la terapia, tampoco. Ambos requieren de esa frescura no

inventada, de ese dejarse sorprender, de la aparición de ese niño interno y sabio con ganas,

ante todo, de explorar.

PERMISO PARA CREAR

La creatividad es la expresión de Dios en mis manos, ojos, cerebro, en todo mi ser.

La creación es la afirmación que hace cada individuo de su devoción, de su

trascender la lucha diaria por la supervivencia y el peso de la mortalidad: un grito

de angustia y de celebración.

La creatividad es la ruptura de límites, la afirmación de la vida más allá de la

vida, la vida moviéndose más allá de sí misma. Debido a su propio sentido de

integridad, la vida nos pide que afirmemos nuestra naturaleza intrínseca, nuestra

esencia como seres humanos. (Zinker. El proceso creativo en la terapia

guestáltica. 1991, 11).

Precioso. Aquí Zinker define como nadie la Creatividad. Uno de mis máximos intereses

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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se centra en el campo de la Meditación y la Espiritualidad, a ellos he dedicado gran parte

de mi tiempo en estos últimos años. Encontrar ahora en palabras de Zinker una conexión

tan estrecha entre creatividad y divinidad, me llena de gozo. Es como la celebración de lo

divino en lo humano, en lo cotidiano, en el cuerpo, en el ser. Si algo tienen de común las

diferentes religiones y filosofías orientales (hinduismo, budismo, sufismo etc.) es su

estrecha relación entre Creación y juego. Concretamente en el hinduismo se habla con

frecuencia del “Lila” o juego divino, en el sentido de que toda la creación del Universo es

para el Creador precisamente eso: un juego donde poder manifestar todo su potencial de

creatividad, de diversidad. Cuando nosotros estamos co-creando, estamos expresando

precisamente esto mismo: es como un acto de comunión y devoción entre lo humano y lo

divino.

“La creatividad es la ruptura de límites…”. Curiosamente, esta apreciación de Zinker

hace que me plantee cuánto hay de semejante entre la Gestalt y la Psicología

Transpersonal. Concretamente Ken Wilber en su libro “Conciencia sin fronteras”, dice lo

siguiente (no es una trascripción literal sino resumida):

“Hay diferentes enfoques en cuanto a las fronteras (límites de Zinker) que se

interponen, tanto orientales como occidentales, que van desde el psicoanálisis al

Zen, de la Gestalt a la Meditación Trascendental, del existencialismo al

hinduismo, de cómo abordar las no fronteras. Muchas veces hay una abierta

contradicción entre las diferentes escuelas sobre cuál es la causa del sufrimiento y

cómo aliviarlo… cómo cada frontera que trazamos en nuestra experiencia tiene

como resultado una limitación de nuestra conciencia, una fragmentación, un

conflicto, una batalla”.

Vemos por un lado el paralelismo que existe entre las “fronteras” de Wilber y los “límites”

de Zinker, creo que ambos están hablando de lo mismo. Para el primero es obvia la

estrecha correlación que existe entre trazar fronteras y crear “limitación”, “batalla”,

“fragmentación”, etc. Uno de los objetivos básicos que persigue la psicoterapia Gestalt es

conseguir que haya más “unidad” e “integración” en la persona, pues son precisamente las

polaridades no encontradas las que ocasionan, en la mayor parte de los casos, sufrimiento

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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y dolor. Por lo tanto, el camino de la unificación de polaridades, consiguiendo que éstas

caminen más estrechamente y no ocasionando una “guerra civil” en la persona, es una de

las prioridades en la terapia Gestalt.

En la afirmación que hace Zinker sobre creatividad y ruptura de límites, queda de

manifiesto cuan importante es para él este hecho, y apuesta por la Creatividad como medio

para conseguirlo.

Podemos percibir que ambas corrientes de pensamiento coinciden en un punto importante:

“romper fronteras o límites lleva a la persona a sentirse más libre y a no generar tanto

dolor ni tanto sufrimiento”, permitiendo que ambas puedan acercarse e integrarse en

alguna medida. En relación con el papel que desempeñaría el juego gestáltico como medio

para ayudar a romper límites o fronteras pasando con ello a ser una herramienta tanto en la

Psicología Gestalt como en la Transpersonal, creo que es conveniente explorar con más

detenimiento cómo opera este mecanismo durante el desarrollo de un juego.

Veamos, por ejemplo, el caso de una persona con una frontera limitadora como es la

vergüenza. A través de un juego específico, se puede conseguir –por supuesto que

parcialmente y durante una secuencia de tiempo: una sola experiencia no lleva al sostén de

la misma- romper esta limitación, quebrantando los parámetros establecidos desde la

“educación” y el “buen comportamiento”, permitiéndose la exploración de ciertas

conductas a los que habitualmente no tiene acceso. Esta experiencia que el juego le ha

proporcionado –seguida, por supuesto, de un buen darse cuenta-, a buen seguro que

incidirá en poder romper un poquito el límite, el caparazón que aprisiona la expresión de

su yo más genuino.

Me parece interesante añadir también que ésta se habrá roto de una manera no dolorosa

para la persona: el juego, pues, habría aportado la parte lúdica que se incorpora a la parte

de dolor inherente al rompimiento. Además, minimiza el esfuerzo aplicado gracias a los

valores que nos aporta esta forma de experimentarlo: pueril, sencillo y armonioso.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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TERAPIA GUESTÁLTICA Y CREATIVIDAD.

La terapia guestáltica es realmente un permiso para ser creativo. Nuestro

instrumento metodológico básico es el experimento, una aproximación

conductista para desplazarse hacia un funcionamiento nuevo .El experimento se

dirige hacia un funcionamiento nuevo. El experimento se dirige hacia el corazón

de la resistencia, transformando la rigidez en un sistema elástico de apoyo. No

necesita ser grave, serio, ni aun exactamente adecuado: puede ser teatral, permite

ser sacerdotes, prostitutas, homosexuales, santos, brujas, magos: todas las cosas,

los seres y las ideas que se esconden dentro de nosotros. Los experimentos no

necesitan nacer de conceptos, pueden ir desde un simple juego hasta revelaciones

conceptuales profundas. (Joseph Zinker. El proceso creativo en la terapia

guestáltica. 1.991, 22).

La lectura de este párrafo me ha llevado inexorablemente hacia un experimento realizado

en un Taller de Juegos Gestálticos; en concreto, me estoy refiriendo a un stage que

dirigimos Ferran, Quim y yo durante cuatro días fuera de la ciudad, en plena naturaleza.

De este taller específicamente me venía el recuerdo de un juego de disfraces: los asistentes

al taller tenían la oportunidad durante varias horas de experimentar y explorar un

personaje que se hallaba en las antípodas de cómo normalmente se comportaban en sus

vidas. Así podían ser un místico, una Rottenmeier, un seductor, una comedora de hombres,

etc. No es tan importante aquí lo que podían ser, sino que durante un tiempo podían

conocer y desplazarse, como dice Zinker, “hacia un funcionamiento nuevo, transformando

la rigidez en un sistema elástico de apoyo”. Es esto lo que me parece extraordinario de la

terapia guestáltica y el juego, y donde además entra en escena un elemento muy

importante para mí: la magia. Sí, la magia de poder transformar la resistencia en algo

totalmente diferente, ni serio ni divertido, ni alocado, o sí… Tal vez también reúna todo lo

anterior o parte de ello, pues precisamente el embrujo de la magia es poder permitir y

permitirse la experiencia de darse permiso para ser aquello que uno siempre quiso ser o tal

vez para transitar por algo, que si bien no nos seduce en exceso, puede resultarnos muy

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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útil explorarlo. Para reforzar lo anterior, fundamentalmente en lo expuesto en cuanto a

simbolizar o explorar lo imaginario, voy a terminar este apartado con la siguiente cita:

La angustia sólo se resuelve cuando lo imaginario puede ser simbolizado. He aquí

un ejemplo de observación… Si se impone al niño el silencio y la inmovilidad en el

suelo, sobre todo con los ojos cerrados, se puede despertar en él un fantasma de

muerte. Aunque ese fantasma permanece inconsciente. Se manifiesta por una

angustia difusa. El niño se defiende contra esa angustia rompiendo el silencio o

bien la inmovilidad. Por el contrario, si el niño juega a la muerte, es capaz de

estarse durante mucho tiempo inmóvil, silencioso y perfectamente distendido. En

ese momento la muerte no es ya un fantasma inconsciente, ansiógeno. Una vez

conceptualizada, queda dominada. El fantasma, desenmascarado e identificado,

pierde su poder de perturbación emocional.”(Paloma Hernández Gómez. Revista

nº 26 de Terapia Gestalt, 154. Lapierre, B. Aoucouturier. )

Continúa Zinker:

Si Fritz Perls viviera, se sentiría decepcionado de ver a una multitud de terapeutas

recitando como loros sus trabajos como si fueran la última palabra en

psicoterapia. Lo que muchos de nosotros no tuvimos el coraje de aprender de él

fue su capacidad de invención, su manera de crear aprendizaje dramático de la

situación humana. Para Fritz, constructos guestálticos como el de la “silla

caliente” fueron insights momentáneos que debían ser explorados y luego puestos

a un lado, de modo que otras experiencias y metáforas pudieran tomar su lugar.

“(Zinker, El proceso creativo en la terapia guestáltica.1.991, 23).

Podemos apreciar la invitación magistral que nos entrega Zinker a nosotros, terapeutas,

para crear, para inventar, para sacar de la chistera como hace el mago con el conejo o

cualquier otro objeto que pueda apetecerle y gustar de él. Lo importante aquí, en la

creatividad terapéutica, es poder darse el permiso para ser lo que realmente se es,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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accediendo desde allí a un sinfín de posibilidades creativas.

Uno de los nutrientes esenciales en Gestalt es precisamente su viveza, su presente, su aquí

y ahora. Por lo tanto “las herramientas como la silla caliente, etc.”, no están de más, pero

sin olvidar el sostén filosófico de la terapia, aquello que sustenta sus cimientos más

profundos. Si yo no me doy permiso para atreverme a crear “jugando” con lo que el

presente me demane y atreviéndome a sacar a la luz lo que éste necesite, estaré de alguna

manera dando la espalda a todo lo anterior, como ser humano y como terapeuta.

Acepto pues, gustosa, la invitación ofrecida y mi compromiso desde aquí, desde este

espacio de expresión, para volcar todo lo que pueda aportar y que tal vez ayude a reforzar

el sostén filosófico a que antes hacía alusión.

CONTEXTO Y METÁFORA.

Un hombre dice que tiene un problema con su hijo. En consecuencia, yo pienso a ese

hombre como maestra, como niñera, como animal que tiene cría; lo pienso a él

como niño. Tal vez yo debería inducirlo a portarse como si fuera él ese niño que le

trae problemas a ver qué le sucede, pues ya sé que su contexto, su metáfora y su

enfoque literal, ajeno al juego, no le sirven, y que ésta es la razón por la que recurre

a mí.

De modo que él juega como ese niño que insiste en hacer “cosas malas” para llamar

la atención. Después dice: “Papá, quiero que me lleves contigo en tu próximo viaje”.

El formular esta declaración, comprende que, en cierto nivel, está descuidando, en

su propio interior, la voz del niño que él mismo es. Esa nueva metáfora, en virtud de

la cual el hombre mismo es un niño, termina por tornarse más útil que lo que yo

esperaba al principio, pues él empieza a comprender el aislamiento, la soledad y la

ira de su hijo”. (Zinker, El proceso creativo en la terapia guestáltica. 1.991, 33)

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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¿Por qué he escogido este párrafo? Ha llamado mi atención por dos razones diferentes;

una de ellas es la utilidad de la experiencia, de la vivencia, de “encarnar” durante un

espacio de tiempo a aquella persona con la que tenemos un conflicto, o un apego, o un

enfado, etc. La información adquirida durante este proceso, considero que es muy

importante y que, por muchas conceptualizaciones y comprensiones verbales que podamos

ofrecer o aportar al otro, no pueden tener el mismo nivel de profundidad que la de

“meterse de lleno en la piel del otro” y sentir y comprender desde ese espacio nuevo

creado para ello. Y desde ahí, como dice Zinker, poder crear una nueva metáfora, un

nuevo contexto o enfoque.

EL NIÑO INTERNO

La otra razón a la que antes aludía –y que para mí tiene más relevancia en este momento-

es como a través del trabajo terapéutico realizado, la persona puede llegar a conectarse con

“su niño-a interno-a”, con ese niño que una vez fue y que, de una manera u otra, continúa

allí, presente.

A menudo, durante el transcurso de alguna sesión suele aparecer este niño-a interno-a,

pidiendo o necesitando atención. Considero de vital importancia para el desarrollo integral

de la persona que asiste a terapia el poder trabajar con su propio niño o niña, al menos

durante los primeros estadios; si tuviera que utilizar una metáfora –y quiero utilizarla- para

enmarcar este enunciado lo haría de la siguiente manera:

Trabajar con nuestro niño-a es como si a la hora de restaurar una casa antigua,

de esas con solera y carácter que a mí tanto me gustan, revisáramos con

detenimiento cómo están sus pilares, sus cimientos, sus vigas; por supuesto, desde

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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la planta baja hacia arriba –es obvio que esta casa mía tiene más de una planta-.

Este examen radiográfico desde lo más elemental permitirá que la casa pueda tener una

buena estructura donde apoyarse, firme, sólida; y desde ahí, poder capear con los

cambiantes ritmos climatológicos: lluvia, sol, nieve, viento, etc. Ella puede apoyarse en sí

misma porque sus cimientos son sólidos, no tiene ninguna viga con carcoma. Desde esta

firmeza podemos luego decorarla y embellecerla cuanto queramos y a nuestro gusto, pero

si este trabajo previo y minucioso no está hecho, para mi no tendrá ninguna base sólida.

Hay un refrán que utilizaba mi abuela y que creo oportuno incluirlo ahora: “no es bueno

empezar la casa por el tejado…”. No, para mí no tiene sentido empezarla desde arriba, de

ahí la importancia del trabajo con el niño- interno-a. Por supuesto que no ha de ser

obligatoria su ejecución como si de un ritual se tratara: no, tampoco es esto lo que quiero

expresar; la propia dinámica de la terapia enmarcará lo que la persona necesita, y

considero que es nuestro deber como terapeutas aportar justo desde allí, desde su

demanda.

Violet Oaklander en su libro “Ventanas a nuestros niños” dice lo siguiente al respecto:

El juego es la forma que adopta en el niño la improvisación dramática. También

es más que eso. A través del juego somete a prueba a su mundo y aprende sobre

él, y por lo tanto, es esencial para su sano desarrollo. Para el niño, el juego es un

asunto serio que tiene un fin determinado y a través del cual se desarrolla mental,

física y socialmente. El juego es su forma de autoterapia, mediante la cual a

menudo se resuelven confusiones, angustias y conflictos. Si bien Roger (Violet

Oaklander está describiendo una terapia donde Roger es el protagonista) se

permitió ser amable y considerado, otros niños actúan en forma dura y agresiva. A

través de la seguridad del juego, todo niño puede ensayar sus propias nuevas

formas de ser. El juego cumple una función vital para él. Es mucho más que sólo

la frívola, liviana y placentera actividad que los adultos generalmente piensan.

Además, el juego le sirve de lenguaje al niño –un simbolismo que sustituye a las

palabras. El niño vivencia muchas cosas en su vida que todavía no puede expresar

en lenguaje, y entonces usa el juego para formular y asimilar lo que experimenta.”

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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(Oaklander. Ventanas a nuestros niños. 1.991,160)

Por supuesto que Violet Oaklander habla en este caso desde la perspectiva de terapia con

niños y para niños, pero ocurre que los métodos, juegos y herramientas que utiliza son

aplicables también para los adultos, y más explícitamente para “los niños y niñas de los

adultos” que asisten a terapia, tanto individual como grupal. Es ahí donde considero que el

juego terapéutico tiene un valor importante ya que permite de una manera fácil poder

trabajar con “estos niños grandes”, y desde ahí colaborar en su nutrición y posterior

crecimiento. Muchos de los juegos que Violet Oaklander describe tan magistralmente en

su libro, he podido utilizarlos en terapia, y desde esta práctica quiero afirmar que con

resultados muy interesantes. Para apoyar esta afirmación voy a transcribir un párrafo de

este mismo libro:

Confieso que los ejercicios de Violet ya no sólo los apliqué a mis pacientes

infantiles sino que también los usé con adultos y parejas, y que cuando temía que

mi propia creatividad tambaleara recurría al libro que guardaba celosamente ¡en

una canasta para ropa de cama que había en el pasillo y que podría consultar sin

que el paciente se enterara, so pretexto de pasar al baño!” (Violet Oaklander.

Ventanas a nuestros niños.1.991, Prólogo).

Por otro lado, Nathaniel Branden (me parece importante incluir a este autor ya que, al no

ser gestaltista, puede aportar un enfoque diferente enriqueciendo con ello esta exposición

al nutrirse con diversas corrientes) dice lo siguiente al respecto:

Todos nosotros hemos sido niños una vez y, aunque quizá no nos demos cuenta,

llevamos ese niño dentro de nosotros, como un aspecto del sujeto que somos. A

veces nos trasladamos al estado de conciencia del niño que fuimos, y respondemos

a situaciones de nuestra vida adulta como si, para todos los fines prácticos,

fuéramos todavía ese niño, con sus valores, emociones, perspectivas y su peculiar

manera de interpretar la experiencia. A veces esto es conveniente –por ejemplo,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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cuando experimentamos la espontaneidad y la capacidad lúdica de los niños-. Sin

embargo, no lo es cuando reactivamos las inseguridades, la dependencia y la

limitada percepción del mundo, propias de los niños.

Podemos aprender a reconocer a ese niño, intimar con él y escuchar atentamente

lo que necesita decirnos, aunque sea doloroso. Podemos, en verdad, permitir que

el niño se sienta cómodo dentro de nosotros y, por lo tanto, permitir que el sí-

mismo niño se integre en el sí-mismo adulto. O podemos rechazar a ese niño, por

miedo, dolor o vergüenza ignorando su existencia o sus necesidades. (Branden.

Como mejorar su autoestima.1.988, 21)

Cuando no se lo reconoce ni se lo comprende, o se lo rechaza y abandona, el sí-

mismo niño puede convertirse en una “perturbación” que obstruye tanto nuestra

evolución como el goce de la existencia. La expresión externa de este fenómeno es

que a veces mostraremos una conducta infantil nociva, o caeremos en modelos de

dependencia inapropiados, o experimentaremos el mundo como si éste

perteneciera a los “mayores”.

Por el contrario, si es reconocido, aceptado, admitido y por lo tanto integrado, el

sí-mismo niño puede ser una magnífica fuente de enriquecimiento de nuestra vida,

con su potencial de espontaneidad, capacidad lúdica e imaginación”. (Branden.

Como mejorar su autoestima.1.988, 98)

Veamos en que consiste su método de trabajo:

Le expliqué a Carlos (cita a un paciente) que le daría el principio de una oración,

una oración incompleta, y que él repetiría ese principio y terminaría la oración

cada vez con un final diferente, sin preocuparse de que cada final fuera

literalmente cierto o de que alguno de los finales pareciera oponerse a otro. El

trabajo de completar oraciones es una herramienta avanzada y poderosa para

despertar el reconocimiento del sí-mismo niño y facilitar la integración. (Branden.

Como mejorar su autoestima.1.988. 22)

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Lo que sigue, es un extracto de alguna de estas oraciones:

“Si el niño que tengo dentro pudiera hablar, diría…”

“Una de las cosas que tuve que hacer para sobrevivir fue…”

“Una de las cosas que mi sí-mismo niño necesita de mí es…”

“Si yo fuera más compasivo y amable con mi sí-mismo niño…”

(Branden. Como mejorar su autoestima.1.988, 22, y 101).

Personalmente, he de decir que suelo emplear la técnica de completar oraciones tanto para

el trabajo con el niño interno como para cualquier otro tema que se esté desarrollando en

la sesión. Me ayuda, complementa muchas veces información inconsciente a la que la

persona no suele tener acceso. El uso ha de ser rápido, expresando casi sin pensar, en lo

que vaya emergiendo. En cualquier caso, es el uso combinado de diferentes técnicas lo que

suele enriquecer el desarrollo de la sesión sin olvidar ni un ápice la parte humana, intuitiva

y creativa del propio terapeuta en contacto con el otro.

Deseo terminar este apartado con una cita de lo que constituye para mí un ser humano

excepcional además de una gran terapeuta: Barry Stevens. Prefacio. Dice lo siguiente:

“Algunos adultos nunca se han encontrado. Para ellos, este libro puede ser el comienzo

de su autodescubrimiento: un reencuentro de aquellas partes de sí mismos que fueron

dejadas atrás en su niñez”. “(Oaklander. Ventanas a nuestros niños. 1.991. Prefacio)

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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LA ACTITUD CREATIVA.

ESENCIA, VALORES Y ACTITUDES.

El amor por el juego forma parte esencial de la vida creadora. El juego no resulta

de un conjuro; no se lo maquina para ver qué ocurre. Más bien, forma parte

intrínseca de la propia vida. Al escribir esto, por ejemplo, estoy jugando con

distintas maneras de tachar casi todas las líneas que escribí antes. Las ondulantes

rayas que tachan me resultan de sumo interés, porque se parecen al océano; puedo

navegar o nadar sobre ellas. Me gusta jugar con mis amigos y mis hijos y también

solo. Disfruto de la capacidad de otros para jugar. En terapia, “jugar con algo”, o

tomarlo por el lado del juego, significa salir de lo literal, inventar contextos

violentos para situaciones cuya chatura se torna hipnótica. Jugar significa advenir

a la vida, experimentar a otros con ojos vivientes”. (Zinker. El proceso creativo

en la terapia guestáltica. 1.991, 39).

Preciosa exposición de Zinker con relación al juego y la creatividad; cuanta certeza en su

afirmación de que “al juego no se lo maquina para ver qué ocurre”. No, sería imposible

jugar y maquinar a la vez. Para jugar plenamente necesitamos un socio ¿quién diríais que

es? Por supuesto, sí, eso que estáis pensando…. Claro: el PRESENTE. No cabe otra.

Jugar, gozar, disfrutar no puede realizarse salvo en tiempo real, salvo en el ahora y aquí.

Es una observación fácilmente constatable, pues sólo hemos de observar atentamente a un

niño que juega: está plenamente presente en su “labor”, en su “tarea”. Para él no existe

nada más que lo que está realizando en el momento, es más, ni siquiera hay un

pensamiento de momentaneidad… No, no podría haberlo, pues justo en el momento que lo

hubiera, ya no habría presente, no; cuando se diera cuenta de ello, sería pasado, sería

recuerdo, pues no cabe darse cuenta de algo cuando está aconteciendo plenamente. Podéis

probarlo: justo en el momento que me doy cuenta que estoy aquí y que estoy realizando

cualquier acción, ya no hay presente, no: justo ahí me estoy recordando en algo que estaba

haciendo, aunque fuera sólo un segundo antes.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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El presente tiene la cualidad de la simultaneidad; la secuencialidad se da en el pasado y en

futuro, pero nunca en presente. Por eso es que el niño cuando juega -o el adulto cuando se

atreve a hacerlo, también como expone Zinker- es absorbido por la intensidad del ahora,

del disfrute, del momento actual, y desde ahí se entrega por completo a su experiencia.

Ahí reside toda la grandeza y toda la simpleza del AHORA y eso algo que dominan como

nadie los niños: la magia de sentirse completamente vivos.

Para quien escucha durante todo el día historias de infortunio, poseer cierto

sentido del humor es indispensable. El humor es un amigo, un homúnculo que,

sentado sobre mi hombro, se ríe disimuladamente de lo que sucede cada vez que

tiene oportunidad. El humor es mi bufón sabio que me posibilita apartarme y

reírme de mi propia arrogancia. Empieza por pronunciar declaraciones generales

sobre las grandes contradicciones de la vida y termina por lanzar fragmentos de

humorismo extravagante. Es otra manera de imponer mil plantillas contextuales

sobre la acción existente, otra forma de trascender lo obvio.”.(Zinker. El proceso

creativo en la terapia guestáltica. 1.991,40).

No creo que mi vida terapéutica fuera a ser muy larga sin el empleo del sentido del humor

al que alude Zinker: imposible. Para hacer honor a la verdad y a toda la verdad, he de

decir que es algo que he incorporado a mi vida y a mi profesión, pero que de entrada no

estaba en mí. No sé si nací o no con ello, pero sí que puedo afirmar que ya desde una edad

temprana no podía contarse entre mis “dones”. Me iba más bien –no es que ahora no me

vaya, lo que ocurre es que está más complementado- la profundidad, lo serio, lo sobrio. El

sentido del humor era juzgado por mí como mínimo de superficial, banal y estúpido en la

mayoría de los casos. Como mucho, me gustaba el humor inglés (y aún me sigue

gustando, hay cosas que no cambian…). Creo que ni tan siquiera de pequeña tuve el

privilegio de asistir a un circo: no era un valor importante en mi familia de origen y

además no había dinero para “semejantes excentricidades”. Visto lo cual, es fácil

comprender que ni por “herencia” ni por “don genuino” el humor estaba presente en mi

vida. Fue muchos años después cuando lo he ido incorporando, sobre todo después de

muchos e importantes infortunios acontecidos en mi vida. Actualmente es una de mis

mejores herramientas, tanto en el plano profesional como en el personal. Sí, y lo que

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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funciona maravilloso en mí es el “reírme de mí misma y conmigo misma”. Reírme de mis

neuras, sí, absolutamente sanador.

En terapia es totalmente imprescindible. Poder ofrecer “al otro” una pizca de ese sanador

sentido del humor, de la risa es actualmente para mi imprescindible. Hace años, cuando

estaba en Formación, oía hablar a mis profesores del “contagio” terapéutico. Por aquel

entonces, si bien comprendía la expresión a nivel intelectual no había tomado forma en mí

en otros niveles del “darme cuenta”. Contagio, vaya palabreja. ¿Y cómo se hará esto de

contagiar al otro?... Muy misterioso. Hoy puedo afirmar que “sé” lo que esto significa por

experiencia propia: aparte de las técnicas con que el terapeuta pueda contar durante el

desarrollo de las sesiones, hay algo que a mí me parece aún de mayor importancia y es la

herramienta básica, ésta es el terapeuta mismo, su personalidad, su forma, su presencia, lo

que emana, lo que emite, etc. Creo que es una cuestión a veces más energética que

sensorial o emocional o intelectual. Eso también, claro, pero en concreto en esto del

“contagio”, considero que es energético, sutil, abstracto. Hay un intercambio energético

que ni tan siquiera depende de mi control, no: es algo que está en mí y que me

“pertenece”, y que en contacto real con otro ser humano, en la intimidad terapéutica, se

mezcla y se relaciona con el otro campo de energía. Hilando con lo que comentaba antes

del sentido del humor y del contagio, es fácil deducir que si este aspecto se ha ido

desarrollando en mí, ahora de alguna manera puedo o puede transmitirse hacia el otro

como corriente energética. Que el otro retome o no, en la mayoría de las ocasiones no está

en mi mano, pero en cualquier caso lo que podía operar desde mí o a través de mí ya está

hecho, pues se hace por sí mismo, casi como el virus contagia a las personas con las que se

tiene contacto sin que su poseedor tenga que hacer algo especial: la naturaleza ya sabe.

Me viene ahora a la cabeza el recuerdo de una sesión grupal donde investigábamos “el

sentido del humor”, en concreto era una sesión de Clown. Los participantes primero tenían

que tomar contacto con “su neura”, explorarla, exponerla y desde ahí “atenderla”. Una vez

hechos los primeros pasos, habían de colocarla –con ayuda de un cojín o algo similar- en

medio de la sala, todas juntas, como las protagonistas que son en sus vidas. Desde ahí

nuevamente las observaban y en una pequeña rueda exponían verbalmente cómo se

sentían, de qué se habían dado cuenta, etc. Era justo después de todos estos prolegómenos

cuando les pedíamos que se giraran y cerraran los ojos; les entregábamos entonces unas

“narices de payaso” que habían de colocarse. La consigna ahora era que nuevamente se

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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giraran y, de entrada, que se echaran un vistazo. Ahí algo ya empezaba a cambiar, a

modificarse, pues resulta difícil permanecer serio con semejante narices rojas. Lo último

era que desde ahí, desde lo que eran en ese momento y desde como se sentían,

nuevamente volvieran a inspeccionar sus neuras y exploraran atentamente qué ocurría,

qué cambiaba con el mero hecho de mirarlas con un poco más de sentido del humor, a la

vez que con algo más de inocencia, la inocencia propia del clown. La gran mayoría de los

asistentes modificaba su punto de vista anterior: la estructura fija se había movilizado un

poquito más en aras de la flexibilidad. De aquí la grandeza y la magia del sentido del

humor. Afirma Zinker al especto: “La situación de psicoterapia es un laboratorio, una

oportunidad de mirarse en una diversidad de espejos. El humor nos permite poner el

mundo al revés, tornar extraño lo familiar”. (Zinker. El proceso creativo en la terapia

guestáltica. 1.991, 42)

BLOQUEOS EN LA CREATIVIDAD DEL TERAPEUTA

GESTÁLTICO

En este apartado, Zinker expone los bloqueos que experimenta el terapeuta en su actitud

de hombre creativo. Concretamente habla acerca de 14 posibles bloqueos y que éstos lejos

de ser independientes entre sí se relacionan entre ellos. De este total he seleccionado uno

de ellos, en concreto el número 2; la selección la he efectuado por la relación tan directa

con el tema que nos ocupa: el juego.

Dice así:

Renuencia a jugar: Estilo de resolución de problemas literal, excesivamente serio;

no “tomar por el lado del juego “el material. Temor de parecer disparatado o

tonto al experimentar con lo insólito.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Aquí vemos al terapeuta grave y serio, a quien le resulta difícil dar cabida al

humor en su trabajo. Le cuesta hacer experimentos con nuevas maneras de sentir y

vivir a su paciente. No es capaz de reírse de sí mismo. (Zinker. El proceso creativo

en la terapia guestáltica. 1.991, 56)

Si bien estoy totalmente de acuerdo con las afirmaciones anteriores, quiero no obstante

romper una lanza a favor también de la seriedad, de la sobriedad. Creo que tanto en la

exposición de Zinker como en mi propia opinión, no es que haya de incorporarse el juego

y el sentido del humor en contra de lo serio, lo grave, etc. No, yo no creo que vaya por ahí,

ya que ambos aspectos son necesarios. Mi exposición no aboga a favor de terapias

unilaterales donde se fomenta sólo uno de los lados de la polaridad en detrimento del otro

–me estoy refiriendo en concreto a terapias incluidas en la línea New Age (Nueva Era) que

en mi opinión adolecen de este mal-. Cuando hablamos de bloqueo en la creatividad del

terapeuta es cuando éste se ve incapacitado para transitar por este lado de la polaridad

quedándose fijado sólo en uno de ellos. Anteriormente, cuando hablaba de reírme un poco

tanto de mí misma como de mis pacientes, no significaba en ningún momento que no

estuviera tomándolos en serio o que me estuviera mofando de ellos. Por supuesto que no.

Considero que existe una diferencia notable entre “burlarse y mofarse” de alguien a “reírse

de uno mismo y del otro” desdramatizando algunas situaciones, pero sin dejar de

acompañar el proceso en ningún momento. La risa de la que hablo entraña respecto hacia

uno mismo y por supuesto hacia el otro. Es por eso que puedes reírte: porque hay respeto.

Y esta risa aligera, descarga, es liviana y actúa como un bálsamo sanador. Veamos que

piensa Zinker al respecto de este tema en el siguiente apartado.

POLARIDADES Y CONFLICTOS

Tengo para mí que el sine qua non del conocimiento, la felicidad y la existencia

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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del hombre debe buscarse en la idea de reconciliación de las diferencias. Poco

importa que hablemos sobre salud mental y estructura de la personalidad, o que

hablemos en relación con el contexto social. Poco importan las dimensiones de la

sociedad. No hay gran diferencia si la sociedad es un matrimonio, un grupo

pequeño, una gran organización industrial, una comunidad, una nación o muchas

naciones. El problema básico reside en la reconciliación del individuo con el

grupo, la organización, la integración de las partes en un todo unificado. Se trata,

en todos los casos, de una cuestión de totalidad, integridad, entereza, unidad,

orden, estructura.” (Zinker. El proceso creativo en la terapia guestáltica. 1.991,

157)

En estas pocas líneas el autor expone claramente la afirmación siguiente: la clave de la

felicidad y de la salud integral está en la unificación de las diferencias, de las distintas

polaridades que albergan en todo ser humano. Continuemos en esta misma línea:

En teoría, la persona saludable constituye un círculo completo, que posee miles de

polaridades integradas y entrelazadas, que se fusionan todas entre sí. La persona

saludable conoce la mayoría de las polaridades que contiene, incluso aquellos

sentimientos y pensamientos que la sociedad reprueba; y es capaz de aceptarse tal

y como es. Puede decirse: “A veces soy tierno, pero en situaciones en que me

siento amenazado, me gusta realmente mi dureza. Cuando estoy en línea y alguien,

deliberadamente, me llega por delante, no me siento tierno, y está bien que así

sea”. Una persona puede ser en general graciosa, y sin embargo desmañada en

ciertas ocasiones. Una persona saludable, si tropieza con un mozo en un

restaurante, no necesita decirse: “Qué bruto soy”.

Aún así, puede haber puntos oscuros en la conciencia de la persona saludable.

Puede conocer su lado tierno, pero no sus aspectos duros. Cuando su atención se

dirige a éstos, puede experimentar pena, pero también deseo de incorporar esta

nueva noción de sí mismo a su autoconcepto. Tal vez la persona saludable no

apruebe todas sus polaridades, pero el hecho de que acepte soportar la conciencia

de ellas es un aspecto importante de su energía interior”. (Zinker. El proceso

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creativo en la terapia guestáltica. 1.991, 161)

Comparto plenamente todo lo anterior. Tal vez ello sea debido a que podría definirme

como una persona bastante polar, aunque probablemente esto corresponde –en gran

medida pero por supuesto no en todo- ya a algo pasado. Una de las “técnicas” que para mí

han sido decisivas a lo largo de todos estos años de “crecimiento” ha sido precisamente la

de poder reconciliar la guerra existente entre muchas de mis polaridades, con el

consiguiente sufrimiento que me generaba, además de la disipación de energía y la

parálisis en la acción. El conocimiento en primer lugar de estas partes en conflicto, su

posterior diálogo -que progresivamente culminaría en su integración- ha sido totalmente

decisivo para mí. Tal vez sea por todo esto que actualmente para mí sea sencillo detectar

en terapia “el lado oscuro de la polaridad o la sombra desconocida”. Sí, definitivamente

me resulta sencillo, emerge como un figura contra fondo y se hace protagonista.

“Curiosamente”, la demanda terapéutica de muchos de mis clientes es precisamente ésta,

aunque muchas veces no verbalizado explícitamente.

Socialmente, no es que se ayude mucho a la integración de las polaridades: vivimos en una

sociedad polar que da preponderancia a una de las partes frente a la otra: salud contra

enfermedad, vida contra muerte, felicidad contra tristeza, diversión contra aburrimiento,

etc. La atención está totalmente puesta en uno solo de los lados con el consiguiente

detrimento del otro. No puede sorprender entonces que a muchas de las personas que

acuden a terapia individual o grupal les cueste tanto introducir el término de “totalidad o

integridad”; cuando la propuesta o la invitación terapéutica es, por ejemplo, transitar y

explorar una emoción negada como podría ser la tristeza o la rabia (son las que tienen peor

prensa), en el mejor de los casos no se entiende, por no hablar de los que “huyen lo más

rápido posible” ante tan descabellada opción.

Mi teoría de las polaridades sostiene que si no me permito ser malvado, nunca

seré genuinamente bondadoso. Si estoy en contacto con mi propia maldad y

amplío esa parte de mí mismo, mi bondad, cuando se manifieste, será más rica,

más plena, más completa. Si no me permito a mí mismo tener contacto con mi

feminidad, mi masculinidad será exagerada, hasta perversa: seré un “Tipo duro”.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Muchos de mis clientes me han dicho: “Usted es un hombre, pero distinto; usted es

tierno, y eso resulta espléndido. “Cuando un lado de la polaridad se estira,

también se estira el otro lado, en algún punto, casi automáticamente. Tal es el

fenómeno que llamo “alrededor del mundo”: vuele usted hacia el Norte por

bastante tiempo y terminará volando hacia el Sur.” (Zinker. El proceso creativo

en la terapia guestáltica. 1.991, Pág. 162)

Continúo con mi exposición acerca del juego, del sentido del humor en terapia, etc.

Anteriormente exponía que el sentido del humor no tenía muy buena prensa para mí y que

éste es algo que fui incorporado progresivamente. Resulta paradójico que pensando de esta

manera esté precisamente escribiendo algo en principio tan opuesto. ¿Y cómo es esto, qué

es lo que ocurrió? Zinker lo llama “volar alrededor del mundo”. Y es que es esto

precisamente: con tanta seriedad, sobriedad y profundidad terminé precisamente en sus

antípodas: en el juego, en el sentido del humor…. Y si esto opera en una dirección,

también ha de hacerlo en la contraria: a través del juego podemos acceder precisamente a

aquellas partes que a mí tanto me fascinan: la seriedad, lo profundo, lo misterioso, etc. Sí,

sólo jugando. A través de la experiencia que van ofreciendo, a la persona le es fácil y poco

doloroso tomar contacto con partes de ella que estaban negadas, a la vez que de lo

divertido pueden pasar a un trabajo de “darse cuenta” y de ser conscientes de aspectos

suyos realmente profundos: “de lo lúdico a lo lúcido”. De esta manera, irremediablemente

el tránsito por lo divertido te lleva inexorablemente al otro extremo: a la seriedad que

conlleva toda terapia que se precie. Curioso y paradójico además de fácil.

Otro aspecto a tener en cuenta del juego es cómo opera positivamente en “despenalizar y

despenalizarse a uno mismo”; sí, es mucho más sencillo poder ser permisivo con aquellas

zonas oscuras que voy descubriendo de mí mismo si estoy jugando, si me estoy sirviendo

de mi sentido del humor, que no desde un aspecto serio y mucho menos dramático. Sí,

desde el juego puedo despenalizarme un poquito más, puedo aligerar un tanto mi mochila,

pues hasta puedo permitirme el “fracasar”, el “no estar a la altura”; puedo conocer a ese

personaje “odioso y temido” que llevo dentro y que de ninguna manera quiero aceptar sin

que necesariamente haya de pasar por algo traumático; puedo, en fin, aceptar y jugar

aquello que en principio es tan inaceptable y desde ahí puedo empezar un proceso

sanamente integrativo de todas mis parte, sí, jugando.

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La invitación sería por tanto a poder transitar por ambos lados de la vida: lo serio con lo

divertido; lo inteligente con lo tonto; lo grave con lo liviano. Para aquellos que a lo largo

de su vida hayan transitado más por uno que por otro, la invitación sería precisamente

ésta: atreverse a posarse y experimentar la vida desde la parte menos visitada, menos

conocida y menos explorada. Y para los serios, graves y profundos no estaría de más

dejarse caer y sentir en este otro lado. Puedo asegurarles que la vida se torna más ligera,

más divertida, más lúdica y por ende mucho más placentera. Algo así:

“Ven, atrévete a divertirte; atrévete a pasártelo bien y a ejercer un rato de tonto, un

rato solamente de que no sabes, de que no tienes todas las respuestas y aún así estás

feliz, estás divertido y jocoso. Corramos juntos por este universo de la alegría

jugando con todo lo que encontremos, creando de donde no había nada,

permitiéndonos contar y contarnos disparates de todo tipo, permitiéndonos la locura

de vivir plenamente, de contactar plenamente, de reírnos incluso de nuestra propia

muerte, amando profundamente todo lo que vaya aconteciendo.”

LAS METANECESIDADES Y LOS OBJETIVOS

DE LA METATERAPIA

Abraham Maslow se refirió a una gama o escala de necesidades humanas que

incluía las “metanecesidades”. Por “metanecesidades” entendía aquellas

necesidades que por más que se lo procure, no pueden reducirse a componentes

más pequeños. Metanecesidades serían las de pureza, justicia, belleza, verdad. Si

se pregunta a un abogado por qué ejerce tal profesión, y él responde: “Porque

amo la justicia”, y se le pregunta: “¿Por qué ama usted la justicia?”, y él

contesta: “Porque amo la justicia”, está explicando que la justicia, para él

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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constituye una aspiración que no puede recibir explicaciones que trasciendan lo

que ella misma es. Es como el dicho de Yaveh: “Soy el que soy”, lo cual significa:

“Soy el absoluto, no ya reductible más allá de lo que él mismo es. Mi propia

validez es lo que es”.

Maslow adelanta la conjetura de que toda vez que las metanecesidades son

frustradas, sobreviene una metaenfermedad. Si una persona que necesita belleza

vive en un ambiente feo, presentará síntomas resultantes de la fealdad del

ambiente. (Zinker. El proceso creativo en la terapia guestáltica. 1991, 102)

Al principio de esta Tesina –creo recordar que durante la presentación- hacía alusión a que

la causa fundamental de que yo en la actualidad esté aquí, ahora, en el mundo de la terapia

fue debido fundamentalmente y como motor principal al diagnóstico de una enfermedad.

En concreto ésta fue –y sigue siendo- una fuerte afección o malformación en una arteria

del cerebro. Un fuerte diagnóstico que no admitía muchas opciones. Estoy hablando del

año 1.990 y yo por aquel entonces no tenía claras muchas cosas. Es más, yo diría que mi

vida en aquel entonces era un caos; pero en concreto con este diagnóstico sí que “sabía” o

“intuía” claramente algo: yo no tenía muchas opciones al respecto, y si existía alguna ésta

era la de efectuar un fuerte cambio en mi vida, en mis percepciones, en mi ser. Puede

sonar fuerte pero como adopté el compromiso de honestidad y sinceridad en cuanto a

darme a conocer, voy a escribirlo. El mensaje interno que yo podía percibir era más o

menos así: “o cambias de rumbo o te mueres”. Contundente mensaje; aunque claro que yo

podría haber optado por continuar como hasta entonces, pero ni tan siquiera eso era

opcional en mí y en este caso específico. Mi metanecesidad marcaba un rumbo claro y

definido y por más rebeldía que pudiera existir en mí, “ella” marcaba la dirección a seguir,

el camino… Pareciera como si esta metaenfermedad estuviera dirigiéndome con bastante

premura hacia mi metanecesidad, hacia aquel lugar donde había de dirigirme. La

afirmación de Maslow cobra un sentido intenso en mí. De todas maneras cabe hacer una

aclaración al respecto: no estoy sosteniendo ni apoyando esta línea de pensamiento

terapéutico que incluye una amplia gama de las enfermedades con su consiguiente

interpretación exhaustiva del por qué se ha producido. Es algo así: la jaqueca equivale a tal

cosa… Si lo que tienes es dolor de rodilla (diferenciando incluso si es la rodilla derecha de

la izquierda), pues es porque… No, quiero dejar muy claro que esta no es mi intención, ya

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que ni tan siquiera estoy de acuerdo con estas interpretaciones que, para mi gusto, en

muchos casos son como mínimo reduccionistas y simplistas. Mi opinión es que el ser

humano es lo suficientemente complejo y sencillo a la vez como para reducirlo de esta

manera. En lo que sí estoy plenamente de acuerdo es que cuando nuestras

metanecesidades son frustradas, en muchos casos puede producirse una metaenfermedad

de cualquier índole, y que ésta ha de ser abordada en terapia en la medida en que se

presente. Estaríamos entonces hablando de la metaterapia, cuyo objetivo fundamental sería

el poder atender las metanecesidades. Dice Zinker al respecto:

Los síntomas causados por la frustración de las necesidades humanas corrientes,

como las de bienestar fisiológico, bienestar, seguridad, amor, familia y

reconocimiento, tienen por consecuencia las neurosis, psicosis y otros trastornos

descritos en la bibliografía psicoanalítica. Por otro lado, la frustración de las

metanecesidades, si bien puede conducir a una condición patológica que remeda

dichos estados, exige un tipo distinto de experiencia terapéutica. En su mayor

parte, las terapias tienen por finalidad curar las patologías “comunes”, causadas

por frustración en el plano de las necesidades inferiores, y no consideran la

frustración de las metanecesidades y las consiguientes metaenfermedades propias

de nuestra sociedad, los sufrimientos del espíritu, de las más altas potencialidades

humanas. (Zinker. El proceso creativo en la terapia guestáltica.1.991, 102)

Y continúa:

Me atrevo a creer que, en nuestra mayor parte, los terapeutas estamos bastante

bien equipados para habérnoslas con la sintomatología habitual, pero sospecho

que no lo estamos para enfrentar la metaenfermedad. Tal es la causa por la cual

muchas escuelas de pensamiento oriental, se han popularizado tanto en Estados

Unidos durante los últimos años. (Zinker. El proceso creativo en la terapia

guestáltica. 1.991, 103)

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Leyendo esta último párrafo, en mí despierta poderosamente una cuestión, una pregunta:

¿no estaría bien incluir en las formaciones terapeutas gestálticas cómo abordar estos temas

planteados de las metaenfermedades? ¿Acaso no sería mucho más completa la formación

si pudieran incluirse temas que yo considero tan cruciales como éste? Paso ahora de la

pregunta a la afirmación: personalmente yo considero que sí, que estaría muy bien, que se

completaría mucho más; tal vez para hacer honor a la verdad vivida por mí, esto ya se está

haciendo aunque a veces de una manera más sutil y no tan explícita. Sin ir más lejos,

considero que toda la aportación hecha por Claudio Naranjo abarca tanto el aspecto

psicológico como el espiritual, tanto la necesidad “más mundana” como la “mas

profunda”, hecho que puede constatarse fácilmente con la consulta de cualquiera de sus

libros.

En cualquier caso, tal y como continúa Zinker, por más que esto pueda enseñarse en las

aulas, igual requiere de la propia experiencia del terapeuta, de sus propias vivencias

personales:

A medida que tengo experiencia de mi propia evolución, aspiro cada vez más a

tener acceso a la persona en el plano que para ella es más significativo. A veces,

también es importante brindar inspiración, modelar en su dimensión completa la

condición humana que impulsa a otros hacia metas que nunca comprendieron y a

veces ni siquiera contemplaron. (Zinker. El proceso creativo en la terapia

guestáltica. 1.991, 103).

Retomando la afirmación de Zinker con respecto a la proliferación de las escuelas de

pensamiento oriental, me llama la atención cómo la risa y el juego están totalmente

presentes dentro de las filosofías orientales. En el libro “Meditación. La primera y última

libertad”, de Osho, éste dice lo siguiente al respecto:

La risa lleva algo de energía desde tu fuente interna a tu superficie. La energía

empieza a fluir, sigue a la risa como una sombra. ¿Has observado? Cuando

realmente ríes, por unos cuantos momentos, te encuentras en un profundo estado

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meditativo. El pensar se detiene. Es imposible reír y pensar a la vez. Son

diametralmente opuestos: o ríes o piensas. Si realmente ríes, el pensar cesa. Si aún

estás pensando, la risa sólo será a medias, quedará rezagada. Será una risa

mutilada.

Cuando realmente ríes, de pronto la mente desaparece. Según mi experiencia, el

baile y la risa son las mejores puertas, las más naturales y las más accesibles. Si

eres poseído por la risa, el pensar se detiene.” (Osho. Meditación. La primera y

última libertad.1.990, 79)

Me parece interesante para reforzar la exposición anterior incluir un cuento del autor

citado arriba. Se titula “El Budha reilón”:

Hay una historia en Japón, sobre el Budha reilón, Hotei. Toda su enseñanza era

solamente la risa. Iba de un lugar a otro, de un mercado a otro. Solía ponerse de

pie en el medio del mercado y empezaba a reírse -ese era su sermón- . Su risa era

contagiosa, pegajosa: una verdadera risa, todo su vientre pulsando de risa,

sacudiéndose de risa. Se revolcaba de risa en el suelo. La gente que se juntaba a

verle, empezaba a reír y entonces la risa se extendía, inmensas olas de risa y todo

el pueblo se estremecía de risa.

La gente solía esperar la llegada de Hotei a su pueblo, porque traía tal alegría, tal

bienaventuranza. Nunca pronunciaba ni una sola palabra, nunca. Le preguntabas

sobre Buddha y él reía; le preguntabas sobre la iluminación y reía; le preguntabas

sobre la verdad y reía. La risa era su único mensaje.”. (Osho. Meditación. La

primera y última libertad.1.990, 80).

Me siento profundamente satisfecha: estoy consiguiendo unir a lo largo del desarrollo de

esta Tesina dos caminos que para mí son muy importantes y que, francamente, en la

exposición inicial no veía como podían ir a la par. Estos son: la psicoterapia y la

meditación o camino espiritual. También me gusta llamarlos “psicoterapia de lo personal”

y “psicoterapia transpersonal” o “psicoterapia del alma”. Expuse anteriormente que hace

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unos años, en un primer intento de realizar este trabajo, aposté por hacerlo -e incluso lo

comencé- con el tema de la meditación, de la espiritualidad. Y no salió. Mi presente no

acompañó al trabajo que quería abordar. Paradójicamente, ahora me encuentro que

habiendo optado por el juego, puedo unir ambas vías y que ello me hace sentir feliz,

completa. Es curiosa la forma que tiene la vida a veces de conducirnos: a primera vista

podría resultar caprichosa e ininteligible, pero con una mirada más atenta es posible

escudriñar el auténtico sentido de este “aparente caos”.

Quiero poner fin a este capítulo sirviéndome de unas bellas palabras de Zinker que hacen

alusión al terapeuta creativo. Acabo desde aquí, pues quién mejor que él para poner el

broche, para facilitar una retirada, no sólo sana, sino bella.

No ya hombre o mujer

Un sabio

Un padre –no, más bien abuelo,

sin preocupaciones-

Una presencia de plenitud

El océano silencioso, sedoso en medio del verano

Un niño de brillantes ojos

que presencia todas las cosas como nuevas

Llevando a lo frágil una visión

una generosidad que acentúa los significados

Un maestro, al encender los fuegos de vidas chatas

Un curador, al velar por que el cuerpo actúe por sí mismo

Un sacerdote, al tocar rostros con manos benditas

Un perturbador, al configurar vidas con amante simplicidad

Un artesano modesto, al moldear su medio de manera frágil

Un artista cansado de mentirse a sí mismo

que no desea pagar en generosas

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tajadas de mediocridad

y prefiere lo tenue del brillo

que él señaló.

(Zinker. El proceso creativo en la terapia guestáltica. 1.991, 55)

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MARCO TEÓRICO - 3

HIPÓTESIS A DEMOSTRAR.

Cómo contribuye el juego en el aprendizaje

de la metodología gestáltica.

EL CICLO DE LA EXPERIENCIA DEL APRENDIZAJE

A TRAVÉS DE LOS JUEGOS

El Ciclo de la Experiencia, al igual que un juego, es un enfoque dinámico que ayuda a

comprender cómo a partir de un impulso se desarrolla y se realiza y luego desaparece del

primer plano, al igual que una necesidad.

La experiencia del juego es muy parecida al modelo del Ciclo de la Experiencia, que está

compuesto por siete etapas sucesivas: la sensación, la toma de conciencia, la

energetización, la acción, el contacto, la realización y la retirada.

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A partir de la experimentación y el juego podemos decir que reproducimos en el juego el

mismo enfoque dinámico que cuando nace una necesidad. Es decir, todo comienza con

una sensación por la percepción de un cambio en la relación con mi entorno, aunque el

entorno no cambie. A través de la propuesta de juego, con sólo este hecho, sin que mi

entorno modifique, ya he adquirido una percepción del entorno distinta, aunque nada haya

cambiado. Por tanto la sensación es en primer nivel producida por el organismo a través

de los sentidos y su relación con el exterior.

Al percibir este estado de juego, todo en mi interior cambia y mi organismo se prepara

para lo que pueda acontecer, aunque esto ocurre de una manera rápida. La percepción de

cambio penetra hasta el fondo del individuo.

En la siguiente etapa habría una toma de conciencia que hará que me esté dando cuenta

de esta actitud de juego. Esa sensación toma forma y la convierto en algo identificable

para mi intelecto, donde se produce una sensación automática, que es un acto reflejo

consciente.

Durante el tiempo que transcurre entre la sensación y la toma de conciencia, la mente

tratará de encontrar puntos de referencia: buscará experiencias pasadas o situaciones

análogas para apreciar la situación actual y darle un sentido, aunque el hecho de saber que

es un juego me permita no interrumpir esa toma de conciencia: el saber que es un juego y

que no se trata de algo de alto riesgo, pacifica.

Por tanto, al pasar de sensación a conciencia, me prepara para el siguiente paso que será la

liberación de la energía en el juego. La energetización se produce cuando esa toma de

conciencia se libera en energía, se manifiesta por una actividad muscular, para estar

preparado para pasar a la acción. Como se trata de un juego, esa energetización no se verá

interrumpida y se pasará a la acción. Con este paquete de energía, como cuando la caldera

está bajo presión, puedo pasar a la acción, ponerme en marcha, arrancar, dar un paso hacia

lo que me rodea. Es decir, puedo cambiar lo externo. Por tanto, toda acción implica

movimiento y me conecta con la supervivencia. La acción es la gestión para conseguir un

cambio en mi relación con el ambiente que me rodea. Hace que me conecte con el “play”

del juego.

Contacto: el contacto es la fase en que por fin puedo satisfacer mi necesidad, es la

supresión de la distancia que me separaba del objeto de mi necesidad: en el juego puedo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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tocar, ver, sentir, disfrutar, comprender, aquello que había suscitado mi interés. Me siento

en contacto con el exterior, por tanto hay cambio: ya no soy el mismo, he incorporado y he

hecho mías cosas exteriores.

Y en los juegos este contacto es el límite entre la unión y la separación, entre la fusión y la

distinción. El verdadero contacto es el punto flexible y móvil entre dos fuerzas. Y el juego

propicia que lo pueda realizar y llegar hasta el cumplimiento.

Realización o satisfacción: sexta etapa de este ciclo. El disfrute del contacto obtenido. Es

la etapa donde puedo obtener placer y disfrutar el instante presente, tan buscado en el

juego. En el momento de contacto, establezco un puente entre lo que me rodea y yo, he

logrado obtener lo que quería: mi necesidad está satisfecha. Sería el arte de la celebración,

el punto culminante en el que hay explosión y terminamos el ciclo para que finalmente

podamos retirarnos, para que pueda entrar algo nuevo.

Retirada: tras la experiencia fascinante y nutriente del contacto o la realización, el

organismo necesita un periodo de reposo; retirarse y así recuperarse. Es una necesidad

orgánica de recuperación. La duración de la retirada puede variar según la naturaleza del

juego propuesto. De esta manera el organismo está preparado para volver a sentir la nueva

sensación de carencia, su nueva necesidad, y volver a empezar el ciclo.

De lo lúdico al Darse Cuenta

Lo lúdico nos conecta con una parte de espontaneidad y con la búsqueda de la

satisfacción, con la búsqueda del contacto, con la alegría. Es en cierto modo el paso a lo

sagrado, a lo contemplativo. Es como si buscáramos una realización como punto

culminante, es decir, la explosión de la alegría, lo que nos hace retirarnos para sentirnos

plenamente satisfechos. Es decir, en la búsqueda de la satisfacción, lo lúdico transmuta en

lúcido: de una actitud de juego pasamos a una actitud de conciencia.

Tal como vemos el modelo en la terapia Gestalt, la persona es tal como integrada por todas

sus partes. Es decir, consideramos a todas las partes del individuo aunque estén separadas,

como el mismo individuo.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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El juego y lo lúdico hace que esta estructura psicológica y física (cuerpo, mente y

emociones) participen en un mismo proceso con igual intensidad: tendiendo un puente en

la experiencia de cada una de ellas, de una forma autorreguladora:

- en lo lúdico, el cuerpo busca su parte de expresión más genuina

- lo emocional busca su parte no expresada

- la mente busca tender un puente hacia ambas en una actitud de descanso

Por tanto, estaríamos hablando de un enfoque integrado donde cada una de las partes se

puede expresar en su forma más genuina, según la necesidad que convenga en el

momento. De esta manera, todas las partes buscan su proceso de integración y

autorregulación, como si pretendieran buscar una armonía por el solo hecho de estar en un

punto lúdico, de juego; de esta manera dejan de estar desasociadas y lanzan lazos de unión

e integración, a través de la experiencia corporal, cognitiva y emocional.

Desaprendiendo para aprehender la actitud Gestáltica

Para que algo se llene, necesitamos que ese algo esté vacío o tenga un espacio contenedor.

Si este contenedor está lleno, necesitamos vaciarlo. Por tanto, en la terapia Gestalt a veces

es necesario desaprender actitudes para aprender nuevas. Necesitamos de ese vacío para

que pueda acontecer la fertilidad.

Casi siempre los aprendizajes suceden o a través del cambio o a través de la conciencia. El

cambio a su vez puede surgir a través de la saturación (el estar demasiado lleno hasta

desbordar) o a través de la experiencia y la toma de conciencia. En ambos casos el

aprendizaje ocurre después de un desaprendizaje.

La Gestalt facilita generar dinámicas en individuos para que, a través de juegos y

actividades de interacción, sucedan muchos desaprendizajes. La Gestalt nos proporciona

un marco desde el que diseñar y conducir actividades que posibilitan "re-crearse",

explorando y recuperando habilidades o facultades ignoradas desde niños. Porque

entendemos que jugar es, probablemente, la forma más adecuada para aprender, cambiar o

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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desarrollarse.

Y es que cuando nuestra atención está puesta en el aquí y ahora del juego, sin propósito o

intención más allá de lo que acontece mientras jugamos, aparece la conciencia, el

descubrimiento de lo que hacemos y cómo lo hacemos, permitiendo que lo lúdico

transmute en lúcido: aprender y, además, pasándoselo muy bien.

El juego es un instrumento de transformación de lo que para mujeres y hombres constituye

lo esencial: la comunicación y las relaciones personales.

Sin duda, la potencia explicativa del concepto del juego está en su validez teórico-

práctica. En el juego, acción e interpretación son indisolubles. El juego actúa como patrón

cognitivo que guía las decisiones, y estas decisiones, crean y recrean el juego mismo.

CÓMO SE JUEGA EN LA TERAPIA GESTALT.

QUÉ SE CONSIGUE JUGANDO...

Con el desarrollo del juego, se generan pequeños cambios de actitud desde una perspectiva

ecosistémica de las organizaciones y los grupos, actitudes más co-responsables, más

cooperativas y participativas y en consecuencia, que los participantes incorporen

aprendizajes que:

• Faciliten la comunicación con los demás y mejoren sus relaciones.

• Mejoren su agudeza sensorial y la percepción de sus necesidades y el cómo

satisfacerlas de forma fluida y responsable.

• Reconozcan y potencien los recursos que poseen para resolver problemas con

más facilidad.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

88

• Aprendan a utilizar nuevas habilidades y mayor creatividad para conseguir con

éxito aquello que se propongan.

• Aumenten la capacidad de estar con otros y sentirse mejor consigo mismos,

con su organización y con el mundo en que viven.

• Ayuden a vivir y gestionar sus propias emociones de forma útil, desarrollando

habilidades para enfrentar el estrés.

Los juegos vienen a ser metáforas de la vida. Refieren situaciones que guardan analogías o

cierto nivel de similitud con dificultades o problemas que podemos enfrentar en la vida

cotidiana. El hecho de enfrentar conflictos desde el jugar permite una disposición en un

óptimo estado de recursos. Por un momento, podemos suspender toda una serie de

creencias, suposiciones, miedos, que limitan, en la experiencia real, nuestra capacidad de

resolución, el uso óptimo de nuestras habilidades. Decimos que un niño copia o

representa, imita, porque, como observadores que no están en la experiencia, no podemos

más que referirnos a lo que vemos desde "fuera". Cuando en lugar de observar lo que

hacemos es jugar, nos damos cuenta que, conforme practicamos o nos dejamos llevar por

el juego (ya que, como adultos, nos falta práctica) en realidad VIVIMOS en el juego,

somos el personaje que representamos (como lo son los buenos actores que actúan, no

representan). Sólo al finalizar el juego, a posteriori nos damos cuenta que no lo somos.

Cuando jugamos con nuestros niños, o con amigos o con el perro, no nos estamos diciendo

a nosotros mismos que eso es un juego. Al contrario, cuando nuestra mente está puesta en

otra cosa, en un tema del trabajo, en una dificultad -la que sea-, nos damos cuenta de que

no estamos por lo que hacemos y decimos que estamos dispersos, con falta de

concentración, con la atención en otra cosa, etc.

Vivir el jugar, darnos cuenta de nuestra sensaciones, de nuestros recursos, re-encontrarnos

con aspectos de nosotros mismos que muy a menudo solemos dejar de lado, es tener la

oportunidad de experimentar la vida de una forma más plena.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Las reglas de la experimentación de la Terapia Gestalt aplicadas a las dinámicas de

grupo y los juegos grupales.

1- Favorecer el presente.

En las técnicas de terapia gestáltica, las reglas para jugar son escasas. Sobre todo se trata

de proporcionar los medios eficaces para unir sentimiento y pensamiento, es decir, el

propósito es ayudar a sacar a la luz las resistencias para promover una toma de conciencia,

para facilitar un proceso de maduración. Para poder vivir el máximo de experiencias

posibles.

El juego tiene un valor de chequeo para demostrar al individuo de cuántas formas evita

experimentarse plenamente a sí mismo y al ambiente. Y a la vez darle la capacidad de

conciencia para que pueda experimentar formas más plenamente satisfactorias de relación

consigo mismo y el ambiente. Digamos que el “cómo jugar” tiene como principal regla el

principio del Ahora, del momento inmediato, de la experiencia actual, atendiendo a la

experiencia personal que está aconteciendo, y experimentando la fascinante sensación de

percatarse de lo que está sucediendo en el momento.

Llevado a las máximas consecuencias, sería vivir el presente como un regalo. Y en el

terreno del lenguaje, daría lugar a preguntas en tiempo presente, del tipo de “qué está

pasando ahora” o “qué siento en este instante”. Es decir: poner toda la atención en el

presente.

2- Principio de Yo y Tú

Con este principio de Yo-Tú, expresa de forma clara y concreta la idea de que la verdadera

comunicación incluye tanto al emisor como al receptor, es decir, que cuando uno escucha

un problema, ya es parte del problema. Cuando uno escucha una solución, ya es parte de la

solución.

En el terreno del lenguaje, es “siempre que nos comuniquemos, decir directamente a quién

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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se le está diciendo eso, y no hablar de generalidades”, para que las palabras toquen

realmente al otro: que haya contacto real entre el Yo y el Tú.

Por tanto, en cualquier juego gestáltico, se tiene que mantener esto hasta las últimas

consecuencias.

3- Lenguaje personal

Esta es una regla semántica, que en los juegos de la Gestalt implica un principio de

responsabilidad. Convertir el lenguaje impersonal en personal. Por ejemplo: en lugar de

decir “siento un ahogo”, “estoy ahogándome”. En este caso, entendemos que en este juego

el individuo experimenta un grado de responsabilidad mayor, en este cambio de lenguaje.

Así, en los juegos, podemos ver que las cosas no ocurren (sino que yo hago que ocurran),

y en este juego, vamos ganando responsabilidad para llegar a cambiar el “no puedo” por el

“no quiero”.

4- Continuum de conciencia

Es absolutamente fundamental en terapia gestáltica el estar familiarizado con la idea del

Darse Cuenta constante. Es decir, que a cada momento va cambiando la realidad en

función de la experiencia que ocurre. Por tanto, diríamos que el tener conciencia en cada

momento de lo que acontece hace que formemos parte de la experiencia de una forma más

consciente. Cuanto más tiempo consigamos mantener el continuo de conciencia en el

contacto con los otros o con uno mismo, vamos a decir que la conciencia aumenta y se

expande.

Lo que llamaríamos juegos propiamente gestálticos (que se refieren a las normas de

comportamiento o forma de experimentarlo), los podemos agrupar en cualquier variante

que pueda tener que ver con juegos de diálogo, asuntos pendientes, secretos, proyecciones,

etcétera.

En los juegos gestálticos (entendiendo “juego” como normas de comportamiento), es

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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bueno poner la atención sobre el contacto y la retirada, como paralelismo con la totalidad

de los procesos vitales, es decir, con la polaridad también de figura-fondo: la capacidad de

amar frente a la incapacidad por resistirse a la ira; la inclinación natural al contacto o la

huída o retirada como resistencia.

También en los juegos gestálticos podemos utilizar toda la línea de juegos teatrales, como

serían el Psicoteatro, la representación, la exageración, la repetición, la fantasía…

Herramientas para llevar al grupo/participante a la actitud de juego. Introducción a

un taller de Juegos y Gestalt.

A través del juego del teatro, hay una parte de los mecanismos de fabricación de evitación

con el contacto que tienen que ver con todo lo que no queremos mostrar de nosotros, con

la parte que escondemos, con la parte que creemos que no es comprable al resto de

mortales y que podemos experimentar con el psicoteatro a través de diferentes roles

inexplorados en la vida cotidiana.

Cuando nacemos y vivimos en contexto familiar y social, tenemos que aprender unas

estrategias relacionales, así conseguimos ser seres más adaptados para vivir en sociedad.

Este aprendizaje que hace que el tú y el vosotros pase por delante del Yo en algunas

ocasiones, puede derivar en un alejamiento de las necesidades del Yo que dará como

consecuencia los mecanismos de interrupción de las necesidades que la Gestalt desarrolla

como mecanismos neuróticos: cómo para ser aceptados y queridos perdemos una parte de

nuestra autenticidad o de nuestro Yo, en esta dicotomía constante entre libertad y

adaptación.

El juego con elementos teatrales tiene como finalidad recuperar numerosos roles que nos

pertenecen, entre ellos, la posibilidad de recuperar la ingenuidad, es decir, el “no saber”, el

dejarnos sorprender.

El trabajo con el teatro nos permite explorar diferentes capacidades no desarrolladas y que

son potenciales que tenemos: ¿qué pasaría si yo no tuviera miedo y me mostrara con lo

más ridículo de mí, con lo que peor llevo y con lo que me da más miedo? Porque hay la

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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creencia que el adulto tiene que esconder y filtrar algunas cosas. Como si pudiéramos, de

alguna manera, recuperar a través del teatro la capacidad de juego que tienen los niños de

ser el personaje que en cada momento les apetece.

La idea no es recuperar solamente al niño/niña caprichosa que hace lo que le da la gana en

cada momento, sino al niño/niña amoroso/amorosa que tiene que ver con la actitud de

asombro de la vida, de asombrarme por todo lo que ocurre sin ponerle un juicio a lo que

está ocurriendo; sin ponerle un nombre, un adjetivo, un listado de ideas preconcebidas: lo

que toca, lo que no toca, lo que está bien, lo que no está bien, lo que está bien visto y lo

que no, lo que agradará a los demás y lo que les disgustará… La capacidad de asombrarme

por lo que ocurre en cada instante. La misma capacidad que tengo de sentirme mal si en

uno de mis juegos ahogo a mi hámster, y la que me hace sentirme bien si alguien me da un

beso y siento el cariño. Gracias al juego teatral en la Gestalt, se me permite experimentar

ser un monstruo o una princesita.

La terapia Gestalt a través del juego teatral nos permite trabajar eso: la inocencia de vivir

la vida con un asombro constante, con actitud de presencia en el momento, no hay

anticipación, sólo hay experimentación.

El juego teatral de descubrir todos los roles que conviven con nosotros y en nuestro

entorno, equivaldría a la misma actitud (con conciencia) de un niño de 4 años que va

caminando y se cae; cuando cae, llora; inmediatamente ve una cosa bonita y se olvida de

que se ha caído para dirigirse y perderse en esa cosa que le agrada en ese preciso instante;

que al coger una pelota del suelo, sin querer, da una patada y la envía más lejos y al ver

cómo sus mayores le ríen esa gracia espontánea, repite la patada y se ríe también, y sigue

repitiendo mientras ve que ese acto tiene resultado: el resultado de entregar esa parte

inocente de mí, a veces ridícula, para hacer sonreír a los demás… Se va asombrando a

cada momento y no pone un juicio antes de que ocurra algo, sino que sabe sacar partido de

cada momento, sin poner en marcha ningún mecanismo de evitación del contacto y deja

surgir la autenticidad, lo real. Eso es difícil para el adulto, ya que los adultos tenemos una

carga de heridas, de traumas, de introyectos (sobre el ridículo, el bien y el mal…), de

anticipaciones… El teatro nos ayuda a intentar experimentar otra actitud delante de los

acontecimientos.

A la vez, el juego teatral me permite experimentar roles donde mi comportamiento

trasgresor me hace encontrar los límites de la incomodidad de hacer daño a los otros, en

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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papeles donde puedo experimentar la parte sádica, cruel, o agresiva, para de esta manera

saber dónde están mis verdaderos límites.

El trabajo que propone el psicoteatro es siempre en esta línea de buscar la autenticidad, la

entrega, la generosidad, la experimentación en la búsqueda de los propios límites.

Podríamos hablar de una actitud muy parecida a la actitud Zen, en el sentido de que

contacto con la austeridad del pensamiento y la emoción, me dejo sorprender por la vida,

confiando en que hay un poder autorregulador que me llevará al mejor lugar.

Para entender el teatro en la terapia Gestalt, lo diferenciaríamos del teatro convencional en

el sentido de que no es que haya que aprenderse un papel y actuar delante de alguien, sino

que el psicoteatro me sirve para experimentar zonas de mí mismo a las cuales no tendría

acceso si no fuera bajo los códigos del teatro terapéutico gestáltico, sin dejarme invadir

por el propio personaje ni por el ansia de quedar bien ante el público.

Hay un ejemplo de Alejandro Jodorowsky que explica la diferencia entre teatro

convencional y teatro terapéutico: sale una persona que aparentemente cree que es muy

chistosa, y hace todo un desgaste de energía explicando un chiste que parece ser que es

muy bueno; lo explica y al acabar de explicarlo mira al público, y nadie se ríe, y él está

agotado por el enorme esfuerzo de su puesta en escena; esa expresión de inocencia y

decepción, esa sí que es auténtica, es decir, es la parte terapéutica que sale en el preciso

momento de comprobar que el público no se ha reído, de sorpresa y de pavor, de no

entender. Esa parte es donde empezaría la autenticidad del trabajo gestáltico, en ver que

todo lo otro era un mecanismo neurótico para conseguir la atención de los demás, donde se

gastaba mucha energía, y el otro pone conciencia en un acontecimiento auténtico que ha

surgido espontáneamente. Esa es la auténtica verdad, que al ponerle conciencia se

convierte en un Darse Cuenta. Porque eso es auténtico, eso es verdad. Todo lo demás es un

desgaste energético para seducir.

Esa verdad espontánea empieza cuando no hay nada, en el “vacío fértil”: no voy a hacer

nada para gustar a los demás. Cuando yo me muestro, es tal como soy. Ayuda a mostrar la

decepción, la autenticidad en el sentido de que el ridículo ocurre no tanto por lo que

hacemos sino por nuestra reacción; los demás muchas veces no piensan “qué tonto eres,

qué ridículo eres”. Aquí estamos poniendo en marcha nuestras estrategias proyectivas,

porque los demás pueden estar observando nuestras conductas y actitudes y hacer

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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interpretaciones totalmente distintas de las que yo supongo que hacen.

El teatro utilizado en la terapia Gestalt es también una forma de jugar, un “como si” de

transitar otras polaridades desde un aspecto de experimentación y juego. Tiene que ver con

explorar lo que normalmente creemos que sería ridículo o no gustaría: lo evitado. Cuantos

más segundos nos quedemos en esa zona (vacío), más posibilidades nos ofrecemos de

entrar en contacto con la parte oscura que no hemos explorado, a causa de su “mala

prensa”.

Hablamos de segundos porque se trata de hacer crecer un espacio que exploramos

mínimamente: el vacío. Por ejemplo, cuando alguien nos llama y contestamos un franco

“¿eh…?” con expresión de real asombro y autenticidad, mantenemos durante muy poco

tiempo ese estado de sorpresa, y rápidamente volvemos a la zona en la que nos sentimos

más seguros, aquella en la que pensamos que no vamos a ser ridículos, y nos van a

aceptar. La experimentación de la autenticidad nos hace ganar segundos poco a poco a

hacer crecer esa parte que no está filtrada, de poderme asombrar ante cualquier cosa.

El trabajo de experimentación teatral y juegos de improvisación teatral, no se trata para

nada de “hacer tonterías”o “querer gustar”. Las “tonterías” también son mecanismos

aprendidos. Se trata de desaprender y no hacer nada, actuar según los recursos que surgen

en ese momento, nada preparado de antemano ni filtrado por el intelecto, que

distingue/sesga/escoge cuáles son las conductas adecuadas y cuáles no. Al no hacer nada

permito que se abra paso la verdad de mí mismo. Y la verdad es lo que realmente

comunica, lo que nuestros semejantes creen de verdad de nosotros, lo que no necesita

justificación ni trabajo previo para ser válida. La actitud gestáltica, por encima de todo, es

autenticidad.

Si lo mío lo entrego a los demás, voy a recibir mucho porque los demás se van a reír y a

jugar conmigo. Es un acto de generosidad espléndido… Lo doy todo para que disfrutéis,

para que riáis conmigo, para que lloréis conmigo.

También en el psicoteatro existe el público, pero en este caso sería como el principio Tú-

Yo; es decir, el experimentador es parte del experimento: si hay testigos, ese mismo hecho

hace que confiera una importancia distinta que si lo hago solo ante el espejo. Por ese

hecho es importante que en la experiencia del teatro gestáltico se haga en grupo, o que

exista al menos un testigo.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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En esta actitud de experimentación teatral no nos identificamos con ningún personaje de

los que interpretamos, sino que somos la suma de todas esas partes, es decir, la suma de

todos los personajes posibles.

Al no identificarnos con ninguno de nuestros personajes, podemos experimentar la

sensación de que podemos elegir desde el vacío el personaje necesario en cada momento.

Esto nos daría una actitud muy gestáltica, creyendo que saldría a la luz según el proceso de

autorregulación, la actitud adecuada para responder a cada acción en cada momento según

acontezca.

En el juego teatral, se trabaja principalmente con las emociones. Experimentándolas y

sintiéndolas y dándoles un espacio en lo corporal y también poniendo la atención en la

relación con los demás, observando la reacción de los otros como espejo para saber el

grado de reacción que provocan mis actitudes emocionales y mis movimientos, utilizando

el intelecto en un momento determinado sólo para poder desarrollar recursos y poner

conciencia en cada momento, en función de las reacciones que provocan mis movimientos

en contacto con los otros.

Cuando estamos actuando en el juego de teatro terapéutico, la mirada del otro puede

darnos o quitarnos energía, en el sentido de que si soy comunicativo y mi acción hace de

espejo hacia el contacto, eso me llenará de satisfacción; si en cambio noto y siento la

retirada de los otros, esto incrementará mis dificultades en lo relacional.

Puede ocurrir que el ser observado también me haga explorar zonas evitadas, o que no

estoy acostumbrado a explorar, y descubra que la mirada de los otros me puede llevar a

una actitud placentera, aunque no narcisista. Cuando acompaño a un niño a un parque

donde hay columpios y toboganes, enseguida detecto cómo reclama mi atención cuando,

por ejemplo, está encima del tobogán, listo para tirarse, y me llama: “¡Mira qué hago, mira

qué hago!”, y lo repite… Y tengo que estar ahí, pendiente… Y lo que hace el niño, el

adulto lo ha visto mil veces, nada hay de extraordinario en un niño que baja por un

tobogán. Pero la actitud de asombro, de entrega, de darme todo lo que en ese momento

tiene (su emoción, su satisfacción, su pericia para subir al tobogán y dejarse caer, su

querer compartirlo conmigo) es lo que me mueve a estar pendiente de él con la máxima

atención de la que dispongo. Es este juego de que el niño se asombra, comparte conmigo

la emoción que él siente y cree que sin duda yo la vivo con él.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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En el teatro terapéutico, el conseguir el verdadero contacto con los otros se puede

convertir en una experiencia gratificante, sin que lo que se muestra sea algo portentoso,

elaborado y difícil… Conseguir la mirada y la atención sincera del público a través de la

autenticidad, de la entrega y de la generosidad de proponer sólo lo que en ese momento

tiene, lo que sabe, lo que puede ofrecer. Sin buscar números extraordinarios de previa

preparación, sólo aceptando lo que existe y ofreciéndolo desde la más genuina y auténtica

postura.

Otro ejemplo: cuando un adulto vuelve del viaje de su vida y te enseña unas fotografías

con la emoción del sentimiento, como si te estuviera enseñando el viaje.

La capacidad de asombrarse, de imaginarte que lo que está ocurriendo está ocurriendo sólo

en ese momento, y con esa actitud de entrega, de regalo, de presencia, de entregar lo que

yo soy, sin más, a vosotros, sin reserva. Y esa es la manera de que el público capte de

verdad el mensaje de entrega y lo acepte sin condiciones: por su condición de autenticidad

y porque esta autenticidad es la que les llega a un nivel externo a lo intelectual, lo

“compran” sin reservas.

La Gestalt y el teatro en la conducción de grupos

El trabajo con el Teatro terapéutico y el Psicodrama aporta muchas herramientas en la

conducción de grupos. Casi siempre una de las zonas evitadas son aquellas que creemos

que no funcionan en nosotros: el que es muy intelectual evitará el contacto con las

emociones y el que es muy emocional, lo evitará con el intelecto; si me siento cómodo

trabajando en lo físico, evitaré lo mental… En cambio el Teatro terapéutico y el

Psicodrama justamente hacen trabajar aquello que no mostramos. Nos ayudará a aprender

a salir de situaciones embarazosas con sentido del humor. Llega al instante. Si estamos

con la actitud de autenticidad, que es distinta para cada uno, poco a poco se incorpora e

intercala en la vida cotidiana. No se trata de convertirse en chistoso y de llevar a cabo

auténticos malabarismos, sino de vez en cuando conectar con esta actitud de asombro y de

comunicación auténtica, y eso hace reír más, relajarse, entrar en la parte lúdica…

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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A veces para comunicar algo no es necesario ser muy bueno en eso, sino ser auténtico: esa

verdad llega más que alguien pomposo con un discurso súper-elaborado. Con la perfección

de lo que cada uno es, dar la parte auténtica a los demás.

Cuando hablamos de “vacío” en el Psicodrama y en el teatro, nos referimos a la

improvisación teatral que acontece cuando se sale al escenario y se deja fluir un personaje

(que ya hemos dicho que no se corresponde con un personaje construido con sus

características propias, sino al presente puro de cada ocasión): tengo ganas de decir algo y

no lo digo… El público me mira… Parece que espera algo de mí… No se me ocurre nada

sorprendente ni magnífico… No digo nada… Siento en mí la insoportable soledad de estar

aquí, sin saber qué tengo que hacer y sintiendo que estoy haciendo el ridículo, porque

seguro que esperan algo de mí y a mí no me sale…

La experimentación de este vacío en el escenario o en la sala con la mirada de los otros

esperando algo de mí, al final acaba siendo fértil cuando surge algo desde la autenticidad,

aunque sea la sola vergüenza de ser observado sin que se me ocurra nada: ese ya es un

buen Darse Cuenta.

Me gustaría añadir una parte de mi experiencia personal en el trabajo basado en la Gestalt

y la actitud del clown. Esta experiencia la obtuve tras dos años de trabajar conjuntamente

con un clown profesional que traje para participar en mis grupos de crecimiento personal y

Gestalt. Cuando años atrás había trabajado con Claret Papiol en el Circ Cric como clown,

supe que de esa experiencia se podía obtener mucho si la incorporaba a mis talleres de

Gestalt.

Me gustaría introducir aquí una parte de la conversación que tuve con Claret al ir haciendo

conjuntamente estos talleres de crecimiento personal y Gestalt, que llamamos “Clown

gestáltico” o “Gestalt y Clown”.

¿Cómo se lleva a cabo la introducción al trabajo de teatro y Clown Gestáltico?

Sobre todo, partir de la base de la generosidad: vamos a aprender de los demás. Esta

técnica es para potenciar el conflicto, el fracaso, el ridículo, el no saber hacer o hacer

mal… Se basa en estas premisas. Yo digo que “para hacer las cosas bien, tendríamos que

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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habernos matriculado en otra asignatura, e incluso en otra Universidad”.

Es cierto que también hemos visto payasos tocando el saxofón, pero es evidente que

mientras tocan el saxofón están haciendo música, no Clown. Es una excusa para estar un

rato más en escena, para acabar el número, para que luego explote el saxofón… Para que

surja algún problema. Pero mientras el Clown se entrega a la tarea de hacer de malabarista

o tocar el saxofón, no está desarrollando la faceta de Clown; diríamos que está en su

Clown-intelectual, aprovechando el escenario para mostrar otras habilidades ajenas a las

que le son propias.

¿Cómo podríamos vincular la actitud gestáltica con el trabajo de clown?

Yo diría que mi forma de trabajar el clown concuerda con todas las premisas de la Gestalt

de Fritz Perls, y a la vez permiten estar vinculadas al juego y al ejercicio del clown, es

decir: el Aquí-Ahora, la toma de conciencia, la relación entre el Yo y el Tú, el contacto y

la retirada, y la capacidad de asombrarse del presente, y la plasticidad de la adaptación al

cambio, según o que acontece.

En una sesión de terapia de grupo utilizando técnicas de Clown gestáltico, lo importante es

potenciar en la medida en que seamos valientes, este espacio del fracaso, la nulidad, el

ridículo… Esto cuesta a todo el mundo. Los profesionales somos los primeros que hemos

adquirido una técnica y unas herramientas para ser exitosos en nuestras actuaciones, y

también nos cuesta entrar en este espacio de vacío, saltar a él sin restricción, buscando

estos momentos auténticos de la nada y estar delante de los otros sin más.

Como cuesta, siempre en los grupos pedimos un poco de generosidad, porque en algún

momento tú estarás en el escenario, en otro momento harás de público y cuando más

aprendemos es cuando somos parte del público; por lo tanto, al salir a escena, siempre

digo: “entregaos para que vuestros compañeros puedan aprender de vosotros y luego

recojáis de las demás actuaciones la generosidad que habéis entregado, con la forma

propia de cada uno… Con lo que hay en cada uno en ese momento…”.

Vamos a potenciar el juego: el juego es muy importante, hay que jugar como los niños y

las niñas para entregarse en la libertad inmensa del juego. Y luego las emociones: si

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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enseguida nos vamos al intelecto, no dejamos que aparezca nuestra autenticidad si nos

vamos al pensamiento de que estoy haciendo el ridículo…: “ostras, qué digo yo ahora…

No se me ocurre nada… Y es que hay ahí delante treinta personas… Y están esperando

que diga algo… Cuidado, cuidado… ¡Aquí estoy quedando fatal…!” Vamos a dejar que

crezca este conflicto, a ver qué pasa.” Y esperar a que ese vacío se vuelva fértil; es decir,

darle un espacio.

Os voy a poner otro ejemplo de la Gestalt y el juego: un músico americano que hacía un

concierto de piano que se llamaba “4-40”. Era una performance sobre la vida. Abría la

tapa del piano y se quedaba cuatro minutos cuarenta segundos sin hacer nada. Allí se

creaba el concierto, cada vez era distinto: por un lado, la importancia del no hacer nada,

del vacío, del silencio; y por otra, los comentarios del público, sus miradas de asombro y

de no entender nada, sus expresiones: “¿qué debe pasar?”, “¿Se encuentra mal?”, “¿Se

ha estropeado el piano?”, “Yo creo que está colapsado, tiene un bloqueo y no se acuerda

de nada…”, “No, si ya dicen por ahí que se droga… Ahora debe estar en pleno efecto”. El

público, con su carga de asombro, estaba desarrollando parte del concierto, llenando ese

vacío y haciéndolo fértil.

Este tránsito por el vacío, ¿es un aprendizaje para la cotidianeidad?

Se propone un voto de confianza: como esto es un aprendizaje, se integrará al cabo de

unos días, o semanas… Si alguien se bloquea mucho, no hay problema, cada uno a su aire,

a veces pasa. Aunque ya sabéis: cuanto más os equivoquéis, mejor. Aunque esto es fácil

de decir y difícil de hacer.

En este trabajo gestáltico, me gustaría destacar algunas de las cuestiones que

hemos observado como las más eficaces para los asistentes a nuestros talleres.

La finalidad de este trabajo y de la aceptación de la vergüenza y ridículo, es la de albergar

nuestros propios ridículos y nuestras propias vergüenzas y hacer que crezcan, para poder

aprovecharlas a favor nuestro cuando lo demande la situación, y que no surjan y se cuelen

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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por detrás de nuestra conciencia y por delante de nuestro intelecto, y nos lleven a sufrir

ante la propia decepción de no saber cómo manejar una situación, desde el punto de vista

de lo social y políticamente correcto. Poder convivir con la parte oculta que a veces nos

dicta a través de los introyectos que somos personas ridículas, no aceptadas, no tan bonitas

o perfectas como deberíamos ser supuestamente…

¿Cómo se pueden transitar todas las polaridades que están ocultas en nuestros

talleres?

La experimentación con el teatro terapéutico nos enseña esas facetas que normalmente

escondemos. Y al trabajar con la mirada de los demás, comprobaremos cómo lo oculto,

aquello que no quiero mostrar, sale a la superficie aunque yo no quiera, cómo los demás sí

ven lo que celosamente guardo de mi personalidad porque yo no lo acepto y quiero

guardarlo. Aprendo que es mucho más cansado y desgastador pasar todo el tiempo

escondiéndolo que aceptarlo y mostrarlo. Al compartirlo, podemos reírnos conjuntamente,

y al entregarlo a los demás, podemos conectar y comunicarnos a través de la simplicidad

de mi imperfección, de mi propia peculiaridad.

Los valores del juego

El valor propositivo: la vía del vacío fértil

El juego no impone: propone.

Las reglas que se fijan al principio o los parámetros que se proponen para su desarrollo en

un caso concreto son meras orientaciones desde las cuales desarrollar la imaginación y la

creatividad. Suponen para los jugadores retos que superar, de manera que la aportación

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precisa de cada uno de ellos, surgida del momento presente y de la intuición, añaden a su

participación el gozo de crear, de sentir emerger ideas válidas en ese momento, que le

sorprenderán respecto a sí mismo: “si en mi vida no soy capaz de innovar, de modificar las

estructuras que la sustentan… ¿qué ha pasado en este momento, en el que, sin pensarlo, fui

capaz de inventar?”. Esto vuelve a enlazar con el vacío fértil, que nos lleva a una nueva

creación.

El valor sorpresivo/admirativo: el principio de autorregulación

El desconocimiento de cuál va a ser el desarrollo y desenlace del juego, nos libera de

prejuicios y teorías, y nos prepara para una actitud de entrega y confianza, desde la que no

anticipamos resultados ni prevemos cuál va a ser el final: nos dejamos fluir desde el

interior de la dinámica, sin apegarnos al resultado ni siquiera al papel que nos toca. De esa

forma abrimos la vía para llegar al vacío fértil, a partir del cual vamos a dar paso a nuevos

recursos que surgen de la intuición y facilitamos el acceso a un espacio muy especial en el

que el organismo juega a autorregularse.

El valor expansivo del juego: la necesidad de los espejos que nos reflejan los demás.

Enfocado al valor grupal que aporta. Cómo en estos tiempos se está enfocando la

conciencia grupal, estamos en los albores. Se nota que hay algo desde lo que las personas

necesitan ir más allá del individualismo. Si lo comparamos con la época del Renacimiento,

en el Siglo XVI o XVII no había nada al respecto, era una época oscura.

Por supuesto que se puede jugar solo. Pero ayuda mucho compartir el entretenimiento con

los amigos, puesto que además se enriquece a partir de las propuestas que cada uno

incluya. El juego resta a la frontera individual para salir a jugar con los compañeros, a

compartir y a disfrutar conjuntamente. Mi juego solitario, que es válido y rico en las

circunstancias en que sea necesario para mí, es “más pequeño”. No es lo mismo estar con

uno que compartiendo con, por ejemplo, veinte personas más. No es lo mismo que a ratos

vuelvas a ti, que sería contacto y retirada de la Gestalt (a veces me canso y vuelvo), un

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rato. Como algo sanador y nutritivo, algo flexible. La importancia del espejo que nos

hacen los otros para poder recuperar las proyecciones que realizamos.

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MARCO PRÁCTICO

Análisis del proceso de tres talleres vivenciales

en dos grupos de Crecimiento Personal.

Para dar soporte práctico a toda la teoría expuesta hasta ahora y a las opiniones de

profesionales relacionados con nuestro trabajo, hemos considerado necesario tomar en

cuenta las experiencias de diferentes personas que hayan estado formándose con Gestalt a

partir de juegos.

De esta manera, entramos en la parte vivencial o experiencial propiamente dicha que va a

consistir fundamentalmente en un análisis del proceso en dos grupos de Crecimiento

Personal. Como ya expusimos con anterioridad, somos tres los que intervenimos en la

confección de esta Tesina y francamente nos parecía un poco pobre apoyarnos sólo en un

grupo para formular la parte práctica. Tras reflexionar sobre ello, consideramos que sería

interesante hacer uso de dos grupos diferentes, aun cuando ambos tienen en común que los

dos son de Crecimiento Personal Gestáltico.

Una de las diferencias más notables es la duración de ambos: mientras que el primero es

un grupo de un año de duración, el segundo abarca un total de 3 años. Tendremos entonces

la oportunidad de poder comprobar qué ocurre en ambos procesos, cuáles son los avances

más significativos, qué se consolida en uno y que se consolida en el otro etc.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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En lo común, es obvio el para qué: ir desglosando como a través de la Gestalt y el Juego se

produce un Crecimiento y un Autoconocimiento en los asistentes, cosa que por cierto

quedará bastante plasmada en las entrevistas que acompañarán este trabajo.

En primer lugar, vamos a ir desarrollando el proceso del grupo de Crecimiento de un año.

Hemos seleccionado para ello tres talleres del mismo: uno que es justo el primero que

realizamos, siendo por tanto la inauguración. El segundo lo hemos escogido en la mitad

del grupo, y el último en su cierre o conclusión. De esta manera podemos valorar el

proceso habido a lo largo de estos diez meses: cómo estaban al comienzo, en la mitad y al

final del taller y analizar posteriormente los resultados.

En el primero intervinieron como terapeutas conductores Ferran y Nela, mientras que en el

segundo lo hicieron Quim y Ferran. La posición por tanto de Ferran será como una zona

media, pues intervendrá en los dos; zona media o puente de unión. Tendremos de esta

manera tres percepciones bien diferentes: sólo la de Nela, sólo la de Quim y la de Ferran

que a veces estará solo y a veces acompañará ambos procesos.

En ambos grupos vamos a charlar con algunos de sus componentes. Vamos a contemplar

sus expectativas, la realidad con la que se encontraron, sus momentos de

desencuentro/reencuentro, los desencantos, las crisis, las aplicaciones que han encontrado

en su vida a partir de los juegos gestálticos, los cambios en su ser y hacer, la aceptación….

Estos testimonios son, si cabe, los más importantes para nosotros, los que nos han

señalado el camino a seguir y a partir de los cuales hemos ido adaptando y desarrollando

nuestro modelo, cuestionándonos continuamente cómo hacer que fuera cada vez más

efectivo, práctico y “real”.

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GRUPO 1, PRIMER TALLER

“Un grupo es como un ser amado. Es preciso atender a sus sentimientos, sus necesidades

y su energía disponible”.

Joseph Zinker.

Descripción del taller: juegos y dinámicas llevadas a cabo.

Septiembre del 04. Estamos como terapeutas conductores Ferran y yo, Nela. Hay una

novedad interesante, y es que por primera vez contamos también con una observadora:

Susana. De todas maneras, siento un poco de incertidumbre ante este hecho, ya que no sé

como va a reaccionar el grupo, no tengo referencia para poder comparar.

Es un grupo que se compone de 16 personas; de entre ellas sólo cuatro hombres. Es

frecuente que esto ocurra, que predominen más las mujeres que los hombres. Es un grupo

joven, la mayoría de las edades no superan los treinta y pocos años. Algunos de sus

componentes proceden de terapia individual; otros en cambio han accedido al grupo bien

por la publicidad, o en bastantes casos por el boca a boca. A mi me gusta esta última

opción, me hace sentir una sensación de firmeza, de solidez, como que lo que estamos

haciendo ya empieza a generar una confianza que se transmite de persona a persona.

¿Qué hacemos?

Tras nuestras presentaciones y la explicación de algo del contenido de lo que va a ser este

grupo pasamos a algo vivencial.

1) Para presentarse: un juego fácil y simple que facilita las presentaciones entre

ellos. Utilizamos para ello una herramienta “potente”: un cojín. La persona que lo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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tiene cogido va diciendo su nombre para inmediatamente después lanzarlo a otra

que hará lo mismo. Tiene algunas variantes, como por ejemplo: cuando ya se han

escuchado durante un rato antes de lanzarlo has de recordar el nombre de esta

persona. Es agradable, rompe un poquito el hielo inicial, a la vez que se escuchan y

empiezan a contactar de una manera suave.

2) La Mancha: Juego dinámico donde la intervención corporal es bastante

importante. Uno de los participantes del grupo es el que persigue, mientras que el

resto del grupo son los perseguidos. El que persigue sigue llevando como

herramienta el cojín y el objetivo es conseguir que cuando “pilla” a alguien,

después de una persecución, éste se quede con el cojín. Los que son perseguidos

pueden salvarse reuniéndose por parejas y cogiéndose por el brazo. Si no se sueltan

en un intervalo rápido el portador del cojín puede contar hasta 10 y ahí se les acaba

su inmunidad como parejas. Se divierten bastante con este juego, en el que

continuamos en la línea de facilitar el contacto con ellos mismos y con el entorno.

3) La Pelota Imaginaria: es uno de mis juegos favoritos. Me gusta sobre todo

porque me hace estar muy atenta al presente, a lo que está aconteciendo. Los

ponemos en círculo y de pie; han de imaginarse que tienen una pelota de un color

determinado y que se la van a ir pasando entre todos los participantes. Se la pasan

hacia delante con un sonido determinado ¡Zas! El que la recibe ha de hacer lo

mismo. Complicamos luego un poquito el asunto de manera que ahora pueden

pasar la pelota hacia delante y también hacia los lados; cuando es hacia los lados

pronuncian la palabra ¡Zes! La atención que se requiere ahora es mayor ya que

puedes recibir de cara y de lado. Poco a poco vamos incorporando más consignas

con el objetivo de “complicar” y seguir focalizando la atención al “ahora”. Percibo

al grupo caldeado y con ganas. A mi me gusta ir muy poco a poco: considero que

la confianza ha de irse generando progresivamente, con lo cual no me gusta forzar:

que sea el propio grupo el que vaya estableciendo el ritmo con el cual desea

trabajar.

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4) El Mercadillo: “Ir a por vuestras pertenencias, pues vais a necesitarlas para lo que

vamos a hacer a continuación”. “¿Qué?” Pues montamos como un mercadillo

ambulante o un “zoco” compuesto por múltiples paradas. Cada parada es de uno de

ellos y en ella han de colocar sus pertenencias, aquellas que tienen en sus bolsos o

en sus bolsillos. El objetivo perseguido aquí es generar un clima donde puedan

empezar a mostrarse: sus pertenencias definen en cierta manera quiénes son ellos,

cuáles son sus gustos, preferencias etc. Damos también una consigna: pueden si lo

desean “esconder” debajo de su cojín algún o algunos objetos que no quieren

mostrar, de esta manera estamos dándoles la opción de “escoger” y sutilmente

“marcar un límite” de hasta dónde si y hasta dónde no.

5) La Pasarela: Es la última dinámica que proponemos antes de dar cierre a esta

primera sesión. Seguimos con el objetivo de mostrarse, esta vez de una manera

más física, más corporal. “Vamos a formar dos hileras enfrentadas dejando en

medio un pasillo.” Están todos ya sentados y dispuestos y es ahí donde vamos

dando nueva información. “Vais a pasar de uno en uno por el pasillo que hemos

marcado, sí, como una pasarela donde podréis exhibiros y mostrar a todo el grupo

una pincelada de qué y quiénes sois”. Hay caras de estupor mezcladas con

vergüenza y algo de protesta: “Pero que decís… No, no… Yo no me atrevo…”.

Acompañamos el proceso con música, cuesta menos así. Van saliendo los más

lanzado/as: se nota desde nuestra posición cuánto quieren gustar. Los demás van

haciendo devoluciones de cómo los ven, qué es lo que perciben de ellos.

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ENTREVISTAS A ALGUNOS DE LOS PARTICIPANTES DEL GRUPO…

(Redacta: Nela)

Vamos a dar paso ahora al apartado de entrevistas.

Hemos estado valorando con Ferran ¿a quién escogemos para ello? Como son tres talleres,

decidimos que también fueran tres personas las entrevistadas y éstas habían de estar

además en proceso terapéutico individual para de esta manera facilitar el trabajo y que éste

pudiera ser más completo. Debo hacer también otra aclaración: cuando intervenga en las

entrevistas para el proceso analítico lo voy a hacer en otro color, el naranja. Ferran en

cambio se decanta por el color azul. A momentos nuestros comentarios y análisis serán a

dúo, porque es a dúo como llevamos este grupo y porque así podremos dejar constancia

de que ante el mismo hecho las percepciones pueden ser a veces bien diferentes: lo que es

figura para mi no tiene que serlo para él y viceversa.

Personas entrevistadas

Chelo: 47 años; Profesora de Enseñanza Secundaria.

Elisenda: 41 años. En este momento no trabaja.

Judith: 31 años; Publicista.

Preguntas para el primer taller

a) ¿Cuál fue tu motivación para apuntarte a un grupo de Crecimiento Personal a

través de la Gestalt y el Juego? ¿Cuál era tu momento personal, qué síntomas

tenías para buscar apoyo terapéutico? ¿Por qué escogiste este sistema de la Gestalt

y el juego?

b) Primeras impresiones tras el primer taller. ¿Cómo fue el primer contacto con el

grupo? ¿Hubo dificultades de comunicación? ¿Cómo viviste tu primera experiencia

en cuanto a:

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i. Focalizar en el darte cuenta

ii. Responsabilidad de yo

iii. Atención en el aquí/ahora

c) ¿Cómo vivías la diferencia de lo que ibas aprendiendo cuando lo vivías dentro del

grupo y cuando lo reconocías fuera, en tu vida cotidiana?

Entrevistas

Saludo y agradecimiento a las presentes.

FERRAN: vamos allá. Las primeras aproximaciones para centrarnos en el trabajo, serían –

para cada una-: ¿Cuál fue tu motivación para apuntarte a un grupo de crecimiento personal

a través de la Gestalt y el Juego? ¿Cuál era tu momento personal, qué síntomas tenías para

buscar apoyo terapéutico, qué te estaba pasando en esa etapa de tu vida? ¿Por qué

escogiste este sistema de la Gestalt y el juego: conocías algo antes, te habían hablado de

ello, cómo fue que decidiste entrar a formar parte de este grupo de crecimiento personal

gestáltico?

CHELO: yo estaba…Bueno, yo llevaba ya 3 años recibiendo psicoanálisis. Y, bueno, mi

hermana había hecho algunos cursos con otro estilo de trabajo, y me había hablado de

ellos y me llamaba la atención hacer algo diferente…Y sobre todo que hubiera juegos,

¿no? Era salir un poco de la cabeza y a la vez de ir trabajando ir divirtiéndome, dejar que

el cuerpo también entrara un poco en acción, que explorara y experimentara, y dejar un

poquito apartada la cabeza… y eso es lo que quería.

Además, la Gestalt la empecé a conocer por Jorge Bucay. Por casualidad llegó a mis

manos… alguien me contó unos cuentos… a mí me gustaba mucho eso de los cuentos, así

que a partir de aquel primer contacto, me busqué algún libro de cuentos y descubrí a Jorge

Bucay, que para mí fue un regalo.

Me leí todos los libros. En esa época fue cuando ya me animé a venir, a meterme en esto,

porque sabía que por una parte estaba el tema de los juegos, y también la Gestalt me

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llamaba mucho la atención.

Y luego… en qué momento estaba… ¡Estaba en plena crisis existencial!… Llevaba

muchos años de crisis, pero ese momento era “el remate”. Estaba muy metida en el

colegio, toda mi vida era el colegio, y los chavales, y las monjas… Llevaba desde los 6

años metida en aquel colegio. Y entonces, pues eso, había estado en el verano en un taller

de Espai Lúdic y ahí empecé a ver que necesitaba romper con el colegio y hacer algo

diferente, ¿no? Fue justamente cuando empecé a hacer talleres. Aquí fue cuando aparqué

todo el tema “colegio” y aquello fue una crisis… tremenda para mí. Tuve que coger la baja

y todo, estuve 6 meses de baja. Y me ayudó muchísimo la ayuda que recibía a través de mi

trabajo en el grupo de Crecimiento Personal, el trabajar aquí me ayudó muchísimo. Me

sirvió para reencontrarme, para empezar a ver lo que necesitaba, pero sin estar tan metida

en la cabeza, la cabeza, la cabeza… Empecé a encontrarme con mis emociones, con mi

cuerpo… Eso me ayudó mucho.

Chelo procede de terapia individual con Ferran. Podemos percibir como el tomar

conciencia del área corporal y emocional le ayuda a que el plano mental no sea tan

protagonista en su vida. Este cambio de percepción de su Figura Fondo resulta

sanador para ella ya que acostumbrada como estaba a analizar todo cuanto

acontecía, no se había dado cuenta que precisamente esto la sacaba del ahora, del

presente perdiendo con ello el contacto con sus auténticas necesidades.

JUDITH: Yo me enteré de que había un curso de Crecimiento con Gestalt y juegos

viniendo de terapia individual. Llegué a Espai Lúdic porque la vida me puso delante un

anuncio, llamé, estaba en un momento muy bajito… Venía de una ruptura sentimental que

además yo me negaba a aceptar, con lo cual estaba ahí perpetuando un dolor y pasándolo

muy mal, y empecé a hacer terapia individual.

Recuerdo que el primer concepto gestáltico que me llegó fue el famoso “Aquí-Ahora” que

me dejó ir un día Ferran, y que me pareció algo como muy grande y muy misterioso…

Muy misterioso porque no había oído hablar de ello, o nunca le había puesto atención. Y

muy grande porque intuí que si conseguía entenderlo y empezar a vivir mi vida de acuerdo

a esos parámetros iban a cambiar muchas cosas. Era lo único que conocía, porque yo no

había leído nada de Jorge Bucay; apenas algo de Paulo Coello, que tampoco tiene que ver

mucho con la Gestalt, así en la teoría, y que tampoco tiene mucho que ver con el tema

este. Y no conocía nada más.

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A través de la terapia individual, Ferran me comentó la posibilidad de hacer este curso

cuando vio que ya había hecho un trabajo personal fuerte. Y sí recuerdo que me atraía la

idea del juego, porque me imaginaba -y luego se confirmó- que era una forma de aprender

como muy…. Como muy suave, muy poco estresante, como un “sin darte cuenta”, que

parece que va en contra de las premisas de la Gestalt y del Aquí y el Ahora, pero… no

sé… Como un aprendizaje muy natural, como hacen los niños, que juegan y aprenden.

Bien, cuando empezó el curso ya no estaba en el bache en el que había llegado, pero

todavía sentía que necesitaba trabajar mucho mi relación con los demás. Para sentirme

cómoda. Yo antes no me sentía demasiado cómoda tratando con el resto del mundo,

quitando a mis amigos, los más íntimos. Cuando estaba con gente estaba siempre como en

tensión. No acababa de sentirme relajada.

Mi proceso de terapia individual había empezado en septiembre, y el curso empezaba al

septiembre siguiente. La terapia duró de septiembre a septiembre, un año justo. Viniendo

una vez por semana. Cada viernes…

Judith. Siempre dispuesta a ayudar a los otros. Cuando empezamos, estábamos

lejos de imaginar que sufriría la muerte por accidente de su padre, así, en un abrir y

cerrar de ojos. La sentí valiente exponiendo delante del grupo su pérdida,

mostrándose honesta con lo que había, en autenticidad y sin abandonar.

ELISENDA: yo venía también de terapia individual durante un año y medio. Se me había

propuesto bastantes veces en terapia individual de hacer Crecimiento Personal en grupo,

pero nunca lo tenía demasiado claro por… supongo porque estaba sumergida sobre todo

en mi problema, de mi enfermedad de fibromialgia. Estaba sumergida sobretodo en mi

dolor, y el hecho de compartir me daba un poco de miedo, ¿no? Y no lo veía claro.

Después de insistirme Nela, mi terapeuta, y de valorarlo durante un tiempo… al final me

lancé. Pero me costó un poco.

También hice un stage de cuatro días para probarlo. Entonces descubrí que con las

dinámicas de juego, si me encontraba un poco bien, lo podía hacer. Me daba una sensación

de estar mucho más sana… Esto del incorporarme también a nivel juegos y movimiento a

nivel corporal fue un agradable descubrimiento en mi vida. Entonces, como me lo pasaba

bien, también era como intentar yo saber -y esto es lo que me costaba más cuando me lo

pasaba muy bien jugando-, pues intentar, por mi problema, ceder, parar. Esto es lo que

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más me costaba, el decir “ahora no juego porque me duele”, ¿no? Yo seguía jugando…

Por eso me ha costado un poco a nivel personal adaptarme a los ritmos de los talleres,

¿no? Porque todo el mundo cuando se lo pasa bien quiere seguir.

Vamos a ir constatando como evita Elisenda hablar en primera persona utilizando

un lenguaje impersonal: de esta manera evita fundamentalmente el tomar

responsabilidad de lo que acontece en su vida, en su experiencia.

Algo importante también a destacar es su confusión en poner límites: o bien no se

implica en su proceso terapéutico -dejando incluso de asistir al taller-, o cuando

asiste, no se da cuenta de hasta dónde puede llegar, sobre todo si se lo está pasando

bien y se está divirtiendo. Teniendo en cuenta que sufre de una fuerte

“fibromialgia” es un tema crucial para ella saber realmente hasta dónde puede

llegar y hasta dónde no.

Otra dificultad importante radica en exponer lo anterior delante del grupo, ya que

lo habitual para ella hasta ahora es el “esconder“ y disimular públicamente,

interpretando el personaje de “que no pasa nada”, “que no duele” y que todo va

bien. En su proceso terapéutico individual pudimos darnos cuenta que esto se debe

a un fuerte introyecto proveniente de su sistema familiar de origen.

Pero a nivel personal me ha servido mucho. A mí, sobretodo a nivel de poderme relacionar

con gente y contar lo que me pasa, ¿no? Que antes me encerraba mucho y me daba como

mucha vergüenza, por… sobretodo por el hecho de sentirme víctima de los demás y que

no me gustaba exponer lo que le pasaba. Sí, eso.

NELA: ¿Por qué escogiste este sistema de la Gestalt y el juego?

ELISENDA: Sí, me costó un poco, pero cuando vi que la incorporación del movimiento

también me ayudaba a nivel mental, lo encontré muy interesante. Me gustó, vaya.

NELA: ¿podríamos comentar cuáles fueron vuestras primeras impresiones después del

primer taller? Intentad traer al presente ese momento, y sentir que ahora es como si

estuvierais saliendo del primer taller o del segundo taller. Vuestra experiencia inicial, en

definitiva… ¿Cómo fue el primer contacto con el grupo? ¿Hubo dificultades de

comunicación? Si lo podéis relacionar con el tema del juego…

CHELO: me costó… Recuerdo la primera sesión. Sé que me costó bastante el acercarme al

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grupo. Porque yo había estado en el taller de verano anteriormente. Ese mismo verano me

había apuntado a Crecimiento Personal. El verano en Mas Carbó fue muy idílico, fue mi

primer acercamiento a todo el mundo de la Gestalt y de los juegos. Fue un grupo de 12

personas maravilloso, que yo idealicé muchísimo.

Por eso el volver a empezar, encontrarme ahora con nueva gente… Y empecé estando

bastante a la defensiva. En los juegos participaba y demás, pero… Por ejemplo, en el

juego de la pasarela lo primero que me dijeron más de uno es que veían en mí mi “mala

leche”… ¡Y eso me sentó fatal, imagínate! Que vieran a simple vista mi estado de crisis, y

que estaba realmente con mucho enfado interior. Y que yo sin quererme mostrar a gente

totalmente extraña que se dieran cuenta a primera vista de eso de mí, fue muy duro… Esa

sesión lo pasé muy mal. Era en mi cabeza: “Ostras, esta gente que no me conoce de nada,

solamente por pasar por ahí en medio, ya han visto mi mala leche…”. Recuerdo que salí

muy… muy mosqueada conmigo misma…

NELA: ¿Enfadada?

CHELO: sí, enfadada… De que se notara tanto… Además, una cosa que… ¡yo nunca

mostraba mi mala leche! Era muy buena niña, yo… Nada de enfadarme… Y descubrí que

se veía a la legua.

Podemos constatar como a través del juego de “La Pasarela”, Chelo pudo darse

cuenta y tomar contacto con que no iba a serle tan fácil seguir con su

comportamiento habitual de ocultar su rabia, su enfado. Sobre todo porque en el

grupo ya se habían percatado. De esta manera sale de la zona conocida para

adentrarse en una zona nueva.

Vemos también una primera fractura de su frontera limitativa en cuanto a poder

expresarse de una manera mucho más completa y auténtica con sus emociones,

cuya causa fundamental es un introyecto de de “niña buena”.

Ese es el primer recuerdo que tengo de esa primera sesión, de un susto y de pensar: “¡Que

fuerte, lo que me va a tocar hacer aquí…! No todo es tan bonito, tan… Voy a tenérmelo

que currar….” Además veía que había una distancia, una barrera muy grande con la gente

del grupo nuevo y que me costaba acercarme, porque los comparaba con el grupo del

verano.

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Este ha sido un tema importante también para ella: realmente no nos veía, no veía

al grupo. Enamorada como estaba de su “ideal” de grupo, aquel del verano, no

podía integrarse en el de ahora. No fue sino hasta más de la mitad del taller que

empezó a “dejarse caer” en nosotros. Pudimos enlazarlo con su vida: el

enamoramiento del “ideal”, de la fantasía, no deja que atienda a su realidad más

inmediata perdiéndose con ello una buena parte de su existencia.

JUDITH: pues yo recuerdo que empecé la primera sesión riéndome, y salí riéndome,

habiendo disfrutado mucho, y pensé que me había apuntado a un curso que me iba a

ayudar mucho. Lo vi claro.

Recuerdo los juegos que habéis comentado. En el de la pelota imaginaria, me acuerdo que

al principio éramos un grupo grande, de unos 15 o 16, luego disminuyó un poquito, pero…

Y nada, no dábamos pie con bola en ese juego... Nos liábamos, decíamos PUM cuando era

ZAS, y la supuesta pelota estaba por un lado y el que la tenía ni se había enterado, y… De

nuevo salió el concepto del Aquí-Ahora y la atención, que lo introdujo uno de los

conductores, Ferran o Nela, no sé. Me acuerdo porque todo el grupo se dio cuenta de lo

que estaba pasando, y de lo que tenía que hacer: estar presente. Y a partir de ahí, fuimos

capaces de sostener la pelota mucho rato entre unos y otros.

Pelota imaginaria: empieza a contactar con el presente, con el aquí y ahora.

Podemos percibir cómo con el transcurrir de los minutos estaban mucho más

atentos, mucho más presentes.

Y luego, con el juego de El Mercadillo me pareció una manera muy creativa de

presentarnos a los demás. Y además muy espontánea, porque realmente era lo que llevo en

el bolso en ese momento, ¿no? Y yo me acuerdo que llevaba una cosa curiosa: un alargo

de tres enchufes, que había comprado esa mañana…

NELA: te estabas mudando, creo recordar…

JUDITH: sí, me acababa de mudar, llevaba un mes viviendo en mi piso… ¡Buena

memoria! ¡Ja, ja, ja! Y había pasado por una tienda de estas asiáticas que venden de todo,

porque había llegado pronto –creo que fue el único día que llegué pronto- y compré el

alargo, y claro, lo llevaba en la bolsa. Y esa fue una cosa que me ayudó a contarle al grupo

que me estaba mudando, que estaba comenzando una nueva vida, yo solita en mi piso,

independiente y tal… Bueno, curioso, porque normalmente no llevo alargos en el bolso

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(ja, ja, ja), pero ese día se me puso la mar de bien la situación y pude aprovecharla…

¿Qué más, qué más me acuerdo…?

FERRAN: la pasarela…

JUDITH: ¡Ah, sí…! La pasarela, ¡claro…! La pasarela… Bueno, yo venía como he dicho

de una ruptura sentimental y de no llevar muy bien mis relaciones con los hombres. Y en

aquel grupo había, si no recuerdo mal, tres chicos…

NELA: estaba Salva…

JUDITH: sí, estaba Salva, estaba Ricard y luego otro Ricard que luego se desapuntó…

ELISENDA: y estaba aquel, ¿cómo se llamaba? Aquel que estaba tan bueno…

JUDITH: ¡Oh, sí, es verdad…!

ELISENDA: ¿Cómo se llamaba?

FERRAN: no sé si vino el primer día…

JUDITH: no sé pero yo me acuerdo de que estaba… ¡Mmmmm!

ELISENDA: Rubén…

JUDITH: ¡Rubén! ¡Sí, eso! Era muy alto.

NELA: sí, el pobre iba aguantando a duras penas…

JUDITH: sí, llegó a estar “in extremis”

FERRAN: no era muy constante, era intermitente.

JUDITH: sí, era intermitente…

Vale, pues estaban estos chicos. Hicimos la pasarela, y venga, a salir. Y yo me acuerdo

que salí, y yo supongo que iba… a romper… Y lo que yo quería era en aquel momento

era… pues yo qué sé… que me hubieran dicho “atractiva, sexy”… ¡Yo qué sé…! Y todo

eso se lo dijeron a Elisenda, y a mi me dijeron tres o cuatro cosas que podríamos resumir

en “alegre”… Claro, el grupo vio “alegría”… Y yo me fui puteadísima a mi sitio

pensando:” ¡Pues vaya mierda de cualidad…! Alegría…”. Y ahora me da hasta pudor

decirlo, ¿no?, porque ya ves la alegría que es un don genial. Pero yo en aquel momento

quería oír otra cosa, y no era capaz de valorar que la gente viese en mí “alegría”. Y bueno,

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recuerdo también del juego del cojín de lanzarlo diciendo el nombre, el de presentación…

Recuerdo que al acabar Marta dijo: “Me he sentido un poco apartada porque de mi nombre

la gente no se ha acordado, por lo que sea, y no me han pasado el cojín… O sea, no he

podido participar”. Y me llamó mucho la atención el valor que tuvo de decirlo. El valor y

la honestidad de reconocer: “estoy aquí y me siento mal por esto”. Porque es algo que yo

en mi vida, con la gente con la que yo trataba nunca me había encontrado. Con algo tan

sencillo como eso, expresar en ese momento lo que estaba sintiendo. Me acuerdo que me

quedé muy impresionada y pensé… en ese momento pensé: “qué valiente, qué valiente…”

Es uno de los primeros contactos de Judith con la autenticidad y la honestidad

emocional. Tal y como ella expone “en su mundo” eso no suele pasar y, para ella,

poder conectar con esto ha sido de un valor importante. Empieza a considerar a

través de la admiración por lo que había hecho Marta que le gusta y por tanto será

un valor a “imitar”.

En cuanto a problemas de comunicación, no recuerdo ninguno. Enseguida me sentí más o

menos a gusto con todo el mundo.

NELA: ¿te sentiste a gusto en el grupo?

JUDITH: sí, sí. A parte de que como trabajamos en esas primeras dos sesiones el

presentarnos a través de los diferentes juegos, el romper las barreras físicas, como con el

de La Mancha,

NELA: ¿O sea que el de La Mancha te ayudó a romper fronteras, dirías?

Sólo constato lo evidente: cómo el juego de La Mancha ayudó a romper estas

primeras barreras facilitando un poquito de contacto, hasta donde lleguen.

JUDITH: para mí, sí. Porque siempre hay una primera vez en la que toco a alguien que es

como muy… ¡Oh, lo he tocado! Y luego ya, lo he tocado una vez y no tiene más

importancia, ¿no? Pero la primera vez que toco a alguien es como un gesto de intimidad

que tiene que llegar, y que yo lo necesito para luego poder seguir esa relación con los

demás, ¿no? Y recuerdo que el de La Mancha, pues claro, había que salvarse agarrándose

a una pareja y aquello era… Además de romper el momento del primer contacto físico, lo

viví como un momento de recreo. A mí me llevó al mis tiempos de infancia en el recreo.

Cuando jugábamos a “polis” y ladrones, y esas cosas. Sí, recuerdo vivirlo como muy

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contenta y muy… Muy arriba de ánimos.

NELA: ¿Y tú, Elisenda?

ELISENDA: Pues… Yo también recuerdo los juegos como algo muy divertido. Lo que

pasa que muchas veces, por ejemplo, el de La Pasarela, recuerdo de retenerme y no querer

hacerlo. Entonces, cuando me lancé, entonces dije: “¡¡a por todas!!” y entonces me sentí

muy bien. Eso es lo que recuerdo. Que primero iba dejando pasar el rato pensando:

“esperaré, esperaré… Ahora no…” y entonces al ponerme a hacerlo piensas: “Ostras, no

hay para tanto…” ¿no?

NELA: ¿te gustó pasar a la acción?

ELISENDA: me gustó, sí… Me gustó…

NELA: ¿Y eso podrías relacionarlo con tu vida?

ELISENDA: sí, sí…

NELA: me refiero el pasar a la acción…

ELISENDA: sí, sí… Me cuesta mucho, pero entonces cuando paso… ¡Ostras, qué bien…!

Y después, el de la pelota imaginaria también me gustó por la atención, sobretodo. Eso me

gustó sobretodo por eso, porque estás muy inmerso en eso y no puedes estar en otra

historia. Y eso lo disfruté.

Es obvio como Elisenda relaciona disfrute e intensidad con presente.

Y luego el que me costó un poco más fue el de La Mancha a mí, por lo de correr, por la

implicación a nivel físico. Pero lo que podía hacer, hasta donde podía llegar, también era

como un disfrute de recreo. De pasarlo bien a nivel de cómo cuando eres pequeño.

Tanto Judith como Elisenda han hablado a través de los juegos de su niña pequeña,

y dentro de su niña de un momento muy especial: el recreo del colegio. Se

establece una relación muy evidente entre el recreo y el goce, el disfrute. Creo que

es un dato importante sobre todo si tenemos en cuenta que es el primer taller.

NELA: ¿Y la sensación de comunicación en los primeros talleres con el grupo?

ELISENDA: pues en el grupo, la verdad es que es un grupo que no me costó mucho

integrarme…

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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NELA: ¿te sentiste cómoda?

ELISENDA: sí, me sentí cómoda. O sea, en un principio pensaba que no, al entrar al grupo,

pero a medida que fui jugando, sí, me sentí cómoda. Aunque siempre pensaba que

tampoco había mucho en común con nadie, ¿no? Pero luego fui viendo que da igual, que

tampoco importa tanto esto de las cosas en común. Estas fantasías que te haces en la mente

de: “ostras, es que no tienen nada que ver… Es que tal… Es que cual… Como voy yo a

compartir con ellos”. Y luego no es así. Te integras y encuentras la parte bonita de todo

esto…

NELA: bueno…

FERRAN: ¿está bien así? ¿Queréis decir algo más respecto a vuestras primeras

impresiones y vuestra dificultad o facilidad de comunicaros e integraros en el grupo al

principio?

ELISENDA, JUDITH Y CHELO: (asienten con la cabeza)

FERRAN: bien, pues sigamos. Ahora vendría la parte de cómo vivisteis vuestra primera

experiencia en cuanto a focalizar en el daros cuenta, la responsabilidad del yo y la

atención en el Aquí-Ahora.

CHELO: A ver, por favor, ¿puedes repetir?

FERRAN: sí, claro. Sería una pregunta en tres partes: cómo vivisteis vuestra primera

experiencia, cómo fue vuestro primer contacto con lo que son las tres premisas básicas de

la Gestalt: el “darse cuenta”, la “responsabilidad del yo” y la atención en el “Aquí-Ahora”.

NELA: ¿entendéis la idea?

CHELO: No…

JUDITH: sí, sí… Sería cómo hemos experimentado estos conceptos, ¿no? a través de un

juego.

NELA: sí…

JUDITH: (pensativa) Lo que pasa es que el “darse cuenta” yo no sé a qué juego lo ligo…

NELA: lo podríais ver más, quizás, a través del juego de “Veo e imagino”. (Es este un

juego o un ejercicio que consiste en que los participantes puedan darse cuenta de la

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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diferencia existente entre lo “que vemos, lo que percibimos visualmente - lo obvio- y la

imaginación o fantasía asociada a esta percepción. “Veo … o Me resulta obvio que… e

Imagino que…).

JUDITH: es verdad…

NELA: ¿Sí? ¿Lo recordáis? Yo creo que el concepto de “El darse cuenta” lo podríamos

llevar más por aquí.

FERRAN: y también a partir de las reflexiones posteriores que os proponemos o que

surgen una vez concluido el juego: “¿De qué me he dado cuenta después de jugar a esto?”

NELA: eso, también por ahí.

ELISENDA: sí, por ejemplo, en el juego de La Pelota Imaginaria yo sentí y entendí

claramente que es un juego muy del Aquí y el Ahora. O sea, no puedes estar en otro lado.

NELA: ¿Y eso qué te aporta, o qué no te aporta, o…?

ELISENDA: a mí me gusta, a mí me agiliza la mente, me va bien. Porque yo puedo tener a

lo mejor un dolor en la espalda, pero cuando estoy presente en la “pelota” no estoy

prestando tanta atención a mi cuerpo.

Dato muy importante para Elisenda: focalizar la atención en el aquí y ahora

disfrutando la saca temporalmente de la atención que presta al dolor físico, al

sufrimiento.

NELA: ¿al dolor?

ELISENDA: Al dolor.

NELA: es como que tu centro de atención se va a otras cosas…

ELISENDA: sí, que simplemente tengo que estar ahí, ¿no?

JUDITH: sí, y también, con el juego de La Pelota Imaginaria me pasó lo mismo. Ya lo he

comentado antes, que el Aquí-Ahora fue como una consigna para el grupo, empezamos a

funcionar bien.

Yo soy una persona de irme mucho a las fantasías, entonces. Lo de Aquí-Ahora lo he

empezado a practicar hace dos años apenas… Al venir aquí y empezar con crecimiento y

demás. Y me sirve mucho para centrarme. Es como si echara raíces, como si los pies se

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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me hundieran más en el suelo, y ESTOY. Porque sino estoy siempre volando.

FERRAN: claro, como que la fantasía es un mundo “de arriba”.

JUDITH: siempre. Tengo mucha tendencia a refugiarme en fantasías. Y me he dado

cuenta que no me va bien. Entonces el Aquí y el Ahora es como en antídoto que sirve

para “bajar el globo”.

Además me sirve para concentrarme. Que a veces pienso que estoy concentrada, por

ejemplo en el trabajo, y no lo estoy. Lo que estoy es muy atenta a una cosa concreta, pero

igual estoy pensando en cinco o seis.

Y respecto al “darse cuenta”… Pues con el juego de “Veo e Imagino”…Sí que es

verdad… Yo recuerdo que… primero la sorpresa de lo que se me ocurría en ese juego, el

hecho de ser espontánea y no pasar las cosas por la mente, ¿no? Eso me sorprendía

bastante, las asociaciones, mi mapa mental.

Y luego recuerdo que me di cuenta de cómo cortaba las cosas, cómo las censuraba, porque

también eran los primeros pasos del grupo como tal y aún yo no tenía la familiaridad como

para dejarme ir y realmente hacer el juego tal cual. O sea, decir: “Veo tal, me imagino tal”

y decir realmente lo primero que me venía a la cabeza. Ahí me autocensuraba.

FERRAN: y el juego te sirvió para darte cuenta…

JUDITH: sí, me sirvió y me sorprendió, sí.

CHELO: yo recuerdo el de la Pelota Imaginaria, también. Es un juego que ayuda mucho al

Aquí y al Ahora. Es una de las cosas que me ha ayudado mucho para trabajarlo. Porque o

siempre he estado viviendo pensando en el futuro, lo que pasará, y quererlo controlar, lo

que va a pasar, y vivir con mucha ansiedad. O después de empezar con el psicoanálisis,

vivía todo el rato en el pasado: que si esto pasa porque de pequeña tal cosa, o porque

entonces pasó aquello… En fin, que siempre estaba entre la ansiedad del futuro, o metida

en el pasado. El presente no estaba nunca, me di cuenta de que no lo estaba viviendo, que

mi mente estaba demasiado ocupada viviendo cosas pasadas o futuras. Y fue a base de

juegos y Gestalt aquí que me hacían estar muy metida en el presente. Y me daba cuanta

que cuando estaba en el Aquí y Ahora empezaba a sentir paz. Y a percatarme y

preguntarme: “¿qué me pasa en Espai Lúdic que salgo con paz?” Me iba dando cuenta de

que era ese permanecer en el presente…

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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NELA: y el presente te aporta paz.

CHELO: sí… Ahora a veces pienso que no sé qué pasará mañana, y pienso: “bueno, pues

ya llegará…”. No estoy tan preocupada por lo que va a pasar. Entonces me obliga a estar

conectada y en paz.

En cuanto al Darse Cuenta, no acabo de entenderlo…

FERRAN: no pasa nada, ya vendrá. No te preocupes. Si os parece, os lanzo otra reflexión y

nos vais explicando lo que os va pasando por la cabeza. Me refiero a, desde la perspectiva

del primer o primeros talleres, cómo vivíais lo que descubríais durante el transcurso del

taller, dentro de un entorno seguro y amoroso, y lo mismo llevado a fuera, a la calle, a

vuestra vida cotidiana… El Darse Cuenta, el Aquí-Ahora… Cosas que descubríais. Como

que aquí podíais experimentar cosas vuestras nuevas, y fuera si os atrevíais, si lo

detectabais, si era: “vale, ya sé lo que pasa pero aún no me atrevo a poner en práctica lo

que aprendí en “mi laboratorio”… Sería si os era fácil exportar vuestra experiencia en el

taller al exterior, con las personas y en los ambientes en los que os movéis habitualmente.

CHELO: a ver, yo pienso que las herramientas de aquí se llegan a incorporar. Al menos en

mi caso: yo las iba incorporando. A partir del juego y eso. Yo notaba que lo que trabajaba

a nivel de “hablar” en terapia no me llegaba tanto, no se me incorporaba tan fácilmente

como a partir del juego, ¿no? Entonces, según en qué circunstancias, el recordar el juego

me ayudaba, viviendo los efectos del Aquí-Ahora –que me ayudaba a estar en el presente

y a no dejarme ir tanto por no sé dónde del tiempo- me ayuda a entrar en mi vida normal y

corriente, cuando empezaban otra vez mis ansiedades y mis historias, recordaba: “vuelve

al presente, vuelve al Aquí-Ahora”… Es una de las cosas que he ido utilizando desde el

principio.

Luego también me preguntáis por el Darme Cuenta, que no lo veo.

NELA: a ver, Chelo, sería cómo en cualquier juego, como el de Veo e Imagino o cualquier

otro: qué te llevabas, de qué te dabas cuenta. Si había diferencia entre cómo llegabas y

cómo te ibas después de una experiencia concreta con un juego determinado, ¿te lo he

explicado mejor? Me he dado cuenta de Tal, o Cuál. Por ejemplo, de que mi mala leche se

nota más de lo que creía. O me he dado cuenta de que idealizo a los que me rodean…

¿Qué cositas te llevabas ya por el sólo hecho de haberte fijado en ellas?

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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CHELO: Vale. Ahora pienso que enseguida en el primer taller, con referencia al Darse

Cuenta, lo que comentábamos antes, me di cuenta de que idealizaba muchísimo al otro

grupo y que eso, al comparar, no me permitía abrirme al nuevo. Entonces, aunque no era

capaz de dar el paso de abrirme, sí que me di cuenta enseguida que no me ayudaba para

nada el seguir idealizando al otro grupo, el quedarme en un grupo que ya no estaba.

NELA: es como le pasaba a Elisenda cuando decía lo de pasar a la acción, que en tu caso,

Chelo, también sería aplicable a tu vida, ¿no?

CHELO: pues en mi caso sería engancharme a la idealización del pasado. Y me quedo

enganchada ahí, en el pasado, me cuesta decir. “vale, acepta que se ha acabado” y mira

hacia delante.

NELA: pero hubo un momento en que te diste cuenta de eso, de la idealización de lo

anterior, con lo cual no te podías sumergir en el Ahora.

CHELO: sí, eso es.

NELA: ¿ves, Chelo? Qué reflexión más interesante…

JUDITH: yo de los primeros talleres no sé si pude exportar nada. Yo creo que fue más

adelante, un poquito más adelante.

Sí que, enseguida, lo del hablar desde el Yo, el responsabilizarme de Yo, sí que eso me

quedó desde el principio. Y lo detectaba sobretodo en los demás. Y en mí misma, ¿eh? O

sea, hablaba y pensaba: “Fíjate, estás hablando otra vez desde el “te” ese extraño que

hacemos”.

Respecto al Darse Cuenta: una de las cosas que creo que me di cuenta más rápido es que

por algún motivo yo reprimía mucho el contacto cariñoso con los demás. El DAR y el

RECIBIR cariño, con gestos, abrazos… Eso sí que pronto lo empecé a poner en práctica

con amigos, con familia y con compañeros de trabajo… Bueno, con algunos, los más

cercanos. Eso sí que recuerdo que fue bastante rápida la exportación.

En cuanto a DAR y RECIBIR: si tenemos en cuenta que en Judith este potencial es

muy alto podemos considerar que el caudal energético retenido para reprimir y

reprimirse era importante.

Pero bueno, yo siempre he tenido un poco en la cabeza la idea, no sé si equivocada o no,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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que lo que trabajo aquí, por el tipo de grupo y el ambiente que se crea y el espíritu de

grupo que hay, tiene bastante poco que ver con mi vida laboral, sobretodo, que es donde

más horas paso al final del día. Siempre he tenido un poco el freno mental, que a lo mejor

lo creo yo pero ahí está, que lo que hago y aprendo aquí, no lo puedo llevar a mi trabajo.

Por ejemplo, porque es un sector muy competitivo, muy estresante… Es la publicidad y…

Buff… Yo recuerdo que oía sobretodo a los del grupo que son profesores, que enseguida

hablaban de los experimentos que habían hecho con sus alumnos. Recuerdo a Chelo

diciendo: “Pues les he puesto un juego”, “Y he aplicado lo de los "quereres"…” Y lo

explicaba con una alegría, y con un entusiasmo, y…. Y a mí me daba envidia. Pensaba:

“¡Qué suerte, fíjate…! Lo puede llevar fuera, y para mí se queda siempre en las cuatro

paredes de Espai Lúdic.

Aquí Judit está proyectando en su mundo laboral su parte competitiva, pone en los

demás la parte competitiva que no ve en ella y que también le suele salir en los

juegos. Su manera de funcionar en los juegos, como luego se verá, es competitiva y

a veces agresiva.

Aunque un poquito, poquito a poquito, sí que he ido llevando alguna cosita incluso al

trabajo. De hecho, últimamente me llaman “La Mística”, en la oficina… ¡Ja, ja, ja!

(Todos se ríen)

ELISENDA: yo recuerdo especialmente un taller, más que al principio, fue por en medio

de ese año de Crecimiento: el de Clown. Aquí, a nivel personal me llevé como mucha

satisfacción conmigo misma, porque yo siempre pensaba: “Ostia, qué poco que me río,

qué poco buen humor tengo, por mi enfermedad… ¡Estoy amargada...¡” Y entonces

descubrí que tenía un sentido del humor y muy poca vergüenza, muy en contraste con lo

que yo pensaba hasta ese momento.

Al salir del taller, empecé a aplicar bastante ese sentido del humor que había descubierto a

muchas cosas, sobretodo con mi pareja, con mi hijo… Con mi hijo lo aplicaba más. Me

proporcionó mucho bienestar al poderlo llevar a mi vida, ¿no? Ese sentido de “ser

payasa”, ¿no? Y me produjo mucha satisfacción, a nivel personal. Eso es lo que recuerdo y

de lo que me di cuenta: que me gustó mucho descubrir que tengo más sentido del humor

del que intuía, y que eso no era cosa del taller: era parte de mí y me aportaba felicidad:

para mí, y también para mi familia. Fue muy, muy bello.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Elisenda hace alusión a un taller que no hemos descrito ya que se realizo a los

cuatro o cinco meses de empezar el grupo; es éste un taller conducido por un

Clown profesional a la vez que con un terapeuta, en concreto yo estaba llevando el

grupo con Claret Clown. Entre otras cosas, el objetivo de este trabajo es que la

persona pueda contactar con ese “payaso-a” interna a la vez que se descubre al

destapar un poco el sentido del ridículo y la vergüenza. Algo muy importante que

yo descubrí cuando lo realicé como participante y que me resultó muy duro es que

el payaso no busca gustar, busca que se le acepte desde lo que es y de ahí había

ejercicios concretos donde “no había que hacer nada”, “sólo” estar allí delante del

público contactando con ellos. La relación que podemos establecer entre este “no

hacer” y este “no tratar de gustar, sólo ser” con algunas premisas gestálticas es

importante –por ejemplo la vía del vacío fértil- y ambas buscan el mismo objetivo.

Volviendo a Elisenda: quiero destacar que pudo contactar con una parte suya que

estaba en la sombra, en este caso era “el sentido del humor”, el “ser payasa”.

Rescatarlas y poderlas incorporar a lo cotidiano me parece más que interesante

para ella.

Elisenda tiene un Perro de Abajo fuerte, entendiendo por tal a esta parte suya que

le hace poner todo tipo de excusas y pretextos para realizar cosas nuevas y

experimentar estados diferentes a los que conoce hasta el momento. Esto lo veo

fundamentalmente al principio de los juegos donde le sale casi siempre la excusa y

pretextos para no hacerlos.

A Elisenda le van muy bien los juegos, porque como se divierte, son la mejor

manera para que entre en acción, cosa que tiene paralizada de momento por su

enfermedad. Con la acción consigue conectarse con sus deseos y necesidades y a la

vez darse cuenta de sus recursos y mecanismos para poder satisfacerlas.

FERRAN y NELA: Bien… Respecto al primer taller, ¿eso es todo? ¿Queréis añadir algo

más?

CHELO, ELISENDA y JUDITH: no, está bien así. Ya irán saliendo más cosas, si es que

tienen que salir…

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Resonancia del terapeuta

Vamos a dar paso ahora a esta Sección más personal. En ella nos vamos a descubrir más

nosotros, “los terapeutas”. ¿Qué nos pasa? ¿Qué se nos despierta personalmente con el

movimiento propio del grupo y de sus participantes?... ¿Y lo profesional? Porque ¿dónde

termina lo personal y empieza lo profesional, y viceversa? Transferencia.

Contratransferencia. Resonancia. Personal. Profesional…

Nos pareció importante para complementar nuestra Tesina este espacio abierto para poder

mostrarnos y comunicar desde lo que hay, con la honestidad que podamos aportar y con

ese ser humano que -qué duda cabe- aparece y está presente en toda terapia.

Nela.

Es un grupo joven y dinámico. Ya había comentado anteriormente que la media de

edad no supera los treinta y poco. También dije que hay mayoritariamente mujeres.

Me siento a gusto y respaldada pues somos tres terapeutas los que inauguramos el

taller: Ferran, Nela y Susana como observadora. Me gusta esta sensación de no

saberme sola con el grupo, lo necesito en las primeras sesiones. Mi ritmo es

bastante lento en cuanto a coger confianza, con lo cual, si somos más, para mi

perfecto. Eso me permite ir muy poco a poco, progresivamente; me permite

respetar mi ritmo.

Y aquí estoy, comenzando con estas 16 personas: a veces me muestro más y otras

me agazapo. No hay problema, hoy me lo puedo permitir al no estar sola.

Tengo una terrible fantasía que espero y deseo no se haga realidad. Aquí he de

decir que me fantasía y mis sensaciones no van a la vez. La sensación es agradable,

curiosa por conocerlos más y un tanto divertida. Pero claro, ahí está esta terrible

fantasía… ¿Y en qué consiste? Pues… me voy diciendo….”y si esto se desmadra

mucho y no les gusta”. Y claro “si no les gusta, lo expondrán y habrá que

confrontar”…”

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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“No: está bien, el grupo está bien”, me digo también con ánimo tranquilizador, a la

vez que constato algo que es bastante obvio.

Ocurre también que mi fantasía tiene su origen, que sí, que ya viene conmigo desde

el principio de mis tiempos pero también tiene una procedencia más inmediata…

Fue, en el grupo del año pasado. Tremendo, devastador para mí. Ahí si que se

materializó la fantasía de confrontación y de que manera. Ocurrió en uno de los

talleres que yo llevé sola. También me gusta poder conducir grupos yo sola, es

todo un reto para mi y cada vez que lo hago gano en confianza y seguridad, me da

aplomo o me doy aplomo al poderlo realizar.

En cualquier caso, en el grupo del año pasado si que se materializó “mi desastre

temido”. .. Una de las componentes en un momento dado empezó a quejarse de

cómo estaba siendo la dinámica del taller. Lo que un principio fue queja fue

transformándose en agresión verbal y ésta pasó de dirigirse del grupo hacia mi

persona, de una manera muy, muy personal. Y allí estaba yo: totalmente sola con

aquel maremagnum. Para acabar de complicarse la situación “la agresora” se alió

con una de sus amigas y entonces fueron dos las que arremetieron contra mí.

¡Terrorífico! Conduje y sostuve la situación tanto como pude aunque realmente no

sabría decir si airosa o no, según desde el lado donde lo analice. Añado además que

¡como es de suponer! todo el grupo fue afectado e intervino en “la guerrilla”

tomando además partido entre un bando u otro. Quiero comentar que, eso si,

aguanté “estoicamente” hasta el final de la sesión; y resaltar que no fue nada fácil.

Posteriormente, en algún que otro taller se produjeron nuevas agresiones verbales

hacia mi de esta persona aunque ¡casualidades de la vida! terminó viniendo a hacer

terapia individual conmigo. Esto me dio la oportunidad de poder revisar la

transferencia por su parte y mi propia contratransferencia.

Fue mucho lo que aprendí con todo lo ocurrido sobre todo después de supervisarlo.

Sí que me aportó. Al materializarse la pesadilla dejó de tener tanto control sobre mí

ya que a fin de cuentas ¿qué más en cuanto a agresión podría ocurrirme

conduciendo un grupo? Otras cosas si que podrían pasar, pero esta ya no tenía

tanto peso en mi vida terapéutica. Había ocurrido por lo tanto ¿de qué tener

miedo?....

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Aunque esta mañana de sábado, con este grupo nuevo, donde al parecer la

situación va fluyendo y empieza a tomar forma, yo… pues tengo miedo… La

fantasía, si bien no con tanta fuerza, vuelve a aparecer.

Está bien, todo está bien, y a fin de cuentas ¿acaso el conflicto no está también

bien, aunque pase un miedo paralizante donde mis extremidades se quedan

heladas? Bueno, forma parte del conjunto.

Son las dos de la tarde y es hora de cerrar el taller. Estoy sorprendida gratamente.

¿Por qué? Es un grupo bastante emocional y hoy en la primera sesión ya lo han

dejado notar. Me sorprende y me gusta, aunque para mi es un tanto excesivo y me

retiro un poco hacia una zona de más seguridad donde no me toque tan de lleno

este contacto.

Me despido con un buen sabor de boca. La calidez de este grupo empieza a derretir

las estalactitas de hielo que se habían forjado en mí con el grupo anterior. Es un

calorcito tibio, pero me insufla de energía para continuar y experimentar con otros

grupos, con más gente. Me gusta, me hace bien. Creo que van a tener para mí un

efecto balsámico que estaba necesitando para continuar en el camino terapéutico.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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GRUPO 1, SEGUNDO TALLER

Descripción del taller: juegos y dinámicas llevadas a cabo.

Continuamos proceso. La trascripción de este taller corresponde al realizado en el mes de

Enero del 2005. Es ahora un grupo si no del todo consolidado, al menos bastante

cohesionado y con unos lazos afectivos muy fuertes entre la mayoría de los participantes.

Los juegos que efectuamos fueron los siguientes:

1) Yo si, Tú No: Este es un juego profundamente movilizador. Lo hemos utilizado en

diferentes grupos y el resultado casi siempre ha sido bastante parecido: les mueve

mucho. Depende de la persona, pero no les deja indiferente.

Primero empezamos con todo el grupo junto y por toda la sala. Se van encontrando

y mirándose han de decirse varias consignas; la primera es remarcando el “Yo” y

el “Tú”. Luego empiezan a decirse “Yo sí y Tú no”; han de hacerlo golpeándose el

pecho con el Yo y apuntando al otro con el dedo con el Tú. Pasamos luego a juntar

a todo el grupo en un extremo de la sala y de ahí sale uno solo y se pone enfrente

de todos ellos y ha de decirles: “Yo sí y Vosotros no”. Así varias veces. Cuando ha

terminado sale un nuevo participante hasta que todos lo han realizado. Se va

recogiendo lo que les está pasando con el trabajo. Cuando se ha terminado se les

junta nuevamente por la sala y se termina con un “Yo sí y vosotros también”.

Recogida.

2) Manos y aceite: Emocional y tierno. Se reúnen sentados en el suelo en grupos de

cuatro. Se les tapan los ojos y se vierte un poco de aceite en sus manos. El contacto

en primer lugar será sólo con ellos mismos. Han de ir frotando sus manos con el

aceite sintiendo plenamente su piel. Cuando han transcurrido unos minutos,

empiezan a contactar con las manos de las personas que tienen a los lados, el

derecho y el izquierdo. Después y con ayuda de música se les invita a pasear por

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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diferentes estados emocionales, en concreto con las cuatro emociones básicas:

tristeza, alegría miedo y rabia, todo ello sin abandonar el contacto con los otros.

3) Cuento de Infancia: Este juego está enfocado primordialmente para darse cuenta

de “su guión de vida”. En la mayoría de las ocasiones éste ha sido fijado en la

infancia y sigue operando “compulsivamente” sin que la persona muchas veces sea

consciente de ello.

Se pide a los asistentes que escriban algún cuento, cómic, tebeo… El que más

recuerden de cuando eran niños/as, aquel que tal vez sus padres les leían cuando

iban a dormir (esto, si es que se ha producido; por ejemplo, en mi caso, nadie me

contaba cuentos y era yo misma la que lo hacía, así como muchos libros de

“adultos” que caían en mis manos) o que en el momento presente les venga con

más facilidad al recuerdo.

Una vez escrito se les pide de leerlos en voz alta y compartirlo con el grupo. La

lectura ha de hacerse con dos consignas previas: en primer lugar, identificarse con

uno de los personajes que aparezcan y después leerlo en primera persona. Es muy

importante la recogida que se haga después para que la persona pueda integrar o al

menos darse cuenta de la información que haya aparecido.

4) Carta a su niña/o pequeña/o: Es un trabajo que a mí personalmente me gusta

mucho. Recuerdo perfectamente el tremendo impacto que tuvo en mi cuando yo lo

realicé con Marcelo Antoni en terapia individual. Revelador y, según mi opinión y

mi experiencia, profundamente sanador.

Primero ha de hacerse alguna visualización inductiva hacia su infancia para

contactar con el niño y la niña que una vez fueron y que de una manera u otra sigue

vigente y necesitando en gran medida “atención”. Una vez hecho este primer paso,

se les pide que escriban una carta dirigida a su niña o a su niño interno: un puente

hacia el pasado. Esta ha de escribirse con la mano que habitualmente utilicen para

su vida cotidiana. Una vez hecho esto se les puede pedir que lo lean en voz alta o

no (este punto es cambiante y dependerá de muchos factores: cómo está el grupo,

cómo se va de tiempo, etc.) Ahí será importante “dejarse sentir” la necesidad

grupal del momento.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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El segundo paso es que, una vez han contactado con su niño/a, este/a va a

contestarles. Para ello se les pide que escriban esta contestación utilizando para

ello la mano contraria de la que habitualmente usan. Cuando todos han terminado –

y esta vez SI-, se les invita a leerla en voz alta –yo personalmente, si alguno no

desea hacerlo en este punto, lo respeto: para mi es algo muy íntimo y así como

otras veces lo considero totalmente necesario, aquí puede dejarse la opción

(aunque no suelo expresarlo en voz alta: sólo si alguien lo pide o lo necesita; y

desde ahí poder recoger todo lo anterior). El trabajo se termina con una

visualización lo más integradora posible del niño /a y el adulto/a.

Preguntas del segundo taller.

a) ¿Cuáles han sido las crisis que ha hecho aflorar el trabajo terapéutico de la

Gestalt y el juego en tu vida? ¿Cuáles las aportaciones más significativas?

b) Apetencias: ¿por qué continúas?

c) Si el trabajo en grupo de la Gestalt y los juegos te llevó hacia un proceso de

terapia individual, ¿cómo puedes relacionar los avances entre ambas partes

del mismo proceso?

d) ¿Cómo ha sido la relación con el grupo hasta ahora, cómo ha cambiado

desde el primer día?

e) ¿Cómo ha sido la relación con los terapeutas (la autoridad)? ¿Cómo la has

vivido? ¿Has detectado cambios desde el inicio?

f) ¿Cómo influyen tus aprendizajes, tus descubrimientos, tus vivencias, tus

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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“darse cuenta” en lo cotidiano? ¿Te es difícil extrapolar lo que sucede

dentro del grupo al exterior?

Entrevistas

FERRAN: Vale, sigamos. Ahora nos vamos a situar hacia la mitad del curso, más o menos

hacia diciembre o enero. Ya lleváis unos cuantos sábados trabajando juntos. Ya han salido

a la luz algunas cosas nuevas, a través de las experiencias que habéis pasado en el curso.

Las preguntas para este tiempo, a grandes rasgos y de una manera general, serían: ¿Cuáles

han sido las crisis que ha hecho aflorar el trabajo terapéutico de la Gestalt y el juego en tu

vida? ¿Cuáles las aportaciones más significativas?

JUDITH: un momento… ¿Estas preguntas tienen que ver con los juegos que acabamos de

repasar y recordar?

NELA: Los juegos los hemos explicado y recordado para ubicaros en el tiempo, para que

recordéis cuál era vuestro momento en el proceso evolutivo de crecimiento personal que

estáis llevando a cabo.

JUDITH: ¡Ah, vale… Ahora lo entiendo!

NELA: podéis apoyaros en ellos para decir: “Pues sí, yo recuerdo que más o menos hacia

la mitad, en aquella época en la que jugamos a esto o aquello, yo estaba pasando por…”.

¿Sí? Podéis contestar las preguntas a partir de esta información. Sería como para

acordarnos, refrescar un poquito. Luego Ferran y yo elaboraremos la información

enlazando los juegos con vuestras respuestas, desde una perspectiva de Gestalt.

FERRAN: Vale, entonces sería: la crisis o las crisis que podían haber surgido una vez

pasados esos cinco meses, con todo lo que representa y todos los juegos que hemos ido

recordando. Qué cosas han salido, tanto para las crisis como para los aprendizajes más

significativos.

ELISENDA: no sé, yo por ejemplo, a través de los juegos de lo que me doy cuenta es que

son como una meditación; desde mi experiencia, en la que vivo mucho el presente. Y

también me llevan mucho la inocencia, y eso me aporta… me hace vivir de una manera

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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que no vivo normalmente, ¿no? Por mucho que a lo mejor incluso practique meditación u

otras cosas, mediante el juego es diferente. Es como más… Prestar la atención… Es

sentirme muy bien… No sé cómo decirlo. Yo creo que es porque vivo mucho el presente y

me lo estoy pasando muy bien. Y no me da tiempo a pensar en otra cosa.

Nuevamente Elisenda conecta el juego con el pasárselo bien, con disfrutar: su

centro de atención deja de ser el dolor.

NELA: ¿Y la crisis? ¿Ya has notado algún atisbo de crisis?

FERRAN: la pregunta es como que gracias al juego, qué crisis podrías detectar.

NELA: crisis, aunque luego se pueda subir o no. Qué planteamientos nuevos os han

surgido a través de estar jugando con los compañeros del grupo en los espacios dedicados

a los talleres.

ELISENDA: hombre, en mi caso, la crisis es… Creo… Creo… Supongo que también tiene

mucho que ver a nivel mental, pero es algo muy personal que me pasa a mí. Y es que me

da rabia no poder llegar a más, ¿no?

NELA: Mmmm.

ELISENDA: … a nivel de no poderme tirar más a jugar, si quisiera hacerlo a nivel físico

más “bestia”… Me encuentro con mi realidad: que no puedo hacerlo. Eso me da bastante

bajón y tristeza. Pero no sé si esto se puede considerar una “crisis”.

NELA: sí, claro. Sería como que dentro del taller de Crecimiento Personal y Juego, tú

querrías estar más a tope y no puedes. Y eso te provoca insatisfacción… Tristeza…

ELISENDA: sí, como frustración… De preguntarme por qué coño me pasa a mí esto, qué

he hecho yo. O por qué yo no puedo y ellas sí, o ellos sí, ¿no?

NELA: ¿Y es parecido a “fuera”?

ELISENDA: sí, es parecido a fuera. Esto no me pasa nada más en el juego…

NELA: o sea, que el juego te conecta con algo que ya es tuyo, ¿no? Y en este punto sería el

no poder hacer lo que los otros. Y entonces te comparas.

ELISENDA: sí… Me comparo mucho. Yo creo que demasiado. Que no hay una

conformidad con lo que hay. Es así y punto.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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NELA: ¿Un verte en lo que eres?

ELISENDA: exacto, un verme en lo que soy. Decir: "bueno, es así y yo disfruto hasta

donde puedo, y ya me está bien". Pero no, no hay conformidad, hay frustración. Hay algo

en el taller que no está hecho para mí.

Aquí, en este punto, estamos contactando con algo importante en ella y que ha

surgido bastantes veces a nivel individual: la NO ACEPTACIÓN. El no verse -y

sobre todo, no aceptarse- en su realidad del momento actual, genera mucha tristeza

y mucha frustración sobre su vida. Un punto sano para ella sería poder quedarse

con lo que hay, con lo que es ahora y desde ahí sacar el máximo potencial de sus

posibilidades reales.

NELA: y también lo que decías antes con el clown, Elisenda.

ELISENDA: bueno, no sé…

NELA: en el punto en que decías “estoy muy seria y no me atrevo a hacer el payaso”

ELISENDA: no, no es que no me atreva a hacer el payaso. Es que a lo mejor el dolor o la

fase de la enfermedad hay momentos que niega eso que hay en mí, que está ahí, que a lo

mejor está desde que soy pequeña, ¿no? No se palpa, ¿no? Entonces, al hacer el taller, vi

que aunque estuviera o no estuviera enferma, tuviera dolor o no tuviera dolor, podría ser

también palpable esa alegría que sí tengo… aunque no muestre a veces. Hacia los

demás… y hacia mi misma, que creo que es lo más importante.

Elisenda está conectando con algo importante para poder aceptar su realidad tal

como es. Podemos percibir una polaridad entre “su mujer enferma” y “su mujer

espléndida”. Progresivamente, está empezando a ver que no hay que estar

espléndida para poder sonreír o hacer cosas, sino que esto también se puede hacer

sin tener que estar al 100 % de todas sus posibilidades; que aunque tenga dolor,

también tiene alegría y puede seguir actuando en la vida, y que el dolor no tiene

por qué interrumpir su contacto con el exterior.

Es interesante observar cómo progresivamente va integrando esta polaridad

dejando de moverse tanto en extremos para poder transitar más una zona media.

JUDITH: yo del juego de las manos y el aceite recuerdo que me emocioné mucho. A lo

mejor es uno de los juegos que más recuerdo de todo el curso, de todo el año. Porque me

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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conectó con varias cosas. Primero, con una creencia que está muy arraigada en mí que es

que parece que la vida me trae momentos amargos, gente que me lo hace pasar mal,

decepciones y tal… pero que en el fondo, la vida es… la vida vale la pena y siempre hay

más… Me conecta mucho con la esperanza, mucho. Y con el optimismo, que creo que es

algo que tengo bastante marcado. Y el positivismo. Porque hay un momento del juego que

la mano se atreve, se la juega o le dan por saco, y entonces se retrae… Pero hay como un

mensaje final de: “Oye, no, fuera, en el mundo hay gente buena, y gente que te quiere, y

gente que te va a aportar algo”. Y yo estaba en un momento… esto debía ser en febrero,

¿no?

NELA: a ver… Febrero… No, en enero.

JUDITH: vale, pues en enero. Claro, en noviembre se había suicidado mi padre, yo estaba

en un momento muy, muy sensible. Y estaba un poco en ese momento en que piensas que

la vida es tan dura… Y me acuerdo que me emocioné mucho… Se me caían las lágrimas a

raudales…

Momento para Judith a través del juego “Manos y Aceite” de conectarse con la

confianza en la vida y en algunas personas: empieza a tener un mayor contacto

hacia el exterior.

Y me conectó también con… A ver, este juego lo hacíamos entre tres. O entre cuatro. Y en

el cuarteto en que yo estaba, había un chico. Y la sensación de las manos, del aceite, a mí

me llevaba a un mundo muy sensual, de los sentidos, de la suavidad… y me conectó con la

necesidad del contacto con un cuerpo de hombre. Que también la tenía muy… la tengo

muy arraigada, pero muy poco satisfecha. Y en aquel momento también era así. Tampoco

estaba satisfecha. Y me conectó con eso, con mi necesidad de notar la masculinidad

física…

Aquí a diferencia de lo anterior el contacto y la necesidad es más específico: con el

hombre, con lo masculino.

Este juego de “Manos con Aceite” le ayuda a Judith a conectar con la necesidad del

contacto con los hombres interrumpido éste por el suicidio de su padre y por el

abandono de su última pareja, Aquí, gracias a que este juego potencia sobre todo el

sentido del tacto y a la vez el sentido de la vista- y por tanto, el control-, ayuda a

que se despierte otra vez la confianza hacia ellos, y permita poder abrirse

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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nuevamente a la parte masculina y a relacionarse mejor con los hombres.

Esa fue una… no sé si fue una crisis, pero fue como un… Sí, me dejó tocadilla, me dejó

tocadilla.

Recuerdo especialmente el juego de “Yo sí, tú no”.

FERRAN: sí…

NELA: ¿os acordáis de cómo era?

JUDITH: Sí, era: “Yo sí, tú no”,”Yo sí, tú también”, “Yo sí, vosotros no” y “Yo sí,

vosotros también”, ¿no? Bueno, pues… no podía decir “Tú, no”. (Silencio). Yo decía “Yo,

sí” o “Tú, sí”, pero el negar al otro… imposible. Vaya, imposible del todo… Se me

quedaba aquí (abarca toda la zona de la garganta con la mano), en la garganta, es que no

me salía… Me sentía la persona más miserable del mundo, diciéndole al otro “Tú, no”. Y

mira que me lo habían explicado, ¿eh? Era Aquí y Ahora, no era nada más, pero no podía.

Me remite a los mecanismos de evitación de contacto y en especial a “la

confluencia”, aunque seguramente originada por unos cuantos introyectos; en

cualquier caso, Judith no podía “negar” al grupo en pos de su “yo”, aunque este

también esté activo. No es un caso de negación del “yo”, sino más bien de no

poderse desligar; lo que le resultaba más sencillo era obviamente “Yo si y

VOSOTROS también”.

FERRAN: es que tú eras muy buena…

Ferran va tras la pista del introyecto “niña buena”.

JUDITH: sí, era muy buena… Sigo siendo buena, pero también soy mala ahora… Ja, ja,

ja.

Integra un poquito la polaridad “buena” y “mala”, con lo cual hay más

reconocimiento de “la mala” que estaba en la sombra.

FERRAN: eras tan buena, que comprabas, ¿qué era lo que comprabas? Creo que croissant

pequeñitos para los de la oficina, ¿no?

JUDITH: sí, yo llevaba… ¡Joder con la memoria! ¡Ja, ja, ja! Sí, algunos viernes llevaba

croissants a los compañeros, a la gente de mi equipo de trabajo, a cambio de… de: “¡Qué

buena es Judith, cómo nos cuida, cómo nos quiere…!”. Sí, compraba croissants. De hecho,

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compraba croissants y compraba cariño.

NELA: eso, de alguna manera eso hacías. Aunque también había una parte…

JUDITH: sí, también había otra parte. Había ahí una parte de generosidad, pura y dura.

Pero había… yo esperaba también recibir. Esperaba recibir cariño: que me quisieran más

por llevar croissants.

Depura la parte genuina de ella (generosidad) de la parte manipulativa y del

comportamiento “fijo” que no podía cambiar.

Y recuerdo estar ahí, en el centro, con Ferran… Llorando también a lágrima viva. No

podía. Y aún hoy me cuesta. Lo digo pero… No sé… Me da como un pinchazo aquí

(señala el plexo solar), bajo el pecho… Me cuesta, me cuesta, me cuesta mucho.

Este juego para mí es una maravilla por lo que llega a mover en la gente cuando lo

hace. En este caso, a Judith le ayuda a Darse Cuenta de las dificultades que tiene en

verbalizar sus necesidades afectivas. Gracias a este juego consigue poder

explicitar a través de la voz el poder decir “no”. Le ayuda también a darse cuenta

que puede satisfacer sus necesidades y decir “no” cuando lo necesite, aunque para

ello tenga que dejar de ser una buena niña.

Y eso sí que me dejó bastante echa polvo.

NELA: vale.

CHELO: ¿cuál era la pregunta?

FERRAN: crisis y aportaciones.

CHELO: a mí la crisis, ya lo he comentado antes un poco, ya me venía no de los inicios

del Taller de Crecimiento, sino desde el verano en el primer contacto con la Gestalt y los

juegos. Para mí ese verano ya fue un desmontarme toda mi estructura que yo tenía tan

protegida, con el colegio y demás, ¿no? Pero luego también a través del año de

Crecimiento Personal, y a raíz de todas esas experiencias lúdicas que compartí con

vosotros y con el resto del grupo, pues también pareció que la cosa se iba agudizando

más, ¿no? Era cómo tener abandonado mi cuerpo… el tema de los hombres, que los tenía

también alejados de mi vida… como que no necesitaba de ellos…Entonces, claro, había

pocos hombres en el grupo, pero “haberlos, haylos”.

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Y en los juegos de contacto eso se hacía más patente. Me refiero a aquellos en los que

había que mostrarse de alguna manera con el cuerpo. A mí, de verdad, me costaba un

montón. Y me ayudó mucho el taller de este año pasado al ver que no era verdad la idea

que yo me había hecho de que “yo no necesitaba de los hombres” y que “ya estaba bien mi

vida así”, tal y como me la había montado desde mi separación… Sin hombres. Y el

despertar otra vez al deseo de tener pareja, de volver a estar con una pareja. Pues para mí

fue… Una crisis muy grande, porque era reconocer una cosa que yo no quería reconocer.

Es una exposición clara y contundente de “reconocimiento de necesidades” así

como Darse Cuenta cómo de contenido tenía a su cuerpo y a su lenguaje corporal.

Hasta ahora, Chelo había conseguido evitar su necesidad de los hombres no

teniendo contacto con ellos. Los juegos le han permitido este contacto

interrumpido y esto le ha llevado a tener la necesidad de cerrar esta Gestalt que

tenía abierta desde hace años.

NELA: ahora me viene a la memoria que explicaste un cuento de Caperucita y el Lobo.

CHELO: sí, era un cuento que me contaba mi madre de pequeña…

NELA: sí.… era sobre un cuento de la infancia.

CHELO: sí, justamente me acordaba de un cuento de mi infancia durante esa semana y

justamente llego aquí y decís: “pues en el trabajo de hoy vamos a tratar sobre los

cuentos”… ¡Los cuentos, precisamente hoy!

NELA: sí, que luego se comentó mucho la relación entre el cuento y el cómo era en ti la

necesidad del hombre.

CHELO: y el miedo al hombre…

NELA: ¿Cómo era el cuento? ¿Con qué te identificabas, con Caperucita? No me acabo de

acordar.

CHELO: no, era una niña que… Era una niña que perdió su anillo en la fuente, y el

hombre del saco aparece por ahí, y le dice que dentro del saco encontrará su anillo; ella se

mete para buscarlo y entonces él, la encierra en el saco. Ese era el cuento que mi mamá me

contaba de pequeña.

NELA: fue un juego que te movió mucho.

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CHELO: me movió muchísimo.

NELA: ¿Y qué era lo que se había movido más, Chelo? ¿El habértelo creído…?

CHELO: A ver, era la cosa esa: la idea de que el hombre hace daño. Es el miedo a que los

hombres, en mi vida, me han hecho daño. Y que, tal como explicaba el cuento, me

seguirían haciendo daño.

Entonces, claro, como justamente había empezado a acercarme de nuevo al hombre, era

otra vez un miedo aterrador. Por una parte descubrir que deseaba tener de nuevo relación

con los hombres, pero por otra pare el miedo aterrador a que los hombres hacen daño.

Y lo del cuento aquel me hizo otra vez despertar toda esa historia.

Recuerdo especialmente este trabajo con Chelo. Creo que ahí empezó firmemente a

cuestionar unas creencias dañinas arraigadas en su más tierna infancia y desde ahí

pudo empezar poco a poco a modificar su guión de vida. Me parece interesante

también cómo después de Darse Cuenta de la necesidad del hombre, surgen

nuevamente todos sus terrores hacia esto mismo: dos pasitos hacia delante y uno

hacia atrás.

Aquí también coincido con Nela en que Chelo empieza a romper con introyectos

depositados por su madre y que hasta ahora no se había planteado que los podía

vivir o sentir diferente a como los vivía ella. Aquí vemos cómo lo introyectado

interviene en que la relación con los hombres sea de miedo y desconfianza. ¡Qué

bien que este juego le ayudó a ver al hombre desde la mujer adulta que es!

JUDITH: yo ahora recuerdo especialmente el juego de Misión-Visión, que nos teníamos

que imaginar una habitación en nuestra mente, y luego escribir un poco cómo veíamos

nuestra vida, ¿no? Cómo nos imaginábamos nuestra vida en un futuro. Y luego lo

comentábamos con los compañeros… ¡Y yo me monté una película…! ¡Una película pero

que tremenda…! Yo era una estrella de cine, vivía en Los Ángeles, era cantante –cantante

de éxito, claro, tipo Whitney Huston- y bueno, era genial… Tenía un marido maravilloso,

éxito, cantaba… ya sabéis que a mí me encanta cantar… Y bueno, me monté una película

tremenda.

Y me acuerdo cuando lo comentamos en grupo. Había una chica, María José, que cuando

me oyó explicar mi historia, me dijo: “Hombre, es una fantasía tremenda, ¿no? Pero a mí

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lo que me llega es que tú tienes unas ganas tremendas de vivir tu vida a tope, y de

disfrutarla, y de viajar, y de hacer cosas, y tal y cual…”. Y fue también como una… una

revelación, porque yo misma no me había dado cuenta. Yo creía que había plasmado ahí

una alucinación tremenda, pero no le conseguía sacar el qué. Y cuando ella me lo dijo, fue

una de esas verdades que me golpearon la cabeza y me dejaron aturdida durante un buen

rato, porque no… Y me di cuenta, dije: “¡Jope, pues lo que quiero es eso, pues sí, eso

quiero…!” Y también, conectándolo con la muerte de mi padre, que tampoco… La Vida…

que un día estamos y otro día ya no estamos, y se ha acabado todo, y todo lo que no hayas

disfrutado pues ya no lo vas a disfrutar… También fue un momento de crisis, pero

positiva. La verdad es que a partir de ahí mi vida cambió en cuanto a la línea general, ¿no?

Porque decidí también que me iba a pegar unas súper-vacaciones porque me lo merecía, y

no me dolió gastarme el dinero que me gasté… Fue como un empezar a darme permiso a

mí misma a partir de ese momento para disfrutar de mi vida a tope. Sí, sí, es verdad. No

me acordaba y ahora me ha venido todo así…

Aquí Judith hace alusión al juego de Misión, Visión y Valores que no he descrito

en el apartado correspondiente por considerarlo excesivamente largo y más

apartado en el tiempo ya que estamos hablando de Enero y éste juego fue de los

del final del taller. En cualquier caso, podemos comprobar que fue muy efectivo

para ella: vivir la vida con más intensidad (ella de por si es muy intensa) y darse

permiso para disfrutar de placeres que puede permitirse y que los tenía negados.

Me parece interesante destacar cómo ayuda el trabajo en grupo, ya que la

proyección y el “espejo” de Maria José con Judith, le permitió a esta última dar un

cambio importante en cuanto a cómo tomarse la vida a partir de ahora.

CHELO: y luego, la carta de nuestra niña. Era nuestro Yo-Adulto que le escribía una carta

a nuestra Niña. Y luego nuestra Niña nos contestaba.

NELA: sí, sí…

CHELO: yo esa carta la tengo guardada en casa. La tengo ahí muy, muy guardada.

NELA: ¿Qué influencia tuvo?

CHELO: Para mí, muchísimo…

NELA: ¿En qué sentido? ¿Qué te aportó… Qué te descubrió…?

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CHELO: A ver… Tenía totalmente olvidada a mi Niña ¿no? A mi parte de Niña. Entonces,

el escribirme la carta, al principio, me gustó hacerlo porque era volver a comunicarme con

ella: volver a recordar que estaba ahí dentro, aunque sí la tenía muy olvidada. Pero lo que

más me llegó fue cuando “ella” me contestó, ¿no? La escribimos con la mano izquierda

para que la letra saliera como mala letra de niña pequeña. Entonces me di un hartón de

llorar tremendo, luego la tuvimos que leer delante de los demás, me costó un montón

leerla… Y de vez en cuando la releo.

Eso sí que es una de las cosas que sí he notado un cambio grande, la dejo que actúe más, a

esa niña pequeña que tenía tan olvidada. Esa parte más tierna... más de inocencia, de hacer

realmente lo que me apetezca en un momento dado, ¿no? La mimo más. Sí, creo que la

mimo más, que hay momentos en los que soy muy dura conmigo misma, muy crítica.

Entonces cuando me pongo en plan tan rígido y tan crítica… me acuerdo de mi niña y

entonces empiezo a hablar con ella, y a mimarla más y… A aceptarme más, me ayuda a

aceptarme más.

Muy bella esta reflexión y este Darse Cuenta. Como expuse anteriormente para mi

fue un trabajo muy impactante y que actualmente utilizo mucho, tanto en grupo

como en individual, ya que me parece básico para tener una “buena vida presente”

revisar los “pilares” de nuestro niño/a interno/a.

NELA: Entonces es como que te ayudó a poner más ternura, más mimo en tu vida.

CHELO: sí, ni más ni menos,

NELA: Aparte de mimar a la niña, si lo extrapolamos, Chelo, en conjunto, sería como que

te mimas más. Que te das más permisos. Como más suave en tu vida, ¿sería así?

CHELO. Sí, y además no busco tanto que el otro me quiera o que el otro… Porque

siempre estaba pendiente de que el otro me quiera, que el otro me valore. Soy más capaz

de Darme Cuenta de cuándo está actuando mi niña, con sus miedos y sus inseguridades,

buscando que el otro la quiera. Entonces me hago cargo de ella, me hago más cargo de mi

misma. No depender tanto del otro.

Aquí gracias a este bonito Darse Cuenta que ha tenido Chelo, empieza a apoyarse

en sí misma y a encontrar recursos y potenciales nuevos.

NELA: hay más autoapoyo, ¿no? ¿Te ayuda a eso, Chelo, también, lo has conseguido?

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CHELO. Sí. Y de vez en cuando, ya te digo, la voy leyendo porque me ayuda mucho.

NELA: el refrescarlo, el recordarlo.

CHELO: sí, y ver la respuesta de mi Niña.

JUDITH: a mí también me pasó hacia mitad de curso, el entender que cuando juegas y te

equivocas… (Judith para un momento y rectifica para poner la frase en primera

persona)… que cuando juego y me equivoco, no pasa nada. Y también fue una revelación

de esas de pensar a ver si era capaz de llevarlo al día a día, y cuando me equivoco, en

lugar de hacer un drama y llevarme las manos a la cabeza, decir: “bueno, no pasa nada, me

he equivocado y ya está”. Como cuando un niño juega.

FERRAN: como desdramatizar

JUDITH: Sí.

FERRAN: hay más conciencia, como hemos preguntado al principio, de la responsabilidad

del Yo.

JUDITH: sí, a lo largo del desarrollo del curso, sí.

NELA ¿Había más un lenguaje de primera persona?

ELISENDA: sí, cuesta más…

Viene ahora una buena tanda de respuestas por parte de Elisenda en “tercera

persona” hablando de la “primera persona”.

(Risas)

Bueno, quiero decir que ME cuesta más… Me cuesta mucho, ¿no? Lo que pasa es que

cada vez lo tienes más integrado, estás más en tu atención…

JUDITH: ¿Y en primera persona, qué?

(Risas)

ELISENDA: eso, ESTOY más en MI atención.

JUDITH: pero lo intentas, por lo menos ¿no?

ELISENDA: yo lo intento, lo que pasa es que me cuesta mucho.

NELA: te cuesta mucho…

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ELISENDA: sí…

JUDITH: aparte, yo lo vivo como que cuando hablo desde el Yo me estoy exponiendo

mucho al otro. No sé por qué, ¿eh? Porque me estoy responsabilizando de mí, con lo cual

es como una especie de autoafirmación, y siento que debería vivirlo más al revés, como un

”me pongo en el Yo, y aquí estoy”, pero sintiéndome protegida, porque es MI elección, me

pongo en el Yo y estoy hablando con todas las consecuencias, ¿no? Pero me siento muy

vulnerable cuando hablo desde el Yo. Y además me da como un pudorcillo estúpido...

Emocionalmente me siento “en pelotas”.

NELA: claro…

JUDITH: los demás hablan desde el “te” este, o desde “la gente”. Y ahí estoy Yo, con mi

Yo, y con toda mi mochila a cuestas, diciendo “Yo”, y “Me” y tal, y es como que me estoy

exponiendo a los demás y me siento… Pues eso, “en pelotas”.

NELA: más vulnerable

JUDITH: sí, más vulnerable, muchísimo. Me da como vergüenza, a veces… Es una

vergüenza así, rara, una vergüenza muy tonta de “ay, estoy hablando Yo, de mí, lo estoy

enseñando todo”…

NELA: Bien, pero también es importante saber que podéis escoger cuándo lo utilizáis y

cuando no.

JUDITH: hombre, si es de forma consciente es genial, pero si no…

NELA: pero es que en cualquier ocasión tampoco es necesario. A veces es bueno

plantearse si es oportuno en lugar y tiempo.

CHELO: a mí donde me ha ayudado mucho y me ha ayudado a ver cómo me ayuda a

acercarme, es con los chavales del "cole".

NELA: lo del Yo.

CHELO: sí, lo del yo. Hay veces que me siento con… Voy intentando probar, por

ejemplo, con los grupos más reducidos. Cuando estoy con el grupo que tengo de 15

alumnos, me sale más fácil, ¿no? Con ellos hago un taller de valores humanos. Entonces,

cuando quiero intentar algo nuevo con ellos, pero no me atrevo, me da miedo o lo que sea,

en lugar de escaquearme, como antes hacía, pues pruebo a veces de exponer cómo me

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siento. Que quiero intentar algo con ellos, pero no me siento capaz, me da miedo… O sea,

me expongo… Me expongo delante de ellos como humana, con mis miedos y desde mi

Yo, y eso me acerca un montón a ellos. Entonces ellos están dispuestos y cambian la

relación. Consigo que ellos estén dispuestos a probar las cosas conmigo… De hecho, en

algunas ocasiones me ha ayudado muchísimo.

ELISENDA: es que claro, es más auténtico. Sería como que eres más auténtica.

(Risas)

Bueno, YO soy más auténtica…

JUDITH: yo también he usado alguna vez esos recursos que comenta Chelo, de decir en el

Aquí y en el Ahora lo que me está pasando, y esto sí que consigo hacerlo en mi trabajo,

decir: “Ay, qué nerviosa estoy ahora que tengo que hablar delante de todos vosotros”. Y…

¡Buaaa! ¡Es una descarga…! El momento de decirlo y a partir de ahí, siento que puedo

hacer cualquier cosa. Claro, me quito miedos de encima y ya no siento aquella tenaza en la

garganta, de tener que tirar “pa’ lante” pase lo que pase y que nadie note nada.

NELA: con lo cual, hay más vulnerabilidad, y también hay más fuerza.

Intento hacer una reflexión para unir esta polaridad tan desintegrada. La mayoría

de la gente “hemos” confundido “fuerza” con “dureza” y “sostén” con “aguante”.

Poder unir lo vulnerable con lo fuerte, considero que es un pilar y un sostén

importante para el crecimiento humano.

JUDITH: sí

NELA: o a la vez, ¿no?

JUDITH: pues sí…

NELA: están las dos cosas, la polaridad. Parece paradójico pero ambas coexisten.

JUDITH. Pero con el Yo, creo que tengo algún problema, porque me pasa también al

revés. Cuando yo he hecho algo y se lo estoy explicando a alguien, me da como vergüenza

decir que lo he hecho yo sola. Y entonces utilizo un “nosotros” falso, porque no hay nadie

más, y digo: “Hemos hecho esto”. Y pienso: ¿quién? Si no hay nadie más, si lo has hecho

tú, no lo ha hecho nadie más… Es como…no sé… Como que estoy luchando mucho

contra la arrogancia, que es algo que he descubierto… No ha sido una crisis pero sí un

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descubrimiento: el reconocer mi arrogancia.

En esta parte están presente el Perro de Arriba con la necesidad de explicar que lo

ha hecho ella y el Perro de Abajo con la excusas y pretextos. Estos dos partes

suelen salir en Judith en otros trabajos.

NELA: fue durante… ¿Te fue más fácil descubrirlo durante este año de talleres? ¿Te llegó

alguna información nueva?

JUDITH: Sí. Me vino información de diferentes sitios y me di cuenta de que soy muy

arrogante. MUY arrogante, además. Pero me gusta, ¡que es lo peor! Bueno, a veces, y es

lo peor de todo, me gusta ser arrogante. Me ayuda a sobrevivir.

Entonces, creo que cada cosa que digo, casi, me descubro la arrogancia ahí… Estoy

adoptando una postura contraria, que tampoco es buena; porque es desvalorarme cuando

no toca. Pues si he hecho algo y lo he hecho yo sola, ¡olé! Tampoco tengo por qué fardar

en exceso, pero tampoco tengo que inventarme un colaborador invisible fantasma, y un

“nosotros” que está vacío de nadie…

NELA: pero fíjate, Judith, ahora se me ocurre, llevándolo al juego que decíamos antes del

Yo-Tú ¿recuerdas lo que te costaba negar al otro? Tú en este punto, lo que te sale fácil es:

“Yo sí, tú también”. No podías decir lo de “Yo sí, tú no”, y en este caso que comentas es

así “Yo si que lo he hecho y Tú no”.

JUDITH: sí, me cuesta mucho.

NELA: …lo digo por enlazarlo con el juego de antes.

JUDITH: ¡Si, si! Me cuesta horrores…

NELA: pero sigues centrando el “tú también”, lo metes. Sería “tú también, aunque no

existas”.

JUDITH: me creo un alguien que no existe para escudarme.

NELA: es curioso...

JUDITH: mira, particular… (Risas)

FERRAN: y desde aquí, y con todos esos descubrimientos y crisis, a pesar de las

dificultades, ¿qué es lo que me hace continuar? ¿Cómo es que no me voy?

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JUDITH: al revés…

NELA: eso, ¿porqué continuáis? A pesar de las crisis de Caperucita, del Tú invisible, de la

arrogancia, de lo que cuesta poner límites físicos al esfuerzo por no poder hacer todo lo

que los demás hacen… ¿Qué es lo que os hace continuar?

CHELO: hombre, porque habían avances, ¿no? A pesar de las crisis iba conociéndome

más, iba viendo pequeños avances. Después de las crisis siempre había un poco de luz, de

ver que había avanzado, ¿no? Y que valía la pena seguir trabajando.

Y bueno, pues supongo que vi que estaba consiguiendo respetarme más a mí misma,

valorarme más. A medida que me iba conociendo y que iba viendo las cosas que me

costaban y los problemas que iba teniendo en mis relaciones con los otros, el ser más

consciente me ayudaba a ir superando esas dificultades que tenía en mi relación con los

demás. Y veía que había logros y que había mejoras. Y que quería seguir trabajando en ese

camino.

Una bonita explicación por parte de Chelo de lo que aporta el Darse Cuenta.

NELA: O sea que estaban, de alguna manera, compensadas

CHELO: Sí.

JUDITH: prácticamente lo mismo. Que había crisis pero además… Por esas fechas, creo

que el siguiente mes, tratamos que las crisis también eran buenas. Que servían para revisar

cosas y muchas veces para conectar con una parte como muy desnuda de todo, como

muy… Yo cuando me iba de aquí jodida, porque algo me había tocado mucho, hacía como

una especie de encuentro con una parte muy, muy, muy, muy íntima de mí, donde

teníamos un diálogo esa parte y yo, y era: “Bueno, vale, ahora ya lo sé, o ahora ya lo he

entendido”. Y a partir de ahí, era como un… como un momento muy de abandono al estar

mal, a la tristeza, que a mí me cuesta mucho. O me costaba.

NELA: ¿Y el juego te lo facilitó?

JUDITH: sí, muchos juegos me han facilitado conectar con esta parte de lo he hecho mal,

no me ha salido, no me he sentido bien, estoy triste, estoy jodida, estoy abajo… Y bueno,

es como un momento de mucha calma y a partir de ahí empezar otra vez a subir. Y lo

entendí. En lugar de vivir las crisis como: “qué horror, qué horror, qué mal estoy”, era

como: “bueno, pues aquí viene una crisis, vamos a sacar lo mejor de ella y a seguir”. Y

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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como veía que el balance era infinitamente positivo, pues claro, seguía.

NELA: en tu caso lo que te seguía enganchando era utilizar la crisis como punto de

aprendizaje.

JUDITH: sí. Sí, sí. Bueno, y veo que con muchos juegos no había crisis pero había

aprendizajes, sin tener que llegar a la crisis. Había insights, el Darse Cuenta uno de…

(corrige) Uno, no: YO… Darme cuenta de revelaciones de estas de… ¡Ostras! Momentos

de aquellos en que salía flipada con lo que había descubierto.

ELISENDA: para mí hay más cosas positivas que negativas. Las crisis eran más que nada

por lo que he comentado antes, por no poder hacer más lo que pueden hacer los demás a

nivel físico. Entonces he visto que también puedo disfrutar mucho con lo que hay, aunque

cuesta, me cuesta mucho. Pero que también hay mucho en lo que puedo disfrutar y

pasármelo bien.

Elisenda comienza a disfrutar un poquito “con lo que hay”, empieza su camino de

ACEPTACIÓN, de percibirse tal cual es.

Para Elisenda es importante Darse Cuenta y empezar a cambiar el patrón, y ver

que a pesar de estar enferma, de igual forma puede disfrutar de la vida;

afortunadamente, estas dos partes las está empezando a integrar cada vez más.

NELA: ¿es eso lo que te hace continuar, aún con crisis?

ELISENDA: Sí

NELA: ¿La parte de disfrute?

ELISENDA: la parte de disfrutar, de gozar, me compensa mucho.

FERRAN: Bien… Y al cabo de seis meses de trabajo, ¿cómo ha cambiado la relación con

el grupo? ¿O estáis en el mismo punto? ¿O qué vínculos se han establecido?

CHELO: Yo, hubo un momento, la verdad es que muy consciente, ¿no? en que dejé de

comparar con el grupo anterior, corté el cordón umbilical, el lazo que corté a conciencia

para asumir a ESTE grupo. A aceptar que aquel grupo del verano fue muy bonito, me

ayudó mucho en el momento, pero ya está, quedó en el pasado y también vale la pena el

aceptar el Aquí-Ahora con el grupo presente que tengo.

Ese momento fue muy consciente, yo sentí que al fin aceptaba al grupo…

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Lo que sí tenía de bueno nuestro grupo es que cada uno de nosotros nos volcamos al

máximo. Dimos lo mejor de nosotros mismos y compartimos con los demás lo momentos

de crisis, los de no-crisis… Bueno, no sé, que la gente se mojaba del todo. Que es la suerte

que también tuve con el grupo del verano: que la gente se mojaba mucho. Además sentía

mucho el apoyo de los demás. El día que yo me sentía muy agobiada porque las cosas me

afectaban mucho, pues tenía el apoyo de los otros, ¿no? Y cuando le pasaba al otro,

también estaba yo dispuesta a apoyarle. Entonces se creó un vínculo como muy afectivo,

muy positivo. Y eso también ayudaba a seguir, el contacto con el grupo. Había mucha

sinceridad.

Yo también lo percibí de la misma manera: un grupo muy cohesionado donde el

apoyo era muy evidente, así como un vínculo afectivo fuerte. Por supuesto que no

era el total del grupo pero sí su mayor parte.

Veo que a Chelo aquí aún le sale la parte de Proyección donde no se hace

responsable del todo “de la suerte que ha tenido con los grupos porque se mojan

mucho”. Según mi punto de vista, esto puede ser porque ella lo facilita, ya que

cuando se pone a trabajar considero que trabaja con ganas y esto motiva al resto del

grupo, siendo ésta una parte que a Chelo aún le cuesta reconocer y hacerla suya.

También es importante cómo a medida que ella ha aprendido a estar más en el

presente, el grupo actual -que es donde esta ahora- ha pasado a ser más Figura y el

anterior ha pasado a ser más Fondo.

NELA: O sea, que otra de las razones por las que continuabas era el apoyo y el vínculo con

el grupo. La parte afectiva.

CHELO: Sí. Aunque a veces durante la sesión iba de bajada, al salir de aquí salía llena de

cariño. Salía con mucha energía y con mucho cariño. También me salía el dar mi cariño.

NELA: Y ¿el juego facilita el cariño?

CHELO: sí, porque hay mucho contacto. Mucho contacto y mucho exponerse delante del

otro. Y dejar la mente de lado, y dejar todo el cuerpo y dejar que salgan las emociones…

Eso facilita el acercamiento al otro. A mí me lo facilitaba, el acercamiento a los demás.

Nuevamente Chelo cita lo positivo y rico que es para ella “bajar” más a lo corporal

y lo emocional.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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JUDITH: yo estaba en terapia individual me comentaron la posibilidad de… No

exactamente de irme al grupo, sino de participar en las vacaciones inteligentes del mes de

julio, antes de que empezara el curso en septiembre. Yo me acuerdo que contesté algo así

como: “no, mira, yo un grupo de hippies de estos, que luego quieren quedar y hacer cosas,

e ir al cine y tal…A mí esto no me va, esto es muy cansino…”. Bueno, luego he

descubierto que lo que yo no quería era reconocer que necesito a los demás, el amor de los

demás, el cariño de los demás… Tanto para que me den como para poder dar yo.

Entonces, mientras no estuviera, no tenía que intentar todo esto.

Hacia la mitad del curso yo recuerdo algo, no que pasara dentro del curso sino fuera

precisamente, que fue que empezamos a socializarnos fuera de Espai Lúdic. Empezó a

haber “quedadas”, de ir a comer, de… Recuerdo una primera vez, acabando el sábado a las

dos, que Carmen dijo: “Oye, quien se viene a comer por ahí” y acabamos en un libanés de

la calle Verdi. Yo me sentí muy cómoda porque vi que era algo que funcionaba también

fuera del centro. Y que realmente se estaban creando unos vínculos que eran fuertes y que

eran muy sinceros… y que había cariño, y que lo de los hippies pues no estaba tan mal…

Ja, ja, ja... Que estaba muy bien. Que era muy gratificante y me hace sentir muy bien ver

que había gente que respondían con cariño… Y eso…

ELISENDA: yo también, sobretodo la afectividad a nivel del grupo, que notaba mucho. Y

en situaciones concretas que me han pasado, como la muerte de mi hermano, pues vino

gente…

NELA: ¿Cuándo fue, en qué época?

ELISENDA: fue al final…

NELA: ¿Al final?

ELISENDA: sí… Vino gente… No sé, mucha sinceridad. A mí lo que me ha aportado más

es que he visto una afectividad sincera en mucha gente. Evidentemente, no la ves en la

totalidad del grupo, ¿no? Pero lo podía percibir en personas concretas.

NELA: ¿Y eso era diferente en relación a los primeros encuentros?

ELISENDA: sí, porque era bastante reacia a creerme algo así al principio.

NELA: ¿A creer qué, Elisenda? ¿Cómo entonces podrías definir el proceso? ¿Creció la

credibilidad hacia el resto del grupo en cuanto a su capacidad afectiva y, como tú dices,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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sincera?

ELISENDA: más credibilidad a nivel de sinceridad afectiva. Y esto pues lo encontré

bonito, me gustó mucho.

Empieza a admitir que “fuera de sus límites conocidos” también puede existir

afecto; lo relaciono directamente con “ir ganando confianza y credibilidad en lo

externo”.

Parece ser que de la misma manera que antes sólo había dolor, también sólo tenía

desconfianza. Elisenda ahora ha podido reconocer que hay disfrute y paralelamente

encuentra confianza en el exterior. El proceso interno va a la par con el externo.

CHELO: yo sobretodo recuerdo los finales de la sesión. Que hacíamos una rueda, y

acabábamos abrazándonos, y acabábamos de la mano con una música de fondo, nos

mirábamos a los ojos unos a otros, y cada uno decía al final cómo salía de las sesiones…

Entonces salía con mucho cariño.

JUDITH: el proceso de apertura de los compañeros. Ver cómo la gente pues iba

evolucionando, como iba creciendo. Como la gente, a lo mejor… Bueno, digo esto porque

yo soy bastante de expresar, ¿no? A mí no me cuesta, y nunca me ha dado vergüenza llorar

ante los demás, o cosas así, pero en el grupo sí había gente que estaba ahí resistiendo como

un jabato. Y hacia mitad del curso todo el mundo ya se había roto alguna vez, había

llorado, o había sacado esqueletos del armario, de aquellos, entre comillas, inconfesables,

y eso también ayudaba. A mí me ayudó, el ver cómo el grupo estaba vivo, y se movía, y

todo el mundo estamos pasando más o menos por lo mismo.

FERRAN: ¿Y cómo era, a aquellas alturas, la relación con la autoridad, con los terapeutas?

Con nosotros, vamos…

NELA: sí, desde la Gestalt y el juego, cómo os relacionabais con las figuras de autoridad.

Me gusta mucho lo que viene a continuación: define claramente como es vivida la

autoridad bajo tres prismas bien diferentes. Lo encuentro rico y diverso.

CHELO: a ver, yo no los veía como figuras de autoridad. Para nada. Supongo que al ser

“profe” veo a la autoridad de otra manera. Como más rígida, como por encima, más que

vosotros. Siempre os veía como personas muy cercanas, y lo que me llegaba mucho era

que en ciertos momentos expresabais cómo os sentíais también.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Eso es lo que a mí me ayudó, de aprenderlo, para hacerlo también luego con mis alumnos.

Si me sentía nerviosa, u otra emoción, pues exponerlo. Como vosotros a veces exponíais

cómo estabais… Nerviosos porque era algo nuevo, o… Eso hacía que os sintiera como

personas cercanas a mí. No os veía como una autoridad, tal y como yo la entiendo.

Compartíais con nosotros lo que sabíais hacer y la manera en que nos podíais ayudar.

NELA: Y si en algún momento dado hubo confrontación, ¿Cómo lo vivisteis? A ver, no

me acuerdo de nada concreto, ¿eh? Es un supuesto…

CHELO: ¿Confrontación?

FERRAN: yo creo que no hubo demasiada confrontación en este grupo…

JUDITH: yo recuerdo una vez que Salva contigo, Nela. Sí.

NELA: ¿Sí?

JUDITH: Sí, que Salva te dijo algo así como: “Hombre, ¿pero tú no puedes no-sé-

qué…?”, y tú dijiste: “Sí puedo, y ahora no quiero…” Fue un tono muy claro, muy

afirmador de tu postura y muy… (Silencio, pensativa)… Yo no diría que fue “autoritario”,

pero desde luego no hubo réplica. No sé, sí que debía ser autoritario. Pero es el único

episodio que recuerdo.

NELA: es que no era un grupo muy confrontativo

FERRAN: ¡Qué va!

NELA: ¿Y cómo vivíais vosotras dos la autoridad?

ELISENDA: es que yo, autoridad, no… Era como…

FERRAN: bueno, pues la relación con los terapeutas.

ELISENDA: era como una vía, yo diría. No veía autoridad-autoridad. Si en algún momento

os hubiera dicho algo… Pero decía… No, no me atrevía, tampoco. Pero era con una

persona concreta… Que alguna vez le hubiera dicho a lo mejor: “Oye, pues yo creo que te

estás equivocando”, pero tampoco era tanto…

Está esquivando la respuesta; la percibo entre ganas de exponer y temor ante ello.

He de decir que a Elisenda le cuesta mucho la confrontación directa; más bien se

aleja de aquello que le provoca malestar entre indiferente y arrogante.

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FERRAN: ¿Pero con uno del grupo?

ELISENDA: No, de vosotros…

FERRAN: ¿Con quién, con quién…?

(Risas)

NELA: Hablando de la responsabilidad del Yo, ja, ja, ja, ¿a quién de nosotros te refieres?

ELISENDA: bueno, a ver… En este caso era con Ferran… Evidentemente, ¿no? Yo pienso

que…

FERRAN: ¿Me lo puedes explicar un poco más, Elisenda?

ELISENDA: pues que alguna vez le hubiera dicho algo, pero no sé, tampoco…

FERRAN: ¿Qué me hubieras dicho?

ELISENDA: vi que algunos comentarios desafortunados en él, a lo mejor vistos por mí,

¿no? Pero que pensé que tampoco sabía suficiente, que tampoco… también podía ser

normal esa postura… Entonces tampoco sabía cómo… No sé… Tampoco me lanzaba a

hablarle. O sea…

Es más que obvia la evitación: Ferran esta allí delante y ella dale que dale con el

tercera persona.

NELA: O sea, que la relación tú la vivías como…

ELISENDA: que él quería que yo me lanzara a algo que tampoco sabía bien qué quería,

pero él quería algo, que me lanzara a algo. Pero la manera en que me lo decía, la manera

en que se dirigía a mí, no acababa de llegar.

Con este comentario Elisenda me ayuda mucho a mí como terapeuta, ya que

realmente lo que dice es cierto: ”la manera que le decía las cosas no le llegaba”, y

es que no le podía llegar porque con ella siempre me he contenido y censurado en

lo que realmente quería decirle. Elisenda es la hermana de Quim, mi amigo y

socio; esta parte ha hecho que yo me relacione con Elisenda con mucha cautela -

aunque Quim nunca me pidió nada al respecto-, reprimiendo mi manera natural de

expresarme libremente como lo hago con Chelo y con Judith entre otras. También

sé que Elisenda es muy sensible a la confrontación y podía dejar el grupo en

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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cualquier momento según fuera mi relación con ella; si a esto le sumo el hecho del

cariño que le tiene Nela en su relación terapéutica, junto con la ilusión de los tres

porque mejore de su enfermedad, es fácil de imaginar que “este cóctel“ ha hecho

que yo mida mis palabras y mis acciones con ella provocando lo anterior: que

Elisenda no supiera exactamente qué es lo que yo le pedía y que no le llegara mi

manera de decirle las cosas.

En este apartado quiero darle las gracias más sinceras por permitirme aprender lo

que no debo hacer dándome cuenta también, que he estado negando información

que le hubiese ayudado en su proceso terapéutico por mi “necesidad neurótica” de

que Quim y Nela pensaran de mi que la “estaba ayudando mucho“.

Lo que me pasa a mí con Elisenda es que “me pongo de los nervios” cada vez que

la veo como una muñeca salida del escaparate, perfecta y sin ningún defecto, pero

luego resulta que a la muñeca no la puedes ni tocar ni decirle nada porque todo le

duele, todo le afecta. Total, que sólo es para mirarla y para nada más…Ah, sí, se

me olvidaba: para escuchar toda su infinidad de quejas sobre lo mal que la trata la

vida y los demás -ahora, al escribir, me estoy dando cuenta de lo enfadado que

estoy con ella-. Claro, yo cuando veo que me tengo de comer “su puesto perfecto”,

a la vez que se queja, y no me doy permiso para decirle nada de lo que pienso

realmente sobre ella, me pongo muy nervioso y de mala leche, ya que no aguanto

tanta falsedad. Claro que el primero que estoy falseando la situación soy yo al no

ser sincero con ella.

En mi opinión, Elisenda no quiere aceptar su realidad tal como es y cada vez que la

ve, huye despavorida, proyectando rápidamente en el exterior todo aquello que no

le gusta de sí misma, como es su dolor, su enfado con la vida, su mirar a los demás

por encima del hombro… Resumiendo: le cuesta responsabilizarse de su vida y de

su mundo. Y nuevamente, retomando lo mío, pues es que tampoco me estoy

haciendo responsable de lo que realmente necesito en mi relación con ella.

NELA: ¿Y qué hacías con ello?

ELISENDA: no me gustaba cómo lo decía. Pensaba que no me conocía lo suficiente. O

sea, que…

NELA: como que lo hace por desconocimiento. Vale… es para saber cómo cada uno

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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transita por esa parte de relación con los terapeutas.

ELISENDA: entonces, sí, pensaba que lo hacia con desconocimiento y pensaba: “bueno, es

igual, porque no he hablado con él lo suficiente, no sabe lo suficiente y entonces… no

tengo ganas de enfadarme con él, ni de…”

Tiene muy penalizado el mostrar enfado abiertamente, el perder un poco la

compostura. Creo que la transferencia con Ferran es claramente hacia su padre, con

el que no mantuvo una buena relación. Tal vez fue con el único con el que se

permitió mostrarse en desacuerdo y rebelde sobre todo para defender a su madre.

Con Ferran queda patente este mismo proceso pero solapadamente, sin una

expresión abierta.

NELA: Pues tu caso, Chelo, es bien diferente al tuyo, Elisenda, ¿y tú, Judith? ¿Cómo era

para ti?

JUDITH: pues yo vivía a los conductores o terapeutas con mucha confianza. Yo me sentía

muy arropada por ellos, muy… Bueno, también mi postura fue “CONFIAR”: esta gente

sabe lo que hace y yo me pongo en sus manos, no creo que me lleven a ningún sitio malo o

a ninguna cosa que me vaya a perturbar.

NELA. O sea, tú lo vivías desde la confianza.

JUDITH: sí, yo me dejé, me dejé llevar mucho. Sí, muy en plan de reconocer que ellos

saben de esto y tú déjate llevar y no te hagas la lista. Confía. Por una vez deja que lleven

otros el timón, en lugar de Yo.

Este paso es importante para Judith, ya que con sus padres ejercía de autoridad.

NELA: claro, desde el dejar que…

JUDITH: claro. Yo ya tenía una relación de un año previo con Ferran, de… Jope, pues de

haberle contando todo de mi vida, sobre mis miserias y mis alegrías, y claro, quizás de los

tres, Ferran es un poco el que… El más agresivo, el que siempre se moja un poco más y

dice lo más polémico, el que se atreve, el que…

NELA: el más confrontador.

JUDITH: sí, el que provoca más. Pero claro, yo lo conocía mucho, ya. Y a parte, a mí las

provocaciones de Ferran nunca me sentaban mal… Siempre digo: “Coño, qué verdad

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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tiene, cómo me ha calado”. No hay espacio para que me enfade o me sienta mal con él…

NELA: Está bien…

JUDITH: el problema yo lo tenía contigo (hacia Nela)

NELA: ¿Conmigo…? ¡Ah, qué interesante...!

JUDITH: sí, y tardé mucho en descubrirlo, y lo descubrí a final de curso en Mas Llaneta…

Yo tenía un algo que no me permitía estar relajada contigo, y no sabía lo que era. Sí que

tengo claro que normalmente me relaciono mejor con los hombres que con las mujeres…

Puedo tener ahora una cierta idea de por qué,… A Quim no le conocía mucho… Con

Quim he transitado más como el profesor y la alumna. Es decir, si Quim me regaña, me

agacho más, orejas gachas y: “ala, lo he hecho mal… Me ha echado la bronca…”. Más de

padre-hija, profesor-alumna. Con Ferran es más… No sé, era más… Ostras, pues eso, un

colega que te conoce bien y que te da un toquecillo de vez en cuando, y yo reconocía que

lo que él me decía siempre me ayudaba, y contigo… Uuuuiiii… Había algo que no

podía…

NELA: ¿como una cierta distancia?

Creo que esto es más mío que suyo, me refiero a lo de la distancia. No acababa de

sentirme a gusto con Judith: me caía bien y la encontraba como una parte

importante del grupo, sobre todo en cuanto a cómo cohesionaba. Si, y también

había distancia, como una frialdad allá en medio que no conseguía transitar. Siento

que por parte mía tal vez la distancia se debe –y creo también que es la

contratransferencia- a que es “demasiado emocional“ para mi gusto, excesiva en

sus demostraciones afectivas: ¿igual que mi madre? Pues puede ser, ya que ambas

coinciden en emociones muy desbordadas y yo ahí me relaciono mal o como

mínimo molesta: no sé que hacer con todo ello ¡suponiendo que haya que hacer

algo, claro!

También percibía como un cierta admiración hacia lo masculino (Ferran y Quim en

las contadas ocasiones en las que intervino) en detrimento de lo femenino, y

realmente me llegaba a molestar en ocasiones, así como una cierta competitividad

conmigo en cuanto a ver quién sabía más. Esto último creo que también he de

retomarlo como mío, pues suele molestarme la competencia en cuanto a

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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“sapiencia”, con independencia de que ella también pueda hacerlo.

JUDITH: sí, había algo que no me dejaba estar tranquila, que no me dejaba acercarme a ti

del todo… No sé, Había algo que me, que me incomodaba. Y no lo descubrí hasta el

final… (Silencio). ¿Lo digo ahora, o lo digo luego?

NELA: mujer, dilo ahora… no me vas a hacer esperar hasta el final…

JUDITH: Ja, ja, ja… Lo que al final me di cuenta es que yo te identificaba con mi madre.

Y yo con mi madre he tenido siempre una relación muy polémica. Una relación de… muy

difícil. Por carácter y por muchas cosas. Tanto físicamente como en tu forma de hablar, y

el tono de voz y todo, me recordabas mucho. Entonces, yo creo que me creé una fantasía

en la que tú me juzgabas mucho. Pero era mi madre, no eras tú. Y yo venía y contigo

estaba como más intranquila: “Ay, ya me está mirando mal…”. O: “Ay, esto que he hecho

no le ha gustado, o no le parecerá bien”. Pero era mi madre…

Y hasta el último día, casi, que no me di cuenta… ¡Y con un juego!

Más tarde probablemente pueda hacer alusión a este juego que a Judith le produjo

tal “awareness”.

CHELO: yo dentro de diez minutos me tengo que ir…

NELA: vale, pues empezamos el taller final contigo, y luego continuamos con Elisenda y

Judith.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Resonancia del terapeuta

Nela.

Me siento complacida en esta segunda mitad del taller. Las expectativas

catastróficas a las que hacía alusión en la primera parte de la resonancia,

afortunadamente para mi no han tenido nada que ver con lo que ha ido

aconteciendo.

Es un grupo amable al que le resulta fácil la cohesión entre sus miembros y el

vincularse afectivamente. Realmente para mi están teniendo un efecto balsámico

con relación no sólo al año pasado –aunque si especialmente- sino también a años

posteriores. Disfruto mucho percibiendo sus ganas de trabajar, de querer conocerse

y superarse así como la entrega que ponen en ello. Me acabo de dar cuenta de una

cosa en este mismo momento: ha venido a mi cabeza un pensamiento con una

información referente a… “Ya eres consciente que todo esto que estás escribiendo

tal vez habrás de leerlo en voz alta delante de bastante gente. Y no cualquier gente.

Son “personalidades terapéuticas” que valorarán lo que estás escribiendo”. La

verdad es que no lo había ni pensado… Bueno, no es exactamente así: lo había

pensado antes de ponerme físicamente a confeccionar esta Tesina, pero luego, ya

no, no. Me siento bastante tranquila. Queda aún mucho tiempo para que este hecho

se produzca y ahora no voy a estropear mi momento presente sobre todo teniendo

en cuenta que estoy disfrutando el ESCRIBIR: no sabía que podría hacerlo, lo del

disfrute y que además la información baja fluida y sin trabas hacia las teclas de mi

ordenador.

Vuelvo al grupo.

Algo que también me está satisfaciendo es la presencia de un observador, en este

caso es Susana. Ya comenté que era la primera vez que íbamos a hacerlo y me está

siendo muy grato: me siento como más acompañada y más arropada a la vez que

puedo tener el apoyo de otra opinión distinta a la mía en momentos puntuales ¿qué,

cómo ves el grupo? ¿Qué crees: vamos en esta dirección o tal vez sea mejor por la

otra? ¿Qué opinas que necesitan más? Creo que todo esto también está siendo

posible porque nos conocemos mucho: son bastantes años y bastantes cosas

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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pasadas juntas. Todo esto facilita que la relación sea fácil, sin conflictos ya que

también siento mucho cariño hacia ella.

Como relevante en este taller quiero explicar brevemente un episodio que me

ocurrió justo después del descanso, y que tras el análisis posterior lo consideraría

como un pequeño “ataque de miedo”. Estamos en rueda todos sentados y he de

explicar lo que vamos a hacer a continuación cuando de repente y si nada exterior

que “lo justifique” siento como mi corazón comienza a golpear con furia dentro de

mi pecho. Siento también como mi boca y mi lengua se van quedando más y más

secas como si mis glándulas salivares fueran un absoluto desierto. Un pensamiento

va tomando forma insistentemente: ¿Y si no consigo articular palabra o aún cuando

esto pueda realizarlo, lo digo sin coherencia y sin sentido? Comienzo a hablar y

curiosamente va saliéndome voz, y además con una cierta claridad. Soy consciente

que he de hablar en un tono más alto de lo que a mi me gustaría en intimidad,

porque ahora la ocasión así lo requiere y si no lo hago no me escucharán y todo

habrá sido en vano. Pues hablo, y más alto de lo que es habitual en mi. Los

extremos de mis manos y mis pies que estaban al borde de la congelación van

recuperando algo de tono. Respiro y voy mirando a la gente, al grupo, a las caras, a

los ojos. Empiezo a sentir -a medida que estoy realizando mi proeza- algo de

fuerza, aquella fuerza que a veces percibo y que, para hacer honor a la verdad,

últimamente está mucho más cercana a mi, más presente. Siento cómo esta fuerza

va incorporándose a mi sistema; está ubicada cerca de mi tripa, allí por donde el

ombligo. Y respiro, y me sostengo allá donde percibo esta fuerza. Y hablo. Y

siento calor en mis mejillas y como una extraña confianza me va inundando: ya no

me es tan costoso el hablar alto, ahora es mucho más fluido. Puedo hacerlo, SÉ que

puedo hacerlo y que DEBO hacerlo. Utilizo el “debo” plenamente consciente de él:

después de años y años de pelearme con el “debo” o con los “deberías”, ahora

empiezo a recuperar lo bueno del DEBO. Sé positivamente en este momento de mi

vida que hay cosas que DEBO hacer y que van más allá a veces de la apetencia o

no apetencia. DEBO cuando el momento presente lo pide y me lo pide. DEBO

cuando corresponde eso precisamente y no otra cosa. DEBO cuando aunque el

esfuerzo sea supremo es absolutamente sanador para mí, pues aunque me cueste, sé

que lo que puede aportarme es infinitamente mayor que el esfuerzo realizado: es el

camino del autoapoyo, de sostenerme en mí .

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Este taller va llegando a su fin. Estamos –el grupo y nosotros- satisfechos del

trabajo realizado. Personalmente he aprendido mucho, fundamentalmente por el

hecho de atreverme a mostrarme, sin más, con lo que hay y con lo que soy:

MOSTRÁNDOME. Sé positivamente que cada pasito realizado en esta línea va

añadiéndome, va aportándome… O tal vez sea más oportuno decir “me voy

añadiendo” y “me voy aportando”.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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GRUPO 1, TERCER TALLER

Descripción del taller: juegos y dinámicas llevadas a cabo.

Entramos ya en el último encuentro con este grupo. Voy a transcribir el taller que

realizamos en una masía fuera de Barcelona, fuera del espacio habitual. Solemos hacerlo

en este tipo de grupos: acabamos con un encuentro de fin de semana fuera de la ciudad, en

el campo, en la naturaleza. La dinámica es muy diferente ya que todo se altera: el espacio

físico, el tiempo, el compartir durante horas con el grupo -tanto comida como, a veces,

habitación-, etc. Todo cambia y por supuesto, la dinámica también.

Me gusta realizar este tipo de encuentros, son más intensos y a veces son muy “gustosos”,

pues permiten recoger “resultados y frutos” de lo que hemos trabajado durante el año,

recoger la siembra.

Agosto de 2005. Estamos en un entorno precioso pleno de naturaleza y de silencio, cosa

que por cierto para mi es muy importante. Cuando llegamos, ya ha llegado gente del

grupo: se les nota con ganas de estar allí y seguir trabajando y en general “todos estamos

contentos de vernos”, o al menos ésta es mi percepción. Vamos a estar juntos casi tres días

y esto va a permitir que pueda conocerlos desde otro prisma, pues sé por experiencia que

“algo” cambia de pasar de la dinámica de cuatro horas a la intensiva de varios días.

La sala de trabajo es un poco extraña: es toda redonda y tiene muchos metros cuadrados.

Su techo es en forma de cúpula y justo en su centro hay una abertura tapada con un cristal

que permite el acceso a la luz del día. Lo más extraño de ella es que el sonido -cualquiera

que realices- produce como un eco o una resonancia; creo que inicialmente su diseño

estuvo pensado como sala de meditación y posteriormente fue abriéndose a otro tipo de

grupos. El sitio físico está un poco dejado, aunque a mi personalmente me compensa al ser

de naturaleza muy silvestre: quiero decir que no está muy manoseada por el hombre. Otro

aspecto que me gusta es que te dejan con mucha libertad y no tienes que estar “cuidando”

todo el rato el ruido, los zapatos, etc. En otros sitios que hemos estado es así y yo termino

muy agobiada: me encanta la sensación de libertad e ir a mi aire, sin trabas y sin

coacciones excesivas; yo ya soy cuidadosa con el entorno sin necesidad de carceleros

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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detrás de mí.

La gente que falta va incorporándose poco a poco y cuando tenemos un número de

personas adecuado -el resto vendrá más tarde- empezamos y damos comienzo al taller…

Los juegos que utilizamos son los siguientes:

1) Angelitos: Me gusta muchísimo este juego. Lo encuentro divertido, profundo y

con un sentido que va mucho más allá de sí mismo. En primer lugar, les pedimos

que se sitúen por parejas y que se atrevan a escoger a aquella persona con la que

realmente desean trabajar. Y, ya saben, si no se apresuran y atreven, pues pueden

acabar con alguien que en principio no les apetecía… Es así: si no se arriesgan, es

lo que hay.

Cuando todos tienen ya su pareja, se les pide que uno de ellos ha de vendarse los

ojos mientras que su compañero-a los tendrá descubiertos. Es un juego de

confianza -entre otras cosas-. El siguiente paso consiste en ir explorando el espacio

acompañados de su “pareja”, al que denominamos “ángel”: los que tienen los ojos

vendados son acompañados y guiados por su “ángel personal”. El tiempo de

explorar acompañados se termina y ahora… pues ahora se les pide que sigan

explorando el espacio sin el ángel salvador: éste igualmente estará, pero a distancia

y sólo intervendrá en caso necesario –como por ejemplo que “estén en peligro” y

vayan a chocar con otros/as-. Los obstáculos se amplían cuando lo hacemos en el

bosque, en la naturaleza, pues es obvio que allí, entre otras cosas, hay árboles,

piedras etc. La distancia progresivamente será mayor, dejando un campo de

actuación del ciego importante. La última consigna que damos es que ahora… pues

el ángel se va a ir, me explico, el ángel personal va a poder cuidar de todos los

cieguitos menos del suyo; el suyo, así pues, es cuidado por cualquiera menos por

él. La movilización que acompaña es fuerte y las reflexiones posteriores y el Darse

Cuenta es importante. Por ejemplo:

- Experiencias del “ciego” cuando es acompañado por su ángel personal y

cuando se queda con “todos “menos con el suyo. El objetivo aquí es de

confianza en la vida y también de desapego.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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- Para los “ángeles”: Darse Cuenta de cómo se han sentido cuidando; la

distancia que ofrecían era excesiva o tal vez no dejaban explorar a su ciego.

Y cómo fue el tener que dejar al suyo para estar al servicio de todos…

2) La Carrera de Poder: También es un juego de confianza. Pedimos al grupo que

se sitúe en forma de media luna, dejando una separación entre ellos que dependerá

del número de participantes: si son más, estarán más juntos y al contrario; lo

importante es que formen como “un muro de contención”. Uno de ellos saldrá y se

colocará enfrente de ellos a una distancia aproximada de unos 15 metros. Se le

cubren los ojos y se le da la siguiente consigna: ha de ir corriendo lo máximo que

le permita “su confianza” o “su miedo” hacia delante, confiando en que sus

compañeros-muro van a pararlo para que no choque con ningún obstáculo. Es

importante también que esté atento/a a la señal de “para” o de “stop” que le

lanzaremos nosotros cuando falte aproximadamente un par de metros para llegar al

muro. De esta manera ha de regular tanto la confianza en sí mismo y en la vida –

esto se consigue con la carrera- como también autorregularse y también saber

cuando ha de parar: contener y contenerse. Trabajamos aquí a través de este juego

con una polaridad importante: soltar y contener.

3) El Camino: dos pasos hacia delante y uno hacia atrás. Desentrañamos la premisa

gestáltica de hacia delante y hacia atrás. Este juego es una metáfora de lo que es en

realidad el Crecimiento y el Autoconocimiento, la Vida misma.

Se sitúan en un camino de montaña, esta vez con los ojos abiertos y los sentidos

agudizados. Han de recorrer un tramo del mismo –en el otro tramo solemos

introducir alguna variante, como recorrerlo a ojos cerrados individualmente, o bien

todo el grupo junto, etc.- con la siguiente consigna: han de dar dos pasos

caminando hacia delante, pararse un momento dejándose sentir y siendo

conscientes de esto, de la parada, y dar un nuevo paso hacia atrás. Aunque a

primera vista puede parecer un tanto simplón es profundamente movilizador, como

quedó demostrado en todos los awaraness que tuvo Judith a través de él.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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4) Fábula con moraleja: Este juego me gusta mucho y creo que permite obtener

unas reflexiones muy interesantes acerca de la vida de cada uno.

Solemos hacerlo después de haber realizado algún juego referente a El Camino,

descrito en el apartado anterior. Todo el grupo está sentado y descansando después

de la caminata. Suelo insistir bastante en estar atentos a las sensaciones físicas: la

brisa en la cara o el sol en la piel, los sonidos, el olor que envuelve la naturaleza,

etc. Lo que intento a través de lo sentidos es que estén presentes, estén Aquí y

Ahora. Se le pide a algún voluntario/a que salga a escena: éste/a ha de estar

colocada enfrente de donde están el resto de sus compañeros sentados, ellos son su

público. El que ha salido ha de pedir a dos personas de las presentes que cada una

de ellas le diga un animal, el que le venga o el que le apetezca. Con esta sola

información ha de narrar una historia o una fábula donde aparezcan estos dos

animales con una salvedad más: cuando haya acabado ha de terminar con una

moraleja. La reflexión la hacemos posteriormente con Darse Cuenta que tanto tiene

él o ella en su vida de la fábula contada y cómo sería aplicarse a él o a ella misma

la moraleja. La información resultante es más que interesante. Además, se trabaja,

entre otras cosas, “la creatividad”, pues de la nada ha de narrar su historia, su

fábula y su moraleja.

Preguntas del tercer y último taller:

a) Conclusiones personales que has sacado durante todo este año de trabajo en cuanto

a:

i. Darte cuenta

ii. Autorresponsabilidad

iii. Presencia (aquí-ahora)

iv. Detección y satisfacción de necesidades: tus mecanismos de

interrupción

b) ¿Continuarías con tu proceso siguiendo esta misma línea de trabajo, de perspectiva

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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gestáltica y lúdico-formativa?

c) Cómo han evolucionado las relaciones con el grupo: confrontación y apoyo.

d) ¿Sabes reconocer tus propios mecanismos de evitación?

e) ¿Qué partes nuevas has asumido como propias?

f) Parte negativa del trabajo efectuado a través de la Gestalt y los juegos: ¿qué parte

mejorarías, qué parte has vivido como “contra” en el proceso terapéutico?

Entrevistas

NELA: aquí vamos a reflexionar sobre las siguientes cuestiones: conclusiones finales

personales que has sacado durante todo este año de trabajo, en cuanto a Yo Mismo, Darme

Cuenta, Autorresponsabilidad, Presencia, Aquí-Ahora… Y detección y satisfacción de tus

necesidades, mecanismos de interrupción, etc. Como una valoración general. ¿Empezamos

con Chelo, que se tiene que ir? Sería un poco tus conclusiones con todo el proceso,

siguiendo esta línea de trabajo de perspectiva gestáltica y juego a la vez. Qué partes

nuevas has asumido como propias y también parte negativa del trabajo efectuado con

Gestalt y juegos. Si hubiera una parte negativa, pues también ponerla en evidencia. O sea,

“está muy bien, pero esto no…”. O qué parte mejorarías, qué parte has vivido como “en

contra”.

CHELO: yo, sobretodo, en Mas Llaneta, lo que saqué en claro es la poca confianza que

tenía yo en la vida y en los demás.

NELA: ¿en algún trabajo en particular?

CHELO: sí, por ejemplo cuando íbamos por parejas, lo de los ángeles. Ibas al lado de

alguien con los ojos vendados, que era tu ángel, y te avisaba de los peligros y demás, y aún

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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así me acuerdo de que aunque estaba a mi lado agarrando y avisándome de los peligros yo

no lo soltaba para nada y no me fiaba de él, ¿no? Y luego cuando me soltó ya, fue peor,

fue horrible.

Poco a poco me fui relajando, fui confiando en que siempre había alguien que estaba ahí

para ayudarme. Y con ese juego y con el otro de que también era con los ojos vendados,

que era lanzarte corriendo, lanzarte que los demás te recogerían… Todos esos juegos me

ayudaron sobretodo a eso, a saber que en cada momento en la vida lo que me va pasando -

a pesar de que me cabré mucho, me fastidie mucho, me cabreé con la vida…- Que a pesar

de todo, me ayudaba a confiar en que solamente irá pasando lo que sea mejor para mí,

¿no? Y a aceptar. Meramente a tener más confianza en la vida, a aceptar más lo que va

pasando y que eso es lo mejor que me puede pasar en ese momento. Me ha ayudado

bastante en el tema de no querer controlar tanto. No solamente controlar mi vida, sino no

querer controlar tanto, por ejemplo, cuando mis hijas salen, ¿no? Ahora tengo más

confianza. Antes estaba más “a ver si pasa algo, no les pasará…” Y ahora confío en la

vida. Sé que hay un ángel ahí que también está cuidando de ellas, y lo que tenga que pasar,

pasará, y que no tiene nada que ver con esa ansiedad, con ese miedo de querer controlar

continuamente todo lo que pasa en la vida. Eso sí que me ha ayudado mucho a estar con

más serenidad, con más confianza… Y dejar fluir… Esta palabra ahora la digo mucho, me

gusta: dejar que las cosas pasen, ¿no? Que fluyan…

Chelo constata cómo a través de un par de juegos se dio cuenta del control

excesivo que ejercía sobre las situaciones de su vida y sobre ella misma y también

de su falta de confianza. Desde ahí, desde ese Darse Cuenta, pudo empezar a

modificar un poco su “armadura” de control, pasando a estar más suelta y más

relajada. Cuando habla del “ángel que cuida de ella y de su familia” creo que

conecta con la “magia de la vida”, con aquello que no es racional y que por tanto

no puede tratarse desde ahí. Tal vez esto último sea tan sólo una buena proyección

mía, porque de lo que si que estoy convencida es que yo lo experimento de esta

manera: MAGIA dentro de lo cotidiano, en el día a día.

NELA: luego, en cuanto a continuar el proceso es obvio, ¿no? Que sigues…

CHELO: sí, sigo, y tanto. Todo lo que me ayude a conectar más con… con… pues eso.

Primero, todo esto me ha ayudado mucho a ser más consciente de lo que me pasa. Antes

era mucho el escaquearme: no querer pensar, no querer plantearme nada de lo que me

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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pasa…

NELA: vale, entonces enlazamos también con la pregunta de que sí que sabes reconocer

más mecanismos de evitación

CHELO: sí, y tanto. A veces lo paso fatal porque soy tan consciente de lo que me está

pasando, que… no estoy acostumbrada a eso. Antes me escaqueaba mucho, y ahora no:

cuando estoy evitando algo, cuando estoy en una situación concreta, ahí está el “ya estás

huyendo, ya te está pasando aquello, o lo otro…”. Entonces siento que es muy pesado el

tener siempre ahí alguien que me va hablando, que me va recordando. De tan consciente,

todavía me cuesta el aceptar esto, ¿no? Que soy muy consciente.

Podríamos hablar aquí de “voz de la conciencia” o “Pepito Grillo”. Lo digo por lo

del diálogo interior dándose cuenta de lo que está aconteciendo. A mi me resulta

muy familiar todo esto porque me pasa lo mismo; un pequeño matiz: me ocurre a

veces que aunque me de cuenta que estoy evitando pues… pues no lo vivo mal. Es

como un permitirme en ocasiones la evitación. Conscientemente, eso si. A veces

está bien evitar, a mí a veces me está bien. Lo que ha cambiado es que no hay

exigencia por mi parte de no evitar. A veces está bien y otras en cambio hay que

coger “al toro por los cuernos” e ir a por ello.

NELA: ¿Cuáles son tus mecanismos de evitación entonces, Chelo? ¿Cómo evitas en la

vida?

CHELO: mis mecanismos de evitación… Huyo.

NELA: pero ¿huyes físicamente?

CHELO: huyo por patas físicamente o… Las dos cosas. Huyo físicamente y cuando no es

físicamente, no viendo y no enfrentándome a las cosas.

Chelo en lugar de coger la energía para pasar a la acción de las cosas que quiere

coge la energía para “huir por patas”, como ella dice. Creo sinceramente que está

haciendo un trabajo importante de Darse Cuenta de cómo proyecta fuera todo eso

que piensa de sí misma. A ella le es muy fácil imaginarse que los demás son

mejores que ella, que físicamente no gusta a los hombres, etc. Por eso ahora puede

explicar que confía más en la vida: al no verse a sí misma con tan malos ojos,

tampoco proyecta que el exterior la ve igual. Así que al no haber una proyección

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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negativa hacia el exterior, puede sentir mayor confianza en la vida.

NELA: Y alguna cosa negativa. La parte negativa de trabajo que se efectúa a partir de

Gestalt y juegos. Qué parte mejorarías, qué parte has vivido como contra.

CHELO: no sé, no sé qué decirte. No se me ocurre…

FERRAN: es que es difícil, ya se te ocurrirá…

CHELO: ¿Qué es difícil…?

FERRAN: Quiero decir buscar algo negativo, de repente…

CHELO: sí, es difícil.

NELA: (Risa) Ahora no sé si hablas en serio o es una broma…

FERRAN: lo digo porque lleváis mucho rato potenciando, buscando lo bueno…

CHELO: es que negativo, ahora, no se me ocurre nada. (Silencio durante unos

segundos…) Que algún día tendré que acabar con esto. Que no puedo estar toda la vida…

O sea, un poco de adicción. Últimamente es un poco de adicción.

NELA: ¿como estar al tanto de que no dependas, sería, o cómo es?

CHELO: sí, de que no pueda… hacer otro tipo de cosas, ¿no? Que tenga la necesidad para

siempre de seguir aquí, ¿no? Por los siglos de los siglos. Yo sé que me engancho mucho a

las personas y a las cosas.

Es un reconocimiento claro y sencillo de su dependencia afectiva.

NELA: ¿Y de alguna manera el juego te facilita tu dependencia? El pasárselo bien igual te

amplifica este mecanismo tuyo.

CHELO: no, son las personas. Las personas, que me engancho a las personas.

Entonces lo que no quiero llegar es el seguir aquí, seguir adelante más años… Pues eso,

por los formadores, o por las personas que ya llevo más de un año con ellas… Pienso qué

es lo que haré con eso.

NELA: como que la relación afectiva que antes decías que te ayudó a vincularte, no sea

ahora la causa que te haga depender, o algo así.

CHELO: Sí.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Chelo, al combinar la terapia individual con la grupal está consiguiendo hacer un

ciclo de la experiencia bastante completo. Habla de su dependencia con Espai

Lúdic, pero desde fuera se ve claro como se va nutriendo cada vez mas de sí misma

y de todo lo que es, teniendo una realidad más clara de quién es ella. Estoy

convencido que todo este proceso ha de aportarle que, cuando sea el momento, deje

de confluir con nosotros para poder hacer una buena retirada y así empezar otra

gestalt nueva, donde sea y como sea.

NELA: Está bien.

FERRAN: sí, está bien.

CHELO: sí, ahora me tengo que ir.

FERRAN: pues muchas gracias por todo, Chelo.

JUDITH: un besito y que vaya bien la celebración familiar. ¡Y felicita a tu hija, con esa

carrera que se ha sacado!

CHELO: sí…

TODOS: Adiós, Chelo…

FERRAN: no te emborraches, hoy.

CHELO: qué va…

NELA: Seguimos con vuestras conclusiones, un poco con lo de Chelo. Judith, cómo

seguiría aquello que quedó pendiente… Aquello pendiente entre tú y yo…

JUDITH: bueno, en Mas Llaneta fue realmente la cristalización de todo lo que llevaba

trabajando en el curso. O sea, todavía hoy que ya hace un año, casi… Ya ha hecho un año,

de hecho… Lo pienso y me parece increíble todo lo que llegué a aprender en aquel fin de

semana. Aprendí tanto y me di cuenta de tantas cosas… Y tantas tan… Y aparte me

acuerdo que yo le dije a Ferran: “¡Es que esto se me va a olvidar…!”, y él me dijo

rotundo: “No, esto ya no se te olvida. Esto lo has aprendido de una manera que ya no se te

va a olvidar”. Y, bueno, de momento no se me ha olvidado.

A ver, lo que me pasó con la autoridad fue que hicimos un juego en el que teníamos que

vendarnos los ojos y salir corriendo hacia delante a ciegas, y enfrente había gente que te

iba… que me iba a parar y evitar que me fuera con un barranco o contra un árbol, ¿no? Y

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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yo, no sé por qué, se me fue… me fui del Aquí y el Ahora y estaba pensando

constantemente en mi padre, no sé por qué. De hecho hice la primera carrera y me fui

hacia la derecha, y algún compañero comentó: “hacia la derecha es el padre”. Y todavía

me metí más. Y entonces hubo posibilidad de repetir y yo dije: “yo, yo, yo repito…”. Y yo

no sé, no sé qué hice, pero ¡salí corriendo tan a lo loco…! Y bueno, me llevé por delante…

¡a la terapeuta! (Risas. También risas de Nela). Arrollé, Arrollé. Y además, cuando me di

cuenta de que había arrollado fue: “pero bueno, aquí no había alguien que me parara o

qué”. O sea, me enfadé, lo puse en el otro totalmente. No puse conciencia en lo que yo

había hecho para nada. Entonces, bueno, esto desencadenó una mini-crisis porque…

Bueno, tú te habías arañado con unas zarzas, estabas sangrando, Susana se había caído, yo

me sentí muy mal, conecté con la niña… Aparte yo soy bastante de tender a la culpa

siempre, entonces yo me sentí fatal. Bueno, ya dramaticé un montón. Peor lo que has

hecho a Nela… Y encima como con Nela había esta barrera, pues eso, me sentí fatal…

Pero, no sé, encontré una forma recogerte en un aparte y hablar, y de repente salió todo, y

lo entendí. Entendí que yo en ti veía a mi madre, y que claro, yo había corrido y la inútil

de mi madre, en lugar de pararme, pues mira, encima me la había llevado por delante,

encima se había hecho daño… ¡Como siempre!… Y bua, ahí salió todo. Y me quedé muy

tocada durante un buen rato. Lloré, lloré, lloré, no quería… Los compañeros venían y no

me consolaba nada, me sentía muy mal.

Mi recuerdo es claro, nítido. Estábamos haciendo el juego que Judith describe

arriba y yo formaba parte de la barrera. Lo habían hecho todos los demás y no

había habido ningún problema. Cuando se dio la señal Judith salió corriendo como

una tromba o un ciclón: no había ningún tipo de control, era un fenómeno de la

naturaleza en movimiento. Y la vi. Vi claramente como iba desviándose hacia su

derecha en dirección hacia donde nos encontrábamos Susana y yo. Y la vi venir, la

intuí y esta intuición me decía que iba a precipitarse contra nosotras. Y le dije

“stop”, “para” y así varias veces y a una distancia mayor de la que había hecho con

otra gente. Nada, no sirvió de nada. El ciclón Judith seguía imparable. Yo,

curiosamente sentía miedo por ella por si acababa frenando contra un árbol, en ese

momento no temía por mí. Y ocurrió: se nos echó encima a Susana y a mí, nos

arrolló literal y físicamente. A ella no le pasó nada de nada pero Susana recibió un

buen golpe y yo terminé con ambas manos ensangrentadas ya que me arrastró hacia

unas zarzas y con un golpe muy fuerte en una pierna que incluso me hizo cojear

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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durante unos días. Por si todo esto no fuera ya suficiente encima nos regañó a mi y

a Susana: “¿cómo es que no me habéis parado? Vaya, pues yo confiaba en

vosotras…” Pudimos hablarlo y recogerlo. Yo le expuse cómo me había sentido y

creo que, por primera vez a lo largo de todo el taller, hubo un acercamiento sincero

entre nosotras, un poder compartir y expresar.

Es cierto que en terapia individual salía a menudo el enfado con su madre por no

haberla cuidado como ella quería. Me alegro de que tuviera esta confrontación con

Nela en este juego ya que por fin esto produjo el “awaraness” que necesitaba Judith

para poder dar un nuevo paso con el conflicto con su madre.

Pero bueno, al cabo de un rato seguimos con las dinámicas del taller y ya, más o menos,

remonté.

Luego, aquel juego de dos pasos para adelante y uno para atrás. En aquel juego tuve tres

revelaciones de estas muy fuertes. Y todavía me acuerdo, un año después.

No sé, yo me fui muy tranquila de ahí, con la sensación de haber aprendido mucho y con

la sensación de cargar con un maletín de herramientas tremendas, para transitar por la

vida.

¿Qué más?

NELA: ¿Y los mecanismos de evitación?

JUDITH: ¡Uffff...! Bueno, no sé si fue hacia el final o antes, descubrí que evito mucho el

conflicto. Sí, soy una gran evitadota del conflicto. Pienso que si me enfrento a alguien va a

salir un torrente de ira de mí, que va a arrollar. Como arrollé saliendo a correr.

En este caso ¡a mi!

Y al contrario de lo que ha dicho Chelo, que a ella le cuesta confiar en la vida, yo también

me di cuenta -a lo largo del curso y especialmente en Mas Llaneta- que a mí me pasa lo

contrario, que soy demasiado de confiar. Llega un punto en que el optimismo y las ganas

de vivir me desbordan y me voy a lo otro. Al: “¡Venga!”, el “¡Dejaos llevar!”. Es el no-

medir. Es igual lo que pase. Que lo conecto mucho con el suicidio de mi padre, con esta

inconsciencia. Aparte recuerdo que algo me dijiste tú, de “es que tienes que aprender a

poner límites”, que también fue como un pensar: “Joder, que no tengo límites”.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Recuerdo con claridad esta conversación con Judith allá en el verano: cómo pasa

de estar un tanto reprimida a “ir a por todas” sin ningún tipo de freno. En ese

momento le da igual matar que matarse. Yo diría que es un punto de euforia tan

grande que ni se ve ni ve al otro, un tremendo desborde que puede llegar a hacer

daño o al entorno o a ella misma. Encontré este Darse Cuenta de una importancia

vital para su crecimiento.

Y esto me da miedo, me da miedo. Cuando lo pienso me da mucho miedo. En mi fantasía

el no tener límite es como que me lleva a pensar eso, que me puedo llegar a poner en

peligro.

NELA: Judith, pero un límite también te aporta seguridad

JUDITH: sí, sí, totalmente. Y luego, a ver, luego en mi vida nunca me he puesto en una

situación de riesgo. Como que al final la cabeza siempre pesa mucho en mí. Pero en estos

momentos de falta de conciencia, se me va… Se me va… Refrenar la pasión es una de mis

cosas pendientes, también.

NELA: la regulación.

JUDITH: sí, el cerrar el grifo, la regulación del grifo.

Y siempre hago este gesto, como de tirar de bridas de un caballo, porque es como yo me

siento, ¿no? La pasión ésta, cabalgando, desbocada, y que tengo que aprender a llevar yo,

las riendas…

Mecanismos de evitación, básicamente es esto. El miedo al conflicto. ¡Y el miedo al

fracaso! No me lo permito, esto, también me he dado cuenta. Soy muy autoexigente y no

me permito fracasar, me cuesta mucho. Me hundo mucho con el fracaso.

NELA: y cuál sería tu parte negativa. Igual que Chelo decía que en su caso era el miedo de

estar siempre ahí, dependiendo.

JUDITH: Ah, bueno (recordando), otra cosa que me he dado cuenta es el poco contacto

con mi parte femenina que tenía, que esto también lo he ido… A través del juego, y del

contacto físico y tal, lo he ido reconduciendo y ahí estoy muy satisfecha de lo que he

conseguido. De reconciliarme con esta parte… Creo que aquí lo he hecho muy bien, he

avanzado más casillas que en otras cosas. Y era una parte muy importante para mí con lo

cual estoy satisfecha.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Cuando definía antes a Judith como un ciclón creo que me estaba refiriendo

precisamente a esto: a esa energía masculina, brusca y arrolladora. A mi no es que

me parezca mal lo masculino, no, ni mucho menos. Ocurre en su caso que, al no

estar tan presente lo femenino, resulta un todo incompleto y desde ahí, desde esa

falta de integración de esta polaridad, es desde donde puede dañar o dañarse.

Lo negativo ha sido… Lo que más se me ocurre es que a veces… Que tiene mucho que

ver con lo de la arrogancia, es que claro, vengo aquí, aprendo y tal, y luego salgo a fuera y

voy sermoneando, a veces por la vida, ¿no? A la gente que me cuenta cosas… como que

me cuesta de no empezar a soltar un rollete donde salen palabras como estas, como la

conciencia, el Aquí-Ahora… y lo hago con buena intención, pero hay una parte de mí que

está ahí, esa arrogancia de: “¡Eh! ¡Que yo sé más, que ya llevo un tiempo

trabajándomelo!” Esta parte es la que más veo como posiblemente negativa, de todo lo

relacionado.

Y bueno, que luego, cuando nos juntamos los del grupo, sólo sabemos hablar de cosas de

estas de Crecimiento Personal, y de Gestalt, y nos cuesta un poco desconectar, salir un

poco de todo este ambiente. Pero vaya, negativo, negativo, tampoco.

Me siento en este último punto muy identificada con Judith. Cuando estaba

haciendo la Formación en Gestalt y bastantes años después de acabarla, me pasaba

precisamente esto mismo: era monotema, mi conversación giraba siempre en torno

a lo mismo y además “juzgaba” a los que no lo hacían de “superfluos” y de “no

enterarse”. Ahora no ocurre de este modo; si es cierto que selecciono con quién

deseo compartir el escaso tiempo libre que me queda, pero ya no opera como antes.

Ahora puedo estar o no, ya no es tan importante el entorno, sino la actitud frente a

él. Cuando no me interesa exponer, pues no lo hago. Es sencillo: no lo hago. Por

supuesto, me doy mucho más permisos en la gente con la que quiero estar y no me

exijo ni me juzgo por no estar con los otros. Es todo más sencillo, más simple. El

Ahora trae a personas que en ese momento pues me son cercanas y más adelante,

pues a veces continuamos juntas y a veces no. Es simple. Lo que al presente le

sobra, sencillamente lo descarta y a por otra cosa.

NELA: pero en concreto de Gestalt y juegos, ¿cómo sería? Para Chelo era: obtengo cariño,

pero puedo caer en la dependencia.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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JUDITH: vale, en mi caso sería: obtengo conocimiento y puedo caer en la arrogancia.

NELA: y tú, Elisenda…

ELISENDA: Sí, en Mas Llaneta… Recuerdo que me costó porque coincidió que en ese

mismo día me dolía todo mucho, a nivel físico. Y me costó decidirme a lanzarme y más

que nada por miedo, porque siempre es por miedo a lo que puede pasar a nivel físico, a

que los otros me vean tan hecha polvo… Todo es una escena que se monta en mi cabeza

de muchos miedos a cosas que puedan pasar, porque en realidad no es nada más que “a lo

que pueda pasar”…

Me daba miedo irme tantos días, bueno, unos días, porque para mí eran bastantes, y estar

mal tantos días. Y ahí la verdad es que demostré mucho lo mal que estaba. Porque yo creo

que en todo ese tiempo no había… Claro, en la formación de los sábados eran menos

horas, daba menos tiempo… Ahí eran más horas y la verdad es que destapé más mi dolor

físico, porque no podía hacer cosas, me entristecí mucho, lloré… Me sentí bastante mal.

NELA: aparte estabas lejos del entorno seguro de tu casa.

ELISENDA: sí, eso también. Estaba lejos de casa, de poder decir a mi pareja: " es que no

puedo más…”. No sé, estaba con un grupo que no sabía cómo manejarme la historia.

Entonces, lo que pasa es que lo pasé muy mal durante días, y lloré, y vinieron a

consolarme… y me sentí muy apoyada y muy querida, que también eso era muy positivo,

¿no? Que tampoco hace falta estar en el grupo reducido de la gente que sabe lo que te

pasa, sino que también puedes estar en un grupo que sepan y que te apoyen sin ser los

seres de siempre. Que yo siempre me acojo a ese mundo muy reducido.

Está empezando a reconocer el pánico-terror que le da salir de casa, salir de su

madriguera. Básicamente con quien comparte su enfermedad es con su pareja y

poco más. Salir de sus límites conocidos era para ella toda una proeza, e insisto,

sobretodo en reconocerlo, pues nos costó unas cuantas sesiones individuales el

Darse Cuenta de este hecho. Efectúa una proyección clara: no soy yo la que no

quiero salir y moverme. No, no. Es que es “la enfermedad” y no yo. Pero a fin de

cuentas ¿a quién pertenece esta enfermedad fantasma y en quién se manifiesta?

NELA: a los familiares, a los íntimos…

ELISENDA: sí, sí. Entonces para mí fue positiva la manera de llegar y la manera de irme.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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NELA: ¿Algún juego en concreto, que te recuerde más cosas? ¿Cuál te viene más?

ELISENDA: A ver, a mí el que… Yo vi que la confianza la valoraba mucho. Por ejemplo,

el del ángel. Tenía mucha confianza. Porque la verdad es que no me daba ningún miedo.

No. Veía que me estaban llevando tan bien, que se estaban preocupando tanto que no iba a

pegarme ningún golpe ni nada, porque era demasiado lo que estaba dando esa persona,

¿no? O sea, confiaba totalmente en ella. Y eso también fue algo que me gustó.

NELA: ¿Te sirvió?

ELISENDA: me sirvió mucho…

NELA: eso es mucho, Elisenda...

ELISENDA: me sirvió mucho en eso, en la confianza, que no hace falta…Ese punto de

inseguridad que me da la inseguridad, pues en este juego la verdad es que, como un poco

que la enfermedad me da mucha desconfianza ante la vida y en ese momento, en ese juego

era que me llevaran por donde quisieran, que nada me iba a hacer daño.

NELA: como poder transitar por el otro lado, ¿no?

ELISENDA: sí, sí…Un poco, sí.

NELA: vale. Tus mecanismos de evitación

ELISENDA: más que nada, por ejemplo, todo lo físico. Por ejemplo, Judith es muy melosa,

ja, ja, ja, y a mí me cuesta mucho más. Y sobretodo con gente con la que no puedo, que no

me cae bien

Como entiendo a Elisenda en esto del contacto... Creo que uno de los factores que

influyen más en el cariño que le tengo es porque en muchas cosas hay mucho

paralelismo, mucho parecido. De todas formas, las dos hemos cambiado mucho en

el tema “contacto”. Recuerdo a Elisenda que para saludarme con un beso dejaba el

cuerpo estático y acercaba sólo su cara, y de la cara la mejilla, como si esta fuera

independiente del resto. Era muy curioso el observarla. Ahora, la distancia se ha

roto bastante entre las dos y, si bien nunca llegaremos a ser Judith, hemos ganado

en proximidad; a veces, hasta me da un abrazo cuando viene a terapia o cuando se

va.

NELA: ¿como que evitas el contacto físico?

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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ELISENDA: sí, sí. Cada vez menos, ¿no? Pero sí, es algo que no lo vivo bien. Pienso ¡qué

enganchosos!

NELA: ¿Y eso es más patente durante el taller?

ELISENDA: sí. Y luego también lo que alguna vez me veo como decía Judith. Que me veo

por encima.

Aprovecho para clarificar el tema de la autoridad con Elisenda. Lo habíamos

abierto anteriormente y éste había quedado incompleto; ahora me parecía el

momento idóneo para reabrirlo y poderlo zanjar un poquito más, explorando a ver

que sale.

NELA: eso, cuando estábamos con las relaciones de autoridad, que cada una mostraba

cómo os habíais relacionado con la autoridad, que para Chelo era como una relación muy

sencilla, y para ti, Judith, era “según con quién”, en tu caso –que ya lo tenía claro para

ponerlo- era como que te pones de superior.

ELISENDA: sí.

NELA: …y ni siquiera se lo digo, al terapeuta, que no sabe bastante. Ya ni me confronto.

Para qué.

JUDITH: ¿De sobrada?

ELISENDA: sí, es eso, me lo facilita

NELA: sí. Es interesante ver cómo cada una os habéis relacionado de distintas maneras con

la autoridad.

Y en este caso, claro, con Ferran es como más confrontativo y conmigo, no sé,

también nos conocíamos más de terapia individual

NELA: yo era como el apoyo, ¿no?

Elisenda pudo tener en terapia grupal ambas cosas: apoyo por mi parte y

confrontación por parte de Ferran –o al menos esa es su percepción ya que yo

también la confronto pero de una “forma” muy diferente a la que utiliza Ferran-.

Creo que el poder tener ambas cosas ha sido importante en su crecimiento, aunque

es obvio que ella vive peor la confrontación.

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ELISENDA: sí. Exacto. Eras mi apoyo total. Mi complicidad, la persona que me conocía.

Todo lo contrario, lo opuesto totalmente a lo que yo veía en Ferran.

NELA: entonces, Elisenda, lo que te vas diciendo es: “bah, si en definitiva tampoco sabe”.

ELISENDA: a ver, y que yo lo he dicho así a nivel de Ferran, pero también lo siento así a

nivel de grupo, esto mismo.

NELA: ¿cómo sería?

ELISENDA: pues que en ocasiones en que pienso diferente, pienso para qué… para qué

voy a…

NELA: ¿A confrontar?

ELISENDA: a confrontar, o a decir…

NELA: ¡Pobrecitos…! No lo van a entender…

La forma que tiene ella de confrontar es “desvalorizando“ por lo “bajini” al

terapeuta y al grupo.

(Risas)

Elisenda, ¿podría ser que evitas la confrontación a través de ponerte por encima?

ELISENDA: sí.

JUDITH: yo evito el conflicto, pero yo creo que lo evito siendo pues súper-maja, para

decirlo de alguna manera. O sea, siendo cariñosa, tal, muy comprensiva, siempre

mediando entre los conflictos y tal… Me da que va por ahí. Siendo muy buena, lo que

decía Ferran.

NELA: los croissants…

JUDITH: sí, los croissants o lo que sea

NELA: en tu caso, Elisenda, sería evito el conflicto a través de ponerme por encima.

ELISENDA: sí. Un poco sin que esa persona… Sin mala educación ni nada de esto.

Desvaloriza educadamente y sin perder las buenas maneras.

Es una cosa mía, que lo noto yo, lo percibo yo. Para qué voy a confrontarme con esta

persona si no…

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JUDITH: ¿no voy a sacar nada?

NELA: (ríe fuerte). ¡Qué fuerte! Ja, ja, ja

JUDITH: yo también evito la tristeza, el dolor. Paso bastante de puntillas.

NELA: ¿Y el juego te lo facilitó? El que pudieras contactar con el dolor, quiero decir. Si te

lo hizo más fácil.

JUDITH: sí, cuando hicimos el juego de los cuadrantes, de dividir la sala en cuatro

lugares.

FERRAN: ¿Las cuatro emociones?

JUDITH: sí, las cuatro emociones. Por la alegría transito súper-bien. Yo creo que es mi

cuadrante natural. Por el miedo… no me cuesta, lo que pasa es que me meto muy poco en

el miedo, no soy miedosa. El enfado: tengo una parte ahí, pero encima lo minimizo porque

evito el conflicto y la ira. Y la tristeza también, como que lloro lo justito. Parece que llore

mucho, pero realmente creo que si me dejara sentir la pena de verdad, podría llora días

enteros.

NELA: como que la emoción evitada es la tristeza. ¿Y en tu caso, Elisenda?

ELISENDA: El enfado. También, relacionado con la confrontación.

NELA: y qué crees que evitas tú al no hablar en primera persona.

ELISENDA: no sé… una autenticidad de mostrarme tal como soy… No sé.

Este “no sé” es una muletilla que utiliza muy a menudo. En terapia individual a

veces hemos hecho un pacto, “un juego”: no podía utilizar el “no sé” mientras

durara la sesión. ¡Vaya cambio! Accedía a un caudal de información importante

velada tras el “no sé”.

NELA: OK, y qué parte destacarías como negativas, qué parte mejorarías… En Gestalt y

juegos, ¿eh? Qué parte mejorarías, qué parte has podido vivir como parte un poco en

contra del proceso.

ELISENDA: no sé. Alguna vez que otra, algún juego a lo mejor me ha sido como

repetido… ¿Sabes? No sé cómo explicarlo… lo recibo como: “Qué aburrido y qué poco

me va a aportar”. Pero muy pocas veces. En realidad me lo he pasado mejor que… Es por

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decir algo.

NELA: es para ver un poco también el otro lado.

ELISENDA: o un juego que me ha aburrido más. Pero algo como…. Como en casi todos

los juegos, la verdad es que te diviertes mucho, también notas la diferencia en los juegos

en los que no te implicas.

NELA: ¡Ahhh…! ¡Eso está bien…! A ver, Elisenda, a ver qué te parece: sería como que

como vives con tanta intensidad lo que te gusta tanto, luego cuando no te gusta, lo vives

como mediocre…

Opino que es justo lo mismo que le ocurre con su proceso de enfermedad: vive

muy intensamente el placer y “reniega” totalmente de los ratos en los que hay

dolor. Hace ya un tiempo que estamos trabajando equilibrar o armonizar estos dos

lados tan opuestos. Algo muy importante que quiero destacar es que este dolor

suyo ha hecho que los espacios en donde no está puedan ser absolutamente

placenteros. En definitiva, el dolor le está conectando con saborear minuto a

minuto el presente y disfrutar de cientos de pequeñas cosas que al estar sanos no

tenemos en cuenta. Ratifico plenamente todo lo anterior como algo también mío,

ya que mi enfermedad me ha ido aportando a mi vida algo muy similar a lo

anteriormente descrito.

ELISENDA: mmm…

NELA: un poco lo mismo que con tu vida, ¿no?

ELISENDA: sí, así visto, sí.

NELA: ¿Sería que cuando no estás del todo satisfecha, es mediocre. ¿Sería un poco eso?

ELISENDA: sí. Es que como me hace subir mucho lo que me gusta, cuando no me gusta

me aburro y pienso “vaya mierda”, ¿no? Sí, sí. Es eso.

JUDITH: a mí eso también me pasa un poquito. Lo que me gusta me entusiasma. Aparte

soy bastante contagiadora de entusiasmo. Y lo que no… me da una pereza… pero

bueno… como soy tan buena, lo hago. Porque, hombre, como me voy a poner yo, tan

buena, en un rincón, a enfrentarme a la autoridad y decir: “pues no lo hago porque no me

da la gana”. ¡Imposible! La niña buena no contradice a los que mandan.

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NELA: muy bien… ¿Se os ocurre algo más? Y si no, si tuvierais que quedaros con algún

juego, con uno sólo, ¿con cuál os quedaríais, para poder elaborarlo más detalladamente?

JUDITH: yo, por la intensidad con la que lo viví y por lo que aprendí, porque es que

fueron como cuatro revelaciones, en un solo juego, en Mas Llaneta, el de dos pasos

adelante y un paso atrás. Ese juego creo que me ha enseñado más de mi misma que

cualquier otra cosa que haya vivido.

Pura Gestalt: dos pasos adelante y uno hacia atrás. ¡Qué bueno tenerlo en cuenta en

esto de crecer y madurar!

NELA: ¿Y qué fue?

JUDITH: bueno, pues me di cuenta de que… Lo viví con mucho enfado. O sea, yo daba

los golpes atrás y daba golpes de caballo. Levantaba un polvo en el camino… ¡Me hubiera

dejado arrancar una muela antes que tener que ir hacia atrás! ¡Tenía un cabreo…! Luego,

me di cuenta de lo que me cuesta, eso, el fallar, y el ir para atrás, y la sensación esa de no

estar avanzando… Y luego ya, pues nada, empezamos a andar, y a andar, y a andar…

… Al principio me salió mucho la competitividad. Yo quería ir la primera, y como no lo

conseguía, pues hubo un momento que me rendí, y dije: “bueno, pues no pasa nada, si no

eres siempre la mejor, que es a lo que estás acostumbrada”, siempre la mejor… Entonces,

casi enlazado con esto, lo que me pasó, al relajarme por aceptar no ser la mejor, no sé qué

pasó, pero empecé a avanzar posiciones. Porque iba relajada. Y entonces iba dejando

gente detrás y entonces me sentía mal por dejar gente detrás, y el segundo aprendizaje fue:

“no siempre tienes que ser la mejor… No siempre tienes que ser la mejor, pero si lo eres,

no te tienes que sentir culpable”. Luego, a mitad del camino, hubo una compañera, Marta,

que tuvo una crisis. Entonces, lo estaba pasando muy mal, y ya estabais los terapeutas ahí

con ella, ayudándola… Pero mi primer impulso fue pararme y, “hombre, ahí hay que ir a

ayudar”, porque yo soy de darlo todo y de, venga, donde me necesiten.

Y tuve una tercera revelación que fue: “no siempre tienes que cuidar de todo el mundo”.

La gente ya tiene ángeles que van por ahí… no tienes que salvar al mundo y arreglarlo

todo, ¿no? Que es algo que… Un peso que también me impongo mucho, de salvar al

mundo, solucionarlo todo.

Y al final, entre pitos y flautas, llegué de las últimas. Y entonces me iba agobiando porque

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pensaba: “jo, de dieciocho habrán llegado dieciséis, y estarán esperándome, ¿no?” Y me

sabía mal, que tuvieran que esperar por mí. Y entonces entendí que normalmente soy yo la

que siempre va a complacer a los demás, y a mí no me importa esperar a los demás. Y

pensé: “bueno, pues por una vez, que te esperen a ti. Tú ves a tu ritmo y ya llegarás y que

te esperen, igual que tú esperas”.

Imagínate… Todo esto en veinte minutos. Es que me iba la cabeza a mil.

No veo necesario añadir algo a estas reflexiones, ya que por sí mismas son

bastantes significativas.

NELA: ¿Y tú Elisenda qué destacarías?

ELISENDA: sí, el mismo de Judith.

NELA: ¿El mismo? ¿Sí?

ELISENDA: sí, el mismo y el de la fábula con moraleja. Esos dos. Que nos parábamos en

las escaleras de la fábula, que tenía que estar en cada uno. Ese juego también me revelaba

como muchas cosas. Yo me decía: “qué fuerte que de una persona en nada… puedas

adivinar… ¡tanto!”

NELA: algo de una persona a través de una fábula, ¿no?

ELISENDA: sí, eso me llamó mucho la atención. Además, aprendí mucho, también.

JUDITH: además, fueron seguidos: el de la moraleja y el del camino.

FERRAN: bueno. Está bien, ¿no? La información.

NELA: Sí, yo también lo creo.

JUDITH: esto ha sido como terapia de grupo, ¿eh?

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Resonancia del terapeuta

Nela.

Llegamos al fin del taller y al fin del proceso de este grupo. Estoy más que

satisfecha del resultado global… Tanto que me está ocurriendo algo que, si bien ya

había percibido en otras ocasiones, no se había producido con tanta intensidad y

volumen. Es lo siguiente: me gustaría que no acabara este grupo nunca; que el

proceso que empezamos allá por octubre se prolongara en el tiempo y no finalizara

aquí. No lo siento justo –desde la cabeza sí, pero emocionalmente no- porque ahora

que existía un vínculo, un lenguaje común, una dinámica creada -todo esto facilita

el crecer, el expandirse-, pues justo ahora, a mí no me apetece que todo acabe.

En un primer nivel grupal forjar la línea de trabajo, las directrices, el ir creando la

senda por donde vamos a transitar suele resultarme costoso; y ahora que esto ya

está hecho ¡pues se acaba! No, no me parece justo. Además, les tengo cariño y me

parece que es tanto lo que aún podemos hacer juntos, lo que queda, que yo

continuaría. Y esto no es así. No puede serlo porque el formato está pensado para

un año; cierto que luego pueden continuar haciendo más cosas pero “este

momento” muere aquí y así ha de ser.

Antes definía uno de los juegos –en concreto el del angelito- como un trabajo entre

otras cosas de desapego. Pues bien, creo que esto también es aplicable a mí:

contacto-retirada. He de transitar por ambas. Me doy cuenta que mi contacto es

muy progresivo, muy poco a poco y supongo que la retirada también es así: no me

gusta que sea de golpe, aunque antes yo lo hacía mucho. Me refiero a retirarme sin

previo aviso y la mar de feliz. Claro que ahora puedo hacerlo si no estoy a gusto o

no me apetece un contacto determinado; lo que ha cambiado es que mi vínculo

afectivo con el entorno ahora es mayor y más sólido, y por tanto –como es ahora

con el grupo- me cuesta retirarme y pasar a otra cosa.

Creo que también tiene que ver con que ahora disfruto más con la gente; en la

medida en que me permito “ser más yo” y concederme mis espacios , mis pequeñas

retiradas y moverme y sentirme en libertad pues disfruto más y de ahí que no

quiero acabar.

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En cuanto al trabajo de este fin de semana ha sido muy satisfactorio y provechoso.

El grupo se ha mojado mucho y me resulta muy satisfactorio “poder recoger el

proceso, el fruto”. Es evidente que esto no queda aquí. Cuando hablo de “proceso”

me refiero exclusivamente a este, a este año. Por supuesto no queda cortado, a no

ser que ellos quieran dejarlo así, que ya les sea suficiente; pero el proceso no se

corta porque es inherente a la propia vida, intentar que sea de otra manera –al

menos desde como yo lo concibo- sería como cortar el ritmo cambiante de la

naturaleza, de todo lo que está vivo y en continua transformación. También soy

consciente que la mayoría de las cosas y aspectos de los que se han dado cuenta

necesitan ser consolidados: el Darse Cuenta como tal es vital y muy importante, y

también tiene capas –como las capas de la cebolla que cita Fritz Perls-, y cuanto

más ahondas, más sutiles se vuelven y más difíciles de percatarse de ellas. Además,

lo visto necesita irse consolidando y sosteniendo progresivamente, pues si no

tiende a diluirse o a estancarse: por eso considero tan necesario el ir “sosteniendo”

el proceso en continua transformación del Darse Cuenta: para que éste pase a

formar parte de nuestra naturaleza y desde ahí podamos usarlo a nuestro servicio.

Me planteo cómo será el próximo grupo, el de Octubre de este mismo año y un

pensamiento emerge como figura de entre los otros: “nunca será como éste. Por

muy bien que vaya, no podrá igualarlo”. ¡Vaya, vaya! Bueno, a fin de cuentas

tampoco es que esté garantizado que vaya a haber un nuevo grupo ¡igual ni se

forma!... Me estoy yendo por completo al futuro, cabalgando encima de mis

pensamientos. O más bien son ellos los que cabalgan encima de mí llevándome por

donde desean.

Me despido de este grupo con un buen sabor de boca y muy complacida. Cerrar

una gestalt para abrir otra nueva .

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CONCLUSIONES TALLERES GRUPO 1 .

Este último apartado tiene como objetivo una conclusión del análisis que hemos ido

efectuando a lo largo de todo el capítulo anterior.

Para ello cabe que nos preguntemos: ¿qué es lo que realmente han conseguido a lo largo

de todo este tiempo trabajando? ¿Cuáles han sido los cambios efectuados durante el

transcurso del taller? ¿De qué aspectos fundamentales se “han dado cuenta“, tanto de sí

mismas como de su entorno? Y con independencia de los cambios, ¿existe algo más de

aceptación, paz, alegría o simplemente sentirse más a gusto con ellas y con sus vidas?

Visto lo cual, vamos a traer nuevamente al ahora a las tres protagonistas del mismo,

Elisenda, Chelo y Judith, y sintetizar en unas pocas líneas el trabajo efectuado en el grupo.

CONCLUSIONES PARA JUDITH:

Primer taller:

Tiene más contacto y atención al presente, al Aquí y Ahora: Sensación de

enraizamiento.

Se siente más cómoda y relajada con el mundo externo.

Reconoce y acepta atributos suyos que desvaloraba -como la alegría- e incorpora

otros que le gustaban y admiraba en otras personas: la honestidad y autenticidad

emocional.

Hace mayor uso en el lenguaje de la primera persona, ganando con ello

autorresponsabilidad.

Comienza a poner en uso una polaridad suya reprimida: DAR Y RECIBIR.

Segundo Taller:

Reconoce su necesidad de contacto con lo masculino, con el hombre.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Se da cuenta de su confluencia: No puede negar al otro y ha de incluirlo siempre.

Tiene menor nivel de autoexigencia: “Si me equivoco no pasa nada, no soy

perfecta”.

Tercer taller:

Se da cuenta de que no gestiona los límites: o se reprime o arrasa.

Puede elaborar una transferencia importante hacia la terapeuta relacionada con su

madre.

Establece contacto con el poco contacto que tiene con su feminidad, con su mujer.

“Se rinde”: más entrega hacia la vida – “no siempre he de ser la mejor ni siempre

he de salvar a los demás”-.

¿Qué es lo que más ha evitado? Sobre todo el conflicto a través de su niña buena

que hace de mediadora. Las emociones que evita son la tristeza y el dolor.

CONCLUSIONES PARA ELISENDA:

Primer Taller:

Comienza a contactar, a reconocer y a transitar por el disfrute, por la diversión y

por la alegría, con lo cual “visita” mucho más el otro lado de la polaridad que en

este caso estaba más en la sombra.

Abre una ventana al mundo: tiene mucha mayor expresión externa de lo que le

acontece internamente.

Reconoce su necesidad de pasar a la ACCIÓN –y de que, encima, le gusta-.

Redescubre su sentido del humor y que tiene menor vergüenza escénica de lo que

pensaba.

Segundo Taller:

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Se da cuenta de cómo se compara y se desvaloriza, ocasionándose un alto nivel de

frustración.

Tiene mayor credibilidad afectiva en lo externo, en el mundo : “afuera también hay

amor sincero.”.

Es un poquito más consciente de cómo evita, utilizando para ello la tercera persona

(este punto creo que es uno de los más inmaduros).

Tercer Taller:

Descubre que en lo más profundo de ella existe CONFIANZA y puede incluso

retomar un poco de la misma.

Evitaciones: el contacto físico. Evita también la confrontación abierta utilizando

como contrapartida la desvalorización del otro situándose por encima. La emoción

más evitada: la RABIA, el enfado.

CONCLUSIONES PARA CHELO:

Primer Taller:

Tiene más capacidad para salir -a ratos- de su universo mental, y de esta manera

puede contactar más con su cuerpo y con sus emociones.

Siente más alegría y diversión, tanto en el grupo como en su vida cotidiana.

Conecta más con sus auténticas necesidades.

Es más consciente de cómo compara y se compara. También cómo idealiza el

pasado en detrimento de su ahora, de su vida actual: “cualquier tiempo pasado fue

mejor”.

Muestra más su rabia, su ira, con lo cual empieza a transitar por el otro lado de la

polaridad: niña buena-niña enfadada. La segunda, obviamente, la tenía en la

sombra.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Posee mayor contacto con el ahora, con el Presente: esto le aporta PAZ

Segundo Taller:

Reconoce su necesidad de lo masculino, del hombre, de la pareja.

Se cuida mucho más: Autovaloración, Autoapoyo, Autoestima.

Incorpora en la práctica lo aprendido en su vida profesional ganando con ello un

contacto más sincero con sus alumnos, además de más divertido.

Tercer Taller:

Se da cuenta de su falta de confianza en ella y en la vida y empieza a sostenerse

en lo contrario: mayor CONFIANZA.

Tiene menor grado de dependencia afectiva y por lo tanto mayor grado de

autonomía.

Su mecanismo de evitación lo efectúa “no queriendo ver, no queriéndose enterar” y

huyendo. La emoción más evitada en ella es la de la ALEGRÍA.

El examen detallado de todo lo anterior nos llevaría a poder afirmar la siguiente

conclusión: podemos apreciar cómo en las tres participantes se ha producido un

aprendizaje significativo de la metodología gestáltica a través de los juegos.

Cito ahora genéricamente alguno de ellos:

Tienen mayor sensación y contacto con el Presente, con el Aquí y Ahora.

Les es más fácil la autenticidad.

Utilizan el lenguaje en primera persona con mucha más frecuencia.

Tienen un mayor sentido de autorresponsabilidad.

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Se dan más cuenta de sus mecanismos de evitación del contacto.

Pueden transitar más fácilmente por ambos lados de algunas de sus polaridades.

Son mucho más conscientes de sus emociones evitadas.

Poseen un mayor contacto con sus necesidades y con como satisfacerlas.

SE DAN CUENTA.

Por tanto: el empleo combinado de Gestalt y juegos es una vía de aprendizaje

importante para las personas que participan y hacen uso de estos talleres.

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GRUPO 2, PRIMER TALLER.

Descripción del taller: juegos y dinámicas llevadas a cabo.

El Ciclo de la Experiencia. Mayo 2004.

1) La estatua de sal: consiste en que hay una persona que se denomina “el escultor”,

y el resto del grupo huye, a manera de “tocar y parar”. Cuando el escultor, que

persigue, toca a un miembro del grupo, este queda parado como una estatua de sal:

vista hacia delante y no puede mover la cabeza, con los brazos en cruz y extendido,

y las piernas abiertas, de manera que si otro compañero que no está convertido en

estatua, pasa por debajo, éste queda liberado y puede moverse de nuevo. La

manera de descansar o estar salvado sería quedándote un tiempo debajo de la

estatua, ahí el escultor no te puede tocar.

El primer objetivo de este juego es simple: situar a la gente en el contexto de juego. Esto

quiere decir que utilizamos los 3 niveles de funcionamiento (mental, físico y emocional),

intentando poner “la mente en blanco” para que lo que va a ocurrir no sea anticipativo, con

lo cual llegamos a la vivencia del Darse Cuenta.

El juego de por sí ya da la actitud de situarse en el sentimiento de presencia, el Ahora y

Aquí. Es decir, dejamos a un lado la actitud neurótica, que es anticipativa: situamos a los

alumnos en los 3 niveles en el Ahora y Aquí, a partir de unas normas por las que tienen

que buscar unas estrategias a través de lo aprendido. Desde una perspectiva Gestalt, el

juego en sí tiene unas normas muy sencillas: el proceso es ir aprendiendo con la propia

experiencia y con la del otro una previa anticipación de la estrategia: la estrategia se

aprende en el momento.

Podemos ser perseguidor (siendo proactivo al acontecimiento en la parte en que eres

“convertidor de estatuas”) y perseguido (más reactivo, huyendo del peligro). Desde

Gestalt, sería trabajar el rol de Darme Cuenta, de si me muevo mejor en reactivo o en

proactivo; si soy generador o conservador. En este darse cuenta veo dónde me muevo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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mejor o cuál de las 2 situaciones evito.

En el momento en que el cuerpo empieza a ponerse en movimiento, puedo notar si sé

autorregularme, conecto con la autorregulación del organismo: si siempre voy huyendo o

siempre voy persiguiendo, y no me tomo mis descansos, en el sentido de no caer en la

cuenta de la primera parte del ciclo de la experiencia: sensación-percatación (el nivel en

que mi organismo es consciente de estar agotado o no, por encima de la huída, no busco

un descanso debajo de una de las estatuas de sal, o incluso me dejo cazar para que mi

cuerpo descanse: continuó con la compulsión (de huída o de perseguidor). Qué nivel de

insensibilización tengo a que mi organismo esté cansado: cuando paro, noto que mi nivel

de respiración es tan agitado, que me ha atrapado mi nivel emocional adrenalínico para

huir o para perseguir. En este caso, mi organismo tarda un tiempo en regular la respiración

y el corazón y no me he dado cuenta si he trasgredido mi nivel de funcionamiento óptimo.

La siguiente vez, si el Darme Cuenta ha sido verdadero, o me dejaré cazar o me quedaré

un tiempo descansando debajo de una estatua de sal, y de esta manera, poner conciencia en

el nivel de sensibilización de mi cuerpo.

También hay un tercer Darme Cuenta en este juego: cómo vivo el fracaso si me cazan. Si

durante un tiempo me culpo, entro en el proceso de fracaso, o lo vivo como una invitación

al descanso. Cuánto tiempo tardo en ser plástico y adaptarme al cambio, cuánto tarda mi

organismo de salir de la reacción que me ha provocado el hecho de que me convirtieran en

estatua; entraría en un mecanismo neurótico, que es un gatillo que me lleva a las veces que

he fracasado en función de si para mí el que me cacen es un fracaso quiere decir que ese

gatillo me llevará a todos los fracasos de mi vida, y tardaré más tiempo en autorregularte y

que pueda aceptar la situación como buena. Si tengo aceptado el “fracaso” como

aprendizaje, que es el caso del juego, tardaré menos tiempo en parar, aceptarlo y

adaptarme a la nueva circunstancia. El proceso de plasticidad gestáltico tardaría más o

menos en función de lo neurótico o no que estoy al fracaso. Esto me hará Darme Cuenta

de cómo me permito o me sanciono el fracaso. O cómo todo el tiempo estoy esperando

que me salven, y no salgo de mi neurosis, esperando a que ocurra algo que no está

ocurriendo y que puede ser que no ocurra, con lo cual otra vez salgo de mí Aquí-Ahora.

2) Juegos para tomar confianza en el grupo y en la vida:

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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a) En rueda: se hace un círculo donde cuando como terapeutas o formadores

tocamos a uno de los participantes, éste se precipita hacia delante de manera que el

reto del grupo le coge para que no se caiga. Lo mismo se puede hacer dando la

consigna de caer hacia atrás. Con los pies quietos, al que hemos tocado tiene que

dejar que el cuerpo se balancee hasta caer al suelo, cosa que impedirán los

compañeros.

b) “El desmayo de FEHÓ”: es el mismo juego que el anterior, pero aquí las demás

personas van caminando por la sala, decimos un nombre de alguien que está

presente, y tiene que hacer como si se cae desmayada en redondo. Antes de que se

caiga, sus compañeros, los más cercanos, tienen que acercarse para evitar ese

desmayo, que la persona se rompa la crisma.

¿Qué trabajan a nivel de Gestalt estos 2 juegos? Se puede trabajar como el juego de antes:

poner conciencia en cada nivel (mental, emocional y físico), o trabajar la confianza, que es

el objetivo principal. En el juego lo importante es la sensación de incertidumbre o vacío

fértil: no sabes lo que va a ocurrir un instante después. Eso, llevado al terreno máximo de

las consecuencias, se traduce en la confianza en la vida: cada organismo vivo tiene de por

sí lo suficientes elementos como para sobrevivir y su supervivencia, de alguna manera, es

un valor para la evolución humana. Hacerlo o no es una decisión, e implica que el vacío se

convierta en fértil. Cuanto más tiempo podemos estar en el vacío sin esperar nada, sin

llenarlo de una expectativa o de un objetivo, más oportunidades nos brindamos para dar

paso a que trabaje la parte más inconsciente, la parte no controladora. Y a que el siguiente

paso sea el desarrollo y el proceso natural de la persona, en el contexto en que se está

jugando.

En este caso sería: si yo no sé si me van a tocar por la espalda, cómo vivo la

incertidumbre, cómo soy capaz de entregarme a lo no-conocido, y poner la atención en

eso. Cómo vivo desde el aspecto emocional la anticipación, o si me preparo “por si acaso”,

o si me relajo, o si dejo de estar con la atención Aquí-Ahora porque puede ocurrir que me

toquen y estoy pendiente. Serían dos caras de cómo trabajar el Aquí-Ahora: el estar

presente para ponerme en acción cuando la vida me lo requiera, o presente para estar a la

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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espera por no saber lo que me va a ocurrir.

En el caso de la rueda, trabajo la confianza en que mis compañeros me van a recoger o yo

recogeré a cualquiera de mis compañeros. El trabajo de equipo o el trabajo más sistémico:

todos somos parte del sistema como algo útil, no es tan importante que me toque a mí o a

otro, sino poner la atención en el Aquí-Ahora para adaptarme a lo que va a ocurrir.

En los dos juegos se trabaja en la confianza y el vacío: no saber qué va a ocurrir, y saber

que lo que ocurra siempre va a tener una respuesta fuera, incluso si me llego a caer. O el

sentir que me entrego a la experiencia sin saber el resultado, sin saber si mis compañeros

me van a recoger. Cuantos más segundos esté en este vacío, más facilito que salga mi

parte de desarrollo, mi parte más de proyecto vital para que mi autorregulación se

encargue de mí. Ocurra lo que ocurra (me caiga, me recojan o frene con mi cuerpo),

entiendo que esa es la respuesta de mi organismo a la actitud que acontece.

Metáfora: la vida no es un resultado de, sino que el objetivo es el Camino. Aprender a

vivir el momento en función del acontecimiento.

También podemos trabajar este juego en la línea de estar despierto o estar dormido.

3) Juego del Ciclo de la Experiencia: fases y mecanismos de interrupción.

Una vez comprendido el Ciclo de la Experiencia, por grupos, cada persona elige una

forma donde ha concluido una experiencia hasta la retirada, pasando por las 7 fases.

Eso se comparte con los demás compañeros, y los otros indican en qué momento he

interrumpido el ciclo, para que a través de ejemplos prácticos, cada uno entienda

dónde ha interrumpido o si ha completado ese ciclo concreto de su vida.

Es importante llevarlo al terreno creativo, el Ciclo de la Experiencia, en el sentido de que

cada uno pueda poner a ese modelo un ejemplo personal. Está bien hablar de cómo

interrumpimos una necesidad a través del Darme Cuenta con el esquema del Ciclo de la

Experiencia.

En este ejercicio sería hablar de los mecanismos de evitación por un lado y por otro lado,

cómo es el Ciclo. Podemos levarlo a que se vea en diferentes terrenos de mi vida: cómo

acabo o interrumpo los ciclos.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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4) La estrella.

Se sitúan 5 personas formado una cruz, una en el centro, una a su izquierda, una a la

derecha, una delante y otra detrás, todas mirando hacia el mismo lugar. Se pone

música y siempre hay que seguir e imitar a la persona que mira de frente: se empieza

hacia donde se tiene la mirada y cuando esta persona gira, por ejemplo, a la derecha,

pasa el liderazgo a la persona que está situada a la derecha, y todos miran hacia allí y

la imitan. El del centro siempre sigue a los otros, no tiene autonomía; hay que irse

turnando y conservar siempre la misma equidistancia en el grupo.

La música es una proposición creativa para que el cuerpo pueda encontrar un movimiento

que le sugiera la emoción que el músico ha propuesto. Por tanto, en Gestalt a veces se

trabaja con espejos diferentes de mí mismo: 5 personas me están imitando y me hacen

Darme Cuenta de mi yo Observador; es decir, como los espejos de los demás me hacen

salir de mi posición.

Es un juego que conecta la actitud de movimiento rítmico del cuerpo, con lo cual entra la

autorregulación organísmica a través de una propuesta emocional que es la música, y el

espejo de otras 4 personas, dándome la postura de Observador.

También cómo vivo la confrontación, cómo de alguna manera me atrevo a ser consciente

de mi Yo amplificado, esa imagen de espejo que es una copia de mi mismo, que yo no

puedo ver directamente y que aquí observo a través de los otros. Y puesta la atención en la

Figura-Fondo: veo un poco más aquello que yo, de mi, me gusta o no me gusta; en esta

observación, destacas aquello que mis compañeros reproducen de mi y que yo percibo

como mi yo-agradable o mi yo-desagradable, me hacen Dar Cuenta qué destaco de mi

mismo como aceptado o no, qué partes quiero esconder y qué partes no. Con ejemplos: del

fondo destaco “fíjate, los hombros estrechos que tengo”, e identifico cómo “tener los

hombros estrechos no es bonito”; o al revés: “fíjate qué sensual soy”, destaco de los

movimientos de mis compañeros la sensualidad, que reconozco en mí y acepto y me gusta.

5) Masaje en grupo: El grupo se coloca en columnas de 4 personas. Cada uno da un

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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masaje al que tiene delante, para dejar ir las tensiones, insistiendo sobretodo en

cuello y espalda, y con una finalidad principalmente energetizante, no relajante. Al

cabo de unos minutos, nos damos la vuelta, de manera que hacemos masaje a quien

nos lo estaba haciendo hasta ahora a nosotros.

El contacto físico en Gestalt es muy importante porque hace que tome contacto con la

realidad y con lo físico: cuando toco al otro, estoy tocando materia, que es la forma

energética más densa, y eso me dificulta irme a la conducta neurótica.

A la vez, al tocar a mi compañero, me doy cuenta de lo que es real y lo que es inventado-

fantasía. Y amplio mi conciencia del Aquí-Ahora a través del mundo de la materia, de mi

propio cuerpo y del de los demás, y me hace consciente de los límites de mi realidad, que

son los límites corporales, para entender y darme cuenta de que el contacto con el cuerpo

me da un verdadero contacto con mi Yo, no me lleva al terreno mental o al terreno de la

fantasía.

Fritz Perls hacía mucho hincapié en la práctica del Darme Cuenta cuando empiezo a

hablar desde la fantasía neurótica, desde ese campo mental inventado: atención en el Aquí-

Ahora y cuando salgo del campo de lo físico, de lo evidente, de lo constatable, entro en un

campo que puede ser armónico, pero también a terrenos no tangibles, y por tanto a la

fantasía, y el camino de vuelta se realiza tocando algo: ahora me Doy Cuenta de que toco

un sofá, ahora me Doy Cuenta de que piso el suelo… Sino, cada vez me escapo más a

terrenos neuróticos, o de fantasía mental. Fritz Perls hablaba de la experiencia creativa de

la cultura como neurosis social, en el sentido de que la cultura y conocimiento no es más

que pequeñas fantasías evitativas de la realidad de personas que las han producido con la

mente, por tanto no están en un terreno tangible si no tienen un camino de vuelta; cada

cosa que alguien escribe en un libro es su fantasía evitativa de la realidad, por tanto no es

real. Sea novela o sea ciencia, no es real: es teoría paranoica de aquella persona. Que a

veces está consensuada por la sociedad. Sirve para el que la ha escrito. Sí, yo la puedo leer

y me puede gustar, pero no me sirve: es SU neurosis. Y la acumulación de neurosis es la

cultura que me lleva a irme de mi Yo-tangible.

El valor de la cultura, que está muy valorada por la sociedad, es muy diferente al “tener

conciencia de”. Perls hacía mucho énfasis en este término.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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6) Juego para trabajar el significado y contenido de las resistencias:

Dividimos la sala en 7 espacios, donde cada espacio tiene un cartel colgado con cada

mecanismo de evitación o con cada resistencia. Y las personas van transitando los

diferentes espacios buscando compañeros donde compartir experiencias de esa

resistencia o compartir momentos donde haya interrumpido un ciclo de una

experiencia en ese mismo lugar. De esa manera voy viendo diferentes modelos en

función del lugar en que estoy situado.

Tener en cuenta que la confluencia, retroflexión, introyección, y la proyección, nos llevan

a personas reflexiones de cómo interrumpo el Ciclo de la Experiencia en cada área de mi

vida. Y aquí el aprendizaje se realiza porque aprendo de los otros: cuando hablo con otros

de sus interrupciones, me Doy Cuenta de cómo yo interrumpo mi ciclo en algunos

aspectos, empezando por los introyectos, por las partes de insensibilización… hasta llegar

a la retirada. Y cómo puedo interrumpir esta retirada con la confluencia.

7) Ejercicios para poder salir de la mente y volver a entrar: Música rítmica (jazz).

Todos los participantes andan por la sala y se van saludando unos a otros. Al

cruzarse con un compañero, se paran delante de él, le observan y le hacen aquello

que creen que necesita: (un abrazo, un beso, una sonrisa, una broma, un masaje...).

Vamos cambiando de pareja.

Esta dinámica tiene mucho que ver con contacto-retirada: tomo contacto con el otro o me

anticipo a lo que el otro yo creo que necesita. En este juego se puede trabajar la toma de

contacto real, para evitar el proyectar en el otro lo que yo creo que necesita. Me doy

cuenta de si coincido o no coincido, si el otro es una proyección, o si realmente tomo

contacto. El mirar a los ojos me puede permitir un contacto real y el desviar la mirada

sería más una evitación. Por tanto, se abre la oportunidad de Darme Cuenta de si evito el

contacto o tomo contacto; si proyecto lo que yo quiero o si realmente tomo contacto.

Así pues, se trabaja el mecanismo de proyección y todas las evitaciones del contacto, y a

ver cómo vivo la retirada: una vez tomo contacto y confluyo con mi compañero, ¿sé

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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retirarme? ¿Cómo soy de plástico en cuanto al Contacto-Retirada?

Al acabar el intercambio con la pareja inicial, nos separamos y buscamos a otra: ¿me retiro

y busco una nueva experiencia, o estoy confluyendo y me quedo “enganchado” a esa

primera? ¿Sé retirarme?

8) Ejercicio para trabajar los introyectos: Trabajo individual. A partir de un

tiempo de reflexión, cada uno va apuntando frases o creencias que cree que son de

la familia o propias, o que pueden tener que ver con el contexto social desde el

momento de su infancia. Una vez cada uno tiene su listado, los comparte con los

compañeros para ver los puntos en común y los diferentes entre ellos.

El trabajo con introyectos es muy interesante en grupo, porque vemos diferentes creencias,

diferentes actitudes y principios rectores que nos hemos tragado y que de alguna manera

aún actúan, porque están “tragados sin masticar”: los hemos asimilado en el inconsciente y

continúan actuando hoy como si fueran creencias propias.

Al Darme Cuenta de ese introyecto, puedo diferenciar entre la conducta y la persona. Por

ejemplo: mi madre, como madre, es alguien a quien yo quiero, y puede ser que tenga

creencias y conductas con las que yo ahora, como adulto, no estoy de acuerdo, aunque de

pequeño me las hubiera tragado sin masticar y de alguna manera, ahora, al ponerlas al día,

haya tenido una sensación de enfado hacia esa persona. Y ahí tengo la oportunidad de

diferenciar entre “persona” y “conducta”: acepto a la persona y no extrapolo esa conducta

o comportamiento hacia ella, sino que las considero como elementos distintos, que puedo

querer y rechazar por separado.

El trabajo de introyectos es muy interesante porque si yo puedo pacificarme con las

conductas propias que no veo ahora adecuadas para mí, y que fueron útiles en el pasado, y

puedo actualizarlas en mi Aquí-Ahora, me libera de la autoculpabilización o sentir que no

estoy de acuerdo conmigo como persona. Capacidad de autorresponsabilización sobre

estas conductas que ya no me son útiles. Puedo tener el lujo de cambiarlas: puedo no estar

de acuerdo con estas conductas mías ejercidas en el pasado. Pero eso no hace que mi Yo-

total, como suma de todas mis conductas, no sea adecuado. Y así, puedo desvalorar a mis

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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seres educadores (padre, madre, maestros…) en las conductas, pero no a las personas,

porque si cargo contra la persona sería como cargar contra una parte de mí. En la medida

en que hablo de mis introyectos y los pongo al día, puedo diferenciar las conductas que en

la actualidad estoy o no de acuerdo.

9) Juego para trabajar las proyecciones: Aquí, una persona sale de la sala y el resto

del grupo “proyecta” o dice por qué lo echaría y por qué lo incluiría en el grupo.

Una vez todos han hablado, se hace entrar a la persona, y se le pregunta por qué

cree que cada uno de los miembros de su grupo le echarían o le incluirían, y se lo

explicita a cada uno, poniéndose delante (ellos no responden, sólo escuchan).

Luego, se recuperan las proyecciones: aquello que veo de ti, lo recupero en mí.

Los mecanismos de proyección son muy importantes para entender cómo yo veo al mundo

a través de mi propia realidad, cómo lo configuro a través de lo que proyecto en mi propia

visión del mundo.

Este es un buen ejercicio para entender que los otros me ven de la manera en cómo

proyectan sobre mí mis actitudes y cómo a la vez yo proyecto en los demás miembros del

grupo aquellas cosas que yo quiero destacar como Figura del Fondo. Diríamos que

aquellos comportamientos que yo tengo como aceptados serán aquellas proyecciones de

mí que circularán sobre mí y me penetrarán sin que haya ningún impacto emocional

relevante. En cuanto hay un impacto emocional relevante, tendrá que verán aquellas

proyecciones de mí no aceptadas, con aquellas formas que existen en mí pero que no están

integradas desde la conciencia, que no están aceptadas como hábito personal, sino que las

veo como rechazables o admirables en los otros. Lo que yo admiro de los otros son

aquellas partes de mí que no me atrevo a reconocer para no autorresponsabilizarme de

ellas, o porque hay un introyecto que dice que no me pertenecen. A la vez, las partes de mí

que rechazo y critico, que no me gustan, serían aquellas partes en las que yo actúo pero no

acepto como propias; aquellas partes de mí que yo califico como negativas o evitables y

que yo proyecto en los otros cuando hago crítica destructiva contra ellos. En la medida en

que yo proyecto hacia fuera aquello que no reconozco en mí, empiezo a criticar, y aquí

empieza lo que llamamos “crítica destructiva”: en la medida en que me destruyo al otro,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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no me tengo que responsabilizar de cambiar nada de mí: el otro es el que actúa “mal”, yo

me percibo como “bueno” y por tanto, mi percepción se limita a que “aquello no me

pertenece, está fuera de mí”.

En grupo es muy útil hacer este juego porque hay un awareness cuando yo salgo de la sala

y al volver a entrar, conecto con el Darme Cuenta de la gran diferencia que hay entre lo

que opino de mí y lo que realmente constato que los demás opinan de mí, y veo la gran

diferencia que hay entre cómo me percibo y cómo los otros me perciben. Y a la vez, cómo

yo percibo a los otros y cómo se perciben ellos a sí mismos.

Es un juego que sólo por el hecho de estar atento a ver la reacción de los otros ya me

dirige al Darme Cuenta, a salir de la idea egocentrista de creer que mi realidad es objetiva.

Y hace ampliar mi visión de que sólo veo el mundo en función de lo que yo destaco del

fondo. Me hace entrar en que no es importante lo que ocurre, sino cómo yo percibo lo que

ocurre. Por tanto, en la medida en que veo diferentes formas de reaccionar ante un mismo

hecho, actitud o persona, me hace ampliar mi mundo, hace que tenga diferentes visiones

de una sola cosa y hace que salga de mi limitada realidad. A la vez, el recuperar la

proyección, me ayuda a aceptar en mí mismo cosas que rechazo de forma consciente pero

que actúan en mí. Integro polaridades posiblemente separadas o no aceptadas por mí.

Recupero partes satisfactorias para mí y que rechazo por no creerlas propias, o cosas que

rechazo por creer que no son positivas, y que actúan con una actitud autocrítica, es decir,

que están en la polaridad no escuchada o no integrada. Por tanto, cuando esa polaridad

habla a través de la proyección y puedo recuperarla, me hace Dar Cuenta de que esa

polaridad es algo propio… Y eso puede llevarme a una integración de las dos polaridades,

incluyendo esa parte excluida, aceptando qué parte de esa proyección me pertenece y qué

parte no me pertenece, comprendiendo que siempre que proyecto algo fuera, es porque al

menos una parte me pertenece, porque sino no sería capaz de reconocerlo. Por tanto, en la

medida en que lo proyecto fuera, me da la posibilidad de aceptar y elegir si quiero

reconocerlo en mí y dentro de mi inconsciente. Lo que veo en el otro no es más que una

parte de mí muchas veces no aceptada o no vista como propia.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Entrevistas

Carme. 40 años. Profesora de Gimnasia y Naturópata.

Entrevistada por Ferran. Se hacen las mismas preguntas que en el primer grupo y

primer taller.

FERRAN: (repaso brevemente los juegos y dinámicas efectuados durante este taller).

Bueno, Carme, vamos a empezar con las preguntas concretas. ¿Cuál fue tu motivación

para apuntarte a un grupo de Crecimiento Personal a través del Juego y la Gestalt? ¿Cuál

era ti momento personal, qué síntomas tenías para buscar apoyo terapéutico, y por qué

escogiste este sistema de la Gestalt y el Juego?

CARME: mi motivación personal era una inquietud interna bastante fuerte de cambio. Yo

necesitaba cambio. Cambiar. No sabía hacia dónde enfocarme, pero sí que necesitaba

cambiar. Luego me pareció muy interesante porque a la vez que yo cambiaba, aprendía

técnicas y herramientas para yo poder ayudar a los demás. No era sólo el cambio, sino que

era el doble de enriquecimiento.

Y he escogido este tipo de formación sobre todo porque es una manera vivencial de

aprender. Una manera que se queda, que me impacta… y es sentir. A través de la

experiencia, aprender a cómo llevar a cabo todo. No es mental, es de la experiencia. Y

también me ayudo el que ya os conocía, ya había trabajado en Crecimiento Personal con

vosotros, a otro nivel. Hice un año de talleres, conocía el centro, os conocía a vosotros y

sabía cuál es vuestra manera para el aprendizaje. Y a mí me apetecía mucho. La primera

vez no tenía ni idea. Es más, una de las primeras veces pensaba: “¿qué hago yo aquí?” Lo

que pasa es que era salir de mi esquema de actuación como persona… Yo había aprendido

otras cosas y estaba sorprendida, de decir:” ¿Qué es esto?”. Pero salía con ganas de volver.

Siempre salía con ganas de volver… Cuando me hacíais hacer según qué ejercicios

pensaba: “¿Qué es esto? ¿Lo sabré hacer, no lo sabré hacer…?”. Me hacían sacar cosas de

mí misma que ni yo misma sabía que las tenía. Entonces, claro, era mucha sorpresa. Y

descubría cosas, salía sorprendida, y esas cosas luego se desarrollaban a lo largo de la

semana.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Aquí podemos empezar a percibir como actúa el juego en el Darse Cuenta y en el

descubrir facetas desconocidas de Carme de las que ella no era consciente hasta

ahora.

Y eso para mí también era importante. Saber que luego lo que crecía dentro de mí era

agradable. Era MUY agradable. El cambio fue agradable. Entonces, claro, siempre tenía

ganas de volver porque tenía una inquietud pero no sabía lo que tenía que hacer. A mí me

aconsejaron que fuera a Espai Lúdic. Yo no los conocía, pero iba pidiendo algo diferente.

Fui a una homeópata, que hacía pocos días vino a este centro a la Jornada de Puertas

Abiertas y os conoció. Yo me planté delante de ella y le dije que quería un cambio, que

quería algo diferente. Le estoy muy agradecida sobre todo porque me ayudó a empezar a

encontrarme.

FERRAN: ¿Encontrándote un poco más a ti misma?

CARME: claro, claro. Más satisfacción en cuanto a esa inquietud interna mía. Entonces…

me está satisfaciendo. Qué necesidad tengo de ir a otro sitio a hacer otras actividades…

FERRAN: ¿cuáles fueron tus primeras impresiones después del primer taller? ¿Cómo fue

el primer contacto con el grupo, si hubo dificultades de comunicación? Estas dos cosas,

primero.

(Silencio)

CARME: mi primer contacto con el grupo… Fue preguntarme si yo encajaba. Si yo estaría

a la altura, en cuanto a los compañeros. En este grupo había maestros… Hay psicólogos…

Había personas con una formación académica bastante importante, y yo no. Yo no. Eso

también me ha marcado bastante…Tenia la inquietud si estaría yo a la altura del grupo.

También sentía dificultad de cómo comunicarme bien con ellos ya que los ejercicios son

de cohesión de grupo y una vez estamos aquí dentro, todos somos lo mismo. Aunque

seamos individuos, no somos un psicólogo, un maestro o un tendero. Somos personas con

una inquietud en común que venimos a formarnos, todos por igual. Entonces en este

momento, yo creo que son trabajos que más bien te desnudan y ahí te muestras tú como

persona y esta parte me costó.

Aquí podemos ver su proyección y cómo se desvaloriza: siente que todos son más

que ella y le cuesta la aceptación de su persona, de sus capacidades , de sus valores

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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de lo que ella es en el momento actual .

Como por ejemplo cuando… Yo creo que me ven… que van a ver mi debilidad. Y eso no

llega: la gente me ve fuerte. Mis compañeros me ven fuerte y “cañera”. Entonces mi

debilidad interna se ve que la llevo muy interna… Ja, ja… Mi falta de autoestima,

quizás… ¿La debilidad? No sé, no sé como explicarlo, ahora…

FERRAN: ¿Los juegos Gestálticos te ayudaron a establecer ese primer contacto con el

grupo?

CARME: Totalmente, más bien para mí fueron divertidos. Entonces al llegar a un sitio en

el que yo me formo y a la vez me divierto, o sea… Y veo que el grupo se divierte

conmigo, ¿no? Y que todos somos uno, ¿no? O sea, no hay uno que se quede desplazado,

sino que son juegos asequibles a todo el mundo, a todo el personal. Claro. También lo que

descubrí es el espejo que me hacen los compañeros. El cómo me puedo equivocar

pensando lo que mi compañero puede pasar de mí, que puede que no tenga nada que ver la

idea que yo me formo y con la realidad de lo que él piensa de mí, ¿vale? Mmm….También

me di cuenta que soy bastante clara a la hora de mostrarme a los demás, porque todos

coincidían más o menos en decir lo mismo de mí. O sea que en ese sentido estoy contenta

porque llega que soy tal y cual soy. Transparente. Y eso llega bastante.

Como bien dice Carme, gracias a los espejos que le hacen sus compañeros en los

juegos realizados empieza a Darse Cuenta de cómo se muestra ante los demás y ahí

descubre que hay una parte que imagina y que no tiene que ver con la realidad, y

otra parte que sí que está acorde con lo que ella quiere mostrar.

Y luego, que me hacen ver que tengo rigidez corporal, y también a la hora de expresarme,

¿vale? Es una ayuda en el Darme Cuenta, en esas cosas que puedo mejorar: mi falta de

confianza en mí misma. Todo esto creo que lo demás lo verán y no lo ven, porque me ven

fuerte. Porque realmente fuera soy capaz de todo, y en mi interior a veces no me veo capaz

de todo. Y eso la gente no lo ve y sin embargo lo llevo dentro. A veces dudo de que yo sea

capaz de ser. Pero pienso que los demás lo deben ver, porque está ahí, yo lo siento, lo

vivo…

Carme sigue poniendo la atención en que los demás no ven en ella algo que es muy

obvio: su parte dudosa e incapaz.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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FERRAN: ¿y recuerdas cómo viviste tus primeras experiencias en cuanto al Darte Cuenta,

en el responsabilizarte del Yo? ¿Cómo lo viviste?

CARME: sorprendente… Sorprendente porque me doy cuenta es un trabajo fantástico de

conocerme como persona. De Darme más Cuenta de lo que sé como persona, Que no es

ajeno a mí lo que hago, lo que yo sé no es ajeno a mí, no soy otra persona, soy lo que soy.

Eso del Darme Cuenta es mirar más hacia dentro, no hacia fuera. Ser más auténtica,

reconocerme tal cual soy. Reconocer lo que hay y no lo que quiero ser. Fue muy

importante, la verdad es que es muy importante.

Carme después de las primeras experiencias empieza a percibir los primeros

vislumbres de aceptación de sí misma, ya que los juegos le están ayudando a tener

una percepción de la realidad más objetiva de quién es ella.

Y no es fácil, ¿eh? Porque es un trabajo de día a día. Pero soy más consciente de lo que

vivo. Y eso va muy relacionado con el Aquí-Ahora. El “me doy cuenta” va muy

relacionado con el “aquí-ahora”. Porque Aquí-Ahora me Doy Cuenta de… Cuando me

ducho, por ejemplo. Que me cae el agua. O sea, cuántas cosas me llego a perder si no vivo

el Aquí Ahora. O si no me Doy Cuenta del Aquí-Ahora, ¿vale? Y todo eso junto con

hablar desde el Yo me hace ser más responsable de mis actos, de mis pensamientos, de

conocerme a mí misma, de sentirme a mí misma… Sobre todo de tomar conciencia de

cómo soy como persona. No estar tan pendiente de lo de fuera, sino de conocerme a mí

misma. Y de esa manera creo que lo importante es Darme Cuenta para, a partir de ahí, dar

un cambio en lo que yo quiera. No puedes hacer un cambio de conciencia, un cambio

incluso corporal si no te das cuenta de cómo estás en ese mismo momento.

Entonces, para mí fue un descubrimiento. Fue fantástico. Es como si me hubieran abierto

una puerta… pequeñita (se ríe) al cielo. Ja, ja, ja. Es verdad, ¿eh? Es una cosa tan sencilla

y a la vez tan potente. Tiene mucha, mucha potencia. Mucha. Mucha fuerza. A mí me ha

dado mucha fuerza y mucha confianza.

Podemos constatar cómo a través de ir preguntando a Carme durante el taller: ¿Qué

estas haciendo? ¿Qué sientes ahora? ¿Qué tratas de evitar en este momento? etc.,

ésta empieza a sentir que esta manera de trabajar le ayuda a conocerse, a Darse

Cuenta de sus actos y a responsabilizarse de ellos. En este apartado podemos ver

también como aún se le escapa hablar en tercera persona

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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FERRAN: Y esto ¿cómo lo empiezas a traspasar a tu vida cotidiana?

CARME: a ver, por ejemplo. Yo estoy inquieta, siento una sensación de inquietud, pero no

sé qué es lo que me pasa. Ahora, practicando el me Doy Cuenta en cosas sencillas, como

puede ser deleitarse con una comida, o notar cómo cae el agua por el cuerpo, luego eso lo

puedo aplicar a cosas más complicadas. Y ahora viene el ejemplo: hablo con una persona

X, la que sea, y cuando acabo de hablar con esa persona me noto inquieta. Pues puedo

Darme Cuenta qué es lo que ha pasado, qué es lo que me ha hecho conectar con esa

ansiedad, qué es lo que me ha hecho inquietarme. La conversación de esa persona, la

actitud de esa persona, o algo que yo misma he notado que me sabe mal.

En otro tiempo me hubiera quedado con la sensación pero no me hubiera dado cuenta de

dónde viene esa inquietud. A partir de ahí, como mínimo, ya no tiene tanta fuerza. Esa

sensación de inquietud desaparece. Y eso es magnífico, porque no la voy acumulando. Y

además, si quisiera hacer algo, sabría por dónde empezar. Ahora ya sé por qué esa persona

me pone inquieta. Como mínimo otro día puedo hacer algo diferente. Pero si no me doy

cuenta, seguiré haciendo lo mismo que hago siempre. Y sabré qué hacer con esa inquietud.

O por ejemplo, el Darme Cuenta de que no quiero hacer algo. No querer hacer algo

también es importante, el Darme Cuenta que debo hacer algo y en ese momento no me

apetece y eso para mí es muy importante. Porque yo soy muy autoexigente, conmigo

misma. Entonces para mí es importante. O sea, el Darme Cuenta y el Aquí-Ahora lo aplico

en lo que más me es beneficioso. Y también sería ahí el responsabilizarme de no hacerlo.

Te responsabilizas porque eres consciente de tus actos.

Es interesante observar la importancia del trabajo del Darse Cuenta ya que la está

ayudando fundamentalmente a hacerse más responsable de sus actos y de sus

consecuencias; de esta manera también le será más fácil hablar en primera persona

de sí misma.

Y de los juegos… El que más me viene a la cabeza es el de que nos ponemos en círculo,

que te toca por ejemplo Quim y te caes hacia delante y el grupo tiene que venir a salvarte.

Pues, yo a coger, sí. Pero dejar que a mí recojan, porque como soy tan controladora… o

era tan controladora… Ponlo como quieras…

FERRAN: ¿Qué te parece a tí?

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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CARME: yo desde luego ya no soy tan controladora. Menos mal, gracias a Dios…mi

cuerpo lo nota… Pero, claro, en esos juegos se me despiertan además de emociones

muchas maneras de actuar mías que no me son beneficiosas. O sea, el juego está muy bien,

jugar está muy bien. Y detrás de todos esos juegos hay una parte muy constructiva, que

toca partes de mí, de mi manera de ser, que me las despierta…y es que el juego me ayuda

a Darme Cuenta de cómo yo actúo y cómo esa manera de actuar mía puede perjudicarme o

beneficiarme. Por ejemplo este de la confianza, de dejarme caer, me descubrió que yo me

resisto a confiar en los demás. Que los demás confíen en mí, sí. Porque yo SALVO, hago

lo que sea. Pero yo confiar en los demás… pues como que soy más reservada. Como que

no acepto tanto la ayuda en lo que me cuesta. Y esto también me ha hecho Darme Cuenta

de cómo me aíslo de las personas porque claro, pedir ayuda es una manera de cariño y

todo esto me ayudó sentir la dureza que había en mí. Sentí esa dureza y cómo esa dureza

se refleja en mi cuerpo. Esa rigidez. Cómo se refleja también en como a veces mis

compañeros no se acercaban a mí. Yo lo notaba, es como que había un aislamiento, o que

yo me notaba aislada, aparte de que yo tengo la neura de que me da mucho miedo estar

sola, y a la vez que me da miedo, yo estaba creando estar sola. Porque no pido ayuda, ni

dejo que me ayuden, ni dejo que se acerquen… pero no conscientemente, sino por una

actitud rígida mía, de decir: “no, yo puedo sola”. Entonces, Darme Cuenta me da un

poco… de pena… es una mezcla de todo, al ver cómo actúo y a la vez de alivio porque eso

hace que esa rigidez se diluya en cierta manera. Que pueda modificar mi conducta porque

me he Dado Cuenta…

Este juego es muy interesante porque nos hace rápidamente ser conscientes del

control que ejercemos hacia el exterior, de cómo no confiamos en lo de fuera. Para

mí siempre ha sido el que me lleva a Darme Cuenta de los cambios importantes

que yo he hecho como persona, y cuando lo veo en mis clientes- como Carme-

entiendo perfectamente que efectué en ellos un “ awareness” y de esta manera

puedan obtener tanta información de sus vidas. Que de un simple “atreverse a

dejarse caer en los demás” pueda entender tranquilamente las resistencias que está

poniendo para relacionarse con el exterior, y que se dé cuenta de cómo evita pedir

ayuda y que se acerquen a ella, para así seguir manteniendo el introyecto de “yo

puedo sola”. Y así Darse Cuenta de su necesidad interrumpida de pedir ayuda

cuando realmente lo necesita (esta parte ya la veíamos al principio del taller).

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Resonancia del terapeuta

Ferran.

Personalmente disfruto mucho impartiendo este taller. Me encanta ver y acompañar

cómo descubren, cómo se Dan Cuenta de todo lo que han ido comiendo sin

masticar y todo lo que transfieren en los demás pues aún no han aprendido a

responsabilizarse de ellos mismos, de sus vidas.

Me encanta ver la cara que van poniendo cuando van teniendo acceso a la

información que les facilita darse cuenta de nuevas comprensiones referentes a lo

que pensaban hasta ahora. ¿Y por qué me encanta que les pasen estas cosas? Pues

me encanta porque a mí aún me sigue pasando, sigo teniendo “awaraness”

fantásticos acerca de introyectos que tengo que no me dejan ser libre. Me doy

cuenta gracias a este trabajo de todo lo que yo también me tragué sin masticar y

que a veces, cuando no estoy atento sigo haciéndolo, sigo comiéndome nuevos

introyectos. Eso hace que me sienta cercano a Carme cuando escucho “lo

buenecita” que es ella, o cómo intenta venderse al grupo para que la acepten .Y

con las proyecciones ¡qué os voy a contar! Con ellas me especialicé en mi

juventud, en ver como los demás fastidiaban mi vida, y a la que me despisto ahí

estoy echando fuera todo lo que puedo. El percibir como Carme ve a sus

compañeros maravillosos me resulta conocido; y a la vez también me doy cuenta

de las herramientas que he podido desarrollar en todo este tiempo para abordar

diferente este tema.

De este taller de juegos gestálticos salí con el buen sabor de boca de Darme más

Cuenta de cuán importante es para mí seguir revisando constantemente mis

introyectos y mis proyecciones, cómo he crecido como persona y cómo Ser desde

que estoy atento a estos dos mecanismos de evitación, con lo cual, si a mí me ha

aportado tanto, me gusta pensar que lo mismo le puede pasar a Carme o a

cualquiera de las personas que están en mis grupos.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Entrevistas

Óscar. 41 años. Empresario y terapeuta.

Pilar. 37 años. Comercial.

Entrevistados por Quim. Se hacen las mismas preguntas que en el primer grupo y

primer taller.

QUIM: la primera pregunta sería, ¿cuál fue vuestra motivación para apuntaros a un grupo

de Crecimiento Personal a través del Juego y la Gestalt? ¿Cuál era tu momento personal,

qué síntomas tenías para buscar apoyo terapéutico y por qué escogiste este sistema de la

Gestalt y el juego?

OSCAR: yo escogí este tipo de trabajo en grupo porque tenía el deseo oculto de dedicarme

a la terapia y me parecía una buena herramienta para llevar grupos. A través del juego. El

tipo de aprendizaje con el juego. Para aprender a llevar grupos y, en este caso, que también

se puede utilizar en la empresa.

Respecto a mi momento personal, conscientemente sólo lo hacía para llevar grupos. Pero

el primer fin de semana ya me di cuenta de que era un trabajo personal fuertísimo. Yo

antes de empezar, tenía poca percepción de mí mismo, estaba deformada… Con el tiempo

me he dado cuenta de que estaba deformada. Años atrás tenía una sensación de mí

infravalorada; y cuando llegué aquí, era sobrevalorada: mi vida estaba solucionada, todo

trabajado, todo controlado… Y este trabajo de Gestalt y juegos me hizo… me situó más en

mi lugar. Me dio una perspectiva más real. Había pasado de sentirme muy poca cosa a

sentirme muy importante y lo que me dio este tipo de trabajo fue... ser más conciente de

cómo estaba.

Aquí veo que la perfección de uno mismo tiene mucho que ver con seguir el modelo

estándar, aunque dentro hay un vacío. Es decir, que la persona empieza a sentir que

aunque aparentemente se haya percibido como exitosa o como fracasada, hay algo

no desarrollado que tiene que ver con el Darse Cuenta del sentido de la existencia:

encontrar la verdadera clave del sentido de la propia vida, vivir la vida desde la

barrera, desde la neurosis, sin ser consciente de que hay neurosis. Y la percepción de

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uno mismo en cuanto al Darse Cuenta de que el verdadero sentido de la existencia

viene tras una crisis.

El autoconocimiento siempre se abre después de un Darse Cuenta en cuanto a la

percepción de uno mismo; es decir, cada vez que hay una sensación de falta de

recursos, o una percepción de no aceptar la realidad tal cual es, entramos en una

crisis en la que necesitamos ver que hemos repetido experiencias parecidas, y que

eso nos evita dar un paso evolutivo: tenemos la intuición de que hay una especie de

Gestalts no cerradas, aunque no sepamos el nombre, pero sí una repetición de pautas

que nos hace Dar Cuenta de que no sabemos cómo cerrar ese circulo, sin saber

adónde nos lleva. Esa intuición me hace pensar que quizás seamos co-partícipes de

esa repetición de acontecimientos, y eso nos lleva a querer conocer un poco más de

nosotros mismos, para ver si esta intuición se convierte en una realidad: que somos

co-creadores de nuestra propia neurosis.

PILAR: yo había hecho ya un curso de Crecimiento Personal, y me supo a poco. Había

empezado a descubrir algo… y que me había quedado un poco a medias. La idea era

trabajar un poco más en esa línea. Me había gustado el año anterior, y quería intentar

buscar un poco más. Y esta era la posibilidad.

En cuanto al momento personal, recuerdo que era un momento dulce y amargo… Era…

Había iniciado una relación hacía muy poquito, pero había una parte de mí que seguía

llorando y mal, ¿no? Era como un poco contradictorio porque el peso que suponía de

ilusión y de fuerza cuando empiezas una relación, había otra parte de mí que no se acababa

de encontrar bien. Anímicamente o… no sé. Tenía problemas con el trabajo y también

inquietudes… Esta fue una de las cosas que me motivó, ¿no? Intentar conocerte un poco

más y por otro lado porque profesionalmente me encontraba mal y todo esto podía

representar un poco una vía de escape. Y bueno, tomé esta decisión. Apoyada por mi

pareja.

QUIM: Y ¿por qué escogiste el sistema del juego y la Gestalt en esta formación de 3 años?

PILAR: bueno, es que como yo he dicho, ya lo conocía, del curso anterior. Para responder

esto, nos tendríamos que remontar a por qué hice el primer curso, con el mismo método. Y

te diría que en mí había una parte en aquel momento de mucha… de mucha seriedad, de

mucho peso a lo que era mi vida, ¿no? Y llega un momento en que te das cuenta de que

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todo es muy serio, todo es muy responsable, todo es muy rígido… Y que la parte que a mí

me faltaba era la lúdica, la de reír, la de pasarlo bien…

Veo claramente cómo Pilar excluye una parte que sólo ve fuera y que ansía: tiene

una parte conocida (la parte lúdica) pero no la ve como propia: la excluye de su vida

interponiendo unas expectativas que se esperan de ella a través de su familia, de los

compañeros de trabajo… y no toma contacto con una necesidad real que sí ve

proyectada fuera, porque excluye, por una serie de introyectos (hay que ser útil, hay

que ganar dinero, hay que hacer las cosas muy bien hechas), y se percibe como

incompleta: su parte lúdica no la ve como propia. Intuye que hay una necesidad de

integrar una parte proyectada fuera que tiene que ver con escenas más lúdicas o más

relacionadas con su satisfacción en cuanto a lo lúdico.

Y por ahí vino la inquietud de decir: a ver, en estos momentos quiero conocerme y trabajar

un poco sin olvidarme de la parte de diversión y de reírme, que también la quiero. Se

dieron un poco las dos circunstancias.

Sobretodo un poco… pues por quitarle tanto peso a todo lo de mi vida. Cualquier decisión

era muy complicada, muy seria, como que tenía que acertar, realmente no equivocarme,

Aquí vemos los introyectos de la persona y la transferencia que hace en cuanto a

que el trabajo tiene que ver sólo con la seriedad, excluyendo la satisfacción.

¿no? Y para mí el poderle quitar trascendencia a todo, y poder reírme un poco de mí…

QUIM: ¿Y los juegos te ayudaban a eso?

PILAR: la diversión, sobretodo. La diversión. El reírme me ayuda a abrirme, el reírme me

ayuda a poder mostrarme sin la rigidez de tener que hacerlo bien, porque claro, yo tenía

que hacerlo bien, todo… (introyecto) Y claro, el juego me da esa parte; el clown me da la

parte de: “si lo hago mal, es que no sé más…”. Y quitarme un poco de peso.

OSCAR: yo recuerdo que llevé un recorte de Espai Lúdic en la cartera, durante un tiempo.

Hablaba de trabajo personal, y el trabajo personal “era serio”, ¿sabes? Todo era muy serio,

demasiado serio. Y no sabía por qué, pero me atraía esto de los juegos… Lo llevaba en la

cartera, y me parecía bien porque era como buscar una parte más lúdica, más divertida. Ser

igual de profundo pero desde la parte divertida. Y con el tiempo se ha demostrado que sí.

En el caso de Óscar, vemos también cómo hay una neurosis introyectada en el “tú

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debes”, tipo obediencia incondicional, “Yo tengo que ser…”: unos introyectos que le

llevan a una cierta desconexión de la parte de niño, más lúdica y espontánea de la

existencia.

QUIM: ¿Cómo fueron las primeras impresiones con el grupo? El contacto con el grupo:

dificultades de comunicación… No sé si podría servir cómo vivisteis el juego de la

confianza, de dejarse ir, o…

PILAR: es que fíjate, a mí la palabra juego, ya me implica… Me traslada a mi niñez, me

traslada a confianza, me traslada a: “a ver, qué es lo peor que puede pasar, si estoy

jugando…”. Como que jugando todo está permitido, ¿qué no hay permitido, si estás

jugando y te lo estás pasando bien? Entonces, a mi me traslada a eso, con lo cual es que

me entrego rápido. ¿Qué hay que hacer? ¿Saltar a la comba? Vale, de coña.

Aquí vemos cómo las escenas temidas (el fracaso, el que me riñan, el que no lo voy

a hacer bien) que son evitadas, a través del juego invitan a la persona a permitírselas,

y trasgredirlas a través de la palabra “juego”. Y permite la observación de la persona

dentro de un contexto social: me puedo percibir a mí mismo diferente del contexto

social diario, que es el trabajo; permite otra resonancia amplificada por las otras

personas para acentuar el Darse Cuenta de que no hay una sola manera de

comportarse, sino que puedo ser de otras maneras y aquí mis escenas temidas puedo

experimentarlas, porque en el grupo puedo percibirme de otra manera, ya que actúa

como un resonador energético que amplifica el proceso de Pilar y le hace entender

que puedo transgredir, sin castigo ni culpa, estos principios rectores.

OSCAR: como es un juego…

PILAR: claro…

OSCAR: además, yo no recuerdo un haberme de acoplar al grupo. Como llegamos y

empezamos a jugar, a bailar y jugar es como que ya el primer día… como si ya formara

parte del equipo.

Óscar pone la atención en la escucha fenomenológica: lo que toma relevancia es lo

que se dice y comunica desde lo no-verbal, la toma de conciencia interna; no hay

una atención sobre lo que se dice sino hay una atención flotante en lo que ocurre, de

manera que va asimilando sin ser consciente y va evolucionando a fenómeno,

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adaptándose a lo que hay, siendo él su propio experimentador: yo soy a la vez

experimentador y parte del experimento, con lo cual estoy Dándome Cuenta de la

experiencia y me percibo diferente: me acepto y me veo distinto. Soy lo que soy.

Así pues, podemos observar y comprobar cómo el juego facilita la escucha

fenomenológica.

A través del juego deja de haber aquel formalismo de que: “ay, ahora nos tenemos que

conocer…”. A la que habías jugado a algo, ya me había conocido, ya te habías visto el

culo. Estabas jugando y ya sabías un montón de cosas de los demás, jugando; y luego te

sentabas y podías hablar tranquilamente… Yo no recuerdo hacer un proceso de acercarme

al grupo, y los primeros meses de distancia, y cosas que he vivido en otros lugares y

formaciones.

Aquí podríamos hablar de la confianza en la propia sabiduría, que permite que el

organismo se haga cargo de su propio proceso de integración. El hecho de que no

hayan mecanismos de defensa o de evitación, hace que se propicie la

autorregulación interna y una autorregulación externa: lo inconcluso sale a la

superficie sin cavar, sin buscar nada, y mi organismo no toma decisiones, sino que el

trabajo sobre él mismo va eligiendo y perfilando sus preferencias, como si el

organismo tuviera una autorregulación para liberar la tensión y facilitar la aparición

de la solución por sí misma.

En una formación de un año, los 3 o 4 primeros meses, midiendo, tomando distancias con

la gente… Juzgando… Y aquí, no.

PILAR: eso de “este por dónde va, este por donde viene”… En mi primer momento, antes

de empezar, sí que miras al grupo, ¿no? No sé, con inquietud, con curiosidad, a ver con

quién te vas a relacionar. Pero yo creo que las barreras… desaparecen mucho antes.

Aquí nos Damos Cuenta de que, en lo que es la escucha y la comunicación, de una

especie de escucha interna donde dejo los razonamientos intelectuales y vas

escuchando las voces de tu sabiduría interna. Es decir, el Darse Cuenta y tomar

conciencia de lo que ocurre sin juzgarlo. Y a la vez, hay una escucha externa que

poco a poco afina sensorialmente en la percepción de otros lenguajes. Y me Doy

Cuenta de que cuando estoy en primera persona y en tiempo presente, de alguna

manera me desasocio de las creencias y empiezo a integrar el “y” en lugar del

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“pero”, o atiendo al proceso del “cómo” en lugar de al “por qué”, convierto las

preguntas a veces en afirmaciones y hago consciente lo que no lo era (tanto). Voy

viendo como mi Figura va emergiendo del Fondo y voy emergiendo en la Zona

Intermedia: esa zona entre los sentidos internos y los externos. Y voy haciendo ese

puente…

De alguna manera me voy Dando Cuenta de que esto está basado en la necesidad

dominante del organismo, que da lo que se necesita en cada momento, sin tener que

poner una conciencia clara, y esto te hace completar, conocer la realidad de la

situación tal como es en el momento, aunque en el momento salgan cosas distintas

de las habituales, porque en el Aquí-Ahora se va cambiando continuamente, no

siempre es de esa manera “fija”que predomina en cada uno.

OSCAR: y no tiene que caerme bien, ¿eh? Si había alguien que no te caía bien o te

enfadabas, todo era muy rápido. Porque enseguida que se montaba una dinámica, te

mostrabas, y si a mí alguien me generaba resistencias, no necesitaba tres meses para

saberlo. Era tan rápido para poderlo ver como después para poderlo trabajar. Claro. Es

como en las parejas, ¿no? Si tú te muestras claro, puedes mostrarte, menos tiempo

necesitarás para deshacer malentendidos.

El juego nos da un continuo de conciencia, es decir: yo me experimento y me Doy

Cuenta en el momento. Empieza primero con sensaciones sensoriales externas, para

pasar luego a situaciones internas del organismo y acabar en las emociones. Veo un

continuo de atención entre la asociación de lo que me ocurre dentro y lo que me

ocurre fuera, no me preocupa el significado de las cosas o interpretarlo, sino que lo

que me ocurre con espontaneidad es que me lleva a presente. Por tanto, en el

momento me doy cuenta de cada cosa: de mi zona interna –lo que veo "dentro”,

cómo cualquier cosa me mueve y por tanto sé lo que me ocurre- y a la vez me doy

cuenta de cuando algo me lleva a una distracción ambiental, es decir, a la zona

externa, y pongo la atención en lo que está ocurriendo fuera. Darme Cuenta de la

zona externa y de la zona interna me lleva a Darme Cuenta de la zona intermedia, es

decir, enfoca las fantasías que se crean entre lo externo y lo interno y me Doy

Cuenta de cuándo estoy en fantasía evitativa o en contacto, sin pensarlo.

Las cosas no hay que entenderlas, sino vivirlas.

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Es como: “Ya sé que aquella persona me genera resistencias”, “ya sé que aquella persona

me atrae mucho, ya sé…”. Es como ganar mucho tiempo, la sensación es esta, un poco.

Es como un salto en el tiempo: ya estoy en la experiencia sin pretender controlarla.

Estoy en un continuo Darme Cuenta sin querer ejercer el control. Es parecido a la

Naturaleza, que es dual o polar, el equilibrio en la contabilidad entre opuestos -entre

Yin y Yang- estuvieran en constante actuación: no me relaciono sólo con un Yin o

sólo con un Yang, sino que constantemente están en péndulo y salgo de la dualidad a

la no-dualidad, en una integración. Siempre en el sentido terapéutico: transito las

diferentes polaridades no exploradas desde dentro del juego, ubicándome de pleno

en el centro del vacío fértil. En este vacío sin llenarlo artificialmente de cosas, sin

ponerme en el control. Esto facilita una armonía un equilibrio para visitar los

diferentes polos. El vacío estéril se transforma en vacío fértil, porque puedo estar en

constante Yin-Yang: apoyo-confrontación, masculino-femenino, creativo-lógico,

perro de arriba- perro de abajo… Estoy constantemente experimentando en el juego,

aunque no me identifico por el hecho de estar dentro de la experiencia.

QUIM: ¿Algo más sobre esto?

PILAR: no…

QUIM: ¿Cómo focalizasteis vuestras primeras experiencias en cuanto al Darse Cuenta, en

cuanto a la Responsabilidad de Yo –el hablar desde el Yo-, y la atención en el Aquí-

Ahora?

(Silencio, pensativos…)

PILAR: primero cuesta mucho. Bueno, a mí me costaba mucho, por no estar habituada.

Normalmente, supongo que funciono de manera más mental. El Darme Cuenta qué pasa

en mi cuerpo, mis emociones y demás para mí era complicado. No, párate y a ver, ahora

qué te está pasando… Es como un ejercicio muy grande, es complicado. Yo no estaba

habituada. Era: “Me siento triste, me siento contenta”… Esto, más o menos son emociones

que sí las identifico porque son muy expresivas en mi. Pero qué hay antes de esa tristeza,

cuál es la motivación, qué es lo que me ha hecho estar triste,… no, me voy directamente a

la tristeza, o al enfado, o a la alegría. Pero hay una parte de mí que corporalmente no me

doy cuenta qué está pasando, no. Entonces, eso era complicado ponerlo en práctica.

Cuando estoy delante de alguien: “te estoy mirando…” y tenía que haber algo más. Y para

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mí era: “pues te estoy mirando, y te estoy mirando”, y basta. Por nerviosismo, por… Para

mí, difícil. Creo que es un tema de ponerlo en práctica y practicarlo mucho. Y que…

luego… sentía enfado.

QUIM: ¿enfado?

PILAR: claro, porque era mucha responsabilidad… Ya no puedes echarle la culpa al otro,

decir: “ese tío es un borde, me ha jodido”; era algo como muy visceral: me gusta o no me

gusta, y punto, y no tengo por qué perder el tiempo en gente que no me gusta. No me gusta

y ya está.

El principio de autorresponsabilidad en el proceso es difícil, pero es el fin del

mismo. Me responsabilizo de mis propias experiencias, como si de alguna manera en

el modelo yo fuera maestro y aprendiz, por tanto evito las introyecciones y las

proyecciones: veo, actúo y aprendo de mi práctica, y me vuelvo, a la vez de

aprendiz, maestro. Y me autorresponsabiliza de todas mis acciones sin juicio: vivo el

Aquí-Ahora y lo experimento como lo real, el pasado ya coexiste, el futuro no ha

llegado ni es controlable, el Darse Cuenta se expresa sin manipular, doy la

bienvenida al dolor o al placer, y asumo los hechos como propios: me conozco, me

acepto y me respeto.

Mi teoría era: “con la cantidad de gente que hay que vale la pena, por qué voy a perder el

tiempo con alguien que no me gusta. Pues fuera. A este lo descarto y ya”.

Aquí vemos claramente el principio de evitación con la proyección: no hay toma de

conciencia, y ese mecanismo hace pensar a Pilar que jamás superará su relación con

otros que no quiere.

Y esta era un poco mi filosofía: voy a los que me gustan y ya está. Ahora es: “¿Cómo,

cómo? Me cae mal y resulta que precisamente porque no me gusta, tengo más que

aprender…” Joder… Qué jodido que es esto, ja, ja, ja… Con lo cual ahora también me

tengo que fijar en la gente que no me gusta, porque de ahí puedo sacar información sobre

mí. Esto me cabreaba, me ha cabreado mucho. Me genera un esfuerzo tremendo, tener que

estar ahí. Esta parte no me gustó, y reconozco que es por lo que implicaba de trabajo.

Prefería mi teoría: me quedo con los que valen la pena, y los que no valen la pena, fuera,

ya está.

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Como Fritz Perls decía en “Yo, hambre y agresión”, uno jamás supera algo

evitándolo o resistiéndose. Sólo se puede superar entrando más profundamente en

ello. Cuando utilizamos técnicas supresivas –escoger sólo a los que nos gusta, hacer

ver que algo no existe, desviar la atención hacia otro lado- lo único que hacemos es

evitar tomar contacto con algo que más tarde saldrá y de alguna manera acabará

mandando en nuestra vida Esa parte de mi sombra se apropiará de mí mismo

haciéndome esclavo de ello. Aquí daríamos la razón a Fritz Perls otra vez, donde

uno jamás supera algo si se resiste o si lo evita: sólo entrando en ello podremos

superarlo o entrar en la conciencia. Aunque nos retiremos, vamos a tomar contacto

manera de una manera u otra, hasta que no la tomemos contacto y entrar en ese

mecanismo totalmente.

OSCAR: yo tengo la sensación de que me fue muy fácil, porque era una necesidad. El estar

presente, Aquí-Ahora se convirtió en una necesidad, con lo que me costaba muy poco.

Tenía mucha tendencia a la dispersión, a estar fuera de mí, a investigar qué me pasaba

pero no poderme hacer responsable y hacer responsables a los demás… y al descubrir que

yo me podía hacer responsable de mis cosas, con lo cual modificarlas, y la sensación de

estar presente, de sentir lo que me pasaba, para mí era súper-nueva y súper-agradable.

Sería: “ostia, me está pasando esto… Esta respiración así es nueva… Yo estoy mirando a

aquella persona y estoy proyectando en ella mi rabia o mi malhumor y soy capaz de

Darme Cuenta de que es mío”. Para mí se convirtió casi en una adicción, para mí era una

necesidad el mover las cosas desde allí, porque me daban la posibilidad de hacer algo, de

centrarme de moverme en mí mismo, y para mí eso era bastante nuevo.

Por tanto de aquí podríamos concluir que lo importante no es el objetivo sino el estar

en ello: cuando quiero clasificar algo, salgo de la experiencia. En este modelo donde

no hay clasificación ni diagnóstico, sino entrada directa en el acompañamiento de

nuestro propio recorrido. Ahí entra el catalizador de los procesos de transformación:

asumimos los propios hechos y las propias emociones, conociéndonos, aceptándonos

y respetándonos tal como somos, donde el Darse Cuenta, sin expresar ni manipular,

hace que experienciemos la totalidad de nuestras partes. Y desde ahí vivimos como

un proceso el ir integrando cada experiencia, que nos hace de catalizador para fluir

en ella y experimentarla.

Había hecho terapia y era nuevo ejercitar todo esto, y me ayudaba a sentirme que estaba

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cerca de mí mismo. Ahora, al cabo de tres años, tengo la sensación de que me costó poco;

por eso, porque era como un vicio, como la necesidad continua de: “a ver, a ver qué

siento… Concéntrate…”

Tenía la sensación de que, después de muchos años, esto me permitía tomar las riendas de

mi vida, porque era: “no, tío, si eres tú quien decides, es a ti que te pasan estas cosas, no

son los demás que se enfadan, y están irascibles, y tienen rabia… No, ¡eres tú!“ Era en

algunos momentos una sensación de desencanto, de cansancio… de pensar: ¿por qué estoy

así? Pero a la vez la sensación inconsciente de que aquello era bueno, que me llevaría

hacia un lugar mejor. Un poco inconsciente, era la confianza…

Oscar está utilizando sus percepciones como guía, es por donde se le asoma el alma

y donde nada se puede enmascarar: directamente deja de ser carcelero de sus

mecanismos de evitación para que salgan, y una vez transcurridas, se apropie del sí

mismo; con este fluir empiece a tener contacto con la aceptación y con su parte de

espontaneidad y desapego, que favorecen y acompañan todos los movimientos de su

organismo y se libera más de su ego.

QUIM: o sea que para ti fue más un descanso, en el sentido de: “Oh, qué bien, puedo hacer

algo” y para ti, Pilar, era: “Joder, qué cansancio… Ahora resulta que me tengo que

responsabilizar…”.

OSCAR: yo venía de un proceso terapéutico, yo venía de hacer terapia y yo entendí esto,

sin saberlo, como un complemento a lo que había estado haciendo. Me dio muchas

respuestas de forma relativamente rápida. La terapia que yo hacía no tenía que ver con

esto, pero sí que el proceso que había empezado, al llegar aquí, y ponerme a jugar, y a

estar presente, y desde el Aquí-Ahora y desde el Yo era “ostia, qué bien”. Me dio mucha

comprensión, era como si viviera fuera de mi mismo y me hubiera ido acercando a través

del juego… Es esta percepción, de volver hacia mí mismo, de volver a habitar mi cuerpo,

de alguna manera.

Esta apertura y este fluir sin directividad es el resultado de un proceso que tiende a

autogestionarse solo. Es decir, a través de la autorregulación organísmica.

QUIM: La respuesta a cómo era la diferencia entre lo que vivías en el grupo y cómo lo

vivías fuera, sería esto… No sé si tenéis algo que añadir…

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OSCAR: si hablamos del primer fin de semana, yo venía pensando que venía a hacer una

formación para llevar grupos, que duraba todo el sábado y el domingo por la mañana, y ya

el sábado al mediodía tuve que salir y irme al Tibidabo a que me diera el aire. Porque tenía

una sensación de ahogo, de decir: “Ostia, llevar grupos es currarte primero tú, y hasta que

no te curres tú, hasta que no experimentes tú mismo… Si no hacer tú el trabajo personal,

tampoco te servirá aprender a llevar grupos. Y aprender a llevar grupos es un trabajo que

empieza por el personal”. Y eso fue… Ufff… Qué mierda…. Y al Tibidabo a tomar el aire

y con un sentimiento de: “¿Dónde me he metido?”… Había una ambivalencia de “dónde-

me-he-metido-vaya-mierda” y “qué-bien-tengo-que-pasar-por-aquí”. Tendré que aprender

a jugar yo para poder llevar grupos.

El perro de arriba y el perro de abajo entablan una conversación, que permite a los

alumnos permite la observación de la persona dentro de un contexto. Permite una

resonancia amplificada que acentúa el Darse Cuenta.

Conscientemente no me había metido donde quería, pero estaba donde tenía que estar. El

primer fin de semana, la sensación era esta…

QUIM: vale, ¿algo más, Pilar? O pasamos al siguiente taller…

PILAR: no, ya está bien…

Resonancia del terapeuta

Quim.

Me Doy Cuenta al ver a la gente trabajar cómo mi falta de confianza en el pasado

me impedía salir de mi zona de comodidad. Me he Dado Cuenta de que a partir de

algo tan sencillo como es imaginar que si yo me tiro siempre habrá alguien que me

recoja, a partir de esa experiencia física, me estoy Dando Cuenta de cómo a

muchas de las cosas que me ocurren aún les doy la absoluta confianza de que

tienen que ver con mi proceso de autorregulación, y aún en algunas opongo

resistencia.

También me Doy Cuenta de cómo he ido ganando confianza en el sentido de que

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me gustaría llegar a que “ocurra lo que ocurra, siempre es lo mejor para mí”, y me

estoy Dando Cuenta de que estoy en el camino de ello.

También he descubierto cómo al repetir vez tras vez el Ciclo de la Experiencia, le

logro poner conciencia a en qué momento interrumpo cualquier necesidad, y cómo

mi resistencia quiere actuar con la fuerza necesaria para que no tome contacto. Y a

la vez cómo viéndome yo como observador de esa resistencia, permito verlo

despacio y así pasar al estado siguiente.

Aún me Doy Cuenta de que mi mecanismo evitador por excelencia es evitar la

retirada.

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GRUPO 2, SEGUNDO TALLER

Descripción del taller: juegos y dinámicas llevadas a cabo.

La Sombra. Noviembre del 2004

Noviembre… El grupo ya llevaba casi un año de trabajo conjunto, conociéndose más en

todos los niveles: cada uno de los integrantes se conocía más así mismo, y también entre

ellos.

Hemos escogido este taller porque es significativo en cuanto a lo que el juego puede

aportar para aprender Gestalt.

1) Juego de los palos: Se hace un círculo formado por las personas participantes, de

pie. El terapeuta va introduciendo una caña de bambú larga, donde la van pasando,

de mi mano derecha a mi mano izquierda, y luego a la mano derecha del

compañero que tengo a mi derecha. Así, vamos introduciendo más cañas,

fabricando un ritmo donde al pasar el palo, golpeamos el suelo intentando

conseguir un ritmo al unísono, sin que se caga ningún palo ni nadie pierda el ritmo.

Al final se produce la sensación que es un solo organismo que da golpes al mismo

tiempo, pasándose cada vez un palo.

Es un juego que consiste en irse integrando poco a poco con el grupo. Nos lleva un poco

de la Gestalt a la sistémica, en el sentido de que el fallo de cada uno, no es un conflicto

propio, sino que es un conflicto grupal.

A la vez, nos hace estar muy presentes: en la medida que no estoy en el Ahora-Aquí no

puedo coger el ritmo de mis compañeros. En otras palabras: todo el sistema forma parte de

una unidad y si no estoy presente, pierdo la conciencia del presente. A la vez es un juego

donde hay contacto, y puedo unir el logro y la satisfacción: el logro u objetivo sería “que

no se caiga el palo y lo pueda pasar al compañero siguiente”, y a la vez si soy capaz de

mirarles, puedo entender que, con la presencia y con el contacto, el objetivo ya tiene una

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autorregulación del propio organismo del sistema compuesto por varias personas, y a la

vez tomo contacto con las personas del sistema; estoy contactando con los compañeros y a

la vez cumpliendo con un objetivo común que nos favorece a todos, en cuanto que partes

del sistema.

Si fuera un organismo vivo, en este caso el objetivo sería irse pasando el palo uno a uno y

a la vez tomar contacto con los otros: vamos tomando conciencia de cómo la energía está

conducida a una acción, tomo contacto con la acción, también con mis compañeros,

realizo el ejercicio y cuando consigo coger un ritmo, hay una sensación de satisfacción

para luego emprender la retirada.

Ese ciclo se inicia cada vez que se pasa el palo y a la vez en la completitud del ejercicio,

cada vez que tomo contacto con los otros, a partir de las 7 etapas sucesivas del Ciclo de la

Experiencia, (toma de conciencia en el Aquí-Ahora, energetización pasando el palo, la

acción tomándole palo, el contacto con el palo y la mirada de los otros, y la satisfacción

habiendo realizado el ejercicio), hasta la retirada, pasando el palo al compañero para

iniciar un nuevo ciclo, desde el yo individual.

También entendemos que en este ejercicio se potencia el trabajo de grupo y es una

experiencia grupal, ya que se vive el ser “parte de”, como si yo soy una parte y mi parte,

como cada parte del sistema, es imprescindible para el óptimo desarrollo del mismo. Si

falla una parte, falla todo el sistema: la suma de todas las partes es un solo organismo.

2) Juego de los hilos: Se toman hilos de coser de 1’5 m aproximadamente. Los

cogemos con los dedos a modo de pinza y los enlazamos con otra persona:

imaginamos que el otro es un títere, y la conexión se produce a través de estos

hilos que cogemos con los dedos: mi mano izquierda enlazada con la derecha del

otro y separadas por la distancia de 1 metro, y la derecha, igual. Y así voy

moviéndome en función de una música o de un ritmo que suena, y voy haciendo

que l otro se mueva y yo lo lleve. Podemos ver que a veces el otro se deja llevar o

se resiste. La idea del juego consiste en no romperse del hilo ni deshacerse de él.

Este juego tiene un enfoque dinámico en el sentido de empiezan tomando contacto dos

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personas: la dualidad de “yo mando” o “me dejo mandar”, cómo yo potencio el que en un

momento determinado tú tengas el poder, para luego yo poderlo tener. Hacemos que cada

parte de las dos polaridades, en lugar de estar enfrentadas, cedan el lugar a otro y alternen

su prevalencia y su energía, según la conveniencia en cada momento. Podemos decir que

es un juego de polaridades donde cada una tiene su propia voz sin que estén enfrentadas.

Eso hace que cuando vea que una manda sobre la otra, o que la otra no se deja mandar,

vemos que en la dualidad de las polaridades existe un enfoque que evita el tomar

conciencia de qué parte manda sobre la otra. El Darse Cuenta de qué parte es (si mi

dificultad está en ceder el poder o en dejarme mandar), sería el reflejo de lo que cada uno

tiene con su Yo-interno y Yo-externo: el otro hace de espejo y su reflejo me hace tomar

conciencia de cómo yo me comunico con mi interno y mi externo.

Luego pasamos a un ejercicio donde, sin que nos pongamos de acuerdo, sin una

convención de quién manda o no, nos volvemos un solo organismo, para entender que

mandará el que en el momento sea el adecuado para el beneficio del conjunto; sin que

haya una comunicación consciente le damos un poder a la parte inconsciente para que la

autorregulación del organismo compuesto por dos o más personas, según el momento del

juego, sea el que tenga el poder óptimo en el momento como persona más adecuada para

sugerir el mejor movimiento. Mientras no acabamos de saber cómo funciona, pasamos por

la frustración de querer llevar o de no querer ser llevado. La perspectiva que nos da la

experimentación del ejercicio al cabo de un tiempo nos hará sentir cuál es el mejor camino

para aquel organismo. Con otras personas puede ocurrir que esa lucha dure todo el tiempo:

vuelve a entrar el Darse Cuenta, esta vez en el sentido de cómo no saben el lugar de

comodidad, no son plásticos a una nueva situación.

Otro Darse Cuenta: si la persona es muy reactiva, en el sentido de que sólo se somete, o si

es una persona demasiado proactiva, que sólo ve el mundo como lo quiere ver, y cree que

su poder es el que debe instaurarse, sin percibir la necesidad del otro. Por tanto diríamos

que aquí habría que entrar en contacto directo con el otro para que haya discriminación de

en qué momento es el Tú y en qué momento es el Yo, para que a la larga se convierta en

un ejercicio donde no haya dualidad y cada polaridad se exprese en el momento adecuado

según lo que acontezca.

Hay veces que este ejercicio invita a que una dualidad, se una a otra pareja formando un

cuadro, e iríamos a la idea del primer ejercicio: cómo cada uno es parte del organismo y

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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cada parte es imprescindible. Y así ir creciendo de a cuatro, de a ocho… y comprobar que

el número de partes no se limita a dos (polaridades), sino que puede crecer y el

funcionamiento sigue siendo el mismo.

3) Baile siguiendo al Rey con emociones: Es como el juego de “siguiendo al Rey” pero

con diferentes músicas. El grupo se pone en forma de círculo, uno sale al centro y va

bailando la emoción que le produce la música, y los otros le imitan reproduciendo los

movimientos y la emoción, y pasa “la vez” a otro del grupo cuando se cansa; es decir,

se repite lo mismo cuando el que hace de Rey se cansa y traspasa su papel a otro, que

sale al centro para que los demás le imiten. También se puede hacer en fila, de manera

que seguimos al primero de la fila que propone un baile y estado emocional con su

movimiento acorde con la música, los demás le imitan y vamos haciendo el relevo.

Propone que uno lidere y que los demás le hagan de espejo. Es con movimiento a través de

la sala, tenemos la responsabilidad de entender cómo en un momento determinado soy

responsable de la totalidad del grupo, y eso hace que me dé cuenta de cómo mi actuación

tiene reverberación sobre todos mis compañeros: si yo me adormezco, mis compañeros se

adormeces; si yo vibro, mis compañeros vibran. El grupo se convierte en un amplificador

de mi mundo emocional interno. Y yo, con mis interrupciones, con mis interludios, con

mis recreos, formaré la cabeza visible de todo un organismo. Por tanto hablaríamos de

nuevo de que el participar en grupo, o llevar un grupo, o ser el líder, me permite la

observación dentro de un contexto social de cómo yo me comporto, si me comporto igual

cuando estoy solo o cuando estoy mirado por los demás miembros del grupo, y recibo una

resonancia amplificada de cómo soy en las dos ocasiones. Y me permite ver si en mi

proceso de mostrarme a los otros soy igual con la intervención grupal y con la

intervención individual. El ser observador y observado me hacer verme, de alguna manera,

distinto. Y cuando me canso, me lleva a ceder el poder a otros. Este juego provoca una

conexión, ya que el que se divierte, hace divertir al grupo; el que se muestra con miedo o

vergüenza, hace tener miedo o vergüenza al grupo… Es decir, me permite amplificar todas

mis emociones internas y trasladarlas al grupo.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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4) El juego de la sombra: Dividimos la sala poniendo una cuerda en el centro.

Indicamos que una parte es la parte conocida, la parte donde nos movemos con

comodidad en relación con nosotros, la “zona de seguridad”, o el personaje que

interpretamos para vivir en sociedad, los mecanismos que hemos aprendido para que

nos acepten. La otra parte equivaldría al otro lado del espejo, como si atravesáramos,

como Alicia en el País de las Maravillas, el entrar en “La Sombra”, en el lado oscuro

de cada uno; equivaldría a todas las partes que están alienadas, reprimidas y no

expresadas. El juego consiste en poco a poco poder ir explorando esas partes. El grupo,

a medida que va avanzando el tiempo va traspasando esa barrera imaginaria que es la

cuerda para entrar y relacionarse en ese universo donde la cordura no es lo importante,

ni el quedar bien, ni las formas, sino que es la posibilidad de transgredir, de expresar lo

no-expresado. La única consigna que damos es que interrumpiremos la violencia

explícita y todo lo otro estará permitido. Vemos como el grupo, las personas una a una,

van entrando y saliendo de esta zona en la que uno puede arriesgarse a probar lo que

no ha probado, en todos los niveles: puedo transitar lo prohibido, puedo atreverme a

transgredir lo que me prohíbo, a mostrar mis partes oscuras, en el otro lado de la

cuerda. Y así, en estas entradas y salidas, voy observando a los compañeros cómo lo

hacen y voy viendo cómo yo me voy atreviendo cada vez más. Es un juego que

necesita cierto tiempo para que la persona vaya dejando su cordura y pueda entrar en

esa especie de manicomio a la vista de los cuerdos, que significaría poder hacer lo que

dé la gana y explorar las partes que están en mi sombra, en relación conmigo y en

relación con los demás.

Es un ejercicio que hace salir del mundo de la comodidad: propone explorar lo que habría

al otro lado del espejo. Qué partes de alguna manera tengo prohibidas y no quiero

transgredir, qué mecanismos están interrumpiendo mi ciclo de experiencia. Así, con este

código de que lo que suceda ahí no saldrá fuera, me permite entrar en las fases donde yo

me haya prohibido en mi vida normal. Puedo explorar lo no-explorado, hace que pueda

vivir lo prohibido, que me dé cuenta de cuántas cosas dejo de vivir por introyectos,

proyecciones, o cualquiera de los mecanismos de evitación de la experiencia. Me conecta

directamente con la toma de conciencia de todos los mecanismos de evitación. Y ahí, al

rato, aunque me pueda parecer que estoy llegando a lugares prohibidos o distintos, eso

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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hace que de alguna manera tome contacto con algo realmente me lo prohíbo o si

simplemente es un introyecto u otro mecanismo. Eso hace que pueda darme cuenta de que

parte de mis fantasías prohibidas simplemente son eso: fantasías… Cuando tengo la

posibilidad, me doy cuenta de la fuerza de mis introyectos o de la gran cantidad de

insensibilización hacia ciertas cosas. Ahí salen mis “Yoes” prohibidos. Eso puede ser muy

sanador, en el sentido que esas partes ignoradas o evitadas, en el momento en que, en

contexto de laboratorio, se me permiten explorarlas junto con otros, me facilita el Darme

Cuenta de cuántas partes de mí no están expresadas. Y esas, en mi vida habitual toman

fuerza o viven a través de mis proyecciones o de mis valoraciones hacia los demás, y

actúan sin que yo tenga control sobre ellas, toman vida y toman forma de otros, o de

amenazas, o de principios rectores de mis padres o tutores… Ahí me doy cuenta de mis

introyectos, proyecciones, cómo me castigo a mí mismo por no atreverme, o cómo desvío

con cosas que necesito hacia las necesidades de los otros, o cómo me desvaloro, o cómo

confluyo –me atrevo a hacer lo que siento dentro o repito lo que veo que llevan a cabo los

demás, debido a mi insensibilización, porque ya no recuerdo qué es lo que realmente

quiero y me prohíbo-.

El resultado de ponerle reflexión a este juego puede provocar que la persona tome

conciencia de su insensibilización, que tome conciencia de sus introyectos, de qué

proyecta fuera, de cómo se daña a sí mismo o cómo desvía hacia lugares que no son

propios. También me hace dar cuenta cómo algo que yo necesito, por confluencia, puedo

dejar de realizarlo para irme a lo que hacen los demás.

También se experimenta sobre la trasgresión, que siempre produce cierto sentimiento de

culpa: cómo me puedo quedar ligado a cualquier cosa que he trasgredido por miedo al

juicio posterior de los compañeros. En este caso, como ya he dicho, se da una pauta en el

juego de que “esto es un laboratorio y que luego, fuera de aquí, nadie va a contar nada”.

Eso puede ayudar a que la gente explore quién es en realidad, y qué fuerza tienen todas

esas partes ignoradas, y apropiarse de las fantasías no deseadas –“si me dejara ir, podría

matar…”, “si fuera realmente yo y dejara ir mi sexualidad, igual estaría siendo una

bestia…”-, ya que al tener la posibilidad real de llevar a cabo esas fantasías no confesadas,

puedes averiguar que no son reales, que son más una neurosis paranoica, o un introyecto o

una creencia, y no una realidad. Y eso puede ser muy sanador.

Este juego aporta mucha conciencia si después le sigue una buena reflexión. Y, si uno se

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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entrega a él, puede sacar mucho partido de en qué parte del ciclo se encalla.

En algunos momentos, si se ve que el grupo no llega a transgredir, no pasa la barrera de la

comodidad, se congela la imagen y se hace una reflexión motivadora para abrir la

conciencia de cómo aún están actuando sus mecanismos de evitación: “¿Qué harías si

estuvieras sólo y nadie te viera? ¿Qué estás haciendo con la visión de los otros? ¿Hasta

qué punto te prohíbes, no te atreves a entrar en las zonas prohibidas?”. A veces se puede

buscar una zona de seguridad para que cuando alguien se ha sentido muy trasgresor, pueda

descansar; aunque eso aún puede aumentar la sensación de qué insensibilización tengo

hacia los lugares que me prohíbo. Me hace tener una visión de la vida más sensible, menos

rígida. Como si de alguna manera me permitiera inhalar un poco más de aire y no tener

tanto miedo o dar tanta importancia a la visión de los otros.

Entrevistas

Carme.

FERRAN: ¿Te acuerdas de este taller? ¿De qué te despertó?

CARME: Lo que me salió fue más bien de insultar (la palabra insultar en voz muy baja),

que yo nunca insulto. ¡Cómo voy a insultar yo, hombre, por favor! Yo siempre he sido

asquerosamente buena… Yo de pequeña era muy buena, muy buena, muy buena, y de

mayor, como pretendo ser tan buena, tan buena, tan buena, pues es agotador… Ser tan

buena es agotador. La verdad es que no me acuerdo muy bien. Pero lo que me viene ahora

es esto: insultar. Pero es que del taller de La Sombra no me acuerdo mucho, no me

acuerdo que tuviera mucha cosa ahí…

Quiero aprovechar este párrafo para resaltar un mecanismo claro que le está

ocurriendo a Carme: evitar tomar contacto con el no acordarse de sus ganas de

insultar aunque a la vez, también le molesta no poderla sacar a la luz por ser tan

buena. Empiezan a surgir dos partes claramente diferenciadas.

Lo que se me ocurre ahora mismo, es la parte… esa parte…. Ese no ser suficiente, de no

ser suficiente para los demás… De valer tan poco, tan poco, tan poco, que los demás se

pudieran dar cuenta de lo poco que valgo.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Lo que me sale es eso: pulsiones así… No tengo, no tengo… De manera conciente no

tengo, por eso en la zona de la sombra no me salieron grandes cosas. Así como vi que

había gente que necesitaba desnudarse, y hacer otras cosas, pues a mí me dio por insultar,

pero era por hacer algo. La verdad es que tampoco tenía tanta necesidad de insultar, pero

era lo primero que me salió, hacer eso: insultar. Porque desnudarme, tampoco… En todo

caso lo que me viene más es el sexo… Quizás…. El tener relaciones con otras personas,

eso sí… Ser importante, ¿no? para esa persona…y que se me ocurre ahora a medida que

voy hablando contigo. Y no creo que lo hubiera hecho, no creo que me hubiera atrevido,

no creo. Pero ahora, siendo sincera, creo que me saldría esa parte, ¿entiendes?

Continúan saliendo con fuerza dos partes diferenciadas: una de ellas es la del darse

permiso para hablar y exponer aquellos aspectos de sí misma de los que se da

cuenta que tiene en su sombra, reprimidos, como son las ganas de insultar, de

desnudarse, o de sexo, etc. La otra se compone básicamente de pretextos o

excusas como “no creerse que lo hubiera hecho o que no se hubiera atrevido….”

La primera tiene mucho que ver con el deseo, con la trasgresión de límites de lo

reprimido, con el instinto mientras que la segunda se compone básicamente de

normas introyectadas de cómo ha de comportarse y que es lo que está bien hacer

frente a lo que no está bien.

Aunque más que del sexo, la cosa viene como que es la manera que he conseguido más

cariño. O sea, que conseguir más cariño es de esa manera, ¿no? A través del sexo, claro.

Como que si yo complazco a la otra persona a través del sexo, pues esa persona me va a

querer mucho…

FERRAN: ¿Y esto en tu momento presente cómo es?

CARME: Bueno, en mi matrimonio lo quiero cambiar, eso, por supuesto… Es una de las

cosas que tengo que cambiar. Mis relaciones sexuales son buenas, pero en mí es: si va a

estar contento en la cama, me va a querer muchísimo, y nunca me va a abandonar. Y ahora

me está saliendo una cosa muy fuerte… (Suspira profundamente y toma aire y espacio)…

¡Fíjate…! Pues es que mi madre… Mi padre se me quejaba mucho siempre de mi madre…

Yo me enteraba de todo. Se quejaba mucho de que era una mujer muy arisca, de que no se

le podían hacer caricias, de que no… Entonces, mi padre… Yo sé que se iba con otras

mujeres… ¡Me estoy dando cuenta ahora, no te lo pierdas…!

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Entonces por eso yo tengo ese, ese introyecto… Si yo no hago feliz a mi marido en la

cama, no me va a querer y se va a ir con otras mujeres. Y me va a dejar, me va a

abandonar.

En esta parte podemos ver la importancia de traer al presente sucesos acontecidos

en el pasado. Al hacerlo y explicarlos en primera persona, Carme se da cuenta de

un mecanismo suyo elemental que estaba en la sombra, que es el de seguir un

patrón familiar (en este caso, de la madre). Ahora al aceptarlo, puede empezar a

asimilarlo y hacerse responsable de lo que le ocurre.

Estos juegos, como el de La Sombra, ayudan sobre todo a que las personas que

asisten a los talleres puedan conectarse con partes de ellos mismos evitadas hasta

el momento. Al atreverse a vivirlas a través del juego y poderlas explicar en

primera persona y en presente, les aportan y facilitan un nuevo y abundante Darse

Cuenta.

(Silencio)

FERRAN: ¿Cómo estás ahora?

CARME: bien, estoy bien… Estoy bien. Estoy siguiendo con ese problema… Siento no

haber ayudado más. Si me acordara de algo ya te lo enviaría…

Carme vuelve a conectar con la proyección de pensar que los de fuera- en este caso

yo- consideran que no da lo suficiente.

FERRAN: Carme, está bien… Está muy bien… Ahora vamos a seguir con otras preguntas,

¿te parece?

CARME: (asiente con la cabeza)

FERRAN: ¿Cuáles han sido las crisis que han aflorado a través de este trabajo terapéutico

de Gestalt y juegos en tu vida?

CARME: Yo, después del Crecimiento Personal y ahora en la terapia Gestalt, he conectado

con lo que quiero ser. He encontrado de una manera asequible a mí, mi profesión, cosa que

me hace estar tranquila. O sea, es como si todo me hubiera ido encaminando, encaminando

hasta el lugar donde estoy ahora. Y ahora estoy recta, de pie, mirando al frente, segura. Yo

antes era profesora de gimnasia. Me sentía satisfecha y a la vez notaba que me faltaba

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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algo. Entonces lo dejé todo y dije que necesitaba un año lúdico, un año sabático, un año

sin hacer nada. Y dejé el trabajo, dejé a mi marido, rompí con la familia… Sobre todo con

mi hermana. Mi hermana ha tenido cáncer, y es muy absorbente, y es un poco como que

yo no podía darles a ellos nada, porque necesitaba las pocas energías que tenía para mí….

No sé qué explicar más… Bueno, lo de la gimnasia. Era: yo daba las clases, pero en

realidad mi creatividad no quería que fuera dedicada a la gimnasia. Quería dedicarlo a

otras cosas… Y por esto estaba con la formación en Gestalt y Juegos. Era romper con todo

porque no estaba a gusto con lo que en aquel momento tenía en mi vida. Como si me

encontrara atada. Atada. Y de esa manera fui cortando lazos, en el sentido de que el

tiempo que tenía no lo quería dedicar a los demás: lo quería dedicar a mí misma. Y si no

era así, no podía llegar a saber cuál era mi meta. Era como reivindicar que yo quería

formarme, como que todos me veían como la mamá, la hermana, la mamá de mis hijos, la

mujer de mi marido, la hermana que siempre estaba ahí para llevar en coche a quien sea,

para invitar a comer a quien sea, para… ¿Entiendes?

Fue romper con todo, romper con todo. Reivindicar que yo necesito mi espacio y mi

tiempo para mí y para mis cosas.

Creo que gracias al juego gestáltico de La Sombra Carme ha podido conectar con

sus ganas de insultar y de estar harta de ser buena chica. Parece ser que con el

tiempo ha ido floreciendo esta toma de conciencia y ha podido dejar de evitar estos

mecanismos, a la vez que se ha hecho responsable de su comportamiento y esto ha

facilitado que rompa barreras en la forma de relacionarse que tenía con su familia

de origen y con la actual. Esto le está ayudando a conectar con su auto apoyo y

recursos personales, que eran sus objetivos fundamentales al principio de

formación.

FERRAN: ¿Y la formación te ayudaba?

CARME: ¿Venir aquí? Sí. Sí que me ayudaba. Cuando lo compartía con el grupo, conectar

con realmente lo que yo quería… A mí me costó, porque yo era de aquellas que decía que

no, qué va. Porque me cuesta mucho conectar con mis necesidades. Pero mis necesidades

cada vez iban tomando más fuerza, aunque yo no era consciente. Yo a mí misma me

engañaba, me he engañado a mí misma y engañaba a los de alrededor, diciendo que no

pasaba nada. Hasta que mis necesidades y mis inquietudes fueron tomando fuerza,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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abriéndose paso a través de la formación en Gestalt y Juegos. Y si no lo hubiera hecho así,

pues podía haber estado… Pues veinte años más. Engañándome a mí misma y siendo lo

que era. Entonces de esta manera, al romper con todo, sí que he tenido un precio muy

grande, pero bueno… También he tenido la satisfacción de que me he puesto en mi

camino, en el camino que yo quiero. Es como ponerle conciencia a todo lo que tenía

dentro.

FERRAN: O sea, que las aportaciones más significativas ¿serían en el sentido de que has

encontrado tu camino?

CARME: sí. Sí. Y le he puesto luz a mi interior, a lo que yo realmente quiero ser como

persona. Porque yo tampoco lo sabía…y ahora quiero ser terapeuta. Quiero ser terapeuta

Gestalt. Sí, sí. Lo tengo clarísimo. Y de eso me he dado cuenta a través de esta formación.

Si yo no hago todo esto, por supuesto, hubiera estado ciega. Hubiera estado como… pues

como años atrás. Notando que había un vacío en mi interior. Y ese vacío pues ya no existe.

Yo no tengo vacíos en mi interior, yo me siento plena. Me siento enriquecida y con ganas

de seguir trabajando. En este camino y con esta formación.

Aquí Carme no se queda el tiempo necesario en contacto con su vacío para poder

saber qué le está aportando o cómo se produce y cierra demasiado rápido el Ciclo

de la Experiencia. Podemos percibir que tiene muchas ganas de no volver a

experimentar esta sensación y esto hace que la gestalt se quede abierta, inconclusa

con el resultado que el vacío le volverá surgir en otros talleres, más adelante.

FERRAN: Y a pesar de todas las crisis y todo, ¿por qué continúas?

CARME: ¿¿Qué por qué continúo?? Hombre, porque son crisis curativas, y sanadoras, está

clarísimo… Y porque aunque las tenga, la vida sigue, y yo cada día me pregunto qué es lo

que yo quiero ser y qué es lo que estoy haciendo…

Y porque a pesar de las crisis yo no he estado ciega en ningún momento, creo que he

sabido lo que quería. Lo que pasa es que es un tiempo y un precio que he tenido que pagar,

pero estoy contenta. Si no hubiera pasado esas crisis, no hubiera encontrado el camino y

actualmente no estaría donde estoy. A pesar de las crisis. Hay una evolución total, por

supuesto…

Carme empieza a tener su necesidad satisfecha de saber a qué quiere dedicarse en

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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su faceta laboral. A la vez también habla de que acepta todo lo que le ha ocurrido.

Esto la lleva a experimentar cambios y sentir que está evolucionado como persona.

FERRAN: ¿Cómo ha sido la relación con el grupo hasta ahora? ¿Cómo ha ido

evolucionando?

CARME: ¿La relación con el grupo? Ha sido y es más abierta en cuanto a que yo me

dejo… Me he quitado mis resistencias. Como me dijo uno de mis terapeutas, Quim, si yo

soy una persona que todo me va bien, todo me va bien, todo me va bien, pues claro, en

cierta manera hago que los demás sean pequeños a mi lado. Claro.

Me he tenido que trabajar mi orgullo, que yo no reconocía, y me dolió mucho

reconocerlo… Y me duele, porque aún hay… lo que pasa es que ya no le dejo tanto

espacio. El orgullo ya ha perdido fuerza. Entonces… Ahora me viene la parte de La

Sombra… es esa parte que todos ven y que yo no veo. Y es esa dureza en mí, esa dureza y

esa… Sí, ese orgullo. Esa es la parte de mi sombra: el orgullo. Que me ayuda a ser fuerte,

pero que ahora ya no lo necesito tanto, no lo necesito para tirar adelante, porque más bien

me hace daño. Y hace que la gente no se acerque a mí. O sea, como que estoy más

accesible a los demás, soy más accesible a los demás.

FERRAN: ¿Y crees que los juegos te han ayudado?

CARME: ¡Totalmente! Claro que sí. Totalmente. A mí si me dicen directamente: “tú eres

una orgullosa”, primero, que lo rechazo; y segundo, que no sé ni cómo cambiarlo. A través

del juego y de mis compañeros que me han hecho de espejo, ¿eh? yo me he dado cuenta,

nadie me lo ha tenido que decir. Yo me he dado cuenta de que soy una orgullosa.

Entonces, sí que lo he asumido, y al Darme Cuenta puedo cambiarlo. Por ejemplo, como

me pasó en un juego en que ellos, mis compañeros, me hacían de terapeutas. Que cada uno

exploraba una parte de terapeuta: uno hacía de confrontador, otro de conciliador, otro era

empático, otro preguntador, otro apoyador… ¿vale? Ahí me di cuenta… (Silencio) que

rechazaba lo que me decían mis compañeros. Era que no tenían razón en decirme lo que

me decían, la que tenía la razón era yo. Eso me llevó a Darme Cuenta de este orgullo. Y

con tu ayuda, Ferran, que en aquel momento eras nuestro terapeuta supervisor. Hubo una

de mis compañeras-terapeutas que intervino, y directamente le dije a ella: “¡esto sí que me

ha servido!”. Y me dijiste: “vale, le acabas de dar una patada a todos los demás…”.

Parece ser que gracias a este juego de mostrarse delante de diferentes terapeutas,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Carme puede conectar con el orgullo que mencionaba al principio del primer taller,

aunque ahí ella lo definía como no saber pedir ayuda o no confiar en los demás. Y

es que Carme tiene también su Polaridad de por un lado no saber nada, creerse

menos que los demás y por el otro el sentirse superior. Según mi experiencia, es

una polaridad que cuesta mucho de reconocer en las personas que como Carme se

identifican más con el rol de inseguras. Les resulta muy costoso hacerse

responsables y aceptar que realmente muchas veces se sienten superiores a los

demás; prefieren evitar el Darse Cuenta de esta parte para poder así continuar con

el “pobrecito de mí”, con la víctima.

FERRAN: Y con los terapeutas, ¿cómo ha sido la relación? ¿Cómo ha sido eso con la

autoridad?

CARME: buenísima. Yo en ningún momento os he cuestionado, a mí me habéis satisfecho

mucho. Os estoy agradecida porque a veces me habéis confrontado y de ahí he sacado algo

muy positivo. Confío mucho en vosotros, o sea, plenamente. No es peloteo: plenamente.

Sois dos terapeutas totalmente diferentes y eso creo que se complementa.

En esta respuesta vuelve a aparecer el rol de niña buena. Creo que en su caso es

fundamentalmente por miedo a que la dejemos de querer.

FERRAN: Y cuando te hemos confrontado, ¿cómo lo has vivido?

CARME: pues con la confianza que os tengo. Y me he sentido tranquila porque sé que

todo lo que hagáis me beneficiará. Incluso a veces os pido que me machaquéis más.

Porque es muy beneficioso que me machaquéis. Esa confrontación es muy positiva, muy

positiva. Y todo es porque, como mínimo, primero os habéis ganado mi respeto. Siempre

habéis tenido mi respeto. Y nunca he dudado: nunca.

Pienso que aquí sí que ha podido retomar su responsabilidad de cómo quiere ser

con respecto a su familia, aunque también sale que aún tiene miedo a dejar emerger

a esa parte insultona prefiriendo seguir relacionándose con nosotros desde la niña

buena. Me doy cuenta que de momento está bien la confrontación que hizo con su

familia, pero que en el espacio terapéutico -que es el que la está ayudando a

cambiar y decidir qué quiere hacer en su vida- no se atreve a confrontar. Tengo la

sensación que por mucho que indague acerca de de cómo se siente realmente con

nosotros, lo evitará del todo. Mi experiencia me dice que cuando el paciente hace

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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una evitación fuerte es mejor dejarlo para que así él mismo, por el poder de

autorregulación, se dé cuenta de este mecanismo. Todo esto es lo que me pasa en

estos momentos con Carme después de la respuesta que me ha dado en esta

pregunta. No tengo prisa, la escucho y la acompaño y hasta la siguiente…

FERRAN: Por ahora, y para este taller, ya hemos acabado, si no quieres añadir nada más…

CARME: no, por mí está bien.

Resonancia del terapeuta

Ferran.

¡Muy intenso para mí el tema de La Sombra…! Me toca por todos los lados… Yo

nunca imaginé cuando empecé mi formación en Gestalt que tenía tantas partes de

mí mismo sumergidas en La Sombra.

Descubrí también que soy bastante “peleón”, y que estoy harto de ser niño bueno,

y que tenía muchas fantasías que evitaba dejar salir a la luz bien sea por vergüenza,

por miedo a que no me quisieran si las explicaba o por no poder seguir ejerciendo

control sobre ellas una vez aceptara que yo pensaba de esa manera. Me acuerdo de

cuantas veces trabajé con el Perro de Arriba y el Perro de Abajo, y esta técnica la

sigo utilizando actualmente en momentos donde me pierdo y no soy consciente de

si evito o no.

Me es fácil poder acompañar a Carme en este proceso porque yo también rompí

con maneras de relacionarme con mi familia de origen, hecho que por cierto

provocó bastante desgaste en mí y en ellos.

Me siento muy identificado con ella en el tema profesional pues yo también decidí

dedicarme a ser terapeuta a medida que iba rompiendo con patrones antiguos; esto

me hacía sentir más confianza en mi mismo y ganas de poderlo ofrecer a los

demás.

Con respecto al tema de esperar a que la persona se de cuenta por sí misma

permitiendo con ello la autorregulación tiene mucho que ver en ello mi propio

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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proceso terapéutico: yo siempre me sentí muy respetado por mi terapeuta Joan

Garriga; él siempre permitió que yo llegara por mí mismo a entender o a decidir

que quería dejar o no un mecanismo mío. En todas las sesiones terapéuticas me

dejaba que yo decidiera el ritmo de Darme Cuenta de lo que me pasaba, y si en esa

sesión no podía él me lo respetaba y sobre todo me seguía mirando con los mismos

ojos respetuosos y amorosos que cuando habíamos dado comienzo a nuestra visita.

Esto me ayudó mucho, pues notaba que conmigo no empujaba el río, que lo dejaba

correr. Por eso también creo que es bueno confiar en que el paciente sabe cuál es su

ritmo, pues yo así lo he podido experimentar.

Entrevistas.

Óscar y Pilar.

PILAR: …me estaba intentando acordar, porque el tema de la Sombra no lo recordaba

mucho. Ahora Oscar me estaba situando.

QUIM: vale. La pregunta seria ¿cuáles han sido las crisis que ha hecho aflorar el trabajo de

Gestalt y juego en tu vida, y cuáles las aportaciones más significativas? Esto, más o menos

situados al cabo de un año de formación. Más o menos, situaros en esta época y si lo

podéis vincular a algo relacionado con la Sombra, pues perfecto.

OSCAR: a mí lo que se me ocurre es que el hecho de potenciar muchísimo la percepción

de cómo estás en cada momento, de cómo te sientes. A mí la primera crisis… o la más

fuerte que me generó, era la de ser capaz de contactar con un dolor que no me era… que

no me permitía sentir. Y el hecho de ir haciendo trabajos, de contactar con el Aquí-Ahora

y esos trabajos de sentirte, me llevaron a un momento en que no me pude escapar. Tuve

que acabar conectando, a pesar de que no quería, por el dolor que sentía. Esto como crisis.

Se trata de la interrupción del ciclo de la experiencia, en la evitación de cierto

dolor, en el sentido de resistencia. Es decir, hay un dolor que no se está liberando y

que siempre sale, ocurra lo que ocurra. En algún punto, la interrupción del ciclo ha

hecho que eso pendiente –ese dolor no expresado- esté, de alguna manera,

pulsando; con una pulsación constante, haga lo que haga. El permitir explorar esa

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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zona sin evitarla, permite que ese dolor pueda tener una expresión como un sí

propio; el mismo dolor puede provocar ya un mecanismo de expresión, con lo cual

puede salir ese Yo doloroso que no estaba expresado, y que seguramente pertenece

a una época antigua que luego se ha trasferido o repetido en una separación. Tiene

que ver con la separación de la madre y con la separación matrimonial: son 2 veces

en que se rompe esa dualidad, cuando se separa de su ser querido para empezar a

vivir su individualidad.

Y lo que fue terapéutico para mí de entrada fue el permitirme sentirlo. Y ¿cómo me

ayudaban los juegos a esto? Los juegos en este caso no lo sé, pero, por ejemplo, la

dinámica o juego de la cuerda que separaba la Sombra de la vida consciente, la vida de día

a la Sombra… En este ejercicio conecté con un agotamiento brutal. Con agotamiento y

con dolor.

Aquí vemos claramente que hay una retroflexión en cuanto a pasar a la acción, a la

expresión del dolor. Cada vez que ese dolor de separación o ese dolor no

expresado, Óscar lo retroflecta y lo siente como una parte pesada propia no

expresada.

El hecho de que fuera un juego, me permitía explorarlo, porque desde lo consciente no me

lo permitía. Pero al “jugar” a buscar mi sombra, acabó saliendo mucho dolor y mucho

cansancio. Y me ha dado soporte en el tiempo, el conectar con este dolor. Y me generó

una crisis… y empecé a hacer terapia otra vez.

QUIM: ¿a raíz de esta crisis?

OSCAR: sí. Sí… Porque necesitaba un proceso de aceptar que este dolor era mío…

En el caso de Óscar y ese dolor podíamos ver, a través de la terapia, que tras una

separación matrimonial de 15 años de convivencia con 3 hijos en común, aunque él

decidiera la separación, el dolor por ese hecho no estaba expresado, y retroflectaba

hacia dentro en forma de sentimiento de culpa, sin haber tomado contacto con él

mismo, a causa de la desviación. También a la vez le conectaba con un antiguo

dolor en cuanto al no reconocimiento de la separación de la madre.

Aquí Oscar estaba trabajando cómo salir del ciclo sin desviar, sino tomando

contacto-retirada con ese dolor. Y a través de este juego, tomando contacto real con

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

232

ese dolor, pudo empezar la retirada de, por un lado, la separación matrimonial y

por otro, de la madre. Con lo cual, la persona crece desde la autorresponsabilidad

como adulto.

PILAR: yo… creo que mi crisis ese fin de semana fue, una vez más, el hecho de no poder

mostrarme. Creo que permanecí más tiempo en la zona de seguridad que en la Sombra.

Entonces pues… bueno, vi realmente lo que me costaba el hecho de pasar a la parte de

mostrarme, la de “soy así, esto es lo que hay”, y poder permitirme cualquier cosa que se

me ocurriera, ¿no? Fue una crisis entre comillas. Fue una crisis en el sentido de que aquí

estoy fija, tan, tan, anclada ahí, tan arraigada… Rígida en esta parte… Supongo que la

gran crisis también era un poco a: “Si me desmonto, me desmonto mucho”, como que te

desmontas del todo…

Pilar está hablando de introyectos, no toma conciencia de necesidades personales y

no pasa a la acción para resolverlas. Estamos hablando de la primera parte del

ciclo: primero, la sensibilización hacia sus verdaderas necesidades; los introyectos

de cómo soy en mi familia de origen y cómo hay que ser en sociedad; y por otro

lado, imaginar que si yo me muestro tal como soy, puede pasar algo fuera de lo

común; hay una creencia donde hay un cúmulo de acciones o de sensaciones o

necesidades no expresadas, debido a esos introyectos y a la vez a esa

insensibilización sobre las propias necesidades.

El gran miedo, la gran fantasía o la gran… Y eso me hizo estar ahí rígida. En mi postura, y

en el no-mostrarme, en no mostrar mi Sombra. Algo que a nivel particular, profesional, en

casa, como que… No sé… Tenía los dos extremos: me daba cuenta que en casa el

desmontarme me es muy fácil, y que hasta a mi pareja la agobio porque estoy más

desmontada que montada, parece… Pues era como que delante de la gente no quería,

siempre estoy en un estado estable, sin bajar la guardia. Esto cuesta… no sé… Me daba

mucha rabia, realmente.

Vemos la dualidad entre el Yo Social y el Yo Auténtico: en familia o en confianza

me puedo mostrar y en sociedad, no; hay una dualidad como si yo fuera dos

personas distintas, y las dos están enfrentadas entre sí. Hay un gran enfrenamiento

de polaridades entre el Yo-social y el Yo-auténtico.

QUIM: si esto lo relacionamos con el principio, donde decías que con el grupo ningún

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

233

problema, para entrar y tal…

PILAR: no, no… Sí me muestro… Lo que pasa es que, primero, me cuesta mucho. Y

segundo, que es como que… una cosa es el mostrarte y otra cosa es el desmontarte. Para

mí es diferente. Consigo mostrarme, paulatinamente… pero el desmontarme… es

complicado para mí… como que la fantasía era que no voy a poder montarme otra vez,

¿cómo salgo de ahí?

Esta declaración de Pilar tiene que ver con algún introyecto de alguna experiencia,

en la que cuando uno se desmonta o pierde los papeles, le va a ser muy difícil

recuperar otra vez la postura social.

Y eso me hizo estar un poco más fija en ese lado, ¿no?

Y para mí fue una crisis. Porque claro, en un momento determinado no poder hacer lo que

quiero… No sé. En aquel momento me parece que el simbolismo era un poco desnudarme,

¿no? Y lo único que conseguí fue girarme la camiseta, sin saber qué estaba haciendo,

realmente. Era muy simbólico: me había dado la vuelta a la camiseta. O sea, sí me había

mostrado, pero no me la había quitado, con lo cual seguía manteniendo una postura, ¿no?

La parte positiva de la formación de Gestalt y Juegos… Yo creo que las tiene, y que tiene

muchas, ¿no?

QUIM: enlacémoslo con el cómo, a pesar de las crisis, seguís adelante…

OSCAR: en mi caso es que las crisis lo que hacen es descubrirme algo que era mío y que

llevaba escondido. Y cómo conectar con esta parte de la Sombra era una descarga de

liberación. El dolor hacía un daño diferente… En el fondo agradable… Sentirme más

ligero.

QUIM: ¿Más agradable que antes?

OSCAR: antes era como algo que estaba actuando igualmente, pero yo no sabía qué era. Y

me hacía estar agresivo, violento, irritable, irascible… Cuando me permití sentir el dolor,

pues sólo estaba triste.

El verdadero dolor de la separación es un dolor soportable: pierdo al otro, dejo de

verlo, lo lloro y eso duele. Y ahí no hay resistencia, porque es real e inevitable la

pérdida, y que me crea un dolor. Ese es la principal finalidad de ese duelo. Cuando

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

234

estoy intentando retroflectarlo o desviarlo, hace que entre un gran cansancio,

porque no es un dolor auténtico, sino la lucha por evitarlo. Y se convierte en

sentimiento de culpa.

Yo tenía muchos ataques de ira hacia otras personas y esto…

Proyección y desviación: desvío mi enfado sin asumirlo, hacia personas más

débiles o, con mi proyección, proyecto hacia fuera mis partes ignoradas, y creo que

son los otros –padres u otros- yo soy así. O sea, no hay autorresponsabilidad. O

desvío hacia otras personas mi rabia interna, que yo no percibo.

Yo no quería tener ira y la tenía. Es como si hiciera algo que no quería hacer. Y cuando

entendí que este dolor, el no conectar con este dolor, me hacía sentir otras cosas diferentes

y me hacía tener actitudes que lo taparan; al permitirme sentírmelo, me ayudó a

entenderme más. Era como que permitirme el dolor, sólo era permitírmelo, y no afectaba a

nadie más; en cambio, no permitírmelo afectaba a otras personas: a mis hijos, a mi primera

pareja, a mi pareja actual…

Oscar toma conciencia de que al no desviar ni proyectar, es decir, asumir su propio

dolor, aparte de liberarle a él, libera a las otras personas de su sistema de esa

resistencia a la evitación. Porque si no, es como si él en su evitación, carga con el

dolor de los otros y con la evitación de los otros. Cuando se permite expresarlo, los

otros le ven desde su autenticidad y pueden apoyarlo o rechazarlo, pero desde su

autenticidad.

En el trabajo era como que para no sentir el dolor conectaba con la agresividad. Había

cosas que yo no quería hacer y las hacía igualmente. Y dejar de hacerlas era mucha

comprensión. Era súper-liberador. Me liberaba. Me sentía más… durante muchos años he

tenido al sensación de como si tuviera un “alien” dentro que hacía cosas por mí que no

quería hacer. Y por más que no quisiera ser agresivo o irascible, había algo que me poseía

que me hacía ser irascible o agresivo. Y la Gestalt con los Juegos, junto con terapia y otras

cosas, me ha ayudado a sentir que lo que salía era otra forma. Y al verlo me ha ayudado a

que, cuando estoy más tendente a estar irascible, miro y… No es fácil, pero miro, y a

veces me es más fácil no hacerlo. Y es como que lo decido yo, entonces. No actúa un

“alien” que me posee.

Oscar toma conciencia, y tras esa toma de conciencia de la aceptación de ese dolor

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

235

de separación, puede haber una cierta sensibilización, donde los introyectos,

aunque actúen, dejan de ser introyectos porque aumenta a conciencia sobre ellos.

Se convierten sólo en creencias y así no proyecta fuera. Con lo cual la energía está

puesta en la expresión de ese dolor, toma contacto con él mismo y esa retirada del

dolor es más fácil que suceda, y Oscar pueda empezar un nuevo ciclo.

QUIM: ¿Un Darme Cuenta?

OSCAR: claro, claro. Sí, eso sería.

PILAR: para mí hay una parte de mucho machaque, ¿no? Sobre mi persona, y de mucha

exigencia. Pero también una parte en la que yo creo que he sido más tolerante conmigo

misma. Hasta dónde puedo llegar y hasta dónde no puedo llegar. Y hasta donde no puedo

llegar… es que no puedo llegar.

Aquí vemos con Pilar, que a partir de la aceptación, también hay una toma de

conciencia y deja esa exigencia, que se convierte en más sensibilidad; deja esos

introyectos sobre lo perfecto que hay que ser. El trabajo en el grupo y con los

juegos le hacen tener más conciencia de un yo más auténtico, y así puede poner la

energía en pasar a la acción, en lugar de creer que la acción tiene que ser perfecta y

correcta en cada momento. Hay toma de conciencia sobre que puedo hacer una

acción, puedo tomar contacto con una realidad, puedo satisfacerme, aunque no

acierte o no dé en el lugar adecuado. O sea, que me permite pasar de los

introyectos a la acción, que es muy importante para Pilar. Sino esos introyectos que

fuerzan a la perfección, hacen que no pase a la acción.

Como que si en estos momentos no he conseguido llegar a desmontarme, no he

conseguido llegar a cruzar la barrera que en principio debería… o tendría la oportunidad

de cruzar, por el sitio, por el entorno y demás… Claro, mi tendencia natural es a auto

machacarme: no lo has conseguido, no eres capaz… Lo que he aprendido un poco es a

aceptarme: si no he podido, pues no he podido… Es así.

Pilar con frecuencia bloqueaba su energía por miedo a excitarse demasiado, o a

sentir emociones demasiado fuertes o a la vez por miedo a salir del contexto social;

de alguna manera, el bloqueo que hay a nivel fisiológico, que acompaña a este

miedo hace que no diese un paso hacia la aceptación. Ahora Pilar, más vacía de

esos introyectos, se permite la expresión más saludable de sus propios

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

236

sentimientos, piensa en que esas partes de ella son posibles sin tanta crítica

personal, sin tanta sensación de insatisfacción, sin tanta ira reprimida. Deja de ser

menos retroflectora consigo misma, sobre todo desde menos exigencia, y empieza

a expresarse fuera de su vida privada, a mostrar más su talento sin que esos

introyectos le coarten tanto.

Y el dejar fluir esa energía, hasta ahora interrumpida, le lleva a sensaciones

diferentes y más plásticas.

Y entonces a reconciliarme un poco conmigo misma. Entender que mi momento es ese y

que en estos momentos no puedo. Realmente aceptarlo y no auto-flagelarme por no

haberlo hecho, por no haberlo conseguido… Tampoco sé muy bien qué hay que conseguir,

tampoco sé muy bien hacia dónde me tengo que ir. Como no lo tengo muy claro… Pero sí

que sé que en aquel fin de semana no crucé aquella barrera. Y consigo perdonarme o

aceptarme, tal y como fue y tal y como lo viví.

QUIM: ¿Ha habido algún cambio en la relación con el grupo, a estas alturas?

PILAR: ya he dicho que no había muchos problemas al principio, pero… Cómo ha

evolucionado la relación con el grupo… Yo creo que ha habido momentos. Para mí, yo no

puedo decir cómo ha cambiado. Ha habido ciclos, momentos, y ha habido… sobre todo es

como que a medida que vas comprendiendo a la gente, la vas queriendo más,

evidentemente. Yo marcaría casi cada fin de semana descubrías algo de alguien: algún

cambio, alguna historia. A lo mejor también podía haber un retroceso… y luego a lo mejor

un avance… no es un cambio uniforme, era algo vivo. Cada fin de semana era diferente

porque todos estábamos diferentes…

Las interrupciones entre el contacto y la retirada, esta sensación o estos ritmos

distintos hacen que la persona se perciba más real, sin tanta exigencia. Puede tener

una idea menos estereotipada de cómo hay que comportarse y rechazar menos el

ver otros comportamientos como otras partes de ella no incluidas. Esta variedad de

comportamientos llevaría a Pilar a una mayor autoaceptación, a una idea más

adulta.

OSCAR: yo estoy de acuerdo. Cada fin de semana, como nos íbamos conociendo más,

pues vas queriendo más a la gente. Porque hasta con la gente que me generaba

resistencias, como más le veía y más cosas entendía de esta persona, pues la iba queriendo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

237

más.

Y en ese fin de semana de la Sombra, con la cuerda, como otros, pero concretamente en

este, era como al ver la agresividad de la persona en la que estoy pensando ahora, ver la

locura de otro, ver la tristeza de otro, a mí me liberaba de mi agresividad, locura, tristeza,

y me hacía ver que los demás también tenían cosas de estas, me los hacía mucho más

próximos y yo me podía mostrar más.

Aquí vemos cómo Oscar y Pilar tienen una mayor conciencia de sí mismos al ver

los comportamientos de los otros. Al ver comportamientos distintos pueden asumir

que también les son propios, o al menos participan de sus propias experiencias en

lugar de proyectarlas sobre los demás. Y aprenden a tomar conciencia de que ellos

también son como los demás, y a partir de aquí, se permiten satisfacer partes de

ellos rechazadas, y avanzan hacia un contacto más pleno, con sus sensaciones, y

aprecian así más aspectos de sí mismos. Por tanto, hay un avance en la experiencia

de su poder y la satisfacción de sostenerse por sí mismos en vez de correr al

gimoteo, a los reproches, a la culpa –propia o ajena-. Se quitan sus corazas y

aprenden a asumir otras partes de sus acciones y consecuencias, se sienten más

cómodos y más en contacto con la vida y su expresión.

Era como un espacio donde te podías permitir todo, y veías que estas partes ocultas mías,

otro las mostraba. Y entonces pensaba: “menos mal… Fíjate, aquel se permite decir que

está chalado… Y no pasa nada… Porque yo también pienso que estoy loco, a veces, y no

puedo decírselo a nadie, porque qué pasaría si lo dijera a mi familia… O a mis padres… Y

a veces tengo pensamientos obscenos… y tendencias sádicas, y… ¿qué hago con todo

esto, aquí solito?”. O la agresividad, llevada al límite que yo no me permito… era que la

relación con el grupo sí que crecía, porque les quiero más. Les quiero porque les entiendo

más y porque me ayudan a sostener mis “derias”, mis “cosas”.

Aquí vemos que los bloqueos personales entre la sensación y la conciencia hacen

que se vean otros modelos, que de alguna manera generan una actitud menos

rígida: descubro que hay otros individuos que padecen mi locura, mis deseos, mis

interpretaciones erróneas del mundo, padecen sus dolores, tienen sus fantasías y

estados sentimentales parecidos a los míos, y eso me facilita aceptar todos los

míos, y así podemos entender mejor hacia dónde queremos ir: estamos en

condiciones de desarrollar mucha más energía, y sabemos hacia donde dirigirla, y

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

238

en lugar del “debería”, pasamos a la acción, y esta energía bloqueada por el miedo

o por un concepto moral o por temores o… si empezamos a dejarnos llevar por

nuestra ira, o sexualidad, y dejamos de percibirnos como maniáticos o perversos…

estos bloqueos se empiezan a disipar, disminuyen al vaciarse, los veo como propios

y permiten una expresión saludable de los propios sentimientos.

QUIM: ¿Y con los terapeutas, con la autoridad, cómo era la relación?

PILAR: también ha ido evolucionando, yo creo. Al principio… Bueno, pues un poco

distante, quizás, un poco a la expectativa, a ver cómo se podía plantear… Claro es que

para mí es especial, el tema… Para mí era todo un… Tanto podía ser una hecatombe como

podía ir bien. Entonces… Bueno, creo que he estado encantada. He tenido mucha libertad

para decir y hacer lo que yo quisiera. Incluso en momentos en los que me he enfadado con

vosotros, lo he dicho, esto. Y la manera en que lo habéis recogido, para mí ha sido… Para

mí, en concreto por mi caso especial, es excepcional. Que pueda hacerlo, y al salir de aquí,

lo que ha pasado aquí es lo que ha pasado aquí. Y que no ha pasado nada. Me he podido

enfadar con vosotros; vosotros creo que me habéis podido decir lo que habéis querido, y

con una libertad total… Considero, para mí, en mi caso, excepcional.

La transferencia ha podido servir en un momento dado para que el terapeuta forme

parte del proceso de crecimiento de la persona. No queda como alguien aparte del

propio proceso de Pilar o de Oscar, sino que son una parte más, con su

responsabilidad y participación activa.

OSCAR: para mí también. Yo cuando has dicho “la relación con los terapeutas” al

principio era un poco… Me sentía supervisado. Eran juegos y cosas, pero… bueno, que yo

ya sabía… Una sensación de autosuficiencia. Con el tiempo se convirtió en pedir

confrontación, en pedir… Yo vivía las cosas con amabilidad, porque yo venía de un tipo

de terapia muy confrontativa, de dar caña. Y me parecía que era muy “light”, esto. Que era

para principiantes, que era algo muy suavecito y… muy hippie… pero que tenía “poca

chicha”, porque aquí no se machacaba a la gente y no se les llevaba hasta el límite…

Y a medida que iban pasando los fines de semana, era: “¡Ala, si no hace falta!” Si con

amor y comprensión, y poniendo tiempo y dejando que las cosas pasen… Y jugando…

pues se llega igual de lejos.

Con la presencia del juego vamos introduciendo la confrontación de un modo no

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

239

muy consciente, para que el cliente de alguna manera se convierta en maestro-

aprendiz y por lo tanto, evite introyectos. Ve y actúa y aprende de la práctica. Por

tanto, el terapeuta pasa de un proceso terapéutico a ser parte del aprendizaje. El

aprendiz no imita al terapeuta, sino que sigue su propio esquema y estilo, por tanto,

en el encuadre del proceso terapéutico, hay siempre una mezcla de apoyo-

confrontación, aunque la persona no percibe la confrontación como rechazo, sino

como un proceso de conciencia y responsabilidad.

Yo en otro trabajo de la Sombra necesité tomar… sustancias. Yo ya había hecho el trabajo

de la Sombra, y pensé que sí, que yo ya había tomado ayahuasca, y otras cosas, y eso sí

que era conectar con mi inconsciente y con mi sombra… Y luego viví cómo sólo poniendo

una cuerda en medio y ponerse a jugar. Aquel día fue una flipada. Pensé: “ala, si no hace

falta, si también está bien”.

Y respecto a la relación con los terapeutas era: qué lejos se puede llegar… jugando… con

amor y con cariño. Para mí… sobre todo con amor. Yo lo que les he visto siempre es

mucho amor. Y me ha permitido irme mostrando, y llegar a sitios que a lo mejor sino, no

habría llegado.

PILAR: y sobretodo la parte esta de cómo por ejemplo el enfado, se le puede dar la vuelta

y volverlo en algo positivo para el grupo. Yo me acuerdo una vez en que me enfadé

mucho con vosotros, porque “ya está bien, ya os estáis pasando, o sé qué…”.

Vemos claramente cómo la confrontación adecuada ha llevado a Pilar a una acción

adecuada. Desde la parte confrontativa, hemos hecho que ella se replantee sus

introyectos, que serán modificados y por tanto en este caso se modificó su

comportamiento a través de esa confrontación.

Y entonces, cómo a través de mi enfado, yo canalizaba el enfado de la otra persona que no

se había enfadado con ellos. Y entonces, cuando ves que tu enfado también sirve, y lo

puedo terapéuticamente positivizar, y sacarle partido para el grupo, pues para mí fue… me

quedé alucinada.

La sensación de que si piensas que yo llevo un grupo y alguien se enfada, ¿cómo manejas

esa situación? Y sin embargo, fue como si utilizaran aquel momento. Me acuerdo

perfectamente. Fue con X, y le hicieron hacer algo que no recuerdo exactamente, pero yo

les dije que se habían pasado, y que ya estaba bien, y solté golpes con el cojín porque me

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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enfadaba mucho, y me invitaron a que lo sacara más, y más… Y al final resultó que era el

enfado de X que no había salido. Me quedé… Porque por un lado piensas: ¿lo saco? ¿No

lo saco? ¿Lo cohíbo, no lo cohíbo? ¿Me enfrento a ellos, no me enfrento? Claro, siempre

había una lucha de seguir manteniendo el respeto hacia los terapeutas, ¿no? Pero por otra

parte, siempre me he sentido libre para poder mostrar la emoción que en ese momento,

incluso la negativa que yo pensaba que podía hacerles daño, como es el enfado, pues cómo

le disteis la vuelta y fue positivo ver cómo que una persona no sacara una emoción hacía

que al final otra tuviera que hacerlo por ella.

En el caso de Pilar vemos claramente cómo hay una transferencia de la autoridad, o

del padre y la madre, hacia los terapeutas. Junto con el introyecto que seguramente

tiene que ver con “no me puedo enfrentar a”. Pilar, con su actitud de rebeldía, se

enfrenta al padre y a la madre, o en la transferencia a los terapeutas, para que tome

conciencia de cómo esta ira retroflectada o desviada, al tomar contacto con ella, se

libera; y al liberarse, deja atrás la interrupción del ciclo, porque toma contacto con

el verdadero enfado y la evitación del enfrentamiento con la autoridad. De alguna

manera ese ciclo puede permitirse cerrarse después de esa experiencia, porque

toma contacto con la realidad, y se descongestiona de la carga emocional de los

introyectos.

Todos estos pasos, a medida que iba viendo, me iba sintiendo más libre para poder ver la

emoción que sea, positiva o negativa. Me sentía en un entorno claramente tranquila y con

confianza para poder mostrarlo.

OSCAR: yo me he dado cuenta de la habilidad de utilizar el juego de una forma

terapéutica. Supongo que tenéis un abanico muy grande de juegos y dinámicas, y nunca

eran gratuitos. Siempre había un "para qué", cada juego tenía un objetivo…

PILAR: aunque no lo tuviera, podía llevarte a una emoción que… Es decir, que era

preparatorio para el siguiente juego.

OSCAR: claro. Y supongo que me ayudaba porque era: “bueno, estoy jugando”. Entonces

lo elaborabas y volvías a jugar, con lo cual… A mí me ha enseñado también que la vida es

esto. Para mí la vida era una cosa súper-trascendente, súper-mística y súper… Primero

había sido súper-trivial, y luego se volvió muy seria. Y aquí se podía tocar lo más

profundo de nosotros mismos y al cabo de un momento volver a jugar. O a bailar. Porque

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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la vida es esto.

Aquí podemos ver cómo el juego disipa esa energía de elucubraciones donde se

piensa en el temor al fracaso, al ridículo, al disgusto, a la desaprobación de los

otros… Es decir, de alguna manera hace que el cliente se atreva a vivir la

experiencia de un modo real, aunque con la convención de juego; por tanto, deja

que vaya más allá y tome más conciencia de sus deseos. Deseos que a veces ni

reconoce, que sólo los ve una vez está en este contexto de juego. La diferencia

invita al ritmo con el contacto y la retirada, y el ritmo es más natural, como si la

forma natural del ser humano fuera la de la capacidad de experimentar, de vivir el

fracaso… Como si formara parte de un orden en que el ser humano tiene una

capacidad de experimentar, de su “play”, en el sentido de que toma contacto con

las cosas jugando, experimentando; y ese propósito hace que la persona no esté tan

neurótica, tan el en qué-vendrá, o qué-hubo, o el por-qué. Eso le hace entregarse a

la experiencia del Aquí-Ahora.

Por tanto la acción y el contacto están más presentes, en una forma más rítmica. Es

decir, el que juega está en un estado mucho más presente y toma conciencia en

mucho menos tiempo de lo que sería en un contexto serio, o de buscar porqués, o

académico y más profesional, que le haría atascarse en cierto sentimiento de “no

estoy a la altura”, o “yo no comprendo”, o…

Yo recuerdo cuando era pequeño, que si los otros no aceptaban y parecía que no

entendían, sólo por el hecho de no verme como diferente, seguía el juego. Es decir,

hace que la persona no se sume a la actividad o pensamiento de los otros, o

confluya con los otros; le facilita tomar contacto con su bienestar personal o con

sus fracasos personales.

A mí me ha servido mucho para esto, para mirarme la vida…

PILAR: y para salir de la emoción, también, en un momento determinado…

OSCAR: sí, exacto.

PILAR: primero llevarte y luego poder salir también, de una manera rápida.

OSCAR: claro, yo me acuerdo con la tristeza. La tristeza era como… ¡Mmmmm! Qué

bien… y me quedaba allí, en la tristeza. Y luego venía otra cosa: ahora ponte a bailar… Y

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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divertirme en otra cosa. Sí.

Estamos mostrando cómo evitar la confluencia, cómo emprender un mecanismo de

retirada de una emoción a otra. El juego hace salir del estado de confluencia

compulsiva.

QUIM: pues muy bien…

Resonancia del terapeuta

Quim.

Viendo al grupo observo cómo poco a poco, al yo estar como formador, he ido

integrando un proceso de cómo vivir mi “yo” y mi “vosotros”.

Cómo poco a poco he ido dejando atrás cierta dualidad y cierta pelea interna.

Cómo gracias a haberme atrevido a transgredir ciertos límites he ido aprendiendo

qué soy, qué quiero, y un poco le he ido encontrando el significado a cada proceso

y a cada necesidad de mi vida.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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GRUPO 2, TERCER TALLER

Descripción del taller: juegos y dinámicas llevadas a cabo.

Juegos- terapia sistémica. Mayo 2006.

1) Agruparse por diferentes órdenes

- edades

- DNI

- Altura

- Relaciones que han tenido

- Teléfono móvil

- Peso

- Numero de Trabajos que han tenido

- Cursos que han hecho (Crecimiento – técnicas)

- Enfermedades leves / graves

- Sitios donde han vivido

- Países que han visitado

- Personas muertas queridas.

Es una dinámica donde se trabaja el contacto y la retirada, y la cooperación, y establece

diferentes lazos para relacionarme con los otros. Se puede ver cómo extraemos del fondo

cada vez una figura distinta que hace que nos relacionemos según esta, y nos permite

diferenciar en cada momento qué figura estamos destacando del fondo, y cómo a través de

esta figura establecemos contacto o distanciamiento con los otros de distinta manera cada

vez.

Establece contacto físico entre personas y jerarquías, ya que al ponernos uno detrás del

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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otro, nos da conciencia sobre el lugar que ocupamos en referencia a los demás, y nos hace

de referente en cómo sentimos desde lo corporal y lo emocional el lugar que ocupamos en

el grupo, en función de lo propuesto.

2) La balsa (1): Solo puede quedar uno en la balsa (que es un colchón sobre el que

están todos los participantes. Por culpa del peso hay que tirar uno fuera. Luego a

otro… Luego a otro… Al final, cuando sólo queda uno, comentar como ha ido el

trabajo.

Es un juego que también pone hincapié en el contacto con los otros y la retirada.

Nos conecta con las leyes de la supervivencia, en las que cada estrategia de la

personalidad nos puede ayudar o perjudicar para conservar la vida en el juego. Es decir, el

que pasa desapercibido puede utilizarlo como estrategia de supervivencia; el que habla

mucho, eso puede ir en su contra; y así, cada estrategia de la personalidad, que es una

suma de evitaciones del contacto, nos puede llevar a que el resto del grupo nos rechace o

nos admita, aprendiendo que en cada momento tengo que dar plasticidad a lo que

acontece, sin tener tiempo de gestionar muchas estrategias desde lo cognitivo.

También este juego me permite vivir el grado de implicación con la vida, o el grado de

renuncia hacia ella. Y explorar cómo emocionalmente puedo sentir que los otros me

rechazan o me admiten.

También podemos poner la conciencia para entender dónde interrumpimos el ciclo de la

necesidad. Así nos vamos a dar cuenta de cómo un introyecto nos puede impedir la

supervivencia, o una desvaloración, o una desviación… Cómo todos los mecanismos de

interrupción de la necesidad, nos pueden llevar a no luchar por la supervivencia.

3) La balsa (2). Igual que en el juego anterior, se tiene que tirar de la balsa:

- Tirar al más emocional

- Tirar el más depresivo

- Tirar la más sexual

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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- Tirar al mental

- Tirar al más mentiroso

- Tirar al más espontáneo

- Tirar al más orgulloso

- Tirar al más humilde

- Tirar al más valiente

- Tirar al que tiene más sentido del humor

- intuitivo, juguetón, amable, sensual, sacrificado, sufridor, que gana mas dinero,

mas pobre, etc.……………………………………………..

Este juego es muy parecido al sociograma, ya que cada uno tiene que conectarse a qué

parte proyecto en el otro (se trabajan las proyecciones), qué figura proyecto en el fondo en

el otro. Y en esas proyecciones puede haber coincidencias. Además, esta dinámica está

conectada a la idea de también ver cómo vivo el que me seleccionen para algo

determinado, desde la imagen que he dado al exterior, y cómo vivo según qué tipo de

rechazo (cuando los otros me tiran de la balsa por mentiroso, por orgulloso, etc.). O cómo

lo vivo cuando la gente me tira por humilde o por valiente.

Trabajamos pues las proyecciones, la figura-fondo y, a la vez, qué lugar ocupo en el grupo

o qué imagen he vendido al grupo. Es un reflejo de cómo me vendo yo a los otros, o qué

imagen doy yo a los otros.

4) Sociograma: de entre los integrantes del grupo, hay que decidir e ir a tocara quién

elegirías para:

- ir de fiesta

- cuidar un bebe

- protegerme de un lugar peligroso

- contarle un secreto

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

246

- montar un negocio

- aconsejarme sobre cómo vestirme

- aconsejarme sobre la decoración de la casa

- compartir una noche loca

- ir de vacaciones

- sobrevivir en un desierto

- ir a un restaurante

- preparar comida

- ligar…

Este es un juego gestáltico donde vemos cómo se ha construido una mini-sociedad en el

grupo. Es decir, qué lugar ocupo en el grupo respecto a los otros. Como en el anterior

juego se trabajan también las proyecciones, y por otro lado también se trabaja el destacar

la figura-fondo. A la vez también me Doy Cuenta de cómo vivo el fracaso o la aceptación:

cuando el grupo me confronta o cuando el grupo me apoya, en el sentido también de

contacto-retirada. Qué partes de mí he mostrado al grupo y qué partes he escondido.

A la vez, hace que me atreva a mostrar delante de los otos de una forma auténtica a quién

elijo cada vez para algo. Eso hace que salgan a la superficie los Temas Pendientes o cosas

no habladas. Facilita que el grupo recupere cierto grado de autenticidad y de franqueza.

Entrevistas

Carme.

FERRAN: De estos juegos, ¿recuerdas alguno en concreto?

CARME: a ver, aunque no está en este taller, un juego que recuerdo con fuerza y que me

impactó fue el de las manos (se refiere a “Manos con aceite”)… (Mira al cielo, y respira

hondo)… porque al cerrar los ojos es… Sentir… Es como despertar más los sentidos.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

247

Darme Cuenta de cómo los sentidos los tengo dormidos. Por ejemplo, si miro, no escucho

tanto ni siento tanto. Entonces, de esta manera, cerrando los ojos, es no juzgar. Para mí es

no juzgar. Entonces siento diferente. La sensación, si no me dejara llevar por mi visión,

por lo que veo visualmente, podría tomar otra percepción de las cosas. Sería como no pre-

juzgar. Este juego me ayudó a ver que la vista me hace juzgar…

O desarrollar los otros sentidos. Tomar más conciencia de cómo los otros sentidos me

pueden llevar a… a vivir otras sensaciones. Que si me quedo sólo con la vista, no noto la

percepción. A esto me refiero: si pudiera agrupar con la misma intensidad todos mis

sentidos, podría ser más sensitiva, no juzgaría tanto…. Y disfrutaría mucho más.

Disfrutaría mucho más de las cosas. No sé de qué, seguramente de todo, y de lo importante

que son el resto de los sentidos. No solamente el oído y la visión. Cómo puede unirme a

un grupo el sentido, el sentir ese calor, sin mirar, sin ver a las personas. Qué tanto me es

una mano más grande, más pequeña, sin ver a esa persona.

Carme comienza a responsabilizarse de que presta una atención excesiva a lo

visual en detrimento de los otros sentidos; descubre también como a través de la

vista juzga y pone etiquetas a lo percibido en lugar de utilizarla para explorar y

descubrir todo lo nuevo que sucede en el presente, en el aquí y ahora. Eso nos lleva

a Darnos Cuenta que el sentido de la vista, en su caso, esta más ligado a recuerdos

(pasado) que a dejarse asombrar por cada momento (presente).

Luego me acuerdo de lo de La Balsa. Mmmmmm… Por ejemplo, tenía temor, temor,

temor a…. a ser despreciada. A que me echaran de la balsa una de las primeras. Sentirme

como rechazada una de las primeras. Y vi que, más o menos, el rol que yo tengo dentro de

un grupo, ni es de líder, ¿vale? ni una de las… que tampoco paso desapercibida. Que estoy

donde me gusta estar, que es entre medio. Que no paso desapercibida, pero tampoco de

líder. No me gusta coger el rol de líder. Dejo que otros lo cojan.

FERRAN: ¿Para qué?

CARME: ¡Hombre, por la responsabilidad! Esto está claro. Sería eso. Por la

responsabilidad y porque a veces yo… Líder, líder…. Bueno, tienes que tener mucha

responsabilidad de cara al grupo y hay que saber. Entonces a mí más bien me gusta

escuchar. No estar callada, sino… Tengo paciencia: en un grupo espero, y cuando estoy

segura, me dejo ver o hablo. Mi rol de líder lo tengo bien porque no se me ve. No se me ve

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

248

porque tampoco lo hago, no me gusta.

Y lo de La Balsa, pues por qué me echaron… Me echaron por cosas ya más banales, no

por cosas importantes…me echaron porque ya tocaba.

Mi fantasía es que este juego movilizó bastante a Carme, ya que como podemos

apreciar “echa pelotas fuera” explicando y explicándose que la echaron “por cosas

banales” y “porque ya tocaba”. Esta parte me hace reflexionar sobre los

mecanismos neuróticos y evitativos de cada uno de nosotros: no desaparecen por

habernos Dado Cuenta una vez; el darnos cuenta nos hace estar más atentos pero el

o los mecanismos siguen operando hasta que tengamos el hábito establecido de

percatarnos cada vez que lo evitemos.

Dentro del ámbito terapéutico serio –no me estoy refiriendo a las terapias

milagrosas y breves- es frecuente escuchar que se necesitan años para ser lo que

realmente somos. De la misma manera, para mí es importante recordar que mis

pacientes o alumnos, al descubrir un mecanismo, no significa que ya lo han

cambiado, sino que a partir de este momento van a tener que poner mas y más

atención para no volver a caer en él, y así progresivamente hasta que el Darse

Cuenta se sostenga por sí mismo y sin esfuerzo permitiendo acceder al paso

siguiente, o sea la energetización para después pasar a la acción que en este caso

sería hacer algo diferente como paso previo del cambio (ciclo de la experiencia).

Todo esto lo explico porque Carme estaba contenta de haber hecho cambios

importantes en su vida y sin embargo aquí le vuelve a salir su mecanismo de “niña

buena”: no se da cuenta y además se lo explica de maravilla para que no le duela.

Según mi experiencia, cada vez que he llevado a cabo el juego de la balsa he

podido comprobar que la gente conecta con temas que les son duros de aceptar y

prefieren “echar la pelota fuera”.

Porque las personas que quedaron eran más importantes para poder llegar a la isla. Claro.

Y me echaron porque yo no tuve fuerza como para quedarme, porque yo luché. Si no, yo

me quedo en la balsa. Yo lucho. Cada vez tenía que quedar uno menos en la Balsa.

Entonces se tenía que decidir a quién echaban en ese momento, entre todos. Muy duro.

Entonces pues… Yo qué sé… ¿Por qué echamos a esa persona? Yo no me acuerdo por

qué me echaron… Porque ya habían otras personas… ¡Ah, sí, porque yo estaba cansada!

Y yo no sería útil en la isla, si llegábamos a la isla. Claro, por eso me echaron. Porque

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

249

como estaba cansada, pues a la hora de trabajar y eso pues me cansaría. Y me echaron por

eso. Me extrañaba que no me hubieran echado antes, o sea que llegar a ese momento, ya

me estaba bien. Para mí ya estaba bien, haber llegado a no ser una de las bastante

primeras.

Aquí Carme vuelve a proyectar en los demás que ellos son más importantes que

ella y se desvalora delante de una situación donde “le va la vida”. No se

responsabiliza de su falta de fe y confianza en ella misma.

Me sorprendía ver cuándo me echarían. Y ya duré mucho, para mí fue una satisfacción ver

que duré tanto. Pero saber que iba a ser la última que iba a quedar en la balsa, seguro que

no…

Al faltarle confianza en sí misma aún se asombra de cómo los demás tienen mejor

opinión de ella, que ella misma. Denota otra vez la falta de contacto con sus

propios valores y recursos.

FERRAN: ¿Qué te hacia pensar eso?

CARME: sí, porque había otras personas que eran más importantes que yo en cuanto a

recursos para estar en una isla. Por ejemplo, de imaginación. De fuerza física: habían

hombres que son más fuertes; a la hora de cortar por ejemplo un árbol para hacer una

cabaña… pues yo ya me empeñé en decir que sí, que sería fuerte, que sería muy creativa y

que tenía muchos recursos, pero no sirvió de nada porque fui al agua, o sea que… No se lo

creyeron.

A Carme no le sirve de nada lo que ella explica a los demás y por mucho que ella

no quiere, la acaban echando al agua. Carme no puede sostener el escuchar el

reproche de los demás con respecto a su necesidad de quedarse; ante los

obstáculos con los que se encuentra prefiere abandonar la lucha de satisfacer su

necesidad y explicarse que los demás no la creyeron y la echan al agua. Es un

mecanismo repetitivo en ella: LA EXPLICACIÓN. Al explicar el hecho consigue

justificar y justificarse liberando con ello una cierta dosis de dolor aunque el

precio que pague con ello es la desconexión de lo que realmente está sintiendo y

de su necesidad o necesidades emergentes quedando de esta manera una Gestalt

abierta e inconclusa.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

250

FERRAN: Carme, las preguntas finales para acabar, serían: conclusiones finales personales

que has podido obtener durante la formación de juego y Gestalt en estos tres años de

trabajo, en cuanto a darse Cuenta, Autorresponsabilidad, Aquí-Ahora… Y detección y

satisfacción de necesidades, tus mecanismos de interrupción.

CARME: Sí, yo creo… creo que desvío. Me doy cuenta de que tengo una sensación, le

pongo conciencia y cuando me pongo a hacer X acción, normalmente, cuando es algo

intelectual, lo dejo a medias.

Me he Dado Cuenta durante estos años de formación –y para eso me sirvió mucho el taller

del Ciclo de la Experiencia- de que tengo como un automático que me dice que no soy

capaz de hacerlo. Ese automático lo he tenido puesto, y es lo que me ha hecho desviarme

de muchas cosas. Ahora soy más conciente y como mínimo… me doy cuenta cuando me

voy a beber agua o me voy a comer algo. Me voy a comer, sobretodo con la comida lo he

hecho bastante. Tener una sensación de irme a comer, cuando realmente no tengo hambre,

lo tapo con la comida. Es mi manera de desviar. En cambio en el plano afectivo no dejo

nada a medias. De hecho, dejo bastante pocas cosas a medias. Porque soy bastante tenaz,

lo que pasa es que… A ver… Lo que tú harías en un día, yo a lo mejor necesito el doble o

el triple de tiempo. Yo soy muy, muy, muy… Tengo que emplear mucho tiempo. Eso

quiere decir que yo gasto muchas energías inútiles. Porque también lo podría hacer con el

mínimo esfuerzo, no tendría que esforzarme tanto. Porque claro, lo cojo y lo dejo; lo cojo

y lo dejo; lo cojo y lo dejo… Lo cojo y me voy a comer. Y el estar delante de un… papel

para hacer un escrito, y hacerlo veinte veces. Porque no estoy haciendo y a la vez tengo

esa sensación de que no me va a salir bien, de que no lo voy a hacer bien. Hacerlo, lo

hago, ¡claro que lo hago! Y lo acabo. Pero dedico tantas horas, tantas horas y tanta

energía, y tanto “coco”… Y entre hacerlo y dejarlo, hacerlo y dejarlo, hacerlo y dejarlo,

tengo esa sensación de que lo tengo pendiente y de que no lo hago bien.

Tengo la sensación que Carme ha conectado aquí con su mecanismo de Desviación

que entra en juego justo cuando tiene que entrar en contacto con aquello que

persigue, con su necesidad; me doy cuenta que justo en este momento de

grabación me he sentido bastante perdido con su explicación y me ha costado

seguirla y comprender a dónde quiere llegar. Si miramos el ciclo de la experiencia

podremos apreciar que esto ocurre cuando después de actuar “desviamos” y

evitamos el contacto directo con lo que realmente queremos. En el caso específico

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

251

de Carme esto opera cuando conecta con la parte no satisfecha (insatisfacción) y

con la hiperactividad que pocas veces logra calmar como ella misma ha expresado

en estas líneas.

FERRAN: ¿Te das cuenta de algún otro mecanismo?

CARME: Confluyo mucho. Esto sí. Si alguien está triste, yo estoy triste. Si alguien está

preocupado, yo estoy preocupado con ella, me quedo con su preocupación. No sé

desconectar, y es como que voy cargando mis espaldas todas las inquietudes de todas las

personas que me rodean. Esto sí que he tenido que hacerlo bastante en mi vida. Por eso

rompí, creo, con la familia. Al romper con mi matrimonio, con la familia, porque me he

preocupado siempre. De mis padres me he preocupado demasiado, cuando no es una

responsabilidad que me toque a mí… Su matrimonio es su matrimonio y yo, pues he

confluido mucho con ellos. Estoy en un momento de no aguantar una situación que para

mí ya no era buena. Era como una fuerza mía de dentro que, poco a poco, a medida de ir

haciendo esta formación, ha cogido más fuerza, mi inquietud interna. Entonces, llegó un

momento que ya no pude soportarlo más… Y tenía que ser de esta manera, porque no

podía ser de otra, yo no podía hacerlo de otra manera. Y ahora, después de haberlo hecho,

estoy contenta porque ahora puedo recuperarlo todo bajo una seguridad y una madurez

En este apartado Carme si que ha conseguido cerrar una Gestalt con su familia al

dejar de Confluir, y de esta manera poder retirarse para empezar a dejarse sentir

cuáles son sus necesidades actuales, conectándose con sus propios recursos y

soluciones. Durante todo este tiempo, Carme ha efectuado un bonito trabajo con su

familia, ha trabajo muchos introyectos- sobre todo de cómo tiene que ser una

mujer- y se ha atrevido a trabajar más el YO SI y TU NO, pues cuando empezó su

proceso estaba totalmente en el YO NO, TU SI, respecto a su familia de origen y a

la actual.

FERRAN: ¿Continuarías con tu proceso en esta línea de perspectiva gestáltica y lúdica?

CARME: por supuesto. De hecho estoy en ello. Estoy en el master y en Gestalt. No lo voy

a dejar, no, no lo voy a dejar.

FERRAN: ¿Cómo han evolucionado las relaciones con el grupo? Desde un punto de vista

de confrontación y apoyo.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

252

CARME: Confrontación y apoyo… Yo normalmente no me confronto con nadie. No he

tenido necesidad de confrontarme. Esto hace que yo también pierda parte de mi misma,

porque no me lo permito. Se supone que no puedo estar de acuerdo siempre, en un grupo

de dieciocho personas. Imposible. O sea que de esto me Di Cuenta. Lo que pasa es que

como me pesa tanto, porque no sé cómo hacerlo, porque no lo he practicado en mi vida…

Aquí Carme está plenamente consciente de lo que le cuesta la Confrontación, y

está claro que es nuevo para ella y por eso desvía delante de estas situaciones.

Es algo que también me lo estoy empezando a permitir, pero en eso… Soy lenta, me

cuesta… De todas maneras me lo empiezo a permitir y a veces me atrevo a decir “me

pones nerviosa cada vez que te haces así con el pelo o cada vez que hablas”. Eso para mí

ya es confrontar, porque el que tú hagas esto con el pelo me provoca que me ponga

nerviosa. Y nunca antes lo había dicho, eso sí que es confrontar y esto me ayuda a Darme

Cuenta de que realmente mi postura también es cómoda, porque es no-mojarme. Tampoco

me produce una gran inquietud dentro, un gran malestar. No es que me muerda la lengua.

Simplemente, yo entiendo que es comodidad. Es una parte de crecimiento que me pierdo.

FERRAN: te lo pierdes tú y se lo pierden los demás…

CARME: claro, porque no saben realmente lo que pienso de ellos. Es decir: “bueno, a mí

todo me está bien”. Es una postura cómoda. También me lo estoy trabajando, pero

forzarlo, no, porque me siento muy incómoda. Yo forzar y confrontarme a una persona,

pues no. Porque tampoco es mi potencial, ni tampoco es una necesidad para mí. En ese

sentido me tomo mi tiempo y voy tranquila. Lo que pasa que sí que es bueno practicarlo

para que nunca salga de una manera dañina o desorbitada, impulsiva… Más vale

gestionarlo y que salga con cariño y con respeto, si algún día tengo que decirlo. Pero lo

necesito porque cuando algo no quiero hacerlo, empiezo a permitirme el lujo de decir “no

quiero hacer aquello”. O ya no me ofrezco tanto a las personas…De todas maneras soy

consciente que para trabajar como terapeuta este tema me lo tengo que trabajar y lo sé,

porque sale de esa manera, como que no quiero y me sale de una manera brusca. Entonces

sí puedo hacer daño. Y las consecuencias también pueden ser malas. Y de esa manera es

algo que se puede dialogar, y se puede acoger. Si yo le digo a una persona de una manera

confrontativa algo, con cierta ternura, de esa manera puede ser enriquecedor para la

persona que tengo delante y para mí, ¿vale?

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

253

Me doy cuenta cómo a Carme le sigue saliendo su niña buena, y que le encanta

quedar bien y que la quieran por lo respetuosa que es con los demás. Veremos más

adelante cómo el mecanismo de Retroflexión trabaja en ella causándole dolores y

cansancio extremos, pues genera tanto esfuerzo para evitar que no salgan sus ganas

de insultar y que sólo le vean su parte tierna, que todo este esfuerzo para reprimir

estos mecanismos tienen que salir por algún sitio.

FERRAN: vale. Lo último sería: ¿Qué parte negativa del trabajo efectuado a través de la

Gestalt y los juegos querría destacar? Qué partes mejorarías, qué partes has vivido como

contra para ti en el proceso terapéutico…

CARME: qué partes mejoraría… (Silencio) Bueno, la rueda se hace larga y pesada. La

rueda, sí; se hace larga. Bueno, no sé…Es que mejorar… El lugar está bien…Me hubiese

gustado que no hubieran juegos que se tuviera que correr mucho, o que no fueran

agresivos, ya que yo tampoco tengo mucha energía para correr y tal, pues me cansan. Sería

eso. Que no fueron de tanto esfuerzo físico.

Bueno eso es lo que se me ocurre. No lo sé. En este sentido, pues por ejemplo que de los

dos terapeutas… ¿puedo…? Quim habla mucho y no le deja espacio a Ferran. Y que

cuando a veces me gustaría más escucharte, Ferran, porque cuando hablas o coges un poco

el mando de voz, encuentro que tienes cosas muy interesantes que aportar. Esto sí que lo

diría, que no fueras tan cómodo y te colgaras tanto en Quim.

Encuentro a Carme en esta parte súper-lúcida y personalmente a mí, como Ferran,

me ha ayudado mucho, pues una aportación hecha de esta manera me parece muy

valiente y muy valiosa, y a la vez me encanta escuchar como me confronta como

autoridad. Aquí puedo ver la importancia de utilizar bien una buena proyección ya

que realmente esto es lo que a ella le iría de maravilla, que dejara de ser tan

cómoda y expresara más lo que siente, por tanto considero que su percepción sobre

el entorno- en este caso sobre mí -ha sido muy acertada, y si esto lo hace en más

espacios, podrá salir de su victimismo y hacerse más responsable aceptando que no

sólo ayudan las cosas bonitas, sino que en oportunidad, lugar y tiempo todo tipo de

acción puede ser correcto y apropiado.

Si se me ocurriera alguna cosa…

FERRAN: Nos va bien, Carme.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Posteriormente, Carme envió un mail en el que decía:

CARME: quiero añadir algo que creo importante y no tocamos en la entrevista del lunes, y

es referente en cómo ha afectado positivamente mi formación a mis síntomas de fatiga

crónica.

Actualmente tengo el diagnóstico de fibromialgia y fatiga crónica. Las dos van muy

paralelas y al explicar actualmente mi enfermedad creo más conveniente decir que tengo

fibromialgia, porque socialmente es más conocida.

A medida que acepté y comprendí cuáles eran mis limitaciones y que es una enfermedad

que actualmente no tiene cura, empecé a preguntarme de dónde podía venir y qué

desencadenantes provocan más cansancio y dolor muscular...

Y aquí es donde entra todo el trabajo que realizamos a través de los juegos. El trabajo en

grupo me ha hecho de espejo para Darme Cuenta de mi resistencia en general (de delegar

responsabilidades por ejemplo) y de mi rigidez mental. A medida de tomar conciencia del

cambio mental, también lo he notado en lo corporal y eso si que me ha dado los ánimos y

la confianza de que este camino de la Gestalt y los juegos es el adecuado para dar un

cambio progresivo y duradero.

A través de los juegos, el descubrimiento de todo lo que se me ha despertado

conscientemente y la experiencia vivida en ellos, lo aprendido no desaparece, sino que

crece con un beneficio sorprendente.

Ahora mismo no se me ocurre mejor manera de explicarlo, coge tú lo que a ti más te

interese o si se te ocurre alguna pregunta más me la haces. Espero que hayas cogido la

idea que creo que es muy interesante: creer que gracias a estos trabajos o manera de

formarme, yo he mejorado mentalmente y ha afectado positivamente a mi calidad de vida.

Esta es la parte sobre su enfermedad que aún no había salido y que yo estaba

esperando cuando a Carme le apeteciera compartirla. Desde que Carme está

retroflectando menos y se está atreviendo a expresar más sus sentimientos, su

enfermedad se está volviendo cada vez más llevadera. No me atrevo a decir que su

enfermedad viene por no expresar lo que le pasa, pero sí que se le acentúa más

cuando niega o desvía realidades de lo que le está pasando: al no poder salir hacia

fuera, lo retroflecta hacia dentro, provocándole más cansancio y dolor. Yo que

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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estoy siguiendo su proceso, he podido vivenciar cómo ha negado su enfado y

cuánto le ha costado decir en voz alta que está enferma y pedir ayuda. En estos

últimos tiempos estoy percibiendo como, gracias al dolor de romper su

comportamiento conocido de ser autosuficiente y cada vez más atreverse a decir

que NO a los demás cuando ella lo cree necesario, está surgiendo una Carme más

auténtica y con recursos para poder satisfacer sus propias necesidades.

Resonancia del terapeuta

Ferran.

Aquí me doy cuenta de la importancia que tienen los juegos gestálticos para

conseguir “awareness”. Como decía antes, hay muchos mecanismos que tardan

muchos años en construirse y consolidarse y esto se lleva a cabo a través de hacer

el mismo mecanismo muchas veces sin darse cuenta. Y he aquí la importancia del

juego, pues llevamos a la persona a situaciones que no puede controlar o que no las

conoce y al movilizar las fijaciones puede ver salidas diferentes, puede darse

cuenta de comportamientos y aptitudes nuevas de vivir los conflictos.

Esto es fundamentalmente lo que más me resuena de esta parte, cómo yo gracias a

diferentes juegos he conseguido percibirme diferente, como he descubierto

recursos y potenciales míos desconocidos. También hay algo que para mí es

importante: cuando yo me atreví a confrontar -porque tampoco yo sabía hacerlo-,

sucedió que la gente también me lo agradecía, y les ayudaba mucho para su

crecimiento lo que yo les estaba aportando con mi expresión espontánea de ese

momento. En este punto, ha sido un antes y un después en mi vida cotidiana, y

sobre todo en mi trabajo como terapeuta.

Estoy seguro que sin esta parte yo no estaría trabajando con la gente pues la

necesito con todo mi ser y además, me devuelven muchas veces que les va muy

bien mi manera de confrontarlos.

Entrevistas

Óscar y Pilar.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

256

QUIM: conclusiones personales que habéis sacado durante los tres años de trabajo en

cuanto a Darse Cuenta, Autorresponsabilidad, Aquí-Ahora y detección y satisfacción de

necesidades, y los mecanismos de evitación o interrupción.

OSCAR: yo después de casi tres años, a través del juego y de dinámicas, me acuerdo de

un ejercicio con Carme, en que se evidenció uno de mis mecanismos de interrupción, que

es irme a la cabeza para no sentir. Y a través del juego me he podido dar cuenta. Que yo

cuando empiezo a sentir, si no me gusta lo que siento, me voy a bla-bla-bla, y me

desconecto. Me desconecto y dejo de sentir. Este es un mecanismo que he descubierto a lo

largo de este tiempo de trabajo con Gestalt y juegos.

Óscar aquí es conciente de cómo no les da espacio a ciertos sentimientos que él

considera negativos o que evita. De esta manera, respecto a estos sentimientos no

expresados por no tener espacio, Óscar se da cuenta de que lo que hace es

desarrollar mucho más su parte cognitiva de una forma neurótica, y se vuelve a

repetir a sí mismo la misma explicación una y otra vez. Se hace consciente de que,

al conseguir un espacio para esa emoción y no evitarla, su cabeza deja de repetir la

neura de forma frenética.

Otra sería mi “ralladura”. Lo rallado que estoy, esa neurosis. Lo rallado que puedo llegar a

estar con un tema. Y a través del juego y la terapia he descubierto que actuando puedo

parar la neurosis y que estando presente también. Me sirve hasta para irme a dormir. Yo

no tengo problemas de sueño, pero si un día estoy que no me duermo, me centro en la

respiración y ¡pum! No me doy cuenta y ya estoy dormido. Sólo centrarme.

Óscar se ha dado cuenta de que mientras haga caso sólo de la parte cognitiva (sólo

de su pensamiento), aunque este sea neurótico, le impide pasar a la acción. Así se

ha Dado Cuenta de que, a veces, el pasar a la acción implica que todo el organismo

sufre un cambio, y de esa manera el mecanismo de evitación del contacto deja de

prevalecer sobre los otros sentidos y sobre la parte física. La acción le lleva a parar

el pensamiento neurótico.

Y yo soy una persona con mucha tendencia a la neurosis, con mucha ralladura. Y todos

estos juegos de presencia, de estar Aquí-Ahora, me sirven mucho. Para evitarla o hacerla

más grande y burlarme de ella para interrumpirla, llevándola al límite. Esto no es si es más

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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de terapia o de juego…

Aquí Óscar habla de que empieza a ser consciente de que la neurosis es salir del

Aquí-Ahora. Implica irse hacia el pasado o proyectarse hacia el futuro, y de esta

manera, dejar de vivir el presente, y se está Dando Cuenta que eso le produce más

ansiedad. Por tanto, está aprendiendo a través de los juegos de presencia, a hacer la

práctica repetidas veces de centrarse en el Aquí-Ahora, en oposición al antes o al

después.

QUIM: sí, sí, sirve, sigue, por favor.

OSCAR: pues es cuando pienso qué pasaría si pasara “eso” tan terrible. Vale, pues ir

pensando lo peor que puede pasar si pasa esto. Pues pasará esto, y lo otro, y lo otro… ay, y

se morirá mi hijo… ah, y lo enterraremos… y después me desesperaré, y… Y cuando es

tan grande, no te lo crees ni tú. Es una manera de pararlo. No es mi favorita, pero alguna

vez también la he utilizado.

Llevar la fantasía al límite le proporciona a Óscar la sensación creciente de

desapego para no creerse todo lo que está pensando. Es decir, el desarrollo de la

fantasía llevada hasta el final, sin límites, le enriquece y le hace distanciarse, y

percatarse de que, igual que está creando esa atroz fantasía, también muchas de las

demás fantasías o de sus miedos constantes tienen que ver con fantasías creadas.

PILAR: ¡Es que es muy desastrosa, esta manera…!

OSCAR: pero cuando estás muy rallado, sirve. Aunque a mí me es más útil centrarme.

Mirarme las manos, las venas, notarme la respiración, ver qué tal está… Aunque he

descubierto que desgraciadamente esto no se automatiza. El Darse Cuenta es que tienes

que estar pensando en eso constantemente. No es “Me Doy Cuenta y ya me he dado

Cuenta para siempre”. Es: “me rallo, y me Doy Cuenta”… “Me rallo y me Doy Cuenta”.

Y hace tres años que lo practico y cada vez lo tengo que repetir. Lo que hago más rápido

es ver dónde está mi interrupción, que es en el rallarme, y cortarlo, pero no dejo de

rallarme. Voy más rápido en cortar, pero no dejo de rallarme.

La sensación después de estos tres años es que he aprendido herramientas, jugando, para

aprender a convivir mejor conmigo mismo. Y uno de los fines de semana, el de la

máscara, fue muy liberador cuando tuve la comprensión –que tenía mentalmente pero no

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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me había bajado- de decir: hay cosas que no cambiaré nunca… Nunca. Y fue como un

descanso… No me dejaré de rallar nunca. Y seguramente nunca dejaré de tener tendencia

a la irritabilidad. O a la impulsividad.

Óscar está hablando de la aceptación: al dejar de poner resistencia y adaptarse y

aceptar, hace que esa parte neurótica no esté tan en lucha.

Pero estos tres años me han facilitado MUCHOS mecanismos de Darme Cuenta, de que

estoy haciendo estas cosas, y así me retiro rápido. Me Doy Cuenta más rápido, antes no

tenía herramientas para no quedarme pegado a ese estado, para poder cambiarlo. De

hecho, hemos hecho muchos juegos de coger y soltar, de pasar de un estado de ánimo a

otro, de uno a otro, de uno… Y si lo puedes hacer jugando es porque puedes hacerlo.

Entonces: puedo estar rallado y al cabo de diez minutos dejar de estarlo. En cambio, antes

estaba rallado y al cabo de una semana yo no sabía qué me pasaba, ahí metido… Todo era

una nube, como unas nubes de cemento. Y ahora, con el juego, he aprendido a salir rápido.

¿Que estoy triste? ¡Vale, pues estoy triste! Pero he aprendido técnicas, jugando, para no

quedarme enganchado. Y claro, es muy reconfortante.

Otra vez, a partir de la aceptación, está hablando del fluir, es decir, de no empujar

el río porque fluye sólo. Estamos hablando de poder transitar por varios estados

emocionales, dándoles un espacio a cada uno y averiguando, en este caso de Óscar,

que no sólo se identifica con uno, sino que él puede ser todos o la suma de todos.

PILAR: yo, sobretodo me estoy Dando Cuenta que uno de mis mecanismos evitativos era

la retroflexión. Y antes me quejaba porque tenía dolor de cabeza, y migrañas. Y ahora yo

creo que me Doy hasta Cuenta de cuándo estoy haciéndolo, a notar momentos antes de

que me duela la cabeza a ver que no estoy pasando a la acción y que he conseguido

identificar que llega el nerviosismo, por no saber qué hacer –qué hago, qué hago, qué

hago, qué hago, qué hago… ¡es que no hago nada!-, y al final me iba al dolor de cabeza. Y

ahora me estoy Dando Cuenta de cómo me está avisando antes de que llegue, y cómo el

mensaje es: “haz algo, lo que sea, da igual, pero haz algo”. Yo creo que he dado un paso

más, me he adelantado un poco a esa parte.

Igual que Óscar, aquí Pilar está hablando de que el pensamiento le impide pasar a

la acción. Es decir, la evitación del contacto implica un mecanismo de interrupción

de pasar a la acción, y retroflecta esa energía hacia su cabeza. A través de los

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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juegos y la Gestalt, ha percibido que pasando a la acción, hay una liberación de esa

energía, y deja de retroflectar.

Y últimamente estoy intentando ponerlo en práctica: aunque me equivoque, hacer algo.

Esa es la parte que he conseguido. Y sobre todo, el ir pasando también a una parte en la

que en lugar de darle mucha vueltas, muy mental, como dice Oscar, en vez de darle

vueltas y vueltas… También en terapia lo estoy poniendo en práctica. La última vez que

fui a terapia, lo bueno fue que en lugar de llegar y sentarme y empezar a hablar y a

explicar: es que si hago esto, pasa lo otro; y si hago lo otro, pasa lo demás allá; y bla-bla-

bla… Pues en vez de ir con el mogollón del problema, fui, me senté, y le expliqué al

terapeuta una emoción que tenía, un sentimiento, y que me ayudara a entenderlo. No

entendía por qué tenía ese sentimiento… Y la devolución del terapeuta fue muy positiva,

como diciendo: me encanta que vengas con esto y que no me vengas a explicar por qué te

pasa esto, qué vas a hacer y venga a darle. En fin, que antes todo era muy mental, y

llegaba después de darle veinticinco mil vueltas, e incluso a veces hasta con… no con

taquicardia, pero sí con un estado de ansiedad muy avanzado, de las vueltas que le había

dado al problema y de lo mareada que iba, ¿no? Y la última vez fue esto: tengo este

sentimiento y no sé qué hacer con él. Y la verdad es que fue una sesión muy positiva.

Porque luego lo entendí: de dónde venía, y eso. Trabajamos básicamente sobre eso. Y no

había intentado darle una explicación. Él lo único que hizo fue ordenar un poco, y

confirmar lo que estaba pasando por dentro. Muy positivo.

Al darle un espacio a una emoción o un sentimiento, Pilar se ha dado cuenta que

ese espacio era necesario y le ha llevado a un cambio; es decir, que la emoción le

guía hacia dónde tiene que ir, en lugar del pensamiento que le produce duda y

estancamiento.

QUIM: a ver, seguimos… ¿Continuarías con tu proceso siguiendo con esta misma línea de

trabajo desde esta perspectiva de trabajo gestáltica y lúdica?

OSCAR: lo estoy haciendo. Estoy haciendo de observador en un grupo de juegos y Gestalt,

porque… ¡me encanta! Es algo que… Soy de los que piensan que todo el mundo debería

haber algo parecido a esto. Los que gestionan grupos, tendrían que hacer Gestalt y juegos.

El bagaje que da, no lo dan otras cosas

QUIM: ¿Cómo han evolucionado las relaciones con el grupo? Confrontación, apoyo…

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OSCAR: pues ha ido aumentando el nivel de intimidad y la sensación de “hermandad”.

QUIM: ¿Qué partes nuevas has asumido como propias?

OSCAR: la parte narcisista… Lo que comentaba antes. No sé si la palabra es esta: muy

presumido, que me gusta cuidar la imagen… y no era muy conciente. La parte de que me

gusta ser protagonista, que me gusta destacar… Esta cosa la llevaba escondida y ahora me

la he permitido más. Era algo que estaba muy debajo. Sí, me mostraba discreto y prudente,

pero en el fondo me moría de ganas de ser el “prota”, y de liderar, y de… Pero era algo

que no me permitía.

En tres años he podido ir… Sí que lo he asumido, no lo he mostrado mucho pero lo he

asumido.

El asumir las partes rechazadas y darles un espacio hace que estas partes puedan

actuar de forma clara y tomar contacto con la verdadera necesidad: la de se visto,

de ser importante, ser reconocido… De una manera clara.

QUIM: ¿Y la tristeza? ¿Podríamos incorporarla a esta respuesta?

OSCAR: la tristeza sí que era algo que ya conocía. Con lo que no conectaba era con el

dolor. Tristeza era para mí… siempre… Tristeza, melancolía… Pero no con el dolor.

QUIM: ¿Y lo has podido asumir como cosa propia?

OSCAR: sí… Sí, y tanto. Lo que pasa es que el dolor es doloroso.

QUIM: y la última, Óscar: parte negativa de trabajo efectuado a través de la Gestalt y el

juego. Qué mejorarías, qué cosas has podido vivir como contra en tu proceso terapéutico.

OSCAR: estoy en un proceso de evolución en esto que voy a decir, ¿eh? Pero durante

mucho tiempo ha habido una parte de mí -que en algún momento aún lo pide-, que sería…

Confrontar. En este caso, tal y como lo lleváis vosotros, hay muy poca confrontación, yo

lo he vivido con muy poca confrontación. Hay veces que yo sería más confrontativo.

Aunque últimamente me estoy dando cuenta de que quizás no hace falta. Pero hay una

parte de mí que aún duda. El juego es muy divertido, es muy tal, se va muy lejos, pero a

veces combinarlo con una confrontación más directa. Aunque lo vivo desde la duda, cada

vez con menos fuerza, aunque a veces… No hace mucho lo cuestioné en una sesión, dije:

“Ostia, ¿aquí no tendríais que apretar un poco?”

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Para Óscar es importante la confrontación, y se ha Dado Cuenta de que a veces la

confrontación le ha hecho crecer. En el trabajo de juegos y Gestalt, quizás para él

la combinación de confrontación y apoyo le ha ayudado a crecer como persona.

Para él es importante la confrontación porque le da más valor de aprendizaje que al

apoyo. También aquí Óscar denota que le cuesta mucho tomar cosas buenas, en el

sentido de que a él le es muy difícil ver las partes positivas de los otros o que vean

las suyas, con lo cual, está más familiarizado con la confrontación que con el

apoyo; más familiarizado con el dar que con el tomar.

QUIM: ¿Ya está? ¿Todo lo demás es bueno? Ja, ja, ja

OSCAR: sí, no se me ocurre más… Es como lo que nos dicen ahora los que empiezan la

formación: llevan apenas seis meses y explican: “es que vienes cada semana y cada

semana es algo nuevo y distinto, y aprendes…”. Pues yo he vivido los 3 años así… Dos,

digamos dos años… El tercer año de máster es distinto, es un complementar cosas, muy

bien… Pero los dos primeros años eran: “Yo no me lo pierdo, pase lo que pase aquí

estaré”.

Porque salía del fin de semana con la cesta llena. De herramientas, un montón de

herramientas y de conocimiento de mí mismo, y habiendo disfrutado.

Claro, ¡es que soy un fan, yo! Yo disfruto mucho, muchísimo… Siempre… Es como… No

he sabido ver la parte negativa. Sólo esa duda respecto a la confrontación. Si lo tuviera que

hacer yo, sería más confrontativo.

PILAR: sigo con mis mecanismos de evitación. Detecto la desviación, también un poco.

Cuando un tema no me interesa… Pero sobre todo, lo hago cuando me están hablando y

me doy cuenta de que no me interesa nada lo que me están diciendo, y mi mente va hacia

otro lado y entonces saca otro tema. Me pasa en dos casos: uno, cuando me hablan de algo

que no me interesa, y otras veces cuando me están tratando de un tema que yo no quiero

hablar. Entonces desvío rápidamente, lo hago muy rápido, lo tengo muy integrado, muy

automático.

Estamos hablando del Darse Cuenta de cómo el mecanismo de evitación que tiene

que ver con la desviación; es decir: cuando con algo no quiero tomar contacto -o

con alguna emoción-, Pilar se está Dando Cuenta de cómo pone en marcha ese

mecanismo. Está tomando conciencia sobre su forma de evitar a través de la

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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desviación.

QUIM: pero te das cuenta…

PILAR: sí… bueno, a veces. A veces lo tengo tan integrado que me cuesta verlo. Pero

otras veces sí, me estoy Dando Cuenta de cómo me están hablando y no estoy escuchando,

y me rallo por otro lado, estoy en otra cosa. De eso sí me Doy Cuenta.

QUIM: ¿Continuarías con tu proceso siguiendo esta misma línea de trabajo, desde esta

misma perspectiva gestáltica y lúdica?

PILAR: Creo que lo que he vivido aquí ha sido muy intenso, y ahora, después de 3 años,

como que tengo pensar que se ha acabado. El periodo de fin de semana… Yo ya siento

algo de nostalgia, de ganas de volver a empezarlo… Por todo lo que conlleva, la ilusión

con la que vienes el fin de semana…

Aquí vemos cómo Pilar aún confluye con la última etapa de la formación, donde

obtenía satisfacción con los compañeros y a través de los contenidos formativos.

No ha emprendido la retirada para que entre algo nuevo; aún está confluyendo con

sus compañeros y las sensaciones que obtenía en esos fines de semana. No es

consciente de ello, y por eso habla como si hubiera perdido algo, queriendo

reproducirlo desde esa confluencia. La retirada no se ha iniciado y en el caso de

Pilar, casi siempre tiene cierta dificultad con la retirada.

Estaba muy cansada, pero a mí me estimulaba mucho, el “a ver qué pasa hoy, qué vamos a

hacer…” Era como mucha energía, ¿no? En todos los sentidos. Este tipo de emociones

realmente enganchan, ¿no? Las positivas y yo te diría… Bueno, yo llamo “positivas” a la

alegría; y el miedo y la tristeza no tienen por qué ser negativas, ¿no? También te dan

señales de por dónde va tu vida. Pero sí, es algo que es un introyecto y las tengo así

clasificadas: positivas y negativas. Pero las que te crean enganche son tanto unas como

otras. La tristeza también engancha, de eso me he Dado Cuenta, es como que también ahí

tienes una parte de enganche importante.

Aquí otra vez Pilar está hablando de confluencia, eso que ella llama “enganche”: a

partir de un estímulo que le hace de gatillo, transfiere una emoción del pasado a

algo del presente; confluye con algo que está ocurriendo y no emprende la retirada.

Y lo percibe como un “enganche”.

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Y si pudiera continuar, continuaría. La dualidad viene porque me encantaría seguir, me

encantaría, por todo el bienestar que me produce y todo lo que todo esto me puede

producir. Y la otra… hay una parte de mí en la que no sé por qué necesito un descanso, de

todo esto. Necesito un distanciamiento, un periodo de… de integración. (Silencio).

Pilar se está dando cuenta de su confluencia, y de cómo para poder retirarse

necesita un tiempo para poder emprender la retirada y no estar confluyendo; un

tiempo necesario para acabar el ciclo y poder empezar con algo nuevo. Aunque no

es del todo consciente.

No sé, no sabría explicarte por qué, pero así como que hay una parte de mí que necesita:

“ahora voy a quedarme quietecita, que no me toquen”. Es como cuando… Quizás como

cuando tienes una herida: la hurgas y la estás curando; la curas cada día y estás deseando

que no te la toquen, sabes que las curas son buenas, son positivas porque te desinfectan,

pero claro, cada vez que te tocan, te está doliendo. Entonces, esa situación es de que tengo

ganas de que cicatrice, y que se quede la parte de piel, para volver, quizás, a empezar,

¿no? Tengo esta sensación, como de “quietecita un rato”. Es una dualidad que tengo, es

una lucha. (Suspiro).

QUIM: en cuanto a la evolución de las relaciones con el grupo, no sé si quieres añadir

algo… (Silencio) ¿Ha habido confrontación con el grupo, en tu caso? ¿O eres más

apoyadora hacia el grupo?

PILAR: yo creo que hubiese confrontado algo más. Yo, ¿eh? A alguien en particular…

QUIM: pero tú como Pilar, ¿eh?

PILAR: sí, a eso me refiero. Yo como participante… Bueno, se me pueden dar momentos

en los que, cuando sobre todo explicaba algo negativo, algo mío… y de repente alguien te

salía apoyándote…

A Pilar, al igual que a Óscar, le cuesta mucho tomar; es decir, le cuesta encarar las

cosas que tengan que ver con resaltar sus partes creativas y potenciadoras, y le

cuesta que hablen bien de ella; le es más fácil aprender a través de la confrontación

que del apoyo. También, por no tomar, prefiere confrontar.

Esa sensación de… No sé explicarlo… Claro, es mi parte de ver antes lo negativo que lo

positivo. Entonces, en determinadas ocasiones, yo sé que si tengo que comentar algo, pues

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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realzo lo negativo, porque estoy tan entrenada en ver lo negativo de las cosas, lo que no

acaba de estar bien, que lo positivo es una parte que me cuesta mucho de ver. Supongo que

en ese sentido, cuando el grupo decía algo, a mí me salía la otra parte; cuando estábamos

en plan positivo, yo sacaba mi parte negativa. Pero es que es mi dificultad, la que tengo de

ver la otra parte. Me cuesta mucho verla y sobretodo me cuesta mucho verbalizarla.

Porque a veces me quedo con “me gusta, no me gusta, estoy a gusto, no estoy a gusto”.

Pero ¿por qué estoy a gusto, por qué me gusta…? O sea, el ver el qué es exactamente lo

que me gusta, me cuesta mucho. Lo negativo me es fácil, es lo que siempre he hecho.

Claro, esto supongo que me dificulta a la hora de apoyar a la gente. En el grupo. Y si

hablamos de la vida, pues de la vida. En el grupo, en momentos determinados, la parte de

apoyo, la parte de positivizar en algún momento partes de las personas y demás… Me

cuesta mucho hacia mí misma y me cuesta mucho hacia los demás. Entonces ahí marcaba

un poco la relación. La prudencia también es otra parte que me marcaba a la hora de

expresar mi opinión sobre determinadas cosas. Más que de cosas, de actitudes de personas.

La prudencia a la hora de hablar del otro, yo qué voy a decir de una situación personal que

el otro está pasando. Era como pensar que el respeto era antes que mi opinión.

Aquí Pilar llama “prudencia” a introyectos que posiblemente tienen que ver con su

manera de percibir las cosas. Introyectos como: “cuidado con lo que dices”, “no

vayas a quedar mal”, “ojo con lo que pensarán de lo que digo”… Digamos que

identifica prudencia como algo positivo para ella y para los demás, cuando en

cambio es un mecanismo de evitación de conectar con la verdadera emoción que le

produce, o sea, con la confrontación o el apoyo real.

(Silencio)

No sé, ahora mismo estoy hablando y me parece que lo que estoy diciendo no tiene mucho

sentido, pero bueno. Pero seguro, que algo quiero decir con todo esto… Ja, ja, ja…

QUIM: no te preocupes, está bien… ¿Hay alguna parte nueva de ti que hayas descubierto

y que hayas podido asumir como propia?

PILAR: muchas… La parte de la duda… Esta… Primero, reconocerla. Verla. Aceptarla.

Esto es… Yo creo que todavía sigo. Porque en lugar de verla como una parte

característica, pues me enfado mucho con la duda. Me gustaría, no sé, no dudar tanto y

tener las cosas más claras. Sé que la identifico, sé que la tengo, intento reconciliarme con

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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ella, intento aceptarla... No sé… Yo creo que este proceso me va a durar toda la vida,

porque no se me va a acabar nunca. Bueno… al menos la he identificado.

La parte de… de no mostrarme… (Silencio)

¿Qué más? Sobre todo el, una vez más, qué hay detrás de no darme la importancia a mí

misma, de no valorarme a mí misma. Sé que no me valoro, pero qué intención positiva hay

detrás de todo esto de no valorarme, por qué lo hago, qué es lo que tengo arraigado ahí, a

lo que me aferro y sigo sin valorarme, ¿no? Entonces yo creo que ahí también ha habido

un trabajo importante durante este tiempo, y bueno, pues detrás de todo hay una serie de

creencias, introyectos, muchas cosas… Comodidad… Si no me valoro yo y no me valoran

los demás, no me puedo desarrollar… Hay tantas cosas tan arraigadas que están ahí

bastante… Hacen mucha mella. Lo que hablábamos antes, es difícil desmontar eso para

crear algo nuevo. Me cuesta desmontarlo, me cuesta mucho. Incluso a la hora de hablar

me Doy Cuenta de que el “me cuesta mucho”, el “no podré nunca”, el “irá conmigo toda la

vida” son constantes… De la forma en la que me expreso también veo que hay mucho

arraigo en una serie de convicciones que me cuesta desmontar.

De todas esas cosas me he Dado Cuenta. Y las incorporo… De momento lo único que

puedo decir es que las observo… Y todo este pensamiento y toda esta manera de afirmar

tan profundamente, pues claro, hay algo a lo que me estoy agarrando, ¿no? Sí, tengo esa

sensación de que hay mucho introyecto y mucha creencia; pero el por qué no dejarla de un

lado, dejar paso a algo nuevo, a verme de una manera diferente a la que me he visto hasta

ahora… Ahí hay algo que todavía no ha acabado de desmontarse.

Aquí Pilar aún está mucho en el “por qué” y poco en el “para qué”… Aún no ha

descubierto que se trata más de darle un espacio al sentimiento y escuchar al

cuerpo.

Es como cuando construyes un edificio: si quieres construir uno nuevo primero tienes que

derrumbar el que hay. Y yo ahí me doy cuenta de que me estoy aferrando a algo. Y eso es

lo que a lo mejor me evita el dejar hueco para incorporar cosas que son actuales. Y no al

pasado, ¿no? A una manera de hacer y de ser que posiblemente era hace unos años. Ahora

soy otra cosa, he cambiado. Es como que me cuesta incorporarlo todos estos cambios a

hoy y a ahora. Sé que es diferente, y (resalta el “y”) me cuesta.

QUIM: Pilar, lo último es la parte negativa del trabajo. Si ves alguna cosa que mejorarías,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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algo que no te haya gustado. De los terapeutas, de la mecánica, de la distribución… de

cómo se trata al grupo… O a los individuos… No sé, se me está ocurriendo ahora…

PILAR: no sé, me cuesta ver de qué otro modo podría ser… ¿Sabes lo que pasa? Es que

para mí cada persona es como si hubiera una forma de llegarle, entonces por ejemplo, con

la confrontación: a mí no me gusta, hubiese parado, hubiese huido. En cambio a Óscar le

gusta la confrontación, pero a mí la confrontación me hubiese hecho no continuar, por

ejemplo. Irme. Y de esta forma, a mí me he sentido apoyada, me he sentido libre en todo

momento de expresar… No sé no se me ocurre. A lo mejor algún trabajo concreto, pero…

no sé, lo he dicho por decir, no sabría decirte… Siempre me ha parecido muy mágica la

combinación de Ferran y Quim, vuestra combinación. Quim, tú en una parte más lúdica,

más… Y Ferran en una parte más terapéutica… No sé, creo que os complementáis muy

bien…

No se me ocurre. Y claro que lo hay… No sé. También lo puedo comparar con el inicio de

la otra formación de Gestalt, que me pareció tan diferente, tan… No me gustó…

No se me ocurre nada.

QUIM: pues si no se te ocurre, no se te ocurre. Stop. ¡Madre mía…! Gracias, Pilar…

Resonancia del terapeuta

Quim.

Cada vez que veo a un grupo participar en una dinámica que tenga que ver con

elegir o ser elegido, recuerdo cómo antes creía que utilizando una buena estrategia

a nivel competitivo, yo podía obtener un mejor resultado. Observando a los

participantes en nuestros grupos, me di cuenta de cuánta energía gastaba por. no

entrar en contacto con la verdadera esencia de cada uno, con la lucha por no

obtener algo, con la creencia de que obteniendo aquello puedo ganar energía o los

demás pueden tener una buena opinión de mí, cuando en realidad, lo único que

estoy haciendo es desperdiciar mi energía y alejarme de mi verdadera necesidad.

Cuánto reflejo veo de ese desgaste energético en la lucha por no aceptar la

situación, en el querer cambiar las cosas y no aceptar las cosas tal como son. En

ese reflejo, me veo cuando algunas veces me he ahogado en esa sensación de

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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querer cambiar la realidad, y al verlo reflejado en los otros, me doy cuenta de

cuánto desgaste y cuánta energía desperdiciada por no aceptar quién soy, cómo

soy, o cómo me ven los demás. Entendiendo que siempre me he alejado de la

autorregulación y cuando me veo ahora, tan cerca, me doy cuenta de qué fácil

puede ser poner conciencia sobre cualquier acción, sin permitir identificarme con

ninguna de ellas, ni con ninguna opinión de los otros. Y a la vez me doy cuenta de

cómo he dejado de creer que los demás saben más de la vida y de mí mismo que yo

mismo.

Cómo me doy cuenta de que si yo creo en mí y creo lo que yo necesito, permito

que los demás también lo hagan.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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CONCLUSIONES TALLERES GRUPO 2 .

CONCLUSIONES PARA CARME:

Primer taller:

Parte de una desvalorización importante de sí misma.

Siente sorpresa ante la propia capacidad de llevar a cabo cosas que ella misma

desconocía que podía hacer. Este Darse Cuenta produce un aumento de su

autoestima . Aumenta la propia aceptación.

A través de los espejos de los demás, se da cuenta de cuáles de sus partes muestra

y cuáles no.

Empieza a hacerse cargo de sus actos: aumenta la Autorresponsabilidad a través

del Darse Cuenta (también en el lenguaje: hablar en primera persona).

Segundo Taller:

Conecta con Su Sombra, deja entrever esa parte que no se atreve a mostrar por

miedo a romper con la imagen de niña buena, y que los demás dejemos de

quererla.

Empieza a conectar con su autoapoyo, que es lo que pedía al principio de la

formación.

Sale con fuerza el Perro de Arriba, ante conductas o preferencias suyas que

prefiere no desvelar.

Toma conciencia de sus necesidades y se autorresponsabiliza. Esto le lleva a poner

una sana distancia con su familia, a dedicar parte de su tiempo a ella misma , a

tomar la decisión de formarse para cambiar de trabajo y ser terapeuta.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Aumenta su apertura ante el grupo, en el que se va mostrando más auténticamente.

Tercer Taller:

Carme en ocasiones todavía se siente inferior a los demás y se desvaloriza ante

ellos. Sigue denotando la falta de confianza en sus propios valores y recursos,

aunque en menor medida que al inicio de los 3 años de formación.

Consigue cerrar una Gestalt relacionada con la relación con sus padres, y deja vía

libre para entregarse a la búsqueda de sus propias necesidades.

Carme consigue, al final de la entrevista, darse cuenta más fácilmente de los

introyectos que hacen que represente el papel de niña buena; un ejemplo claro de

lo anterior es cuando puede expresar libremente a Ferran su opinión sobre qué debe

mejorar en la conducción del grupo.

Comprende e integra el mecanismo de retroflexión y se atreve a expresar más sus

sentimientos; con lo anterior su enfermedad se está volviendo cada vez más

llevadera.

Si tenemos en cuenta que Carme parte de una fuerte desvalorización hacia ella misma,

los resultados son doblemente satisfactorios. A lo largo de la formación podemos

apreciar cómo va consiguiendo una mayor autoestima y más autoapoyo, sobre todo al

darse cuenta de algunas de sus “capacidades dormidas” a la hora de realizar

determinados actos; todo ello conlleva que pueda ir dejando de lado un fuerte

introyecto arraigado profundamente: “esto yo no puedo hacerlo, los demás sí…”

Se da mucho más cuenta de su sombra, de su inconsciente, lo que le aporta un mayor

grado de autoconocimiento de quién es ella y de integridad personal.

También, al ser mucho más consciente se sus necesidades reales aumenta su

responsabilidad en cómo satisfacerlas y satisfacerse. Todo lo anterior conlleva que

disminuya su retroflexión y aumente su capacidad de estar y de sentirse más a gusto

con ella misma.

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CONCLUSIONES PARA OSCAR:

Primer taller:

Primer Darse Cuenta: la perfección buscada desde el seguir un modelo provoca un

vacío al no poder contactar con la propia existencia.

Descubre que, en sus palabras, “puedo ser igual de profundo, desde la parte

divertida”. Cómo puede actuar al margen de la fuerza de algunos introyectos

relacionados con que las cosas deben ser de determinada manera.

Experiencia de la capacidad facilitadora del juego hacia la escucha

fenomenológica.

Igual que le sucede a Pilar, experiencia de capacidad fenomenológica del juego

hacia el acercamiento hacia la propia sabiduría y autorregulación organísmica.

Diversos awareness que se manifiestan a partir de un juego.

Experimento de la bondad y efectividad del trabajo a partir de Gestalt y juegos.

Segundo Taller:

Abertura hacia el dolor que durante mucho tiempo se había negado mediante la

desviación, y que se manifestaba en retroflexión. Eso le lleva a la posibilidad de

cerrar esa Gestalt a través de un adecuado contacto-retirada.

Conciencia de cómo las propias evitaciones afectan también a nuestro entorno y

los seres con los que nos relacionamos.

También Oscar reconoce que siente más cariño, más aceptación por los demás

miembros del grupo.

Igual que Pilar, Oscar se refiere a una mayor conciencia de sí mismo a través de la

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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relación con los demás miembros del grupo. Eso facilita la eliminación de las

corazas de protección ante los demás.

Conciencia de que el juego le facilita el proceso terapéutico sin tener que entrar en

excesivas confrontaciones y límites.

Tercer Taller:

Toma de conciencia acerca de que el evitar las emociones, el no darles el espacio

que realmente ocupan, lleva a Óscar a la neurosis. Y de cómo al permitirse darles

ese espacio, su cabeza deja de repetir la neura de forma compulsiva e incontrolada.

Aceptación.

Óscar llega a una cierta tranquilidad al descubrir el mecanismo de desviación, a

través de “rallarse” o escaparse a la parte mental, y sentir que tiene –cierto- control

sobre él.

También que este punto le facilita pasar a la acción. Todo esto, gracias al hacer

consciente el Aquí-Ahora en los momentos de su vida en que lo cognitivo se

vuelve neurótico.

Aceptación por parte de Óscar de su parte narcisista.

Aceptación de la no necesidad de confrontación como imprescindible en la

conducción de grupos terapéuticos, y sustitución de esta actitud por una actitud

más de juego gestáltico (en ocasiones).

Más contacto

Por parte de Óscar ha habido un camino recorrido hacia el darse Cuenta y poner más

conciencia en cómo actúan sus mecanismos de evitación. A través de los talleres ha sido

más consciente de cómo repite modelos de comportamiento que le llevaron a ir a “la

razón”, dejando de lado su parte emocional, quedándose anclado sólo en la emoción que

corresponde al enfado o la rabia.

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Al final, en su experiencia, es mucho más consciente de os asuntos inconclusos y empieza

a expresar su enfado y a no “creerse” tanto sus razones. Es decir, permite que sus

emociones salgan más hacia fuera.

CONCLUSIONES PARA PILAR:

Primer taller:

En esta primera fase, Pilar no ve como propia su parte lúdica y la excluye por una

serie de introyectos (relacionados con ser seria, no permitirse el error, no “hacer el

ridículo”, hacerlo todo bien) que empieza a detectar.

A partir de esa detección, apuesta por trabajar terapéuticamente a través de la

Gestalt y el juego, para acercarse a la parte lúdica y “quitar peso” a todas las

cuestiones que hasta ahora consideraba trascendentales y costosas.

A través del juego, Pilar siente que hay más maneras de solucionar sus escenas

temidas, y las lleva a la práctica en su vida.

Experiencia de capacidad fenomenológica del juego hacia el acercamiento hacia la

propia sabiduría y autorregulación organísmica.

Evidencia de la autorresponsabilidad, en el sentido de no echar la culpa al otro;

compromiso con la parte propia en la relación con los demás.

Segundo Taller:

Toma de conciencia de cómo le cuesta mostrarse tal como es y de su temor a

“desmontarse”, que le lleva al inicio de una crisis. Se ven grandes introyectos

interceptando ese camino de completar esa Gestalt.

Aceptación de sus propios límites: “hasta donde no puedo llegar… es que no puedo

llegar”. La exigencia consigo misma disminuye a partir de esta aceptación, que por

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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otro lado, le permite pasar a la acción al disminuir también el miedo a equivocarse.

Mayor conciencia de sí misma a través de la relación con los demás miembros del

grupo.

Más cariño, más aceptación por los demás miembros del grupo.

Tercer Taller:

Toma de conciencia. Cómo en Pilar se evidencia la neurosis en forma de “dolores

de cabeza”, ya que retroflecta y la energía acumulada en la interrupción de la

satisfacción de su necesidad, se transforma en malestar físico.

Pilar descubre que el paso a la acción elimina esa retroflexión, y desaparecen sus

dolores de cabeza. Acepta la parte mental como algo que le lleva a escaparse de

sus verdaderas necesidades, y puede pasar a la acción.

También baja el peso de los introyectos referido a “hacerlo todo bien” cuando

manifiesta que “aunque me equivoque, hacer algo”.

Toma de conciencia (incipiente) por parte de Pilar de cómo está actuando en ella

un mecanismo de confluencia respecto al grupo y los compañeros, que no le

permite cerrar la Gestalt de la formación y dejar paso a algo nuevo.

Por parte de Pilar, es muy parecida la conclusión a la de Óscar, aunque añadiría que

además del enfado es consciente también de que hay un miedo a mostrarse, en el sentido

de “riesgo a la acción”. Es decir, al final de los talleres es más consciente de que no pasa a

la acción por miedo a equivocarse, a n hacerlo bien. Al darse cuenta de esto, ya no se cree

tanto sus razonamientos paralizantes, donde las posibilidades están vividas en la fantasía

de su mente: ahora ya sabe que son fantasías, a veces paralizantes, y esa consciencia la

lleva a escuchar más sus sensaciones corporales y a guiarse más por ellas. Y de esta

manera, se atreve a pasar más a la acción.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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ENTREVISTA A MARCELO ANTONI

Marcelo, habíamos preparado unas cuántas preguntas.... Por ejemplo, para empezar

¿cómo fue en tu trayectoria personal y profesional que tú llegaras a incluir también

juegos en tus talleres? ¿Cómo operan los juegos en tus talleres?

Bueno, yo creo que la primera pregunta como lo que el primer contacto que yo tuve con la

terapia fue a través del Psicodrama, antes de tomar contacto con la Gestalt. Y lo primero

que pude vivenciar es que en el Psicodrama se dramatizan situaciones en conjunto, y

cuando es terapia individual, se acompaña la dramatización con lo que se llama un “Yo

auxiliar”. Entonces, el hecho de entrar en lo que llamaríamos en Gestalt “las polaridades” -

porque se trabaja mucho la polaridad o la parte negada de uno-, el hecho de entrar

corporalmente en la parte negada o exagerar la parte vivenciada, corporalmente y

emocionalmente, producía un cambio. Esto también lo pude vivenciar mucho en los

trabajos de la línea Gurdjieff, que se utiliza mucho el juego muy antiguo.

¿Cuál es la línea, Marcelo?

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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De Gurdjieff. Por lo menos como yo la recibí, lo que se utilizaban era toda una amalgama

de juegos de la Edad Media, de otras culturas…

¡Qué bonito!

Y entonces, como que también es un trabajo con la atención, pero que parte de la premisa

que hay una carga energética que una vez, diremos, la carga reconocida, el hecho de

traspasar una barrera… Entonces el juego se veía como un modo de que, poniendo

atención, ver que esta carga energética, interaccionada en un juego, a dónde a uno lo

llevaba. Y el trabajo con la atención de qué me doy cuenta.

Lo que… Hay una cuestión que para mí… Yo lo utilizo mucho en la terapia, en individual,

pero una parte es que yo parto de una premisa muy freudiana, que esto justamente dentro

de la línea de la Gestalt con Perls… si me oyera decirlo me corregiría, me parece…

(risas)… Pero que yo, como que siento que Perls justamente fue un analista, un

psicoanalista. Entonces, aunque él mucho se cargó la terapia freudiana, la parte del punto

ciego… es un punto inconsciente. ¿Quién descubrió el inconsciente? Fue Freud.

Entonces, para mí “juego”, por la metáfora, permite… Como la metáfora, que en la

conversación es un juego… Yo en las terapias individuales exagero lo que la persona está

viviendo, y exagero también la polaridad. Es decir, digo…: “Lo que aquí es importante

para ti es hacer las cosas PERFECTAMENTE BIEN (alza la voz), porque, claro, la

Rottenmeier, ¿no es cierto? Y claro, porque el hacerlo mal, el hacerlo mal… Es como que

se entraría en un castigo que alguien te castigaría y desde entonces ya… ¡nunca más

podrías salir a la calle!”. Y puede ser desde ahí, desde la metáfora, que puede aparecer otro

personaje que ahora no me viene, de cuento.

Entonces la persona en primer momento, lo que le viene… Esto también así expresado

como “LA ROTTENMEIER” (en un tono de voz más elevado y haciendo ademanes de

Rottenmeier), no sé si me…

Como el juego, ahí, la exageración…

La exageración como que yo sentado ahí no más, me puedo poner de pie, y yo haciendo el

papel, señalando, y señalando el castigo… “Entonces, nadie, nadie, nadie, en el castigo, no

puedo mirar a nadie…”

Como que ahí si nos ponemos a ver, en esa metáfora entra la figura simbólica, porque lo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

276

inconsciente no es racional.

Por eso es símbolo.

Claro, por eso es símbolo. Como que el juego permite terapéuticamente poder darle vida al

símbolo. Porque la persona está en lo consciente, lo vive internamente pero no lo sabe

simbolizar. Y si lo simboliza, el aire es dramático, la exageración. Porque el juego también

es un punto de exageración.

Sí, sí.

Es una exageración, y ahí lo interesante es que el rol que se han dado los juegos es que

dentro del “como si”, lo que me permite es reconocer interna y externamente el cómo es.

Por eso es que el juego de los policías y ladrones, o cualquier juego, cuando es tomado

demasiado en serio por los niños, es cuando terminan las narices sangrantes. No como en

la interacción que vamos simbolizando, descubriendo, viendo y reconociendo. No. Eso es

en la neurosis. De alguna forma, hay juegos aprendidos que seguro que nos ayudaron en

etapas muy largas, a veces para salvar la vida. Y ese es un juego que nos ayudó. Pero ese

juego no es necesario seguirlo jugando de la misma manera, sino que tengo que aprender

otro juego que me permita descubrir otros aspectos de mí mismo y del otro.

Mmmmm…

Lo que… (silencio) Claro, como que hay una parte que la Gestalt, lo que (largo silencio)…

Por ejemplo, cogiendo el Ciclo de las Necesidades…

Sí, Marcelo. Esto en una parte de la tesina lo hemos desarrollado.

Mmm… Claro, como tratando aquí lo que… como que todo juego tiene unas reglas. Y

justamente las reglas del juego tienen: “tú tienes que hacer esto, y yo tengo que hacer

esto…”. Como que las reglas anteceden al juego. Esto es muy importante. Las reglas

anteceden al juego, y tienen un objetivo.

¿Aun cuando sea “juego espontáneo”?

Hablando de juego, justamente, como que toda interacción de alguna manera tiene un

objetivo. Pero si nos ponemos con los juegos, los juegos en sí mismo tienen un objetivo. Y

si hay un objetivo, hay unas reglas, un reglamento que dice cada uno cómo tiene que jugar.

Si yo estoy jugando de policía, yo soy policía y tú eres el ladrón. Y vamos a desarrollar…

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

277

Se va desarrollando, y habrá un punto en que habrá que finalizar el juego. Será porque el

ladrón evitó al policía o porque el policía cazó al ladrón. Entonces, como que uno de los

aspectos es que desde el momento que se establece unas reglas, ambos quedan sujetos a un

objetivo que es común y a una norma que ambos tienen que obedecer. Porque no obedecer

alguna de esas normas hace que uno quede fuera de juego. Y esta dinámica del juego es

muy importante, porque es un convencionalismo social en que el objetivo está planteado, y

qué es cada uno, qué tiene que hacer, y si no lo hace, tiene una determinada penalización o

una determinada… Es decir, que yo si estoy jugando al policía en el juego, si me quiero

transformar en el ladrón, ya he salido del juego.

Entonces, como visto esto y llevado al Ciclo de las Necesidades, diremos que como

trabajo de toma de conciencia, hay una parte del Ciclo de las Necesidades que sería:

éntrate dentro de ti mismo y toma conciencia qué sensación tienes: primer paso de las

reglas del juego. Cómo es la sensación; tienes que atender a la sensación, qué es lo

primero que te viene… Normalmente lo primero que viene es un introyecto, y el primer

introyecto es “tengo que cumplir las reglas del juego”… Claro, “¡tengo que cumplir las

reglas del juego!”, no sé si…

Ja, ja, ja…

O qué me pasa… Segundo paso de las Reglas: como que en este juego, en la primera parte

del juego, sería: qué dificultad y qué facilidad tengo yo para entrar en la sensación. El

juego es ese. Claro, si el juego resulta ser la primera parte del examen, después cuando se

elabora un poco: “me ha sido fácil conectar…” A lo que venía es al introyecto, claro,

porque si no tiene ningún introyecto, este juego, ¿me entiendes?, en este juego no hago

nada, ¿me entiendes? En ese momento está en el Aquí-Ahora y en la sensación, claro. Hay

unas reglas de juego que han establecido como objetivo que uno entre en uno mismo y

tome conciencia de la sensación. Esa es la regla del juego.

Claro, porque entonces, ahí ya veremos con qué introyecto me he encontrado, o si no me

he encontrado con ningún introyecto. En el juego de policía y ladrón sería: “qué hace que

yo no cace al ladrón”.

Segundo momento: cómo ahí ya he tomado conciencia de cómo interrumpo la sensación;

si llego a la sensación llegaremos… ahí se abre la gestalt. Puede ser que en el juego de la

primera parte no consiga reconocer qué gestalt tengo. Pero ahí el objetivo del juego es que

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

278

yo me dé cuenta: qué dificultades tengo de darme cuenta, o de los puntos ciegos.

En el segundo: cómo… sensación, conciencia, energetización… Claro, en la

energetización: tomando en cuenta la sensación, cómo yo a esa sensación la gestiono. Si

me empiezo a dispersar, si quiero ir a hablar con mi madre, pero resulta ser ¿me

entiendes? que me voy quedando en el sofá y no hablo… Cómo yo me cargo

energéticamente para “ir hacia”. Ahí estamos ya, vamos a ver o la deflexión o va a

aparecer… entraremos en la segunda parte del ciclo. En la segunda parte del ciclo ya se

dan otras reglas del juego.

Como que aquí habría ya un cambio.

Sí, un cambio de reglas del juego. Las reglas del juego es: con lo que yo estoy sintiendo y

con lo que a mí me pasa, cómo me conecto con el otro. Cómo me conecto, cómo me

desconecto, qué dificultades y qué facilidades tengo. Es decir, que entonces hasta aquí hay

una primera regla de juego: cómo me conecto conmigo mismo, cómo me hago cargo de lo

que me está pasando, cómo mantengo la sensación, cómo me escapo de la sensación,

cómo me escapo de la carga, cómo me cargo, cómo me descargo.

Segunda parte: aparece el otro. Porque en la terapia del darse cuenta, un jueguito, y el otro

jueguito… ¡La terapia del contacto! Claro. Es parte de este jueguito. Y ¿cuál es el

objetivo? Despertar. Porque se parte de la conciencia que uno, el objetivo del juego es que

uno aprenda a reconocer las necesidades porque se parte de la idea que uno está neurótico,

y entonces, ¡cómo va a ver su neurosis! Neurosis como punto ciego. Y el otro, que no es

una terapia sólo para que uno reconozca lo que le pasa, sino que como hay una relación

organismo-medio, tiene que aprender a gestionar esa relación e interacción con otro,

porque no es autosuficiente.

Diremos que ese es el sentido que le damos a este juego. Porque si ese juego sólo le veo

sentido de explorar que nosotros estamos así… Mmmmm… Cómo sería… Como que es

importante que el ser humano aprenda a gestionar sus necesidades. Reconocer sus

necesidades y gestionarlas. No es sólo reconocerlas, sino también es gestionarlas. Y que

las dos cosas, o los dos aspectos el ser humano lo van aprendiendo.

Y es una relación entre lo interno y lo externo, para que el otro… Para yo conocerme

necesito un “otro”. Y para que haya un “yo” necesito un “otro”, y para que haya “otro” se

necesita un “yo”. Entonces, en esa relación de planta-tierra, nosotros somos plantas que

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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podemos movernos. Y tenemos que gestionar ese desequilibrio que es necesitar al otro,

necesitar lo externo. No sé si me…

Bueno, eso es, diremos, el objetivo del juego. Estoy hablando del objetivo del juego. Si yo

digo el objetivo del juego y digo: “vaya estupidez esa”, me entiendes, o no veo sentido el

trabajar eso, el explorar eso… Porque los juegos son exploratorios.

Sí, ante todo son exploratorios…

Los juegos son exploratorios. No es que en un juego se busque ver qué es el policía, qué es

el ladrón. Cómo vives el ser policía y el ser ladrón, no sé si me… Que tiene como objetivo

jugar a que te corre y que te pillo, o que te cazo….

Lo que vamos es: que en la segunda parte del juego, lo que va a aparecer es el otro.

Tenemos como segunda regla de juego el otro. Qué hago con el otro, qué me pasa a mí en

el otro, qué me pasa con lo mío interaccionando con el otro.

Vale.

Entonces, en eso lo que entra es otra regla de juego. Entonces, en lo primero es: “Ah, no

me doy cuenta de qué me pasa”. En el otro: “lo que me doy cuenta es lo que le pasa al

otro”, es decir, estoy proyectando. ¡A mí no me pasa nada! Al otro es al que le pasa. Pero

si lo sacas al otro ya volvemos a la otra regla de juego, a la primera. Entonces, diría uno, el

terapeuta: “no, no te estoy preguntando qué le pasa al otro. Te estoy preguntando qué te

pasa a ti con las ganas que tienes de pegarle al otro...”. O “qué es lo que te pasa con el

otro”. No sé si me…

Es decir, cuando interactúas.

Porque entonces, señores, esta regla no corresponde. No sé si me… Ahí es donde

aparecerán los otros mecanismos, las dificultades: cómo me despido del otro, cómo me

quedo colgado, cómo no lo encuentro al otro… Cómo yo vivo el contacto, cómo

interrumpo el contacto, cómo entro en el contacto. Claro, si soy confluente lo que voy

haciendo en la frontera “tú y yo” es que el agua es maravillosa, y el agua es maravillosa, y

el agua es maravillosa, pero cuando me doy cuenta, el agua se la está bebiendo otro…

Ja, ja, ja,…

Se la bebe el otro, y yo… ¿para qué necesito el agua? Claro, pero eso es lo que irá

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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apareciendo en el juego.

Entonces como que lo que… (silencio)… Entonces el juego tiene como sentido que todo

juego tiene un objetivo. Como que toda interacción humana tiene un objetivo aunque no

haya reglas explícitas, pero a medida que se van interaccionando, va a aparecer la regla

implícita. Entonces, qué pasa, que las reglas implícitas y parte de las situaciones de la vida

es que hay muchas situaciones que tal como están las reglas del juego –y son muchas- hay

una relación de una gran desigualdad.

Qué bonito… Muy interesante, claro…

Hay una relación de desigualdad, y hay una relación de una gran desigualdad, y es que en

las reglas del juego hay una tendencia a ponerse uno de superior y otro de inferior. Uno de

salvado y otro de salvador; pero como hecho, diremos, como contexto estructural, esa

desigualdad existe. Porque si yo no tengo trabajo y voy a buscar trabajo y no tengo qué

comer, yo estoy en una desigualdad respecto a otro que va a buscar trabajo y tiene qué

comer y que puede elegir si le dicen en ese trabajo sí o si le dicen no. Claro, hay una

desigualdad. Entonces, ¿qué ocurre?, que en las relaciones de desigualdad y sobre todo, y

eso hablando de las reglas de juego, el que tiene el poder es importante que sea… A ver,

porque los juegos ¿cómo se hacen? Hablando de este punto: “Yo te pido que juegues

conmigo o tú te ofreces a jugar conmigo”. Pero que yo te pida que juegues conmigo no

quiere decir que tú me hayas dicho o que tú me digas que sí quieres jugar conmigo. Tú no

te has comprometido por el hecho de que yo te pida, a jugar conmigo. Por el hecho que tú

ofrecerte a jugar conmigo, si yo no digo que quiero jugar contigo, no quiere decir que tú te

comprometas. En esta parte estamos en la historia de cuándo se formulan unas reglas de

juego.

Si es desde el principio, lo que decías explícito o implícito, ¿no?

Claro, pero lo que pasa es entonces que como que ¿cuándo queda un juego establecido de

alguna forma? Cuando uno dice “yo me ofrezco para trabajar” y como me ofrezco para

trabajar, yo me hago responsable que yo sé hacer tal cosa, y te ofrezco que te la puedo

hacer”. Y tú decirme a mí: “sí, tú te has comprometido a hacer tal cosa, yo necesito que

me hagas tal cosa, y esto lo haremos en un espacio de cuatro días, de cinco años, de siete

años, de ocho años…”. Porque las reglas del juego tienen principio y tienen final. Claro

que esto a nivel de lo convencional no se habla que las cosas tienen principio y tiene

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

281

final…

No…

Se confunden promesas… Claro, aquí tiene las historias de todos los juegos estos, viene

cómo se aprovechan todas las historias en lo revuelto. Claro, aquí ya estamos en lo

revuelto: yo me vengo, te pido trabajo a ti, entonces lo que estoy esperando es que, bueno,

con tal que me des un trabajo, te puedo decir que te voy a ayudar en todo. Porque yo ahí

qué es lo que estoy ofreciendo. Porque tú también puedes oír: “Marcelo ha venido y me ha

dicho: mira, Nela, lo que sea y para lo que sea”. Y tú dices: “sí, Marcelo, para lo que sea y

en lo que sea…”. ¿Qué puedes disponer de mí en este juego? Estás como este edificio: es

un acuerdo con un juego muy incierto si yo soy el necesitado y tú me vas a pagar por eso,

estoy a merced tuya y tú estás a merced mía porque llegará un momento en que tú dirás:

“Marcelo, ¡tú no sabes cocinar!”. Y yo digo: “no, pero yo no te dije que sabía cocinar…”.

Como que ahí no se explicita, no queda explicitado. Y ese punto es muy importante que en

las relaciones, claro que hay una parte que es implícita. Pero hay una parte que en las

reglas del juego tiene que explicitarse. Uno: que el hecho que yo te ofrezca trabajo no

quiere decir que yo acepto el trabajo. Y sobre todo, ¿qué es lo que he aceptado? Y tú, ¿qué

es lo que me dices que yo voy a hacer? Y eso ¿en qué tiempo y en qué manera?. Porque

las reglas del juego que se utilizan mucho, implícitas, es no dejar nada explícito, dejar el

juego abierto… Y entonces es donde viene el resentimiento. En todo eso lo que después

viene es resentimiento. Porque si yo necesito, yo fantaseo, que tú lo que vas a nombrar es

–porque yo quiero y porque lo necesito- directora de juegos, yo cuando te digo “quiero

trabajar, quiero tener una entrevista”. “Bueno, sí yo te digo que sí a la entrevista y quiero

trabajar en Espai Lúdic”…

Creo que me estoy perdiendo…

Yo lo que me parecía importante es…

Que hay unas reglas… Sí, dime…

Creo que estamos hablando como de dos tipos de juegos: uno sería los juegos para

experimentar, dentro de la Gestalt por ejemplo, y tú de los que estás hablando me

parece que son ya como los interpersonales.

Claro, entonces los juegos interpersonales… Lo que se presenta como objetivo en todos

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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los juegos, es que unos son exploratorios y otros son juegos para satisfacer las

necesidades. Porque si yo estoy buscando… que quiero tener un amigo, estoy tratando de

gestionar una necesidad de gestionar un amigo. Entonces, en ese juego de tener un amigo,

estableceré un acuerdo con respecto a qué es explícito o implícito tiene como objetivo el

uno y el otro, a qué nos comprometemos y qué estamos haciendo. Porque si yo no

reconozco a qué me estoy comprometiendo,… Y ahí está la historia de la promesa y la

historia del compromiso, que en todo juego hay un compromiso. Y en las relaciones

humanas hay unos compromisos. Que nos cuesta mucho entrar en ese juego de la vida, del

compromiso… Porque claro, si mostramos mucho, el otro no me da, y si no muestro

mucho, el otro no se queda. Ahí es donde vemos lo mucho, por ejemplo en los trabajos:

“bueno, ya te ascenderé, ya te ascenderé, ya te ascenderé….”, ¿me entiendes? El otro

piensa que lo vas a hacer jefe, y en realidad nunca has pensado en hacerlo jefe. Entonces,

ahí aparece el resentimiento de no haber sido claro.

Mmmmm.

Entonces, en la medida en que alimentas al otro un objetivo que tú no estás dispuesto a

cumplir sino a aprovecharte, el resentimiento viene servido. Porque el resentimiento es

como los noviazgos, ¿me entiendes? O el enamoramiento. Desde el enamoramiento, ¿me

entiendes?, yo estoy viendo que me van a dar de todo, y si el otro todavía me lo

alimenta…. Pero la toma de conciencia es que las reglas tienen un objetivo: que los

juegos, los juegos entre comillas de verdad, tienen un objetivo, tienen unas reglas, y hay

un punto que… El explicitar de alguna forma las reglas y el objetivo no es malo, sino que

es situarse en qué nos necesitamos, y que eso tiene una fecha de caducidad. Porque los

juegos en la realidad tienen una fecha de caducidad, ¿me entiendes? Porque entonces es

cómo nos enlazamos….

Bueno. Hablando del sentido de las reglas del juego, que en la vida cotidiana hay reglas de

juego, y reglas de juego que están basadas en la desigualdad, y reglas del juego que

mientras estén basadas en la desigualdad, el de arriba tiene que ser más claro, para no

aprovecharse del de abajo: qué es lo que él paga y qué es lo que le está dispuesto a dar.

Como el otro, qué es lo que da.

Estos juegos ¿cómo podríamos llamarlos, Marcelo, para diferenciarlos de lo que es el

juego exploratorio dentro de un taller gestáltico? Me refiero a los juegos de los que

tú estás hablando que serían más las relaciones del día a día.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

283

Claro, en los juegos que se dan en las distintas sociedades y en los distintos juegos que se

dan, cómo yo me sitúo ante los juegos que se dan… Porque yo cuando entro en una

empresa, o me voy al instituto o me voy a trabajar en un banco, ese banco tiene un

objetivo, tiene unas reglas del juego, y yo cómo gestiono mis necesidades dentro de esas

reglas de juego; y el otro, cómo se hace cargo de mis necesidades dentro de esas reglas de

juego. Porque estamos todos gestionando necesidades.

Eso sería como juegos más reales, ¿no?

Y justamente en la terapia lo que uno tiene conciencia es de cómo juego los juegos. Y los

juegos cómo se ganan. Yo no me he inventado, ¿me entiendes? el matrimonio. Yo me he

encontrado con reglas sociales. Ahora, ¿cómo me sitúo ante esas reglas sociales? No sé si

me… Porque aquí, al final, nadie inventó el agua caliente… Es tomar conciencia por un

lado que yo puedo decir: “no, estas reglas no las cumplo, pero ¿qué hago con mi necesidad

de tener un hijo?” Claro, cómo gestiono lo del otro, cómo me comprometo con el otro.

¿Cómo puedes ligar estos juegos que estás hablando, el juego de la vida cotidiana,

con utilizar juegos para que la gente se siga dando cuenta? O sea, tú estás hablando

de un juego donde uno pide algo, que no es del todo explícito, o donde el juego tiene

unas reglas, o donde el juego se acaba en un momento dado. Pero la persona lo vive

como algo real, no como un juego.

Claro, porque la vida es un juego de gestionar necesidades. Porque tomo… no somos

autosuficientes, somos autodependientes.

Claro, la vida es un juego de satisfacer necesidades…

La vida es un juego de satisfacer las necesidades.

Qué bueno.

Entonces, el aprender… porque no somos autosuficientes. El hecho de… yo vivo en

continuo desequilibrio, porque necesito al otro… Al otro como padre, al otro como amigo,

al otro como enemigo…. No sé si me… Y el otro, en un punto, me necesita a mí. Entonces

esas reglas del juego tienen como objetivo ya sea satisfacer las necesidades de… la iglesia

católica, las del Instituto Gestalt, las de Espai Lúdic…. Como que eso tiene un objetivo.

Entonces, como que en un punto que no existen las reglas, y mientras las reglas no estén

definidas…. A diferencia de los otros juegos, las reglas están muy explicitadas.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Claro, en los talleres…

Y esas reglas existen igual que en la dinámica de la vida, hay unas reglas que se están

cumpliendo. Que si yo no sé si yo no diferencio cuando me pido algo que ya creo que por

pedirlo me lo van a dar, yo ahí hay una regla de juego que yo no me estoy… no me doy

cuenta que por pedir lo que necesito, el otro se comprometa. Y el otro, cómo se

compromete el otro. Eso es una regla de juego que si no soy claro en esa, en la interacción

con el otro… ¡estoy perdido! Estoy jugando al juego del despiste.

Entonces para que el otro se dé cuenta, sería importante poder crear juegos o

dinámicas para que entendieran ese juego…

Claro, claro. La parte justamente que para mí tiene el sentido. Porque estamos hablando a

nivel de terapia del sentido de los juegos.

Sí.

El sentido de los juegos es que en los juegos hay unas reglas implícitas. Las reglas no las

elijo yo, las reglas nos ajustamos. Este juego tiene un objetivo, el objetivo lo conocemos

los dos. Claro. Entonces, eso permite, ¿no es así? irse situando en esa interacción,

simbolizando, viendo cómo me siento con el otro, cómo me dejo pillar, o si soy ladrón…

No sé, voy viendo todo eso. En el vivir cotidiano también hay unas reglas generales.

Tenemos que satisfacer las necesidades de distinto índole.

En el juego de la vida.

En el juego de la vida. Hay instituciones que se han hecho cargo de gestionar esas

necesidades. Por ejemplo, hay una institución que se ha hecho cargo de gestionar las

necesidades de los minusválidos con los autobuses, con las rampas, con… Esto en París no

existe, en Londres no existe… Ahí el minusválido tendría que montarse una historia que la

sociedad no le da.

¿En Paris no existe esto?

Claro, no existe.

¿Ah, no?

Claro, ahí hay unas reglas. Entonces, ahí hay un objetivo que la sociedad no toma en

cuenta, dentro de un contexto cultural. Y hay otros objetivos que sí se toman en cuenta.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Entonces, que yo tenga una necesidad no quiere decir que la sociedad lo haya puesto como

objetivo. Que si yo me voy a buscar trabajo…

Entonces, estamos hablando que para darnos cuenta del juego de la vida, es

importante crear juegos que faciliten el que se den cuenta de cómo juegan.

Claro, de cómo juegan y que en la vida, en la interacción social que uno, dentro del juego,

tiene que aprender a jugar en los juegos de la vida y en la satisfacción de las necesidades,

tiene que aprender a jugar roles.

Por eso los juegos de rol…

Permiten tomar conciencia y que todo juego, como tiene un objetivo, tiene un final. Que

hay una parte que, así como al policía yo no lo puedo transformar en ladrón, al jefe no lo

puedo transformar en amante. Bueno, a través de la proyección sí que te puedo poner

cualquier cosa, no sé si me… Pero eso no es… porque aquí también el juego, por un lado

permite reconocer la individualidad y por otro permite reconocer al otro.

Para unirlo con la tesina, sería como que los juegos gestálticos ayudan a tomar una

conciencia muy clara de los juegos de la vida.

Claro, sería esto.

Como que uniendo los dos tipos de juegos…

Sí, no sólo en la Gestalt, sino en forma clara que en esto entra el cuerpo y la emoción: los

tres niveles. Porque hay un juego, por ejemplo, que es un juego de cartas. Es un juego que

también se puede ver mucho, porque en el juego de cartas también se entienden muchas

cosas. Pero se da bastante primacía a los juegos en que la persona en el juego, en las tres

ventanas (emocional, corporal y cognitivo), que son tres ventanas de un mismo edificio,

como que en la neurosis, están disociadas alguna de esas, o negadas. O una de esas partes

no sabe gestionar la persona.

Entonces en la terapia, lo que se va a buscar en el juego, es que la persona utilice una parte

de su potencial, que lo tiene poco conocido o lo tiene negado. Es decir, si alguien es muy

emocional, lo que voy a utilizar es juegos e interacciones que tienen como objetivo el

darse cuenta de que tiene una parte cognitiva o de conciencia para darse cuenta de lo que

está pasando. Si la persona es muy mental, la llevaré a lo corporal –no a lo emocional, tal

vez, para que reconozca que tiene una interioridad-, que le permite reconocer las

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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sensaciones y que descanse la cabeza; que no es solo cabeza lo que le permite que pueda

reconocerse que está vivo.

Entonces aquí, fíjate, estamos hablando de distintos tipos de juego, para equilibrar la toma

de conciencia de estos tres niveles.

A ver, vas equilibrando según lo que la persona necesite.

Entonces la propuesta de juego… Porque claro, aquí el director del juego es el terapeuta.

Sí.

Y él tiene un cartel que dice “yo te voy a ayudar, yo ayudo a conocerse, ayudo a curarse,

ayudo…”, claro, porque nosotros tenemos un cartelazo así (con las manos reproduce un

cartel grande), claro, no han venido a buscar al fontanero… Es que en las reglas del juego

ya viene implícito, ¿me entiendes?, el cartel me lo he puesto. Entonces claro, en este caso

el fontanero juega el juego de que para la persona se dé cuenta, llevarla a tomar conciencia

a equilibrar estos tres niveles.

Muy bien. … Yo creo que está bastante completo. Esta parte que estás aportando a la

tesina es la de… no habíamos tocado nada de los juegos de la vida. Habíamos estado

siempre con juegos de taller; juegos exploratorios dentro de un taller gestáltico. Me

parece muy interesante esta aportación de los juegos de la vida.

Bueno, es que claro, en coaching y todo eso lo que van a decirte es la historia de los

objetivos, cuáles son las reglas, qué se pide… Aclarar esas historias, ¿no?

Y el Análisis Transaccional también, ¿no?

Pero en AT estamos mucho en la línea de lo interno. Que el Padre interior, el niño, el

rebelde… Aquí, es más: cuál es el objetivo de la empresa, qué obligaciones te pone, cuál

es la necesidad tuya… No sé, esa necesidad, qué te ha prometido, si ha habido una

promesa, si ha habido una explicitación del objetivo.

Entonces, que lo que sientes interesante es esta parte del juego de la vida, ¿no es cierto?

Sí, ¡muy interesante! Además lo habíamos intentado tocar… Recuerdo que al

principio de empezar con la Tesina lo habíamos intentado tocar y no, no había

tomado forma. Yo creo que es muy interesante la aportación de los juegos de la vida

con los juegos en los talleres.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Y es que en toda sociedad tiene objetivo. Implícito o explícito. Consciente o inconsciente.

Y hay objetivos que en una sociedad se han cumplido y que siguen vigentes. Es decir, que

son gestalts que no tienen sentido. O uno está con un objetivo que ya se ha cumplido o que

sirvió en un momento y sigue alimentando el mismo objetivo. “Que mi mamá me quiera,

que mi mamá me quiera…” Pero ahora necesito tanto que me quiera mi mamá, que no sé

si me… ¡Ahora el objetivo es que me quiera una mujer! Claro, claro…

Actualizarlo, ¿no?

Claro, la sensación. Porque en los juegos lo que es importante es actualizar y ver qué

reglas y qué tengo que aprender para ser policía. Nadie nace policía, nadie nace hombre,

nadie nace marido. Uno en la interacción se va haciendo.

Y ahí está también la fórmula del aprendizaje.

Claro. Y del objetivo. Como que haya un objetivo implícito. Claro, por ejemplo, la historia

de la Gestalt: uno que está muy metido en la meditación dirá: “cómo pierden el tiempo”,

¿no es así?

Ja, ja, ja,…

… con el otro, lo otro, y lo otro… Claro, él va a ponerse a meditar cuatro horas, no sé si

me… Claro…

Ja, ja, ja…

Claro, claro, es que este es un punto muy importante. Es muy interesante que justamente

se parte -y eso es la gran diferencia con Oriente-, se parte de que en la presencia, necesito

al otro como presencia. Y hay un punto que la presencia del otro no es un imaginario. Es

orgánico. Como que la comida no es una… claro que me puedo imaginar que la comida es

la Hostia de Dios, me la puedo imaginar o simbolizar. Pero hay un punto en que la

comida, la necesito. Este punto es muy importante, en eso se diferencia Oriente de

Occidente. El gran aporte de las meditaciones, el gran aporte de los Chakras, todo eso lo

va a hacer y después lo van a desarrollar de alguna forma uniéndose, pero la presencia

física del otro no es sólo una fantasía. Porque para la meditación, “el otro Yo” es una

buena fantasía, ¿me entiendes? El ego… Claro que en la interacción entrará el ego, pero

hay una parte que es la necesidad humana. Como en lo de la comida, claro, que sólo me

alimento de ostras: me alimentaré de ostras porque tengo mucho dinero, pero es seguro

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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que si no, me comeré… un zapato. Es decir, esta parte de la meditación es interesante.

Entonces como que el juego tiene sentido, ahí. Y además hay para mí otra parte

importante: dentro de lo que se ha jugado mucho, partiendo de Platón, el juego que se ha

jugado mucho en Occidente, como cultura, es: uno, que existe la Verdad; y que el ser

humano no puede acceder a esa verdad directamente, sino tiene que acceder a través de

Dios o a través de descubrir la verdad, pero que la verdad es una, Dios es uno. Entonces,

que yo me relacione con una mujer que me quiere mucho, tiene sentido en la medida que

me conecta con la verdad del amor, o que me conecta con Dios. Esa es la mujer que

interesa…

Mmmm…

Claro, porque si me toca la mujer mala, esto me permite conocer la maldad, relacionarme

con lo trascendente y trascender hacia la gran Verdad. La mujer mala poco interesa…

Incluso en circunstancias, poco intereso yo, ¿me entiendes? Porque lo que estamos

alimentando es un Uno, un Absoluto, un Algo. Eso la Gestalt lo cambió mucho.

¿Cambió?

Claro… El Ahora, la presencia del otro, el aprender a cuidarse… No aprender a salvarse,

¿me entiendes? Porque sino ya entramos en el juego del Perro de Arriba, que es otro

juego. El Perro de Arriba es el salvador; el Perro de Abajo es el que tiene que ser salvado,

pero que no se da cuenta y lo deja para mañana. Pero ese juego, a nivel interno con esos

personajes es con lo que nos identificamos. Porque la neurosis no tiene remedio: puede ser

equilibrada. Entonces, en el juego, cuando estoy muy identificado con el Perro de Arriba,

ya tenemos Dios, la Verdad… Y con todo el miedo, es decir: “sálvate, porque estás

perdido”. Y el otro, el Perro de Abajo: “yo no te necesito, déjame en paz”, o trasformar el

Perro de Abajo en la víctima, que es el Perro de Arriba disfrazado: “a mí ya me han jodido

demasiado, ahora que me la den hecha”, no sé si me… “¡Que me salven! No nos andemos

con cuentos”. Como que el juego del Salvador y el Salvado… Llevamos cinco millones de

años con el juego del Salvador y el Salvado, y fíjate que la Gestalt se puede trasformar

también en el juego de la salvación.

Lo que tenemos que aprender en la vida es aprender a satisfacer las necesidades y aprender

a cuidarnos. Y el cuidarse también es cuidarse del otro, no ese cuento del lirio en la mano:

digo cuidarse del otro porque si no, no recibo del otro. A cuidarse del otro, y a cuidarse

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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uno y dejarse cuidar.

Ese es el juego.

¡Qué bonito! Muchas gracias… una aportación muy interesante.

Claro, es que al principio lo encontraba un tema muy amplio, entonces no sabía qué iba a

aportar. En la parte de lo simbólico, toda esa parte… Hay partes que sí he verbalizado

antes, pero partes, como esto del Juego de la Vida Cotidiana, es la primera vez que la

verbalizo más claramente.

¡Qué bien! ¡Qué interesante!

Es como que le estoy poniendo más conciencia.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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ENTREVISTA A JAVIER MURO

Javier, tú también has realizado talleres donde incluyes juegos gestálticos. Nos

gustaría que nos explicaras tu trayectoria, cómo llegaste a incluir los juegos en tus

talleres. Cuáles fueron los aspectos de tu trayectoria personal o profesional que te

llevaron hasta aquí.

Yo empecé en un entorno en el que me di cuenta de cuánto había para jugar... Lo que pasa

es que eso me doy cuenta ahora. Entonces, cuando en las formaciones jugábamos, lo

consideraba como un taller de expresión, como algo que servía para desdramatizarlo o

para… A través del juego tenía el permiso para hacer cosas que no…

Cuando yo empecé a hacer terapia, había algo muy lúdico, muy expresivo. Después,

cuando empecé a llevar los primeros grupos yo, era mucho al aire libre, eran en Sitges o

residenciales, una semana. Entonces, lo hacía al lado de otra gente, y entre todos

empezamos a hacer algo muy lúdico. A partir de ahí, había como dos formas de trabajar:

una, el juego, en que vemos lo que va a pasar.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Cómo reflexionar sobre ello…

Y otra, el juego como experiencia, y fuente en el propio juego. Pero no como algo sólo

divertido sino como algo terapéutico en sí.

Quieres decir que el juego, aunque luego no se extraiga nada de él, por el simple

hecho de jugar, ya de por sí es terapéutico.

Exacto. No el juego como algo movilizador, sino como algo terapéutico en sí mismo.

Como el niño… Sería más como un juego desde el niño, del niño loco, que no extrae

una reflexión del juego sino que el propio juego ya conlleva dentro de sí el propio

Darse Cuenta.

Exacto.

La otra manera es el juego como un elemento movilizador con el que se trabaja sobre lo

que ha pasado. Pones las cosas en un estado que facilita trabajar aspectos que han salido

en la experiencia. O no. Se toma el juego como algo que ya de por sí tiene… ya es un

trabajo gestáltico. A mí cada vez me gusta más esto.

De no tener luego que hablarlo…

De no hablar sobre la experiencia… Aprovechar el estado en que se sitúa la persona para

extraer algo más. Si se hace reflexión, se piensa y se va “hablando” sobre la experiencia

que ha pasado. No es desde la propia experiencia, sino que es desde el hablarlo. Eso es lo

que pasa. Entonces, si es el juego que ya incluye que sea terapéutico, ya lo percibes como

tal. También podemos incluir algo de ser más integrador dentro del propio juego, dentro

de la propia sesión; algo más integrador que no tiene que ser expresamente hablar del

propio juego. Porque sino, la gente está HABLANDO. Es algo muy parecido a lo que

puede pasar en el trabajo con el cuerpo.

Mmmmm…

El trabajo con el cuerpo como algo a dinamizar, desde la Gestalt, con la experiencia.

¿Puedes explicarnos tú tu experiencia? ¿Cómo es la parte que has vivido con el

juego? ¿Cómo ha sido el juego e ir posteriormente a la reflexión y cómo es el juego

sin reflexión, como experimento por sí mismo? Parece ser que sí trabajas de las dos

maneras… ¿Qué intentas hacer en cada caso?

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Por ejemplo, no es tanto uno u otro, sino que de momento, yo lo recibí como: el juego en

sí, sin reflexión posterior, sin hablar sobre ello. Entonces yo lo recibí así. Dentro de unos

talleres de crecimiento.

Después, yo lo empecé a trabajar como los juegos para movilizar y más tarde se hablaba

de eso, se hace una rueda gestáltica, o un compartirlo.

Sí…

Y después, poco a poco, me fui atreviendo a trabajar el juego sin recogida, integrando la

recogida dentro del propio juego. Es una experiencia real. Y cada vez lo voy haciendo más

así.

¿Sí? Nos gustaría que nos explicaras un poquito de dónde viene, cuál ha sido la

trayectoria y en qué punto estás ahora.

Yo, por ejemplo, la parte del juego la incorporé cuando empecé a entrar en el trabajo

corporal: ahí introduje el juego. Porque me era… Como hay contacto en el juego, es muy

fácil favorecerlo a través del juego. Ahí lo recuperé. Cada vez lo que veo más es que es

curativo de por sí, que no hay que dar tanta pauta y que la gente desde el juego ya integra

cosas.

¿Continuamos? ¿Lo utilizas exclusivamente en grupo o también en terapia

individual?

Básicamente en grupo, como algo sistemático. Sí que en individual si el cliente acepta

flexibilizarse, también utilizo juegos. Pero no lo hago sistemáticamente… o sea, es algo

más. No lo hago de forma sistemática. Puede irme muy bien con gente que es muy rígida.

¿En individual?

Sí, en individual. En grupo no hay problema: para los que son rígidos, para los que no lo

son: da igual. En individual si la persona es muy rígida, va muy bien añadir algún juego.

Pero son casos específicos, depende de lo que necesite la persona.

Pasa mucho con el juego físico, en individual.

¿Qué quieres decir cuando hablas de “juego físico”?

Quiero decir juego de empujar, de tú me coges-yo me escapo, ahora te voy a pillar…

Juegos de representación con las manos o con algo que parezca un títere, de representar.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Entonces es cuando lo enfocas más desde el terreno corporal.

Sí.

Vale, entonces ¿utilizas mucho la parte corporal? De hecho, tu tesina va de esto, de

cómo trabaja la Gestalt desde el cuerpo.

Sí.

¿Qué lugar crees que ocupa el cuerpo dentro de los juegos gestálticos? ¿Cómo crees

que se integra, cómo crees que se puede…?

En el juego gestáltico… Yo creo que no hay una cosa sin la otra. Si la persona no nota el

cuerpo, no hay experiencia. Así de directo: sin cuerpo, no hay experiencia. Es una

entelequia.

Hombre, en juegos como jugar al ajedrez, no. Juegos de mesa, no… Yo pienso en un

juego gestáltico que no tiene nada que ver con un juego de ajedrez… a no ser que se saque

un tablero muy grande, y uno sea el caballo, y se vaya a comer al Rey. Aún así, me traería

al cuerpo. Si pienso un juego gestáltico pienso en que la persona se mueve, corre, etc.….

Y eso es dirigido al cuerpo. Si no está el cuerpo, no hay juego y no hay gestalt. No hay

experiencia. La experiencia es a través del cuerpo, y la emoción es la base del cuerpo, sino

no hay.

O sea que el juego sería como un buen antídoto para salir de la mente y entrar en el

cuerpo, entrar en la sensación, entrar en la experiencia.

Claro, sin cuerpo no hay experiencia. Mira, yo lo que veo por ejemplo en el juego o en

cualquier cosa es que lo que se mueve es la persona. Entonces, la persona tiene diferentes

aspectos: mental, emocional y corporal. Pero son piezas de la misma habitación. Entonces,

entras por una, por la otra, o por dos a la vez… pero eso no quiere decir que no se pongan

las otras. El cuerpo va a estar presente siempre. Y si no hay cuerpo, no hay emoción, ¡eso

está clarísimo! Entonces, sino hay trabajo emotivo, será otro tipo de trabajo, pero no será

un trabajo gestáltico. Yo qué sé: análisis transaccional, psicoanálisis, por decir algo: muy

terapéutico, pero no será una terapia de la Gestalt. Para repasar el cuerpo, que es algo

fenomenológico, y el juego es algo fenomenológico. No hay tu tía: si no hay cuerpo, no

hay nada.

Entonces, ¿qué crees que aporta el juego y el sentido del humor a la terapia Gestalt?

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Más el juego que el sentido del humor…

El juego y el sentido del humor… o mejor el juego…

El juego lo que le proporciona a la Gestalt o a cualquier terapia es que pone a la persona

fuera de su propia mecanicidad. A ver, le saca de lo que habitualmente hace, lo pone en

otro marco, le da otro encuadre. Por ejemplo, el juego de la balsa: a lo mejor uno gana y

no ha estado nunca en una balsa.

Vale, como si fuera una experiencia que te lleva a la experiencia.

Exacto, le saca de ahí. Y es posible que ahí la persona actúe fuera de la mecanicidad de

siempre. Con lo cual, lo que aporta es que la persona puede llegar, por ejemplo, a partir de

esa experiencia, a un lugar diferente de donde se queda pillado.

¿Cómo el salir de la fijación?

Eso. Exacto. Puede dar una persona que no sea mecánica, que no sea la automática. Eso lo

proporciona el encuadre del juego, en cuanto a terapia Gestalt.

¿Y eso es lo básico, para ti? ¿Lo más relevante?

Esa sería una.

Después… el juego es el mejor “como si”. El “como si” es un juego gestáltico… y el

juego, de hecho, siempre es un “como si”. Sería uno de los juegos por excelencia de la

Gestalt, el hacer “como si”.

Lo que te proporciona el juego son muchas variantes de “como si”; hacer “como si” cosas

diferentes: como si fuera… tu padre; como si yo no tuviera ese problema, como si ya lo

tuviera resuelto, como si ya lo supiera, como si yo fuera el que manda… Son muchos

patrones de “como sí”, básicamente eso es bastante importante.

El “como si”, puede hacer saltar el mecanismo: “como si no lo tuvieras”, o le proporcionas

un juego, un marco, para que lo pueda hacer.

El juego es una posibilidad de saltarse el mecanismo. Sin darse cuenta, deja de dar

importancia a su papel, a lo que aquella persona cree sobre sí, y el juego le da una

oportunidad de poner un poquito en suspenso eso, y descubrir que puede hacer algo

diferente…pero cuando ya lo ha hecho: “¡Ahí va, lo que he hecho!”.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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No se me ocurre otra cosa…

Bueno, por lo que vas explicando, es como que el juego para ti es una herramienta

base. Como para aprender Gestalt, para aprender de ti mismo, para conocerte desde

otro aspecto, para saber quién eres, para un “como sí”…

Ah, sí. Para mí el juego es el “como si” por excelencia.

¿Cuánta Gestalt se puede aprender jugando? Ligarlo también, por ejemplo, con el

Ciclo de la Experiencia… Profundizar un poco más en tu experiencia de “yo hago

jugar a la gente y desde aquí, qué cambio me produce”…

¿Qué efecto produce cuando yo hago jugar a la gente?

Por ejemplo sería: qué diferencias resaltarías cuando haces un taller en el que está

incluido el juego, y otro igual en el que no lo utilizas, y así vemos qué aporta. Qué

beneficios tiene, si hay algún tipo de ventaja… Referido, sobre todo, a la terapia

Gestalt.

El juego es un recurso didáctico por excelencia. Puedo emplearlo en una formación de una

forma didáctica, porque permite que la persona aprenda jugando, aprenda de la propia

experiencia. ¿Cómo hacemos que la persona aprenda de la propia experiencia? Jugando.

Armándole un juego, armándole una experiencia. Ahí aprende.

Yo cuando pongo a la gente a jugar lo que busco es que lleguen a meterse en la

espontaneidad. A mí lo que me gusta es que desde el juego se salten la norma y acaben

haciendo lo que les salga a ellos, jueguen por sí solos… Rearmen el juego. ¿Vale? Lo que

buscamos en el fondo es eso: que la persona recupere la espontaneidad.

Es diferente armar un juego para que la persona descubra algo pre-establecido: “quiero

que la persona explore polaridades” o “quiero que explore introyectos”; armas un juego

para que conecte con eso. O sea, un juego con intención, y eso puede ser una vertiente del

juego. Lo puedo utilizar para que en un grupo conecten con ese algo concreto. Y puedo

utilizar algún tipo de juego o de estrategia lúdica con el intento de llevarlo ahí, de que

conecten con eso.

O puedo armar una experiencia lúdica para llevarles a jugar, que lleguen ellos a jugar por

sí solos, y salgan del juego, y hagan algo espontáneamente, “yo-qué-sé-qué”: que se suba

una a una silla y esté cantando… o bailando… pero que sea que armen el juego

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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espontáneo, sobre la marcha, como si fueran niños.

Esa sería la parte que busca la gestalt: que la persona recupere la espontaneidad.

Entonces: un grupo con eso o un grupo sin eso, es totalmente diferente. Y cada vez lo que

busco, son más grupos así.

¿Con juegos?

Con juegos, y con juegos que poquito a poco lleven a que ellos acaben jugando a su

manera. Eso no se puede hacer desde el primer día. Igual desde el principio empiezo con

más pautas, hasta que la persona pierde un poquito la vergüenza de jugar, de tocar, de

mirar, de contactar… Cuando pierde un poquito el sentido del ridículo, entonces conoce al

otro, coge más confianza… y ahí, a la larga, lo que busco cuando pasa un tiempo –un mes,

dos, tres, cuatro…- la gente, el grupo solo ya va allí. A veces el juego demasiado pautado

más bien puede ser un límite para el propio grupo.

Vale. ¿Y la diferencia de talleres donde no se realizan juegos?

Hombre, es diferente. Totalmente diferente. Los talleres donde no se realizan juegos por

narices son más verbales, y estos que yo describo tienen mucho menos de verbal. Ahí si

los paras y al final pretendes que te digan algo… cuesta. Porque lo que es terapéutico en sí

es la experiencia, no lo que después puedan elaborar verbalmente, o con la ayuda del

terapeuta, sobre la experiencia.

¿Seguimos?

Lo que quiero decir también es que estoy explicando la parte lúdica de un grupo con

trabajo corporal. Y el trabajo corporal tiene mucho de juego. A lo mejor habría una técnica

determinada que trabaje con puntos, y respiraciones… esto que yo explico se trabaja desde

lo lúdico, desde el contacto, desde el sentir… desde el plantear situaciones en las que

juego con el cuerpo… o con uno o dos objetos (una pintura, una pelota, o arrojarse unos

trapos…). No hago un grupo “de juego”: hago un grupo de “trabajo corporal”, y entonces

lo lúdico y el juego me aparece por todos lados.

¿Y en la formación de Gestalt es importante?

Tiene un papel muy bueno para el aprendizaje, lo que pasa es que no todo se puede

aprender a través del juego. Yo lo utilizo mucho en lo que serían las dinámicas de grupo.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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A ver, el Instituto funciona de manera que hay una parte teórica y una parte de taller, lo

que toca. Y el domingo se hace dinámica de grupos. Yo cada vez me inclino más en los

que yo llevo hacia el juego corporal, de contacto: empiezo por el trabajo corporal y

llevarlos al juego espontáneo. Yo creo que eso es el espacio de autorregulación de un

grupo: cuando llegan al juego espontáneo, de jugar a lo que quieren, de acercarse a lo que

quieren…

¿Como darles un espacio libre?

Sí, sí. Pero haciéndoles jugar primero un poquito antes. Como calentar motores… Y

poniéndote tú a jugar.

¿Cómo terapeuta? ¿Te integras dentro del grupo?

Sí, sí, para empujar. A veces, para empujar, me integro: estoy ahí. Entonces, desde ahí, ese

espacio de juego libre es el espacio de autorregulación, donde la persona busca lo que

necesita, o qué es lo que necesita, o le pasa algo… Y a partir de ahí, se empieza a mover…

Con lo cual y a partir de todo lo dicho, sí parece que para ti en la formación Gestalt

el juego es un factor importante.

Sobre todo en la parte de… yo cada vez lo meto más en la parte de dinámica. En lo que

sería la dinámica grupal del último día. Si no hay grandes temas sobre los que hablar o

alguien no se queda especialmente transpuesto, yo sistemáticamente evito la rueda. Y hago

un espacio de autorregulación donde el juego es un gran motor, y que entren en lo

espontáneo, y que entre el grupo en madurez.

¿Puedes explicar esto de que evitas la rueda?

Sí, claro, pues evito la rueda para que no “hablen sobre”, sino que entren en regularse: si a

mí me ha pasado algo contigo…

Vale, vale, ¿cómo sería autorregularse con un juego? Imagínate que yo no sé lo que

es regularse, ¿lo puedes explicar?

Ja, ja, ja… Es que yo me pongo a hablar en “gestaltés”, ja, ja, ja…

Ja, ja, ja… Sí, podríamos ir pasito a pasito… ¿Cómo se produce la regulación desde

el juego espontáneo?

Yo, por ejemplo, creo que si tú y yo estamos en un grupo, somos participantes en un

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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grupo, y aquello que tú dijiste ayer me ha sonado a truenos, creo que se me va a pasar

antes o lo voy a mostrar mejor –y “mejor” no es “más fácil, sino “de una forma más

consistente”- si me pongo delante de ti y empiezo a pegar gruñidos. O bufidos, o

rugidos… que el planteamiento es… “Me entiendes, aquí estamos en un bosque… y hay

pájaros que son de noche… y pájaros que son de día… ¿me entiendes?... Y hay cosas

que… pájaros que se acercan a hacer las cosas a los pájaros de noche cuando están

dormidos. O sea, que tú puedes ser un búho y yo puedo ser un águila, y cuando tú, búho,

estás dormido, yo me pongo delante de ti y empiezo a pegar: “¡¡¡grrrruaaaahhhh!!!”, desde

el enfado que llevo yo ahí. Y tú como estás dormido… Claro que, a lo mejor te

despierto… Y veamos qué pasa si te despierto… Bueno, es por poner un mínimo de

esquema, este me lo acabo de inventar.

Entonces, no verbalmente, la persona pueda mostrar lo que haya. Yo creo que ahí, eso

hace que haya una regulación en el grupo: que las cosas circulen, que las cosas se vean,

que las cosas se muestren, que emocionalmente la cosa no se quede anclada, que las

emociones tengan otra forma de mostrarse que no sea a través de las palabras. Me parece

que es más efectivo.

O sea, tú estás últimamente descubriendo, o estás trabajando en ello, o parece que es

más efectivo.

Que es más efectivo.

El ponerse uno delante del otro y empezar a decir, y dale… para regularse.

Sí. Es mucho mejor, ¿me entiendes? Que nos vayamos al árbol del bosque, que no que

hagamos unas casitas. O aquello del espacio del cojín, que uno se pone delante… Jugando

con ese juego se empieza a desarrollar más una actitud más gestáltica, que no estar aquí

plantado escuchando lo que digo.

Muy interesante, esto que explicas. Sería la autorregulación organísmica a través del

juego.

Del juego espontáneo, el que no está dirigido.

Para llegar a un juego espontáneo es muy interesante… como haber jugado pautadamente

antes.

Como un aprendizaje…

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Exacto, un rodaje, un rodaje. Yo creo que el grupo se sanea.

Esto es algo nuevo que puede aportar mucho a la tesina, ya que toda nuestra

aportación es a través de los juegos pautados. Y tú nos hablas del juego espontáneo…

Esto, por ejemplo, claro, yo lo estoy sacando a través del trabajo corporal. Porque yo

empecé a hacer trabajo corporal pautado. Con bioenergética, con ejercicios… Y después,

claro, lo que descubrí es que había otros tipos de trabajo corporal, que sin tanta pauta, te

llevaban a lo espontáneo. Y entonces empecé a encadenar unos con otros. Porque son

juegos paralelos.

Ahí empecé a desarrollar juegos, porque antes había jugado, había hecho cosas de este

estilo.

Hay un libro, que es de Kepner que habla de trabajo corporal gestáltico. Y depende de

cómo estén las personas, hacerlo de una forma o de otra. Eso se puede aplicar

perfectamente al juego.

¿Cómo dices que se llama este libro?

Kepner es… Editorial Mensajero… “La Gestalt, un proceso corporal”. Este libro dice, por

ejemplo, que hay clientes que lo primero que tienes que hacer es hablar, para llegar a un

estado, porque tienen muy separado el cuerpo, lo viven como un estado aparte. Saben que

tienen cuerpo, pero les molesta: entrar en el cuerpo es donde se genera lo rechazado. A

esos, el juego ha de ser muy pequeñito; primero es como que quepa en la cabeza que

pueden mover el cuerpo, que pueden jugar, que pueden hacer aspavientos, que pueden…Si

no se lo das de una forma pautada, como una gimnasia que tú también haces, o juegas un

poco al principio con él, no funciona. Cuando toman un poquito más de conciencia

corporal, puedes empezar a hacerlo estratificado: un poco de verbal y un poco de juego:

“Venga, ahora hablemos sobre el juego”. O sobre la experiencia corporal. Sería: “Ahora

vamos a tener una experiencia corporal y después vamos a hablar “sobre” lo que ha

pasado. Entonces, es por estratos. De esta manera, la persona gana expresividad, y

empieza no a hablar sobre la emoción, sino a vivir la emoción, en el contacto. Después

cuando la persona se va poniendo mejor, lo verbal tiene cada vez menos espacio, porque

todo pasa en el trabajo corporal o en el juego, ya se relaciona corporalmente con el juego

más espontáneamente contigo. No le tienes que decir… Y eso ya es terapéutico de por sí.

Pero se ha tenido que recorrer todo lo anterior.

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Entonces, el juego pautado llegaría incluso cuando es estratificado: en algún rato de juego

corporal, y hablar “sobre”. Eso por ejemplo sería en el trabajo individual, y también puede

ser en el grupo, cuando el grupo ya aprende, ya ha cogido como una dinámica. Llega un

momento en que hay que estar atento, y ya puedo ver cómo el grupo toma las riendas. Eso

seguro que lo hacéis.

Sí, sí. Es como que ya se puede soltar.

Es un gran espacio. De hecho, es lo que le gustaría a la Gestalt, que las habilidades del

grupo y las habilidades de la persona se desarrollan cuando entra en la espontaneidad,

cuando entra en…

Entonces, volviendo a lo de antes: en la formación Gestalt, como regulación del grupo.

Hablas de que lo utilizas como trabajo de recogida muchas veces el domingo, ¿no?

Sí. Es una forma de limpiar, de ajustar las cosas, de que el grupo esté saneado… También

de que las personas encuentren una forma de vivir lo que sienten de una forma expresiva

sin tener que poner tanta palabra, ¿no? Es más eficiente.

Esto, por ejemplo, también lo encontraréis mucho en el Psicodrama. En la Gestalt sale

mucho, el Psicodrama de Moreno. Él tiene mucho espacio de llevar al grupo a ese punto:

“digan ustedes a qué quieren jugar… No me lo expliquen: hagan un juego… Hagan un

teatro…”. Y en la Gestalt sale mucho de lo moreniano.

Casi todo lo que tenga que ver con juego gestáltico, yo creo que son juegos

psicodramáticos.

¿A ver, cómo es eso? ¿Puedes explicarlo?

Yo creo que mucho de lo que se puede llamar juego gestáltico son juegos psicodramáticos.

Interesante. Pongamos como ejemplo el jugar a ser un animal, cualquiera. La cosa

sería más que nada el aprender a jugar a hacer el mono. Y desde ahí moverte,

expresar, saltar, y encontrar que has descubierto algo, que no sabías que estaba

dentro de ti… Que puedes jugar saltar… y cagarte encima del otro, porque has

descubierto que eres un mono, ¡fíjate qué bien!

Y que sobre todo, la parte emocional ha podido expresarse sin que tú le tengas que poner

un medio intermedio, pensar cómo lo hago para que se exprese: lo ha hecho de un modo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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directo.

Háblanos un poco del Darse Cuenta a través del juego. Cómo sería para ti, porque

para nosotros es muy importante. Sería como: “¡guau, me he dado cuenta!… Si soy

capaz de enfrentarme a este, que le tenía miedo… Y ahora como soy un gorila, y

desde ese gorila, me doy cuenta de que… ¡plas!, ya puedo”. Por ejemplo…

Experiencias de este tipo que tengas.

A mí cuando me hacían jugar, de lo que me daba cuenta es que intentar jugar y poner la

atención a cómo estoy jugando era un desastre…

Totalmente

(Javier se ríe).

Entonces… demasiada pauta si estoy jugando y me dicen: “vaya usted dándose cuenta

de…”. Yo creo que el Darse Cuenta… Una forma para Darse Cuenta es el stop, la

interrupción del juego. En ese momento, claro, es como si uno anda corriendo, le ponen

una mano, y tiene la inercia. Lo que nota es la inercia, hacia dónde iba. No es que tenga

que reflexionar hacia donde iba… Es como si tú te pones en un gimnasio en una cinta, a

correr y a correr, y como te paren… ¡Plas! Te das cuenta de a cuánta velocidad ibas. Ahí

no es que tengas que reflexionar, es que tú lo experiencias.

Por ejemplo, el stop o interrupción es el recurso del darse Cuenta por excelencia. Porque si

tienes que jugar y poner atención, no juegas.

Claro. Esta es la parte de espontaneidad, de vivencia, de presente. Como que en el

presente mismo no puedes estarte dando cuenta, lo tienes que interrumpir. ¿Sería

por ahí?

Claro. Si yo puedo ponerme a jugar espontáneamente y a la vez poner la atención a cómo

juego, es que estoy muy disociado… No puedo…

¿Sería a posteriori?

O va en detrimento de la entrega, ¿no?

¿Recuerdas aquello famoso que el observador altera el objeto observado? Que cualquier

persona que está haciendo un experimento, altera el experimento. Cualquier observador

altera el proceso observado. Si tú y yo estamos aquí hablando y sabemos que nos está

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observando alguien…

Por supuesto no sería lo mismo

Eso… Si es por un agujero y yo no lo sé…

Entonces, yo la única forma que he vivido de poderme Dar Cuenta es cuando ha habido

una interrupción en el sí del juego. Así, instantáneo. A veces lo pillas y a veces, no.

Porque a pesar de estar jugando, te das cuenta de que estás en la cabeza.

Darse Cuenta… Darse Cuenta…

Otra forma que para mí es potente cuando soy yo el que… es el cambio de lo temporal:

hacer lo mismo, más despacio. Entonces cambio la percepción.

¿Cómo sería, Javier, hacer lo mismo más despacio?

Pues si tú te subes a un árbol, hacerlo pero despacio. Si por ejemplo, un juego: entre los

que estamos aquí, desarmemos la sala, podría darme más cuenta de asuntos de qué me

pasa si lo hago a cámara lenta. La alteración del tiempo…

Yo no conozco otra forma. Yo no he podido vivirlo en mí mismo de otra manera, si no es

con la interrupción o con la alteración del tiempo. Y las dos maneras son cambios de

percepción.

Pero sería que el Darse Cuenta puede operar después del juego, ¿no? La reflexión,

después…

Bien, es que yo cada vez creo menos en las cosas reflexivas, ja, ja, ja… No me acabo de

creer lo reflexivo.

¿Ni del Darte Cuenta después?

Yo creo que uno se da cuenta en la experiencia. Durante la experiencia.

Cuando hay un Darse Cuenta… El insight aparece en la experiencia, no después. Si

aparece después es que aún me he quedado en la experiencia.

Pero a veces ocurre que estás “cogido” al otro. Y de golpe, sólo la persona que habla

su experiencia… hablar cerca de lo que ha vivido… Tiene algo, ahí… Porque

hablando de lo que le ha pasado, entiende, a veces…

Ufff… No lo sé… No lo sé… Yo ahí a lo mejor estoy muy influenciado por la cosa

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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corporal. En lo corporal se buscan experiencias que sean factibles desde el insight, donde

esté involucrado todo: lo emocional, lo corporal…lo mental. Entonces, claro, como el

Darse Cuenta fuera de la experiencia no es tan valorado, y yo igual estoy un poquito

viciado por eso, ¿no?

Bueno, Javier, eso es más que nada una pregunta nuestra. Tu enfoque es diferente al

nuestro en este punto. Al revés…

Yo cuando he visto algo similar a lo que tú dices, es porque la persona se ha quedado en la

experiencia, se ha quedado en la emoción de la experiencia, en el impacto de la

experiencia. Es como que aún no salió de eso… Al ponerle palabra o al escucharse,

estructura un poco desde lo cognitivo, y ¡paff! Cuaja todo. Pero ha de haber la

emocionalidad del impacto. Si no, no… Puede ser un darse Cuenta muy cognitivo, que

puede estar bien, pero… la sospecha es que no va a arraigar, que hay algo que no se va a

reestructurar. Como que va a necesitar otra vez de lo cognitivo para mantenerse.

Relacionado con lo que os decía: que durante la experiencia del juego se produjera una

integración. Después, cuando hemos acabado, hemos acabado, ¿me entiendes? La

reflexión final, como que cada vez… no me interesa tanto.

Claro, es curioso porque el proceso que estamos viviendo nosotros es al contrario:

como de haber vivido mucho el juego, uno detrás de otro, que en la persona hay un

cambio importante. Pero últimamente estamos viviendo que si paramos y

reflexionamos un poquito, hay como más conciencia de lo que está pasando. Esta es

nuestra experiencia. Antes era más juegos, juegos, juegos, juegos… Claro que había

cambios, pero a veces quedaban muy…

¿Es como que si no hay conciencia del cambio, no hay cambio?

Mmmm… Por lo que estamos viviendo es: desde que hay más reflexión, la gente tiene

más ganas de buscar.

Ah, vale, sí. Pero eso es otra cosa: por ejemplo, con Montse, cuando dirigimos un grupo,

ahora hablamos más. Pero no es con finalidad terapéutica: es para ligar la mayonesa del

grupo.

¿Para ligar la mayonesa?

Sí, para que salga más grupo, para que haya interacciones, para que nos oigan a

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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nosotros… Pero es más cuidando la dinámica del grupo.

Bueno, pero eso es importante…

Claro, pero que para nosotros el trabajo, ya se acabó. No pretendemos que en ese espacio

la persona trabaje; pretendemos que se ligue el grupo, que se arme, que la persona pueda

encontrar alguna explicación a la cosa que ha vivido. Pero lo que le va a hacer cambiar o

mejorar, es lo que ha vivido, no la explicación que le demos.

Es como que cuidar a la persona, cuidar al grupo… Que las personas necesitamos que nos

expliquen… Claro, lo que pasa es que a la persona le has de explicar, le has de decir, le

has de… decirle dónde trabaja, qué es lo que le pasa, que lo que a él le pasa le pasa

también al otro… Entonces…. Se da un espacio verbal. Pero es para que la personase

tranquilice… ¡o se permita volver al día siguiente! (Sonríe…). Como que para el

paciente… ya me irán pasando cosas, lo que escucha al otro a mí también me pasa… Pero

es para ligar la mayonesa. Para ligar el grupo, no es el aspecto terapéutico en sí.

A ver si lo acabo de entender… Son enfoques diferentes… Javier lo enfoca como que

la propia experiencia facilita el cambio. Nosotros lo enfocamos como la experiencia y

después, el Darse Cuenta de la experiencia. Desde allí, es solidificarlo.

A nosotros nos costó mucho, por ejemplo, cuando conocimos Río Abierto, nos costó

muchísimo que no nos explicaran lo que pasaba. Por ejemplo, como venía de una

formación corporal, nos rebelábamos, que no nos dijeran… Experiencia, experiencia,

experiencia, experiencia… Después ya fuimos viendo…

Por ejemplo, nosotros cuando nos metimos a trabajar con grupos, que nos metíamos más

en experiencia y no en hablar, la gente no se nos quedaba demasiado.

Claro, porque les faltaba precisamente esto: el arraigo. Y aparte, estamos

funcionando todo el día en el plano mental. Llegas y es excesivo…

Nos poníamos nosotros en algo que es lo que tenía que ser finalmente. Pero claro, por ahí,

no podemos tratarlos como si estuvieran al final del proceso.

Es como llevar un coche, que no lo puedes poner a 180 así como así.

Ya empezamos a vestirlo más y a hablar más. Pero a sabiendas que el trabajo se basa en la

experiencia. Que lo otro es para acoger al grupo, generar confianza… Generar el marco

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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para poder pintar el cuadro. Pero que la integración… lo que buscamos es que pasen la

experiencia. A veces puede ir bien, según qué personas, ponerle palabras. Porque al

ponerle palabras, estructuran. Pero no siempre es así. No siempre es así…

Yo creo que llevado a lo que es la Gestalt, utilizan más el espacio de estructuración.

No sé si estáis de acuerdo… Cómo más en el espacio de Río Abierto y eso, sí. Pero lo

que es en la formación, es la experiencia y luego el darte Cuenta, cómo estás, cómo te

sientes… Y todo eso es estructuración de lo anterior, de la experiencia.

Claro, pero si yo me cojo no una formación de Gestalt, sino un grupo de trabajo gestáltico,

una de las herramientas principales es el vacío.

Sí, el vacío… Que es fértil.

Entonces ahí, como que darle a la persona… Como hables en el vacío, hay la posibilidad

de que algo acontezca. De decir: “a ver, por qué me voy a poner aquí yo a darle

explicaciones cuando…”. Bueno, ya se autorregulará ella, como que el organismo ya lo

regulará. Pero, claro, eso es un futurible. El explicarle más, es más el atenderle para que

pueda llegar ahí, pero la finalidad sería esa, que ya integrará. No se puede hacer la

digestión por él.

Por ejemplo: hay gestaltistas que el punto fuerte lo tienen en la terapia individual en

grupo. Entonces, entienden que se ha de trabajar la terapia individualmente dentro del

grupo, y son pequeños trabajos. Que pueden movilizar o tocar a los otros. Pero si te metes

en el aspecto grupal, y ahí lo que buscan es el enfoque de trabajar con el grupo, en el

grupo… y ahí ya trabajará la persona. Entonces lo que buscan es que la persona recupere

la espontaneidad, y continuamente la están metiendo en la espontaneidad, la

espontaneidad, la espontaneidad… Y esos no trabajan mucho la individual, no buscan el

impacto directo. Es como si pusiera más hincapié en la confianza y en que la persona se va

a ir regulando. Entonces genera mucho más vacío, experiencias muy abiertas. Y el gran

entrenamiento para eso, la herramienta, es el juego. Hacer jugar a lo que sea: a la gallina

ciega; a que vamos a ponernos la mitad con los ojos vendados y desnudos del torso para

arriba, y la otra mitad van a ir dando vueltas y les van a dar un masaje y saber quiénes son,

y tenéis que distinguir tactos diferentes, y ahora se van y los que hemos recibido vamos a

cotillear cómo ha sido esto, y después va a ser al revés… O sea, experiencias desde algo

muy… Y ahora a ver si yo adivino quién ha sido… O que me vuelvan a tocar, pero esta

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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vez con los ojos abiertos… Como juegos, muchos, de sensibilización. En fin.

Entonces, el gran entrenamiento da “permiso”: se puede, se puede, se puede, se puede…

Hasta que el grupo, toma las riendas y entra en lo espontáneo. Y ahí yo no veo que haya

mucho a verbalizar.

Pero la reflexión sería “para qué me ha servido”. ¿O ni eso, para ti?

Yo creo que ni eso. Porque “para qué me ha servido”… Bueno, si me lo cuentan dentro de

un mes… El “me ha servido” hay que esperar que pase algo fuera. Entonces, preguntarle

después de la experiencia “para qué me ha servido” la experiencia es como alguien que

compra un taladro y antes de que lo saque de la caja le preguntan “para qué te ha servido

el taladro”. Y contesta: “para qué me servirá, en todo caso”. El reflexionar sobre qué

posibilidades tiene abrir algo, ¿no?

Uno sería que has facilitado la sensibilización, y otro sería tomar conciencia de que

“cómo me gusta”, y eso me facilita las ganas de repetir. O al revés, no quiero que me

toquen nunca más, ahora me doy cuenta de que no quiero que me toquen más. Yo,

por ejemplo, el último masaje ayurvédico que me hice, decidí que nunca más me

tocaban…

Ja, ja, ja…

Y para mí fue un Darme Cuenta importante, que se iba dando conforme pasaban los

minutos… Estaríamos hablando de cómo opera el Darse Cuenta: directamente desde

lo espontáneo, o a mí me gusta desde el espacio de estructurarlo un poco más.

Claro, hay personas que al ponerle palabras es cuando lo fijan. Se cierra el broche.

¿Habéis hecho alguna vez algo de movimiento auténtico?

Yo, en el SAT. Pero tiene que ser con grupos que hayan trabajado por lo menos un

añito. Porque si no, los dejas ahí, y te miran como diciendo: “no entiendo nada, esta

mujer se ha vuelto loca”…

En el juego, lo mismo.

Y por eso no te entendía… El movimiento auténtico es como dejarlos en el vacío, y

que emerja. Que emerja lo inconcluso. Y que se vaya autorregulando. Es esto. Y la

comprensión sí que se produce en el momento en que se está haciendo. Por eso creo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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que estabais hablando de…

Es como un momento final.

Pero tiene que ser una experiencia con gente que haya tenido un rodaje previo, al

menos de un año. Si no… En el SAT, lo ponen en el cuarto año. ¿Por qué? Porque la

mayoría de la gente no accede directamente a ese tipo de Darse Cuenta.

Yo hice esta semana un día, con mi grupo de movimiento. Después de 4 meses. Y claro,

bien. Pero llevaban 4 meses.

Y cuatro meses de movimiento. Pero si no, cuesta mucho.

Por ejemplo, el juego más espontáneo en una dinámica de Gestalt, tiene un recorrido.

Juegos más pautados…

El fin de semana de Ludo, los juegos que hicimos, ahí sí que era más teatrera la

cosa… Pero bueno, una mujer teniendo que hacer de Coto Matamoros, ahí se dio

cuenta que le encanta incluso pegar si es necesario.

Por eso yo la reflexión que me hago es: cuánto yo aprendí jugando… Y como que no me

tenían que parar para decirme: “¿qué has aprendido?”. Aunque no me diera cuenta, yo

aprendía. Pero parece que al adulto, nos tienen que segurizar más. Y está bien que nos

seguricen.

Es que los adultos tenemos mucha más adulteración que en un niño de 5 años…

Claro, y los niños necesitan mucho contacto. Luego está el ponerte a jugar con ellos y

valorar lo que están haciendo. Si un niño está destruyéndolo todo, cómo volverlo a montar

o construir para que lo vea y aprenda que hay otra posibilidad, no sólo destruir. O que está

solo…. No sé… La intervención es importante, porque son…

Me gustaría una frase esencial para concluir. Tú como terapeuta experimentado que

has pasado por muchas fases… ¿Cuánta Gestalt se puede aprender jugando?

Si el terapeuta sabe jugar, toda.

O sea, que se aprende Gestalt si el terapeuta sabe jugar… ¿Y qué tiene que ver, que

el terapeuta sepa jugar, para que se aprenda Gestalt? ¿Cómo lo relacionas?

A mí, quien más me ha hecho jugar ha sido Marcelo. Claro, es un terapeuta caótico, con lo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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cual da todo el permiso del mundo. Si yo me miro la Gestalt, no es un tipo de terapia

apolínea; es un tipo de terapia dionisíaca: de experimentar, de gozar, de probar, de darte

permiso, de no cortar… Se apoya mucho en… déjatelo sentir, pruébalo, experimenta… Es

una terapia permisiva. Hedonista. Y lo hedonista… es juego. Es experimento. El problema

de las polaridades: has de jugar a ir al otro lado. Y si no es desde un lugar hedonista, o

lúdico, o dionisiaco, no vamos a ningún sitio. A mí me lo parece así.

Si pilláis libros por ahí, lo califican como una terapia hedonista. Entonces, si el terapeuta

no tiene un poco esa actitud, no va a facilitar la exploración. La Gestalt “a golpe de pito”,

no… Es como potenciar lo exploratorio, potenciar seguir la experiencia, no interrumpirla,

conectar con la necesidad e ir hacia lo que te la cubriría o saciaría. Es más una terapia de

“sigue adelante, no interrumpas; lo que estás viviendo, vívelo”. Al menos la Gestalt que yo

recibí.

Yo por eso creo que un terapeuta que es más permisivo, que permite jugar más, te puede

confrontar, pero te puede confortar desde el permiso. Y “confrontar” no es “machacar”. Es

más… Se puede confrontar, pero primero ha de apoyar. Mi visión es que es algo más de

permiso, de experiencia… más desde lo dionisiaco. Me parece…

Sí, sí, sí… Lo que nos interesa es tu punto de vista. Muchas gracias Javier por tu

aportación. Hemos disfrutado mucho.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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CONCLUSIONES FINALES

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL JUEGO.

Jugar ha sido durante mucho tiempo lo opuesto a trabajar: perder o matar el

tiempo, arriesgarse, hacer chiquilladas. Esta dicotomía ocio-trabajo, como si fueran

dos polaridades enfrentadas, sin posibilidad de integración.

El juego es un elemento básico de nuestra condición humana. El juego, como

modo de vivir en el presente, va con la apertura sensorial, con la plasticidad

conductual y con el gozo de existir.

En algunos yacimientos arqueológicos se encuentran piedras que simbolizan

muñecas al lado de esqueletos de niños y niñas. Esto indica que el juego como tal,

es decir, la imitación de los roles de los adultos, es inherente en el ser humano.

A través de todas las culturas, los juegos, tanto los competitivos como los lúdicos,

han sido una forma de acercarse a las personas y a los dioses. Así como ha hecho

que al final, en algunos rituales, se haya fundido juego y trascendencia: se ha

pasado de ceremonias donde hay bailes y juegos a ceremonias trascendentes que

contactan con la parte más existencial.

UTILIZACIÓN Y UTILIDAD DE LOS JUEGOS EN LA TERAPIA GESTALT.

Uno, en un primer nivel de lectura, tiene que ver con la sensibilidad, el placer y la

integración senso-motora. En una palabra, con la diversión.

En el segundo aspecto existe un consenso general: el juego es el comportamiento

explorativo por excelencia, el ejercicio que mejor permite experimentar y poner

a prueba las propias capacidades.

Y, en tercer lugar, el juego es metafórico por su misma naturaleza, por el hecho

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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de que nace de una operación de comparación entre “figura y fondo”, y de este

modo define el marco de una situación interactiva.

EL JUEGO Y EL DARSE CUENTA

Desde la Gestalt y el juego lo que realmente se pretende es conseguir explorar

situaciones nuevas e inimaginables para cada persona, expandir los niveles de

conciencia y así poder llevar a la gente a lugares, mundos, universos, galaxias a los

que ellos por sí mismos no hubieran llegado, profundizando en espacios a los que

les hubiera sido difícil acceder.

Con el juego, lo que conseguimos es que la mente cada vez este más quieta y se

vayan despertando los sentidos. Como dice Perls, con el juego buscamos que las

personas pierdan su control sobre sus actos ya conocidos. Con el juego

conseguimos que las personas vuelvan otra vez a la sencillez del niño, buscamos

que conecten con las ganas de dejarse asombrar por las cosas que van aconteciendo

en día a día.

LA AUTORREGULACIÓN ORGANÍSMICA

En el juego, la autorregulación organísmica es la siguiente: no predomina la mente,

ni el cuerpo, ni la sabiduría innata del ser, ni el conocimiento, ni la emoción, ni la

mano, ni el pie… Ninguno de los factores implicados en el juego tiene un papel

más importante que el resto. Simplemente se confía en esa autorregulación, que en

cada momento gobernará el elemento de nuestro ser que va a ser más adecuado que

actúe.

El organismo no elige desde la mente qué va a hacer, ni lo elige la mano, ni

ninguna a otra parte: el organismo se vierte a la vida y deja, simplemente, que su

propio fluir le lleve a la mejor solución en ese juego. Dependiendo de las

características de lo que en ese momento se esté viviendo, tomará protagonismo

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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uno u otro: en juegos de estrategia, la mente tomará el poder; en juegos de

intuición, esa sabiduría innata por la cual el bebé sabe cómo y para qué debe

agarrarse al pezón de la madre; en juegos de velocidad, las piernas se pondrán en

movimiento en la dirección que sea.

“Porque con un awareness pleno, uno se da cuenta de esa autorregulación

organísmica, uno puede permitirse que el organismo se haga cargo sin

interferir, sin interrumpir, podemos fiarnos de la sabiduría del organismo.”

CÓMO TRABAJAR GESTÁLTICAMENTE CON LOS JUEGOS

“la única obligación que tienen las personas es la de experimentar,”

Cada persona entra donde quiere o puede, y no podemos ni debemos obligarla a

llegar a un objetivo que nosotros los terapeutas nos hemos propuesto de antemano.

Por ejemplo, lo importante en el juego es empezar y llegar hasta donde la

experiencia lo permita, y es precisamente en ese lugar donde la persona puede

encontrar la información necesaria para ese momento, para ese presente.

El terapeuta que coordina o dirige el grupo, tiene que estar en un Darse Cuenta

constante y prestar atención a cómo está la gente para desde ahí poder escoger el

juego idóneo para ese momento.

LA EXPERIENCIA DEL TERAPEUTA EN EL JUEGO.

“Cuanto más trabaje el terapeuta con los juegos, experimente y se

familiarice con ellos, más creativo será en la manera de hallar modos para

adaptar estos juegos a su situación, inventando nuevos experimentos y

utilizándolos en todo lo que usted haga.”

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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Si el terapeuta no se permite una actitud de juego y lúdica no va a facilitar la

exploración. Es como potenciar lo exploratorio, potenciar seguir la experiencia, no

interrumpirla, conectar con la necesidad e ir hacia lo que la cubriría o satisfaría.

Un terapeuta que es más permisivo, que permite jugar más, puede confrontar, pero

puede confrontar desde el permiso, más desde lo dionisiaco.

TERAPIA GESTÁLTICA Y CREATIVIDAD

“La creatividad es la ruptura de límites, la afirmación de la vida más allá

de la vida, la vida moviéndose más allá de sí misma.”

Es como la celebración de lo divino en lo humano, en lo cotidiano, en el cuerpo, en

el ser. Si algo tienen de común las diferentes religiones y filosofías orientales

(hinduismo, budismo, sufismo etc.) es su estrecha relación entre Creación y juego.

Concretamente en el hinduismo se habla con frecuencia del “Lila” o juego divino,

en el sentido de que toda la creación del Universo es para el Creador precisamente

eso: un juego donde poder manifestar todo su potencial de creatividad, de

diversidad. Cuando nosotros estamos co-creando, estamos expresando

precisamente esto mismo: es como un acto de comunión y devoción entre lo

humano y lo divino.

“La terapia guestáltica es realmente un permiso para ser

creativo.”

Lo importante aquí, en la creatividad terapéutica, es poder darse el permiso para

ser lo que realmente se es, accediendo desde allí a un sinfín de posibilidades

creativas.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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EL NIÑO INTERNO

“El juego es la forma que adopta en el niño la improvisación dramática. También

es más que eso. A través del juego somete a prueba a su mundo y aprende sobre

él, y por lo tanto, es esencial para su sano desarrollo. A través de la seguridad del

juego, todo niño puede ensayar sus propias nuevas formas de ser. El juego cumple

una función vital para él. Es mucho más que sólo la frívola, liviana y placentera

actividad que los adultos generalmente piensan.”

“Todos nosotros hemos sido niños una vez y, aunque quizá no nos demos cuenta,

llevamos ese niño dentro de nosotros, como un aspecto del sujeto que somos.”

A menudo, durante el transcurso de alguna sesión suele aparecer este niño-a

interno-a, pidiendo o necesitando atención. Es importante para el desarrollo

integral de la persona que asiste a terapia el poder trabajar con su propio niño o

niña, al menos durante los primeros estadios.

Trabajar con nuestro niño-a es como si a la hora de restaurar una casa antigua,

revisáramos con detenimiento cómo están sus pilares, sus cimientos, sus vigas.

POLARIDADES Y CONFLICTOS

“Tengo para mí que el sine qua non del conocimiento, la felicidad y la

existencia del hombre debe buscarse en la idea de reconciliación de las

diferencias.”

La clave de la felicidad y de la salud integral está en la unificación de las

diferencias, de las distintas polaridades que albergan en todo ser humano.

Vivimos en una sociedad polar que da preponderancia a una de las partes frente a

la otra: salud contra enfermedad, vida contra muerte, felicidad contra tristeza,

diversión contra aburrimiento, etc.

A través de la experiencia que los juegos van ofreciendo, a la persona le es fácil y

poco doloroso tomar contacto con partes de ella que estaban negadas, a la vez que

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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de lo divertido pueden pasar a un trabajo de “darse cuenta” y de ser conscientes de

aspectos suyos realmente profundos: “de lo lúdico a lo lúcido”. De esta manera,

irremediablemente el tránsito por lo divertido te lleva inexorablemente al otro

extremo: a la seriedad que conlleva toda terapia que se precie. Curioso y

paradójico además de fácil.

EL CICLO DE LA EXPERIENCIA DEL APRENDIZAJE A TRAVÉS DE JUEGOS

El Ciclo de la Experiencia, al igual que un juego, es un enfoque dinámico que

ayuda a comprender cómo a partir de un impulso se desarrolla y se realiza y luego

desaparece del primer plano, al igual que una necesidad.

A partir de la experimentación y el juego podemos decir que reproducimos en el

juego el mismo enfoque dinámico que cuando nace una necesidad. Es decir, todo

comienza con una sensación por la percepción de un cambio en la relación con mi

entorno, aunque el entorno no cambie. A través de la propuesta de juego, con sólo

este hecho, sin que mi entorno modifique, ya he adquirido una percepción del

entorno distinta, aunque nada haya cambiado.

DE LO LÚDICO AL DARSE CUENTA

Lo lúdico nos conecta con una parte de espontaneidad y con la búsqueda de la

satisfacción, con la búsqueda del contacto, con la alegría. Es en cierto modo el

paso a lo sagrado, a lo contemplativo. Es como si buscáramos una realización

como punto culminante, es decir, la explosión de la alegría, lo que nos hace

retirarnos para sentirnos plenamente satisfechos.

Es decir, en la búsqueda de la satisfacción, lo lúdico transmuta en lúcido: de una

actitud de juego pasamos a una actitud de conciencia.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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CÓMO SE JUEGA EN LA TERAPIA GESTALT

Los juegos vienen a ser metáforas de la vida. Refieren situaciones que guardan

analogías o cierto nivel de similitud con dificultades o problemas que podemos

enfrentar en la vida cotidiana. El hecho de enfrentar conflictos desde el jugar

permite una disposición en un óptimo estado de recursos.

Vivir el jugar, darnos cuenta de nuestra sensaciones, de nuestros recursos, re-

encontrarnos con aspectos de nosotros mismos que muy a menudo solemos dejar

de lado, es tener la oportunidad de experimentar la vida de una forma más plena.

LA GESTALT Y EL TEATRO EN LA CONDUCCIÓN DE GRUPOS.

El juego con elementos teatrales tiene como finalidad recuperar numerosos roles

que nos pertenecen, entre ellos, la posibilidad de recuperar la ingenuidad, es decir,

el “no saber”, el dejarnos sorprender.

El teatro utilizado en la terapia Gestalt es también una forma de jugar, un “como

si” de transitar otras polaridades desde un aspecto de experimentación y juego.

Tiene que ver con explorar lo que normalmente creemos que sería ridículo o no

gustaría: lo evitado. Cuantos más segundos nos quedemos en esa zona (vacío), más

posibilidades nos ofrecemos de entrar en contacto con la parte oscura que no

hemos explorado, a causa de su “mala prensa”.

LOS VALORES DEL JUEGO

El valor propositivo: El juego no impone: propone.

El valor sorpresivo/admirativo: el principio de autorregulación

El valor expansivo del juego: la necesidad de los espejos que nos reflejan los

demás.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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APORTACIONES EXTERNAS

Marcelo Antoni Lobos

Todo juego tiene unas reglas. Y justamente las reglas del juego tienen: “tú tienes

que hacer esto, y yo tengo que hacer esto…”. Como que las reglas anteceden al

juego. Esto es muy importante. Las reglas anteceden al juego, y tienen un objetivo.

Se va desarrollando, y habrá un punto en que habrá que finalizar el juego.

Los juegos son ante todo exploratorios.

Los juegos interpersonales… Lo que se presenta como objetivo en todos los

juegos, es que unos son exploratorios y otros son juegos para satisfacer las

necesidades.

La vida es un juego de gestionar necesidades. Necesitamos tomar, no somos

autosuficientes, somos autodependientes.

Javier Muro

El juego como experiencia, y fuente en el propio juego. Pero no como algo sólo

divertido sino como algo terapéutico en sí mismo.

El juego sin recogida, integrando la recogida dentro del propio juego. Es una

experiencia real.

El cuerpo, que es algo fenomenológico, y el juego también es algo

fenomenológico.

El juego lo que le proporciona a la Gestalt o a cualquier terapia es que pone a la

persona fuera de su propia mecanicidad. Le saca de lo que habitualmente hace, lo

pone en otro marco, le da otro encuadre.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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El juego es el mejor “como si”. El “como si” es un juego gestáltico… y el juego,

de hecho, siempre es un “como si”. Sería uno de los juegos por excelencia de la

Gestalt, el hacer “como si”.

El juego es un recurso didáctico por excelencia. Puedo emplearlo en una formación

de una forma didáctica, porque permite que la persona aprenda jugando, aprenda

de la propia experiencia. ¿Cómo hacemos que la persona aprenda de la propia

experiencia? Jugando. Armándole un juego, armándole una experiencia. Ahí

aprende.

Lo que buscamos jugando es: que la persona recupere la espontaneidad.

Se crea un espacio de autorregulación donde el juego es un gran motor, que

permite entrar en lo espontáneo, y que entre el grupo en madurez.

¿CUÁNTA GESTALT SE PUEDE APRENDER JUGANDO?

Si el terapeuta sabe jugar, toda.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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ANEXO 1 .

“La Contra” de La Vanguardia, 1 agosto 2006

“¡La vida es un juego!: tú juega hasta el final”

Entrevistador: Víctor M. Amela.

Entrevistada: Imma Marín, educadora especialista en juegos.

Tengo 49 años, nací en Barcelona y vivo en l’Hospitalet. Soy maestra,

educadora, diseñadora de juegos, promotora de juegos… Estoy casada y

tengo tres hijos, Mariona (26), Ariadna (23) y Pau (20). Soy una

decepcionada de la política. Soy cristiana, seguidora de los valores de Jesús.

Lo que más me gusta es jugar… El humano es un ser que juega.

DEMOCRACIA

Cuando en el “cole” preguntaban a sus hijos a qué se dedicaba mamá, ellos decían:

“¡Al juego!”. “¡Y los profes me tomaban por ludópata!”, ríe ella. Consultora

pedagógica, vive del juego y jugando: lo fomenta como herramienta educativa,

anima ludotecas, imparte cursos y másters, asesora a fabricantes de juguetes y

juegos, introduce juegos en las prisiones: “¡Les encanta el juego del Uno!”.

La contratan escuelas de directivos (¡hay juegos que fomentan el liderazgo!) y

empresas: “Con juegos, fomentamos la relación entre trabajadores, entre

departamentos”.

Con Marinva (www.marinva.es), su empresa, ha inventado juegos, incluido uno

encargado por la judicatura dominicana para difundir el nuevo código penal; otro

que enseña democracia… ¿Quién ganará la partida en 1-N?

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¿Qué juguete es el más antiguo que ha conocido?

Apareció en un yacimiento prehistórico congelado: una piedra envuelta en una piel.

¿Qué juguete era ese?

¡Una muñeca! Alguna niña o niño de la Edad de Piedra jugaba a mimar, acunar, cuidar a

su bebé…

Es emocionante…

El juguete existe desde que existe el juego, y el juego existe desde que existe el ser

humano. O más allá.

¿Más allá?

Muchos animales juegan durante su formación, pero el ser humano juega toda la vida.

Homo Ludens: ¡así nos bautizó el estudioso Huizinga!

¿En qué consiste jugar?

En hacer algo por el placer de hacerlo, hacerlo libremente y sin esperar ganancias, sólo por

el reto que entraña, por la alegría que procura.

¡Me entran ganas de ponerme a jugar!

Esa es la actitud. Yo juego siempre. Usted y yo, ahora, estamos jugando, ¿no lo ve?

Juego a preguntarle si la vida es juego.

¡La vida es juego! ¿Qué otra cosa? “El hombre sólo es verdaderamente humano cuando

juega", dijo el poeta Schiller. La especificidad humana, más que razonar, ¡es la de jugar

por jugar, la de gozar de su vida!

A veces el juego no es nada fácil…

La vida tiene muchas partidas… La vida te reparte unas cartas, es cierto, pero quien decide

cómo las juega, eres tú. ¡Juega!

Eso lo escribió Shakespeare, creo…

¿Sí? Pero no todos saben jugar, gozar la vida: haber jugado de niño enseña a superar

frustraciones, a disfrutar de la relación con el otro, a sacar jugo de todo… Jugando se

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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aprende a vivir. Pero si no se ha jugado…

Todos hemos jugado.

Pues me apena mucho ver que las estadísticas revelan que los niños están dejando de jugar

cada vez más tempranamente.

¿A qué edad?

Hacia los once años. Ansiamos que los niños sean mayores y por eso penalizamos el

juego: “¡Deja de jugar!”, “eso es de niños”, “a ver cuándo te haces mayor”, y así…

¿Y qué deberíamos decirles, mejor?

Deberíamos contagiarles una actitud juguetona: echarles una carrera, jugar con ellos a lo

que sea, que la actitud de jugar permanezca… Así verán que ser adulto no equivale a dejar

de jugar. ¡Juega siempre, juega hasta el final!

Pero tenemos trabajo, no hay tiempo…

¿No hay tiempo para disfrutar la vida que te ha tocado, hasta el último día? ¡Jugar es vivir

la vida que tienes! Si de niño gozas viendo girar una peonza, de mayor gozará con una

puesta de sol, disfrutarás de todo lo que venga, aunque seas muy viejecito…

¿Cuál es el juego más universal?

Quizá esa peonza… Existe desde hace más de 2.500 años en todos los tiempos, lugares y

culturas…

¿Por qué será?

Proporciona el goce de un movimiento bello: es una puerta abierta a misterio de la

belleza…

¿Hay más juegos sin fronteras?

Seguir al rey (o a la reina, o a la madre…): este es un juego, ¿ve? Que enseña empatía,

enseña a ponerse en la piel del otro.

Señáleme otro juego ancestral.

Lanzar una taba (es un hueso, el astrágalo), que al caer podía quedar en diversas

posiciones. Se usaba para augurios o para apostar. De ahí derivaron los dados. ¡Los

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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romanos fueron unos fanáticos de los dados!

Se jugaron la túnica de Jesús en la cruz…

Pelotas, muñecas… En India, en 2.500 años a.C., nacen el ajedrez, el parchís, el

backgamon…, que luego se expandirán por todas partes. O el carrom, que nace en Egipto

arraiga en India.

No lo conozco.

Se juega en un tablero con cuatro agujeros en las esquinas, hacia los que dos jugadores

empujan las fichas. En India lo juegan en todas partes, en la calle… ¡Los adultos! Los

niños miran, esperando crecer para jugar.

No veo aquí a los adultos jugando en la calle…

Nos autolimitados, nos amputamos…

¿Cada juego refleja una cultura?

Sí. En África juegan al mandala o aweles, un madero con cuencos y con piedritas… que

simbolizan campos, y gana el que se queda con las del otro: es propio de una cultura

agraria. En Japón juegan al “go”, consistente en acorralar las fichas del otro, y en China

juegan al ajedrez chino: juegos belicosos...

Nosotros, capitalitas, ¡al Monopoly!

¡Apasionante juego! En verano guardo bajo llave las partidas inacabadas con mis hijos

para seguirlas al día siguiente…

Compre las casillas naranjas y ganará.

¿Sí? Le devuelvo el consejo: ¡no deje ganar a sus hijos! Así aprenden a aceptar el azar, a

perder: ¡son defensas ante la frustración!

¡Eso sí les será útil para la vida adulta!

Mejor curtirse jugando en casa, ¿verdad? Eso le hará luego personas más alegres. Y

respetuosas: así aprenden que hay límites. Ah, y pacientes: aprenden a esperar su turno.

Aconséjeme más juegos.

Todos los que le apetezca: el Memory (encontrar parejas de cartas), el dominó, las cartas

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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del Uno… Jugar con los hijos establece vínculos emocionales que sería imposible

improvisar luego, cuando ya sean adolescentes.

Y el amor, ¿también es un juego?

¡Y el sexo! No olvide los juegos de cama…, en los que lo mejor son, siempre, los juegos

preliminares, ya sabe…

Pues ¡a jugar!

Sólo es creativo quien juega. Ya dijo Platón: “se conoce más a un hombre en una hora de

juego que en un año de conversación”.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

323

ANEXO 2 .

Conversaciones informales

de un grupo de Crecimiento Personal

Este grupo lo llevamos a cabo durante el transcurso de los años Octubre del 2004 hasta

Julio del 2005. La entrevista la realizamos en un principio a modo de prueba, sin saber

aún si la incluiríamos o no. Posteriormente, cuando estuvo transcrita nos gustó lo informal,

lo espontánea que resultaba y desde ahí decidimos añadirla a nuestro trabajo desde lo que

era: una conversación informal acerca del “crecer” diario.

Ahí va la trascripción de la charla:

Judith, 31 años, publicista.

Helena, 34 años, pintora y profesora de dibujo y pintura.

Carme, 49 años, trabaja en la Administración Pública. Ha estudiado psicología y

cerámica.

Chelo, 47 años. Profesora de Enseñanza Secundaria

Marta, 29 años. Psicóloga.

Eva, 33 Años. Comercial.

José Antonio, 35 años. Actualmente está “probando” diferentes profesiones,

tomando lo que llega a través de la vida.

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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JUDITH: Lo que me he encontrado es, producto quizás de apuntarme con una decisión

muy clara y firme de que lo quería hacer y sin saber bien en qué consistía un curso de

Crecimiento, me he encontrado con un contenido teórico mucho más profundo del que me

esperaba, en el sentido de que todas las sesiones y dinámicas que hacemos tienen detrás un

buen material de consulta en forma de apuntes. Para mí es un cambio respecto de las

anteriores terapias o cursos que he hecho. Añadido al tema de los “quereres”, de llevarte a

casa trabajo para reflexionar. Es la principal diferencia entre lo que esperaba y lo que he

encontrado.

NELA: ¿Esto lo consideras como cosa a mejorar o como positivo?

JUDITH: yo creo que es OK, ya que es coherente con la finalidad y la dinámica y

objetivo. Es necesario, ha de ser así.

EVA: Yo por ejemplo en el mismo trabajo me lo estoy notando; a la hora de llevar a mi

hija, me lo estoy notando… O sea, me lo noto más en el día a día que durante el rato del

curso.

JOSÉ ANTONIO: Bueno, a ver… ¿Qué espero yo de Crecimiento? En principio, crecer.

Lo que pasa es que ha sido un poco chocante para mí. Después de estar un tiempo allá

arriba en el Monasterio (José Antonio estuvo residiendo alrededor de un año en un

Monasterio Budista) pues prácticamente vine aquí y hablé con Ferran porque venía

decepcionado, en el sentido de que había descubierto que espiritualidad y religiosidad no

tenían nada que ver. Y él me dijo: “apúntate a Crecimiento” y le dije: “Bueno, ¿pero ahí

me resolverán esa parte espiritual? Si yo prácticamente estoy solo… Y me apunté por mí.

Para crecer. Y después, para relacionarme con el resto de la gente. Da igual que sea en el

trabajo o en el contexto que sea. Y estoy buscando más herramientas para ser yo mismo,

nada más. En referencia a mis expectativas, lo único que quiero es crecer y aprender más

herramientas para ayudar al resto de la gente. Y me está sirviendo, por supuesto, a mi

objetivo.

No me he puesto ninguna expectativa, porque lo mío es que lo tengo que hacer y lo hago.

No tengo nada que pensar. En todo caso será al final, una vez terminado, que pueda decir

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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algo.

HELENA: he encontrado un vínculo muy directo que no me esperaba con mi trabajo en

concreto. Yo doy clases de dibujo y pintura y no esperaba encontrar una relación tan

grande de este trabajo con el de Crecimiento. Cuando me pongo a hacer los “quereres” que

se nos proponen, lo he ido adaptando a mi trabajo. Y este mes estoy con una “pelota”

bestial, porque he encontrado una conexión brutal y estoy súper-emocionada. Es como

unir 2 mundos que me atraen mucho: el del Crecimiento Personal y el de mi trabajo, que

también me gusta mucho. En este sentido ha sido como una inyección de energía.

EVA: en mi trabajo… Yo tengo un trabajo que es más “material”, que es de comercial. Yo

trabajo de esto ahora un poco porque es lo que más me conviene, no porque sea lo que más

me gusta… Pero sí que este curso me da herramientas para que mi trabajo sea más

divertido, ¿entiendes? El tratar con los clientes siempre es un juego, ahora. Por ejemplo,

hoy hemos trabajado las Presentaciones; yo me presento unas 35 veces al día, y siempre

del mismo humor, ¿vale?

NELA: ¿Quieres decir que cada día presentas 35 clientes?

EVA: Buenos, más o menos…

O por ejemplo en las reuniones: los viernes tenemos reuniones en las que tenemos que

exponer lo que nos hemos encontrado durante la semana, los rapports, no sé qué más… Y

me estoy encontrando que sin querer, las llevo yo las reuniones. Y si yo no voy, por lo que

sea, porque la niña está mala, porque tengo algún tipo de contratiempo, pues o no hay

reunión o acaba mucho antes. Pero está creciendo así como un mito en la empresa porque

si no… ¿Me entiendes?

NELA: Si no, ¿qué, Eva?

EVA: bueno, uno dice que se le hace muy aburrido, otro dice que se le hace muy largo…

Entonces, claro, todo eso es a partir de las herramientas que he sacado de aquí. Todo eso

sí, ahora… ¡no me pidas que lo escriba…! ¡Vaya tortura!

NELA: no, mujer, por eso he venido con esto (señalo la grabadora)…

JUDITH: yo todo lo que decía Eva, en la sesión de hoy precisamente, cuando nos han

explicado la relación entre la palabra “Presentación” ligado al significado de la palabra

“regalo”… Buff, para mí ha sido un flash, uno de los más fuertes. Yo trabajo en una

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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empresa de publicidad, es un trabajo bastante estresante en donde parece que lo que más

cuenta es la rentabilidad y la productividad… Y muchas veces se hacen las cosas

fingiendo muy conscientemente, fingiendo papeles y roles que sabes que son fingidos y

creados ex profeso para ese momento, para esa situación. Y a mí es una cosa que

personalmente me desgasta bastante, el tener que fingir o construir un estado de ánimo o

un personaje que no soy en ese momento. Y simplemente el hecho de tomarme las

presentaciones como un regalo me va a ayudar a relajarme bastante a la hora de

enfrentarme a esas situación que, quizás, la manera como está planteada no es la más me

gusta a mí, pero le puedo dar una vuelta muy positiva con el sentido de “regalo”.

MARTA: Una de las cosas que veo desde que estoy haciendo Crecimiento… creo que he

interiorizado o al menos soy más consciente de que lo hago, es por ejemplo cuando hablo.

Es decir, no lo veo tanto en la aplicación a nivel laboral, como decís vosotras, sino a nivel

más personal. Por ejemplo en mi relación con mi pareja, ¿vale? O con mis amigos. Y lo

veo básicamente en el lenguaje, en cómo expreso las cosas. En principio yo tenía

tendencia a hablar desde el “tú”: “porque claro, cuando te pasa… Cuando dices…”. Y

realmente ahora, no: es “Yo hago”, “Yo digo”… O sea, “YO”. Y me gusta… Y me doy

cuenta de que cuando escucho a los demás, la gran mayoría de la gente habla desde el tú,

incluso cuando están hablando de ellos Y pienso: seguro que si no hubiera hecho

Crecimiento, no me habría dado cuenta.

NELA: y cuando hablas desde el tú ¿qué es lo que estás evitando?

MARTA: pues el tomar partido, ¿no? El responsabilizarme… Es como que dices algo pero

como de pasada… Y no, ahora es “yo digo esto” y “yo hago esto”.

HELENA: es que cuando te responsabilizas de ti mismo, creces con autoestima sólo

cambiando el lenguaje que utilizas. Es brutal, como tu propia estructura te cambia sólo

cambiando la manera de expresarlo.

CHELO: a mí lo que me ha cambiado muchísimo con todo el tema de los juegos es el que

he vuelto a recuperar mi sentido del humor. Era una cosa que tenía súper-olvidada: todo

era muy serio, todo era muy rígido… Bueno, ahora llevo unos meses que al recuperar este

sentido del humor disfruto un montón de las clases con los chavales, me río muchísimo…

Yo entro en las clases ya riéndome. Antes era la rígida y seria y ahora, además, lo noto: los

chavales, por ejemplo, los de Primero de Secundaria, ya están esperando a que llegue yo, a

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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ver qué les voy a contar hoy, qué locura les voy a contar o de qué manera les voy a dar la

sorpresa del día.

NELA: Chelo, ¿qué edad tienen los alumnos de Primero de Secundaria?

CHELO: Pues entre doce y trece años. Sobre todo con un curso que tengo muchas horas

con ellos, sobre todo por las tardes. Las tardes eran horribles a principio de curso, ¿no? Y

ahora lo que pasa es que pasan rapidísimas. Yo ahora esta semana pasada que he estado

enferma, que he estado sin ir al “cole”, pues ya me dijeron que estaban añorados de mis

tomates, y de mis locuras, y del perderlo todo y volverlo a encontrar, ¿no? Nos hemos

reído muchísimo con mi despiste, ¿no? Bueno, pues eso, que cuando he estado una semana

sin ir, el jueves este pasado que volví por la tarde, me hicieron como un homenaje: estaban

todos sentados y cuando entré todos me aplaudieron,…

EVA: Hostia… Se me ha puesto la piel de gallina… ¡Chicos de 12 y 13 años que te hagan

eso!

CHELO: Sí, sí… Yo pensé: “ufff… alumnos de 12 años me aplauden porque he vuelto…”

EVA: es que parece imposible…

CHELO: Sí, sí, una pasada… Me emocionó tanto… Muy bonito, sí. Entonces… pues eso.

Y claro, pues les cuentan a sus padres mis locuras, que a mitad de una clase salgo del aula,

y me voy al laboratorio a mitad de lo que sea, y vuelvo con alguna cosa, lo que sea…

Siempre estoy montando el número, haciendo el circo… Pero gracias a eso hemos

erradicado el pasotismo, el aburrimiento, el estar medio dormidos… porque nunca saben

cómo voy a actuar ni qué les voy a llevar, ¿no? Entonces, se ha creado un vínculo, una

relación súper bonita. Yo disfruto un montón, ellos disfrutan, aprenden, nos reímos… Hay

ocasiones en las que hay que decir “se acabó la broma ya por el momento”, pero se ha

creado un vínculo, una relación en que ellos disfrutan un montón. Y claro, pues para mí

verles en la cara las ganas de más, y de intentar descubrir la sorpresa, el qué va a pasar

hoy, para mí es muy gratificante.

El año pasado fue terrible… Llegué al extremo de llegar a la desesperación total, hasta

tuve que coger la baja. Y pensé: “o me planteo otra manera de enseñar o no sé… Tengo

que hacer algo, porque yo así no puedo seguir”. Y empecé a aplicar ahí el tema de los

juegos y eso, y a recuperar mi sentido del humor. También aprendí a reírme de los errores,

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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no solamente de los míos sino de los errores de los chavales. Ahora sale el niño a la

pizarra, se equivoca y antes le pegaba una bronca: “¡Pero qué dices, qué haces, cómo es

que esto no lo sabes!”. Y ahora no, se me escapa la risa, tengo que hacer un esfuerzo

porque se me escapa la risa, y luego, pues igual él también se ríe y le invito a que se ría

abiertamente: “¡Venga, quién lo dice bien, que lo ha dicho mal!”. Entonces se crea otra

dinámica de que “se ha equivocado”. Bueno, pues se ha equivocado y no pasa nada, no es

tan grave y nos reímos juntos. Es algo muy rico, muy agradable.

JOSÉ ANTONIO: A mi me está ayudando muchísimo sobre todo para conocerme, ¿no?

Me sirve en el trabajo, me sirve en todas partes. En realidad, lo que me está haciendo ser

es más consciente de que todo esto lo puedo utilizar en todas partes, sin diferenciar el

contexto, ¿no? Porque sin darme cuenta, es como que soy consciente, ¿no? Lo que antes

era como que estoy desperdigado, no sé dónde estoy, ni que hacer ni nada, ahora es como

que ¡pum! Hay ese enganche con el que automáticamente conectas. Además es sin

quererlo casi, es como mágico. Es: “¡Pum!... ¡Claro, es que esto no es así, lo tengo que

hacer de otra forma!” porque sino voy a entrar en lo mismo de siempre, en la misma

dinámica, me voy a enfadar con aquel porque a mí me parece que no hace bien las cosas…

Y eso cambia tu manera de vivir.

NELA: ¿Quieres decir que lo que es automático es ese punto de conciencia?

JOSÉ ANTONIO: se está convirtiendo en automático, claro. La conciencia. Ese punto de

conciencia me dice: “¡Eh, que esto no va por ahí!”

MARTA: es que yo creo que es un camino que, una vez empiezas, no puedes volver atrás.

Una vez conoces lo que es ser consciente, no puedes volver atrás. Al menos, a mí me pasa.

Si soy consciente de que hago esto, no puedo… A ver, lo puedo hacer, puedo engañarme a

mí misma ¿no?

HELENA: lo que cambia es que tienes más decisión. Que a lo mejor la misma dinámica te

arrancaba una conducta o reacción sin pensarlo, y ahora decides. Lo que sea, puedes decir

sí, lo hago así, lo que sea, o lo cambio, y la cambias. Para mí es la clave brutal de, en los

momentos, lo que tú decías, que llega un momento en que al principio te vas dando cuenta

de que has ido cayendo en la misma dinámica de siempre, y luego dices: “Ay, mira, he

caído otra vez”. Y cuando llegan momentos en que antes de caer puedes reaccionar, es

brutal. Puedes decidir, y decir: “¡eh!“, y eso es que decides, que te sientes con el control y

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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la conciencia de lo que es y de lo que quieres hacer.

CHELO: El poder elegir… Lo de elegir ante cada situación, quiere decir esto que dice

Helena… Si quieres caer, yo qué sé, en lo que sea, o seguir adelante.

HELENA: es la conciencia de cada cosa, de cada momento…

JOSÉ ANTONIO: es que incluso a veces yo me conecto con la libertad. Te sientes libre

por primera vez en tu vida, te estás dando cuenta de que eres libre. El hecho de no entrar

dentro de todas esas porquerías que llevas encima, pues… te sientes libre. Y pienso:

“¿Cómo puede ser?” La libertad por la libertad. Ahora por fin puedo hacer y deshacer

como yo decido. Me equivoque o no me equivoque, eso es otro tema, ¿sabes? Pero me

siento libre… Y cada vez me equivoco menos, pues…

CHELO: otra cosa que también cambia mucho con los juegos, al menos para mí, es el

tema del contacto. Yo antes era una persona de “a mí no me toques, no te acerques”, de

guardar mucho la distancia personal con los otros. Interiormente si me daba mucho de

cariño y tal, pero no lo expresaba ni dejaba que se acercara nadie para expresarlo, ¿no? Y

aquí, con todo el trabajo que hacemos de grupo, que es de mucho contacto, de mucho

abrazo, me he ido acostumbrando a abrazar mucho, a tocar mucho, y no me cuesta en el

trabajo, no me cuesta con los amigos el dar abrazos. Hay a algunos que les cuesta más y

entonces pues me regulo, y es su problema, no el mío. En el fondo, también se van

habituando cada vez más a eso, a ese contacto, a ese abrazo. Es muy importante.

Además, en las relaciones, lo que también he visto es que cada vez soy más auténtica.

Tengo cada vez más claro lo que quiero, lo que deseo, y soy coherente y auténtica.

Entonces… ya no me valen relaciones de apariencias, ¿no? De quedar bien. Digo lo que

pienso y lo que siento. Y entonces los amigos, los que tengo ahora -tanto en el trabajo

como los que tengo fuera-, son relaciones que yo quiero, porque pienso que valen la pena

y además que yo he elegido por mí misma, con conciencia de querer ser parte de esa

relación. Entonces, también las cosas que hacemos y de lo que hablamos es muy diferente

también: antes hablábamos del tiempo y de chorradas y ahora hablamos de nosotros, de…

Es una conexión mucho más íntima, más auténtica.

CARME: a mí me ha ayudado incluso en la relación con mis hijas a poner las cosas un

poco en su sitio, ¿no? Y a ver que la expectativa que tú te montas no tiene nada que ver

con la realidad y que luego te hieren cosas… Vamos a ver… O sea, me está ayudando

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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porque me estoy responsabilizando de que mi dolor y lo que siento es producto de una

expectativa que yo me había montado. No porque ellas hayan hecho o hayan dejado de

hacer algo, sino que yo esperaba que hicieran eso, que me llamaran, que me dijeran, que

tal, que cual… No lo hacen, yo encima no lo pido y entonces, ¡vamos a ver! ¿Qué quieres?

Si es que la vida tampoco va así… Y todo esto me está ayudando desde la responsabilidad,

como mucho mejor, aceptándolo. Y luego… Ahora estoy en una fase que empiezo a decir

una frase… Tengo un poco de dualidad: me siento culpable y no me siento culpable no sé

si debería sentirme o no. La frase es: “Soy más importante yo que mis hijas”.

HELENA: Hostia…

(Se hace un silencio)

CARME: pero, es que me cuesta decir eso… Me cuesta.

NELA: sí, y la dices…

CARME: sí, y la digo, ya. Ya la digo. Lo que pasa es que no sé si me siento un poco

culpable aún, pero ya la digo… Digo que soy más importante yo que mis hijas. Lo primero

ha sido… no es que sea más importante yo que mis hijas, nadie es más importante que los

demás… Sería: “lo primero soy yo”. “Lo primero soy yo”. Para que ellas también estén

bien, tengo que estar bien yo. Si no, no hay manera.

EVA: muy bien, Carme, muy bien…

(Todos los presentes aplauden a Carme. Ella se ríe y los demás la acompañan)

EVA: Sí, yo lo que quería es hacer un inciso para explicar una cosa que se dice en un

minuto: mucha gente con la que yo me relacionaba…A ver, quiero decir que ha cambiado

mi manera de relacionarme, con lo cual, se han separado de mí, ¿sabes? Entonces sí es

cierto que estoy en un momento de mi vida en que estoy más centrada, más… bueno, todo

lo que hemos hablado de tener más conciencia y saber mejor qué quieres realmente y qué

sucede fuera, pero también es cierto que es un momento de mi vida en la que más sola

estoy, porque también cada vez me cuesta más encontrar gente con la que compartir esta

manera de funcionar. A mí me era más fácil encontrar gente funcionando como

funcionaba, que tal como busco ahora a las personas. Ahora soy una persona más íntegra,

más libre, pero estoy más sola. Es una soledad escogida esta vez, lo sé, y no quiero volver

a lo de antes; pero me encuentro con esto también: la soledad.

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JUDITH: yo gracias a los juegos gestálticos me he reconciliado con una parte mía que a

mí no me gustaba, a pesar de que para mucha gente es una cualidad muy buena, que es la

alegría. Cuando empecé en este centro, haciendo el curso de Crecimiento Personal,

recuerdo que una de las primeras dinámicas que hicimos era montar una especie de

pasarela con la gente sentada a los lados por la que tenías que desfilar, cada uno de

nosotros tenía que desfilar por el centro a ritmo de una música durante un espacio de

tiempo x, durante unos segundos. Después te sentabas, o no, o te quedabas de pie y la

gente te devolvía lo que había visto en ti cuando habías caminado por la pasarela. Y yo

quería que me devolvieran cosas como guapa… atractiva… sexy… Cosas así: era mi

fijación en ese momento. Y recuerdo que me dijeron: “alegría, simpatía, divertida, tal…”

Y dije: “pues vaya mierda…” (Risas). “Fíjate, vaya mierda ser alegre, fíjate”. Y ahora lo

pienso y me parece… Vaya, hasta un pecado, ¿no? Quiero decir el pensar “vaya mierda

ser alegre”. Con lo guay que es tener una persona que transmita alegría a tu alrededor.

Y entonces a través de las dinámicas y de explorar este lado de niña que yo me he perdido

un poco… Porque ahora estoy pensando en mis juegos infantiles: mis juegos han sido

mucho más intelectuales que físicos. He sido más de leer y dibujar, o de jugar al Trivial

que de jugar a cosas físicas. Entonces, esto lo he podido explorar aquí. Y he sacado ese

lado de niña traviesa, juguetona, de follón, de pegarte con la gente, contacto físico y tal, y

me ha servido para reconciliarme con la alegría. Y ahora lo digo con la boca llena: soy una

persona alegre y me encanta, y además me encanta que los demás me lo reconozcan.

MARTA: para mí la relación con los juegos gestálticos es que yo me he reconciliado con

el cuerpo, ¿vale? Yo soy muy mental y mi trabajo es sentada y tengo que trabajar con la

cabeza, ¿no? Y el cuerpo y la expresión corporal y esas cosas me cuesta un poco

reconocerlas, sentirlas, y sentir las emociones. Y que de dentro sale más. Y los juegos me

han ayudado pues a eso, a descubrir que también tengo un cuerpo, que puede expresar

mucho y que tiene esas funciones. Y creo que eso sólo se puede aprender con el juego. Ya

te pueden explicar la teoría, que si esto es así o asá, que sólo se puede aprender

haciéndolo. Ya te pueden explica teoría, que yo de teoría sé mucho… Bueno, “sé

mucho”… O no: “sé”. Es otra manera de hacerte oír, es vivirlo. Es total, si lo haces con un

juego con una dinámica, con algo de juego, de actividad lo aprendes. Si no, te quedas en lo

mental, “no baja”.

JUDITH: es que yo creo que socialmente los juegos ahora, en nuestra sociedad está muy

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enfocado a la infancia únicamente, ¿no? Y parece como que hay una edad en la que yo ya

no puedo jugar porque la sociedad ha decidido que soy demasiado mayor para jugar. Y esa

actitud le quita al juego todo el valor que tiene como modo de aprendizaje. Y creo que no

tiene que estar ceñido ni a una edad, ni a un contexto, ni a un sexo ni a un nada.

MARTA: es que se puede aprender de muchas maneras.

JUDITH: claro…

MARTA: no sólo en un pupitre, o leyendo un libro, o…

HELENA: esto justamente tiene mucha relación en lo que yo he unido con mi proyecto,

porque justamente en la educación se nos ha dado siempre mucho hincapié en lo que

conocemos como el hemisferio izquierdo del cerebro, el verbal, el lógico, el... y se ha

olvidado, como que se ha apartado, el lado derecho del cerebro al que se le atribuye lo

intuitivo, lo visual, lo perceptivo. Y para mí, trabajar con el juego y a través del juego es

como rescatar ese olvido. En definitiva, son dos formas de conocimiento que tenemos y

que, por naturaleza una -porque somos con asimetría funcional-, y por la educación por

otro lado -porque también nos ha hecho estar más anclados en el izquierdo-, pues hay una

parte de conocimiento, ya que nuestro cerebro está más especializado en adquirir los

conocimientos de una forma, y hay otra más sencilla, y no le dejamos utilizarla, ¿no? A

través del juego es como abrir ese canal y facilitarnos el aprendizaje de todo: de la vida, de

una materia en sí, de… en definitiva se amplía a cualquier ámbito.

EVA: a mí por ejemplo el tema del juego me ha gustado mucho porque muchas veces tú

eres reticente…

NELA: Eva, ¿quién es reticente?

EVA: Perdón… Yo soy reticente a reconocer o a hablar de según qué cosas mías. O en

una primera toma de contacto con una persona, yo no voy a reconocer ni sacar a flote una

serie de cosas que a mí me pueden dar mejor o peor resultado en cuanto a emociones o

sentimientos. El juego, yo me di cuenta el año pasado en la dinámica de que empezabas

con juegos muy tontos… Era divertido, ahora bailas, ahora juegas, te relacionas, te ríes…

y te vas relajando, te vas relajando… Haces un juego un poquito más profundo, pero como

ya te has relajado en el primero, ya te das un poco más. Y al final, eso tiene un contenido y

un efecto emocional que no sabes ni cómo ha llegado, porque has empezado jugando a

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juegos tan simples como el del gato: vas en pareja, y el gato tenía que tal… Y yo me lo

estaba pasando bomba y acabé gritándome con Ferran. ¿El proceso? Diversos juegos,

¿sabes? Yo creo que es una manera de ir trabajando cosas sin cortar a la gente. Y creo que

muchas veces, antes de reconocer que tienes un problema, te tienes que dar de morros con

ello. Y creo que los juegos son una buena manera de hacer que te encuentres con cosas, sin

tú ser quien lo has puesto delante, quien lo has expuesto directamente, y creo que a partir

de ahí el que está jugando no ha hecho nada concreto para sacar ese problema o conflicto

que a lo mejor ni siquiera intuía, pero ya lo ha visto. Y además de una manera muy poco

agresiva, tanto en cuanto no ha sido una persona que me ha dicho “tú eres esto” (con voz

de bruja mala), sino tú te lo encuentras. Y por eso también me enganchó esta dinámica y

por esto también yo quise hacer Crecimiento, porque esto me parecía fascinante, el

proceso de llegar a la persona, o de llegar yo, a encontrarme con algo que está ahí,

profundo, y que no siempre se ve, o no puedes, o no quieres, o no… Es una manera de que

te encuentres con ello muy poco agresiva y siempre respetándote tú. Y eso, que no ha sido

otra persona que te lo ha dicho, sino que eres tú que te lo has encontrado.

HELENA: es muy interesante que quizás esto en la vida diaria fuera muy difícil. Pero aquí

sabes que estás en un espacio en el que todos estamos trabajando para lo mismo. En un

momento dado, por lo que sea, llegas a un punto de estos en que te rompes, en que entras

en una crisis porque te has dado cuenta de algo… esa parte que socialmente esconderías,

mantendrías, mirarías de ocultar, aquí es como que puedes dejarla, verla y te permites

sacarla para poder trabajarla. Y el hecho de que la gente que te rodea está para lo mismo es

como… como…

MARTA: como unos cojines.

HELENA: sí, como unos almohadones a los lados, ¿no? que facilitan ese rompimiento

personal.

CHELO: A ver, yo había trabajado muchos años, bueno, había recibido muchos años

psicoanálisis, había estado trabajando con una psicoanalista. Lo tenía todo muy aprendido,

me conocía muchísimo pero todo a nivel mental: el retroceso a la infancia, los procesos en

mi infancia, lo que sentía, lo que… Me conocía en teoría mucho, pero todo muy mental.

Entonces, a partir de empezar aquí el año pasado, he ido viendo que a través de las

experiencias de los juegos llego a ver cosas clarísimas, con una luz tremenda, en cuestión

de muy poco tiempo. De esta manera es todo muy sencillito, ahora un juego y luego otro

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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y de repente, hostia, o se te abre la visión, o te quedas bloqueadísima, empieza a

removerse todo por dentro y ves clarísimamente una cosa que hasta ahora no habías visto.

Luego también en mi vida diaria cuando hay una situación parecida, me aparece la imagen

de este juego, eso que sentí, eso que me ayudó y puedo volver a poner en práctica otra vez

aquello que hice y aprendí , aunque a veces también pasas muy malos ratos, ¿no? pero ves

clarísimamente las cosas.

JUDITH: En una palabra….es tan gratificante, porque llegas a conclusiones… Yo he

tenido auténticas revelaciones, de aquellas de madre-mía-lo-que-acabo-de-descubrir…

EVA: ¡Y jugando!

JUDITH: Jugando… Sin esfuerzo… Y divertido… Y como es algo empírico, algo

experiencial, algo lúdico, resulta luego muy fácil llevarlo a tu vida, lo que decía Chelo.

Porque de repente, te encuentras, ¡pom! Y dices: anda, pues así puedo hacer esto que ya

hice la semana pasada, y que era un juego, y que…

MARTA: yo me acuerdo un poco de algo que me pasó el año pasado con un juego, que

realmente pensé: “Hostia, pues quizás, Marta, tienes un problema, con esto”… Era el

juego aquel, no sé si os acordáis, de “Yo sí, tú no” o “Yo sí, vosotros no”…

VARIAS A LA VEZ: ¡Sí…! ¡Bueno…! Qué fuerte fue…

JUDITH: ¡Sí, y tanto…! ¡Vaya juego…!

MARTA: yo descubrí realmente que yo tenía ahí un problema con los límites, con decir no

a los demás… Y yo sabía que tenía muchos otros problemas, ¡pero ESTE no lo había

visto…! Y fue en ese momento que, hasta incluso Ferran me dijo: “Marta, me ha

sorprendido que te pasara esto”. Y es una frase, el decir: “Yo sí, vosotros no”, pero

hostia… no podía…

CARME: sí, es durísimo.

MARTA: sin embargo, ahora yo creo que sí podría.

JUDITH: a mí me pasó lo mismo en esta dinámica. Lloré, y lloré… Y la gente incluso

cuando yo les tenía que decir “Yo sí, vosotros no”, agachaban la cabeza y adoptaban una

actitud de sumisión para que a mí me resultara más fácil el decirles “no”. Me acuerdo de

que la gente de la sala…

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La Gestalt y el Juego: una Vía de aprendizaje.

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NELA: ¿Quieres decir que se ponían bien?

JUDITH: Sí, eso, los demás me querían ayudar a que yo… Me veían tan mal, que me lo

facilitaban poniéndose más en una actitud inferior a mí para que yo me pudiera atrever,

pero imposible. En el centro de la sala llorando a moco tendido, con un compañero,

Salva… ¡Fatal! Pero yo he conseguido ya decir “eso” en algunas situaciones de mi vida.

Varias veces. Lo he dicho, ¿eh? Y lo he dicho además creyéndomelo.

NELA: ¿Cómo sería?

JUDITH: Yo sí, tú no.

CARME: el juego a mí me ha ayudado mucho en dos cosas. La primera, en el juego tan

simple como el de Zas-Zes-Pum a mí me ha transportado a la infancia pero de una

manera… Vaya. Igual que si yo fuera una niña, conectaba con aquella niña, y creo que

quizás nunca he podido jugar tanto y tan bien como ahora. O sea, es una de las cosas que

para mí han sido, y son fantásticas. Bueno, bueno, es que yo en los juegos me lo paso

“pipa”. Bailando, y esto por un lado, esto está aquí.

NELA: ¿nos puedes explicar un poco la infancia, en la que no pudiste jugar?

CARME: sí, bueno… Ya lo expliqué en mi biografía… Jugué poco. No me dejaron jugar

mucho. Pero bueno, sí, jugué pero en todo caso yo creo que me estoy divirtiendo más

ahora. ¡¡Con el Zas-Zes-Pum yo me divierto tanto…!! Y luego con los otros juegos,

aquellos más profundos, los que te plantean un problema y a lo mejor, pam, te pones a

llorar a moco tendido. Lloras a moco tendido para posteriormente trabajar sobre ello. No

tienes tiempo de colgarte en tu problema, y yo -que tengo bastante tendencia a hacerlo- me

va muy bien que sea así. En un momento de hundimiento, entras en una dinámica para que

conectes con el descubrimiento… Y eso es un punto muy positivo. Igual que te encuentras

en el pozo, ahora viene alguien, te ayuda, ya te has dado cuenta y ha hecho efecto, y… ya

no hace falta que te revuelques en ese sufrimiento mucho más rato, porque no da ya fruto.

HELENA: sí, para mí es muy importante eso. Una de las cosas para mí, volviendo al

principio, que me decidiera para hacer el curso, una de las claves fue los profesionales.

Luego, hablando de la experiencia de uno de los juegos, yo me acuerdo mucho de una

dinámica que es el traspaso por las 4 emociones básicas, lo quiero relacionar en cuanto a

lo que supuso para mí trabajar en grupo: yo había hecho 6 meses de terapia y trabajo

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personal, individual, con Susana, me había ido estupendo. Había descubierto… Quizás lo

que más recuerdo de esa terapia fue descubrir cómo mi adulta maltrata… o maltrataba… -

ya no la maltrata tanto…- a mi niña que llevo dentro, y entonces a través de los juegos y

trabajar en grupo, el juego me ayudaba a sacar a la niña y que la niña también sabe,

también puede aportar cosas positivas, no sólo la adulta y la seria, ¿no?

Esto por un lado.

Y luego en esta dinámica que decía de las 4 emociones, transitando por ellas, de lo que yo

recuerdo es que en el enfado, cuando nos pidieron el feedback de qué sentíamos y qué nos

pasaba, yo deduje mi pelota, pero la deducción que dio Marta, yo la oí y dije: “lo tuyo es

una pelota, lo suyo lo reconoces también como tuyo”. Quiero decir que a veces lo

individual, nuestra propia conclusión, a la que todavía no llegamos porque nos lo estamos

negando, otro te hace un espejo y te ves ahí y dices: “Hostia, esto me suena, esto también

es mío”. Y me acuerdo de que ese día salí del curso y me iba a la otra punta de Barcelona

que me esperaban, y con el coche entendí cómo transitaba yo con el enfado, que fue donde

me di cuenta de ese reflejo que me dio Marta, y, bueno, tuve que parar el coche, ponerme

a apuntar, de lo… de la enorme revelación que tuve. Entonces para mí el grupo aporta

esto, también: que es un espejo en el que yo, que todavía no llego, o no puedo ver algo

mío, lo veo a través de alguien.

Creo que la gracia de todo lo que voy descubriendo es intentar integrarlo como parte del

día a día. Jugar con las dos partes: con la más centrada en un momento y con la más lúdica

en otra. Y escoger, que al fin y al cabo es lo rico: escoger.

EVA: en ese momento yo creo que sin querer… A ver, yo era una persona que antes lo

decía todo, lo explicaba todo y lo justificaba todo. Y también en eso he puesto conciencia:

a veces es mejor ir haciendo e ir llevando las cosas a donde a ti te va mejor, pero con

menos ruido, de manera más discreta. Y en el trabajo a mí me está funcionando mucho.

JOSÉ ANTONIO; eso también depende del trabajo, porque yo trabajo sólo con otro chico.

EVA: sí, es verdad. Yo soy comercial, trabajo con un equipo de comerciales, ahí se presta

a ponerlo en marcha. Yo les he hablado, de Crecimiento, que hay unos cursos para trabajar

en equipo, que va mucho mejor…

JOSÉ ANTONIO: si, ya…

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HELENA: quería hacer un comentario sobre lo que dice José, que en tu trabajo no puedes

aplicarlo. Por lo que yo veo es una forma que es aplicar en tu propia vida o en el trabajo

las dinámicas adaptadas a lo que hagas, y la otra es en ti, ¿no? En cómo yo me tomo la

vida, y ahí sí que no es necesario un ambiente concreto.

JOSÉ ANTONIO: es que yo considero que en realidad, entre ambiente de trabajo y

personal no hay ninguna diferencia, es lo mismo porque en realidad quien aprende eres tú,

lo vas a utilizar tú y en principio para ti, y cómo te relacionas con los demás. Pero el

contexto también influye y yo no tengo posibilidad de hacerlo: yo tengo un compañero

que es muy cerrado, es de otro país y en el momento que se cierra en banda me pone

límites, y lo tengo que respetar, yo hago todo lo posible para mostrarle que hay otros

caminos, pero si el dice que no, ahí yo tengo que respetarle y no puedo hacer nada, ya le

llegará el momento si es que tiene que llegarle.

NELA: como se nos acaba el tiempo por hoy, me gustaría hacer una rueda, una recogida,

en un frase o dos, de cómo han afectado los juegos gestálticos a mi vida, qué han aportado.

CARME: Quererme mucho más. La autoestima me está subiendo muchísimo.

EVA: conocerme mejor, a consecuencia quererme más y ser más flexible con todo lo

demás. No sólo con otras personas sino también con las situaciones, mi hija, mi entorno,

mi situación. Me he ido flexibilizando.

JUDITH: reconciliarme con mi alegría, permitirme más fallar, equivocarme, bajar mi nivel

de autoexigencia, aceptar que soy competitiva -cuando yo decía que no era competitiva y

soy tremendamente competitiva-, e incluso relajarme en la relación con los hombres.

Como tomármelo todo más como un juego y disfrutarlo mucho más. Y con la parte sexual,

también me ha ayudado bastante a tomármelo todo más como un juego. Cuando volvimos

de vacaciones este año hicimos un par de sesiones de reenganche los de Crecimiento

Personal, algunos, y yo me acuerdo de que la pregunta era “¿Qué tal el verano?” y yo lo

dije claramente: he ligado todo lo que he querido y más, como cuando tenía 20 años,

porque he sacado la parte lúdica por delante…

EVA: sí, sí… yo no he consumado, pero sé que… si me pongo…

(Ja, ja, ja)

CHELO: a mí los juegos me han devuelto esa parte espontánea, el sentido del humor, y el

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hecho de dejar de ser tan mental y quererlo tener todo tan pensado, tan controlado, tan

organizado y dejar más fluir, ¿no? Dejar la espontaneidad libre.

HELENA: a mí los juegos y la Gestalt me han aportado aceptarme más y a través de esto

mejorar mi relación con los otros, y reconciliarme con esta parte mía de la niña que

también es válida, que también tiene y puede aportar valores.

MARTA: A mi me han permitido descubrirme, que tengo un cuerpo, que tengo unas

emociones y que las puedo utilizar para bastantes cosas. Y después, que en un juego te

planteas cuatro cosas, vas allí y te pones a jugar. Quiero decir que no está tan planificado,

¿no?

NELA: ¿Sería como confianza? ¿Dejarte ir?

MARTA: Sí, dejarme ir y no necesitar en todo momento tenerlo todo supercontrolado, no

estar continuamente pensando “a ver que viene”. Eso yo lo he aprendido...

JUDITH: ¿os acordáis del juego de confiar en la vida? Taparte los ojos, y confiar en la

vida, y andar por la sala, y confiar que en el momento que te ibas a estampar contra la

pared, siempre iba a haber alguien que lo iba a impedir, que te protegería, como un ángel

de la guarda.

HELENA: ¡…Y cada vez correr más rápido!

EVA: ¡Y el de correr con los ojos cerrados!

JUDITH: ¡Bueno, bueno, bueno…! Y andar hacia atrás…

EVA: Esos son muy duros para mí…

JOSÉ ANTONIO: mi resumen ha sido conocerme más, ser más auténtico sobre todo, ser

yo. El autoconocimiento y a través de ello conocer un poco más a los demás.

NELA: muy bien, muchas gracias. Me gustaría poder seguir otro rato con esta charla,

porque están saliendo cosas muy interesantes y parece que hay mucho que decir todavía.

En otro momento seguimos, con grabadora o no… Gracias de verdad.

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