Minimo Vital Empresarial
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DERECHO HUMANO AL MINIMO VITAL
EMPRESARIAL
M. en D. Daniel Reséndiz Barajas
Licenciado en Derecho.
Especialista en Derecho Corporativo.
Maestro en Derecho Constitucional y Amparo.
UNAM, FES Aragón.
Universidad de Cantabria España.
Barra Nacional de Abogados.
@nhanhel
marzo del 2014
UN ANÁLISIS DE LAS RAZONES Y FUNDAMENTOS DE POR QUE EL DERECHO HUMANO AL
MINIMO VITAL DEBE SER APLICADO A PERSONAS JURIDICO COLECTIVAS DE LA MISMA FORMA
QUE A LAS PERSONAS FISICAS.
MINIMO VITAL EMPRESARIAL
INTRODUCCION
Este principio fiscal conocido como Mínimo Vital, jurídica e históricamente se ha relacionado con
el mínimo económico que necesita una persona para llevar una vida digna junto con su familia,
traduciéndose en el salario mínimo, que su naturaleza obliga a una cantidad suficiente para la
subsistencia.
En esta ocasión y a raíz del nuevo sistema de protección del bloque de constitucionalidad, se le
considera al Mínimo Vital como un derecho Humano y en esta idea, creemos necesario analizar si
las personas jurídico colectivas, o como se les conoce a las personas morales, tienen la protección
de este derecho humano.
En primera tenemos que analizar, el por qué se considera que las personas morales gozan de la
protección de los derechos humanos y las garantías contenidas en la constitución y en los tratados
internacionales. Posteriormente intentaremos justificar el por qué las personas morales deben o
no de gozar de este derecho humano y donde llega la obligación del estado para respetarlo y
garantizarlo.
DERECHOS HUMANOS Y LAS EMPRESAS.
De entrada podría pensarse que las personas morales, por ser entes jurídicos, por ser
consecuencia simple de un acuerdo de voluntades… no reúnen las características del HUMANO, y
por ende, carece de protección de los derechos fundamentales inherentes al humano.
El término “humano”, va mas allá de una simple acepción de Homo Sapiens, de ser o pertenecer a
una especie de primate, o la forma en que nos caracterizan los homínidos. El ser humano, se
concibe con la esencia, el ser… tiene una relación estrecha con la esencia y la naturaleza del
hombre.
Lo humano se relaciona con la capacidad de discernir y trascender del hombre. Entendiendo el
discernimiento como la capacidad de un ser esencialmente colectivo o sociable, el poder
individualizar su persona; el poder decir: “soy parte de un colectivo, pero también soy yo, soy
persona…” Esa capacidad que se le atribuye al hombre, lo distingue de otros seres colectivos, que
son y viven para su colectividad, sin importarles su papel individual o personal dentro del grupo.
Así mismo el Humano busca la trascendencia, que en palabras más simples es el rebasar el circulo
existencial o para que quede más claro, es el hecho de que el humano no solo nace, crece, se
reproduce y muere, no, el humano va mas allá: “el humano crea y transforma”.
El humano transforma la naturaleza y sobran los ejemplo de esto, pero también crea historia…
aprende, transforma, crea y transmite sus conocimientos, ideas, pensamientos, valores, principios,
etc… y con esto el hombre, a diferencia de cualquier otro ser vivo, trasciende.
El humano crea instituciones, ideas y valores, por ello va dejando huella en el tiempo, creando
historia y conocimiento, lo que podemos reducir, en que el humano crea cultura, que es la
acumulación de todas estas actividades humanas.
Esto lo digo, porque quiero llegar a la idea que las personas morales son creación humana, como
institución y como forma de interactuar y relacionarse, por ello una persona moral no podría ser
considerado humano, sino consecuencia de la actividad humana.
En este orden de ideas, si las personas morales no son humanas, no tienen derechos humanos.
Pero ¿detrás de estas personas morales quien está?, ¿a quién se le afecta si transgreden derechos
a una persona moral? Al final del día, detrás de toda actividad empresarial o de cualquier persona
jurídico colectiva, siempre habrá una persona física, un humano al que le beneficia o perjudica.
Nuestra constitución a raíz de las reformas de junio del 2011 al artículo primero, desaparece el
termino garantías individuales por el de “Derechos Humanos y sus Garantías”, siendo por medio
del juicio de amparo el único sistema de control constitucional con que cuentan los gobernados,
para hacer valer estos derechos fundamentales.
Siendo menos estricto en los términos, si una persona jurídica no tiene derechos humanos
entonces ¿Qué tiene? Si la constitución no contempla otro tipo de derechos. Decir que las
personas morales no tienen derechos humanos, sencillamente es afirmar que no tienen ningún
tipo de protección constitucional.
Mediante una interpretación forzada de la Constitución podemos concluir fácilmente que
mientras en ella solo existan los derechos humanos como DERECHOS FUNDAMENTALES,
tendremos que incluir a las personas jurídico colectivas dentro de esta protección.
Al respecto el poder judicial ya se ha pronunciado, diciendo que las personas jurídicas, son
titulares de los derechos humanos y de las garantías, en aquellos supuestos en que sea aplicable,
con arreglo a su naturaleza.1
Dicho criterio establece:
El artículo 1o. constitucional dispone que en los Estados Unidos Mexicanos todas
las personas gocen de los derechos humanos reconocidos en ese ordenamiento y en los
tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las
garantías para su protección. Así, la expresión "todas las personas", comprende no sólo a
las físicas, consideradas en su calidad de seres humanos, sino también a las jurídicas,
aunque únicamente en los casos en que ello sea aplicable, como se señaló en las
consideraciones del dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y
Estudios Legislativos, con opinión de la Comisión de Reforma del Estado, de la Cámara de
1 Tesis: IV.2o.A.30 K (10a.) Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Décima Época
2004543 20 de 143. Tribunales Colegiados de Circuito Libro XXIV, Septiembre de 2013 Tomo 3
Pag. 2628 Tesis Aislada(Constitucional)
Senadores, de 8 de marzo de 2011. Interpretación que es uniforme con lo definido en el
derecho constitucional comparado, al que resulta válido acudir por su calidad de doctrina
universal de los derechos humanos, como se advierte de la Ley Fundamental para la
República Federal Alemana, que en su artículo 19, numeral 3, dispone que los derechos
fundamentales rigen también para las personas jurídicas de ese país, en tanto, por su
propia naturaleza, les sean aplicables, o de la Constitución de la República Portuguesa, que
en su artículo 12 señala que las personas jurídicas gozan de los derechos y están sujetas a
los deberes compatibles con su naturaleza; incluso, es relevante destacar la sentencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso "Cantos vs. Argentina", emitida en
su calidad de intérprete supremo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
que constituye un criterio orientador para la jurisdicción nacional, según lo estableció la
Suprema Corte de Justicia de la Nación; en la mencionada resolución se sostuvo que toda
norma jurídica se refiere siempre a una conducta humana y cuando atribuye un derecho a
una sociedad, ésta supone una asociación voluntaria, de modo que el derecho ofrece al
individuo una amplia gama de alternativas para regular su conducta y limitar su
responsabilidad, lo cual sentó la premisa de que los derechos y atribuciones de las personas
morales se resuelven en los derechos y obligaciones de las personas físicas que las
constituyen o actúan en su nombre o representación, de suerte que si bien es cierto que no
ha sido reconocida expresamente la figura de personas jurídicas por la propia Convención
Americana, como sí lo hace el Protocolo Número 1 a la Convención Europea para la
Protección de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, también lo es que ello no
restringe la posibilidad de que, bajo determinados supuestos, el individuo pueda acudir al
sistema interamericano de protección de los derechos humanos para hacer valer sus
derechos fundamentales, aun cuando éstos estén cubiertos por una figura o ficción jurídica
creada por el propio sistema del derecho. Por tanto, las personas jurídicas son titulares de
los derechos humanos y de las garantías establecidas para su protección, en aquellos
supuestos en que ello sea aplicable, con arreglo a su naturaleza, al constituir figuras y
ficciones jurídicas creadas por el propio sistema jurídico, cuyos derechos y obligaciones se
resuelven en los de las personas físicas.
De la lectura se destaca que solo le serán aplicables algunos derechos, dependiendo de su
naturaleza. Pero en realidad ¿cuáles son los derechos humanos que atienden a la naturaleza de las
personas jurídicas?
Para entrar en materia de nuestro análisis, los derechos humanos que atienden a la naturaleza de
las personas morales, principalmente son aquellos que tienen que ver con su relación tributaria
con el Estado.
DERECHOS HUMANOS FISCALES
Todas las personas estamos obligadas a contribuir con el gasto público, pero si la naturaleza de la
empresa es la actividad comercial, suponemos que la principal actividad es la generación de
riqueza y por ende, su obligación a tributar es una de las principales frente al Estado.
Nuestro Articulo 31 de la constitución nos obliga en su fracción IV, a Contribuir para los gastos
públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del Estado y Municipio en que residan,
de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes… pero no solo nos obliga, sino
también nos protege de que los impuestos sean proporcionales y equitativos.
Desde tiempos remotos, en los primeros reconocimientos de los derechos humanos, se han
considerado los de carácter fiscal. Prueba de ello es que en la DECLARACION DE LOS DERECHOS
DEL HOMBRE Y EL CIUDADANOS EN 1789, en su artículo 13 establecía:
“…para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de administración,
resulta indispensable una contribución común; ésta debe repartirse equitativamente entre
los ciudadanos, proporcionalmente a su capacidad”.
Posterior y no siendo menos importante o trascendente, en México la “Declaración de los
Sentimientos de la Nación” rubricada por José María Morelos y Pavón el 14 de septiembre de
1813, postuló:
“Que se quite la infinidad de tributos, pechos e imposiciones que más agobian, y
se señale a cada individuo un cinco por ciento en sus ganancias, ú otra carga igual ligera,
que no oprima tanto, como la Alcabala, el Estanco, el tributo y otros, pues con esta corta
contribución, y la buena administración de los bienes confiscados al enemigo podrá
llevarse el peso de la Guerra y honorarios de empleados”
Naciendo con esto, los primeros reconocimientos de los derechos humanos tributarios, entre los
que destaca el derecho humano de la proporcionalidad tributaria y el derecho humano al mínimo
vital, al igual que la prohibición rotunda de la multa excesiva.
MINIMO VITAL
La naturaleza del derecho al mínimo vital ha tenido distintos enfoques dependiendo del Estado y
del momento histórico en el que se ha estudiado. Disentimos en el pensar que los tribunales han
descubierto este derecho, porque estaríamos en contra de la idea de que los derechos humanos
no son creados, sino reconocidos por el estado, pero estamos a favor de reconocer que los
tribunales, se han encargado de encontrar su fundamento, delimitar su contenido y establecer la
procedencia de su tutela en sede constitucional.
En México ha sido poco la labor de nuestros tribunales en el estudio de este derecho, en épocas
recientes sólo pueden encontrarse un par de tesis aisladas de la novena época, bajo los rubros de
“DERECHO AL MÍNIMO VITAL EN EL ORDEN CONSTITUCIONAL MEXICANO2” y “DERECHO AL
MÍNIMO VITAL. CONSTITUYE UN LÍMITE FRENTE AL LEGISLADOR EN LA IMPOSICIÓN DEL
TRIBUTO3”; ambas originadas en la Primera Sala, a partir de ponencias del Ministro José Ramón
Cossío Díaz, derivadas de amparos en revisión resueltos en 2007.
Marco César García Bueno sostiene en relación con el concepto del mínimo exento, que este
puede ser personal o familiar. En el primer caso, es necesario respetar las necesidades básicas de
la persona que contribuye, soy de la opinión que puede ser física o moral. Los recursos con los que
satisface sus necesidades primarias, no deben ser gravados por impuestos, y se debe permitir la
deducción al 100% independientemente de la cuantía que representen. El mínimo exento personal
se mueve en el ámbito de la justicia vertical. En la medida en que la riqueza del sujeto aumente,
mayores posibilidades tendrá de satisfacer sus necesidades y, por ende, de participar en el
concurso de los gastos públicos. En el segundo caso, se busca beneficiar a las familias cuya
situación impositiva no pueda ser resuelta mediante la progresividad. Se procura establecer
tratamientos discriminatorios con relación a las condiciones específicas de cada núcleo familiar.
De esta forma, la tributación no obedece a condiciones cuantitativas sino cualitativas. Por lo cual
los contribuyentes que teniendo los mismos ingresos netos, tienen situaciones familiares
diferentes y no cuentan con el mismo nivel de capacidad contributiva.4
Una persona posee capacidad contributiva cuando percibe ingresos o rendimientos por encima del
mínimo de subsistencia, o sea, cuando lo que se está gravando son los ingresos que rebasan
aquellas sumas que son suficientes para que una persona o familia pueda subsistir.
Al igual que las personas o las familias, las empresas necesitan una cantidad mínima para subsistir,
para pagar sus gastos básicos de operación antes de llegar a la utilidad o la ganancia.
Entre estos gastos mínimos o básicos se puede considerar el pago de la renta del lugar donde
residen las operaciones de producción o el lugar donde se concentra la actividad preponderante
de la empresa. Considero que el pago a los trabajadores (nomina, seguridad social, previsión
social), es un gasto básico que permite iniciar operaciones antes de pensar llegar a producir la
riqueza, convirtiéndose en un gasto básico de operación, sin el cual la empresa no produce
riqueza; El pago de energéticos y bienes naturales es indispensable para que la empresa inicie
operaciones, y me refiero a los gastos de Luz, Gas, Agua, u otro tipo de combustible que se
necesite para desarrollar la actividad principal.
Respeto al contenido esencial de este derecho, exige que no se pueda equiparar automáticamente
la capacidad que deriva de la obtención de cualquier recurso con la capacidad de contribuir al
2 XCVII/2007, que aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta tomo XXV, mayo
de 2007, página 793. 3 XCVIII/2007, que aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta tomo XXV, mayo
de 2007, página 792. 4 García Bueno, Marco César, El principio de capacidad contributiva como criterio esencial para una
reforma fiscal, pp. 55-60.
gasto público, respecto de las personas que puedan carecer de lo básico para subsistir en
condiciones dignas.
Otro aspecto fundamental, es el no confundir la capacidad económica con la capacidad
contributiva, pues ésta debe incidir únicamente sobre una porción razonable del ingreso, utilidad
o rendimiento, a fin de que el tributo no se vuelva confiscatorio.
De esta forma, la capacidad contributiva subjetiva, de donde deriva el concepto del mínimo vital,
implica que todos aquellos ingresos destinados a la satisfacción de las necesidades esenciales de la
persona no formen parte de lo que debemos considerar capacidad contributiva.
Es aquí donde la intersección entre la potestad impositiva del Estado y el entramado de derechos y
libertades fundamentales consiste en la determinación de un mínimo de subsistencia digna y
autónoma protegido constitucionalmente, cuyo parámetro constituye el contenido del derecho al
mínimo vital, el cual, a su vez, coincide con las competencias, condiciones básicas y prestaciones
sociales necesarias para que la persona pueda llevar una vida libre del temor y de las cargas de la
miseria y que en una persona moral se traduce en sus socios. Si bien el deber de tributar es
general, el derecho al mínimo vital exige analizar si la persona que no disponga de los recursos
materiales necesarios para subsistir digna y autónomamente puede ser sujeto de ciertas cargas
fiscales que ineludible y manifiestamente agraven su situación de penuria, cuando ello puede
coexistir con la insuficiencia de una red de protección social efectiva y accesible a los más
necesitados.5
Por ende, el derecho al mínimo vital no se restringe solamente a la prestación necesaria para
garantizar la supervivencia biológica de los individuos, sino que trasciende a la satisfacción de las
necesidades básicas de la persona, en aras de asegurar el goce efectivo de los derechos
fundamentales.
El pago de la previsión social que otorga una empresa a sus trabajadores tiene como objetivo
principal la de lograr un mejoramiento de las condiciones sociales, económicas y humanas de los
trabajadores. Traducido, la previsión social que se le da a los trabajadores es la forma de mantener
ese mínimo vital de las personas que dependen de la actividad económica de la empresa, por lo
que por su naturaleza y objeto directo debería estar libre de cualquier alcance tributario, mas sin
embargo en la nueva ley del ISR, en su artículo 28 fracción XXX, considera que la previsión social
que se encuentre exenta para el trabajador, deberá contribuir al gasto público, aplicándole un
factor de .53% para determinar el impuesto. Claro ejemplo de la violación al derecho humano del
mínimo vital, traducido en que debe ser aplicado a las personas jurídico-colectivas.
En analogía y aun sin criterios jurisprudenciales al respecto, una persona jurídica colectiva, de la
misma forma que la física, necesita un mínimo económico para su subsistencia, sobre todo en un
5 LA NECESIDAD DE IMPLEMENTAR EL CONCEPTO DEL DERECHO AL MÍNIMO VITAL EN LA LEGISLACIÓN
TRIBUTARIA MEXICANA. Maestro Jorge Luis Revilla de la Torre. Pp 11.
medio globalizado y de gran competitividad económica y comercial, que obliga a las personas
morales a tener un gasto mínimo de operación, aun cuando no se generen ingresos, sin el cual
estaría obligado a desaparecer por causas de un excesivo pago de impuestos. Esto es que ese
gasto mínimo debe estar garantizado al estar libre de impuesto y el poder ser deducible al 100%.
Una persona moral posee capacidad contributiva cuando percibe ingresos o rendimientos por
encima del mínimo de subsistencia, o sea, cuando lo que se está gravando son los ingresos que
rebasan aquellas sumas que son suficientes para que pueda subsistir.
Lo anterior obedece a que si el Congreso de la Unión grava los ingresos una vez que se hubiera
disminuido aquella parte de los mismos que fueron utilizados para cubrir las necesidades más
elementales de los gobernados, la ventaja que podría llegar a tener el contribuyente sería
infinitamente superior a si el beneficio lo otorga el Legislador Federal a través de deducciones, ya
que en ese caso, esas erogaciones se disminuyen de los ingresos acumulables a fin de determinar
la base gravable, a la cual se le tiene que aplicar la tasa del 30% que prevé la Ley del Impuesto
sobre la Renta en su artículo 9º.
CONCLUSIONES
El derecho al mínimo vital en general surge de la idea de garantizar una vida digna a las
personas, por parte del Estado, a fin de que hagan frente a sus necesidades más elementales.
En materia tributaria, el derecho al mínimo vital implica el que se excluya a la persona del
pago de impuestos, aquella parte de los recursos que hubiere percibido, que se destine a
satisfacer las necesidades elementales de los contribuyentes, ya sea a nivel individual o
colectivo.
La garantía al mínimo vital debe otorgarse por igual a las personas, sin considerar su
capacidad económica, sino la contributiva, esto es, que no se debe considerar si la persona
tiene ingresos altos o tiene menores recursos, pues tal como lo señala K. Tipke “el mínimo de
existencia no es una prestación social para indigentes, sino un componente negativo de la
base imponible que responde a la capacidad contributiva a la renta disponible6.
Los derechos humanos son interdependientes, esto es que no se pueden pensar que son solos o
aislados, sino deben confluir en un bloque, por lo que el derecho humano al mínimo vital
interactúa con el derecho humano a la proporcionalidad, la dignidad humana, derechos
económicos y sociales, y a la no discriminación entre otros.
6 Citado en LA NECESIDAD DE IMPLEMENTAR EL CONCEPTO DEL DERECHO AL MÍNIMO VITAL EN LA
LEGISLACIÓN TRIBUTARIA MEXICANA. Maestro Jorge Luis Revilla de la Torre. Pp 14.
La forma correcta de garantizar el respeto a este derecho humano sería el que se exentara del
pago del impuesto sobre la renta aquella parte de los recursos que se utilice para la
subsistencia de la persona, sea física o moral, más que otorgar una serie de conceptos
deducibles que se disminuyan de los ingresos acumulables a fin de determinar la base
gravable del impuesto, ya que ello implicaría un beneficio mayor para los gobernados,
recordando que el principio pro-homine busca el mayor beneficio de la persona.
Consideramos que una persona jurídica colectiva, de la misma forma que la física, necesita un
mínimo económico para su subsistencia, que obliga a las personas morales a tener un gasto
mínimo de operación, aun cuando no se generen ingresos, sin el cual estaría obligado a
desaparecer por causas de un excesivo pago de impuestos.
La imposibilidad de deducir al 100% la previsión social exenta para los trabajadores violenta
directamente el derecho humano al mínimo vital, al igual que al de proporcionalidad tributaria y a
la no discriminación entre otros, ya que el aumento del impuesto debe de ir proporcional al
aumento de la riqueza, de la capacidad contributiva y no gravar directamente los gastos básicos
que permiten la subsistencia de la persona moral.
Aun no existe jurisprudencia al respecto, pero recordemos que ante el nuevo sistema de
interpretación del bloque constitucional, estamos obligados todos los juristas a contribuir a
construir los nuevos criterios jurídicos aplicables.