Mitos de las musas

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Mitos de las Musas Glenayda Córdoba Septiembre 2012

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Mitos de las Musas

Glenayda Córdoba Septiembre 2012

Según una leyenda el rey Píero de Pieria, en Tracia, tenía nueve hijas que eran muy hábiles en el arte del canto. Estaban tan orgullosas de esta virtud que decidieron viajar hasta el Helicón y retar a las Musas a una competencia, que las diosas aceptaron. Las piérides entonaron una canción maravillosa que incluso los pájaros enmudecieron al escucharlas, pero el canto de las musas conmovió hasta las piedras. Las piérides, derrotadas, fueron castigadas por su arrogancia; las musas las transformaron en urracas, cambiando sus voces por graznidos.

Nadie podía competir con las Musas, ya que ellas eran la fuente de toda inspiración. Sin embargo, Tamiris, que era un trovador

excelente y el primer hombre que se enamoró de otro hombre, se atrevió a medirse con ellas en un concurso musical.

Si las Musas lo vencían, podrían tomar de el lo que quisieran.

Cuando Tamiris perdió, las Musas tomaron sus ojos y su voz.

La diosa Hera promovió una competencia entre las Musas y las Sirenas en el canto, las Musas vencieron y le arrancaron las plumas a las Sirenas que fueron utilizadas para elaborar las coronas de las vencedoras. Las Sirenas tuvieron que retirarse a Sicilia, en cuyas costas ejercieron su maléfico poder.

Las musas arrancando las alas a las sirenas. Rupert Bunny

Las Musas participaron en otros mitos de forma mas o menos protagonista:

Actuaron como jurado en la competencia entre Apolo y Marsias.

Como ferrvientes admiradoras de Orfeo, cuya maternidad se atribuye a Calíope, las Musas enterraron sus restos al pie del sagrado monte Olimpo, donde se dice desde entonces que los ruiseñores cantan con mas dulzura que en ningún otro lugar.

Todas las cosas se originan en los Mitos, que son la cuna y la vista previa, tanto de las cosas que son , como de aquellas que deberían ser.

Pero los Mitos, historia que todo lo abarca, no depende de nada, excepto del lenguaje que se transmite a los hombres a través de las Musas. Por ello, el procedimiento habitual cuando se narra un mito es: “Dime Musa…”o “Canta diosa…” fórmulas utilizadas por los poetas que reconocen así el origen divino de la historia que cuentan mediante la inspiración que Platón llama “locura poética”, condición que debe ser concedida por los dioses.