Pemex: una industria queha hecho viable el desarrolloeconómico de México

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    Seores Miembros de la Jun-

    ta de Coordinacin Polticadel Senado de la Repblica,

    agradezco su invitacin para ex-poner en este foro mis puntos devista sobre las iniciativas del Eje-cutivo para la reforma energtica.

    En funcin del tiempo disponi-ble tocar slo los temas que estimode mayor preocupacin sobre lostextos de las iniciativas y sobre suimpacto en la ingeniera y el des-arrollo tecnolgico de Mxico.

    Dejar fuera los detalles que

    me parecen mejorables sobre laautonoma de gestin funda-mental para Petrleos Mexicanos(Pemex), tomando en cuenta que

    ya se han comentado, incluso poralgunos de los seores senadores,ajustes necesarios al rgimen degobierno y a las funciones, orge-nes y designacin de los conseje-ros independientes propuestos ysobre la importancia de la Co-misin del Petrleo y la vigilan-

    cia y el desarrollo de un plan

    energtico de largo plazo delque carecemos y para el cuida-do de la plataforma de explota-cin de hidrocarburos, asunto quese ha manejado en funcin de lasnecesidades financieras del pas

    y no de su seguridad energtica. Ydesde luego sobre la reforma delrgimen fiscal de Pemex, que metemo vendr con la consideracinde no afectar la contribucin dePemex a las finanzas pblicas.

    JAVIER JIMNEZ ESPRI

    Pemex: una industria que

    ha hecho viable el desarrolloeconmico de Mxico

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    No detallar tampoco mis du-das muy personales ciertamen-te sobre la legalidad de los bo-nos petroleros que se ofrecen, quesegn yo, en los trminos plantea-

    dos transfieren a particulares,aunque sea en mnimas cantida-des, parte de la renta petrolera.

    Me refiero a mis preocupacio-nes mayores:

    Con plena conviccin, consi-dero que la propuesta de reforma,desde el diagnstico, es insufi-ciente en el anlisis econmico,discutible desde el punto de vistatcnico, inconsistente en el as-pecto legal, ignorante de conteni-

    do histrico y ayuna de sensibili-dad poltica.

    Menciono los cinco aspectos,porque Pemex no puede analizar-se a fondo si se soslaya cualquierade ellos, porque Pemex no es unaindustria comn.

    Se trata no slo de la empresaque tiene a su cargo los ms im-portantes recursos naturales conque nos dot la naturaleza aun-que los hubiera escriturado el dia-

    blo y cuyo cuidado consagranuestra Carta Magna como reaestratgica y de exclusividad delEstado mexicano.

    No es slo una empresa pro-ductora de commodities. Es unainstitucin que como ningunaotra, ha hecho viable el desarrollode Mxico, posible su factibilidadfinanciera y enfatizado su identi-dad como Nacin independiente.

    Es una entidad smbolo que se

    encuentra enraizada en el alma delos mexicanos. Pemex es desde sunacimiento la empresa emblem-tica de la soberana nacional.

    Su importancia econmica,poltica interna e internacional-mente y social, en un todo inse-parable.

    Adems de esas carencias delas iniciativas, resulta insuficien-te el plantear como reforma ener-gtica nicamente la reestructu-

    racin de Pemex ciertamente laparte ms importante del sectorenergtico y de urgente y conve-niente reorganizacin, sectorque es un complejo sistema inter-dependiente que no puede lograrsu optimizacin con decisionesparciales.

    La propuesta resulta ademsinconsistente porque surge de un

    procedimiento contrario a todalgica. Se ha partido de la deci-sin de abrir Pemex al sector pri-vado y luego se han acomodadopremisas, argumentos, datos ydiagnstico en ese orden parasustentar la solucin decidida deantemano.

    Los mexicanos sabemos leer,analizar y discernir y de la lectura,el anlisis y la discusin de las ini-ciativas deducimos con meridiana

    claridad su intencin primigenia ysabemos que si se convierten enley se autorizan los contratos deriesgo; Pemex inicia su privatiza-cin, claudicando de la exclusivi-dad que la Constitucin le otorgaen el conjunto de la industria pe-trolera y, por lo tanto, se debilita,se minimiza e inicia su transfor-macin de una industria integra-da forma hacia donde se dirigentodas las del mundo que no lo es-

    tn an, a una organizacin ad-ministradora de contratos cuyosbeneficiarios no sern quienes hoyse dice son los dueos del petr-leo mexicano.

    Hay, adems, entre esos mexica-nos, un importante grupo de com-patriotas altamente capacitados entodas las reas de la industria pe-trolera, tanto en la paraestatalcomo en el sector acadmico, enlas jubilaciones prematuras yen empresas privadas a donde losha llevado la inconsistencia de laspolticas pblicas, que conocenla verdad de todos los pasos de laindustria, de las condiciones de

    nuestras reservas, las formasde optimizar la produccin, lostiempos y formas para la bsquedade nuevos yacimientos, para laadquisicin de las tecnologas ne-cesarias para la industria y para laformacin del personal requerido,en suma, capaces de atender lasnecesidades actuales y futuras denuestra industria fundamental,sin necesidad de compartir unasola molcula de nuestros hidro-

    carburos, ni entregar parte de losbeneficios de la industria a la par-ticipacin privada.

    No podemos, por lo tanto,aceptar como dogmas de fe lasmenciones oficiales de que con lapropuesta Pemex se fortalece, queno hay contratos de riesgo enla misma, que no hay privatiza-cin, que los hidrocarburos son yseguirn siendo slo de los mexi-canos y que no hay otra forma de

    incrementar nuestra capacidadde ejecucin si no es con onerosasalianzas estratgicas.

    Porque permitir los contratosde riesgo, que no es otra cosa loplanteado en los artculos 4 de lainiciativa de la Ley Reglamentariadel art. 27 constitucional y 45 y46 de la propuesta de nueva LeyOrgnica de Pemex, entre otros,que la autorizacin para suscribir-los por asignacin directa, discre-

    Es una entidad

    smbolo que se

    encuentra enraizadaen el alma de los

    mexicanos. Pemex es

    desde su nacimiento

    la empresa

    emblemtica de la

    soberana nacional.

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    cional e incluso, confidencial, osea, compartir la renta petroleraen beneficio de los poderosos desiempre y en detrimento de losdueos legtimos del recurso.

    Porque proponer la participa-cin privada en la refinacin delpetrleo y en la propiedad y ope-racin de oleoductos, es entregara los poderosos de siempre deaqu y de all y ms de all quede aqu, dos eslabones funda-mentales de la cadena de valor dela industria de los hidrocarburos,decretando el inicio de su desinte-gracin y trastocando el espritu yla letra de la Constitucin.

    Porque se refiere a la industriapetrolera integral como rea deexclusividad del Estado, y en laleyes secundarias se pretende li-mitar las reas estratgicas de laindustria, reduciendo arbitraria eilegalmente el espectro que defi-ne la Constitucin, y transfirien-do al sector privado nacional oextranjero funciones que la letra yel espritu de la Ley Supremaotorgan indubitable y exclusiva-

    mente al Estado. Refineras yoleoductos pierden su condicinestratgica.

    Y esto no es otra cosa que pri-vatizar, objetivo fundamental dela propuesta.

    Las iniciativas se construyen apartir de algunos datos sesgados,de un lenguaje engaoso y de al-gunas verdades a medias. Y lasverdades a medias son mentirasdolosas.

    Porque es cierto que Pemexest tcnicamente quebrado; quelas reservas de Cantarell declinan;que no tenemos an la tecnologapara perforar a grandes profundi-dades en el mar aunque no esta-mos en cero; que el sindicato dePemex es enormemente onerosoaunque eso se soslaya; que slotenemos petrleo para 10 aoscon los actuales ritmos de explo-tacin, vlido si ya no hacemos

    nada para probar nuevas reservasni optimizamos la explotacin delas probadas; que en Pemex hayineficiencias y corrupcin; que serequiere una reforma de fondo.

    Pero sta debe ser en beneficionica y exclusivamente de la Na-cin y es slo parte de una refor-ma energtica integral que es im-portante y necesaria.

    Pero tambin es verdad que nose exterioriza, porque se opone alos intereses de quienes pretendenabrir la industria petrolera a la ini-ciativa privada, que Pemex esttcnicamente quebrada a propsi-to, con una cortedad de miras

    inaceptable y sin consideracin desu potencial, ni de su importan-cia para el desarrollo del pas, nide sus necesidades de inversin,mantenimiento y modernizacinpara lo que es ampliamente sol-vente y de proteccin de la sobe-rana de la Nacin.

    Que esto ha sucedido por largotiempo y sin definir una polticaenergtica ni petrolera que es im-periosa para el desarrollo de la

    industria y de Mxico, como escierto tambin que esa empresa,tcnicamente quebrada, con ine-ficiencias y algunos grupos y per-sonas corruptos lo que no es deninguna manera aceptable y urgemodificar es de todas formas unade las petroleras ms rentables delorbe, sino es que la ms, antes,desde luego, de las exacciones im-positivas y polticas a que est su-jeta.

    Que es la nica petrolera delmundo a la cual sus administrado-res no le han permitido aprove-char los recursos del boom delprecio del petrleo para atendersus deficiencias y rezagos; parainstalar refineras, para moderni-zar y ampliar su red de ductos,para incentivar la investigacin yel desarrollo tecnolgico y parapromover la industria petroqu-mica.

    Que contamos con tantas po-sibilidades de explorar y encon-trar petrleo y gas en el territorio

    y en aguas someras como en lasgrandes profundidades del oca-

    no; que la urgencia de ir al fondodel mar es slo de los interesadosen la participacin privada en Pe-mex y no de la razn tcnica ni dela planeacin estratgica.

    Y as, otras muchas verdadesque se ocultan para no desvirtuarlas que parecen dar argumentos auna decisin tomada, porque si-guen insistiendo en lo mismo:abrir Pemex a las alianzas estra-tgicas ahora con contratos de

    desempeo, decisin extraa-mente tan vlida e invariable paraquienes la han propuesto, cuandonuestro petrleo estaba a 30 dla-res por barril, que ahora que esta 100.

    Si fuera verdad que no tene-mos ni la capacidad tecnolgicani el dinero, cierto es que tene-mos el petrleo, y quien tiene elpetrleo puede poner las reglasdel juego para adquirir la tecnolo-

    ga y obtener el dinero.Y estamos a tiempo tambin

    para seguir preparando a nuestrosingenieros y tcnicos, algunos delos cuales lo estn haciendo a pe-sar de la poca voluntad y alientode los polticos, y estarn en con-diciones para adquirir la tecnolo-ga en trminos de desarrollarlao comprarla y asimilarla conacuerdos comerciales de transfe-rencia con quien la tenga y en

    tiempo oportuno.Esta reforma energtica plan-

    teada es el pretexto para la rees-tructuracin de Pemex, urgentesin duda, conveniente sin duda;pero la premura de su presenta-cin est fundamentalmente mo-tivada no por la reestructuracinen s, sino por el inters en suapertura al sector privado. La pro-pia iniciativa, en los tiempos quemarca, seala el ritmo precavido

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    de muchas de sus propuestas vli-das sobre la autonoma de ges-tin y sobre el uso de los recur-sos excedentes, pero establece, encambio, como inicio de las posibi-

    lidades de contratacin en un r-gimen especial por dems laxo, elda siguiente a la publicacin de laley.

    La reestructuracin y sus resul-tados tomarn varios aos ya lomencion el propio presidente y

    ya no tocar a su administracinel disfrutarlos, pero los contra-tos fluirn de inmediato.

    Contratos de riesgo que sepretende firmar por adjudica-

    cin directa con el propsito dedesarrollar innovaciones tecnol-gicas, con remuneracionesdiscrecionales e incentivos, ocondicionados a la generacin deingresos para cubrir los costos delproyecto, como se autoriza en losartculos 45 y 46 de la propuestade Ley Orgnica de Pemex y basa-dos aunque ahora disfrazadosen el falso dilema de que la tecno-loga de que no disponemos no se

    puede obtener si no se compartenlos resultados.

    En el documento del BancoMundial titulado: Creando lasbases para el crecimiento equitati-vo de Mxico, 2006-2012, entre-gado a nuestro gobierno unas se-manas antes del envo de lasiniciativas al Senado, se dice en lorelativo a energa que: aunque lacondicin de Pemex como mono-polio de Estado est garantizada

    en la Constitucin, sera necesa-rio encontrar alguna forma deasociarse con otras compaaspara realizar actividades de explo-racin que eviten problemas deseguridad energtica en el futuro

    y generen incentivos al trabajoeficiente en el sector. PetrleosMexicanos carece de recursos tc-nicos y financieros para realizaractividades de exploracin msintensas.

    El dogma de que no tenemosni el dinero ni la tecnologa y porlo tanto no queda otra que aso-ciarnos entregando parte de la ri-queza nacional ahora que nues-tro petrleo cuesta ms de 100dlares por barril, es un falso di-lema que tiene su origen, queda

    claro, en las oficinas del BancoMundial y en las reflexiones delos analistas pagados para estable-cer el plan estratgico de los due-os del Banco, que no tienenciertamente como objetivo el cre-cimiento equitativo de Mxico,sino el garantizar la seguridadenergtica de los mayores consu-midores de petrleo del mundo.

    No es explicable, entre otrasmuchas cuestiones sin explica-

    cin, tanta coincidencia entre lasrecomendaciones del organismointernacional y las iniciativas pre-sidenciales.

    Qu lamentable que estn tancerca de las recomendaciones delBanco Mundial y tan lejos de losSentimientos de la Nacin.

    Esta propuesta, por lo dems,no es ningn invento original; yaen 1992, sin modificar la Consti-tucin y a travs de leyes secun-

    darias inconstitucionales, segnyo se abri la generacin deenerga elctrica para servicio p-blico y hoy el 30% de la genera-cin para este objeto, que segn laConstitucin es rea de exclusivi-dad del Estado, la hace el sectorprivado, extranjero, en un nego-

    cio redondo, sin riesgo, que le hadejado pinges ganancias a diver-sas empresas trasnacionales y queno se ha reflejado en ningn be-neficio para los ciudadanos.

    As se fortaleci a la Co-misin Federal de Electricidad(CFE), con los mismos argumentosde que no se privatizaba, que nose vendera un solo tornillo de laparaestatal, luego de amenazar-nos, igual que hoy con el petrleo,

    de que en pocos aos nos faltarala electricidad si no se aceptaba lamodificacin propuesta.

    Evidente y preocupante seme-janza entra nuestra reciente histo-ria elctrica y nuestras perspecti-vas petroleras.

    Sobre ese asunto quisiera ha-cer un comentario pertinente oimpertinente, juzgarn algunos.En 1993, recin aprobada la men-cionada Ley del Servicio Pblico

    Javier Jimnez Espri durante su participacin en los debates de la reformaenergtica, en el Senado de la Repblica.

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    de Energa Elctrica, o en un pro-grama de televisin que conducaNino Cann, una amplia discu-sin sobre el tema, en la que ellicenciado Felipe Caldern, en-

    tonces diputado por Accin Na-cional, tuvo una participacin in-teligente, razonada, informada, alfinal de la cual, concluy: yo es-toy totalmente de acuerdo con elobjetivo de permitir a la iniciativaprivada su participacin en la ge-neracin de energa elctrica,pero estoy plenamente conscientedijo de que la ley aprobada esanticonstitucional.

    Se piensa repetir la hazaa defortalecer a Pemex sin privatizar-lo, pero dejando al sector priva-do nacional o extranjero la pro-piedad de ductos y refineras, ydndole contratos por asignacin

    y con premios por resultados, esdecir, contratos de riesgo, parala exploracin y la explotacin de

    nuestro petrleo?Nos lo proponen usando la

    misma metodologa legislativa.No tocar la Constitucin ni conel ptalo de una rosa!, sino darlela vuelta para obtener lo que sepersigue.

    O pregunto: si no son contra-tos de riesgo los que proponenpara la tecnologa de la que nodisponemos, nos estaban enga-ando cuando nos decan que no

    haba otra forma de obtenerla quecompartiendo los resultados, onos estn engaando ahora al de-cirnos que no hay en la iniciativacontratos de riesgo y los estn dis-

    frazando?Mi opinin personal, y debo

    exponerla aqu, es que nos enga-aron antes con la amenaza y nosquieren engaar ahora con el dis-fraz.

    S se puede contratar la tecno-loga sin compartir una sola mol-cula del hidrocarburo y s se auto-rizan los contratos de riesgo en lasiniciativas.

    La maquila de gasolinas en re-fineras del sector privado es laversin petrolera de los generado-res independientes de energaelctrica, dueos ya, repito, del30% de la generacin nacional,gracias a una ley que el licenciadoCaldern, diputado, reconocacomo inconstitucional.

    Paso a los impactos.Si es una aberracin aislar el

    tema de Pemex del resto del sec-tor energtico y localizar la Refor-ma slo en la reestructuracin dela paraestatal, no lo es menos elignorar las repercusiones que ten-dra en muchos mbitos de activi-dades nacionales trascendentes.

    Una de ellas es el impacto queen la ingeniera mexicana y ennuestras posibilidades de desarro-

    llo cientfico y tecnolgico tendraesta reforma en los trminos pro-puestos; un golpe letal a estas ac-tividades en un sector en el queMxico debiera ser vanguardia.

    El impacto se sumara al entra-mado interminable de normas yprocedimientos que han conse-guido desplazar a la ingeniera y alas empresas mexicanas a un se-gundo o tercer plano de participa-cin, colaborando con empresasextranjeras fuertemente apoyadas,dejando para ellas utilidades,aprendizaje, desarrollo tecnolgi-co y prestigio, y ampliando da ada una brecha cada vez ms difcil

    de disminuir, con graves conse-cuencias para el futuro del pas.

    Los contratos de gran magni-tud, llave en mano, ahora conlos agravantes de la discreciona-lidad del rgimen especial pro-puesto, inclinan sin remedio labalanza en favor de los grandesconsorcios multinacionales, due-os del dinero.

    Se obstaculiza aqu y se trans-fiere al extranjero, la formacin

    del capital intelectual de una na-cin que en su pobreza y sus limi-taciones est subsidiando el des-arrollo econmico, cientfico ytecnolgico de los pases que lotienen todo.

    Este proceso de pauperizacintendra un aliado poderoso en lasmodificaciones que se proponen ala forma de abordar el crecimien-to de la industria petrolera po-zos, ductos y refineras y en la

    orfandad tecnolgica a que con-denan al pas. Nuestra tecnologaen la modernidad pero en la de-finicin que una vez le o a CarlosFuentes: Ni mother, ni dad.

    No es explicable que si la ca-rencia de tecnologa para la perfo-racin en grandes tirantes de aguaes un elemento fundamental quesegn el gobierno nos obliga abuscar asociaciones que ahora de-batimos, ni en el diagnstico ni en

    Los contratos de gran magnitud, llave en

    mano, ahora con los agravantes de la

    discrecionalidad del rgimen especial

    propuesto, inclinan sin remedio la balanza

    en favor de los grandes consorcios

    multinacionales, dueos del dinero.

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    las iniciativas, la tecnologa, eldesarrollo tecnolgico o las fun-ciones o condiciones del InstitutoMexicano del Petrleo merezcanmencin alguna.

    Aparentemente se ha tomado,por omisin, por ignorancia o porconviccin, la decisin de perma-necer en la incapacidad tecnol-gica.

    Qu haremos despus en unanacin como la nuestra, sin inge-niera ni desarrollo tecnolgicopropio?

    Seguramente, otra vez, cam-biar vidrios y espejos por los frutosde nuestras entraas del crudo a

    la mano de obra barata, aunqueya no usemos penachos con plu-mas ni obtengamos nuestros ttu-los y grados en el Calmcac.

    No hemos aprendido una lec-cin fundamental: la autodeter-minacin tecnolgica y, por ende,el apoyo al desarrollo de la ciencia

    y la tecnologa, son cuestiones desupervivencia nacional y nosotros,en lugar de estimularlo, hemosido cancelando, por ignorancia,

    por soberbia o por intereses dis-cutibles, los escasos logros en in-vestigacin y desarrollo que un dafueron y hemos obstaculizado elflorecimiento de nuevas acciones.

    Lo mismo seguimos haciendode los logros que en momentos l-cidos de nuestra historia, y no merefiero slo al 18 de marzo de1938, permitieron el desarrollode nuestra ingeniera y el avan-ce de nuestras capacidades de

    creacin y crecimiento.Hemos dicho, desde hace mu-

    cho, que la moderna tecnologade la dependencia es hacer caeren la dependencia de la tecnolo-ga. Y nosotros, parece que nosqueremos lanzar a las profundida-des del ocano en bsqueda denuestro tesoro sin nuestro propiosalvavidas.

    En ese planteamiento, lamen-tablemente, no se considera, ni se

    insina siquiera, la intencin depromover el desarrollo tecnolgi-co, cuya necesidad se hace msurgente a cada minuto.

    No hemos querido entenderque es ms caro el costo de la ig-norancia que cualquier inversinen ciencia y tecnologa, de la mis-ma forma que ha sido ms onero-so importar derivados del petrleoque haber invertido en refineras yplantas petroqumicas.

    La historia de los ltimos aosdel Instituto Mexicano del Petr-leo, mientras Brasil, por ejemplo,desarrollaba sus esplndidas capa-

    cidades tecnolgicas que lo tienenen la vanguardia, es una especiede cuento que Kafka y Ionescopodran firmar al alimn.

    El ao pasado, el instituto ejer-ci un presupuesto de 900 mi-llones de pesos, la mitad de loscuales eran ingresos propios. Eseao, Pemex entreg al fisco cercade 700 mil millones por conceptode impuestos y derechos. No serequieren comentarios!

    As, cada vez con menos tec-nologa, firmaremos los acuerdoscon la inocencia de la ignorancia

    y la perversidad de los intereses de

    En las iniciativas del

    Ejecutivo se omite la labor

    imprescindible del InstitutoMexicano del Petrleo.

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    nuestros competidores converti-dos en socios estratgicos y sussocios locales.

    No podremos siquiera contestarpreguntas que debiramos plan-

    tearnos de inmediato, como, porejemplo: Las propuestas para eldesarrollo y explotacin de nues-tras reservas de hidrocarburos segeneran a partir de lo que debe-mos producir o de lo que nosquieren comprar?, o Las tecno-logas que usaremos, son las quenos conviene comprar o las que nosquieren vender?

    Todo esto en la era del conoci-miento, en el momento en que

    la transicin energtica y la re-volucin tecnolgica obligaran acualquier estadista a instrumen-tar, con toda decisin, una polti-ca nacional de ciencia y tecnolo-ga de largo aliento.

    No podemos ignorar que M-xico est, en este rengln, en losltimos lugares entre los pasescalificados por las agencias inter-nacionales.

    Cmo abordaremos entonces

    los retos del presente y nuestrocompromiso con el porvenir delos mexicanos y con el desarrollosostenible del planeta?, cmoparticiparemos en la bsqueda desoluciones a los impactos sobre elmedio ambiente nacional y globalde las fuentes convencionales deenerga?, cmo decidiremos elritmo de la explotacin de nues-tros recursos no renovables, paragarantizar nuestra seguridad ener-

    gtica?, cmo trabajaremos paralograr una mejor utilizacin, de laenerga disponible para producirmenos emisiones contaminantes ypara acelerar los programas deahorro de energa?, cmo enfren-taremos el reto de incursionar enla utilizacin de nuevas fuentes deenergas renovables y limpias ha-cia cuyo encuentro deben dedi-carse importantes esfuerzos desdeahora?, cmo participaremos en

    la transicin a la que obliga lafinitud de los hidrocarburos?, c-mo vamos a definir nuestra posi-cin acerca de los biocombusti-bles?, cul debe ser nuestro

    papel en la revolucin tecnolgi-ca que est frente a nosotros?,queremos ser protagonistas, o va-mos pasiva y permanentemente abuscar alianzas estratgicas quenos digan cmo, dnde y cundo,en lugar de desarrollar conoci-mientos propios y tomar decisio-nes autnomas?

    Si este ltimo fuera el caso,desde ahora podemos afirmar queextraeremos todos nuestros hidro-carburos a la brevedad posibleincluyendo los del mar profun-do, y dedicaremos toda nuestraproduccin de maz a surtir deetanol a Estados Unidos.

    Habremos hipotecado nuestroporvenir, como parece que hemosvendido en futuros nuestro pe-trleo.

    Hace 20 aos: La ingenieraestaba bien y hoy est mal! Laciencia y la tecnologa estabanmal y hoy estn peor!

    Tenamos hace 20 aos una

    capacidad de 20 millones de horashombre ingeniero en industrias deproceso y manufactura, hoy nollega a 4 millones.

    Cuando se discuta la Ley delServicio Pblico de Energa Elc-trica, que impact seriamente eldesarrollo de la ingeniera y la tec-nologa mexicanas, pregunt alentonces secretario de Energaqu se haba pensado para enfren-tar este problema inminente; me

    respondi que no se haba pensa-do nada.

    Me temo que hoy la mismapregunta obtenga la misma res-puesta.

    Si las propuestas de las refor-mas en los trminos que se propo-nen se convierten en ley, si nose hacen las adecuaciones queexige el futuro de Mxico y el res-peto a su Ley Suprema, desde hoypodemos decir tambin, que den-

    tro de 20 aos, en lugar de dispo-ner de las tecnologas que noshacen falta, la ingeniera y la tec-nologa mexicanas, ya no estarnms!

    Seores senadores, se juega enla decisin que est en sus manos,en sus mentes, en su intelecto, noslo el futuro de la industria pe-trolera y el destino de nuestrosrecursos energticos, de s funda-mentales para el desarrollo del

    pas, sino tambin la superviven-cia de la ingeniera mexicana, lasposibilidades del desarrollo cient-fico y tecnolgico en este renglnde primera importancia, y lo mstrascendente, la soberana nacio-nal, integral de independencia, deautonoma, de identidad, de cul-tura, de valores, de dignidad, depatriotismo, de genuino y honrosocompromiso.

    Les agradezco su atencin.