C. Raigada - El Campesinado

24
EL CAMPESINADO C. Raigada Posiblemente la mayoría de mis lectores no van a ser campesinos, ni agricultores; aunque algunos aún lo sean. Sin embargo, en nuestra mayoría, tenemos antepasados agricultores y una voz interna en nosotros habla en "idioma campestre". El que esto escribe pues, tampoco 1

description

http://libros-prohibidos8.blogspot.com/

Transcript of C. Raigada - El Campesinado

Page 1: C. Raigada - El Campesinado

EL CAMPESINADO

 

C. Raigada

 

 Posiblemente la mayoría de mis lectores no van a ser campesinos, ni agricultores; aunque algunos aún lo sean. Sin embargo, en nuestra mayoría, tenemos antepasados agricultores y una voz interna en nosotros habla en "idioma campestre". El que esto escribe pues, tampoco es agricultor y su cultura sobre el tema es “libresca”, fruto de deducciones lógicas y de un intento de evidenciar la Verdad y restablecer la Justicia. Ello tal vez disculpe mi ignorancia -con respecto a un campesino - sobre el tema y - sobre todo, por no

1

Page 2: C. Raigada - El Campesinado

saberme leído por muchos agricultores - me ayude a vencer la vergüenza por el grado de culpa que a mí pudiera debérseme, de lo que a continuación expongo, como "habitante del asfalto” -culpa colectiva, de la que desearía participasen muchos, tras la lectura; no en el sentido negativo-vergonzoso sino positivo-ejecutivo, como germen de formación de una nutrida tropa que aprenda a luchar, también, en este frente del verdadero Socialismo. Y empezaré con un duro revulsivo en que más de uno verá un cierto retrato personal.

Hoy la clase labradora es la que menos se estima; es la clase máximamente menospreciada por el Estado, la más desconsiderada por la sociedad. Al labrador se le conoce en las ciudades a través de ciertas novelas teatro, cine o TV; donde -en muchas ocasiones - sirven de diversión con sus modales rudos e incluso zafios, para el degradado habitante de las urbes. Cuando sus jóvenes acuden al cuartel -tan teóricamente igualitario - "aprenden" sobre sus "costillas" bromas, burlas, indiscreciones, desprecios y chanzas. En las calles de la ciudad el hombre del campo es víctima anhelada del hampa social y, sobre él, ejercita -casi siempre con inmunidad- sus malas artes. Y así, este hombre con su vida de rudo trabajador y sus hábitos de honesto vivir -no sólo por falta de especialización - encuentra los trabajos peor remunerados, incluso un ultrajante "paro"; no trae las armas para "brillar" en nuestra podrida sociedad urbana. Este hombre ha de sufrir el ver que la frivolidad ambiental, acepta, ensalza y dignifica al mayor honor y “utilidad" las superficiales "cualidades" que muestran ciudadanos que -a diferencia de él - ni trabajan ni sirven al bien social; no ya tanto como él, ni aun la décima -¿o será exagerar?- parte. Impresionante y desanimante ha de ser su sensación al comparar la vida liviana y regalada que otros llevan aparentan o pretenden llevar, con la realmente trabajosa y arrastrada que a él (el "pagés" , o el "cazurro", el "paleto", el "cateto", el "pueblerino", etc. -que esas y no otras son las "flores" que le oferta la ciudad ... ) le cupo en suerte. No es raro que, aturdido o "deslumbrado", acabe por avergonzarse de su digna y vital -para todos - profesión, y por maldecir de ella; y para que sus hijos no "padezcan" decida hipotecarse hasta el cuello para poder mandar a estudiar a estos últimos a la "ciudad" (lugar en el cual en muchas ocasiones es donde menos se puede aprender lo auténticamente provechoso) . Empieza a soñar con sus hijos ocupando cargos públicos, o al menos urbanos, sin reparar que la trampa en la que cae es, a su vez, una maldición para la Agricultura,

2

Page 3: C. Raigada - El Campesinado

su Patria y su Raza (al sacar de los campos a sus elementos más prometedores de auténtico progreso ) - y "reserva" a la vez - que aún disponemos. Y eso sólo para así aumentar o facilitar el enjambre de parásitos sociales que han llegado a ser nuestras ciudades.

Pero no somos los únicos o mayores responsables; es -salvo alguna efímera y parcial excepción - el Estado quién tiene este "título". A lo largo de sucesivos gobiernos y con la corona de la "democracia" actual, el labrador ha sido víctima de un completo catálogo de postergaciones y orfandades. ¿Cuando ha estado más y mejor atendido sanitariamente el Campo que la Ciudad; o ni siquiera igual?. Intelectualmente, ¿qué hacen en su favor -es utópico hablar de prioridad - los servicios de cultura, tan solícitos y generosos con ciertos centros urbanos?. ¿No se ha mantenido siempre la "Justicia" al servicio del caciquismo -de un color u otro- ? .

Si el poder público -dicen - depende en régimen de "democracia" de los votos del pueblo (del pueblo "votante" naturalmente) , los labradores de Europa -y los de España por tanto - al ser "los más" , deberían constituir la mayor fuerza política de las naciones. Pero ello también lo tiene "pensado" la "democracia" mediante sus -no demasiado divulgados sistemas de recuento de votos, Ley de Hondt, etc. Es indudable que la despoblación rural es creciente y la población urbana creciente -hasta la irracional alienación masificante, pero aun así si totalizamos los habitantes ciudadanos y los rurales, la balanza numérica sigue inclinándose por los últimos.

Pero no se teme a la fuerza del Agro, porque las constituciones democráticas otorgan al agricultor -especialmente, no únicamente... - el "poder de la libertad", y simultáneamente mantiene instituciones que se encargan de oprimirle con una más sutil y aplastante esclavitud. Sus sufragios campesinos no cuentan por valores individuales. Se cuentan por pueblos o distritos -a través de bien colocados y vigilantes intermediarios que usufructan todas las ventajas, y ninguna responsabilidad, del poder; y si la propaganda no tiene fuerza para imponerse entonces se desciende a considerar esos votos como de rebaño servil y "ajustando" los votos a "tanto por cabeza" todo se "resuelve".

Recordemos o contemplemos más de cerca, a los agricultores que como se apunta "son los más", aunque no lo parezca en las

3

Page 4: C. Raigada - El Campesinado

"democracias". Creo en humilde confesión, que también son los mejores y que ni aún el mejor de nosotros supera, en valores, al mejor de ellos, o aún a su "medida". En caso de defensa de la Nación -como se mostró entre otras ocasiones, en nuestra Guerra Civil - se derrama más sangre campesina y son ellos -con su patriotismo los que mejor aseguran la defensa de los valores raciales. Tal vez por ésto también el sistema actual tiende a "volatilizarlos".

Un mejor espíritu de orden y estabilidad social -a pesar de tener mayores motivos de queja, como vamos viendo reina en los campos, cuyos habitantes sienten más respeto por la propiedad y vida ajenas. En la ciudad se da más fácilmente la visión de capitalistas y desposeídos. En el campo -independientemente de la fortuna, generalmente poca- todo el mundo hace algo productivo y creativo; "ganan el pan con el sudor de su frente". Aquellos que hicieron y divulgaron la Biblia, transmitieron (nada menos que de Jehova-Dios, o sea del "Dios-Padre" cristiano) la idea de que las ofrendas de Caín, el agricultor, no eran "valiosas" (Gen 4:3-5). ¿De que nos podemos extrañar , pues, por que se continúe ese "precedente"?. Sin embargo, veamos que virtudes se concentran en el agricultor:

En los campos se forman las generaciones más sanas y más fuertes (sin gimnasia o dietas especiales). Sus pobladores constituyen las masas más laboriosas, fecundas y pacificas. Su ambiente moral es escuela de valiosas virtudes sociales y civiles. Por ello -mientras las clases agrarias sigan formando una gran masa quedará esperanza para todos -salvo embaucadores y opresores- pues ellos son el verdaderamente fundamental componente de nuestra vitalidad racial.

La clase campesina tiene una potencia consumidora a tomar muy en cuenta; representan un extenso mercado interior a la industria, y además ventajoso por ser seguro, incluso sin imposiciones vejatorias, esa gente sigue teniendo palabra y saben ser buenos pagadores.

El campesinado económicamente -también en otros aspectos - es el que más da a la sociedad, y el que menos recibe a cambio. Socialmente pues, es el que más vale, aún cuando sea el menos -clara e injustamente  - estimado. Políticamente -en la teoría

4

Page 5: C. Raigada - El Campesinado

democrática - es el que más puede y, como decía, a quien más se engaña y menos se teme -a pesar de los precedentes de las revoluciones campesinas (suelen desviarse a una lucha de clases "jornalero-patrono" lo que nace para ser una lucha racial "nacionales-internacionales"; pues también está esto preparado).

Su potencia económica puede ser tal -en caso de estar liberada de hipotecas usurarias - que el fundamental punto económico que exponen los mercaderes "europeos" para el ingreso de España en la CEE es su objeción temerosa a nuestra Agricultura que, aún postergada, es temible. No evita el ingreso (que se desee o convenga sería otro tema) nuestra Industria, Comercio, etc -lo de "nuestro" es una forma de hablar - ya que todas esas cosas en todas sus facetas y extensión, no son, según se deduce, dignas de temer, o al menos son más fácilmente controlables".

Mas sí a la Agricultura corresponde la primera Jerarquía en nuestra constitución económica -por el valor de sus productos y cuantía de los capitales que emplea - tener en cuenta también su preeminencia basada en sus valores cualitativos; pues esta INDUSTRIA PRIMARIA ES LA QUE PROVEE DE ALIMENTOS A LA POBLACION; DE MATERIAS PRIMAS A LAS MANUFACTURAS -generalmente *maquino facturadas"- DE PRODUCTOS QUE SUSTENTAN AL TRANSPORTE Y COMERCIO, etc..

Los aportes de la Agricultura son absolutamente necesarios para la VIDA y la CIVILIZACION. Ahora que las huelgas no sólo son "normales" (e incluso en casos, necesarias), sino una verdadera "moda", creo que una huelga de los productores del campo se prohibirla o reprimiría, para que no sucumbiese todo el pueblo -empezando por el parásito -. Desde luego ante este temor, hay un interesado comercio internacional que tal vez, en algunas zonas, se emplee para erradicar -por hacer la vida imposible - la clase agricultora autóctona, fuerte y libre.

En todo caso cualquier día a nivel continental, el pueblo trabajador (del cual hay que excluir a los "trabajadores" que simplemente imitan al burgués), el auténtico productor - a cuya cabeza irá el campesinado - tomará conciencia de ser los más y los mejores. Por ello también, se evita en lo posible que tome esta conciencia que se organice, etc. a base de "distraerle", bombardearle

5

Page 6: C. Raigada - El Campesinado

con demagógicas propagandas y promesas que ni se piensa cumplir, desviarle por asociaciones sindicales perfectamente intervenidas y otras maniobras combinadas con éstas medidas.

En el campo, los patronos políticamente independientes (que aún quedan y suelen ser los que de patronos sólo llevan el nombre y la preocupación de luchar contra los usureros, pues "doblan el espinazo" tanto como el jornalero), estos patronos pues, son interesadamente mostrados como "enemigos del jornalero" y, de paso, se llega a "crear" esta idea en aquél sobre éste. Se promueve la lucha social; pues en el momento que se formase un frente común -que se ampliarla con los elementos sanos de las ciudades - la reunión sería verdaderamente ingobernable para los que nos "gobiernan". Y también ellos recitan -como nosotros - el "Ellos o Nosotros". Este núcleo organizado se extendería tan rápidamente que no sólo seria irresistible sino el único medio para que las demandas de verdadera Justicia se vean satisfechas.

Si esas quejas existentes dejan de ser bravuconadas con algo de hipocresía y secretos suspiros al oído como: "Si no pagásemos ninguno la contribución«; "Si no sembráramos o recogiéramos"; "Si hacemos una marcha sobre Madrid ahora con tanta autonomía esto es mera "ciudad-ejemplo"- etc ... ¡Sería temible!.

Otra consideración es que toda clase, profesión, etc. tienen más facilidades para reunirse, enumerarse, incluso amenzar, que sus correspondientes agrarias. Estaría bueno -piensa el Sistema - que permitiéramos y menos facilitáramos, una real conciencia -por unión y superioridad numérica - al Campesinado - Serían capaces de reinyectar sus valores raciales -contrarios a los nuestros - en el resto del cuerpo social autóctono, al que tanto procuramos raquitizar, degradar y descomponer".

Por eso, dentro de su programa intentan que, por nuestra parte, miremos al más humilde de los "pueblerinos" con una injustificada superioridad despectiva de "hombres de ciudad"; y por parte del campesino, que vea esta actitud "natural y correcta”. Sin embargo el Sistema sabe mejor que muchos de nosotros quién es el más grande digno, virtuoso, racial, etc y por tanto el más peligroso y potencialmente amenazador para dicho Sistema.

Con los años el labrador se curte y fortalece físicamente, incluso llega a poseer una salud envidiable -para unos ciudadanos

6

Page 7: C. Raigada - El Campesinado

que carecen de medios y atenciones - y la misma no se debe sólo a "los aires y el sol" sino al método, la disciplina y otras muchas virtudes de la raza, que aprendió a practicar viendo a sus padres y que después de mozo, no olvidó -ya que los consejos predicados con el ejemplo dejan huella más indeleble que las teorizaciones filosóficas; virtudes que eran norma para el cuerpo y la salud, así como para el alma. Virtudes que huyeron de las ciudades y que aún (a pesar de la ofensiva televisiva que imaginada para un horario de ocio es incompatible con el duro horario de las labores campesinas) se conservan puras en el campo.

 Incluso físicamente, avergüenza la comparación; en aquél la vida artificial -si no viciosa -, en éste la naturaleza y el trabajo al aire libre. Y este último no es sólo una virtud sino una fuente de salud; es una virtud saludable que tiene por corolario el permitirnos tildar al ocio -la propuesta, la promocionada y ansiada “civilización del ocio”- de ANTISOCIAL y ANTIRACIAL. Aún cuando lleguen a quitarle al Campesinado todos sus tesoros, si no le arrebatan sus virtudes le habrán dejado -como único - su auténtico y verdadero tesoro.

No 'facilitemos' que sea el único que reste a nuestro corracial rural. Si por causas auténticas o bastardas no llegamos a imitarle totalmente, defendámosle al menos como persona o agrupación. Pues el pueblo genuino el heredero de las glorias y de las virtudes raciales, tiene sus hombres representativos en esos hombres y mujeres maltratados por un Estado que sigue parámetros extranjerizantes: unas ciudades 'distanciadas' en su perversión, y una inagotable sucesión de partidos Políticos que, tras fracasar, cambian su aspecto para seguir viviendo del pueblo. Solamente el pueblo campesino  -y pocos más - tienen principios de redención y alientos de vida nueva.

La Religión es un valor campesino, utilísimo en su 'faceta' incorporada a la localidad, al entorno, a la Nación y la Raza. Sin embargo cuando adoptó una 'faceta internacional' (en el caso de España: Católica indica universal, rememorando cierta 'tendencia' de uno de sus principales “venereosl”) España perdió primero su mejor sangre y después sus tesoros, no arrebatables por otros medios. En todo caso al romper el liberalismo con la 'Santa Tradición' (en la Primera faceta apuntada; ya que la segunda -creo - siempre nos fue tan extraña como cualquier 'internacional..)

7

Page 8: C. Raigada - El Campesinado

religiosa de España, trata de crear un nuevo estado político y formar el 'Estado' Liberal, Demócrata y Parlamentario, cuyas consecuencias todos estamos padeciendo. Aquella preparadísima, e interesadamente falsa, Revolución francesa -preludio de otras posteriores- no tiene sus 'principalmente buscadas' consecuencias en lo moral y religioso, sino en lo jurídico y Político.

Nos enseña a no respetar la auténtica autoridad, proclamando el principio de soberanía popular (pueblo, previamente "desvirtualizado" con la propaganda) y el derecho de huelga y rebeliones (improvechosas, insensatas y promocionadas). La violación de la propiedad se legalizó y se consigue que los bienes que se daban -con razón o no, pero libremente al 'culto' ahora vayan al cacique político de turno. Suprimida toda jerarquía y abolido todo derecho que no sacralizase esa pintoresca 'voluntad popular', se ha ido concediendo libertades -generalmente para lo malo o mal empleadas Libertad de Prensa, Libertad de Tribuna, de Cátedra, de Usura -en lo económico - de Monopolio, de Contrato Laboral, etc. Libertades en una palabra, de las grandes muchedumbres de manejados.

Se abolieron Gremios y Corporaciones que hacían fuerte a una clase media y trabajadora, frente al capital que la empuja irresistiblemente a la pobreza que antes se adjudicaba al proletariado, en un régimen de libre concurrencia.

Intentan acaparar la autoridad comunal; monopolizar la enseñanza favoreciendo a menudo sus tendencias sectarias etc. Lo intentan secularizar todo en beneficio siempre de los que pueden, de los que poseen, de los que gozan -o sea ellos - y en prejuicio de los que trabajan, de los que no tienen. Ya lo dijo Donoso Cortes mucho mejor: “La Revolución francesa y la implantación del Liberalismo se ha hecho por los ricos y para los ricos".

Ultimamente además, se pretende sustituir al hombre por la máquina y el robot, entonces será posible el genocidio directo, ya no seremos necesarios.

¿Como confiar de que los remedios vengan de quienes se esfuerzan en difundir las causas?. Los regímenes fundados en estas doctrinas liberales se derrumbaran cuando sean inútiles a dichos propósitos, pero previamente habrán arrastrado y hundido instituciones seculares, si los defensores de éstas no reaccionan

8

Page 9: C. Raigada - El Campesinado

antes. Como donde la 'entraña' es más sanamente refractaria a los morbos introducidos es en el campesinado, hacia él va la mayor y sistemática energía de los golpes más demoledores. El Sistema, o sea sus hombres, tiene como antípodas a los hombres rurales.

Las 'crisis' que origina, inventa y promociona el Sistema, en parte intentan ocultar que es el propio Sistema el que sufre la máxima crisis en sus instituciones y postulados. No desea que un día surja o resurja la verdadera Revolución Liberadora que los rechace como extranjeros. Nuestros pueblos (como en algún anterior intento opresor lo hicieron con éxito -pero que por debilidad no llevaron a sus últimas consecuencias), no tardarán en levantarse para dar fin al monstruo que los aniquila, aún aparentando indefensión y quejas, buenas intenciones, etc.

Por dignidad -y por necesidad - estamos obligados a ayudar al hombre del campo, a aprender de él, a impregnarnos de sus virtudes raciales y a organizar un verdadero poder conjunto (reconociendo de paso, y profundamente, que unos campesinos mayormente virtuosos y trabajadores no pueden por más tiempo ser vasallos de ciudadanos corrompidos y holgazanes, empezando por no serlo ninguno de nosotros mismos).

Al que no se une, no se le escucha y menos se le hace justicia (lo que ya es difícil que hagan los injustos para nosotros - aunque no para ellos mismos, que se rigen por un pensar tan diferente al nuestro); y no se le hace justicia por no tener esa fuerza que obliga, domina e incluso tiraniza (que no será tiranía con la razón de nuestra parte) ; solamente el que amenaza -en posición de fuerza - es temido y consigue lo que pretende. No es tan difícil el 'aprender' de los métodos del enemigo, ni siquiera deshonroso rechazarle con los mismos elementos por ellos empleados. Ante la intoxicación una intoxicación más fuerte y de sentido contrario. Ante el menosprecio de unos valores, un socavar, aún más, los ajenos. Ante una prensa de 'grueso calibre', otra prensa guerrillera, molesta, ubicua; ante sus -digamos- ideales, otros ideales; ante su subversión revolucionaria, como medio y no como fin, una devastadora Revolución. Hay que ser revolucionarios; honda, típica y radicalmente revolucionarios, de una Revolución que acabe por desacreditar a todas esas viejas revoluciones de opereta.

9

Page 10: C. Raigada - El Campesinado

Nosotros los revolucionarios no pretendemos retornar a pasado -no somos insensatos sino que predicamos que el mundo marcha y la Humanidad le sigue. La verdadera reacción revolucionaria o revolución reaccionaria sólo consiste en desandar 'el camino mal andado' y ,sin desánimo, preparar nuestro propio viaje, señalar nuestra propia ruta y dirigir nuestro propios pasos.

Pero antes de eso debemos humildemente confesar que los ciudadanos somos unos parásitos de los campesinos; que viven en las ciudades los vulgarmente llamados 'hombres (1) de negocios'; los calificados 'intelectuales'. También hay rentistas -retirados o no - 'vividores' y un nutrido zoológico de delincuentes.

Sin embargo somos muy pocos -relativamente- los nacidos en la ciudad, y aún menos los que tengamos familias ciudadanas antiguas. Hasta poblacionalmente la ciudad se ha nutrido del campo.

Los ciudadanos pasan fines de semana en el campo, pero por fuerza de las circunstancias, 'aburridos' a veces, regresan a la ciudad. Sin embargo el campesino, sepa o no divertirse, no tiene las mismas posibilidades de hacerlo que el ciudadano. En la ciudad se puede dormir poco, por trasnochar y deber madrugar, pero en el campo es una constante, y del campo viene lo de 'trabajar de Sol a Sol”, para conseguir que tengamos un trozo de pan que menospreciamos. Las desgracias sociales campesinas son tan enormes que los ciudadanos tenemos que 'hacer un esfuerzo' para comprenderlas. Todo en la vida puede 'subir de precio' -y por ello costar mas caro también en el ambiente rural, pero artificialmente se detiene el precio de los artículos campesinos. Al menos el precio que a éste pagan los intermediarios y, sin pensarlo, esa "detención" de precios nos tranquiliza. Ahora bien, ¿No estaremos asesinando por omisión a nuestros verdaderos hermanos campesinos, mientras estamos bajando la guardia ante quienes piensan asesinarnos 'por acción' a todos? ¿De dónde ha de sacar el campesino el capital necesario para comprar unas semillas intervenidas por el Estado - o sus amos capitalistas - en sus precios, mientras que no se 'detienen' los precios de combustibles, aperos, abonos, maquinaria, etc?. Para mantener a las ciudades, a sus políticos, a sus parásitos, y SINCERAMENTE a nosotros mismos, los campesinos muchas veces han de endeudarse; y no pueden endosar sus deudas a la Naturaleza que también -para él - trae plagas, heladas, sequías, granizo, inundaciones, etc. Pero esos frutos que obtenga, por motivos políticos pueden estar en contra de

10

Page 11: C. Raigada - El Campesinado

un negocio de importación o de una política de mercado -en contra del agricultor claro - y deben quemarse, pudrirse o minusvaluarse las cosechas y con ello las tierras -que cada vez más están cayendo en manos de multinacionales. Aquí está el 'valor' que entre todos, en la ciudad, damos a los sudores e intranquilidades que se representan en unas patatas, unos huevos, el pan, etc. Y sin embargo no me cansaré de remarcar que casi toda la riqueza proviene de la tierra fecundada con el sudor campesino: Alimentos y vestidos son lo único esencialmente necesario.

Reconozcamos valientemente que nosotros estamos favorecidos en esta injusticia, donde se favorece a los que mejor estamos, y que junto a nosotros conviven los que menos aportan al bien común.

Hay que luchar también desde la ciudad, para que el progreso no se quede únicamente aquí. De hecho para que los más beneficiados sean los campesinos y que él que quiera vivir -más o menos parasitariamente - en la ciudad pague este lujo. Desde luego el minusvalorar al campesino -en algún sentido- ha de ser penado social y legislativamente. Si actualmente los terroristas arrepentidos los homosexuales, y una larga lista más, están plenamente incorporados y atendidos por el Estado, resulta infamante que el Campesinado que todo lo da, y resulta de vital importancia, no sea constantemente citado en la prensa y telediarios, sino que se mantenga en un estado "a ignorar por todos los demás", como si fuera una vergüenza poseer entre nosotros a seres tan 'atrasados'. Definitivamente no reciben ni agradecimiento ni pago, y los que más los vilipendian son los que más les deben, los auténticos 'pigmeos' a su lado, en el cultivo de todas las virtudes.

Naturalmente hay épocas que reciben “visitas y prédicas”: la de las campañas electorales -lo cual prueba sólo el carácter, intenciones y fines de estos 'recuerdos' súbitos. También son 'visitados' por agitadores profesionales que facilitan la desunión, imaginando y/o inventando supuestas grandes diferencias entre los campesinos, y fomentando odios que eviten el ponerse de acuerdo entre si. Agitadores para los que nadie es trabajador si no se es un asalariado. Para el enemigo de la propiedad y de la producción , fomentador de la pereza y del odio, sólo hay 'su' política -la suya o la de sus amos- no la de todos (por cierto que aquella frase 'la propiedad es un' robo' es una traducción tergiversada, tomada de

11

Page 12: C. Raigada - El Campesinado

Proudhon inexactamente, ya que éste desempolvó la frase que ya contaba 50 años de Brissot de Marvilles “La propieté c'est le vol” o sea “la propiedad es EL robo” ; y se refería a la propiedad adquirida por medios legales pero injustamente, por los capitalistas arribistas de su tiempo, 'respetables antecesores' de algunos marxistas financieros de hoy día). Pero esos agitadores intoxicadores no explican como sus amos saben hacinar en días lo que el 'patrón burgués, requiere generaciones para reunir.

Los antepasados de Marx (Don Carlos o Rabí Carlos) fueron muy criticados por Voltaire, pero sus discípulos no repararon en "sentimentalidades" y le  tomaron una frase que suele dar resultado: “Calumnia, calumnia ... ¡que algo queda¡". Por ello dicen del agricultor -que naturalmente no les parece muy de fiar al no ser demasiado "convencible", especialmente si se pretende "colectivizarle" su vaca...- que 'de pobre nada', que sus ahorros los guarda en un hueco, etc. Por ello el Estado se 'anima y sube las contribuciones un 300% -recientemente lo oímos - y desde luego nadie -y menos los Bancos - 'perdonan' un plazo o letra de cambio vencida, indiferentes a todas las restantes cosas motivantes de la ruina o -raramente prosperidad, sean naturales, artificiales o 'sobrenaturales' del agricultor. Y es que sacarles unos ahorros inexistentes es menos rentable que apoderarse de las tierras y como ésto puede ser negocio lógicamente interviene la política que tanto se relaciona con la finanza. Pero también somos culpables en parte todos nosotros: el deseo de un infinito número de ciudadanos es tener un sueldo fijo, especialmente estatal, y cuando tras luchar, lo consiguen, han aumentado la prolífica burocracia estatal. Y como ésta se basa en el presupuesto , y éste en los impuestos, la solución es multiplicar aquellos, y 'toda serie de tributos fiscales, parafiscales, municipales, sindicales, etc. Víctimas propiciatorias son los agricultores, desunido, pues el ciudadano -más unido documentado y sobre todo temido y mimado - no consiente perder por un lado lo que ha ganado por el otro. Además gran parte del 'beneficio' sacado por el agricultor, si lo obtiene, ya se ha destinado a proteger la Industria y Comercio. Los mismos agricultores con su ignorancia también facilitan su propio expolio.

Veamos otra evidencia: En el agro, casi todo está por hacer; no se pensó más que en vivir de él y a expensas de sus trabajadores. ES obligado por el Sistema, a vilipendiar a Hitler, Mussolini, Franco

12

Page 13: C. Raigada - El Campesinado

y otros lideres -algunos realmente populares y otros llegados al poder por sufragio universal, mejor sería decir 'otro', Hitler - pero es histórico y sabido que los agricultores -concretamente con los dos primeros - se beneficiaron de esos periodos dictatoriales, pues dieron al labrador la categoría que requería para los comunes fines patrios; por ello es difícil que los agricultores de su época les vilipendiaran y los olvidasen cuando en su paz prosperaban. pero lo 'normal' de varios siglos a esta parte, es lo contrario.

Otro factor necesario al comercio es el intermediario; en caso de honradez, y de no proliferar su número parasitariamente, cumplen un papel provechoso, ya que pueden facilitar la salida al mercado lejano del producto agrícola. Pero sí se convierten en una cadena sin fin -como no es difícil ver en el Sistema actual - resulta una cadena "costosisima" de intermediarios que -sin intervenir - pretenden ganar tanto en el eslabón productor como en el consumidor. Además estos "señores", también intervienen en crear monopolios, y en llevar maquinarias, aperos, abonos, etc. al agricultor, que entonces, para él, ocupan el puesto de consumidor.

Todo obrero que hace valer su producción más de lo que realmente vale (o todo comerciante su intervención) es un parásito social. El capital financiero es claro que no se va a resentir, e incluso aprovechará la conyuntura de una petición de más elevados salarios o mejoras sociales (necesarias pero que cuestan) para aún ganar más. Está claro quién habrá de pagar la situación. (por poco que lo pensemos, y aunque -si *nuestra sensibilidad 'aún' nos lo permite este tema nos esté avergonzando e incluso, subconscientemente, siéndonos poco grato) . Pero esa es la realidad y más dura aún le ha de estar resultando al que la sufre directamente. Incluso nuestro actual silencio es egoísta, y más nuestra exigencia de mayor sueldo y menor coste de vida (si llegamos a darnos cuenta de que será el Sistema el que aparezca como 'bueno' y el campesinado continuará con su fama y papel de ' idiota' ) claro que más ‘rostro' demuestran los políticos que en las elecciones se reiteran en su insistente: camaradas del campo.

Para nuestro Gobierno socialista quedará -como en otros anteriores de su tipo y origen - la mancha negra de aliarse con el capitalismo en contra de sus votantes, campesinos especialmente, y algo -sólo algo - menos de sus votantes ciudadanos. A menos que se dé un milagro de 'rectificación' (lo que llevaría a sus componentes a

13

Page 14: C. Raigada - El Campesinado

ser defenestrados, 'liquidados' o encerrados como 'locos', o lo que sería peor, como socialistas 'de otro tipo'). Y si tras ellos viniese el marxismo, aún se demostraría más su gran herejía social y su papel de verdugos del Campesinado. El dilema que hace mucho tiempo se les planteó de elegir entre obreros de ciudad o trabajadores del campo, ya lo tienen resuelto: con los primeros harán inviable la vida de los segundos y lógicamente, ocurrido esto ya tiene pensado que hacer después, pero esto se sale del tema.

Por nuestra parte con Descartes, aún podemos decir "Pienso luego existo". Esto parece una profunda tontería -sin restarle un ápice a su valor filosófico - sin embargo la 'frasecita' puede llevar una enorme esperanza y tener una gran trascendencia política. Parece como si Descartes pensase en nosotros nuestro campesinado y nuestra época. Tal vez el "abuelo" Descartes -con todo respeto - hoy también lucharía por todo esto.

Raigada, Palma Mallorca.

14