Marco Teórico Fracaso Escolar
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Marco Teórico:
Daniel Ruiz Revuelta. Doble Licenciatura.
El Fracaso Escolar, Concepto y nociones básicas:
En todo lo relacionado a este tema encontraremos un binomio existencia/lucha contra la
existencia que emana de la concepción que existe del fracaso escolar como un fenómeno a
erradicar, no se puede tratar asépticamente, su existencia no es objetiva sino producto del
error humano, ya sea natural, mediante posibles deficiencias físicas o psíquicas, ya sea
artificial, fruto de las carencias estructurales o políticas de una sociedad.
El problemas del fracaso escolar es un problema relativamente antiguo, y es así pues surge
paralelamente al nacimiento de unos estudios obligatorios que todos los jóvenes tienen el
deber de seguir pero no la capacidad de hacerlo (Eckert 2006). Entre los profesionales
dedicados al estudio del fracaso escolar hay una definición que si bien admite matices,
podría ser aceptada por todos, y que materializaremos con las palabras de J.S. Martínez
(2009):
“Podemos definir el fracaso escolar como el hecho administrativo de no lograr el título
académico mínimo o como no alcanzar cierto nivel mínimo de conocimientos, tal y como se
definen en los estudios de PISA.”
La primera parte de la oración sería una definición rigurosa pero que corre el peligro de ser
excesivamente restrictiva, ya que numerosas fuentes, entre ellas, además de Martínez, el
propio Ministerio de Educación español o el ya citado informe PISA reconocen que en un
contexto occidentalizado el nivel de educación básico o fracaso escolar administrativo
podría ser un ámbito demasiado estrecho, y se plantea la posibilidad de matizarlo,
ampliando la definición de fracaso escolar a la no consecución de otros objetivos de
formación superior, como serían el bachillerato, una formación profesional o incluso una
formación universitaria, tal como afirma el Instituto de Evaluación dependiente del
Ministerio de Educación, que entenderá como abandono escolar prematuro el cese en los
estudios de aquellas personas de entre 18 y 24 años que habiendo alcanzado como
máximo la enseñanza secundaria obligatoria no prosigan estudios superiores.
Encontramos una profundización de esta definición en S. Hernández Ruiz y G. Gómez Dacal
(en García Tirados 1989) que dirá que identificará el fracaso escolar con una de las
siguientes situaciones:
a) Calificación negativa en los resultados escolares.
b) Obtención por parte del alumno de resultados instructivos y/o formativos por debajo de los
niveles que se fijan en el curso o nivel que sigue, con independencia del tipo de sanción
académica que se le otorgue.
c) Logro por parte del alumno de un nivel instructivo y/o formativo que está por debajo de sus
posibilidades personales en materia de aprendizaje.
d) Imposibilidad por parte del alumno de alcanzar el titulo que otorga un nivel educativo, a
pesar de las prórrogas de escolarización o ampliación de convocatorias que se autorizan para
los que no siguen el proceso regular y normal de estudios.
Y su manifestación externa suele ser:
a) La existencia de una sanción académica negativa respecto a los resultados escolares que
alcanza el alumno.
b) La no consecución por parte del alumno de lo que se considera nivel formativo "suficiente",
respecto a una norma externa o satisfactoria, si las propias posibilidades de aprender del
alumno constituyen el referente para la evaluación de sus resultados escolares.
El término fracaso como pilar nominal del concepto, aunque generalizado y aceptado no
ha estado exento sin embargo de sufrir numerosas críticas por la enorme carga negativa
que transmite, ya que el fracasado, aunque solo lo sea escolarmente puede ser asimilado
terminológicamente con un excluido social (Marchesi, 2003).
Como ya hemos dicho antes, incluso aunque eliminemos la concepción negativa del
individuo que ha fracasado, el fracaso escolar no es en ningún momento un fenómeno
deseable, y la propia definición nos emplaza la idea de que aunque el fracasado no es un
excluido, cuanto menos fracaso exista más cerca estaremos de cumplir los ideales sociales,
lo que explicado en otras palabras podría traducirse en que si bien una persona enferma
puede no ser culpable de estarlo, e incluso ser un sujeto perfectamente válido en todos los
aspectos, aun así lo deseable sería que no existiera la enfermedad, y a la erradicación de
esta “enfermedad social” han dedicado políticos e investigadores numerosos esfuerzos, no
todos con el mismo éxito.
En España no es sino en los años 70 cuando, tras el final de la dictadura cuando tiene
sentido hablar de fracaso escolar, ya que no existe educación obligatoria previamente,
bajo el amparo del artículo 27 de la Constitución Española, que regula los principios del
sistema educativo, la edad hasta la que un alumno deberá estar escolarizado se fija en 14
años en un primer momento a través de la LCE, que será posteriormente modificada por la
LOGSE en 1990. Otras reformas educativas que median entre ambas leyes serán la LOECE
de 1980 y la LODE de 1985.
Actualmente, reformando la LOGSE se encuentra en vigor la LOE 2/2006 del 3 de mayo en
cuyos principios algunos han querido ver una nueva carga contra el fracaso escolar, baza
política que se juega siempre en este país debido entre otras cosas, tal como veremos más
adelante, que nuestros resultados nunca han sido competitivos con respecto a nuestros
vecinos europeos.
LOE 2/2006:
Artículo 1. Principios. El sistema educativo español, configurado de acuerdo con los valores de la
Constitución y asentado en el respeto a los derechos y libertades reconocidos en ella, se inspira en los
siguientes principios: (…)
b. La equidad, que garantice la igualdad de oportunidades, la inclusión educativa y la no
discriminación y actúe como elemento compensador de las desigualdades personales,
culturales, económicas y sociales, con especial atención a las que deriven de discapacidad.(…)
d. La concepción de la educación como un aprendizaje permanente, que se desarrolla a lo largo
de toda la vida.
e. La flexibilidad para adecuar la educación a la diversidad de aptitudes, intereses, expectativas
y necesidades del alumnado, así como a los cambios que experimentan el alumnado y la
sociedad.
f. La orientación educativa y profesional de los estudiantes, como medio necesario para el logro
de una formación personalizada, que propicie una educación integral en conocimientos,
destrezas y valores
Si bien en el texto todavía no se introducen medidas especificas en la lucha contra el
fracaso escolar es ya notable la dirección que toma el desarrollo legal, tomando por
ejemplo el tenor literal del párrafo cuarto vemos corroborado el matiz de la definición
amplia de fracaso escolar que se recogía en PISA.
Artículo 2. Fines.
1. El sistema educativo español se orientará a la consecución de los siguientes fines:
a. El pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades de los alumnos.(…)
d. La educación en la responsabilidad individual y en el mérito y esfuerzo personal.(…)
f. El desarrollo de la capacidad de los alumnos para regular su propio aprendizaje,
confiar en sus aptitudes y conocimientos, así como para desarrollar la creatividad, la
iniciativa personal y el espíritu emprendedor.
i. La capacitación para el ejercicio de actividades profesionales.
Aunque no encontramos un alegato especifico que propulse la lucha contra el fracaso
escolar, parece difícil aceptar que todos estos principios y fines pueden estar cerca de su
cumplimiento si no se garantiza un importante volumen de alumnos que cumplan como
mínimo el periodo de educación obligatoria. Fuera de estos principios encontramos
también artículos garantistas que una vez desarrollados, en la propia ley o mediante los
respectivos reglamentos darán acciones concretas de lucha contra el fracaso escolar.
Artículo 4.3. Sin perjuicio de que a lo largo de la enseñanza básica se garantice una educación
común para los alumnos, se adoptará la atención a la diversidad como principio fundamental.
Cuando tal diversidad lo requiera, se adoptarán las medidas organizativas y curriculares
pertinentes, según lo dispuesto en la presente Ley.
Artículo 5. El aprendizaje a lo largo de la vida.
1. Todas las personas deben tener la posibilidad de formarse a lo largo de la vida,
dentro y fuera del sistema educativo, con el fin de adquirir, actualizar, completar y
ampliar sus capacidades, conocimientos, habilidades, aptitudes y competencias para su
desarrollo personal y profesional.
2. El sistema educativo tiene como principio básico propiciar la educación permanente.
A tal efecto, preparará a los alumnos para aprender por sí mismos y facilitará a las
personas adultas su incorporación a las distintas enseñanzas, favoreciendo la
conciliación del aprendizaje con otras responsabilidades y actividades.
3. Para garantizar el acceso universal y permanente al aprendizaje, las diferentes
Administraciones públicas identificarán nuevas competencias y facilitarán la formación
requerida para su adquisición.
4. Asimismo, corresponde a las Administraciones públicas promover, ofertas de
aprendizaje flexibles que permitan la adquisición de competencias básicas y, en su
caso, las correspondientes titulaciones, a aquellos jóvenes y adultos que abandonaron
el sistema educativo sin ninguna titulación.
5. El sistema educativo debe facilitar y las Administraciones públicas deben promover
que toda la población llegue a alcanzar una formación de educación secundaria
postobligatoria o equivalente.
Será fundamental para entender la posición de la Administración será la lectura de los
párrafos cuarto y quinto de este artículo 5. Ya que será pilar básico, junto al planteamiento
constitucional ya mencionado en la promoción pública de la educación de nuestro país.
En contraposición al interés público por promover una población formada encontramos el
ámbito privado del individuo como segundo elemento clave en la prevención del fracaso
escolar y que será a la postre nuestro objeto de estudio, y es que los entornos primarios y
secundarios del individuo influirán tanto o más que la disposición estatal del sistema
educativo. Para profundizar en esto deberemos definir el entorno del individuo,
centrándonos principalmente en la familia, averiguar las causas generales del fracaso
escolar y baremar ambos factores para encontrar los puntos clave que nos permitan
profundizar en la investigación de la influencia de la familia en la existencia del fracaso
escolar o por el contrario en la prevención del mismo.
Familia:
Muchos han sido los intentos de definir el término de familia, algunos de ellos demasiados
complejos, otros quizás demasiado ambiciosos, puede parecer idóneo por tanto acercarse
desde su acepción más cercana, aquella que la define como el circulo primario en las
relaciones sociales de un individuo, o incluso desarrollar su concepción biológica y
empezar a construir a partir de ahí.
Para la RAE: familia. (Del lat. familĭa).
1. f. Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas.
2. f. Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje.
3. f. Hijos o descendencia.
4. f. Conjunto de personas que tienen alguna condición, opinión o tendencia común
El enfoque biológico en la familia se refiere a la vida en común de dos personas de sexo
distinto para la reproducción y conservación de la especie, la preservación de los
miembros de la familia y la crianza de los hijos en el ambiente familiar. (Carrillo 2009)
Para Ana María Brígido (2009) la familia sigue siendo el factor socializador más importante,
pese a la problemática moderna y su proceso de desestructuración tres elementos clave le
confieren esta importancia:
a) Primera estructura vital en la que se integra el niño y que cubrirá sus
necesidades básicas.
b) Existencia de fuertes relaciones primarias entre los miembros basadas en
fuertes lazos afectivos.
c) Es el lugar donde el niño pasará la mayor parte del tiempo en sus primeros
años.
d) Vinculo psicológico que une a los miembros al ser los unos la prolongación
biológica de los otros.
Para Otero (En Carrillo L. 2009) Habrá cuatro tipos de familia, en función de su tamaño,
1. Familia de Hijo Único
2. Familia pequeña
3. Familia de tamaño medio
4. Familia grande
Para Carrillo, desde una perspectiva evolutivo-educativa, la familia en condiciones
normales supone:
• Un proyecto vital de existencia en común con un proyecto educativo compartido,
donde hay un fuerte compromiso emocional.
• Un contexto de desarrollo tanto para los hijos como para los padres y abuelos.
• Un escenario de encuentro inter generacional.
• Una red de apoyo para las transiciones y las crisis.
Además, en su tesis, Carrillo introduce un concepto que nos puede resultar
tremendamente interesante a la hora de relacionar familia y fracaso escolar, y tiene que
ver con los estados de anarquía, o la falta de legitimidad de las ordenes o conductas que se
siguen en el seno familiar, y que puede explicar porque en algunos casos los estudiantes
no pueden aplicar a la actitud diligente necesaria para obtener unos resultados básicos a
nivel académico:
“Creer en Dios, ser Comunista, ponerse el pijama antes de dormir, no caminar descalzo o ser
vegetarianos, pueden ser mandatos arbitrarios, caprichosos u hormonales, cuando nadie explica
las razones, el porqué debemos hacerlo. Impera la anarquía porque no existen roles definidos y
cada quien actúa dependiendo de cómo se siente”
Causas del fracaso escolar:
En un primer momento, al comienzo de la sociedad industrial, marco histórico en el que se
desarrollan los primeros sistemas de educación obligatoria y se percibe por primera vez
este fenómeno, se va a tender a pensar que el fracaso es culpa del propio individuo, por
unas carencias innatas que deberán percibirse lo más temprano posible para poder
adaptar al individuo a las estructuras de formación apropiadas (Eckert 2006). Superada la
concepción culpabilistica del individuo pero sin negar la influencia que la configuración
natural de una persona puede tener en su rendimiento escolar tres son los principales
frentes abiertos en el debate sobre quién carga con la causalidad en cuanto a la existencia
del fracaso escolar, podemos anunciarlos brevemente:
De menor a mayor, cabría empezar con los factores propios del individuo, factores físicos o
psíquicos que potencian o merman la capacidad de adaptación de un individuo al sistema
escolar
La socialización, el entorno en el que una persona crece y se desarrolla, entorno
geográfico, nivel de vida familiar, educación de los padres, inmigración, caída demográfica,
etc.
La inversión pública en educación y las deficiencias estructurales del sistema, existen
numerosas opiniones que afirman que la relación entre inversión pública en educación y la
reducción del fracaso escolar es directamente proporcional a la vez que un hecho
innegable, y que si bien aceptan la existencia de otros factores que expliquen el fracaso
escolar en ningún caso serán tan significativos como la ausencia de dinero en las escuelas
procedentes de las arcas públicas.
1 – Escapándose de las fronteras que delimitan la Sociología y su campo de estudio y
adentrándose en otras ciencias como la médica y la psicológica encontramos explicación a
causas individualizadas que provocan el fracaso escolar, si bien no siempre son decisivas ni
corregibles de un diagnostico a tiempo y su posterior tratamiento dependerá que el
individuo que padezca estos trastornos tenga la oportunidad de cursar sus estudios con
mayor o menor normalidad. Entre los trastornos físicos encontramos los impedimentos
físicos naturales de muy diversa índole que impiden a una persona seguir con normalidad
un ritmo de clases adecuado. Menos evidentes pero probablemente más comunes
encontramos, encuadrándolas como causas psíquicas que provocan o favorecen el fracaso
escolar las Dificultades de Aprendizaje (D.A.) como la dislexia, la disgrafia o la discalculia
son un paradigma en fracaso escolar producido por alteraciones neuro-funcionales,
además de encontrar casos de fracaso escolar debidos a la aparición de algunos de los
siguientes signos de disfunción cerebral (Portellano 2003) El fracaso escolar puede estar
producido por un amplio abanico de factores personales o ambientales; al menos en la
mitad de los casos se observa la existencia de trastornos neuro-madurativos o
manifestaciones más o menos intensas de disfunción cerebral (Portellano 1989, 1991).
2 – El hombre no es un ser social, sino que se hace social en virtud de procesos que la
sociedad pone en funcionamiento con ese fin (Brigido, 2009) la existencia y la interacción
son inseparables e individuo cultura y sociedad son tres elementos que van de la mano. La
propuesta será entonces que el condicionamiento recibido por un individuo influirá
decisivamente en su rendimiento escolar, Durkheim dice que la educación es ejercida por
las generaciones adultas sobre las que aun no están maduras para la vida social, si
añadimos a esto la sutil diferencia que propone Agulla (1969) entre socializar a un
individuo, o adaptarlo a su medio social, y educarlo, o lo que es lo mismo, transformarlo
para encarar un nuevo medio, podemos proponer que el fracaso escolar es el fracaso de
los adultos en convertir a los menores en sus semejantes, lo que se puede ver a su vez
como un rechazo del menor a seguir la senda que le ha sido marcada, o desde otro punto
de vista en el que nos adentraremos en siguientes fases de la investigación, es posible que
la adaptación, a través de la socialización-adaptación familiar esté ya tan arraigada que no
sea posible la educación-transformación, siempre y cuando ambas existan en planos
diferentes y encontrados .
No obstante es peligroso etiquetar elementos como el nivel de vida familiar o el nivel de
educación de los padres como factores determinantes del fracaso escolar, podemos caer
en la tentación de atender a razonamientos primarios mediante los cuales justificamos la
carencia de un individuo con las carencias de sus antecesores, si bien en un pasado
reciente, en una España mas rural y atrasada estos elementos parecían estar
estrechamente relacionados, en la actualidad ante una importante crecida del nivel
educativo de los padres, los datos de fracaso escolar no han descendido en absoluto.
(Consultar con el profesor la fiabilidad de la fuente:
http://www.institutoforma.com/informes/efectoLogse.pdf).
Si atendemos a esto, la probabilidad que tiene un alumno de tener un progenitor con
estudios es netamente superior entre generaciones que disten tan solo 5 años, por lo
tanto habrá que poner en cuarentena al estudiar las influencias familiares en la aparición
del fracaso escolar el argumento de que un menor nivel de estudios en los padres
repercute en los hijos.
3 – Gasto Público/Deficiencias del sistema: Hemos encontrado varios autores que hacen
referencia a la deficiencia en la inversión pública.
Fuente: Gastó Público por institución y periodo. INE
Siguiendo esta línea de argumentación, de entre todos los factores que influyen en el nivel
de un país en cuanto a fracaso escolar se refiere, la inversión pública por alumno es el
indicador determinante, ya que como encontramos en los datos del Informe Pisa, países
como Suecia y sobre todo Finlandia encabezan ambos rankings, el de nivel educativo y el
de inversión pública en educación. Si bien esto es innegable, encontramos matices a la
hora de aplicar estos principios al caso español, pues como vemos en la tabla del INE, la
inversión en España se ha duplicado prácticamente en una década sin que de esto resulte
directamente en una reducción de los datos del fracaso escolar. Por lo tanto, si como
decimos es muy significativo el dato escandinavo sobre inversión/resultados, no hay que
descartar que o bien ellos tengan otros factores que potencien dichos resultados, o
nosotros hemos descontrolado alguna variable que los bloquee.
Estadísticas:
Fuente: Ministerio de Educación, Sistema estatal de indicadores de la educación 2007.
Fuente: Ministerio de Educación, Sistema estatal de indicadores de la educación 2007.
Fuente: Ministerio de Educación, Sistema estatal de indicadores de la educación 2007.
Fracaso Escolar en comparación con la Europa de los 25:
España y sus CCAA en el informe PISA 2006:
Tabla 1: (OCDE 2007, en Cordero Ferrara para Estudios Fiscales)
Tabla 2. Continuación:
(…)
Relación Familia – Fracaso Escolar:
Será en González Barbera (2005) donde encontraremos la mayor aproximación
bibliográfica que correlacione familia y fracaso escolar:
“La evidencia de la relación que debe existir entre los resultados de la educación recibida en la
institución familiar (la primera que comienza a educar al sujeto y que, en la mayoría de los
casos, no abandona nunca esa función) y los resultados escolares (en forma de rendimiento
académico, en este caso) ha dado lugar a numerosas investigaciones que han intentado probar
dicha relación. Sin embargo, no resulta nada fácil, y tampoco es intención, resumir en un breve
espacio todo lo que se ha realizado al respecto, por lo que se ha intentado sistematizar y
clasificar las investigaciones tomando sólo las más significativas para el fin que se persigue.”
A continuación hacemos un repaso a los principales hitos en la investigación de este
aspecto:
En primer lugar vamos a partir de una división estructural/funcional donde encontraremos
una separación de conceptos, pese a que ambos representen una misma realidad:
Background. En esta dimensión ubican variables como el nivel socioeconómico, el nivel de
formación de los padres, los recursos culturales, la estructura familiar, etc.
Clima. Esta dimensión acoge variables como las relaciones padres-hijos, la utilización del tiempo
en el hogar, las demandas,
Diversos autores como Gómez Dacal o Marjoribanks (todos en González Barbera 2005)
realizan diferentes estudios sobre que variables familiares intervienen en el rendimiento
escolar de los hijos, pero será Thorndike en el que destaque cuatro factores respecto a la
incidencia que tienen los factores escolares en diferentes países:
Nivel socioeconómico (considera la profesión del padre, la formación del padre y la formación
de la madre).
- Recursos para la lectura (existencia de diccionarios en casa, número de libros en el domicilio,
periódicos y revistas que se leen en la familia).
- Preocupación que muestran los padres por la actividad escolar (interés de los padres por el
trabajo que realiza la escuela, presión que ejercen los padres para que sus hijos lean, y grado en
que los padres motivan a sus hijos para que visiten museos).
- Ayuda familiar en el trabajo escolar (ayuda que recibe el alumno en la realización de las tareas
escolares en casa, corrección de la expresión oral del alumno y corrección de la expresión escrita
del alumno por parte de los padres).
La variable dependiente es competencia en comprensión lectora. Los resultados que arroja la
investigación son claros: las correlaciones más altas con la competencia en comprensión lectora
se dan con el nivel socioeconómico y con los recursos para la lectura en los alumnos con edades
comprendidas entre 10 y 14 años, mientras que las correlaciones más bajas se dan entre dichas
variables en alumnos de 17/18 años, y entre el resto de las variables y la variable criterio
independientemente de la edad de los sujetos.
Por otro lado Kurdek y Sinclair (1988) llegarán tras estudiar acerca del rendimiento
académico, la estructura familiar y el grado de interés de los padres a las siguientes
conclusiones:
Los indicadores de rendimiento que consideran son:
- Calificación en el grado que cursa.
- Competencia cuantitativa.
- Lenguaje.
- Repetición de grado.
El comportamiento escolar lo miden mediante las faltas de asistencia y la falta de puntualidad.
Los resultados de la investigación se concretan en:
La estructura familiar explica una parte significativa de la varianza de calificaciones,
competencia cuantitativa y faltas de asistencia. La inclusión de la variable sexo sólo incrementa
la explicación de faltas de asistencia y tasa de repetición. La consideración de los conflictos
familiares no amplía el poder explicativo de estructura familiar y sexo. La orientación a las
actividades intelectuales y culturales explica una parte de la varianza de las calificaciones
escolares mayor que estructura familiar, sexo y conflictos familiares. En resumen:
- Las calificaciones escolares se explican por la combinación de estructura familiar y orientación
de los padres hacia lo intelectual y cultural.
-La competencia cuantitativa se asocia a la estructura familiar.
- Las ausencias están explicadas por la acción conjunta de la estructura familiar y el sexo.
CONCLUSIONES PREVIAS:
De las lecturas realizadas podemos anticipar que la teoría sobre el fracaso escolar es
amplísima, y multidisciplinar, se ha enfocado desde diversos puntos de vista, a niveles
macro y micro estadísticos, desde perspectivas psicológicas, médicas, sociológicas,
pedagógicas e incluso políticas y legales. El lugar que ocupa la influencia familiar en la
prevención o no del fracaso escolar se antoja un factor importante pero revestido de
mayor o menor autoridad según quién enfoque el estudio y desde que perspectiva lo haga.
Importante para los sociólogos, no tanto para los psicólogos e ignorado muchas veces en
los estudios políticos.
BIBLIOGRAFIA:
Los conceptos Sociológicos. J. C. Agulla, 1969
Sociología de la educación: temas y perspectivas fundamentales
Brígido, Ana María. 2009
Factores explicativos de los resultados de las comunidades autónomas españolas en PISA
2006. José Manuel Cordero Ferrera; Eva Crespo Cebada; Daniel Santín González. 2009
Entre el fracaso escolar y las dificultades de inserción profesional: la vulnerabilidad de
los jóvenes sin formación en el inicio de la sociedad del conocimiento. Henry Eckert. 1996
Análisis del Fracaso Escolar en la Universidad Politécnica de Madrid. Rosa M. García
Tirados. 1989
Factores determinantes del bajo rendimiento académico en educación secundaria.(2005)
González Barbera, Coral; Orden Hoz, Arturo de la. 2005
Fracaso escolar, PISA y la deificil ESO. José Saturnino Martínez. 2009
El Fracaso Escolar en España. Álvaro Marchesi. 2003
La Familia, la autoestima y el fracaso escolar del adolescente,
Leticia Mirella Carrillo Picazzo. 2009
Prevención primaria del fracaso escolar: El cuestionario de madurez neuropsicológica
infantil (CUMANIN). Un estudio experimental. Psicología Educativa. Revista de los
Psicólogos de la Educación. 1997, Vol. 3
José Antonio Portellano Pérez. 2003
Fracaso Escolar. Diagnóstico e intervención, una perspectiva neuropsicológica. Madrid.
CEPE. José Antonio Portellano. 1989
Instituto Informa: El Efecto Logse, 2006
EUROSTAT.
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CIS:
OCDE.