13-01-2013 LITERARIA LA GACETA

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 13 DE ENERO DE 2013 5 a SECCION A CIEN AÑOS DE SU NACIMIENTO Gyula Kósice abrió un museo, reunió su obra de diferentes períodos y se reivindica como un protagonista del espacio. El filósofo Fernando Savater transcribe sus charlas con estudiantes secundarios de España en su libro Ética de urgencia. 2 4 E s un chico, nueve o diez años, está en la clase de arte de una escuela de Wyoming, quiere expresarse a través de la pin- tura, del dibujo, pero las lí- neas se le niegan, sólo obtiene temblores, ansiedad, manos que se niegan a obede- cer, que ni siquiera pueden seguir, en el papel de calcar, el decidido trazo de una línea. Algo funciona mal en ese cuerpo. Pero él no se declara vencido, apela a su tenacidad y comienza a buscar un len- guaje que le permita mostrar su interior. Con el tiempo, Wyoming se convierte en New York, Pollock se mete en la pintura, vence obstáculos, adopta un estilo que ya existía pero le da un sesgo que llama la atención, destruye lo ya instituido, y lo ha- ce mediante marañas cromáticas que además de reflejar el caos, lo modifican, le dan un orden, lo alinean con la geome- tría fractal, le dan un sentido en el que el caos cede paso al orden, un orden espe- cial que no deja de lado las obras que el caos ha producido. Ha cambiado sus he- rramientas, ya no son caballetes ni pince- les, es el piso, al que Pollock necesita pa- ra que otorgue dureza a la tela horizontal, son palos, espátulas, cucharas, recipien- tes agujereados, llenos de pintura, que go- tean los colores, que los depositan sobre las telas enormes, que dibujan trazos afi- ligranados o manchas rotundas. Son hi- los, regueros, pequeños estallidos coagu- lados, frondas, una escueta marejada de color llegando hasta las costas de la tela y cubriéndola por completo. Todo eso inau- gura lo que fue llamado expresionismo abstracto, lo que se plasma en la tela me- diante el action painting y el dripping, obras obtenidas en el transcurso de una especie de danza en la que el artista, me- tido literalmente en su obra, caminándo- la, modificándola, destruyéndola y reha- ciéndola, se deja llevar por el azar y al mismo tiempo lo niega, lo relega a la con- dición de un mero recurso domeñable a voluntad. Al observar las fotografías de Pollock mientras trabaja, se advierte una actitud corporal olvidada de sus limitacio- nes, el artista convertido en atleta o en bailarín, el artista dejando paso a su in- consciente y desplazándose a su compás dentro de ese mundo que él mismo está creando y que poco a poco se llena de co- lor y de una forma donde el concepto de composición ha desaparecido. Caminando sobre la extensa superficie de la tela, Pollock desplaza a voluntad el recipiente agujereado, deja gotear la pin- tura -siempre industrial-, esmalte sintéti- co a veces metalizado -influencia del mu- ralista mexicano David Alfaro Siqueiros- y va venciendo al azar, deja de lado las reglas de la estética que el tiempo ha consagrado, desarrolla una obra total- mente opuesta a la del artista intelectual porque con esa forma tan particular de pintar, la obra surge sin ayuda del pensa- miento y lo que obtiene no representa ninguna realidad. Otros artistas ya han goteado la pintura, se han afanado por encontrar formas alternativas para cu- brir el lienzo, pero ninguno ha encontra- do la llave de la creación. Pollock sí. Lo diferente es su extraordinario talento, al que suma la maestría que va adquirien- do, el dominio que ejerce sobre las man- chas, que van exactamente donde él quiere. Resulta casi irónico: Pollock, que no sabía dibujar, ahora ejerce un control absoluto sobre la técnica de su lenguaje. “Cuando se trabaja dejando de lado el inconsciente, emergen figuras limitadas”, dice. Para salirse de esa limitación cho- rrea la tela como si el propio inconscien- te estuviera fuera de su cuerpo. La madrina La primera reacción del público y de la crítica es vacilante, pero al cabo del tiem- po se convierte en entusiasta, en especial a partir de un reportaje publicado por la revista Life, en 1949, en el que se incluye una foto de Pollock apoyado sobre una de sus obras, pantalones tejanos y un ciga- rrillo colgando de sus labios. Hay en esa fotografía algo muy yankee, una expre- sión casi insolente, y el público se identi- fica con la sensación de triunfo que ema- na de ella. Eso también siente Peggy Guggenheim, “zarina” de las artes plásti- cas, un nombre extraordinariamente in- fluyente dentro de ellas. Es así como se convierte en su protectora, le brinda alo- jamiento, le otorga una mensualidad pa- ra que pueda desarrollar su talento sin tener inquietudes económicas, lo arropa con su nombre y con sus influencias y ci- fra en él las esperanzas de liderazgo ar- tístico para su país, situación que los Es- tados Unidos nunca ha tenido, habiendo debido contentarse siempre con seguir obedientemente a las vanguardias euro- peas. Y su esfuerzo rinde frutos: el estilo se difunde por todo el mundo y halla adeptos en Europa, inclusive origina el auge de movimientos paralelos como el tachismo, en el que se destaca George Mathieu (1) , artista cuya obra, resuelta en bellísimos grafismos tiene, por su forma de realizarla, ciertos lejanos puntos de contacto con la de Jackson Pollock. Alguien dijo que en este estilo lo que im- porta es el proceso o acto de pintar más que el contenido. No obstante esa afirma- ción, que dejaría librado el expresionismo abstracto a una puesta en escena, la obra titulada “Número 5”, de Pollock, fue ven- dido en 140 millones de dólares, el precio más alto pagado por una pintura en toda la historia (2) , pero Pollock no pudo ver ese desatino tan común (y sospechoso) en el siglo XXI: 60 años antes, una borrachera y su Oldsmobile descapotable lo aparta- ron de la pintura y de la vida a la incom- prensible edad de 44 años. © LA GACETA Asher Benatar – Artista y escritor. NOTAS: (1) Uno de los fundadores del tachismo (bo- rrón, mancha, en francés), estilo emparentado con el expresionismo abstracto. Estuvo en la Ar- gentina en 1958 y pintó ante el público, en el Museo Nacional de Bellas Artes, en aproxima- damente una hora y media, una tela muy bella en la que primaban los grafismos con tenden- cia oriental. (2) Alude a la pintura “Número 5 de 1948”, realizada en madera de 2,44m x 1,22m. Predo- minan en la obra los colores castaños, amarillos y negros. Fue vendida en 2006 por el magnate de la industria discográfica cinematográfica Da- vid Geffen. El dripping de Pollock desplazó a “El grito” de Munch como la pintura más cara. Cuando era chico no podía dibujar bien, pero luego revolucionó el mundo del arte. Murió prematuramente, a los 44 años, pero dejó una obra de extraordinaria trascendencia. Uno de sus cuadros, “Número 5”, fue comprado en 140 millones de dólares en 2006, batiendo el record mundial de ventas. PERFIL Jackson Pollock nace en Wyoming, Estados Unidos, en 1912. Desarrolla una técnica, que ya tenía antecedentes, a la que denominan dripping, que consiste en un goteado de pinturas sobre enormes telas ubicadas en el piso. Encuentra en este estilo una forma de expresión que marca su vida. Influyen en él las pinturas de los indios y el muralista mejicano David Alfaro Siqueiros. Se casa con Lee Krasner, pintora de talento que abandona todo por él. La célebre Peggy Guggenheim le cede una casa de campo en Long Island. Abandona la bebida aunque siempre el alcohol está presente en su vida. En Long Island trabaja obsesivamente con su visión particular del dripping. Las obras y las muestras se suceden, su fama e influencia también. Desde chico, está aquejado por una enfermedad cuyo nombre no se aclara. Algunos dicen que es bipolaridad, otros que responde a trastornos neurológicos. Muere en 1956 en un accidente automovilístico en el que se esconde, dicen los psicoanalistas, un suicidio involuntario y esperable. En 2006, una pintura de Pollock, “Número 5”, se vende en 140 millones de dólares, la cifra más alta pagada por un cuadro hasta ese entonces. El record fue quebrado el año pasado por “Los jugadores de cartas”, de Paul Cézanne, por el cual la familia real de Qatar pagó 250 millones de dólares. UNA REACCIÓN ESCATOLÓGICA En 1942, Pollock tenía que entregar una tela de dos metros por ocho al Museo Guggenheim. El día anterior trabajó 15 horas seguidas y cuando lo terminó advirtió que se había equivocado en la medida. Peggy Guggenheim envió a Marcel Duchamp para que asistiera a Pollock en su problema. Éste, con buen tino, aconsejó cortar los 20 centímetros que sobraban. Esa noche, en la reunión que PG organizó, Jackson Pollock, probablemente borracho, se acercó al hogar que estaba en el salón de estar y orinó en él. EL INVENTOR DE LA NADA Se cuentan numerosas historias con respecto a qué fue lo que inspiró a Pollock su técnica de goteo. Se dice que disolvió en exceso y por accidente la pintura; que surgió cuando, colérico, lanzó una brocha contra la pared; y, entre otras cosas, cuando, también colérico, dio una patada a un recipiente de pintura. En realidad, Pollock no inventó nada: el dripping ya había sido probado sin éxito por numerosos artistas. Jackson Pollock En busca de Por Asher Benatar PARA LA GACETA – BUENOS AIRES

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Domingo 13 de enero de 2013 Literaria LA GACETA

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 13 DE ENERO DE 2013

5aSECCION

A C I E N A Ñ O S D E S U N A C I M I E N T O

Gyula Kósice abrió un museo, reunió suobra de diferentes períodos y se reivindicacomo un protagonista del espacio.

El filósofo Fernando Savater transcribesus charlas con estudiantes secundariosde España en su libro Ética de urgencia.

2 4

Es un chico, nueve o diez años,está en la clase de arte de unaescuela de Wyoming, quiereexpresarse a través de la pin-tura, del dibujo, pero las lí-

neas se le niegan, sólo obtiene temblores,ansiedad, manos que se niegan a obede-cer, que ni siquiera pueden seguir, en elpapel de calcar, el decidido trazo de unalínea. Algo funciona mal en ese cuerpo.Pero él no se declara vencido, apela a sutenacidad y comienza a buscar un len-guaje que le permita mostrar su interior.

Con el tiempo, Wyoming se convierte enNew York, Pollock se mete en la pintura,vence obstáculos, adopta un estilo que yaexistía pero le da un sesgo que llama laatención, destruye lo ya instituido, y lo ha-ce mediante marañas cromáticas queademás de reflejar el caos, lo modifican,le dan un orden, lo alinean con la geome-tría fractal, le dan un sentido en el que elcaos cede paso al orden, un orden espe-cial que no deja de lado las obras que elcaos ha producido. Ha cambiado sus he-rramientas, ya no son caballetes ni pince-les, es el piso, al que Pollock necesita pa-ra que otorgue dureza a la tela horizontal,son palos, espátulas, cucharas, recipien-tes agujereados, llenos de pintura, que go-tean los colores, que los depositan sobrelas telas enormes, que dibujan trazos afi-ligranados o manchas rotundas. Son hi-los, regueros, pequeños estallidos coagu-lados, frondas, una escueta marejada decolor llegando hasta las costas de la tela ycubriéndola por completo. Todo eso inau-gura lo que fue llamado expresionismoabstracto, lo que se plasma en la tela me-diante el action painting y el dripping,obras obtenidas en el transcurso de unaespecie de danza en la que el artista, me-tido literalmente en su obra, caminándo-la, modificándola, destruyéndola y reha-ciéndola, se deja llevar por el azar y almismo tiempo lo niega, lo relega a la con-dición de un mero recurso domeñable avoluntad. Al observar las fotografías dePollock mientras trabaja, se advierte unaactitud corporal olvidada de sus limitacio-nes, el artista convertido en atleta o enbailarín, el artista dejando paso a su in-consciente y desplazándose a su compásdentro de ese mundo que él mismo estácreando y que poco a poco se llena de co-lor y de una forma donde el concepto decomposición ha desaparecido.

Caminando sobre la extensa superficiede la tela, Pollock desplaza a voluntad elrecipiente agujereado, deja gotear la pin-tura -siempre industrial-, esmalte sintéti-co a veces metalizado -influencia del mu-

ralista mexicano David Alfaro Siqueiros-y va venciendo al azar, deja de lado lasreglas de la estética que el tiempo haconsagrado, desarrolla una obra total-mente opuesta a la del artista intelectualporque con esa forma tan particular depintar, la obra surge sin ayuda del pensa-miento y lo que obtiene no representaninguna realidad. Otros artistas ya hangoteado la pintura, se han afanado porencontrar formas alternativas para cu-brir el lienzo, pero ninguno ha encontra-do la llave de la creación. Pollock sí. Lodiferente es su extraordinario talento, alque suma la maestría que va adquirien-do, el dominio que ejerce sobre las man-

chas, que van exactamente donde élquiere. Resulta casi irónico: Pollock, queno sabía dibujar, ahora ejerce un controlabsoluto sobre la técnica de su lenguaje.

“Cuando se trabaja dejando de lado elinconsciente, emergen figuras limitadas”,dice. Para salirse de esa limitación cho-rrea la tela como si el propio inconscien-te estuviera fuera de su cuerpo.

La madrinaLa primera reacción del público y de la

crítica es vacilante, pero al cabo del tiem-po se convierte en entusiasta, en especiala partir de un reportaje publicado por larevista Life, en 1949, en el que se incluye

una foto de Pollock apoyado sobre una desus obras, pantalones tejanos y un ciga-rrillo colgando de sus labios. Hay en esafotografía algo muy yankee, una expre-sión casi insolente, y el público se identi-fica con la sensación de triunfo que ema-na de ella. Eso también siente PeggyGuggenheim, “zarina” de las artes plásti-cas, un nombre extraordinariamente in-fluyente dentro de ellas. Es así como seconvierte en su protectora, le brinda alo-jamiento, le otorga una mensualidad pa-ra que pueda desarrollar su talento sintener inquietudes económicas, lo arropacon su nombre y con sus influencias y ci-fra en él las esperanzas de liderazgo ar-

tístico para su país, situación que los Es-tados Unidos nunca ha tenido, habiendodebido contentarse siempre con seguirobedientemente a las vanguardias euro-peas. Y su esfuerzo rinde frutos: el estilose difunde por todo el mundo y hallaadeptos en Europa, inclusive origina elauge de movimientos paralelos como eltachismo, en el que se destaca GeorgeMathieu (1), artista cuya obra, resuelta enbellísimos grafismos tiene, por su formade realizarla, ciertos lejanos puntos decontacto con la de Jackson Pollock.

Alguien dijo que en este estilo lo que im-porta es el proceso o acto de pintar másque el contenido. No obstante esa afirma-ción, que dejaría librado el expresionismoabstracto a una puesta en escena, la obratitulada “Número 5”, de Pollock, fue ven-dido en 140 millones de dólares, el preciomás alto pagado por una pintura en todala historia (2), pero Pollock no pudo ver esedesatino tan común (y sospechoso) en elsiglo XXI: 60 años antes, una borracheray su Oldsmobile descapotable lo aparta-ron de la pintura y de la vida a la incom-prensible edad de 44 años.

© LA GACETA

Asher Benatar – Artista y escritor.

NOTAS:(1) Uno de los fundadores del tachismo (bo-

rrón, mancha, en francés), estilo emparentadocon el expresionismo abstracto. Estuvo en la Ar-gentina en 1958 y pintó ante el público, en elMuseo Nacional de Bellas Artes, en aproxima-damente una hora y media, una tela muy bellaen la que primaban los grafismos con tenden-cia oriental.

(2) Alude a la pintura “Número 5 de 1948”,realizada en madera de 2,44m x 1,22m. Predo-minan en la obra los colores castaños, amarillosy negros. Fue vendida en 2006 por el magnatede la industria discográfica cinematográfica Da-vid Geffen. El dripping de Pollock desplazó a “Elgrito” de Munch como la pintura más cara.

Cuando era chico no podía

dibujar bien, pero luego

revolucionó el mundo del

arte. Murió

prematuramente, a los 44

años, pero dejó una obra

de extraordinaria

trascendencia. Uno de sus

cuadros, “Número 5”, fue

comprado en 140 millones

de dólares en 2006,

batiendo el record mundial

de ventas.

PERFILJackson Pollocknace en Wyoming,Estados Unidos, en1912. Desarrollauna técnica, queya teníaantecedentes, a laque denominan dripping, que consisteen un goteado de pinturas sobreenormes telas ubicadas en el piso.Encuentra en este estilo una forma deexpresión que marca su vida. Influyenen él las pinturas de los indios y elmuralista mejicano David AlfaroSiqueiros. Se casa con Lee Krasner,pintora de talento que abandona todopor él. La célebre Peggy Guggenheimle cede una casa de campo en LongIsland. Abandona la bebida aunquesiempre el alcohol está presente en suvida. En Long Island trabajaobsesivamente con su visión particulardel dripping. Las obras y las muestrasse suceden, su fama e influenciatambién. Desde chico, está aquejadopor una enfermedad cuyo nombre nose aclara. Algunos dicen que esbipolaridad, otros que responde atrastornos neurológicos. Muere en1956 en un accidente automovilísticoen el que se esconde, dicen lospsicoanalistas, un suicidio involuntarioy esperable. En 2006, una pintura dePollock, “Número 5”, se vende en140 millones de dólares, la cifra másalta pagada por un cuadro hasta eseentonces. El record fue quebrado elaño pasado por “Los jugadores decartas”, de Paul Cézanne, por el cualla familia real de Qatar pagó 250millones de dólares.

UNA REACCIÓN ESCATOLÓGICAEn 1942, Pollock tenía que entregar una tela de dos metros por ochoal Museo Guggenheim. El día anterior trabajó 15 horas seguidas ycuando lo terminó advirtió que se había equivocado en la medida.Peggy Guggenheim envió a Marcel Duchamp para que asistiera aPollock en su problema. Éste, con buen tino, aconsejó cortar los 20centímetros que sobraban. Esa noche, en la reunión que PG organizó,Jackson Pollock, probablemente borracho, se acercó al hogar queestaba en el salón de estar y orinó en él.

EL INVENTOR DE LA NADASe cuentan numerosas historias con respecto a qué fue loque inspiró a Pollock su técnica de goteo. Se dice quedisolvió en exceso y por accidente la pintura; que surgiócuando, colérico, lanzó una brocha contra la pared; y,entre otras cosas, cuando, también colérico, dio unapatada a un recipiente de pintura. En realidad, Pollock noinventó nada: el dripping ya había sido probado sin éxitopor numerosos artistas.

Jackson PollockEn busca de

◆ Por Asher BenatarPARA LA GACETA – BUENOS AIRES

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LITERARIA2 LA GACETA

DOMINGO 13 DE ENERO DE 2013

UNLIBRO

p a r a e l v e r a n o

EL MARINO QUE PERDIÓLA GRACIA DEL MAR

Su autor es Yukio Mishima, el célebre escritor japonés. No só-lo la producción de Mishima es apasionante, sino que su vi-da es digna de una novela. El 25 de noviembre de 1970, el

escritor nominado tres veces al premio Nobel de Literatura, juntoa su secretario y amante, realizan el seppuku, el suicidio ritual delos samuráis, interrumpiendo una existencia donde la creatividad,el erotismo y la muerte estuvieron presentes todo el tiempo.

En esta breve novela escrita en 1963, el autor nos propone, ensu inconfundible prosa, la trama dramática de los adolescentes ensu lucha por independizarse del mundo adulto, allí cuando el se-gundo despertar sexual se ha presentado como un rayo invadien-do su cuerpo y sus sueños.

A través de Noboru, el joven protagonista, Mishima ofrece un re-lato que transmite la pesada atmósfera familiar de encierro inces-tuoso del adolescente, quien vive junto a su madre viuda. El mu-chacho descubre en la pared de su cuarto, donde es encerrado to-das las noches, un pequeño agujero por donde espía la alcoba desu madre y vive la explosión de la sexualidad a partir de la desnu-dez materna. Pero también ese agujero le permite mirar el mar através de la ventana descubriendo el horizonte más allá de la ca-sa familiar. Asimismo el autor nos muestra el intento desesperadodel joven por liberarse de los adultos a través de su inserción enuna banda de adolescentes rebeldes cuyos códigos de conducta losllevan a la violencia como modo fallido de autoafirmación. Así elclan prepara un plan siniestro que desembocará en un desenlacetrágico

Como metáfora de la pérdida de los ideales producida en Japóntras la derrota de la Segunda Guerra Mundial y la adopción de laforma de vida americana, el autor introduce a un declinante ma-rino, de quien la madre de Noboru se enamora hasta que decidencasarse. El marino renuncia a la gloria de sus sueños juvenilesperdiendo la gracia del mar a cambio del confort del casamiento yde la vida en tierra. Con habilidad narrativa, Mishima nos condu-ce con crudeza por las constelaciones psíquicas de los personajespara mostrarnos cómo la pérdida del lugar por parte del adultoimpide a los jóvenes la salida para la conquista de nuevos mundos.

Borges nos decía que leer y escribir eran formas accesibles de lafelicidad. La lectura de esta novela, en playas paradisíacas o en elcualquier lugar que construyamos para estas vacaciones, aún concierto sabor amargo que queda al final, seguramente dejará aquien la lea la agradable sensación de felicidad que depara unbuen libro.

* Psicoanalista, miembro del Grupo de Psicoanálisis de Tucumán,profesor de la Facultad de Psicología de la UNT.

FRAGMENTO“Poco después de su descubrimiento,Noboru empezó a espiar a su madrepor las noches, en especial cuando lehabía sermoneado o regañado. En cuanto se quedaba solo,encerrado en su habitación, sacaba el cajón silenciosamente y se poníaa mirar, siempre fascinado, los preparativos de su madre a la hora deacostarse. Pero jamás lo hacía cuando su madre se había mostradodulce.Descubrió que, aunque las noches aún no eran sofocantes, su madreantes de acostarse, acostumbraba a quedarse sentada unos instantescompletamente desnuda. Era terrible cuando iba a mirarse en el espejode la pared, porque se hallaba colgado en un rincón del cuarto que elno podía ver.A los 33 años, el cuerpo delgado de su madre, estilizado gracias altenis semanal, era muy bello. Normalmente se acostaba luego dehumedecer su cuerpo con agua perfumada, pero a veces se sentabafrente al tocador y miraba durante unos minutos su perfil en el espejocon los ojos vacíos, como agotados por la fiebre, y los dedosperfumados hundidos entre los muslos. Noboru, entonces, se ponía atemblar, pues tomaba por sangre el amasijo carmesí de las uñas de sumadre”

FICHATítulo: El Marino que perdió la gracia del mar Autor: Yukio MishimaGénero: NovelaEditorial: AlianzaAño de publicación: 1963Páginas: 174

◆ Por Alfredo Ygel *

Es un acto digno de imitar quedos colegios secundarios españo-les hayan decidido invitar a Fer-nando Savater a brindar una seriede charlas a sus alumnos, y tam-bién que el filósofo español hayaaceptado gustoso ese convite. El li-bro que nos ocupa es la transcrip-ción de esas breves conferencias,en las que el autor del exitoso Éti-ca para Amador vuelve a mostrarsu capacidad para hacer reflexio-

nar a un público adolescente, que -contra lo previsto- no se muestraindiferente ante cuestiones filosófi-cas o de interés público.

Los temas abordados son diver-sos, aunque en general el volumengira en torno a asuntos morales ypolíticos de interés actual, tales co-mo la legislación en Internet, elresguardo de la intimidad, el terro-rismo, la democracia y los dere-chos animales. Las charlas, expre-sadas en un lenguaje accesible ycoloquial, son sucedidas por pre-guntas de los jóvenes oyentes, quellevan a Savater a saltar de un te-ma a otro, lo que es usual en unaconversación pero un poco des-concertante en un libro. Se alter-nan comentarios superfluos y cir-

cunstanciales con reflexiones so-bre cuestiones cruciales de nuestrotiempo e incluso sobre asuntosesenciales, como la felicidad, la li-bertad y el sentido de la política.

Por momentos hace su apariciónen los textos el librepensador quees Savater, un hombre que piensasin ajustarse a ningún dogma enparticular y que no teme asumirposiciones políticamente incorrec-tas. Así, por ejemplo, sin la dema-gogia tan común entre quienes sedirigen a adolescentes, se queja deque los indignados españoles noexpresen ninguna propuesta políti-ca superadora, afirma que Internetdebe ser regulado, defiende a laUnión Europea y sostiene que Ju-lian Assange es un sinvergüenza.

Savater no hace propiamente di-vulgación, en el sentido de que no“baja” las ideas de los grandes filó-sofos, sino que piensa en primerapersona. Cada tanto atisba asuntosde hondura, como cuando señalaque a medida que aumenta nues-tro nivel de vida nos cuesta mássentirnos satisfechos y se va per-diendo nuestra capacidad de tole-rar las molestias y complicaciones.

Nno se trata del mejor libro deSavater, pero tiene la virtud de reve-lar una dimensión oral de este filó-sofo y de reflejar sus siempre intere-santes opiniones sobre asuntos deactualidad para un público amplio.

© LA GACETA

Charlas de SavaterEL ESCRITOR EN SU DIMENSIÓN ORAL. Ética de urgencia permite conocer las

siempre interesantes opiniones de Savater sobre cuestiones de candente actualidad.

El combate dela Vuelta de Obligado

Escribir historia supone, comotoda actividad intelectual con pre-tensiones científicas, seguir estric-tamente un protocolo, un método,ciertas reglas y determinados pro-cedimientos en los cuales la actitudcrítica es lo esencial. A su vez, di-vulgar para el gran público el re-sultado de la tarea de los historia-dores, sobre cualquier temática,también implica atenerse a ciertasnormas, entre las cuales, un cono-cimiento actualizado sobre el esta-do de las investigaciones constitu-ye uno de los principios funda-mentales.

La Gran Epopeya no guarda nin-guna de estas reglas. Con un dis-curso, plagado de adjetivos, dete-nido en los años 60 -década deapogeo del heterogéneo movi-

miento conocido como “revisionis-mo histórico”- y desconociendo lasinvestigaciones que se realizaronen los últimos 40 años, el autorofrece una apología, sin matiza-ción alguna, de la figura de JuanManuel de Rosas. Así transcurren98 capítulos con citas de fragmen-tos, frases, ideas y expresiones deactores de la época (Alberdi, SanMartín, Darwin, Aráoz de La Ma-

drid, entre otros) y de los principa-les exponentes del revisionismocomo José María Rosa y ManuelGálvez, a fin de retratar el espíritupersonal y público de “El Restaura-dor”. El esquema que ofreceO’Donnell es simple y hasta mani-queo: Rosas sería la encarnaciónde la soberanía nacional y el com-bate de la Vuelta de Obligado cons-tituiría el punto culminante de su

lucha contra el “imperialismo”, asícomo su tenaz “oposición a la ena-jenación de parte del territorio na-cional”.

Esta interpretación sería respe-table y los lectores deseosos deaprehender las claves de nuestropasado podrían considerarla si nose tratara de un elemental panegí-rico, un género reñido con el pen-samiento crítico, condición sinequa non para que una obra seahistórica. La Gran Epopeya no es,entonces, un libro de historia comola conciben los historiadores conformación profesional. Tampoco esun buen texto de divulgación en lamateria. A nuestros ojos se tratade una compilación de informa-ción proveniente de fuentes y bi-bliografía de muy diversa índole,calidad y fiabilidad, intercaladacon ideas, opiniones, comentariosy afirmaciones desordenadas -y untanto caprichosas- de un “psicoa-nalista devenido en historiador vo-cacional”.

© LA GACETA

MARÍA PAULA PAROLO ◆

HISTORIALA GRAN EPOPEYAPACHO O’DONNELL(Aguilar - Buenos Aires)

/ C R Í T I C A D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / R E C O M E N D A C I O N E S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / C R Í T I C A D E L I B R O S /

Internet, el terrorismo y la democracia son algunos de los temas tratados

POSTURA. O’Donnell presenta a Rosas como encarnación de la soberanía.

ELMENSAJERODIARIO.COM.AR

NICOLÁS ZAVADIVKER ◆

con alumnos del secundario

FILOSOFÍAÉTICA DE URGENCIAFERNANDO SAVATER(Ariel - Buenos Aires)

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LITERARIA 3LA GACETA

DOMINGO 13 DE ENERO DE 2013

S U G E R E N C I A S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / S U G E R E N C I A S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / S U G E R E N C I A S / L A G A C E T A L I T E R A R I A

RECOMENDADOSHISTORIAS DE PERDEDORES, QUE PIERDENHASTA CUANDO VAN GANANDO

La editorial Alfaguara reeditórecientemente La casa pierde, elvolumen que reúne diez relatosdel talentoso y premiado escritormexicano, publicados original-mente en 2000. Una decena denarraciones donde los protagonis-tas son perdedores. Incluso, cuan-

do van ganando.Lo testimonia Campeón ligero. Y el boxeador al que lo noqueó no un

retador sino un periodista: un amigo que le asestó la revelación de un se-creto demoledor: al final, el pugilista era inocente. Mal que le pesara a suesposa, una consagrada administradora de sexo.

Lo muestra La estatua descubierta. Y Maura, esa belleza que lastima,literalmente. Y el escultor que de tanto fracasar se hizo embajador de supaís. Y los jabones negros, en los cuales no se puede confiar.

Lo aúlla Coyote. Y la aventura, la hazaña, el triunfo y el trofeo de unhombre, que pueden convertirse, sin escalas, en situaciones indignantespara otros, y en escándalos avergonzantes para otras.

Lo exhibe Anillo de cobalto. Y el productor que compró el amor de unaactriz joven, que cuando no hace alfarería se va para quedarse a traba-jar largo en la ciudad. Y la primera mujer de él, que lo visita más como amor viejo que co-mo viejo amor.

© LA GACETAÁLVARO JOSÉ AURANE

RELATOLA CASA PIERDEJUAN VILLORO(Alfaguara – Buenos Aires)

LAS VIDAS DE LOS OFICIALES DE LAHISTÓRICA BATALLA DE 1812

El libro reúne las historias devida de los oficiales que, actuan-do a las órdenes del General Ma-nuel Belgrano, condujeron y pro-tagonizaron la gloriosa batallade Tucumán, el 24 de septiembrede 1812. El capítulo “Los he-chos” (Págs. 3 a 30), referido alsostenimiento de la revoluciónde mayo de 1810, el Ejército delnorte, el Exodo jujeño, la Batalla

de Tucumán- y a sus vísperas con tratativas-, la devoción a la Virgende la Merced y la victoria, resulta particularmente conmovedor .

No fue tarea fácil para los autores precisar quiénes fueron aquellosoficiales de Manuel Belgrano. Tomaron como base los 49 nombresconsignados por el general en el parte de batalla. Esta nómina se in-crementó con las menciones que consignan las planillas de estado dela revista “Ejército auxiliar de las provincias interiores” (así se deno-minaba al Ejército del Norte). Fechadas en Jujuy y en 1813, dan cuen-ta de los oficiales que asistieron a las acciones de Tucumán y Salta.

En suma, se trata de un libro con un doble mérito. Es una valiosa obra histórica y, almismo tiempo, un notable homenaje.

© LA GACETAHORACIO SEMERARO

HISTORIAPORTEÑOS, PROVINCIANOSY EXTRANJEROS EN LABATALLA DE TUCUMÁNCARLOS PÁEZ DE LA TORRE (H)Y SARA PEÑA DE BASCARY(Emecé - Buenos Aires)

LA SAGA DE LOS 16 MILLONES DEEJEMPLARES VENDIDOS

El centro de la novela es la anti-gua pugna por el poder, por el Tro-no de Hierro. Es la lucha que li-bran las casas nobiliarias por eldominio de los Siete Reinos de Po-niente, el continente imaginario,similar a la Europa del medioevodonde transcurre la historia. Las

diferentes Casas se relacionan entre sí del mismo modo que lo hicieranlos pueblos a lo largo de la Historia: mediante la guerra. Además, el usoy abuso del poder, la administración del miedo, las desmesuradas ambi-ciones, las vengativas celadas, la intriga, el cinismo siempre eficaz, latraición, la astucia, la lujuria, son los instrumentos con los que los mu-chos personajes de la novela juegan el crucial juego.

Es una lucha relatada con un agregado de fantasía y maravilla muy su-tilmente dosificado, y entrelazado con una destreza inusual en esta cla-se de novelas. Sueños premonitorios, misteriosos seres que viven en elnorte, más allá del Muro, veranos que duran ocho años, dragones naci-dos de una princesa, son algunos de esos componentes fantásticos quese entretejen con hechos y personajes tangibles, familiares, de una rea-lidad palpable. Quizá radique aquí la razón del éxito mundial de esta sa-ga: en el equilibrio de esos componentes de distintos estilos y formas de la literatura queson combinados con maestría por el siempre efectivo George R. R. Martin.

© LA GACETA

CÉSAR DI PRIMIO

NOVELAJUEGO DE TRONOSGEORGE R. R. MARTIN(Plaza & Janés – Madrid)

HISTORIAS DENTRO DE HISTORIAS QUE SESUCEDEN ENTRE BERLÍN Y BUENOS AIRES

Un joven estudiante de cinellamado Martín busca haceruna película y encuentra, demanera casual en el reflejo deun espejo de bar, a un viejo di-rector de cine. Andrés Oribe esun artista cansado del mundoque decidió ocultarse. Elisa,compañera de estudios de

Martín y futura novia, le propone que la búsqueda de Oribe puedeser la trama de la película. Ese pensamiento los regresa al bar, pe-ro Oribe ya no está, desparece, pero deja en el bar seis cuadernosÉxito, como si la escritura a mano fuese un hallazgo arqueológico,un posible testamento destinado a jóvenes cineastas.

Esos manuscritos cuentan otra historia que sucede en Berlín y enBuenos Aires, la de Celeste e Ignacio. Ella es una chica de la villa quebusca ser famosa, actúa de manera casual en una película de Oribe,y también, de manera casual llega a Alemania, puesto que este direc-tor de culto cree más en la gente común que en los actores. Celesteviaja en busca de sus ideales, no protagonizará jamás una películade Fassbinder, a lo sumo llegará a ser estrella de películas condicionadas o amante deun mafioso ruso.

© LA GACETAMARCOS ROSENZVAIG

NOVELADINERO PARAFANTASMASEDGARDO COZARINSKY(Tusquets – Buenos Aires)

UN VIAJE EN EL TIEMPO PARA SALVARA JOHN FITZGERALD KENNEDY

Jake Epping es profesor deinglés para adultos (y, según élmismo confiesa, un escritorfrustrado) en el instituto deLisbon Falls, y acaba de divor-ciarse, luego de años de convi-vir con una mujer alcohólica.Al, uno de sus pocos amigos,

dueño de un carro de comidas rápidas, sufre una enfermedad ter-minal, y antes de su muerte le hace una confesión y un pedido,insólito y particular: viajar en el tiempo para cambiar la historia ysalvar a John Fitzgerald Kennedy de ser asesinado.

En la despensa del local está el pasaje: como en Alicia en el paísde las maravillas, la madriguera de conejo que lleva a otro tiempo:la mañana del 9 de septiembre de 1958. Poco más de cinco años ydos meses antes de que Oswald entrara para siempre en ese nebu-loso terreno de la leyenda.

Jake Epping se convertirá en George Amberso (su nombre en elpasado) para vivir en la ciudad de Derry (algo así como la Poison-ville de Cosecha Roja, de Dashiell Hammett). Cada vez queEpping/Amberson salga y vuelva entrar de uno y otro plano tempo-ral será un reset, un reinicio: podrán pasar años en el pasado, pero en 2011 habrán si-do sólo dos minutos. Será siempre como la primera vez. Hasta que deje de serlo...

© LA GACETAHERNÁN CARBONEL

NOVELA22/11/63STEPHEN KING(Plaza & Janés – Madrid)

INSPIRADA POESÍA TUCUMANA,MULTIPLICADA POR CUATRO

La entonación directa, conelevada emocionalidad, de Ca-rola Briones (santiagueña denacimiento, pero de prolongadaestadía en Tucumán), se centra-liza en lugares muy concretos yestados de ánimo generados pormatices propios de la naturaleza(las estaciones, la lluvia, las mo-dificaciones cromáticas; Serra-no Pérez -con marcada influen-

cia de sus lecturas hispanas- recorre las huellas de lo que ha sido con-secuencia del quehacer humano en el territorio provincial, por ejemplo,la explotación de los cañaverales; Duguech se interna en la densidaddel razonamiento metafísico, en aquellas “sendas perdidas” enunciadaspor Heidegger, mientras que la selección íntegra de Álvarez Sosa, poe-ta de expresividad muy original y elaborada, consistió en versos quedescriben, de manera aguda y asistida por el atinado tratamiento for-mal, las características esenciales de nueve signos del zodíaco.

Este es el segundo libro que se publica en la colección El pentotal aqué, dirigida por Rogelio Ramos Signes. Un acierto editorial, sin du-da, considerando el valorable objetivo de reunir voces de significativo relieve poético.

© LA GACETAWILLY G. BOUILLON

POESÍACUATRO POETASTUCUMANOSCAROLA BRIONES, CARLOSDUGUECH, MANUEL SERRANOPÉREZ Y ARTURO ÁLVAREZ SOSA(La aguja de Buffon – Tucumán)

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LITERARIA4 LA GACETA

DOMINGO 13 DE ENERO DE 2013

Entre los fuegos artificiales ylos estruendos de las cañitasvoladoras que anunciaban lallegada de 1998, los motivosde Lanata parecían demasia-

do obvios para incorporarlos a su balan-ce de fin de año, beber otra copa dechampagne, volver a darse un saque demerca y, por fin, dispararse en la cabezael tiro final.

¿Cómo había llegado hasta ahí?Mil novecientos noventa y siete había

arrancado como uno de los mejores añosde su vida. Y, sin embargo, estaba termi-

nando como uno de los peores, para nodecir el peor.

Si quería ser indulgente con él mis-mo, Lanata podía incluir, en el haber, suprimer intento de desintoxicación enGlens Falls, aquel pueblito cercano aNew Jersey donde un experto en adic-ciones prometía que le haría abandonarsu amor a la cocaína. Aterrizó allí el 5de enero de 1997 con su chica de en-tonces, la estudiante de cine MarianaErijimovich. Aquel ensayo terminó enun estrepitoso fracaso, como se com-probará, luego, en detalle. Sin embargo,

el hecho de haber viajado hasta allíbien podía ser considerado como elprincipio del deseo de curarse de aque-lla enfermedad.

Podía anotar, sin mentir, a 1997, comoel año de mayor facturación de toda suvida. Había calculado casi dos millonesde dólares entre la radio y la tele. A esohabría que sumarle las regalías de Vuel-ta de Página, el libro con los artículos

periodísticos de Lanata en El Porteño yen Página, y los editoriales de la radio yde la tele, reunidos en una ediión espe-cial para quioscos, bajo el sello J. L. pro-ducciones y asociados. ¿Cómo era en-tonces que, al final de cuentas, teníamás deudas que dinero en el banco? Selo había explicado su mánager, Fernan-do Moya, el mismo que representó aCharly García y Fito Páez, una y otravez, con una calculadora en la mano ylos papeles en la otra:

- Jorge, tu problema no es que ganáspoco, o que mi porcentaje sobre tu factu-

ración es demasiado alto.Tu problema esel mismo que tienen las estrellas de rock,como Fito o como Charly. Ganás un fan-gote, pero gastás mucho más.Y lo peor esque te lo gastás más rápido de lo que loganás.

Lanata, podía, incluso esa noche de ba-lance extremo, engañarse y dar por sen-tado que había llegado a ser cada vezmás popular y al mismo tiempo cada vezmás creíble y prestigioso.

Pero lo que no podía negar era que, loque más lo había afectado, era su salidarepentina de la tele.

Suicidio

Alguna vez lo he llama-do taumaturgo del es-pacio, como una ubi-cación casi concep-tual de lo que puedeimaginar / concebir /descifrar / un artistafrente a los márgenes

de lo utópico. Pienso que esto es sólo unsesgo analítico de lo que ha llegado acorporizar este artista argentino, traba-jador incansable, a lo largo de setentaaños de fervor creativo. Hombre que haexpresado, con alto sentido futurológiconuevas visiones del arte, concebido co-mo una herramienta de desciframientos,de afirmaciones y enunciados transcrip-tores de una realidad vitalizada.

Un pensador del arteCabe leer sus textos, su poesía madí,

sus interpretaciones de una ciudad espa-cial, para comprender la visión -no sóloestética- de un potente pensador del ar-te. Porque Kosice es precisamente un ar-tista que actúa y plasma a través de unpensamiento constante, de una filosofíade las formas mutantes, de un cálculodel movimiento, de la energía de la ma-teria. Toda su obra cimentada en el hi-droespacialismo, es una empecinada lec-ción de fe. Agua / espacio / movimiento /luz, integran una tetralogía fantástica enque lo real se subsume en lo imaginarioy viceversa. Una tetralogía en la que elespacio-tiempo es una dimensión que in-cita y a la vez transporta al receptor aotras cosmogonías, a naturalezas inex-ploradas. Es el sentido de lo maravillosolo que entonces aparece ante los ojos. Lomágico-maravilloso de una realidad in-ventada, creada para vivir, para habitar,para trasponer espacios y visualidades.

Ciudadano del mundo, Kosice ha vivi-do el arte compartiéndolo con las másgrandes figuras de la contemporanei-dad. Artistas, teóricos, historiadores delarte, se han consustanciado en el diálo-go esclarecedor, con su postura, con suvisionario gesto. Desde Victor Vasarely,Max Bill, Jean Arp, Lucio Fontana, Ale-xander Calder, Jean Tinguely, Le Corbu-sier, Alberto Giacometti, Sonia Delaunayhasta Louis Aragon, Otto Hahn, MichelRagon, Pierre Restany, Giulio Argan, An-dré Malraux.

Desarrollos témporo-espacialesHace algo más de una década, la me-

gaexposición que exhibió en la sala Cro-nopios del Centro Cultural Recoleta, re-sumió más de medio siglo de labor regi-da por permanentes vitalismos matéri-cos y conceptuales. En ella, en el acuer-do admirable de períodos y etapas, desoluciones y desarrollos témporo-espa-ciales, Kósice mostró su propio universosensible en el que caben técnica y arqui-tectura, cosmos y hombre, naturaleza yartificio. La energía concentrada y laeclosión de los efectos, convivieron en-tonces en esa suerte de puente alegóricoque el taumaturgo construye entre estemundo y el espacio, entre la idea de cos-mos organizado y la virtualidad de un

Universo nuevo. En la cuidada selecciónde obras expuestas, estuvo representadotanto el Madí de los 40, con la primeraescultura articulada; los marcos recorta-dos y los esmaltes sobre madera, cuantola posterior irrupción de los desplaza-mientos de geometrías en aluminio; lasobras con luz de neón, las estructuras di-námicas. Y el cinetismo y el hidrocinetis-mo que, a partir de los 50, muestran aun Kósice en que plexiglas / agua / mo-vimiento / luz / color / aire, pueden mo-dular las más fantásticas construccionese interpretaciones de la materia anima-da. (En esos juegos lumínicos y cinéticos

en los que el invencionismo recrea haciael infinito formas en la materia, Kósicegenera auténticas ecuaciones espacialespara que el ojo las resuelva. La fascina-ción ocupa el lugar del extrañamiento; elimpacto futurológico, el de la medida y elorden convencionales).

La ciudad hidroespacialLa ciudad hidroespacial de los 70 y su

vértigo de utopías, expuestos en dichamegamuestra en grandes planos proyec-tados, contribuyó asimismo a que las sa-las se inundaran de otras luces: las queemanan de las pantallas múltiples. En

esos otros escenarios, el artista multipli-có la esencia de sus significados espacia-les, proyectándolos hacia un campo iné-dito del hábitat.Y la eclosión de las gran-des estructuras metálicas de los 80 y delos 90, la monumentalidad de aceros ymaderas pintadas, los relieves suspendi-dos en plexiglas, integrando la visionariacoherencia de una fuerza creadora sin-gular y única.

Kosice saludó así al nuevo milenio des-de esa muestra fundamental. Quedandoflotando, por encima de sus imágenes yconstrucciones, las palabras proféticas:Intentamos liberarnos de todas las ata-

duras. Integrar todas las artes y poneren circulación la moneda del agua, ori-gen de la vida, fuente energética para lasustentación de las ciudades ocupandoel espacio, y aleccionar a las fuerzasgravídicas a favor de una tecnología hu-manizada. Así, mi planteo es intencio-nalmente un exceso, con el fin que esteesbozo sobre el porvenir de la cultura nosea manipulado como una mera utopía.Tal su pensamiento planetario. Tal su vi-sión porvenirista.

Hoy, después de monumentos y nue-vas realidades concretadas tras incesan-tes proyectos, Gyula Kosice ha abierto enBuenos Aires las puertas de su museo,remodelando espacios y pisos del tallerporteño de la calle Humahuaca. Desde2005, su obra de opuestos periodos pue-de abarcarse en una mirada integrado-ra, bellamente integradora. Entretanto,el Museo de Houston, Texas, exhibe unimportante número de sus estructuraslumínicas, incorporadas tras una gestiónde Mari-Carmen Ramírez, la destacadacuradora y teórica portorriqueña. Y elCentro Pompidou de Paris (en el queJean Cassou adquiriera hace años traba-jos suyos con fin patrimonial), programapara los próximos meses del año una in-dividual del artista, así como, por dona-ción del mismo, la incorporación de unaveintena de obras del periodo hidroes-pacial.

© LA GACETA

J. M. Taverna Irigoyen - Miembro de laAcademia Nacional de Bellas Artes, de laque fue presidente. Miembro de lasAsociaciones Argentina e Internacionalde Críticos de Arte.

Fragmento de Lanata (Editorial Margen izquierdo)

◆ Por Luis Majul

REUNIÓN DE CREACIONES. Kosice ha abierto en Buenos Aires las puertas de su museo, remodelandoespacios. Su obra de períodos opuestos puede abarcarse allí con una mirada integradora.

PERFILGyula Kosice nacióen el seno de unafamilia húngara, enla ciudad deKosice, en 1924, yllegó a laArgentina, dondese naturalizó, a los cuatro años deedad. Es fundador del Movimiento deArte Madí, creador de la esculturahidráulica y padre de la CiudadHidroespacial. Publicó 15 libros deensayo y poesía. Intervino en 40exposiciones individuales y en más de500 muestras colectivas. Ha sidodistinguido con el grado de“Caballero de las Artes y las Letras”por el gobierno de Francia, fuenombrado ciudadano ilustre deBuenos Aires y recibió el premio a laTrayectoria en Artes Plásticas delFondo Nacional de las Artes y elPremio Konex, entre otrasdistinciones. Sus obras figuran enmuseos y colecciones privadas de laAmérica Latina, Estados Unidos,Europa y Asia.

KÓSICE,70 AÑOS DE FERVOR CREADOR

◆ Por J. M. Taverna IrigoyenPARA LA GACETA – SANTA FE

GYULANo es arriesgado afirmar que, en el arte nacional, hay un antes y un después de Kosice. En tal

grado, su gesto creador revolucionó actitudes y lenguajes, comportándose como una suerte

de generador de aperturas, como un catalizador de vuelcos vanguardistas, como un

conquistador de otras dimensiones. Porque en la medida de su formidable capacidad para

desentrañar códigos porveniristas, Kósice asume –aún en el plano teórico, que le es tan

propio- la actitud de un auténtico protagonista del espacio.