24-06-2012 LITERARIA LA GACETA

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 24 DE JUNIO DE 2012 5 a SECCION E duardo Belgrano Rawson (San Luis, 1943) es uno de los más distingui- dos novelistas ar- gentinos de su ge- neración. La prue- ba de ello no sólo lo avala su trayec- toria a través de 50 años de intensa labor cultural co- mo escritor, perio- dista y guionista de historietas, sino la estructura na- rrativa de su estilo; la concepción dife- rente –siempre exigente- en que supo consolidar a tra- vés de una serie de novelas como El náufrago de las estrellas (1979), Fuegia (1991) o Rosa de Miami (2005), una re- presentación tan rica como compleja de la realidad. Con El sermón de La Victo- ria (editorial Planeta), su última y espe- rada novela, vuelve a demostrar su maestría para tramar una historia tan intensa como sorprendente. La novela, sobria en su tono, cuya pro- sa seca recuerda, en cierta medida, las propuestas de Walsh y de Piglia, se des- pliega a través de un dominio discursivo eficaz, revelando sus misterios a medida que se avanza en la lectura. El sermón de La Victoria relata, entre tantas cosas, la vida de un hombre atrapado en un in- fierno muy particular. - Su novela, como el (sub) título lo in- dica, se nutre en buena parte de hechos reales ocurridos en San Luis. Para un in- telectual como usted, realidad y ficción, ¿en qué se asemejan? ¿En qué difieren? - Retire lo de intelectual, por favor. Me siento lejos de eso. Preferiría, si hace fal- ta encuadrarlo, imaginarme en un plano artístico. Soy un contador de historias, más cercano, quizá, a un actor o a un músico que a un intelectual. -¿Tiene algo contra los intelectuales? - En absoluto. A menudo coincido con ellos. - ¿Por ejemplo? - Con Luis Alberto Romero, cuando di- ce que la guerra de las Malvinas no fue cosa de unos pocos sino que fue plebis- citada por el pueblo argentino con las ceremonias de práctica, sin que faltara el balcón, el caudillo vociferante y la pla- za repleta de gente que saltaba sin pa- rar. Pero al día siguiente de la derrota, los militares eran los únicos culpables. - ¿Y en cuanto a realidad y ficción…? - No sé en qué se asemejan. Me cues- ta teorizar sobre mi trabajo; simplemen- te lo cumplo. El sermón de La Victoria es una historia verídica narrada en forma- to de novela. Quizá porque es más nove- lesca que más de una novela. Un chico conoce a una chica a la salida del Cole- gio Nacional, la acompaña hasta la casa, se despiden y al otro día la chica desa- parece. La madre arma un revuelo y al cabo de cierto tiempo, el pueblo arde en marchas de protesta. - ¿Estamos hablando de …? - Octubre del 89. Faltaban dos me- ses para la muerte de María Soledad Morales, la chica cuyo asesinato hun- dió al gobierno de Catamarca. El caso que llenó de preocupación a los seño- res feudales. De pronto una nimiedad, como el asesinato de una chica, podía tirar abajo a sus pequeños imperios. En San Luis, alguien debe haber pen- sado algo por el estilo, pues una briga- da de detectives selectos fue lanzada a la caza de algún culpable. Pronto die- ron con Nelson Madafs, el último en verla viva, un chico de 19 años, lo tor- turaron hasta que confesó el asesinato y el juez no tardó en mandarlo a la cárcel, de donde saldría con sida. Pa- ra la familia de Nelson la vida se con- virtió en un infierno: sus hermanos mayores fueron perdiendo el trabajo; su padre fue arrestado y torturado por la policía, sus hermanitos menores de- bieron dejar la escuela… Una amiga de la chica desaparecida terminó en la cárcel junto a su propia madre… En fin, una lista inenarrable de tragedias. Hasta que un día, ocho o nueve años después, Claudia, la chica perdida, apareció de vuelta en el pueblo, lo más pancha y feliz, pues sólo se había es- capado de la casa. - Cierta vez dijo en un reportaje que creía ser un “periodista que se las da de escritor”. Creo que en El sermón de La Victoria, esa idea nunca estuvo más cer- ca de consumarse. ¿Podríamos vincular este libro con una tradición del nuevo periodismo latinoamericano? - No estaría mal que lo definiera así. - Cada personaje cuenta los hechos a su manera. Lo que lleva a un cruce de testimonios, acusaciones, que constru- yen la trama. ¿Podría dar una idea de cómo halló la manera de escribir El ser- món de La Victoria? - Lo más trabajoso es conocer a fon- do la historia. Son centenares de horas grabadas, a menudo contradictorias y oscuras, que uno debe escuchar y escu- char, para quedarse con lo esencial. Luego hay que ponerle música. Uno es- cribe, tacha y tira, hasta que tiene al fin la canción. - ¿Cómo opera en la novela el lengua- je? ¿Cómo trabajó el tono? - Si yo tuviera esas cosas en claro, ya mismo estaría dando un seminario para estudiantes de Letras. Nunca me he puesto a pensar en cómo escribo. Sim- plemente lo hago. - Por cierto, Eduardo, según su opi- nión: ¿qué define a una novela? ¿Su to- no, la trama? - Todo eso junto, supongo. Pero hay muchísima gente que podría explicarlo mejor. No soy un teórico de la escritura. Sólo se me ocurre citarle una frase de Dorothy Parker, una escritora norte- americana a la que nunca olvido: “Es- cribir es el arte de poner el culo en la si- lla”, decía. - El libro narra muchos sitios que us- ted mismo frecuentó en distintas eta- pas de su vida. Por ejemplo, el colegio donde estudiaba Claudia Díaz. ¿Piensa que un escritor puede abordar ciertos hechos mejor que un historiador? ¿Por qué? - No lo creo en absoluto. Somos dos especies distintas. - ¿Cómo ubica esta novela, en relación a su obra? ¿Qué cambió en su aproxima- ción a la literatura, del primer libro a éste? - Otra buena pregun- ta para los críticos. Po- dría decirle, eso sí, que escribir novelas es una alegría y una aventura absorbente, pero que la diversión se termina el día que se publica. En- tonces uno empieza a interesarse por la histo- ria que viene, no por las que quedaron atrás. Suscribo lo que dijo al- guna vez Alain Delon sobre el cine: el encan- to dura lo que media entre dos palabras: “Acción” y “Corten”. Pa- ra ser más concreto, le diría que hoy tal vez escriba mejor, que haya mejorado el oído. Que es, en defini- tiva, el órgano con que yo escribo. - En su caso, ¿leer es una pasión aún mayor que escribir? - Nunca se vuelve a leer con la pasión de los 20. En mi casa de San Luis convi- víamos con Jack London, Stevenson, Hemingway, John Steinbeck, Yamandú Rodríguez, Graham Greene, Cortázar, Julio Verne, Hugo Wast, García Már- quez,Vargas Llosa, Mark Twain, Camus, Truman Capote, Norman Mailer y otro medio centenar de tipos que nos man- tenían en estado de novela. No me con- sidero un lector calificado. Por eso es- quivo el trabajo de jurado. Para integrar un jurado no hace falta ser escritor: es indispensable ser un enorme, generoso, avispado lector. En una época procuré serlo. Intenté leer La Divina Comedia, que según Borges, en lo literario, está por encima de todo, salvo los Evange- lios. Yo no tuve la suerte de Borges, ni con La Divina Comedia ni con los Evan- gelios. Hoy me conformo con ser escri- tor. No es una mala ocupación. Como di- ce Rosa Montero, los novelistas somos esquizofrénicos, sólo que nos pagan por padecer lo mismo que a otros los llevan al manicomio. A los 20 años de haber publicado una historia ya no recorda- mos si son cosas que les pasaron a nues- tros personajes o a nosotros. Pero, para ser franco, si algo me apasiona en estos momentos es aprender a hacer cine, al- go para mí, todavía, tan misterioso co- mo la materia. © LA GACETA ROSARIO B. RAWSON Y F.E. VALENTINO “El asesinato de una chica podía tirar abajo sus pequeños imperios” “Las paradojas forman parte de la vida de todo el mundo. Sólo hay que tener una mirada inocente y curiosa para darse cuenta”, dice Ana María Shua. Henry Kissinger, enviado secreto de Nixon en los 70 para restablecer vínculos con Pekín, da cuenta en China de sus más de 50 viajes al gigante asiático. 2 3 Por Augusto Munaro PARA LA GACETA - BUENOS AIRES PERFIL Eduardo Belgrano Rawson trabajó como periodista en Primera Plana y en La Opinión. Publicó siete novelas y un libro de cuentos. Recibió el Premio a la mejor novela del Club de los XIII por El naufragio de las estrellas; y el Premio de la Crítica al mejor libro del año, en la Feria del Libro, por Fuegia. En 1993 ganó el premio Konex. El Sermón de La Victoria, la reciente novela de Belgrano Rawson, cuenta la historia de un crimen que no fue. Un chico conoce a una joven a la salida del Colegio Nacional de San Luis, la acompaña hasta la casa, se despiden y al otro día la chica desaparece. El muchacho es torturado por la policía, confiesa que la mató, va a la cárcel y se contagia de sida. Nueve años después, ella aparece con vida. El autor habla sobre el libro y también sobre su relación con la escritura y la lectura. ENTREVISTA A EDUARDO BELGRANO RAWSON

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Domingo 24 de junio de 2012 Literaria LA GACETA

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 24 DE JUNIO DE 2012

5aSECCION

Ed u a r d oBelgranoR a w s o n(San Luis,

1943) es uno delos más distingui-dos novelistas ar-gentinos de su ge-neración. La prue-ba de ello no sólolo avala su trayec-toria a través de50 años de intensalabor cultural co-mo escritor, perio-dista y guionistade historietas, sinola estructura na-rrativa de su estilo;la concepción dife-rente –siempreexigente- en que supo consolidar a tra-vés de una serie de novelas como Elnáufrago de las estrellas (1979), Fuegia(1991) o Rosa de Miami (2005), una re-presentación tan rica como compleja dela realidad. Con El sermón de La Victo-ria (editorial Planeta), su última y espe-rada novela, vuelve a demostrar sumaestría para tramar una historia tanintensa como sorprendente.

La novela, sobria en su tono, cuya pro-sa seca recuerda, en cierta medida, laspropuestas de Walsh y de Piglia, se des-pliega a través de un dominio discursivoeficaz, revelando sus misterios a medidaque se avanza en la lectura. El sermónde La Victoria relata, entre tantas cosas,la vida de un hombre atrapado en un in-fierno muy particular.

- Su novela, como el (sub) título lo in-dica, se nutre en buena parte de hechos reales ocurridos en San Luis. Para un in-telectual como usted, realidad y ficción, ¿en qué se asemejan? ¿En qué difieren?

- Retire lo de intelectual, por favor. Mesiento lejos de eso. Preferiría, si hace fal-ta encuadrarlo, imaginarme en un planoartístico. Soy un contador de historias,más cercano, quizá, a un actor o a unmúsico que a un intelectual.

-¿Tiene algo contra los intelectuales?- En absoluto. A menudo coincido con

ellos.

- ¿Por ejemplo?- Con Luis Alberto Romero, cuando di-

ce que la guerra de las Malvinas no fuecosa de unos pocos sino que fue plebis-

citada por el pueblo argentino con lasceremonias de práctica, sin que faltarael balcón, el caudillo vociferante y la pla-za repleta de gente que saltaba sin pa-rar. Pero al día siguiente de la derrota,los militares eran los únicos culpables.

- ¿Y en cuanto a realidad y ficción…? - No sé en qué se asemejan. Me cues-

ta teorizar sobre mi trabajo; simplemen-te lo cumplo. El sermón de La Victoria esuna historia verídica narrada en forma-to de novela. Quizá porque es más nove-lesca que más de una novela. Un chicoconoce a una chica a la salida del Cole-gio Nacional, la acompaña hasta la casa,se despiden y al otro día la chica desa-parece. La madre arma un revuelo y alcabo de cierto tiempo, el pueblo arde enmarchas de protesta.

- ¿Estamos hablando de …? - Octubre del 89. Faltaban dos me-

ses para la muerte de María SoledadMorales, la chica cuyo asesinato hun-dió al gobierno de Catamarca. El casoque llenó de preocupación a los seño-res feudales. De pronto una nimiedad,como el asesinato de una chica, podíatirar abajo a sus pequeños imperios.En San Luis, alguien debe haber pen-sado algo por el estilo, pues una briga-da de detectives selectos fue lanzada ala caza de algún culpable. Pronto die-ron con Nelson Madafs, el último enverla viva, un chico de 19 años, lo tor-turaron hasta que confesó el asesinatoy el juez no tardó en mandarlo a lacárcel, de donde saldría con sida. Pa-ra la familia de Nelson la vida se con-

virtió en un infierno: sus hermanosmayores fueron perdiendo el trabajo;su padre fue arrestado y torturado porla policía, sus hermanitos menores de-bieron dejar la escuela… Una amigade la chica desaparecida terminó en lacárcel junto a su propia madre… Enfin, una lista inenarrable de tragedias.Hasta que un día, ocho o nueve añosdespués, Claudia, la chica perdida,apareció de vuelta en el pueblo, lo máspancha y feliz, pues sólo se había es-capado de la casa.

- Cierta vez dijo en un reportaje que creía ser un “periodista que se las da de escritor”. Creo que en El sermón de La Victoria, esa idea nunca estuvo más cer-ca de consumarse. ¿Podríamos vincular este libro con una tradición del nuevo periodismo latinoamericano?

- No estaría mal que lo definiera así.

- Cada personaje cuenta los hechos a su manera. Lo que lleva a un cruce de testimonios, acusaciones, que constru-yen la trama. ¿Podría dar una idea de cómo halló la manera de escribir El ser-món de La Victoria?

- Lo más trabajoso es conocer a fon-

do la historia. Son centenares de horasgrabadas, a menudo contradictorias yoscuras, que uno debe escuchar y escu-char, para quedarse con lo esencial.Luego hay que ponerle música. Uno es-cribe, tacha y tira, hasta que tiene al finla canción.

- ¿Cómo opera en la novela el lengua-je? ¿Cómo trabajó el tono?

- Si yo tuviera esas cosas en claro, yamismo estaría dando un seminario paraestudiantes de Letras. Nunca me hepuesto a pensar en cómo escribo. Sim-plemente lo hago.

- Por cierto, Eduardo, según su opi-nión: ¿qué define a una novela? ¿Su to-no, la trama?

- Todo eso junto, supongo. Pero haymuchísima gente que podría explicarlomejor. No soy un teórico de la escritura.Sólo se me ocurre citarle una frase deDorothy Parker, una escritora norte-americana a la que nunca olvido: “Es-cribir es el arte de poner el culo en la si-lla”, decía.

- El libro narra muchos sitios que us-ted mismo frecuentó en distintas eta-pas de su vida. Por ejemplo, el colegio donde estudiaba Claudia Díaz. ¿Piensa que un escritor puede abordar ciertos hechos mejor que un historiador? ¿Por qué?

- No lo creo en absoluto. Somos dosespecies distintas.

- ¿Cómo ubica esta novela, en relación a su obra? ¿Qué cambió en su aproxima-

ción a la literatura, del primer libro a éste?

- Otra buena pregun-ta para los críticos. Po-dría decirle, eso sí, queescribir novelas es unaalegría y una aventuraabsorbente, pero que ladiversión se termina eldía que se publica. En-tonces uno empieza ainteresarse por la histo-ria que viene, no porlas que quedaron atrás.Suscribo lo que dijo al-guna vez Alain Delonsobre el cine: el encan-to dura lo que mediaentre dos palabras:“Acción”y “Corten”. Pa-ra ser más concreto, le

diría que hoy tal vez escriba mejor, quehaya mejorado el oído. Que es, en defini-tiva, el órgano con que yo escribo.

- En su caso, ¿leer es una pasión aún mayor que escribir?

- Nunca se vuelve a leer con la pasiónde los 20. En mi casa de San Luis convi-víamos con Jack London, Stevenson,Hemingway, John Steinbeck, YamandúRodríguez, Graham Greene, Cortázar,Julio Verne, Hugo Wast, García Már-quez, Vargas Llosa, Mark Twain, Camus,Truman Capote, Norman Mailer y otromedio centenar de tipos que nos man-tenían en estado de novela. No me con-sidero un lector calificado. Por eso es-quivo el trabajo de jurado. Para integrarun jurado no hace falta ser escritor: esindispensable ser un enorme, generoso,avispado lector. En una época procuréserlo. Intenté leer La Divina Comedia,que según Borges, en lo literario, estápor encima de todo, salvo los Evange-lios. Yo no tuve la suerte de Borges, nicon La Divina Comedia ni con los Evan-gelios. Hoy me conformo con ser escri-tor. No es una mala ocupación. Como di-ce Rosa Montero, los novelistas somosesquizofrénicos, sólo que nos pagan porpadecer lo mismo que a otros los llevanal manicomio. A los 20 años de haberpublicado una historia ya no recorda-mos si son cosas que les pasaron a nues-tros personajes o a nosotros. Pero, paraser franco, si algo me apasiona en estosmomentos es aprender a hacer cine, al-go para mí, todavía, tan misterioso co-mo la materia.

© LA GACETA

ROSARIO B. RAWSON Y F.E. VALENTINO

“El asesinato de una chica podía tirarabajo sus pequeños imperios”

“Las paradojas forman parte de la vida de todo elmundo. Sólo hay que tener una mirada inocente ycuriosa para darse cuenta”, dice Ana María Shua.

Henry Kissinger, enviado secreto de Nixon en los 70para restablecer vínculos con Pekín, da cuenta enChina de sus más de 50 viajes al gigante asiático.

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◆ Por Augusto MunaroPARA LA GACETA - BUENOS AIRES

PERFILEduardo Belgrano Rawson trabajó como

periodista en Primera Plana y en LaOpinión. Publicó siete novelas y un librode cuentos. Recibió el Premio a la mejor

novela del Club de los XIII por Elnaufragio de las estrellas; y el Premio de

la Crítica al mejor libro del año, en laFeria del Libro, por Fuegia. En 1993 ganó

el premio Konex.

El Sermón de La Victoria, la reciente novela de Belgrano Rawson, cuenta la historia de un crimen que no fue. Un chico conoce a una

joven a la salida del Colegio Nacional de San Luis, la acompaña hasta la casa, se despiden y al otro día la chica desaparece. El muchacho

es torturado por la policía, confiesa que la mató, va a la cárcel y se contagia de sida. Nueve años después, ella aparece con vida. El autor

habla sobre el libro y también sobre su relación con la escritura y la lectura.

ENTREVISTA A EDUARDO BELGRANO RAWSON

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LITERARIA2 LA GACETA

DOMINGO 24 DE JUNIO DE 2012

Son 21 cuentos del primer librode un autor que, pareciera, escribe

desde hace años. Se sumerge encada cuento y situación con soltu-ra. Los temas son variados, mu-chos de actualidad. Así, la incomu-nicación, la incomprensión, la so-ledad, la rabia estallan con ungraffiti en Cuatro palabras, cuentoexcelente en estructura y resolu-ción. La prostitución y los hijos sinpadre o la filiación ignorada, en

Los ojos del turco; la experienciacotidiana con los muchachos lim-piavidrios en el cuento homónimo;los sufrimientos de un pacienteenfermo y viejo en Cuentagotas;las modelos estafadas y engaña-das, usadas como “mulas” paracontrabandear drogas, en Cortopublicitario.

La ética y la memoria afectiva

de un niño afloran en La causa delos peces y en Carreteles (poéti-cos); la ficción a pleno en Matar eltiempo, un destacable cuento de-tectivesco.

En suma, fluidez narrativa ysimbiosis asombrosa en cada si-tuación.

© LA GACETA

L A N Z A M I E N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / C R Í T I C A D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / L O S M Á S V E N D I D O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A

No v e d a d e s

ARRECIFEJuan VilloroANAGRAMA (240 PÁGINAS)Reflexión sobre los daños que elegimos para intensificarla vida, esta novela describe una nueva ecología: elcambio climático vacía los hoteles y el lavado de dinerolos regenera como emporios fantasma. Pero Arrecifetambién es una historia de amistad, amor y redención.

LAS CORRECCIONESJonathan FranzenSALAMANDRA (666 PÁGINAS)¿Pueden los hijos corregir los errores de sus padres? Esapregunta será respondida si Enid, cuyo esposo padeceParkinson, logra reunir a sus hijos en Navidad, en unaNorteamérica donde la crisis corrige las expectativas dela bolsa, y los medicamentos corrigen estados de ánimo.

OJOS QUE NO VENVicente BattistaEDITORIAL EL ATENEO (320 PÁGINAS)Juan Ignacio ha caído del techo de un club aristocráticoque esconde secretos. Su muerte parece destinada alolvido, hasta que a Raúl Benavides le encargan notassobre el episodio. La investigación revela una trama depoder político, pederastía y periodismo amarillista.

ELOGIO DEL AMORAlain Badiou - Nicolas TruongPAIDÓS (104 PÁGINAS)Para el autor, el amor es amenazado por los partidariosdel mercado liberal -para quienes todo es interés-, perotambién por sus opositores: para ellos el amor es purohedonismo. En este mundo, sostiene, el amor “riesgocero” es correlato íntimo de la guerra “muerte cero”.

UNA ECONOMÍA, MUCHAS RECETASDani RodrikFONDO DE CULTURA ECONÓMICA (382 PÁGINAS)Rodrik aborda tres grandes temas del desarrolloeconómico: crecimiento, instituciones y globalización, ysostiene la urgencia de que las naciones identifiquen suspropias necesidades y adopten políticas públicas hechasa la medida de su realidad económica.

IMAGINARIO DEL PARAÍSOAdolfo ColombresCOLIHUE (272 PÁGINAS)La obra propone confrontar los paraísos concebidos pordiferentes pueblos, tanto actuales como extinguidos,para dar cuenta del grado evolutivo que alcanzaron, yde su capacidad de poetizar y significar la vida al soñarel más allá de la muerte.

INFORMES DE LECTURA: CARTAS A MONTALERoberto BazlenLA BESTIA EQUILÁTERA (128 PÁGINAS)Lector invicto, y con una pereza inagotable, “Bobi”Bazlen fue leyenda en vida. Leyó los mejores libros -amenudo por primera vez- de la literatura europea de lasegunda mitad de siglo y les encontró sitio en el mundoeditorial. Aquí se puede leer una crítica literaria única.

COMBATIERON CON HONOR EN MALVINASÁngel Oscar CeballosEDITORIAL DUNKEN (120 PÁGINAS)“Reflexionando sobre todo lo escrito llego a la conclusiónque el ‘hombre’ como ciudadano quedó con fortaleza dealma y espíritu, continuando en defensa de nuestraPatria. Y desde el punto de vista profesional, tomar lasexperiencias del conflicto para desarrollarse como tal”.

EL TEMPLO DE LOS ERRANTESMáximo OlmosEDICIONES TROMPETAS (64 PÁGINAS)Frente al temor de la pérdida, más allá de melancolías,refulge la gracia de las frescas palabras. El poeta nosrecuerda la existencia de espacios de intimidad,signados por la complejidad de los lazos familiares,donde todavía es posible recuperar el amor y los gestos.

REFLEXIONES 2María Juana Hael de NúñezEDICIÓN DE LA AUTORA (186 PÁGINAS)Un compendio de citas, de frases célebres, de refranes,de proverbios, de sentencias y de poemas de autores detodos los tiempos, donde pueden ser cotejados losargumentos de lo serio y lo jocoso, de lo reflexivo y lodivertido, de lo imaginativo y lo analítico.

MI ANIMAL IMPOSIBLEGuillermo SaavedraALFAGUARA INFANTIL (86 PÁGINAS)El casamiento de dos pulgas, la increíble vida delapestoso Rodríguez, la maravillosa aventura de laspalabras o el frustrado amor entre una regla y uncompás son algunos de los deliciosos disparates queharán reír y cantar a los lectores.

LA DE VICENTE LÓPEZ YOTROS TEXTOS TEATRALESJulio ChávezCOLIHUE (168 PÁGINAS)La de Vicente López muestra la intimidad de unafamilia la noche de Año Nuevo. Violenta parodia de la“comedia blanca”. Cuatro obras cortas completan eltomo: El Día del Inocente, Lo otro, La bruta espera ySerá justicia. El libro incluye una entrevista al autor.

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Los números, a veces, supe-ran nuestra capacidad de ima-ginar lo que representan. Chi-na, ese país lejano, extraño y detradición que arranca hace va-rios miles de años, el más po-blado de la tierra. Su poblaciónes como si contuviera entre suslímites ¡34 veces la poblaciónargentina!

Desde casi siempre se hace unejercicio de imaginación pinto-resco para definir los abrumado-res guarismos sobre la pobla-ción: “¿Que pasaría con la Tierrasi los chinos saltaran sobre elsuelo al mismo tiempo?”. Lo queviene sucediendo es como si enel plano político-económico los1.350 millones de chinos hubie-ran dado ese salto. Y siguieransaltando al unísono. El temblorse siente, todavía, en todo el pla-neta. Ninguna economía quecrece ostensiblemente deja deser mentada como que lo hacecon “tasas chinas”.

El eje de este libro atraviesadiferentes asuntos ligados a larelación EEUU-China más que ala nación asiática con el restodel mundo. En el prefacio, el au-tor explica: “No siempre estoyde acuerdo con la perspectivachina, lo mismo le ocurrirá a loslectores”. Y luego una defini-ción, contundente: “Pero es ne-cesario comprenderla, porqueChina ejercerá una función muy

importante en el mundo queempieza a vislumbrarse en el si-glo XXI”.

Un autor que escribe sobre unpaís puede hacerlo desde laperspectiva del turista, del histo-riador, del sociólogo, del político.Lo singular de este caso, es queel autor fue enviado secretamen-te a Pekín por el presidente Ri-chard Nixon, en los años 70,“para restablecer el contacto conun país clave en la historia deAsia, con el que Estados Unidosno había tenido relaciones enmás de 20 años”. A partir de en-

tonces, Kissinger viaja a Chinamás de 50 veces.

Nada puede brindarle más do-cumentación a un investigador ogestor político que las vivenciasdirectas con los protagonistas ylas cercanías con las fuentes.Y sieso sucede a lo largo de “más de50 ocasiones”, tal como lo expre-sa el autor en el prefacio, nopueden quedar dudas sobre el

grado de conocimiento alcanza-do. Sólo recorrer los títulos delos capítulos del libro anticipa laprofundidad del trabajo y lo quenecesariamente abarca para ellogro de hacer conocer (no sólo alos estadounidenses) sino a todoel mundo esa realidad, para al-gunos preocupante y para otrosatractiva, que es China hoy. Y loque se supone será en los tiem-pos venideros.

Perder 300 millonesEn el muy detallado enfoque

sobre las relaciones entre EEUUy China, la sucesión de los distin-tos gobiernos, y las confrontacio-nes entre Moscú y Pekín, Kissin-ger incluye uno de los más in-quietantes modos de ver la gue-rra por parte de un estadista. Dacuenta de que la conferencia depaíses comunistas que convocóKruschev en Moscú (1957), fuela oportunidad de Mao para “lla-mar a las armas a sus colegassocialistas contra el imperialis-mo”. Y cita, textualmente, unasombroso posicionamientofrente a la guerra: “No tienenque asustarnos las bombas ató-micas y los misiles, estalle laguerra que estalle –convencionalo termonuclear-, la ganaremos.En cuanto a China, si los impe-rialistas desencadenan la guerracontra nosotros, podemos per-

der más de 300 millones de per-sonas. ¿Qué importancia tiene?La guerra es la guerra. Pasaránlos años, nos pondremos manosa la obra y engendraremos máshijos que antes”. Semejantesrevelaciones maoístas son par-te, entre otras, de la “singulari-dad china”.

Cuatro generaciones de en-cumbrados dirigentes chinospueblan con anécdotas y revela-ciones asombrosas la diploma-cia del país asiático y su auto-convencimiento de ser “desdesiempre” lo que son, indepen-dientemente de los otros estadosdel planeta, los de “afuera”.Enorme trabajo del equipo com-plejo y multidisciplinario de laempresa “Kissinger AssociatesInc”, que ayudó en este denso li-bro de más de 600 páginas.

Quien esto escribe no puededejar de incluir el último párrafode un artículo del muy tucuma-no Tomás Eloy Martínez, publi-cado en La Nación el 3 de no-viembre de 2002 bajo el título“Kissinger, premio Nobel de laguerra”. “Mientras Slobodan Mi-losevic,Augusto Pinochet y JorgeRafael Videla han sido juzgadospor crímenes contra la humani-dad, el patriarca que amparó einspiró a los dos últimos vive unotoño de paz, riqueza y fama. Lahistoria, que ha condenado a to-dos los depredadores del sigloXX, tal vez deje indemne a Kis-singer. La historia pertenece aquienes la escriben, y él todavíasigue allí, rehaciéndola a su me-dida”. Lo anticipó Tomás, el pe-riodista.

© LA GACETA

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CUENTOSLA CAUSA DE LOS PECESALBERTO TARSITANO(Vinciguerra - Córdoba)

HORACIO SEMERARO ◆

Relatos sobre incomunicación, soledad y rabia

EL TEMBLOR

Ra n k i n g

FICCIONCARTAS MARCADASAlejandro Dolina

TORMENTA DE ESPADASGeorge R. Martin

JUEGO DE TRONOSGeorge R. Martin

DIEZ MUJERESMarcela Serrano

CABALLO DE FUEGO – GAZAFlorencia Bonelli

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NO FICCIONENCUENTROSGabriel Rolón

BIENVENIDO DOLORPilar Sordo

LOS HIJOS DE LOS DÍASEduardo Galeano

MUJERES TENÍAN QUE SERFelipe Pigna

¡VIVA LA DIFERENCIA!Pilar Sordo

12345

Ra n k i n g

FICCIONTORMENTA DE ESPADASGeorge R. Martin

CARTAS MARCADASAlejandro Dolina

CABALLO DE FUEGO – GAZAFlorencia Bonelli

JUEGO DE TRONOSGeorge R. Martin

DIEZ MUJERESMarcela Serrano

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NO FICCIONENCUENTROSGabriel Rolón

BIENVENIDO DOLORPilar Sordo

LOS HIJOS DE LOS DÍASEduardo Galeano

MUJERES TENÍAN QUE SERFelipe Pigna

DISPOSICIÓN FINALCeferino Reato

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T U C U M A N

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LAFE

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DEL

LIBRO

A R G E N T I N A

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CARLOS DUGUECH ◆

Según Kissinger, Maodijo que no le temía a laguerra atómica y queChina podía perder 300millones de personas.

POLÍTICACHINAHENRY KISSINGER(Debate – Buenos Aires)

El ex secretario de Estado de EEUU (“Nobelde la guerra”, según Tomás Eloy) discrepa

con los chinos, pero advierte que elgigante asiático tiene una función central

por el “salto” de los chinos

ENERO DE 2011. Kissinger dialoga con el presidente chino Hu Jintao, durante un almuerzo ofrecido por el Departamento de Estado de los EEUU.

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LITERARIA 3LA GACETA

DOMINGO 24 DE JUNIO DE 2012

“Fingimos que larealidad puedereducirse a la lógica”

/ C R I T I C A S D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / E N T R E V I S T A S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / C R I T I C A S D E L I B R O S /

NUDO GORDIANOPOR ANA MARÍA SHUAEl carro de Gordias, rey de Frigia, estaba atado con un nudo tancomplicado que nadie lo podía desatar. Según el oráculo, quienfuera capaz de deshacer ese nudo conseguiría conquistar todaAsia Menor. Solo Alejandro Magno fue capaz de encontrar lasolución: cortó el nudo con un tajo de su espada. Pero este noes el caso, amigos, les ruego que tengan un poco más depaciencia, insiste la joven contorsionista, ante los hombres quela sacaron en andas de la pista y desde hace tres días estántratando de desanudarla.

PERFILAna María Shua nació en Buenos Aires, en 1951. Entre sus librospueden mencionarse Soy paciente (Premio Losada), Los amores deLaurita (llevada al cine en 1986), El libro de los recuerdos (BecaGuggenheim) y La muerte como efecto secundario (Premio Municipalde novela). Publicó cinco libros de microrrelatos. El último esFenómenos de circo.

El cuento brevísimo supone,por parte del autor, habilidadesdiversas que incluyen, entreotras, la síntesis narrativa, el girohumorístico, la sinuosa reflexión,el preciso intertexto y el cierresorpresivo. La escritora argentinaAna María Shua ha hecho del gé-

nero una de sus armas imbatibles. Y este volumen es una prueba másde sus habilidades narrativas.

Fenómenos de circo es un conjunto de variaciones sobre el circo. Enlos pliegues risueños y delirantes, Shua expone su mirada lúcida eimaginativa valiéndose, en muchos casos, de personajes históricosdesconocidos. Entre la historia y la imaginación, el circo brilla comoun efecto de la decadencia y la nostalgia. El domador, la écuyère, elenano, el león, el contorsionista,la mujer barbuda y los trapecis-tas van y vienen de la carpa, en-tran y salen de la imaginación yde la realidad. Las variacionesaudaces y desopilantes incluyenun circo pobrísimo, la negacióndel circo, los múltiples circos his-tóricos y las historias más negrasy utópicas. En la ingeniosa arenade la literatura conviven, sin so-bresaltos, el personaje freak, eltierno, el tragasables suicida, elmago delirante, la muchacha bi-zarra y el payaso fracasado.

Con humor y osadía, Ana Ma-ría Shua ensaya el secreto deba-te filosófico, la curiosa reflexiónmetafísica, el laberinto breve,sagaz y tierno, el devaneo sobrela propia literatura. Como una película irónica y, a la vez, como uncuento melancólico Fenómenos de circo es una historia del hombre(de sus rarezas, de su ingenuidad y de sus mínimas victorias), unabreve historia de los fenómenos humanos relacionados con el circoy con la vida.

Hacia el final del libro, un apéndice reseña las biografías exóticasy deslumbrantes de los muchos personajes “reales” que desfilan enlos microrrelatos. Este apéndice, imprescindible, establece un diálo-go con los cuentos y es, por sí mismo, un conjunto de narracionesencantadoras.

Si en el libro hay humor, preciado desencanto, invención pura, iro-nía, imaginación, inteligencia y ternura, ¿qué más se le puede pedir?

© LA GACETA

“El libro intenta demostrar quela contraofensiva montonera re-sultó funcional a las aspiracionespolíticas del almirante EmilioEduardo Massera y de la logiaPropaganda Due, a la que él per-tenecía”. Así explica Carlos Man-froni, en sus primeras páginas, laintención de su investigaciónMontoneros. Soldados de Masse-ra. La verdad sobre la contrao-fensiva montonera y la logia quediseñó los 70. En la biografía dela solapa del libro, el autor se au-todefine como un “luchador poruna interpretación equitativa yno ideológica de los derechos hu-manos”.

Este trabajo tiene algunas fa-llas de forma y de fondo. Entreestas últimas, quizá la principalsea el postulado de la solapa:pensar que no hay una luchaideológica en la lucha por los de-rechos humanos. Y pensar quese puede escribir desde un lugarneutro no sólo sobre éste sinosobre cualquier otro tema. Basta

leer el título de su trabajo parasaber que el autor, desde el ini-cio, marca una postura. A la ho-ra de investigar, otra de las fallases tomar a los documentos des-clasificados de los Estados Uni-dos como verdades reveladas.

A lo largo de más de 300 pági-

nas, Manfroni da por sentada lacolaboración entre montonerosy Massera, cuando también exis-ten otras decenas de libros quedan cuenta de lo contrario. Ade-más, cuando se refiere a los pre-sos en la ESMA, ignora por com-pleto la complejización en la re-

lación entre perpetrador y vícti-ma y simplemente habla de co-laboracionismo. Ese vínculo fueobjeto de innumerables estudiospor parte de intelectuales de laArgentina y el mundo (sólo bas-ta recordar a Primo Levi). Porese motivo, resulta curioso que

entre la bibliografía consultadano haya ni un trabajo de PilarCalveiro, doctora en CienciasPolíticas, exiliada en México trashaber permanecido secuestradaen la ESMA y autora de un libroclave, Poder y desaparición: loscampos de concentración en Ar-

gentina.

Versiones sin confirmarA la hora de entrevistar, el autor

opta por Jorge Rafael Videla, Jor-ge Eduardo “El Tigre”Acosta y To-más de Anchorena, entre otros. Ysólo cita fragmentos de libros o de-claraciones realizadas por ex mili-tantes en los años 70. Quizá ésa nosea una forma equitativa de inves-tigar un hecho sobre el que hay ex-tensa bibliografía y protagonistas -ex líderes montoneros- que po-drían dar su testimonio.

En las otras fallas -las de forma-,este abogado construye un librodenso, de difícil lectura, sin el vér-tigo y la rigurosidad de obras co-mo Galimberti. De Perón a Susa-na. De Montoneros a la CIA, deMarcelo Larraquy y Roberto Caba-llero, por dar un ejemplo.

“Esta investigación da vueltatoda la historia de los 70”, dijoManfroni en una entrevista ra-diofónica, luego del lanzamientodel libro. Las versiones sobre unacuerdo entre Emilio EduardoMassera y Mario Eduardo Firme-nich nunca fueron confirmadasni documentadas antes de este li-bro. Ni tampoco después de supublicación.

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Fallida investigación sobre la relación entre Massera y Montoneros

DIEGO JEMIO ◆

UNA TESIS QUE NO FRAGUA. A lo largo de más de 300 páginas, Manfrioni da por sentada la colaboración entremontoneros y Massera, cuando también existen otras decenas de libros que dan cuenta de todo lo contrario.

INVESTIGACIÓNMONTONEROS. SOLDADOSDE MASSERACARLOS MANFRONI(Sudamericana – Buenos Aires)

Una breve historia sobrelos fenómenos humanos

E N T R E V I S T A A A N A M A R Í A S H U A

– ¿Por qué elegiste al circo como motivo central para el libro?

– Como todas las preguntas, estatiene varias respuestas. Podría de-cirte que me fascina la contradic-ción implícita en la idea del circo,que reúne fanfarria, alegría y oro-peles con decadencia, precariedad,tristeza. Pero también es ciertoque, como suele suceder, no lo ele-gí. ¿Qué escritor se puede jactar deelegir realmente sus temas? Es elpunto tal vez más misterioso denuestro trabajo. El circo apareció,allí estaba, y cuando lo tomé me dicuenta de que era infinitamente ri-co, polisémico, jugoso y que por suvariedad y su historia me iba apermitir cumplir un viejo sueño:un libro de minificciones dedicadoa un solo tema.

– Es la primera vez que trabajás con personajes históricos. ¿Por qué decidiste hacerlo?

– ¡Ah, pero es tan poco lo queuno decide! Cuando empecé a in-vestigar sobre el circo, descubrí asus personajes. Eran tan inverosí-miles y divertidos, que me gustó laidea de trabajar en el límite de laficción y la realidad, para que ellector se quedara siempre con laduda. La imaginación tiene límites.¡Pero la realidad es infinita!

– Sos una de las precursoras pa-ra las nuevas generaciones de au-tores de microficciones. ¿Cuáles son tus precursores?

– No me considero precursora.Nací en un país donde las microfic-ciones eran parte de la obra de to-dos nuestros maestros. Borges,Cortázar, Bioy, Ocampo, Blaisten,Denevi, todos ellos escribieron ma-ravillosamente en el género. En losaños 70, gracias a la revista mexi-cana “El cuento”, dirigida por Ed-mundo Valadés, descubrí el desa-rrollo del género en México y enAmérica Latina, leí a Arreola y aMonterroso, entre muchos otros. Ytambién conocí a un autor francésque tuvo mucha influencia en mistextos: Henry Michaux. A quien enFrancia consideran poeta, peropara nosotros es un minificcionistapuro y duro, al menos en su “Viajea la Gran Garabaña”.

– Está bien, vos no te considerás una precursora. Pero hay muchos autores que leen tu obra como una de sus precursoras. ¿Tenés rela-ción con las obras de los autores más jóvenes? ¿Los leés? ¿Te inte-

resa leer a los autores contempo-ráneos? Te pregunto esto porque cuando empezaste a publicar mi-crorrelatos, había relativamente “pocos” autores. Y hoy hay una es-pecie de hervidero de publicacio-nes y autores en el género.

– Tengo que dar una respuestacruel. Cuando yo empecé a escri-bir, un libro de minificciones eragarantía de altísima calidad litera-ria. Había muy pocos y todos eranobra de grandes autores. Hoy haymuchísimos autores que están pu-blicando sus libros, pero como pa-sa en la poesía, los lectores son po-cos. Por lo tanto, salvo en España,en el resto del mundo de habla his-pana no hay editoriales que acom-pañen el fenómeno. Eso significaque el 99,99% de las publicacionesson ediciones de autor, es decir, nohay filtro de ningún tipo y en suenorme mayoría son muy peromuy malas. Incluso hay autoresque me interesan mucho, pero quepublican desatinadamente cual-quier cosa que escriben, lo queprovoca un efecto desastroso y lequita valor a sus mejores textos. Yno se trata sólo del problema delas ediciones de autor. Para mí, unbuen autor de minificciones tieneque ser en primer lugar un buenescritor.Y hoy hay muchísima gen-te completamente incapaz de es-cribir un cuento de cinco páginas yque está convencida de que brillaen cinco líneas. El problema delgénero es muy parecido al de lapoesía. Muchos autores piensanque es fácil porque es corto: el re-sultado es deprimente.

– En el libro aparecen freaks (no sólo en la sección dedicada a ellos) retratados de manera ejemplar. ¿Cómo elegiste a estos personajes? ¿Investigaste mucho o fueron sa-liendo de la galera?

– No, de la galera no salió casinada. Es decir, al principio me de-diqué a usar todas esas ideas ge-nerales que cualquier persona tie-ne sobre el circo. Pero ese catálogode convenciones se agotó rápida-mente. Entonces fue cuando empe-cé a investigar y apareció ese lujode personajes estrambóticos y ri-gurosamente reales. (Dentro de loque puede ser rigurosa la loca ymisteriosa realidad). Fui de los li-bros a la web y de la web a los li-bros. Hay páginas maravillosasque me ayudaron mucho. La pági-na de la Asociación de Tragasa-bles, por ejemplo, cuyo lema es

“Hasta la empuñadura” (To theshaft). Y libros extraordinarios, co-mo el que escribió el mismo HarryHoudini, Traficantes de milagros.

– Al leer el libro pareciera que las paradojas forman parte de tu vida cotidiana. ¿Es así?

– No de la mía en particular. Lasparadojas forman parte de la vidade todo el mundo. Sólo hay que te-ner una mirada inocente y curiosapara darse cuenta.

– Pero ¿por qué te interesan las paradojas? ¿Por el posible efecto de humor? ¿Por un afán antirracio-nalista? ¿Acaso porque pensás que funcionan mejor en los relatos?

– Se trata de una visión del mun-do. Para mí este extraño lugar enel que vivimos y morimos es, sobretodo, absurdo. Usando los limita-dos instrumentos con los quecuenta nuestra mente racional,tratamos de darle un sentido, fingi-mos que la realidad puede reducir-se a la lógica. Pero el caos que es-tá constantemente acechando pordebajo de la palabra, aflora a cadainstante, y la única forma deaprehenderlo y sobre todo, de so-portarlo, es la paradoja y la poesía.

– En muchos relatos hay víncu-los entre la reflexión y el humor. Para vos, ¿cómo se llevan el pen-samiento analítico y la narración?

– No puedo pensar sin humor. Elhumor me constituye, es parte demi personalidad. Pero la narraciónexige también pensamiento analí-tico, imbricado de mil maneras en

el texto. Su ausencia produce tex-tos chatos, limitados, tan poco in-teresantes como aquellos en losque el pensamiento analítico so-breabunda y agobia la narración.Por otra parte, el pensamiento tie-ne que formar parte indisoluble delo que se relata, y no aparecer co-mo un pegote venido de afuera.

– Uno de mis relatos preferidos es Payaso perfecto. En este y en otros relatos he percibido cierto modo del nihilismo, cierto modo del pesimis-mo. ¿Podrías comentar algo sobre esta atmósfera filosófica?

– Ja ja, ese texto tiene muchaslecturas. Hay quien lo entiende co-mo mi crítica a la sociedad que nocomprende al artista. En realidad,yo lo veo justamente al revés. Paramí, ese payaso ha cometido unerror imperdonable. Por llevar elarte del fracaso (esencia de lo pa-yasesco) a su posibilidad extrema,fracasa en hacer reír. Ahora bien,¿a quién le interesa un payaso queno hace reír? Sólo a un grupete deintelectuales que lo postulan al pre-mio Grock (existe de verdad, es elNobel de los payasos) y van a escu-char sus conferencias. Se trata delpeligro que corren hoy todas las ar-tes en su búsqueda de absolutos.

– En el libro hay numerosas comparaciones entre la vida y el circo. Si la vida fuera un circo, ¿cu-ál oficio elegirías? ¿Maga, doma-dora o artista del trapecio?

– ¡Trapecista, por supuesto! Volares lo mejor. Y lo más prestigioso.

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CRUEL RESPUESTA. Según Shua, se publican muchas microficciones malas.

HOMOSAPIENSLITTERATUS.BLOGSPOT.COM

CUENTOSFENÓMENOS DE CIRCOANA MARÍA SHUA(Emecé – Buenos Aires)

FABIÁN SOBERÓN ◆

◆ Por Fabián SoberónPARA LA GACETA - TUCUMÁN

Page 4: 24-06-2012 LITERARIA LA GACETA

LITERARIA4 LA GACETA

DOMINGO 24 DE JUNIO DE 2012

Una conciencia colectiva respecto de losriesgos de la contaminación ambientalse evidencia, en forma creciente, en lasociedad de nuestro tiempo. Manifes-taciones de distinto carácter y variada

envergadura se producen, con significativo incre-mento de participantes activos, contra la explota-ción de yacimientos mineros a cielo abierto, el usodescontrolado de sustancias tóxicas, la tala a des-tajo de árboles y plantas en las selvas naturales, laliberación de peligrosos efluentes fabriles en loscursos de agua y otras acciones aberrantes queatentan contra la vida en la Tierra. Tales muestrasde repudio no pueden despertar en los seres hu-manos sino sentimientos de aprobación, de apoyoy de reconocimiento, sobre todo cuando existe, enlas maneras de actuar y en los principios defendi-dos por los manifestantes, la necesaria transpa-rencia para convencernos de que no se trata demaniobras encubiertas de sectores políticos quemiren solamente para un costado de la realidad ydejen en sombras lo que no conviene a sus propó-sitos sectoriales. Porque este último tipo de tras-fondos se percibe, en tales actos públicos, con ex-cesiva y lamentable frecuencia.

Pero la contaminación ambiental de nuestromundo no consiste solamente en aquellas formasde agresión tangible, sino que actúa, sobre todo,en niveles inmateriales tan vitales como los del ai-re que respiramos y al agua que bebemos. Me re-fiero a los planos del pensamiento, de la ética, dela espiritualidad, de la cultura toda como conjun-to de bienes patrimoniales de cada sociedad.

Que las lecciones de las ciencias duras puedenser aprovechadas por las llamadas “humanida-des” y viceversa es algo ya probado y si acepta-mos que pueden hallarse relaciones entre la físicacuántica y la filosofía tomista (*) también nos per-mitiremos recurrir a los estudios de los procesosbiológicos de contaminación para aplicarlos a for-mas de saturación de elementos nocivos.

Mecanismos físicos de contaminaciónLa contaminación, tanto atmosférica como telú-

rica, cuenta entre sus estudiosos a buen númerode especialistas mexicanos, llevados por el deseode mejorar las condiciones de vida de la sociedadque habita su magnífica ciudad capital, cuya ubi-cación geográfica, como es bien sabido, ha favore-cido un fuerte impacto contaminante que le es ca-racterístico. Por ello las formulaciones que surgende sus científicos poseen verdadero valor teórico y

práctico y muchas tesis universitarias han tratadoeste tema con singular maestría. De una de estastesis, la titulada Realización de software educati-vo para simular la dispersión de contaminantesatmosféricos, defendida ante la Escuela de Inge-niería de la Universidad de América (Cholula, Pue-bla) el 31 de enero de 2004 por Carmen Ivette Ar-zate Echeverría para obtener el título de Licencia-da en Ingeniería Química con área en Ingenieríade Procesos, hemos extraído algunos elementosperfectamente aplicables al análisis del fenómenoque nos ocupa: la contaminación cultural.

Lo esencial, en el campo de los contaminantesfísicos y también en el de la cultura, es la realiza-ción de un adecuado diagnóstico de la situación.Esta medición de frecuencias y densidades feno-ménicas debe realizarse tanto en relación con lasfuentes contaminantes como con el medio recep-tor de su acción y con las condiciones generalesque, como los vientos y las tormentas en el casode la polución ambiental o los cánones de poderen el de la cultura, contribuyen a favorecer loscambios nocivos (aunque también podrían actuarcomo agentes benéficos).

Procesos de contaminación culturalLo mismo que ocurre en los fenómenos antes

mencionados de contaminación ambiental, es ne-cesario tener en cuenta, pues, en cuanto a los ele-mentos contaminantes y a sus fuentes, el origen,la evolución universal y local de los agentes decambio cultural contaminante y los factores quefavorecen su propagación masiva, así como la ta-sa de vida media del agente contaminante que, enel caso de la cultura, puede instalarse como modapasajera o como proceso en avance incontenible,con aspiración canónica, cuyas probabilidades dedesaparición sean despreciables o iguales a cero.

Respecto del medio social receptor de su acciónes preciso poder ponderar su predisposición paraaceptar y cultivar los fenómenos contaminantes.Será necesario tomar conciencia de los espaciosvacíos que han ido quedando, a través del tiempo,en el tejido de su cultura fundamental, las funcio-nes preexistentes que vienen a cumplir los ele-mentos recién llegados y las nuevas funcionescreadas por condiciones ambientales variables:“vientos y tormentas” de ideas y de conductas an-tes desconocidos en el área cultural de referencia.

Una bajada a la realidadY ahora sí, trataremos de bajar a la realidad cir-

cundante que motiva estas reflexiones. ¿A qué nosestamos refiriendo?

Nos estamos refiriendo a las maneras instaladasen la expresión verbal de nuestra gente: la palabraobscena, el insulto listo para surgir, la actitud permi-siva de las familias y de los docentes ante los niñosque hacen uso permanente de tales modos del ha-bla, las letras de canciones popularizadas que alu-den con encomio a la droga, al delito, a la violencia.

Nos estamos refiriendo a las formas reconocidascomo propias de la expresión corporal de la socie-dad argentina: la agresión sonora a la intimidad delos otros; la pérdida del respeto por el cuerpo pro-pio y ajeno; la reunión de personas en “patotas” y“piquetes” que se abrogan poder para desconocerderechos de sus conciudadanos; la utilización de lavía pública como lugar para la culminación de no-ches de juerga, impropiamente llamadas “bailes”,no pocas veces con lamentables saldos de jóvenesmuertos y heridos. Este segmento de la problemá-tica incluye ciertas modalidades de la expresióngestual que muestran claramente la penetración lo-grada por modelos exógenos, ajenos generalmenteal mundo hispanoamericano, que han invadido–probablemente sin proponérselo- a algunos secto-res de la política local y tienden a desvirtuar nues-tros tradicionales comportamientos en relación conlos símbolos patrios, por ejemplo.

Nos estamos refiriendo también al clima gene-ral en que prosperan tales comportamientos: elque ha consagrado al error o a la mentira muchasveces repetidos como acierto o como verdad; elque subestima el valor del trabajo y del esfuerzofecundo y aspira a un estado de reposo sustenta-do desde un “afuera” indefinido; el que, aunque sedeclara celebrante del feriado permanente, dicerendir un contrapuesto culto a la “energía”; el queha confundido liberación con auténtica libertad.Tales actitudes y otras derivadas de ellas mantie-nen unida la existencia de la persona, por influen-cia del canon imperante en la sociedad, a las ne-gras cadenas de una memoria selectiva, configu-rada a partir de preconceptos vinculados con eta-pas iniciales de la propia vida (nacimiento, fami-lia, infancia, escolaridad) o de la historia de su co-munidad , en las cuales –ya sea bajo la especie denormas de convivencia familiar o escolar, ya bajoel signo de mandatos religiosos o de leyes civiles-la mirada sesgada a la usanza del tiempo encuen-tra siempre elementos de autoritarismo y deprohibición juzgados repudiables y contra los cua-les es necesario rebelarse. Al “héroe” de esta lu-

cha, sin embargo, las presiones correctivas de supropio medio ambiental le permiten llegar sola-mente a un ejercicio simulado de autonomía pues,para lograrla, debe encuadrarse en los marcosque el canon social y político le imponen, cuandono allanarse a aceptar la invitación a volar, en elcolmo de la seudo liberación esclavizante, haciaparaísos artificiales adornados por lo que ya Bau-delaire llamaba “las flores del mal”.

Hacia una nueva contraculturaEn nuestra sociedad actual lo realmente revolu-

cionario es recuperar la identidad cultural. Conella acudirían a las personas, a las familias, a lascomunidades, las respuestas adecuadas para sa-tisfacer no sólo el apetito de alimentos -que esmuy urgente- sino también otra hambre que ge-nera todas las demás: la de sentirse ligado a tra-diciones acuñadas por los antecesores que, hoycomo ayer, son válidas para la vida. Y aquí se tra-ta de la vida de la persona humana que no puedesustentarse sólo con comida, bebida y diversióngratuita, sino también con formas consagradas dela sociabilidad, del respeto por la vida en familia,del cantar, el bailar y el decir tradicionales , de lasfiestas regionales que celebran las faenas cumpli-das, del juego y del cuento infantiles (tan cargadosde saberes profundos), del culto religioso, de lasartesanías y artes que convierten la holgazaneríaestéril en ocio fecundo y en cuyo marco cadahombre, mujer o niño puede crear en libertad yacaso producir propuestas propias y realizacionesque trasciendan el ámbito local y aún el nacional,como aportes creativos.Aceptar estas premisas eslo realmente revolucionario en la actual cultura dela dependencia, de cuya implantación seremosculpables en tanto nos constituyamos en merosreceptores pasivos.

© LA GACETA

Olga Fernández Latour de Botas – Miembro denúmero de la Academia Argentina de Letrasy de la Academia Nacional de la Historia.

Referencia:

* Véase, por ejemplo, la obra del joven filósofo argen-tino Ignacio A. Silva, Indeterminismo en la naturaleza y mecánica cuántica. Tomás de Aquino y Werner Heisen-berg, Pamplona, Universidad de Navarra, 2011 (Cuader-nos de Anuario Filosófico. Serie Universitaria, 232).

En lo que va del siglo XXI, la eco-nomía internacional abrió unaventana de oportunidad parala Argentina asociada con los

recursos naturales, y el país tiene me-dios apropiados para aprovecharla: apesar de las crisis y el estancamiento enel último cuarto del siglo pasado, la Ar-gentina aún cuenta con suficiente acu-mulación de conocimiento organizacio-nal, capital humano y físico.

El desafío estratégico consiste, enton-ces, en instaurar un régimen institucio-nal y de políticas públicas que permitacanalizar hacia el desarrollo los recur-sos adicionales que trajo el nuevo siglo.Urge encarar este desafío pues, comoocurre con toda ventana de oportuni-dad, la que se abrió en la primera dé-

cada de los 2000 no estará abierta pa-ra siempre. La crisis internacional de2008 fue un recordatorio en este senti-do y, asimismo, la evolución de la eco-nomía global plantea más interrogan-tes que certidumbres (FMI, 2011). Ade-más, el bono demográfico está ocu-rriendo ahora.

Los conflictos distributivos y la inesta-bilidad de las reglas de juego de la eco-nomía han constituido, sin dudas, obstá-culos clave para la adopción de unaagenda mínima de políticas estratégicas.En democracia, los intereses contra-puestos se procesan a través de una di-versidad de instituciones -tanto forma-les como informales- que tienen por ta-rea compatibilizar los intereses sectoria-les y de diferentes estamentos sociales

con los del bien común y hacerlo de mo-do tal que resulte funcional para el de-sempeño de la economía. Si la resolu-ción de los conflictos insume una parteexcesiva de las energías de la sociedad,estas se restan al esfuerzo productivo y,así, a largo plazo el conflicto se convier-te en un peso muerto para el desarrollo.

La sociedad argentina ha estado ac-

tuando, en cierta medida, como si el ob-jetivo fuera utilizar los medios de la de-mocracia para apoyar reclamos particu-lares y tratar de establecer derechos so-bre una porción mayor de los nuevos re-cursos y no como una sociedad que con-cibe la vida en democracia como unaoportunidad para organizar la accióncolectiva en pos de metas comunes, don-de los intereses específicos se procesany armonizan sobre la base de normas le-gales y culturales que priorizan la coo-peración a través de la coordinación y laconstrucción de confianza mutua. Estoshechos sugieren que la Argentina podríaestar mostrando síntomas de una enfer-medad social que los economistas deno-minan “maldición de los recursos natu-rales” (Auty, 1993) y que suele aquejar a

los países que cuentan con recursos na-turales abundantes e instituciones débi-les, poco eficientes para encaminar lasdemandas de cada sector sin destruirlas bases para el desarrollo. Contraer la“maldición de los recursos”, no obstan-te, no es una condena. La mejor demos-tración es el hecho de que haya paísesricos en recursos naturales que no expe-rimentan la intensidad de los conflictosque nos aquejan y que lograron desarro-llarse en un marco de equidad, como loscasos de Noruega, Canadá o Australia.

* Siglo XXI editores

José María Fanelli – Doctor en Economía,profesor de la Universidad de San Andrésy de la Universidad de Buenos Aires.

La expresióncontaminante

Una oportunidad que puede perderseAdelanto de La Argentina y el desarrollo económico en el siglo XXI (*)

◆ Por José María Fanelli

Hay muchas similitudes entre la

contaminación ambiental y la

cultural. Nuestra sociedad tiene

un terreno fértil para la

propagación de la palabra

obscena, el insulto listo para

surgir, la actitud permisiva de las

familias y de los docentes ante los

niños que hacen uso permanente

de tales modos del habla, las

letras de canciones popularizadas

que aluden con encomio a la

droga, al delito, a la violencia.

◆ Por Olga Fernández Latour de BotasPARA LA GACETA - BUENOS AIRES