06 10 2013 Literaria LA GACETA

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 6 DE OCTUBRE DE 2013 5 a SECCION Carlos Páez de la Torre (h) critica la novela sobre Los amores prohibidos de Belgrano, de Florencia Canale. Un adelanto exclusivo de ¡Viva la sangre!, de Ceferino Reato, el libro más leído del momento en Argentina. 2 3 E n su estudio sobre Madame Bovary, Mario Vargas Llosa elige como epígrafe una frase de una de las cartas de Gustave Flaubert que pregona que el solo modo de soportar la exis- tencia es el de aturdirse en la literatura como en una orgía perpetua. La construcción del libro es especular. Dos esce- narios: Lima y Piura. Dos historias de hombres maduros, “padres traicionados”: las del rico ejecu- tivo Ismael Carrera y la del pequeño Felícito Yana- qué, enredados en problemas familiares, que se entrecruzan sorpresivamente. Las representacio- nes son asimétricas, la mirada del autor es mucho más afín al octogenario que se casa con su emplea- da que al humilde, casi patético, Felícito. Son “hé- roes discretos”, que afrontan desafíos provenien- tes de los hijos. En el caso de Felícito usa la paro- dia insistente en sus descripciones de personajes populares y mestizos, integrantes de un mundo “huachafo” (lo cursi). El autor crea un personaje que ensambla, Don Rigoberto, abogado de costumbres exquisitas, amante de la alta cultura europea y el erotismo, que enfrenta las visiones de su hijo Fonchito. El triángulo amoroso armado por Don Rigober- to/Fonchito y la madrastra Lucrecia, que buscaba transformar amor en arte y arte en amor, se ha convertido en una pareja normal, que se transfor- ma en cómplice del casamiento del jefe. Las voces más convincentes del libro son el teniente Silva y el sargento Lituma, antiguos co- nocidos de los lectores, especialmente Lituma, cuya historia, junto con la de los “inconquista- bles” y las prostitutas, aparece desde La casa verde. El mundo narrativo de Vargas Llosa es un mun- do de obsesiones que se repiten. En el texto se re- conocen dos zonas literarias que confluyen. La pri- mera vinculada a textos como Los cuadernos de Don Rigoberto, la segunda a la larga saga de La casa verde, Lituma en los Andes, Quién mató a Pa- lomino Molero, etcétera. Aunque Vargas Llosa insiste en el modelo de Flaubert, su obra, una vasta “comedia humana”, delata el sesgo balzaciano de su proyecto litera- rio. El lugar de los vínculos es muy importante, en particular el lugar de los padres, ambos hijos de- votos y obedientes, que enfrentan la traición filial. Toda historia de vida se narra como novela, como señala Marthe Robert. Elegimos los personajes y fabulamos una narración que compense las fal- tas. Vargas Llosa, consciente del papel de los de- monios familiares, en el mundo novelesco ha ele- gido crear su propia fábula familiar, en la que el padre representa lo negativo. En El héroe discre- to hay una inversión, un triunfo de los padres. Si consideramos que toda novela es una morada de voces, en esta ficción se entrecruzan, de modo magistral, los géneros populares con la alta tradi- ción literaria. © LA GACETA Carmen Perilli - Profesora de Literatura Hispanoamericana de la UNT. P ara los italianos Giuseppe Verdi es sinónimo de Italia. El músico y dramaturgo italiano es quien ha expresado, mejor que cualquier otro, qué so- mos y por qué somos así. Para nosotros, Verdi transita de lo universal a lo particular y no sólo por- que es considerado un padre de la pa- tria y la verdadera “columna sonora” del Resurgimiento. Giuseppe Verdi ama- ba definir a Shakespeare como “El gran maestro del corazón humano” pero no- sotros podemos usar la misma frase pa- ra el talento y el genio del gran músico y dramaturgo que ha colocado siempre al hombre en el centro de la escena. A 200 años de su nacimiento –el 10 de octubre de 1813-, ocurrido en un pueblito cercano a Parma, aún en las obras de este hombre tierno y de origen humilde, está la Italia de hoy, de ayer y, tal vez, del mañana. Una Italia que cam- bia para quedar siempre igual, con sus hipocresías y sus heroísmos, su cinismo y sus ilusiones. Para respetar las convenciones de su tiempo, Verdi debía vestirnos como he- breos de la Biblia o como españoles del 1500 y colocar su Italia en la Mantua de los Gonzaga o en el Egipto de los farao- nes, pero se trata de la Italia de siem- pre: la de las cenas elegantes (el primer cuadro de Rigoletto), la del Vaticano evasor (Don Carlos), la de los “correc- tos” burgueses que frecuentan prostitu- tas pero que nunca se casarían con al- guna (La Traviata), la del muchacho de buena familia que se enamora de la sir- vienta de origen inmigrante (Aída), la del funcionario que se enoja porque tie- ne que obedecer al negro (Otello) y así podríamos seguir. Comienzos Cuando nace, Verdi es llamado Jo- seph Fortunin Francois. El acta es re- dactada en francés porque en aquellos años ese territorio italiano pertenecía al imperio de Napoleón. A pesar de no haber nacido en una fa- milia de músicos, desarrolló un gran pa- sión por ese arte que, gracias a su vo- luntad, provocó que a los 15 años pu- diera escuchar la interpretación de una sinfonía suya en lugar de la de Giuseppe Rossini, durante una representación de El Barbero de Sevilla. A los 16 años, Verdi logró hacer re- presentar Oberto, Conde de San Bonifa- cio, su primera ópera, en el Teatro la Scala de Milán. La pieza tuvo tal suceso que el empresario del teatro le encargó una ópera cómica, que sería un desas- tre, quizás debido al hecho de que Verdi había escrito la música en una situación emotiva muy difícil (en el lapso de tres años había perdido a su joven esposa Margherita y a dos hijos recién naci- dos). Sin embargo, el empresario mila- nés tuvo confianza en él y buscó con- vencerlo para que no abandonara la lí- rica. Le entregó un libreto con un argu- mento bíblico. Será el Nabucco. Verdi, aún profundamente conmovido por la tragedia familiar, guardó el libreto en el bolsillo sin leerlo. Después de un tiempo lo encontró y lo tiró sobre la mesa. Él mismo, en su correspondencia -una re- ferencia preciosa de la historia italiana- cuenta que el libreto se abrió en la pri- mera página en la cual se leía: “Va pen- siero, sull’ali dorate...” Verdi recorre los versos y queda im- presionado. “Parecía -dice- casi un pa- ráfrasis de la Biblia”. Lee un fragmento, luego otro y se va a dormir decidido a no escribir nada. “Me resultó imposible -confiesa Verdi-, el Nabucco me saltaba en la cabeza”. El Nabucco subió a escena por prime- ra vez en el Teatro La Scala el 9 de mar- zo de 1842. El éxito fue enorme y el “Va pensiero”, en contra de lo establecido, es repetido a pedido del público. La ópera ya evidenciaba aquel ele- mento explícitamente patriótico que ha- rá del melodrama verdiano, el emblema de los sentimientos independentistas del pueblo italiano. Es así como las ini- ciales del apellido Verdi se identificarán, después, con el grito de rebelión; o sea: ¡Viva V (Vittorio) E (Emanuele) R (Rey) DI (de Italia)! Continúa en la página 4... La nueva novela de Mario Vargas Llosa El héroe discreto, novela de estructura perfecta y atrapante lectura, vuelve a armar un mundo con sus personajes más queridos (como el sargento Lituma y Don Rigoberto). Al mismo tiempo ofrece un recorrido por la propia obra del autor. Por Carmen Perilli PARA LA GACETA - TUCUMÁN NOTABLE. El inspirado escritor peruano ganó el Nobel de Literatura en 2010. REUTERS (ARCHIVO) GENIAL. Giusseppe Verdi fue, acaso, el más influyente compositor de ópera italiana. Murió en 1901, a los 87 años. El notable compositor italiano, quien expresó mejor que nadie a sus compatriotas, comenzó a dejar su huella en la historia de la música con “Nabucco”, en 1842. Luego vendrían “Il Rigoletto”, “La Traviata”, “Aída”. A 200 años de su nacimiento Giusseppe Verdi Por Cristiana Zanetto PARA LA GACETA - MILÁN

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Domingo 6 de septiembre de 2013 Literaria LA GACETA

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 6 DE OCTUBRE DE 2013

5aSECCION

Carlos Páez de la Torre (h) critica lanovela sobre Los amores prohibidosde Belgrano, de Florencia Canale.

Un adelanto exclusivo de ¡Viva lasangre!, de Ceferino Reato, el libro

más leído del momento en Argentina.

2 3

En su estudio sobre Madame Bovary, MarioVargas Llosa elige como epígrafe una frasede una de las cartas de Gustave Flaubert

que pregona que el solo modo de soportar la exis-tencia es el de aturdirse en la literatura como enuna orgía perpetua.

La construcción del libro es especular. Dos esce-narios: Lima y Piura. Dos historias de hombresmaduros, “padres traicionados”: las del rico ejecu-tivo Ismael Carrera y la del pequeño Felícito Yana-qué, enredados en problemas familiares, que seentrecruzan sorpresivamente. Las representacio-nes son asimétricas, la mirada del autor es muchomás afín al octogenario que se casa con su emplea-da que al humilde, casi patético, Felícito. Son “hé-roes discretos”, que afrontan desafíos provenien-

tes de los hijos. En el caso de Felícito usa la paro-dia insistente en sus descripciones de personajespopulares y mestizos, integrantes de un mundo“huachafo” (lo cursi).

El autor crea un personaje que ensambla, DonRigoberto, abogado de costumbres exquisitas,amante de la alta cultura europea y el erotismo,que enfrenta las visiones de su hijo Fonchito. Eltriángulo amoroso armado por Don Rigober-to/Fonchito y la madrastra Lucrecia, que buscabatransformar amor en arte y arte en amor, se haconvertido en una pareja normal, que se transfor-ma en cómplice del casamiento del jefe.

Las voces más convincentes del libro son elteniente Silva y el sargento Lituma, antiguos co-nocidos de los lectores, especialmente Lituma,

cuya historia, junto con la de los “inconquista-bles” y las prostitutas, aparece desde La casaverde.

El mundo narrativo de Vargas Llosa es un mun-do de obsesiones que se repiten. En el texto se re-conocen dos zonas literarias que confluyen. La pri-mera vinculada a textos como Los cuadernos deDon Rigoberto, la segunda a la larga saga de Lacasa verde, Lituma en los Andes, Quién mató a Pa-lomino Molero, etcétera.

Aunque Vargas Llosa insiste en el modelo deFlaubert, su obra, una vasta “comedia humana”,delata el sesgo balzaciano de su proyecto litera-rio. El lugar de los vínculos es muy importante, enparticular el lugar de los padres, ambos hijos de-votos y obedientes, que enfrentan la traición filial.

Toda historia de vida se narra como novela, comoseñala Marthe Robert. Elegimos los personajes yfabulamos una narración que compense las fal-tas. Vargas Llosa, consciente del papel de los de-monios familiares, en el mundo novelesco ha ele-gido crear su propia fábula familiar, en la que elpadre representa lo negativo. En El héroe discre-to hay una inversión, un triunfo de los padres. Siconsideramos que toda novela es una morada devoces, en esta ficción se entrecruzan, de modomagistral, los géneros populares con la alta tradi-ción literaria.

© LA GACETA

Carmen Perilli - Profesora de LiteraturaHispanoamericana de la UNT.

Para los italianos GiuseppeVerdi es sinónimo de Italia. Elmúsico y dramaturgo italianoes quien ha expresado, mejorque cualquier otro, qué so-mos y por qué somos así.

Para nosotros, Verdi transita de louniversal a lo particular y no sólo por-que es considerado un padre de la pa-tria y la verdadera “columna sonora”del Resurgimiento. Giuseppe Verdi ama-ba definir a Shakespeare como “El granmaestro del corazón humano” pero no-sotros podemos usar la misma frase pa-ra el talento y el genio del gran músicoy dramaturgo que ha colocado siempreal hombre en el centro de la escena.

A 200 años de su nacimiento –el 10de octubre de 1813-, ocurrido en unpueblito cercano a Parma, aún en lasobras de este hombre tierno y de origenhumilde, está la Italia de hoy, de ayer y,tal vez, del mañana. Una Italia que cam-bia para quedar siempre igual, con sushipocresías y sus heroísmos, su cinismoy sus ilusiones.

Para respetar las convenciones de sutiempo, Verdi debía vestirnos como he-breos de la Biblia o como españoles del1500 y colocar su Italia en la Mantua delos Gonzaga o en el Egipto de los farao-nes, pero se trata de la Italia de siem-pre: la de las cenas elegantes (el primercuadro de Rigoletto), la del Vaticanoevasor (Don Carlos), la de los “correc-tos” burgueses que frecuentan prostitu-tas pero que nunca se casarían con al-guna (La Traviata), la del muchacho debuena familia que se enamora de la sir-vienta de origen inmigrante (Aída), ladel funcionario que se enoja porque tie-ne que obedecer al negro (Otello) y asípodríamos seguir.

ComienzosCuando nace, Verdi es llamado Jo-

seph Fortunin Francois. El acta es re-

dactada en francés porque en aquellosaños ese territorio italiano pertenecía alimperio de Napoleón.

A pesar de no haber nacido en una fa-milia de músicos, desarrolló un gran pa-sión por ese arte que, gracias a su vo-luntad, provocó que a los 15 años pu-diera escuchar la interpretación de unasinfonía suya en lugar de la de GiuseppeRossini, durante una representación deEl Barbero de Sevilla.

A los 16 años, Verdi logró hacer re-presentar Oberto, Conde de San Bonifa-cio, su primera ópera, en el Teatro laScala de Milán. La pieza tuvo tal sucesoque el empresario del teatro le encargóuna ópera cómica, que sería un desas-tre, quizás debido al hecho de que Verdihabía escrito la música en una situaciónemotiva muy difícil (en el lapso de tresaños había perdido a su joven esposaMargherita y a dos hijos recién naci-dos). Sin embargo, el empresario mila-nés tuvo confianza en él y buscó con-vencerlo para que no abandonara la lí-rica.

Le entregó un libreto con un argu-mento bíblico. Será el Nabucco. Verdi,aún profundamente conmovido por latragedia familiar, guardó el libreto en elbolsillo sin leerlo. Después de un tiempolo encontró y lo tiró sobre la mesa. Élmismo, en su correspondencia -una re-

ferencia preciosa de la historia italiana-cuenta que el libreto se abrió en la pri-mera página en la cual se leía: “Va pen-siero, sull’ali dorate...”

Verdi recorre los versos y queda im-presionado. “Parecía -dice- casi un pa-ráfrasis de la Biblia”. Lee un fragmento,luego otro y se va a dormir decidido ano escribir nada. “Me resultó imposible

-confiesa Verdi-, el Nabucco me saltabaen la cabeza”.

El Nabucco subió a escena por prime-ra vez en el Teatro La Scala el 9 de mar-zo de 1842. El éxito fue enorme y el “Vapensiero”, en contra de lo establecido,es repetido a pedido del público.

La ópera ya evidenciaba aquel ele-mento explícitamente patriótico que ha-

rá del melodrama verdiano, el emblemade los sentimientos independentistasdel pueblo italiano. Es así como las ini-ciales del apellido Verdi se identificarán,después, con el grito de rebelión; o sea:¡Viva V (Vittorio) E (Emanuele) R (Rey)DI (de Italia)!

Continúa en la página 4...

La nueva novela de Mario Vargas LlosaEl héroe discreto, novela de estructura perfecta y atrapante lectura,

vuelve a armar un mundo con sus personajes más queridos (como el

sargento Lituma y Don Rigoberto). Al mismo tiempo ofrece un recorrido

por la propia obra del autor.

◆ Por Carmen PerilliPARA LA GACETA - TUCUMÁN

NOTABLE. Elinspirado escritorperuano ganó elNobel deLiteratura en2010.

REUTERS (ARCHIVO)

GENIAL.Giusseppe Verdi

fue, acaso, el másinfluyente

compositor deópera italiana.

Murió en 1901, alos 87 años.

El notable compositor italiano, quien

expresó mejor que nadie a sus

compatriotas, comenzó a dejar su huella

en la historia de la música con

“Nabucco”, en 1842. Luego vendrían “Il

Rigoletto”, “La Traviata”, “Aída”.

A 200 años de su nacimiento

GiusseppeVerdi

◆ Por Cristiana ZanettoPARA LA GACETA - MILÁN

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LITERARIA2 LA GACETA

DOMINGO 6 DE OCTUBRE DE 2013

No v e d a d e s

SUBRAYADOSMaría MorenoMARDULCE (296 PÁGINAS)De Puig a Walsh, de Nabokov a Barthes, estos ensayosde Moreno (cronista, entrevistadora, directora decolecciones de libros, docente y escritora) trazan unmapa personal, un archivo íntimo, con los cuales laautora comparte con los lectores la proeza de escribir.

EL INCENDIO DE ABRILMiguel TorresALFAGUARA (360 PÁGINAS)Bogotá es el cadáver inmenso de una muchedumbre sinesperanzas. El 9 de abril de 1948, Jorge Eliécer Gaitánha sido asesinado. Y cada voz enardecida, atónita oangustiada, se pronuncia para narrar los hechos quehicieron de la ciudad un caos de rabia y dolor.

¿CUANTA VERDAD NECESITA EL HOMBRE?Rüdiger SafranskiTUSQUETS (224 PÁGINAS)La pregunta por la verdad es tan antigua como lapropia filosofía occidental, probablemente porque losseres humanos necesitamos creer no solamente enverdades concretas, sino porque también demandamoscreer en la existencia de la Verdad.

LAS SOSPECHAS DEL DINEROAriel WilkisPAIDÓS (192 PÁGINAS)Una larga tradición declara al dinero culpable de unaextensa lista de males: se lo juzga responsable de lacorrupción y la desintegración. Pero el dinero ocupa unlugar central en la vida personal y colectiva de las clasespopulares, lo que desafía las interpretaciones habituales.

DEBATES Y COMBATESAutores variosFUNDACIÓN CASA DEL PUEBLO (186 PÁGINAS)El número actual de la revista de la nueva izquierda,publicación dirigida por Ernesto Laclau, reúne unaserie de ensayos sobre actualidad política. Se destacanentre ellos, precisamente, América Latina, hoy, Diálogoentre Rafael Correa y Ernesto Laclau.

LA HUMANIDAD DEL GENOMAAlberto KornblihttSIGLO VEINTINUNO EDITORES (128 PÁGINAS)¿Existen las razas humanas? ¿Se pueden clonarpersonas? ¿Son seguros los alimentos transgénicos?¿Cómo incide el componente genético en el riesgo decontraer enfermedades? Esas son algunas preguntasque cruzan el libro del reconocido científico argentino.

LA VIEJA Y LA NUEVA POLÍTICAJulio De ZanUNSAM EDITA (320 PÁGINAS)Este libro retoma conceptos de pensadores políticosclásicos y las consideraciones de algunos filósofosactuales para pensar nuevamente qué es la política, yqué cabe esperar de ella. Por ello no se trata de un librode política, sino de filosofía.

REPERTORIO LÍRICOAutores variosLUCIO PIEROLA EDICIONES (96 PÁGINAS)Inspiradora selección de poemas de María Elisa Gallo,Silvia Weisz Cuéllar, Nelly Elías de Benavente, CarolinaPeiró, Adelaida Stagnetto, Lía Cúneo Quiroga, LeticiaMure, María Eugenia Godoy, Sandra Rosa Bulacio,María de los Ángeles Albornoz y Elvira Juárez Aráoz.

SEIS POETAS DE TUCUMAN 2012Autores variosEDICIONES DEL PARQUE (100 PÁGINAS)Este volumen reúne logradas obras de Leticia Mure,Ricardo Gutiérrez, Estela Porta, Ricardo Bocos,Candelaria Rojas Paz y Ernesto Rojas. En el interior delejemplar se encuentran significativas ilustraciones deLuis Anun, Marta Sassi y Claudio Paolasso.

PUEBLA. RECUERDOS Y ENSUEÑOSAlba OmilLUCIO PIEROLA EDICIONES (88 PÁGINAS)Este breve conjunto de microrrelatos que aquíofrecemos -dice la talentosa escritora tucumana-pretende recoger metafórica y simbólicamente partede la historia, de la leyenda y del mito que conformanla esencia de Puebla.

MALA MADREFlavia TomaelloURANO (200 PÁGINAS)A través del relato de casos y opiniones de expertos, estaobra propone comprender el impacto recíproco quetiene, tanto para la madre como para el hijo, el estarvinculados indisolublemente y durante la vida entera.Y da herramientas para superar las consecuenciasnegativas de haber sido criado por una mala madre.

DIARIO DE UN FANTASMAAlicia BarberisCOLIHUE (96 PÁGINAS)La muerte del tío Euclides altera la vida de los LópezRivarolla. El anciano les deja en herencia una casa, conaspecto de mansión embrujada. Allí se dirige la familia.los aguarda un pobre afligido fantasma, quien recorrelos cuartos oscuros dejando pistas misteriosas ycomplicados mensajes. Develarlos será el desafío.

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Ra n k i n g

FICCIONY LAS MONTAÑAS HABLARONKhaled Hosseini

INFIERNODan Brown

EL HÉROE DISCRETOMario Vargas Llosa

CINCUENTA SOMBRAS DE GREYE.L. James

CINCUENTA SOMBRAS DE GREYE.L. James

12345

NO FICCION¡VIVA LA SANGRE!Ceferino Reato

LÍNEAS PARALELASCharly García

CUENTAS PENDIENTESHoracio Verbitsky

NO QUIERO CRECERPilar Sordo

MAL COMIDOSMaría Soledad Barruti

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Ra n k i n g

FICCIONY LAS MONTAÑAS HABLARONKhaled Hosseini

EL HÉROE DISCRETOMario Vargas Llosa

CINCUENTA SOMBRAS DE GREYE.L. James

INFIERNODan Brown

CINCUENTA SOMBRAS DE GREYE.L. James

12345

NO FICCION¡VIVA LA SANGRE!Ceferino Reato

ENCUENTROSGabriel Rolón

LÍNEAS PARALELASCharly García

CUENTAS PENDIENTESHoracio Verbitsky

MAL COMIDOSMaría Soledad Barruti

12345

T U C U M A N

LIBRE

RIA

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LAFE

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DEL

LIBRO

A R G E N T I N A

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L A N Z A M I E N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / C R Í T I C A D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / A D E L A N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A

El título de este libro de investi-gación periodística, es una varia-ción del lema “¡viva la muerte”!popularizado por el general JoséMillán Astray, fundador de la Le-gión Española en 1920, grito deguerra y de lucha política de laderecha. En realidad, puede sersuscripto también desde la iz-quierda, como lo prueba la aren-ga del “Che” Guevara, meses an-tes de su fusilamiento en Bolivia.

Lo que intenta reflejar CeferinoReato con la expresión “¡Viva lasangre!”, según lo explica en sulibro, es “la glorificación de laviolencia como medio para obte-ner fines políticos, que sedujo atantos en la Argentina de los 70”.Unos procuraban proteger lacontinuidad del estado por estemedio mientras que otros consi-deraban la violencia como salidapara liberarse de la oligarquíacriolla y el imperialismo yanqui.

A lo largo de la obra, el autormuestra cómo aquel clima deépoca, si bien alcanzó su puntoculminante en la tremenda dic-tadura inaugurada el 24 de mar-zo de 1976, se fue gestando an-tes, durante los cuatro gobiernosconstitucionales del peronismo,que comenzaron el 25 de mayode 1973.

¡Viva la sangre! está ambienta-do en Córdoba, ciudad que desde“el Cordobazo” de 1969- insu-rrección protagonizada porobreros y estudiantes- se trans-formó en la vanguardia armadadel socialismo. Recuerda el autorque, a partir de entonces, las cú-pulas de Montoneros y del Ejérci-to Revolucionario del Pueblo(ERP) se establecieron en Córdo-ba durante muchos meses.

Tema urticanteLa trama central del libro se

desarrolla siguiendo los aconte-cimientos más importantes suce-didos luego, entre agosto y octu-bre de 1975. Reato señala, en lasprimeras páginas, porqué pocoshistoriadores y periodistas seatrevieron a abordar el tema, yasea por la participación de Mon-toneros en el actual gobierno, opor otros motivos.

En los capítulos 12 y 13, Reatoexpresa que Montoneros nacióen grupos católicos, de colegios,universidades, residencias estu-diantiles, incluso con algunosmiembros de familias tradiciona-les de Córdoba. El autor repasala influencia del movimiento ter-cermundista, el Concilio VaticanoII, el prototipo del cordobés, loshechos acaecidos, cómo y porquénació el cordobazo, el rechazo dePerón a los grupos de Montone-ros en Plaza de mayo, entre otroshechos y circunstancias que sonmateria de análisis de este ensa-yo crítico serio y altamente reco-mendable.

© LA GACETA

AMBIENTADO EN CÓRDOBA. El “Cordobazo”, la insurrección estudiantil y obrera de 1969, es apuntadapor Reato como la vanguardia armada del socialismo. El antecedente de los hechos que aborda su libro.

INVESTIGACIÓN¡VIVA LA SANGRE!CEFERINO REATO(Sudamericana - Buenos Aires)

Un análisis altamenterecomendable sobre los 70

el nuevo libro de Ceferino Reato es el más leído del momento

UN ATAQUE DE PELÍCULAFRAGMENTO EXCLUSIVODE ¡VIVA LA SANGRE!

POR CEFERINO REATO

Todo sucedió en una secuenciacinematográfica. El miércoles 20 de agosto de1975 a las 11 de la mañana Enrique GorriaránMerlo llegó al bar y confitería El Ruedo, en lacalle Obispo Trejo, frente a la plazoleta delfundador de la ciudad de Córdoba, JerónimoLuis de Cabrera, como si fuera un cliente másaunque con un estuche de una máquina detejer en su mano izquierda. Eligió un lugar enla vereda, se sentó mirando hacia la plazoletay los fondos de la Catedral y dejó el estuchesobre los manteles rojo y azul de la mesa dechapa. Cuatro jóvenes se acercaron con un parde changuitos en el que transportaban baflescon la inscripción “Orquesta Los Querubines”;se ubicaron a la izquierda de Gorriarán, al ladode la Iglesia y el convento de Santa Catalinade Siena. El policía Miguel Oviedo montabaguardia en el puesto número 6, en el ingresoal pasaje Santa Catalina y a unos veintemetros de la entrada al DepartamentoInformaciones, ubicado en una de las trescasonas anexadas al histórico edificio delCabildo, frente a uno de los muros laterales dela Catedral; Oviedo fumaba relajado fuera de lacasilla de madera, el FAL cruzado sobre elpecho, colgando de una correa. Una mujer queparecía llevar un bebé en brazos se le acercó;su papel era clave: debía neutralizarlo con esapistola que buscaba entre las mantas delmuñeco y liberar el ingreso de sus camaradasal D-2. Pero vaciló, demoró unos segundos

más de lo previsto y el policía se dio cuenta dela maniobra; Oviedo se estaba dando vueltapara apretar un timbre de alarma cuando unbalazo lo hirió en el hombro; cayó pero pudoiniciar un tiroteo que alertó a sus compañeros.Enojado por el obstáculo inesperado que loshabía despojado de la ventaja de la sorpresa, queen las acciones de guerrilla suele ser decisiva,Gorriarán abrió el estuche y sacó un FAL; seapoyó en la mesa del bar y abrió fuego contra elpolicía y el frente del D-2; sus camaradas queparecían músicos también dispararon con lasametralladoras y los FAL que habían estadoescondidos en los bafles de la orquesta.Minutos antes del inicio del ataque numerososmiembros del Ejército Revolucionario delPueblo se ubicaron en distintos lugares de laplaza embellecida por una majestuosa estatuade San Martín, frente a la Jefatura y alCabildo. Las mujeres llevaban cochecitos debebés y changuitos para las compras en elalmacén o la verdulería; los varones, bolsos ypaquetes. Cuando escucharon los primerosbalazos, sacaron las armas largas que teníanescondidas, ocuparon las posicionesasignadas en el plan de Gorriarán ycomenzaron a disparar contra la sede de lapolicía. Un escuadrón avanzó a balazos haciala playa de estacionamiento, frente al Cabildo,protegido también por francotiradores; uno deellos, que se había trepado a una palmera dela plaza, efectuó una serie de veinticuatrodisparos contra el sillón preferido del subjefede Policía, que no estaba en su despacho,todos en un radio no mayor de veintecentímetros. En total, murieron cinco policías yun guerrillero; ocho policías resultaron heridos,cuatro de ellos de gravedad. Además, fueronheridas otras trece personas que pasabancerca de los lugares atacados.HORACIO SEMERARO ◆

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LITERARIA 3LA GACETA

DOMINGO 6 DE OCTUBRE DE 2013

Felícito Yanaqué, dueño dela Empresa de Transpor-tes Narihualá, salió de sucasa aquella mañana, co-

mo todos los días de lunes a sába-do, a las siete y media en punto,luego de hacer media hora de QiGong, darse una ducha fría y pre-pararse el desayuno de costumbre:café con leche de cabra y tostadascon mantequilla y unas gotitas demiel de chancaca. Vivía en el cen-tro de Piura y en la calle Arequipahabía ya estallado el bullicio de laciudad, las altas veredas estabanllenas de gente yendo a la oficina,al mercado o llevando los niños alcolegio. Algunas beatas se encami-naban a la catedral para la misa deocho. Los vendedores ambulantesofrecían a voz en cuello sus melco-chas, chupetes, chifles, empanadasy toda suerte de chucherías y yaestaba instalado en la esquina, ba-jo el alero de la casa colonial, elciego Lucindo, con el tarrito de la

limosna a sus pies. Todo igual a to-dos los días, desde tiempo inme-morial.

Con una excepción. Esta maña-na alguien había pegado a la viejapuerta de madera claveteada de sucasa, a la altura de la aldaba debronce, un sobre azul en el que seleía claramente en letras mayúscu-las el nombre del propietario: donfelícito yanaqué. Que él recordara,era la primera vez que alguien ledejaba una carta colgada así, comoun aviso judicial o una multa. Lonormal era que el cartero la desli-zara al interior por la rendija de lapuerta. La desprendió, abrió el so-bre y la leyó moviendo los labios amedida que lo hacía:

Señor Yanaqué:Que a su Empresa de Transpor-

tes Narihualá le vaya tan bien esun orgullo para Piura y los piura-nos. Pero también un riesgo, puestoda empresa exitosa está expues-ta a sufrir depredación y vandalis-

mo de los resentidos, envidiosos ydemás gentes de malvivir que aquíabundan como usted sabrá muybien. Pero no se preocupe. Nuestraorganización se encargará de pro-teger a Transportes Narihualá, asícomo a usted y su digna familia de

cualquier percance, disgusto oamenaza de los facinerosos. Nues-tra remuneración por este trabajoserá 500 dólares al mes (una mo-destia para su patrimonio, comove). Lo contactaremos oportuna-mente respecto a las modalidadesde pago.

No necesitamos encarecerle laimportancia de que tenga usted lamayor reserva sobre el particular.Todo esto debe quedar entre noso-tros.

Dios guarde a usted.En vez de firma, la carta llevaba

el tosco dibujo de lo que parecíauna arañita.

Don Felícito la leyó un par de ve-ces más. La carta estaba escrita enletra bailarina y con manchonesde tinta. Se sentía sorprendido ydivertido, con la vaga sensación deque se trataba de una broma demal gusto. Arrugó la carta con elsobre y estuvo a punto de echarlaal cubo de la basura en la esquina

del cieguito Lucindo. Pero se arre-pintió y, alisándola, se la guardó enel bolsillo.

Había una docena de cuadrasentre su casa de la calle Arequipay su oficina, en la avenida SánchezCerro. No las recorrió esta vez pre-parando la agenda de trabajo deldía, como hacía siempre, sino dan-do vueltas en su cabeza a la cartade la arañita. ¿Debía tomarla enserio? ¿Ir a la policía a denunciar-la? Los chantajistas le anunciabanque se pondrían en contacto con élpara las «modalidades de pago».¿Mejor esperar que lo hicieran an-tes de dirigirse a la comisaría? Talvez no fuera más que la gracia deun ocioso que quería hacerle pasarun mal rato. Desde hacía algúntiempo la delincuencia había au-mentado en Piura, cierto: atracos acasas, asaltos callejeros, hasta se-cuestros que, se decía, arreglabanpor lo bajo las familias de los blan-quitos de El Chipe y Los Ejidos. Se

sentía desconcertado e indeciso,pero seguro al menos de una cosa:por ninguna razón y en ningún ca-so daría un centavo a esos bandi-dos. Y, una vez más, como tantasen su vida, Felícito recordó las pa-labras de su padre antes de morir:«Nunca te dejes pisotear por na-die, hijo. Este consejo es la únicaherencia que vas a tener». Le ha-bía hecho caso, nunca se había de-jado pisotear. Y con su medio sigloy pico en las espaldas ya estabaviejo para cambiar de costumbres.Estaba tan absorbido en estos pen-samientos que apenas saludó conuna venia al recitador Joaquín Ra-mos y apuró el paso; otras veces sedetenía a cambiar unas palabrascon ese impenitente bohemio, quese habría pasado la noche en al-gún barcito y sólo ahora se recogíaa su casa, con los ojos vidriosos, sueterno monóculo y jalando a la ca-brita que llamaba su gacela.

*Alfaguara.

Hacia fines del siglo XIX,Claude Debussy, el genialmúsico, siente que su inten-

ción de elaborar una estética emi-nentemente francesa corría peligroante la contundente expansión dela música wagneriana. El galo co-nocía bien la música del composi-tor alemán pues la interpretaba alpiano. También había concurridoen dos oportunidades a Bayreuth -domicilio del teatro que Wagner hi-zo construir, bajo rígidos criterios,como santuario para que se repre-sentaran sus óperas- no en pere-grinación como tantos wagneria-nos, sino como quien se acerca aun gigante al que se le teme.

Los miedos de Debussy estabanbien fundados; toda Alemania pre-sionaba a Francia. No sólo el arie-te de la sólida estética wagnerianaacosaba los ambientes musicalesparisinos; también del otro lado dela frontera había ejércitos amena-

zantes que finalmente invadieronel territorio francés.

Nuestro músico no era el únicoque participaba del temor a Wag-ner. Jules Massenet, músico francés20 años mayor que Debussy, sufrióen carne propia la presión alema-na, peleó como soldado en la guerraFranco-prusiana. El autor de Ma-non, gran operista y por eso mismocon mayores temores aún, confiesaa sus íntimos: “Tan aplastante ycontundente es el poder de Wagnerque cuando uno acude a sus pro-pias obras, jura y perjura que nun-ca más habrá de componer nada.”

BúsquedaDebussy siente que solo no pue-

de superar el pesado desafío y de-cide pedir ayuda a Verdi (“el colo-so Verdi” como lo llamaba IgorStravinski). Pensó que con la ayu-da de un grande podía superar elacoso de otro grande.

Con ese objetivo parte –ahora sícomo en “peregrinación”- hacia LeRoncole, una aldea próxima a Mi-lán donde vivía el músico italiano.

Durante el viaje Debussy imagi-na cómo expondrá ante Verdi suestrategia para neutralizar a la es-tética wagneriana y qué consejosle pedirá. No sabe que no va a te-ner que recurrir a esas elucubra-ciones previas para hilvanar unaconversación con el italiano.

Verdi recibe al músico francéscon su camisa arremangada y em-puñando una pala; estaba traba-jando en su huerta. La conversa-ción que Debussy concibió pletóri-ca de estética musical – fue másbien un monólogo verdiano- versósobre la achicoria, los rabanitos yla buena cosecha de tomates.

El músico francés regresa a Parísalgo decepcionado, no percibe toda-vía que su genio le permitirá supe-rar sus miedos y crear una estética

eminentemente francesa. Si bien lainfluencia del músico alemán secuela en la obra de Debussy (tam-poco Verdi y Massenet pudieron es-capar a ese influjo), es tomada poréste como punto de partida para lacreación de una musicalidad de talcuño galo que con justicia se le lla-ma “Claudio de Francia”.

La guerra europea de 1914-1918 (llamada mundial por los eu-ropeos) fue el triste y trágico esce-nario donde pasa sus últimos añosel gran músico francés. ClaudeAchille Debussy muere el 25 demarzo de 1918. Los que asisten asu sepelio escuchan a lo lejos loscañonazos que provoca la artilleríaalemana en su última ofensiva so-bre París. El genial músico no tuvotemores infundados.

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Héctor Landolfi - Ex secretario dela Cámara Argentina del Libro.

La receta para escribir una no-vela como esta es bastante sim-ple. Se busca, en librerías de lan-ce, un texto elemental de historiaargentina, de los que se usabanen mis tiempos de secundario(Astolfi, Ibáñez...). Es ideal paraconstruir velozmente el esquele-to. Terminado, se procede a relle-narlo con diálogos y descripcio-nes. Para los “toques de color”, seacude a las abundantes crónicas.Es bueno tener a mano tambiénuna obra que transcriba docu-mentos; un diccionario biográficoy, por supuesto, algunos de losmuy abundantes libros que, enestos últimos años, se han espe-cializado en cuentos de dormito-rios próceres. Todo eso bien bati-do, da como resultado algo comoAmores prohibidos.

Que Belgrano tuvo amores conJosefa Ezcurra (fruto: un hijo, Pe-dro Rosas y Belgrano), con mada-me Pichegru (sin fruto) y con Do-lores Helguero (fruto: una hija,Manuela Mónica Belgrano), es al-go de sobra conocido. No espere-mos, pues, revelaciones.

Lo que este libro contiene esuna biografía absolutamenteconvencional de Belgrano. Apa-recen, en sus momentos, estosamoríos, cuyos comienzos, con-sumación y ocaso se narran conlos recursos más comunes y tri-llados. Uno se pregunta dóndeestá eso que constituye la esencia

de la novela. Para Vargas Llosa,contar la historia que la historiaque escriben los historiadores nopuede contar.

No hay ninguna invención delescritor. Salvo, por ejemplo, queBelgrano “levanta” en la playa deMaldonado a la hija del posade-

ro, o que sea “Beau” Brummellquien lo insta a acercarse a la Pi-chegru. No hay nada que se apar-te de la cronología y de lo archi-

sabido.Y en cuanto a la escritura,tampoco se percibe estilo algunoque otorgue calor, magia o miste-rio a esa prosa lavada. Los perso-najes hablan enfáticamente, “pa-ra la historia”, y hasta se trans-criben textualmente documentosoficiales.

Decoran el texto varias notas alpie de página -que creo inade-cuadas en una novela- para quesepa el lector cómo se llama hoyesa calle por donde camina unpersonaje. O para que se enterede cosas tan novedosas como que“extrema unción” quiere decir“unción de los enfermos”; o que alas señoras de la colonia lasacompañaba, a la iglesia, unacriada cargando la alfombritadonde se sentaban.

El libro es tedioso con tanta “his-toria” remanida, y tan pobrementemechada con recursos que creo deuna chatura y una obviedad asom-brosas. Ni siquiera se cuidó de ve-rificar la precisión de datos míni-mos (por eso dice, por ejemplo,que Manuel Felipe Molina era “di-putado mendocino”, cuando eratucumano y representaba a Tucu-mán; o que Lucía Aráoz era “hija”del gobernador Bernabé Aráoz,cuando era apenas su tía lejana; obautiza a Emidio Salvigni como“Emilio Salvigny”).

No resisto a hacer notar la es-casa pulcritud en el uso de lasfuentes. Para describir la épocade la declaración de la Indepen-dencia, en 1816, Canale usó ElCongreso de Tucumán, conocidotexto de Paul Groussac de 1916.Es un recurso válido, pero me pa-rece un abuso que levante suspárrafos sin maquillaje alguno.Doy ejemplos.

Groussac dice que la casa delCongreso mostraba “su portón

flanqueado por gruesas colum-nas salomónicas y, de cada lado,una ventana de reja volada”. Ca-nale copia: “su gran portón flan-queado por gruesas columnas sa-lomónicas y, a cada lado, unaventana de reja volada” (p. 370).

Groussac escribe que Belgranoexpuso al Congreso su tesis “a fa-vor de una monarquia tempera-da, con entronización del descen-diente de algún Huayna más omenos Capac”. Canale, textual-mente, hace decir a Belgrano an-te los congresales: “vengo con laidea a favor de una monarquíatemperada, con la entronizacióndel descendiente de algún

Huayna más o menos Capac” (p.370). Me admira, además, que nohaya percibido que la despectivaironía es de Groussac, y que ja-más Belgrano podría referirsetan sarcásticamente a algo quesostenía con toda seriedad.

Temo haber dedicado demasia-das líneas a un libro de extremapobreza argumental y estilística.Francamente, no encuentro quéparte justifica mínimamente laafirmación de la contratapa deAmores prohibidos. Según ella,esta obra “confirma a su autoracomo una de las más innovado-ras en el género de la novela his-tórica en las Argentina”.

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CARLOS PÁEZ DE LA TORRE (H) ◆

UNA BIOGRAFÍA CONVENCIONAL DEL PROCER. Los amoríos de Belgrano, de sobra conocidos, senarran con los recursos más comunes y trillados. No hay ninguna invención por parte de la autora.

NOVELAAMORES PROHIBIDOS.LAS RELACIONESSECRETAS DE BELGRANOFLORENCIA CANALE(Planeta- Buenos Aires)

Un pobre recuento de amores belgranianosuna novela de prosa lavada, que se arma sobre una biografía escolar

El libro es tedioso contanta “historia” remanida,y tan pobrementemechada con recursosde obviedad asombrosa.

C R I T I C A D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / E N S A Y O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / F R A G M E N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A

Fragmento de El héroe discreto * ◆ Por Mario Vargas Llosa

Debussy – Verdi

IMPRESIONISTA. Claude Debussy murió en París en 1918, a los 55 años.

el francés le pidió ayuda al italiano para superar el acoso de Wagner◆ Por Héctor Landolfi

PARA LA GACETA - BUENOS AIRES

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LITERARIA4 LA GACETA

DOMINGO 6 DE OCTUBRE DE 2013

... Viene de la página I.

El “Va pensiero” asume características patrióticasy se cantará contiuamente contra los austríacos.

Después del Nabucco la actividad de Verdi se hacefrenética. Son los años que él definirá como “los dela cárcel” porque se trata de óperas encargadas y, nosiempre, nacidas de una inspiración genuina. Entreestas se destacan, sin duda, L’Ernani y Macbeth.

Será en 1851, con Il Rigoletto, que Verdi llevará aescena el comienzo de lo que se definió como la “tri-logía popular” y que significó una profunda innova-ción en el perfil dramatúrgico y musical del génerolírico. Es la primera vez que, en el centro de una si-tuación dramática, encontramos a un bufón de lacorte. La dimensión emotiva del personaje es culti-

vada por Verdi magistralmente a través de una par-titura colocada al servicio del drama. Acción y músi-ca parecen confundirse, entrelazarse y sostenerse.

Lo mismo sucede con Il Trovatore (1853) y La Tra-viata. En ambas creaciones se puede decir que nohay demasiados sucesos. La situación es vivida en elinterior, en la conciencia de losprotagonistas.

Verdi, luego de Simón Boccane-gra”, de Ballo in maschera y deFuerza del destino, crea Don Car-los, en 1867, estrenado en París.

En esta ópera logrará profundi-zar en la psicología de los perso-najes, ofreciéndonos una repre-sentación del drama humano y

político que sacude a la España del siglo XVI y quegira en torno a la despiadada “Razón de Estado”.

Final sin músicaLa maduración humana y artística de Verdi llega-

rá a la cima con su Aída (1871).Los últimos años de su vida los

pasó en una villa en el campo. Sehizo experto en vinos y en el culti-vo e irrigación de sus campos.

En enero de 1901 se mudó aMilán para tratarse de una infec-ción.

El 27 de ese mes falleció en unahabitación del Grand Hotel, que to-davía hoy se puede visitar.

El Maestro dejó precisas instrucciones para su fu-neral: debía efectuarse al alba o al atardecer y sinmúsica. 100.000 personas siguieron en silencio elféretro.

Durante los días que antecedieron a su entierro,las calles de Milán fueron cubiertas de paja para queel ruido de los cascos de los caballos no disturbarael reposo de Verdi.

Sus restos están sepultados en esa ciudad, en laCasa de Reposo para Músicos que él mismo habíafundado y solventado.

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Cristiana Zanetto - Periodista italianade medios gráficos y audiovisuales.

La mucama española Amelia Marinollegó a la casa londinense para rea-lizar su habitual trabajo de limpie-za. La esperaba un cartel, donde laSeñora le pedía que no subiera alprimer piso y que llamara a la poli-cía. Ella, asustada, llamó por teléfo-

no a una amiga del matrimonio, quien fue la que secomunicó con la Policía. Cuando David Thomas, elinspector, arribó al domicilio en cuestión y fue a laplanta alta, se encontró con el Señor sentado en susillón con un vaso en la mano y a la Señora, recos-tada en el sofá, ambos muertos.

Habían ingerido pastillas y, a la vista, estaba unacarta, redactada un año antes , donde el Señor ex-plicaba las razones de su suicidio. Padecía el Malde Parkinson y una secreta y progresiva leucemia.Quiero que mis amigos sepan que abandono sucompañía con plenas facultades mentales, con al-guna tímida esperanza en una vida posterior des-personalizada, más allá de los límites del espacioy del tiempo y de los límites de nuestra compren-sión. Este sentimiento oceánico me ha sostenidofrecuentemente en momentos difíciles y, ahoratambién, mientras estoy escribiendo esto.

El hombre del cual hablamos era el prolífico ygran escritor Arthur Koestler, nacido en Budapest,Hungría, el 5 de septiembre de 1905 y la escenaque acabo de contar sucedió en Londres el 3 demarzo de 1983. Según algunos estudiosos, Koestlerera el más importante escritor en lengua inglesadespués de Conrad. Su mujer, la tercera, se llama-ba Cynthia Jefferies, era sudafricana y tenía 22años menos que él. Ella puso fin a su vida junto asu marido, sin tener ningún problema de salud(“por devoción a él”, como dijeron algunas publica-ciones).

Recuerdo ahora esta historia que tanto me im-pactó en aquellos años, porque otro “dúo” -herma-no y hermana- nacidos también en Budapest, ter-minaron con sus vidas de una manera desgarrado-ra, aquí, entre nosotros, hace poco, en su casa deLa Lucila (provincia de Buenos Aires). Ella astrólo-ga, muy conocida, de 84 años; él, ingeniero y físico,desconocido para la gente, y diez años menor queella.Y en cuanto al descubrimiento de ambos cadá-veres por parte de una amiga y de la Policía, las si-militudes con el caso Koestler son llamativas. (¿Lasdiferencias? El vínculo fraternal y las muertes, pro-ducidas por un arma de fuego).

Según George Steiner, el libro Oscuridad a me-diodía (o Diálogo con la Muerte), de ArthurKoestler, es uno de los clásicos del siglo. Educó ageneraciones en sus propios terrores. Koestler, au-tor de otros notables libros como Flecha en el azul,La escritura invisible, Las raíces del azar y Los so-námbulos, postulado para el Premio Nobel, se halló-según Steiner- en el terreno exacto en el que se to-can las terminaciones nerviosas de la historia, lapolítica, la lengua y la ciencia del siglo XX. Lasamargas y tonificantes corrientes de esas termina-ciones pasaron por él. Se refiere a los fenómenosemblemáticos de la Modernidad, como el marxis-mo y el fascismo, el psicoanálisis, el avance de lasciencias biológicas, los conflictos de las ideologías yel arte. En lo personal, Koestler conoció el exilio yla cárcel, el intimador consuelo del alcohol, y la ne-cesidad de conseguir cierta intimidad en un mundomanejado ya por los medios de comunicación. Eraafecto al ajedrez, a la parapsicología, y en los bue-nos tiempos, amaba la vida, aunque -según su ami-go y biógrafo George Mikes- un hombre feliz erauna extraña curiosidad, casi un misterio para él.

¿Cómo podía alguien ser feliz en medio de las bru-tales estupideces del depilfarro, de la ceguera sui-cida de la historia contemporánea? (G. Mikes: Ar-thur Koestler: La historia de una amistad).

Me imagino que concertó su cita con la muerte -dice Steiner en La muerte de Arthur, de 1984- conel mismo vigilante y retador arte de prestar aten-ción que había prodigado a la literatura y a lasciencias, a la política y a la psicología, a las tribusperdidas de Israel y a la cocina francesa.

Stefan y CharlotteMe acordé, asimismo, de otros casos de suicidios

dobles en el ámbito literario: el de Stefan Zweig(nacido en Viena en 1881) y de su mujer, CharlotteAltmann, quienes se dieron muerte de la mismamanera que los Koestler, el 22 de febrero de 1942,en Persépolis, Brasil, una vez finalizados los feste-jos de Carnaval. Zweig fue novelista, ensayista,poeta, autor de estupendas biografías como la deMaría Antonieta, de Balzac, de Romain Rolland, deErasmo de Rotterdam. Fue amigo de HermannHesse, de Gorki, de Rilke y era muy respetado porSigmund Freud. Leí de él libros inolvidables comoVeinticuatro horas en la vida de una mujer, Nove-la del ajedrez, Momentos estelares de la humani-dad. Su vida fue tan novelesca y llena de convulsio-

nantes acontecimientos, que Oliver Matuschek es-cribió una célebre biografía, que tituló Las tres vi-das de Stefan Zweig. En realidad, ése era el títuloque el propio Zweig iba a poner a su autobiografía,la que, tras su muerte, fue publicada como El mun-do de ayer. Zweig fue también poeta y dramaturgo,y a comienzos de 1940 estuvo en la Argentina, dan-do conferencias, tras lo cual Bernardo Verbitsky es-

cribió un ensayo, Significación de Stefan Zweig,publicado aquí en 1942.

Pendiente de la Segunda Guerra Mundial, Zweigestaba horrorizado por la posible expansión del na-zismo en los años venideros en el mundo entero.Ojalá puedan ver Uds. el amanecer de esta larganoche -escribió en su nota postrera-. Yo, demasia-do impaciente, me adelanto. Y también anotó: An-tes de abandonar esta vida, con pleno conocimien-to y lúcido, me urge cumplir un último deber: dar

gracias a este maravilloso país, Brasil, que tantome ha ofrecido.

André y DorinePasemos a otro caso de suicidio doble y simultá-

neo con toma de barbitúricos. En Vosnon, Francia,lo hicieron el 22 de septiembre de 2007, el filósofoy periodista André Gorz, pionero de la Ecopolítica(nacido también en Viena, en 1923, bajo el nombrede Gerhart Hirsch) y su mujer, Dorine, ya muy en-ferma de cáncer. “El era su vida, ella era la suya (Ilétait sa vie, elle était la sienne)”, escribió Hervé LeTellier cuando ocurrió la trágica muerte de ambos.

En su libro Carta a D. – Historia de un amor, Gorzle confesaba a su esposa un amor eterno y manifes-taba su imposibilidad de vivir sin ella. En uno de suspárrafos dice: Acabas de cumplir 82 años. Has en-cogido seis centímetros, no pesas más de 45 kilos ysigues siendo bella, elegante y deseable. Hace 58años que vivimos juntos y te amo más que nunca.

Gorz había sido discípulo de Sartre, amigo deMarcusse, co-fundador en 1964 de la famosa revis-ta Le Nouvel Observateur, junto a Jean Daniel, yhabía integrado el comité de dirección de Lestemps modernes. Autor de varios libros, entre ellosEl Traidor, Ecología y Política, La moral de la his-toria, Los caminos del Paraíso.

Extraña lógicaVemos cómo una extraña lógica acompaña todas

estas muertes. Pero, como podemos deducir, detrásde esa supuesta lógica, hay varias emociones enebullición: un grito mudo y desesperado, impoten-cia, vacío, angustia, sensaciones amenazadoras quehacen que la vida de uno sin el otro resulte insopor-table. Se habló mucho, últimamente, de los conflic-tos que conllevan estas relaciones simbióticas que,por su impactante final, siempre estarán acompa-ñadas por el misterio, la duda y la inquietud. Lascreencias de cada cual juegan un papel esencial enesas decisiones. En personas ateas o agnósticas, elsignificado del suicidio es muy distinto al de las per-sonas creyentes. Por eso, cuesta entender que la as-tróloga Lily Süllos, una mujer que creyera en la re-encarnación y le dedicara un libro al tema, fueseasesinada de un tiro en la cabeza, en cumplimientode un presunto acuerdo con su hermano quien, trasel crimen, terminó suicidándose.

Quedan flotando muchos interrogantes que pro-bablemente perduren sin develar.

En la última etapa de sus vidas, Koestler y su mu-jer defendían la eutanasia (en Inglaterra, su país deadopción), a través de una organización llamadaEXIT. Curiosamente, 20 años antes, era el mismoKoestler quien sostenía que “ningún hombre tieneel derecho de matar a sangre fría” a otro. Contra-dicciones típicas de un espíritu inquieto, escéptico,y seguramente impregnado de un sufrimiento queempapó toda su existencia, ya que su historia, mi-rada en perspectiva, parecería una verdadera ca-rrera de obstáculos .

El miedo a la soledad, las persecuciones, la pér-dida de los ideales en lo ideológico y en lo personal,las decepciones tras muchas ilusiones que naufra-garon, la enfermedad, llevan a actos terribles comoéstos, donde -acaso- lo único que nos cabe, ennuestra vulnerabilidad, es la pena y la compasión.Y , en el caso de estos tres escritores, la lectura desus obras.

© LA GACETA

Alina Diaconú - Escritora. Avatar yEnsayo general son dos de sus últimos libros.

Giusseppe Verdi, a 200 años de su nacimiento

HASTA QUE

“Acabas de cumplir 82. Encogisteseis centímetros, no pesas más de 45kilos, y sigues siendo bella, elegante ydeseable”, escribió Gorz a su esposa.

◆ Por Alina DiaconúPARA LA GACETA - BUENOS AIRES

LA MUERTELOS UNA

El pacto suicida de la astróloga

Lilly Süllos y su hermano remite a

otros casos célebres. Los escritores

Stefan Zweig, Arthur Koestler y el

filósofo y periodista André Gorz

murieron a raíz de acuerdos

similares con sus esposas. ¿Qué

lógica precede a estas muertes?

¿Qué señales podemos encontrar

en sus textos?

IMAGEN. Arthur Koestler y su tercera esposa, Cynthia Jefferies. Cuando se quitaron la vida, él tenía 77; ella, 56.

PHOTOGRAPH: PETER WILLIAMS/CAMERA PRESS