13-05-2012 LA GACETA LITERARIA

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 13 DE MAYO DE 2012 5 a SECCION - En tus dos libros previos, Operación Traviata y Operación Primicia, decidiste superar el límite his- tórico fijado para los crímenes de los 70, trazado primero por los partidos peronista y radical en el regreso de la democracia con el Juicio a las Juntas, y luego por el kirchnerismo. ¿Por qué ahora, con Disposición Final , decidiste enfocar a uno de los protagonistas de lo que ocurrió después del 24 de marzo del 76? - Llegué tarde al tema de la violencia de los 70 porque viví en Brasil entre 2001 y 2005, período en el que varios colegas publicaron mucho sobre esos años. Pero los habían enfocado a partir del testimonio de las víctimas. El flanco que habían de- jado era el de la violencia previa al 76. Intenté en- tonces analizar qué había pasado antes del golpe. Operación Traviata trató el crimen de José Ignacio Rucci; y Operación Primicia, el ataque de Montone- ros al cuartel de Formosa. Después de estos libros empecé a trabajar en uno sobre Córdoba en el 75 y en el 76. La hipótesis era que Córdoba siempre había adelantado fenómenos que después se pre- sentaban a nivel nacional. Para mi investigación fui a la prisión de Campo de Mayo a entrevistar a dos militares presos; ahí me crucé con Videla, le pedí una entrevista y a partir de ella me di cuenta de que tenía entre manos otro libro. Había consegui- do informaciones nuevas y relevantes. Se trataba de un personaje muy odiado por un vasto sector de la población, pero era indudablemente un protago- nista de la historia reciente. Así empecé a trabajar en un libro sobre la dictadura pero no desde el punto de vista de las víctimas sino de los victima- rios. Mi opinión aparece en la introducción y en el epílogo. En el corazón del libro pongo en relación directa a mi entrevistado con los lectores porque creo que ellos no quieren que yo les diga lo que tie- nen que pensar. Ellos pueden sacar sus propias conclusiones. - Osvaldo Quiroga, cuando te invitó a su progra- ma de canal 7, El refugio de la cultura, cuestionó fuertemente que hayas entrevistado a Videla, que le hayas dado la mano, que lo trataras -personal- mente y en el libro- con cortesía. ¿Qué respondés a todo eso? - Algunos periodistas militantes se hicieron la primera pregunta, pero se dieron cuenta de que ya existía una respuesta. Horacio Verbitsky, un refe- rente para ellos, ya había entrevistado, para su li- bro El vuelo, a Adolfo Scilingo. Yo entrevistaría a Firmenich o incluso a Hitler o a Stalin. Con respec- to a los otros cuestionamientos, creo que lo cortés no quita lo valiente. Creo que, más allá de lo que uno piensa, un periodista debe tratar bien a todo el mundo. Yo escribo para los lectores y mi objetivo es brindarles información. Si insulto a mi entrevista- do es poco probable que pueda obtenerla. Hay que generar un clima adecuado, no desprovisto de ten- siones, para obtener la mayor y la mejor informa- ción posible. Me parece que a los libros de investi- gación periodística hay que juzgarlos por los resul- tados. Verificar si la información es relevante, si la lectura es atractiva. - En el libro aparecen detalles de la vida en pri- sión de Videla, de su condición física, de la auste- ridad con que vive. ¿Crees que esos detalles pue- den, en parte, humanizar al personaje? ¿Te preo- cupa ese efecto? - Pienso que todos aquellos que han manejado un cierto grado de poder son personajes comple- jos y me parece importante reflejar los detalles que revelan esa complejidad. Los detalles que aparecen en el libro son ciertos y no veo por qué no habría de señalarlos. Por ejemplo, que tiene adornada su celda con recortes de Gaturro que heredó del prisionero que la ocupaba anterior- mente, que lo visita su mujer o que vivía en un de- partamento de tres ambientes con dependencia de servicio. Ese hombre, por otro lado, fue el vér- tice de la dictadura más sangrienta de la Argenti- na, una dictadura que llevó adelante un plan sis- temático para eliminar a una gran cantidad de personas. Todo esto no queda relativizado por los detalles de su vida actual. Tzvetan Todorov decía, en una columna reciente publicada en el diario El País, que debíamos entrevistar a los ex dictadores para comprender cómo se llega al horror de las dictaduras, y cómo personas aparentemente co- munes pueden convertirse en verdugos de masas. Es importante tener en cuenta el contexto. Karl Marx sostenía, en El 18 Brumario de Luis Bona- parte, que un golpe de estado no puede ser enten- dido como un rayo caído de un cielo sereno. Por eso me fijo en el cielo. Pasa a la página 3... Vida, obra e historia personal de Norman Manea, estrella de la reciente Feria del Libro, y escritor en la Rumania que prohibió las máquinas de escribir El mexicano Carlos Fuentes cataloga de manera personal el presente literario del continente con su ensayo La gran novela latinoamericana. 3 4 Las teorías sobre los 70 El autor de Disposición final , el libro más vendido del momento, habla sobre sus entrevistas a Videla y dice que entrevistaría a Hitler o a Stalin. Afirma que no hay ninguna evidencia histórica que sostenga la cifra de 30.000 desaparecidos y que el golpe de 1976 no se entiende sin las relaciones de los militares con los empresarios, los políticos y los grupos guerrilleros. También se refiere al almuerzo de Borges y de Sabato con Videla. Reato ofrecerá una conferencia, el próximo martes, en el ciclo de LA GACETA. FRAGMENTO DE DISPOSICIÓN FINAL “- No había otra solución; estábamos de acuerdo en que era el precio a pagar para ganar la guerra y necesitábamos que no fuera evidente para que la sociedad no se diera cuenta. Había que eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la justicia ni tampoco fusiladas. El dilema era cómo hacerlo para que a la sociedad le pasara desapercibido. La solución fue sutil -la desaparición de personas-, que creaba una sensación ambigua en la gente: no estaban, no se sabía qué había pasado con ellos; yo los definí alguna vez como ‘una entelequia’. Por eso, para no provocar protestas dentro y fuera del país, sobre la marcha se llegó a la decisión de que esa gente desapareciera; cada desaparición puede ser entendida ciertamente como el enmascaramiento, el disimulo, de una muerte.” Jorge Videla en entrevista en la cárcel de Campo de Mayo. ENTREVISTA A CEFERINO REATO son un obstáculo para conocer toda la historia” PERFIL Ceferino Reato nació en 1961, en Entre Ríos. Es periodista, licenciado en Ciencia Política y director de la revista Fortuna. Entre 2005 y 2010 fue editor jefe del diario Perfil. Es autor de los “best sellers” Operación Traviata y Operación Primicia. También publicó El gran botín y Lula, la izquierda al diván.

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Domingo 13 de mayo de 2012 Literaria LA GACETA

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 13 DE MAYO DE 2012

5aSECCION

- En tus dos libros previos, Operación Traviata y Operación Primicia, decidiste superar el límite his-tórico fijado para los crímenes de los 70, trazado primero por los partidos peronista y radical en el regreso de la democracia con el Juicio a las Juntas, y luego por el kirchnerismo. ¿Por qué ahora, con Disposición Final, decidiste enfocar a uno de los protagonistas de lo que ocurrió después del 24 de marzo del 76?

- Llegué tarde al tema de la violencia de los 70porque viví en Brasil entre 2001 y 2005, períodoen el que varios colegas publicaron mucho sobreesos años. Pero los habían enfocado a partir deltestimonio de las víctimas. El flanco que habían de-jado era el de la violencia previa al 76. Intenté en-tonces analizar qué había pasado antes del golpe.Operación Traviata trató el crimen de José IgnacioRucci; y Operación Primicia, el ataque de Montone-ros al cuartel de Formosa. Después de estos librosempecé a trabajar en uno sobre Córdoba en el 75y en el 76. La hipótesis era que Córdoba siemprehabía adelantado fenómenos que después se pre-sentaban a nivel nacional. Para mi investigación fuia la prisión de Campo de Mayo a entrevistar a dosmilitares presos; ahí me crucé con Videla, le pedíuna entrevista y a partir de ella me di cuenta deque tenía entre manos otro libro. Había consegui-do informaciones nuevas y relevantes. Se tratabade un personaje muy odiado por un vasto sector dela población, pero era indudablemente un protago-nista de la historia reciente. Así empecé a trabajaren un libro sobre la dictadura pero no desde elpunto de vista de las víctimas sino de los victima-rios. Mi opinión aparece en la introducción y en elepílogo. En el corazón del libro pongo en relacióndirecta a mi entrevistado con los lectores porquecreo que ellos no quieren que yo les diga lo que tie-nen que pensar. Ellos pueden sacar sus propiasconclusiones.

- Osvaldo Quiroga, cuando te invitó a su progra-ma de canal 7, El refugio de la cultura, cuestionó fuertemente que hayas entrevistado a Videla, que

le hayas dado la mano, que lo trataras -personal-mente y en el libro- con cortesía. ¿Qué respondés a todo eso?

- Algunos periodistas militantes se hicieron laprimera pregunta, pero se dieron cuenta de que yaexistía una respuesta. Horacio Verbitsky, un refe-rente para ellos, ya había entrevistado, para su li-bro El vuelo, a Adolfo Scilingo. Yo entrevistaría aFirmenich o incluso a Hitler o a Stalin. Con respec-to a los otros cuestionamientos, creo que lo cortésno quita lo valiente. Creo que, más allá de lo queuno piensa, un periodista debe tratar bien a todo elmundo.Yo escribo para los lectores y mi objetivo esbrindarles información. Si insulto a mi entrevista-do es poco probable que pueda obtenerla. Hay quegenerar un clima adecuado, no desprovisto de ten-siones, para obtener la mayor y la mejor informa-ción posible. Me parece que a los libros de investi-gación periodística hay que juzgarlos por los resul-tados. Verificar si la información es relevante, si lalectura es atractiva.

- En el libro aparecen detalles de la vida en pri-sión de Videla, de su condición física, de la auste-ridad con que vive. ¿Crees que esos detalles pue-den, en parte, humanizar al personaje? ¿Te preo-cupa ese efecto?

- Pienso que todos aquellos que han manejadoun cierto grado de poder son personajes comple-jos y me parece importante reflejar los detallesque revelan esa complejidad. Los detalles queaparecen en el libro son ciertos y no veo por quéno habría de señalarlos. Por ejemplo, que tieneadornada su celda con recortes de Gaturro queheredó del prisionero que la ocupaba anterior-mente, que lo visita su mujer o que vivía en un de-partamento de tres ambientes con dependenciade servicio. Ese hombre, por otro lado, fue el vér-tice de la dictadura más sangrienta de la Argenti-na, una dictadura que llevó adelante un plan sis-temático para eliminar a una gran cantidad depersonas. Todo esto no queda relativizado por losdetalles de su vida actual. Tzvetan Todorov decía,

en una columna reciente publicada en el diario ElPaís, que debíamos entrevistar a los ex dictadorespara comprender cómo se llega al horror de lasdictaduras, y cómo personas aparentemente co-munes pueden convertirse en verdugos de masas.Es importante tener en cuenta el contexto. Karl

Marx sostenía, en El 18 Brumario de Luis Bona-parte, que un golpe de estado no puede ser enten-dido como un rayo caído de un cielo sereno. Poreso me fijo en el cielo.

Pasa a la página 3...

Vida, obra e historia personal de Norman Manea,estrella de la reciente Feria del Libro, y escritor enla Rumania que prohibió las máquinas de escribir

El mexicano Carlos Fuentes cataloga de manerapersonal el presente literario del continente con

su ensayo La gran novela latinoamericana.

3 4

“Lasteorías

sobre los70

El autor de Disposición final, el libro más vendido del momento, habla sobre

sus entrevistas a Videla y dice que entrevistaría a Hitler o a Stalin. Afirma que

no hay ninguna evidencia histórica que sostenga la cifra de 30.000

desaparecidos y que el golpe de 1976 no se entiende sin las relaciones de

los militares con los empresarios, los políticos y los grupos guerrilleros.

También se refiere al almuerzo de Borges y de Sabato con Videla. Reato

ofrecerá una conferencia, el próximo martes, en el ciclo de LA GACETA.

FRAGMENTO DE DISPOSICIÓN FINAL“- No había otra solución; estábamos de acuerdo en que era el precio a pagar para ganar laguerra y necesitábamos que no fuera evidente para que la sociedad no se diera cuenta. Habíaque eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la justicia nitampoco fusiladas. El dilema era cómo hacerlo para que a la sociedad le pasara desapercibido.La solución fue sutil -la desaparición de personas-, que creaba una sensación ambigua en lagente: no estaban, no se sabía qué había pasado con ellos; yo los definí alguna vez como ‘unaentelequia’. Por eso, para no provocar protestas dentro y fuera del país, sobre la marcha se llegóa la decisión de que esa gente desapareciera; cada desaparición puede ser entendidaciertamente como el enmascaramiento, el disimulo, de una muerte.”

Jorge Videla en entrevista en la cárcel de Campo de Mayo.

E N T R E V I S T A A C E F E R I N O R E A T O

son unobstáculo

para conocer todala historia”

PERFILCeferino Reato nació en1961, en Entre Ríos. Esperiodista, licenciado enCiencia Política y directorde la revista Fortuna.Entre 2005 y 2010 fueeditor jefe del diarioPerfil. Es autor de los“best sellers” OperaciónTraviata y OperaciónPrimicia. También publicóEl gran botín y Lula, laizquierda al diván.

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LITERARIA2 LA GACETA

DOMINGO 13 DE MAYO DE 2012

- ¿Por qué se fue de Tucumán? - Me fui a los 20 años de Tucu-

mán, para completar en BuenosAires mi carrera de abogado enla UBA, pero Tucumán nunca sefue de mí. Pensaba volver paratrabajar con mi padre en estaprofesión, pero al recibirme mequedé. Aunque no me faltaronofrecimientos importantes al re-cibirme, me alejé de los caminosanchos que conducen al bienes-tar económico para tomar los dela escritura literaria y el trabajocultural. Apostar al ser y no al te-ner fue como sacar una carta depobreza. Pero no puedo quejar-me: recorrí el mundo, tuve múlti-ples experiencias y aventuras

que no cambiaría por posesiónmaterial alguna. Ellas nutrieronmis novelas y también mis ensa-yos, abriéndome el camino a unaverdadera universalidad.

- Hay quienes sostienen que la tecnología y la globalización, en general, colaboran en cuanto a la información, pero entorpecen al-gunos procesos de la cultura. Por ejemplo, la lectura. ¿Qué puede decir al respecto?

- El problema no pasa por latecnología, sino por un culto a lainformación que penetra y des-truye la cultura de los valores,convirtiéndose en un simulacrode ella. La velocidad anula laprofundidad y al hombre reflexi-vo, y apela a la tecnología depunta para enmascarar el vacío.La razón ilustrada, que comenzóponiéndose al servicio de laemancipación humana, terminóde rodillas, exaltando la rentabi-lidad del capital y coqueteando lacultura de masas, ese andamiajeconsagrado al fetichismo de lamercancía. El hombre-masa seha quedado ya sin lenguaje, ycreo que el Homo sapiens estásiendo reemplazado por un Ho-mo consumens. O sea, no hay yaciudadanos, sino consumidores.Una hiperconectividad que notrasmite nada que se parezca aun pensamiento alimenta la au-sencia: uno ya no está en ningu-na parte, en ningún tiempo. Sinuna hora de silencio para pensar,y con un lenguaje tan empobre-cido y contaminado por las mer-cancías, no puede haber lectura,en el sentido cabal de este térmi-no. George Steiner advertía hacemedio siglo que caminábamoshacia el fin de la cultura literaria.

- Qué fuerte eso de “caminar hacia el fin de la cultura litera-ria”; ¿tal vez por ese motivo us-ted se define como escritor y no como antropólogo? ¿Tiene algo que ver con las concepciones di-ferentes que tienen sobre el hombre ambas profesiones?

- Me defino como escritor puesmi identidad profunda, lo quesiempre fui y quise ser, pasa porla literatura, por la intensidad de

la experiencia creativa. La antro-pología es tan sólo para mí un de-ber de escritura, algo que nuncaasumí como algo entrañable. Haymucha injusticia en el mundo co-mo para encerrarse en la torre demarfil de las bellas artes, y en losaños 70 pensé que mi arma paracontribuir a la creación de unmundo mejor podía ser este, quese me fue imponiendo de a poco.Lo que lamento es que este traba-jo secundario, aunque más nece-sario en lo social que una novela,me haya cambiado la cara, hastael punto de que la mayor parte

del público lector me identificacon algo por donde no pasa miidentidad. Es casi como una co-media de equivocaciones, pueshoy no se acepta que un narradorescriba ensayos. Pero claro queno reniego ni subestimo lo quehice por América en este terrenodel pensamiento.

-¿Con cuál de sus novelas se identifica más? ¿O todas respon-den a un momento preciso?

-No es fácil responder a estapregunta, aunque siento muy en-

trañables los cinco libros del ci-clo de Tucumán, que son Territo-rio final, Portal del paraíso, Sa-crificio, El ropaje de la gloria yLas montañas azules. Mi ladoaventurero está en dos novelaspor las que me jugué a fondo:Tierra incógnita, que transcurreen el océano Pacífico y en un ríoselvático de Ecuador, y El desier-to permanece, ambientado en elÁfrica Oriental. Desde el puntode vista del lenguaje y el infortu-nio nacional, visto en su comici-dad trágica, estaría Karaí, el hé-roe, una larga novela que se ali-menta, por un lado, con la tradi-ción cervantina; y, por el otro,con los mitos, saberes y decirespopulares. Sobre esta última seestá escribiendo una ópera enBarcelona, con miras a presen-tarla en Europa y en el Teatro Ar-gentino de La Plata.

-¿Tiene conocimiento del mo-vimiento cultural de Tucumán?

-Sí, por mis frecuentes viajes ypor LA GACETA dominical, queme llega por correo. También meintereso en lo que pasa en elNOA, pues siento que toda esaregión, y no sólo Tucumán, mepertenece y es mi lugar en elmundo. Aunque no viva en ella,pienso desde ella, ese territoriofinal de la civilización andina.Por eso el mío es un pensamien-to territorializado, no errante yposmoderno.

© LA GACETA

L A N Z A M I E N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / E N T R E V I S T A S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / L A N Z A M I E N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A

No v e d a d e s

LA GUARIDANorman ManeaTUSQUETS (344 PÁGINAS)El profesor Gora vive exiliado en EEUU y se enfrenta ala llegada a Nueva York de su ex mujer, Lu. Viene consu nueva pareja, el joven Peter Gaspar, que reanuda conGora viejos diálogos. Pero la vida de Peter empieza acomplicarse cuando recibe una amenaza de muerte.

UN ENEMIGO PARA LA NACIÓNMarina FrancoFONDO DE CULTURA ECONÓMICA (352 PÁGINAS)Orden interno, violencia y “subversión”, 1973-1976, esel subtítulo de esta obra, que parte de indagar acerca delas razones por las cuales la sociedad argentina alcanzólas espirales de violencia que después de varias décadasconfluyeron en la dictadura militar de 1976.

ABUELAS CON IDENTIDADCarla Baredes e Ileana LotersztainEDICIONES IAMIQUE (52 PÁGINAS)Este libro cuenta una parte muy sombría de la historiaargentina, pero también relata la parte luminosa quesurgió de ella: La historia de Abuelas de Plaza de Mayoy los nietos restituidos. es el subtítulo de esta obra sobrela identidad, la democracia y los derechos humanos.

¿PARA QUÉ TRABAJAMOS?Sergio SinayPAIDÓS (176 PÁGINAS)Terminamos trabajando para trabajar. De allí el dilemaque se plantea Sinay: ser lo que hacemos o hacer lo quesomos; vivir para el trabajo o trabajar para vivir. Lainsatisfacción existencial es hoy una realidad ineludible:el libro indaga sus orígenes y avanza sobre su vigencia.

QUE EL MUNDO ME CONOZCAAlfred HayesLA BESTIA EQUILÁTERA (160 PÁGINAS)Un guionista de Hollywood está solo y aburrido duranteuna fiesta en una casa frente al mar. Sale a la terraza yve a chica que camina hasta la orilla. Advierte que ellaquiere suicidarse y se lanza para intentar rescatarla. Unacto de compromiso que, tiempo después, lamentará.

SIMONE WEIL, LECTURAS POLITICASValerie Gerard (Dir.)NUEVA VISIÓN (128 PÁGINAS)Todos los combates políticos de Simone Weil (en elsindicalismo obrero, al lado de los Republicanos enEspaña, junto a la Francia libre en Londres) mostraronsu compromiso sin ilusiones, pero impuesto por eldesarraigo y sometido a la prueba de la guerra.

LA TRADUCCIÓN LITERARIA EN AMERICA LATINAGabriela Adamo (comp.)PAIDÓS (204 PÁGINAS)América latina, hoy, corre el riesgo de un particularaislamiento: participa cada vez menos en las decisionesacerca de qué libros traducidos circulan en sus países y,al mismo tiempo, gran parte de su propia producciónliteraria no llega al público internacional.

LA CIUDAD Y LAS LEYESCornelius CastoriadisFONDO DE CULTURA (381 PÁGINAS)Este volumen reúne los seminarios dictados en 1983-1984 por Cornelius Castoriadis en la École des HautesÉtudes en Sciences Sociales de París. Estuvierondedicados esencialmente al nacimiento, la naturaleza yel funcionamiento de la democracia ateniense.

TE SIGOMarcos PereyraLIBROS DEL ZORZAL (288 PÁGINAS)La vida de un hombre cambia cuando las redes socialesirrumpen en su casa, llevándose a su hija de 16 años.La culpa por ignorar una realidad que conocía y eldolor por la hija perdida, lo arrastran a un laberinto denoche y violencia. Y la historia amenaza con repetirse.

MAFALDA & FRIENDSQuinoEDICIONES DE LA FLOR (96 PÁGINAS)Las tiras que faltaban, traducidas al inglés. Con las yauniversales historias y reflexiones de Mafalda, suhermanito Guille, sus padres, y los maravillososamiguitos de la niña que le declaró la guerra a la sopa:Felipe, Manolito, Susanita, Miguelito y Libertad.

FRESHWATER. UNA COMEDIA YTEXTOS BREVES SOBRE TEATROVirginia WoolfEL CUENCO DE PLATA (144 PÁGINAS)En su desenfado delirante, Freshwater evoca el perfilpoco conocido de Woolf: el humor irreverente y mordazde Orlando. Esta edición incluye una semblanza deJulia Margaret Cameron, tía-abuela de Virginia, pioneradel arte fotográfico y personaje central de Freshwater.

EL ESPIRITU DE MIS PADRESSIGUE SUBIENDO EN LA LLUVIAPatricio PronMONDADORI (240 PÁGINAS)Un joven escritor argentino regresa al país paradespedirse de su papá enfermo. Al adentrarse en lahistoria de su familia descubre que su padre buscaba aun hombre desaparecido, hermano de una amigasecuestrada y asesinada por la dictadura en 1977.

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ADVERTENCIA. “Sin una hora de silencio para pensar, y con un lenguaje tan empobrecido ycontaminado por las mercancías, no puede haber lectura”, sostiene el autor de Territorio final.

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4$

65$

40$

79

“No hay ya ciudadanossino consumidores”

El destacado escritor

tucumano, instalado

en Buenos Aires a

edad muy temprana,

dedicó buena parte de

su obra a la búsqueda

de las raíces culturales

de su pueblo y a su

difusión. “Aunque me

fui a los 20 años,

Tucumán nunca se fue

de mí”, resalta.

Volvió a la provincia a

presentar Imaginario

del paraíso, su último

ensayo.

◆ Por Mónica CazónPARA LA GACETA - TUCUMAN

E N T R E V I S T A A A D O L F O C O L O M B R E S

PERFILAdolfo Colombres nació enTucumán, en 1944, y se graduócomo abogado en la UBA. Comonarrador publicó 14 novelas, entrelas que se pueden citar Viejocamino del maíz (1979, llevada alcine por Miguel Mirra), Karaí, elhéroe (1988) y El callejón delsilencio (2011). Su obra ensayísticaincluye títulos como Lacolonización cultural de la Américaindígena (1977) y Teoríatranscultural del arte (2005). Estápresentando en Tucumán el ensayoImaginario del paraíso. Por su obrarecibió numerosos premios en laArgentina, México y Cuba.

“Me defino escritorpues mi identidadprofunda, lo quesiempre fui y quise ser,pasa por la literatura”

LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI

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LITERARIA 3LA GACETA

DOMINGO 13 DE MAYO DE 2012

... Viene de la página I.

Videla quizás, en otro contexto, habríaactuado de otra manera. Esto es lo in-quietante de la naturaleza humana. Unapersona común, alguien que uno se cru-za por la calle, en un determinado con-texto puede convertirse en un asesino, oen un héroe.

- Tanto en tus anteriores libros como en Disposición final cuestionás el núme-ro de desaparecidos que se acepta con-vencionalmente. ¿Por qué el número 30.000 es una cifra tabú?

- Es una cifra mágica que fue muy im-portante en el pasado para movilizar a laopinión pública internacional y, a nivellocal, para despertar la conciencia de lagente. Pero no hay ninguna evidenciahistórica que la sostenga más allá de laparadójica voluntad de los organismosde derechos humanos de sostenerla. Porejemplo, en materia de pobreza hay trescifras: 6,5% del Gobierno, entre 22% y25% de las consultoras independientes,entre 33% y 35% de los políticos oposito-res. Yo quiero que el gobierno tenga ra-zón, que los pobres conformen la menorcantidad posible. Con respecto a los de-saparecidos, espero que las cifras de laConadep o las del monumento a los de-saparecidos, que están alrededor de9.000, sean las verdaderas. Por eso noentiendo ese empecinamiento en soste-ner una cifra mucho más alta. El gobier-no tiene la llave para acercarse a la cifrareal a través de la lista de familiares víc-timas de la dictadura que han sido in-demnizados.

- Horacio González, en el programa 6,7,8, reconoció como dos importantes hallazgos del libro a la confesión de Vide-la de que el golpe fue un error y, por otro lado, el planteo de la desaparición forza-da de personas como la opción política-mente viable frente a las alternativas de los fusilamientos o los juzgamientos ma-sivos. ¿Crees que esas son las grandes revelaciones del libro?

- Creo que son dos puntos muy intere-santes. Ellos masifican la figura del desa-parecido para evitar las protestas inter-nas y externas. Videla reconoce que setrató de un plan sistemático. Otro tema

que me parece destacable en el libro es ladescripción del contexto. El golpe no seentiende sin las relaciones de los milita-res con los empresarios, con los políticosy con los grupos guerrilleros. Estos últi-mos jugaron al golpe. Muchos atentadosprevios al 24 de marzo eyectaron a las“palomas” y jerarquizaron a los “halco-nes” dentro de las fuerzas armadas. Laizquierda muchas veces le hace el juego ala derecha y viceversa. Otro punto es quese trató de una dictadura con caracterís-ticas típicamente argentinas. Por un lado,la omnipotencia, la actitud fundacional.Por otro, la improvisación. Estuvimos alborde de la guerra con Chile casi sin dar-nos cuenta. El cardenal Antonio Samoréles dice a los miembros de la Junta quecuando estaba en Chile la opinión del go-bierno era muy clara: era la de Pinochet.Pero que en la Argentina encontraba tresopiniones distintas en cada uno de los je-

fes de las fuerzas armadas; y que, a suvez, las opiniones de sus emisarios erandiferentes a las de sus representados.Creo que esa anécdota, esa ausencia detoda línea, refleja a los argentinos.

- En 6,7,8, Damián Loretti sostuvo que si existe algún contrato con Videla, vin-culado al libro, debería transparentarse.

- Se trata de algo mucho más simple.Videla tenía ganas de hablar. Y el únicoperiodista argentino que había queridoentrevistarlo era yo.

- Un capítulo de Disposición final se co-necta directamente con Operación Primi-cia. Aquel en el que Videla afirma que el ataque de Montoneros al regimiento de Formosa le viene a Italo Luder como “anillo al dedo” para dictar los decretos que él define como “una especie de licen-cia para matar”.

- Ese ataque es el debut del ejércitomontonero y les da a Luder y al EjércitoArgentino la excusa para dictar los de-cretos. Hasta entonces el peligro era re-presentado por el ERP, que era un ele-mento extraño, pero acá aparece, a tra-vés de una operación espectacular, ungrupo en cierta medida cercano al ejérci-to porque muchos de sus miembros ha-bían ido a liceos militares y tenían unorigen nacionalista y católico. Por ejem-plo, el diario La Opinión, de Jacobo Ti-merman, hablaba de “guerra” y en unanota planteaba si Isabel Perón estaría ala altura de ese desafío.

- Videla dice que, probablemente, Jor-ge Luis Borges perdió el premio Nobel por el almuerzo que tuvo con él, en el que también estuvo Ernesto Sabato. ¿Qué pasó en ese almuerzo?

- Es un almuerzo sobre el que, con el

tiempo, se han dado varias versiones.Borges habla con los periodistas, des-pués del encuentro, y dice que le habíaagradecido a Videla por haberlos salvadode la ignominia. Sabato también tienepalabras elogiosas sobre él. Hay que te-ner en cuenta que ese almuerzo tiene lu-gar dos meses después del golpe y queluego ambos criticarán a la dictadura.

- La publicación de Operación Traviatareabrió la causa judicial sobre la muerte de Rucci, y por Disposición Final llama-ron a declarar a Videla.¿Cómo hacés pa-ra no contaminarte con la presión que implica entrometerse con casos que tie-nen repercusión actual?

- Quedé bastante insatisfecho con lasconsecuencias judiciales del caso Rucci.Creo que a la Justicia Federal no le inte-resó investigar ese caso porque el jueznunca llamó a los testigos más relevan-tes. El caso de Videla fue distinto. Me lla-maron a declarar, con mucho respeto porel secreto profesional, y trataron de en-contrar detalles que se me podían haberpasado. Luego se ordenaron allanamien-tos y Videla fue citado a declarar. Esto lestapa la boca a los periodistas militantesporque deberían aplaudir estas conse-cuencias derivadas de un libro que ellossupuestamente no escribirían.

- En tus libros criticás la teoría de los dos demonios y la de ángeles y demo-nios. ¿Qué abordaje proponés para los 70?

- No tengo ninguna teoría. Estoy enuna fase previa; simplemente quiero in-formarme sobre lo que pasó. Las teoríashan capturado una parte de la historiaclausurando la otra parte. Por eso creoque el tema sigue despertando tanto in-terés. La gente siente que hay mucho queno sabe y las teorías constituyen un obs-táculo para conocer toda la historia. Sihablás de las barbaridades de la guerri-lla previas al golpe, inmediatamente elperiodismo militante sostiene que entrásdentro de la teoría de los dos demonios.Y eso es un ardid político. El periodismomilitante subordina el periodismo a lapolítica. No creo en esa subordinación.Un médico militante solamente cura a losque adscriben a sus ideas.

© LA GACETA

Reinhard Heydrich fue jefe dela Gestapo y Protector de Bohe-mia-Moravia. Tuvo poder sobrelos servicios secretos y sobre lapolicía política y criminal en elápice del Tercer Reich. Se lo lla-mó el verdugo, el carnicero, labestia rubia, el hombre con cora-zón de hierro. Fue uno de losideólogos de las cámaras de gasy la “limpieza étnica”.

Hombre de confianza de Hitler,su apellido dio origen a la siglaHHhH: “el cerebro de Himmlerse llama Heydrich”.

A dos hombres, llamados JanKubiš y Jozef Gabcík (persona-jes que han “existido de ver-dad”: el uno checo, el otro eslo-vaco, parte de una mermadaResistencia amparada por In-glaterra y a los que se sumaráJosef Valcík) les es encomenda-da la misión “Antropoide”: ma-tar a Heydrich.

A la vez que novela y textohistórico (pero no novela histó-rica), biografía e investigaciónperiodística en tiempo real,HHhH de Laurent Binet es tam-bién un continuo work in pro-gress. Y en ese trance se sostie-ne: el ascenso de Heydrich, laplanificación del atentado, elavance del Reich, la construc-ción del relato. Es obvio que elajusticiamiento fracasará. Peroen eso no vive lo nuclear: el li-bro no es una historia más -unamás de las tantas- sobre el na-zismo.

En los límitesUna cuidadosa documenta-

ción se impregna con la profun-da crueldad de la esencia huma-na. Se tensan las situaciones, sedilatan los hechos y se demorala escritura (leer mil páginas pa-ra escribir dos). Binet data susdudas, copia fragmentos (las ci-tas no deben tener más de sietelíneas), dice y se desdice. Y hayun punto en que la vuelta atrássobre el texto prescribe: lo úni-

co que queda es buscar haciaadelante, como en una huida deciegos.

Bracear en los límites: historiao ficción. La construcción de una“infra novela”. Porque “la ficciónno respeta nada”, se impone enella “el carácter pueril y ridículode la invención novelesca”, yuna cosa es el sentido de reali-dad y otra el abuso que se hacede ella. Aunque está claro: “¿quéinterés habría en ‘inventar’ elnazismo?”.

HHhH transcurre durante 391páginas en 257 capítulos (algu-nos ocupan una sola línea, otrosson sólo una cita). Y reste decirque “Laurent Binet nació en1972. Hizo el servicio militar enEslovaquia y ha vivido en Praga.Es profesor de la universidad deParís III”.

Que HHhH es su primera nove-la y que fue galardonada con elpremio Goncourt.

Y que no es sólo historia.Es también literatura.

© LA GACETA

Mucho más que otra historia sobre el nazismouna historia real construida a partir del cruce de géneros, que tiene a la misión de matar a “la bestia rubia” como hilo conductor

WALLPAPERS.BROTHERSOFT.COM

NOVELAHHHHLAURENT BINET(Seix Barral – Buenos Aires)

HERNÁN CARBONEL ◆

Las teorías sobre los 70 son unobstáculo para conocer toda la historia”

/ L A G A C E T A L I T E R A R I A / C R I T I C A S D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / E N T R E V I S T A S / L A G A C E T A L I T E R A R I A /

Un mapa irregular acerca de la literatura latinoamericana

Carlos Fuentes considera que la cultu-ra latinoamericana dramatiza la rela-ción entre la originalidad y la imitación.Sus ficciones y ensayos mantienen undiálogo continuo apoyado en la creenciaen el papel de la literatura y la novela. Lagran novela latinoamericana es un pro-fuso y desigual conjunto de ensayos quepostulan una tradición y un canon de lanovela denominada, de modo amplio,“latinoamericana” (aunque incluye a unautor español como Juan Goytisolo).

Durante los 60, el escritor mexicanofue un “consagrador” que, en La nueva

novela hispanoamericana, planteó unainterpretación fuerte y atractiva que ar-ma una genealogía a medida para sugrupo de narradores, soslayando la tra-dición novelesca de las primeras déca-das del siglo XX. Se lo puede consideraruno de los “colonizadores” del imagina-rio crítico latin americano en obras co-mo Valiente Mundo Nuevo, Geografía dela novela, Cervantes o la crítica de lalectura, entre otras.

La gran novela latinoamericana re-monta la historia literaria a la épica de laconquista, en particular a Bernal Díazdel Castillo, verdadero precursor de Cer-vantes. Se refiere a la Utopía latinoame-ricana como un impulso sostenido entres textos: El príncipe, de Maquiavelo;la Utopía, de Moro; y El Elogio de la lo-

cura, de Erasmo. De ellos se derivan tresdeseos: el de lo que es, el de lo que debe-ría ser y el de lo que puede ser.

La cultura hispánica se convierte enemblema de un Occidente humanista. Lamemoria y el deseo son las fuerzas re-presentativas de esa nostalgia de totali-dad imperial y los sueños de unidad. Susescritos apuntan a señalar una salida: lamodernidad de raíces hispánicas.

Nombres desigualesErasmo y Cervantes son las piedras

fundacionales de nuestra novela. Desdeallí, con una breve incursión en la cultu-ra colonial nos lleva hasta Pedro Páramo,siempre a partir de la tensión entre mi-to, epopeya y utopía presentes en la no-vela. Se detiene en Joaquim Machado de

Assis, Rómulo Gallegos y Juan Rulfo. Ellibro postula un canon que hilvana nom-bres desiguales e imprecisos de momen-tos de la novela como el boom, el boome-rang, el postbooom,el crack, etcétera.

En su lectura hay saltos y omisiones yun evidente reduccionismo, no entregaun mapa convincente. Sutura todo lo quepuede para dar una imagen homogéneay, en cuanto a los autores del siglo XX,reitera postulaciones. No se refiere al pa-pel de su propia obra y deja en un apar-tado a Gabriel García Márquez y MarioVargas Llosa, colocándolos fuera delboom (donde incluye a Donoso). Casi nomenciona a Julio Cortázar y privilegia aLezama Lima sobre Borges y Carpentier.

Dedica notas a las mujeres escritoras -Valenzuela, Jacobs, Poniatowska, Glantz-

, pero no soslaya salidas misóginas. In-cluye a autores recientes como SantiagoRoncagliolo y Xavier Velasco, pero “olvi-da” nada menos que a Roberto Bolaño, lafigura más importante de las últimas dé-cadas. Ante la pregunta por esta signifi-cativa ausencia, Fuentes respondió: “Noestá porque no lo he leído. Prefiero quetermine el ruido para leerlo en paz”.

La gran novela latinoamericana es unrecorrido irregular que cataloga de mo-do personal y arbitrario. El lector añorauna mayor referencia autobiográfica,una reposición de la experiencia perso-nal de Fuentes en el espacio literario du-rante más de medio siglo.

© LA GACETA

CARMEN PERILLI ◆

ENSAYOLA GRAN NOVELALATINOAMERICANACARLOS FUENTES(Alfaguara - Buenos Aires)

“EL CARNICERO”. Reinhard Tristan Eugen Heydrich, segundo al mando de lasSS, fue uno de los ideólogos de las cámaras de gas y de la “limpieza étnica”.

Page 4: 13-05-2012 LA GACETA LITERARIA

LITERARIA4 LA GACETA

DOMINGO 13 DE MAYO DE 2012

SOBRE LA NIÑEZHannes Stein: ¿Cuál es su primerrecuerdo de la infancia?Norman Manea: Tal vez seainteresante que no tenga recuerdosclaros del período de antes de ladeportación. Cuando nos deportaronen octubre de 1941, yo tenía cincoaños. Podría decir que la memoria seme fue esfumando. Hay, sin embargo,una imagen que me quedó grabada:un día soleado, delante de la libreríade mi abuelo. La puerta de la libreríaestá abierta. Es esta la imagen: undía soleado y una puerta abierta.

H.S.: ¿Eso fue antes de ladeportación?N.M.: Sí, eso fue antes. Después dela deportación, mi abuelo ya noexistió, no existió más la librería,muchas cosas ya no existieron.

H.S.: Es un recuerdo feliz.N.M: Es un recuerdo muy feliz. Laimagen me quedó en la memoria. Nola puedo explicar y tampoco sé elcontexto. Sé que fui un niño mimado-mimado por la familia yprobablemente también por miabuelo-. En el campo deconcentración estuvimos muy unidos.Era un hombre muy especial, lleno dehumor, sabio. Murió muy pronto,inmediatamente después de llegarallí, en el primer invierno crudo.

H.S.: En Transnistria.N.M.: Sí, y fue el primer gran golpede mi vida, cuando me topé con lamuerte. No sabía qué significaba lamuerte y la desaparición de miabuelo me provocó un terror enorme.

H.S. ¿Recuerda la deportaciónpropiamente dicha?N.M.: Tengo en mi mente imágenesclaras, pero sin una clara cronología.A esas imágenes les correspondenpercepciones físicas intensas:miedo, hambre, frío, enfermedad.

H.S.: La tasa de mortalidad en loscampos de Transnistria era de un50%.N.M. Sí, y los más numerososdecesos se produjeron al comienzo

de la llegada allí, en el primero o enel segundo invierno. Después, apartir de 1942 o 1943, la situaciónse tornó más equívoca. El trato sevolvió un poco más blando. Estaba laposibilidad de trabajar en fábricas.Mi padre trabajó en una y le dabanalgo de comer. Edgar Hilsenrathdescribe muy bien este tipo decampo de concentración en su libroLa noche. No te quemaban encrematorios. No te mataban siempre.Morías por enfermedades o porhambre…

H.S. ¿Cuánto tiempo estuvo en elcampo de concentración?N.M.: Empezando en octubre de1941. A Rumania volvimos en abrilde 1945. Pero el último año vivimosbajo la administración rusa. Fuimosliberados por el ejército soviético ynos quedamos allí hasta que se nospermitiera regresar al país.

H.S. ¿Recuerda al ejército soviético?N.M. Muy bien. Ya no éramos niñosentonces, yo era un viejo de ocho,casi nueve años.

H.S.¿Cómo vivieron el momento dela liberación?N.M. Los rusos llegaron de noche.Los alemanes ya se habían retirado ycon gran pánico.

SOBRE EL EXILIOH.S.¿Cómo era la vida cotidiana enla Rumania de los 80?N.M. Terrible. Mi padre, quien teníacasi 80 años, debía despertarsetemprano, a las cinco de la mañana,para hacer fila por una botella deleche y pan. En las casas hacíamucho frío en invierno… No eraTransnistria, pero comparábamos lasituación con un campo de

concentración que abarcaba todo elpaís.

H.S. ¿Cómo lograron abandonarRumania en 1986?N.M. Yo estaba en contacto conalgunos escritores alemanes quevivían en Bucarest, escritoresrumanos de lengua alemana. Ellosme dijeron que yo había recibido unabeca DAAD (Deutacher AkademischerAustausch Dienst) para ir a Berlín…

H.S.: Usted ni siquiera se habíapresentado.N.M.: Un escritor alemán emigradode Rumania a la República FederalAlemana, Ernest Wichner, me dio losformularios, él los entregó, pero norecibí ninguna carta de confirmación.(…) No recibí nada. En un momentodado, mi mujer y yo decidimos pedirun pasaporte para un viaje turístico ala casa de su hermana enWashington. Y por primera vez ennuestra larga vida, los “guardianes”estuvieron de acuerdo con que nosfuéramos juntos. Creo que no fueazaroso. Ya por entonces yo teníauna relación bastante tensa con lasautoridades. Me atacaban en losdiarios, mi novela El sobre negro

había sido destruida por la censura.Estábamos rodeados de espías.Supongo que querían librarse de mí.Nos dieron el pasaporte. Compré unbillete de avión para Washington através de Berlín Occidental. El billetecostaba entonces en Rumania lomismo que el sueldo de un año.(…)En la escala en Berlín le pedí a mitraductor, Paul Schuster, depreguntarles a los de la DAAD si eracierto que me habían dado la beca.Claro que sí, respondieron. Nosinvitaron a almorzar y nos mostraronla carta que seguramente me habíanmandado a tiempo, pero que habíaregresado con un sello “Destinatariodesconocido”.

SOBRE LALITERATURAH.S.: ¿Cómo escribe? ¿A mano, conmáquina de escribir o con unalaptop?N.M. En Rumania escribía a mano yuna dactilógrafa me tipeaba lostextos. Esa era la costumbre allí.

Luego conseguí comprarme unapequeña máquina hecha en laAlemania Oriental y con ella escribíalgunos textos, pero nunca novelas oensayos. Como tal vez usted sepa,en Rumania, en un momento dado,fue prohibido tener una máquina deescribir si no te presentabas con ellaa la Policía cada año, para pasar untest, tras el cual ellos conservabanuna copia con todos los caracteresde la máquina. Había que tipeartodas las letras del alfabeto y uno odos textos, luego recibías unaautorización por escrito de quepodías tener en tu poder ese aparatoexplosivo. Era un espectáculointeresante y deplorable: veías gentemayor, cargando con sus viejasmáquinas de escribir, tan pesadas…Esto, espero que esté diciendo algoacerca del sistema.

H.S.: El sentido de este ejercicio eraque el gobierno conociera el tipo deletras y signos de cada máquina deescribir de todo el país.N.M. Exacto. Cuando llegué aAmérica, me compré una máquina deescribir eléctrica. Primero, una vieja,pesada, sólida, digna de confianza;luego, una más moderna. Aquí notenía a una señora mayor que metipeara los textos y me volví mipropia secretaria y mi propio lector ycorrector. Más tarde me compré unamáquina con la cual podías borrardos renglones –que tenía, por lotanto, una pequeña memoria.Finalmente, mi amigo Philip Roth meempujó para comprarme unacomputadora. Yo me compré una almismo tiempo que él, pero él, comoamericano que es, mucho másdisciplinado y más ordenado que yo,contrató a alguien para que leenseñara cómo usar esa cosaendiablada. Yo fui autodidacta,aprendí paso a paso cómo usar lacomputadora como máquina deescribir. Luego, al volverse vieja, tuveque cambiar varios modelos. (…)

H.S. ¿El encuentro con la literaturaanglosajona lo volvió menosequívoco?N.M. Sigo siendo -for better or forworst- equívoco y probablemente yosea un escritor complicado. Pero mesentí estimulado por lo que entiendela gente de aquí, en América, porensayo, por relato. Y lastraducciones de mis textos jugaronun papel determinante. Yo estabacohibido porque, en el caso de untexto complicado, el peligro de quese perdiera mucho si la traducciónera mala es mayor que si se trata deun texto sencillo. Cuando probéescribir de un modo más simple,llegué a sentirme defraudado por mímismo, yo simplificaba y simplificabahasta que no quedara nada de mí.Probablemente el peligro subsista,pero no creo que mi modo de escribirse haya transformado en su esencia.

H.S.: ¿Escribir lo hace feliz?N.M. Hay momentos de alegría, devictoria. Momentos de liberación -estás contento cuando te salió unafrase, cuando escribiste una buenapágina-. No es “felicidad” en elsentido corriente de la palabra. No teentran ganas de bailar cuando tesale bien una página. Pero si ponésel punto final y te parece que tenésun libro OK, que funciona, esto sí teda una sensación de satisfacción.

H.S. George Orwell decía en suensayo Por qué escribo que elescritor está empujado hacia sumesa de trabajo por motivos que noson muy nobles: la necesidad desentirte importante y de brillarfrente a otros, un impulso erótico, eldeseo de venganza… ¿Está usted deacuerdo?N.M.(…) Yo creo que el escritor tieneuna responsabilidad sólo frente a símismo. Aún creo que uno de losprincipales motivos para escribir esuna profunda insatisfacción hacia loque nos puede ofrecer el caoscotidiano. Necesitamos otra cosa,que trascienda este caos, aunquesea para agregarle a la realidad otrarealidad. La religión responde a estanecesidad, y otras terapias desoledad también. Se trata de unacarta dirigida a nadie, a uninterlocutor virtual. Necesitásagregar algo al derroche cotidianodel tiempo, de la vida -porque todopasa demasiado rápido-. Labúsqueda del tiempo perdido es labúsqueda de un sentido.

(*) Selección y traducción de Alina Diaconú.

Lo conocí personalmentehace muy poco, aquí, enBuenos Aires, tras variosaños de comunicaciónpor medio del correoelectrónico.

Cálido, gracioso, sagaz, intenso,Norman Manea es un escritor rumanoque vive en Nueva York y ha sido tra-ducido a los más importantes idiomasdel mundo. Calificado por “los gran-des” como “un grande”, nació en 1936en Bucovina, fue deportado con su fa-milia a un campo de concentración deTransnistria (Ucrania) cuando teníacinco años, y volvió a los nueve de esaaciaga experiencia que le tocara atra-vesar, durante la Segunda Guerra, porsu condición de judío.

Se recibió de ingeniero, abrazó elcomunismo hasta que este lo decep-cionara sin atenuantes y se dedicó a laliteratura -en forma excluyente- desde1974, en Bucarest. En 1986 se exiliócon su mujer, Cella, en Nueva York,tras una estada en Berlín, obtenidagracias a una beca.

Manea, amigo personal de PhilipRoth, Antonio Tabucchi, Orhan Pa-muk, es profesor de literatura euro-pea en el Bard College y ha recibidoun sinnúmero de premios, becas ydistinciones internacionales. En 2009le fue otorgado el título de Comenda-dor de la Orden de las Artes y las Le-tras del Ministerio de Cultura deFrancia.

Autor de ficción y ensayos, vino aBuenos Aires (ciudad que, me confe-só, quería conocer muy especialmen-te desde hace mucho tiempo) comoinvitado a la Feria del Libro para pre-sentar su última obra, La Guarida,que acaba de publicar Tusquets en laArgentina, con traducción de RafaelPisot y Cristina Sava.

Esta novela, con ritmo de thriller,encara el comunismo rumano, el postcomunismo y la vida de los intelectua-les exiliados en los Estados Unidos. Y

en él descubrimos, con asombro, queJorge Luis Borges y Buenos Airestambién forman parte de su trama.

“Manea escribe sin amargura nirencor, con una extraordinaria liber-tad de espíritu, fantasía y hasta conderroches de un humor que recuer-da el de los mejores protagonistas dela novela picaresca”, definió MarioVargas Llosa al autor que hoy nosocupa.

Para Claudio Magris, “Manea es hoy,indudablemente, una de las más gran-des figuras de la literatura internacio-nal”. Esto reza la faja que hoy abrazael tomo de La Guarida, su libro másreciente editado en español. Otros tí-tulos son: El regreso del húligan, Elsobre negro, los tomos de relatos Feli-cidad obligatoria, El té de Proust y elensayo Payasos.

A continuación, voy a dar a conoceralgunos párrafos de un libro en ruma-no que tengo entre mis manos, Cuvin-te din exil (Palabras desde el exilio),de la Editorial Policrom, cuya versiónoriginal, en alemán, fue editada porMathes & Seitz Berlin. Este volumenestá constituido por una larga entre-vista que Manea le dio al periodistaalemán Hannes Stein, residente comoél en NuevaYork, que se desarrolló a lolargo de tres días del año pasado endicha ciudad.

El libro está dividido, según los te-mas, en 17 capítulos y me tomé la li-bertad de seleccionar algunos tramos,que me parecieron los más relevantespara los lectores argentinos. Los pu-blico ahora, a modo de síntesis de unavida y de un ideario, en este suple-mento.

© LA GACETA

Alina Diaconú – Escritora. Nació enBucarest, Rumania, y vive en BuenosAires. Su último libro es Avatar.

NORMAN MANEAEl autor rumano fue una de las estrellas internacionales de la reciente Feria del Libro de Buenos Aires. Vivió en un campo deconcentración nazi y en la Rumania comunista antes de exiliarse en Estados Unidos. Amigo de Philip Roth y del Nobel OrhanPamuk, admirado por autores como Vargas Llosa y Magris, Manea ha tenido una vida tan rica, compleja e intensa como su obra.Aquí ofrecemos una traducción exclusiva de Palabras desde el exilio (*), libro que recoge entrevistas realizadas por Hannes Stein

“En Rumania, en un momento dado, fue prohibido teneruna máquina de escribir si no te presentabas con ella a laPolicía cada año, para pasar un test”.

Un escritor con mucha historia

“AÚN CREO QUE UNO DE LOS PRINCIPALES MOTIVOS PARA ESCRIBIR ES UNA PROFUNDAINSATISFACCIÓN HACIA LO QUE NOS PUEDE OFRECER EL CAOS COTIDIANO”.

DON HAMERMAN

◆ Por Alina DiaconúPARA LA GACETA - BUENOS AIRES