04 08 2013 la gaceta literaria

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2013 5 a SECCION Según Steiner, el recelo de Borges con la novela se adivina en la indefinición de sus personajes femeninos. El español José Ovejero, ganador del premio Alfaguara, confiesa que la resignación nunca fue lo suyo. 3 4 P odríamos encontrarnos en Vigata, la ficticia ciu- dad siciliana que es el escenario de las novelas del comisario Montal- bán, que no es otra que Puerto Empédocles, en Agrigento, pero Andrea Camilleri está en “el continente” como se dice cuando no se está en Sicilia. Acaba de publicar su último libro -una suerte de autobiografía y de reflexiones- y, por ello, tiene múltiples compromisos que cumplir para publicitarlo. “El café con hielo picado, crema y me- dialunas, nuestro típico desayuno sici- liano –dice– tendrá que esperar todavía algunas semanas”. Lo llamo a su humeante casa romana. Camilleri tiene 88 años y se concede el lujo de fumar 60 cigarrillos al día. “Si dejo ahora –me dice con su voz ronca– me muero de inmediato”. Camilleri es un hombre “récord”. Co- noció el éxito a los 70 años después de haber trabajado en el teatro y en la Rai. Es el escritor italiano más exitoso: ha vendido 21 millones de copias y ha sido traducido en todo el mundo. Hablar con él significa afrontar sus dos grandes pasiones: George Simenon, una de las más grandes “máquinas” de escribir de la historia de la literatura, y la política. - ¿Qué puntos en común piensa que tiene con Simenon? - Simenon tenía una serie infinita de trucos, artimañas y recursos que lo con- virtieron en un archivo monumental he- cho de apuntes, mapas y documentos. Yo no. Sí tengo una óptima memoria, soy ordenado y metódico. Simenon frecuen- tó la escuela de un comisario del Quai des Orfevres, en París, para aprender las técnicas de la investigación policial. Yo las conocí después de haber escrito algu- nas novelas cuyo personaje es el comisa- rio Montalbano. A diferencia de Simenon yo, quizás, tengo más el ánimo de un “perro de policía” pero, como casi todos los autores de sagas, compartimos la tendencia a repetir hasta el infinito las condiciones de la primera obra -El curso de las cosas en mi caso-, es decir: hora- rios de escritura, lectura de crónicas po- liciales y la inmersión en la realidad co- tidiana. Me gusta sumergirme en la rea- lidad. Gogol decía que él no poseía fanta- sía. La inspiración para escribir Las áni- mas muertas se la sugirió Puskin, que había apenas leído la noticia en algún diario. Si debo ser sincero jamás entendí cómo nacen mis novelas. Leo muchos hechos pequeños, escucho frases por la calle, dos o tres se me fijan en la mente y crecen hasta resultar una historia. Ayer, por ejemplo, salí a comprar cigarri- llos y escuché que una muchacha, por te- léfono, decía: “¿Pero cómo quieres hacer el amor conmigo sin haber consultado antes al tarot?”. Es un magnífico punto de partida para una novela. - En las novelas convencionales desa- parecieron las largas descripciones de los clásicos. El mismo rostro de su comi- sario Montalbano es un misterio. ¿Es una técnica suya? - No. En mi caso la formación teatral hizo que me resultara natural escribir los diálogos antes que otra cosa. Cuando he establecido cómo habla un persona- je, comienzo a deducir cómo se viste, adónde vive, etcétera. No tengo una téc- nica precisa para escribir. A mis alum- nos suelo decirles que la mejor escuela para aprender a escribir es saber escu- char.Y, naturalmente, leer los escritores que nos gustan e intentar entender có- mo han hecho ellos. Yo adoro a Chejov y Gogol. Cuentos de San Petersburgo es la perfección literaria. También me gustan Beckett, Faulkner, Sterne, Pirandello, Leonardo Sciascia e Ítalo Calvino, para mí, un dios de la escritura. - A propósito de lengua y escritura, ¿por qué la decisión de escribir en esa mezcla de italiano de la pequeña bur- guesía italiana y dialecto siciliano? - Porque para mí es perfecto. Me di cuenta una noche, en el lecho de muer- te de mi padre. Para hacerle compañía le contaba lo que estaba escribiendo y lo hacía en esa mezcla porque, a veces, el italiano me servía para expresar el con- cepto sobre algo mientras que el dialec- to describía mejor el sentimiento. Es una lección maravillosa que he aprendi- do de Pirandello en su maravillosa tra- ducción del Cíclope de Eurípides en dia- lecto siciliano. Él logra un resultado ex- traordinario al operar con dos niveles del dialecto: el de los campesinos, que usa el cíclope y un lenguaje más culto, que es en el que se expresa Ulises, hom- bre que ha viajado y que, se supone, es más culto que el monstruo. Tengo que decir que muchos traductores, especial- mente los que traducen al castellano, trasmiten muy bien lo que intento decir. - Usted comenzó a escribir novelas históricas y luego llegó al éxito con las novelas policiales del comisario Montal- bano - Sí. Todo nació como un juego. Para escribir tenía necesidad de un contene- dor. ¿Y qué mejor contenedor existe que los policiales? Subí de 5.000 a 900.000 copias vendidas. Un delirio. Y también una presión enorme. Hace tiempo que pienso en “asesinar” a Montalbano. Pe- ro hace unos diez años nos encontra- mos, en París, con Manuel Vázquez Montalbán y con Jean Claude Izzo y em- pezamos a discutir cómo matar a nues- tros investigadores. Luego, imprevista- mente, murieron mis dos escritores amigos sin lograr desembarazarse de sus personajes.Y, entonces yo, que como buen hombre del sur, soy muy supersti- cioso, he renunciado a cometer ese “de- lito”. - ¿Por qué suele ser Sicilia el escena- rio casi exclusivo de sus novelas? - Sicilia ha tenido 13 dominaciones y de cada una hemos tomado lo mejor y lo peor, es decir que es muy compleja. Pue- des hablar de un hecho sucedido en el 1.500 en Sicilia y reencontrarlo igual en un suceso acontecido ayer. Satisface mis exigencias beber de esta agua y de esta fuente. - Usted no es sólo el escritor italiano que más ha vendido sino también repre- senta una importante desmentida al lu- gar común según el cual los lectores ita- lianos no aprecian el sentido del humor. - En Italia, la sátira siempre fue consi- derada un género menor. ¿Recuerda las polémicas por el Nobel a Darío Fo? En este país se ha tenido siempre la snob idea de que la llamada “alta literatura” debe ser, necesariamente, seria. Yo no pienso así. Curiosamente la misma exi- gencia de seriedad no es aplicada por los italianos a la política. No me gusta decirlo pero todavía hay un modo de pensar fascista. Lamentablemente aún seduce la prepotencia. - ¿Continúa definiéndose como un marxista? - Mire... hoy más que nunca, aunque hace algunos años me había convencido de que lo mejor era una izquierda defi- nida como liberal-democrática. Me pa- rece que hoy la izquierda italiana nece- sita una sesión psiquiátrica. Esto de go- bernar con Berlusconi... ¿qué es sino una enfermedad? A mi edad quisiera to- davía llegar a comprender qué pasa en mi país, comprender cosas difíciles de justificar es el único modo serio de resis- tir a la vida. Y a esta voluntad de enten- der yo se la he trasmitido a mi persona- je Montalbano. Edipo, que descubre que su ciudad es víctima de una peste, quie- re encontrar al culpable y a la verdad. Hace una investigación y descubre que el culpable es él mismo. Es un policial de una belleza extraordinaria, ¿no? ¡Eso! Yo no sé todavía quién es el culpable de cómo está Italia... Pero una idea tengo... © LA GACETA Cristiana Zanetto – Periodista italiana de medios gráficos y audiovisuales. Por Cristiana Zanetto PARA LA GACETA - ROMA PERFIL Andrea Camilleri nació en 1925, en Sicilia, y actualmente vive en Roma. Durante 40 años fue guionista y director de teatro y televisión. Su primer libro, publicado en 1978 en una edición pagada por el autor, fue un fracaso. Estuvo 12 años sin escribir, logró éxito de ventas y crítica con La temporada de caza. En 1994 publicó La forma del agua, primera novela en la que aparece Salvo Montalbano, el entrañable comisario siciliano que protagonizaría una serie que en la actualidad consta de 19 novelas. Todos sus libros ocupan habitualmente el primer puesto en las listas de libros más vendidos en Italia y en varios países europeos. Sus libros fueron traducidos a 120 idiomas y han vendido 21 millones de ejemplares (7 millones en su país, 1 millón en España). En la Argentina es publicado por la editorial Salamandra. Con 21 millones de ejemplares vendidos, es el escritor más popular de Italia y uno de los más leídos del mundo. Montalbano, protagonista de 19 de sus libros, es un personaje que ha dejado una huella indeleble en la literatura policial de todos los tiempos. Su creador cuenta aquí, entre otras cosas, qué ocurrió cuando se reunió con Manuel Vázquez Montalbán y con Jean Claude Izzo para eliminar a sus personajes. “Hace tiempo que pienso en asesinar a Montalbano” E NTREVISTA A ANDREA CAMILLERI El autor revela que contaba a su padre moribundo lo que estaba escribiendo. Usaba el italiano para las razones, y el dialecto siciliano para la pasión. El escritor confiesa que, por su formación teatral, primero escribe los diálogos. Luego de fijar cómo habla un personaje, deduce cómo viste. SGIORNALEDIBRESCIA.IT

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Domingo 4 de agosto de 2013 la gaceta literaria

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2013

5aSECCION

Según Steiner, el recelo de Borges conla novela se adivina en la indefiniciónde sus personajes femeninos.

El español José Ovejero, ganador delpremio Alfaguara, confiesa que la

resignación nunca fue lo suyo.

3 4

Podríamos encontrarnosen Vigata, la ficticia ciu-dad siciliana que es elescenario de las novelasdel comisario Montal-bán, que no es otra quePuerto Empédocles, enAgrigento, pero Andrea

Camilleri está en “el continente” como sedice cuando no se está en Sicilia.

Acaba de publicar su último libro -unasuerte de autobiografía y de reflexiones-y, por ello, tiene múltiples compromisosque cumplir para publicitarlo.

“El café con hielo picado, crema y me-dialunas, nuestro típico desayuno sici-liano –dice– tendrá que esperar todavíaalgunas semanas”.

Lo llamo a su humeante casa romana.Camilleri tiene 88 años y se concede ellujo de fumar 60 cigarrillos al día. “Sidejo ahora –me dice con su voz ronca–me muero de inmediato”.

Camilleri es un hombre “récord”. Co-noció el éxito a los 70 años después dehaber trabajado en el teatro y en la Rai.Es el escritor italiano más exitoso: havendido 21 millones de copias y ha sidotraducido en todo el mundo.

Hablar con él significa afrontar susdos grandes pasiones: George Simenon,una de las más grandes “máquinas” deescribir de la historia de la literatura, yla política.

- ¿Qué puntos en común piensa que tiene con Simenon?

- Simenon tenía una serie infinita detrucos, artimañas y recursos que lo con-virtieron en un archivo monumental he-cho de apuntes, mapas y documentos.Yono. Sí tengo una óptima memoria, soyordenado y metódico. Simenon frecuen-tó la escuela de un comisario del Quaides Orfevres, en París, para aprender lastécnicas de la investigación policial. Yolas conocí después de haber escrito algu-nas novelas cuyo personaje es el comisa-rio Montalbano.A diferencia de Simenonyo, quizás, tengo más el ánimo de un“perro de policía” pero, como casi todoslos autores de sagas, compartimos latendencia a repetir hasta el infinito lascondiciones de la primera obra -El cursode las cosas en mi caso-, es decir: hora-rios de escritura, lectura de crónicas po-liciales y la inmersión en la realidad co-tidiana. Me gusta sumergirme en la rea-lidad. Gogol decía que él no poseía fanta-sía. La inspiración para escribir Las áni-mas muertas se la sugirió Puskin, quehabía apenas leído la noticia en algúndiario. Si debo ser sincero jamás entendícómo nacen mis novelas. Leo muchoshechos pequeños, escucho frases por lacalle, dos o tres se me fijan en la mentey crecen hasta resultar una historia.Ayer, por ejemplo, salí a comprar cigarri-llos y escuché que una muchacha, por te-léfono, decía: “¿Pero cómo quieres hacerel amor conmigo sin haber consultadoantes al tarot?”. Es un magnífico puntode partida para una novela.

- En las novelas convencionales desa-parecieron las largas descripciones de los clásicos. El mismo rostro de su comi-sario Montalbano es un misterio. ¿Es una técnica suya?

- No. En mi caso la formación teatralhizo que me resultara natural escribirlos diálogos antes que otra cosa. Cuandohe establecido cómo habla un persona-je, comienzo a deducir cómo se viste,

adónde vive, etcétera. No tengo una téc-nica precisa para escribir. A mis alum-nos suelo decirles que la mejor escuelapara aprender a escribir es saber escu-char. Y, naturalmente, leer los escritoresque nos gustan e intentar entender có-mo han hecho ellos. Yo adoro a Chejov yGogol. Cuentos de San Petersburgo es laperfección literaria. También me gustanBeckett, Faulkner, Sterne, Pirandello,Leonardo Sciascia e Ítalo Calvino, paramí, un dios de la escritura.

- A propósito de lengua y escritura, ¿por qué la decisión de escribir en esa mezcla de italiano de la pequeña bur-guesía italiana y dialecto siciliano?

- Porque para mí es perfecto. Me dicuenta una noche, en el lecho de muer-te de mi padre. Para hacerle compañíale contaba lo que estaba escribiendo y lohacía en esa mezcla porque, a veces, elitaliano me servía para expresar el con-cepto sobre algo mientras que el dialec-to describía mejor el sentimiento. Esuna lección maravillosa que he aprendi-do de Pirandello en su maravillosa tra-ducción del Cíclope de Eurípides en dia-lecto siciliano. Él logra un resultado ex-traordinario al operar con dos nivelesdel dialecto: el de los campesinos, queusa el cíclope y un lenguaje más culto,que es en el que se expresa Ulises, hom-bre que ha viajado y que, se supone, es

más culto que el monstruo. Tengo quedecir que muchos traductores, especial-mente los que traducen al castellano,trasmiten muy bien lo que intento decir.

- Usted comenzó a escribir novelas históricas y luego llegó al éxito con las novelas policiales del comisario Montal-bano

- Sí. Todo nació como un juego. Paraescribir tenía necesidad de un contene-dor. ¿Y qué mejor contenedor existe quelos policiales? Subí de 5.000 a 900.000copias vendidas. Un delirio. Y tambiénuna presión enorme. Hace tiempo quepienso en “asesinar” a Montalbano. Pe-ro hace unos diez años nos encontra-mos, en París, con Manuel VázquezMontalbán y con Jean Claude Izzo y em-pezamos a discutir cómo matar a nues-tros investigadores. Luego, imprevista-mente, murieron mis dos escritoresamigos sin lograr desembarazarse desus personajes.Y, entonces yo, que comobuen hombre del sur, soy muy supersti-cioso, he renunciado a cometer ese “de-lito”.

- ¿Por qué suele ser Sicilia el escena-rio casi exclusivo de sus novelas?

- Sicilia ha tenido 13 dominaciones yde cada una hemos tomado lo mejor y lopeor, es decir que es muy compleja. Pue-des hablar de un hecho sucedido en el1.500 en Sicilia y reencontrarlo igual enun suceso acontecido ayer. Satisface misexigencias beber de esta agua y de estafuente.

- Usted no es sólo el escritor italiano que más ha vendido sino también repre-senta una importante desmentida al lu-gar común según el cual los lectores ita-lianos no aprecian el sentido del humor.

- En Italia, la sátira siempre fue consi-derada un género menor. ¿Recuerda laspolémicas por el Nobel a Darío Fo? Eneste país se ha tenido siempre la snobidea de que la llamada “alta literatura”debe ser, necesariamente, seria. Yo nopienso así. Curiosamente la misma exi-gencia de seriedad no es aplicada porlos italianos a la política. No me gustadecirlo pero todavía hay un modo depensar fascista. Lamentablemente aúnseduce la prepotencia.

- ¿Continúa definiéndose como un marxista?

- Mire... hoy más que nunca, aunquehace algunos años me había convencidode que lo mejor era una izquierda defi-nida como liberal-democrática. Me pa-rece que hoy la izquierda italiana nece-sita una sesión psiquiátrica. Esto de go-bernar con Berlusconi... ¿qué es sinouna enfermedad? A mi edad quisiera to-davía llegar a comprender qué pasa enmi país, comprender cosas difíciles dejustificar es el único modo serio de resis-tir a la vida. Y a esta voluntad de enten-der yo se la he trasmitido a mi persona-je Montalbano. Edipo, que descubre quesu ciudad es víctima de una peste, quie-re encontrar al culpable y a la verdad.Hace una investigación y descubre queel culpable es él mismo. Es un policial deuna belleza extraordinaria, ¿no? ¡Eso!Yo no sé todavía quién es el culpable decómo está Italia... Pero una idea tengo...

© LA GACETA

Cristiana Zanetto – Periodista italianade medios gráficos y audiovisuales.

◆ Por Cristiana ZanettoPARA LA GACETA - ROMA

PERFILAndrea Camilleri nació en 1925, enSicilia, y actualmente vive en Roma.

Durante 40 años fue guionista y directorde teatro y televisión. Su primer libro,

publicado en 1978 en una ediciónpagada por el autor, fue un fracaso.

Estuvo 12 años sin escribir, logró éxito deventas y crítica con La temporada decaza. En 1994 publicó La forma del

agua, primera novela en la que apareceSalvo Montalbano, el entrañable

comisario siciliano que protagonizaríauna serie que en la actualidad consta de

19 novelas. Todos sus libros ocupanhabitualmente el primer puesto en laslistas de libros más vendidos en Italia yen varios países europeos. Sus libros

fueron traducidos a 120 idiomas y hanvendido 21 millones de ejemplares (7

millones en su país, 1 millón en España).En la Argentina es publicado por la

editorial Salamandra.

Con 21 millones de ejemplares vendidos, es el escritor más popular de Italia y uno de

los más leídos del mundo. Montalbano, protagonista de 19 de sus libros, es un

personaje que ha dejado una huella indeleble en la literatura policial de todos los

tiempos. Su creador cuenta aquí, entre otras cosas, qué ocurrió cuando se reunió con

Manuel Vázquez Montalbán y con Jean Claude Izzo para eliminar a sus personajes.

“Hace tiempo quepienso en asesinar a

Montalbano”

E N T R E V I S T A A A N D R E A C A M I L L E R I

El autor revela que contabaa su padre moribundo lo queestaba escribiendo. Usaba elitaliano para las razones, y eldialecto siciliano para la pasión.

El escritor confiesa que,por su formación teatral,primero escribe los diálogos.Luego de fijar cómo habla unpersonaje, deduce cómo viste.

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LITERARIA2 LA GACETA

DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2013

L A N Z A M I E N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / C R I T I C A D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / L A N Z A M I E N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A

No v e d a d e s

EL GRANO DE LA VOZRoland BarthesSIGLO VEINTIUNO EDITORES (320 PÁGINAS)El grano de la voz reúne entrevistas concedidas porRoland Barthes desde 1962 hasta su muerte, en 1980, yrealiza “una puesta en escena” de ideas, redes delectura, desarrollos y combates de una poética teóricatan voluptuosa como subversiva.

LAS REPUTACIONESJuan Gabriel VásquezALFAGUARA (144 PÁGINAS)Javier es una leyenda viva: el caricaturista político másinfluyente del país. Pero todo cambia cuando recibe lavisita inesperada de una mujer. Tras remontarse con ellaal recuerdo de una noche ya remota, se verá obligado arevaluar su vida y a poner en entredicho su posición.

UN TIEMPO DE RUPTURASEric HobsbawmCRÍTICA (312 PAGINAS)Hobsbawm escribe sobre lo que les sucedió al arte y a lacultura de la sociedad burguesa cuando ella se esfumó,tras 1914. Su destrucción surge de la revolución en laciencia y la tecnología, del desarrollo de la sociedad deconsumo y de la entrada de las masas en la política.

CINE Y REGÍMENES AUTORITARIOS DEL SIGLO XXRaphaël Muller y Thomas WiederNUEVA VISIÓN (256 PÁGINAS)Mussolini veía en el cine “el arma más fuerte” de supolítica de propaganda, Goebbels quería convertirlo en“una fuerza mundial” y Lenin consideraba que era “lamás importante” de todas las artes. El cine, en el sigloXX, no deja indiferente a ningún dictador.

ESCUELA NORMAL DE MONTEROSArturo Dionisio ZelayaLA AGUJA DE BUFFON EDICIONES (384 PÁGINAS)La Escuela Normal Mixta fue la institución señera parael progreso de Monteros. El libro recorre la historia de laciudad en la primera mitad del siglo XX. Personajes yanécdotas reflejan con nitidez la sociedad de la época ysu perfil como pueblo amante de la educación.

RUPTURA Y RECONCILIACIÓNCoordinado por Carlos MalamudTAURUS – FUNDACIÓN MAPFRE (408 PÁGINAS)España y el reconocimiento de las independenciaslatinoamericanas, es el subtítulo de esta obra quetambién reflexiona sobre la potencia y la presencia deAmérica Latina en tiempos de globalización, en los quese ha convertido en destacada protagonista.

UNA VENTANA A GRECIA Y ALGO MÁS…Santos NeroneEDITORIAL DUNKEN (96 PÁGINAS)Cuando el universo poético encuadrado en 30 años deamor encuentra su cauce propicio en Grecia, se puedelograr desde la belleza visual, y desde la transparenciade los versos inspirados en la historia y en su impronta,una auténtica exaltación de los sentidos.

DESAFIANDO IMPOSIBLESVerónica de Andrés – Florencia AndrésPLANETA (400 PÁGINAS)Siete pasos para derribar obstáculos y alcanzar tusmetas, es el subtítulo de las conocidas autoras de obrasde autoayuda. La idea principal es generar un cambioreal y duradero, que tenga en cuenta la autoestima, lasalud, la relación con otros y el éxito profesional.

VORÁGINEMarcos IvánALACENA ROJA (214 PÁGINAS)“Desde su título, este libro ya nos indica que no vamosa encontrar en sus páginas aburridos lirios ni cansadasninfas, sino una vida en plena efervescencia, un poetacon verso vivo y audas”, afirma Luisa Navarrete en elprólogo del volumen.

OCHO LECCIONES SOBRE ÉTICA Y DERECHOPARA PENSAR LA DEMOCRACIACarlos NinoSIGLO VEINTIUNO EDITORES (192 PÁGINAS)Esta obra tiene un doble mérito: popularizar las ideasde un estudioso que dialogaba con la gran tradiciónjurídica y filosófica; y mostrar su compromiso con losdilemas que entonces y ahora afronta la democracia.

RAYMOND ARON, LA FILOSOFÍA DE LA HISTORIAY LAS CIENCIAS SOCIALESJean-Claude Chamboredon (Editor)NUEVA VISIÓN (144 PÁGINAS)Aron fue filósofo, sociólogo, profesor, intelectual,epistemólogo, economista y, también estratega. GeorgesCanguilhem, François Furet, Alain Boyer, Jean Gatty yJean-Claude Chamboredon releen esa obra y debaten larelación de Aron con la filosofía de la historia.

PAUL RICOEUR – LOS SENTIDOSDE UNA VIDA (1913-2005)François DosseFONDO DE CULTURA ECONÓMICA (768 PÁGINAS)En esta biografía intelectual, François Dosse intentahacer justicia al gran pensador, cuya obra se ubica en elentrecruzamiento de la tradición reflexiva francesa, lafilosofía continental y la filosofía analítica anglosajona,de un filósofo de la escucha, gran creador de conceptos.

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FICCIONINFERNODan Brown

LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVERTE A VERRosa Montero

RAYUELA - 50 AÑOSJulio Cortázar

MACANUDORicardo Liniers

CINCUENTA SOMBRAS DE GREYE.L. James

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NO FICCIONLA TRAMA DE MADRIDJuan Bautista Yofre

ONE DIRECTIONJulio García

VIOLETA, EN MI MUNDODisney

ÁGIL MENTEEstanislao Bachrach

ECONOMÍA A CONTRAMANOAlfredo Zaiat

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FICCIONINFERNODan Brown

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CINCUENTA SOMBRAS MÁS OSCURASE. L. James

LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVERTE A VERRosa Montero

ATARDECER EN PARÍSNicolás Barreau

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NO FICCIONLA TRAMA DE MADRIDJuan Bautista Yofre

ECONOMÍA DESCUBIERTATomás Bulat

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SOBRE EL CIELO Y LA TIERRAJ. Bergoglio y A. Skorska

SAN FRANCISCO DE ASÍSHerman Hesse

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T U C U M A N

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Hace falta leer Ardores deagosto, de Andrea Camilleri, pa-ra saber realmente de qué setrata una ola de calor. Un calorque convierte al cerebro “en unamermelada” y tiene “el mismoefecto que tres pastillas de som-nífero”. En ese aturdimiento,“hasta los asesinos esperan aque llegue el otoño”.

Y es al ya mítico personajeSalvo Montalbano a quien le to-ca vivir esas tórridas circuns-tancias. Montalbano: un hom-bre que gusta de bañarse des-nudo en el mar y comer en latrattoria de Enzo, que lee tantotragedias griegas como al Danteo novelas policiales (“de dos au-tores suecos que eran marido ymujer, y en la cual no había niuna sola página que no contu-viera un despiadado ataque a lasocial-democracia y el gobierno.Montalbano lo dedicó a todosaquellos que no se dignaban le-er novelas policíacas por consi-derarlas un mero pasatiemporepleto de enigmas”).

Eternamente de novio con ladifícil Livia, Montalbano tiene55 años y siente pronta su ve-jez, discute con sus colegas y su-periores, y se escribe cartas a símismo en vez de tomar apunteso repasar mentalmente el casoque tiene entre manos. Le dis-gustan la suciedad y la contami-nación ambiental, y es dueño deuna verborragia y una retóricaadmirables, una moral que noduda en ocultar o falsear infor-mación con el fin de dar con laverdad, y un humor ácido, cíni-co, por momentos chandleria-no.

Salvo Montalbano es a AndreaCamilleri lo que Kurt Wallandera Henning Mankell: su sabuesopreferido. Además de que elnombre de este policía detectivees un homenaje al escritor espa-

ñol Manuel Vázquez Montalbán,también cultivador del géneropolicial y creador del tambiénmítico Pepe Carvalho.

Surgido en la novela La formadel agua (1994), los libros quelo tienen como protagonista lohan convertido en un héroe ita-liano, incluso protagonista deuna serie de televisión.

Un cadáver en el baúlArdores de agosto comienza

cuando una pareja de amigos dela novia de Montalbano alquilauna casa (¿maldita, embruja-da?) que sufre invasiones de to-do tipo de alimañas: escaraba-

jos, ratones, arañas. El acciden-te del hijo de esta familia es elque permite el hallazgo, azaro-so, de una propiedad oculta, ile-gal, primero; y el cadáver deuna mujer después, en un baúl,muerta seis años atrás.

Y allí se dispara la historia.Surge la depravación sexual dealgunos personajes (un fiscal,un arquitecto, un loco alemán);los risueños ayudantes de Mon-talbano (dueños de una oralidadhilarante); la ilegalidad reinanteen una “Italia actual”, dondeabunda “la aprobación de leyescada vez más permisivas a fa-vor del culpable”; donde “las co-

sas siempre acaban entre pa-rentescos peligrosos, relacionesentre mafia y política, entre ma-fia y empresariado, entre políti-ca y bancos de blanqueo y usu-ra”. Lo que queda es -como enel mejor de los policiales ne-gros- una idea derrotada de lajusticia.

Sobre el final, se develará -de-trás de un amor pasajero, unapasión carnal- la venganza queha permanecido oculta duranteun largo lustro, y que no harámás que aumentar los ardoresde agosto.

© LA GACETA

“Il COMISSARIO MONTALBANO”. El actor Luca Zingaretti da vida aldetective Salvo Montalbano en la popular serie televisiva italiana.

Poco antes de morir, Fogwill leentregó al grupo de artistas plásti-cos Mondongo un volumen con no-tas de y sobre sus sueños. Sobre labase de este material y de docu-mentos que se encontraron en lacomputadora del escritor, se com-piló el libro La ventana de los sue-ños, publicado casi tres años des-pués de la muerte de su escritor.Fascinado por su propio mundo

onírico -efímero por naturaleza-,Fogwill se propuso anotar sus sue-ños durante 40 años de su vida,con el objetivo de recordarlos, omás precisamente, no olvidarlos.“uno mismo termina hecho de ol-vido”, afirma un Fogwill ya casiseptuagenario en el primer textodel libro, que funciona a modo deprólogo.

La gran ventana… está estructu-rado en una serie de textos breves,en general compuestos alrededordel recuerdo de un sueño -hayunos pocos que tratan sobre temasrelacionados al sueño, como loscolores con los que se sueña o los

accidentes nocturnos-. En algunoscasos, el escritor usa el relato deun sueño como plataforma paraindagar sobre la naturaleza de lamemoria y el olvido, sobre la vejezy la muerte que, claramente, perci-be como un hecho próximo.

Aquí la enorme lucidez y elo-cuencia de Fogwill toman carrera yel texto llega a momentos brillan-tes. En (muchos) otros fragmentos,se describe un sueño en asombro-so detalle, aunque todo lo que senarra es inconsecuente y finalmen-te aburrido, como suelen ser lossueños para el universo que excedea la pareja soñador-psicoanalista.

Fogwill escribió algunos de loscuentos más notables de la literatu-ra argentina contemporánea, y fueun prosista exquisito. Para confir-marlo basta releer La larga risa detodos estos años. En La gran ven-tana de los sueños hay rastros delescritor genial y abundancia dematerial que, por su misma natura-leza, pareciera destinado más a unregistro íntimo que al público. “Ytal vez sean obra”, propone el mis-mo Fogwill, indeciso, al presentarlos textos de este libro. El veredictoqueda en manos del lector.

© LA GACETA

Los sueños de Fogwill

Una idea derrotadade la Justicia

Montalbano, una ola de calor, el deseo de venganza y un cadáverFOTO DE FRANCESCO PETRUCCI

MÁXIMO CHEHÍN ◆

COMPILACIÓNLA GRAN VENTANADE LOS SUEÑOSRODOLFO FOGWILL(Alfaguara – Buenos Aires)

POLICIALARDORES DE AGOSTOANDREA CAMILLERI(Salamandra - Barcelona)

FRAGMENTODE ARDORES DE AGOSTO

Estaba durmiendo de talforma que ni siquiera uncañonazo lo habríadespertado. O mejor: uncañonazo no, pero el timbredel teléfono sí.Un hombre que en los tiemposque corren vive en un paíscivilizado como el nuestro (esun decir), si oye en plenosueño unos cañonazos, estáclaro que los confunde con lostruenos de un temporal, lastracas de las fiestas del santopatrón o el desplazamiento deunos muebles por parte deesos cabrones del piso dearriba, y sigue durmiendo comotal cosa. En cambio, el sonidodel teléfono, la melodía delmóvil, el timbre de la puerta,eso no, ésos no son ruidos dellamadas ante las cuales elhombre civilizado (es un decir)no tiene más remedio queemerger de las profundidadesdel sueño y contestar.Por consiguiente, Montalbanose levantó de la cama,consultó el reloj, miró hacia laventana, comprendió quehacía mucho calor y se dirigióal comedor, donde el teléfonosonaba como un desesperado.

- Salvo, pero ¿dónde estabas?¡Llevo media hora llamando!- Perdona, Livia, estaba en laducha, no oía nada.

Primera mentira de la jornada.

HERNÁN CARBONEL ◆

LITERARIA 3LA GACETA

DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2013

“Este premio es una tranquilidad eco-nómica porque la crisis en Españapega fuerte: los anticipos son me-nores, las conferencias las pagancada vez menos, si es que las pa-

gan. Y veía que no podía vivir de la escritura. Ahorasí. Es un respiro de años, de tres o cuatro años. Nolo sé. Y desde lo literario, me da la posibilidad deviajar por toda América para presentar el libro”, co-menta José Ovejero. Lo dice desde las oficinas quela editorial Alfaguara tiene en Retiro, en pleno Bue-nos Aires. Pasó varios días en esta ciudad, donde vi-no a presentar el trabajo. Se trata de una historiaque comienza con un llamado telefónico en plenamadrugada. Samuel, el protagonista, sabe que aesas horas sólo puede ser una mala noticia. Pero nolo es. Se trata de un error. Alguien lo confunde y lecuenta que ha muerto una mujer. Esa muerte lo irállevando por otra vida a través de una identidad in-ventada. Abrirá su mundo y así, su forma de verlo.

- ¿Qué te pasa al ver gente, por ejemplo en una calle, leyendo aquello que escribiste?

- Es extraño, tanto como que me escriba alguienpara decirme que mi libro fue importante para él.Uno cuando escribe no piensa en la humanidad si-no que lo hace porque se divierte, porque le gusta.Es una sensación casi de embarazo: sentir que en elfondo no es tan importante lo que se hace.

- Leí un autorretrato tuyo en el que decís que “siempre que soy de verdad feliz tengo veinticinco años”. ¿Qué te pasó a esa edad?

- Me fui de España, de repente. Dejé mis estudioscomo egiptólogo y me fui a vivir con mi mujer y sushijas a Alemania. Ella era alemana. La acababa deconocer en Alemania, a donde había ido un par demeses. Volví a España, pensé que no tenía sentidoquedarme, y me fui. Dejé todo, me fui y cambié com-pletamente el guión.

- ¿Costó? - Fue facilísimo tomar el valor para cambiar. Fa-

cilísimo. Quedarme resignado nunca ha sido lo mío.En mi vida hay varios quiebres de este tipo. He sidofuncionario de la OEA y lo dejé porque me aburría.Y la gente me decía “no puedes dejar un salario”.Pero sí. Conformarme nunca ha sido mi fuerte.

- ¿Desde cuándo sos escritor? - Ya cuando trabajaba como traductor simultáneo

y en los ratos libres me dedicaba a escribir. Un díatrabajaba mucho, otro poco. Pero siempre supe quequería ser escritor. Sólo que era sensato y no podíapretender vivir de la escritura. Entonces hacía otrostrabajos pero pensaba que era escritor. Si me pre-guntaban, decía que era escritor. Aunque no hubiesepublicado. En los hechos enviaba mis libros a edito-riales que no me respondían. Lo típico cuando no co-noces a nadie. Empecé a publicar tarde, a los 35.Ahora la escritura es mi forma de vida. Pero no esalgo que me plantee como definitivo. Puedo vivir deesto sin hacer cosas que no tenga ganas, como escri-bir artículos semanales o cuentos por encargo. Siveo, y con la crisis en España es posible, que no pue-do seguir viviendo de esto, volveré a ser intérprete,trabajaré como free lance, pero no me dedicaré a es-cribir una columna semanal durante un año porqueno se me ocurren cosas. No tengo suficientes opinio-nes sobre la realidad. Haré otras cosas. No sé.

- ¿Es cierto que escribís de pie y con capucha? - Sí. Puse mi computadora en una especie de tari-

ma para tenerla a mi altura. Si estoy sentado mesiento atado a la silla. De pie, te mueves. Cuando es-cribo de verdad, está muy bien estar de pie. Y la ca-pucha te aísla. Pero ahora me mudé a Madrid y de-beré prescindir de la capucha, por el calor. Además,vivo en un ático, como Samuel.

- La invención del amor habla de los 40. ¿Por qué?

- Me parece una edad muy interesante. A los 45,38, me refiero. A esa edad, por lo que he visto, porlos amigos, por mí mismo, a menudo ya tienes untrabajo, una especie de camino, más o menos veshacia dónde vas.Y por lo general, a donde vas no esa donde querías ir. Uno rara vez está a los 40 en elsitio en que se imaginaba a los 20 o 25. Te pregun-tas entonces si te has equivocado. La respuesta amenudo es que sí. Y uno puede equivocarse y cam-biar. Pero la crisis empieza porque te das cuenta deque te equivocaste y no cambias. Porque tienes tuseguridad, tus rutinas, las expectativas de los demása tu alrededor, utilizas a tu familia, dices que tieneshijos. Es una edad en la que cristalizan las contra-dicciones. Mi hija mayor me dijo algo inteligente amis 40: “No me vayas a decir dentro de 20 años quehas seguido así para pagarme la Universidad. Por-que para pagarla veré cómo me las arreglo”. No tie-ne sentido tener un padre infeliz, que dé seguridad.Posiblemente prefiera la inseguridad a un padre in-feliz. Además es una carga injusta, la de tu propiainfelicidad.

- Hay momentos del relato en los que se nota cier-ta nostalgia, melancolía. ¿A qué se debe?

- Hay algo triste, pero también es triste morirse,aunque inevitable. Las cosas son como son. No exis-te la perfecta comunión. Estaría bien que exista, pe-ro no existe. Refiero a esa soledad de la parte de ca-da uno que es absolutamente incomunicable. Ahíestás solo, te jodiste. ¿Que sería más agradable otracosa? Sí, pero las cosas son como son. Es algo quesiempre me ha gustado, tanto en la literatura comoen la vida: no conformarme, pero sí aceptar los lí-mites. Puedo arriesgar muchas cosas, pero al final

soy una persona limitada y el mundo es limitado. Esfundamental reconocer las diferencias entre las li-mitaciones reales y las que uno se autoimpone. Esfundamental para vivir de una manera razonable,sensata, inteligente. Es difícil, claro. Porque tende-mos a culpar a lo que nos rodea de nuestros propiosmiedos, como esos maridos que echan a culpa a sumujer de no poder vivir tal o cual cosa. No, la deci-sión es de uno.

- Justamente, el protagonista de tu novela intenta hacerse cargo de esas responsabilidades.

- Samuel dice algo interesante: a partir de los 40uno no tiene padres. Lo que quiere decir es quehay un momento en que uno debe asumir la res-ponsabilidad de lo que es y dejar de echar la culpaa lo que le hicieron los padres, al trauma infantil.Una cosa es reconocer que eres quien eres porquehas tenido ciertos padres, porque has vivido encierto ambiente, y otra cosa es pasarte la vidaechando la culpa a ellos. Las cosas son como son yvives con ellas. A partir de cierto momento la vidaes tu responsabilidad. Saber quiénes eran tus pa-dres es bueno para saber por qué eres como eres,pero no para estar siempre recriminándoles ni ha-ciéndoles responsables de tu vida. De la mismamanera que cuando tienes hijos también descu-bres que hay cosas que no sabes, que no puedeshacer, y que en cierto sentido todos los padres lejoden la vida a sus hijos. Es inevitable. La únicamanera de crecer es separarte de tus padres. Perouna vez que pasó el proceso de separación no pue-des seguir pegado a ellos por la culpa. Eso es loque viene a decir Samuel.

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C R I T I C A S D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / C R I T I C A S D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / C R I T I C A S D E L I B R O S /

E N T R E V I S T A A J O S É O V E J E R O

LA GANADORA DELPREMIOALFAGUARA 2013UNA HISTORIA DE AMOR, INFIDELIDAD EIDENTIDAD A LO PAUL AUSTER

Samuel es un hombre gris, de 40 años, al que legusta beber en la soledad de su terraza y desdeahí ver Madrid. Empleado y a la vez accionista deuna empresa de materiales para la construcción,es perezoso, conformista, hábil en la elaboraciónde mentiras y reacio a los compromisos afectivos.Todo cambia en su vida el día en que, a partir deuna llamada telefónica equivocada, se entera dela muerte de una tal Clara en un accidenteautomovilístico. Samuel no podrá evitarconvertirse en otro, adentrarse en el recuerdo dealgo que nunca sucedió, enamorarse de alguiena quien nunca vio. Conocerá, sí, a Carina, al otroSamuel -aquel con quien lo han confundido- y aAlejandro (hermano, amante y esposo,respectivamente, de la chica fallecida). Y Claraserá a partir de entonces una entelequia, unaespecie de Godot: eje sobre el cual girará lahistoria, personaje omnipresente a la vez queser ausente, referencia invariable sin voz propia.

ReminiscenciasPero aquello de suplantar a aquel con quien lohan confundido, la marca del azar, la idea deldoble; por qué los hombres se adueñan desituaciones que no les pertenecen, y la sensaciónde que el orden de las cosas ha de alterarse encualquier momento -“una transformación quequizás haga que todo lo que era deje de ser”-hace de La invención del amor la variante de unargumento de Paul Auster. Sea la llamada erróneaque despierta en el personaje la necesidad deuna sustitución de identidad, tal cual le sucede alQuinn de Ciudad de cristal, de la Trilogía de NuevaYork; sea el título que resuena a La invención dela soledad, la primera novela de Auster.Y así, con la España de hoy (caída de lasventas, cierre de empresas, huelgas, despidos)como decorado de fondo, Samuel será esehombre del que se adueñan las contradiccioneshumanas: vuelve sin haberse ido, se debateentre la inocuidad del amor y su dependencia,muda la piel, se transforma.La invención del amor fue presentada alconcurso Alfaguara bajo el título Triánguloimperfecto. Tanto uno como otro la refieren muybien, pero ninguno hace que deje de ser unahistoria sencilla, de estructura elemental y finalprevisible. Pero ya lo dice Samuel: todas lashistorias de amor han sido ya contadas, y a élmismo no le gusta “la palabra amor”.Lo más rico de la novela quizás sean lasreflexiones sobre las relaciones de pareja, elmatrimonio, la fidelidad -la infidelidad-, el deseo,la mentira, las contradicciones humanas; en fin,la imagen del otro como espejo de uno mismo(“solo el contacto con el otro te vuelveconsciente de tus límites”).

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Ludwig Wittgenstein, el filósofoque batalló contra los hechizos dellenguaje y creía que el libro quetornaría superfluo a todos los de-más libros sería un verdadero librode ética, sentenció categóricamen-te que las Confesiones de SanAgustín es el libro más serio que sehaya escrito. Otros beneficiadospor su lectura, y son legión, han di-cho que es el mejor libro de psico-logía, creador del género literarioautobiográfico… uno de los másbellos y encantadores libros escri-tos, dirigidos al hombre sedientode verdad y de amor; dando testi-

monio del anhelo humano univer-sal de amar y ser amado.

Más allá del pecadillo editorial detitular esta antología agustinianacomo Confesiones de un pecador yde las disputables traducciones enuno u otro pasaje, este texto queofrece Taurus renueva la ocasiónde aventurarse en el conmovedorrelato de la propia vida de Agustínde Hipona, que es a la vez una bio-grafía del mismo Dios. Confesioneses la narración de la vida de un co-razón inquieto, contando la historiade dos amores, el amor terreno delpropio Agustín y el Amor de Dios;corazón humano en búsqueda, re-lato de la aventura de un hombrebuscando a Dios y del mismo DiosAmor saliendo al encuentro delhombre, amado y amante.

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“Yo, Señor, sé con certeza que te amo y no tengo duda en ello.Pero ¿qué es lo que yo amo cuando te amo? Amo una fragancia,un cier to manjar y un cier to deleite cuando amo a mi Dios, quees la luz, melodía, fragancia, alimentos y deleite de mi alma;amo un bien tan delicioso, que por más que se goce y se sacieel deseo; saboreo las delicias que ninguna saciedad puedeextirpar. Todo esto es lo que amo cuando amo a mi Dios.Y te busco, Dios mío, para tener una vida feliz. ¿No es acaso unavida bienaventurada lo que todos buscamos y no hay nadie que nola quiera? Y la felicidad consiste en el gozo de la Verdad; ohDios, mi luz y la salvación de mi rostro; gozar de Ti, para Ti y porTi. Todos quieren esta vida bienaventurada, y desean el gozo yalegría de la verdad; aunque he tratado a muchos que quisieranengañar a otros, a ninguno he visto que desee ser engañado.Conocieron la vida feliz donde conocieron la verdad; y a ésta laaman pues no quieren ser engañados; y amando la vidabienaventurada, que no es sino una alegría de la verdad, aman LaVerdad; te aman a Ti, mi Dios”.

FRAGMENTO DECONFESIONES DE UN PECADOR

El más serio de todos los libros que se ha escrito, según WittgensteinTESTIMONIOCONFESIONES DE UN PECADORSAN AGUSTÍN(Taurus - Buenos Aires)

RAMÓN EDUARDO RUIZ PESCE ◆

SAN AGUSTÍN DE HIPONA. Retrato del siglo XVIIde Philippe de Champaigne.

“Uno rara vez está, a los 40,en el sitio en que se imaginaba a los 20”

◆ Por Alejandro DuchiniPARA LA GACETA - BUENOS AIRES

El escritor español,flamante ganador delPremio Alfaguara denovela 2013 con Lainvención del amor,dialogó con LA GACETALiteraria acerca de losriesgos que se corren en lavida, en general, y en laliteratura que él escribe, enparticular. “La crisisempieza porque te dascuenta de que teequivocaste y no cambias”,concluye.

PERFILNacido en Madrid en 1958, José Ovejero escribiópoesía, cuento, novela, ensayo, libros de viajes y deteatro. Algunas de sus obras son Qué raros son loshombres (cuentos), Añoranza del héroe (novela), Lospolíticos (teatro) y China para hipocondríacos (viajes).“Julio Cortázar fue mi primer modelo de escritor. Hastatal punto que lo imitaba. Y me impuse no volver aleerlo hasta que no tuviese una voz propia. Estuve diezaños así”, le dice a este diario cuando recuerda a susautores favoritos. Actualmente vive en Madrid.

HERNÁN CARBONEL ◆

NOVELALA INVENCIÓN DEL AMORJOSÉ OVEJERO(Alfaguara – Buenos Aires)

LITERARIA4 LA GACETA

DOMINGO 4 DE AGOSTO DE 2013

El año pasado se cumplió el 60°aniversario de la muerte de Ma-cedonio Fernández (1874-1952),

y también el 45° de la publicación postmortem de su obra magna: Museo de lanovela de la Eterna (1967). Consideradoel primer metafísico argentino, amigo deRaúl Scalabrini Ortiz y maestro de Bor-ges, fue curioso que casi no se le realiza-ran homenajes, salvo el organizado con-juntamente por el Malba y la BibliotecaNacional. Allí, durante dos días se reu-nieron los macedonianos, verdadera co-fradía cuasi secreta, para aportar nue-vas lecturas o refrendar otras, muchasde ellas compiladas por Roberto Ferro(organizador del evento) en Macedonio(1997), el volumen 7 de la Historia críti-ca de la literatura argentina. Las jorna-das fueron abiertas por Ricardo Piglia yHoracio González, y cerradas por NoéJitrik. En el medio hubo una gran canti-dad de investigadores y escritores ar-gentinos, pero también otros provenien-tes de Brasil, México, Italia y Francia.

Sería imposible hacer aquí un resumende lo expuesto en todas las ponencias. Sinembargo, es de destacar la de Daniel At-tala, de la Universidad de Bretaña Sur: Enpronto mayor: Improvisación y comienzoen Macedonio Fernández. Allí, luego deseñalar acertadamente la pasión mace-doniana por los comienzos, Attala se lan-za a un análisis inédito de la relación en-tre la escritura de Macedonio y la músicaclásica, sobre todo en relación a Chopin.En este sentido, de la misma forma que laprosa de Borges puede ser relacionadacon el tango, la de Cortázar con el jazz yla de Saer con las arias de Bach, podría-mos decir que recién ahora la prosa ma-cedoniana está empezando a ser escu-chada con atención académica.

Por mi parte, tuve la suerte de ser in-vitado para llevar a cabo un viejo pro-yecto: Escribir sobre los 57 prólogos delMuseo… Es que siempre pensé que ahíse cifraba el gran gesto macedoniano,ese que le hizo reconocer en “Tantalia”una estructura histérica (en el buen sen-

tido) a toda su obra: “El mundo es deinspiración tantálica”, anotó allí: “Todolo que desea un hombre le es brindado ynegado. Yo también pensé: Tienta y nie-ga”. Acá Macedonio nos proporciona suclave secreta de lectura. Una política dela seducción y el rechazo como un doble

movimiento indivisible. Por un lado, latentación del humor, los chistes, la iro-nía; por el otro, el desaire críptico, la sin-taxis enredada en aporías, en paradojas,en formulaciones imposibles. Es decir, laresistencia de Macedonio a la escritura(entendida como una forma de comuni-cación social) sería el correlato del re-chazo (en el que se filtra su ideologíaanarquista) de la forma novela-realista(un tipo de suicidio artístico, pensaba él)como parte constitutiva del statu quo li-terario-burgués.

Los efectos más visibles de la poéticamacedoniana, por supuesto, son la grancantidad de prólogos firmados por Bor-ges y su resistencia a escribir una nove-la, no sólo el género popular por exce-lencia, sino también el que su maestrose tomó el trabajo de dinamitar desde elmás allá.

Los prólogos de Macedonio, por últi-mo, son la mímica reiterada de un gestohistérico, de ruptura, antes de la huidavictoriosa, sin culpas, para que otros ter-

minen el trabajo realizado a medias. Susprólogos son la preparación para la no-vela, el anuncio infinito, la prefiguraciónimposible de una obra que quiere supe-rar las expectativas y los horizontes depropagación. Una obra que pretendearrasar con todo a su paso como si setratara de un tornado o un huracán.

Tal vez por eso Libertella, quizá suúnico heredero, considerará que una delas pocas opciones literarias válidas, enconcordancia con esta tradición van-guardista, será la escenificación de lasruinas luego del desastre. Ruinas habita-das por fantasmas, esquirlas de una len-gua incomprensible o hermética y unimaginario desértico, dispuesto para serreconstruido desde las cavernas, con losvirtuales vestigios del porvenir.

El futuro, por ahora, le está dando larazón.

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Marcelo Damiani – Novelista, crítico,profesor de la Universidad Maimónides.

¿Cuál es el reflejo queGeorge Steiner recibe alleer a Borges? Un inte-resante artículo publi-cado en The New Yorkeren 1970, bajo el títuloTigres en el espejo, alu-

de a un Borges ya muy conocido en elexterior como un escritor absolutamen-te peculiar. El texto pertenece a un librotitulado George Steiner en The New Yor-ker (Editorial Tezontle, México), con unaimpecable traducción y un notable pró-logo de Robert Boyers. Comprende, jus-tamente, textos escritos por Steiner paraesa revista entre 1967 y 1997.

Recordemos que Emile Cioran (sobreel cual Steiner también opina en un en-sayo, en ese mismo volumen) considera-ba a Borges “el último de los delicados”y lamentaba, al igual que Steiner, su ex-cesivo éxito, que -según el pensador ru-mano francés- le estaba quitando ya esemisterioso y apreciado halo de escritorsecreto. Se refirió a ese aspecto en unacarta dirigida a Fernando Savater en1976 (publicada en Ejercicios de admi-ración, donde Cioran manifestaba: “Ladesdicha de ser reconocido se abatió so-bre él (Borges). Merecía más que eso.Merecía permanecer en la sombra, en loimperceptible, permanecer tan intangi-ble y tan impopular como la levedad delmatiz”. Su idea sobre Borges era que setrataba de “un monstruo espléndido ycondenado” a la consagración, lo cual,según Cioran, era el peor de los castigos.

Año claveSteiner considera que el año clave pa-

ra el prestigio internacional de Borges

fue 1961, cuando se le otorgó –junto aSamuel Beckett- el Premio Formentor.

A partir de allí se multiplicaron lospremios, las traducciones, las conferen-cias a través del mundo, los honores.

También afirma Steiner que Borgestuvo muchos imitadores en cuanto a suestilo. “Hay giros mágicos que muchosescritores, muchos estudiantes doradosde vida perspicaz, pueden simular: ladesviación autodesaprobadora que hayen el tono de Borges, el oculto fantaseode referencias literarias e históricas quesalpican sus narraciones, la alternanciade afirmación directa y pelada con si-nuosa evasión. (…) Los marcadores he-ráldicos del mundo de Borges han ad-quirido amplia difusión”.

Todo un análisis con la que Steiner in-terpreta el universo borgesiano.

Steiner también compara a Borgescon Lewis Carroll por convertir “sueñosautistas” en esa naturaleza privada, quees exótica y personalísima.

Borges, para Steiner, es un escritoruniversalista. Afirma que ese universa-lismo es una estrategia imaginativa,donde “reagrupa elementos de la reali-dad en la forma de otros mundos posi-bles”. También atribuye ese universalis-mo a su educación, al dominio de losidiomas, a su ceguera que lo hacía mo-verse “con seguridad felina por el mun-do sonoro de muchas lenguas”.Y por-que, además, veía el mundo “como uninmenso alfabeto.”

Steiner repara en la gran erudición delescritor argentino, en su poliglotía y enlas distintas máscaras que -en su apre-ciación- Borges se coloca en sus textospara ser un criminal de guerra nazi o el

irlandés Vincent Moon o el doctor YuTsun o el comentarista islámico de Aris-tóteles.

Steiner advierte también la impor-tancia de la cabalística en la produc-ción de Borges, la función del espejo ydel laberinto, y de “los tigres soñadosque aguardan detrás del espejo o, me-jor dicho, en su silencioso laberinto decristal”.

Lo que le cuestiona al escritor argen-tino en su obra es su forma de presen-tar a las mujeres. Como si no tuviesencarnadura, como si no tuviesen un visode realidad palpable. Salvo EmmaZunz, la única mujer creíble para Stei-ner, las demás aparecen “desdibujadas,objetos de las fantasías o de los recuer-dos de los hombres”. “Sabemos que uno

de los cuentos que menos le gustaban aBorges de su producción era precisa-mente el de Emma Zunz, historia realque le había sido contada por una ami-ga. Steiner hace extensiva esa caracte-rística de indefinición casi onírica, don-de las figuras parecen flotar, con respec-to a algunos personajes masculinostambién y a un espacio que siempre esmítico y no social. Según el autor “sonestas lagunas, estas intensas especiali-zaciones de la conciencia, las que expli-can a mi juicio, los recelos de Borgeshacia la novela”.

Hay un análisis muy laudatorio de va-rios cuentos de Borges (desde El jardínde senderos que se bifurcan hasta La In-trusa, Pierre Menard, autor del Quijoteo de poemas que lo fascinan, como Elo-gio de la sombra). Steiner dice que tantoPierre Menard, como La Biblioteca deBabel, Las ruinas circulares, El Aleph,Tlön, Uqbar, OrbisTertius y La búsquedade Averroes son “lacónicas obras maes-tras”.

Encontramos descripciones muy agu-das de Steiner sobre su atmósfera y susespacios, así como también una indaga-ción en las preferencias literarias deBorges, desde sus maestros locales yprimeros compañeros como MacedonioFernández, Lugones, Carriego, hasta losescritores de habla inglesa, sobre todolas de Stevenson, De Quincey, Kipling yChesterton.

Con Poe y BaudelaireA pesar de algunas rajaduras que

marca en la narrativa y poética de Bor-ges, Steiner lo premia con elogiosos co-mentarios, como decir que “Si hubiera

producido nada más que Ficciones, Bor-ges estaría entre los pocos soñadoresnuevos que ha habido desde Poe y Bau-delaire”.

Y siguiendo con esa cualidad de “so-ñador” que le atribuye, dice que “el granescritor es a la vez anarquista y arqui-tecto; sus sueños socavan y reconstru-yen el paisaje chapuceado, provisional,de la realidad”.

Reflexiones de este tenor componen lainteligente mirada de Steiner al dirigirsu atención hacia los espejos de Borges.Esos espejos donde Borges creía que lasformas se habían congelado, pero queun día, saldrán de él y “antes de la inva-sión -escribe Borges- oiremos desde elfondo de los espejos el rumor de las ar-mas” (Animales de los espejos).

En el espejo de Steiner reconocemos aun Borges cuya obra no estaba acabadaaún -no estaban publicados todavía Ellibro de arena, La rosa profunda, La ci-fra, Los conjurados y Atlas, entre otros-pero que ya contenía verdaderos “chefsd’oeuvres” que permiten una visión deesencias.

Gran parte de esos textos -de esos“sueños”, como los llama Steiner- son,en su opinión, inalienablemente de Bor-ges. Pero somos nosotros, los lectores,dice Steiner, quienes despertamos deellos, “acrecentados”.

Un universo onírico es el que apareceen el espejo de Steiner cuando mira lamisteriosa textura del imaginario deBorges.

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Alina Diaconú – Escritora.Autora de ficción, poesía y ensayos.

PERFILGeorge Steiner nació en París, en 1929.Crítico, escritor, teórico de la cultura, esprofesor en el Churchill College de laUniversidad de Cambridge y en el St.Anne College de la Universidad deOxford. Considerado uno de los

intelectuales contemporáneos másbrillantes, sus reflexiones influyeron

enormemente en el pensamiento críticode las últimas décadas. Publicó libros deensayos, novelas y poesía. Entre ellos, Lamuerte de la tragedia (1961), Después deBabel (1975), Heidegger (1978), Una ideade Europa (2005), Los logócratas (2003),Diez (posibles) razones para la tristeza delpensamiento (2005), Los libros que nunca

he escrito (2008).

MacedonioSus prólogos son la mímica

reiterada de un gesto

histérico, de ruptura, antes

de la huida victoriosa, sin

culpas, para que otros

terminen el trabajo

realizado a medias.

◆ Marcelo DamianiPARA LA GACETA - BUENOS AIRES

Borgesen el espejo de George Steiner

Es uno de los intelectuales

más destacados del mundo.

Le cuestionó a Borges la

indefinición de sus

personajes femeninos. Esas

lagunas en su obra explican,

según Steiner, su recelo hacia

la novela. Pero afirma que si

hubiera producido nada más

que Ficciones, estaría entre

los pocos soñadores nuevos

que ha habido desde Edgar

Alan Poe y Charles

Baudelaire.

EL ESCRUTADOR DE ESCRITORES. La literatura comparada es el ámbito en dónde se mueve Steiner, cuyo último libro es, precisamente, Los libros que nunca he escrito.

TILBURG SCHOOL OF HUMANITIES

◆ Por Alina DiaconúPARA LA GACETA - BUENOS AIRES