77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

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Manual si quieres dominar algunas técnicas del ajedrez,

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El ex campeón mundial de ajedrez por correspondencia, el soviético Y. B. Es­trin, nos ofrece unas magistrales leccio­nes encaminadas a perfeccionar los co­nocimientos técnicos del ajedrecista.

Para ello se cuestionan diversos temas de estrategia ajedrecística, tanto por lo que se refiere a la teoría de aperturas y a sus últimas investigaciones, como a otras fases de la partida y a su metodolo­gía actual. Taimanov y Zlotnik incluyen consejos muy valiosos para conducir la lucha ajedrecística y desarrollar la visión combinativa en el tablero.

El propio Estrin, en un capítulo dedicado al contragambito Falkbeer, profundiza en la esencia de los gambitos y nos explica el porqué es indispensable familiarizar­nos con ellos.

La preparación teórica ocupa un lugar importantísimo en la actividad creadora de los mejores jugadores del mundo. En este libro, fruto de la experiencia acumu­lada en la Unión Soviética durante estos últimos años, se ofrecen al lector los más candentes problemas planteados por la metodología actual de la enseñanza del ajedrez.

Cubierta: Geest/Hoverstad

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FUNDAMENTOS ESTRATÉGICOS DEL AJEDREZ

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Y. B. ESTRIN (Compilador)

FUNDAMENTOS ,

ESTRATEGICOS

DEL AJEDREZ

EDICIONES MARTINEZ ROCA

BARCELONA

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Titulo original: Teoria i praktika shakhmatnoi igry

Traduccion de J. M. Lopez de Castro

Revisión tecnica: Juan Navarro

© Ed. Vyssh. Shkola, Moscu, 1981 © 1985, Ediciones Martincz Roca, S. A. Gran Via, 774, 7.0, Barcelona-13 ISBN 84-270-0989-5 Deposito legal B-36.929-1985 Impreso por Diagráfic, S. A., Constitucion 19, 08014 Barcelona

Impreso en Espatia - Printed in Spain

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ÍNDICE

La estrategia en el ajedrez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

M. E. Taimanov. Principios estratégicos de la apertura . . . 13

B. A. Zlotnik . Fundamentos estratégicos del ajedrez . . . . . . 22

l. Elementos de estrategia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

A. Columnas y diagonales abiertas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

B . Estructura de peones, casillas débiles . . . . . . . . . . . . . 30

C. Disposición de las piezas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

D. Centro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52

11. Posiciones típicas del medio juego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

A. Estructura de Carlsbad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

B . Posiciones simétricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 O 1

La maestría del jugador de ajedrez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115

Y. B. Estrin . Bl contragambito Falkbeer . . . . . . . . . . . . . . . . . 117

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117

Primera variante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122

Segunda variante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127

Tercera variante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135

Pa1 ti das ilustrativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151

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Esta obra, recopilada por el ex campeón mundial de ajedrez por correspondencia Y. B. Estrin, tiene por objeto brindar una ayuda sistemática al jugador de ajedrez. Aparte de divulgar la experiencia soviética, el presente libro ofrece diversas cuestiones de estrategia y táctica de suma utilidad para el desarrollo de las ideas ajet..tecisticas.

Primeramente se elucidan importantes temas estratégicos: El gran maestro Taimanov llama la atención de/ lector sobre la metodología que Iza de aplicarse en la fase inicial de la partida. A su vez, B. Zlotnik, profesor emérito del instituto Central de Cul­tura Física de la Orden de Lenin, trata detalladamente de los fundamentos estratégicos del ajedrez. El propósito de ambos artí­culos es indicar al estudiante el camino a seguir para peifeccio­nar sus conocimientos y técnica de juego.

Mención destacada merece el artículo de/propio compilador, en el que se estudian los métodos tácticos para conducir la lucha y desarrollar la visión combina ti va. Para ello, Estrin expone la im­portancia de familiarizarse con los gambitos, y profundiza en la esencia de éstos con su trabajo sobre el contragambito Falkbeer.

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LA ESTRATEGIA EN EL AJEDREZ

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PRINCIPIOS ESTRATÉGICOS DE LA APERTURA

La apertura en la partida de aje­drez es, como si dijéramos, la «cos­movisión» del jugador, su credo artis­tico. Los buenos ajedrecistas elabo­ran esquemas iniciales con vistas a determinar de antemano no sólo la estructura de la inminente batalla en el medio juego, sino a veces también el carácter que revestirá la partida en el final.

A modo de ejemplo pueden citarse las profundas investigaciones de Mi­khail Botvinnik en la Defensa Nim­zoindia, que orientaron el desarrollo de la teoría de esta apertura durante toda una década. La idea básica de Botvinnik refleja una concepción es­tratégica que se proyecta sobre todo el juego.

¿En qué consiste? Examinemos la siguiente partida Botvinnik-Capa­blanca, jugada en el torneo A VRO de Holanda, 1938.

l. d4 Cffi 2. c4 e6 3. Cc3 Ab4 4. e3 dS

S. a3 6. b X c3 7. eX dS 8. Ad3 9. Ce2

10. 0-0 11. AX a6

M. E. Taimanov Gran maestro internacional

AXc3+ c5 eX d5 0-0 b6 Aa6 CXa6

Diagrama núm. 1

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El plan de Botvinnik consiste e!} re­forzar de momento la posición cen­tral de las blancas m�diante f3 y e4, para luego, una vez puestos en movi­miento estos peones, emprender un peligroso ataque contra el rey enemi­go. Por su parte las negras tratarán de contener el avance de los peones del adversario y organizar a su vez un contraataque en el flanco de dama.

12. Ab2

Más tarde empezó a jugarse aqw 12. Dd3 para provocar la respuesta 12 .... , c4, después de lo cual la aco­metida de los peones blancos resulta todavía más eficaz. Por ejemplo:

12 . ... , c4; 13. Oc2, Cb8; 14. f3. Te8; 15. Cg3, Cc6; 16. Df2, Dd7: 17. Ab2, Te6; 18. Tae 1, Tae8; 19 Te2, g6; 20. Tfe1, Ca5; 2 1. e4, Db7: 22. e5, Cd7; 23. f4, fS; 24. Cf l , b5. 25. Ce3, Cb6; 26. g4; con peligroso ataque de las blancas ( G ligoric­Benkó, Budapest, 1948).

Si a 12. Dd3 las negras contestan 12 . ... , Cc7, entonces el blanco, abriendo el juego en el centro me­diante 13. f3, De8; 14. a4, Dc6; 15. c4!, logra las mejores perspectivas: 15 . ... , eX d4; 16. eX d5, DX d5; 17. e4, Dd7; 18. D X d4, Ce6 (obvia­mente el final que resulta de 18 . ... , D X d4; 19. C X d4, Ce6; 20. CfS es del todo favorable a las blancas); 19. Df2, Tfd8; 20. Ab2 (Lilienthai-Ben­ko, Moscú-Budapest, 1949).

12. Dd7 13. a4 Tfe8 14. Pd3 c4

Como se reveló ulteriormente, era más fuerte 14 . ... , Db7! Con la juga­da del texto las negras preparan una maniobra de caballo que tiene por olr jeto ganar el débil peón a4.

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15. Dc2 16. Tae11 17. Cg3 18. f3 19. e4

Cb8 Cc6 Ca5 Cb3 DXa4

Diagrama núm. 2

Los planes estrategicos de ambos bandos han tomado forma concreta. Las negras tienen ya en su haber el peón débil que se proponían ganar y ahora preparan avance lateral en el flanco de dama. En cuanto a las blan­cas, están ya listas para emprender un fuerte ataque contra el rey adver­sario.

¿Quién correrá más? Los estudios teóricos de Botvinnik

y la práctica de esta variante en diver­sos campeonatos muestran que las posibilidades del blanco son mucho mejores.

He aquí la continuación de esta partida ya clásica:

20. eS 21. Df2

Cd7 g6

22. f4 f5 23. e X f5 a. p. C X f6

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24. r5 25. T X el 26. Te6 21. rx e6 28. Df41 29. DeS

TX el TeS TX e6 Rg7 DeS De7

Diagrama núm. 3

Las negras parecen haberse defen­dido satisfactoriamente, pero... con la brillante combinación que sigue, Botvinnik fuerza la victoria del blanco.

30. Aa31 1 3 1. ChS+I 32. Dg5+ 33. D X ffi+ 34. e7

DXa3 gX h5 Rf8 Rg8

Las amenazas 35. Df8++ y 35. e8= D+ son mortales de necesidad. La única cuestión que ahora se plan­tea es si las negras pueden o no dar jaque perpetuo.

34. 35. Rfl 36. Rg3 37. Rh4 38. RX hS 39. Rh4

Del+ Dc2+ Dd3+ De4+ De2+ De4+

40. g4 Del+ 41. RhS

Los jaques se han acabado, y Ca­pablanca no tuvo más remedio que abandonar.

La posición que sigue procede de una partida Botvlnnlk-Alexander (encuentro por radio URSS-Gran Bretaña, 1946):

Diagrama núm. 4

No es dificil darse cuenta de su identidad con la posición ya vista en el diagrama 2, de la partida Bot­vinnik-Capablanca. La única dife­rencia consiste en que aquí el alfil de las blancas se encuentra en a3, en vez de b2. Por una parte, esto es ventajo­so para el blanco, ya que su alfil tiene asi mayor actividad. Pero hay tam­bién un inconveniente: ahora las blan­cas deben perder un tiempo en defen­der esa pieza.

20. Db2 a5

En una partida Euwe-Denker ( Groningen, 1946) se jugó 20 . ... , g6;

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21. eS, Cd7; 22. f4, fS; 23. e X f5 a.p., C X ffi (a 23 .... , T X el; 24. TX el , C X fO sigue 25. Te6! con ventaja de las blancas) y aquí conti· nuando 24. Ae7, Dc6; 25. fS, Ce4: 26. T X e4!, d X e4; 27. ffi, Rf7; 28 De2 el blanco habría tenido un peli­groso ataque.

21. e5 bS 22. Ad6

Como lo indicó A. Konstantino­polski, era más fuerte 22. e X ffi!, b4. 2.3. Df2, D X a3 (o 23 . ... , b X a3 ¡ 24. CfS con ataque decisivo. Cierto que la jugada del texto tambien con­serva la superioridad de las blancas.

22 • ...

23. e X ffi! 24. rx g7 2S. TeS! 26. f4 27. De2 28. fS 29. dX e5 30. ffi?

Te6 TXd6 b4 TeS Dd7 Tde6 TX eS bX c3

Grave negligencia. Según el propio Botvinnik, las blancas debían con­tinuar 30. e6 o 30. ChS con amena­zas decisivas.

30 . •.• Da7+?

A su vez las negras cometen un error, dejando escapar la ocasión de apoderarse de la iniciativa mediante 30 .... , Cd4!

31. Rhl Cd4 32. De3 Ta8 33. D X c3 a4

Ahora sigue una combinación sen­cilla, pero elegante:

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Diagrama núm. 5

34. D X d4! ! 3 5 . Cf5 36. e x d4 37. CfS 38. e6

DXd4 h5 TeS d4 abandonan

Esta idea de Botvinnik, relacio­nada con el avance metódico de los peones «e» y «f», se vino más tarde a utilizar también en otras aperturas, por ejemplo la variante de Carlsbad del gambito de dama.

En tal sentido es digna de atención la siguiente partida Botvinnik-Ke­res del 20.0 campeonato de la URSS (Moscu, 1952):

l. d4 2 . c4 3 . Cc3 4. e X d5 S. Ag5 6. e3 7. Ad3 8. Dc2 9. Cge2

10. 0-0 11. Tabl

Cffi e6 d5 eX d5 Ae7 0-0 Cbd7 TeS Cf8 C6 Ad6?

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Un error. Había que jugar 11. ... , Ch5, cambiando los alfiles de casillas negras.

12. Rh1 Cg6 13. f3l Ae7 14. Tbe1

Dia¡:rama núm. 6

Las negras han tenido que perder tiempo y regresar con el alfil a e7. Las blancas, por su parte, han renuncia­do a su primitivo plan de juego en el flanco de dama y ahora preparan el avance e4 para atacar por el centro.

14. 15. AX e7 16. Cg3 17. Df2 18. crs 19. AX fS 20. e4

Cd7 TX e7 Cffi Ae6 AXfS Db6

Tras minucioso aprontamiento para efectuar esta ruptura central, las blancas llevan adelante su plan es­tratégico.

20. 21. rx e4 22. eS 23. Ce4!

dX e4 Td8 CdS

El proyecto de las blancas se reali­za con pleno éxito. Las fuerzas ene­migas se estorban unas a otras y nada pueden hacer para oponerse al vio­lento ataque que se les viene encima.

23. 24. Cd6 25. Ae4 26. Dh4l 27. AX dS 28. Tc1 29. Tc3

30. CfS!

Cf8 Dc7 Ce6 g6 eX dS Dd7 Tf8

El golpe de gracia, que fuerza inme­diatamente la victoria. Si el caballo es capturado, sigue mate en 3 jugadas. La partida continuó todavía:

30. 31. Ch6+ 32. Dffi

Tfe8 Rf8 Cg7

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33. Tcf3 34. e x n 35. DgS 36. Ch6 37. g4

TeS Tc6 CfS Dg7 abandonan

La idea de Botvinnik constituye un modelo de desarrollo en la apertura.

Es interesante observar que yo mismo tuve una vez la oportunidad de aplicarla . . . jcontra el propio Botvin­nik! Sucedió esto en la quinta partida de nuestro match para obtener el titu­lo de campeón de la U RSS (20.0 campeonato, 1 9 5 2), en el que ambos compartimos exaequo los dos prime­ros puestos ( Moscú, 1 953) .

l. d4 2. c4 3. Cc3 4. Cf3 S. e3 6. Ad3 7. 0-0 8. a3 9. b X c3

10. eX dS 11. a4 12. Ac2 13. Del!

Cf6 e6 Ab4 eS 0-0 dS Cc6 AXc3 b6 eX d5 c4 Ag4

Esta continuación relativamente nueva le cogió de sorpresa a mi ilus­tre adversario y, según parece, gra­cias a ello lograron las blancas una considerable ventaja de apertura.

La posición merece un diagrama:

( Véase diagrama num. 8)

13. ••. TeS?

Es curioso que este mismo error se cometiera también en las parti­das Tolush-Keres (Talhn, 1 945) y Taimanov-Bondarevski ( semifi­nal del 20.0 campeonato de la

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Diagrama núm. 8

URSS). Se imponia jugar 1 3 . . . . , A X f3; 1 4. g X f3, Dd7. En tal caso, debido al carácter cerrado de la posi­ción, los caballos negros pueden en­frentarse con éxito al par de alfiles enemigos. Después del movimiento del texto, a las negras se les van a plantear graves problemas.

14. Ch4l

Tolush habi a jugado aquí 1 4. Cd2 para, tras 1 5 . f3, e fectuar el avance e4. Pero Keres logró desbaratar este plan por medio de la maniobra ... , Ah5-g6! Mi continuación la hace ineficaz.

14 . ... Ab5

Bondarevski, en la partida arriba mencionadd, probó aquí un plan dis­tinto: 1 4 . . . . , Ca5; 1 5 . f3, Ac8; 1 6 . Aa3, Cb3. Sin embargo, tampoco así consiguió igualar e l juego.

15. f3 16. e x g6 17. e4

Ag6 hX g6 dX e4

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Necesario, pues de lo contrario sigue 1 8. eS con el ulterior avance del peón f3.

Ahora las blancas obtienen un fuerte centro de peones, lo que, junto con e l par de alfiles, les asegura la su� perioridad.

18. rx e4

Diagrama núm. 9

¡y he aqui realizado(por su adver­sario) el plan de Botvinnik! Las ne� gras se encuentran de nuevo en gra­ves dificultades y ni siquiera el cam­peón del mundo es capaz de oponer­se con eficacia al arrollador avance de los peones blancos.

18. ... Dd7

De nada le servia al negro 1 8 . . . . , C X e4; 1 9 . A X e4, C X d4 en vista de 20. De3!, Cc2; 2 1 . Df3!, T X e4; 22. D X e4, C X a l ; 23 . Ag5! con ventaja de material por parte de las blancas.

19. Ag5 Ch7 20. Ae3 Ce7

21. Tl3 f:5 22. e5 Cf8

Las negras no pueden jugar 22 . . . . , g5 a causa de 23. Dfl !

23. h4 Ce6 24. Td1 Dd5

No es posible 24 . . . . , CdS debido a 25 . hS!

25. Acl Tf8 26. Aa3 Tae8 27. Dg3

Esta partida ilustra claramente la superioridad del par de alfiles en su lucha contra dos caballos.

27. 28. A X e7 29. T X fS 30. A X f:5

g5 T X e7 T X fS Cf4

Después de 30. . . . , g X h4; 3 1 . D X h4 las amenazas de las blancas serian irresistibles.

31. D X g5 32. d X eS 33. Rh2 34. Ae6+ 35. AX c4 36. Ae6!

T X eS DXdl+ Dd2 Rh7 g6 abandonan

Otro interesante duelo de apertura tuvo lugar en mi partida del 27.0 Campeonato de la URSS contra Po­lugayevski ( Leningrado, 1 960):

l. d4 2. c4 3. Cl3 4. Da4+ S. Cc3 6. e4

d5 dX c4 Cf6 Cbd7 e6 c5

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A la sazón recordaba yo única­mente que esta jugada del negro daba ventaja a las blancas, pero no tenia una idea clara de las diversas con­tinuaciones.

7. d5 !

Lo más fuerte. Es peor 7. A X c4, e X d4; 8. C X d4, Ac5; 9. Ae3, 0-0; 10. 0-0-0? (10. Cc2!) y las blancas, en una partida LOwenfisch-Suetin (1953), cayeron víctimas de un for­tísimo ataque tras 10 . ... , Dc7; 11. Rb1, a6: 12. Db3, b5.

7. ... e X d5 8. eS d4

Sólo ahora, al parecer, se dio cuen­ta Polugayevski del peligro que ence­rraba la variante recomendada aqui por los manuales de aperturas, según los cuales las negras debían obtener ventaja: 8 . ... , b5; 9. D X b5, Tb8; 10. Da4, d4; 11. e X ffi, d X c3;12. A X c4, Tb4 (si 12 . ... , e X b2 sigue 13. A X f7+!) 13. Dc2, D X ffi.

De hecho, poco antes de nuestro encuentro, en 1959, había salido a la luz un análisis del maestro húngaro Negyessy donde se demostraba de manera convincente que, jugando 13. Dd1!, en lugar de 13. Dc2, las blan­cas consiguen una posición victorio­sa. Por eso, en la partida que comen­tamos, el negro se abstuvo de conti­nuar 8 . .... bS.

9. AX c4l 10. e X ffil 11. AgS 12. 0-0-01

dX c3 DXffi Dc6

(Véase diagrama núm. 10)

En este momento me senti feliz de poder efectuar este bonito sacrificio

20

Diagrama n lim. 10

de dama. Es claro que a 12. ..., D X a4 hubiera seguido 13. The1 + forzando la victoria. Tampoco se sal­van las negras con otras respuestas.

12 . ... eX b2+

Si 12 . ... , Ae7, las blancas conti­núan 13. D X c6! (pero no 13. The1? a causa de 13 . ... , 0-0! 14. D X c6, A X g5+) 13 . .. . , b X c6: 14. A X e7, eX b2+; 15. RX b2, RX e7; 16. Thel+, Rd8; 17. Cg5; o 16 . ... , Rf8; 17. CeS con neta süperioridad.

13. RX b2 Ae7 14. The1 ffi 15. AbS Db6 16. Rcll

Ya no hay defensa. La partida si­guió:

16. 17. AX d7+ 18. T X e7l 19. De4+ 20. AfS+ 21. DeS+

rx g5 Rf8 RX e7 Rd8 Rc7 Rc6

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22. Td6+ 23. Db2+

Rb5 abandonan

El final de esta partida se ha juga­do en el más puro estilo de los maestros antiguos, y durante mucho tiempo me sentí orgulloso de tan bri­llante victoria hasta que . . . , hasta que me entere de quP.ya en 1 934 -es de­cir, 26 años atrás- «mi>> sacrificio de dama babia sido recomendado por Hans Müller. Decididamente . . . «iNunca te acostarás sin saber una cosa más! ».

Para terminar, repetiremos que no es tan necesario acordarse de infini­tos sistemas y variantes como pene­trar en su esencia intima y tratar de asimilarla.

Por desgracia, actualmente la ma­yona de los jóvenes ajedrecistas se contentan con memorizar datos y mas datos, preocupándose sólo de se­leccionarlos; o sea, reteniendo para si lo que se les antoja ütil e interesante y lo que corresponde a sus gustos.

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FUNDAMENTOS ESTRATÉGICOS DEL AJEDREZ

La fuerza practica de un ajedrecis­ta depende de los siguientes factores: su capacidad para calcular variantes, para evaluar correctamente una posi­ción y para elaborar un plan de juego que responda a las exigencias de la misma.

La aptitud para el cálculo de va­riantes entra de lleno en el campo de la táctica, mientras la correcta eva­luación de las posiciones y lo refe­rente al plan de juego pertenecen a la estrategia.

Estrategia y táctica forman un todo indisoluble. E l ajedrez moderno, ca­racterizado por un gran dinamismo y combatividad con frecuentes cam­bios de plan debidos a la tenaz defen­sa del adversario, le exige a cada ju­gador una sólida maestria tanto tácti­ca como estratégica.

La experiencia demuestra, no obs-

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B. A. Zlotnik Maestro de Deportes, Pro­fesor emérito del GTzO­LIF K ( Instituto Central de Cultura Fisica de la Orden de Lenin)

tante, que muchos jóvenes de hoy, fascinados por el atractivo de las complicaciones tácticas, son a menu­do incapaces de resolver satisfacto­riamente los problemas más estraté­gicos que les plantea la partida.

El presente ensayo 'tiene por obje­to indicarles a esos jóvenes ajedrecis­tas cómo han de trabajar personal­mente para perfeccionarse en la es­trategia.

En la primera parte se estudian los diversos elementos estratégicos cuyo dominio permite evaluar certeramen­te una posición.

En la segunda se consideran algu­nas posiciones ti picas del medio jue­go. Su examen atento es la mejor manera de abordar el problema de la elección de un plan correcto de bata­lla.

Al tocar esta o aquella cuestion es-

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tratégica, atenderemos tambien, ade­más de los casos y puntos de vista ge­nerales, a las «excepciones que con­firman la regla», teniendo con ello por única meta una evaluación lo más fina posible de las posiciones. Cuan­to más alta es la categoria del juga­dor y mayor su experiencia, tanto mas provecho saca de una gran am­plitud de miras en el momento de apreciar los rasgos de la lucha que se desarrolla sobre el tablero. Por eso, el estudio de todo este material le ayu­dará al ajedrecista a salirse de una mentalidad y pensamiento estereoti­pados, así como a agudizar su «olfa­to» posicional. Hemos de añadir que, en el presente trabajo, se ofrecen por regla general no fragmentos de par­tidas aislados de su contexto, sino las partidas mismas en su totalidad, de modo que aparezca claramente la relacion que existe entre apertura, medio juego y, segun los casos, tam­bién el final. Salvo raras excepcio­nes. dichas partidas reflejan la prácti­ca de los mejores maestros del mundo.

l. ELEMENTOS DE ESTRATEGIA

El primer campeon oficial del mundo. Wilhelm Steinitz. fue el fun­dador de la teona cienufica en aje­drez. Su tesis basica reza así: «Todo plan que se elabore ha de ser congruo con el caracter de la posición. >> Sin embargo, antes de fmjar un plan es preciso hacer el recuento de los sig­nos o indicios que permiten evaluar la posición. Steinitz definió por si mis­mo algunos de esos elementos. que le sirvieron para fundamentar su teona.

Pese a haber sido ésta elaborada en el siglo pasado. muchos de sus prin­cipios, con los que se ha enriquecido la practica del ajedrez moderno. si­guen aun siendo validos.

Examinemos a continuación los principales factores posicionales o elementos estratégicos, como aquí los llamamos, que han resistido con éxito a los embates del tiempo:

A) Columnas y diagonales abiertas B) Estructura de peones, casillas

débiles C) Disposicion de las piezas D) Centro

El jugador que asimile bien estos elementos sera capaz de aprender a evaluar una posición. Tal evaluación, de carácter estático. constituye el punto de partida para ponerse a bus­car la jugada correcta y calcular variantes.

Debemos hacer notar que, en la práctica actual de los torneos, tienen también gran importancia los facto­res o elementos dinámicos del juego posicional, pero de ellos no tratamos en este ensayo.

A. Columnas y diagonales abiertas

Hoy en dia, cualquier ajedrecista de nivel medio esta al tanto del impor­tante papel que desempeñan en la partida las columnas abiertas. Su va­lor reside en el hecho de ser como grandes vías de comunicacion por donde las piezas atacantes pueden invadir el campo enemigo. No cabe duda de que quien las tenga bajo su dominio gozara de una incontestable ventaja posicional.

Con todo, cometeriamos un error valorando las columnas abiertas en abstracto, sin tener a la vez en cuenta otros elementos de la posicion. Por si sola una columna abierta no signifi­ca nada; su interés le viene de poderse utilizar para resolver determinados problemas estrategicos. Las piezas pesadas que ocupan una columna

23

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abierta deben actuar en armorua con las demas piezas de su bando.

La conquista de una columna abier­ta facilita la ganancia de espacio, una disposición mas armonica de las pie­zas propias, la creación en ella de avanzadillas o puntos de apoyo y un agrupamiento especifico de los peo­nes.

Diagrama mím 1 1

La situacion de los peones en el diagrama precedente indujo a las blancas a enfilar su artillena en la columna «h», tras de lo cual resulta muy peligrosa la amenaza h X g5 . Ahora las negras deben o ceder a su adversario la columna «h» jugando l . . . . , Thy8, o efectuar ellas mismas el cambio l . . . . , g X h4 y quedarse asi con un peón muy débil en h6 . Las pie­zas blancas están idealmente coloca­das para penetrar en el campo enemi­go. A esa manera de disponer la arti­llería se le suele dar el nombre de Alekhine, por ser típica del antiguo campeon del mundo y sin duda tam­bién debido al gran efecto que produ­jo en una famosa partida jugada en

24

San Remo, en 1 9 3 0, entre Alekhine y Nimzovich:

Diagrama núm. 12

En esta curiosa posicion, que sur­gió tras el movimiento 30. h4, las ne­gras se vieron obligadas a abandonar: iLa parálisis de sus piezas ( zugz­wang) es total!

A veces el mero dominio de una co­lumna abierta basta para lograr el triunfo, pero en general éste se con­sigue invadiendo por ella el territo­rio enemigo con las piezas pesadas, que a menudo pasan a ocupar la séptima u octava fila ( segunda y pri­mera del adversario respectivamente).

(Véase diagrama núm. 13)

La posición representada en este diagrama se dio en una partida Ko­tov-Steiner ( encuentro U RS S -USA, Moscú, 1 95 5 ). Para incremen­tar su presión en el flanco de rey, las blancas preparan l a apertura de la co­lumna «g».

l. Tf3 Cd6

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Diagrama nlim. 13

2. g4 Tf8 3. Rh l Rh8 4. Tgl Dd8 5. Tfg3 Td7 6. g51

La apertura de la columna en cues­tión no puede ahora evitarse y las blancas, que han enfilado en ella las dos torres, no tardan en lograr una su­perioridad decisiva.

6. 7. A X f5 8. gXh6 9. Dg2

crs e X f5 gXh6

Y a tenemos a todas las piezas blan­cas ocupando triunfantes la columna abierta. Las negras no pueden defen­der al mismo tiempo los distintos puntos atacados (g8, g7, g6).

9. 1 0. Tg6 1 1 . Tg8+

Tdt7 De7 abandonan

Un ejemplo más complicado de do­minio y explotación de una columna

abierta lo constituye el remate de la siguiente partida Botvinnik-Boles­lavski ( 1 4.0 campeonato de la URSS, Moscu, 1 945).

Diagrama núm. 1 4

l. b4l

Las blancas siguen un plan carac­tenstico de estas estructuras de peo­nes: efectuar los avances b4. c4 y eS , amenazando después ocupar con uno de los caballos la casilla d6 ( Cc4 y Cd6).

l . 2. Ab3

Ae6 T X d2

Las negras tienen que ceder a su adversario la columna abierta, pues el alfil de g7 está atado a la defensa del peon e5 .

3. D X d2 4. a X b3 5. c4 6. c5

A X b3 De6 Af6

Permite la invasión de la séptima fila y la ganancia de un peón.

25

Page 27: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

6. 7. Dd7 8. D X b7 9. ex gs

10. D X a6 1 1 . Db7 12. Dd7 13 . Dd6 14. Cg4 15 . DXeS

Cc8 D X b3 AgS h X g5 Ce7 TeS Rf8 D X b4 TaS

Ganaba inmediatamente 1 5 . e x e5, D X e4: 1 6 . Df6, Df5 : 1 7 . Cd7+, etc.

1S . 1 6. Td7 17. Dd6+ 18. Dd4+

Db3 1 CgS Rg7

y las negras se rindieron pocas ju­gadas despues.

El dominio de una columna abier­ta en el centro tiene de particular que puede servir de excelente contrapeso para defenderse de un ataque ene­migo por cualquier de ambos flancos, como lo confirma el clasico postula­do estratégico: «Al ataque en un flan­co conviene oponerse mediante una ruptura central. » Los ejemplos de este tipo de contraataque son nume­rosisimos. He aqui uno de los mas notorios:

A. Rubinstein A. Nimzovich San Sebastián, 1 9 1 2

(Defensa india antigua)

l. d4 2. c4 3. Cf3 4. Cc3 5. e4 6. Ae2 7. 0-0 8. Dc2 9. b3

26

Cf6 d6 Cbd7 eS Ae7 o.o TeS Af8 c6

En optmon de Em. Lasker, es mejor 9 . . . . , g6 seguido de 1 0 . . . . , Ag7 para luego . . . , eXd4 y . . . , CeS.

10. Ab2 ChS?

Diversión prematura en el flanco de rey. Lo correcto e ra 10 . . . . , a6 se­guido de 1 1 . . . . . b5 .

1 1 . g3 Cb8 12. Tad1

Preparándose a abrir una de las columnas centrales.

12. 13 . Cbl ! 14. Tfel

Dffi Ah3 Cf4

Diagrama nitm. 15

15. d X eS

Esta jugada pone de relieve la fra­gilidad del ataque lateral de las ne­gras.

15 . 16. C X eS !

d X eS T X e5

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1 7. Afl Cd7 1 8. Dd2!

Varias piezas negras están ahora «en el aire».

1 8. 19. T X f1 20. Rg2 21 . f4 22. rx gS 23. D X d7 24. Tf2

A X fl Ch3 + CgS Dg6 T X e4 Te2+

y las blancas ganaron. Las diagonales abiertas tienen tan­

ta importancia para los alfiles como las columnas para las torres. El si­guiente ejemplo es caractenstico.

Diagrama núm. 16

A esta posición se llegó en una partida Spielmann-Henlinger (Viena, 1 929). Los alfiles blancos apuntan agresivamente al flanco de rey de las negras. Haciendo interve­nir las piezas restantes en el ataque. las blancas no tardan en alcanzar la victoria.

l . DhS g6

No salvaban la partida ni 1 , . . . , h6; 2. A X g7! , R X g7; 3. Ce5+, e X 5: 4. C X 5 + con rápido mate, ni l . . . . , 5; 2. Ce X f5 , e X f5 ; 3. C X f5 , Cffi; 4. Dg5, g6: 5 . Tfe 1 . Ac5; 6. Te6, etc.

2. Cg4! Af6 3. CX f6+ CXf6 4. Dh6

Es peor 4. DeS a causa de 4 . . . . , Dd5!

4. TeS S. Tad1 De7 6. Tfel CeS 7. Cf5!

La irrupción de este caballo deci­de el juego. Su captura es imposible debido a la variante 7 . . . . , g X f5 ; 8. A X 5, ffi; 9. A X e6+, Rh8; 1 0. Td7.

7. 8. TeS 9. Ce7 +

DeS AdS abandonan

En efecto, si 9 . ...• D X e7 seguiría brillantemente 10. D X h7+!, R X h7; 1 1 . Th5 +, Rg8; 1 2. Th8++.

En los torneos actuales a menudo se emplean variantes de apertura cuya idea motriz es la lucha por la con­quista de las diagonales para incre­mentar la actividad de los alfiles. En la defensa india de rey y en la varian­te del dragón de la defensa siciliana, por ejemplo, la pieza negra «de cho­que» no es otra que el alfil de casillas oscuras. Por su parte el alfil de rey blanco desempeña el mismo papel en las aperturas Réti e inglesa.

Para llegar a dominar una impor­tante diagonal, que, dicho sea de

27

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paso, puede ser utilizada también por la dama. es a veces necesario sacrifi­car un peon y hasta la calidad. He aqw una ilustración típica de esta idea:

R. Vaganian D. Velimirovich Ohrid, 1 972

(Defensa Benoni)

l . d4 Cf6 2. c4 eS 3 . dS g6 4. Cc3 Ag7 5. g3 0-0 6. Ag2 d6 7. Cf3 e6

En esta conocida posición. las blancas suelen jugar 8. 0-0, y des­pués de 8 . . . . , eXd5: 9. cXd5, Cbd7 : 10. Cd2 ambos bandos vienen a tener iguales posibilidades. Con su siguien­te jugada, las blancas emprenden un dudoso camino de adquisiciones ma­teriales. a costa de empeorar la situa­cion de sus piezas.

S. dX e6? 9. gS

1 0. AXb7

AX e6 AXc4!

10. ... Cbd7

Ahora las blancas pueden ganar o la calidad o un peón, pero, como a menudo lo ha demostrado la práctica de esta variante. en ambos casos tie­nen las negras suficiente contrajuego.

1 1 . D X d6 h6 12. Cge4

Es mejor 1 2. Ch3. Tb8: 1 3 . Ag2. TeS: 14. 0-0. aunque también en este

28

Diagrama num. 1 7

caso la posicion d e las negras resulta muy prometedora.

12. 13. A X e4 14. 0-0

C X e4 TeS A X c3!

Fuerte jugada que les obliga a las blancas a aceptar el sacrificio de cali­dad, dejando que el negro domine la importante diagonal h l -a8.

15. A X aS 1 6. Dd1 17. D X d7

A eS D X aS Ad4

Ahora, en vista de la amenaza 1 8 . . . . . Ae6: 1 9. D a4. Ah3, las blancas tienen que devolver la calidad, lo cual. por otra parte. no debilita el ata­que negro.

18. e3 19. RXfl 20. Da4 2 1 . Re2

AXfl Af6 Dhl + Te5

El ataque entra en su fase decisiva

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y el circulo fatal empieza a estrechar­se en torno del rey blanco.

22. Ddl 23. Ad2 24. Dgl 25. Tcl 26. Rel 27. Tc4

D X h2 Tf5 Dh3 Dg4+ Df3 A X b2

A 27 . . . . . Th5 seguina 28. Tf4.

28. g4 TeS 29. Dh2 DdS 30. Tc3 TeS 31. D X h6 Td8 32. Tc2 Ac3 ! 33. Abandonan

En la soberbia partida que sigue. las blancas sacrifican una torre para apoderarse de la diagonal a 1 -h8.

E. Geller D. Velimirovich La Habana, 1 97 1

( Defensa india de rey)

l . ef3 ef6 2. c4 g6 3. d4 Ag7 4. g3 0-0 S. Ag2 d6 6. 0-0 eS 7. ec3 ec6 8. d5 eas 9. ed2 eS

Mas frecuente es aqw 9 . . . . , a6 con la idea de 10 . . . . , Tb8 y 1 1 . . . . , b5.

10. e4 eg4

En una partida Geller- Langeweg (Amsterdam, 1 970) se hizo 1 0 . . . . . CeS, mas también en este caso, des­pués de 1 1 . b3, f5 ; 1 2. e X f5. g X f5 ; 1 3 . Ab2. Cf6; 1 4. Dc2. Ad7; 1 5 .

Tae1 , a6; 1 6. Cd1 , b5; 1 7 . Ce3, Ch5; 1 8. Af3, Dg5; 1 9. A X hS!, D X h5; 20. f4, les fue imposible a las negras igualar el juego.

1 1 . b3 f5 12. e X f5 e4

Intento prematuro de asumir la ini­ciativa. Lo correcto era 1 2 . . . . , g X f5.

1 3. f6! ex f6

Diagrama núm. 18

14. Cd X e4! ! ...

Brillante sacrificio de torre. Des­pues de 1 4. Ab2, e3!; 1 5 . f X e3, Cg4, las negras tendnan un excelente juego.

14. 1S. e X e4 1 6. AgS 11. ex f6+ 18. Dal 1 9. Te1

e x e4 A X al Af6 T X f6 Rti

Pese a la falta de una torre, las

29

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blancas son más fuertes en el sector donde se desarrolla el ataque, ya que al negro le es muy dificil poner en jue­go las piezas de su flanco de dama.

19. ... TbS

Como lo demostro más tarde el gran maestro l. Zaitzev, hubiera sido aqui mejor 1 9: . . . , Dh8, para después de 20. Dc3, b6: 2 1 . Te6, T X e6! ! ; 22. d X e6+ (a 22. D X h8? seguirla 22. . . .. Tel+; 23. Af l , T X fl+; 24. R X f l , Ah3+ y 25 . . . . . T X h8); 22. . . . , A X e6; 23 . Df3 +, AfS ; 24. DdS +, Ae6; 25. Df3+ forzar a las blancas a contentarse con tablas por jaque perpetuo.

Sin embargo, descubrir esa contra­combinacion sobre el tablero es prác­ticamente imposible, lo cual justifica el riesgo aceptado por las blancas.

20. Te3 b6 2 1 . Tf3 Af5 22. g4 DhS 23. A X f6

Las blancas pasan a un final teóri­camente ganado.

23. 24. D X ffi + 25. 8 x es 26. Te3 27. Te6+ 28. Af3 29. Rfl 30. Ah5 3 1 . TeS+ 32. Te7 + 33. TXb7

D X ffi R X ffi g X f5 Cb7 Rf7 TgS+ RfS Tg5 Rg7 Rh6

y poco a poco el blanco transformo su ventaja en victoria.

30

B. Estructura de peones, casillas débiles

El papel que a sumen los peones en la partida de ajedrez fue perfecta­mente descrito por Philidor con esta frase ya proverbial: «Los peones son el alma de la posición.» La cadena ideal de peones, que ambos jugad<r res poseen al sentarse ante el table­ro. empieza a deformarse ya desde el primer movimiento. Su estructura en un momento dado de la batalla es sumamente importante para evaluar el estado de cosas.

Al examinar el esqueleto de pe<r nes hay que tener en cuenta dos ele­mentos: la debilidad de los pe<r nes mismos y la debilidad de las casi­llas adyacentes. Por depender ambos factores de la e structura de los pe<r nes. los estudiaremos simultánea­mente.

Llamase «casi l la débil» ( o «punto débil») aquella que puede ser ocupa­da por las piezas enemigas de mane­ra estable. La doctrina sobre las casi­llas débiles constituye una de las partes mas importantes de la teona de Steinitz.

Desde sus primeros pasos en aje­drez, el jugador novel conoce por ex­periencia la debilidad tactica de la ca­silla f7 (o t2 ), que se encuentra junto al monarca y es defendida sólo por este.

A medida que v a adquiriendo ma­yores conocimientos estrategicos, el ajedrecista se percata de que tambien otras casillas se debilitan en el trans­curso de la lucha.

Veamos, en los ejemplos que si­guen, el modo p a rticular de aprove­charse del debilitamiento del punto c6.

En una célebre partida Botvin­nik-Alekhine ( torneo A VRO. 1 938), 1as negras cometieron un error

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de apertura que dejo débil esa impor­tante casilla ( c6 ). Ello le permitió al blanco apoderarse de la columna abierta «c».

l . Cf3 2. d4 3. c4 4. Ce3 S . e X dS 6. e3 7. Ac4 8. e X d4 9. 0-0

1 0. Te1

d5 Cf6 e6 c5 ex d5 Ce6 e X d4 Ae7 0-0 b6?

Esta jugada tenia que haber sido precedida del cambio de caballos en c3. También era posible 1 0 . . . . ; Cf6 seguido de 1 1 . . . . , b6.

1 1 . C X d5 1 e X d5 12. Ab5 Ad7

Es mejor 1 2 . . . . , Ca5 .

1 3 . Da4 14. Af4 15 . DX b5 1 6. Da4 17 . A X d6 18. Tae1 1 9. De2!

Cb8 A X b5 a6 Ad6 D X d6 Ta7

(Véase diagrama núm. 1 9)

Nada pueden hacer las negras con­tra la ocupación de la columna «e» y su eventual dominio de la casilla criti­ca c6. Los siguientes cambios, que quitan de en medio las damas y un par de torres, no les alivian la situacion. Sobre "el tablero se da el mismo caso de que antes hablábamo:; a propósito del dominio de las columnas abier­tas; la victoria de las blancas es se­gura.

Diagrama núm. /9

19. 20. T X e7 21 . Dc7 22. T X e7 23. Rfl 24. TeS + 25. Tc3 26. Cel 27. h4 28. Tc7 29. Cf3 30. Cel 3 1 . Cd3

Te7 D X e7 D X e7 f6 Tf7 Tf8 g5 h5 Cd7 Tf7 g4 ffi f4

Es instructivo observar cómo Bot­vinnik va poco a poco reforzando la posición de sus piezas.

32. f3 33. g X f3 34. a4 35. Tc6 36. Rf2 37. b3 38. Re2 39. Tg6 40. CeS 4 1 . Tg7 + 42. Ce6

g X f3 aS Rf8 Re7 Tf5 Rd8 Cb8 Rc7 Ca6 ReS Tf6

3 1

Page 33: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

43. ee7 + 44. e x dS 4S. TgS

Rb8 Td6 abandonan

La explosión de una casilla débil del adversario es también el tema de esta otra partida de Botvinnik, donde, haciéndose fuertes en el punto c6, las blancas obtienen una ventaja de­cisiva:

M. Botvinnik J. Donner Amsterdam, 1 963

(Apertura Réti)

l . c4 2. ef3 3. g3 4. Ag2 S . 0-0 6. b3 7. Ab2 8. e X dS 9. d4

1 0. d X eS !

ef6 e6 dS Ae7 0-0 b6 Ab7 e x dS eS

El plan de las blancas consiste en apoderarse de la casilla c6 .

1 0. 1 1 . ebd2 1 2. a3

A X eS ed7 eS f6?

Era preciso impedir la jugada si­guiente de las blancas mediante 1 2. ...• aS.

1 3. b4 14. ed4! IS . R X g2 1 6. Db3 1 7. Tfc l 1 8. Df3

Ae7 A X g2 Dc7 Tfc8 Db7 + edS

Despues de 1 8 . . . . , D X f3+; 1 9 . e 2 X f3, Rf8: 20. ec6. Tc7: 2 1 . Tc2. Tac8: 22. Tac 1 con la amenaza 23.

32

e X e7, T X c2; 24. e X -c8, la ven­taja de las blancas es también evi­dente.

19. e4 CS f6 20. bS ! a6 21 . ee6

Diagrama núm. 20

Las blancas han logrado el fin que se proponían y la posición de las negras es critica.

21 . 22. a4 23. a X b5 24. T X a l 25. Tdl 26. ee4 27. eS 28. Tal

Af8 a X b5 T X al Ta8 CeS CeS TeS

Ahora el negro no puede contestar 28 . . . . . Ta8 a causa de 29. TX a8. DX a8: 30. ee7 +. por lo que no h ay defensa contra la invasión de la torre blanca.

28. 29. Ta7

Tc2 D X a7

Page 34: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

30. e X a7 3 1 . e x b6

T X a7 abandonan

La toma del punto c6 constituye asimismo uno de los motivos princi­pales del ti pico sacrificio de pieza en d5 .

L Stein M. Tal Moscú, 1962

( Defensa sicil iana)

l . e4 2. ef3 3. d4 4. e x d4 S. c3 6. AgS 7. Ac4 8. Dd2 9. 0-0-0

10. Ab3

eS d6 e X d4 ef6 a6 ebd7 DaS e6 b5

Nada les reportan a a las blancas la continuacion 1 0. Ad5 , ya que des­pués de 1 0 . . . . . b4!; 11. AX a8, bX c3. 12. b X c3, Cb6; 13 . Cb3! , Db5 ( no 13 . . . . , Da3+'!; 14. Rbl , CX a8; 15 . Dd4! con peligrosa iniciativa del blanco) no les quedan a cosa mejor que repetir jugadas: 14. Cd4. DaS: 15 . Cb3, Db5 .

1 0 . ... 1 1 . The l

Ab7 CeS

Esta variante lleva a un juego difi­cil para las negras. Como lo demues­tra la práctica, es mas solido 11 . . . . , 0-0-0 o 11 . . . . , Ae7.

1 2. A X f6 13 . Df4 14. Dg4! I S . AdS

g X f6 Ae7 0-0-0

Cambiando el principal defensor de la casilla c6.

I S • ... b4?

Muy arriesgado. Era más fuerte 15 . . . . , Thg8; 16. Dh3, Tg7 con peor posición, pero defendible.

16. A X b7 + R X b7 17. CdSi

Diagrama núm. 21

Si ahora 17 . . . . , Thg8. las blancas gananan con la inesperada y elegan­te jugada 18. Cc6! Por eso hay que aceptar el sacrificio propuesto.

17 . ... 18. e X dS

e X dS Td7

Una defensa más tenaz sena 18 . . . . , Af8; 19. Cc6, Db6; 20. Dh5! (des­pués de 20. C X d8+, D X d8; 21. D X b4+, Ra7 las negras tendrian cierto contrajuego), 20 . . . . , Td7, aun­que también aquí la continuación 21. Rbl . amenazando 22. Te8, pondria al negro en situación dificil.

19. ec6 D X a2 20. D X b4+ Rc7

3 3

Page 35: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

2 1 . eXe7 Tb8 22. Da3 Dc4

Tampoco 22. . .. , D X a3; 23 . b X a3 , Te8; 24. ec6 les dejaría a las negras la menor esperanza de salva­cion.

23. ec6 24. DaS + 2S. Rbl 26. Td4 27. Rcl 28. Te3 1

Tb3 Tb6 ea4 e x b2 DeS

Ahora perece el caballo de las ne­gras, por lo cual éstas abandonaron unas cuantas jugadas des pues.

La índole de la estructura de peo­nes depende de la presencia, por una parte, de peones retrasados, aislados o doblados, y por otra de que haya o no peones pasados, sobre todo si tie­nen buen apoyo. Para deteriorar la estructura de peones del adversario, es a veces preciso recurrir a sacrifi­cios de material.

D. Bronstein S. Tartakover

34

Torneo l nterzonal Estocolmo, 1 948

Diagrama mim 22

Pese a llevar un peón de ventaja, la posicion de las negras es peor, dada la clara debilidad de sus peones dobla­dos en las columnas «e» y «g».

l . De4 1

Jugada característica. Las debili­dades del esqueleto de peones se dejan sentir especialmente en el final.

l. 2. e x e4 3. Re2 4. Tad l S. T X d8 6. TO

D X e4 Ae7 Td8 0-0 T X d8 b6

Anticipandose a l a maniobra de las blancas ee4-f2-d3-c5 .

7. et2 TdS 8. ed3 Af6 9. eb4 TbS

Algo mejor era9 . . . . . Td6; 1 0. Td 1 , T X d1 ; 1 1 . R X d 1 , c5 .

1 0. a4 1 1 . e4 12. aS 13 . Tal 14. Rd3 lS . ea61

TeS b5 Ad8 Tc4 Ae7

Ahora en el campo de las negras se forma -sólo de momento, es cierto­un tercer par de peones doblados. Mas debil seria 1 5 . b3 , ya que des pues de 1 5 . . . . , T X b4; 1 6 . e X b4, A X b4 al negro le quedarían algunas posibili­dades de tablas.

lS. 1 6. T X a4 17. eb8 18. b X a3 19. e X c6

Ta4 b X a4 a3 A X a3 A eS

Page 36: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

20. Rc4 2 1 . RbS 22. Ra6 23. e x a7 24. g3 2S. c4 26. CeS 27. eS 28. Rb6 29. a6

Agl Rf7 Rf6 RgS Af2 Rf6 A X g3 Rf7 ReS abandonan

Los dinamicos metodos de lucha propios de nuestra epoca han enri­quecido y en parte transformado el concepto de casilla y peones débile!. respecto al que se tenia en tiempos de W. Steinitz. Algunos sistemas mo­dernos de apertura entrañan la crea­ción, en el propio campo, de ciertas debilidades llamadas «dinamicas)), que se compensan con un activo jue­go de piezas.

Examinemos por menudo, a la luz de esta idea, el problema de los peo­nes doblados.

He aquí lo que escribio a este propósito A. Nimzovich en su libro Mi sistema: «¿.En qué consiste la des­ventaja de los peones doblados? Cuan­do a la vez estan aislados, son faciles de capturar, o como mínimo su defen­sa resulta ardua; pero el problema no se agota con esto, pues dichos peo­nes ofrecen tambien inconvenientes aunque sean compactos y puedan de­fenderse con facilidad ( entendemos por «compactos>> los peones dobla­dos que forman cadena con otros peones) . . . La razon principal es que los peones doblados, al avanzar apre­tadamente en fila, dan pie a ciertos fe­nómenos de parálisis, bien cono­cidos>>.

A. Nimzovich ilustra su pensa­miento mostrando la siguiente estruc­tura de peones, tipica de la apertura de los cuatro caballos:

Diagrama núm. 23

Luego sigue diciendo: « Las negras. cuando su adversario juegue d3-d4, deben incitarlo a efectuar un nuevo avance en el centro: d4-d5 . Despues de esto. la debilidad de los peones do­blados salta a la vista)).

Sin embargo, Nimzovich olvida en sus comentarios una importante cua­lidad de los peones doblados ( en par­ticular, de la estructura representada en el diagrama), a saber, su excelen­te control de las casillas centrales. Ello permite en muchos casos aun aceptar su aislamiento, a fin de desa­rrollar ventajosamente las piezas pro­pias o restringir la actividad de las contrarias. Nadie ha sabido mejor que Botvinnik explotar esta idea es­trategica, evaluando con acierto el aspecto positivo de los peones do­blados.

M.Botvinnik V. Panov ll.o campeonato de la URSS

Leningrado, 1 939 (Apertura de los cuatro caballos)

l . e4 eS 2. CfJ Ce6

35

Page 37: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

3. Cc3 4. AbS S. 0-0 6. d3 7. b X c3 8. AgS 9. Te1

10 . d4 1 1 . Ac1

Cf6 Ab4 0-0 A X c3 d6 De7 Cd8 Ce6 c6

Según la teon a moderna es mas preciso 1 1 . . . . , Td8: 1 2. Afl . cS. pero aun asi las blancas pueden seguir el mismo plan que en la presente par­tida.

1 2. Afl Cd7 1 3 . g3 eS

Gracias a esta jugada de su adver­sario, las blancas disponen ahora del punto dS. La decisión del negro, no obstante, era prácticamente forzada a causa de la amenaza 1 4. A'a3.

1 4. d X eS ! 1S . Ch4!

d X eS

La idea de Botvinnik toma forma concreta en esta maniobra del caba­llo blanco.

1S . g6 1 6. Cg2 Cg7 1 7. Ce3 Cf6 1 8. Ag2 Ae6 1 9. c4

(Véase diagrama núm. 24)

Los peones blancos de la columna e reparten asi sus funciones: uno sir­ve para reforzar la pieza que ha de instalarse en dS. mientras el otro im­pide (en caso de necesidad) que las negras se instalen a su vez en la casi­lla homologa d4.

3 6

Diagrama núm.24

19. Tad8 20. De2!

Es importante hacer notar aqui el modo particular en que las blancas explotan la casilla debil del adversa­rio: deben. en efe cto, asegurarse el dominio del punto d5 , pero no han de apresurarse a ocuparlo. Observese que la continuacion 20. Cd5 . A X dS: 2 1 . e X dS. Cd7 seguida de la manio­bra . . . . Ce8-Cd3 dari a a las negras una cómoda posicion de bloqueo. Por eso. antes de apoderarse de la casilla d5 , las blancas toman sus precaucio­nes para hacerlo con las debidas ga­rantJas de éxito.

20. 2 1 . Ab2 22. f4 23 . Tad 1 24. Td2 2S. g X f4

Cd7 f6 Tde8 b6 e X f4 gS

A su vez las negras tratan de obtener para si la c asilla eS. pero no lo consiguen.

Page 38: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

26. r x g5 27. eS 28. Cd5!

r x g5 Df7

En el momento mas propicio, ya que ahora no es posible el cambio arriba mencionado. La partida esta estratégicamente decidida. Aun siguió:

28. 29. Tfl 30. De4 3 1 . D X fS 32. e x f4 33. AdS + 34. e6+ 3S. T X f4 36. Tg2+ 37. Tg X g4+ 38. T X g4+ 39. Tg3 40. Ag7 1 4 1 . Af8!

Ch5 Cf4 DfS A X fS g X f4 Rg7 Cffi Rg6 Cg4 A X g4 RfS Tg8 Te7 abandonan

En la siguiente partida, donde las negras juegan la defensa Nimzoindia, M. Botvinnik emplea un método ana­logo de explotación de los aspectos positivos del peon doblado.

M. Bovitnnik V. Chekhover Leningrado. 1 938

( Defensa Nimzoindia)

l. d4 Cffi 2. c4 e6 3. Ce3 Ab4 4. Cf3 0-0

Mas preciso es 4 . . . . . c5; ya que la siguiente clavada del caballo negro resulta en este caso bastante desa­gradable.

5. Ag5 d6

6. e3 7 . Ae2 8. Dc2 9. 0-0

1 0. b X c3

De7 eS TeS A X c3

No es bueno 1 O. O X c3 a causa de 10 . . . . , Ce4 y las negras salen de to­das sus dificultades.

10. h6 1 1 . Ah4 eS? !

Con esta jugada las negras, por un lado. refuerzan su presión sobre el centro blanco, pero por otro debili­tan la casilla d5 . Mejor hubiera sido la inmediata 11 . ... , Ag4, y en caso de 1 2. A X f6, D X f6; 1 3 . De4, A X f3; 1 4. A X f3, Cc6; l S. De2, De7! el negro tendna una posicion muy sólida.

12. Tae1 Ag4 13 . A X ffi!

Eliminando al defensor de la casi­lla d5 .

13. 14. De4

D X ffi A X f3

Era mejor 1 4 . . . . . Ac8.

1S . A X f3 16. d X eS 17. Td1 18. TdS

Ce6 d X eS Tad8

(Véase diagrama núm. 25)

La posicion presente es ventajosa para !as blancas, por haber ocupado estas el importante punto central dS . Veamos ahora como aprovecha Bot­vinnik esta circunstancia.

18. 19. Tfd1

b6 Ca S

37

Page 39: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 25

20. h3 T X dS 2 1 . T X d5 !

Es peor 2 1 . e X d5 , Dd6 ( 2 1 . . . . •

Cb7?; 22 . Da4) seguido del traslado del caballo a d6, después de lo cual las negras obtendrían una posición muy prometedora.

2 1 . De7 22. Ag4 Db7 23. AfS !

Fuerte jugada que decide practica­mente el destino de la partida, ya que ahora las negras no pueden impedir la irrupción de la torre enemiga en su 2.• fila.

23. ... Db8 24. Td7 Td8

Defendiéndose de 25 . Ah7+, Rf8; 26. Dd5.

38

25. D X eS ! C X c4 26. D X b8 T X b8 27. Ae4 !

L a variante 2 7 . T X a7, Cd6; 28.

Ad3, c4; 29. Afl , C b5 les dan a con­trajuego a las negras.

27. 28. Ad5 29. e4 30. c4 3 1 . e X bS 32. eS 33. f41 34. Rf2

Ca3 Tf8 a S bS C X bS a4 Cd4

La intervención del rey blanco en el juego pone rápidamente fin a la batalla.

34. 35. g3 36. g X f4 37. Re3 38. fS 39. Te7 40. e6 4 1 . f X e6

gS g X f4 Ce6 c4 CeS Cd3 f X e6 abandonan

El peon e6 no puede ser detenido en su marcha triunfa l hasta la 8.3 fila.

En la praética actual de los torneos se dan bastantes partidas donde re­sulta aceptable para uno de los dos bandos dejarse debil i tar la estructura de peones doblando! os y aislandolos. Veamos un ejemplo:

L Portisch R. Fiseher Torneo interzonal

Sousse, 1 96 7 ( Defensa india de rey)

l . Cf3 2. g3 3. c4 4. d4 S. Ag2 6. Cc3 7. 0-0 8. e4

Cf6 g6 Ag7 0-0 d6 Cbd7 eS c6

Page 40: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

9. h3 1 0. Te1 1 1 . dS 1 2. Tb1 13 . Ae3 14. A X eS? !

Db6 TeS CeS a5 De7

Mas a menudo se juega 14 . Cd2.

1 4. 1S . d X e6

d X eS b X e6

Por supuesto, no 1 5 . . . . . D X c6 a causa de 1 6 . Cd5 con ventaja de las blancas.

Diagrama núm. 26

He aqUI una posicion que, por su canicter, nos recuerda la surgida (con los colores cambiados) en la partida precedente Botvinnik-Panov des­pues de la 1 4.8 jugada. R Fischer procede ahora a trasladar su caballo a e6 ( ... , Ch5-g7-e6) «al estilo de Bot­vinnik».

1 6. Ca4 AfS 17 . Db3 Ch5 18. De3

A 1 8. Db6 las negras contestanan 1 8 . . . . , De7 seguido de 1 9 . . . . , Ta6, ya que no es posible 1 9. D X c6? a cau-sa de 1 9 . . . . , Ad7.

18 . ... , Da7 19. h4!

Preparando el cambio de los alfi­les de casillas blancas. favorable al primer jugador en esta posición, y amenazando a la vez h5 si el caballo negro se va a g7.

19. 20. Rh2 2 1 . Ah3 22. R X h3

Cg7 ffi A X h3 Ce6? 1

Curiosamente, a esta misma posi­ción. aunque con un tiempo de más para las blancas (Tbd1 ), se llegó en una partida Vaganian-Balashov(Vil­na. 1 975), que sig\}io aqui: 23 . . . . , Tbd8; 24. Rg2, h5!; 25. T X d8, T X d8; 26. Cd2, Ce6: 27. Cb3, Tb8 con mejores posibilidades para el ne­gro. Es claro que también en la po­sición del texto hubiera sido mejor 22 . . . . , hS , impidiendo la próxima ju­gada de las blancas.

23. h5 24. Th1 25. Rg2

g X h5 TadS Dg7

Defendiendo indirectamente el peon h5, pues a 26. T X h5? seguina 26 . . . . . Cf4+.

26. Rfl 27. Th4 28. De2 29. b3 30. Td1 3 1 . D X d1 32. De2

Dg4 Dg6 Ah6 Td7 T X d1 + TdS Ag5 !

39

Page 41: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Fischer encuentra a cada paso ju­gadas ingeniosas, pero aun asi no lo­gra inclinar a su favor el platillo de la balanza.

33. ex gS 34. T X hS 35. Dg4

f X gS Td2

La variante 35 . D X d2, D X h5 : 3 6 . Dd7, Cd4 e s peligrosa para las blancas.

35. 36. Th2 37. Cc3 38. Cdl 39. Rg2

h6 Rg7 Td3 Dti Dd7

Las negras atacan el caballo ene­migo y al mismo tiempo preparan una bonita celada: 40. Ce3?. T X e3! : 41 . f X e3 , Cf4+; 42. Rf3, Ddl +.

40. DfS T X d 4 1 . D X eS + Rg8?

Decision ambiciosa, que hubiera podido resultarle fatal a Fischer. Ha­bía que jugar 4 1 . . . . , Rg6; 42. Df5 +. Rg7: 43. DeS + con tablas por jaque perpetuo. lo cual es del todo confor­me al estado presente de la partida.

42. T X h6 Cg7 43. Tg6?

Lamentable error. La continua­cion 43. Db8+. Dd8: 44. D X d8 +. T X d8: 4S . T X c6, o43 . . . . , Rl7 : 44. eS brindaba a las blancas verdaderas probabilidades de triunfo.

40

43. 44. T X g7 + 45. DeS + 46. Dh5 + tablas.

g4! D X g7 Rh7 Rg8

Un rasgo esencial para definir glo­balmente la calida d de cualquier es­tructura de peones lo constituye taro­bien la presencia de las llamadas «islas» o «islotes» ( grupos sueltos de peones e incluso u n solo peon) . El si­guiente ejemplo. tomado de un final. ilustra mejor que n ada la debilidad que representan tales « islas».

P. Spielmann A. Rubinstein San Petersburgo, 1 909

Diagrama núm. 2 7

La posición d e las negras e s mejor por hallarse su rey mas cerca del cen­tro, pero sobre todo por tener sola­mente dos islas de peones. mientras el blanco tiene cuatro.

Ahora podn an ganar inmediata­mente un peon jugando l . . . . . Tb3 : 2 . Ta2. Td3. pero d e spués de 3 . a4. T X d4; 4. a5 las blancas activanan sus fuerzas.

l. Ta8! 2. Tc3 Ta4 3. Td3

Page 42: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

La torre blanca, obligada a defender sus peones débiles, se encuentra ya en una posición pasiva.

3. Re7 4. Rg3 Re6 S. Rf3 RdS 6. Re2'? t

Ahora sena desventajoso para las negras 6 . . . . • T X d4 a causa de 7. Re3, tras lo cual el peón a3 se vuelve muy peligroso. Con todo, era mas preciso 6. h4. frenando el avance de los peones doblados del enemigo.

6. gS ! 7. Tb3 f6 8. Re3 Rc4 9. Td3 dS

1 0. Rd2 Ta8 1 1 . Re2 Ta7 12. Rd2 Te7!

Poniendo a las blancas en zugz­wang.

1 3. Tc3 + 14. a4 IS . Ta3 1 6. Tal 1 7 . Re3?

R X d4 Ta7 Ta5 Rc4

La variante 1 7 . Tc1 +!, Rb4; 1 8 . Tbl +. R X a4; 1 9. Rd3. TeS; 20. Rd4. Tc2: 2 1 . Tb7, T X f2; 22. T X g7 les daba a las blancas posibi­lidades de tablas.

17 . ... d4 + 18. Rd2 Tf5

La torre negra. a diferencia de su contraria. desarrolla gran actividad.

19. Rel Rb4! 20. Re2 RaS 2 1 . Ta3 Tf4

22. Ta2 23. Rd3 24. R X d4 2S. Rd3 26. Te2 27. Re3 28. Tc2

Th4 T X h3 + Th4+ T X a4 Tf4 Rb6 Rb7 !

Las negras impiden el juego activo de la torre enemiga.

29. Tc1 Ta4 30. Thl Rc6 3 1 . Th7 Ta7 32. Re4 Rd6 33. RfS g6+ 34. R X g6 T X h7 3S. R X h7 ReS 36. Rg6 g4 37. abandonan

La siguiente partida constituye un modelo de tecnica en lo que se refie­re a explotar la debilidad de las islas de peones.

T. Petrosian M. Botvinnik 5 .• partida del match

Moscu, 1 963 (Defensa Grunfeld)

l . c4 2. d4 3. Cc3 4. Cf3 S. e3 6. Ae2 7. A X c4 8. d5

g6 Cf6 d5 Ag7 0-0 d X c4 eS e6

Decision delicada. que concede a las blancas un final ligeramente favo­rable. Merecía considerarse 8. Ce8.

9. d X e6 D X di +

4 1

Page 43: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

10. R X d l 1 1 . A X e6

A X e6 r x e6

Diagrama núm. 28

En la posición que acaba de sur­gir, las negras tienen una sola debi­lidad: el peon e6 . Comentando esta partida, T. Petrosian observaba que el intento de ganar ese peón estaba condenado al fracaso. No obstante, hacia hincapié en que la debilidad de un peón aislado no depende solo del peligro de su captura. Otro inconve­niente, no menor, consiste en que la casilla o varias de las casillas que tie­ne delante pueden ser aprovecha­das por el adversario como puntos fuertes para sus piezas. En atencion a esto, Petrosian juzgaba que la parti­da era aquí mejor para las blancas.

12. Re2 ec6 13. Tdl Tad8

Es más correcto 1 3 . .. . . Rf7 .

14. T X d8 T X d8 1 5. eg5 !

42

Fuerte jugada, gracias a la cual un caballo blanco pasará a ocupar una posición inexpugnable en el centro.

1 5. 1 6. ege4 11. ex e4 18. Tbl 19. Ad2!

TeS e x e4 b6 Cb4

Si ahora 1 9 . . . . . C X a2. seguiria 20. Tal , eb4; 2 1 . A X b4, e X b4; 22. T X a7. A X b2; 23. Tb7 con ventaja de las blancas.

19. Cd5 20. a4 TeS 21 . b3 Af8 22. Tcl Ae7

Era preciso 22 . . . . . Tc7; impidien­do la siguiente jugada del blanco.

23. b41 24. b5 25. Ac3 26. Tc2 27. T X c3 28. Tc2 29. ed2

c4 Rf7 Aa3 e x c3 Ab4 Re7 c3

Pasar aqw a un final de torres me­diante 29 . . . . . A X d2; 30. R X d2, Td8+: 3 1 . Rc3 , Tdl les daba a las negras, según Petrosian, más posibi­lidades de defensa.

30. ee4 3 1 . Rd3 32. Rc4 33. e X c3 34. ee4!

Aa5 Td8 + Td l Th l

Las blancas devuelven el peón ga­nado. pero refuerz a n su posicion en el centro.

34 . . .. T X h2

Page 44: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

3S. Rd4. Rd7 36. g3 Ab4 37. ReS

Con esta jugada las blancas inician la penetración del rey en las filas ene­migas, lo que no tardará en decidir el resultado de la lucha.

37. 38. Rf6 39. Rg7 40. Tc61 4 1 . Rf7 42. Te6 43. Td6+ 44. ReS 4S. Tc6 46. CgS 47. Rf7 48. Rg8

ThS + Ae7 + eS Thl Tal Ad8 ReS Ac7 Tdl Td8+ Td7+ abandonan

C. Disposición de las piezas

Mucho tiempo ha transcurrido ya desde que el célebre gran maestro ale­mán S. Tarrasch proclamara, entre tantos otros, este conocido principio: «Cuando una pieza está mal, toda la partida está mal.» Semejante fórmula parece demasiado categórica, aun­que también en las partidas de nues­tros días pueden encontrarse no pocos ejemplos que confirman su veracidad. El aprovechamiento de la mala posi­ción de las piezas del adversario es un tema frecuente en la práctica del aje­drez. Por ello, al aficionado que trata de perfeccionarse le es indispensable aprender a explotar ese tipo de des­ventaja.

U. Winter J. R. Capablanca Hastings, 1 9 1 9

(Apertura de los cuatro caballos)

l . e4 eS

2. Cf3 Cc6 3. Cc3 Cf6 4. Ab5 Ab4 S. 0-0 0-0 6. A X c6

Mas rico en posibilidades resulta 6. d3, d6; 7. Ag5 , como se jugó en la partida Botvinnik-Panov anterior­mente mencionada.

6. 7. d3 8. AgS 9. Ah4 1 0. CdS?

d X c6 Ad6 h6 eS

A esta jugada se debe, de hecho, la pérdida de la partida. Era necesario hacer primero 10. A X f6, D X f6, y solo después 1 1 . Cd5, con igualdad.

1 0. l l . C X f6+ 1 2. Ag3 13 . b3 14. D X f3 1S. g X f3

gSI D X f6 Ag41 A X f3 D X f3 f61

Diagrama núm. 29

43

Page 45: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

El alfil blanco esta ahora como en­cerrado en una jaula, de la cual le es prácticamente imposible escapar por hallarse los dos peones f2 y f3 priva­dos de movimiento.

1 6. Rg2 17 . a4 1 8. Thl 19. h4

aS Rl7 Re6 Tfb

.8

Disfrutando en realidad de una pie­za de más, las negras preparan una ofensiva en el flanco de dama.

20. h X g5 2 1 . b3 22. Ta2 23. Tha1

h X g5 c6 bS c4!

No, naturalmente, 23 . . . . , b4?, des­pués de lo cual, la suerte del alfil negro no seri a mucho mejor que la de su contrario.

24. a X bS 2S. e X b3 26. Ta4 27. d4

e X b3 T X bS T X b3 TbS

Las negras tienen ya un peón de ventaja. El resultado de la partida no deja lugar a dudas.

28. Tc4 Tb4 29. T X e6 T X d4 30. abandonan

Tales ejemplos abundan en las par­tidas de J. R Capablanca. El ence­rramiento de una pieza enemiga en un lado del tablero, excluyendola asi del juego, seguido de un ataque en el flan­co opuesto, era uno de los procedi­mientos más caracteristicos del ilus­tre ajedrecista cubano.

Veamos ahora dos ejemplos mo­dernos. El gran maestro S. Furman

44

dio a la primera fase de la siguiente partida el nombre de apertura . . . id e un caballo!

S. Furman L Polugayevski 37.° Campeonato de la U RSS

Moscú, 1 969 (Defensa india de dam:i)

l. d4 2. c4 3. Cf3 4. Cbd2 S. e3 6. Ad3 7. 0-0 8. a3 9. b4

1 0. b X eS 1 1 . Tb1

Cf6 e6 Ab4+ 0-0 b6 Ab7 dS Ae7 eS b X eS Aa6

Esta jugada dificulta el desarrollo del flanco de dama de las negras. Era preferible 1 1 . . . . , Dc8.

12. CeS 13 . e X d4 14. Cdf3 IS. C X eS

e X d4 Cfd7 C X eS Af6?

Un error. Ahora las negras no con­siguen romper el cerco que las oprime. La única posipilidad de continuar lu­chando consisiia e n sacrificar la cali­dad mediante 1 5 . . . . , A X c4; 1 6 . C X c4, d X c4; 1 7 . Ae4, Cd7.

(Véase diagrama núm. 30)

1 6. De2 h6 17. Tdl D eS

Tratando de simplificar e l juego. Sin embargo, despues del cambio de damas toda vi a resaltara con más fuer­za el subdesarrollo del flanco de dama negro.

Page 46: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 30

1 8. e X dS 1 9. A X e2 20. Af4 2 1 . Aa41

D X e2 e X dS Td8

Cortándole el camino al caballo negro, que sigue sin poder moverse.

2 1 . Ae7 22. Tb3 g5 23. Ag3 f6 24. Cg61

Es importante cambiar el alfil de rey de las negras, principal defensor de su posición.

24. 25. A X d6 26. Ce7+ 21. crs 28. Te1

Ad6 T X d6 Rf7 Te6

Sin dejarse seducir por la ganancia de un peon, las blancas siguen dispo­niendo sus piezas de la manera mas eficaz posible. El negro no puede ahora impedir la invasión de las to­rres enemigas.

28. 29. h3 30. Te7 + 3 1 . Te3

hS h4 Rf8

Cambiando la unica pieza activa de las negras.

3 1 . 32. C X e3 33. TeS+ 34. e x dS

T X e3 Ad3 Rf7 abandonan

A veces, para excluir del juego una pieza enemiga, es necesario sacrifi­car uno o hasta dos peones.

D. Bronstein A. Belyavski 43.° Campeonato de la URSS

Erivan, 1 975 (Defensa Caro-Kann)

l . e4 2. d4 3. Ce3 4. C X e4 5. CeS !? 6. g4!?

e6 dS d X e4 AfS Db6 Ag6

Merecía atencion 6 . . . . . Ac8.

7. f4 8. De2 9. h4

10. fSI 1 1 . g5

e6 Ae7 hS e x rs

(Véase diagrama 3 /)

La idea de las blancas aparece con claridad: excluir del juego al alfil ne­gro de g6, gracias al sacrificio de un peón y bloquear el naneo de rey ene­migo. En este caso dos peones blan­cos bastaran para contener a cuatro del adversario. mientras el peón de

45

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Diar:rama 1111 111. 3 /

mas que las blancas tienen en el nan­eo de dama les asegura la superiori­dad en el final. De momento, no obs­tante. la situacion general es muy ten­sa, pues las blancas l levan retraso en el desarrollo y su rey está mal prote­gido.

1 1 . Cd7 1 2. Cb3

Es netamente peor 1 2. C X d7, R X d7; 1 3 . Cf3, Ad6 y las blancas no conseguirían nada.

12. Dc7 13 . Ch3 0-0 1 4. Af4 Ad6 1S. Dh2 Cf8

Parece más correcto 1 5 . . . . , Cb6, y si entonces 1 6. 0-0-0, podna seguir 16 . . . . , Cd5 ; 1 7 . A X d6, D X d6. En tal caso, las blancas, para instalar e l caballo en f4, tendnan que debilitar su posición mediante c4.

1 6. 0-0-0 17 . A X d6

46

Ce6 T X d6

Nueva inexactitud. Dentro de tres jugadas, las negras mismas propon­drán el cambio de damas. Por eso era mejor aquí 1 7 . . . . , D X d6.

18. Ac4 19. Cf4 20. D X f4 21 . D X c7 + 22. c3

Ce7 e x r4 Tdd8 R X c7 The8

Era digno de considerarse 22 . . . . , b6. impidiendo e l traslado del caba­llo blanco a la casilla clave f4 ( vi a c5). También parece interesante, e incluso de mayores perspectivas, 22 . . . . • b5 seguido de 2 3 . . . . , CdS .

23. CeS Cc8 24. Cd3 Cd6 2S. Ab3 Te3

No iguala la partida 25 . . . . . Te4 a causa de 26. Tdfl , Tg4; 27. Ad J . Tg3; 28. Cf4, Ce4; 29 . Af3 con me­jor juego de las blancas.

26. Cf4 27. Thgl 28. Tdfl 29. Adl 30. Af3 31 . d X eS + 32. Cg2 33. Cf4

Tde8 T8e7 Ce4 Rd6 c5 R X eS Td3 Td8?

Había que regresar con la torre a e3. tras de lo cual les hubiera sido d i­ficil a las blancas reforzar su posicion.

34. Tdl 3S. T X d7 36. Td1 37. R X dl

Ted7 T X d7 T X di + Cd6

La estrategia de l as blancas ha te­nido éxito. Práctic amente estan ju­gando con una pieza de mas.

Page 48: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

38. Rc2 39. a4 40. Rd3 4 1 . Rd4

a5 Rb6 Rc7 CeS

Ahora el blanco, con paso firme, transforma su ventaja posicional en victoria:

42. b4 43. e X b4 44. aS 4S. g X f6 46. ReS 47. bS 48. b6

a X b4 Ce7 f6 g X f6 Af7 ReS abandonan

El tema de la disposición de las piezas entraña todavía otros aspec­tos. Por ejemplo, segun los distintos sistemas de apertura, puede variar la importancia o el papel que desempe­ña tal o cual pieza. En la defensa in­dia de rey suele ser especialmente im­portante para las negras el alfil del fiancheto, mientras en la apertura es­pañola el primer violín de la orquesta de las blancas lo lleva su alfil de rey. el llamado «alfil español».

Es también tradicional la noción de «piezas malas». Asi, en la defen­sa india de rey el alfil blanco de casi­llas claras asume muchas veces un papel pasivo. y en la defensa francesa le ocurre lo mismo al alfil de dama de las negras. Naturalmente. esta divi­sion de las piezas en «buenas» y «ma­las» es algo convencional, lo que da mayor interes a los casos en que puede mostrarse lo contrario, es de­cir, a las excepciones.

Veamos, entrando un poco en deta­lles, la cuestion del alfil de dama ne­gro en la defensa francesa. Se han hecho ya celebres algunos ejemplos que prueban la superioridad del ca­ballo blanco sobre el alfil «malo» de

las negras en esta apertura. He aqUJ uno de ellos:

A. Gipslis R. Emma Lyon, 1 958

Diagrama núm. 32

En el diagrama aparece un final bastante caractenstico de la defensa francesa. La ventaja de las blancas reside en la superioridad de su caba­llo sobre el alfil negro y en la posibili­dad de ocupar con sus piezas las casi­llas d4 y e5 .

l . 2 . a3 3. Cc3 4. TeS S. Ce2 6. Cd4 7. R X f2 8. Tel 9. R X el

1 0. Rf2

Ta6 Ta4 TaS Tac5 Tc2 T X f2+ Tcl T X el A eS

La mencionada superioridad d..:l caballo sobre el alfil enemigo es aho-

47

Page 49: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

ra evidente y se apreciara todavw me­

jor en las jugadas que siguen:

10. 1 1 . Cf3 12. Cg5 13 . Cf3 14. CeS 15 . Rg3 16. d4 17. Rh3 18. g5 19. Rh4 20. r x g5 2 1 . g6 22. Cg4 + 23. Rg5

Rf7 Re7 h6 Aa4 Ae8 Rf6 Re7 Aa4 Ad1 h X g5 + Ac2 Rf6 Re7 abandonan

Sin embargo. el papel del alfil en los finales como el que acabamos de ver no es siempre tan lamentable. Todo depende de los rasgos concre­tos de la posicion.

W. Kunert K. Oppenrieder Munich, 1 95 1

Diagrama núm. 33

A pesar de que cuatro de los seis peones negros se encuentran en casi-

48

llas del mismo color que su alfil, la ventaja de las negras no ofrece duda, debido a la presion que ejercen por la columna semiabierta «a» y sobre el punto d4. Como pro nto se verá, tam­bién le espera un buen futuro al pro­pio alfil negro.

l . a3 2. Tac1 3. a X b4 4. Tc2 5. Ab5 6. A X c6 7. Tb1

Tfa8 b4 Ta2 T8a4 T X b4 A X c6 Rf7

Las piezas blancas estan atadas a la defensa de sus p eones debiles, por lo que la marcha d e l rey negro no tar­da en decidir la partida.

8. Td2 AbS + 9. Rt2 h6

10. g4 Tb3 l l . Ce1 Rg6 12. Rg2 Rg5 13. h3 Rf4 14. Tt2+ Re4 1 5. Cf3 Te3 1 6. Tdl ? Ae2 17. abandonan

La puesta en j uego del alfil de dama negro constituye uno de los principa­les problemas de l a defensa francesa. El modo más senc i l l o de resolverlo es cambiar ese «alfil frances)). Por ejem­plo: l . e4. e6: 2. d4, d 5 : 3. Cd2. C ffi : 4 . e5 . Cfd7: 5 . Ad3 . c5 : 6 . c3 . b6: 7 . Ce2. Aa6: o bien l . e4. e6: 2 . d4. dS : 3. eS . eS : 4.c3, Db6 : 5 . C f3 . Ad7 : 6 . Ae2. AbS . El inco nveniente d e este cambio es qu..: hacl.! perder tiempo. Por otra parte. los verdaderos paladi­nes de la defensa francesa en modo alguno consideran m alo su alfi l de dama. creyendo en su brillante por­venir.

Page 50: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

V. Kupreichik B. Zlotnik Kiev, 1 970

(Defensa francesa)

l . e4 2. d4 3 . eS 4. c3 S . Cf3 6. Ca3 7. e X d4 8. Ad2 9. A X b4

10. Ae2 1 1 . Dd2 12. h4?

12. 1 3 . 0-0-0 14. e X f6 I S . Ad3 16. Rbl 17. Cc2

e6 dS eS Db6 Ad7 e X d4 Ab4+ Cc6 ex b4 Ce7 0-0

Cbc6 f61 T X f6 Taf8 h6 A eS

Las negras intentan activar el alfil mediante ... , g6-f5.

18 . Tdfl ?

Lo correcto era 1 8. h5.

18. Cg6 19. Tdl Cf4 20. AO Ag6 21 . Ral Ae4

( Véase diagrama núm. 34)

El alfil «malo» se ha convertido en una pieza activa que mantiene vigila­dos ambos flancos del campo ene­migo.

22. Ccel Cb4 23. a3

Dia¡:rama núm. 34

En caso de 23. Ce5 , TeS!; 24. Cd7. DaS ; 25. a3. Da4; 26. C X 10+, g X lo ; 27. Tc l , Db3!; 28. T X eS+. Rg7 . las negras gananan bril lante­mente.

23. 24. De3? ! 2S. CeS 26. Td2 27. C X c6 28. Cd3 29. f3 30. g3 3 1 . D X d2 32. A X d3

Ce6 DaS Da4 TeS T X e6 Tc2 Ag6 T X d2 e x d3 D X d4

La actividad de las piezas negras se ha traducido por la ganancia de un peon y una clara ventaja posicional. Aun siguio:

33. Tdl 34. D X d3 3S. T X d3 36. h X gS 37. Rbl 38. Rc2 39. Rd2

A X d3 D X d3 gS h X gS Rl7 Re7 Rd6

49

Page 51: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

40. Re3 eS 4 1 . b4 Th6 42. g4 Th3 43. Re2 Th2+ 44. Re3 d4+ 4S. Re4 Re6 46. Tb3 Te2+ 47. abandonan

En la partida siguiente. el alfil de dama negro entra en juego por d7-e8-h5 .

E s curioso ver cómo. gracias a esa maniobra, las negras obtienen una su­perioridad decisiva.

La impresion que produjo en su tiempo el proceder de las negras fue tal que toda esta variante empezo a considerarse como refutacion ideal del sistema de apertura adoptado por el blanco. No obstante, si las blancas juegan bien. al negro no le es posible igualar la partida.

J. Kupper T. Petrosian Tel-Aviv. 1 964

(Defensa francesa)

l . e4 e6 2. d4 dS 3. Cd2 Cffi 4. eS Cfd7 S. c3 eS 6. f4 Cc6 7. Cdf3 c4? !

Precisamente esta jugada sirve de preambulo al plan de bloqueo que han escogido las negras.

8. g4 9. g X hS

10. Ce2 1 1 . Cg3 12. b4?

hS Cb6 T X hS Th8

Error principal de las blancas. m o-

5 0

tivado a l parecer por e l deseo d e ex­cluir del juego al «alfil francés» del adversario. A una lucha compleja con mejores posibi l idades para el blanco lleva 1 2. Dc2 amenazando 1 3 . fS. y si ahora 1 2 . . . . • g6. sigue el avance h4-h5 con destrozos en el flanco de rey de las negras. Tampoco es malo aquí 1 2 . b3 , manteniendo la tension en el ala d e dama.

12. 13. a4 14. bS I S . Aa3 16. A X f8 17. Del 18. Ae2 19. Adl 20. Ta2

Ad7 a5 Ce7 Cg6 C X fS Cg6 De7 0-0-0

Diagrama núm. 35

La presencia de peones debiles en a4. f4 y h2 les o bliga a las blancas a pasar a la defensa. Pronto se pondra de manifiesto que ni siquiera podrán llevar adelante su idea principal: res­tringir la actividad del alfil enemigo.

Page 52: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

20. 2 1 . Tt2 22. 0-0 23. Tg2 24. Tff2 2s. e x h4 26. en

ffi Tdf8 fS I Ae8 eh4 T X h4 Ah S

Ahora se ve cómo el alfil activado de las negras es aquí, por lo menos, tan bueno como el de las blancas.

27. Ae2 Th8 28. Tg3 Rb8 29. Tfg2 g6 30. Tt2 Ra7 3 1 . Tfg2 Df8 32. TgS Dh6 33. T2g3 Ag4 34. Dd2 ed7 3S. Tg2 ef8 36. ee3 Af31

El alfil negro de casillas blancas se ha convertido en la pieza mas activa del ataque y la posición enemiga se viene inmediatamente abajo.

37. b6+ Rb8 38. Del A X g2 39. Da3 Dh7 40. Dd6+ ReS 4 1 . DeS + Rd8 42. A X fS T X h2 43. Dd6+ Dd7 44. Db8+ Re7 4S. Ae2 Af3 46. Tg3 T X c2 47. e x c2 Ae4 48. ee3 Th 1 + 49. Rt2 D X a4 SO. abandonan

En la variante l. e4, e6; 2. d4, dS ; 3. eS , eS; 4. c3, ec6; S . Cf3, Db6; 6. a3, c4 es caractenstico, para poner en juego el alfil de dama de las negras. el itinerario d7-a4.

Cuando el citado alfil negro se desarrolla por b7 y su diagonal esta obstruida por su peon d5, las blancas correrian peligro en subestimarlo, pues tarde o temprano este alfil aca­ba por entrar eficazmente en juego.

l. Boleslavski A. Ufimtzev Moscu, 1 944

(Defensa francesa)

l . e4 2. d4 3. ee3 4. e x e4 S. e X ffi+

e6 dS d X e4 effi g X ffi

Es arriesgado 5 . . . . , O X 10 a causa de 6. Cf3, Ad7; 7. Ag5, Dg6; 8. Ad3. 15 ; 9. h4 con ventaja de las blancas (Tarrasch- Lasker, Munich, 1 908). Por eso las negras. en lugar de 6 . . . . •

Ad7. han de perder tiempo con la ju­gada preventiva 6 . . . . , h6.

6. en b6 7. AbS + c6 8. Ac4 Aa6 9. Ab3?1

El cambio de alfiles dejaba a las blancas con una ligera superioridad.

9. Dc7 10. c4 ed7 1 1 . 0-0 0-0-0 1 2. De2 Ad6 13 . a4 Tdg8 14. aS eS

Preparándole el camino al Aa6 para que participe en el ataque contra el rey blanco.

15 . a X b6 D X b6 16. Ae3?

5 1

Page 53: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Erróneo. Después de 1 6. Aa4, e X d4; 1 7 . A X d7+, R X d7; 1 8. b4, las posibilidades de entrambos serian aproximadamente iguales.

1 6. 17 . d X c5 18. Ad1

Ab7! e x c5

A fin de reforzar el punto f3 .

18. 19. Dd2 20. DaS 2 1 . eel

Tg4 ee4! Thg8!

Si 2 1 . A X b6?, las negras darían elegantemente mate de esta manera: 2 1 . . . . . T X g2 +: 22. Rh l . T X h2+!: 23. e x h2. e x f2++.

Diagrama núm. 36

21 . 22. e x g2

T X g2+ ! ed2 ! !

S i ahora 2 3 . A X b6. las negras fuerzan el mate en tres jugadas: 23 . . . . . T X g2+ ! : 24 . Rh l . T X h2 + : 25 . Rgl . Th l + +.

5 2

23. Dd5

i Para obstruir la línea de ataque del «alfil frances» las b lancas tienen que entregar la dama! Tampoco se salva­ban con la variante 2 3 . f3 , D X e3 +; 24. Tl2. e X 13 +: 25 . A X f3. A X 13.

23. 24. e X d5 25. A X d2 26. Af3 27. abandonan

A X d5 D X 62 D X al A X h2+!

D. C entro

La primera nocion estrategica que se 1.:: inculca al jugador d.:: ajedrez .::n cierne es la del papel y significado del centro. Es evidente que las piezas si­tuadas en el centro ejercen ahí su má­xima actividad. E n un santiamen pueden trasladarse a cualquier flanco y reforzar el juego en el sector mismo donde empieza a l ibrarse la batalla. A lo largo de toda la partida el ajedrecis­ta debe tener presente la importancia del dominio de las casil las centrales, por mucho que le apasionen los acon­tecimientos que tienen lugar en los flancos.

Por «centro» se entiende, propia­mente hablando, el cuadrado consti­tuido por las casillas d4, d5, e4 y eS . Existe también un concepto mas am­plio que incluye las casillas vecinas, formandose así un cuadrado de 1 6 .

(Véase diagrama núm. 3 7)

La toma de las casillas centrales puede efectuarse de dos maneras. Una consiste en ocuparlas con los propios peones ( «centro de peones»). La otra. en ocuparlas o ejercer pre­sion sobre ellas con piezas ( «centro de piezas»).

Dada la extrema importancia del

Page 54: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 37

problema del centro. que rebasa con mucho el simple contexto de los ele­mentos estrategicos, le prestaremos aquí especial atencion.

Cent ro de peones

La noción clásica del centro res­pondia a la imagen de un par ideal de peones: en d4 y e4 de blancas y dS y eS de negras. Este concepto es bien conocido de todos los ajedrecistas desde sus primeras lanzas rotas en el noble juego. En la apertura italiana (o «Giuoco Piano»), el gambito de rey y el gambito Evans, las blancas a me­nudo forman ese tipo de centro, aun­que para ello les sea necesario sacrifi­car un peón.

E n muchas aperturas cerradas de nuestros di as. por ejemplo la defensa Tarrasch mejorada o la defensa Grün­feld, las blancas se constituyen un sólido centro de peones, mientras el negro trata de contenerlo y hacer pre­sión sobre el con piezas para luego minarlo con los peones propios. En tales casos, la fuerza del centro blan-

co depende de su movilidad. Veamos cómo tod9 esto se realiza en las parti­das de los jugadores más fuertes del mundo, sirviéndonos de ejemplo una determinada variante de apertura: la defensa Tarrasch mejorada del gam­bito de dama.

P. Keres R. Fine Ostende, 1 937

(Gambito de dama)

l. Cf3 2. d4 3. c4 4. Ce3 5. e X d5 6. e4

d5 Cf6 e6 c5 C X d5

Esta jugada tiene por objeto for­mar un centro de peones. Otra conti­nuación posible es 6. e3.

6. 7. b X e3 8. e X d4

ex e3 e X d4 Ab4+

O bien 8 . . . . , Cc6; 9. Ac4, bS!? (Spassky-Fischer, match, 1 972).

9. Ad2 10. D X d2 l l . Ac4

A X d2+ 0-0 Cd7

En la partida Spassky-Petrosian que veremos más adelante ( Moscú, 1 969), las negras jugaron aqui 1 1 . . . . , Cc6.

12. 0-0 b6 13 . Tad1 Ab7 14. Tfel TeS 15 . Ab3 Cf6 1 6. Df4 De7 17. Dh4 Tfd8 18. Te3?!

5 3

Page 55: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Era mas fuerte 1 8 . e5, Cd7; 1 9. Cg5 , Cf8; 20. Ce4, A X e4; 2 1 . D X e4; o 1 8 . . . . , Cd5, 1 9 . Cg5 , h6; 20. Ce4, Cc3; 2 1 . Cf6+! con iniciati­va de las blancas.

18. bS 19. Tdel aS 20. a4! b4?

Era necesario 20 . . . . , b X a4!; 2 1 . A X a4, h6 con juego complicado.

Diagrama núm. 38

Ahora las blancas llevan a cabo una importante ruptura en el centro.

2 1 . dS! 22. eS 23. CgS

e X dS ed7 ef8?

Esto hace perder la partida. Mejor defensa era 23 . . . . , h6! , aunque des­pués de 24. e6, h X g5; 25. e X f7 +, R X f7; 26. Te7 + también hubieran tenido las blancas un ataque muy peligroso.

54

24. e x h7 ! e x h7 25. Th3 Del

26. D X b7 + 27. The3 28. Dh8+ 29. D X g7 30. Df6+ 3 1 . e6!

Rf8 d4 Re7 Tf8 ReS abandonan

En efecto, a 3 1 . . . . , d X e3 seguí­na 32. e X f7 + , T X f7; 33 . A X f7+, Rd7; 34. De6+ y las negras reciben mate o pierden la dama.

No menos bri l lante fue la victoria lograda por Keres 25 años más tarde en la siguiente partida, gracias tam­bién a un centro movil de peones.

P. Keres E. Geller M oscu, 1 962

(Gambito de dama)

l . d4 2. c4 3. en 4. ec3 S. e X d5 6. e3 7. Ae4

ef6 e6 dS eS e x dS ee6 e x c3? !

Dando le al adversario ocasión para formar un fuerte centro de peones. Mas prudente e ra 7 . . . . , e X d4; 8. e X d4, Ae7.

8. b X c3 9. 0-0

10. e4 1 l . Ab2 12. De2 13. Ad3 14. Tad1 15. e X d4

Ae7 0-0 b6 Ab7 e as TeS e X d4 Ab4?

Es mas fuerte 1 5 . . . . . Affi. Ahora vuelve a produci rse la. tematica rup­tura central.

Page 56: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 39

16. d5 ! 17 . e X dS

e X dS De7

Las negras no tienen nada mejor. Después de 1 7 . . . . , A X d5: 1 8. DeS, ffi: 1 9. DhS: o 1 7 . . . . , Ac3; 1 8 . AfS ! . Tc4; 1 9 . CeS: o finalmente 17 . . . . , Te8: 1 8 . CeS con la amenaza 19 . A X h7+ . l a superioridad del blanco es obvia.

18. CeS 19. DhS 20. e x g6! 2 1 . A X g6 22. Td3 23. f4!

ffi g6 h X g6 Dg7 Ad6

El ataque de las blancas no puede ya pararse.

23. 24. Dg4 2S. Rh1 26. Ah7 +! 27. De6+ 28. Tg3 +

Dh8 AeS + Te7 Rf7 Rg7 abandonan

Las negras reciben mate en la si­guiente jugada.

Ni siquiera el «impenetrable» T. Petrosian fue capaz de resistir a esta misma estrategia en la partida que sigue:

B. Spassky T. Petrosian 5 .0 partida del match

Moscu, 1 969 (Gambito de dama)

l . c4 2. Ce3 3. Cf3 4. d4 S. e X dS 6. e4 7. b X c3 8. e X d4 9. Ad2

10. D X d2 l l . Ac4

Cffi e6 dS eS C X dS C X c3 e X d4 Ab4+ A X d2+ 0-0

Hasta aqui la posicion es la misma que en la partida ya vista Keres-Fi­ne. Ahora las negras desarrollan su caballo por otra casilla.

1 1 . Cc6 12. 0-0 b6 13 . Tadl

Variante especialmente preparada por B. Spassky para este encuentro. En la 1 8. • partida del match de des­quite Alekhine- Euwe (Amsterdam, 1 937) �e jugo_ mas debilmenLI.!. 1 3 . Tfd l '? ! . Ab7: 1 4. Df4 y. despues d.: 14. . . . . CaS. las negras quedaron bien. Spassky hace de la ruptura cen­tral de dS el motivo principal de su juego. para lo cual es mejor que las to­rres blancas se situen respectivamcnl.! en di y e l .

13 . Ab7 14. Tfe l

5 5

Page 57: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama nzim. 40

14. . . . Tc8

l. Boleslavski recomendaba aqUI 14 . . . . , Ca5 ; 1 5 . Ad3, Dd6 para si 1 6 . d5 contestar 1 6 . . . . . eS . En una parti­da Polugayevski-Tal ( 3 7. o campeo­nato de la URSS, Moscu, 1 969) se hizo 1 5 . . . . , Tc8 en lugar de 1 5 . . . . . Dd6; pero después de 1 6. d5, e X d5; 1 7 . eS! l as negras fueron victimas de un fortísimo ataque: 1 7 . . . . , Cc4 ( era mejor 1 7 . . . . . De?) 1 8. Df4. Cb2; 1 9. A X h7+!. R X h7; 20. Cg5 +, Rg6; 21 . h4, Tc4; 22. h5 +, Rh6; 23 . C X f7 + con ventaja decisiva de las blancas.

La jugada del texto permite tam­bien el importante avance central.

15 . dS ! 16. A X dS 17. Df4 18. DfS 19. e X dS

e X dS CaS Dc7 A X d5

El peón pasado de las blancas decide ahora el tesultado de la lucha. ya que el negro no consigue defender­se con el principal método empleado

56

en estos casos: el b loqueo. Por ejem­plo: 19 . . . . , Dd6; 20. Cg5 , Dg6; 2 1 . D X g6, h X g6; 22. d6, Cb7; 23 . d7, Tcd8; 24. Te7 , Cc5 ; 25. Td6; o 1 9 . . . . , Cc4; 20. Cg5 , g6; 2 1 . Dh3, h5; 22. Ce4, Cd6; 23. Cf6 + , Rg7 ; 24. Dg3 con ventaja c lara de las blancas en ambas variantes.

1 9. 20. Df4 21 . d6 22. d7

Dc2 D X a2 Tcd8

Este peón inmovi l iza las dos torres enemigas. La posición de las negras esta ya perdida. E l j uego siguio toda­via.

22. 23. Df5 24. Tdcl 25. Tc7 26. Cd4 27. Tc8 28. Cc6 29. ex dS ! 30. Cc6!

Dc4 b6 Da6 bS Db6 Cb7 Cd6 e x rs abandonan

A raiz de la derrota que acabamos de ver. el propio Petrosian añadio este sistema de juego ( con las blan­cas) a su panoplia. Demostró ademas que el centro de peones ofrecia cier­tas ventajas suplementarias, ideando un plan de ataque, nuevo en esta cla­se de posiciones. en el flanco de dama.

T. Petrosian M. Tal Moscu. 1 972

Las 1 2 primeras jugadas son las mismas que en la partida Keres- Fi­ne. vista anteriormente.

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Diagrama núm. 41

13 . a4

El npico ataque de minonas. posi­ble aqui gracias a la posicion del ca­ballo negro en d7.

1 3. 14. Tfe l I S . Ad3 16. aS

Ab7 TeS ebS ee6?!

Era mejor 1 6 . . . . . b X aS: 1 7 . T X aS . Cc6 .

17 . a X b6 e x d4

Un error. que da a las blancas ven­taja decisiva. Habia que jugar 1 7 . . . : , D X b6. aunque tambien asi prefen­ble la posición blanca.

1s. e x d4 19. b X a7 20. Ta3 21 . h3 22. Tel

D X d4 TfdS A aS h6 Db6

Aqw no era posible 22 . . . . , A X e4'? a causa de 23. T X c8. T X c8: 24.

a8=D, T X a8; 25. T X a8, A X a8: 26. Ah7+, etc.

23. T X eS 24. Ta2 25. De3 26. Tal 27. Afl 2S. Da3 29. DaS 30. Da3 3 1 . Da6 32. Db5! 33. Da4 34. Tbl 35. DaS 36. eS 37. TbS 3S. Da3

T X c8 Te7 Db3 Td7 Db2 Db6 Db2 Db6 DeS Dd4 Dd6 TdS Rh7 Dd4 TdS abandonan

En suma, el bando que posee un centro movil de peones debe esfozar­se o por crear un peon pasado o por atacar en uno de los dos flancos. La eleccion del plan dependera de las ca­ractensticas concretas de la posición dada.

Los métodos mas eficaces de lucha contra un centro de peones son la contraofensiva o ruptura en el centro. el bloqueo y la presión por medio de piezas. En general, las simplificacio­nes son ventajosas para el bando que se defiende, ya que entonces aumen­ta la importancia de los peones late­rales.

La partida siguiente ilustra bien el metodo de presión de piezas en el centro.

T. Petrosian R. Fiseher 8.a partida del match Buenos Aires, 1 97 1 (Gambito de dama)

l . d4 2. e4

effi e6

5 7

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3. ef3 4. ec3 S. e3 6. a3 7. Dc2 8. b X c3 9. Ab2

10. Ad3 1 1 . 0-0 12. ed2

dS eS ec6 ee4 e x c3 Ae7 0-0 b6 e aS

Men:�cia atencion 1 2 . e X d5 . evi­tando el cambio de caballos.

1 2. 13. e x c4 14. A X c4 1S. e4 1 6. De2

d X c4 e x c4 b6 Ab7 TeS

La posicion esta mas o menos equi­librada. Ahora las blancas teman que haber parado la amenaza 1 7. . . . . e X d4: 1 8 . e X d4, A X e4 mediante 1 7 . Tac1 o 1 7 . Ad3 .

17. Ab3? bS I 18. f4 Db6 19. Rh1

Perdida de tiempo. Era mejor 1 9. fS.

19. 20. e X d4 21 . a X b4 22. dS?

e X d4 b4 A X b4

(Véase diagrama núm. 42)

Las negras estaban bien prepara­das para contrarrestar este ataque l!n 1!1 centro. Por l!so aqUI no til!nl! el mismo efecto que en las partidas vistas precedentemente. Era más fuer­te 22. Tf3, impidiendo la siguiente ju­gada del negro.

5 8

Diagrama núm. 42

22. 23 . A X e3 24. Ae2 2S. eS 26. Dd2 27. Tab1 28. Tf2

Ac3 T X c3 e X dS Te3 d4 Da6

No es mejor 28. D X d4, De2: 29. Tgl , Aa8 con fuerte ataque de las ne­gras en vista de la amenaza 30 . . . . . Tg3!

28. 29. Rgl 30. A X e4 3 1 . h3

Td8 Ae4 T X e4 d3

Parece como s i se h ubieran inverti­do los respectivos papeles de ambos bandos. Ahora son las negras quie­nes tienen un peón pasado en el cen­tro y el ataque al rey enemigo.

32. Tb3 33. Tb2 34. g3 3S. Rh2 36. Ta2

Dc4 Tdd4 TdS TbS Tb 1

Page 60: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

37. g4 Te2 38. T X e2 d X e2 39. D X e2 D X f4 + 40. Rg2 Tb3 4 1 . abandonan

Efectivamente, si ahora 4 1 . Df2. seguina 4 1 . ... De4+: 42. Rh2. Tf3: 43. Dg2, Dg4+ y las negras ganan la dama.

Ademas del centro móvil del que acabamos de hablar, existen otras es­tructuras de peones centrales en las que no nos detendremos aquí, dado el caracter limitado de este trabajo.

Centro de piezas

Si la ocupacion del centro con peo­nes no desempeña un papel decisivo en la lucha o si no hay peones disponi­bles para ese menester, cada uno de los dos bandos trata de dominar las casillas centrales con piezas. La ba­talla de piezas por el control del cen­tro se caracteriza de ordinario por una extrema tensión. Son necesarias finas maniobras para asegurarse des­de el principio la superioridad en el centro y poder así atacar sin riesgo en uno de los flancos.

El siguiente ejemplo nos muestra algunas peculiaridades de este tipo de lucha.

(Véase diagrama num. 43)

La po!>icion aqu1 representada pro \'icne de una partida Botvinnik- Li­Iientbal ( match-torneo. Moscu, 1 94 1 ).

Ninguna de ambas partes puede formarse un centro de peones. por lo que la batalla gira en torno al domi­nio de las casillas centrales con pie­zas. Las fuerzas negras estan ya bas­tante centralizadas y. a primera vis-

Diagrama núm. 43.

ta, su posicion parece solida. N o obs­tante, las blancas tienen la posibili­dad de utilizar tambien sus peones del flanco de rey en la lucha por el con­trol del centro y desorganizar asi la actual disposición de las piezas ene­migas.

l. ... bS

Tratando de impedir el avance g4 del adversario. Pero la jugada del tex­to tiene el inconveniente de debilitar el propio flanco de rey.

2. Tael Dd7 3. Rb2 Rb7 4. Ag5

Para que el caballo de e2 participe a su vez en la batalla por el centro.

4. CeS 5. Cf4

Mas fuerte. como lo indico Botvin­nik mismo. hubiera sido 5. Cd4. En tal caso. despues de 5 . . . . . Ad3: 6. Tgl , Cfg4+: 7. Rh l ! ( si 7 . h X g4? . seguina 7 . . . . . C X g4+: 8. Rh l .

5 9

Page 61: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

A X d4, las piezas negras ocupanan posiciones precarias.

5. 6. A X f6 7. Ce4

c6 A X f6

Al paso que refuerzan su presion en el centro. las blancas preparan un ataque al debilitado llaneo de rey del oponente.

7. Ae7 8. Dc3 Dc7 9. Ce21

Abriendole camino al p.!on f2 para expulsar del centro al caballo enemi­go. Las negras tenían ya que pensar en facilitarse la defensa mediante 9 . . . . . A X e4; 1 0. A X e4, Af6: 1 1 Dc2. 0!7.

9. 10. f4 1 1 . Cd4

Tad8 Cf7 Ch6

Por fin. tras dura lucha de manio­bras, han afirmado las blancas su pre­dominio en el centro. El golpe de gra­cia no se hace esperar.

12. Cg5 + abandonan

A 1 2 . . . . . A X g5 ; 1 3 . fX g5 , Cg8 sigue 1 4. C X f5 , g X f5 ; 1 5 . T X f5 con ataque decisivo al desamparado rey negro.

Una centralización «integral>> como la que acabamos de ver se da pocas veces. Mas a menudo hay que contentarse con centralizar una u otra pieza. Detengámonos a examinar este caso con mayor detalle.

El rico patrimonio que nos legaron los maestros del pasado ofrece no po-

60

cos ejemplos del modo de explotar la centralización de una pieza. Es upi­ca, por ejemplo, l a estrategia de H. Pillsbury basada e n centralizar un ca­ballo. He aqui uno de los primeros modelos de esa e strategia.

H. Pillsbury l. Hanem Nueva York. 1 89 3

(Apertura del peon d e dama)

l . d4 d5 2. e3 e6 3. Ad3 Cf6 4. f4 Ad6 5. Cf3 b6 6. 0-0 0-0 7. c3 eS 8. Ce5 !

Diagrama num. 44

Tenemos ante nosotros una upica «formación Pillsbury>> en la que el caballo de �s asume .!l principal pa­pel. Ahora les convendria a las ne­gras cambiar los alfiles de casillas blancas mediante 8 . . . . , A a6 .

Page 62: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

8. 9. Cd2

1 0. Tf3 1 1 . Th3

De7 Cc6 Ab7 e X d4?

Lo correcto era 1 1 . . . . , g6.

1 2. A X h7 +1 13 . Dh5 14. D X h7 + 15. e X d4

e x h7 Tfe8 Rf8

y las blancas explotaron fácilmente su ventaja hasta convertirla en victo­ria.

Más tarde Pillsbury perfeccionó su idea, desarrollando el alfil de dama ( por g5) antes de formar la cadena de peones.

El mayor exito de su carrera - 1 .<'

premio en el torneo internacional de Hastings, 1 895- lo debio en gran parte a este sistema estrategico, con el que obtuvo toda una serie de bri­llantes triunfos.

También en las partidas modernas se ve con cierta frecuencia la «forma­cion Pillsbury)). Veamos un ejemplo:

V. Simagin Y. Razuvaev Moscú, 1 967

( Defensa Nimzoindia)

l . d4 2. c4 3. Cc3 4. e3 S. Cf3 6. Ad3 7. 0-0 8. e X d5 9. CeS

10. f4 1 1 . Ad2 1 2. Df3 1 3 . Dh3

Cf6 e6 Ab4 0-0 b6 Ab7 d5 e X dS Ad6 a6 eS Cc6 Ce7?

Diagrama núm. 45

Aquí siguió inesperadamente:

14. Cd7 1

Las blancas ganaron asi la calidad (si ahora 14 . . . . , D X d7, sigue 1 5 . A X h7 +, Rh8; 1 6. Af5 + ganando la dama) y la partida.

Resulta más dificil evaluar las po­sibilidades mutuas cuando el bando que centraliza una pieza de la mane­ra que hemos visto ha de debilitar para ello la propia posición. A guisa de ejemplo, examinemos la forma­ción estratégica con un caballo en d4 cuyo «pedestal)) lo constituye un peon aislado en c3 . Esta estructura apare­ce a menudo en las partidas del joven gran maestro O. Romanishin, oriun­do de Lvov, quien, como si dijéra­mos, ha tomado en ella e l relevo de otro gran maestro no hace mucho fa­llecido, P. Keres. Éste la adoptó por primera vez en la siguiente partida:

6 1

Page 63: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

P. Keres S. Flohr Semmering, 1 937

( Defensa Grünfeld)

l . d4 2. c4 3. CfJ 4. g3 5. Ag2 6. e X dS 7. 0-0 8. Cc3 9. b X c3

Cffi g6 Ag7 c6 dS C X dS? ! O-O C X c3 c5

Nos hallamos ante una posición teórica de la defensa Grünfeld, aun­que con un tiempo de más por parte de las blancas.

1 0. Aa3 e X d4 11 .. e x d4t

Después de la jugada natural 1 1 . e X d4, las negras tendrían buenas posibilidades de igualar la partida mediante 1 1 . . . . • Cc6; 1 2. e3. Ae6.

Diagrama núm. 46

62

He aqw el comentario de Keres acerca de esta posición: « La última jugada de las blancas tiene por prin­cipal objeto ejercer presión en el flan­co de dama. El c aballo ocupa un puesto dominante e n el centro, los al­files blancos disponen de buenas dia­gonales y, por otro l ado, la debilidad del peón c3 no es muy importante en la práctica si se considera lo adelan­tadas que están las blancas en el desa­rrollo. El negro deberá hacer frente a graves dificultades. » Añadamos por cuenta nuestra que tampoco es des­preciable la presión eventual de las blancas por las columnas «d» y «b».

1 1 . Dc7 1 2. Db3 Af6

Más lógico parece 1 2 . . . . , Ca6.

13 . Tfd 1 14. c4 15. Db4

Cd7 CeS Ce6?

La continuación 1 5 . . . . , Ca6; 1 6 . Db5, Tb8; 1 7. c5 , Td8; 1 8. e3, Ad7; 1 9 . c6, A X d4; 20. T X d4, A X c6; 2 1 . T X d8+ , T X d8; 22. A X c6, O X c6; 23 . D X c6, b X c6; 24. A X e7 desembocaría en un final fa­vorable para las blancas, lo cual, no obstante, hubiera sido un mal menor.

1 6. CbS DeS 17. Tacl ! Td8

Aceptar el sacrificio de peon, 1 7 .

... , O X e2, era peligroso en vista de 1 8 . Cc3, D e5 ; 1 9 . Cd5 .

1 8. TdS 1 9. e X dS 20. Ca7 !

T X dS a6 Cd4

Tampoco salvan la partida otras continuaciones: 2 0 . . . . , T X a7; 2 1 .

Page 64: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

T X c8+, Cf8; 22. Db6, Dd4; 23. Ac5; o 20 . . . . , Ad7; 2 1 . d X e6.

21 . T X eS+ 22. e x c8 23. h4 24. De4

T X c8 D X e2 ers abandonan

Resulta curioso encontrar casi la misma posición del diagrama prece­dente en otra partida, Romanishin­Sveshnikov (Cheliabinsk. 1 974) ini­ciada con una apertura distinta:

I . c4 2. g3 3 . Ag2 4. ef3 S. 0-0 6. d3 7. e4 8. Ce3 9. e X dS

10. e X d5 1 1 . d4 1 2. e x d4 1 3 . b X c3

e6 d5 g6 Ag7 e5 Ce7 0-0 b6 e X d5 e x dS e X d4 e x e3

Diagrama núm. 47

Comparemos esta posición con la del diagrama 46, de la partida Ke­res-Flohr. Faltan aquí los peones de rey, lo cual favorece más bien al blan­co, ya que las negras no pueden ata­car el caballo centralizado mediante .. . , eS . En cambio, en el caso presen­te le toca jugar al negro, y ello le per­mite impedir que su adversario saque el alfil de dama por a3.

1 3. ... DaS 14. Ae3

Tal vez sea más fuerte 1 4. Db3 para, a pesar de todo, desarrollar el alfil por a3 y llegar a la posición de Keres. Por ejemplo: 1 4 . . . . , Cc6; 1 5. C X c6, b X c6; 1 6. A X c6, Ae6; 1 7. Da3, D X c3; 1 8. D X c3, A X c3; l 9. A X h6, A X a l ; 20. A X f8 y las blancas quedan con un peon de más, aunque no será fácil hacerlo valer. Despucs de 14. Db3, tambicn es favorable al blanco la continuación 1 4 . . . . . Cd7?! 1 5 . Aa3, TeS; 1 6 . Ad5 .

14. ... Cd7?

Un error.' Tras 14 . . . . , D X c3; 1 5 .

Tcl , DaS; 1 6 . T X eS, T X eS; 1 7 . A X b7, Ca6; l S. Cc6, T X c6; 1 9. A X aS, TeS; 20. Ab7, TdS la posi­cion de las negras no es peor.

15 . Db3 Dh5 1 6. Af3 Dh3 17. Ag2 Dh5 18. h3 CeS 19. Dd1 1

Incluso en e l final, el juego más activo de las piezas blancas compen­sa la debilidad del peón c3.

1 9. 20. Tf X di 21. CbS

D X d1 Tb8 a6

63

Page 65: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

22. ed6 23. f4 24. Ab6 25. Tae1 26. Ae7 21. e x b7 28. Rh2 29. Ae5 30. TeS 3 1 . A X g7 32. ed6

Ad7 ec6 A X e3 Ag7 Ta8 ed4 Tfe8 ee2 Ab5 R X g7

y las blancas ganaron en seguida. La fuerza de la formación que co­

mer.tamos (caballo en d4 y peon en c3) reside en la excelente coordina­ción que existe entre la pieza centrali­zada y sus compañeras. La presion más molesta sobre el campo adverso la ejerce el alfil de casillas blancas desde g2. También merece atención la tentativa de demostrar la eficacia de esta estructura con el caballo en d4, desarrollando el alfil de rey por otra casilla.

O. Romanishin V. Tukmakov Odessa, 1 974

( Defensa Grunfeld)

l . c4 2. ee3 3. d4 4. eo 5. e X d5 6. Db3 7. b X e3 8. e3 9. Aa3

10. e x d41 1 1 . Ae2

effi d5 g6 Ag7 e x dS e x c3 c5 0-0 e X d4 Ce6 De7

Digna de considerarse era 1 l . . . . . Ca5 ; 1 2. Dc2 ( a 1 2. Db4 seguina 1 2 . . . . . e5) 1 2 . . . . . Ad7; 1 3 . 0-0. Tc8 y 1 4. . . . . Cc4.

64

1 2. 0-0 13 . Tab1 14. Tfd 1

Ad7 Tab8 Tfc8?

Grave error. E ra más fuerte 1 4 . . . . , Tfd8.

Diagrama núm. 48

15 . ebS !

Principio de operación forzada que deja a las blancas con ventaja.

15. .. Dd8 16. Ag4 e6 17 . T X d7 ! !

Bello golpe combinativo basado en la magnifica coordinación de las pie­zas blancas.

17 . 18. Td1 19. Cd6

D X d7 DeS e as

A 1 9 . . . . . Dd7 seguina 20. C X 17!

20. e x eS 21 . e x g7 22. e X e6

e x b3 h5 T X e3?

Page 66: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Era correcto 22 . . . . , h X g4; 23. Ad6, Ta8; 24. Cc7, T X c7; 25 . A X c7. Cc5 y a las blancas les habna resultado más dificil que en la par­tida hacer valer su superioridad.

23. a X b3 24. Cd4 2S. Ab2 26. Tal 27. h3 2S. g X h3 29. Rg2 30. b4 3 1 . Rf3 32. Cc6 33. Tcl 34. TeS 35. Re2 36. Ce7 + 37. Cd5 3S. e4 39. Re3 40. Cf6 41 . A X a3 42. f3

h X g4 aS TeS b6 g X h3 TaS bS TgS + a4 TeS ThS T X h3 + ThS Rf8 TdS TeS rs a3 Th3 + abandonan

Excelente ejemplo del modo de ex­plotar la centralización de un caballo en d4 y de otras ventajas de este tipo de formación, en particular las co­lumnas abiertas «d» y «b» y la diago­nal a3-f8, disponibles gracias a la po­sición del peón aislado en c3.

Conviene hacer notar que no siem­pre es lo mejor centralizar una pieza. Tal sucede, sobre todo, en los casos en que dicha pieza, al centralizarse. se desconecta del resto de las propias fuerzas.

Comencemos por un ejemplo cla­sico:

R. Teichmann M. Chigorin Cambridge-Springs, 1 904

Diagrama núm. 49

A proposito de esta posicion, escri­bia M. Botvinnik: «Es paradójico que la principal desventaja de las blancas consista precisamente en su «fuerte» alfil situado en e5, en el cual, sin duda alguna, cifraban ellas todas sus espe­ranzas. Sin embargo, ese alfil no pue­de tomar parte en la defensa de su propio rey . . . »

La partida continuó:

l . Thgl De71 2. Tdfl

Para que. despues de 2 . . . . , Da3+; 3. Rd2 , b4 y eventualmente . . . , Aa4, no queden amenazadas a la vez la dama y la torre. Si 2. Rb2, Tb8; 3 . g4, b4; 4. c4, Cc3; 5. Tdfl , Ca4+; 6.

65

Page 67: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Ral , b3; 7. a X b3, Da3+; 8. Da2, T X b3! , las negras tienen un fortisi­mo ataque.

2. 3. Rd2 4. c4 5. Db1 6. Da1

Da3 + b4 Aa4 Cc3 Tad8

Útil jugada que, al impedir el avan­ce d5 , mantiene al alfil enemigo de casillas negras alejado del campo de batalla.

7. g3 Ce4+ 8. Re2

Tampoco es satisfactoria la varian­te 8. A X e4. f X e4: 9. Db l . Dc3+: 10 . Re2, Ac2 y las negras ganan.

8. Cc5 1 9. Db1 e x d3

10. D X d3 D X a2+ 1 1 . Rf3 Ac2 12. Abandonan

Uno de los ejemplos más frecuen­tes de centralización erronea consiste en buscar así un bonito efecto estéti­co, pero sin otro objetivo preciso.

B. Larsen J. Donner Bcverwijk, 1 960

(Véase diagrama núm. 50)

«Naturalmente las negras tienen buenos motivos para estar orgullo­sas de su caballo centralizado en d4, pero la excesiva atención que le pres­tan las pondrá en graves apuros. En general no conviene sobreestimar este tipo de posiciones. En el caso presen­te, también están ágiles los caballos blancos . . . » ( B. Larsen).

6 6

Diagrama 11úm. 50

Ahora las negras debían cambiar peones en f4, pero decidieron mante­ner el peón e5 en su puesto actual para que siguiera sirviendo de solido apoyo al caballo de d4.

l . 2. f X eS 3. Rhl 4. Tfl S. Tf2 6. Tdfl

Ae6? f X eS AdS Te6 Tf7

Las blancas han llevado sus pie­zas fuera del radio de acción del caba­llo negro centralizado. En este mo­mento amenazan 7. g5.

6 ... 7. d X c4 8. T X f7 9. Dd l !

10. Dh5 1 1 . Ah3

A X c4 Ch6 C X I7 DaS Dc7 Th6?

Esta jugada alej a a la torre del cen­tro de los acontecimientos. Era más fuerte 1 1 . . . . , Te7 con posibilidades de defensa.

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1 2. Dg4 1 3. Dd1 14. Dbl l 15 . Db6!

Tg6 Da7 CgS

Atacando ahora por el otro flanco. fuera también del alcance del caballo enemigo.

15 . 1 6. C X gS 1 7. Dc7 1 8. Tbl

DaS T X gS h6 Rh7

y las negras abandonan.

Diagrama núm. 51

La posicion final constituye un mudo reproche al «orgulloso>> caba­l lo de d4. No hay defensa contra 1 9 . Ag2 seguido de 20. Ae4+.

Sucede no pocas veces que, al mo­verse los peones para apoyar la pie­za centralizada, se debilitan las casi­llas centrales. El siguiente ejemplo ilustra bien lo que queremos decir.

A. Lilienthal M. Botvinnik 1 4.0 campeonato de la URSS

Moscu. 1 945

Diagrama 1111111. 52

l. ... Ae6!

M. Botvinnik evaluó acertadamen­te la posición y, con la jugada del tex­to. provoca a su adversario para que lleve adelante su plan de centralizar el caballo en e5. Como no es bueno continuar de inmediato 2. CeS a cau­sa de 2 . . . . , A X e5; 3 . d X e5 , Cg4; 4. f4, d4, las blancas preparan la centra­lización mediante:

2. Dc2

Ahora sigue:

2. 0-0-0 3. CeS

Jugada consecuente con el plan previsto, pero del todo incorrecta, ya que el caballo no hará aqui nada prác­tico. Era mas fuerte 3. Rbl seguido de 4. Tel . previniendo el avance negro . . . , cS .

3. Rb8 4. f4

67

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Indispensable para reforzar la po­sicion del caballo en el centro. Sin embargo, ahora queda débil la casi­lla e4 de las blancas. La importancia de este hecho no tardará en ponerse de manifiesto.

4 . ... c5

Gracias a la centralizacion del caballo blanco en eS, esta jugada re­sulta excelente: en caso de S . d X eS, A X eS; 6. fX eS, Cd7; 7 . CbS , TeS o de S . CbS, c4! : 6. Da4, a6; 7 . C X d6, e X d3 las negras tienen ven­taja.

S. Rb1 c4 6. AfS

No es mejor 6. Ae2, g6: 7. g4. h5 : 8. h3, h X g4; 9. h X g4, Th2 con po­sicion dificil para las blancas.

6 . ... 7. D X f5

A X fS Ab4!

Tratando de apoderarse de la casi­lla e4.

8. Dc2 Td6

Seria erro neo 8 . . . . , Ce4 a causa de 9 . C X d5 . T X d5. 1 0. 0 X e4. Thd8: 1 l . Te2. 16: 1 2 . a3.

68

9. Te2 A X c3 1 0. b X c3

Algo más fuerte era 1 0. D X c3 .

10. Ce4 1 1 . Ra1 Ta6 1 2. Del Td8 13 . Tc2 Tdd6 14. Cg4

Reconociendo por fin lo improce­dente del anterior plan de centralizar el caballo. Las negras impiden ahora la jugada 1 S . Cf2.

14. Tg6 1S . h3 b5 16. CeS Tgb6 17. Cf3 Da3 1 8. Cg5

Tampoco resuelve nada el cambio inmediato de damas: 1 8. O X a3. T X a3; 1 9. Tdc l , Tbb3.

18. 19. D X a3 20. Tdc1 2 1 . e x n 22. CeS 23. g4 24. Td2 2S. Te1 26. Tcl

e x c3 T X a3 Cb5 T X e3 Rc7 C X d4 Ce2 Cc3

y las blancas abandonan. La colocación de una pieza en el

centro del tablero también resulta in­justificada cuando ella misma o los peones que la sostienen pueden con­vertirse en obj etivos de ataque.

G. Timoshchenko Y. Razuvaev Vilna, 1 97 1

( Defensa C aro-Kann)

l . e4 2. d4 3. Cc3 4. C X e4 S. Cf3 6. e x f6 + 7. CeS

c6 d5 d X e4 Cd7 Cgf6 e x f6

Centralización prematura. La po­sición del caballo blanco en eS es pre-

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caria, por lo que resultaba preferible la jugada usual 7. Ac4.

Diagrama núm. 53

7 . ... Ae61

Comienzo de un plan basado en una original idea de la que forma par­te el desarrollo del alfil de casillas ne­gras por g7. La jugada del texto pre­para 8 . . . . , g6, que no puede hacerse inmediatamente a causa de 8. Ac4.

8. c3 9. Ad3

10 . 0-0 1 1 . De2 12. d X c5 13 . c6 14. Te1 15. Ac4 1 6. Ad3

g6 Ag7 0-0 eS ! Dc7 b X c6 Tab8 AdS

Las blancas debían haber cambia­do alfiles en dS y retirado luego el ca­ballo de la casilla eS .

16. eS 17. c4 Aa8

1 8. b3 19. De3 20. Ab2

ChS Tb61 Te6

La amenaza 2 1 . . . . , f6 obliga a las blancas a debilitar gravemente su po­sición.

21 . g4 Cffi 22. Dg3

22 . • .. C X g41

Salta a la vista que e l caballo cen­tralizado en eS sólo es un estorbo para las blancas.

23. e x g4 24. Ch6+ 25. f3 26. D X f3

Dc61 A X h6 D X f3 A X f3

Las negras han salido de las com­plicaciones tácticas con dos peones de ventaja. La suerte está ya echada, y las blancas no tardaron mucho en rendirse.

69

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11. POSICIONES TÍPICAS DEL MEDIO JUEGO

Pese a ser inagotables las posibili­dades del ajedrez e infinitamente va­riadas las posiciones que pueden dar­se en el tablero, es factible clasificar las mas tlpicas de estas últimas de acuerdo con los determinados planes estratégicos que las caracterizan.

El factor mas corriente, aunque no el único, que suele servir de base a di­cha clasificación lo constituye la es­tructura de los peones centrales.

Asi, las posiciones mas u picas po­drian clasificarse como sigue:

l . Centro cerrado (cadenas de peo­nes fijos en el centro). por ejemplo: peones en c4, d5 y e4 contra los del adversario en eS , d6 y eS .

2. Centro móvil ( peones centrales moviles de uno de ambos bando�. por ejemplo: en e4 y d4 contra un peon enemigo en d6).

3 . Centro abierto( sin peones), por ejemplo cuando están despejadas las columnas «e» y «d».

4. Centro estratégico ( con peones fijos y aislados), por ejemplo: un peón en d4 contra otro también en dS y nin­guno en las columnas «e» y «e».

S . Centro dinámico ( peones de uno y otro bando que aún no han entrado en contacto mutuo), por ejem­plo: un peón blanco aislado en d4 contra uno negro en e6 .

Las posiciones tipicas del medio juego nacen de sistemas muy deter­minados de apertura, y por eso el ju­gador que inicia la partida de esta o aquella m anera debe tener presente de antemano a que posiciones desea llegar y que planes estratégicos le son propios.

Es obvio, sin embargo, que el con­cepto de «posicion Upica» tiene gran

70

amplitud y no se agota con la mera es­tructura de peones en el centro. Asi, el arte de defenderse en posiciones restringidas o de explotar en prove­cho propio los puntos débiles del ene­migo puede también, entre otros as­pectos, incluirse útilmente en el estu­dio que nos ocupa. Para asimilar mejor el material propuesto, es acon­sejable examinar a fondo las posicio­nes de un solo tipo en lugar de ver va­rios tipos paralelamente. Sobre la importancia del estudio de las posi­ciones ti picas escribía A. N imzovich lo siguiente en su l ibro Cómo llegué a ser gran maestro: «El analisis simul­taneo de posiciones de naturaleza distinta sólo e ngendra confusión de ideas, mientras e l estudio serio de un solo tipo no defrauda nunca a quien a el se aplica, elevando el nivel de sus conocimientos posicionales. Si con todo tesón, querido lector, te dedica­ras ahora al estudio, digamos, de las posiciones en las que un bando hace frente a un ataque por el flanco sir­viéndose de una columna abierta en otra parte del tablero, no me extraña­ría en absoluto q ue acabaras también por formarte un juicio clans imo en lo tocante, por ejemplo, a los finales. El proceso de aprendizaje de un tipo de­finido de posiciones tiene por objeto no sólo inculcar el conocimiento ex­clusivo de esas posiciones, sino mejo­rar e/ instinto posicional en su totali­dad.» ( El subrayado es m1o. )

En nuestros días. el estudio de las posiciones ti picas es un método co­mún de perfeccionamiento del ajedre­cista, que adquiere así m ayor faci li­dad para elaborar planes en el trans­curso de la partida.

Examinaremos aquí por menudo dos tipos de posiciones. El primero. denominado estructura de Carlsbad, comprende una serie de posiciones concretas y bastante frecuentes cuyo

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caracter se define por la estructura de los peones en el centro.

Mas adelante nos ocuparemos de las llamadas posiciones simétricas, donde la conformación de los peones centrales puede variar según los ca­sos.

Observemos tambien que, si en el primero de esos dos tipos de posi­ciones uno y otro bando han de adop­tar planes concretos en consonancia con la estructura del centro, en el se­gundo no existen planes fijos y por eso los métodos de juego sugeridos aquí sólo se aplican a los casos res­pectivos.

A. Estructura de Carlsbad

Diagrama mím. 55

Las posiciones de esta clase atraje­ron la atención del mundo ajedrecísti­co a ratz del torneo internacional de Carlsbad, 1 923. El esqueleto de peo­nes mostrado en el diagrama surge en algunas variantes del gambito de dama rehusado, la defensa Nimzoindia (l. d4, Cffi; 2. c4, e6; 3. Cc3, Ab4; 4. Dc2, d5; 5. e X d5, e X d5 ), la defen­sa Grünfeld ( l . d4. CfO; 2. c4. g6: 3.

Cc3, dS ; 4. Cf3, Ag7: 5 . AgS , Ce4; 6. e X d5, C X gS; 7 . C X gS, e6; 8. Cf3, e X d5) y otras aperturas. La misma configuracion puede también darse con los colores invertidos, como sucede en la variante del cambio de la defensa Caro-Kann ( l . e4, c6; 2. d4. d5: 3 . e X d5 . e X d5 . 4 . Ad3. Cc6; 5 . c3).

Algunos participantes del torneo de Carlsbad. deseosos de evitar en sus partidas la aguda defensa Cam­bridge-Springs ( l . d4, d5; 2 . c4, e6; 3 . Cc3 . Cf6: 4. Ag5 . c6 : 5 . d. Cbd7: 6 . Cf3, DaS?!). adoptaron con frecuen­cia la continuación 6. e X d5, dando lugar a la estructura de peones que nos ocupa. De ahi le viene su nombre.

Actualmente ese cambio de peones en el centro suele hacerse un poco an­tes, en este orden de jugadas: l. d4, dS ; 2. c4, c6: 3. Cf3, e6; 4. Cc3, CfO; 5 . e X d5 . Procediendo asi. las blan­cas evitan entrar en ciertas variantes muy agudas de apertura, como la de Merano (5 . e3, Cbd7; 6. Ad3, d X c4: 7. A X c4, b5) y la Antimerano o sis­tema de Botvinnik ( 5. Ag5, d X c4: 6. e4, h6; 7. Ah4, b5; 8. eS , g5).

Es preciso añadir que la estructu­ra de Carlsbad había sido ya vista mucho antes del citado torneo. A fi­nal..:s del siglo pasado. el cclcbrcjuga­dor norteamericano H. Pillsbury de­mostró ejemplarmente el modo de tratar uno de los planes ti picos de esa estructura. Mas adelante veremos la partida en que lo hizo.

Volvamos ahora al diagrama 55. Las blancas tienen a su disposición los siguientes planes:

1 .0 Ataque de mmonas mediante b4-b5-b X c6.

2 .0 A taque en el centro med1ante e4.

3 .0 Ataque en el naneo de rey en caso de enroque corto por ambas partes.

7 1

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4.0 Ataque en el naneo de rey en caso de enroques diferentes.

A su vez las negras disponen de los siguientes métodos de defensa:

1 .° Contraataqu.: d.: p<!Olli!S ..:n �1 flanco de rey.

2.0 Ataque de p1ezas ..:n .:1 naneo de rey.

3 ." Mctodos poslclonalcs dc dc­fensa, por ejemplo formando una ba­rrera mediante . . . , b5 o dominando con piezas las casillas c4 y b5 .

4.0 Avancc o ruptura l!n ..!l cl!ntro. 5 .o Contraataque dirig1do al en­

roque largo del enemigo. La elección de uno u otro método

defensivo depende del plan que ha­yan adoptado las blancas. Examine­mos por orden las posibilidades enu­meradas.

Ataque de minorías

Este plan es muy frecuente en la práctica y por ello lo estudiaremos con más detalle.

El ataque de minonas es un upico método estrategico que tiene por ob­jeto crear un peon débil en las filas del adversario precisamente alli donde éste posee una mayoria de peones. Este procedimiento es aplicable a un sinnúmero y variedad de posiciones del medio juego ( véase, por ejemplo, mas arriba, en la sección Centro de peones, la partida Petrosian-Tal). Examinemos ahora una de las prime­ras partidas de torneo donde se dio la estructura de Carlsbad.

72

H. Pillsbury J. Showalter Nueva York, 1 898

(Gambito de dama)

l . d4 dS 2. c4 e6 3. Cc3 Cffi

4. AgS S. e3 6. Cf3 7. e X dS

Ae7 Cbd7 0-0

El esquema e stratégico preferido por H. Pillsbury y basado en la idea de centralizar un caballo hubiera sur­gido tras 7 . Tcl , b6; 8 . e X d5 , e X dS ; 9. Ad3, Ab7; 1 0. 0-0, eS; 1 1 . De2, c4; 1 2. Abl , a6; 1 3 . CeS , b5; 1 4. f4 ( Pillsbury-Janowski, Viena. 1 898). En esta partida, el jugador norteamericano va por otros caminos.

7. 8. Ad3 9. Dc2

10. 0-0

e X dS c6 TeS Cf8

Sólida defensa que todavia hoy se juega con muchí sima frecuencia.

1 1 . CeS

También aqw lleva Pillsbury el ca­ballo a su casil l a favorita, pero esta jugada faci lita l a defensa de las ne­gras. Más prome tedor resultaba 1 1 . Tabl seguido del avance del peón b2, o bien 1 l . Tac 1 preparando una rup­tura central.

1 1 . ... Cg4

Reacción correcta. Los cambios de piezas menores favorecen a las ne­gras.

12. A X e7 13 . e x.. g4 14. Tac l

D X e7 A Á g4 D f6

Más preciso e ra 14 . . . . . Tad8 segui-do eventualmente de . . . , Td6 y, se-gun el caso . . . , Th6 .

Page 74: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 56

15 . a4?!

Sorpresa psicologica, ya que la ju­gada precedente de las blancas indu­cía a creer que la intención de estas era atacar por el centro. Objetiva­mente, sin embargo, era mas fuerte 1 5 . b4. Ahora las negras debían haber replicado 1 5 . . . . , aS ! con buen juego.

1S . ... Te7 1 6. b4 Tae8

Era mas exacto 1 6 . . . . , a6.

17 . bS DgS 18. f41

Sin miedo a dejar débil el peon e3, puesto que a las negras no les sera fa­cil explotar esa circunstancia.

18. 19. Dd2 20. aS 2 1 . A x rs 22. a6 23. e x bS

Dffi AfS Dg6 o x rs e X bS Dd7?

Lo correcto aquí era 23 . . . . , De6.

24. a X b61 a6

Seria malo 24 . . . . , D X b5? a cau­sa de 25. Tab l ! seguido dc 26. b8=D.

25. Cc3 26. Tb1

D X b7 Dc6

Diagrama núm. 5 7

El ataque de peones llevado a cabo por el blanco ha dado sus frutos: dos peones débiles en el campo de las ne­gras (a6 y dS ) y dos columnas abier­tas a disposicion del primer jugador W.b» y «C» ).

27. Tfc1 Dd6

Por supuesto, no 27 . . . . , T X e3? a causa de 28. Ce4!

28. Cdl 29. g3 30. De2 3 1 . DhS 32. h X g3 33. TeS

Cg6 hS h4 h X g3 Cf8 Td8

7 3

Page 75: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

34. Tbcl 35. Df3 36. TeS

g6 Ce6 Rg7?

Un error. Era bastante mas fuerte 36 . . . . . Tc7.

37. T X dS 3S. TeS 39. D X d5

ex dS Ce6

Ya ha crudo uno de los dos peones debiles. El resto es sencillo.

39. 40. Tcl 4 1 . Cf2 42. DeS + ! 43. D X ffi + 44. Ce4+

Db6 Db4 Dd2 ffi R X ffi

La lucha esta practica mente termi­da. Aun siguió:

44. 45. ex d2 46. d5 47. g X f4 4S. e X f4 49. Tc5 50. Cc4 5 1 . d6 52. Tc7

Rf5 g5 g X f4 ex r4 R X f4 Td7 Re4 Rd4 abandonan

(Véase diagrama núm. 58)

Estamos ahora ante un final carac­terístico de la estructura de Carlsbad, después de un ataque de minonas llevado felizmente a termino. La po­sicion proviene de una partida de Kotov ( Venecia, 1 950). Aquí lo me­jor para las negras, que no tienen la defensa nada fácil, sena l . . . . , h5. P�ro continuaron:

1 . Rf6?

74

Diagrama núm. 58

A lo que el blanco replico:

2. g4l

Las blancas fijan así el peon h7, creando en el campo enemigo una se­gundo debilidad. Al no lograr defen­der satisfactoriamente ambos puntos débiles, las negras perdieron la parti­da. V e amos cómo procedió ésta:

2. Re6 3. Rg2 Tb7 4. TeS+ Te7 5. ThS f6 6. h4 Tb7 7. Rf3 Tf7 S. TeS+ Te7 9. TdS!

El blanco trata de llegar a un final de torres donde tomen consistencia más real sus posibilidades de victo­ria.

9. 10. CeS + 1 1 . TeS 1 2. d X cS

Ta7 Re7 A X eS Rd7

Page 76: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

13 . Th8 1 4. Td81 1 S. Td6 1 6. gS I 17. h X gS 18. Rg3 19. f3 20. Rf4 2 1 . ReS 22. T X c61 23. R X dS 24. Re4 2S. f4 26. Tc7 + 27. T X h7 28. Tf7

Re6 Re7 Ta6 f X g5 Rf7 Re7 Ta3 Ta4 + Ta3 T X e3 + Td3 + Tc3 Tcl Rd8 T X eS abandonan

Consideremos ahora la posición si­guiente:

T. Petrosian N. Krogius 26.0 campeonato de la URSS

Tiflis, 1 959

Diagrama num. 59

Es poco probable que aquí las ne­gras lleguen a jugar l . . . . , e X bS , de­jando aislado el peón dS y abriéndo­les la columna «e» a las torres ene-

migas. Por otra parte, si no lo hacen, el blanco cambiará peones en c6 y de­jará un peón débil en la citada colum­na semiabierta. ASI pues, la única posibilidad satisfactoria para las negras consiste en l . . . . , c5 (de inme­diato o tras oportuna preparación).

E l juego de T. Petrosian en esta partida constituye un ejemplo clási­co del modo de tratar tales posiciones.

l. Ca41

Previniendo l . . . . , eS y preparan­do el cambio 2. b X c6. Seria inexac­to jugar inmediatamente l . b X c6, ya que después de l . . . . , b X c6; 2. Ca4, Tab8 las negras tendnan buenas posibilidades de igualar la partida, por faltarle a la dama blanca casillas convenientes de retirada.

l . Tab8 2. g31

He aquí una profilaxis típica de Petrosian. Las blancas se defienden de antemano contra el eventual con­trajuego enemigo . . . , f5-f4.

2. ... Rh7 3. CeS Tfd8

Así se pierde un peón, pero tam­bien 3 . . . . , b6; 4. Cd3, e X b5; 5 . D X b5, Tfc8; 6. TX c8, T X c8; 7 . T X c8, C X c8; 8. DeS! daba venta­ja a las blancas.

4. b X c6 S. Da4

b X c6

Es manifiesta la vulnerabilidad no sólo del peón c6, sino también la de su peón a7 . Ello es consecuencia del descuido de las negras al no impedir antes el avance bS mediante . . . , a6.

7 5

Page 77: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

5. Df6 6. Rg2 Ta8 7. eb7 TeS 8. eas

Ahora no tiene defensa el peón c6, lo cual determina el resultado de la partida.

8. 9. h3

10. e x e6 1 1 . TeS 1 2. Dc2 1 3 . T X e6 14. e X f4 15 . g4 1 6. Dd2 17 . Tel 18. D X d5 19. e X e1 20. eo 2 1 . Te7 22. Db7 23. eb4

g5 DfS De4 f5 e x c6 f4 g X f4 A X d4 Ag7 Da4 T X el Tf8 Rh8 a6 Tg8 abandonan

Y a en este ejemplo pueden apre­ciarse algunos importantes rasgos es­tratégicos:

l . Para las blancas es esencial lle­var a cabo el avance b5 en circuns­tancias tales que no permitan la repli­ca . . . , c5 del negro. lo cual significa que han de controlar la columna «c» y particularmente la casilla c5.

2. A las blancas les es util cambiar su propio alfil de casillas oscuras por el caballo enemigo, ya que asi ganan algunos tiempos ( el alfil negro queda mal situado en fO) y pueden atacar con su caballo el peón c6 después del ataque general de minonas.

3. También es buena para el blan­co la jugada g3 . formando una «sie­rra» ( término de A. Nimzovich) con­tra el posible avance del peon f ene­migo.

4. A las negras les conviene jugar

76

. . . • a6, ya que, después de los avan­ces blancos a4 y b4, cambian el pr<r pio peón a6 y dej an sólo una debi­lidad ( en c6) e n vez de dos.

5. En previsión del avance blanco b5, las negras deben preparar un contrajuego en el centro o el flanco de rey.

La partida que s igue es caracterís­tica de la m anera de realizar el ata­que de minorías en una posición con la estructura de C arlsbad e ilustra bien los factores estratégicos más importantes en la aplicación de este plan.

V. Smyslov P. Keres Match-torneo para el campeonato

del mundo La Haya - Moscú, 1 948

(Gambito de dama)

l . d4 2. c4 3. ee3 4. Ag5 5. e3 6. e X d5 7. Ad3 8. ef3 9. De2

10. 0-0 1 1 . Tab1

d5 e6 ef6 c6 ebd7 e X d5 Ae7 0-0 TeS ef8

Todo esta dispuesto para iniciar el ataque de minorías. Más adelante consideraremos otros planes posibles.

1 1 . ... eg6

Cortandole la retirada al alfil g5 . A menudo se juega aqui también l l . . . . •

Ce4.

1 2. b4 Ad6

Como mas arriba indicabamos, lo

Page 78: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

correcto es 1 2 . . . . , a6 ( cf. punto 4 ), y sólo después de 1 3 . a4 continuar 1 3 . . . . , Ad6.

1 3. b5

Las blancas no deben diferir este avance. En una partida Gligoric-Ro­batsch (Beverwijk, 1 967) se jugó 1 3 . Tfe 1 , Ag4; 1 4. Ch4, AhS; 1 5 . h3, h6; 1 6. A X fO, D X fO; 1 7. Cf5, Ch4; 1 8 . C X d6, D X d6 con posibilida­des aproximadamente iguales.

Diagrama núm. 60

La valoración del plan de las ne­gras iniciado con 1 1 . . . . , Cg6 depen­de de la variante 1 3 . . .. , h6; 1 4. A X tO. D X f6; 1 5 . e4, Cf4!; 1 6. e5 . De6 y ahora nada logran las blancas por medio de 1 7 . e X d6, ya que la continuación 1 7 . . . . • Dg4; 1 8 . Ce l . T X e l favorece al negro. Tal vez fuera lo mejor para las blancas seguir 1 7 . Ce2, pero en cualquier caso toda esta variante requiere comprobación práctica. En la partida que comenta­mos, P. Keres jugo más débilmente:

13 . 14 . b X c6

Ad7 A X c6?

Erróneo. Era más fuerte 1 4 . . . . , b X c6; 1 5 . Af5, DeS; 1 6. A X d7, C X d7; 1 7 . e4, h6; 1 8. Ae3, Cb6 con posición defendible para las negras.

15 . Db3 Ae7 1 6. A X f61

Cambio importante ( cf. más arriba, punto 2). Si 16 . Ab5, Cd7; 1 7. A X e7, C X e7, las negras podrian defender su flanco de dama con gran número de piezas.

1 6. 17 . AbS 18. Tfc1

A X f6 Dd6 hS

Otra posibilidad era 1 8 . . . . , Ce7 se­guido eventualmente de . . . • g5 .

19. Ce2 20. A X c6 2 1 . Da4

h4 b X c6 Ce7

Diagrama nzim. 61

7 7

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Las blancas han logrado una posi­ción ideal de ataque, y la captura de alguno de los peones negros sólo es cuestión de tiempo. Ahora resultaria fuerte 22. Da6! , impidiendo 22 . . . . , c6 ( véase más aróba, punto 1 ), seguido de 23. Tb7. Sin embargo, V. Smyslov subestimó el contrajuego de las ne­gras y se apresuró a llevar su torre a la séptima fila.

22. Tb7? a5 23. b3

Si 23. Tcb l , Teb8; 24. T X b8+, T X b8; 25 . T X b8+ , D X b8; 26. D X aS, Dbl +; 27. Cel , CfS ; 28. Rfl, Cd6, a las blancas les seria difi­cil hacer valer su peón de ventaja.

23. 24. Teb1 25. T X b7

Teb8 T X b7 eS !

Deshaciéndose de su principal de­bilidad, después de lo cual el juego queda casi igualado.

26. TbS e X d4 27. Ce X d4 TeS?

Después de esta jugada las blancas vuelven a tener ventaja. Mucho más fuerte era 27 . . . . , Dc7; 28. Cb3, Dc6 con contrajuego.

28. Cb3 29. D X h4 30. g4 3 1 . Cbd4 32. e x d4

Ae3 Tc4 a4 A X d4 DeS?

El error definitivo. Aún brindaba posibilidades de defensa 32 . . . . , Cc6, tras de lo cual no es posible 33. Tb6? a causa d� 33 . . . . , e X d4!

7 8

33. Cf3 Dd6

34. TaS 35. T X a4 36. DhS 37. DfS 38. Ta7 39. Td7 40. T X d4 4 1 . a4

Te8 Cg6 Dffi De6 Tf8 d4 Ta8 abandonan

En esta partida se han dado todos los elementos enumerados en la pági­na 76, a excepción del punto 3. Esto último se explica, en primer lugar, por el hecho de que el peón t7 negro ha es­tado casi todo e l tiempo bloqueado por su propio alfil ( en fO ), no siendo pues indispensable impedir su avan­ce; y, en segundo lugar, porque las ne­gras no han amenazado en ningún momento la casilla h2. Aparece tam­bién uno de los rasgos típicos del ata­que de minorías: e l cambio de los alfi­les de casillas blancas. En la partida que sigue asistimos igualmente a este cambio.

B. Shatzkes G. Ravinski Moscú, 1 965

Las l l primeras jugadas son las mismas que en la partida anterior Smyslov-Keres.

(Véase diagrama núm. 62)

12. A X ffi

Tratando de atraer el alfil negro a la casilla fO y, gracias a ello, ganar tiempo.

1 2. 13 . b4 14. Tfe1 1 5. Cd2 1 6. a4

A X ffi a6 Ag4 Ae7 TeS

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Diagrama núm. 6:!

Impidiendo de momento 1 7. b5 a causa de 1 7 . . . . , e X b5; 1 8. a X b5 , a5.

17 . Af5!

Es preciso cambiar el alfil de dama negro para que no pueda reprimir desde d7 la ofensiva de las blancas.

17 . 18. D X f5 1 9. g3 20. bS 2 1 . Df3?

A X f5 Ad6 Te6 ee7

Más exacto era 2 1 . Dd3.

2 1 . 22. Tc2 23. a X bS 24. Ddl 25. Tal 26. Tacl

Aa3 e X bS aS Dc7 Ab4 Dd7

(Véase diagrama núm. 63)

De resultas de la inexactitud de las

Diagrama núm. 63

blancas en la jugada 2 1 , el negro ha logrado igualar la partida. A pesar de ello, B. Shatzkes -músico de profe­sión- encuentra el modo de prose­guir «en tono mayor».

21. e x dS ! 28. e x e7 + 29. D X e2

T X c2 T X e7 D X bS

El carácter adquirido por la posi­ción es en cierta manera típico del plan que estamos comentando (ata­que de minorias): caballo contra alftl, peones centrales contra peones late­rales.

30. dS g6?

Debilita sustancialmente la casilla f6. Había que jugar 30 . . . . , TeS o 30. . . . , h6.

3 1 . Ce4 32. Db2 33. T X c7

Db6 Tc7 D X c7

Ahora ya no es dificil demostrar la superioridad de la dama y el caballo

7 9

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de las blancas contra la dama y el alfil contrarios, y ello a consecuencia de la jugada 30 . . . . , g6 .

34.\

Cf6+ 35. d61 36. Cd5 + 37. C X f6 38. Cd5 + 39. e x b4 40. D X b4 4 1 . Dc4 + 42. Dc7

Rb8 Dd8 f6 Rg7 Rl7 a X b4 b6 Rf8 abandonan

Todavía volveremos sobre la cues­tion del cambio de alfiles de casillas blancas, pero examinemos ahora los métodos defensivos que se utilizan contra el ataque de minonas.

Métodos de defensa comra el ataque de minorías

1 ) Contraataque de peones en el flanco de rey

En los primeros tiempos de la es­tructura de Carlsbad, es decir, cuan­do ésta empezó a emplearse regular­mente en las partidas de torneo. se pensaba que el unico contrajuego efi­caz de las negras para oponerse al ataque de minonas consist.ta en lan­zar una ofensiva en el flanco de rey. He aquí un ejemplo de este tipo de es­trategia. procedente de aquellos años.

E. Bogolyubov A. Rubinstein

80

San Remo, 1 9 30 (Gambito de dama)

l. d4 2. Cf3 3. c4 4. Ag5 5. e3 6. Cc3 7. Tcl

dS Cf6 e6 Cbd7 Ae7 0-0 TeS

8. a3 a6 9. e X d5

Con esta jugada las blancas susci­tan la estructura de Carlsbad. Con­viene hacer notar, no obstante, que para la realización del ataque de minorias la torre blanca estaria mejor situada en bl . Por otro lado, los movimientos 8 . a3 y 8 . . . . , a6 resul­tan más bien favorables al negro en la lucha que se avecina. Por eso quizá debían las blancas haber jugado de otra manera, por ejemplo 9. c5 , res­tringiendo la l ibertad del enemigo en el flanco de dama.

9. 10. Ad3 1 1 . 0-0 12. Dc2

e X d5 c6 Cf8 Ch5?

Continuación popular por aquel entonces. Como posteriormente lo ha demostrado la práctica, ofrece mas perspectiva 1 2 . . . . . Ce4 o 1 2 . . . . , Cg6.

13. A X e7 D X e7

En una partida Alekhine-Taylor ( Nottingham, 1 9 36) se jugó: 1 2 . . . . . T X e7 ( faltaban los movimientos 8. a3. a6) 1 3 . b4. b5 ; 1 4. Ce5 , Ab7; 1 5 . Ce2, Te6; 1 6 . g4, Cf6; 1 7 . f4 con ven­taja de las blancas.

14. b4 15 . Db2 1 6. a4

Ae6 Tad8 g5? !

( Véase diagrama núm. 64)

A rruz de la u lt imajugada de las ne­gras se recrudece la lucha. que tiene ahora lugar en ambos flancos. Con todo, el ataque de las blancas se reve­la mas eficaz.

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Diagrama núm. 64

17 . b5 1 8. a X b5 19. Cd2 20. Tfe1 21. Ca2 22. b X c6 23. Db6

a X b5 g4 Ac8 es Td6 b X c6

Las blancas tienen ya un objeto de ataque, mientras en el flanco de rey no se ve todavía nada real para las ne­gras.

23. ... Ad7 24. Cb4 Cffi!

Defendiendo indirectamente el peón c6. Si ahora 25. C X c6, segui­ría 25 . . . . , De6; 26. Ab5, Tc8 y las blancas perdenan una pieza.

25. Tc2 26. A X e4 27. Tec1 28. Db7

Ce4 rx e4 Dffi Te7

A. Rubinstein combina ingeniosa­mente la defensa del peón c6 con el contrajuego en el flanco de rey. pero

desde el punto de vista estratégico la posición de las negras es dificil.

29. DaS Tf7 30. Cfl h5 3 1 . Cg3 h4 32. Ch5 Dg5 33. Db8!

Llevaría a innecesarias complica­ciones 33 . Cf4 a causa de 33. T X f4, etc.

33. Th6 34. Cf4 g3 35. C X c6?

¡Craso error! Despues de 35 . fX g3, h X g3; 36. h3 , el ataque de las ne­gras se acaba. quedándoles en pie la debilidad del peon c6.

35. 36. R X f2 37. T X c6 38. T X c6

g X fl+ A X c6 T X c6 h3 !

De nuevo las negras hacen gala de ingerio. A 39. g3 sigue 39 . . . . , Dh5.

39. g X b3 40. Re1 4 1 . Tg6+ 42. Tg3 43. Rd2 44. DeS 45. Rel 46. Re2 47. Rfl 48. Dg4

Dh5 Df3 Rh7 Dhl + Dal ! Da2+ Dal + Db2+ Cg6 T X f4+!

Otra interesante decisión de las ne­gras. Lo malo es que no siempre la táctica, por buena que sea, logra re­parar los daños de una estrategia de­ficiente.

49. e X f4 Del +

8 1

Page 83: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

50. Rf2 -51. De2 52. De3 53. Rfl 54. Re2 55. Rfl 56. Re2 57. Rdl 58. Del 59. R X el 60. Tg41

Dd2+ D X d4+ Db2+ Dal + Db2+ Da1 + Db2 + Dbl + D X 1 + e x f4

y las blancas ganaron el final. Como la práctica lo demuestra. el

método más eficaz de contrajuego 9Uele consistir en un ataque de pie­zas. Veamos el modo de proceder en tales casos.

2) Ataque de piezas en el flanco de rey

El siguiente ejemplo ilustra bien los peligros a que se exponen las blan­cas al subestimar el contrajuego de su adversario.

M. Taimanov R. Nedzmetdinov 2 1 .0 campeonato de la URSS

Kiev, 1 954

l . d4 2. c4 3. Cf3 4. e X d5 S. Ce3 6. AgS 7. Dc2 8. e3 9. Ad3

1 0. 0-0 l l . Tabl

dS e6 e6 e X dS Cffi Ae7 Cbd7 0-0 TeS Cf8 aS

Pequeña fineza. En comparacion con 1 1 . . . . , a6. las negras llegan a do­minar antes la columna «a», lo cual puede tener importancia en el plano táctico.

82

12. a3 13. A X e7 14. b4 15 . a X b4 16. b5? 1

Ce4 D X e7 a X b4 Cg6

Prematuro. E ra más logico 1 6 . A X e4, d X e4; 1 7 . Cd2, f5 (o l 7 . . . . •

Af5) 18. b5 .

1 6. ... Ag4 17 . Cd2?

Esto es ya un claro error. Aquí era necesario 1 7 . A X e4, d X e4; 1 8 . Cd2 con lucha aguda. En caso de 1 7. Ae2. C X c3: 1 8 . D X c3, Ta3, las negras tendn an buen juego.

Diagrama núm. 65

17. 18. D X d2

C X d2 Ch41

Salta a la v ista que. debido a las amenazas 1 9 . . . . . Cf3+ y 1 9 . . . . , Ah3, la posición de las blancas es indefen­dible. Después de 1 9 . Ae2, Ah3! ; 20. g X h3, DgS + , al blanco le queda la desagradable opción entre recibir

Page 84: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

mate o perder la dama (2 1 . Ag4, Cf3+). M. Taimanov toma una deci­sión prácticamente forzada: entregar de inmediato un peón para salvarse del ataque de mate.

19. f3 20. D X e3 2 1 . r x 84 22. b X c6

D X e3 + T X e3 T X d3 b X c6

Naturalmente, no 22 . . . . , T X c3? a causa de 23. e X b7, Tb8; 24. Tbc l , Tc4; 2 5 . T X c4, d X c4; 26. Tal y las blancas ganan.

23. Ce2 24. Ttl 25. Tbfl

Td2 h6 Cg6

Lo más sencillo era 25 . . . . , Taa2, forzando el cambio de torres y que­dando con excelentes posibilidades de victoria. El resto de la partida no guarda relacion con el tema que nos ocupa. A titulo de curiosidad, men­cionaremos que Taimanov llegó a una posicion de tablas en un final de torres con dos peones de menos, pero al fin la partida fue ganada por R Nedzmetdinov, aunque no sin tener que superar grandes dificultades.

S. Furman Y. Klovan Moscú, 1 964

Hasta la jugada 1 1 de las blancas. inclusive, la partida es idéntica a la que acabamos de ver. Ahora siguio:

1 1 . 12. b4 1 3. A X e7 14. Tfel?l

Cg6 Ce4 D X e7

Mejor que 1 4. Cd2, pero la jugada temática y más segura en esta posi­cion es con todo 1 4. A X e4.

14. 15. D X c3 1 6. Cd2

C X c3 Ag4 Tac8

Impidiendo 1 7. b5, a lo que podría seguir 1 7 . . . . , e X bS ; 1 8 . Db3, a6; 1 9. D X cl5, Ae6 con mejor juego de las negras.

17 . Tbcl Ch4 18. Afl

Es peligroso 1 8. f3 a causa de 18 . . . . , Ah3; 1 9 . g3, CfS; 20. Te2, Dg5; 2 1 . f4, Dg4 con fuerte ataque de las negras.

18. 19. Rhl

DgS Te6

Diagrama núm. 66

Ahora se ve claramente que las blancas se han retrasado en la ejecu­ción de su plan b5. La iniciativa está ya en manos del negro.

20. e4?

Un error que resultara desastroso

83

Page 85: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

para el bando blanco. Objetivamen­te, sin embargo, hay que hacer notar que la posición de las negras es aqui preferible de todas maneras, por ejem­plo: 20. f3 , Ah3!; 2 1 . Te2, Tg6; 22. g3, A X f1 ; 23. T X f1 , CfS.

20. d X e4 21 . e x e4 Df4 22. CeS Cf3 ! 23. g3 Th6 24. h3 T X h3 +! 25. A X h3 Dh6 26. abandonan

A pesar de todo, si las blancas pre­vienen a tiempo las amenazas de su adversario, no siempre resulta tan pe­ligroso al ataque negro de piezas en el flanco de rey.

Y. Averbakh A. Konstantinopolski Moscú, 1 966

Hasta la jugada 1 1 de las blancas, los acontecimientos se desarrollan como en las partidas anteriormente vistas Smyslov-Keres y Taimanov -Nedzmetdinov.

(Véase diagrama núm. 6 7)

1 1 . 12. A X e7 13 . b4 14. a4 1 5 . bS 1 6. a X bS

Ce4 D X e7 a6 Cg6 a X b5 Ag4

Merecía atencion 1 6 . . . . , C X c3. como se hizo en la partida Furman-)( Klovan, examinada mas arriba.

17. A X e4 18. Cd2

84

d X e4 AfS?!

Diagra ma núm. 67

Mas aguda y de mayores perspecti­vas era la jugad a 1 8 . . . . , f5 .

1 9. b X c6 20. Ce2

b X c6 Ch4

Aqui es interesante 20 . . . . , Ac8!?; 2 1 . D X c6 ( después de 2 1 . Tfe l , Aa6; 22. Cc4, Ab5 las negras tienen buen juego) 2 1 . . . . , Aa6; 22. Tal , Tec8; 23. T X a6, T X c6; 24. T X a8+ , Cf8; 2 5 . Cg3 y, según el análisis de E. Vasiukov y B. Shatzkes, las blancas tienen suficiente compen­sación por la d ama entregada.

2 1 . Cg3

Seria arriesgado 22. D X c6 a cau­sa de 22 . . . . , Ta2; 23 . Dc3, Ah3: 24. g X h3, T X d2 con juego confuso.

21 . ... Ag6?

Dudoso sacrificio de peon. Si 2 1 . . . . . Tac8; 22. T fc 1 ( a 22. f3 sigue 22. . . . • Dg5 ). las blancas es tan mejor, pero al negro le s i rve al menos de con­suelo la igualdad de material.

Page 86: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 68

22. D X e6 23. DbS 24. Tbel 25. T X el

Tae8 f3 T X el f4

Lanzándose a un desesperado con­traataque. . . cuya inC'orreccion de­muestran las blancas con facilidad.

26. e X f4 e3 27. Db3 + Af7 28. D X e3 Db7 29. Cde4 Ag6 30. rs

Refutando la idea de las negras.

30. 3 1 . e X fS

e x rs T X e4

Perderia inmediatamente 3 1 . A X f5 ? a causa de 32. Cf6+.

32. Cd6 T X e3 33. r x e3 1

¡Precisamente así! Despues de 33. C X b7. Td3, las negras tendnan bas­tantes posibilidades de tablas.

33. 34. TeS+ 35. e x c8

Dd7 D X c8

y las blancas ganaron fácilmente el final.

Los jugadores de estilo posicional aficionados al gambito de dama no podían contentarse, llevando las pie­zas negras, con estos dos arriesgados métodos de contrajuego. Por eso em­pezaron a buscar sistemas de defen­sa mejor fundamentados desde el punto de vista estratégico. Veámoslos.

3) Métodos posicionales de defensa comra el ataque de minorías

Primero de todo, parece evidente que a las negras les conviene cambiar el alfil de dama, ya que, dada la confi­guración que adoptan sus peones, este alfil se convierte en «malo». A tal fin tiende una original maniobra de caballo.

P. Trifunovie V. Pire Torneo interzonal Saltsjobaden, 1 948 (Gambito de dama)

l . d4 2. c4 3. ee3 4. Ag5 S. el 6. Tel 7. en 8. De2 9. a3

10. e X d5

Cffi e6 d5 Ae7 0-0 Cbd7 e6 TeS a6

Como ya lo hemos observado, este cambio favorece a las negras cuando ambos bandos han jugado respectiva­mente Tcl y . . . • a6.

10 . .. . e X d5

85

Page 87: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

1 1 . Ad3 Cf8 1 2. 0-0 g61

Esta jugada descubre la idea de las negras: cambiar su alfil de dama por medio de . . . , Ce6-g7-Af5.

13 . Ca4

Más lógico era 1 3. b4. 13. Ce6 14. Ah4 Cg7 1S. CeS Cd7 1 6. A X e7 T X e7 17. b4 Cb6 18. a4 AfS 19. Cd2 A X d3 20. D X d3 CfS

Diagrama núm. 69

Aquí entrambos contendientes acordaron tablas. Si las blancas jue­gan inmediatamente 2 1 . b5, entonces el negro, continuando 2 1 . ... , e X b5; 22. a X b5, a5, obtiene un fuerte peón pasado en la columna « a)). En caso contrario, las negras se propo­nen jugar 2 1 . . . . , Cd6 para asegurar­se el dominio de la importante casilla

86

c4 y estar así en condiciones de obs­truir la columna «e)).

Tan larga preparación para cam­biar los alfiles de casillas blancas no deja, con todo, de suscitar ciertas du­das. El motivo de que las negras hayan igualado e l juego con facilidad reside más bien en las inexactitudes cometidas por e l blanco ( veánse las observaciones a sus jugadas 1 O y 1 3 ). Si las blancas tratan correctamente la apertura, pueden plantearle a su ad­versario dificiles problemas y, en par­ticular, impedirle el cambio del alfil de dama.

M. Taimanov R. Persitz Hastings, 1 95 6

( Gambito d e dama)

l. d4 2. c4 3. Ce3 4. AgS S. e3 6. e X dS 7. Ad3 8. De2

d5 e6 Cf6 Ae7 Cbd7 e X dS e6 Cf8

Con esta jugada da principio el sis­tema del gran maestro sueco G. Stahl­berg. Su idea consiste en cambiar el alfil de casillas blancas, como en la partida precedente, pero con la dife­rencia de que la m aniobra preparato­ria del caballo se lleva a cabo antes del enroque.

9. Cf3 Ce6 10. Ah4 g6 1 1 . h31

El método de desarrollo relaciona­do con esta jugada asesto un rudo gol­pe al sistema de Stahlberg.

1 1 . ... Cg7

Page 88: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

12. g4

Impide 1 2 . . . . • AfS y prepara un ataque directo contra el rey enemigo.

Diagrama núm. 70

12. ... 0-0

Las negras no se arriesgan a entrar en la variante 1 2 . . . . , hS ; 1 3 . CeS , h X g4; 1 4. A X g6, T X h4; 1 5 . A X f7 + , aunque sus consecuencias estan lejos de ser claras.

1 3 . 0-0-0 14. A X e7 15 . Tdg1 1 6. h4 17 . hS 18. CeS

Cfe8 D X e7 Cd6 f5 f X g4 AfS

Demasiado tarde, pues el ataque al rey negro se ha vuelto ya muy peligro­so.

1 9. e x g4 20. D X d3 2 1 . CeS

A X d3 g X h5 Rh8

22. Tg2 De6 23. Tbg1

y las blancas ganaron en seguida. En esta partida las blancas incluso

renunciaron al ataque de minonas a fin de impedir el cambio de alfiles proyectado por el negro.

Ahora bien, si las blancas, deseo­sas de evitar las agudas variantes de los sistemas de Merano y de Botvinnik ( Antimerano), cambian peones en dS a la cuarta o quinta jugada, cuando el caballo dama negro no ha obstruido toda vi a la diagonal c8-h3, entonces el cambio del alfil de dama les resulta a las negras mucho mas fácil de forzar que en los dos ejemplos anteriores.

L. Polugayevski B. Spassky 3 I .o campeonato de la URSS

Leningrado, 1 963 (Gambito de dama)

l . c4 2. Cc3 3. Cl3 4. d4 5. e X dS 6. Ag5 7. Dc2

Cffi e6 d5 Ae7 e X d5 c6 g6!

De esta manera las negras resuel­ven el problema del desarrollo de su alfil de dama.

8. e3 9. Ad3

1 0. D X d3

Af5 A X d3 0-0?

Inexacto. Mas fuerte era 1 0 . ... , Cbd7, y si 1 1 . Ah6, Cg4; 1 2. Af4. 0-0; 1 3. 0-0, TeS; 1 4. h3, Cgf6; 1 5 . CeS , Cb6, las negras tienen bucnjuc­go (Bobotzev-Petrosian, Lugano, 1 968).

87

Page 89: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

1 1 . A X ffil 12 . b4 1 3 . 0-0

A X ffi Cd7

Merecía atención 1 3 . b5 , Cb6: 1 4. b X c6, b X c6: 1 5 . 0-0 con ulterior presión por la columna c.

1 3 . ... bS

Dia{!rama núm. 7 1

Las negras han conseguido una posición estratégicamente ventajosa: les ha sido posible cambiar el alfil de dama y frenar el agresivo avance del peón b4. Si ahora lograran instalar su caballo en c4. serian las blancas quie­nes tendrían que luchar por la igual­dad. Claro esta que L. Polugayevski va a oponerse a este plan.

14 . a4 a6 1 5 . aS !

Es mas debil 1 5 . Ta2, Cb6: 1 6 . Tfa l y si entonces 1 6 . . . . . Tc8; 1 7 . a X b5 . a X b5 : 18 . Ta7, Te8. a las

88

blancas les resulta dificil sacar prove­cho de la columna abierta a, mientras el caballo negro se instala sin proble­mas en c4.

15 . 16. Ce2 1 7. Db3

TeS Ae7 Ad6

Esta casii ia es la mejor para el alfil de las negras, y a que desde ahí el peón b4 ataca y a la vez apunta a la fortaleza del rey blanco.

1 8. Cel g5 1 9. Cd3 g4 20. Cd2 Te6 2 1 . Tfe l Dg5 22. Ta2 Tae8 23. Tae2 Dh6 24. en AbS 25. CeS

Accediendo de hecho a la nulidad. Es cierto que no se ve modo alguno de reforzar aún más la posición del blanco.

25. 26. T X eS 27. De2 28. g3 29. DfS

C X cS Tg6 Tee6 Rg7 tablas

Así pues. el c ambio de alfiles de ca­sillas blancas es favorable al bando negro si acierta a controlar los pun­tos b5 y c4, neutralizando de esta manera el avance del peon b4 enemi­go: o tambien si logra levantar una ba­rrera en el flanco de dama por medio de ... , b5, con tal que la debilidad re­sultante en c6 pueda defenderse ade­cuadamente. Para terminar con este tema. mostraremos cómo se realiza el ataque de minorí as en otra apertura.

Page 90: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

V. Chekhover N. Riumin Leningrado, 1 936

(Defensa holandesa)

l . d4 e6 2. Cf3 fS 3. g3 Cf6 4. Ag2 Ae7 5. 0-0 0-0 6. c4 d5

Las negras han optado por el siste­ma stonewa/1 («muro de piedra»). cuya estructura de peones es análo­ga a la del gambito de dama (salvo por la posición del peón f5).

7. Cc3 8. Dc2 9. Ag5 !

c6 DeS

Refuerzo de V. Chekhover. Este plan es, a juicio de M. Botvinnik, su­mamente eficaz contra el sistema sto­newall. Resulta menos apropiado el avance inmediato b4-b5 . Si se pre­tende llevar a efecto el ataque de mi­norias, es bueno para el blanco cam­biar su alfil de dama por el caballo de rey enemigo, como ya lo vimos tam­bién al tratar de la estructura de Carlsbad.

9 . .. . Dh5

Puede que sea más fuerte 9 . Ce4.

10. A X f6 1 1 . c X d5

A X f6 e X d5

«Lo más natural, pero, como a menudo sucede, las negras no tienen en cuenta el contrajuego de su adver­sario. ¿Quién creería , en efecto, que precisamente el punto c6 de las ne­gras, orgulloso puntal de su posicion según todas las apariencias, constitu-

ye de hecho una seria debilidad?» (P. Romanovski).

12. e3 Cd7?

Un error. Era correcto 1 2 . . . . , Ae7, impidiendo de momento 1 3. b4. Po­dria entonces seguir 1 3 . Tab l , a5; 1 4. a3, Ae6; 1 5 . b4, a X b4; 1 6. a X b4, Cd7; 1 7. b5, g5 y la amenaza 1 8 . . . . , f4 les proporciona a las negras sufi­ciente contrajuego.

13 . b4 Cb6 14. b5

Diagrama núm. 72

Las blancas han logrado ya cierta superioridad en «Su» flanco. En com­paración con las posiciones análogas del gambito de dama, el blanco tiene aquí dos ventajas suplementarias: el alfil en fianchetto defiende sólida­mente a su rey, al paso que impide el avance del peón c6, ya que entonces seria vulnerable el peón d5 . Además, el alfil negro de casillas claras desem­peña un papel demasiado pasivo y

89

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apenas si puede soñar en cambiarse por su colega blanco.

14. ... DeS

Capitulación psicológica. Más po­sibilidades les brindaba a las negras el avance 1 4. . .. , g5 para efectuar cuanto antes la ruptura . . . , f4, aun a costa de sacrificar algo de material.

15 . a4 1 6. aS ! 17 . b X e6 18. Cd2

Cc4 a6 b X e6 C X d2

Mejores perspectivas ofrecía 1 8. . . . , C X e3, recibiendo tres peones por la pieza entregada.

1 9. D X d2 Ta7 20. Tab1 Rh8 21 . Ca4 g5

Demasiado tarde. El contraataque de las negras no llega ya a tiempo.

22. CeS AdS 23. Cd3 h5 24. Tfe1 Th7?

Otro error, pero ya era muy dificil salvar la posicion de las negras.

25. A X d5 26. T X eS 27. TbbS 28. f X g3 29. CeS 30. e X f4 3 1 . ex d7 32. D X f4!

e X d5 h4 h X g3 Td7 f4 g X f4 D X d7 abandonan

A1aque en el centro por medio de e3-e4

Este plan de las blancas se presen­ta en dos formas diferentes. La prime-

90

ra consiste en crear un centro de peo­nes mediante f3 s e guido de e4. La se­gunda en efectua r e l avance e4 sin ha­ber hecho antes la jugada preparato­ria f3, lo cual lleva de ordinario a una partida abierta.

Examinemos la primera posibili­dad en el siguiente ejemplo:

A. Alekhine J. R. Capablanea 32.• partida del match

Buenos Aires, 1 927 (Gambito de dama)

l. d4 2. c4 3. Cc3 4. Ag5 5. e3 6. e X d5 7. Ad3 S. Cge2

d5 e6 Cf6 Ae7 Cbd7 e X d5 e6

El desarrollo de l caballo de rey por esta casilla deja móvil el peón f3 y les permite a las blancas formarse un centro de peones mediante e4. No obstante, la idea de Alekhine en la presente partida e s otra: atacar en el flanco de rey.

8 . ... 9. Cg3

0-0 CeS

Seria malo 9 . . . . , h6 a causa de 10 . h4!

10. h4 1 1 . Dc2 1 2. Cf5 13. A X f5 14. Ad3 15 . Af4

Cdf6 Ae6 A X fS Cd6 h6 TeS?

Para defenderse contra la principal amenaza de las blancas, 1 6. 0-0-0 seguido de 1 7 . Tdgl y 1 8 . g4, a lo

Page 92: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

cual el negro replicaría 1 6 . . . . , c5 . Sin embargo, ahora es posible el avance inmediato del peón g2. Por eso hubie­ra resultado más fuerte 1 5 . . . . , Tfe8; 1 6. 0-0-0, efe4; 1 7 . e X e4, d X e4; 1 8. A X e4, e x e4; 1 9. D X e4, A X h4; 20. Ae5 , Af6 con posibilida­des reciprocas.

1 6. g4! Cfe4

Las negras perderían la calidad después de 16 . ... , e X g4; 1 7. A X d6, A X d6; 1 8. AfS.

17. g5 1 8. A X e4 1 9. e x e4 20. D X e4 21 . Rfl 22. D X d5 23. Rg2

h5 C X e4 d X e4 DaS + Dd5 e X d5

y poco a poco las blancas hicieron valer su peón de más.

El plan consistente en crearse un centro de peones, como más arriba lo indicábamos, fue ideado por M. Bot­vinnik y aplicado por él mismo en la defensa Nimzoindia y el gambito de dam a ( véase el articulo de M. Taima­nov, página 1 3 ). La reacción correcta de las negras contra dicho plan es ata­car el centro enemigo mediante . . . , c5 .

M. Botvinnik E. Geller 22.0 campeonato de la URSS

Moscú, 1 95 5 (Gambito de dama)

l . c4 2. d4 3. Ce3 4. e X dS 5. AgS 6. e3

Cf6 e6 dS e X d5 e6 h6

7. Ah4 Af5 8. Ad3

Merece consideración 8. Df3.

8. 9. D X d3

10. Cge2 1 1 . 0-0 1 2. f3

A X d3 Ae7 Cbd7 0-0

Proyectando operaciones activas en el centro. Empero E. Geller, como vemos por el desarrollo ulterior de la partida, estaba bien preparado para refutar la maniobra favorita de Bot­vinnik

12. ... TeS 1 3. At2 eS!

Oportuna ruptura que da al traste con el plan de las blancas.

14. d X eS 15 . Tad1 16. Db5 17. D X b6

A X eS CeS Db6 a X b6!

Diagrama núm. 73

9 1

Page 93: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

La apertura de la columna «a» compensa con creces la única insufi­ciencia de la posición negra: los peo­nes doblados. Ahora las blancas de­ben defenderse de la amenaza 1 8 . . . . , ec4.

18. b3 Cc6 19. Cf4

Era más fuerte 1 9 . ed4.

19. ... Cb4 20. Cd3?

Erróneo. Habia que jugar 20. erx dS, er x d5; 2 1 . e x d5 . �

e X dS; 22. T X dS , T X a2! ; 23. e4, T X f2!; 24. T X f2, Ta8; 2S , T X eS, b X eS; 26. Tc2 con excelentes posi­bilidades de tablas. Después del mo­vimiento del texto la posición blanca empeora a ojos vista!>.

20. 2 1 . e x a2 22. Tfe1

C X a2 T X a2 Ad6

Las negras han ganado ya un peon y conservan la iniciativa.

23. h3 24. Rfl 25. b4 26. Te2 27. Ael 28. g4 29. A X g3 30. Rg2

Tc2 Tc3 b5 Tb3 Ch5 Cg3 + A X g3

También tras 30. f4, Ah4 las acti­vidades del blanco quedarian parali­zadas.

92

30. Ad6 3 1 . Rt2 Tc8 32. Ted2 Tc4!

La situación es desesperada para las blancas. Aún siguió:

33. Ccl Tb X b4 34. T X d5 Tb2+ 35. Ce2 Ab4 36. Rfl Ac5 37. Cd4 b4 38. Td8+ Rh7 39. Tc8 Tc3 ! 40. Ce2 T X e3 4 1 . abandonan

Las negras deben reforzar bien la presión que eje rcen con sus peones sobre el centro enemigo. Si la afloj an para activar los peones del flanco de dama, el blanco obtiene generalmen­te ventaja efectuando su proyectada ruptura central.

M. Botvinnik B. Larsen Noordwijk, 1 965

( Gambito de dama)

l . c4 2. ee3 3. d4 4. e X d5 S. Ag5 6. e3 7. Dc2 8. Ad3 9. Cge2

e6 d5 Cf6 e X d5 c6 Ae7 0-0 Cbd7 h6

Inexacto, ya que las negras no sólo debilitan su tlanco de rey, sino que además empuj an al alfil enemigo ha­cia una mejor c as illa.

10. Ah4 Te8 1 1 . f3 c5 12. 0-0 a6 13 . Tad1 b5 14. At2 c4?

Page 94: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Error de principio. Ahora no pue­de impedirse el avance blanco e4. Por eso las negras tenían que haber segui­do manteniendo la tensión en el centro.

15 . AfS eb6 1 6. eg3 Af8 17 . a3 Ab7 1 8. e4 g6 1 9. Ah3 aS

Diagrama nzím. 74

Las piezas blancas estan ya listas para el ataque, que comienza inme­diatamente con el avance de la infan­teria en el ala de rey. Por supuesto, al blanco no le interesa entrar en las complicaciones que se seguirian de 20. C X b5 , d X e.

20. e5 b4 21. ece2

Sólo así. La inclusión de las juga­das 2 1 . a X b4. a X b4 dejan a la co­lumna «a» en manos de las negras.

2 1 . eh7 22. f4 Ac6

23. Tal 24. Dbl 25. a X b4!

Aa4 f3

La situacion ha cambiado, y ahora la columna «a» les pertenece a las blancas.

25. 26. e x f3 1 27. A X f3 28. Cg3 29. A X d7 30. Dg6+

a X b4 g X f3 De7 Ad7 e X d7 Dg7

Era mas fuerte 30. Rh8.

3 1 . Dc6 T X al 32. T X al

Resulta peor 32. D X d5 +, Df7 y las piezas negras se reactivan.

32. 33. Ta7 34. d X eS 35. D X e6 36. ers

Df7 e x eS De6 T X e6

y las blancas, habiendo recuperado la pieza entregada, ganaron gracias a su ventaja de material.

La práctica ha demostrado que e! plan de juego propuesto por M. Bot­vinnik es molesto para las negras. Por eso éstas suelen evitarlo adoptando un orden de jugadas que dificulta el desarrollo del caballo blanco por e2. Así Petrosian, en su match contra Botvinnik, respondió no pocas veces al gambito de dama como sigue: l . d4, dS; 2 . c4, e6; 3. ec3, Ae7 !? La idea de este movimiento, debido a V. Alatortzev, consiste en obligar a las blancas a jugar 4. Cf3. Botvinnik con­tinuó en varias ocasiones 4. e X d5 , e X d5 ; 5 . Af4, c6; 6. e3, A f5 ; 7 . g4, pero no obtuvo especial ventaja.

93

Page 95: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Pasemos ahora a la segunda for­ma del plan de ataque en el centro. El avance e4, que provoca la apertura de la columna «e», se efectúa en este caso con el caballo de rey blanco situado en f3. Este plan es eficaz cuando las negras llevan retraso en el desarrollo y no pueden presionar su­ficientemente sobre el peón d4. En­tonces las blancas pueden organizar con éxito un ataque directo al rey ene­migo.

Tambien es posible combinar la ruptura central e4 con un ataque de minonas, sobre todo cuando las ne­gras han jugado . . . • b5 .

A. Karpov B. Spassky 1 1 .• partida del match

Leningrado, 1 97 4 ( Gambito de dama)

l. d4 Cf6 2. c4 e6 3. Cf3 d5 4. Cc3 Ae7 5. Ag5 h6 6. Ah4 0-0 7. e3 b6 8. Ae2 Ab7

Ambos contendientes han jugado la variante V. Makogonov-1. Bonda­rcvski-S. Tartakover. Es obvio que también aquí puede surgir la estructu­ra de Carlsbad. por lo que el siguiente movimiento de las blancas merece aprobación.

9. A X f6! 10 . e X d5 1 1 . 0-0 1 2. Tc1 1 3 . a3 1 4. b4 15 . Cel

94

A X f6 e X d5 Dd6 a6 Cd7 b5

Es más preciso, como indicó Bot­vinnik, 1 5 . C d2 seguido de 1 6. Cb3 para impedir el avance . . . , aS .

15. 16. Cd3

c6 Cb6?

Aquí las negras tenían que haber jugado 1 6 . . . . • a5, dejándole al adver­sario un peón débil en b4 y abriendo a su favor la columna «a». En tal caso,

\ una vez trasladado el caballo a c4, las negras lograrían una partida del todo satisfactoria.

17. a4!

Dia gra ma núm. 75

17 . . . . Ad8?

Otro error. E ra mejor 1 7 . . . . , Cc4; 1 8 . CeS, Tab8 con excelentes posibi­lidades de defensa. Oespues de la jugada del texto las blancas, con una nunima preparacion. abrirán el cen­tro aprovechando la circunstancia de

Page 96: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

que el alfil enemigo no les ataca ya el peón d4.

1 8. CeS 1 9. aS 20. g3 21 . e4 22. Te1 23. C3 X e4 24. Ah5 25. Df3

Ac8 Ae7 Cc4 Ah3 d X e4 Dg6 Dh7 f3

Ahora las piezas negras están des­perdigadas y el blanco obtiene facil­mente una superioridad decisiva. Una defensa más tenaz hubiera sido 25 . . . . , DfS.

26. Cc3 27. D X e6 28. Cd5 29. Te7 30. T X e7 3 1 . D X h6 32. T X f7 33. D X f4 34. De7 + 3 5 . Cf4

g6 g X h5 f4 Df5 Tae8 Tf7 R X f7 Te2 Rf8 abandonan

Examinemos a continuacion el plan de ruptura central introducido en la práctica de los torneos por el gran maestro norteamericano F. Marshall.

M. Tal R. Vaganian Moscú, 1 975

(Gambito de dama)

l . Cf3 2. d4 3. c4 4. Ce3 5. Ag5 6. e X d5 7. e3 8. Ad3 9. De2

d5 Cf6 c6 e6 Cbd7 e X d5 Ae7 0-0 Te8

10. 0-0 Cf8 1 1 . Tae1

Con esta jugada da comienzo el plan que se llevó por vez primera a la practica en una partida Marshall- Ru­binstein (Moscú, 1 925).

1 1 . ... 12. A X e7 13 . A X e4 14. Cd2

Ce4 D X e7 d X e4

Ahora se aprecia la idea del plan de las blancas: provocar el avance debi­litador 1 4 . . . . , f5 (no es bueno 1 4 . . . . , Af5 a causa de 1 5 . f3) y abrir luego el centro logrando así un juego activo.

14. 15. f3 t 6. e x f3 17. e4 18. T X e4

f5 e X f3 Ae6 r x e4 Tad8

Diagrama núm. 76

Posición muy conocida. La parti­da antes citada como fuente de este sistema prosiguió aqui 1 9 . TeS, h6;

95

Page 97: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

20. ee4, Db4; 2 1 . a3, Dc4; 22. Df2 con mejor juego de las blancas. Era más fuerte para el negro, como lo señaló E. Bogolyubov, 20 . . . . , Dc7 seguido de 2 1 . ... , AdS .

19. Tfel 20. TeS 21 . De4

h6 Df7 Td6? !

Arriesgado. Mas solido es 2 1 . . . . , AdS; 22. e X dS, T X eS; 23. etO+!?, D X f6; 24. d X e5 con ligera ventaja de las blancas. Éstas obtienen, tras el movimiento del texto, un juego clara­mente mejor.

22. De3 Cd7 23. TaS Cffi 24. Df4 Ted8 2S. T X a7 Dd7 26. Ca4 CdS 27. Dg3 De7 28. CeS Ac8 29. CeS Tffi

Es mas debil 29 . . . . , Db6? a causa de 30. ec4!, D X a7; 3 1 . e X d6, D X a2; 3 2. ee8! con ataque decisi­vo de las blancas ( según M. Tal).

30. Ce4 3 1 . Cg6 32. e x r4 33. C X dS?

Tf4 Db6 D X a7

Las blancas conservaban su venta­ja prosiguiendo 33 . chS ! . D X d4+: 34. Rh l , Rh8: 35 . eef6, gS; 36. e X dS, o 34 . . . . , Td7; 35. ed6. Ahora el juego queda igualado.

33 . 34. De3

96

D X d4 + tablas

Ataque en el flanco ae rey en caso de enroque corto

por ambas partes

Este plan d e las blancas se combi­na a veces con una ruptura en el cen­tro. Veamos su modalidad más inte­resante, relacionada con el avance f4.

La siguiente partida t:onstituye un prototipo de la manera de realizar di­cho plan.

N. Riumin l. Kan Moscú, 1 936

(Gambito de dama)

l . d4 2. c4 3. Ce3 4. Ct3 S. e X dS 6. Af4

Cffi e6 dS Cbd7 e X dS

N. Riumin prefería este desarrollo del alfil blanco y lo empleaba incluso con la estructura de peones en que el de dama queda aislado. Hoy en dia suele jugar así con cierta frecuencia T. Petrosian.

6. e6 7. e3 Ae7 8. Ad3 0-0 9. Dc2 TeS

10. h3 Cf8 1 1 . CeS

Esto indica que las blancas renun­cian al ataque de minon as.

1 1 . 1 2. 0-0 13. A X eS

C6d7 C X eS Ad6

Page 98: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama nzim. 77 18. Tg1 19. g4 20. 0(2 21. h4 22. rs

Tae8 Ar7 Rh8 a6 eS

Demasiado tarde. Ahora las blan­cas hacen caso omiso del contrajue­go enemigo.

23. Ce2 24. e X d4 25. Cf4 26. Tfg3 27. T X g1

e X d4 Db4 Te1 T X g1 + De7

Preparando un nuevo cambio para :;...-��--;,o,;--. _ _. simplificar la posicion.

Era mas preciso jugar previamen­te 1 3 . . . . , f6 y sólo después 1 4 . . . . •

Ad6.

14. f41

«Las negras subestimaron quiza esta jugada que da a su advesario ex­celentes posibilidades de ataque. El peón e3 retrasado constituye, por supuesto, un punto vulnerable en la posición de las blancas, pero al negro no el es facil explotar esa debilidad, mientras el inminente avance enemi­go en el flanco de rey es una amenaza bien real» (N. Riumin).

1 4 . ... 15. A X d6 1 6. Tf3 17 . Rhl

ffi D X d6 Ae6 Te7?

Comienzo de un plan erróneo. El doblamiento de torres en la columna «e» no les reporta nada a las negras en este genero de posiciones. Mere­cía considerarse 1 7 . . . . • Tac8 segui­do eventualmente de . . . , eS .

28. g5 29. h X gS

r x gS De3

Las negras han logrado su propú­sito, pero . . .

30. D X e3 1

La decisión mas práctica. En el final que sigue, las negras quedan pri­vadas de todo contrajuego. La parti­da continuo;

30. 3 1 . Rg2 32. Rt2 33. Te1 34. Rf3

T X e3 A eS Te7 Ac6

Dada la carencia de perspectivas de defensa por parte del negro, no ten­dría sentido entrar en variantes con­fusas del tipo 34. A X a6, Te4; 35. Ce2, Tg4, etc.

34. 35. Rg4 36. Ce6 37. fX e6

Tr7 Tc7 ex e6 Rg8

97

Page 99: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

38. Rf5 39. ReS 40. Rd6 4 1 . A X a6 42. Ad3

Rf8 g6 Te7 Re8 abandonan

En la siguiente partida, el plan de ataque de las blancas con la jugada f4 se combina con la ruptura central e4.

M. Botvinnik V. Byvshev 20.0 campeonato de la URSS

Moscú, 1 95 2 (Gambito d e dama)

l . c4 2. Cc3 3. Cf3 4. d4 S. e X dS 6. Af4 7 . e3 8. Ad3 9. 0·0

1 0. h3 1 1 . Ah2 1 2. CeS 13 . A X eS

Cf6 e6 d5 Ae7 e X dS 0-0 c6 Cbd7 Te8 Cf8 Cg6 ex eS

Ha surgido una posición analoga a la de la partida precedente, con la úni­ca diferencia de que el caballo negro se encuentra en f6 (en vez de estar en f8).

1 3 . 1 4 . Ah2 15 . Dc2 16. A X d6 17 . Tae1

Cd7 Cf8 Ad6 D X d6

Renunciando al clásico ataque de minorias, el blanco se propone orga­nizar una ofensiva en el flanco de rey.

1 7 . . . . Dh6?

9 8

Jugada s in ton ni son. Era mejor 1 7 . . . . , Ad7 seguido de 1 8 . . . . , Tac8, preparando el avance ... , c5 .

18. f4 Dd6 19. Dt2 Ad7

Las negras van retrasadas en el contrajuego, mientras M. B otvinnik acrecienta rápidamente la iniciativa del blanco a partir de su siguiente mo­vimiento. Merecia atención 1 9 . . . . , fS , impidiendo el avance central d e las blancas y trasladando luego el caba­llo a e6 .

Diagrama núm. 78

20. e4

Forzando e l siguiente cambio que activa todavía más las piezas blancas.

20. 21 . ex e4 22. f5 23. a3

d X e4 Db4 f6 Db3

No es mejor 23 . . . . , Db6 a causa de

Page 100: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

24. Cd6 con numerosas amenazas.

24. Dg3 2S. Cd6

RhS D X b2

Este sacrificio de calidad es lo que brinda más posibilidades prácticas.

26. e x eS 27. De3 28. T X e3 29. Tfe1 30. Te7 3 1 . Tcl

D X d4 + D X e3 + A X eS Ad7 bS

Era más fuerte 3 1 . Tt7 seguido eventualmente de Tee7.

3 1 . aS 3 2. Ae4 TeS 33 . Td1 ?

La jugada obvia 33. TeS seguida del avance del rey hacia el centro les prometía a las blancas una fácil victo­ria. Después del movimiento del tex­to, las negras acabaron por obtener tablas activando sus peones del flan­co de dama.

Ataque en el flanco de rey en caso de

enroques diferentes

Uno de los métodos de ataque en el flanco de rey, cuando las blancas han efectuado el enroque largo, quedo ya visto más arriba, en la partida Tai­manov-Persitz (véase la página 86 ).

En las posiciones con enroques distintos, las negras han de actuar enérgicamente y, sin pérdida de tiem­po, abrir lineas en el flanco de dama. En el siguiente ejemplo, el maestro internacional Y. Klovan dispone bien las piezas negras con vistas al contraataque.

L. Polugayevski Y. Klovan 3 1 .0 campeonato de la URSS

Leningrado, 1 963 ( Gambito de dama)

l . c4 2. d4 3. Cc3 4. e X dS S. AgS 6. e3 7. Ad3 8. Cf3

Cf6 e6 dS e X dS Ae7 0-0 Cbd7

En una partida Antoshin-Klovan (Moscu, 1 964) se hizo 8. Dc2, Te8; 9. 0-0-0, Cf8; 10. Cge2, c6; 1 1 . h3, DaS; 1 2. Rb1 , Ae6: 1 3 . f4, Tac8 con buen juego de las negras.

8. e6 9. Dc2 TeS

10. 0-0-0 Cf8 1 1 . h4 Ae6 12. Rbl TeS 1 3. hS DaS

Diagrama núm. 79

99

Page 101: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Las negras 'han situado bien sus piezas y amenazan ... , c5 . Por su parte el blanco debe ahora tratar de simplificar el juego, ya que el ataque enemigo en el flanco de dama resulta más peligroso que sus propias amena­zas en el ala opuesta.

1 4. A X ffi 1 5 . AfS 1 6. A X e6 17. Db2 1 8. Thel 1 9. De2

A X ffi eS r x e6 Da6 Cd7 Dc6?

El cambio de damas les daba de inmediato a las negras un excelente Juego. La jugada del texto le permite al blanco tomar la iniciativa.

20. b6 2 1 . e4 ! 22. Cb5 23. C X a7 24. d X eS !

g X h6 Cb6 Dd7 Ta8

y las blancas ganaron rápidamente. El avance . . . , c5 debe prepararse

bien, pues de lo contrario las blancas pueden cambiar ventajosamente de plan, jugando en el centro en vez de lanzarse al ataque directo en el flan­co de rey.

T. Petrosian G. Ilivitzki Moscú, 1 964

( Gambito de dama)

l . c4 2. Ce3 3. d4 4. e X dS 5 . Af4 6. e3 7 . Ad3 8. Cf3 9. Dc2

e6 dS Ae7 e X dS e6 Cffi 0-0 Cbd7 TeS

10 . g4

1 00

El mismo motivo que en la famosa partida Botvinnik-Alatortzev ( Le­ningrado, 1 934 ).

10. .. . Cf8 1 1 . h3 Ae6 1 2. 0-0-0 TeS 13. Rbl eS?

Jugada dudosa. Era mejor previa­mente 1 3 . . . . , DaS, disponiendo las piezas como antes recomendábamos al hablar de l a partida de Klovan.

Diagrama núm. 80

14. AbS 15 . A X d7 16. d X eS 17. Dd3

Ad7 D X d7 T X eS

En esta posición la superioridad de las blancas es incontestable, en vista de la debilidad del peón d5 y del do­minio del primer j ugador sobre las ca­sillas centrales d4 y e5 .

1 7 . ... Td8

Era mas fue rte 1 7 . . . . , Tec8: 1 8.

Page 102: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Tc1 (a 1 8. gS? seguirla 1 8 . ... , T X c3!; 1 9. b X c3, Ce4 con juego poco cla­ro) 1 8 . . . . , Ce6 con contrajuego de las negras.

1 8. ed4 19. ers 20. AeS 2 1 . A X c3 22. e x g7 1

Tcc8 Ab4 A X c3 De6

Habiendo logrado una clara venta­ja posicional, las blancas fuerzan la victoria con un oportuno sacrificio de pieza.

22. 23. g5 24. D X dS!

R X g7 C8d7 abandonan

B. Posiciones simétricas

Como es bien sabido. la posicion inicial en el juego de ajedrez es sime­trica. La cantidad de posiciones si· métricas que surgen en el transcurso de la partida no deja de ser conside­rable, lo que suscita, ya de prime· ras, una pregunta: «¿Que pasa si las negras buscan desde el comienzo la simetria e imitan las jugadas del blan­co?».

Los dos ejemplos siguientes nos darán la respuesta.

A mediados de la década de los 30 despertó gran interés entre los aficio­nados al ajedrez la partida que ofre­cemos a continuación, donde el equi­po redactor de un conocido periódi­co moscovita se enfrentaba con sus lectores.

«Vecherniaia Moskva)) Lectores Moscú, 1 935

( Apertura de Jos cuatro caballos)

l . e4 eS

2. ea ef6 3. ec3 ec6 4. Ab5 Ab4 S. 0-0 0-0 6. d3 d6 7. AgS Ag4?

Nos hallamos ante una rara varian­te de esta antigua apertura. Las ne­gras juegan arriesgadamente, pero al parecer la curiosidad de Jos lectores­ajedrecistas por ver qué sucedí a pesa­ba aquí más que su cautela. Lo co­rrecto en este momento era 7. . . . , A X c3 seguido de 8 . . . . , De7 y la ma­niobra . . . , Cd8-Ce6.

8. CdS 9. e x b4

10. Cd5

Cd4 e x bS Cd4

Diagrama num. 8 1

1 l . Dd2!

De pronto la posición de las ne­gras se revela dificil. Por ejemplo. lle­varía a la derrota 1 1 . . . . , Dd7 a causa de 1 2. A X f6, A X f3; 1 3. Ce7+, Rh8: 1 4. A X g7+, R X g7: 15 .

1 0 1

Page 103: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Dg5+, Rh8; 1 6. Dffi++ . Tampoco es satisfactoria, como veremos, la continuación de la partida. Relativa­mente mejor era 1 1 . . .. , c6, aunque también entonces las blancas tendri an un fortísimo ataque después de 1 2 . e X ffi+ , g X ffi; 1 3 . Ah4, A X f3 : 1 4. Dh6, ee2+; 1 5 . Rh1 , A X g2+: 16. R X g2, ef4+; 1 7 . Rhl , eg6; 1 8 . f4.

1 1 . 12. A X ffi 13 . Dh6 14. Rhl 1S . R X g2 1 6. ex f4 17 . Rh1 18. Tg1 19. T X g8+ 20. Tg1

A X t3 g X ffi Ce2+ A X g2+ Cf4 + e X f4 Rh8 Tg8 D X g8 abandonan

A veces el deseo de hacer tablas, conservando la simetría, aparece in­cluso entre los grandes maestros.

M. Botvinnik M. Tal 1 1 .• partida del match de desquite

Moscú, 1 96 1 (Defensa eslava)

l . d4 2. c4 3. Cc3 4. e X dS S. Ct3 6. M4 7. e3 8. AbS

Cffi c6 dS , e X dS Cc6 AfS e6 Ab4?

(Véase diagrama núm. 82)

La última jugada de las negras es errónea. Más valía continuar 8 . . . . , ed7, como se hizo, por ejemplo, en la

1 02

Diagram a núm. 82

primera partida del match Spassky­Larsen (Malmo, 1 968).

9. CeS DaS

Obviamente no puede mantenerse la simetría mediante 9 . . . . , ee4 debi­do a 1 O. es X c6.

10. A X c6 + 1 1 . 0-0 1 2. b X c3

b X e6 A X e3 D X e3

Es mas sólido 1 2 . . . . , Tc8.

13 . Del ! 1 4. Tf X el

D X el 0-0

Mejor era la réplica «asimétrica» 1 4 . . . . , ed7, manteniendo al rey en e l centro.

lS . f3 1 6. ex c6 17 . a4,-

h6 Tfe8

Page 104: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama num. 83

A pesar de la� �implilicaciones, la posición de las negras sigue siendo ardua, ya que casi todas las piezas enemigas estan mejor situadas.

17. Cd7 18. Ad6 Cb6 19. Ac5 Ad3

M. Tal sacrifica un peón. Despues de 1 9 . . . . , Cc8; 20. Ta3 seguido de Tb3 y Tb7 las blancas tendrian gran ventaja.

20. e x a7 21 . A X b6 22. aS 23. Ta3

T X a7 Ta6 Ac4 f6

Merecía atencion 23 . . . . , fS , impi­diendo 24. e4.

24. e4 25. Rf2 26. Re3 27. Tac3 28. g4 29. h4 30. hS 3 1 . eS

Rf7 Taa8 Teb8 TeS Tab8 Tc6 Tbc8 g6

Aunque la apertura de la columna era inevitable, las negras debían abs­tenerse de provocarla con esta jugada.

32. h X g6+ 33. T3c2 34. d X eS 3S. Th2 36. Rd2 37. a6 38. a7 39. Tal 40. Ae3

R X g6 fX eS Th8 Tcc8 Ab3 Ac4 Th7 Ta8 Tb7?

Error debido a los apuros de tiem­po antes del control, pero la partida de las negras t>ra ya insostenible de todos modos.

4 1 . T X h6+ Rg7 42. Tahl Tb2+

y las negras abandonaron. Claro esta que no siempre la ado¡r

ción de la simetna lleva a tan lamen­tables resultados. Existen algunas posiciones en que la simetria justifi­ca enteramente su fama de tablas.

Veamos ahora en qué condiciones la simetria puede resultarle ventajosa al jugador que es mano. La experien­cia nos indica las siguientes: si ello le permite

1 ) dominar una columna abierta; 2) establecer un puesto avanzado; 3) disponer activamente sus piezas. Examinemoslas por orden.

Dominio de una columna abierta

Como el lector ha visto en la seccion Elementos de estrategia, el dominio de una columna abierta cons­tituye un importantísimo factor en orden a la victoria, y en no pocos casos basta incluso por si solo para ganar la partida.

1 03

Page 105: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

A. Nimzovich S. Tarrasch Breslau, 1 925

(Apertura inglesa)

l . Cf3 2. c4 3. Cc3 4. e X dS S. d4

Cf6 c5 dS e x dS e X d4

Mas prudente es 5 . . . . . e6.

6. D X d4 7. e3 8. AbS 9. A X c6

10. CeS 1 1 . e x e6 12. C X d4 1 3 . Ad2

e6 Cc6 Ad7 A X e6 e x c3 D X d4 CdS

He aquí el comentario de A. Nim­zovich a la posición representada en el diagrama: «Esta posición conriene, pese a lo inocente de su apariencia. mucho veneno. Las blancas amena­zan con apoderarse de la columna «•e »; además, d isponen de una cómo­da casilla ( e2) para su rey, mientras el monarca adverso no puede ocupar la casilla equi

'valente sin perder tiempo.

En semejantes casos el bando que se defiende ha de jugar con excepcio· na/ cautela ». ( El subrayado es mio.)

13 . . .. A eS

Era mas fuerte 1 3 . . . . , Ae7, y en caso de 1 4. e4, Cb6: 15 . Te l . O-O: 1 6 . Re2. Af6; l 7 . Ae3, Tfc8; 1 8. b3, A X d4: 1 9. A X d4, Cd7; o 1 9 . . . . ,

T X c1 : 20. T X c 1 , Tc8: 2 1 . T X c8+ . C X c8: 22. Rd3, fO : 23 .

Diagrama 1111111 84 Rc4, Rf7 : 24. RbS , a6+!: 25 . ReS , ��P-!�-�� Re7 las negras tendnan buenas posi­

bilidades de tablas.

Tras las escaramuza� propias de la apertura. ha surgido una posicion simetrica. Dicho sea de paso. en esta partida se ve cómo una posicion simetrica no procede obligatoriamen­te de que un bando copie por sistema las jugadas del otro.

1 04

14. Cb3 I S. Tcl 16. A X b4 17 . Re2 1 8. Tc4 19. Thcl

Ab4 Td8 e x b4 Re7 Ca6 Td7

La posición de las negras es ya difi­cil, pues apenas si podran aprove­charse de la col u m na abierta de dama a rruz de las dos jugadas siguientes del blanco. El dominio de la columna e, en cambio. es mucho mas importan­te. como lo demuestra la continua­ción de la partida

20. f4! 21 . Cd4 22. a4 ! 23. f X eS 24. Cf3 2S . b4

Thd8 f6 eS f X eS Re6 b6

Page 106: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

26. Tlc2!

Típica profilaxis al estilo de Nim­zovich.

26. 27. h4 28. h5

h6 Td6

Fijando la debilidad de las negras en g7.

28. 29. Tg4 30. Tc6+ 3 1 . Tg6+ 32. T X g7 + 33. T X d6 34. T X a7 35. e x e5

Td5 T5d7 Td6 Re7 Rf8 T X d6 e x b4

y las blancas ganan sin dificultad gra­cias a sus dos peones de ventaja.

Este metodo de ocupar una colum­na abierta en posiciones simétricas se ve mucho en los torneos modernos.

V. Smyslov P. Benko Mónaco, 1 969

(Apertura inglesa)

l. c4 c5 2. ef3 ef6 3. g3 g6 4. b3 Ag7 5. Ab2 b6 6. Ag2 Ab7 7. 0-0 0-0 8. ec3 d5

Es mas preciso 8 . . . . , dó. y si 9. d4. e X d4: 10. e X d4. A X g2: 1 1 . R X g2. entonces 1 1 . . . . . d5 ! La posi­cion simetrica que surge despues de 1 2 . c X d5. e X d5 : 1 3 . Cdb5 . e x c3: 14 . D X d8. T X d8: 1 5 . A X c3. A X c3: 1 6 . e X c3. ec6 no

encierra peligro alguno para las ne­gras. También era posible 8 . . . . , ea6, o bien 8 . . . . , e6.

9. e x d5 1 0. A X g7 l l . e X d5 1 2. d4

e X d5 R X g7 D X d5 e X d4?!

Algo ingenuamente, las negras jue­gan a cambiar material, esperando sin duda hacer rapidas tablas. A un juego mas interesante conducía 1 2. . . . , ea6, aunque el blanco habri a con­servado una l igera iniciativa después de 1 3 . e4.

1 3 . D X d4+ D X d4 14. e X d4 A X g2 15 . R X g2

Diagramam núm. 85

La posicion que representa el dia­grama no es facil para las negras. dada la situacion dominante del ca­ballo blanco y la relativa sencillez con que pueden ser atacados los peo­nes negros del naneo de dama. En pocas jugadas las blancas se apode-

1 05

Page 107: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

ran de una de las dos columnas abier­tas y la posición enemiga se vuelve critica. Es curioso que siete años más tarde apareciera esta misma posición en una partida Smyslov-eastro ( Biel, 1 976) y que tampoco alli acer­taran las negras a superar sus dificul­tades. Ahora lo mejor de todo para ellas seria l S . . . . . Td8.

lS . 16. Tael 17. Tfdl 18. b4 19. ebS 20. T X el 21. a3 !

TeS ed7 CeS Ca4 T X el aS

El caballo negro ha quedado muy restringido en sus movimientos. mien­tras la torre blanca se dispone a irrumpir en la séptima fila.

21 . 22. Te7 23. Ca7 24. a X b4

TdS TdS a X b4 e6

Era mas tenaz 24. . . . , Rf6, por ejemplo: 25 . ec6, e6; 26. e4, Td2; 27. eS+ , Rg7: 28. ee7 . eb2 con con­trajuego de las negras.

2S. Ce6 26. CeS 21. e x n

Td2 T X e2 hS

No es satisfactorio 27 . . . . , Rffi a causa de 28. g4.

2.8. Cg5 + Rf6 29. Rfl !

y las blancas ganaron.

1 06

Establecimiento de un puesto a va nzado

A veces ocurre que e l dominio de una columna abierta no basta para asegurarse la superioridad inmedia­ta. Entonces la mejor medida suele consistir en establecer un puesto avanzado en dicha columna.

M. Botvinnik T. Petrosian Moscu, 1 964

( Apertura inglesa)

l . c4 2. Cf3 3. Ce3 4. g3 S. Ag2 6. 0-0 7. b3 S. e3 9. Ab2

10. e X dS

eS Cf6 e6 b6 Ab7 Ae7 dS 0·0 Cc6 e X d5

Parece más sólido 1 O . . . . . e X dS: 1 1 . e X dS , D X d5 ; 1 2. d4, Tad8; 1 3 . ee5 , Dd6; 1 4. d X eS, D X eS con juego nivelado.

1 1 . d4 TeS 12. Tcl TeS 13. Ah3

Aprovechándose de que la simetría no es total. las b lancas fuerzan el des­plazamiento de la torre enemiga. Esto, por lo demas no va a influir mucho en el curso siguiente de los aconteci­mientos.

13 . 14 . Tel 15 . e X d4 16. T X eS+ 17. a3

TbS e X d4 Ab4 D X e8 Af8

Page 108: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Era mejor 1 7 . . . . , A X c3 seguido de 1 8 . . . . , Ce4. Ahora las blancas es­tablecen un puesto avanzado en eS y logran asi cierta ventaja.

1 8. Dd3 g6 19. Te1 Dd8 20. CeS

Diagrama núm. 86

Las negras no pueden a su vez esta­blecerse simetricamente en e4, ocu­pando esta casilla con su caballo, a causa de 2 1 . C3 X e4, C X eS; 22. Cf6+!, D X f6; 23. d X eS seguido de 24. e6 con ataque del blanco. El si­guiente movimiento de las negras pre­para 2 1 . . . . , Ce4, pero su adversario desbarata este plan adelantando un paso el peón f2.

20. Ag7 2 1 . f3 Ca5 22. Dd1

Naturalmente, no 22. b4 debido a 22 . . . . . Cc4!

22 . ... a6

23. Ca2 24. Ac3 25. Dd2 26. Ab2 27. Cc1 28. Afl 29. Ccd3 30. b4

Cc6 Dc7 aS Dd6 A eS Ae6 Ce7

Con esta jugada las blancas inician un plan cuyo objetivo es el dominio del punto c6.

30. 3 1 . a X b4 32. b5

a X b4 CeS ffi

Impide 33 . Cb4 seguido de 34. Cc6 y desaloja de su puesto dominan­te al orgulloso caballo blanco de eS . Con ello, no obstante, se debilita la posicion de las negras y adquiere mayor importancia la columna «e» donde la torre blanca hará de las suyas.

33. Cg4 Ad7 34. Ac3 CfS 35. Cf4 Df8

Por supuesto, no 3S . . . . , Ce7 a cau­sa de 36. Ab4. Sin embargo, la juga­da del texto acarrea la perdida de un peon, lo que predetermina el resulta­do de la partida pese a la obstinada resistencia de las negras.

36. ex dS 37. Ab4 38. Ce7 39. ex rs 40. dS 4 1 . Te4 42. Cf2

Rh8 Dt7 Ced6 ex rs TeS hS Td8

Algo más fuerte era 42 . . . . . Ah6 se­guido de 43 . . . . , Ae3.

107

Page 109: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

43. Ac4 44. d6 45. Tel 46. Ce4

Ac8 Dd7 Ab7 A X e4

Mal calculado, pero de todas for­mas la posición de las negras dificil­mente podia ya salvarse.

47. T X e4 48. A X d6

C X d6 Af8

Al parecer se le escapo a T. Petro­sian que, después de 48 . . . . , D X d6; 49. Te8+, perdía la torre.

49. Td4 50. A X f8 5 1 . D X d4 52. Afl

Rh7 D X d4 + T X d4

Los dos alfiles contra la torre ene­miga les prometen a las blancas una facil victoria. La partida siguió:

52. 53. Aa3 54. Rf2 55. Ab4 56. g X h4 57. Ael 58. Rg3 59. Af2 60. Ac4 61 . f4 62. f X g5

gS Tdl Rg7 h4 Td4 T X h4 Td4 Tdl Td6 Rg6 f X g5

y las negras abandonaron, ya que no tienen defensa contra el traslado del alfil de rey blanco a c6.

Disposición actil•a de las piezas

Un ejemplo clasico de la explota­ción de este tipo de ventaja lo consti­tuye la siguiente partida de A. Alek­hine.

1 08

A. Alekhine E. Eliskases Buenos Aires, 1 939

(Defensa Caro-Kann)

l . e4 2. d4 3. e X d5 4. c4 5. Ce3 6. Cf3 7. e X dS 8. AbS +

e6 dS e X d5 Cf6

· e6 Ae7 C X dS

Con mayor frecuencia suele hacer­se aqui 8. Ad3, que l leva a un juego mas complicado.

8 . ... 9. A X d7 +

Ad7 C X d7

A juicio de Alekhine, las negras tienen mas posibilidades tras 9 . . . . .

D X d7; 10. Ce5, C X C3; 1 1 . b X c3, DbS; 1 2. c4, DaS + ; 1 3 . Ad2, Ab4. Ahora deberan l uchar por las tablas en condiciones algo peores.

10. e x dS 1 1 . Db3 1 2. 0-0 1 3. Af4 14. A X d6

e X dS Cb6 0-0 Ad6 D X d6

(Véase diagrama núm. 8 7)

En la presente posicion, la dama y el caballo de las blancas ocupan luga­res mas activos que las piezas homó­logas de su adversario. atadas a la de­fensa del peon dS . No es nada facil hacer valer una ventaja tan pequeña. lo que prec isamente da mayor inte­res al juego de Alekhine en esta par­tida.

15. Tfe l Tac8 16. Tael h6

Page 110: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Dia�rama núm. 8 7

Era mejor 1 6 . . . . , Tc4. y e n caso de 1 7 . T X c4; d X c4; 1 8. DbS, a6 las negras no tendrian ya ningún proble­ma. Con la jugada del texto el negro hace más dificil la posibil idad . . . , 10, ya que entonces quedaria debil el punto g6.

1 7. CeS 1 8. g3 19. T X c7 20. DbS

Tc7 Tfc8 T X c7 Cd7

Como indicó A. Kotov, mas posi­bilidades de tablas les brindaba a las negras 20 . . . . , Te7 seguido de 2 1 . . . . , 10, al no serie facil al blanco explotar la debil idad g6 en vista del escaso nu­mero de piezas disponibles.

21 . e x d7 T X d7

Nos hallamos ante una posicion con piezas pesadas por ambas partes y en la cual aparecen rasgos propios tanto del final como del medio juego. E l dominio de la columna «e» y el puesto más activo que ocupa la dama de las blancas inclinan la balanza a favor de estas.

22. Te8+ 23. h4 24. De2 25. Te7 26. TeS

Rh7 a6 Td8 Td7 g6

Debilitación forzada del enroque negro, ya que 26 . . . . , Dg6; 27. h5, Dbl +; 28. Rg2, D X a2; 29. Dc2+, g6; 30. Dc8 les dana a las blancas un fortisimo ataque.

27. hS 28. De3 29. Db3 30. h X g6+ 3 1 . D X dS 32. TfS

Dffi Td6 Tb6 D X g6 T X b2 TbS?

Error que lleva a un final de torres perdido para las negras. Era más fuerte 32 . . . . , Rg7. aunque también así resultaba probable la victoria del blanco.

33. T X f7+! 34. Tffi+ 35. T X g6+ 36. Tb6 37. T X b7+ 38. Tb6 39. T X h6 40. Rg2

Rg8 T X dS Rh7 T X d4 Rg8 Ta4 T X a2

Con dos peones ligados contra uno solo en el ala opuesta, las blancas tienen el triunfo fácil.

40. 41 . Ta6 42. Ta7 43. g4 44. gS 45. Rg3 46. Rg4 47. Rf5 48. f4 49. Rffi

aS a4 a3 Rf8 Rg8 Tal Tgl + Tg2 a2 abandonan

1 09

Page 111: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

En una de las defensas más agresi­vas, la india de rey, el primer jugador puede, si lo desea, refrenar los ímpe­tus de su contrincante adoptando una variante simetrica.

T. Petrosian D. Bronstein Amsterdam, 1 956

(Defensa india de rey)

I . c4 2. Ce3 3. g3 4. Ag2 S. Cf3 6. 0-0 7. d4 8. d X eS 9. Ae3

Cf6 g6 Ag7 0-0 bS Ce6 d6 d X eS Cd7

Las negras escogen un momento inoportuno para romper la simetna. Tampoco era muy bueno 9 . . . . , DaS en vista de 1 0. Ad2, Ae6; 1 1 . ea4, Dc7; 1 2. e X eS, A X c4; 1 3. Tcl , Ad5; 1 4. Da4, ed7; 1 5 . Af4 con ventaja de las blancas( Smyslov-Naj­dorf, Moscú, 1 956) . La teoria consi­dera mejor aquí la respuesta 9 . . . . , Ae6.

10. Del

(Véase diagrama núm. 88)

Diagrama nlim. 88

caballo no puede mantenerse en d4. En cambio la casilla d5 caera en poder del adversario. Relativamente mejor era 1 0 . . . . , b6 seguido de 1 1 . . . . , Ab7 .

1 1 . Tdl 12. Ah6 13 . A X g7 14. Rh1

e5 Da5 R X g7

Defendiéndose de 1 4 . . . . , D X c3 seguido de 1 5 . . . . , e X e2+.

14. I S. Cd2 1 6. e3 17 . a4

Tb8 a6 Ce6

Impidiendo el avance 1 7 . . . . , b5 y dificultando asi el desarrollo del alfil

Es evidente que las piezas blancas negro. están mejor situadas y, tras la ocupa-ción de la columna «d» por una torre, 17. hS la dama negra no encontrará cómodo 18. h4 fS refugio.

1 0. ... Cd4?

Ésta y la siguiente jugada de las negras empeora su posición, pues el

1 1 0

ere_Jl nuevas debilidades, pero era de todo, punto necesario quitarles a las piezas blancas la casilla e4.

1 9. CdS Rh7

Page 112: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

20. b3 TrT 2 1 . eo Dd8 22. Del Dh8 23. e4!

Privandole al negro de la posibili­dad de jugar 23 . . . . , e4 y abriendo lineas de ataque.

23. 24. ed2

r x e4 Dg7

Claro esta que la apertura de la columna «f» mediante 24 . . . . , T X f2 favorecerla a las blancas.

25. e X e4 26. Td2 27. aS 28. b4 29. D X b4 30. Tad1 3 1 . Te1 32. Da3

Rh8 Tf8 ed4 e X b4 ers ed4 ec6

La posición de las negras no ofrece esperanza alguna desde el punto de vista estratégico. Sólo puede salvar­las un milagro . . . iy éste ocurre!

32. ed4 33. Tb2 ec6 34. Teb1 ed4 35. Dd6 ers 36. egS??

lncreible descuido. Triste fin de una de las mejores partidas de T. Pe­trosian.

36. ... e x d6 37. abandonan

El juego simétrico les ofrece a las negras una sola ventaja especifica: en tales posiciones no es raro que las blancas se encuentren en una especie de original zugzwang, pues a cada

movimiento se ven obligadas, en vir­tud de su iniciativa, a tomar una de­cision propia. . . que no siempre es acertada.

¿Qué puede aconsejarsele al se­gundo jugador en estos casos? La res­puesta se impone por si misma: esco­ger el buen momento para desviarse de la simetna. Tal es el principal mé­todo de defensa en las posiciones simétricas. Veamoslo.

Ruptura de la simetría como método de defensa

L Forgacs A. Rubinstein San Petersburgo, 1 909

(Defensa francesa)

l. e4 2. d4 3. e X dS 4. ef3

e6 d5 e X d5 effi

Ya en este instante merecia aten­cion el desarrollo no simétrico 4 . . . . . Ad6 seguido de 5 . . . . , Cc6, 6 . . . . , Ag4 y de . . . , Cge7, . . . , Dd7, . . . , 0-0-0, etc.

S. Ad3 6. 0-0 7. AgS 8. ebd2 9. c3

1 0. Dc2 1 1 . Tfe1 1 2. h3 13 . T X eS+ 14. Te1

Ad6 0-0 Ag4 ebd7 c6 Dc7 Tfe8 Ah S T X e8

(Véase diagrama núm. 89)

Para seguir manteniendo una total simetria habia que jugar ahora 1 4 . . . . , h6; 1 5 . Ah4, pero A. Rubinstein esti­mó acertadamente que aqw era preci-

1 1 1

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Diagrama núm. 89 Por ejemplo: 1 8. Cfl . Ce4; 1 9. Ac l . Ce6; 20. Cel , fS; 2 1 . Cd3 y la posi­ción blanca es del todo defendible.

18. 19. Da4 20. Cfl 2 1 . g3?

g X ffi a6 Ce6

Debilitación i nnecesaria. Era mas logico 2 1 . Dc2 seguido del trac;lado de un caballo a d3.

2 1 . fS ! 22. Rg2 f4 23. g4 eS

Las negras atacan ahora en el flan­co de dama. El blanco deben a defen­

so dejar ya de imitar las jugadas del derse mediante 24. Dd l . blanco.

14. I S . C X el

T X el + Ag6

Ahora es como si la partida comen­zara de nuevo, pero con menos mate­rial y con los colores invertidos: se tiene la impresión de que han inicia­do el juego no las blancas, sino las negras.

1 6. A X g6 17 . Cef3

h X g6 Ct8

La posición de las negras es ya pre­feribie: dada la estructura de los peo­nes. su alfil es mejor que el de las blancas. y la perspectiva de trasladar el caballo de f8 a f4 les asegura un juego mas activo que el de su adversa­rio.

18. A X ffi?

Incrementa la ventaja de las ne­gras. Aún no había motivo para asus­tarse. y era mejor conservar el alfil.

1 1 2

24. DeS + Rg7 25 . g5?

Esta jugada acarrea, de hecho, la perdida de un peón. Aun terna tiempo la dama blanca para regresar a su pro­pio campo (25 . Da4 y 26. Ddl ).

25. 26. e X d4 27. DeS

e X d4 De7

Tampoco s alvaba el peon 27. D X e7. A X e7: 28. h4 a causa de 28 . . . . . 10: 29. g X f6+, A X g6 y el peon d4 queda sin defensa.

27. 28. C1 d2 29. h4 30. Cfl 3 1 . Dg4 32. hS

e x g5 Ab4 Ce4 Cd6 De4 ces

Las negras van reforzando siste­maticamente la posicion de sus pie-

Page 114: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

zas. La victoria no es ya para ellas sino cuestión de tiempo.

33. h X g6 34. a3 35. Cl d2 36. Dg5 37. Rgl 38. Rh2 39. ex n 40. Rgl 4 1 . Dg2

f X g6 Ad6 De2 Ce3 + Ddl + Cfl + D X f3 Dh3 !

A 4 1 . D X d5 seguirla 4 1 . . . . , f3; 42. Dg5, Rh7 y las blancas estarian en zugzwang.

4 1 . 42. R X g2 43. Cd2 44. Cb3 45. f3 46. Rf2 47. Rfl 48. rx g4 + 49. CeS

D X g2+ Ac7 Ab6 Rf6 g5 Rf5 g4 R X g4

Desesperación, pero ya no habla nada que hacer.

49. A X c5 50. d X c5 d4 5 1 . b4 d3 52. a4 f3 53. abandonan

Veamos ahora un ejemplo mas mo­derno. Jugando con las negras, Petro­sian recurre con frecuencia a las posi­ciones simétricas. como los lectores habran podido ya apreciar por el material mismo de esta sección. Ade­más de los métodos de ataque en tales casos. el excampeon del mundo co­noce a fondo el procedimiento de defensa que estamos estudiando. De ello es ilustración la siguiente par­tida.

M. Filip T. Petrosian Amsterdam, 1 956

( Sistema indio)

l. Cf3 2. g3 3. Ag2 4. d3 5. 0-0 6. e4 7. Cbd2 8. a4 9. Cc4

Cf6 d6 e5 g6 Ag7 0-0 Cbd7 aS Cc5

Diagrama núm. 90

A continuación, los planes de ¡¡m­bos adversarios difieren sobre e l por­venir de sus respectivos alfiles de dama.

Ahora merecía atención para las blancas 1 0. Ad2, b6; 1 1 . Del o 1 1 . Ch4.

1 0. Ae3 Ce6

Petrosian rompe a tiempo la sime­tna�a posición del alfil blanco en e3 no es buena, ya que da pie al avance del peón f7 negro y le quita al propio

1 1 3

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caballo de c4 una importante casilla para maniobrar.

1 1 . b3?

Otra mala jugada que, además de perder tiempo, debilita el flanco de rey de las blancas. Mejor era, según M. Euwe, 1 1 . Cg5, tratando de ade­lantar el peón f2 antes que el adver­sario.

1 1 . ... 12. Dd2 13 . b3

b6 Aa6 Cb5

La ventaja esta ya practicamente de parte de las negras, por ser éstas las primeras en amenazar . . . , f5, im­portante avance en este género de po­siciones.

14. c3 De7 15. b4

También aqui era mejor 1 5 . CgS.

15 . 16. e X fS 17 . Cg5 18. e x e6

fS g X fS f4 D X e6

En esta aguda posición disponen las blancas de muchas continuacio­nes, pero ninguna de ellas resulta sa­tisfactoria. Por ejemplo: 1 9. A X aS. T X aS; 20. De2, D X h3; o bien 1 9. De2, A X c4; 20. A X aS, T X aS;

1 1 4

2 1 . D X h5 , A X d3; 22. Tfd l , Ac2; 23. Tdcl , Ag6; 24. Df3, e4; 25 . D X f4, a X b4 ( variante de Petro­sian) con ventaja de las negras en am­bos casos.

19. bS 20. b X a6 21 . R X g2 22. Ca3

f3 ! r x g2 d5 T X a6

La posición se ha aclarado. En las próximas jugadas, las negras reagru­pan sus fuerzas para el ataque final.

23. De2 24. Rb2 25. Ce2 26. Tae1 27. Tgl 28. Dd2

Dg6 Taa8 Tae8 c5 Cffi d4

La superioridad de las negras salta a la vista. La partida continuo:

29. e X d4 e X d4 30. Ag5 Cd5 3 1 . Tg2 Tf3 32. Te4 Cc3 33. Tg4 b5 34. Tb4 T X d3 35. Del Tdl 36. Db2 Tbl 37. abandonan

En efecto. después de 3 7. Da3. Af8 las blancas pierden la dama.

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2

LA MAESTRÍA TÁCTICA DEL JUGADOR DE AJEDREZ

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EL CONTRAGAMBITO FALKBEER

Y. B. Estrin Ex campeón del mundo de ajedrez por correspondencia

PREFACIO

En sus primeros pasos hacia el per­feccionamiento, los jóvenes ajedre­cistas acostumbran a prestar dema­siada atención a los complejos siste­mas posicionales e ideas de apertura más en boga. Lo cu:tl no nos sor­prende: jasi juegan hoy todos los maestros y grandes maestros!

Dichos jovenes, no obstante. co­meten con ello un grave error. Al adoptar tales aperturas. difícilmente pueden tener exito, pues el camino que conduce a esos profundos y en­marañados sistemas pasa por toda una serie de etapas intermedias, la primera de las cuales es el dominio del juego combinativo.

Quienquiera que desee calar a fon­do en el arte del ajedrez debe recorrer por si mismo la totalidad de ese cami­no. sin omitir una sola de las etapas evolutivas de este noble y antiquí­simo juego de la humanidad.

En las agudas posiciones propias de los gambitos, la lucha se caracteri­za por la especial importancia del tiempo y por la creciente responsabi­lidad que implica cada nueva jugada. Esta circunstancia contribuye tam­bién a ampliar el horizonte imaginati­vo del joven ajedrecista, enseñándole a combinar y a llevar sistemática­mente a buen fin sus ataques, no siempre exentos de riesgo.

A este tema dedicamos el presente ensayo.

El ajedrez nos encanta por su má­gica belleza, por su hondo e incompa­rable romanticismo. Y, naturalmente. al aficionado le atraen sobre todo las variantes de doble filo que surgen en el transcurso de la batalla y se pres­tan a las mas variadas combinaciones. i La combinación, como bien sabe-

1 1 7

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mos, es el alma de la partida de aje­drez!

Tratando de asumir la iniciativa ya desde la apertura, las negras adoptan no pocas veces distintos sistemas de gambito que, a costa de un peon o hasta una pieza, les permiten agudi­zar el juego y crear complicaciones con el propósito de obtener ventaja para su propio bando ( la palabra ita­liana gambetto, de donde procede «gambito», significa literalmente «zancadilla», «mala pasada»).

Aquí es lógico preguntarse: ¿Le re­sulta útil al jugador de hoy estudiar los gambitos? S in la menor duda, muy útil, y vamos a ver por qué.

En primer lugar, el juego de gambi­to enriquece en el ajedrecista el acer­vo de ideas tácticas y favorece el desarrollo de su visión combinativa. Además, y esto es del todo esencial, contribuye a la formación de su ca­rácter como jugador de ajedrez, ayu­dándole a comprender los aspectos dinámicos de la partida y a no tener miedo de sacrificar material cuando las circunstancias lo aconsejan.

Sólo si practica los gambitos, el ajedrecista llegará a comprender de veras que una posición activa y la po­sibilidad de combinar compensan el material entregado.

Los gambitos pueden ser acepta­dos, cuando el jugador a quien se le proponen decide enfrentarse con la idea de su adversario y captura el ma­terial que le ofrecen, o rehusados. Existen también los llamados con­tragambitos, donde a la oferta de ma­terial por parte del enemigo uno re­plicu con otra oferta, generalmente un peón.

E n este trabajo recomendamos a la atención del lector una de esas aper­turas: el antiguo contragambito Falk­beer.

La práctica regular de los gambitos

1 1 8

contribuyen. como deciainos. a en­sanchar el horizonte imaginativo del ajedrecista y a enseñarle a combinar ya desde la primera etapa de la par­tida.

El juego de gambito da origen a posiciones excepcionalmente agu­das y por e l lo es de gran interés. Así . también hoy en día aparecen de vez en cuando en los torneos diversas aperturas de este tipo, cualquiera que sea la categona de los participantes.

Con todo. las explicaciones teóri­cas de los manuales modernos de aje­drez a proposito de los gambitos y aperturas análogas distan mucho de ser completas, lo cual no fomenta su­ficientemente su práctica en los cam­peonatos a que asistimos.

Para colmar hasta cierto punto esa laguna, le presentamos al lector un análisis detallado de las lineas de jue­go que se derivan del contragambito Falkbeer, abrigando la esperanza de que el estudio de sus variantes y posi­ciones de doble filo no solo familiari­cen al aficionado con estos esquemas clásicos, sino que le faciliten tam­bien el desarrollo de las facultades combinativas.

Nuestro ensayo comprende tres grandes ramificaciones teóricas, al fi­nal de las cuales ofrecemos, como ejemplo, c inco partidas.

Los datos corresponden al estado de la teori a el 1 de abril de 1 98 1 .

Contragambito Falkbeer

l . e4 2. f4

e5

La segunda jugada de las blancas introduce el gambito de rey, venera­ble por su antiguedad y todavía em­pleado con éxito en el siglo pasado.

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Incluso en nuestros di as, este «vetus­to» gambito aparece en las partidas del excampeón del mundo B. Spas­sky, el gran maestro D. Bronstein y otros muchos jugadores ilustres.

2 . ... d5

Diagrama núm. 91

Las principales variantes del gam­bito de rey surgen tras 2 . . . . . e X f4 (gambito de rey aceptado) y 2 . . . . . AcS (gambito de rey rehusado). Mas estas continuaciones no entran en el tema de nuestro estudio, por lo que no las examinaremos aquí.

Con su inmediato contraataque en el centro(2 . . . . . dS), las negras preten­den hacerse con la iniciativa.

3. e X dS

Diagrama núm. 92

La continuación 3. e3, ef6; 4. fX eS , e X e4 traspone el juego a una de las variantes de la apertura vienesa; y en caso de 4. e X dS, e4 surge, por inversión de movimientos, una linea de contragambito F alkbeer. que veremos en seguida.

A 3 . ec3 pueden tambien respon­der 3 . . . . . d4; 4. ece2, Ag4; S . d3, Ad6. En una partida Milner Barry­Keres ( Margate, 1 937) siguió aquí 6 . fX eS , A X eS; 7. Dd2!, Cc6; 8. ef3, A X f3; 9. gX f3, Dh4+: J O. Rd1 , f.S: 1 1 . Dg5 . D X g5; 1 2 . A X g5, h6 con posibil idades aproximadamente iguales.

En la posicion del diagrama prece­dente sejuega no pocas veces 3. Cf3, d X e4; 4. e X e5 . con lo que las ne­gras no suelen tener dificultades. Por ejemplo: 4 . . . . , Ad6; 5. d4 ( es peor 5 . De2, e f6 ; 6. d4 a causa d e 6 . . . . , e X d4 a.p.! 7. C X d3+, Ae7 segui­do de 8 . . . . . 0-0 y la posicion del ne­gró merece preferencia) 5 . . . . , e X d4 a.p.; 6. A X d3, ef6: 7 . 0-0, 0-0; 8. ec3 . ebd7 con igualdad.

También se da 4 . . . . . ec6: 5 . Ab5.

1 1 9

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Cf6! 6. C X c6, b X c6; 7. A X c6 +. Ad7; 8. A X d7+ ( perderia 8. A X a8'? a causa de 8 . . . . , Ag4!) 8 . . . . . D X d7 con excelente juego de las negras a cambio del peón.

En lugar de 6. C X c6, merece atención 6. De2, Ad7; 7. Cc3! ( a igualdad aproximada conduce 7. A X c6, A X c6! ; 8 . C X c6, b X c6: 9. Cc3, Dd4; 1 0. d3, Ab4), y si 7 . . . .. Cd4, entonces 8. C X d7! , C X e2; 9. Cd X f6+, Re7; 1 0. CfdS +, Re6: 1 1 . A X e2 con clara ventaja de las blan­cas.

Si 4 . . . . , AcS ; S . Cc3, Cc6: 6. De2. Cf6!, las negras tienen mejor juego. Una partida Ettinger-Janowski ( Nueva York, 1 898) continuó aqui 7. C X f7?, De7!; 8. C X h8, Cd4: 9. Dd l . Cf3+!, y despues de 1 0. g X f3 las negras dieron un elegante mate: 1 0 . . . . , e X f3 +; l l . Ae2, f2+; 1 2. Rfl , Ah3 ++.

Como respuesta a 4 . . . . , AcS es más fuerte S . Dh5 ! , y si ahora S . . . . , De7; no conviene 6. D X f7, conti­nuación analizada por B ilguer, ya que despues de 6 . . . . , Cf6! 7 . Cd6+, Rd8; 8. D X eS, e X d6; 9. Df2, Tf8 las negras tienen una posicion activa por el peón entregado ( Kúbart­Schmidt, 1 940), sino 6. Ac4!, g6; 7. De2, h6; 8. Cc3, Cd7; 9. CdS. Dd6; lO. D X e4, 0-0; 1 1 . b4 con neta su­perioridad de las blancas ( Zelevins­ki-Ravinski, Moscú, 1 96 1 ).

La variante 4 . . . . , Cd7; 5 . d4, e X d4 a. p.; 6. C X d3, Cgf6; 7. Cc3, Cb6; 8. Ae2, Ad6 lleva a un juego equilibrado.

Por supuesto, es erroneo 3. f X eS? debido a 3 . . . . . Dh4+. En la partida Rigaud-Kupper (21 .8 olimpiada. N iza, 1 97 4) las blancas tuvieron que rendirse despues de 4. g3, D X e4+; S . Rf2, AcS + .

3. e4

1 20

Diagrama num. 93

En esta jugada radica precisamen­te la idea del contragambito Falkbeer. surgiendo ahora una compleja e inte­resante lucha de posibilidades reci­procas.

Tambien es aqw digna de interes la continuación de A. Nimzovich: 3 . ... , c6. Si entonces 4. d X c6, C X c6; S . d3, AcS, las negras quedaiian plena­mente compensadas por el peón sa­crificado.

La teoria considera que la respues­ta mas fuerte es 4. Cc3, a lo que sigue 4 . . . . , e X f4; 5 . C f3 , C f6 ; 6. d4, Ad6; 7 . De2+, De7 ; 8 . D X e7+, R X e7; pero tambien en este caso las blan­cas han de jugar con exactitud. Por ejemplo. en una partida Filtzer­Neustadt ( Moscú, 1 956), las negras quedaron mejor despues de 9. Ac4, Af5; 1 0. Ab3, e X dS; 1 1 . C X dS +; C X d5 ; 1 2. A X d5 , Cc6; 1 3 . c3, f6 ; 1 4. 0-0, g5; 1 5 . Ad2, Rd7; 1 6. Tfe l , Ce7; 1 7 . Ae4, A X e4; 1 8 . T X e4, Cg6.

El blanco debe proseguir 9. CeS ! , C X dS ; 1 0. C X d S +, e X d5 ; 1 1 . A X f4 con juego igualado.

En vez de 7 . De2+, es mas debil 7.

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Ae2, C X d5 ; 8. C X d5, e X d5; 9. 0-0, pues continuando 9 . . . . , Cc6; 1 0. Ce1 , Dc7 : 1 1 . c3, Af5; 1 2. Af3, Ce7; 1 3 . Cd3, g5 !, las negras defienden sólidamente su peón de más y obtie­nen clara ventaja (Antoshin-Estrin, Moscú, 1 953) .

Si 8 . 0-0 ( en lugar de 8. C X d5) 8 . . . . . 0-0: 9 . C X dS, e X dS ; 1 0. CeS. lo mejor para las negras es seguir 1 O. . . . , fO!; l l . Cd3, g5 . En una partida Balashov- Sidor (Cuba, 1 975) se jugo 1 0 . . . . , g5; 1 1 . Ad3. f6: 1 2. DhS ( 1 2. A X h7+, R X h7: 1 3 . Dh5 + lleva a tablas) 1 2 . . . . , De7; 1 3 . Cg4, Cc6; 1 4. c3, Rh8 con posicion com­plicada.

En la partida Kellner-Estrin del 6.0 campeonato del mundo por co­rrespondencia ( 1 968-70). las blan­cas, en respuesta a 6 . . . . . Ad6, opta­ron por 7. d X c6. C X c6: 8. Ab5 . pero despues de 8 . . . . . 0-0: 9. 0-0. Db6: l O. Rhl , Ag4 el negro obtuvo un juego excelente.

Obsérvese que a 4 . . . . , e X f4 las blancas pueden también contestar de inmediato 5. d4, lo que lleva a una simple trasposición de jugadas tras 5 . . . . , Ad6; 6. Cf3, CfO.

La tentadora jugada S . . . . , Dh4+ se vio en una partida Nikitin-Baranov ( Moscú, 1 958). donde después de 6. Re2, e X dS : 7. ef3. Ag4; 8. C X dS, A X f3 +; 9. gX f3, Ad6; 10 . Del , Dh6; l l . Rdl +, Rf8: 1 2. A X f4! . A X f4: 1 3. Db4+, Dd6: 14. D X b7 las blancas quedaron claramente su­periores.

También suele jugarse 3 . ... , e X f4, que desemboca en variantes del gam­bito de rey tras 4. Cf3, Cf6; 5. Ab5+ o S . c4.

Es un error 3 . . .. , D X d5? a causa de 4. Cc3. De6: 5. fX eS. D X eS +: 6. Ae2 con gran ventaja de las blan­cas en el desarrollo. U na partida Tolush-Aiatortzev ( 1 6 .0 campeo-

nato de la URSS, Moscú, 1 948) si­guió: 6 . . . . , Ag4; 7. d4, De6: 8. Dd3, c6; 9. Af4, Cf6; 10. 0-0-0, A X e2; 1 1 . Cg X e2, Ad6: 1 2. d5 ! , e X d5; 1 3 . e X d5, e X d5 ; 1 4. Dg3, A X f4+; 1 5 . e X f4, Dh6; 16 . Thel+, Rf8; 1 7 . Da3+, abandonan.

Después de 3. .. ., e4 surge la posición principal del cóntragambito, introducido por el maestro austriaco Falkbeer en 1 8SO. A cambio del peon sacrificado, las negras obtienen un peligroso ataque cuya valoración ha venido cambiando periódicamente.

Ernst Karl Falkbeer, maestro aus­triaco nacido en Brno en 1 8 1 9 y muerto en Viena en l 88S, estudio derecho en esta ultima capital. Con motivo de la revolucion de 1 848 abandono su prus. Vivió en Alemania hasta 1 853 y luego regresó a Viena. En 1 855 se trasladó a Inglaterra. donde logró su mayor ex ito ajedrecis­tico al ganar el segundo premio en el torneo de Birmingham, 1 858 (que­dando detrás de Lówenthal, péro de­lante de Owen, Saint-Amant, Staun­ton, Bird, etc.).

En 1 864, Falkbeer volvió definiti­vamente a Viena, donde se dedicó al periodismo. Entre otras cosas, dirigia la revista Wiener Schaclzzeitung.

El celebre teórico L. Bachmann, en su libro sobre el torneo de Teplitz­Schonau ( 1 922) caracteriza a Falk­beer como «un fuerte jugador de esti­lo brillante».

Según la posicion que sirve de pun­to de partida al contragambito Falk­beer. dispondremos el material de es­tudio como sigue:

Primera variante: 4. Ab5 +, c6: 5. d X c6.

A. 5 . . . . , b X c6 B. 5 • . . . , C X c6 l. 6. d4

II. 6. d3

1 2 1

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Segunda variante: 4. Cc3, Cf6 A. 5. Ac4 B. 5. De2 l. 5 . . . . , Af5

11. 5 . . . . , Ae7! c. 5. d3

Tercera variante: 4. d3, Cf6 A. 5. De2 l. 5 . . . . , Af5

11. 5 . . . . , Ag4 B. S. Cd2 l. 5 . . . . , Af5

I I. 5 . . . . , AcS 111. S. . . . , e3 IV. 5 . . . . , e X d3

C. 5. d X e4, C X e4 l. 6. 11. 6. Ae3

Partidas ilustrativas.

PRIMERA VARIANTE

4. AbS +

De esta manera las blancas tratan de simplificar la posición, eliminan­do un par de piezas menores, o con­servar su pequeña ventaja de mate­rial tras el cambio de peones en c6 Sin embargo las negras, en el segun­do caso, obtienen suficiente contra­juego por el peón entregado.

Pueden aquí citarse también otra� continuaciones de las que el blanco no saca nada práctico:

4. c4, c6; 5. d4, ef6; 6. ec3, ( para 6. d X c6. véase al final la partida ilustrativa 1 : Tarasevich-Sudnitzyn) 6 . . . . , e X dS; 7. Db3, Ae7; 8. e X dS . 0-0; 9. ege2, ebd7; 1 0. eg3, eb6 con buen juego de las negras (Tarta­kover- Reti, Viena, 1 922).

4. d4, D X d5 ( es peor 4 . . . . , ef6 a causa de 5 . AbS +) 5 . a3, ef6; 6 . ec3, Dd8; 7. Ac4, Ae7 con posibili­dades iguales para ambos bandos, se­gun analisis de l. Boleslavski.

La continuación 4. Ac4, er6; S .

1 22

ec3 será examinada en la «segunda variante».

4. ... c6

Es más débil 4 . . . . , Ad7 a causa de 5. A X d7+, e X d7 ( a S . . . . , D X d7 sigue 6. ec3, effi; 7. De2) 6. De2, egf6; 7. d3 con posibilidades algo mejores para las blancas. si inmedia­tamente 5 . De2, Cffi; 6 . ec3, podria seguir6 . . . . , Ab4!; 7 . e X e4, 0-0 con peligroso ataque de las negras.

S. d X c6

Aquí deben examinarse dos impor­tantes respuestas del negro: A. 5 • ... , b X e y B. 5 • • • • , C X c6.

A

5. b X c6 6. Ac4

Diagrama nzim. 94

Más debil resulta 6 . Aa4, ya que en este caso el alfil b lanco queda situa-

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do al borde del tablero y las negras asumen la iniciativa. Por ejemplo: 6. . . . , AcS; 7. Ce2, Ag4; 8. Cbc3, Cf6; 9. d4, e X d4 a. p.; 10. e X d3, 0-0; 1 1 . d4, Ab6; 1 2. 0-0, Te8 (Sovre­mennyi Debiut, Moscü, 1 940).

6 . .. . Cf6

La Enciclopedia de aperturas de ajedrez (tomo C, Belgrado, 1 97 4) re­comienda en la posición del diagrama 6 . . . . , AcS; 7. A X f7+, Rf8 con compensacion, para las negras, por los dos peones sacrificados. No obs­tante, en vez de 7. A X f7 +, el blan­co dispone de una continuación más fuerte: 7. Dh5!, De7; 8. A X f7+ con ventaja.

7. d4

El gran maestro P. Keres aconseja­ba jugar aquí 7. d3, Ac5; 8. Ce2, Ag4; 9. Cbc3, e X d3; 10. D X d3. Db6; 1 1 . Ad2 con posibilidades algo mejores para el blanco. Pero, como indicó l. Glazkov, el juego de las ne­gras puede reforzarse mediante 8 . . . . , e X d3! (en lugar de 8 . . . . , Ag4) 9. D X d3, De7; 10. Cc3, 0-0 con exce­lentes perspectivas.

En una partida Bird-Pillsbury ( Londres, 1 899) se jugó 7. De2, AcS; 8. Cc3, 0-0; '9. Dfl , De7; 1 0. Cd1 , aS; 1 1 . Ce3, Ca6; 1 2. a3 , Cc7; 1 3 . g3, Cd5; 1 4. h4. Tan artificial reagru­pamiento de las piezas blancas no po­di a menos de implicar una grave pér­dida de tiempo; el blanco quedó muy atrás en e l desarrollo y, después de 1 4 . . . . , C X e3; 1 5 . d X e3 , Da7; 1 6. De2, Td8; 1 7 . Ad2, Ag4; 1 8. Df2, T X d2! ; 1 9. D X d2, A X e3, su­cumbió a un irresistible ataque.

7 . .. . Ad6

Menos prometedor para las negras es 7 . . . . , Cbd7; 8. Ce2, Cb6; 9. A�3 •

Aa6; 10. c3, Ad6; 1 1 . h3, 0-0; 1 2. 0-0, Cc4 a causa de 1 3 . Ac2! seguido de 14. b3, como se vio en una partida Luniakov-Roginski ( 1 967). En este caso, el negro no tiene compensación suficiente por el peón.

8. Ce2 0-0

Una partida Chigorin-Pillsbury (Moscü, 1 902) continuó 8 . . . . , Cbd7; 9. Cg3, Cb6; 10. Ae2!, CbdS; 1 1 . 0-0, Dc7; 1 2. Cc3!, y despues de 1 2 . . . . , C X c3; 1 3 . b X c3, 0-0; 14. c4, eS; 1 5 . d5 las blancas obtuvieron ventaja.

Conforme a un análisis del gran maestro A. Lilienthal, las negras te­nian que haber jugado 1 2 . . . . . C X f4; 1 3. Cc X e4, C X e4; 14. C X e4, C X e2+; 1 5 . D X e2, A X h2+; 16 . Rhl , 0-0: 1 7 . g3 , A X g3; 1 8. Tg1 ! , Ah4!; 1 9. Ah6, g6; 20. A X f8, R X f8 y el blanco no está sino un poco mejor.

Cualquier otra retirada del alfil ne­gro (en vez de 1 8 . ... , Ah4) acarrea inmediatamente la pérdida de la par­tida. Por ejemplo:

18 . ... , Af4; 19 . Cf6+, Rh8; 20. T X g7! , Af5 (a 20 . ... , R X g7 sigue 2 1 . A X f4 y las negras no pueden ju­gar 2 1 . ... , D X f4 a causa de 22. Ch5 +, etc.) 2 1 . Dg4!, De?; 22. T X h7+, A X h7; 23. Dh4, Ah6; 24. A X h6, Ae4+; 25. Rg1 , Tg8+: 26. AgS+ seguido de mate. O bien 18 . ... , Ad6; 19 . Cf6+, Rh8; 20. DhS, g X f6; 2 1 . Ah6, Tg8; 22. T X g8+, R X g8; 23. Tg1 +, Ag3; 24. Dh4! y las blancas ganan.

9. 0-0 eS !

Es más débi1 9 . . . . , Ag4; 10. Cbc3, Cbd7; 1 1 . h3, A X e2, como se hizo en una partida Horwitz-Kolisch

1 23

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( Londres, 1 862), ya que las blancas logran mejores posibilidades por me­dio de 1 2. D X e2!

10. d5 Cbd7

Diagrama nitm. 95

Una partida ehigorin-Pillsbury (Viena, 1 898) continuó aqtú 1 1 . Ab3, c4!; 1 2. A X c4, Ac5+; 1 3 . Rhl . eb6; 14 . Ab3, eg4; 1 5 . Del , e X d5: 1 6 . h3, ede3! con ventaja de las ne­gras.

Era más fuerte 1 1 . Cec3 ! . eb6: 1 2. Ae2 con posibilidades aproxima­damente iguales.

B

( l . e4, eS; 2. f4. d5 ; 3 . e X d5 . e4: 4. Ab5+, c6; 5 . d X c6)

S • .. . ex c6

Aunque con esta continuación las negras no atacan al alfil enemigo y por tanto no ganan tiempo, desarro­llan no obstante una pieza y obtienen buen juego.

1 24

Diagrama n úm. 96

En esta posicion las principales po­sibil idades son: l. 6. d4 y 11. 6. d3.

Si 6. Cc3, Cf6: 7. De2. las negras. continuando 7 . . . . , A c5 ; 8. e X e4, O­O y merced al sacrificio de un segun­do peon, logran un fortísimo ataque (véase la partida n.o 2: Rosanes-An­dersen).

También merece considerarse 7 . . . . . Ac7! 8 . c X e4, c X e4; 9 . D X e4. 0-0 con suficiente compensación por los dos peones sacrificados.

Si las blancas optan por 7 . ege2 (en lugar de 7 . De2), s igue 7 . . . . . A eS! 8. eg3 (o 8 . d4, e X d4 a.p.; 9 . D X d3. 0-0), Dd4 con clara superio­ridad posicional del n egro.

Después de 6. Ce:Z., Ac5 : 7. d4. e X d4 a.p. ; 8. D X d3, Db6; 9. ec3, se creyó durante mucho tiempo que las negras lograban v entaja mediante 9 . . . . , a6. A esto, s in embargo, puede seguir 1 O. ed5! , Dd8; 1 1 . Ae3 y son las blancas quienes e stán mejor. Por eso a 6. ee2 las negras deben respon­der 6 . . . . , ef6; 7. Cc3, Db6; 8. d4, Ab4!; 9. 0-0, 0-0, como lo hicieron en

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una partida Tarrasch-consultantes (Nurcmberg, 1 895), y tras 1 0. A X c6, b X c6; 1 1 . fS, Aa6 surge una posición complicada donde el ne­gro tiene suficiente 1:ontrajuego a cambio del peón sacrificado.

Si inmediatamente 6. A X c6+, b X c6; 7. d4, las negras. según S. Tartakover, logran una excelente par­tida mediante 7 . . . . , e X d4 a.p.! 8. D X d3, D X d3; 9. e X d3, Aa6.

6. d4 DaS +

Si 6 . . . . , Cffi, lo mejor para las blan­cas es reforzar su peón central por medio de 7. c3!. como ya lo propuso M. Chigorin.

7. Cc3 Ab4 8. Ad2 Cffi

Diagrama núm. 97

9. A X c6+!

Lo mas fuerte. en una partida Chi-gorin-Znosko-Borovski ( Kiev.

1 903) se jugó 9. a3, A X c3; 1 0. A X c6+, b X c6; 1 1 . A X c3, Dc7; 1 2. Ce2, Aa6 (es más preciso 1 2 . . . . . 0-0!, pues ahora, con 1 3. Ab4!, las blancas podían haber impedido el en­roque corto del adversario y l levado el juego a una posición poco clara, a juicio de Chigorin, después de 1 3 • . . . , A X e2; 1 4. D X e2, D X f4; 1 5 . g3) 1 3 . Dd2, 0-0; 1 4. Aa5, Dd7; 1 5 . 0-0-0, e3! 1 6 . Del ; aquí las negras habrían obtenido ventaja continuan­do 1 6 . . . . , Cg4! 1 7 . Cc3, Tfe8!

En lugar de ! l . . . . , De?, merece también atención 1 1 . . . . , Dd5, como se hizo en una partida Glazkov-So­loviev ( Moscú, 1 9 7 1 ), Después de 1 2 . Dd2 (a 1 2. Ce2 puede seguir 1 2. . . . , Cg4; 1 3. Del , Aa6! con ventaja del negro) 1 2 . . . . , 0-0; 1 3 . 0-0-0, Da2; 1 4. b3 ( no es bueno 1 4. De3 a causa de 14 . . . . , AfS; 1 5 . h3, Cd5) 1 4 . . . . . D X a3+: 1 5 . Ab2. De7; 16. Ce2, e3! las negras quedaron igualmente superiores.

9 . . .. 10. Cge2

b X c6 O-O

N a da en limpio sacan las negras ju­gando de inmediato 1 O . . . . . Ag4, a lo que seguina 1 1 . h3!, A X c3: 1 2 . A X c3. Dh5: 1 3 . Rf2. Ac8; 1 4. Ad2! con mejores posibilidades para el blanco (Krause).

l l . 0-0 Ag4 12. Del !

Ahora 1 2. h3 no logra ya su objeto, pues las negras continuarían 1 2 . . . . . A X c3! 1 3 . A X c3 . Dh5; 1 4. Te l . A X h3!: 1 5 . g X h3, D X h3 con for­usimo ataque. Por ejemplo: 1 6 . Tfl . Cg4: 1 7 . Tf2, C X f2: 1 8 . R X f2. e3+! 1 9. Rgl , Dg4+!: 20. Rfl , Tad8; 2 1 . Cgl , D X f4+ y el negro tiene una clara superioridad.

1 25

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1 2. e3! 13 . A X e3

Diagrama nzím. 98

Prosiguiendo ahora 1 3 . . . . . A X e2; 1 4. D X e2, A X c3; l S . b X c3, D X X c3; 1 6. Dd2, Dc4!, las ne­gras obtienen compensación más que suficiente por el peón que les falta.

11

( l . e4, eS ; 2. f4, dS ; 3. e X c15, e4; 4. AbS +, c6; S . d X c6, e X c6)

6. d3 effi

No es satisfactorio 6 . . . . , DaS +; 7 . ec3, Ab4; 8 . Ad2, e3? a causa de 9 . De2 con ventaja d e las blancas.

7. Cc3

Lo más frecuente. A 7. De2 siguió en una partida

ehigorin-Schiffers ( Viena, 1 898): 7 . .. . , DaS +; 8. ec3, Ab4; 9. Ad2, 0-0! 10 . A X c6, b X c6; 1 1 . e X e4,

1 26

e X e4; 1 2. d X e4, Aa6; 1 3 . A X b4, D X b4+; 1 4. c3 , Da4; 1 S . b3, DaS ; 1 6. Db2, Tae8; 1 7 . e S , f6; 1 8. 0-0-0, fX e5; 1 9. f X e5 , D X e5; 20. ef3, Df4+ con ventaja de las negras.

También se ha jugado 7 . . . . , Ag4; 8. A X c6+, b X c6; 9. ef3, D aS +; 1 0. Ad2, Db6; 1 1 . Cc3, D X b2; 1 2. 0-0, Ac5 +; 1 3 . Rh1 , 0-0; 1 4. d X e4, Tad8; 1 5 . e5, Tfe8; 1 6 . C a4, D X c2; 1 7 . e x c5, D X eS; 1 8 . Ae3, Da3 con partida complicada donde las po­sibilidades del negro no son peores ( ehigorin-Marco, Viena, 1 898).

No obstante a 1 1 . . . . , D X b2 las blancas podían haber replicado más fuertemente 1 2. C X e4! , D X al + ; 1 3 . Rf2 o 1 2 . . . . , Ae7; 1 3 . Ac3! con ventaja decisiva.

7 . ... Ab4

Merece también atención 7 . Af5!?, sugerido p o r P. Keres.

8. Ad2 Ag4 9. Cge2 0-0

Gracias al peón sacrificado las ne­gras ejercen una fuerte presión sobre el campo enemigo y las blancas están a la defensiva.

La posición es digna de un diagra­ma.

( Véase diagrama núm. 99)

Sin duda alguna e l 0-0 es más fuer­te que 9 . . . . , e X d6; 1 0. A X d3, Db6 a causa de 1 1 . h3 , A e6; 1 2. a3.

10. d X e4 l

Lo más natural, que les permite a las blancas salir de apuros. Sovre­mtnnyi Debiut examina tambien las siguientes continuaciones:

a) 1 O. 0-0?, Cd4!

Page 128: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 99

b) 1 O. A X c6, e X d3; 1 1 . e X d3, b X c6

e) 10. e X e4, A X e2; 1 1 . D X e2, ed4

d) 1 0. h3, A X e2; 1 1 . e X e2, A X d2+; 1 2. D X d2, e3!; 1 3. Del (pierde 1 3 . D X e3? a causa de 1 3 . . . . , DaS+; 1 4. ec3, TeS) 1 3 . . . . , DaS +; 1 4. ee3, edS; 1 S . A X c6, e X c3; 1 6. A X b7, Tab8!

e) 10. a3, e X d3! (es peor 1 0 . . . . , ed4; 1 1 . a X b4, e X bS a causa de 1 2. d X e4i, ed4; 1 3 . Ae3! y las ne­gras tienen que luchar por la tablas) 1 1 . A X d3, A X c3; 1 2. A X c3, Db6! (propuesto por l. Glazkov; tam­bién es bueno 1 2 . . . . , ed5) 1 3. Db2, A X e2!

En todas. estas variante las negras quedan claramente mejor.

10. 1 1 . A X c3 1 2. D X d8 13 . 0-0

A X c3 e x e4 Ta X d8

Si 1 3 . A X c6, b X c6; 1 4. Ab4, eS , las negras tienen ventaja.

13. 14. A X e2 15. b X c3

A X e2 e x c3 Tfe8

Diagrama núm. 100

A esta posición se llegó en una partida Fuderer-Pirc (Munich, 1 9S4 ). Las posibilidades de ambos bandos son iguales.

SEGUNDA VARIANTE

( l . e4, eS ; 2. f4, d5; 3. e X d5 , e4)

4. ec3 effi

Antiguamente solía jugarse con cierta frecuendia 4 . . . . , 1'5, pero este movimiento no es acorde con el espi­tiru de la posicion, por lo que cayó poco a poco en el olvido. Salta a la vista que después de S. Ac4, ef6; 6. ege2, Ad6; 7. d4, 0-0; 8. Ae3, Rh8; 9. 0-0 las blancas están mejor (Mor­phy-Hay, partida a la ciega, Lon­dres, 1 8S9).

1 27

Page 129: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 101

En la posicion del diagrama hay que estudiar las siguientes respues­tas:

A. 5. Ac4, B. 5. De2 y C. 5. d3. No es aconsejable 5. d4, Ad6; 6.

Ac4, a lo que puede seguir 6 . . . . , 0-0; 7. Cg2, c6 ; 8. d X c6, C X c6; 9. Ae3, Ca5; 1 0. Ab3, Cg4 con buen juego de las negras ( Cordovil-Uitu­men, 1 7 .a olimpiada, La Habana. 1 966).

Si 5. Ab5 +, la mejor réplica de las negras es 5 . . . . , c6!

A

5. Ac4 Ac5

Aqw merece igualmente atención 5 . . . . , c6!?, recomendado por la Enci­clopedia de aperturas de ajedrez. En una panida Murphy-Palcial.lskas ( 1 . << campeonato de EEUU por co­rrespondencia, 1 9 76/77) las negras obtuvieron una peligrosa iniciativa tras 6. De2, Af5; 7. d3, Ab4; 8. Ad2, 0-0. El juego continuó 9. e X e4, A X d2+ ; 1 0. D X d2, A X e4; 1 1 .

1 28

d X e4, e X e4; 1 2. De3, c X d5; 1 3 . 0-0-0, Db6! ; 1 4. D X b6, a X b6; 1 5 . A X d5, Cf2 y e l blanco perdió la calidad.

6. d4

Lleva sólo a u n a trasposición de ju­gadas 6. ege2, 0-0; 7 . d4.

6 . ... 7. ·o x d3 8. Cge2

e X d3 a. p. 0-0 c61

Menos enérgico es 8 . . . . . Te8, a lo que las blancas deben responder 9. h3! impidiendo 9 . . . . , eg4 y 9 . . . . , Ag4. Una partida Chigorin-Mar­shall ( earlsbad, l 907) prosiguió aquí 9 . . . . , eh5 ; l O. Df3, Dh4+; 1 1 . Rd1 , g6; ( también quedan mejor las blan­cas después de 1 1 . . . . , eto: 1 2. g3 , Dh5 ; 1 3 . D X h 5 , e X h5; 1 4 . g4, ef6; 1 5 . Ad2, C e4; 1 6 . e X e4, T X e4; l 7 . Ad3 : N ikolau-Teodo­rescu, Lodz, 1 96 3 ) 1 2. Ad2, ed7; 1 3 . g4, Cg7; 1 4. Ce4 con neta venta­ja del blanco.

Otra posibilidad: 8 . . . . , Cg4; 9. Df3, Te8; l O. h 3 , Ce3. En una parti­da Spassky-Tumurbator(Leningra­do, 1 960) las n egras, después de 1 1 . A X e3, T X e3; 1 2. Dfl !, Dh4+; 1 3. Rd2, Te8; 1 4. Rcl , Cd7, obtuvie­ron cierta compensacion por el peón entregado.

Si en lugar de 9 . Df3, las blancas continúan 9. Cd1 , TeS; 1 0. h3 , e l ne­gro logra también un juego activo me­diante 1 0 . . . . , Ch6!; 1 1 . Ce3, c6; 1 2. Cg4, Cf5; 1 3 . CeS , Cd6; 1 4. d X c6, e X c6. Por ejemplo: 1 5 . e X t7, e X t7; 1 6. A X t7 +, R X t7; 1 7 . Dc4+, Rg6!; 1 8 . D X eS , ed4 con ventaja (Andersen-Jakobstadt, Es­tocolmo, 1 93 4 ).

9. h3

Page 130: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

A 9. d X c6 sigue 9 . . . , Db6 con multiples amenazas. Una partida Murphy-Suhobek ( 1 .•• campeonato de los EEUU por correspondencia, 1 976/ 1 977) continuó 9. Ae3, A X e3, bS ; 1 1 . Ad3, b4; 1 2. e34, e X dS; 1 3 . DeS y ahora 1 3 . . . . , Db6! les habria dado a las negras un juego excelente.

9. ... De7 Es menos prometedor para las ne­

gras el cambio central 9 . . . . , e X dS; 1 0. e X dS, e X dS; 1 1 . A X d5 , Db6 e n vista de 1 2. Db3, Dc7; 1 3 . Ad2, De7; 1 4. Af3 (Gorenstein­Abramson, campeonato de Ucrania, I 9S4).

10. Ad2 b5 1 1 . Ab3 Aa6

Diagrama nlim. 102

Las negras tienen una clara supe­rioridad. En una partida Gorenstcin­Miroshnichenko (campeonato de Ucrania, 1 9S4). el blanco perdio una pieza y la partida despues de 1 2. 0-0-0,

b4; 1 3 . Df3, b X c3; 1 4. e X c3, Ab7.

B

( l . e4, eS : 2. f4, dS ; 3. e X d5, e4: 4. Cc3. effi)

5. De2

Diagrama núm. 103

Aquí merecen consideración dos jugadas:

1. 5 . ... , Ars y 11. 5 . ... , Ae7 1 A S. • .. , Ag4 las blancas deben

contestar 6. De3! Es erróneo 6. DbS +, ebd7: 7. h3? a causa de 7 . . . . , a6!: 8. Da4, bS : 9. DaS . e X dS ! con ventaja decisiva de las negras ( Zubo­va-Konstantinova. Kaluga, 1 968).

S. AfS 6. h3

Si las blancas continúan 6. d3. en­tonces es posible 6. . . ., Ab4: 7 .

1 29

Page 131: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

d X e4 ( o 7 . Ad2, A X c3; 8 . A X c3. 0-0) 7 . . . . , A X c3+; 8. b X c3, e X e4 con excelente juego de las ne­gras.

6. ... hS 7. g3

Tambien puede hacerse 7. b3, a lo que sigue, segun la Enciclopedia, 7 . . . . , c6!; 8. ef3. e X d5; 9. ed4, Ad7: 1 0. Ab2, ec6: 1 1 . De3, Tc8; 1 2. 0-0-0, AcS; 1 3 . ea4, e X d4; 1 4. A X d4, A X d4 ( no es bueno 1 4 . . . . , A X a4? a causa de 1 S . A X eS, Dc7; 16 . d4, b6; 1 7. Aa6, b X eS; 1 8 . A X c8, AbS; 1 9. a4! con ventaja de las blancas) 1 S . D X d4, Dc7; 1 6 . DeS +; o bien 7 . . . . , h4; 8 . Ab2, eh5 ; 9 . e X e4, Ae7; 10 . g4!, h X g4 a . p.; 1 1 . Df3, D X dS ; 1 2. Ag2, ec6: 1 3 . ee2 con juego poco claro e n ambos casos.

7 . ... A eS

El gran maestro P. Keres examina aqui la continuación 7 . . . . , c6: 8. d3, e X d5 : 9. d X e4, d X e4; 1 0. Ad2, ec6, lo que despues de 1 1 . 0-0-0 lleva igualmente a un juego complica­do y poco claro.

8. b4 Ab6

Por supuesto. 8 . . . . , A X b4'! hace perder una pieza tras 9. Db5 + .

9 . Ab2 ebd7

Es incorrecto 9 . . . . , 0-0: 1 0. Ag2, e X d5? a causa de 1 1 . e X d5, D X d5 : 1 2 . g4! , h X g4: 1 3 . h X g4 con ventaja decisiva de las blancas (Bager-Vasiliev, Leningrado, 1 957).

10. 0-0-0 1 1 . a3 12. ef3

1 30

De7 0-0-0 The8

Diagrama núm. /04

En esta complej a posición, las ne­gras tienen buen contrajuego después de 13 . Tel , Df8; 1 4. e g5 , Ad4 ( parti­da por correspondencia Popov­Muzychenko, 1 96 2/6 3 ).

11

{ l . e4, e5; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5. e4; 4. ec3, ef6; 5 . De2)

S • . . . Ae7 1

(Véase diagrama núm. JOS)

Lo mas fuerte, s egún la teoría m<r dema. Es peor 5 . . . . , Ad6 a causa de la variante indicada por A. Rubins­tein: 6. d3! { para 6 . e X e4 véase la partida n.03 Gunsberg-Bardeleben) 6. . . . . 0-0: 7. d X e4, e X e4; 8. e X e4, Te8: 9. Df3!, f5 : 1 0. Ae3. f X e4: 1 1 . Dg3 con ventaja de las blancas.

6. e X e4

En una partida Khavski-Knyshen-

Page 132: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama 1111111. 105

ko ( campeonato de la Re p. F ed. Soc. de Rusia, 1 956) las blancas jugaron 6. d3, e X d3; 7. D X d3, pero des­pués de 7 . . . . . Cd6; 8. a3, CeS; 9. Dd4, 0-0; 1 0. b4? (es mejor 1 0. Ae2) 1 0. . .. , Te8!; 1 1 . Cf3, Cce4; 1 2. C X e4, A X b4+! el negro logró un ataque decisivo.

Merece atención 6. b3 ! ?, C X d5 : 7. C X d5, D X dS; 8. Ab2, 0-0 y ahora 9. De3, Cd7; 1 0. Ac4, DaS: 1 1 . Ce2, Cf5; 1 2. Cc3, AfS conduce a un juego de posibilidades aproxima­damente iguales.

6. ... 0-0

Tambien es bueno 6 . . . . . C X d5; 7. d3, 0-0; 8. Ad2, f5; 9. Cc3, Ah4+: 10 . Rd1 , Te8; 1 1 . Df3, Ae6; 1 2 Cge2, eS ! y las negras tienen amplia compensacion por el peon sacrificado. ( Suttles-Lengyel, Belgrado, 1 969).

1. e x f6+ 8. Df3

A X f6 TeS+

Con 8 . . . . . c6 ; 9. Ac4, Te8+ sólo se cambia el orden de jugadas.

9. Rdl

Más prometedor para las blancas es 9. Rf2.

9. ... c6 10. Ac4 bS

Lo más enérgico. En una partida Chigorin-Von Stamm ( torneo de la Gran Rusia, Kiev, 1 903) se jugó 10 . . . . . AfS ; 1 1 . d3 , Dc8; 1 2. h3, e X d5 ; 1 3. A X d5, Cc6; 1 4. A X c6, b X c6; 1 5 . Ce2, Tab8; 1 6. Cc3, Tb7; 1 7. Te l . y poco a poco las blancas consi­¡;uieron simplificar la posición con­servando su ventaja de material.

1 1 . Ab3 Ab7 12. Ce2 aS 13. a3 eS¡

Diagrama núm. 106

En la presente posición, las negras, a cambio de los dos peones sacrifica­dos, gozan de una peligrosa iniciati­va. Una partida Planinc-Vasiukov ( Wijk aan Zee, 1 973) siguio 1 4. d3,

1 3 1

Page 133: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

a4; 1 5 . Aa2, Cd7; 1 6. Cc3, b4; 1 7 . Ce4, b3! y el negro quedó mejor.

e

( l . e4, e5 ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5 , e4. 4. Cc3, Cffi)

5. d3 Ab4

Naturalmente, no es bueno 5 . . . . . e X d3 a causa de 6 . D X d3 con ven­taja de las blancas, pero merece aten­cion 5 . . . . , AfS. Después de 6. d X e4. C X e4; 7. De2, De7 ( resultan a erro­neo 7 . . . . , Ab4? debido a S. Db5 +) S. Ad2, C X c3 : 9 . D X e7+, A X e7; 1 0. A X c3, A X c2, las posibilida­des de ambos bandos son equivalen­tes (Bhend-Unzicker, Zurich, 1 959).

En vez de S . . . . , C X c3, las negras, en una partida Solosyi-Bilek ( cam­peonato de Hungría, 1 96 1 ), jugaron S . . . . , Cd7; 9. 0-0-0, 0-0-0, pero des­pués de 1 0. g4, C X c3; l l . A X c3, D X e2; 1 2. A X e2 e l blanco conser­vó sin peligro su peón de ventaja.

En otra partida Nei-Kondratiev (Tallin, 1 940), en lugar de S. Ad2, se hizo S. Cb5, Dd7; 9. g4? ( a 9 . Cd4 se­guiría 9 . . . . , Ac5 , pero merece consi­deración 9. C f3!, recomendado por P. Keres) 9 . . . . , Ac5! ; 1 O. g X f5 , 0-0; 1 1 . Ae3 ( a 1 1 . Cf3 sigue 1 1 . . . . , TeS: 1 2. CeS, Af2+; 1 3 . Rdl , D X d5 +; 1 4. Dd3, Cc3 +; y 1 5 . . . . , D X h l ) 1 1 . . . . , TeS; 1 2. 0-0-0, Cf2! con forti­simo ataque de las negras; ahora la captura forzada 1 3. A X f2 ( en la partida las blancas se rindieron tras 1 3. Cd4?, C X d i ) 1 3 . . . . , T X e2; 1 4. A X c5, D X b5 conduce a la posición siguiente:

(Véase diagrama núm. 107)

Aquí son posibles varias contiuua­ciones:

1 32

Diagrama num. /07

a) 1 5. Aa3, T X c2+!: 1 6. R X c2. Da4+: 1 7. Rcl , D X f4+; I S . Rc2, De4+ o bien

b) 15. Af2 ( a 1 5 . Ae3 o 1 5 . Ae7 sigue 1 5 . . . . , DeS) 1 5 . . . . • T X c2+: 1 6 . R X c2, D a4 + ; 1 7 . Rd2, D X f4+, l S. Ae3, D e4; o finalmente

e) 15 . Ad4, O X d5 ; l 6 . A X e2 (a 1 6 . Af6 segui ri a 1 6 . . . . , Te l !; 1 7. T X e l , Cd7; y si 1 6. Ac3, es posible 1 6 . . . . , T X c2+ ; 1 7 . R X c2, De4+; l S . Td3, Cc6; 1 9. Cf3, Td8 con ven­taja decisiva de las negras) 1 6 . . . . , D X h l ; 1 7. Af3, D X h2: I S. A X b7. Cc6; 1 9. A X c6, TdS con clara superioridad de las negras en todas las variantes ( anál is is de P. Kondra­tiev).

En vez de S . . . . , D d7, la Enciclope­dia ofrece la contin uación S . . . . , g6!; 9. Ae3 , Ag7: 1 0. Ad4, 0-0; 1 1 . 0-0-0, Ca6; 1 2. g4, Ad7 y las negras quedan compensadas por el peón sacrificado.

Volvamos ahora a la variante del texto, des pues de 5 . . . . . Ab4.

(Véase diagrama núm. 1 08)

6. Ad2

Page 134: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama num. 108

A 6. De2, 0-0; 7. d X e4 las ne­gras responden ventajosamente 7 . . . . , e x e4!

Es interesante 6. d X e4, e X e4, y ahora 7. Dd4, A X c3+: 8. b X c3, , 0-0 ( no 8 . . . . Dh4+? 9. g3 . e X g3 a causa de 1 0. h X g3 ! . D X h l : 1 1 . D X g7, Tf8; 1 2. Aa3 y las blancas ganan) 9. ef3. Te8; 1 0. Ae2 ( para 1 0. Ae3, véase la partida4: Gossip­Schiffers). Ahora despues de 1 0 . . . . ef6; 1 1 . c4, Ag4; 1 2 . Dd3. c6; 1 3 . O­O. e X dS; 1 4. e X d5, e X dS; I S . h3 la posicion de las blancas es preferi­ble ( Steinitz-MacDonnell. Londres. 1 866) .

Es mas prometedor para el negro 1 O . . . . , Ag4: 1 1 . 0-0. eS! ( la atractiva continuacion 1 1 . . . . . e X c3: 1 2. D X c3. T X e2 resulta peor a causa de 1 3 . Ab2. Df8: 1 4. ea4. Te4: 1 5 . Dd3. De7 : 1 6 . ee6! con clara supe­rioridad de las blancas, Tarra�ch­Walbrodt, Leipzig, 1 894) 1 2. d X eS a.p., eb X c6: 1 3 . D X d8. Ta X d8 con buenas perspectivas.

En lugar de 9. ef3. una partida Glazkov- Sherman ( Moscu. 1 97S)

prosiguió 9. AbS, c6; 1 0. d X c6, b X c6; 1 1 . D X d8, T X d8; 1 2. Ad3, e X c3; 1 3 . Ab2, edS; 1 4. O-O­O con mejores posibil idades para las blancas.

A la jugada 7. Dd4 lo mejor para el negro es responder 7 . . .. , De7!; 8 . Ae2, 0-0; 9. Ad2,• e X d2; 10 . D X d2, c6! ( si 10 . . . . , Ag4; 1 1 . 0-0-0, A X c3, como en una partida Ham­pe-Pitschel, Viena, 1 860, el blanco obtiene mejores perspectivas des pues de 1 2. D X c3! , A X e2; 1 3 . Te1 , De4; 1 4. Dd2!. D X g2; 1 S . e X e2) 1 1 . ef3, e X dS; 1 2. 0-0, ec6 con

juego satisfactorio. Una partida Bar­deleben-Biackburne (Londres, 1 89S ) siguió aquí 1 3 . a3, DeS +: 1 4. Rh 1 , A X c3; l S . b X c3, Af5; 1 6 . Tab l , De7: 1 7 . D X d5, A X c2; 1 8 . Tbe l , Df6; 1 9. Dd2, Af5 con posibi­lidades aproximadamente iguales.

Diagrama núm. 109

6. .. . e3 !?

Esta inesperada continuacion fue introducida en la practica por P. Mor-

1 3 3

Page 135: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

phy hace ya mas de 1 20 años. No da lugar a ninguna variante forzada; les permite simplemente a las negras ejercer cierta presion posicional so­bre el campo enemigo.

Es malo 6 . .. . , C X dS a causa de 7. d X e4!, y a 6 . . . . , e X d3 sigue 7. A X d3, 0-0; 8 . Df3! con ventaja de las blancas en ambos casos.

Mas interes ofrece la jugada 6 . . • . , 0-0, que da suficiente contrajuego a las negras. Podna seguir 7. C X e4 (o 7 . d X e4, A X c3; 8 . A X c3. C X e4; 9. ef3. c6!; 1 O. d X c6, De7: 1 1 . De2, e X c6 con buena posicion del negro) 7 . . . . . Te8!; 8. A X b4. e X e4; 9. d X e4 ( a 9. Ae2 o 9. ec2 seguina 9 . . . . , Dh4+; 1 O. g3, e X g3 ) 9 . . . . , T X e4+ ; 1 0. Ae2, T X b4 y, según E. Falkbeer, las posibilidades de las negras son mejores.

Sin embargo, despues de 1 1 . ef3. T X f4; 1 2 . Dd2, Dd6, e l juego esta mas o menos equil ibrado. Una parti­da Spassky- Bronstein ( Moscu. 1 97 1 ) continuo 1 3 . 0-0-0 ( si 1 3 . 0-0. entonces también 1 3 . . .. , ed7! ) 1 3 . . . . , ed7: 1 4. ed4, a6; 1 5 . g3, Tf6; 1 6 . Thel , CeS; 1 7 . AhS , Ad7; 1 8 . De2. Te8 y ambos contendientes hicieron aqui tablas por mutuo acuerdo.

7. A X e3 0·0

A menudo suele tambien jugarse inmediatamente 7 . . . . . C X d5 ; 8 . Ad2. A X c3: 9. b X c3 y ahora 9 . . . . . 0-0. lo que por trasposicion de movi­miento lleva a la variante que exami­namos después de 9 . . . . . C X d5 ) .

8. Ad2 A X c3 9. b X c3

Si 9. A X c3, la mejor respuesta para las negras es 9 . . . . . Te8 +. 1 0. Ac2. Ag4: 1 1 . Dd2. C X d5 con buen juego.

1 34

9 . ... TeS+

Aqui también se juega 9. . . . .

C X d5 , con lo que tenemos la si­guiente posicion:

Diagrama núm. 1 JO

La experiencia demuestra que a las blancas se les brindan buenas posibi­lidades de lograr ventaja. Por ejem­plo:

a) 10. c4, TeS + ; 1 l . Ae2, Cf6 ( cs peor 1 1 . . . . . ee3 a causa de 1 2. A X e3 , T X e3; 1 3 . Rf2! y el blanco rechaza el ataque de su adversario, pues sena un error 1 3 . . . . . Dd4? debi­do a 14 . Cf3, D X f4; 1 5 . Del ganan­do: Petrov- Shumov, San Petersbur­go, 1 862) 1 2. Cf3, De7; 1 3 . CeS . Cc6 y ahora, continuando 1 4. Ac3!. las blancas refuerzan su posicion y quedan mejor.

Mas debil sena 1 4. 0-0. C X eS; I S . f X eS, D X e5 ; 1 6 . Af3 a causa de 1 6 . . . . . eg4! 1 7 . A X g4, Dd4 + con ventaja de las negras ( Rodzdcst­venski- Estrin, M oscu, 1 943 ).

b) 10. Cf3, Te8 + : 1 1 . Ae2. De7 y

Page 136: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

ahora 1 2. c4 lleva, después de 1 2 . . . . , Cf6; 1 3 . CeS, a la variante examina­da precedentemente: si 1 2 . . . . , Ce3: 1 3 . A X e3, D X e3; 1 4. Dd2, las blancas también quedan superiores.

Otras continuaciones de las blan­cas dan, en cambio. mejores perspecti­vas al bando negro:

1 0. Df3, TeS+: 1 1 . Ce2, Cc6: 1 2. Tb1 , y aquí, despues de 1 2 . . . . . a6: 1 3 . Rd1 , f5 ; 14 . g3, bS : 1 5 . Ag2. Ae6; 1 6. Te 1 , Af7; 1 7 . a4, TbS; 1 8 . a X bS, a X bS; 1 9. Df2. Dd6, las ne­gras lograron ventaja en una partida Moe- Hoen ( Estocolmo, 1 972 ).

1 0. Ae2, Df6!; 1 1 . Del , TeS; 1 2. c4 y, después de 1 2 . . . . , Cc3 . las blan­cas tienen un juego dificil.

Una partida Gruzman-Kimelfeld ( Moscú, 1 966) sigui o 1 3 . Db2 ( tam­poco le saca de apuros al blanco 1 3 . Rf2. Cc6) 1 3 . . . . , C X e2; 14 . D X 10. g X f6; 1 5 . C X e2, Ag4; 1 6. h3, T X e2+!; 1 7 . Rd 1 , T X d2 +; 1 8. R X d2, Ae6 y las negras lograron la victoria.

10. Ae2 Ag4 1 1 . Rt2

Posiblemente la mejor defensa. A 1 1 . h3, recomendada por el gran maestro S. Furman, puede seguir 1 1 . . . . , D X dS ! ; 1 2. Rf2, A X e2; 1 3. C X e2, DeS +! con iniciativa de las negras.

En una partida Schulten-Morphy ( Nueva York. 1 857) se jugo 1 1 . c4?, c6! ; 1 2. d X c6. C X c6; 1 3 . Rfl . T X e2!; 1 4. C X e2, Cd4 y las ne­gras ganaron facilmente.

1 1 . 12. C X e2 1 3. Tel

A X e2 D X dS Cc6

Diagrama 11/Ím. 1 1 1

La Enciclopedia estima que. des­pues de 14. Rgl , DeS +!; 1 5 . d4, Dd5, las negras tienen suficiente compensación por el peon sacrifi­cado.

TERCERA VARIANTE

( 1 . e4, eS ; 2. f4, d5 : 3. e X d5 , e4)

4. d3

La continuación mas frecuente. Las blancas atacan sin demora el peón central del adversario, tratando de paralizar así su juego.

(Ver diagrama núm. 1 12)

4. Cffi

lo más fuerte. Es peor 4. . . . , D X d5 , a lo que las blancas pueden contestar S. Cc3, Ab4; 6. Ad2, A X c3; 7. A X c3 , e X d3: S.

1 35

Page 137: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. J 12

D X d3, D X d3; 9. A X d3 con posi­bilidades claramente mejores ( Solo­viev-Falk. Moscú, 1 888) .

Tampoco es suficiente4 . .. . , e X d3. En este caso al blanco le resulta posi­ble elegir entre 5 . D X d3, Cf6: 6. c4, Ca6; 7. Ae3, Cb4: 8. Db3. Af5: 9. Ca3, aS ; 1 0. Ae2, Ad6: l l . Cf3, De7: 1 2. Cd4 (Alekhine-A. Rabi­novich. Moscu. 1 9 1 8) y 5. A X d3, D X d5 ; 6. Cc3. De6+ ( pierde 6 . . . . . D X g2? a causa de 7 . Ae4) 7 . Cge2. Ch6; 8. f5 ! , C X f5: 9. 0-0. Ce3 ; 1 O. A X e3, D X e3+: 1 1 . Rhl . Ad6: 1 2. Cf4! ( Murei-Nikitnykh, cam­peonato de la sociedad deportiva «Trud», 1 97 1 ) con clara ventaja de las blancas en ambos casos.

En respuesta a 4 . . .. , Cf6, las blan­cas disponen de tres continuaciones dignas de atencion:

A. 5. De2; B. 5. Cd2; C. 5. d X e4.

A

5. De2

Propuesta por R Reti. Aqui hay

1 36

que examinar sobre todo dos jugadas de las negras: l. 5 . . . . , Af5 y 1 1. Ag4.

Es un error 5 • . . . . Ac5? debido a 6 . d X e4, 0-0; 7 . C c3 , TeS, y ahora las blancas obtienen ventaja por medio de 8. Cf3, C X e4; 9. C X e4, Af5; 10. Ce5, A X e4; 1 1 . D X e4, f6; 1 2. d6! , D X d6; 1 3 . Ad; A X e3; 1 4. Dc4+ ( Blackburne-Marco, Berlín, 1 897), o de 8. e S , C X d5; 9. Ce4, Ab6; 1 O. Ad2, C c6; 1 1 . 0-0-0, Cd4; 1 2. Dd3, AfS; 1 3 . g4, A X g4; 1 4. Ce2, Af3; 1 5 . Cg5 ( K. Krigorian­Ruderfer, Spartakiada, 1 967). Tam­bién es convincente la continuación de S. Tartakover 8 . Dc4! , y si 8 . . . . , C X e4; 9. C X e4, A X g1 ; 1 0. T X g1 , f5 ( o 1 0 . . . . , Af5 ; 1 1 . Ad3, A X e4; 1 2. A X e4. b5 ; 1 3 . Dd3. fS ; 1 4. Ae3, T X e4: 1 5 . 0-0-0), sigue 1 1 . d6+. Rh8; 1 2 . d X c7, Dh4+: 1 3 . g3, D X h2; 1 4. Tg2, Dh l ; 1 5 . e X b7= D. T X b8 ; 1 6 . Rf2 con ven­taja decisiva de las blancas.

Asimismo resulta dudoso 5 . ... , D X d5, a lo que puede seguir6. Cc3, Ab4: 7 . Ad2, A X c3; 8 . A X c3 con buenas perspectivas para el blanco. Por ejemplo:

a) 8 . . . . , Cbd7; 9 . d X e4, e X e4; 1 0. A X g7. Tg8; 1 1 . Td1 . De6 y ahora no 1 2. Ad4, como aparece en la Enciclopedia, s ino 1 2 . Ae5! . C X eS; 1 3 . D X e4; o 1 2 . . . . , fS ; 1 3 . Dh5 + con ventaja de las blancas.

b) 8 . ... , Ag4; 9. d X e4 ( es peor 9. De3 a causa de 9 . . . . , Cbd7 ) A X e2: 1 0. e X d5, A X f1 ; 1 1 . R X f1 ,

· C X d5; 1 2. A X g7 , Tg8; 1 3 . Te ! +, Rd7; 1 4. Td l . Rc6: 1 5 . Ad4, C X f4: 1 6 . Cf3, Cd7; 1 7. Ac3 , Ce6: 1 8 . Rt2 con mejores posibil idades para las blancas ( Réti- Spielmann. Gote­borg, 1 920).

En vez de 9 . . . . , A X e2, una parti­da Rcti-Tarrasch ( Goteborg. 1 920) continuo 9 . . . . . D X e4: 1 0. D X c4 +. C X e4: 1 1 . A X g7. Tg8: 1 2. Ae5 .

Page 138: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

ec6; 1 3 . Ad3, e X eS ; 14 . A X e4, ec3 , y ahora mediante 1 S . A X b7 o 1 S . b3 las blancas hubieran quedado con ventaja de material.

1

5 • • . . Af5

Diagrama núm. 1 13

6. d X e4

No es bueno 6. Cc3 a causa de 6 . . . . , Ab4; 7. Ad2 (a 7. d X e4 sigue 7 . . . . , A X c3+; S. b X c3, e x e4) 7 . .. . , O-O! con iniciativa de las negras.

En caso de 6. Cd2, las negras, por medio de 6 . . . . , Ab4!? 7. c3 , 0-0. pue­den proponer el interesante sacrificio de pieza que examinamos mas abajo.

Después de S. e X b4, e X d3; 9. Df3 (o 9. Df2, TeS+: 1 0. Rdl , eg4) 9 . . . . , TeS+; 1 0. RJ2, eg4+, el blan­co no puede evitar la perdida de mate­rial: y a S. e X e4 puede seguir S . . . . , e x e4; 9. d X e4 ( para 9. e X b4, TeS; 1 0. d X e4, T X e4 véase más abajo) 9 . . . . , AcS; 1 0. ef3, TeS; 1 1 .

eS , D X dS con excelente juego de las negras por el peon de menos.

6 . ... C X e4

Es peor 6. A X e4; 7 . ec3, De2; S. e X e4, e X e4; 9. ef3, ed7 a causa de 1 O. Ae3, 0-0-0: 1 1 . 0-0-0. cdf6; 1 2. g3, e x dS : 1 3 . Ah3 +, Rb8, y ahora no 14. The 1? a causa de 14 . . . . , eec3 ! , sino 1 4. Ad4! con supe­rioridad de las blancas, que aventajan a su adversario en el desarrollo.

7. Cd2

La posicion resultante de 7. ec3 se analizará bajo la letra B.

7 . ... Ab41?

Diagrama núm. 1 14

Esta inesperada respuesta con la que las negras preparan un sacrificio fue recomendada por el autor de las presentes lineas ya en 1 94 1 .

8. c3

1 37

Page 139: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

En su intento de refutar el citado sacrificio de pieza, P. Keres indicó posteriormente que las blancas de­bían jugar aquí S . DbS +, Cc6; 9. c3 ( a 9. d X c6, A X d2+; 1 0. Re2 se­guina 1 0 . . . . , 0-0; 1 1 . D X fS , A X e l con ventaja decisiva de las negras). No obstante, el negro queda mejor despues de 9 . . . . , a6! , como lo demos­tre en la revista Shaklzmaty v SSSR ( 1 9S I , n.0 l ) :

a) 10. D X b7, Cd6!; 1 1 . D X c6+, Ad7 ; 1 2. D X aS, D X aS; 1 3 . e X b, 0-0i y las blancas se en­cuentran en posición muy dificil debi­do a su retraso en el desarrollo.

b) 1 0. De2, Cd4i (no 1 0 . . . . , D X dS? a causa de 1 1 . g4!, 0-0-0; 1 2. Ag2) 1 1 . e X d4. 0-0; 1 2. a3 . AaS; 1 3 . b4, Ab6; 1 4. C X e4, TeS; l S . Ae3, T X e4.

Aun puede seguir 1 6. Td l , De7; 1 7 . Rf2, Te8; 1 8. Td3. T X e3! y las negras ganan; o bien 1 6 . 0-0-0. De7; 1 7 . Td3, como en una partida Kai­la-Ridala, Finlandia. 1 9SS , que continuo 1 7 . . . . • A X d4; l S . T X d4, T X e3: 1 9 . Df2, T X a3 : 20. Rb2, aS ; 2 1 . R X a3. a X b4+; 22. Rb3. Ta3 +; 23. Rb2. b3; 24. Ce2, Ta2+; 2S. Rc3, DeS + ; 26. R X b3. Dc2+; 2 7. Abandonan.

Si en lugar de 1 1 . e X d4 las blan­cas juegan 1 1 . Dd3 (pierde inmedia­tamente 1 1 . Dc4. Cc2+; 1 2. Re2 a causa de 1 2 . . . . . Cd6!, 1 3 . Db3, De7+). entonces sigue 1 1 . . . . , Cc2 +!; 1 2. D X c2, Dh4+; 1 3 . g3 , C X g3 ; 1 4. Da4+, bS; 1 S . A X bS + ( 1 5 . D X b4, C X h l + ; 1 6. Rd l , Cf2+; 1 7 . Re2, Cd3; 1 S. Dd4, 0-0 con ataque decisivo de las negras) 1 5 . . . . . a X b5 ; 1 6. D X aS + (o 16 . D X b5 +, Rd8! ) 16 . . . . , Re7; 1 7 . D X h8, C X h1 +: 1 8. Rdl , Cf2+: 1 9 . Re2. Ad3 +: 20. Rf3. Dg4+: 2 1 . R X !2 , Ac5 + y mate en tresjugadas.

e) 10. Dd3, De7! : 1 1 . De2 (en

1 3 8

caso de 1 1 . C X e4, A X e4; 1 2. De2, Cd4!, las negras ganan de inme­diato, y a 1 2. De3 s igue 1 2 . . . . . A eS ; 1 3 . De2, A X d5 ; 1 4. D X e7 + R X e7 con clara ventaja del negro) 1 1 . . . . , 0-0-0; 1 2 . d X c6 (o 1 2. C X e4, Cd4!) 1 2 . . . . , Dh4+; 1 3 . g3 , C X g3; 1 4. h X g3, D X h l con ata­que decisivo de las negras.

d) 1 0. Da4, De7; 1 1 . Ae2, CeS ; 1 2 . Dd l , 0-0-0i y el negro tiene un ataque victorioso.

e) 10. Dc4, b5 ! 1 1 . D X c6 + (es malo 1 1 . Db3? a causa de 1 1 . . . . , De7; 1 2 . Ae2, C eS ; 1 3 . Dd l , 0-0-0! , llegandose a la posicion del apartado precedente) 1 1 . . . . , Ad7; 1 2. D X aS, D X aS: 1 3. e X b4, D X d5; 1 4. C X e4, D X e4+ : 1 5 . Ce2, D X b4+; 1 6. Rf2, 0-0; 1 7 . a3.

La Enciclopedia evalúa esta posi­ción como algo mejor para las blan­cas, con lo cual, sin embargo, es difícil estar de acuerdo. En efecto, despues de 1 7 . . . . , Db3; 1 8 . Cc3 ( a 1 8 . Cd4 sigue 1 8 . . . . . Dd l ) 1 8 . . . . . a5; 1 9 . Ae2. b4: 20. a X b4, a X b4 el juego de las negras merece preferen­cia.

8. .. . 0-0 9. e X b4

La continuacion 9 . C X e4, Te8; 1 O. e X b4, T X e4 solo cambian a el orden de jugadas.

9. . . . Te8 10. C X e4

Es mala la recomendacion de P. Keres 1 0. Cc4? a causa de 1 0 . . . . . Cc6!; 1 l . d X c6 , Dh4+ y las negras ganan.

10. 1 1 . Ae3 1 2. Rf2

T X e4 De7 Cd7

Page 140: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama num. 1 15

Posición critica de la variante que estamos examinando.

Una partida Steinsapir-Estrin ( Moscú, 1 949) prosiguió aquí 1 3. DhS, g6; 1 4. Dg5 y ahora las negras hubieran quedado mejor jugando sen­cillamente 1 4. . . . , T X e3; 1 5 . D X e7, T X e7. Por lo demás, lo que de hecho escogieron en la partida, 1 4 . . . . , D X b4; 1 5 . Tel , D X b2+; 1 6. Te2, Dc3 , les proporcionó un fuerte ataque.

Tampoco les saca de apuros a las blancas 13 . Tel . Una partida Ke­res-Estrin ( 1 94 1 ) jugada en una sesión de simultáneas continuó asi: 1 3 . . . . , CfO; 1 4. h3, TeS; 1 5 . Dd2, T X b4; 1 6 . Ad3, A X d3; 1 7 . D X d3, T X b2+; 1 8. Te2, Ce4+; 1 9. Rf3, Dh4!; 20. At2, D X t2+!!; 2 1 . T X t2, T X t2-a; 22. Rg4, T X g2+; 23. Rh4, Tg6!; 24. Th2, fS!; 25 . Abandonan.

La Enciclopedia les recomienda a las blancas jugar 1 3. Dd2, y si 1 3 . . . . , Te8, entonces 1 4. Ad4 (en caso de 1 4. Ad3, las negras pueden forzar ta-

bias por repetición de movimientos depués de 14 . . . . , T X e3; 1 5 . A X fS, OtO; 1 6. Dc2, Db6!; 1 7 . Rfl, Db5 +; 1 8 . Rt2, Db6) con excelentes posibi­lidades de defensa.

A eso responden las negras 14 . . . . . CfO!, con lo que surge la siguiente po­sicion:

Diagrama núm. 1 16

Ahora, después de 15. AcS, T X f4+; 1 6. D X f4, Ce4+; 1 7 . Rf3, Cg5, el negro fuerza las tablas. A 15. h3 puede seguir 1 5 . . . . , T X d4!; 1 6 . D X d4, e4+; 1 7 . Rf3, Dh4; 1 8. Ce2, Dh5+; 1 9. Re3, Dh4 (es malo 1 9 . . . . , Cg3+? a causa de 20. Rt2), y a las blancas no les queda otra cosa que acceder a la repetición de jugadas mediante 20. Rf3 o continuar 20. Rd3, Cg3+; 2 1 . Rd2, C X h 1 , en cuyo caso las negras recobran su pieta y conservan cierta iniciativa . Sin embargo, 15. Cf3 1 deja en mejor situación a las blancas.

1 39

Page 141: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

II

( l . e4, eS ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5, e4; 4. d3, ef6; S . De2)

5 • . . . Ag4

Enérgica continuación que les brinda a las negras la posibilidad de luchar con éxito por la iniciativa. E l blanco deberá jugar con gran exacti­tud para mantener el equilibrio. Las variantes que siguen demuestran que las perspectivas de ambos bandos son más o menos iguales.

Diagrama núm. 1 1 7

6. Cf3

Soló así pueden las blancas dispu­tarle a su adversario la iniciativa. En caso de 6. De3, el negro dispone de una serie de buenas respuestas. Por ejemplo:

a) 6 . .. . , C X d5; 7. D X e4+, Ae7; 8. fS , ef6; 9. D X b7, ebd7; 1 0.

1 40

Db5, 0-0; 1 1 . h3, c6; 1 2. D X c6, A X f5 y las negras, mucho más ade­lantadas en el desarrollo, tienen u n juego excelente, con amplia compen­sación por los dos peones sacrifi­cados.

b)6 . . . . , D X dS ; 7 . ec3, Ab4; 8 . Ad2, A X c3; 9 . A X c3, Cbd7; 10 . d X e4, D X e4; 1 1 . D X e4, C X e4; 1 2. A X g7, Tg8; 1 3 . Ad4, 0-0-0 con posición activa de l as negras por el peón entregado.

c)6 . ... , Ab4+; 7 . c3 ( a 7. Ad2 si­guió, en una partida por corres­pondencia Mikhalek-Murzeevski, 1 968, 7 . . . . , 0-0! 8. A X b4, e X dS; 9. DeS, Te8! con fortísimo ataque del negro) 7 . . . . . 0-0! 8. e X b4, e X dS; 9. Dg3, e X d3! y e l ataque de las ne­gras, según un análisis de B. Persistz, es sumamente peligroso.

6 . ... D X d5

Menos prometedor para el negro es 6 . . . . , Ab4+; 7. c 3 , 0-0; 8 . d X e4, Te8 a causa de 9. eS , Aa5 ; 1 0. ea3, e X dS; 1 1 . Ad2, y las blancas con­servan su peón de ventaja con posi­ción sólida ( Filtze r- Shishov, Mos­cú, 1 958) .

En una partida Muchnik-Kuindzi ( Moscú, 1 970) se j ugó 6 . . . . , A X f3!?; 7. g X f2, e3; 8. A X e3, Ae7; 9. Cc3, 0-0; 1 0. 0-0-0, C X dS ; 1 1 . e X d5, D X dS; 1 2. Rb1 , ec6; concierta compensación para las negras por el peón sacrificado.

Solo que, en vez de 9. ec3, las blancas debían haber continuado 9. Ad4!, e X dS; 1 0. Tg1 !, e X f4; 1 1 . De4, Ce6; 1 2. A X g7 , Tg8; 1 3 . Ad4 con evidente superioridad.

7. Cbd2

Page 142: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 1 18

Es inferior 7. Cc3 a causa de 7 . . . . , Ab4!; 8. Ad2, A X c3; 9. A X c3, 0-0 con peligrosa iniciativa de las negras.

7 . ... A X f3

En una partida Knedzevich- So­kolov (Yugoslavia, 1 957) se hizo 7 •

... , e3; 8. D X e3 +, Ae7, y ahora, mediante 9. Ce4!. Ias blancas habnan reforzado Sil posicion y conservado sin peligro el peón de ventaja.

Tampoco es suficiente 7 . ... , AfS; 8. d X e4, C X e4 (o 8 . . . . , A X e4) debido a 9. Cg5 , Ab4: 1 0. c3 y las negras no tienen compensación por la pieza entregada.

Ofrece in te res la continuacion 7. . . . , Cc6; 8. d X e4, Dh5 (a 8 . . . . . DeS. como se jugo en una partida Auer­bach-Capablanca. Pans. 1 9 1 3, lo mejor es contestar 9. c3 ). En una par­tida Cebauer-Serra ( 1 5 . a olimpi a­da, Varna, 1 962). las negras obtuvie­ron una ventaja despues de 9. Db5.

0-0-0; 1 0. D X h5 , C X h5; 1 1 . Cc4, Cb4 ( no es bueno 1 1 . . . . , A X f3?; 1 2. g X f3 , Cd4 a causa de 1 3. Ad3, C X f3+; 1 4. Rf2 con ventaja del blanco) 1 2. Ca3, Ac5; 1 3 . Ad2, The8; 1 4. CeS, Cffi; 1 5 . Ad3, C X e4!; 16. A X e4, f6 .

En lugar de 1 2. Ca3, las blancas debieron seguir 1 2. Ad3!, C X d3+; 1 3 . e X d3, y si 1 3 . . . . , A X f3; 1 4. g X f3, T X d3, entonces, según el análisis de l. Glazkov, 1 5 . Ce5!, Td4 ( 1 5 . ... , Ab4+?; 1 6. Re2, Td4 les acarrea a las negras la pérdida de la calidad tras 1 7. Ae3) 1 6. Ae3, Tb4; 1 7 . C X f7, Tg8; 1 8 . 0-0-0! con cla­ra ventaja y un peón de mas.

8. g X f3 e3 9. Ce4 Ae7

10. A X e3

También se ha jugado aqui JO. D X e3, Cbd7; 1 1 . Cc3, Dh5; 1 2. Ae2, Cc5 ; 1 3 . Ad2 ( Bhend-Farré, 1 3 .3 olimiada, Munich, 1 958), pero por medio de 1 3 . . . . , 0-0-0!; 1 4. 0-0-0, The8 las negras podian haber obteni­do una excelente partida a cambio del peon sacrificado.

(Véase diagrama núm. 1 1 9)

Posición critica de esta variante. Despues de 10 . ... , 0-0; 1 1 . Tgl .

Ch5; 1 2. Cc3, Ah4+: 1 3 . Rd2, Dd8: 14 . f5 . TeS; 1 5 . Tg4. Cc6 Ias posibili­dades de ambos bandos pueden con­siderarse aproximadamente iguales .

Las negras tienen compensacion por el peón de menos.

Tambien es posible continuar de inmediato 10 . ... , ChS; 1 1 . Cc3. Df5, y si 1 2. 0-0-0. entonces 12 . . . . . C X f4; 1 3 . Dd2, Cd5! (es peor 1 3 . . . . . Ce6 a causa de 14. f4: y a 1 3 . . . . . Ag5 pue-

1 4 1

Page 143: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama nlim. 1 19

de seguir 1 4. h4, Ah6; 1 5 . Ah3!, C X h3; 1 6. A X h6, g X h6; 1 7 . De3+, Rf8; 1 8. f4 con mejores pers­pectivas para el blanco) 14. C X d5 , D X d5; 1 5 . Rb1 , Cc6 con juego equilibrado.

B

( l . e4, e5 ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5, e4: 4. d3, Cf6)

S . Cd2

Con estajugada.se inicia el sistema de Keres, muy utilizado en los ulti­mos años.

( Véase diagrama 1 20)

us principales respuestas del ne­gro son:

l. S • • • • , AfS. 11, S • • • • , AcS, 111. 5. ... , e3 y IV. 5 • . . . , e X d3.

Si 5 • • • • , Ag4, las blancas contes­tan 6. Ac2 con ventaja.

1 42

Diagrama Il iOn. 120

Es malo S . . . . • D X dS? . a lo que si­gue 6. d X e4, C X e4: 7. Ac4, y ahora tanto 7 . . . . , DeS ; 8 . De2, f5 : 9. e X e4, fX e4; 1 0 . O X e4+, Ae7: 1 1 . ef3 ( Ketting-van Nuss, Ro­tterdam, 1 938) como 7 . . . . , Dd4: 8. De2, f5: 9. Cgf3, Db6; 1 0. C X e4, fX e4+ (de Grijf- Cuéllar, Bogota, 1 9S8) les proporcionan a las blancas una clara ventaj a.

1

S • • • • Af5 6. d X e4

La continuación 6 . De2, ahora o en la jugada siguiente, conduce a la po­sición del diagrama 1 1 3 , ya exami­nada.

6 • • • • C X e4

En caso de 6 . . . . , A X e4; 7 . e X e4; 8. Cf3, Ac5 ; 9 . De2, Af2+: 1 0. Rd1 , D X dS + ; 1 l . Cd2, fS ; 12 . DbS+!, D X bS : 1 3 . A X b5 + , ec6; (a 1 3 . . . . • c6 sigue 1 4. Ad3 , CeS; 1 S .

Page 144: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

A X f5 , 0-0; 1 6. Ce4) 1 4. C X e4. f X e4; l S . Re2, Ab6; 1 6 . Ae3 la su­perioridad de las blancas es evi­dente.

7. Cgf3

Diagrama núm. 1 2 1

E n una partida Baretich-Troia­nescu (Bari, 1 97 1 ) las blancas juga­ron 7 . AbS +, c6; 8. d X c6, b X c6; 9. De2, pero despues de 9 . . . . , Ab4!; 1 O. Cgf3. 0-0; 1 1 . Ac4, TeS; 1 2. CeS, T X eS! : 1 3. fX eS, Dh4+; 1 4. Rf1 , A X d2! el negro ganó fácilmente.

7 . ... A eS

Esta continuación, que en todos los manuales de aperturas aparece como principal, les brinda mejores posibilidades a las blancas.

Merece, no obstante, serio estudio 7 . ... , Ae7 ! , recomendada ya en 1 9S 1 por el autor de estas páginas, pero no verificada todavía en la práctica. En este caso, a 8. Ad3 las negras respon­den con ventaja 8 . . . . , D X d5; y si las

blancas optan por 8. AbS + o 8. Ac4, el negro asume la iniciativa tras 8 . . . . .

c6; 9. d X c6, C X c6. La tentadora jugada 7 . . . . , Ab4 no

es suficiente para igualar la parti­da. Lo mejor para las blancas es con­tinuar 8. c3, De? y ahora 9. Da4+, como recomienda M. Euwe, o bien, según P. Keres, 9. CeS . Claramente inferior resulta 9. C X e4?, A X e4; 1 0. De2, Ac5; 1 1 . c4. Una partida por correspondencia Gonzalves­Díaz ( 1 963) siguio aquí 1 1 . . . . , c6; 1 2. d X c6, e X c6; 1 3. Ad2, Cb4; 14. A X b4, A X b4+; y las blancas sucumbieron a un fortisimo ataque de su adversario.

Tampoco es aconsejable 7 . ... , c6, como se jugo en una partida por co­rrespondencia Keres-Zirker ( 1 937). Siguió 8. Cd4! , Ag6 ( es malo 8 . . . . , e X d2; 9. C X fS, Ce4 a causa de 1 O. Ac4. A eS; 1 1 . Dg4!; y en caso de 8 . . . . . D X dS?; 9. e X fS, las negras pierden una pieza tras 9 . . . . , D X f5 ; 10 . Ad3 o 9 . . . . , C X d2; 1 0. Ce3!) 9. De2, Ab4: 10. c3 , 0-0; 1 1 . e X e4, A X e4; 1 2. e X b4. TeS; 1 3 . Ae3 con ventaja decisiva de material por parte de las blancas.

Es erróneo 7 . ... , D X d5? debido a 8. Ac4, DeS ; 9. De2, De? y aquí la inesperada continuación 1 0. A X f7 +!, que los teoricos no han tenido en cuenta, les proporciona ventaja a las blancas después de 1 O . . . . , R X f7; 1 1 . CeS + seguido de 1 2. e x e4.

8. Ad3 C X d2

Nada consiguen las negras me-diante 8 . . . . , Af2 + en vista de 9. Rfl ; y s i 8 . . . . , ef2; 9. De2+, De?; 1 0. D X e7+, R X e7; 1 1 . A X f5 , C X h l ; 1 2. Cb3, la superioridad de las blancas es obvia.

A 8 . . . . , 0-0 sigue, según un análi-

1 43

Page 145: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

sis de P. Keres, 9. A X e4! , Te8; 1 0. Ce5, A X e4; 1 1 . C X e4 y las blan­cas quedan con una pieza de más. No es tan concluyente 9. C X e4, A X e4; 1 0. A X e4, Te8; 1 1 . De2, f5 ; 1 2. CeS , f X e4; 1 3. D X e4, como se ju­gó en una partida Petraev-Konova­lov ( semifinal del campeonato de la Re p. Fe d. S oc. de Rusia, 19 57) don­de las blancas quedaron solo con un peon de ventaja tras 1 3 . . . . , Cd7: 14. Ad2, Dh4+; 1 5 . g3, Dh5 .

9 . D X d2

Lo mejor. A 9. A X f5 puede se­guir 9 . . . . , C X f3 + ; 1 0. D X f3 , 0-0; 1 1 . Ad2, Te8+; 1 2. Rd1 , Df6; 1 3 . Dd3, gt; 1 4. Ag4, D X b2; 1 5 . Ac3, Db6 con buen juego de las negras.

9. 10. D X d3 1 1 . Ad2 1 2. Rdl

A X d3 0-0 TeS+

Diagrama núm. 1 22

Pese a verse privadas del enroque, las blancas tienen mejores posibili-

1 44

dades gracias a su peon de véntaja y a la posición solida de que gozan. Una partida por correspondencia Khmelnitzki-Goldberg ( 1 95 3-55) continuo 1 2 . . . . , c6 ( era mejor 1 2 . . . . , h6, aunque también así las blancas quedaban superiores después de 1 3 . c4 seguido de 1 4. Rc2) 1 3 . Cg5 , g6; 14 . Ce4, Ae7; 1 5 . d6, Af8; 1 6. Ac3, Ag7; 1 7. A X g7 , R X g7; 1 8. Dd4+, f6; 19. Rd2 con ventaja del blanco.

11

( l . e4, e5 ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5. e4; 4. d3, Cf6; 5 . Cd2)

5 • . • • A eS

Dia!!rama núm. 1 23

Con c!.ta h nca la:, negras obtienen cierta compensacion por el peón en­tregado.

6. e x e4

No es bueno 6. d X e a causa de 6 . . . . . Cg4!

6 . ... De7

Page 146: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Merece también atención 6 . . . . , A X g1 ; 7 . T X g1 ( si C X f6+, O X f6; 8. T X g l , lo mejor ahora para las negras es 8 . . . . , 0-0!) 7 . . .. , 0-0: 8. Df3, Te8; 9. Ae2, C X d5 ; 10 . Ad2, Cc6. Como se puso de mani­fiesto en una partida Johannessen­Niemela ( Riga, 1 959), después de 1 1 . c3, f5 ; 1 2. CeS, Cf6; 1 3 . Cb3, Oe7; 1 4. Rdl , Ae6; 1 5 . Tel , Tad8: 16 . Rc2, a5 las negras disfrutan de una posición activa a cambio del peón sacrificado.

Es peor6 . . . . , C X e4; 7. d X e4, O­O a causa de 8. Ad3, c6; 9. d6!. A X d6; l O. Cf3 con posición sólida de las blancas (Kaila-Niemela. campeonato de Finlandia, 1 95 1 ).

7. De2 0-0 8. Ad2

También después de 8. C X c5, O X c5; 9. Ae3, O X d5 las negras tienen la iniciativa.

8. 9. e x f6+

10. 0-0-0

AfS 0 X f6

En una partida Lepshkin-Sukha­nov (Moscú, 1 97 1 ) se jugo 1 O. Cf3?. a lo que las negras hubieran podido responder 1 O . . . . • O X b2! con ven­taja.

10. Cd7 1 1 . Te1

Por supuesto. no 1 1 . Cf3 a causa de 1 1 . . . . , Tfe8.

1 1 . ... Od4

(Véase diagrama num. 1 24)

Ahora tras 12. Cf3, O X d5 las ne­gras conservan la iniciativa a cambio

Diagrama núm. 124

del peon entregado. Es erróneo 12. c4 debido a 1 2 . . . . , Aa3! ; y si 12 . g4?, las negras logran ventaja prosiguien­do 1 2. . .. , O X d5 ! ; 1 3 . g X f5, O X h 1 ; 1 4. Cf3, Tfe8!

III

( l . e4, e5 ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5 , e4; 4. d3, Cf6: 5. Cd2)

5 • • • • e3

Esta continuación no les da a las negras suficiente contrajuego.

6. Cc4 e x dS

La unica respuesta correcta. Malo sena. naturalmente, 6 . . . . , O X d5�. ya que despues de 7. C X e3 las negras no reciben compensacion al­guna por el peon que les falta. Con todo, también en la posicion del dia­grama que sigue son mejores las posibilidades de las blancas.

(Véase diagrama núm. 1 25)

7. Df3!

1 45

Page 147: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama num. 125

La teona considera esa JUgada como la mas fuerte. Menos prome­tedor para las blancas es 7. C X e3, C X f4; 8. g3. aunque tambien asi logran cierta ventaja de desarrollo después de 8 . . . . , Cd5; 9. Df3, C X e3: 10. A X e3.

Asimismo en caso de 8 . . . . . Cg6; 9. Ag2, Ad6; 1 O. c3 ( mas debilmentc se jugo en una partida por correspon­dencia Keres-Stalda, 1 934: 1 0. Cf3, 0-0; 1 1 . 0-0, Cc6; 1 2. Rh l , f5! ; con posicion satisfactoria de las negras) 1 O . . . . • 0-0; 1 1 . Ce2, Cc6; 1 2. d4. Ce e 7; 1 3 . Dd3 las blancas tienen me­jores perspectivas ( Bronstein-Kamy­shov, campeonato de Moscu. 1 947).

7. 8. C X e3 9. A X e3

10. Df2!

Ae7 ex e3 0-0

Menos enérgico es 1 O. Ce2, Cc6; 1 1 . Cc3, como se hizo en una parti­da Damjanovic-Gligoric ( Zagreb, 1 965 ). Continuando 1 1 . . . . • Af6; 1 2. 0-0-0, TeS: 1 3 . Cd5 , Ad4; 1 4. c4, Ae6, las negras obtuvieron cierto contrajuego por el peon de menos.

1 46

1 0. 1 1 . Cf3 12. Ae2 13 . 0-0

Dd5 Cc6 TeS

Diagrama núm. 126

AqUJ las negras, por el peon sacri­ficado, no tienen suficiente compen­sacion. Si ahora 1 3 . ... , Affi; 1 4. d4, Cb4, el blanco responde 1 5 . CeS! con ventaja, ya que l as negras no pueden jugar l S . . . . , A X eS; 1 6. f X eS, C X c2? a causa de 1 7 . Ah5!

IV

( l . e4, eS ; 2. f4, eS ; 3 . e X dS , e4; 4. d3. Cf6 ; S. Cd2)

5 • • . • e X d3

Lo mejor, segu n la teoría.

6. A X d3

(Vease diagrama num. 1 2 7)

6 . ... 0 X d5

Page 148: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama nlim. 12 7

La continuacion 6. . .., Ag4; 7 . Cgf3, D X d5 sólo cambia e l orden de jugadas, y en caso de 6 . ... , e X d5: 7. Ce4, Cb4; 8. Ab5+, c6; 9. D X d8. R X d8; 10. Aa4, Af5; 1 1 . Cg5, Rc8 la balanza se inclina a favor de las ne­gras.

7. egf3

R Spielmann recomendaba jugar aqui 7. Df3.

7. .. . Ag41

Este movimiento propuesto por K. Rausch les da a las negras sufi­ciente contrajuego.

Si 7 . . . . , Cc6, lo mejor para el blan­co es seguir 8. De2+, Ae2; 9. 0-0, 0-0 { merece atención 9 . . . . , Ag4 seguido de 10 . ... , 0-0-0, recomenda­do por M. Euwe) 1 0. Cb3, TeS; 1 1 . C'e5! con clara superioridad { Spiel­mann-Koomen, Amsterdam, 1 938).

Es un error 7 . . . . , Ac5? a causa de 8. De2+, De6; 9. CeS {véase la parti­da n.o 5 Keres-Petrov).

8. De2+

También es posible 8. h3, A X f3; 9. D X f3, y si ahora 9 . . . . , Cc6, si­gue 1 O. Ce4 con perspectiva algo me­jores para las blancas.

8 . ... 9. ee4

10. e x f6+ 1 1 . Ae4

Ae7 ec6 g X f6 De6

Diagrama ntim. 1 28

Despues de 12. h3, A X f3; 1 3. A X f3 , Cd4; 14. D X e6, C X f3+; 1 5 . Rt2, f X e6; 16 . R X f3 las posi­bilidades de entrambos bandos son iguales { partida por correspondencia Efremov-Abramson, 1 95 5-56).

e

{ l . e4, c5: 2. f4, dS ; 3 . e X dS , e4: 4. d3, Cf6)

5. d X e4 e x e4

( Véase diagrama núm. 129)

Las blancas disponen aquí de dos

1 47

Page 149: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 129

continuaciones dignas de estudio: l. 6. Cf3 y 11. 6. Ae3.

Es dudoso 6. De2, que les propor­ciona a las negras buenas posibili­dades de contraataque. Si ahora 6 . . . . , D X d5: 7 . Cd2, f5 , las blancas se ven en apuros tanto despues de 8. g4, Cc6!; 9. c3, Ae7; 1 0. Ag2, Df7; 1 1 . C X e4, f X e4; 1 2. A X e4, Ah4+; 1 3 . Rfl, 0-0 con iniciativa del negro por el peón ( partida en consulta Bar­deleben-Pillsbury, 1 902) como de 8. Ch3, Cc6; 9 . c3 , Ae6; 10 . C X e4, f X e4; 1 1 . Cf2, 0-0-0; 1 2. g3 , AcS: 1 3 . Ag2, (Janowski-Pillsbury, Vie­na, 1 898), ya que con 1 3 . . . . , e3! las negras obtienen una superioridad de­cisiva. Sin embargo, el blanco queda mejor continuando 8. C X e4, f X e4: 9. DbS +!

Después de 6 . De2, merece suma atención la respuesta recomendada por un grupo de ajedrecistas bulga­ros, que entraña un sacrificio de pie­zas: 6 . . . . , Ab4+!? Ahora tras 7 . Ad2, 0-0: S. A X b4. TeS: 9. Rdl , Ag4!: 1 0. Cf3, Cc6; 1 1 . Ae l , D X dS +: 1 2. Rc l , TadS ( Tringov - Filchev, 1 962): o 7. c3, 0-0: S. e X b4. TeS: 9 .

1 4S

Cf3, Ag4 con peligroso atáque de las negras en ambos casos.

1

6. Cf3 A cS

Es peor 6 . . . . , A g4, ya que después de 7. Ad3, fS; S. De2, D X d5 ; 9 . Cc3, Ab4; 1 O. Ad2 las negras llevan mucho retraso en el desarrollo( Spiel­mann-Marshall, Mannhein, 1 9 1 4 ). A 6 . . . . , AfS las blancas responden ventajosamente 7 . Ae3, c6; S. Ac4, bS ; 9. Ab3, eS ; 1 O. d6!, como lo hicie­ron en una partida Alekhine-Ta­rrasch ( San Petersburgo, 1 9 1 4) .

7. De2 AfS

Es un error 7 . . . . , Af2+ (o 7 . . . . , D X dS; S. C fd2! ) 8 . Rd 1 , D X d5 +, lo que, despues de 9 . Cfd2, fS; 1 0. Cc3, les permite a las blancas ganar un peón ( Konradi- Estrada, 1 5 .8 olimpiada, Varna, 1 962).

La continuación 7. . . ., 0-0; 8. D X e4, Te8; 9. C e S , f6 les permite a las blancas conservar su ventaja tras 1 0. Ad3 o 10. AbS.

Después de 7 . . . . , De7, una parti­da Zuckennann-Reshevsky ( Nata­nía, 1 97 1 ) siguió 8 . Ae3!, Ca6; 9 . A X eS, Ca X eS ; 1 0. Cbd2, 0-0; 1 1 . 0-0-0, AfS; 1 2. Cd4, Df6; 1 3 . C X fS , D X fS; 1 4. C X e 4 , C X e4; 1 5 . Df3, Cd6; 1 6 . Ad3, D d7, y ahora con 1 7 . g4! las blancas habnan reforzado su superioridad y conservado el peón de más.

En una partida A lapin-Chigorin ( San Petersburgo, 1 906) se jugo 7 . . . . , f5; 8. Cbd2, 0-0: 9 . C X e4, f X e4: 1 0. D X e4, TeS: 1 1 . CeS, Cd7. Tras 1 2. Ad3, Cf6; 1 3 . Dc4, Dd6; 1 4. Ad2, Ag4: 1 5 . Rfl . las negras, con ti-

Page 150: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

nuando 1 S . . . . , bS ! ; 1 6. D X bS, T X eS!; 1 7 . f X eS, Tf8!; 1 8 . Af4. Ce4!, alcanzaron una brillante vic­toria.

En vez de 1 2. Ad3 , es mas fuerte 1 2. Ad2!, Cf6; 1 3 . Dc4, Dd6; 1 4. 0-0-0, y si 1 4 . . . . , c6; 1 S . d X e+, A�6.

En vez de 1 2. Ad3, es mas fuerte 1 2. Ad2!, Cf6; 1 3 . Dc4, Dd6; 1 4. 0-0-0, y si 1 4 . . . . , c6; 1 5 . d X e+. Ae6, entonces las blancas ganan ni.­pidamente por medio de 1 6 . e X b!. A X c4; 1 7 . A X c4+, Rf8; 1 8. Ac3 ( Sorokin-Basilevich, Kiev, 1 9 1 8).

8. Cc3

Seria un craso error 8. g4? a causa de 8 . . . . , 0-0!; 9. g X f5, TeS; 1 O. Ag2, Cf2; 1 1 . CeS, C X h 1 ; 1 2. A X h1 , Cd7! con ventaja decisiva de las negras ( Spielmann-Tarrasch, Mo­ravska Ostrava, 1 923).

8 . ... De7

Ahora la continuación 8 . . . . , 0-0; 9. C X e4, Te8; 1 0. CeS, A X e4; 1 1 . D X e4, f6 es refutada mediante 1 2. d6! , D X d6 ( a 1 2 . . . . , e X d6 sigue 1 3 . Ac4+, Rf8; 1 4. Dd5) 1 3 . Ae3!, A X e3; 1 4. Dc4+, como sucedió en una partida Blackburne-Marco ( 1 897).

9. Ae31

(Véase diagrama núm. 130)

Lo tinico que les permite a las blancas obtener ventaja. Si 9. C X e4, A X e4; 1 0. c4, c6!, las ne­gras quedan mejor.

De esta manera el blanco logra una posición superior.

9 • . . . A X e3

Diagrama num. 130

Si las negras, por medio de 9 . . . . , e x c3; 1 0. A X es , e x d2 (o 1 0. . . . , D X e2+; 1 1 . A X e2, C X e2; 1 2. R X e2, A X c2; 1 3 . Rd2! ) 1 1 . A X e7, C X f4, tratan de simplifi­car el juego y recobrar su peón, el blanco obtiene un fortísimo ataque continuando 1 2. Aa3!, Cd7; 1 3. 0-0-0, Ae4; 1 4. Cg5, A X d5; 1 5. g3!, A X h 1; 1 6. g X f4, como en una par­tida B ronstein-Tal ( Riga, 1 968).

También en caso de 1 2 . . . . , C X d5 (en vez de 1 2 . . . . , Cd7) 1 3 . 0-0-0, c6; 1 4. Cg5!, Cd7; 1 5 . Ac4, Ae6; 1 6. Thel las blancas logran una magnifi­ca posición de ataque por el peón sacrificado ( Kuznetov-Podzarsk� espartakiada de la Rep. Fed. Soc. de Rusia, 1 963).

10. D X e3 C X c3 1 1 . D X e7 + R X e7 12. b X c3 A X c2

Si 1 2 . . . . , Ae4, las blancas pueden ventajosamente continuar 1 3. Cg5! ( seria malo 1 3. c4? a causa de 1 3 . . . . , A X f3; 1 4. g X f3, Cd7) 1 3 . . . . , A X d5; 1 4. 0-0-0, y si ahora 1 4 . . . . ,

1 49

Page 151: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Td8, su superioridad es manifiesta despues de 1 5 . c4, Ae6; 1 6. T X d8, R X d8; 1 7 . C X e6+, f X e6; 1 8. Ad3, h6; 1 9. Te1 , Rd7 ; 20. Te3! , Cc6; 2 1 . Tg3. En cuanto a 14 . . . . , Ae6, las blancas, en una partida por correspondencia Stukanovski- Shie­vek ( 1 97 1 -72}, consiguieron una ni­pida victoria mediante 1 5 . fS! , Rffi ; 1 6. C X e6, f X e6; 1 7 . f X e6. R X e6; 1 8. Ac4+, Rffi; 1 9 . Thfl +.

Sin embargo, como lo mostró P. Feres, en lugar de 1 5 . . . . , Rffi? las ne­gras tenían que haber jugado 1 5 . . . . , A X fS!; 1 6. Ac4, Cc6 con posibi­lidades aproximadamente iguales. Sólo asi las negras pueden luchar por la igualdad en esta variante.

13 . Rd2 Aa4

Tampoco aligera la posicion de las negras 1 3 . . . . , Ag6, a lo que seguina 1 4. Te1 +, Rd8; 1 5 . Cd4, como en una partida Wheatcroft-Keres ( Mar­gate, 1 9 39}, con ventaja de las blan­cas.

1 4. Te1 +

! 50

En la posicion del diágrama las blancas tienen una clara superiori­dad. El juego puede seguir: 14. . .. , Rd8; 1 5 . Te4, Ae8; 1 6 . Ae4, bS ; 1 7 . Ab3, Ca6; 1 8. The 1 ( Heuer- Kon­dratiev, Tallin, 1 946); o bien 1 4 . ... , Rd6; 1 5 . CgS , R X dS; 1 6. Te4, Ae8. 1 7 . Td4+. Rc6: 1 8. Ae2 (Brons­tein - Weissmann. Sandomir. 1 976 ) con ventaja decisiva de las blancas en ambos casos.

II

( l . e4, eS ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5, e4; 4. d3, Cf6; S . d X e4, C X e4)

6. Ae3

Esta continuacion, de moda en otros tiempos, se ve poco hoy en di a, ya que con ella las blancas dificil­mente pueden aspirar a un juego su­perior.

Diagrama n úm. 132

6 . ... Dh4+

Si 6 . ... , Cd7, c omo se hizo en una

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partida Tolush-Ravinski ( Leningra­do, 1 950}, lo mejor para e l blanco es contestar 7. Cf3. Despues de 6 . ... , c6; 7 . Ac4, Ad6; 8. Cf3. 0-0; 9. 0-0, b5 ; 1 0. Ab3, c5 ; 1 1 . c4, b X c4; 1 2. A X c4, no se les ve a las negras nin­guna compensacion por el peón en­tregado ( Kopylov- Ravinski. Lenin­grado, 1 950).

Más posibilidades tiene el negro con 6 . ... , Ad6. Una partida Much­nik-Golubev (Moscú. 1 957) prosi­guio 7 . Cf3, 0-0; 8. Ad3 ( en caso de 8 Ac4, Cd7; 9. 0-0, Te8; 1 0. Te l . Cef6, las negras obtienen suficiente contrajuego. Bronstein- Unzicker. I V olimpiada, Moscú, 1 95 6 ), 8 . . . . . TeS; 9. 0-0, Cf6; 1 0. CeS. Cbd7; 1 1 . Cc4. Cf8, y ahora mediante 1 2. Rh l las blancas habnan logrado mejores posibilidades.

7. g3 e x g3 8. Cf3

Es malo 8. h X g3?, D X h 1 ; 9. De2. a lo que las negras contestan. como lo hicieron en una partida Tal-Trifunivic ( La Habana, 1 963}, 9 . . . . , Ab4+!; 1 0. c3 (o 1 0. Cc3. A X c3+; 1 1 . b X c3, D X d5; 1 2. Ag2, Dd6; 1 3 . Td1 , De7 : Shaposh­nikov-Aratovski, 2.o campeonato de la URSS por correspondencia, 1 954-55 ) 1 0 . .. . , Ad6; 1 1 . Ag2, Dh6: 1 2. Ad4+, Rd8; 1 3 . Cf3, Ag4; 1 4. Df2, Te8+; 1 5 . Rn , Cd7 y las blan­cas no tienen compensación por el material sacrificado.

8 . ... De7 1

Seria erróneo 8 . . . . , dh5?, ya que después de 9. h X g3, D X h 1 ; 1 0. De2 las blancas ganan un importan­te tiempo en comparación con la va­riante anterior.

9. h X g3 1 0. De2 1 1 . A X e2 12. Cc3

D X e3 + D X e2+ Ag4 Ab4

Diagmma nlim. 133

Una partida Spassky-Matanovic (Belgrado, 1 964) prosiguió aquí 1 3. CgS, A X�; 1 4. R X e2, A X c3; 1 5 . b X c3 con igualdad aproximada.

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

Partida num. 1

V. Taracevich A. Sudnitzyn Moscú. 1 97 1

l . e4 2. f4 3. e X dS 4. c4 5. d4 6. d X c6

eS dS e4 c6 Cf6

1 5 1

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Arriesgado. Las blancas conser­van el peón de más, pero a costa de re­tardar su desarrollo y sufrir un peli­groso ataque. Es mejor la continua­ción 6. Cc3, estudiada en la parte teórica.

6 . ... 7. dS

ex c6 AcS I

Correctisimo sacrificio de pieza, que las blancas no pueden aceptar, ya que después de 8. d X c6?, At2+!; 9. Re2, Ag4+ perderían la dama.

8. Da4 Cg4!

Por el peón de menos las negras tienen un desarrollo muy superior al de su adversario y la posibilidad de organizar un violento ataque contra el rey blanco. A las blancas les es ya muy dificil defenderse.

Diagrama núm. 1 34

El ataque negro se lleva a cabo sin obstáculos.

9. Ch3

1 5 2

Única manera d e defender el pun­to t2. A 9. d X c6? seguiría 9 . At2+; 1 0. Re2, Dd3 + +.

9. ... Ad7 1 0. Dc2

Si 10 . d X c6, A X c6; 1 1 . Dc2. las negras podrian continuar 1 1 . . . . , Dh4+: 1 2. g3 , DhS seguido de 1 3 . . . . .

0-0 y 1 4 . . . . , Tad8 con participación de todas sus piezas en el ataque. A pesar de todo, esto e ra mejor para las blancas que la jugada del texto, que las lleva a un desastre inmediato.

10. Cd4 1 1 . D X e4 + R f8 1 2. Rdl

Y a no hay defensa. Las negras amenazaban con ganar la dama por medio de 1 2 . . . . , A f5 .

1 2. 13 . Del 14. Rd2 15 . abandonan

Af5 Ac2+ A X bl

Si intentan salvar la dama me­diante 1 5. Dg3. l as blancas reciben mate: 1 5 . . . . , Ab4+; 16 . Rd1 , Ac2++.

Partida núm.2

l. Rosanes A. Anderssen Breslau, 1 86 2

l . e4 2. f4 3. e X d5 4. Ab5 + 5. d X c6 6. Cc3 7. De2

eS dS e4 e6 C X c6 Cf6 A eS

Como se hace notar en la parte teó-

Page 154: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

rica, aquí también es bueno 7 . . . . , Ae7!, lo que después de 8. C X e4, C X e4; 9. D X e4, 0-0 les deja a las negras con amplia compensación por los dos peones sacrificados.

s. e x e4 9. A X c6

10. d3

0-0 b X c6 TeS

Con la continuación escogida por las negras, estas han logrado igual­mente un mejor desarrollo y un pode­roso ataque contra el enemigo.

1 1 . Ad2 12. d X e4 13 . e5

e x e4 AfS Db6

El ataque negro procede ahora sin trabas, y las piezas blancas no llegan a tiempo para defender a su rey.

14. 0-0-0 Ad4 lS . c3 Tab8 1 6. b3 Ted8 17 . ef3

Diagrama nzim. 135

Después de 1 7. e X d4, D X d4 las blancas no tendnan defensa contra 1 8 . .. . , Dal .

17 . . .. D X b3 ! !

E l golpe de gracia. Con este sacrifi­cio de dama las negras fuerzan el mate.

18. a X b3 T X b3 19. Acl Ae3+ 20. abandonan

Partida núm. 3

l. Gunsberg K. Bardeleben Hastings, 1 895

l . e4 eS 2. f4 dS 3. e X d5 e4 4. De2 effi S. Cc3 Ad6

Como ya se vio en la parte teórica, la continuación mas fuerte para las negras es aquí 5 . . . . , Ae7!

6. e x e4

Ahora la idea de las negras queda justificada. Las blancas debieron ju­gar 6. d3!, 0-0; 7. d X e4, C X e4; 8. C X e4, Te8; 9. Df3! , fS; 1 0. Ae3, fX e4; 1 1 . Dg3 con excelente posi­cion.

6. 7. e x ffi+ 8. Df3 9. d3

10. Rdl 1 1 . c3

0-0 D X ffi AfS Ab4+ ed7

1 5 3

Page 155: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 136

Las negras tienen dos peones de menos, pero es tan mucho mejor desa­rrolladas que su adversario y gozan de una posicion claramente superior. De ah! la logica del siguiente sacri­ficio de pieza.

1 1 . .. 1 2. b X c3

A X e3 1 D X e3

La precaria situacion del rey blan­co y el retraso que lleva su bando en el desarrollo predeterminan el resulta­do de la partida.

13 . Tbl 1 4. Df2 15. Dg3

CeS e x d3 Tad8

La posicion de las blancas es de­sesperada.

1 6. A X d3 A X d3

Lo mas sencillo. A 1 6 . . . . , T X d5 las blancas respondenan 1 7 . Tb3.

17 . Tb2 T X d5 1 8. Td2 TeS! 1 9. abandonan

1 54

Se amenaza 1 9 . . . . , Ac2++. y si 1 9. Ab2, decide 1 9 . . . . , Ac2+.

Partida núm. 4

G. Gossip E. Sehiffers Breslau, 1 869

l . e4 e5 2. f4 dS 3. e X d5 e4 4. Cc3 Cffi 5. d3 Ab4 6. d X e4

La continuacion principal 6. Ad2 se estudia detalladamente en la parte teorica.

6. ... 7 . Dd4

C X e4 A X c3 +

Como ya se indico en la seccion teórica. aquí es mas fuerte 7 . . . . , Dc7!

8. b X e3 0-0 9. Cf3 TeS

10. Ae3

En una partida Steinitz- Mac­Donncll ( Londres, 1 866) se jugo 1 0. Ae2, Cffi (era mejor 1 O . . . . , Ag4; 1 1 . 0-0, c5 ! ) 1 1 . c4, A g4; 1 2 . Dd3 con posición solida de las blancas. E l mc:r vimiento del texto le planteara prc:r blemas al bando b l anco.

10. 1 1 . AbS 1 2. d X e6

D e7 c6 Cd6!

Las blancas tienen dos piezas amenazadas, por lo que no les que­da mas remedio que entrar en la si­guiente variante.

13 . e X b7

Page 156: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Diagrama núm. 13 7

Ahora las dos torres negras se encuentran a tiro del enemigo, pero Schiffers afronta audazmente la idea del blanco.

1 3 . .. . e x b5 ! 14. b X a8=D? . ..

Error decisivo. Lo correcto era 14. b X c8=C!!, después de lo cual la continuacion 1 4 . . . . , D X e3+; 1 5 . D X e3, T X e3 +; 1 6 . Rl2; o 14 . . . . .

T X c8; 1 5 . Dd2 daba un juego de posibilidades aproximadamente igua-les.

14 . ... 15 . e X d4

e x d4 D X e3 +

Las blancas han ganado material, pero su dama ha quedado lejos del campo de operaciones y el rey ex­puesto a un ataque irrefutable.

1 6. Rdl 17. Te1 18. T X e2 19. Rc1

Aa6 Ae2+ D X e2+ TeS

No existe defensa para el blanco. La partida siguió:

20. Cd2 Del + 21 . Rb2 D X d2 22. Tcl Dc3 + 23. Rbl Cd7 24. abandonan

Partida núm. 5

P. Keres V. Petrov 1 2 .0 campeonato de la URSS

Moscü. 1 940

l . e4 2. f4 3 . e X d5 4. d3 5. Cd2 6. A X d3 7. CgfJ

e5 dS e4 Cffi e X d3 D X dS A eS?

Como ya se vio en el analisis. esta mala jugada les da ventaja a las blan­cas. Lo mejor era 7 . . . . , Ag4!, aunque también pocha hacerse 7 . . . . , Ae7.

8. De2+ 9. Ce5

10. Ce4! 1 1 . D X e4

De6 0-0 e x e4 g6

Las negras es tan ya obligadas a de­fenderse. En caso de 1 1 . . . . . f5: 12 . De2, tambien experimentanan difi­cultades.

12. b4! 13. Ab2 14. 0-0-0

Ae7 Affi Cc6

Naturalmente, no 14 . . . . , D X a2 a causa de 1 5 . Ac4, Da4; 1 6. g4.

15. h4!

1 55

Page 157: 77-Fundamentos Estrategicos Del Ajedrez - Estrin

Las blancas han aventajado nota­blemente a su adversario en el desa­rrollo y ahora se lanzan a un ataque directo contra el rey negro.

15 . 1 6. g4 ! 17. f X eS

h5 A X eS D X g4

También tras 1 7 . . . . • h X g4: 1 8. hS el ataque de las blancas se condu­ciria con facilidad.

1 8. De3 e x b4 19. e61

A rruz de este avance, el alfil de dama blanco es dueño absoluto de la diagonal al -h8, debilitada por las ne-

Diagrama núm. 138

gras, lo cual le permitira al blanco 21 . Ac4 ! asestar a s u enemigo u n golpe deci-sivo. Inesperado y brillante. El triunfo

19. ... Cd5

Si 1 9 . . . . • e X d3+; 20. e X d2, A X e6; 2 1 . Dh6, f6; 22. Tdg l , las blancas tambien ganan nipidamente.

20. e X f7 + T X f7

1 56

ya no tarda en l legar.

2 1 . ... c6

Única defensa. Después de 21 . . . . . C X e3 o 2 1 . . . . . D X c4 las negras recibirian mate.

22. T X d5 1 D X c4

A 22. . . . , e X dS seguiria 23. De8+, Tf8; 24. A X dS + . Ae6; 25. A X e6 + con faci l victoria.

23. DeS+ abandonan

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ÍNDICE DE PARTIDAS

Alekhine-Capablana, 90. Alekhine-Eliskases, 108. Averbakh-Konstantinopolski, 84. Bogolyubov- Rubinstein. 80. Boleslavski-U fimtzev, 51. Botvinnik-Alekhine, 30. Botvinnik-Aiexander. 15. Botvinnik-Boleslavski, 25. Botvinnik-Byushev, 98. Botvinnik-Capablanca, 1 3 . Botvinnik-Chekhoves, 3 7 . Botvinnik-Donner, 32. Botvinnik-Geller, 91. Botvinnik-Kercs, 16. Botvinnik-Larsen, 92. Botvinnik-Lilicnthal, 59. Botvinnik-Panov, 36. Botvinnik-Petrosian, 106. Botvinnik-Tal, 102. Bronstein-Belyauski, 45. Bronstein-Tartakover, 34. Chekhover- Riumin. 89. Filip- Petrosian, 1 13. Forgacs-Rubinstein, 111. Furman-Klovac, 83. Furman-Polugaycvski. 44. Geller-Velimirovich. 29. Gipslis-Emma, 47. Gossip-SchitTers. 154. Gunsberg-Bardeleben. 153. Karpov- Spassky. 94. Keres-Fine, 53. Keres-Fiohr. 62. Kercs-Geller, 54. Keres-Petrov. 155. Kotov-Stcincr. 24. Kunert-Oppenrieder. 48. Kupper- Petrosian, 50. Kupreichik-Zlotnik. 49.

Larsen-Donne• , 66. Lilienthal-Botvinnik, 67. Nimzovich-Tarrasch, 104. Petrosian- Botvinnik, 41. Petrosian-Bronstein, 110. Petrosian-Fischer, 57. Petrosian-II ivitzki. 100. Petrosian-Krogins, 75. Petrosian-Tal, 56. Pillsbury-Hanem, 60. Pillsbury-Showalter, 72. Polugayevski-Klovan, 99. Polugaycvski-Spassky, 87. Portish-Fischer, 38. Rinmin-Kan, 96. Romanishin-Sveshnikov. 63 . Romanishin-Tukmakov, 64. Rosanes-Anderssen. 152. Rubinstein-N imzovich, 26. Shatzkes-Ravinski, 78. Spielmann-Henlinger, 2 7. Simagin- Razuvaev. 61. Smyslov-Bcnko, 105. Smyslov-Kcrcs, 7L. Spassky-Petrosian, 55. Spielmann-Rubinstein, 40. S te in-Tal, 33. Taimanov-Ncdzmetdinov, 82. Taimanov-Polugayevski. 19. Taimanov-Persitz. 86. Tal-V aganian, 9 5. Taracevich-Sudnitzyn. 15 1. Teichman-Chigor n, 65. Timoshchcnko-Razuvacv. 68. Trifunovic-Pirc, 85. Vaganian-Velimirovich, 28. Vecherniaia Moskva- Lectores. 1 O l . Winter-Capablanca. 43.

! 5 7

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COLECC IÓN ESCAQU ES

1 2

Finales de peones. - l. Maizel is. Finales de alfil y de caballo. - Y. Averbach.

3 Teorra de finales de torre. - Lowenfish y Smyslov. 4 Teoría de aperturas, tomo 1: Abiertas. - V. N. Panov. 5 Teoría de aperturas, tomo 1 1 : Cerradas. - V. N . Panov. 6 Defensa india de rey. - P. Cherta. 7 Táctica moderna en ajedrez, tomo l . - L Pachman. 8 Táctica moderna en ajedrez. tomo 1 1 . - L Pachma n. 9 Estrategia moderna en ajedrez. - Ludek Pac h m a n .

1 0 1 1 1 2 1 3

La trampa en la apertura. - B. Wei nstein. Aperturas abiertas. - L. Pachman. Aperturas semiabiertas. - ludek Pach man. Gambito de dama. - ludek Pachman.

1 4 Aperturas cerradas. - ludek Pachman. 1 5 E l arte del sacrificio e n ajedrez. - R . Spielmann. 1 6 Cómo debe jugarse l a apertura. - A. Suetin. 1 7 Teoría de los finales de partida. - Y. Averbach. 1 8 E l arte d e l a defensa. - l l ia Kan. 1 9 Táctica del medio juego. - l . Bonda rewsky. 20 La estructura de peones centrales. - B. Pers its. 21 La perfección en el ajedrez. - Fred Reinfeld. 22 El gambito de rey. - Pau l Keres. 23 Lecturas de ajedrez. - Yuri Averbach. 24 200 celadas de apertura. - Emil Gelenczei. 25 Defensa siciliana. Variante Najdorf. - P. Cherta. 26 Ajedrez de entrenamiento. - A. Koblenz. 27 J aque mate. - Kurt R ichter. 28 Combinaciones en el medio juego. - P. A. R o m a nowsky. 29 La defensa Pire. - G. Fridshtein. 30 El sentido común en ajedrez. - E. Lasker. 31 Ajedrez elemental. - V. N. Panov. 32 La apertura catalana. - Neudstadt. 33 El ataque y la defensa. - Hans Müller. 34 Defensa siciliana. Variante Paulsen. - P. C h e rta. 35 La psicología en ajedrez. - Krogius. 36 El arte del análisis. - Paul Keres. 37 Bobby Fischer. - Pablo Morá n.

38 Partidas decisivas. - L Pachman. 39 200 partidas abiertas. - D. Bronstei n. 40 El match del siglo: Fischer-Spassky. - L. Pac h m a n . 41 ABC de las aperturas. - V. N. Panov. 42 La batalla de las ideas en ajedrez. - A. Saidy. 43 Ataques al rey. - B. F. Baranov. 44 Capablanca. - V. N. Panov. 45 Los niños prodigio del ajedrez. - P. Morá n.

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46 Tablas. - L. Verjovsky. 47 Leyes fundamentales del ajedrez. - l. Kan. 48 Ajedrez y matemáticas. - Fabel, Bonsdorff y R i ihimaa . 49 El laboratorio del ajedrecista. - A. Sueti n. 50 Cómo piensan los grandes maestros. - P. Schmidt. 51 Defensa siciliana. Variante d e l Dragón. - E. Gufeld y E. Lazarev. 52 Psicología del jugador de ajedrez. - Reuben Fine.

53 Los campeonatos del mundo. De Steinitz a Alekhine. - P. Morán. 54 Los campeonatos del mundo. De Botvinnik a Fischer. - G ligoric. 55 Viaje al reino del ajedrez. - Averbach y Beil in. 56 Anatoli Karpov. - Ángel Martín. 57 Alekhine. - Kotov. 58 300 Miniaturas. - Roizman. 59 Errores típicos. - Persits y Voronkov. 60 La defensa Alekhine. - Eales y Williams. 61 Finales a rtísticos. - Kasparian. 62 Diccionario de ajedrez. - Ramón Ibero. 63 Curso de aperturas. Abiertas. - Panov y Estrin. 64 Curso de aperturas. Semiabiertas. - Panov y Estrin. 65 Curso de aperturas. Cerradas. - Panov y Estrin. 66 Defensa siciliana. Variante Scheveningen. - A. N ikitin. 67 Práctica de las aperturas. - L. Pachman. 68 Práctica del medio juego. - L. Pachman.

69 Práctica de los finales. - L. Pachma n. 70 Ajedrez y computadoras. - Pachman y Kühnmund. 71 Técnicas de ataque en ajedrez. - R. Edwards. 72 El contraataque en ajedrez. - Damski. 73 El mundo mágico de las combinaciones. - Koblenz. 74 Problemas de ajedrez. - C. Seneca. 75 Tratado de ajedrez superior. - Y. B. Estrin. 76 De la apertura a l final. - E. Mednis. 77 Fundamentos estratégicos del ajedrez. - Estrin. 78 Kasparov, campeón del mundo. - Ángel Martfn. 79 Ajedrez práctico. - R . Edwards. 80 Ajedrez magistral. - Kopec y otros. 81 Ajedrez moderno. - B. Pandolfini. 82 Ajedrez por campeones . - B. Pandolfini. 83 Defensa siciliana. Variante Sveshnikov. - Adorjan.

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