Fisiopatologia Del Sistema Nervioso Central Javier
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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION
UNIVERSITARIA
COLEGIO UNIVERSITARIO DE LOS TEQUES
“CECILIO ACOSTA”
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACION DE
ENFERMERIA INTEGRAL COMUNITARIA
Prof. Licda. Nancy Ricaflor Participantes
ANA GARCIA C.I V-14.154.572JAVIER ARIAS C.I V-18.491.791
LOURDES SARAVIA C.I V-6.408.030MARYURI MERCERON C.I V-13.747.314
MATILDE DIAZ C.I V-10.890.921MAYROBIS BARRETO C.I V-11.635.472
San Francisco de Yare, Noviembre 2013
FISIOPATOLOGIA DEL ALGUNOS
TRASTORNOS DEL
SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
INDICE
INTRODUCCIÓN………………………………………………………… 3
FISIOPATOLOGIA DE ALGUNOS TRASTORNOS DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
4
Enfermedad de Parkinson……………………………………. 5
Enfermedad de Alzheimer……………………………………… 9
Enfermedad de Huntington……………………………………. 13
CONCLUSION………………………………………………………… 19
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS……………………………… 20
INTRODUCCIÓN
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El sistema nervioso humano es un complejo sistema de tejidos y órganos que
cumple funciones vitales y necesarias para la vida diaria. Desde caminar hasta el acto
de percibir emociones, todo es producto y consecuencia de este sistema.
Cuando éste sistema se ve afectado, altera el funcionamiento del sistema provocando
distintas complicaciones tanto apreciables como minuciosas, que tienen un amplio
espectro de presentación, difieren en sus hallazgos patológicos, clínica, tiempo de
evolución, gravedad y respuesta al tratamiento
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FISIOPATOLOGIA DE ALGUNOS TRASTORNOS DEL SISTEMA
NERVIOSO CENTRAL
El sistema nervioso central (SNC) es uno de los sistemas más complejos del
cuerpo humano y tiene importancia decisiva en el control de variadas funciones
corporales. El sistema nervioso está formado por el tejido nervioso, constituido por
las células neuronales y gliales. Su principal función es la comunicación entre las
distintas regiones del organismo, la cual depende de las propiedades físicas, químicas
y morfológicas de las neuronas. Dentro de las propiedades omunes de las células del
cuerpo humano, están la excitabilidad y la conductividad las cuales están
particularmente desarrolladas en el tejido nervioso: (1) La excitabilidad es la
capacidad para reaccionar a estímulos químicos y físicos. (2) La conductividad es la
capacidad de transmitir la excitación, como un impulso nervioso, desde un lugar a
otro del organismo.
La base anatómica de las funciones del SNC es el tejido nervioso, cuya unidad
principal son las células nerviosas o neuronas . Las prolongaciones de estas unidades
especializadas (fibras nerviosas ) son elementos conductores que permiten la
comunicación entre diversas regiones mediante la propagación de impulsos
nerviosos. Estas señales se transmiten hacia centros nerviosos u órganos efectores
generando una respuesta en ellos.
De acuerdo con las predicciones de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), las enfermedades del sistema nervioso central constituirán una creciente
necesidad médica en este siglo, lo cual es atribuible al aumento exponencial de estas
enfermedades después de los 65 años de edad, combinado con una población que
envejece. Hasta la fecha, los tratamientos disponibles para la mayoría de las
enfermedades del sistema nervioso central (SNC) siguen siendo insatisfactorios.
Por ello, nuestra investigación sobre las enfermedades del SNC se enfoca en
nuevos conceptos terapéuticos para los trastornos degenerativos más importantes, las
enfermedades de Alzheimer y de Parkinson, consecuencias prominentes de la
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población que está envejeciendo. Un enfoque más es el dolor crónico, padecimiento
que constituye la razón más frecuente para solicitar atención médica.
Los nuevos blancos moleculares, como los canales iónicos y los receptores
acoplados a la proteína-G (GPCR, por sus siglas en inglés), que participan en las vías
de transducción del dolor y validados como modelos de dolor neuropático e
inflamatorio, constituyen la base de nuestros esfuerzos de descubrimiento
farmacológico para la indicación de dolor crónico. Nuestras actividades de
descubrimiento farmacológico para la indicación de migraña se refieren a un nuevo
mecanismo de acción para interferir con la vasodilatación cerebral, para el que ya
obtuvimos la comprobación clínica del concepto. Entre algunas patologías tenemos:
Enfermedad de Parkinson
Es una enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso central cuya
principal característica es la muerte progresiva de neuronas en una parte del cerebro
denominada sustancia negra pars compacta. La consecuencia más importante de esta
pérdida neuronal es una marcada disminución en la disponibilidad cerebral de
dopamina, principal sustancia sintetizada por estas neuronas, originándose una
disfunción en la regulación de las principales estructuras cerebrales implicadas en el
control del movimiento.
La edad de máxima presentación es a partir de los 60 años aumentando
progresivamente hasta los 80 años. La incidencia entre estas edades es de un 1-
2/1.000 de la población. Sin embargo, existen casos de presentación a edades más
tempranas, pudiendo ocurrir a cualquier edad a partir de la segunda década. Afecta
prácticamente por igual a ambos sexos.
Causas
No se conoce la causa de esta enfermedad. Recientemente se ha descubierto la
existencia de anomalías genéticas en algunas familias en las que la mayoría de sus
miembros estaban afectados y en casos familiares de enfermedad de Parkinson de
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presentación precoz (edad de inicio inferior a 40 años). Sin embargo, la mayoría de
los pacientes con enfermedad de Parkinson tienen una presentación esporádica, es
decir sin factores genéticos claramente identificados.
Determinados agentes tóxicos son capaces de provocar cuadros clínicos
similares a la enfermedad de Parkinson, pero se trata de casos puntuales que no
permiten esgrimir una hipótesis tóxica como principal causa de la enfermedad.
Existen indicios para pensar que errores del metabolismo energético celular podrían
predisponer a determinadas personas a padecer enfermedad de Parkinson,
convirtiendo a las neuronas dopaminérgicas en vulnerables a determinados tóxicos
ambientales (exógenos) o del propio organismo (endógenos).
n la actualidad se puede resumir que la EP no tiene una causa única,
existiendo casos familiares con anomalías genéticas conocidas y otros casos en los
que una conjunción de factores genéticos y ambientales serían los responsables de la
muerte neuronal.
Fisiopatología
Histológicamente, la EP consiste en la pérdida de neuronas dopaminérgicas en
la vía nigroestriatal. Aparecen inclusiones eosinofílicas intracitoplasmáticas en los
fragmentos de neuronas –cuerpos de Lewy– que son características de la patología.
Aún no se sabe si son causa o consecuencia de la enfermedad pero posiblemente sean
el resultado de una respuesta defectuosa al daño neuronal oxidativo.
Los ganglios basales, recuerdan los autores, son un grupo de núcleos
subcorticales que controlan los movimientos voluntarios. Incluyen el estriado
(putamen y caudado), globo pálido, núcleo subtalámico y sustancia nigra. Los
ganglios basales no tienen conexiones directas con los tractos descendentes de la
médula pero forman circuitos nerviosos de cuatro tipos con la corteza motora:
motores; oculomotores; premotores y límbicos. Estos distintos circuitos parecen
controlar los movimientos con diverso nivel de complejidad y en diferentes áreas
anatómicas. Los principales neurotransmisores son el glutamato y el ácido gamma-
aminobutírico (GABA). Los circuitos contienen vías directas (de excitación) e
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indirectas (de inhibición). La falta de inhibición de poblaciones de neuronas en la
corteza motora parece permitir que ocurran ciertos movimientos físicos.
La EP podría representar el fin suprafisiológico del espectro del tono postural,
causado por la supresión excesiva de las señales de salida de los ganglios basales,
cuya consecuencia es la bradicinesia. El menor número de fibras dopaminérgicas
desde la sustancia nigra se asocia con activación de la vía inhibitoria. La alteración
del movimiento que ocurre en la enfermedad es muy peculiar ya que hay a la vez
pérdida y aumento del movimiento (mayor tono y temblor). No sólo la cantidad sino
también la calidad de la señalización neuronal está alterada.
Síntomas
La EP se caracteriza por ser un trastorno motor progresivo cuyos principales
síntomas son la torpeza generaliza con lentitud en la realización de movimientos,
escasez de motilidad espontánea, temblor de reposo y rigidez.
Manifestaciones típicas son la inexpresividad facial («cara de póker»), la
escasez de movimientos automáticos como el parpadeo o el braceo al caminar, la
inclinación de tronco hacia delante durante la marcha, etc. Conforme aumenta la
duración de la enfermedad pueden aparecer otros síntomas, como un deterioro de la
marcha con dificultad fundamentalmente al inicio de ésta y en los giros, en los que el
paciente se queda como pegado al suelo, fenómeno que se denomina imantación.
También se puede producir una alteración de los reflejos de reequilibración dando
lugar a caídas. No es infrecuente la asociación de síntomas no motores como cierto
grado de depresión o de disfunción autonómica (urgencia e incontinencia miccional)
y en algunos casos, tras muchos de años evolución, la aparición de cierto deterioro
cognitivo.
En cualquier caso, debe hacerse énfasis en la enorme variabilidad en la
evolución de la enfermedad de Parkinson, de forma que en algunos pacientes el
proceso neurodegenerativo progresa muy lentamente mientras que en otros puede ser
más rápido.
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Diagnóstico
La EP es una enfermedad de diagnóstico clínico. Esto significa que es el
neurológo quien, con los datos aportados por el paciente y su familia en la anamnesis
y los hallazgos de la exploración física, diagnostica la existencia de una EP.
No es estrictamente necesaria la realización de pruebas complementarias
(análisis de sangre, resonancia magnética o PET -estudio que permite conocer el
estado de la función dopaminergica cerebral-), si bien en determinados pacientes
puede ayudar a aumentar la certeza diagnóstica y diferenciar la enfermedad de
Parkinson de otros procesos que comparten características clínicas comunes.
La realización de un PET cerebral puede ayudar en aquellos pacientes con
características atípicas en los que el diagnóstico resulta más difícil. En el momento
actual no es una prueba de rutina ni disponible en todos los centros.
Tratamiento
El tratamiento fundamental es la reposición de dopamina cerebral mediante la
administración farmacológica de su precursor (levodopa). Sin embargo, la
administración crónica de este fármaco (sinemet y madopar) varias veces al día se
asocia con complicaciones motoras a mediano-largo plazo. Éstas consisten
fundamentalmente en fluctuaciones motoras (periodos de mala y buena movilidad
alternantes a lo largo del día y en relación a la toma de medicación) y las disquinesias
(movimientos involuntarios) durante la fase de buena movilidad. Con el fin de
disminuir estas complicaciones se han desarrollado fármacos con acción más
prolongada (agonistas dopaminergicos) que consiguen mejorar esta situación de
forma transitoria e incompleta, y, recientemente, se han introducido fármacos que
prolongan y estabilizan los niveles plasmáticos de levodopa (Comtan, Tasmar).
En los casos en los que las medidas farmacológicas no consiguen controlar los
problemas del paciente, el tratamiento quirúrgico mediante lesión o estimulación de
estructuras cerebrales malfuncionantes en la EP, tales como el núcleo subtalámico o
el globo pálido interno, es otra posibilidad terapéutica con buenos resultados en series
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amplias de pacientes con años de seguimiento. La utilización de transplantes celulares
se encuentra todavía en fase de experimentación en modelos animales.
Enfermedad Alzheimer
El alzheimer es una alteración neurodegenerativa primaria, que suele aparecer
a partir de los 65 años, aunque también puede presentarse entre gente más joven.
Cuando una persona padece la enfermedad de Alzheimer, experimenta cambios
microscópicos en el tejido de ciertas partes de su cerebro y una pérdida, progresiva,
pero constante, de una sustancia química, vital para el funcionamiento cerebral,
llamada acetilcolina. Esta sustancia permite que las células nerviosas se comuniquen
entre ellas y está implicada en actividades mentales vinculadas al aprendizaje,
memoria y pensamiento.
Causas
Es difícil determinar quién va a desarrollar la enfermedad de Alzheimer, puesto
que se trata de una alteración compleja, de causa desconocida, en la que, al parecer,
intervienen múltiples factores. He aquí algunos de los elementos que pueden
aumentar las probabilidades de padecer esta patología.
Edad : suele afectar a los mayores de 60-65 años, pero también se han dado
casos entre menores de 40. La edad media de diagnóstico se sitúa en los 80,
puesto que se considera que el mal de Alzheimer es una enfermedad
favorecida por la edad.
Sexo : las mujeres lo padecen con más frecuencia, probablemente, porque
viven más tiempo.
Razas : afecta por igual a todas las razas.
Herencia familiar : la enfermedad de Alzheimer familiar, una variante de la
patología que se transmite genéticamente, supone el 1 por ciento de todos los
casos. No obstante, se estima que un 40 por ciento de los pacientes con EA
presentan antecedentes familiares.
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Factor genético : varias mutaciones en el gen de la proteína precursora de
amiloide (APP), o en el de las presenilinas 1 y 2. También podría asociarse
con mutaciones en el gen de la apolipoproteína E (ApoE). Esta proteína está
implicada en el transporte y eliminación del colesterol. estas investigaciones,
la nicastrina activaría la producción del amiloide beta.
Factores medioambientales : El tabaco se ha mostrado como un claro factor
de riesgo de la patología, al igual que las dietas grasas. Por otra parte,
pertenecer a una familia numerosa también parece influir en el riesgo de
Alzheimer.
Fisiopatología
Hay muchos eventos patológicos que se desconocen. Se describen desórdenes
neurodegenerativos, que son progresivos y que terminan con pérdida de neuronas
sensitivas, motoras y cognitivas.
Se han reconocido depósitos neurofibrilares compuestos por fosforilación
anormal de proteína microtubular TAU, que son visibles a la microscopía
electrónica como filamentos helicoidales. Otro elemento son las placas neuríticas
producto de la acumulación de varias proteínas, (dentro de las cuales está la proteína
B amiloide) y proceso inflamatorio alrededor de estos depósitos que se han
observado en vasos pequeños de la corteza cerebral.
De este modo se produce pérdida neuronal en zonas del hipocampo, corteza.
También se ha encontrado que los pacientes con EA tienen menor
producción de acetilcolintransferasa , lo que disminuye la síntesis de acetilcolina
con el consiguiente deterioro de la función colinérgica.
Existe tal vez una predisposición genética, se han reconocido mutaciones en
los genes para la proteína precursora de amiloide y en los genes de presenilina 1 y 2,
que se han asociado a formas de inicio antes de los 60 años, y la presencia de variante
E4 Apolipoproteína E, que se ha asociado a formas esporádicas y algunas formas
familiares de inicio después de los 60 años.
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Síntomas
En un principio, surgen pequeñas e imperceptibles pérdidas de memoria, pero
con el paso del tiempo, esta deficiencia se hace cada vez más notoria e incapacitante
para el afectado, que tendrá problemas para realizar tareas cotidianas y simples, y
también, otras más intelectuales, tales como hablar, comprender, leer, o escribir.
Dependiendo de la etapa en que se encuentre el paciente, los síntomas son diferentes:
Estadio Leve : El daño de la enfermedad todavía pasa desapercibido, tanto
para el paciente, como para los familiares. El enfermo olvida pequeñas cosas,
como dónde ha puesto las llaves, o tiene alguna dificultad para encontrar una
palabra. En esta etapa todavía puede trabajar o conducir un coche, aunque es
posible que empiece a experimentar falta de espontaneidad, de iniciativa y
ciertos rasgos depresivos. La capacidad de juicio se reduce y tiene dificultad
para resolver nuevas situaciones y organizar actividades. Pueden aparecer
signos de apatía y aislamiento y cambios de humor.
Estadio Moderado : La enfermedad ya resulta evidente para familia y
allegados. El paciente presenta dificultades para efectuar tareas como hacer la
compra, seguir un programa de televisión, o planear una cena. Ya no es sólo
una pérdida de memoria, sino también de capacidad de razonamiento y
comprensión. En esta etapa, el deterioro avanza con bastante rapidez y los
afectados pueden llegar a perderse en lugares familiares. Además se muestran
visiblemente apáticos y deprimidos.
Estadio Grave : Todas las áreas relacionadas con la función cognitiva del
paciente se encuentran afectadas. Pierde la capacidad para hablar
correctamente, o repite frases inconexas una y otra vez. No puede reconocer a
sus familiares y amigos; ni siquiera se reconocen a ellos mismos ante un
espejo. La desorientación es constante. Los pacientes más graves se olvidan
de andar y sentarse y, en general, pierden el control sobre sus funciones
orgánicas. Se olvidad de hechos recientes y lejanos. Permanecen horas
inmóviles sin actividad, y generalmente no pueden andar. Dejan de ser
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individuos autónomos y necesitan que les alimenten y les cuiden. Gritan,
lloran o ríen sin motivo y no comprenden cuando les hablan. En su etapa más
grave surgen rigideces y contracturas en flexión, permanecen en mutismo y
pueden llegar a presentar trastornos deglutorios. Muchos de ellos acaban en
estado vegetativo.
Síntomas neurológicos
La enfermedad de Alzheimer afecta a la memoria en sus diferentes tipos.
Estos son los deterioros sufridos:
Pérdida de memoria a corto plazo: incapacidad para retener nueva
información.
Pérdida de memoria a largo plazo: incapacidad para recordar información
personal como el cumpleaños o la profesión.
Alteración en la capacidad de razonamiento.
Afasia: pérdida de vocabulario o incomprensión ante palabras comunes.
Apraxia: descontrol sobre los propios músculos, por ejemplo, incapacidad
para abotonarse una camisa.
Pérdida de capacidad espacial: desorientación, incluso en lugares conocidos.
Cambios de carácter: irritabilidad, confusión, apatía, decaimiento, falta de
iniciativa y espontaneidad.
Diagnósticos
La enfermedad se diagnostica con datos recabados sobre los problemas del
paciente de memoria y aprendizaje, para llevar adelante la vida cotidiana. y
preguntando a familiares o personas que conviven con el supuesto enfermo. Los
análisis de sangre y orina descartan otras posibles enfermedades que causarían
demencia y, en algunos casos, también es preciso analizar fluido de la médula
espinal.
Entre las pruebas más empleadas para observar los cambios que esta
enfermedad produce en el cerebro destaca la resonancia magnética (RM), la
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tomografía por emisión de positrones (conocida por su acrónimo inglés, PET) y una
combinación de ambas. Con la RM, se visualiza la forma y estructura del cerebro.
Con la PET se pueden detectar los primeros cambios en el tejido cerebral, incluso
antes de que aparezcan los síntomas visibles (como el deterioro de la memoria).
Tratamientos
La enfermedad de Alzheimer es una patología de evolución lenta. Desde que
aparecen los primeros síntomas hasta que se inicia una etapa de mayor gravedad
pueden pasar años, dependiendo de cada persona, entre 5 y 20. Por el momento no
existe ningún tratamiento que revierta el proceso de degeneración que comporta esta
enfermedad. Sin embargo, sí se dispone de algunos fármacos que pueden retrasar, en
determinadas etapas de la enfermedad, la progresión de la patología.
Se utilizan los anticolinesterásicos o inhibidores de la acetilcolinesterasa,
fármacos que elevan los niveles de acetilcolina en el cerebro. Tacrina, donepezilo y
rivastigmina son los fármacos indicados en las primeras etapas de la enfermedad. Con
estos medicamentos se mejoran las fases iniciales y moderadas de la patología,
retrasando el deterioro de la memoria y la atención. Este tipo de tratamiento se
combina con otro sintomático, que se administra, a medida que el paciente va
denotando diversos síntomas que acompañan al mal de Alzheimer, tales como la
depresión, estados de agitación, alteraciones del sueño, o complicaciones más tardías
del tipo incontinencia de esfínteres, estreñimiento, infecciones urinarias, úlceras
provocadas por la inmovilidad o tromboflebitis
Enfermedad de Huntington
Es un trastorno que se transmite de padres a hijos, en el cual las neuronas en
ciertas partes del cerebro se desgastan o se degeneran. Esta degeneración causa
movimientos incontrolados, pérdida de facultades intelectuales y perturbación
emocional. Específicamente afectadas se encuentran las células de los ganglios
basales, estructuras profundas dentro del cerebro que tienen muchas funciones
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importantes, inclusive la coordinación del movimiento. Dentro de los ganglios
basales, la enfermedad se concentra específicamente en las neuronas del estriado,
particularmente aquellas en el núcleo caudado y el pálido. También está afectada la
superficie exterior del cerebro, o corteza, que controla el pensamiento, la percepción
y la memoria.
Causas
La enfermedad de Huntington es causada por un defecto genético en el
cromosoma N.° 4. El defecto hace que una parte del ADN, llamada repetición CAG,
ocurra muchas más veces de lo que se supone que debe ser. Normalmente, esta
sección del ADN se repite de 10 a 28 veces, pero en una persona con la enfermedad
de Huntington, se repite de 36 a 120 veces.
A medida que el gen se transmite de padres a hijos, el número de repeticiones
tiende a ser más grande. Cuanto mayor sea el número de repeticiones, mayor será la
probabilidad de presentar síntomas a una edad más temprana. Por lo tanto, como la
enfermedad se transmite de padres a hijos, los síntomas se desarrollan a edades cada
vez más tempranas.
Hay dos formas de la enfermedad de Huntington:
La más común es la de aparición en la edad adulta. Las personas con esta
forma de la enfermedad generalmente presentan síntomas a mediados de la
tercera y cuarta década de sus vidas.
Una forma de la enfermedad de Huntington de aparición temprana representa
un pequeño número de casos y se inicia en la niñez o en la adolescencia.
Si uno de sus padres tiene la enfermedad de Huntington, usted tiene un 50% de
probabilidad de heredar el gen para dicha enfermedad. Si usted hereda el gen de sus
padres, desarrollará la enfermedad en algún momento de su vida y se la puede
transmitir a su vez a sus hijos. Si usted no recibe el gen de sus padres, no se lo puede
transmitir a sus hijos.
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Fisiopatologia
El corea, como otros movimientos involuntarios, se cree es secundario a una
disfunción a nivel de los ganglios basales cerebrales. Si bien el mecanismo por el cual
se produce aún no ha sido aclarado, se ha propuesto lo siguiente: los ganglios basales
son un grupo de núcleos de sustancia gris cuyas neuronas contribuyen con impulsos
excitatorios e inhibitorios, la suma de los cuales ejerce su influencia sobre la vía de
unión entre los ganglios basales, el tálamo y la corteza cerebral, determinando así la
función motora, expresada a través de los tractos corticoespinales y modulada
además por el cerebelo.
Los ganglios basales principales son caudado, putamen (en conjunto se
denominan cuerpo estriado), globus pallidus, núcleos subtalámicos y sustancia nigra.
Los ganglios basales reciben aferencias desde: 1. Areas de asociación
frontales sensitivo - motoras, y parieto - témporo - occipitales de la corteza cerebral,
cuyo neurotransmisor es el glutamato; 2. Sustancia nigra, en la zona denominada pars
compacta (vía dopaminérgica); 3. Núcleo talámico intralaminar (vía dopaminérgica).
El cuerpo estriado posee un circuito de interneuronas cuyo neurotransmisor es
la acetilcolina, que actuaría como antagonista dopaminérgico.
Las principales eferencias de los ganglios de la base se dirigen a:
Segmento interno del globus pallidus;
Sustancia nigra, en la zona denominada pars reticulata. Estas eferencias son
inhibitorias de los núcleos talámicos, y son moduladas por dos vías separadas
que contienen GABA:
o Vía directa que contiene sustancia P y se proyecta a la sustancia nigra
- reticulata;
o Vía indirecta que contiene enkephalinas y se proyecta al segmento
interno del globus pallidus, a través del segmento externo del globus
pallidus y núcleos subtalámicos.
Estas vías ejercen efectos opuestos, de este modo la vía indirecta produce
excitación del circuito tálamo cortical y por ende facilita los movimientos iniciados
en la corteza; la vía indirecta, a su vez, produce inhibición del mismo circuito. El
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efecto de las aferencias nigroestriatales dopaminérgicas es facilitar la transmisión a
través de la vía directa y suprimir la vía indirecta.
Así, se ha planteado que una alteración en el balance entre ambas vías influye
sobre el circuito tálamo cortical, pudiendo resultar movimientos hipo o
hiperkinéticos.
Aumento de la transmisión por vía directa, disminuye la inhibición talámica y
produce movimientos hiperkinéticos;
Aumento de la transmisión por vía indirecta, aumenta la inhibición talámica y
produce movimientos hipokinéticos;
Deficiencia dopaminérgica produce aumento de la transmisión por vía
indirecta con lo cual se origina hipokinesia
Por otra parte, se ha descrito una distribución somatotópica de la pierna, brazo y
cara dentro del segmento interno del globus pallidus y sustancia nigra reticular, lo
cual brinda una posible explicación a la ocurrencia de diskinesias localizadas
Síntomas
Los cambios de comportamiento pueden ocurrir antes de los problemas de
movimiento y pueden abarcar:
Comportamientos antisociales
Alucinaciones
Irritabilidad
Malhumor
Inquietud o impaciencia
Paranoia
Psicosis
Los movimientos anormales e inusuales abarcan:
Movimientos faciales, incluyendo muecas
Girar la cabeza para cambiar la posición de los ojos
Movimientos espasmódicos rápidos y súbitos de los brazos, las piernas, la
cara y otras partes del cuerpo
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Movimientos lentos e incontrolables
Marcha inestable
Demencia que empeora lentamente, incluyendo:
Desorientación o confusión
Pérdida de la capacidad de discernimiento
Pérdida de la memoria
Cambios de personalidad
Cambios en el lenguaje
Los síntomas adicionales que pueden estar asociados con esta enfermedad son:
Ansiedad, estrés y tensión
Dificultad para deglutir
Deterioro del habla
Síntomas en los niños:
Rigidez
Movimientos lentos
Temblor
Pruebas
El médico llevará a cabo un examen físico y puede hacer preguntas acerca de los
síntomas y los antecedentes familiares del paciente. También se llevará a cabo un
examen neurológico. El médico puede ver signos de:
Demencia
Movimientos anormales
Reflejos anormales
Marcha con frecuencia amplia y con "pavoneo"
Lenguaje dubitativo o articulación deficiente
Una tomografía computarizada de la cabeza puede mostrar pérdida de tejido
cerebral, especialmente en lo profundo del cerebro.
Otros exámenes que pueden mostrar signos de enfermedad de Huntington son:
Resonancia magnética de la cabeza
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Tomografía por emisión de positrones (TEP) del cerebro
Hay disponibilidad de pruebas genéticas para determinar si una persona portadora del
gen para la enfermedad de Huntington.
Tratamiento
No existe cura para la enfermedad de Huntington y no hay forma conocida de
detener el empeoramiento de la enfermedad. El objetivo del tratamiento es reducir los
síntomas y ayudar a la persona a valerse por sí misma por el mayor tiempo y en la
forma más cómoda posible.
Los medicamentos varían dependiendo de los síntomas.
Los bloqueadores de la dopamina pueden ayudar a reducir los
comportamientos y movimientos anormales.
Medicamentos como tetrabenazina y amantidina se usan para tratar de
controlar los movimientos adicionales.
Hay alguna evidencia que sugiere que la co-enzima Q10 también puede
ayudar a disminuir el curso de la enfermedad, pero no es concluyente.
La depresión y el suicidio son comunes entre las personas con enfermedad de
Huntington. Es importante que todas las personas que cuidan al paciente vigilen los
síntomas y los traten en la forma debida.
A medida que la enfermedad progrese, la persona necesitará asistencia y supervisión.
Con el paso del tiempo, es posible que requiera atención durante las 24 horas.
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CONCLUSIÓN
Luego de la investigación realizada se puede concluir que el sistema nervioso
central puede infectarse por múltiples microorganismos incluyendo bacterias, virus,
hongos y protozoos; causando diversas patologías en diferentes localizaciones. Los
microorganismos pueden invadir los territorios afectados por contigüidad, por vía
hematógena, siguiendo trayectos nerviosos o bien a través de sistemas de derivación
del líquido cefalorraquídeo (LCR).
El curso clínico de estas infecciones puede ser agudo, subagudo o crónico,
dependiendo del microorganismo y de la localización del proceso infeccioso, donde
las infecciones del sistema nervioso central presentan una elevada mortalidad y
morbilidad. A pesar de los avances en el diagnóstico y tratamiento, estos valores
continúan siendo altos.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Beers MH.(2007). El manual MercK de diagnóstico y tratamiento de Trastornos neurológicos. 11ª.ed.Madrid: Elsivier
Guyton AC, (2006) Tratado de Fisiología Médica. T. 3. Philadelphia: W Saunders Co.
Tresguerres JA,.(2005) Fisiología Humana. 2nd ed. Madrid: McGraw-Hill Interamericana
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