Question Digital 87

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/Julio de 2011 Llegó el Comandante y mandó parar... AÑO 9- NÚMERO 87- JULIO DE 2011/ P UBLICACIÓN MENSUAL EDITADA POR ALIA2 Y C OMUNICAN 87 Luis Britto: Aniversario/ Bracho: La obra de la Revolución/ Torres: El poder popular ¿es un espejismo? / Zibechi: Las revoluciones contra las vanguardias/ Biardeau: El pensamiento crítico no es un chachullo / Steinsleger: Facebook y la vida de los otros/ Katz: Aliados y adversarios del imperio/ Kulfas: Qué integración conviene/ G ambina: Un modelo en discusión/ Colussi: Consejos para no volverse tonto (o el poder omnímodo de los medios audiovisuales) Buen Vivir,clave para una civilización multicultural Venezuela y América Latina y el Caribe necesitan de Chávez por largos años VOCES CRÍTICAS VOCES CRÍTICAS

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Llegó el Comandantey mandó parar...

AÑO 9- NÚMERO 87- JULIO DE 2011/ PUBLICACIÓN MENSUAL EDITADA POR ALIA2 Y COMUNICAN

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Luis Britto: Aniversario/ Bracho: La obra de la Revolución/ Torres: El poder popular ¿es un espejismo?/ Zibechi: Las revoluciones

contra las vanguardias/ Biardeau: El pensamiento crítico no es un chachullo/ Steinsleger: Facebook y la vida de los otros/ Katz: Aliados y adversarios del imperio/ Kulfas: Qué integración conviene/ Gambina:

Un modelo en discusión/ Colussi: Consejos para no volverse tonto (o el poder omnímodo de los medios audiovisuales)

Buen Vivir,clave para una civilización multicultural

Venezuela y América Latina y el Caribe necesitan de Chávez por largos años

VOCES CRÍTICASVOCES

CRÍTICAS

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En estos días, los artículos publicados en los medios bolivarianos se han centrado en celebrar el comienzo del retorno y la recuperación del estado de salud del Presidente, después de las tres semanas de angustia y desesperación. El rápido inicio del retorno agarró por sorpresa y la sigilosa llegada al país en la madrugada del 4 de julio echó por tierra cientos y miles y rumores, cientos y miles de especulaciones.

Es que, como decía Carlos Puebla: Se terminó la diversión: llegó el Comandante y mandó parar.

La enfermedad de Chávez puso algunos puntos sobre el tapete, como el de su eventual sucesión, en caso de no poder presentarse a las elecciones presidenciales del año próximo. Sin dudas, el líder bolivariano debe ahora priorizar su salud y ganar esa batalla antes de lanzarse al ruedo electoral del 2012.

Para la oposición, Chávez regresó para enfriar las disputas que comenzaron a fraguar entre las tendencias del PSUV. Sin duda, la falta de información oficial sobre la salud del jefe del Estado provocó una ola de rumores sobre la salud del Presidente, y quedó muy deteriorada la credibilidad de voceros del gobierno.

Entre otros la del presidente de la Asamblea Nacional, Soto Rojas, que había dicho que “si Chávez tenía cáncer él sería el primero en saberlo”, la del ministro de la Defensa, general Mata Figueroa, quien aseveró que “el comandante presidente está más fuerte que nunca” y del mismo Adán Chávez –hermano del mandatario- quien afirmó tres semanas antes que “el Presidente regresaría en los próximos doce

días”.Lo cierto es que Chávez regresó y está

en campaña, asumiendo el costo que acarrea hacer campaña con una enfermedad. En tono conciliador, en su breve alocución del Bicentenario, señaló que el pueblo venezolano debe fortalecer cada días más su espíritu nacional en un todo, venciendo el divisionismo y derrotando a quienes pretenden debilitar a la patria desde adentro y desde afuera. “Viviremos y venceremos, esto no es solo el retorno de Chávez sino de la independencia plena, la construcción del pueblo de Bolívar”

El PSUV y el chavismo

Varias corrientes pujan dentro del PSUV por el poder, la integrada por el vicepresidente Elías Jaua, el canciller Nicolás Maduro y Soto Rojas, que tendrá que vérselas con la agrupación de Diosdado Cabello y el elenco de hombres –en su mayoría ex militares-colocados en puestos estratégicos de la administración del partido y del Estado. No se puede descartar tampoco la figura de Rafael Ramírez, ministro de Energía y de la estatal petrolera Pdvsa, la caja grande y chica del país.

Pero ahí está también quien Washington ha identificado como “el delfín”, su hermano mayor Adán, gobernador del estado Barinas. Pero Adán, un ex docente universitario, no tiene el mismo historial que Raúl Castro: no estuvo en la Sierra Maestra (ni fue comandante allí) ni estuvo al mando de las Fuerzas Armadas revolucionarias por muchas décadas. Y tampoco tiene el carisma de su hermano menor.

Quienes parecen más decididos a no facilitar el acceso civil a una posible sucesión es la institución castrense, aún cuando hoy no surge ningún oficial con carisma y popularidad para ello. Por ahora, los altos mandos parecen estar más interesados en comenzar en un escalón más bajo, el ser elegidos gobernadores, dando por descontado que nuevamente se

aplicará la dedocracia en la selección de candidatos.

¿Y las bases? Ahhh, las bases. La consternación, la bronca por la falta de información, la confusión sobre “la batalla por su vida”, se transformó en alegría desbordada ante el madrugonazo de la reaparición de Chávez en terreno propio.

La enfermedad y ausencia del mandatario puso en el tapete la interrogante sobre los relevos. Su retorno apenas enfría el debate, los pospone. El propio presidente es quien insiste a su regreso en que su principal batalla es la de curarse. Es lógico pensar, entonces que sus apariciones públicas –su forma de hacer política, de dirigirla-, ya no será igual, al menos por ahora.

¿Quién (o quiénes) y cómo se ocuparán los espacios públicos que el Presidente deberá resignar, sin permitir que sean invadidos por el discurso de la oposición?.

La oposición en su laberinto

La fiebre de las candidaturase incluso la estrategia que se había desatado en la oposición antes conocerse, oficialmente, el estado de salud del presidente parece haberse enfriado.La ausencia de Chávez puso a los partidos de la Mesa de la Unidad (MUD) a revisar la agenda política que hasta ese mlomento estaba centrada en organizar las primarias presidenciales para escoger al “candidato único” el 12 de febrero de 2012.

Para Luis Vicente León, de la consultora Datanálisis, la razón de que no todos se lancen, por ahora, “es porque prefieren esperar el momento perfecto” como es el caso de la diputada María Corina Machado; el exalcalde de Chacao, Leopoldo López (quien espera una decisión favorable de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre su inhabilitación); y porqué no el gobernador de Zulia Pablo Pérez, delfín de Manuel Rosales, quien sigue deshojando la margarita.

El exministro Jesse Chacón, director

ARAM AHARONIAN

QUESTIONDIGITAL.COM

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DIRECTOR GERENTE:RICARDO FONT CARVALLO

DIRECCIÓN EDITORIAL:FILINTO DURÁN, RICARDO FONT, ARAM AHARONIAN

ASESOR EDITORIAL:ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA

QUESTION DIGITAL:MARCOS SALGADO (COORDINADOR)

MARCA REGISTRADA: ALIA2, CADEPÓSITO LEGAL: PP 200201CS526ISSN: 1690-0952 QUESTIONES UNA PUBLICACIÓN DE LA AGENCIA LATINOAMERICANA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS-2 (ALIADOS) Y LA ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA PARA LA COMUNICACIÓN SOCIAL (COMUNICAN)/

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de la encuestadora GIS XXI, señaló que la oposición jugó posición adelantada en el manejo de la enfermedad del mandatario nacional, al decir que era una estrategia política para ocultar los problemas del país y quedó “muy mal parada, porque es difícil para alguien pensar que se pueda utilizar como estrategia política una enfermedad de a magnitud del cáncer”.

El opositor gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, sigue empeñado en ser presidente del país y expresó que la estrategia electoral no cambiará pese a la “probable” enfermedad de Hugo Chávez. “Es probable que el presidente haya tenido un tema de salud, es probable que el presidente haya sido intervenido, ahora, que eso cambie fechas de primarias, de estrategia, para mí la estrategia sigue siendo la misma”, indicó Capriles en un encuentro con los medios internacionales.

El camino sigue siendo largo, pues recién el 5 de diciembre los aspirantes por la MUD tendrán que inscribirse para la medición interna por su abanderado presidencial para el 2012.

Para algunos analistas, la nueva estrategia de los opositores estará en el desgaste, en la provocación constante, para incitarlo a pelear en escaramuzas

previas y hacer que llegue física y psicológicamente debilitado a las contienda electoral. Difícilmente podrá mantener su hiperactivismo, sobre todo si está convencido que lo más importante, ahora, es curarse.

Para León, el movimiento lógico de Chávez es fortalecer su presencia en medios y lanzar populismo intenso a la calle (misión viviendas). En este trance, el tiempo disponible para su proyecto internacional se ve comprometido lo cual hace que la comunidad internacional lo perciba modosito, lo que durará mientras le convenga y luce que eso será hasta después de la elección presidencial, agrega.

El análisis del discurso llegó hasta algunos cineastas de oposición, para quienes la alocución leída desde La Habana perseguía una dramaturgia de afectos, emociones y pasiones. Su guión desarrolla, señalaban, una trama de aliento clásico, de superación melodramática de la adversidad, entre principio, nudo y desenlace. · “Aquí el cáncer funge el papel de la CIA, de la fuerza maligna a derrocar al tirano, de conspiración a vencer a lo “teléfono rojo”, de elemento viral dispuesto a ponerlo de rodillas y conducirlo al cadalso”, señalaba uno de ellos en su blog.

Los grupos que desprecian los

procesos electorales –que cuenta con buena repercusión en la prensa opositora-, consideran que la MUD no da la talla; que tiene demasiados sumideros por donde escapa la posibilidad de competir con éxito. Entonces, su estrategia es la de atacar en bloque a la MUD, caricaturizar al liderazgo opositor y lanzar misiles contra el Consejo Nacional Electoral.

Es decir, descalifi car, simultáneamente, a la opción electoral y el árbitro, y desplegar la bandera del fraude, en una estrategia que está acompañada por un bombardeo informativo desde el exterior, descalifi cador de las instituciones venezolanas.

La desinformación creó incertidumbre en los países de la región. La cumbre de la comunidad latinoamericano-caribeña fue pospuesta. Ninguno de los presidentes sudamericanos quiso especular más allá. Hace 12 años, Chávez y su Revolución Bolivariana, pacífi ca y democrática, sirvieron de locomotora a los cambios que se fueron produciendo en benefi cio de las grandes mayorías en casi toda la región.

Tanto como los chavistas venezolanos, los latinoamericanos rezan (religiosa o ateamente) para que el mandatario venezolano se reponga y que siga impulsando los planes integracionistas.

Venezuela y América Latina y el Caribe necesitan de Chávez por largos años.

LLEGO EL COMANDANTE Y MANDÓ PARAR

ARAM AHARONIAN

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Mas que palabras, la revolución bolivariana son victorias contundentes, lea aqui lo que no sabe de nuestra revolución:

Raúl Bracho-Kaos en la Red

Todo esto gracias a la revolución bolivariana de Venezuela:1. Elevación de la autoestima de los venezolanos2. Establecimiento de la soberanía del país3. Recuperación de la industria petrolera4. Recuperación de la OPEP como organización defensora

de los precios del petróleo5. Colocación de Venezuela en el mundo6. Metro de Valencia listo7. Metro de Maracaibo, a inaugurarse sus 3 primeras

estaciones8. Metro de Los Teques9. Trolebús de Mérida

10. Transbar de Barquisimeto (Todavía inconcluso por la derecha endógena)

11. Centrales hidroeléctricas de Caruachi, de Barinas termoeléctrica del Zulia

12. Ampliación de la Petroquímica X Módulos de Barrio adentro, CDI, SRI, CAT

13. Universidad del Deporte en Cojedes14. Ampliación de las relaciones de Venezuela con Asia,

África y Europa15. Traída de vaquillonas de Argentina y Uruguay para

mejorar nuestra ganadería16. Dotación de hospitales con incubadoras y otros equipos

traídos de Argentina, Alemania, Uruguay y otros17. Creación de Conviasa18. Creación de CVG Telecom19. Rescate de tierras para la agricultura

20. Entrega de tierras a campesinos21. Liberación del país del FMI22. Diversificació n de nuestro comercio con más países

en el mundo, hoy en día le vendemos a Estados Unidos, Cuba, Jamaica, todo el caribe, Argentina, Uruguay, India, China, Lituania y muchos otros países a los cuales antes no le vendíamos, dependíamos del mercado estadounidense

23. Diversificació n de la producción24. Desarrollo del SENIAT de manera que hoy dependemos

menos del petróleo, la recaudación esta por encima del petróleo.

25. Aumento de las reservas petroleras con la recuperación de La Faja del Orinoco

26. Aumento de las reservas internacionales27. Ingreso a MERCOSUR28. Creación de la Universidad Bolivariana, está en todos

los estados.29. Apertura de estudios de bachillerato, mediante la Misión

Ribas para miles de personas

30. Alfabetización de más de millón y medio de personas por lo cual la UNESCO nos declaró país libre de analfabetismo

31. Disminución de la pobreza crítica de 80% 1998 a 30% 2007.

32. Aumento del número de personas que hoy tienen agua potable y electricidad

33. Atención a cientos de personas de calle mediante la Misión Negra Hipólita

34. Atención a cientos de niños de calle35. Cosecha record de arroz36. Rumbo a cosecha record en maíz37. Aumento del número de pensionados del Seguro Social38. Aumento del salario mínimo a 238 dólares, siendo ahora

el más alto de América39. Elevación de pensiones del Seguro Social al salario

mínimo

40. Atención a cientos de personas que quedaron sin vivienda

41. Aumento de las pensiones de los viejitos a 307.000 bolívares

42. Solidaridad de nuestro país con pueblos hermanos que han recibido males de la naturaleza en Chile, Perú, Ecuador, Cuba, Jamaica, Trinidad, en consonancia con nuestra constitución y las lecciones de los héroes de la patria

43. Construcción del Cardiológico Infantil donde a menos de 1 mes se han realizado ya 60 operaciones y tiene capacidad para 4000 operaciones al año

44. Desarrollo de la autopista Antonio José de Sucre45. Desarrollo de la autopista José Antonio Páez de

Portuguesa a Barinas46. Autopista Acarigua-Barquisimeto ejecutada en 80%47. Tren de La Rinconada a Cúa48. En construcción tren de Maracay a Barquisimeto49. Viaducto Caracas-La Guaira

50. Creación de Petrosur 51. Creación de Petrocaribe52. Creación de Telesur53. Creación de Agencia Bolivariana de Noticias (ABN)54. Creación de Vive TV55. Recuperación de más de 10.000 planteles educativos56. Creación de 58.236 nuevas escuelas57.Se estableció nuevo régimen de concesiones petroleras,

nueva relación con las empresas petroleras58. Eliminada la apertura petrolera y se sustituyó por una

política justa para el país recuperando nuestro petróleo59. Establecimiento en todos los contratos petroleros, del gas

y otros, que los tribunales facultades para dirimir controversias

La obra de la Revolución de Hugo Chávez

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son los tribunales venezolanos, anteriormente se dirimía en tribunales del exterior

60. Creación de fábricas como la de tractores, bicicletas y automóviles con nuestros socios iraníes

61. Asociación con Brasil para construir refinería en Pernambuco donde se procesarán 200.000 barriles diarios de petróleo venezolano

62. Creación del ALBA como alternativa al ALCA63. Papel importante en la elección del secretario general de

la OEA64. Logro de precios más justos para nuestro petróleo65. Disminución de la inflación desde 30 a 9%66. Miles de personas han recuperado la vista en la Misión

Milagro67. .Limpieza del río Guaire, actualmente en proceso68. Dragado del río Misoa en Zulia, para proteger a los

habitantes de las crecidas del río69. Ampliación de las líneas que transportan electricidad a

los hogares zulianos

70. Independizació n de la Fuerza Armada Nacional de la influencia de la Escuela de Las Américas, escuela de torturadores

71. Salida de la Misión Militar de Estados Unidos de Fuerte Tiuna

72. Salida de técnicos estadounidenses que realizaban espionaje de los cuarteles de la FAN

73. Diversificació n de mercado para abastecerse nuestra Fuerza Armada

74. Creación del Banco del Tesoro75. Creación de INAMUJER76. Nuevo Puente Venezuela en el Zulia para conectar Zulia

con Barinas77. Creación de un fondo financiero en dólares para

apalancar las inversiones para el desarrollo China (4000) Venezuela (2000)

78. Creación de fondo financiero en dólares Irán (1000), Venezuela (1000)

79. Creación de planta de cemento venezolana

80. Creación de planta de cemento venezolana Irán-Venezuela

81. Buena venta de PDVSA de su Refinería Lyondell-Citgo en mil trescientos catorce millones de dólares su 41%, en la cual había perdido más de mil ochocientos, vendiendo salimos ganando

82. Elaboración del satélite Simón Bolívar que será entregado por China a Venezuela en 2008 y permitirá a nuestro país desarrollar la telemedicina, la teleeducación y lograr independencia de información, además, podremos los venezolanos acceder al satélite gratis, con sólo adquirir una antena para ello

83. En los contratos de creación de fábricas figura una cláusula que establece la transmisión de tecnología a los venezolanos, es decir, que no quedaremos amarrados, sino que podremos hacer nuestras propias creaciones, aun cuando los contratos terminen

84. Liberamos a PDVSA de la comisión de valores de Estados Unidos pagando la deuda correspondiente

85. Disminución de la deuda pública de 47,5 puntos en 2003 a 25 puntos en 2006

86. Inauguración de la Línea 4 del Metro de Caracas87. Extensión de la línea 3 Metro de Caracas desde Plaza

Venezuela a la Rinconada88. Misión Barrio Adentro89. Creación de diversas paginas web que sirven de apoyo

para algunos tramites legales y / o consulta “ Solicitud de pasaporte “, Consulta de las cotizaciones del SSO y muchas otras

90. Misión Identidad que permitió dar identidad a miles de ciudadanos que no disfrutaban de sus derechos ciudadanos por falta de cédula de identidad

91. Modernización del Canal del Estado VTV92. Recuperación de nuestro pasado histórico93. La acción del gobierno ha logrado que pasemos de 14.5

millones de personas con el servicio de aguas servidas en 1998 a 21 millones en 2006

94. Están en proceso de saneamiento los ríos Acarigua en Acarigua, Guanare en Guanare, Turbio, Tocuyo, Yaracuy, Motatán, Tuy, San Pedro, Guaire y varios otros en diversos estados del país como parte del plan nacional de saneamiento de ríos, lagos y lagunas

95. En 1998 la inversión en ambiente era de 15 mil millones de bolívares, en 2006 es de 1 billón de bolívares

96. En 1998 18,7 millones de personas, es decir, el 80% recibían agua potable en Venezuela, la revolución ha logrado que 25 millones de personas, es decir, el 93% reciban agua potable, se espera que para el 2010 todos los ciudadanos reciban agua potable

97. Hemos disminuido la mortalidad infantil en 27% desde 1998

98. Hace 8 años la recolección de aguas servidas era de 62%, ahora estamos en 80%

99. Acaba de inaugurar el presidente la estación de aguas servidas de Ciudad Ojeda, forma parte del programa de saneamiento del lago de Maracaibo que estará limpio en 2012

100. Edición de más de 50 millones de libros de distribución gratuita para elevar el nivel cultural de nuestro pueblo

101. Dotación de las bibliotecas públicas del país102. Creación del programa Simóncito para atender a los

niños desde antes de nacer103. Recuperación de más de 10.000 planteles educativos104. Dotación de todos los preescolares rurales, indígenas y

fronterizos

La obra de la Revolución de Hugo Chávez

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105. Creación de 75.000 bibliotecas de aula 119. Creación de más de 6.000 escuelas bolivarianas

106. Pago de todos los pasivos de los maestros y aumento sustancial de sueldo

107. Pago de todas las deudas con profesores, médicos y jubilados

108. Todos los liceos pasados a bolivarianos para mejorar la calidad de la educación media

109. Jubilación a maestros de las escuelas católicas Fe y Alegría que en 50 años no habían recibido jubilación, ni siquiera aguinaldos

110. Recuperación por PDVSA de más de 26.000 millones de dólares en la renegociación petrolera

111. Creación de los Distritos Sociales de PDVSA para asistir a cientos de comunidades en el país

112. Inauguración de Mega Aldea Universitaria en Valles del Tuy

113. Plan penitenciario que contempla la construcción de ciudades penitenciarias a fin de resolver la problemática de las cárceles

114. Disminución en 8,13% de la deuda de la República115. Creación y desarrollo de la Misión Ciencia116. Creación del CIGMA117. Extensión del período de lactancia materna que obliga

a los empleadores a darle más semanas a las madres para dedicar a amamantar a su niño(a)

118. Red Nacional de Radioterapia, equipada con equipos traídos de Argentina en intercambio por fulloil, la red está conformada por 19 centros

119. Creación y desarrollo de Ruedas de Negocios con varios países que han traído inversión al país

120. Unidad de Cobalto de Radioterapia y Medicina Nuclear en Barquisimeto

121. Planta Láctea Cantón en Barinas122. Empresa cogestionaria Invepal123. Vía expresa Pampatar-Juan Griego-La Asunción en

Nueva Esparta124. Remodelación y construcción de estadios para la Copa

América 2007125. Plan nacional de gasificación, gas directo para todas las

comunidades126. Viviendas para los damnificados de la tormenta Brett ,

del terremoto de Cariaco127. Plan nacional de turismo que responde a las

características de nuestro país para mostrar las bondades de nuestra naturaleza al tiempo que la protegemos

128. Crea-ción de Redes de Innovación Productiva dentro de la Misión Ciencia para agrupar a nuestros creadores

129. Creación de Ciudad Jesús Enrique Lozada en

asociación con la Universidad del Zulia en el estado del mismo nombre

130. Declaratoria de inamovilidad laboral, para impedir despidos

131. Garantía de atención gratuita y suministro de medicamentos a enfer-mos de VIH

132. Creación de Ciudad del Cine133. Proyecto Orinoco Magna Reserva, Blo-que 7 149.

Programa de Medicina Integral Comunitaria que graduará 10.000 médicos en esa área

134. Salvación, rescate y mejoramiento del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales

135. Creación de un nuevo Servicio Nacional de Salud encabezado por Barrio Adentro 1

136. Reinaguración, es decir, reacondicionamiento de importantes liceos en la capital, tales como: Luis Espelozín, Gran Colombia, República de Bolivia, Agustín Aveledo, Andrés Bello, algunos otros y escuelas técnicas

137. Expulsión de las Nuevas Tribus que estaban conquistando para el Imperio a nuestros indígenas y robando secretos ancestrales

138. Apertura del teatro Teresa Carreño, La Estancia y el Centro de Arte Rómulo Gallegos a toda la población con obras nacionales e internacionales, hoy en día el teatro se auto-financia y todo nuestro pueblo dispone de tarifas que le facilitan el acceso

139. Red de Casas de Alimentación para personas en necesidad

140. Programa de sustitución de ranchos por viviendas (SUVI)

141. Nuevo viaducto Caracas-La Guaira, se entregará en primer trimestre 2007

142. En construcción la nueva autopista Caracas-La Guaira

143. Recuperación del puerto de La Ceiba en el estado Trujillo, este puerto es importante para sacar el petróleo de Tomoporo y producción agrícola y ganadera de esa región

144. Apoyo y desarrollo del deporte nacional que ha conducido a ganar más medallas por ciclo olímpico que en cualquier etapa de la 4ª República, pero más todavía, que conduce a la preparación física de nuestro pueblo

145. Desarrollo de plan de independencia alimentaria que liberará al país de importar el 70% de alimentos como ha ocurrido y ocurre todavía

146. Política definida de defensa del ciudadano con la promoción de una nueva cultura para los cuerpos policiales, para acabar con la impunidad, las protestas de la comunidad se dialogan, no se reprimen

147. Recuperación del Patrimonio Cultural en todo el país148. Combate definido y contundente al narcotráfico y

liberación de nuestro país del espionaje de la DEA149. Limpieza en la ONIDEX donde ahora, aun cuando

todavía existe corrupción, ésta está siendo quebrada

150. Cedulación de toda la población151. Acuerdos para la construcción de gasoducto

suramericano152. Construcción de la interconexión de gas oriente-

occidente (ICO)153. Acuerdo con Colombia para suministro mutuo de gas

de acuerdo con las necesidades de ambos países154. Plan de desarrollo de diferentes ejes para ocupación del

territorio nacional, ejes norte-llanero, por ejemplo155. Eliminación de cobro de matrículas en los colegios del

estado156. Creci-miento del sector automotriz en 123.7% en 7

años

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157. Misión Madres del barrio para apoyar a 200.000 madres con dificultades económicas

158. Misión árbol que contempla la siembra de 20 millones de árboles en 2006 y está en plena realización

159. Tenemos permanente información semanal mediante Aló Presidente y otros

160. Rescate de la identidad, la cultura y el arte del país161. Aprobación por la OEA de la Carta Social de las

Américas propuesta por nuestro país162. Junto con Uruguay, Venezuela es el país donde más

se aprecia la democracia, logro de Hugo Chávez pues antes de 1998, Venezuela figuraba casi de último

163. Derrota, en la conferencia de Quito, de la proposición de Estados Unidos de convertir a las Fuerzas Armadas latinoamericanas en policías

164. Recuperación del Instituto Autónomo Ferrocarriles del Estado (IAFE)

165. Plan ferrocarrilero nacional, en ejecución166. Creación del Sistema de Democratizació n del Empleo

(SISDEM) de PDVSA lo que impide la venta de puestos petroleros

167. Se acabó la solidaridad automática, si un funcionario maltrata a un ciudadano, se le somete a la justicia, ejemplos los casos Kennedy y La paragua

168. Por primera vez en la historia de Venezuela se respeta la división de poderes, cada poder practica su autonomía

169. Venezuela ha diversificado sus proveedores en el mundo en todos los ámbitos

170. Logro de una posición respetable para Venezuela en el concierto mundial de naciones

171. Baja de las tasas de interés lo cual presionó el gobierno a los banqueros

172. Plan ahorro de energía, cambiando luz amarilla por luz blanca

173. Recuperación de la majestad presidencial, ayer cuando un presidente hablaba la gente apagaba el radio, hoy, hay millones de personas que sintonizan el discurso presidencial

174. Subió la esperanza de vida al nacer a 73,18 años175. Más de 200 mil nuevos bachilleres graduados en la

Misión Ribas176. Más de 800 nuevos técnicos superiores graduados en la

Universidad Bolivariana de Venezuela177. Plan nacional de siembra de la caraota, para liberar a

nuestro país de importar ese rubro178. Formación de entrenadores deportivos integrales

mediante pro-grama de intercambio con Cuba179. Salida de los estados Sucre y Trujillo de la posición

de más pobres a estados en desarrollo, gracias a la combinada acción de los gobiernos de esos estados con el gobierno nacional

180. Creación de empresa mixta con China para fabricar computadoras, ya se han entregado 20.000 de esas computadoras fabricadas en China, antes de fin de 2006 se comenzarán a producir en Venezuela

181. Autopista Charallave-Ocumare que será inaugurada en enero 2007

182. Creación por CVG-Telecom de 26 centros pilotos para telefonía en sitios donde no existe

183. Creación de fábrica de fibra óptica184. Trece trimestres seguidos de crecimiento de la

economía185. Posicionamiento de nuestro país en varias

organizaciones internacionales como la presidencia del grupo parlamentario latinoamericano y en el desplazamiento de los adecos cetevistas en la OIT, presidencia de la Organización Latinoamericana de Gobiernos Intermedios, presidencia del Parlatino

186. Bajón del índice de desempleo a un dígito187. Éxitos de la misión Negra Hipólita : 13 medallas traen

deportistas rescatados por Negra Hipólita188. Construcción de la primera Clínica Popular Indígena,

está en Apure, además se construye una extensa red de diez ambulatorios para los indígenas

189. Creación de la Zona Industrial de Palavecino, estado Lara

190. Democratizació n de la información mediante la creación y desarrollo de cientos de medios alternativos

191. Aprobación de la Ley de responsabilidad social en radio y televisión

192. Recuperación del programa Gas Natural para Vehículos

193. Atención permanente y prioritaria a damnificados, único gobierno que ha hecho eso en la historia de Venezuela

194. Más de 3 millones de niños y niñas participaron en la selección de los atletas de los juegos deportivos escolares 2006, nunca esto había ocurrido

195. Hoy la economía venezolana se sostiene no sólo sobre el petróleo, sino que también sobre el justo pago de impuestos por la acción de un SENIAT serio y organizado y de los intereses que aporta el Banco del Tesoro y operaciones de compra de bonos de países amigos con lo cual hemos ganado algún interés financiero

196. Aumento del consumo de alimentos por los venezolanos y hasta se dan gustitos, según dijo CONSECOMERCIO, los sectores de la D y de la E

197. En los Olivitos, estado Zulia, la población del ave flamencos del caribe, especie amenazada de extinción, aumentó a 6700, la mayor reproducción en los 20 años de existencia de ese centro de protección

198. Solución al problema de cupo universitario con la extensión de la UNEFA, la creación de la Universidad Bolivariana de Venezuela, creación de más tecnológicos, aumento del cupo en la Universidad Simón Rodríguez y otros entes universitarios

199. Creación de la primera escuela robinsoniana técnica petroquímica y agroambiental de Venezuela

200. Creación de 255 escuelas técnicas donde estudian 203 mil alumnos, la meta es llegar a 500 escuelas técnicas para 500 mil alumnos

Todo esto debe continuar, cada minuto más ventaja, cada minuto mas entrega a la lucha por la victoria demoledora del 2.012

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En este artículo abordaré el tema del “poder popular”, un tema sin duda relevante en el ejercicio del poder de cualquier gobierno que se autocalifi que de izquierda o progresista.

Sin embargo, el mencionado “poder popular” muchas veces se ha convertido en un eslogan sin mayor contenido ni resultados en la práctica. Posiblemente, es en la revolución rusa donde encontramos la primera manifestación de ese poder popular, inmortalizado en la frase todo el poder para los soviets. Por desgracia, la historia de la Unión Soviética terminó relegando esa frase simplemente a la iconografía de la revolución sin ninguna trascendencia en la política de ese país. Siempre he manifestado mi profunda aversión por cualquier cosa que parezca un eslogan pues su fi nalidad no es otra que un recurso de la propaganda, y esta también ha terminado siendo una burda manipulación de las masas.

En primer lugar, habría que señalar que se considera pueblo. En este sentido, me parece oportuno la refl exión del fi lósofo chileno Mires cuando señala que un día cayó en cuenta del sin sentido de la frase coreada por toda la izquierda a nivel mundial “el pueblo unido jamás será vencido”. Por cierto, yo caminé muchos kilómetros en las manifestaciones que se dieron en el Santiago de Chile de los años 70 durante el gobierno de Allende gritando a todo pulmón la mencionada frase. Mires señala que resulta extraño que el grito se haga en tercera persona. También señala que le tocó presenciar la caída del muro de Berlín y le llamó la atención lo que gritaban los alemanes en esa oportunidad, el grito era “yo soy el pueblo”, en primera persona.

En el Chile de Allende gritar “el pueblo unido jamás vencido” era a todas luces una falsedad. Primeramente, porque quienes gritábamos esa consigna sólo considerábamos como pueblo a aquellos comprometidos con la causa del socialismo y la defensa del gobierno de Allende. Para los revolucionarios chilenos, aquellos que no comulgaban con el ideario socialista eran despojados de su condición de pueblo, eran contrarrevolucionarios, traidores, burgueses, o momios como se les decía coloquialmente, más o menos, lo mismo que lo que signifi ca ser escuálido en la Venezuela de hoy. Muy a nuestro pesar, aquellos que no eran afectos a la revolución con vino tinto y empanadas, como se le decía a la experiencia chilena de tránsito al socialismo, eran la mayoría. Por lo tanto, no existía un solo pueblo y los dos pueblos que existían estaban totalmente desunidos.

Lo realmente importante a considerar es si es posible la unidad del pueblo. Un pueblo entendiendo por éste, a aquel que ocupa un territorio y comparte un lenguaje y unas costumbres y llega a tener algo así como una idiosincrasia que lo identifi ca, está compuesto por individuos, y los individuos son distintos por naturaleza. Además, los individuos que conforman un pueblo suelen tener intereses y se asocian con otros individuos en función de sus intereses, dando lugar a grupos que pueden convertirse en partidos políticos, gremiales, estudiantiles, etc. El problema es que estos grupos muchas vecen tienen intereses contrapuestos en determinados momentos y en otros pueden coincidir. Por lo tanto, no hay nada más utópico que un pueblo unido, e incluso que mundo tan fastidioso sería el que nos tocara vivir.

Ahora con referencia al poder, partiendo de la premisa que no existe un pueblo unido - y yo diría que me parece muy bien que así sea, pues lo contrario, y la experiencia histórica de crear artifi cialmente un “pueblo unido”, ha dado lugar al fascismo, el nazismo y el totalitarismo soviético, donde cualquiera que mostrara su desacuerdo con el pensamiento del pueblo encarnado en un gobierno era perseguido y exterminado - termina expresándose en cuotas de poder que obtienen los distintos grupos que conviven en una sociedad. De alguna manera, de eso se trata la democracia, la posibilidad que distintos grupos compartan el poder, y este compartir signifi ca negociar civilizadamente dentro de unas reglas del juego. En una democracia, el poder está compartimentado en diferentes instituciones, el poder legislativo, el poder judicial y el poder ejecutivo fundamentalmente, y esto tiene que ver con el reconocimiento de que una sociedad es diversa y es plural y

requiere de instituciones donde puedan expresarse.

El socialismo del siglo XXI no puede cometer el error político del socialismo del siglo anterior de pretender que el Estado socialista representaba a todo el pueblo, viendo a éste como una masa uniforme y con un solo interés, y como era su fi el representante que conocía perfectamente que es lo que quería el pueblo, pues ya no tenía sentido ninguno consultarle. La idea de un pueblo uniformado llevó a la instauración del socialismo desde arriba. Todos sabemos el fi n de la historia, mientras en la cúpula del poder se manejaban ciertas ideas, abajo, se manejaban otras, y ocurrió lo inesperado, el poder monolítico se resquebrajó y se derrumbó.

El socialismo del siglo XXI debe ser democrático en las formas y el fondo, y reconocer que el poder político debe responder no a un pueblo unido, sino que debe tratar de llenar las expectativas de los diversos grupos que conviven en la sociedad y fungir de mediador. Lo más probable es que el poder político no pueda llenar las expectativas de todos los grupos, entonces deberá favorecer el interés mayoritario con pleno respeto de las minorías, entendiendo que un interés mayoritario en un momento determinado no es algo inamovible.

Por otra parte, hay que entender que el poder popular, entendiendo éste como la expresión de un grupo en defensa de sus intereses, en muchos casos, se expresará de una forma contestaria al poder político establecido. Hoy vemos a diario grupos que reclaman sus derechos, básicamente de tipo económico, y lo hacen a través de paros, huelgas, manifestaciones, etc. Por lo general, los gobiernos de izquierda suelen creer que el poder popular será un aliado

¿Es el poder popularpoder popular un espejismo?

Lo realmente importante a considerar requiere de instituciones donde puedan

poder popularpoder popular un espejismo? HERNÁN LUIS TORRES NÚÑEZ/APORREA

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¿Es el poder popular un espejismo? incondicional de éstos, pero eso no es más que un sueño, y deben confrontar la realidad de que el poder popular puede ponerlos en aprietos si no cumplen sus promesas, y por lo general será así, por la sencilla razón de que los gobiernos de izquierda tienen muchas cosas que prometer.

El poder popular visto como la expresión de la unidad de un pueblo bajo un mismo ideal está relacionado con la idea de la creación de un hombre nuevo, en definitiva, la creación de una sociedad de hombres semejantes guiados por un interés común, el cual está modelado y adecuado a los intereses del Estado, el mundo feliz de Aldous Huxley. Esta visión para mí tiene un componente fascistoide enorme, crea en mi mente las escenas que todos hemos visto de hombres y mujeres jóvenes vestidos con uniformes pardos, marchando marcialmente y con la mano derecha en alto saludando al Führer.

Siempre me ha parecido muy difícil que entre el Estado y el “pueblo” haya una armonía perfecta, entendiendo que el Estado de cualquier signo es un ente más o menos represivo, no olvidemos que el comunismo, la utopía en su último grado, es el estadio de desarrollo de la sociedad en el cual el Estado debe desaparecer. Por otra parte, el mismo hecho de reconocer el poder popular significa reconocerlo como un contra poder del Estado, un poder popular alineado con aquel que ejerce el Estado no sería más que una extensión de éste último. No podemos olvidar por ejemplo, que en los países socialistas el poder sindical fue totalmente controlado por el Estado desvirtuando totalmente su misión.

Por último, creo contraproducente que cualquier cosa que se llame ”poder popular”, sea promovido desde el poder político constituido, cualquier manifestación de poder popular debe surgir desde abajo, de las bases de la forma más autónoma posible. El poder popular no es un fenómeno integrado y monolítico, el poder popular debe estar atomizado respondiendo a los intereses de los distintos grupos sociales que hacen vida en una sociedad, algunas veces enfrentados entre sí, algunas veces enfrentados al Estado, algunas veces unidos algunos contra otros, algunas veces unidos para enfrentar al Estado, a veces todos unidos para enfrentar una dictadura o una amenaza externa. El Estado está llamado a garantizar el derecho a la asociación libre de los individuos de acuerdo a sus preferencias e intereses, a mediar en algunos casos de conflicto y a negociar con los mismos. El socialismo del siglo XXI si ha de ser democrático debe crear las condiciones para que “los poderes populares” (en plural) puedan expresarse libremente y dentro de los límites que fija la Constitución y las leyes para la actuación de los individuos y los grupos.

La sensibilidadJUAN BARRETO

“Hay cosas que todos dicen porque fueron dichas alguna vez. Repetir lo que

otros hablan nos tranquiliza pues nos da la impresión de que estamos pensando”. Así se expresaba Montesquieu, en sus Consideraciones Sobre las Causas de la Grandeza Romana. Los sistemas retóricos no siempre tienen base empírica. Son más bien, reglas de encadenamientos de significaciones y enunciados a partir de repertorios fundamentados en juicios y prejuicios; ambientes cacofónicos redundantes, cargados de intereses y emociones, que carecen de consistencia y prueba; dicho en palabras más científicas: habladera de paja.

Se puede establecer el nivel de avance o decadencia de una comunidad, a partir del grado de renovación de sus discursos y esperanzas. Por ejemplo, la sociedad norteamericana. Lo narrable y opinable no pasa necesariamente por lo argumentativo, de manera que muchos discursos, no son más que creencias, actos de fe que niegan el diálogo, pues solo sirven para asegurar la afiliación a ciertas pasiones, garantizando la relación y el funcionamiento interno de una comunidad, afirmándola como sujetos en la medida que borra y niega al resto de la totalidad.

Marc Angenot, asegura que los discursos sirven para unificar en torno a si mismo a sujetos sociales que giran sobre lugares comunes de una conversación que crea identidades. Lo que llaman opinión pública, no es más que la suma de opiniones que gozan de aceptabilidad en un momento dado, haciéndose dominantes y hegemónicas. No importa lo que le demuestres a alguien convencido de que su posición es correcta. La mayoría habla a través de eslogan y consignas.

Esto es lo que Bordiueu llamaba: lo que hablar quiere decir. Por ejemplo, a un sector de la derecha se le metió en la cabeza que los chavistas son brutos, incultos, violentos, corruptos e ineficientes. Toda una joyita creada ideológicamente para su propio uso, una postura que construye al objeto desde una lectura de intereses de clase. Por eso, cuando conocen a uno que no se parece al estereotipo creado, se sorprenden, pero inmediatamente se activa como un antivirus, el campo de representaciones que llena los significantes.

Entonces lo ven como excepción de la regla. Le dirán algo así como: “tu eres distinto, no te pareces a esa gente, deberías venirte para acá”. Los discursos organizan tribus conectadas en redes, series, sistemas de identidades y paralelajes. “Suele decirse que los sueños hacen crecer a los niños. Lo cierto es que los mitos, cristalización de sueños colectivos, hacen que una sociedad sea lo que es. Sin embargo, debe primeramente detectarse y luego interpretarse esos sueños. Solo puede lograrse mostrando lo que les precede: cada época es un atlas imaginario de referencias que identifican un Rey Secreto que más allá de los poderes aparentes, rige al alma en profundidad”, advierte Maffesoli.

La producción discursiva y sus retoricas a veces se fragiliza y quiebra, cuando algún evento toca las fibras afectivas y crean zonas comunes de identificación; se mueve el piso de la sensibilidad y surgen situaciones ideales para elevar puentes interdiscursivos que vulneren las resistencias y los límites erguidos por los prejuicios. Emergen nuevos momentos y modos legítimos de argumentar y narrar, persuadir y probar.

¿A que viene todo esto? El amor demostrado por el pueblo al Presidente Chávez, a raíz de su enfermedad, ha creado esos puentes en las capas más sensibles y menos contaminadas de la oposición. Entonces, lo más reaccionario en la derecha se queda sin discurso y se apresura a activar rumores, prejuicios y mentiras. Una máquina de captura que en red, va por aquellos tocados en términos humanos que tienden a ver de otra manera y hasta a desafiliarse del bloque burgués. Pero a veces ya es muy tarde, pues la aventura de pensar comenzó.

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Las potentes movilizaciones que atraviesan el mundo están desbordando tanto democracias como dictaduras, regímenes nacidos de elecciones y de golpes de Estado, gobiernos del primer y del tercer mundo. No sólo eso. Desbordan los muros de contención de los partidos socialdemócratas y de izquierda, en sus más diversas variantes. Desbordan también los saberes acumulados por las prácticas emancipatorias en más de un siglo, por lo menos desde la Comuna de París.

Naturalmente, esto produce desconcierto y desconfianza entre las viejas guardias revolucionarias, que reclaman organización más sólida, un programa con objetivos alcanzables y caminos para conseguirlos. En suma, una estrategia y una táctica que pavimenten la unidad de movimientos que estarían condenados al fracaso si persisten en su dispersión e improvisación actuales. Lo dicen a menudo personas que participan en los movimientos y quienes se felicitan de su existencia, pero que no aceptan que puedan marchar por sí mismos sin mediar intervenciones que establezcan cierta orientación y dirección.

Los movimientos en curso cuestionan de raíz la idea de vanguardia, de que es necesaria una organización de especialistas en pensar, planificar y dirigir al movimiento. Esta idea nació, como nos enseña Georges Haupt en La Comuna como símbolo y como ejemplo (Siglo XXI, 1986), con el fracaso de la Comuna. La lectura que hizo una parte sustancial del campo revolucionario fue que la experiencia parisina fracasó por la inexistencia de una dirección: Fue la falta de centralización y de autoridad lo que costó la vida a la Comuna de París, dijo Engels a Bakunin. Lo que en aquel momento era acertado.

Haupt sostiene que del fracaso de la Comuna surgen nuevos temas en el movimiento socialista: el partido y la toma del poder estatal. En la socialdemocracia alemana, el principal partido obrero de la época, se abre paso la idea de que la Comuna de 1871 era un modelo a rechazar, como escribió Bebel pocos años después. La siguiente oleada de revoluciones obreras, que tuvo su punto alto en la revolución rusa de 1917, estuvo marcada a fuego por una teoría de la revolución que había hecho de la organización jerárquica y de especialistas su eje y centro.

En el último medio siglo han sucedido dos nuevas oleadas de los de abajo: las revoluciones de 1968 y las actuales, que

probablemente tengan su punto de arranque en los movimientos latinoamericanos contra el neoliberalismo de la década de 1990. En este medio siglo han sucedido, insertos en ambas oleadas, algunos hechos que modifican de raíz aquellos principios: el fracaso del socialismo soviético, la descolonización del tercer mundo y, sobre todo, las revueltas de las mujeres, de los jóvenes y de los obreros. Los tres procesos son tan recientes que muchas veces no reparamos en la profundidad de los cambios que encarnan.

Las mujeres hicieron entrar en crisis el patriarcado, lo que no quiere decir que haya desaparecido, agrietando uno de los núcleos de la dominación. Los jóvenes han desbordado la cultura autoritaria. Los obreros, y las obreras, desarticularon el fordismo. Es evidente que los tres movimientos pertenecen a un mismo proceso que podemos resumir en crisis de la autoridad: del macho, del jerarca y del capataz. En su lugar se instaló un gran desorden que fuerza a los dominadores a encontrar nuevas formas para disciplinar a los de abajo, para imponer un orden cada vez más efímero y menos legítimo, ya que a menudo es simple violencia: machista, estatal, desde arriba.

En paralelo, los de abajo se han apropiado de saberes que antes les eran negados, desde el dominio de la escritura hasta las modernas tecnologías de la comunicación. Lo más importante, empero, es que aprendieron dos hechos enlazados: cómo actúa la dominación y cómo hacer para desarticularla o, cuando menos, neutralizarla. Un siglo atrás eran una exigua minoría los obreros que dominaban tales artes. Las rebeliones, como la que comandó la Comuna, eran fruto de brechas que otros abrían en los muros de dominación. Ahora los de abajo aprendimos a abrir grietas por nosotros mismos, sin depender de la

sacrosanta coyuntura revolucionaria, cuyo conocimiento era obra de especialistas que dominaban ciertos saberes abstractos.

En algunas regiones del mundo pobre se produjo la recuperación de saberes ancestrales de los de abajo que habían sido aplastados por el progreso y la modernidad. En este proceso los pueblos indios juegan un papel decisivo, al darle nueva vida a un conjunto de saberes vinculados a la curación, el aprendizaje, la relación con el entorno y también la defensa de las comunidades, o sea la guerra. Ahí están los zapatistas, pero también las comunidades de Bagua, en la selva peruana, y un sinfín de experiencias que muestran que aquellos saberes son válidos para estas resistencias.

Este conjunto de aprendizajes y nuevas capacidades adquiridas en la resistencia ha tornado inservible y poco operativa la existencia de vanguardias, esos grupos que tienen vocación de mandar porque creen saber lo que es mejor para los demás. Ahora, pueblos enteros saben cómo conducirse a sí mismos, con base en el mandar obedeciendo, pero también inspirados por otros principios que hemos podido escuchar y practicar estos años: caminar al paso del más lento, entre todos lo sabemos todo y preguntando caminamos.

Lo anterior no quiere decir que ya no sea necesario organizarnos en colectivos militantes. Sin este tipo de organizaciones y grupos, integrados por activistas o como quiera llamarse a las personas que dedicamos nuestras mejores energías a cambiar el mundo, ese cambio no llegaría jamás, porque no cae nunca del cielo, ni es regalo de caudillos y estadistas esclarecidos. Las revoluciones que estamos viviendo son fruto de esas múltiples energías. Las detonamos entre muchos y muchas. Pero una vez puestas en marcha, la pretensión de dirigirlas a puro mando suele producir resultados opuestos a los deseados.

Las revoluciones contra las vanguardias

RAÚL ZIBECHI

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RAÚL ZIBECHI

Una de las cualidades ético-culturales sustantivas del pensamiento crítico que merecería ser catalizador de un proceso de insurgencia revolucionaria (no sólo política, sino intelectual, ética, estética, afectiva) ha sido resumida por Edward W. Said en uno de los ensayos publicados en su texto “Las representaciones del intelectual” (2007; editorial Debate, pp. 105-121): “Hablarle claro al poder”.

¿Qué significa en síntesis “hablarle claro al poder”? Plantea Said: “(…) me atrevería ha afirmar que el intelectual tiene que estar dispuesto a mantener una contienda de por vida contra todos los guardianes de la visión o del texto sagrado, siempre prestos a la depravación y cuya pesada mano no soporta la discrepancia y menos aún la diversidad.”

Entremos de lleno al crudo charco del poder entendido como “estructura de mando-obediencia”. Hablarle claro al poder implica desobedecer el mandato de renunciar al pensamiento crítico, de renunciar al espacio de libertad (de pensamiento, de expresión) en el proceso de individuación social que acompaña todo proceso de transformación social. El pensamiento crítico pone en duda tanto la infalibilidad de las verdades dadas por supuestas como de las autoridades dadas por sagradas. Allí intentamos ser radicalmente ilustrados y modernos.

La imagen del poder-sobre no puede ser más gráfica: “Cuya pesada mano no soporta ni la discrepancia ni la diversidad”. La diferencia entre el socialismo burocrático del siglo XX y la democracia socialista del siglo XXI, reside justamente en esto: asumir sin tapujos la discrepancia y la diversidad. La unidad se construye en el escuchar estas discrepancias (algunos amigos las llaman “interpelaciones”), estos malestares, estas perspectivas abiertas en debate, obviamente, bajo un principio de argumentación, de criterio político, de responsabilidad, pero no por espíritu de sumisión ni por disciplina de aparato, convertida en moralina de secta mafiosa. La enfermedad senil del estalinismo es ésta: la secta mafiosa.

La unidad es siempre punto de llegada, resultado de un esfuerzo político; es más, define una política labrada por una construcción polémica y deliberante de esta frágil síntesis; que es, por esencia, revisable, circunstancial, rectificable y mudable. Lo otro es decretar silencios, disciplinas y parodias de unidad. Pero lo fundamental reside en dar cuenta de su plano de consistencia, de saber si esa síntesis avanza como momento parcial del proceso de acumulación de fuerzas del

movimiento popular y revolucionario. Si no es así, hay un reflujo, estancamiento o descenso de fuerzas sociales y políticas en la construcción de la transición post-capitalista. ¿Estamos en flujo o reflujo, avance o retroceso, ascenso o descenso? Cada quien (cada colectivo) valorará sus respuestas.

Primera idea que debemos retener para comprender las implicaciones profundas de la des-dogmatización del pensamiento crítico y de la llamada, aún monolíticamente, “teoría revolucionaria”. Obviamente conocemos aquella manida frase: “sin teoría revolucionaria no hay praxis revolucionaria”. El asunto que obviamos es que no hay “teoría revolucionaria” desde la premisa que renuncia a la crítica radical, que reproduce el “amor” por las estructuras de mando-obediencia.

Tanto “amar-mandar” como “amar-obedecer”, son justamente las raíces espirituales de la sumisión, del pensamiento reaccionario. Una revolución sin polémica, sin debate, sin voces críticas, sin planteamientos diversos, sin tensiones, sin diferencias, sin conflictos no fecunda el espíritu revolucionario, el espíritu que a fuerza de martillar los prejuicios, hace estallar todas las convenciones, correcciones y dogmas. Más bien, renunciar a una insurgencia del cuerpo y la palabra es la confesión de quienes claman por un… ¿Termidor?, llámese restauración de la derecha ó contrarrevolución burocrática.

En un poco difundido trabajo de Michel Foucault denominado “Introducción a una vida no fascista”, se apunta directamente a problematizar esta forma de “pensamiento políticamente correcto” que trata a los “sistemas de signos” (Un “régimen de signos”) con el mayor de las supersticiones, veneraciones y respetos. Una cierta veneración supersticiosa por la forma-Estado, por ejemplo, acompaña una cierta

terminología de palabras-maestras, autores-maestros y de identificaciones con líderes, cuya mayor cualidad ha sido formar parte del panteón de los despotismos. Todavía consideramos que la democracia socialista no se construye con métodos ni medios fascistas. Por ejemplo, sacar la pistola cuando escuchan una crítica, cerrar un medio, despedir a alguien o intimidarlo con una suerte de “muerte política”, que a la vez es “simbólica”.

Por ejemplo, el famoso “culto a la personalidad” ha implicado siempre una renuncia al espacio de la autonomía intelectual y moral, en un proceso de singularización como sujetos-en proceso, así como una sacralización y una entrega de la voluntad propia a cualquier “jefe indiscutible”. Hay que repetirlo hasta el cansancio: someterse al “principio del caudillo” es fascista de cabo a rabo. Una cosa es reconocer un liderazgo; otra, sacralizar un despotismo. Hay fronteras entre la derecha y la izquierda que no pueden desdibujarse así no más, sin caer en graves desorientaciones y en saltos de talanquera de los que no se hablan, pero que tienen graves consecuencias.

Por otra parte, derrumbado el “marxismo-dogma” luego de la crisis terminal del estalinismo, no hay posibilidad alguna de restaurar ni el “monolitismo ideológico” propio del “socialismo burocrático” ni el culto a ninguna fórmula de “Líder infalible-partido único-masa de maniobra”. Ni hay infalible, ni único, ni rebaño político. El comisariato político y los policías del pensamiento intentan forzar y naturalizar ciertos hábitos, pero estos usos y costumbres no llevan sino a un callejón conservador (basta leer entrelineas la entrevista de Alarcón sobre el devenir de la revolución cubana para saber las razones por las cuales el socialismo no será tan igualitario como se lo habían imaginado):

El pensamiento crítico no es un chanchullo

JAVIER BIARDEAU R.

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“(…) nada mas reprensible que esos hábitos mentales en el intelectual que inducen a la evitación, esa actitud característica de abandonar una postura difícil y basada en principios que se sabe que son los correctos, pero que uno decide no mantener. No deseas parecer excesivamente politizado; te preocupa demasiado parecer demasiado problematizador, necesitas la aprobación de un jefe o de una figura de autoridad, quieres conservar la reputación de ser una persona equilibrada, objetiva, moderada; esperas que se te llame para una consulta; para formar parte de un consejo o comisión prestigiosa y, de esa manera, seguir dentro del grupo que representa la corriente principal; esperas que algún día te harás acreedor de una distinción honorífica, un premio importante, tal vez incluso una embajada”. (Said; 2007)

Nada de eso. Una revolución de izquierdas no se excusa de las estrofas de aquella “Internacional”, original de Eugene Pottier: ‘’Ni en dioses, reyes ni tribunos, está el supremo salvador. Nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor’’. Nosotros, la multitud, el pueblo trabajador no somos “masa de maniobra” ni rebaño electoral. “Soplemos la potente fragua que el hombre libre ha de forjar.” Lucha contra las tiranías. La letra original de Pottier dice: “No hay salvadores supremos: ¡Ni Dios, ni César, ni tribuno, Productores, salvémonos nosotros mismos! ¡Decretemos el bien común!” (Il n’est pas de sauveurs suprêmes : ¡Ni Dieu, ni César, ni tribun, Producteurs, sauvons-nous nous-mêmes ! ¡Décrétons le salut commun!)

Estas frases estaban dedicadas: “Al ciudadano Lefrançais, miembro de la Comuna.” Pocos conocen la historia e ideas de este ciudadano y de esta Comuna. Esa comuna igualitaria parece desdibujarse en el posibilismo de la realpolitik. Aun así, el rumor popular lo plantea con más sencillez: ¡Sólo el pueblo salva al pueblo! Si no, recordemos en Venezuela, las horas y minutos del 12 y 13 de abril de 2002, mientras algunos burócratas corrían a refugiarse en las faldas de alguna personificación del Capital. Acontecimiento histórico que también traza fronteras nítidas entre izquierdas y derechas, no retóricas sino sociales, fronteras de mundo de vida de cada cuál.

Por tanto, las voces críticas son el antídoto necesario para evitar las recaídas conservadoras de las revoluciones (desdibujar izquierdas y derechas) que pretenden institucionalizarse; es decir, “suicidarse”. Cuando el historiador Vladimir Acosta plantea abiertamente sus impresiones sobre “una suerte de viraje de una izquierda que se califica a si misma de radical hacia una izquierda que se desplaza un poco hacia el centro. Una suerte de centroizquierda más políticamente correcta, menos conflictiva”, esta plantando

bajo el uso de las figuras más prudentes y propositivas de la argumentación, que no podemos mostrar una política de bandazos.

Pero fue demasiado tímido en calificar de centro-izquierda, una decisión tomada frente al impasse Pérez Becerra, por ejemplo. Exagerando la nota, diría que todavía hay una izquierda que le cuesta calificar y clasificar los acuerdos entre Hitler y Stalin, por ejemplo. Que todavía hoy son capaces de suponer que el estalinismo era el socialismo. No es el caso de Vladimir Acosta, por cierto.

Pero el tema Pérez Becerra introduce una “anomalía” derivada de la realpolitik (Kohan dixit), donde se desvanecen los principios como en los relojes de Dalí. No es casual que un tipo como Meszaros proteste, que Acosta proteste, que Brito García diga lo que diga sin pelos en la lengua. Y así debe ser y debemos estar alegres de aquí sea, pero indignados de raíz ante los métodos fascistas para apagar la crítica.

Si compañeros y compañeras, son métodos fascistas, del fascismo social que nuestros camaradas post-68 nos enseñaron a cartografiar, como parte de una micropolítica que si coge vuelo, y se hace estado de dominación, anuncia definitivamente la imposibilidad de imaginar una transición socialista en el país.

Pasamos de la crítica distinguida a los “habladores de paja” del CIM (Intelectuales, Socialismo y Democracia), a las medidas de “Yo (el supremo), si te boto”, de la pesada mano que no soporta ni la discrepancia ni la diversidad. No será a esto, espero, lo que algunos llegan a llamar “Gobernar convenciendo”. Si esto es con-vencer, creo que sobra el “con-”, es sencillamente “vencer” por abuso de una “posición de dominio”.

Sobre este punto, quienes glosan paja, analizamos gustosamente lo planteado por José A. Marina: “La pasión del poder. Teoría y práctica de la dominación” y por Michel Onfray “Política del Rebelde.

Tratado de la Resistencia y la Insumisión”, registrando los datos que arrojan los sismógrafos ideológicos en la revolución bolivariana.

Pasamos de una vociferante “radicalización” (¿se recuerdan de aquella próxima “Asamblea de Extrema Izquierda”?) cerrando el año 2010, a un no menos vociferante Diálogo entre gobierno y oposición, llegando a una suerte de reconciliación entre el eje del ALBA y el llamado “eje del Pacífico” (¡Santos es mi nuevo y mejor amigo!).

Maniobras de 180 grados que le quiebran el cuello a los cultores de la línea recta, aunque el Presidente Chávez haya colocado varias veces el ejemplo moral de personajes cuyas vidas han sido el trazado de dos puntos y una sola línea recta (Francisco Mieres o Gastón Parra Luzardo). Sin embargo, para algunos escépticos, el punto de destino de Chávez no es ningún “Socialismo del siglo XXI”. Solo tenemos punto de inicio (MBR-200), un torbellino de maniobras y un sin-número de puntos intermedios, que llevan a diferentes “líneas de tendencia” (Dieterich traza la suya: Chávez capituló frente a Monroe).

Obviamente, para otros, el que no se extravía es Chávez, que parece saber que significa inventar “el punto de llegada”. El resto (los alquimistas), creen adivinarlo. Tal vez menos que futurología predictiva, sería mejor seguir algunos vuelos cortos del “búho de minerva”, para tratar de indagar hacia donde apunta el vuelo hacia el 2012 (en 12-18 meses: Victoria ó Derrota, victoria abierta ó victoria cerrada, JVR dixit), así como su más inmediato evento consecuente (¿Y cómo avanza la revolución en estas circunstancias? ¿Y como se gobierna con esta correlación de fuerzas? ¿Quién le pone el cascabel al gato de la crisis política?).

Por tanto, la llamada “radicalización” no consiste en hacerse más vociferantes de un “infantilismo de ultra-izquierda”, sino en devenir más clarividentes para combatir las

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tendencias presentes hacia la derechización (Vladimir Acosta parece ubicar el viaje a la centro izquierda). Y no sólo en el seno del campo bolivariano, donde algunas de sus fracciones dominantes organizan una recomposición con claros tintes de derecha (desarrollismo nacional con ribetes antidemocráticos: ¿Y usted se creyó el cuento de la “democracia participativa y protagónica?, murmuran socarronamente), sino contra el “anticomunismo ramplón” que impera en segmentos de la oposición a la revolución bolivariana (El problema no sólo Chávez, hay que liquidar eso que llaman “bolivarianismo revolucionario”; en fin, las corrientes nacional-populares, democráticas y anti-imperialistas que habitan el campo “chavista”). Morales Bello dijo: ¡Muerte a los golpistas! Estos dicen: ¡Muerte a los Socialistas del siglo XXI!

Lo más consecuentemente identificable con las tradiciones revolucionarias de izquierda se ha vuelto problemático para la derecha exógena, para la endógena y para la izquierda de aparato. Si dejan de ser “rebaño” o “masa de maniobra”, se vuelven excesivamente críticos y desafiantes a todos los despropósitos y ambiciones por consolidar una nueva clase político-económica, entonces hay que silenciar todo ese “barullo popular”.

Históricamente, la derecha (con ansias de retaliación) en el poder sólo ha puesto en práctica una vía frente a la izquierda revolucionaria: persecución, asesinatos, torturas y desapariciones. Aunque ha sido a veces frustrante para los poderosos intentar pisar el “cuero seco” o mancillar el “agua mansa”, han instituido fórmulas completamente sanguinarias: Trujillo, Somoza, Pinochet, etc.

Lo que realmente pasa es que las compuertas de un movimiento hacia luchas políticas y sociales (corriente histórica-popular) que no se ajusta ya al modelo prescrito por la tradición de la “izquierda de aparato”, ha abierto nuevas territorios de lucha; no se deja colocar bozales, ni grilletes mentales ni obedece a las amenazas castradoras.

El mejor ejemplo, es todo el intento por metabolizar y transfigurar las voces críticas de las bases del PSUV frente al debate de las “cinco líneas estratégicas”, para algunos intentar reconvertirlas en mensajes de férrea disciplina, calcada de los moldes de los viejos aparatos estalinistas. La “cooptación” fue sólo una primera provocación. Lo que viene puede definir incluso el destino del llamado “Gran Polo Patriótico”, que no puede reducirse a la suma de siglas, al “archipiélago de aparatitos”, incluida la maquinaria de un PSUV-sectario.

O se asume la potencia constituyente del barullo popular, con toda su carga de insumisión y rabia por tanta promesa rota, o se abren los verdaderos riesgos políticos

para el “cogollo endógeno”. El cesarismo, el dogmatismo, el burocratismo y el sectarismo son la cuadratura del círculo del socialismo burocrático.

Hay que incitar a ir más allá de los partidos-aparatos, pero no a la búsqueda de una “derecha nacionalista”, sino de un pueblo-pobre rabioso que siente en su cuerpo las premisas de la filosofía de la liberación. Llamen a esto populismo o no, el asunto es transformar el desvarío, en una regeneración de la revolución popular, democrática y bolivariana, premisa inicial para pasar a las tareas de la transición post-capitalista, sin temeridades y sin claudicaciones.

Hay que enfrentar, siguiendo a Foucault, severos adversarios en una revolución democrática que ha sido bloqueada:

1) Los sacerdotes de la vieja teoría revolucionaria, los preservadores del orden puro de la política y del discurso político auténticamente revolucionario. Burócratas de la revolución y funcionarios de la Verdad monolítica.

2) Los mercaderes del deseo: los publicistas de la revolución, los que hacen marketing y pragmática política, que quisieran reducir la multiplicidad del deseo a las leyes simples de canalización de segmentos de votantes, a cada “falta” o “carencia”, una “esperanza electoral”.

3) Por último, el mayor enemigo, el adversario estratégico: el fascismo social. No sólo quienes saben manipular el deseo del gran público, sino el fascismo interno a cada subjetividad que renuncia a su potencia, a la critica radical, al comisariato político dentro de nuestras cabezas y nuestras conductas cotidianas, el fascismo que nos hace amar el poder, amar la obediencia, desear aquello mismo que nos domina, nos denigra y nos explota. Quien ama al poder, se convertirá en un capataz más de la burocratización.

Efectivamente, hay que estar al

acecho de las más pequeñas huellas del fascismo en nuestros cuerpos. Frente a los acontecimientos recientes, los reenvíos de sentido de Said algo nos dicen:

“Si, la voz del Intelectual es solitaria, pero su resonancia se debe al hecho de asociarse libremente con la realidad de un movimiento, las aspiraciones de un pueblo, la prosecución común de un ideal compartido. El oportunismo ordena que en Occidente, muy dado a criticar sin ambages, por ejemplo, el terrorismo o los excesos palestinos, denuncies estos hechos en voz alta y, a continuación, te deshagas en elogios sobre la democracia israelí.”

No hay de que deshacerse en elogios sobre la democracia colombiana. Creo que es posible comparar algunos estratos de sentido de este texto con el conflicto armado en Colombia, con el fracaso histórico de las soluciones negociadas entre actores que son políticamente beligerantes. No se trata de “democracia versus terrorismo”, de entregarle “terroristas” al “nuevo y mejor amigo”, sino de reconocer como responsabilidad intelectual el llamado a superar la barbarie del conflicto armado, el extremismo de todos los implicados en el caso, y “no sólo del partido más débil y más fácil de vapulear”.

En esto consiste no una postura de imparcialidad, sino de una justicia por venir ante las atrocidades que cometen a diario tanto el para-militarismo como funcionarios del propio Estado colombiano. Hablarle claro al poder implica sopesar cuidadosamente las alternativas, intentar aproximarse al máximo bien, tratar de influenciar para provocar el cambio adecuado. Esto sucede con el caso mencionado, pero además con millones casos que traducen la descomposición de la revolución bolivariana, su retrogradación.

Sin voces críticas, no habrá ni una 3R ni un millón de R. Basta dar un pequeño paso: Rectificar…

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“¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.

Albert Einstei)

El camino minado de la izquierda cavernaria

Mayo dicen que es el “mes de las flores”. También del nacimiento de aquel alemán Karl Marx, del “gran ensayo” de las revoluciones contra-culturales y anti-sistémicas de 1968, de la radical renovación y deconstrucción de las matrices político-culturales, de “las izquierdas históricas del siglo XX” del sistema-mundo (Wallerstein, Hopkins y Arrighi dixit), convertidas en los monolitos grávidos de la “socialdemocracia reformista” y del marxismo de aparato: el “marxismo soviético”.

Cuando una revolución presenta síntomas de estancamiento y en sus aspectos ideológicos, muestra una recaída en la mentalidad sectaria y dogmática, es preciso traer como pretexto (y desde otra línea de fuga) aquella frase de Mao: “Que se abran cien flores y cien escuelas de pensamiento”. Contra los guiones del dogma propios de la izquierda cavernaria, hay que apostar por la multiplicidad de las voces críticas, sin bozales de arepa, sin gríngolas, sin lenguas amarradas. Hay que (des)ordenar el discurso frio de una “burocracia” presuntamente “revolucionaria”, con su chantaje más manifiesto: ¡si estas conmigo eres revolucionario, si no estas conmigo eres contra-revolucionario! ¡Chantaje basura! Hay que salir de estos “callejones sin salida”.

Sobre la “socialdemocracia reformis-ta”, ha sido Anthony Giddens quién mejor caricaturiza su acta de defunción, neo-liberalizando la socialdemocracia, y re-bautizándola como “Tercera vía”. El ala derecha del laborismo británico (el “Nuevo Laborismo”) intentó poner en circulación hace algún tiempo la consigna: “El socialismo ha muerto pero la izquierda no” (Giddens dixit): al menos señalaba Giddens como “sistema de gestión económica” (el sacrosanto respeto por la macroeconomía capitalista), intentando superar el falso dilema en el terreno ideológico europeo entre socialdemocracia clásica y neoliberalismo, la primera presuntamente estatista y colectivista, el segundo comprometido con el “fundamentalismo del mercado”.

De esta estratagema retórica y política, vivieron tanto las administraciones Blair como Clinton reafirmando una suerte de geopolítica del Atlántico Norte, que desde entonces fue virando cada vez más agresivamente hasta la derechización de los gobiernos Europeos de la actualidad.

El racismo, la xenofobia, el etnocentrismo, la colonialidad y el neo-colonialismo son cada vez más visibles en los entretelones de los gobiernos europeos, complementando la política del imperialismo hegemónico norteamericano.

Aquel programa político de “Tercera vía” planteaba a grandes rasgos: el llamado “centro radical” (más allá de la izquierda y la derecha), un nuevo Estado democrático (el Estado sin enemigos), una sociedad civil activa, la familia democrática, la nueva economía mixta, la igualdad como inclusión, el bienestar positivo, el Estado de la inversión social, la nación cosmopolita y la democracia cosmopolita. En fin, un programa político ya no de la socialdemocracia clásica, sino de un presunto centro-radical enmarcada en los límites de la cosmovisión liberal-conservadora, sin eufemismos, una derecha con “rostro humano”.

El planteamiento de Giddens hacia todas las izquierdas que pensaron e imaginaron una posible superación del capitalismo fue: “El socialismo revolucionario, decidido a transformar profundamente el mundo, ha desaparecido casi sin dejar rastro.” En fin, las luchas anticapitalistas no tienen futuro. Las únicas opciones políticas dependían entonces de un sensual abrazo entre un eufórico Giddens y la anterior frialdad de Margaret Thatcher. Un abrazo bastante aburrido, por cierto.

Por otra parte, los intentos históricos de generar reformas “desde dentro” en los partidos-estados “marxista-leninistas” del Este de Europa (y sus satélites), fueron pisoteadas y bloqueadas en su mayoría con las intervenciones militares de la cúpula política del PCUS (Hungría, Checoslovaquia, Polonia, el disenso Titoista), aunque también se intentó una suerte de deshielo del estalinismo con Khurshev, generando una apertura limitada que intento una recuperación del “auténtico

leninismo” (al menos en la retórica), apertura que fue completamente enfriada desde Brezhnev, hasta llegar finalmente al nuevo intento renovador y posterior fracaso durante los días finales del “Glasnot” y la “Perestroika” de Gorbachov. 1989 marco el fin de ese tutelaje de esa vieja izquierda.

El “marxismo soviético” (el marxismo-leninismo ortodoxo) fue en todo momento solo una de las “familias ideológicas” de las corrientes marxistas (la “familia ideológica” hegemónica, por cierto), generando una suerte de frontera ideológica entre lo que algunos llamaron el “marxismo occidental” (los descarriados de entonces, analizados por Merlau-Ponty y Perry Anderson) y el “marxismo oriental” .

Sin embargo, pocos reconocen que la invención del “marxismo soviético” no correspondió término a término a las interpretaciones de Lenin y su propuesta de “marxismo revolucionario”, en permanente oposición al “marxismo evolucionista” de la cúpula de la socialdemocracia alemana, sino a los esfuerzos de Stalin y Bujarin por estabilizar una constelación ideológica denominada “marxismo-leninismo”, construyendo así un “dogma de partido”. El “marxismo-dogma” se había impuesto, la diversidad revolucionaria se había liquidado. Pero sin variedad, sin diversidad, sin tensiones y lucha de tendencias, cualquier resonancia con la dialéctica abierta o con el pensamiento radical queda abolida. El pensamiento critico, que nace justamente de eso, de los matices, de los acentos diferenciales, de las anomalías, de las divergencias, ha sido liquidado. Pero una revolución sin voces críticas es otra cosa: es una burocratización. Cosa mala, entonces,

El hecho es que si no se reconoce las discontinuidades históricas y teóricas significativas entre el pensamiento marxiano (Marx), el marxismo de Lenin y el marxismo-leninismo, se sella para

Voces críticas

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siempre la bóveda del “marxismo-dogma”, y por otra parte, se le hace un gran favor a la derecha global con toda su estrategia de “guerra fría cultural”, montada sobre la falaz guión de la equivalencia entre Marx y el “totalitarismo”.

Existe un pacto tácito entre las “dos izquierdas” monolíticas, entre la “socialdemocracia reformista” y el “marxismo-leninismo”: sólo hay dos y sólo dos izquierdas, una que administra el capitalismo, otra que administra la mitología del “partido único-Estado”. ¿Qué ocurre cuando se derrumba este pacto tácito? El viejo dilema entre “reforma” y “revolución” termina agotándose, se abre la posibilidad de distinguir otros matices: “reformas revolucionarias” (Gorz, por ejemplo) y “revoluciones reformistas”

Sin embargo, bajo los monolitos ideológicos y políticos de las dos izquierdas, este dilema constituyó un falso dilema: el “dilema de la vieja izquierda”. Pues en la historia del pensamiento anticapitalista han existido mucho más de dos izquierdas. Allí está la riqueza de lo actual y lo posible, en la diversidad, en la pluralidad de tendencias y corrientes revolucionarias. Es justamente allí donde se juega la posibilidad de pensar e imaginar nuevas figuras de “pensamientos radicales, socialistas y revolucionarios”.

Que se planteen múltiples voces críticas contra los dogmas, he allí el legado del gran ensayo de 1968. La vieja izquierda se aterroriza frente a esto. Obviamente entienden claramente el mensaje: ¡adiós al “pensamiento único” en la izquierda!, ¡adiós a la doctrina de aparato!, ¡adiós al pensamiento burocrático para la transición-construcción del socialismo!

Sólo superando la “historia de los vencedores” elaborada desde el lugar de enunciación de los monolitos de las dos izquierdas, construida en clave de dilema cerrado entre “socialdemocracia reformista” y marxismo-leninismo ortodoxo”, será posible acogerse a otras historias de pensamiento-acción insurgentes y radicales.

Es en esta multiplicidad de voces críticas, que la historia oficial (el pensamiento único de la izquierda revolucionaria) ha dejada regada como testimonio de “los vencidos” , en los “sin voz” del “marxismo oficial”, pues allí es donde hay posibilidad de recrear la criticidad radical y una praxis alternativa para un horizonte de pensamiento insurgente, un tránsito de Marx más allá de Marx.

Del pensamiento marxiano a nuevos pensamientos radicales, socialistas y revolucionarios que requieren ser levantados frente al “marxismo-dogma”, frente al “discurso-dogma, frente a los operadores ideológico funcionales al metabolismo social del Capital. Y funcionales porque administran el orden del discurso que reproduce el metabolismo y la estructura de mando del Capital. Pues la burocracia es una personificación de la administración del orden del Capital. Les guste o no les guste.

La izquierda cavernaria, ese es uno de los principales obstáculos para pensar, imaginar y hacer saltar por los aires al viejo mundo. La “mac-donalización” del “pensamiento revolucionario” es eso: comida ideológica rápida, prefabricada, cargada de códigos envenenados. Puro contrabando ideológico, pura mercadería podrida.

Desde allí, estimados no se le da ninguna bienvenida a la transición-construcción del nuevo socialismo, sino un verdadero adiós a cualquier revolución democrática, socialista, eco-política y descolonizadora para el siglo XXI.

No se trata entonces de leer verdades prefabricadas, sino de un pequeño detalle: pensar y hacer la revolución, revolucionando y haciendo un nuevo pensamiento insurgente. Sin voces críticas, esto no será posible. ¿Por qué le teme la izquierda cavernaria a las voces críticas? Porque le puede decir simplemente, Adiós…

¡Bienvenidas, entonces, las voces insurgentes, las voces críticas, las voces radicales!

MARYCLEN STELLING

Desborde

Rodeo I constituye un grito de denuncia de las condiciones carcelarias en el país y de la administración de la justicia, explicita el desborde de la corrupción y el peligro de que la violencia se incorpore a nuestra cultura en tanto estrategia legítima para articular intereses o dirimir conflictos. Me planteé entonces dos posibles temas de reflexión en este espacio: violencia y corrupción.

Me decidí por el segundo, por las razones anteriormente expuestas y dado el perverso manejo político-mediático de ciertos sectores de la oposición. Son muchas las interrogantes que se levantan cuando uno intenta desnudar la corrupción.

¿Qué sustenta la acción corrupta o corruptora? ¿Una ideología específica, una subcultura determinada? ¿Es un fenómeno propio del ámbito público, o por el contrario, un problema de moral individual?

¿Es la institucionalidad generadora de corrupción? ¿Es una acción delictiva propia de servidores públicos? ¿Es inevitable?

Estamos frente a un problema multidimensional que abarca desde el enfoque jurídico-penal hasta el ámbito ético-individual enmarcado en un contexto sociocultural.

En cuanto hecho social, es un fenómeno bilateral que involucra al menos dos actores, aquel que corrompe y el que es corrompido, aquel que seduce y el que es seducido. La corrupción supone una acción social ilícita o ilegítima, encubierta y deliberada que, utilizando cualquier cuota de poder, persigue el beneficio privado y afecta el interés colectivo y/o la moral social.

Sin embargo, la corrupción no se limita a las acciones sociales de transferencia ilegítima de lo público a lo privado: sobornos, malversación, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, abuso de funciones...

Engloba cualquier uso perverso del poder con miras a la obtención de beneficios privados, no necesariamente de carácter material. No está circunscrita a los gobiernos o espacios visibles de poder, muy por el contrario, la corrupción está enraizada en el tejido social y anida en organizaciones de todo tipo.

Y, por supuesto, no es ajena al ámbito privado, donde se multiplica como tejido anómalo

En Venezuela, la cultura promueve la participación en decisiones contrarias al interés general. Y ello nos conduce a la pregunta ineludible: ¿Estamos condenados a ser una sociedad corrupta?

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Las universidades latinoamericanas están atravesando las reformas de la diversidad. Es una fase posterior a las reformas de la diferenciación (70-90) y a las reformas de la calidad (90-2000), como nuevo momento que requiere y reclama diversidad curricular, pedagógica, de accesos para expandir el conocimiento y reconocer las nuevas realidades.

La condición de estos proyectos es la autonomía y la libertad, cuyo rol académico final ha sido final la capacidad de una periódica innovación, en tanto son formas de gobiernos permeables a la introducción de cambios desde la propia base docente-estudiantil.

Esta característica de la universidad latinoamericana ha permitido históri-camente la introducción de diversidad de reformas tanto silenciosas como ruidosas, y que ha permitido pasar de “la universidad latinoamericana” como un modelo único, de los 50 a “las universidades latinoamericanas”, como actual realidad diferenciada en lo institucional, gracias impulsos como el movimiento reformista de los estudios generales, la departamentalización, las reformas tecnocráticas o la propuesta de la universidad revolucionaria.

Desde los 70, la diferenciación institucional, fue la respuesta reformista tanto gubernamental como del mercado a los desafíos de la radicalización de la universidad y la alta expansión de las demandas de acceso frente a las restricciones presupuestales. Tal movimiento reformista promovió la diferenciación pública y la expansión privada, pero no innovó ni transformó los modelos pedagógicas o curriculares tradicionales.

La diversidad fue de la calidad, por diferencia en las calificaciones docentes y en las infraestructuras educativas, lo cual fue la base de la reforma centrada en la calidad que a través de la educación como un bien público, introdujo desde los 90 controles de calidad y injerencias de los gobiernos en las universidades, acompañando sistemas de evaluación y acreditación voluntarios.

Sin embargo, esta reforma ha tenido sus excesos y ha producido una relativa desautonomización de la universidad latinoamericana y una tendencia a la homogenización administrativa de los sistemas universitarios, a través de la proliferación de regulaciones, las limitaciones a la diversidad y la pérdida de capacidad innovativa y de renovación de las instituciones y por ende del propio sistema terciario. El concepto de la calidad se formalizó y burocratizó como una regulación normativa y única del proceso de enseñanza

“…la universidad necesita

organizarse en núcleos de estudios transdisciplinarios”.Cristovam Buarque

¿Cuál es el problema? Que la universidad, como muchas otras organizaciones, tiene problemas severos para hacer los cambios que necesita. No puede por sí sola adelantar las transformaciones normales que toda institución requiere para funcionar con los tiempos. La universidad pasó de ser un combustible importante para el impulso de los cambios de la sociedad, a ser un peso muerto respeto a los ambientes de reformas que se animan en todos lados. O no se producen cambios significativos o se generan con tal lentitud que resultan intangibles. La evolución natural de la dinámica universitaria no conduce a su transformación espontánea. Conduce sí al reforzamiento del conservadurismo, a la reproducción de prácticas y discursos, a la perpetuaron de lo mismo.

Este inmovilismo estructural de la universidad no es una exclusividad; hay otro tipo de organizaciones que están allí durante siglos reproduciéndose sin mayores cambios: los aparatos religiosos, los aparatos militares, la familia. Nadie se escandaliza por ello; diríase más bien que todo eso es “normal”. Pero en el caso de la universidad (y en cierto modo en los aparatos escolares y culturales) se supone que en su propia naturaleza está el rasgo singular de ser un espacio del pensamiento, un lugar donde la gente estudia y entiende, donde lo esencial debería ser la comprensión de la realidad. Decir la comprensión de la realidad es apuntar justamente a la lógica del cambio, es preguntarse cómo se transforma esa realidad, o lo que es lo mismo: ¿cuáles son los obstáculos del cambio?

Aquí comienzan las paradojas: la universidad perdió la conexión de sentido con la dinámica social y por tanto difícilmente puede formular las preguntas apropiadas sobre su transformación. De rebote, la autocomprensión de sus límites y posibilidades también se escapa, por ello, las pulsiones transformadoras son succionadas por la inercia de los procesos de conservación. La traducción práctica de este curioso fenómeno es lo que se observa a simple vista durante décadas: una universidad implosionada, menguada en su trascenderá, errática en la direccionalidad de cualquier horizonte de significación, decadente en todo su accionar.

“Lo que no se regenera, degenera”, sentencia el amigo Edgar Morin. Sin duda algo de esto viene ocurriendo desde hace

muchísimos años. Lo que sucede es que esta subcultura de la conservación es un paquete completo que incluye dispositivos de simulación, tranquilizantes ideológicos, enmascaramientos de todo tipo, coartadas al gusto para justificar la vida de miles de colegas que deambulan por allí de tremedal en tremedal. (Si usted camina por cualquier pasillo universitario y detiene amablemente a algún profesor, a un empleado o a una estudiante y le pregunta sutilmente qué piensa sobre la “Muerte de la Universidad”, le puedo asegurar que nadie entenderá la pregunta, entre otras cosas, porque es bastante probable que nunca hayan leído o escuchado nada al respecto, a pesar las toneladas de libros, revistas, debates que se han suscitado sobre este asunto en las últimas dos décadas) ¿Qué nos está indicando esta imagen?

Se pueden explorar varias pistas, pero resalta una que me parece demasiado visible: no hay músculo interno para encarar en serio los cambios de fondo que están en agenda (ORUS sabe algo de esto) No hay energías intelectuales o socio-políticas para direccionar procesos de transformación que emanen de la propia comunidad. No existe una voluntad sostenida que pueda ser identificada como un torrente hacia la mutación de lo que tenemos.

Lo que sí hay es un clima de resistencia que ha hecho huella en grupos de distinto calibre que nunca se han conformado con los remedos de cambios que adornan los rituales electorales. Una singular combinación de esos factores críticos internos con presiones crecientes de la propia sociedad, al lado de políticas públicas atinadas, es la única vía que puedo avizorar para responder constructivamente a la perplejidad de una universidad dura de cambiar.

No digo que el mandado esté hecho, digo apenas que hay un chance.

Misión casi imposible RIGOBERTO LANZ

Reformas de la diversidad universitaria

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y no exclusivamente en la existencia de estándares mínimos de aprendizajes sino en restricciones a la flexibilidad y diversidad de procesos educativos.

La respuesta es el movimiento de la diversidad, centrado en los aprendizajes y en la flexibilidad de procesos de enseñanza y de diversidades curriculares, pedagógicas institucionales.

Se expresa en múltiples direcciones: algunas focalizadas en los aspectos curriculares, hasta otras más centradas en los aspectos de acceso, en tanto otras centradas en las diversidades pedagógicas. Es la forma de construir la universidad plural de la diversidad. El tema es no sólo la diversidad de sujetos (indígenas, personas con discapacidad u otros excluidos) de los procesos de enseñanza, sino que es la diversidad de procesos de enseñanza, de pertinencias, de estructuras organizacionales y de misiones educativas.

Así irrumpen cada vez más diversidades educaciones como la educación teórica, la educación práctica, la educación en red, virtuales, a distancia, semipresencial, y la educación especializada, como parte de esas diversidades curriculares y pedagógicas

Es una demanda de diversidad, que es al tiempo la búsqueda de siempre de la libertad y la autonomía de las instituciones educativas buscando construir caminos pedagógicos y curriculares propios.

La excesiva regulación, el avance de guías más amplia y precisas y estándares para todos los procesos educativos, plantea un borde complejo entre libertad y autonomía como mecanismo para alcanzar la calidad a través de la diversidad o a través de la burocratización y regulación de los procesos educativos para alcanzar la calidad.

La diferenciación institucional así como la autonomía son los presupuestos que están abriendo las puertas universitarias al multiculturalismo, currículos y recorridos más libre y diversos y pedagogías propias de cada institución.

*EX DIRECTOR UNESCO – IESALC CON SEDE EN VENEZUELA

Reformas de la diversidad universitaria

CLAUDIO RAMA Sobre política gremial

Voy a comentar las resoluciones de una reciente asamblea convocada por la Asocia-ción de Profesores de la UC, a la cual asistí el 13 de mayo recién pasado. En medio del normal clima de agitación (o por lo menos, de alerta) gremial en las universidades por lo que pudiéramos llamar “retraso salarial” se entendía que se trataba de discutir el clásico qué hacer. A este respecto, la asamblea no aprobó la paralización de las actividades. Otras resoluciones fueron menos sensatas.

Por ejemplo: la asamblea rechazó que “se asuma que la lucha es gremial, siguiendo la legalidad democrática, continuando con el diálogo con el gobierno democrático actual”. El rechazo fue, para decir lo menos, curioso, porque, por otro lado, la misma asamblea aprobaba ordenarle a su dirigencia mantenerse en la mesa de discusión con el ministerio correspondiente. También rechazó unas propuestas de algunos participantes en las recientes huelgas de hambre, que ahora actúan como si fueran dirigentes de gran autoridad, en cuanto a atacar al gobierno porque éste era “anormal”. Digamos que en términos generales, el gremio acogió en la práctica la conducta de mantener algunas acciones de agitación, mientras se conversaba con el gobierno: “a Dios rogando y con el mazo dando” dijo uno de los líderes gremiales.

Si es así, ¿por qué esa cincuentena de profesores se niega a asumir que “la lucha es gremial, siguiendo la legalidad democrática, continuando con el diálogo con el gobierno democrático actual”? Por ciertas expresiones de los asistentes, la piedra de tranca tiene que ver con la intervención de varios oradores en el sentido de que este gobierno es “totalitario”, que “la única línea es salir de este gobierno en 2012”, “este gobierno es enemigo de las universidades”, enunciados todos que convertían la asamblea en un simple mitin de opositores.

De nuevo nos encontramos con una de esas “contradicciones pragmáticas”, esos enunciados que se niegan a sí mismos en el hecho mismo de ser dichas. Como les decía a los colegas: si estuviéramos en un totalitarismo, no habría esta asamblea y desde hace tiempo que los asistentes que se emocionan tanto hablando mal del gobierno, estuvieran, por lo menos, en un campo de concentración. Aprobar continuar las negociaciones con el gobierno y, al mismo tiempo, emprender acciones de agitación sin tomar medidas clandestinas, suponen un clima de libertades y diálogo muy diferente al que privaba en los gobiernos de Videla o Pinochet. Por lo demás, hacer esas acciones y sólo esas, es mantenerse en la legalidad. Pero ocurre que esas calificaciones funcionan como un prejuicio obsesivo, sembrado a martillazos, que impide razonar. No se advierten las contradicciones entre lo que se dice y lo que se hace. Por otro lado, el obsesivo defiende su prejuicio contra cualquier afirmación que lo ataque directamente. Se sacude cualquier expresión en contrario, presa de su intolerancia.

Lo mismo ocurre con la frase “el gobierno es enemigo de la universidad”. Y eso que los mismos dirigentes gremiales (o gente como los Maldonado) han dicho una y otra vez: este gobierno es como cualquier otro gobierno en lo que se refiere a la lucha gremial por mejores sueldos. Hay hechos y motivos por los cuales afirmar que los gobiernos enemigos de la universidad han sido los que han allanado, han matado, apresado y reprimido duramente a los universitarios. Un gobierno que reconoce deudas laborales y las ha venido pagando, que abre un período de diálogo para aprobar una nueva Ley de Educación Universitaria, incluso echando para atrás un proyecto malhecho, no se puede caracterizar como enemigo.

Con esos prejuicios obsesivos poco se puede hacer en materia de razonamiento. Aunque no pierdo del todo las esperanzas. Ya son evidentes los errores de la conducción gremial profesoral. Hasta se discute en esas asambleas que las cuentas de los dirigentes están mal hechas. Quizás sea posible todavía discutir, con un poquito de apertura, ideas nuevas como la sindicalización y el logro de un contrato colectivo para los profesores universitarios. ¿O estoy pecando de tonto?

JESÚS PUERTA

*UNIVERSIDAD DE CARABOBO

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Se dice que la posibilidad de “insertar un comentario” al pie de los textos publicados facilita la comunicación entre autor y lector. No estoy muy seguro. ¿Cómo responder a todos? Desde ya, agradezco las versátiles opiniones suscitadas a raíz de mi artículo “Facebook: ¿coro de pajaritos?” (La Jornada, 29/06/11).

Mis apuntes fueron disparados por una observación del escritor y medioambientalista argentino Antonio Elías Brailovsky: “…la historia de cómo y por qué perdimos el rumbo y comenzamos a pedirle a la tecnología cosas que no puede darnos es larga y merece opiniones diversas”.

Brailovsky dice que una de ellas consiste en creer que podemos remplazar funciones naturales por medios tecnológicos. Mario Benedetti, por ejemplo, decía que enviar un “te quiero.com”, revela un “déficit” de comunicación personal. O lo que es igual: ¿comunicación es igual a información, conexión, catarsis?

Hace unos años, el actor mexicano Ricardo Fuentes organizó el proyecto “Volver a las cartas”, con miembros del Sistema Nacional de Creadores. Ricardo andaba preocupado por la despersonalización que ha traído la era de Internet y los correos electrónicos (La Jornada, 21/8/5). “La tecnología –declaró– contradice su propósito y termina por alejar a las personas más que unirlas.” ¿En qué habrá terminado su proyecto?

Los modelos de la industria digital (pretenciosamente llamada “cultura”) están vaciando de sentido a la comunicación. En lugar de responder a necesidades pensadas, el imparable consumo de tecnologías digitales es inducido por un puñado de programadores que se rigen por un concepto falaz de “mercado”: decidir “ahora y ya” lo que necesitamos.

Feisbuc o feis (permítame) se presenta como inofensivo sitio de la web para estimular las “relaciones interpersonales”. No lo dudo: debe ser vibrante rencontrarse con un amigo de la infancia, o la novia de juventud. Sin embargo… ¿recuperaríamos aquella inocencia? ¿Y si frente a la novia de ayer ambos quedamos tiesos del espanto? En estos casos, “feis” sugiere (amigablemente) que enviemos el álbum familiar completo, y otras intimidades. ¿Qué queeé…? ¡Ni madres!

La última tecnología feis (reconocimiento facial para etiquetar las fotos de forma automática) exhuma las desastradas obsesiones del criminólogo italiano Cesare Lombroso. Una tecnología similar a la del proyecto Automatic DJ,

usada para fines no agresivos: saber qué música nos gusta, con tan sólo hacernos una foto…

Ahora feis usará las fotos para clasificarlas en tipos de consumidores, basándose en preferencias y gustos. Y como los gobiernos compran estos datos para sus propios fines, las arbitrariedades lombrosianas (desestimadas por la ciencia a inicios del siglo pasado) volverán a la acción con tan sólo mirarnos la cara. Paradojas de la tecnología “moderna”.

Algunos dicen que feis también es una herramienta para luchar contra “todas” las dictaduras y la globalización excluyente. Dejaré esto para el siguiente artículo. Por ahora, pregunto: si en este mundo nada es gratis… ¿por qué 550 millones de personas (al alza) consintieron en regalar a feis pasado y presente de una información que, en principio, calificarían de “privada”?

Del poeta Stephan George: ¡ya vuestro número es un ultraje! Pero al margen de ansiedades y contrasentidos… ¿a los feisbuquianos les importa saber dónde y cómo se procesa y almacena esa formidable masa de datos que tecnológicamente requiere de centralización y control? En The Guardian, Tom Hodgkinson escribió acerca de los chicos de Feisbuc: “Todo lo conectan y todo lo guardan. Nada se les escapa. Fotos, correos electrónicos, conversaciones, imágenes, música, etcétera. Con eso definen un perfil sico-

socio-político de cada sujeto, y así te mantienen en la mira. Una vez ingresas, ya no te dejan salir; y si lo logras, toda tu información privada queda ahí”.

Hodgkinson sostiene que “…el sitio fomenta el individualismo para mantener un mayor control de la masa, y hace creer a los imbéciles que son importantes”. Mark Zuckerberg, su creador, parece darle la razón. En el libro The Facebook effect (David Kirkpatrick, Simon and Schuster, 2010), se transcribe un chat que el joven multimillonario escribió en los inicios del fenómeno mediático:

“Tengo 4 mil correos electrónicos y sus contraseñas, fotos y números de seguridad social. La gente confía en mí: they are assholes.”

Según Hodgkinson, Facebook está bajo control de las 16 agencias de seguridad de Estados Unidos, empezando por la CIA y el Departamento de Defensa. El periodista inglés anda bien encaminado. En mayo pasado, luego de la ruidosa “muerte” de Bin Laden, el canal TV Q13 de Seattle entrevistó a la indignada madre del niño Vito Lapinta, alumno de séptimo en una escuela primaria de Tacoma (estado de Washington).

Desde su cuenta, Vito había expresado su preocupación de que agresores suicidas atacaran al presidente Obama. Al día siguiente, agentes del servicio secreto lo interrogaron en pleno horario escolar.

Facebook y la vida de los otrosJOSÉ STEINSLEGER

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JOSÉ STEINSLEGER

En tiempos de –larga- transición democrático-revolucionaria, lo ideológico y lo cultural (y lo mediático), adquieren un predominio central: la disputa de las conciencias y la formación de nuevas subjetividades irán construyendo –o frenando la construcción- de la fuerza social de liberación, actor colectivo de la revolución, luchando por impulsarla hacia objetivos superiores en cada momento. La lógica del todo o nada (antagonizadora) no contribuye a la lucha político-ideológica de estos tiempos, es propia de otras situaciones, catástrofes o guerras estériles que no son de desear ni invocar alegremente. Responde al raciocinio del “manotazo” propio del mercado y de quienes sueñan con la “toma del poder” por cualquier medio (incluso por la “vía electoral”).

Desde el 11 de septiembre del 2001, Estados Unidos reforzó su papel de gendarme internacional. Inició un ciclo de agresiones tendentes a contrarrestar los desafíos que afronta en varios frentes, con acciones que apuntan contra sus viejos enemigos, sus nuevos adversarios y sus tradicionales aliados.

Intervencionismo generalizado

Desde el final de la Guerra Fría el Pentágono ha extendido su red de bases militares. Ingresó en varias regiones anteriormente vedadas (Báltico, Europa Central, Ucrania, Asia Central), acrecentó su presencia en América Latina e irrumpió en África. Estados Unidos ejerce un rol determinante en los conflictos armados, como invasor, instigador, proveedor de pertrechos o sostén de los bandos en pugna. Actúa en forma directa o lateral en todas las sangrías de África (Sudán, Chad y Somalia), Asia (Siri Lanka y Pakistán) y Medio Oriente (Afganistán, Irak, Libia).

El rol jugado por la CIA en estos choques sólo se conoce mucho tiempo después de su ocurrencia. Hay un trabajo sucio de los servicios de inteligencia financiado con enormes partidas del presupuesto militar. La penetración del espionaje en las actividades habituales de la diplomacia tradicional se acrecienta día a día.

En las zonas de ocupación se recurre a bombardeos sistemáticos contra la población civil, que la prensa adicta describe como “daños colaterales”. Los asesinatos de ciudadanos indefensos se presentan como acciones necesarias contra el terrorismo. Disparar a mansalva y balear

a los sospechosos son ejercicios habituales de los marines en Afganistán o Irak [3] .

Esa brutalidad aumenta en proporción al número de mercenarios incorporados a las tareas de ocupación. Las empresas de seguridad actúan sin ninguna atadura a las reglas militares y cuentan con protección oficial para comportarse como pistoleros. Estos actos de salvajismo son la carta de presentación que utilizan las compañías para obtener nuevos contratos del Pentágono [4] .La comandancia estadounidense monitorea formas inéditas de terrorismo de Estado, mediante secuestros y torturas que se realizan en una red mundial de cárceles clandestinas. Los prisioneros soportan condiciones inhumanas, se les traslada de un punto a otro y tienen anulado el derecho de defensa. La mitad de los detenidos de Guantánamo es totalmente inocente de las acusaciones que condujeron a su secuestro.

También se ha perfeccionado el asesinato selectivo a través de unidades especializadas. El ajusticiamiento de Bin Laden constituye el ejemplo más reciente de esta modalidad de terrorismo estatal. El líder de Al Qaeda no fue apresado como otros personajes semejantes (Noriega, Sadam) para exhibirlo en algún tipo de tribunal, sino que fue directamente acribillado por un comando elogiado por Obama. El relato infantil que montó el Departamento de Estado para presentar ese crimen como un acto heroico no logró ocultar que simplemente liquidaron un individuo desarmado.

La inmediata eliminación del cadáver incrementa las sospechas de una operación realizada con total impunidad extra-territorial. Al aplicar el método israelí de ultimar a los adversarios en cualquier parte del planeta, Estados Unidos convierte la violación de la legalidad internacional en un

hábito de sus incursiones.El desprecio por la vida humana es el

fundamento de una nueva doctrina de guerra perpetua y destrucción de las poblaciones elegidas como blanco. La justificación de la agresión sigue un guión estándar de argumentos simplistas. Se presenta al enemigo como un “dictador hitleriano” (Sadam) y se invade el país para evitar un “holocausto de inocentes” (Haití, Sierra Leona). Los ataques ejemplares se alientan como forma de impedir que los “tiranos se envalentonen”, afectando la “seguridad mundial”. Toda la artillería es concentrada en un “eje del mal” de países ingobernables o “Estados fallidos” (Corea del Norte, Irán o Venezuela) [5] .

Estados Unidos afirma que debe ejercer su “responsabilidad de proteger a los civiles”. Pero termina consumando masacres, que se ubican en las antípodas de cualquier “intervención humanitaria”.

Las agresiones siempre se perpetran con alusiones a la libertad y la democracia, hasta que salen a flote los verdaderos propósitos. En ese momento se destapa que lo importante en Irak era el petróleo (y no las armas de destrucción masiva), que en Panamá el problema era el canal (y no las drogas) y que Afganistán es un sitio geopolítico esencial (con o sin Bin Laden). El imperialismo redobla la apuesta frente a cada obstáculo y responde con nuevas convocatorios guerreristas ante cualquier “peligro que afronte Occidente” .

Continuismo y degradación

Obama ha mantenido sin cambios esta política belicista y abandonó sus promesas de moderar la agresividad. Perpetúa Guantánamo, preserva la censura militar, avala la tortura, alienta a las tropas

Adversarios y aliados del imperio CLAUDIO KATZ

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y repite las mismas vulgaridades que Bush sobre el terrorismo. Sólo modificó el estilo y transformó un discurso prepotente en retórica calibrada, para restablecer alianzas y obtener más recursos. Esta continuidad ha generado decepción y el receptor del premio Nobel de la paz ya fue penalizado por el electorado con expectativas progresistas.

Obama retoma la política de Bill Clinton, que encubrió con disfraces humanitarios los ataques a Somalia (1992-93), los bombardeos de Bosnia y los Balcanes (1995), la agresión a Sudán (1998), la incursión en Kosovo (1999) y el hostigamiento de Irak (1993-2003). Actualiza el paradigma de “guerras justas” y concertadas, que durante los años 90 se implementaron en nombre de la globalización y el multilateralismo. Con ese molde corrige los excesos de la soberbia unipolar de Bush, buscando garantizar los objetivos militares que comparten los legisladores demócratas y republicanos.

Pero el belicismo imperial genera una degradación moral que desestabiliza a la sociedad estadounidense. Las aberrantes torturas y azotes en las cárceles de Irak y la conducta de un ejército dominado por el racismo y el acoso de mujeres, generan fuertes repercusiones internas. Los testimonios y las perturbaciones psicológicas de los veteranos conmueven a gran parte de la población. La pérdida de la ética militar genera angustias entre muchos retornados del frente y existen numerosos casos de suicidio.

También la privatización de la guerra, a favor de mercenarios con mayores sueldos que sus pares regulares, potencia la descomposición del ejército. Esta formación combate sin motivaciones altruistas y sus efectivos se reclutan entre una sub-clase de pauperizados, minorías (latinos y afros) y grupos con problemas legales de drogadicción. Son incitados a la matanza a través de entrenamientos, que convierten al asesinato es un hecho corriente. Pero esas infamias acrecientan un malestar interno que comienza a tomar estado público.

La agresividad imperial externa se traduce, además, en un recorte de las libertades democráticas. Resulta imposible masacrar afuera y preservar dentro del país un sistema de información irrestricta. El giro hacia el totalitarismo interno incluye mayor control sobre la difusión de los acontecimientos bélicos.

El espionaje interno ha quedado desbordado en Estados Unidos por una enorme red de agencias. Estas entidades receptan y almacenan diariamente un cúmulo ingobernable de información, que nadie logra procesar y coordinar con alguna seriedad. El número creciente de personas con acceso a los sistemas clasificados ha deteriorado también el carácter confidencial de esa actividad y muchos secretos salen a la superficie.

Hay casos de hackers que difunden esa información por competencia informática o por simple afán de gloria. Pero también hay reacciones frente a la barbarie militarista. El periodismo militante tiende a multiplicarse para contrarrestar la censura de impuesta a la prensa [6] .

La militarización interna es un efecto de la paranoia, que ha generado la cruzada contra el terrorismo. El estado policial hace germinar fuerzas más descontroladas, entre una población habituada al uso de las armas, al racismo y a la persecución de inmigrantes. Algunas leyes en danza autorizan la detención de un individuo por cualquier tipo de sospecha.

La agresión imperial socava las tradiciones democráticas, a medida que la brutalidad externa incentiva el salvajismo en casa. El trato brutal que soportan los presos comunes es otro ejemplo de esta regresión. L a tasa de encarcelamientos en Estados Unidos es cinco veces superior al promedio internacional. Los detenidos pobres no pueden solventar su defensa y existe un ambiente fascista en todas las prisiones, administradas como negocios privados.

En este clima militarista se apoya la derecha estadounidense, que perdió fuerza durante el ocaso de Bush y recupera posiciones ante la impotencia de Obama. Este sector incentiva la intolerancia y las supersticiones religiosas, con ideas trogloditas sobre el aborto y el uso del rifle. Su nuevo vocero del Tea Party aprovecha la desesperación que genera el desempleo, la fragilidad del los sindicatos y las dificultades de los movimientos críticos.

La propaganda reaccionaria es solventada por un sector de la plutocracia gobernante, que ha convertido las campañas electorales en torneos de gasto publicitario. Los medios de comunicación han perfeccionado todas sus técnicas de desinformación, para que la población ignore las barbaridades que realizan los

marines.Los distintos grupos derechistas

conforman, en la actualidad, la base social del imperialismo estadounidense. Brindan soporte a todas las cruzadas internacionales, a través de mensajes esquizofrénicos. Por un lado exaltan la democracia y la libertad de todos los ciudadanos del mundo y por otra parte realzan la superioridad estadounidense y el desinterés por el resto del mundo. Esta ideología persigue varios objetivos geopolíticos.

Bloquear a los adversarios

El imperialismo edstadounidense enfrenta actualmente el ascenso de un grupo de países de creciente gravitación, como China, India, Brasil, Sudáfrica o Rusia. Han sido bautizados con el término de emergentes por sus enormes recursos demográficos, naturales y militares o por su experiencia en la dominación político-militar. Esta irrupción representa un serio desafío para la primera potencia.

El ritmo de expansión de esos países no se detuvo con la crisis financiera del 2008-2010. Mientras que las economías centrales afrontaron los efectos de una severa recesión, los emergentes mantuvieron un importante nivel de actividad. Esa asimetría explica los intensos debates sobre acoples, desacoples y re-acoples, que rodearon a esa convulsión.

Este nuevo grupo de países se perfila como un tercer bloque, igualmente distanciado de las economías avanzadas y del Tercer Mundo. Mantienen una participación limitada en el PBI global, que se incrementa año tras año (del 14% en el 2007 % al 18% en el 2010). Este conglomerado creció tres veces más que las economías avanzadas durante el 2010, con deudas públicas en disminución y clases medias en expansión. Estos dos últimos indicadores presentan una evolución muy negativa en la tríada.

En el año 2000, sólo 26 de las mayores 500 empresas (por su nivel de capitalización bursátil) pertenecían al grupo emergente. En la actualidad llegan a 119 y han liderado varios procesos de adquisiciones de grandes firmas. Además, un tercio de los bonos de tesoro estadounidense se encuentra actualmente atesorado en sus Bancos Centrales [7] .

La nueva gravitación de estas economías quedó consagrada en el esquema de jerarquías mundiales que introdujo el G 20. Este agrupamiento modifica la administración de las turbulencias globales que imperó en los años 80 o 90, en torno al restringido G 7. Se ha conformado un nuevo club de participantes de las cumbres presidenciales, que marginó al G 192 de las Naciones Unidas, pero ensanchó el núcleo de los principales decisores.

Existen varias denominaciones para

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tipificar al nuevo agrupamiento. El término BRICs (que introdujo Goldman Sachs) es descriptivo y se emparenta con invenciones mediáticas muy ingeniosas, pero poco consistentes.

Lo importante es percibir cómo el ascenso de estas economías desafía los viejos liderazgos imperiales. Son países con rasgos semiperiféricos, que comienzan a ocupar las frecuentes situaciones intermedias que ha registrado la historia del capitalismo. En ese terreno se ubicaron en el pasado las potencias que alcanzaron liderazgos (Estados Unidos, Alemania, Japón), los países que no continuaron ese ascenso (Suiza, Bélgica, España) y los que se extinguieron como fuerzas relevantes (Italia).

Es evidente que la gravitación geopolítica de los emergentes aumenta, especialmente en los entornos regionales más próximos. Este rol se verifica en las acciones de ejercicio de la autoridad zonal, que en los años 60 fueron bautizadas con el término de “sub-imperialismo”. Estas iniciativas repiten los pasos recorridos por las potencias que buscaron alcanzar un status internacional significativo.

Este proceso suscita gran preocupación en los círculos conductores del imperialismo estadounidense, puesto que el ascenso de sus desafiantes actuales difiere del registrado durante la posguerra. En ese período emergieron varias economías occidentales asociadas (Canadá, Suecia, Australia) y un núcleo de aliados confiables (Japón, Alemania, Corea del Sur). Esos países mantenían una relación de estrecha

subordinación hacia Estados Unidos, que no comparte el grupo que despunta en la actualidad.

Frente a este escenario, el gigante del Norte recurre a una variable combinación de presiones, alianzas y amenazas. Su estrategia general está dictada por el objetivo de frenar a China, disuadir a Rusia, cooptar a India y coordinar el avance de los poderes específicamente zonales de Brasil y Sudáfrica. Esta política también incluye sostener a Arabia Saudita, vigilar a Turquía y poner en cuarentena a Pakistán. Se consuma tomando distancia de las deliberaciones en la ONU y reforzando el sistema global de bases militares [8] .

El Departamento de Estado trabaja intensamente, para evitar que el grupo emergente se constituya como un bloque geopolítico independiente, con agendas propias e iniciativas coordinadas. Hasta el momento ese alineamiento sólo ha realizado algunas reuniones (Ekaterimburgo 2009, Brasilia 2010), que no definieron políticas comunes.

Estados Unidos pretende aprovechar el estadio inicial de este proceso, para promover la dispersión del grupo. Las elites de la primera potencia son conscientes de la existencia de un posible escenario multipolar de mayor equilibrio entre las fuerzas capitalistas del planeta. En este contexto se podría forjar un contrapeso, que los líderes estadounidenses buscan contrarrestar mediante la fractura del nuevo bloque.

El principal instrumento para propiciar esta división es la cooptación de ciertos

adversarios a una asociación unilateral con el imperialismo dominante. Esta captura es presentada como una construcción de “nuevas gobernanzas mundiales”, que en los hechos preserva la conducción estadounidense. Pero esta política exige también reconocerle a cada sub-potencia, un derecho de opresión regional en sus esferas de influencia.

También en el plano económico Estados Unidos emite tentadoras ofertas de alianzas bilaterales. Aquí aprovecha la fuerte distancia que todavía separa a cualquier economía emergente de los países desarrollados. Por el alto nivel de pobreza y desigualdad, el ingreso per cápita de los BRICs se mantiene muy por debajo del promedio de las principales potencias y del grueso de los países europeos.

Antes del estallido de la crisis reciente, el acceso comercial al mercado interno estadounidense constituía la principal carta de negociación estadounidense. Esa oferta se ha reducido, pero no ha desaparecido y permite tantear convenios bilaterales con cada país, para abastecer al principal importador del planeta.

Coopetación y fracturas

Para alentar las tendencias centrífugas, el imperialismo estadounidense refuerza a las relaciones privilegiadas que mantiene con las clases dominantes del bloque emergente. Esos sectores prosperaron bajo el neoliberalismo y se forjaron al calor de las privatizaciones, buscando emular el estilo de enriquecimiento y consumo de sus pares estadounidenses. Esta herencia de comportamientos choca con la consolidación de proyectos coordinados entre las economías que emergen.

Las elites de estos países no tienen ninguna intención antiimperialista. Priorizan alianzas con el padrino estadounidense. Observan con terror cualquier insubordinación popular en los escenarios sociales explosivos en que actúan.

La experimentada diplomacia estadounidense conoce estos contextos y apuesta a frustrar la consolidación de los emergentes, recordando los bruscos cambios del contexto internacional, que se han observado en las últimas décadas. Del ascenso de los “No Alineados” durante el auge de los Petrodólares, se pasó en los 80 a un colapso de endeudamiento y regresión de la periferia. Luego sobrevino el avance y estancamiento de Japón, el despertar y la crisis del Sudeste Asiático y las frustradas promesas de la Unión Europea. Si se repiten estas oscilaciones, la performance de las economías intermedias podría cambiar con vertiginosa celeridad.

Estados Unidos desenvuelve dos políticas muy distintas frente a los integrantes del bloque emergente. Un segmento es tratado con tolerancia y

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disposición a reconsiderar las formas de asociación con la primera potencia. Otro grupo recibe respuestas amoldadas a un rival a neutralizar. Mientras que India, Brasil y Sudáfrica son vistos como socios perdurables, Rusia y China son observadas con recelo y decisión de frenar su expansión.

a estrategia de asociación subordinada guía las relaciones con el primer grupo. Esta política incluye la aceptación de un nuevo margen de autonomía, para forjar coordinaciones hegemónicas en distintas regiones del planeta.

Este empalme es muy visible en el caso de la India. El viraje pro-estadounidense de sus clases dominantes es aprovechado por el imperialismo para reordenar el complejo ajedrez en una zona repleta de conflictos sociales, nacionales y fronterizos. Estados Unidos avala la gestión dominante de la India en sus áreas de influencia y aprueba por ejemplo la campaña contra los tamiles de Ceylán [9] .

Un visto bueno semejante reciben los gobernantes sudafricanos para estabilizar el sur del continente negro. La influencia geopolítica de esta ascendente sub-potencia se afianzó desde el fin del Apartheid, junto a la expansión de las empresas radicadas en Johanesburg. Aunque este desenvolvimiento puede generar conflictos competitivos con las firmas estadounidenses, Estados Unidos incentiva la función ordenadora que cumple Sudáfrica en el continente más desgarrado del planeta [10] .

El mismo tipo de estrategia impera frente a Brasil, que también experimenta una fuerte expansión económica y geopolítica. Estados Unidos observa con disgusto como este país motoriza la gestación de una OEA sin su presencia (a través del Grupo Río), pero también toma nota del estrecho contacto con el Pentágono que ha mantenido durante la ocupación militar de Haití.

Esta acción ejemplifica las nuevas formas de convergencia hegemónica, que el poder estadounidense concede a su socio. Como Brasil no cuenta con armas nucleares, ni con tradiciones recientes de expansión militar, la primera potencia incentiva esta gestión común [11] .

China y Rusia

Las estrategias de alianza que promueve Estados Unidos con ciertos países difieren de las políticas impulsadas frente a los viejos adversarios de Rusia y China. Las décadas de fuerte conflicto se distendieron con el fin de la guerra fría, pero ambos países continúan encabezando el listado de rivales estratégicos. Frente a ellos persiste una actitud bélica de disuasión.

Estados Unidos intentó la neutralización total de Rusia cuando se desplomó la

Unión Soviética. Vio la oportunidad de desarmar a su principal oponente de los años 50-60 y aprovechó el auto-destructivo giro neoliberal de las elites del país, para intentar la desmilitarización de su viejo enemigo. Robó secretos bélicos, infiltró las comandancias del ejército y sobornó a los funcionarios dispuestos a rematar por migajas los restos de la URSS.

Pero el imperialismo montó, además, un cerco con escudos anti-misiles avalado por sus nuevos vasallos de Europa del Este y Asia Central. Con este sistema colocó a su viejo antagonista en una situación de indefensión absoluta. El ingreso de los países bálticos y Polonia a la OTAN completó este cerrojo y la conversión de las viejas repúblicas soviéticas en satélites estadounidenses reforzó el asedio. Georgia se transformó en un servidor del imperio y los pequeños protectorados de la ONU (como Kosovo), utilizaron el disfraz de la independencia para instalar bases del Pentágono.

Pero esta política de sometimiento de Rusia suscitó finalmente una reacción de los propios dirigentes del país, que aprendieron en su nueva práctica de clase capitalista la conveniencia de sostener la integridad territorial. Los oligarcas que comandan la economía y los déspotas que manejan el estado captaron la imposibilidad de sostener sus negocios, si continuaba la desarticulación nacional que inició Yeltsin. Por esta razón comenzó el viraje de Putin hacia la reconstrucción del poder militar. El objetivo es asegurar el control sobre las enormes riquezas energéticas y proteger con la fuerza el petróleo, los oleoductos y los gasoductos [12] .

La brutal paliza que propinaron las tropas rusas a Georgia ejemplifica esa reacción. El país se endureció además con la OTAN y exigió congelar el sistema de

misiles erigido en Europa Oriental, para encarar cualquier negociación sobre temas de seguridad. Dio por finalizado el desarme y duplicó en la última década el gasto militar.

En este nuevo marco Estados Unidos oscila entre continuar la presión fronteriza y aceptar el status bélico de Rusia. Por un lado tantea el mantenimiento de los misiles, compite por el control militar del Ártico y rivaliza por el padrinazgo de regiones con recursos naturales. La crisis de Kirguistán se dirime, por ejemplo, como una disputa de influencias en un territorio con bases estadounidenses y rusas.

Pero por otra parte, el Departamento de Estado negocia con Rusia reconociendo autoridad sub-imperial. Esa actitud ha predominado frente a las demandas nacionales de los chechenos. El gigante eslavo perdió la primera oleada de batallas contra ese pueblo (1994-96) y lanzó una segunda guerra (desde 1999) con grandes masacres de la población civil. Estados Unidos oculta especialmente estas matanzas por enemistad común ante cualquier insurrección islámica. En esta “lucha contra el terrorismo” Rusia y Estados Unidos reencontraron estrechos puntos de acuerdo.

Pero la definición más compleja que enfrenta la primera potencia es la estrategia a seguir frente a China. Allí se localiza el principal competidor de la supremacía estadounidense. Es una amenaza que ya está a la vista en el terreno económico. El avance del rival oriental se ha tornado incontenible en las últimas décadas y se afianzó en la última crisis financiera .

China se afirma como segunda economía del mundo, luego de superar a Japón. Mantiene un promedio de crecimiento del 10% anual y se ha transformado en el mayor exportador del planeta. Encabeza la tabla mundial de fabricantes de autos y alberga el principal mercado de nuevos vehículos. Como se transformó en el principal usuario de energía, ya lidera la emisión de monóxido de carbono [13] .

Las consecuencias geopolíticas de ese progreso se vislumbran en la presencia de la sombra china, en todas las regiones con recursos naturales. Las empresas orientales conquistan espacios en los países asiáticos y en cualquier zona de África o América Latina con gas, petróleo, minerales o insumos agrícolas. Este dinamismo oriental desestabiliza la pretensión estadounidense de preservar su liderazgo imperial. El incremento del gasto militar chino -que saltó de la moderación a la expansión en la última década- es también un dato relevante.

El avance chino ha generado más desconcierto entre los diseñadores de la política exterior estadounidense, que la irrupción japonesa de los años 80 . Hay varias estrategias abiertas, en un abanico

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de posturas beligerantes (promovidas por Pentágono) y conciliatorias (alentadas por las empresas transnacionales).

Un sector (Kaplan y Mearsheimer) propone retomar la guerra fría y crear un clima beligerante entre los aliados de la zona (Japón, Australia, Taiwán y Corea del Sur) para reproducir el hostigamiento que debilitó a la Unión Soviética. Otra postura (Pinkerton) promueve incentivar los conflictos con otras potencias (India, Japón), para lucrar con el debilitamiento de todos los competidores. Otra tesis (Kissinger y Brezhinski) sitúa la amenaza china sólo en el flanco económico y busca formas de asociación. Durante su gestión Bush no privilegió ninguna de estas opciones y esta vacilación persiste con Obama [14] .

Esta misma variedad de posturas se verifica en la contraparte china. Hasta ahora ha prevalecido la fracción de la elite costera, que promueve preservar estrechas relaciones económicas con Estados Unidos, con el propósito de mantener la primacía de las exportaciones y el financiamiento de un socio privilegiado. Esta orientación limita todos los ensayos de giro hacia el mercado interno, la mayor inversión en el agro y la apreciación del yuan.

La postura opuesta propone diversificar las acreencias y tomar distancia del deudor estadounidense. Propugna contrarrestar los desequilibrios que genera un esquema exportador, que descontrola la afluencia rural hacia las ciudades, mantiene los salarios contraídos y limita el consumo de los sectores más humildes. La influencia de este sector es mayor en las provincias del interior y no logra preeminencia entre los conductores de la política exterior oriental [15] .

Las indefiniciones de los grupos dirigentes de ambos contendientes acrecientan las tensiones que genera la expansión de China. Los aliados tradicionales de Estados Unidos en Asia

soportan la desestabilización que impone un vecino arrollador, que tiende a convertirlos en proveedores de insumos.

Es evidente que China amplía su esfera de influencia con exportaciones de capital y mercancías. Pero su perfil futuro no depende sólo del continuado despliegue productivo, sino también de un desenlace político, entre las estrategias en pugna en las elites dirigentes.

Presión sobre los aliados

Estados Unidos ejerce su liderazgo imperial con la resignada aprobación de Europa y Japón. Este aval ha sido muy visible en la crisis económica de los últimos años. Cada encuentro entre presidentes para ajustar medidas de socorro a los banqueros fue sucedido por reuniones de seguridad, auspiciadas por el Pentágono. En estos cónclaves se definieron las prioridades del imperialismo colectivo.

Japón mantuvo su status político subordinado a las necesidades del Departamento de Estado. Esta performance surgió al concluir la segunda guerra y se atenuó posteriormente , pero nunca evolucionó hacia formas de administración más autónomas. Por esta razón, los conflictos comerciales y financieros con la primera potencia siempre tuvieron desenlaces desfavorables para los nipones.

Japón h sostenido la economía estadounidense desde los años 70, a través de múltiples concesiones en el tipo de cambio, los aranceles y las normas crediticias. Al carecer de poder militar, cuenta con un margen muy estrecho para negociar con mayor dureza. Apuntaló el dólar revaluando el yen, limitó las exportaciones, solventó el gasto militar estadounidense y accedió a la reestructuración industrial que propició su socio [16] .

El status de Europa es muy distinto, pero se encuentra también condicionado

por el despliegue de bases militares yanquis, en todos los puntos estratégicos del Viejo Continente. Estados Unidos impuso desde la posguerra relaciones iniciales de subordinación (Alemania), dependencia (Italia), asociación (Gran Bretaña) y también enfrentó tensiones (Francia). Este cuadro tuvo una evolución muy dispar hasta la creación de Unión Europea.

A partir de esta asociación se ha forjado un nuevo escenario asentado en la existencia de una moneda común y el afianzamiento de un gran tejido comercial, financiero y productivo. Pero la Unión no ha logrado construir su propia estructura militar y tampoco comparte una orientación diplomática externa común. La influencia europea en Medio Oriente y Asia Central decrece y no se han establecido relaciones estrechas con Rusia. Esta impotencia deriva del enanismo militar que se auto-impone la Unión Europea, al mantenerse bajo el paraguas de la OTAN.

Esta irrelevancia salió a flote durante la guerra en la ex Yugoslavia (1999). Estados Unidos fijó los ritmos y las modalidades de la intervención externa, en el primer conflicto militar de proporciones dentro de Europa desde la Segunda Guerra. Estas acciones se articularon bajo el mando del Pentágono, luego del fracaso de todas las mediaciones ensayadas por las potencias del Viejo Continente. Las tropas que enviaron estos países se adaptaron también a las directivas estadounidenses.

La misma sumisión militar volvió a observarse en todas las negociaciones encaradas con el ex bloque soviético. Mientras que Bruselas dirige las tratativas de ingreso al Euro de cada candidato de Europa Oriental, Washington determina cuántos misiles deben desplegarse en Polonia, el Báltico y la República Checa.

La carencia de cohesión militar europea se acentuó con el regreso francés a la OTAN. Este retorno marcó el sometimiento del último díscolo a la primacía estadounidense. Francia había intentado durante décadas desenvolver su potencial atómico en forma autónoma y mantuvo serios conflictos con el Pentágono, para preservar la tradición gaullista de independencia. Pero este rumbo perdió peso y parece agotado.

La Unión Europea brindó en los últimos años un sostén silencioso y disciplinado a todas las exigencias de su hermano mayor. Permitió que los aviones estadounidenses utilizaran su espacio aéreo, avaló operaciones encubiertas de Medio Oriente y aportó tropas para las invasiones dispuestas por el Departamento de Estado.

En cada cónclave de la OTAN se ultiman detalles de distintas incursiones. En Estrasburgo (2009) se acordó cómo contribuirá Europa a nuevos despliegues en Afganistán (que ya cuentan con efectivos de Francia, Alemania, España y Gran Bretaña). En Lisboa (2010) se reafirmaron

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los atributos de la organización que apadrina el Pentágono, para definir enemigos y estrategias de hostilización.

Pero lo más conflictivo es el pago de la cuenta. La crisis financiera abre serias dudas en torno a la financiación de los operativos. Todos los miembros europeos de la OTAN padecen monumentales desequilibrios de sus cuentas públicas y la organización se enfrenta con la cuadratura del círculo: postula aumentos del gasto militar sin recursos suficientes para solventarlos [17] .

La impotencia bélica europea tiene manifiestas consecuencias en el plano económico. Como los capitalistas advierten quién es su real protector en las situaciones de crisis, se recuestan sobre el dólar y los bonos del tesoro. Esta preferencia acentúa a su vez las debilidades europeas para gestionar la crisis, manejar la deuda pública y modificar la política conservadora del Banco Central Europeo (que obstruye con altas tasas de interés la integración productiva continental).

Existen muchos interrogantes sobre el futuro de la Unión Europea si la crisis económica actual se profundiza. La ausencia de un resorte militar unificador confirma hasta ahora las diferencias cualitativas con Estados Unidos. El Viejo Continente ha perdido el sostén imperial que utilizaba en el pasado para atenuar los efectos de las convulsiones capitalistas. La supremacía militar le aporta en cambio a Estados Unidos, un gran instrumento para descargar las consecuencias de estos desequilibrios sobre sus rivales.

El test de la proliferación

Todas las tendencias y contradicciones que rodean a la supremacía imperial estadounidense se verifican en los debates sobre la proliferación de armas atómicas. Estados Unidos ya no afronta perspectivas de guerra nuclear con otras potencias. La confrontación con la ex URSS ha desparecido, pero se ha creado un nuevo problema con el comercio de ese armamento. La prioridad del Departamento de Estado es la contención de ese explosivo intercambio y la estricta supervisión estadounidense de esta actividad.

Como ya existen nueve países con arsenal atómico (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia, Israel, Pakistán, India y probablemente Corea del Norte), resulta casi imposible un bloqueo total de la proliferación. Por esta razón el Pentágono ha centrado todas sus exigencias en el control.

Esta supervisión no guarda el menor parentesco con la pacificación. Lo que está en debate es la racionalización y no la disminución del número de bombas. Mientras se negocia la reorganización del arsenal mundial se están desarrollando

nuevos artefactos (X-51), que alcanzarían a cualquier país en menos de una hora. También se ultima el funcionamiento de un submarino, que transportará 6 bombas nucleares. Lo que se discute siempre es el destino de las ojivas obsoletas y no el uso de sus equivalentes almacenados [18] .

El Pentágono busca acelerar también estas tratativas, puesto que perfecciona la amenaza nuclear con nuevos desarrollos de fuerzas convencionales. En la medida que asegure su control del ajedrez nuclear, podrá desenvolver esos armamentos, que constituyen su apuesta estratégica para el próximo período [19] .

Pero sólo reafirmando su liderazgo imperial, Estados Unidos puede contar con la última palabra, a la hora de definir quién accede al mortífero club atómico. Todas las exhibiciones de fuerza apuntan a mostrar ese poder de supervisión. Los expertos estadounidenses exigen derecho de revisión de todo el material dudoso y también reclaman un riguroso poder de veto para cualquier transferencia.

Estados Unidos ha desarrollado una doctrina para catalogar los países que amenazan la seguridad y los estados que reúnen todos los atributos para custodiar la paz. Con esa clasificación define quiénes están maduros para participar en la disuasión y quiénes deben ser excluidos de ese juego.

En la última reunión internacional que abordó el tema (Washington, principios del 2010), la primera potencia estableció la agenda nuclear debatida por 47 países. Exigió blanquear los arsenales atómicos para impedir transferencias indeseadas y propuso instaurar un control del stock de plutonio y del uranio enriquecido (dos ingredientes de la bomba), bajo estricto escrutinio estadounidense.

También exigió un plazo de cuatro años para someter todo el material sospechoso al control de un organismo manejado por el gigante del Norte (Asociación Internacional de Energía Atómica). Se suscribieron

acuerdos de eliminación inmediata de esas sustancias con Chile, Canadá, Ucrania y México y se estableció un cronograma general, que Estados Unidos también acelera para reactivar el desarrollo nuclear, como fuente de energía alternativa al petróleo.

Un punto conflictivo es el blanqueo de las 200 cabezas nucleares que tiene Israel. Este reconocimiento es una prenda de negociación para someter a todos los países a las nuevas reglas de Washington. Como el estado sionista es también el principal artífice de un eventual ataque aéreo a las instalaciones nucleares de Irán, su caso ha quedado circunscripto a un tratamiento especial. Israel no quiere rivales en la disuasión atómica de Medio Oriente y tiene en la mira ese eventual bombardeo, antes de la maduración del proyecto nuclear de Teherán.

Este ataque se mantiene como opción, mientras Estados Unidos juega la carta diplomática, para disuadir a Irán de su desafío atómico. El método de presión de los estadounidenses para forzar este desarme se parece mucho al practicado por Bush con Irak. Resoluciones de la ONU condenando al país, exigencias de apertura a las inspecciones internacionales y finalmente, algún ultimátum de rendición. Para realizar este chantaje cuentan con la estrecha colaboración de Alemania y España.

Pero Estados Unidos necesita comprometer a Rusia y eventualmente a China en el cerco contra Irán, para tornar asfixiante esta presión y bloquear las transferencias de tecnología. Ambas potencias exigen fuertes contrapartidas a cambio de esa complicidad. Por esta razón, se han ensayado otros caminos de mediación, a través de Brasil y Turquía.

Durante el año 2010 ambos países

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transmitieron un ultimátum preparado por Estados Unidos que no prosperó. La pretensión de comprometer a Rusia, China o la India en esta mediación también fracasó, puesto que los tres países tienen sus propios intereses sub-imperiales en la zona. No quieren armas nucleares en Irán, pero prefieren abstenerse del ejercicio de presiones directas.

Estados Unidos necesita, además, el concurso de otros socios para ordenar la situación de ciertos aliados –como India y Pakistán- que han evitado suscribir el tratado de No Proliferación. Un conflicto entre ambas naciones podría derivar en el uso del material nuclear. Pero aquí el Pentágono acepta jugar con fuego, puestos que ambos países integran el círculo íntimo de sus asociados.

En cambio, las exigencias sobre Corea del Norte aumentan día a día. El Departamento de Estado busca imponerle a ese país una cuarentena más severa que a Irán, ya que su desarrollo atómico le permite comercializar algunas franjas menores del explosivo armamento. Este hostigamiento es permanente y requiere un activo concurso de China, que el gigante oriental mantiene en reserva.

Estados Unidos difunde la ridícula versión de un dictador loco que se resiste a desmontar su arsenal, a la espera de mayores retribuciones económicas. En los hechos el Pentágono ha reforzado la presencia de sus tropas en Corea del Sur y promueve todo tipo de incidentes militares para bloquear la distensión, que ensayaron en la última década los mandatarios de ese país. El rumbo actual está dictado por un simple incremento de las provocaciones, a fin de imponer el desarme del adversario.

Todas estas peripecias en torno al arsenal nuclear retratan la situación actual de la dominación imperial estadounidense. La primera potencia ejerce activamente la supremacía militar y busca reafirmar ese poderío contra cualquier adversario

existente o potencial. Somete a Europa y Japón, negocia con Rusia y China, fija el calendario de las ofensivas y de los blancos.

Estados Unidos refuerza, por lo tanto, su papel de gendarme para contrarrestar los desafíos de viejos enemigos, nuevos adversarios y tradicionales aliados. Intenta bloquear el ascenso de las economías en crecimiento, mediante la cooptación de ciertos países y la presión militar sobre otras naciones. En todos los casos, ejerce un liderazgo imperial para asegurar la subordinación de sus asociados. Pero cada acto de reafirmación de ese poder enfrenta mayores y condicionamientos. Estos obstáculos se verifican en las zonas más calientes del planeta.

Notas:

[1] Este artículo forma parte de un libro sobre el imperialismo contemporáneo de próxima aparición.

[2] Economista, investigador, profesor. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su página web es www.lahaine.org/katz

[3] En el video “Collateral Murder”, filtrado por wikileaks en abril de 2010, se observa cómo operan este tipo de asesinatos de personas (y periodistas) que caminaban pacíficamente por una plaza. Ver: www.collateralmurder.org

[4] Una de estas firmas (Blackwater) ha extendido c on otro nombre (Xe Services) su oferta de trabajos sucios a la actividad civil, La Jornada, México, 1-10-2010.

[5] Un informe militar reciente de esta política denominado “Army Modernization Srategy” ilustra esa estrategia. Clarín, Buenos Aires, 14-10-08.

[6] Un informe de estas tensiones en Página 12, Buenos Aires, 25-7-10.

[7] Un análisis en La Nación, Buenos Aires, 5-9-2010.

[8] Una descripción de esta múltiple estrategia en: Tokatlian Juan Gabriel, “Una tentación imperial que aún no ha cedido”, Clarín, Buenos Aires, 30-11-10.

[9] Un análisis en Varadarajan Siddharth, “India ávida de reconocimiento”, Le Monde Diplomatique, Buenos Aires, Noviembre 2008.

[10] Ver: Bond Patrick. “El imperio norteamericano y el subimperialismo sudafricano”. El Imperio Recargado, CLACSO, Buenos Aires, 2005.

[11] Desarrollamos este tema en: Katz Claudio, Latinoamérica, “El peculiar ascenso de Brasil” en “Las disyuntivas de la izquierda en América Latina”, Edición cubana, Colección. Nuevo Milenio, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2010.

[12] Ver: Kagarlistky Boris. “El estado ruso en la era del imperio norteamericano”. El Imperio Recargado, CLACSO, Buenos Aires, 2005.

[13] Un informe en The Guardian-Clarín, Buenos Aires, 17-8-2010.

[14] La caracterización de estas estrategias es expuesta por: Arrighi Adam Smith en Pekín, Akal, 2007, (cap 10).

[15] Este análisis plantea: Hung Ho-Fung, “China: ¿la criada de Estados Unidos?”, New Left Review 60, 2010.

[16] Estos condicionamientos son retratados por: Murphy Taggart, “A loyal retainer? Japan, capitalism and the perpetuation of America hegemony Socialist Register 2011 The Crisis This Time Sep 2010.

[17] Ver: La Nación, Buenos Aires, 20-11-2010.

[18] Ver: Almeyra Guillermo, “El desarme nuclear de Obama”, La Jornada, México, 18-4-10.

[19] Ver: Weltz Richard, “Obama entre el desarme y la supremacía atómica, Clarín, Buenos Aires 11-4-10.

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Basem Tajeldine Algo comienza a podrirse en Europa. La crisis

económico-sistémica mundial del capitalismo muy pronto va a producir otra gran victima. No hablaremos aquí de los conatos de rebeliones revolucionarias que se experimentan en la periferia capitalista (Túnez, Egipto, Grecia e incluida España con sus “indignados”) que bien algunas de ellas podrían transformarse en verdaderas revoluciones anticapitalistas, sino de algo no menos significativo pero de mucha importancia para el centro capitalista mundial: la zona Euro.

Tal como lo aseveraron los investigadores del infame Club Bilderberg, y otros muchos: el Euro se convirtió, así como el dólar, en la moneda común indispensable para acabar con el resto de las monedas locales de la vieja Europa y allanar los caminos al gobierno mundial (el poder político oculto tras las transnacionales) que sometería a los pueblos de la región y del mundo.

El plan de construcción imperial en Europa no ha sido fácil, menos posible. Las asimetrías locales y la crisis económica mundial del sistema llego para arrebatarle a los también “think tank” del sistema sus planes hegemónicos que desde Europa contribuirían a la construcción imperial. El dólar no tiene valor ni sustento real desde 1971 cuando la administración Nixon rompió con las reglas establecidas en los acuerdos Bretón Woods (1944), y el Euro no logra mantenerse en pié. Esta afirmación no ha sido sólo producto de las especulaciones de una “izquierda trasnochada” (–como nos tilda la derecha para desprestigiarnos-); no fueron sólo los intelectuales Samir Amin, Atilio Borón y Claudio Katz quienes han augurado el fin del Euro, sino incluso la misma derecha, o mejor dicho, los apologistas del sistema capitalista quienes comienzan a aceptar sus propios fracasos.

En un artículo del reconocido medio transnacional de difusión BBC, del día 5 de julio de 2011, se resalta lo siguiente: “Este martes, sir Martin Jacomb, ex director del Banco Central de Inglaterra, puso el dedo nuevamente en la llaga en un artículo en el Financial Times en el que señala que el euro no tiene mucho futuro (...) Señaló que “la actual política de la Unión Europea está guiada por el imperativo de salvar al euro, pero no dará resultado (…) Esta política está firmemente afincada ya que el foco de las autoridades europeas es preservar la moneda única y evitar una crisis del sistema bancario, pero desafortunadamente (los rescates financieros) no serán suficientes”. Agregó que Grecia no puede salir de esta crisis, porque su adopción del Euro mina su competitividad, “eso seguirá así mientras el Euro continúe siendo su moneda”. Por eso, según Jacomb, “desmantelar el euro es la mejor de las opciones”.

Es sabido que el Estado venezolano conserva buena parte de sus reservas internacionales en esa moneda. Muy bien nuestros ministros y economistas asesores podrían ir pensando qué hacer con ellas, o por cual otra, o otras, sustituirla. Así ¡Quienes tengan Euros, que salgan de ellos!

Quien tenga euros, ¡que salga de ellos!

EEUU: los ricos cada vez más ricos

Un artículo en The Washington Post menciona que el 10% más rico de la población tenía en 2008, el último año para el que hay datos disponibles, casi los mismos ingresos que todo el resto del país junto

La propuesta de la Casa Blanca de subir los impuestos a los millonarios como parte de las negociaciones para reducir el déficit ha puesto la lupa en ese segmento de la población, que acapara un porcentaje creciente de la riqueza estadounidense. “Cualquier acuerdo para reducir el déficit exigirá decisiones difíciles (...) y creo justo el pedir a las petroleras o a los ejecutivos que viajan en aviones privados, a quienes les ha ido tan bien, que renuncien a sus ventajas fiscales”, dijo el presidente de Barack Obama la semana pasada en una rueda de prensa.

Todo hace prever que Obama vuelva a la carga contra las que ha bautizado como “vacas sagradas” del Partido Republicano el miércoles durante su primera tertulia en Twitter con los votantes, con quienes hablará sobre la economía y el empleo.

Las cifras demuestran que a los millonarios y multimillonarios de Estados Unidos les va cada vez mejor. Un artículo publicado el 18 de junio en el diario The Washington Post mencionaba, en ese sentido, que el 10% más rico de la población tenía en 2008, el último año para el que hay datos disponibles, casi los mismos ingresos que todo el resto del país junto. Las estadísticas compiladas por el Post muestran que los ingresos del 0,1 % más rico de la población, unos 152.000 estadounidenses, aumentaron un 385 % entre 1970 y 2008, hasta los 5,6 millones de dólares promedio anuales.

Por el contrario, el 90 % de los habitantes con ingresos más bajos, unos 137 millones de personas, han visto caer su poder adquisitivo en un 1 % en el citado periodo. Su salario medio anual es de 31.244 dólares. Esos datos reflejan la creciente desigualdad social en EE.UU., que ha ido en aumento desde los años 70 tras el periodo de estabilidad que siguió a la II Guerra Mundial. La desigualdad ha aumentado también en países como China, India o Reino Unido, pero la tendencia ha sido más acusada en EEUU. Eso hace que la primera economía mundial aparezca ahora junto a países en desarrollo como Camerún y Costa de Marfil cuando se usa el denominado “coeficiente Gini”, que mide el nivel de desigualdad.

“Una nación no puede prosperar cuando favorece sólo a los que prosperan”, advirtió en su discurso de investidura Obama, quien pese a esas palabras no ha podido aún incrementar los impuestos a los más ricos y se ha topado con una fuerte resistencia ante propuestas como el plan de cobertura médica universal.

Los mensajes de advertencia no dejan de repetirse. Sarah Bloom Raskin, una de las siete integrantes de la junta de gobernadores de la Reserva Federal, alertó la semana pasada de que la desigualdad fruto del estancamiento de los ingresos de la mayoría de estadounidenses y el rápido aumento en la riqueza del 1 % de la población más acaudalada lastra la recuperación en el país.

“Esa desigualdad es desestabilizadora y mina la capacidad de la economía para crecer de forma sostenible y eficaz”, afirmó Raskin el miércoles pasado durante un foro en el centro New America Foundation con sede en Washington. A ella se suman voces como la del exministro de Economía turco Kemal Dervis, vicepresidente del centro de estudios Brookings Institution con sede en Washington, quien ha alertado también en muchos de sus artículos de los peligros de la creciente desigualdad.

Según Dervis, cuando un pequeño grupo concentra una gran parte de los ingresos hay que estimular la demanda o bien mediante tipos de interés muy bajos, o con prácticas hipotecarias irresponsables y un gran endeudamiento en las tarjetas de crédito, como fue el caso durante la mayor parte de la última década en Estados Unidos.

Más gráfico todavía es el economista Arthur Okun, presidente del Consejo de Asesores de la Casa Blanca a finales de los 60. “La sociedad estadounidense proclama el valor de cada ser humano”, dice en su libro “Igualdad y Eficiencia” Okun, quien critica el que la primera economía mundial “otorgue premios que permiten a los grandes ganadores alimentar a sus mascotas mejor que los perdedores alimentan a sus hijos”.

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La cooperación aparece como una necesidad ante el escenario de elevada volatilidad e incertidumbre. Cuáles son los pasos que debería dar Argentina. El papel clave que podría cumplir el Banco del Sur.

Cambio de paradigma

Por El escenario internacional muestra, en los últimos años, la crisis de un paradigma económico y cambios de trascendencia. El crecimiento económico mundial es claramente liderado por los países menos desarrollados, los países desarrollados atraviesan por una importante crisis fiscal y lento crecimiento y se discute, por primera vez en mucho tiempo, el paradigma de la globalización financiera, la desregulación del sector y, más ampliamente, el funcionamiento del sistema monetario internacional.

En este contexto, la cooperación regional aparece como una necesidad ante el escenario de elevada volatilidad e incertidumbre. Es también la posibilidad de recuperar una vieja tradición del pensamiento latinoamericano que ha planteado a la integración regional ya no como una opción sino como un aspecto central en el camino hacia el desarrollo económico y social. La integración significa hacer más sólida la posición financiera de los países, ampliar escala y competitividad, complementación productiva y mayor comercio. El desafío que se plantea es el de hacer fuerte a la región y el de hacerse fuerte en la región.

El camino de la cooperación y la integración regional implica alterar el orden de causalidad del paradigma de la globalización financiera, para poner a las finanzas al servicio del desarrollo productivo y no al revés. Es posible observar que los países que apostaron a un mayor crecimiento de sus manufacturas y la industrialización de las materias primas presentan mayores tasas de crecimiento y una clara mejora en sus indicadores macro-financieros. Mientras los países más avanzados, y algunos de la Unión Europea en particular, presentan niveles explosivos de endeudamiento, los países en desarrollo se han desendeudado, tendencia verificable tanto en Asia como en América latina. El deterioro fiscal en los países más avanzados es notable: el déficit fiscal alcanzó el 7,2 por ciento del

PIB en 2009, 6,3 en 2010 y se proyecta un 5,4 por ciento para 2011, destacando la compleja situación fiscal de EE.UU. La Unión Europea también muestra un escenario similar aunque de menor nivel, siendo su déficit de 4,4 por ciento del PIB en 2009, 4,1 en 2010 y un estimado de 2,3 por ciento para 2011. El peso de la deuda pública para 2011 alcanza el 103 por ciento del PIB para el promedio de los países desarrollados, 118 para los países del G7 y 82 por ciento para la Unión Europea.

Este paradigma en transición muestra entonces que el camino de la producción y el desendeudamiento es funcional a un mayor crecimiento y mayor protección ante el riesgo de volatilidad y contagio de factores de crisis en otras regiones. El desafío hacia una mayor profundización es alinear las regulaciones en función de este nuevo paradigma. El debate sobre las regulaciones de Basilea debe presentarse de manera diferenciada entre países avanzados y países en desarrollo, ello por cuanto la crisis no se generó en los países periféricos. No es aquí donde se debe desapalancar y reforzar la supervisión. En las economías sudamericanas es necesario aumentar el crédito y, fundamentalmente, direccionarlo hacia la producción, a los proyectos que amplíen los horizontes productivos y el uso del conocimiento, a la infraestructura que mejore la productividad sistémica y permita mejorar las condiciones de vida de los sectores populares.

Y en este punto aparece la cooperación financiera regional. Este debate sobre la arquitectura financiera regional tiene tres puntos centrales: a) la banca de desarrollo

para financiar proyectos de inversión de alto impacto regional, infraestructuras y proyectos de complementación productiva; b) los fondos para prevenir ataques especulativos y desequilibrios externos; c) la coordinación macroeconómica, en particular a lo atinente a controles sobre movimientos de capitales de corto plazo.

El desafío es trabajar en una integración productiva que nos permita pasar de las plataformas exportadoras a las áreas de integración y complementación productiva. En esto tiene un papel fundamental la infraestructura que permita viabilizarla, las cadenas de valor que se pueden amplificar en el ámbito regional y las Pymes, que son centrales si queremos pensar en una integración virtuosa en términos de la articulación del tejido social y sus efectos territoriales y sobre la distribución del ingreso.

Una banca de desarrollo regional puede financiar las infraestructuras necesarias para garantizar la expansión del aparato productivo y también el avance hacia una nueva fase de industrialización regional, con mayor peso de las actividades innovativas y el peso del conocimiento en la producción.

El sueño de Néstor Kirchner, plasmado en la constitución de la Unasur, se enfrenta hoy al gran desafío de la integración productiva y financiera. El Banco del Sur hará honor a su esfuerzo, junto al de los presidentes sudamericanos, por una integración que favorezca el desarrollo, la industrialización, el pleno empleo y la erradicación de la pobreza.

Qué integración regional conviene

MATÍAS KULFAS *

* ECONOMISTA. DIRECTOR DEL BANCO NACIÓN Y PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE ECONOMÍA PARA EL DESARROLLO DE LA ARGENTINA (AEDA).

EEUU: los ricos cada vez más ricos

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El proceso bicentenario de lucha por la emancipación en nuestra América suponía el imaginario de la integración regional, más como territorio e identidad compartida que como relaciones entre naciones. Esta última es la historia del capitalismo vernáculo y el vínculo entre los países. Cada institucionalización integradora tuvo el sello del capitalismo de época ya sea la Industrialización Sustitutiva de Importaciones (ISI) o el reciente período neoliberal.

La crítica popular al libre comercio y al orden económico hegemónico, en el cambio de siglo, construyó la posibilidad de limitar la propuesta del ALCA, que se renueva con tratados bilaterales y multilaterales empujados por Europa o Estados Unidos. Por eso, no debemos confundirnos, y pensar que regionalmente se ha superado el ciclo de inserción mundial subordinada, funcional a la estrategia global de un grupo reducido de transnacionales.

¿Quién decidió que los países del Mercosur sean en conjunto el principal productor y proveedor mundial de soja? ¿Es resultado de una decisión planificada soberanamente o producto de la estrategia de un puñado de empresas transnacionales de la alimentación y la biotecnología que manejan el paquete tecnológico del actual modelo productivo?

Hablando del sector industrial, ¿qué significa que el grueso del intercambio de bienes intra-Mercosur esté constituido por productos de la industria automotriz? ¿A quién beneficia? ¿A los trabajadores de las autopartistas de la región que deben disminuir significativamente su producción porque a las ensambladoras les es más barato importar las piezas de cualquier lugar del mundo; o a 12 grandes terminales transnacionales que pagan la hora de ensamble en la región casi una tercera parte de lo que vale en el sudeste asiático y luego exportan a precio internacional? No sólo es el Mercosur. Puede verificarse el crecimiento de la integración de Argentina con Chile, siendo la minería un motivo compartido de entrega de recursos naturales a inversores con dimensión adecuada para una explotación a gran escala con riesgo cierto de contaminación.

La sojización, el privilegio a la megaminería a cielo abierto y el carácter de industria ensambladora están ligados

a los fenómenos de subordinación al programa capitalista dominante. Son los intereses nacionales contradictorios, o mejor aún, los de las clases dominantes de cada país, las que obstaculizan una estrategia que asuma la perspectiva originaria de articulación de un proyecto regional autónomo, emancipado. La crisis mundial en curso nos devuelve los límites de la integración capitalista sostenida en el programa de la liberalización. Es el caso de Grecia, España o la periferia europea, países chantajeados por el poder del Banco Central de Europa, los bancos alemanes o franceses, el FMI, y la mediación de la burocracia política administradora del capitalismo en el viejo continente.

La hegemonía capitalista define en cada país y en cada región el curso de la acumulación, especialmente en época de crisis, donde el horizonte de preservar y restaurar ganancias se constituye en el objetivo principal. Es imprescindible la búsqueda de alternativas. No existe camino a imitar en las articulaciones integradoras hegemónicas. Lo que tampoco debemos olvidar es que, a contramano de lo que sucede en los países centrales, la periferia latinoamericana vive uno de sus mejores momentos en términos de los precios internacionales de sus productos de exportación. ¿Qué sucederá si termina esta favorable coyuntura con la acumulación de reservas soberanas, los superávit fiscales que financian la política social y sostienen los pagos de la deuda externa? ¿Por dónde ajustarán los gobiernos?

Por eso, hace falta ensayar un nuevo

camino que reconstruya el imaginario originario en nuestra América. Una clave de ese camino puede derivarse del postergado Banco del Sur, si sirve para orientar otro modelo productivo, que afirme soberanía alimentaria, energética o ambiental, para una diferente ecuación de beneficiarios y perjudicados. Puede ser el camino de la generalización de intercambios en moneda local, incipiente entre Brasil y Argentina, y entre los socios del ALBA, hacia un debate por una moneda regional en la disputa por la independencia de la inserción regional en la división internacional del trabajo.

Se trata de observar la estrategia concreta de desarrollo de Petrocaribe, que involucra a 18 países de Centroamérica y el Caribe y supone, desde las importantes reservas venezolanas de hidrocarburos, la construcción de refinerías y plantas de almacenamiento localizadas en la región, con financiamiento a bajas tasas de interés y una factura petrolera a pagar en condiciones favorables para países dependientes de la dominación transnacional. La cooperación energética es importante en la promoción soberana de un proyecto autónomo, lo que significa recuperar soberanía sobre los recursos naturales y disponerlos en una lógica no mercantil.

La perspectiva de construir estrategia económica común en la Unasur, superando el carácter de foro político con exclusión de EE.UU., habilita a discutir los límites del orden capitalista en nuestros países, base imprescindible para pensar una integración alternativa.

JULIO C. GAMBINA *

Un modelo en discusión

* DOCTOR EN CIENCIAS SOCIALES UBA. PRESIDENTE DE FISYP E INTEGRANTE DEL COMITÉ DIRECTIVO DE CLACSO.

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/Julio de 2011 /Julio de 2011JULIO C. GAMBINA *

Una concepción diferente acerca del desarrollo y progreso

El modelo de desarrollo basado en el molde consumista-destructivo del capital, resulta claramente incompatible con la sobrevivencia de la humanidad. El capitalismo globalizado, expresión máxima de esta civilización oxidental [Boff], hace aguas. No puede mantenerse; hacerlo equivaldría a extender y profundizar la producción destructiva de la sociedad y la naturaleza. Hoy, cuando la crisis de los capitales expone sus deficiencias a las conciencias de la humanidad, sería un contrasentido continuar sosteniendo que tal especulación, saqueo y guerrerismo -que abonan la escandalosa riqueza y abundancia de quienes constituyen el corazón del capital global y sus entornos cercanos-, es condición o premisa para el cambio y el progreso sociales. Sin embargo, la constatación de esta realidad no implica su superación. El desafío consiste, en este sentido, en buscar nuevas alternativas de desarrollo basadas en una nueva concepción del mundo, es decir, de la relación humanidad-naturaleza. En base a ella será posible construir y apostar a una concepción de desarrollo ajena al esquema impuesto por el poder (que pretende, por ejemplo, que para “llegar al desarrollo” es inevitable “alcanzar” a los países desarrollados del Norte, por derecha o por izquierda).

El socialismo del siglo XX dio por sentado que el tránsito al socialismo implicaba recorrer el camino al desarrollo truncado o deformado por el capitalismo. Con el afianzamiento de la revolución socialista de octubre, las nuevas revoluciones se propusieron –contando con el apoyo de la URSS y demás países socialistas “desarrollados”-, acortar el tiempo de construcción de las bases para dar el salto hacia el socialismo. Esto implicó -por izquierda-, la asimilación y extensión del modelo eurocéntrico de desarrollo, al socialismo y la transición. Los resultados adversos están a la vista. Sin embargo, las concepciones culturales están, en gran medida, vigentes. A continuación algunos elementos.

En Indo-afro-latinoamérica, se pensó -y en cierta medida todavía se piensa, por derecha o por izquierda-, que estábamos en una especie de estadío inferior al del desarrollo europeo y que –consiguientemente, en este aspecto-, el desafío/meta consistía en alcanzar (buscar) el mismo grado de desarrollo y estatus

de progreso social que los europeos. De ahí la auto-asimilación de la condición de países “atrasados”. Consiguientemente, el “desarrollo” se esperaba lograr, ya sea copiando los modelos del Norte (más exactamente, lo que desde allí decían que debía hacerse), o buscando vías para poner fin a la dependencia –con o sin la mediación del corte revolucionario-, en aras de “completar” el desarrollo de nuestros países, incluso mediante la instauración del socialismo (revolución de liberación nacional y social). Suscribiendo estos puntos de vista, quienes sostuvieron las posiciones revolucionarias en el siglo XX, en su mayoría, priorizaron la cuestión económica por sobre las sociales, culturales, etc., y centraron en ella el programa de transformaciones, relegando a un segundo o tercer plano la cuestión medular de toda revolución: ser un camino de liberación construido por sus protagonistas y -a través de ellos-, de la sociedad toda. Desde otro lugar, los defensores de la revolución por etapas (reformistas) también sostuvieron dicho esquema, aunque quizá de un modo más explícito: pretendían que era necesario primero “concluir el desarrollo” capitalista para luego pasar al socialismo.

Reformismo y revolución compartieron el mismo esquema del desarrollo y el tránsito revolucionario; ninguna de las propuestas socialistas de entonces rompió

con el paradigma eurocéntrico. En el caso de Cuba, los caminos y las posiciones fueron sinuosos. Los debates iniciales del Che respecto a la economía soviética, la construcción de la nueva sociedad y de los nuevos hombres y nuevas mujeres, constituyen una clara muestra de ello. [Ver: Apuntes críticos a la economía política. Op. Cit]

Por diversos caminos, las reflexiones actuales más maduras en este tema convergen en un punto: El “desarrollo” capitalista alcanzado (en el Norte), resulta hoy inalcanzable e indeseable. Es inalcanzable porque las “periferias” han sido excluidas del diseño y los planes de hegemonía del capital global actual (salvo como territorios sirvientes) y no tienen cabida en ellos. Es indeseable porque el carácter destructivo y devastador que conlleva su implementación va dejando en claro que ese “modelo” va a continuar con la depredación de la naturaleza, con el saqueo, con las guerras, es decir, continuará sembrando la muerte. Precisamente por ello es incapaz de promover, defender y garantizar la supervivencia humana y natural del planeta; tampoco ofrece soluciones a la pobreza, miseria, enfermedades, analfabetismo, carencia de infraestructura y exclusión crecientes de amplias capas de la población.

Estas razones, entre otras, hacen del

ISABEL RAUBEREl Buen Vivir, clave para una civilización intercultural

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debate del desarrollo un debate político, social, cultural y ético, además de económico, que -en nuestras tierras- se articula directamente con el debate de la pobreza y la riqueza, de la propiedad de los recursos energéticos, del acceso a los servicios, del goce de los derechos, es decir, con la democracia. Porque atender a todos esos problemas, buscar soluciones durables para ellos, es apuntalar procesos de desarrollo que son -a la vez- de democratización, y viceversa. Desarrollo y democracia guardan –en esta concepción del mundo una relación directa biunívoca, incompatible con la esquizofrenia capitalista que contrapone economía y sociedad, sociedad y política, humanidad y naturaleza, lo público y lo privado, lo macro y lo micro.

Tales planteamientos no son precisamente una novedad, hay bastante escrito y reflexionado alrededor de tales vínculos y la necesidad de impulsarlos. Pero es en el actual proceso de Bolivia, con el impulso de la revolución democrático cultural, donde se han constituido en ejes concretos del accionar gubernamental.

Partiendo de las propuestas de los movimientos sociales e indígenas elaboradas en años de resistencia y luchas, el gobierno boliviano ha confeccionado un Plan Nacional de Desarrollo que condensa aspectos centrales de esta nueva cosmovisión. En esto consiste –sustantivamente- lo nuevo de sus propuestas: las ideas superan el ámbito teórico reflexivo para cobrar vida en la acción político-social transformadora.

Uno de los elementos que sobresale en dicho Plan es la vinculación de las actividades de lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión, con los planes de desarrollo, obviamente basados en paradigmas diferentes acerca de este, afincados en la inseparabilidad del vínculo humanidad-naturaleza y economía-sociedad, y de ambas dimensiones entre sí.

Es por ello que el desmontaje del colonialismo neoliberal –además del histórico-, la descolonización raizal del Estado (y la sociedad) y la construcción de una nueva identidad boliviana plural e intercultural -basada en el reconocimiento de las múltiples nacionalidades que conforman el país, priorizando lo comunitario-, resulta una trama central a la hora de pensar cómo poner fin a la pobreza extrema y la exclusión social, y cómo disminuir la desigualdad encaminándose hacia una sociedad equitativa y justa.

El objetivo central [del PND] está centrado, por lo tanto, en la supresión de las causas que originan la desigualdad y la exclusión social del país, lo que significa cambiar el patrón primario exportador y los fundamentos del colonialismo y el neoliberalismo que lo sustentan. Es decir, desmontar, no solo los dispositivos

económicos, sino también los políticos y culturales, coloniales y neoliberales erigidos por la cultura dominante, que se encuentran diseminados en los intersticios más profundos de la organización del Estado y también en la mente de las personas a través de la práctica social individual en detrimento de la solidaridad y la complementariedad. [PND, 2006: 5]

El mencionado plan de desarrollo –integral y multidimensional-, se ocupa de rescatar-impulsar formas socio-económicas solidarias de interrelacionamiento humano. Consciente de que la pobreza urbana se relaciona con la migración interna, apuesta a buscar vías para evitarla. “No se puede tratar a la pobreza y no ver a los pobres,” sostienen. El desarraigo de las personas respecto de sus comunidades y la consiguiente situación de pobreza urbana, acarrea –en todas las realidades y circunstancias- la ruptura de formas culturales de integración social y la proliferación de formas competitivas y no solidarias de conducta y relaciones humanas. Modificar esta situación es también parte de la lucha contra la pobreza, por el desarrollo y por una democratización raizal de la sociedad.

No hay salida dentro del capitalismo

Lo que ocurre en el mundo no es casualidad, ni consecuencia de “errores” o deficiencias en la aplicación del modelo neoliberal: es lo que se buscó y se sembró; es el sistema. No escapan a esto las propuestas que pretenden ser “mejores”, superar esas “limitaciones” apostando, por ejemplo, a un “desarrollo” capitalista nacional, no dependiente. No hay salidas capitalistas independientes (nacionales, endógenas) que puedan en este mundo globalizado superar los males estructurales del capitalismo. El capitalismo se basa en un modo de producción y reproducción que obedece a la lógica –global- del mercado. Esencialmente depredador de la naturaleza y los seres humanos es por tanto incapaz de resolver el problema, por el contrario, solo puede agravarlo.

La posibilidad de vida –inmediata y futura- radica en los pueblos que construyen alternativas en una perspectiva continental

de integración productiva y reproductiva fundamentada en nuevas bases económicas, sociales, culturales y éticas. Estas se condensan y expresan hoy concretamente en una nueva concepción del desarrollo, del bienestar colectivo y la democracia, que los pueblos indígenas originarios identifican con el vivir bien o buen vivir.

Del “bienestar” individualista al “vivir bien” o “buen vivir”

Buen Vivir o Vivir Bien, Sumak Kawsay, Ñande Reko, son expresiones propias de Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay... Significan, en primer término, “Vivir bien entre nosotros”. Propugnan una convivencia comunitaria con interculturalidad y sin asimetrías de poder. Como dijo Evo Morales: “No se puede Vivir Bien si los demás viven mal”. Y esta expresión condensa lo central del planteamiento solidario: Se trata de vivir como parte de la comunidad, con protección de ella, en armonía con la naturaleza, “vivir en equilibrio con lo que nos rodea”, y también “Bien contigo y conmigo”, que es diferente del ‘vivir mejor’ occidental, que es individualista, separado de los demás e inclusive a expensas de los demás y separado de la naturaleza.

El Vivir Bien es la expresión cultural que condensa la forma de entender la satisfacción compartida de las necesidades humanas, más allá del ámbito de lo material y económico. A diferencia del concepto occidental de ‘bienestar’, que está limitado al acceso y a la acumulación de bienes materiales, incluye la afectividad, el reconocimiento y el prestigio social. [PND, 2006:11]

En la propuesta y experiencia boliviana actual de apuesta al desarrollo, el Vivir Bien se corresponde con una concepción integral de la sociedad que articula desarrollo y democratización, en la que desarrollo y democracia tienen la misma importancia. Partiendo del reconocimiento de que Bolivia es un país multiétnico y pluricultural, se hace explícito el reconocimiento a los valores de la comunidad y de lo comunitario. Y lo colectivo comunitario se fundamenta como sujeto con capacidad de decisión y de acción, reconociendo en la horizontalidad una ventaja comparativa respecto a las directivas verticales.

La nueva política propone el desarrollo desde el encuentro y la contribución horizontal, y no desde la imposición y el autoritarismo. El encuentro significa la unión, la comunidad, al fiesta del compartir imaginarios urbanos y rurales, el sentido esencial de las relaciones humanas complementarias en un país diverso y comunitario. [PND, 2006:12]

La experiencia de la revolución democrático-cultural que se lleva adelante

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actualmente en Bolivia constituye parte de los puntales y avances de las nuevas propuestas civilizatorias, caudal cultural que alimenta la utopía y constituye, a la vez, un soporte ético e ideológico de los procesos de búsqueda y construcción de una civilización re-humanizada, basada en un sistema social raizalmente democrático, equitativo, humanista, liberador y superador de la destructiva hegemonía económica, social, cultural e ideológica del capital.

Los viejos paradigmas sobre civilización, desarrollo, bienestar y progreso social basados en el consumismo, el derroche y el uso abusivo de la naturaleza, se revelan hoy en su irracionalidad; resultan insostenibles, salvo como camino de suicidio colectivo de la humanidad. Esta verdad indiscutible es, sin embargo, sistemáticamente soslayada/ocultada por el poder y sus profusos tentáculos institucionales y no institucionales de dominación económica, política, cultural y comunicacional. Por eso resulta “saludable” no confiar en sus ofertas, ni adoptar sus pretendidas alternativas de “superación” de los anteriores patrones de “desarrollo”. En realidad, tales “alternativas” apenas modifican la exterioridad de la formulación de los viejos planteos neoliberales, en aras de mantener intactos los patrones de saqueo y explotación, de consumo y de conducta apropiativa-destructiva del mundo.

Frente a ello, resalta la propuesta programática actual de los pueblos de Bolivia acerca del desarrollo: se basa y proyecta una opción civilizatoria en la que late con fuerza la posibilidad de vida.

¿Quiere esto decir que en Bolivia todo está resuelto, que ya se han superado las contradicciones heredadas y las nuevas, que se ha derrotado y superado la hegemonía sembrada en siglos de saqueo capitalista colonial y colonialista, que se han superado

las añejas culturas (y prácticas) de la izquierda y el corporativismo sindical de oposición al Estado y gobierno, y que ya se enseñorea en Bolivia la nueva sociedad constituida por nuevos hombres y nuevas mujeres?

Nada más lejano a la realidad (y de mi pensamiento)

Ciertamente no todo son rosas y palmas. Los procesos de transformación son procesos vivos, es decir, abiertos y delineados en medio de cambios constantes en la correlación de fuerzas político-sociales en pugna que los van definiendo (y condicionando). En el caso del proceso boliviano actual, esto -obviamente- ocurre: la llegada al gobierno reposiciona y reorganiza a los actores sociopolíticos, surgen o se conforman nuevos actores, emergen viejos y nuevos reclamos, y también viejos y nuevos conflictos y contradicciones, incluso en el seno de los sectores afines al gobierno, como ocurrió, por ejemplo, en el reciente conflicto de Potosí. Es el tiempo de los sujetos para manifestar sus puntos de vista, luchar por sus derechos, fortalecerse como protagonistas y –ojala- fortalecer el proceso revolucionario. Y esto se produce en medio de sinuosidades complejas marcadas, por un lado, por el peso del corporativismo sectorial y sus viejas prácticas que incentivan -frecuentemente de inicio- reacciones antiestatales o antigubernamentales y, por otro, por errores, desviaciones u oportunismos que pueden estar presentes en la esfera gubernamental o estatal donde -por burocratización o distanciamiento de sus bases-, no se atienden a tiempo los llamados de atención sectoriales -locales o regionales- a problemas concretos. Sacudirse las anteojeras culturales (vanguardistas) propias de otros tiempos y desarrollar las

capacidades para hacer frente a estas nuevas situaciones y problemáticas, conjugándolas con el impulso (y reglamentación) de la participación ciudadana en la definición, implementación y seguimiento de las políticas públicas y el control popular del conjunto de la gestión estatal y gubernamental, resulta también parte del corazón de las transformaciones políticas de la revolución democrática intercultural en democracia. Esto es lo que se subraya cuando se afirma que la transformación no ocurre solo afuera de nosotros, sino que, en primer lugar, empieza o debe empezar en el interior de nosotros mismos.

Hasta ahora, en sentido general, puede decirse que en el proceso revolucionario boliviano las luchas sociales han venido consolidando los avances de la revolución democrática cultural e impulsando su profundización, su radicalización. Desde otro ángulo, hay que subrayar que, simultáneamente –junto al cúmulo de tareas administrativas que han recaído y recaen diariamente sobre los cuadros del MAS y de las organizaciones sociales revolucionarias-, es clave atender a la construcción del actor colectivo, fuerza social y política plural e intercultural capaz de traccionar el complejo proceso revolucionario democrático hacia transformaciones mayores, estratégicamente socialistas, en el sentido del nuevo proyecto civilizatorio sociotransformador.

En un proceso revolucionario como el que tiene lugar actualmente en Bolivia, el problema central no se plantea –al decir de Laclau-, con los valores de la democracia liberal: Libertad, igualdad fraternidad, sino con el sistema de poder que redefine y limita en cada momento la operación de esos valores. Por eso, en tiempo de disputa de poder como el la Bolivia de hoy, florecen las luchas de pueblos y comunidades indígenas, de campesinos/as y diversos sectores sociales por participar plenamente de la democracia, ampliándola, es decir, luchando por extender la igualdad y la libertad a sus relaciones sociales, económicas, culturales y políticas. Esto es parte de las luchas políticas y culturales por la transformación raizal de la democracia profundizando las herramientas que ella misma ofrece, es decir, poniendo fin a las relaciones de poder instauradas por la democracia excluyente y elitista del capital, para construir desde abajo otra democracia, otro poder, otra hegemonía: la de los pueblos.

No ver esto coadyuva a caer en la trampa neoliberal y, pretendiendo ser “más papista que el papa”, subestimar el importante papel que tienen los actores sociales y sus luchas por conquistar/afianzar los derechos de los sectores populares. Esta “miopía” deja atrapados -a quienes así conciben el proceso-, en el paradigma neoliberal que considera a la democracia como un terreno carente de conflictos,

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un ámbito neutral de competencia de intereses. Asombrosamente, al apostar o adoptar el camino de las revoluciones democráticas para transformar la sociedad, muchas organizaciones e intelectuales de izquierda visualizan de ese modo (liberal) a la democracia. Por ello “son incapaces de captar la estructura de las relaciones de poder y no pueden ni siquiera imaginar la posibilidad de establecer una nueva hegemonía.” [Laclau y Mouffe, 2004: 16] Lograr esto es, precisamente, el corazón de la transición revolucionaria democrática. Y es el desafío mayor, político, cultural, organizacional y de participación democrática de las fuerzas revolucionarias nacientes.

La construcción desde abajo de una nueva hegemonía, de un nuevo poder, requiere de un tipo de organización y conducción políticas raizalmente diferentes de las modalidades y los métodos de trabajo y organización propios del vanguardismo del siglo pasado. Además del “pecado” de la soberbia de creer que la verdad era patrimonio de unos pocos: los de la dirección del partido y, más concretamente, de su secretario general, el vanguardismo responde a la lógica del todo o nada, la de las contraposiciones blanquinegrinas, las que confunden la lucha de clases con el enfrentamiento frontal permanente de dos sectores sociales, caricaturescamente tergiversado como “motor” del cambio y desarrollo sociales. Por eso, en vez de preparar el tránsito –que supone el crecimiento de la conciencia colectiva y la formación de una correspondiente voluntad y deseo de querer vivir en una sociedad y un mundo diferente al del individualismo capitalista que ciega y mata-, los propugnadores de la binarización social apuestan consiguiente y permanentemente a la polarización de la sociedad para así crear un clima propicio a las soluciones inmediatas y superficiales digitadas desde arriba. Sus puntos de vista se corresponden con los de la “revoluciones desde arriba” por más que en los discursos agiten lo contrario.

Sostener esto no niega la existencia de la polarización social: esta es propia del capitalismo y su lógica de mercado. Precisamente por ello, el tránsito y construcción de una nueva sociedad (por la vía democrática) supone eludir la trampa antagonizante del mercado, quebrar su lógica y empeñarse en construir otra racionalidad y otro sustrato ético para las relaciones sociales, no funcionales al mercado del capital. El antagonismo es parte de la realidad del capital, igualmente lo es la lógica polarizante que atomiza y fragmenta. Una lógica diferente que busca articular y construir protagonismo y conciencia colectivos como sustrato del poder popular se asa en otra lógica, en la solidaridad y el encuentro, en el reconocimiento y la

aceptación de las diferencias sin pretender su eliminación, entendiéndolas como riquezas y no como “defecto”. Esta lógica no puede basarse en la antagonización -y exclusión- de lo diferente, sino en la búsqueda de espacios donde la diversidad sea cada vez más naturalmente incorporada, propiciando el trabajo interaticulado de lo diverso.

Se trata de no sostener ni traer al terreno propio -de lo popular y la construcción de lo alternativo superador del capitalismo- la lógica polarizante que divide y destruye lo diverso y lo solidario. Esto es parte del sustrato ideológico-cultural de la posibilidad de construir otro poder y otra hegemonía (populares). Y no tiene nada que ver -vale aclararlo- con la “conciliación de clases”, con eludir las contradicciones y conflictos que se presentan y se presentarán -incluso agudamente, en determinados momentos- con los sostenedores históricos de los intereses y el poder del capital.

No se puede establecer de antemano y fuera de situación como será la tránsición. Esta transcurre en la concatenación contradictoria de procesos abiertos, definidos y protagonizados por actores vivos en disputa -política, económica y cultural- constante con los sectores del poder del capital globalmente hegemónicos, en tiempos y situaciones histórico-concretas. La apuesta popular necesita buscar y explorar en territorio desconocido e incierto nutriéndose e inspirándose con las experiencias de luchas y construcciones que ellos, los actores sociales populares y la población no organizada- van desarrollando en las lógicas de los conflictos sociales y en los modos de interrelacionamiento de los diversos actores entre sí y con el conjunto de los sectores populares y la sociedad, para -desde ahí, en cada momento-, entre todos, buscar, crear, construir, sostener y modificar lo nuevo.

Esto no significa desconocer, negar o eludir la existencia de la lucha de clases en el proceso de transición-construcción democrática hacia la nueva sociedad. Al contrario, es la conciencia de que lo nuevo no puede construirse con las herramientas que pertenecen a lo viejo hegemónico que se quiere desterrar y superar.

La construcción de lo nuevo supone

también explorar cauces novedosos, diferentes, con diversas y complejas modalidades de organización, expresión y acción sociales que no pueden reducirse a la confrontación directa y frontal de sectores.

Además de esto, vale reiterar que en las complejas realidades de las sociedades indo-afro-latinoamericanas lo clasista no equivale a la totalidad de lo conflictivo sociopolítico, así como tampoco la clase obrera o trabajadora puede identificarse con la totalidad del sujeto revolucionario. La clase obrera es parte constitutiva del sujeto, junto con otros actores sociales y políticos, del mismo modo que la lucha de clases es parte de un sinnúmero de luchas y conflictos sociales no necesariamente de evidente carácter o contenido clasista.

Por ejemplo: las luchas ecológicas, de género, de identidad sexual libre, la de los pueblos indígenas originarios, la de los campesinos, la de las poblaciones urbanas empobrecidas y marginadas, etc. Obviamente, la clase obrera y sus organizaciones “naturales” como son los sindicatos, pueden desempeñar un papel activo motorizador de la articulación de las luchas, problemáticas y actores e identidades sociales, pero ello no es algo que ocurrirá indefectiblemente. Si ocurre impulsa los procesos socio-transformadores, pero –como lo evidencia nuestra historia continental reciente- no es condición necesaria ni suficiente para ello.

En tiempos de –larga- transición democrático-revolucionaria, lo ideológico y lo cultural (y lo mediático), adquieren un predominio central: la disputa de las conciencias y la formación de nuevas subjetividades irán construyendo –o frenando la construcción- de la fuerza social de liberación, actor colectivo de la revolución, luchando por impulsarla hacia objetivos superiores en cada momento. La lógica del todo o nada (antagonizadora) no contribuye a la lucha político-ideológica de estos tiempos, es propia de otras situaciones, catástrofes o guerras estériles que no son de desear ni invocar alegremente. Responde al raciocinio del “manotazo” propio del mercado y de quienes sueñan con la “toma del poder” por cualquier medio (incluso por la “vía electoral”).

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”Los veranos suelen ser muy candentes, en términos climáticos, y bélicos en Medio Oriente, cuyo mapa ha comenzado a sufrir sustanciales transformaciones, no vistas desde el acuerdo secreto (¡supersic!) en 1916 para repartirse el féretro del imperio otomano entre el británico sir Mark Sykes y el francés François Georges Picot, sumados –32 años más tarde– de la creación de Israel, con bendición de los banqueros Rothschild y sus derivaciones irredentistas posteriores.

La región no tiene respiro y en Beirut se perciben los vientos bélicos en sus puntos cardinales. La prensa israelí es generosa en aportar varios escenarios de guerra del Estado hebreo contra la guerrilla libanesa Hezbolá (hoy bajo la espada de Damocles del tribunal especial sobre el magnicidio del ex premier sunnita Rafick Hariri), mientras fuentes de inteligencia muy creíbles en Washington han filtrado la alta probabilidad de un ataque israelí a Irán.

¿Se podrá salvar Medio Oriente de una enésima guerra de los halcones israelíes, quienes no descansan desde hace 64 años en pretender imponer su singular cosmogonía teológica a los países de la región, gracias al indefectible apoyo de EU y la OTAN?

Más tardé en apuntar en mi reciente artículo la transfrontera del añejo país de los nubios entre Egipto y Sudán (Bajo la Lupa, 3/7/11) que el rotativo británico The Guardian (3/7/11) en publicar su milagrosa parusía (en el credo cristiano, el segundo advenimiento “glorioso” de Cristo “al final de la historia”, por cierto, muy diferente del fracasado epílogo neoliberal del nipón-estadunidense Francis Fukuyama, anterior empleado del Departamento de Estado).

Omar Hasan Al Bashir, presidente de lo que aún queda de Sudán (el otrora país más extenso tanto del continente africano como del mundo árabe, que pudo haber sido el granero de su continente), acaba de realizar dos vistosas visitas a Irán y China, las cuales, por la reacción de la prensa anglosajona (en particular, The Guardian y The New York Times, el mismo día), disgustaron enormemente.

Sobre la cabeza de Al Bashir pende un emplazamiento judicial por crímenes contra la humanidad (sic) del polémico Tribunal Penal Internacional al que no pertenece EU, pero que la otrora superpotencia unipolar aún utiliza a su discreción unilateral.

Que Irán y China hayan recibido al presidente sudanés expresa la poca seriedad con la que son tomadas las sentencias unilaterales del controvertido tribunal con asiento en La Haya (ciudad holandesa perteneciente a la OTAN) que siempre favorecen a EU, Gran Bretaña e

Israel y coincidentemente perjudican a sus adversarios globales.

Para la absoluta justicia “occidental” del siglo XXI no existe ley de probabilidad alguna que siquiera contemple que sean citados sus conocidos genocidas consuetudinarios (Kissinger, Baby Bush, Tony Blair, José María Aznar López, Zedillo, etcétera), quienes, al contrario, son generosamente remunerados en los circuitos de conferencias trasatlánticas por las trasnacionales a quienes beneficiaron.

El próximo 9 de julio será anunciada la independencia del sur de Sudán (pletórico en hidrocarburos) lo que ha exultado y exaltado a las aves anglosajonas de rapiña que se mueven en círculos ante el cadáver del antiguo territorio hoy balcanizado que sufre implacables embates de desprendimientos desde la provincia de Darfur (rico en agua e hidrocarburos) hasta la montaña de los nubios que colinda con una de las tierras más fértiles del planeta.

No satisfecha con su triunfo geopolítico y geoeconómico en el sur de Sudán (que, de paso, controla la afluencia del vital río Nilo), la rapiña anglosajona, valga la tautología, pretende reabrir las cicatrices del contencioso de la fascinante etnia, desde el punto de vista antropológico, de los nubios, que posee la riqueza cultural de una centena (sic) de lenguajes que dominan su alrededor de un millón de habitantes, en su mayoría africanos no-árabes islamizados al sunnismo.

Podado del sur de Sudán (entre 11 y 13

millones de habitantes, la mayoría cristianos y animistas, en 619 mil 745 kilómetros cuadrados), el “nuevo Sudán” norteño se quedaría, si no me equivoco, con 33 millones de habitantes, de mayoría islámica sunnita, en casi 1.9 millones de kilómetros cuadrados.

Matteo Fagotto, de The Guardian, maneja la tesis (sin antítesis dialéctica) que aboga por el separatismo nubio y azuza lo que queda de integridad territorial: “La balcanización de Sudán deja a la región rebelde (sic) de los nubios con un sentimiento de traición” por la falta de apoyo a su “autonomía” de parte del flamante sur independiente.

Según Fagotto, los nubios “empujan para obtener un Estado separatista en lugar de afiliarse con el norte o con el sur”.

De acuerdo con las fronteras de Sudán establecidas en 1956, la parte de los nubios pertenece al norte, aunque –según la sesgada prensa británica– sus preferencias vayan con el sur independiente.

Fagotto es muy pesimista de que el gobierno central árabe de la capital Jartum realice, como en el sur, una consulta popular sobre el devenir autónomo de los nubios. A su juicio, Al Bashir usará todos los medios a su disposición para reprimir las veleidades libertarias de los nubios.

El problema subyace en que si todas las microetnias, dicho sea respetuosamente, empiezan a separarse de las entidades matriciales, ergo, a ese ritmo centrífugo, no solamente Sudán, sino toda África (mosaico

La nueva guerra agrícola y la parusía de los nubios en el “viejo Sudán” ALFREDO JALIFE-RAHME

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de etnias y religiones) acabará pulverizada, más que balcanizada.

Jeffrey Gettleman, de The New York Times (3/7/11), afirma que Jartum bombardea sin cesar la región de los nubios (quienes, por cierto, han sido muy bien pertrechados con armas de mediano calibre por “alguien”).

Gettleman recuerda que la mayoría de los nubios no usaba ropa hasta la década de 1970, cuando el gobierno islámico sunnita de Jartum prohibió el nudismo natural.

Es probable que el gobierno árabe islámico sunnita de Sudán no haya sabido conservar la unicidad del país (un legado del pérfido colonialismo británico) o, quizá, haya sido rebasado impotentemente por los poderosos intereses de la dupla anglosajona (v. gr. su adicción depredadora por las materias primas ajenas).

Lo cierto es que lo que suceda en Sudán suele tener su imagen en espejo y sus efectos paralelos en la región sureña de Egipto donde penetra el vital río Nilo en su traslapa con el viejo país de los nubios.

Se nota la sincronía y la coincidencia de los puntos de vista de la prensa neoyorquina con su homóloga londinense. Según Gettleman, con la independencia del sur, el gobierno de Jartum está obligado a enviar una señal inequívoca a los separatistas (en particular, a los nubios) de que “no tolerará otros movimientos secesionistas”, mientras Fagotto coloca en tela de juicio la “estabilidad” de lo que queda del “viejo Sudán” después del desprendimiento de la nueva entidad del sur de Sudán.

A mi muy humilde juicio, resalta y resulta que la región de los nubios, transfrontera de Egipto y el “viejo Sudán”, sea contigua a una de las regiones más fértiles del planeta bañada por el río más extenso de África: el Nilo.

¿Empezaron las nuevas “guerras agrícolas” del siglo XXI, sumadas a “las guerras del agua”, uno de cuyos paradigmas es el río Nilo?

Nunca los terratenientes uruguayos se enriquecieron tanto: más de 31 mil millones de dólares entre 2003 y 2010 (cuando el PIB del Uruguay de este último año fue de 35 mil millones). El conjunto de sectores de la economía paga impuestos por entre un 25 y un 30% de su PBI, y el agropecuario el 7%.

Cambiando la convulsionada agenda centrada en los Derechos Humanos, el Presidente abordó los impuestos al agro, lo cual es positivo. Pero es preciso no debatir aisladamente un tributo sino en el contexto de la producción agropecuaria, y analizar los mitos que la rodean.

Uno

A pesar de lo mucho que se afirma, es discutible considerar al agro como el “alma económica” del Uruguay, es discutible. La producción agropecuaria representa bastante menos del 10% de la producción total de bienes y servicios del país. Pero se impone aclarar que representa un porcentaje muy importante de las exportaciones. O sea, representa un factor relevante en la capacidad del país para importar infinidad de productos.Esto se debe, en lo esencial, a que como nación no se logra desarrollar un sector industrial de magnitud, que evite lo anterior. Entre otros elementos, si algo caracteriza el desarrollo, es precisamente

RED DE ECONOMISTAS DE IZQUIERDA DEL URUGUAY (REDIU)

la capacidad de un país de depender cada vez menos de sus producciones de materia prima. En este sentido se puede afirmar que en estos últimos años, el país agravó su situación; pues esta dependencia aumentó.

Dos

Se reitera permanentemente, tal como afirmó entre muchos otros el presidente de la República hace pocos días, que el sector experimenta un “crecimiento explosivo”. Esto no es cierto ni en relación a la economía en general[1], ni en relación al propio sector, si se considera que en 2001 el país vivió la epidemia de aftosa y es previo al aumento de la soja. Si no se consideran las tendencias de largo plazo de la economía, no se comprende su funcionamiento ni se pueden elaborar políticas públicas adecuadas para el desarrollo productivo del país. Y, sinceramente, nos llama la atención que nadie se haya detenido a reflexionar sobre este relativo estancamiento de la producción[2].

Primero: los datos del Banco Central de 1997 a 2010 ilustran el mínimo crecimiento, ya que el PIB agropecuario crece apenas un promedio anual de 1.4 por ciento. En esos 13 años, este PIB crece algo más del 18% por ciento cuando, en comparación, el PIB total del Uruguay crece un 37%, por ciento

Impuestos al agro en Uruguay:

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Impuestos al agro en Uruguay:

o sea, un 2.8% por ciento anual; más del doble que el agropecuario.

Segundo, retrocediendo en el tiempo, en el período 1991–1996 se observa un notorio crecimiento: 35 por ciento en cinco años o, lo que es lo mismo, una tasa de 6.5% por ciento anual.

Por último, en el tramo anterior: 1983–1990 nuevamente se tiene estancamiento agropecuario; el crecimiento es insignificante.

En definitiva, pese a los evidentes cambios cualitativos, es posible resumir la evolución productiva del campo uruguayo durante los últimos 28 años separando tres períodos claramente diferenciados:

· Estricto estancamiento en los siete años de 1983 a 1990.

· Notorio crecimiento (y destacable en la historia del país) de 6.5 por ciento anual de 1991 a 1996.

· Un estancamiento “relativo” los 13 años siguientes, de 1997 hasta la actualidad, con un crecimiento algo superior al 1 por ciento anual.

No hay, ni en el corto, ni en el largo plazo, nada que justifique hablar de un “crecimiento explosivo”.

Tres. Las causas de esta evolución son sin

duda complejas, pero importa recordar que

en 1996 se eliminó el último vestigio del Impuesto a la Producción Mínima Exigible (IMPROME): el IMAGRO. Parecería, entonces, que disminuir en gran medida la tributación sobre la tierra no conduce a aumentar la producción.

Y esto es evidente también para el actual período. Seguramente es difícil encontrar en la historia del país un período de tiempo tan favorable para el sector en términos de renta de la tierra y ganancias para los propietarios y/o productores.

Nunca antes tantas empresas extranjeras se volcaron a comprar tierra y activos industriales vinculados al sector (frigoríficos, molinos arroceros, etc.).

Y, como contrapartida, seguramente será difícil encontrar un período en que el sector haya pagado tan pocos impuestos en proporción a su producción y sus ganancias.

esumiendo: muy altos precios por impulso externo; grandes ganancias; precios insólitamente elevados de la tierra; escasos impuestos y, sin embargo... una producción prácticamente estancada.

Debe agregarse: un serio deterioro del ecosistema de la mano de un masivo recurso a la agricultura continua en los mejores campos del país, agravado por la incorporación de excelentes praderas naturales (ecosistema muy difícil o

imposible de recuperar) para producir soja o troncos.

La propiedad y explotación de la tierra se ha extranjerizado y concentrado, con una “derrama” que, en lo esencial, se da para beneficio de unos pocos individuos y empresas, extranjeros y nacionales.

Cuatro

El racconto anterior de la realidad agropecuaria avala una conclusión también desde un punto de vista más teórico.

En primer lugar, un campo “próspero”[3] y con precios elevados de la tierra no es sinónimo de mayor producción. Y tampoco es sinónimo de mayor cuidado del recurso.

En segundo lugar: ¿qué puede afirmarse del efecto que generan los impuestos? Casi treinta años muestran que no es posible argumentar que para que haya elevada producción los impuestos deben ser mínimos.

El vicepresidente Astori afirma lo contrario; que sólo con bajos impuestos y alto precio de la tierra hay prosperidad en el agro[4]. Su exposición es muy clara; pero “la evidencia disponible” (como él mismo señala) de 28 años, lo desmiente.

Conceptualmente, lo correcto es señalar[5] la importancia de la renta de la tierra y de las rentas de monopolio en general

Mitos, verdades y propuestas

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como factores retardatarios del desarrollo capitalista en cuanto sean apropiadas por un reducido sector de la sociedad.

Y esto refiere directamente al actual debate.

CINCO. Propuestas, el gobierno maneja varias; pero si bien al inicio se señala la justeza de plantear el tema y apuntar a objetivos necesarios como atacar la concentración de la tierra, lo difundido no representa avances significativos en la materia.

Sea porque la cifra de los posibles 60 millones de dólares a recaudar, según la Presidencia, es apenas algo menos de un 2 por ciento PIB agropecuario de 2010 y afecta mínimamente las enormes ganancias del agro. Sea porque se habla de un “aporte” (ya se llega a tal nivel que hasta la palabra “impuesto” se vuelve políticamente incorrecta). Sea porque se desconoce incluso quiénes deberían gravarse (dado el insólito atraso en el Censo Agropecuario).

El fondo del abordaje debiera contemplar que no hay un impuesto mágico que todo lo puede; debe ser un sistema impositivo que aporte a un objetivo común, cuyas prioridades deben adoptarse colectivamente en un plan nacional de desarrollo, hoy inexistente, que apunte hacia nuevos equilibrios económicos y sociales donde los sectores populares deben fortalecerse.

Habrá que debatir este sistema tributario que incluya una tendencia a la redistribución de los activos básicos en el largo plazo, que resguarde decisiones centrales sobre los bienes comunes para ámbitos fuera de los mercantiles (públicos, nacionales, estatales, cooperativos, etcétera). Ese sería un paso central para redistribuir poder en la sociedad.

Lo inicial y por elemental justicia: llevar la tributación global del sector al

mismo nivel que la nacional[6], y que pague el impuesto de Primaria. Los instrumentos impositivos a debatir pudieran ser varios y complementarios: impuestos al patrimonio; a las ganancias y/o rentas derivadas de la tierra; detracciones (que regulen ganancias extraordinarias, el consumo interno, y sancionen el bajo valor agregado); un impuesto a la producción mínima exigible que castigue las conductas rentistas; otros específicos para defender el suelo, el agua e impedir la contaminación ambiental, y normas para regular la extranjerización y defender la soberanía nacional.

Notas

[1] “Entre 2001 y 2009 la tasa de crecimiento del agro fue de 4.1por ciento, levemente superior a la tasa de 4.0 por ciento del conjunto de la economía”. C. Paolino, Dr. de OPyPA, Anuario 2010, Pág. 9.

[2] Registramos una excepción: un reciente artículo publicado por el Ing. Agr. Joaquín Secco.

[3] Entrecomillado, pues importa ¿para quién?[4] En el 40º aniversario de OPYPA, afirmó:

“Hay toda una polémica en la que nos hemos anotado siempre: impuesto a la tierra vs. Impuesto a la renta real (…) Incluso desde los primeros tiempos de la OPYPA, levantamos la propuesta del impuesto a la productividad mínima exigible (…) que no es otra cosa que un impuesto a la tierra. Y hoy nos damos cuenta, a partir de la evidencia disponible, que ese impuesto y los impuestos a la tierra tienden a deprimir el precio del recurso. Y no hay prosperidad en el agro con precios bajos de la tierra, y esa es otra evidencia que tenemos que extraer”. http://www.vet.uy.com/noticias(2005/feb_05/ext_not/not034.htm

[5] Como lo hizo la economía política clásica y, por ejemplo, actualizó y aplicó al Uruguay el fallecido Ing. Agr. Ricardo Caysialls.

[6] De algo más de 200 millones de dólares anuales pasaría a entre 800 y 900 (25 a 30 por ciento de su PBI)

Cambiando la convulsionada agenda centrada en los Derechos Humanos, el Presidente abordó los impuestos al agro, lo cual es positivo. Pero es preciso no debatir aisladamente un tributo sino en el contexto de la producción agropecuaria, y analizar los mitos que la rodean.

El Índice para los precios de los alimentos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) subió en junio pasado uno por ciento respecto a mayo y llegó a 234 puntos, informó este jueves el organismo. Esta última cifra es 39% superior respecto al mismo mes de 2010, aunque cuatro por ciento inferior al récord de 238 unidades alcanzado en febrero pasado, debido sobre todo a la fuerte alza de los precios internacionales del azúcar.

El índice para los precios de los cereales tuvo un promedio de 259 puntos en junio, uno por ciento menos que el pasado mayo, pero 71% más que en junio de 2010. “La mejora de las condiciones meteorológicas en Europa y el anuncio del fin de las restricciones de las exportaciones desde la Federación de Rusia contribuyeron a la baja de los precios”, agregó el documento.

En el mercado del maíz se mantuvo la tensión debido a los escasos suministros en 2010 y el clima adverso que continuó en Estados Unidos. Los precios del arroz subieron en su mayoría en junio, reflejo de la fuerte demanda importadora y la incertidumbre sobre los precios a la exportación en Tailandia, el mayor exportador mundial de este cereal.

El Índice de la FAO para los precios del azúcar subió 14 por ciento entre mayo y junio, alcanzando 359 puntos, 15 por ciento menos que el récord del pasado enero. Se preve que la producción en Brasil, el mayor productor mundial de azúcar, caiga por debajo del nivel del pasado año.

El índice para los precios de productos lácteos obtuvo un promedio en junio de 232 puntos, prácticamente sin cambios respecto a los 231 puntos de mayo, y el índice para los precios de la carne tuvo un promedio de 180 puntos, ligeramente superior respecto a mayo, con la carne de pollo que subió tres por ciento y alcanzó un nuevo récord, mientras que los precios de la carne de cerdo bajaron ligeramente.

Tras dos revisiones consecutivas sobre las perspectivas de los cultivos y la siembra en EEUU para 2011, la más reciente previsión de la FAO sobre la producción mundial de cereales en 2011-2012 se sitúa en unas dos mil 313 millones de toneladas. Se trata de un incremento de 3.3 por ciento respecto a 2010 y 11 millones de toneladas más respecto a la anterior previsión de la FAO del 22 de junio pasado.

El consumo mundial de cereales en 2011/2012 está previsto que crezca 1.4 por ciento respecto a 2010/2011, llegando a dos mil 307 millones de toneladas, tan solo cinco millones de toneladas por debajo de la producción prevista. Ahora se estima que las reservas mundiales de cereales al final de la temporada agrícola se mantengan seis millones de toneladas por debajo de sus niveles iniciales.

Por su parte las existencias de trigo y arroz se estima que serán más holgadas, mientras las reservas de cereales para piensos, en especial maíz, se mantendrán ajustadas, concluyó la FAO.

FAO: El último año, los alimentos aumentaron 39% en el mundo

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En 1998, el grupo ETC (entonces llamado RAFI) denunció la existencia de patentes sobre una tecnología que llamó Terminator. Se trata de una tecnología transgénica para hacer semillas suicidas: se plantan, dan fruto, pero la segunda generación se vuelve estéril, para obligar a los agricultores a volver a comprar semilla en cada estación. Fue desarrollada por la empresa Delta & Pine (ahora propiedad de Monsanto) con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Monsanto no es la única: cinco de las seis trasnacionales que controlan las semillas transgénicas plantadas a nivel mundial tienen patentes tipo Terminator. Syngenta es la que tiene mayor número de ellas.Las empresas que desarrollaron esta aberrante tecnología la llamaron Sistema de Protección de la Tecnología, porque es para promover dependencia e impedir que se usen semillas sin pagarles regalías por patentes. En sus primeros folletos de propaganda, aseguraban también que es para que los agricultores del tercer mundo dejen de usar sus semillas obsoletas. En ese momento, mostraban claramente sus intenciones: terminar con las semillas campesinas y el irritante hecho de que la mayoría de los agricultores del mundo (campesinos, indígenas, agricultores familiares) usan sus propias semillas en lugar de comprárselas a ellas.La tecnología suscitó un rechazo enorme e inmediato por parte de los movimientos campesinos y organizaciones sociales, y declaraciones de oposición de instituciones públicas de investigación y del entonces director de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, que afirmaron que es una tecnología indeseable. En el 2000, el Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas (CDB), adoptó una moratoria global contra la experimentación y uso de la tecnología Terminator, que sigue vigente. Posteriormente, varios países comenzaron a discutir legislaciones nacionales para asegurar el cumplimiento de la moratoria. Brasil e India, prohibieron en sus leyes nacionales el uso de la tecnología Terminator.Pero Terminator es uno de los sueños más preciados de las trasnacionales semilleras y no han renunciado a él. Les daría una gran ventaja para aumentar sus monopolios y la dependencia de los agricultores. Poco después de la prohibición en Brasil, los grandes latifundistas de ese país, clientes y compadres de Monsanto, Syngenta y demás trasnacionales de transgénicos, presentaron una propuesta legislativa para eliminar la prohibición, rechazada en varias

Terminador ataca de nuevo: Las semillas suicidas

comisiones, pero aún en trámite.Además, las trasnacionales de transgénicos se movieron agresivamente para terminar la moratoria de Naciones Unidas contra Terminator, proponiendo a través de gobiernos amigos como Canadá, un párrafo para evaluar la tecnologíaTerminator caso por caso, que daría fin a la moratoria en la octava Conferencia del CBD en Curitiba, Brasil, en 2006.En la sesión de CDB en 2006, México apoyó terminar la moratoria, irónicamente a través de un representante de la Comisión Nacional de Biodiversidad. Casualmente, es la misma persona que ahora desde la Comisión Nacional Forestal promueve proyectos REDD, también con un efecto devastador para las comunidades. Fue aislado por el resto de países de todo el Sur global.En 2006 en el CDB en Curitiba, la Vía Campesina y organizaciones de todo el mundo se levantaron y protestaron masivamente para defender la moratoria internacional. En particular, las acciones de las mujeres de la Vía Campesina, que interrumpieron las sesiones de la ONU en una conmovedora acción pacífica en defensa de las semillas, determinó que el CDB mantuviera y reforzara la moratoria contra la tecnología Terminator.No obstante, las trasnacionales siguen atacando y disfrazan sus razones, vías y representantes. Ahora afirman que Terminator es para la bioseguridad, una falsedad.En la decima Conferencia del CBD en octubre 2010 en Nagoya, Japón, nuevamente el gobierno de México intentó eliminar la moratoria global contraTerminator, ahora como si fuera un tema administrativo, de decisiones que ya no tenían vigencia. No lo logró porque muchos otros países lo

impidieron, pero mostró sus intenciones y a quién le es fiel.En Brasil, a la propuesta de los latifundistas se sumó la del diputado Cándido Vaccarezza del partido gobernante (PT), para eliminar la prohibición deTerminator. La propuesta de Vaccarezza fue redactada por una abogada que trabaja para Monsanto, según denunció con pruebas fehacientes la Campaña por Brasil Libre de Trangénicos, dato también difundido por el Movimiento de los Sin Tierra de Brasil en diciembre 2010. La propia abogada tuvo que reconocerlo. La propuesta está actualmente en discusión en una comisión del Congreso, creada especialmente para agilizar su discusión.Los movimientos y organizaciones están alertas. En junio 2011, en la 10ª. Jornada de Agroecología de la Vía Campesina, en Paraná, Brasil, los más de 4000 participantes de todo el país, expresaron su rechazo a esta propuestas. Una semana después, se presentaron y rechazaron estos intentos de legalizar Terminator, en las reuniones internacionales de preparación de los movimientos sociales y sociedad civil hacia la conferencia mundial Río+20, en Río de Janeiro, con cientos de delegados participantes.Brasil presidirá el próximo año la Río+20, una conferencia mundial de ONU que debe revisar los compromisos ambientales, a 20 años de la Cumbre de la Tierra en 1992. Además, Graziano de Silva, que viene del gobierno brasilero, acaba de asumir la dirección de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO). Lo menos que puede hacer Brasil para ser responsable con ambos cargos, es mantener la prohibición contra Terminator a nivel nacional e internacional, por ser una de las mayores amenazas a la soberanía alimentaria y a la biodiversidad. Cualquier otra cosa, sería un suicidio.ETC

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“La televisión sin dudas que es muy instructiva… porque cada vez que la prenden, me voy al cuarto contiguo a leer un libro.”

Groucho Marx

Cada vez más puede constatarse que la lectura está en retirada, y los medios audiovisuales –lenta pero irremediablemente– van ocupando su lugar. Sin caer en visiones apocalípticas ni en moralinas de “viejo regañón”, es un hecho que las nuevas tecnologías digitales centradas en lo audiovisual tienen un peso fenomenal. ¿Puede competir acaso un profesor con su clase magistral, o un libro, con el atractivo de una imagen colorida y en movimiento aunada a un mensaje sonoro? Sí, claro: puede competir…, pero el resultado no será de los más alentadores. De más está preguntar quién “gana” (más aún: el resultado ya se puede prefigurar como goleada vergonzante). Todo indica que la lucha entre ambos polos es desigual, asimétrica, David contra Goliat. La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) afirmó que en pocas generaciones más el maestro de carne y hueso irá pasando a ser una pieza de museo porque la mayor parte de la educación formal se hará a través de medios audiovisuales (¡no digamos ya la informal!).

La discusión en juego no es una simple cuestión de debate académico, un ejercicio escolástico, discusión bizantina condenada a sesudas reflexiones… que no trascienden la mesa del bar. Que se vaya perdiendo la cultura de la lectura crítica y se señale eso con honda preocupación no es la nostalgia por tiempos idos, supuestamente “siempre mejores que los actuales”. Es la alarma que se prende por el curso civilizatorio que vemos se va dando. ¿Triunfó la imagen sobre el discurso crítico? Hoy por hoy todo indicaría que sí.

En nombre de un artificio puramente expositivo podríamos tomar la televisión como la matriz por excelencia de este tipo de construcciones. Aunque, de todos modos, la cultura de lo audiovisual, o más precisamente aún: de la imagen, que lo va envolviendo todo, está presente hoy día en todos los aspectos de la vida cotidiana, más allá de la televisión. La lectura serena y reflexiva no ha desparecido, pero sin dudas está seriamente enferma. Hasta incluso en el mismo ámbito de la lectura va ganando espacio esa tendencia: la prensa escrita tiene cada vez más un formato televisivo, audiovisual, iconográfico (más imágenes que textos), y los libros más vendidos son… ¡los de autoayuda, los de autosuperación! (con letras bien grandes y que no exigen particular esfuerzo de síntesis crítica).

¿Por qué todo esto? ¿Qué hace que se prefiera cada vez más “copiar y pegar” a horas de lectura analítica? ¿Por qué el impacto de una imagen bien presentada –y eso lo saben a la perfección todos los diseñadores y asesores de imagen de lo que sea: publicistas, mercadólogos de la política, cosmetólogo varios– tiene una fuerza fenomenal comparada con un texto? (siempre más “aburrido”, poco convincente, plano).

Que la especie humana es inteligente y realiza cosas maravillosas está fuera de discusión. Por lo pronto haber podido llegar a inventar estos ingenios tecnológicos que logran recrear virtualmente la realidad es un portento digno de admiración. Pero eso no quita que, en muchos aspectos, permanezca muy cerca de sus antepasados de la escala zoológica. Al igual que sus parientes no tan lejanos, los insectos voladores, la fascinación por la imagen deslumbrante que sigue habiendo en los humanos es evidente. Las “luces de colores” atrapan, al igual que el bombillo eléctrico lo hace con cualquier insecto volador. Para prueba evidente: toda esta civilización que

comenzó a cundir desde el pasado siglo y que las tecnologías más desarrolladas aprovechan al máximo: la civilización basada en el “¡no piense, mire la pantallita!” (de lo que sea: los videojuegos, el cine, el internet, las pantallas de los teléfonos móviles, y como hermana mayor de todo ello: la televisión). ¿Qué tiene esta nueva tecnología de las comunicaciones iconográficas que cautivó de una manera tan masiva a tanta población? ¿Por qué no para de crecer su auge? ¿Por qué “las luces de la ciudad” –valga la metáfora en todo su más amplio sentido– atrapan de ese modo? (300.000 personas por día en todo el mundo salen de áreas rurales para dirigirse a megaurbes atiborradas de “luces de colores”, pantallas, carteles).

No es ninguna novedad que la imagen tiene un poderosísimo atractivo fascinante en todo el reino animal; una larga tradición de psicología de la percepción y de rigurosas investigaciones en etología lo confirma: así como los insectos caen en la luz que los subyuga, así los humanos también sucumbimos a los destellos luminosos. La dificultad del sistema nervioso superior del ser humano para distinguir las imágenes virtuales de las reales conlleva esta situación. Los “espejitos de colores” con los que los conquistadores europeos fascinaron a los pueblos amerindios lo confirma; de hecho la misma expresión “espejitos de colores” pasó a ser sinónimo de engaño, de venta de irrealidades, de artimañas. ¿Qué es la fascinación sino un dejarse llevar por una fantasía, por algo de algún modo ficticio? (imágenes virtuales). La psicología de la percepción y su aplicación a la mercadotecnia tiene mucho que decir al respecto; ¿alguna vez pensamos por qué los logotipos de las marcas más famosas del mundo –hagamos el ejercicio de recordar algunas– tienen todas los mismos colores: rojo, amarillo y blanco?

La imagen va de la mano de un cierto nivel de ilusión/artimaña: es la seducción personificada. La moderna cultura de las pantallas vendedoras de sueños (todas estas que se mencionaron, ahora en versión tridimensional, y sin saber qué nuevos artificios podrán sumarse a la lista) lo muestra de modo contundente. En esa perspectiva se encaja el crecimiento exponencial de los teléfonos móviles de última generación donde pareciera que lo más importante no es tanto la comunicación oral sino lo que muestra la pantalla. Estudios recientes indican que en muchos países alrededor de la mitad de los aparatos vendidos estos últimos años

Consejos para no volverse tonto (o el poder omnímodo de los medios audiovisuales)

MARCELO COLUSSI

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/Julio de 2011 /Julio de 2011MARCELO COLUSSI

no va acompañados de la activación de una línea nueva sino que se compran simplemente por el gusto de acceder a esa fascinante novedad de los nuevos equipos –más vistosos, con pantallas más subyugantes, más y mejor presentados como nuevos “espejitos de colores”–.

Que la imagen tiene esta faceta “tramposa” es ya de largo tiempo conocido. Debidamente procesada y puesta al servicio de proyectos de poder (léase: televisión comercial que creció imparable estas últimas décadas) es sabido que constituye un instrumento sumamente peligroso. Como un intento de acotar su fabuloso poder, en muchas ocasiones se intentó limitarla con sanos consejos:

No hacer de la televisión el centro de los momentos en que la familia se reúne habitualmente.

Elegir los programas: no ponerse ante la televisión y ver qué hay.

Acabar cuando se acabe el programa elegido. Limitar el tiempo de televisión a los niños y jóvenes en edad

escolar. No temer que los niños (ni los mayores) se aburran si no están

viendo la tele. Los estudiantes, de cualquier edad, no deben hacer sus tareas

escolares frente a la televisión. No poner aparatos de televisión en los dormitorios infantiles

y juveniles. No usar la tele como niñera. Todo lo dicho para la omnipotente televisión puede hacer

extensivo hoy a cualquiera de los nuevos ingenios audiovisuales que van poblando nuestro mundo, desde la agenda electrónica inteligente a las pantallas planas con tecnología LCD que se encuentran en cuanto lugar imaginemos (un baño público, un avión, estadios de fútbol, iglesias, moteles por hora), desde los nuevos teléfonos móviles hasta los dispositivos para tener sexo virtual (sí, sí: ¡ante una pantalla, con lentes tridimensionales, en solitario! Por cierto, según encuestas confiables, valga recordar que alrededor de un tercio de las consultas a páginas electrónicas en internet son sitios de sexo virtual). ¿A eso nos lleva, en definitiva, la cultura de la imagen?

¡Sí! Exactamente eso: el primado del ostracismo, de la

negación del texto, o si se quiere: del otro, del intercambio. Es la inmediatez absoluta, sin mediaciones. Es la fascinación. Insistamos: ¡no estamos tan lejos de los insectos!

Más allá de buenos y bienintencionados consejos (léase la lista de más arriba), la experiencia nos confronta con que la televisión ¡es! el centro de las reuniones familiares, que se mira cualquier cosa sin importar en lo más mínimo el contenido (la imagen atrapa así como el insecto queda embobado con la fuente lumínica), la tendencia es a tener no uno sino ¡varios! aparatos en cada casa –aún las humildes– y que no hay una tendencia decreciente de todo esto sino, por el contrario, en franco aumento. Las pantallas (“espejitos de colores”) van rigiendo cada vez más nuestra vida.

¿Y dónde queda la lectura crítica?

Los poderes saben lo que hacen. El auge monumental de las tecnologías digitales es buen negocio, indudablemente (hoy día sus productores/comercializadores van siendo las empresas con uno de los mejores rendimientos económicos y entre ellos se encuentran las personas más ricas del mundo). Pero la cuestión es más que negocio: es también un arma de sujeción, de control político-ideológico.

De todos modos, lo que quiere hacerse notar ahora es que, en parte porque así lo deciden los poderes (“nuestra ignorancia ha sido planificada por una gran sabiduría”), pero en buena medida también porque hay una lógica que se mueve sola y en cierta forma se escapó de todo control, la cultura de la imagen se entronizó y está dando lugar a un nuevo sujeto.

¿Cómo será el ser humano del mañana? No lo sabemos, y sentarnos a pensar eso puede tener mucho de quiromancia inservible, útil solamente para pasar el rato. Pero de lo que no caben dudas es que se está construyendo un nuevo sujeto (¿un nuevo monstruo?) que –pareciera– puede echar por la borda una actitud crítica y pensante producto de años (siglos, ¿milenios?) de maduración. Las tecnologías sirven cuando son instrumentos que nos facilitan el diario vivir. Si empezamos a vivir para alimentarlas, si pasa a ser más importante la herramienta que el ser humano que la usa… ¡se hace imprescindible retomar muy en serio el epígrafe de Groucho Marx!

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/Julio de 2011

UnoQueridos televidentes: rompe el Alba de otro aniversario de

nuestra Declaración de Independencia. Es día de fi esta para 540 millones de latinoamericanos y caribeños que pasamos la noche celebrando sobre más de veintiún millones de kilómetros cuadrados. Con la primera luz clausuramos todas las industrias contaminantes y predatorias que envenenaban o destruían nuestra naturaleza. Al despuntar el sol entra en vigencia la Ley Continental de socialización de las empresas explotadoras de recursos. Al irrumpir la claridad al templo de Tiwanaku se declaran áreas protegidas y libres de comercio, apropiación e industrialización la Amazonia, los bosques tropicales, las cabeceras de ríos y fuentes de agua. Al unísono Palacios Legislativos y cancillerías sancionan los acuerdos regionales y leyes internas que detienen la destrucción de nuestra naturaleza, nuestra biodiversidad y nuestros recursos hídricos. La cegadora claridad destella en los tejados de todas las viviendas del continente convertidos en acumuladores de energía solar, viviendas autónomas en ciudades autosufi cientes en naturaleza autoregenerada.

DosEsta mañana de la Independencia inauguramos el gran

ferrocarril y la superautopista que comunica en forma efectiva, continua y practicable todas nuestras repúblicas hermanas. Empieza la excavación de los canales que unirán el Orinoco, el Río Negro, el Amazonas y el Río de la Plata en una sola arteria fl uvial navegable. Se abre la primera esclusa del canal Interoceánico bajo control regional que suplementa al de Panamá. Arrancamos el sistema coordinado de energías alternativas y represas que suministra electricidad y riego para toda la región, así como la segunda etapa de la red de gasoductos y oleoductos que distribuye la energía. Compañías navieras, ferrocarrileras y aéreas de exclusiva propiedad latinoamericana y caribeña aseguran desde hoy nuestros intercambios.

TresA medida que la claridad avanza, celebran las multitudes

continentales el cumplimiento de las Metas del Milenio, el destierro de la desigualdad y la pobreza. La tierra es de quien la trabaja y no hay tierras sin trabajar. Cooperativas y empresas recuperadas por los trabajadores destierran el desempleo. Se dedica a la salud, la educación y la cultura lo que se dilapidaba en ostentación, lujo y derroche. El producto económico más preciado es la información, que se multiplica en forma infi nita y gratuita para todos. Estados informatizados realizan consultas democráticas diarias y resuelven en forma instantánea y automática todos los trámites: desaparecen la burocracia y la corrupción.

CuatroHoy, aniversario de la Independencia, América Latina y el

Caribe se declara por siempre libre e independiente de la esclavitud de la Deuda. Revisiones jurídicas y auditorías de la validez y monto de dichos compromisos, acuerdos conjuntos de moratoria y cesación colectiva de pagos detienen la perpetua sangría de recursos a favor del capital transnacional. La Cumbre de ministros de Finanzas sanciona el régimen de inversiones extranjeras que anula Tratados de Libre Comercio, Normas de Promoción y Protección de Inversiones e Infames Tratados contra la Doble Tributación. En la economía solidaria casi ha desaparecido la moneda: registramos simbólicamente los intercambios con el Americano Fuerte, nueva

divisa regional de todos nuestros países con respaldo del Banco del Sur, reservas en Sucres y diseños del artista Régulo Pérez.

CincoLas cámaras transmiten la Cumbre de la Comunidad de

Estados Latinoamericanos y del Caribe, sin intervención de Estados Unidos, que consolida nuestra Unión. A mediodía concluye la ceremonia de arriar las banderas extranjeras en todas las bases militares extrañas, y la partida sin retorno de marines, asesores y demás fuerzas foráneas. Misiones humanitarias parten a asistir a Estados Unidos y Europa, que se hunden con el colapso del capitalismo. En nuestros Congresos se ratifi ca el nuevo Convenio Latinoamericano y Caribeño de Asistencia y Defensa Mutua que sustituye al fenecido Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca. Cada ciudadano un miliciano y cada miliciano un ciudadano, 540 millones de seres vencemos la Ofensiva de la Paz y damos la bienvenida a la República Libre y Soberana de Puerto Rico, que declara su Independencia.

SeisPantallas divididas nos muestan la enorme movilización de

niños y adultos que en campos y ciudades proclama a toda América Latina y el Caribe Territorio Libre del Analfabetismo. Cantamos en portuñol, nueva lengua ofi cial que sintetiza y engloba todos nuestros idiomas y culturas. Arrancan las Olimpíadas Culturales en las que fraternamente competimos en maratones de Ideas, decatlones de descubrimientos, campeonatos de Originalidad, récords del Asombro. Damos un pase a nuestras cámaras en Colombeia, el gran Instituto de Estudios Latinoamericanos que coordina la red de otros mil semejantes, donde la intelectualidad continental se reúne para la entrega del Robinson, el Premio Nobel latinoamericano y caribeño, para la escritora Laura Antillano. Transmitimos desde Telamcar, la Emisora de los Sueños, el gran circuito continental de dos mil televisoras y radios educativas de la región retransmitidas por nuestros diez satélites latinoamericanos, en el Alba del día que nunca anochecerá. De nosotros depende que cada venidero aniversario sea verdadera celebración, o cavilación vergonzosa sobre nuestras derrotas.

ANIVERSARIOLUIS BRITTO GARCÌA