ERRADICACIÓN DE Helicobacter pylori Y SU EFECTO EN LA ...

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0 DIRECTORA: Dra. JANJETIC, Mariana CODIRECTORA: Dra. GOLDMAN, Cinthia Ciudad Autónoma de Buenos Aires Febrero 2020 AUTORES: PALACIOS, Daiana TIPTE CABELLO, Eunice Dorcas VILLAFAÑE, Melina Nazaret VILLALBA, Aldana Soledad ERRADICACIÓN DE Helicobacter pylori Y SU EFECTO EN LA GRELINA SÉRICA, PATOLOGÍA GÁSTRICA, INGESTA ALIMENTARIA E ÍNDICE DE MASA CORPORAL. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.

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DIRECTORA:

Dra. JANJETIC, Mariana

CODIRECTORA:

Dra. GOLDMAN, Cinthia

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Febrero 2020

AUTORES:

PALACIOS, Daiana

TIPTE CABELLO, Eunice Dorcas

VILLAFAÑE, Melina Nazaret

VILLALBA, Aldana Soledad

ERRADICACIÓN DE Helicobacter pylori Y SU

EFECTO EN LA GRELINA SÉRICA, PATOLOGÍA

GÁSTRICA, INGESTA ALIMENTARIA E ÍNDICE DE

MASA CORPORAL.

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.

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ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN 1

II. OBJETIVO GENERAL 4

III. METODOLOGÍA 5

IV. RESULTADOS 6

GENERALIDADES DE LA INFECCIÓN POR H. pylori 6

ERRADICACIÓN DE LA INFECCIÓN POR H. pylori Y SU EFECTO EN LA

PATOLOGÍA GÁSTRICA 10

EFECTO DE LA ERRADICACIÓN DE LA INFECCIÓN POR H. pylori EN LOS

NIVELES DE GRELINA 14

RELACIÓN ENTRE LA INFECCIÓN POR H. pylori Y LA INGESTA ALIMENTARIA 17

EFECTO DE LA ERRADICACIÓN DE LA INFECCIÓN POR H. pylori EN EL ÍNDICE

DE MASA CORPORAL 21

TABLA 1. RESUMEN DE RESULTADOS DE LOS TRABAJOS INCLUIDOS EN LA

PRESENTE REVISIÓN. 23

V. CONCLUSIONES 28

VI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 29

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RESUMEN

Introducción: La infección por Helicobacter pylori afecta a más del 50% de la

población mundial, y ha sido vinculada con patologías gástricas y extragástricas.

Actualmente existe controversia acerca del efecto de la erradicación de la

bacteria en la patología gástrica, los niveles de grelina, la ingesta alimentaria y

el Índice de Masa Corporal (IMC).

Objetivo: Evaluar el efecto de la erradicación de la infección por H. pylori en la

patología gástrica, los niveles de grelina circulante, la ingesta alimentaria y el

IMC.

Metodología: Se realizó una revisión bibliográfica de artículos científicos en las

bases de datos de Pubmed/Medline, Scielo, LILACS y Cochrane. Se buscaron

artículos publicados desde el año 1994 hasta el 2020. Las palabras clave en

español e inglés fueron: patología gástrica, grelina, ingesta alimentaria e IMC en

combinación con H. pylori y erradicación de H. pylori.

Resultados: Al evaluar el efecto de la erradicación de la infección por H. pylori

se evidenció una mejoría de las patologías gástricas asociadas. Las

investigaciones mostraron resultados controversiales en relación a qué ocurre

con los niveles de grelina luego de la erradicación bacteriana. Asimismo, son

escasos los estudios que evaluaron el efecto de la erradicación de H. pylori en

la ingesta alimentaria, el único estudio hallado no encontró diferencias

estadísticamente significativas. Aunque los resultados fueron variables, muchas

investigaciones reportaron un aumento del IMC de los pacientes a mediano y

largo plazo post-erradicación.

Conclusiones: La erradicación de la infección por H. pylori mejora la patología

gástrica pero su efecto en la grelina circulante, la ingesta alimentaria y el IMC

son controvertidos. Son necesarias futuras investigaciones para dilucidar esta

compleja relación.

Palabras clave: Helicobacter pylori; erradicación de H. pylori; patología gástrica;

grelina; ingesta alimentaria; índice de masa corporal.

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ABSTRACT

Introduction: Helicobacter pylori infection affects more than 50% of the world's

population and it has been linked to gastric and extragastric pathologies. There

is currently controversy about the effect of bacterial eradication on gastric

pathology, ghrelin levels, food intake and Body Mass Index (BMI).

Objective: To evaluate the effect of H. pylori eradication on gastric pathology,

circulating ghrelin levels, food intake and BMI.

Methodology: A review of scientific articles was carried out in Pubmed/Medline,

Scielo, LILACS and Cochrane databases. Articles published from 1994 to 2020

were searched. The keywords in spanish and english were: gastric pathology,

ghrelin, food intake and BMI in combination with H. pylori and H. pylori

eradication.

Results: After evaluating the effect of H. pylori eradication, an improvement in

the associated gastric pathologies was evidenced. Controversial results were

found regarding ghrelin levels after bacterial eradication. Studies evaluating the

effect of H. pylori eradication on food intake are scarce, the only one that we have

found reported no statistically significant differences. Although the results were

variable, many investigations described an increase in the BMI of patients in the

medium- and long-term post-eradication.

Conclusions: Eradication of H. pylori infection improves gastric pathology but its

effect on circulating ghrelin levels, food intake and BMI are controversial. Further

research is necessary to elucidate this complex relationship.

Keywords: Helicobacter pylori; H. pylori eradication; gastric pathology; ghrelin;

food intake; body mass index.

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I. INTRODUCCIÓN

Helicobacter pylori es una bacteria microaerófila, gram negativa, flagelada, de

forma helicoidal y de crecimiento lento. Es un patógeno potencial para el ser

humano y afecta aproximadamente a la mitad de la población mundial,

convirtiéndose en un problema de salud pública [1–5]. La mayor prevalencia de

la infección se reporta en los países en vías de desarrollo, ya que se asocia a

condiciones sanitarias deficientes y hacinamiento [1,2,6,7]. Su adquisición ocurre

principalmente durante la infancia [4] y puede estar presente en el organismo sin

que se manifieste sintomatología digestiva, como ocurre en la mayoría de los

casos [8]. A pesar de su elevada prevalencia a nivel mundial, todavía no hay

certezas a la hora de afirmar cómo se transmite principalmente esta infección.

Las evidencias se centran en las vías de transmisión fecal-oral, oral-oral y gastro-

oral como las más probables [9].

H. pylori ha sido clasificada como carcinógeno tipo I por la Organización Mundial

de la Salud (OMS) y por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el

Cáncer (IARC) por su comprobado rol en el desarrollo de cáncer gástrico [10].

Está implicada en más del 90% de las úlceras duodenales y hasta el 80% de las

úlceras gástricas [2,10–13].

Cuando la bacteria coloniza la mucosa gástrica, produce inflamación (gastritis

crónica activa) [14], lo cual puede afectar directamente la función secretora del

estómago, y verse alterada la función de las células productoras de grelina,

ubicadas principalmente en las glándulas oxínticas del fundus gástrico [15].

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Varias investigaciones concluyen que la infección por H. pylori incide

negativamente en los niveles de grelina [16–22]. Sin embargo, lo que sucede

luego de la erradicación es controversial. Algunos estudios afirman que éstos

niveles se ven incrementados [23]; otros, que los niveles no se ven afectados

[24], o incluso que descienden [25].

La grelina es una hormona orexígena constituida por 28 aminoácidos, aislada

por primera vez en 1999 por Kojima y cols. [26]. Es producida principalmente en

las glándulas oxínticas del fondo gástrico. Originalmente fue aislada del

estómago, sin embargo fue identificada en otros tejidos periféricos, como el

tracto gastrointestinal, el páncreas, el ovario, la corteza suprarrenal, hipófisis,

núcleo arcuato del hipotálamo (ARC), y neuronas adyacentes al tercer ventrículo

[27]. La unión a su receptor a nivel de las neuronas hipotalámicas inicia

diferentes cascadas de señalización para ajustar la ingesta de alimentos y el

gasto energético [27,28]. Una de las funciones principales de esta hormona es

aumentar el apetito por la producción del neuropéptido Y, favoreciendo de esta

manera el aumento de la ingesta alimentaria [29].

El Índice de Masa Corporal (IMC) es uno de los indicadores antropométricos que

refleja las reservas corporales de energía, por su alta correlación con la grasa

corporal [30]. Los puntos de corte para clasificar el estado nutricional de los

individuos en base al IMC, fueron establecidos por un Comité de Expertos de la

FAO/OMS en 1992 [31]. Este índice es muy útil para la evaluación del estado

nutricional desde el punto de vista epidemiológico, ya que su cálculo es de simple

realización [30].

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Diversos estudios se han llevado a cabo con el fin de evaluar la relación entre la

infección por H. pylori, los niveles de grelina circulantes y su efecto en el índice

de masa corporal. Muchos estudios han reportado un aumento significativo del

peso y del IMC a largo plazo, luego de la erradicación de la infección [23,32–35].

Por lo expuesto anteriormente, es importante analizar la bibliografía científica

respecto al posible efecto de la erradicación de la infección por H. pylori en la

patología gástrica, los niveles de grelina circulante, la ingesta alimentaria y el

IMC.

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II. OBJETIVO GENERAL

Evaluar el efecto de la erradicación de la infección por H. pylori en la patología

gástrica, los niveles de grelina circulante, la ingesta alimentaria y el índice de

masa corporal.

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III. METODOLOGÍA

Se realizó una revisión bibliográfica de artículos científicos, para ello se consultó

información en las siguientes bases de datos: Pubmed/Medline, Scielo, LILACS

y Cochrane.

Se buscó literatura publicada desde el año 1994 hasta el 2020. Los idiomas que

se utilizaron para las palabras clave fueron español e inglés (acorde a lo requerido

en la base de datos), realizando las siguientes combinaciones: “(Helicobacter

pylori OR H. pylori) AND ghrelin”, “(Helicobacter pylori OR H. pylori) AND (food

intake OR dietary intake)”, “Ghrelin AND (food intake OR dietary intake)”,

“(Helicobacter pylori OR H. pylori) AND gastric pathology”, “(Helicobacter pylori

OR H. pylori) AND (Body Mass Index OR body mass OR BMI)”. En las

combinaciones que presentan H. pylori también se realizó la búsqueda

agregando “H. pylori eradication”.

Filtros de búsqueda: En todas las bases de datos se utilizaron los mismos filtros.

Especie: humana; Idioma: inglés, portugués o español; Tipo de artículo: original

article, clinical trial, practice guideline, review, systematic review and meta-

analysis.

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IV. RESULTADOS

GENERALIDADES DE LA INFECCIÓN POR H. pylori

La infección gástrica causada por la bacteria H. pylori produce el desarrollo de

gastritis crónica activa que, dependiendo de la presencia de ciertos factores de

patogenia bacterianos, ambientales y de susceptibilidad del huésped, en un bajo

porcentaje de los pacientes puede derivar a largo plazo en el desarrollo de

gastritis atrófica y cáncer gástrico [10,15].

La bacteria se vale de diversos mecanismos para lograr la colonización de la

mucosa gástrica del huésped y sobrevivir al pH del estómago [36–38]:

● Las adhesinas impiden que sea arrastrada por el movimiento peristáltico,

la actividad ciliar o el recambio epitelial.

● La ureasa, enzima bacteriana que transforma la urea en amonio y dióxido

de carbono, produce un microclima alcalino que la protege de la acidez

gástrica.

● Lipasa y proteasa, enzimas bacterianas que propician la desintegración

del moco gástrico y la pérdida de la hidrofobicidad de la mucosa,

disminuyendo la capacidad de las células para secretar moco.

● Catalasa y superóxido-dismutasa que actúan como línea de defensa.

● Formación de biopelículas (comunidad de bacterias asociadas a la

superficie, adosadas a una matriz hidratada de sustancias poliméricas

extracelulares).

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Otro factor influyente en la patogenia es la diversidad genética intra-especie que

posee H. pylori. Existe evidencia que ciertas cepas aumentan el riesgo de cáncer

gástrico o lesiones malignas (como metaplasia intestinal), identificadas por contar

con una región cromosómica de 40 kb conocida como la isla de patogenicidad

(PAI), que codifica para una proteína antigénica denominada cagA [36,39,40]. La

misma ingresa a la célula por un sistema de secreción de tipo IV (T4SS)

interactuando con al menos 10 componentes de la célula huésped, generando en

consecuencia diversas alteraciones celulares. Entre ellas podemos mencionar

cambios en la forma y polaridad de las células epiteliales, alteraciones en la

diferenciación epitelial, aumento de la proliferación e inhibición de la apoptosis,

activación de células madre gástricas y degradación del supresor tumoral p53.

Por dichos efectos, es considerada una oncoproteína bacteriana que es un factor

de riesgo para el desarrollo de carcinoma gástrico y cáncer intestinal [40].

Para diagnosticar y evaluar la erradicación de la infección se pueden realizar

estudios no invasivos, como la búsqueda de anticuerpos anti-H. pylori mediante

serología, búsqueda de antígenos en materia fecal, o el test del aire espirado

(UBT, por su sigla en inglés), utilizando urea marcada con isótopos estables o

radioisótopos de carbono; o procedimientos invasivos que requieren la realización

de una endoscopia digestiva alta y posterior evaluación de las biopsias gástricas

mediante la prueba de ureasa rápida, histopatología, cultivo o reacción en cadena

de la polimerasa (PCR) [41–43].

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La elección del método diagnóstico depende en gran medida de la disponibilidad

y el costo [7]. El gold standard para evaluación de la infección por H. pylori y

confirmación de respuesta al tratamiento es el test del aire espirado con urea

marcada, que se ha convertido en la prueba no invasiva más sensible y específica

para el diagnóstico [43–45].

En lo que respecta al tratamiento, ningún esquema asegura una eficacia del

100% [11]. Según el V consenso de Maastricht, el tratamiento se considerará

efectivo cuando se logre la erradicación de la infección en al menos un 90% de

los pacientes [43]. En caso de falla del esquema de primera línea, se deben

utilizar los tratamientos de segunda, tercera línea y de rescate, dependiendo de

la disponibilidad de los fármacos en el mercado, la prevalencia de resistencia a

los diferentes antibióticos, y otros factores [11,46]. Se consideraría a la terapia

que combina antibióticos e inhibidores de la bomba de protones empleada

durante una a dos semanas como la opción más efectiva para la erradicación de

H. pylori [3,47]. La dificultad de su erradicación está relacionada con varias

causas, tales como la existencia de cepas resistentes a los antibióticos [4,48],

sub-dosificación, falta de adherencia al tratamiento, inadecuada supresión del

ácido gástrico [11,49], la formación de biopelículas [37], tabaquismo (los

fumadores poseen un doble riesgo de fracaso) y las variantes genéticas del

huésped (la presencia de polimorfismos genéticos de la isoenzima del citocromo

P450 2C19, está asociada con diferencias en la velocidad de metabolización de

los fármacos inhibidores de la bomba de protones, lo que genera una efectividad

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farmacológica variable de acuerdo al fenotipo de metabolización de cada

paciente) [7,40,48].

Las recomendaciones de los esquemas de tratamiento para la erradicación de la

infección por H. pylori se han ido modificando en base a la evidencia empírica y

las elevadas tasas de resistencia a los antimicrobianos. Por esta causa, las

mismas consisten en la inclusión de un fármaco inhibidor de la bomba de protones

junto con una combinación de antibióticos (amoxicilina, claritromicina,

levofloxacina, tetraciclina y/o metronidazol) y una sal de bismuto, en dosis y

posología variable dependiendo, entre otros factores, de las tasas de resistencia

reportadas en la región donde deberán emplearse [44,50] .

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ERRADICACIÓN DE LA INFECCIÓN POR H. pylori Y SU EFECTO EN LA

PATOLOGÍA GÁSTRICA

Diversos estudios han demostrado que existe asociación entre la infección por H.

pylori y el desarrollo de enfermedades gastroduodenales. El estómago

desempeña un papel importante en la segunda fase de la digestión y establece

una barrera de defensa a través de la secreción de ácido clorhídrico. Además, su

constitución celular le otorga una función endocrina [51,52]. La colonización

gástrica por H. pylori produce un proceso inflamatorio crónico en la mucosa

gástrica que se relaciona con el desarrollo de dispepsia (presencia de malestar o

dolor crónico y recurrente en la porción alta del abdomen [53]), úlcera péptica

(defectos de la mucosa con un diámetro de al menos 0,5 cm de penetración a

través de la capa muscular de la mucosa [54]), displasia (anomalía en el

desarrollo tisular), metaplasia intestinal (presencia del epitelio de tipo intestinal en

el estómago [40]), atrofia (pérdida de células especializadas, parietales y

principales, epitelio glandular que cubre la mucosa del estómago [55]),

adenocarcinoma gástrico (ACG), y linfoma del tejido linfoide asociado a la

mucosa gástrica (MALT) [1,2,9,11,41,43,56,57]. Aproximadamente el 89% de

todos los cánceres gástricos pueden ser atribuibles a la infección por H. pylori

[12,40]. La gastritis crónica se desarrollará en todas las personas infectadas, pero

el 80 a 90% de ellas será asintomática [58–60]. El curso clínico posterior puede

variar dependiendo de factores ambientales, bacterianos y del huésped [3,4].

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El grado de inflamación y el sitio predominante de colonización por H. pylori es

determinante para establecer el riesgo de complicaciones gastroduodenales

[61,62].

Estudios revelan que existe una fuerte correlación entre la erradicación de H.

pylori y la mejora en la patología gástrica [15,40,44,45,57,59,63,64]; por lo cual

se obtendrían efectos beneficiosos a largo plazo [62,63].

En la revisión realizada por Suzuki et al. (2013), se advierten mejoras en cuanto

a la reducción de dispepsia [65], lo mismo se observa en un ensayo clínico

realizado por Jodaki et al. (2016) [66]. En cuanto a la reducción de la recurrencia,

curación y cicatrización de la úlcera no complicada (que no implica perforación ni

hemorragia digestiva), el IV Consenso de Maastricht, afirma que se logra

aproximadamente en el 90% los casos [44], independientemente de que se hallen

en duodeno o estómago [57,67], y en lo que respecta a la úlcera péptica

complicada, explicitan que previene la totalidad de las recidivas hemorrágicas

[64]. Estos resultados concuerdan con los descriptos en varias revisiones

sistemáticas [15,45,48,68] y metaanálisis [69].

En lo que concierne a la atrofia gástrica, la revisión sistemática de Kong et al.

(2014) reporta que existe una mejora tanto en el cuerpo como el antro del

estómago, donde se interrumpe el avance de lesiones preneoplásicas [63],

coincidentemente con los resultados de Kuipers et al. (2004) [70], Ito et al. (2002)

[71], Rokkas et al. (2007) [72] y Kodama et al. (2012) [73].

La metaplasia intestinal evidencia una mejora en el antro gástrico según Kong et

al. (2014) [63], observada también en dos estudios de cohorte realizados durante

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cinco años por Zhou et al. (2003) [74] y por Ito et al. (2002) [71].

La erradicación, conlleva también una menor incidencia de cáncer gástrico, según

las revisiones sistemáticas realizadas por Lee et al. (2016) [59], y Camargo et al.

(2014) [48] y el ensayo clínico de Li et al. (2014) [75]; aunque hay estudios que

manifiestan controversias al respecto, los cuales sostienen que en aquellos que

han padecido gastritis atrófica o metaplasia intestinal no se previene la incidencia

de cáncer, debido a que al sufrir estas lesiones precancerosas, se llega a un

“punto de no retorno”, entre ellos se hallan la revisión sistemática de Watari et al.

(2014) [15], la revisión realizada por Fischbach et al. (2009) [9], la guía de práctica

clínica de la Organización Mundial de Gastroenterología [7] y un ensayo

controlado aleatorizado de Wong et al. (2004) [76].

En cuanto al cáncer gástrico metacrónico (segunda neoplasia maligna

diagnosticada entre 6 meses y 10 años después del diagnóstico del primer cáncer

[77]) la erradicación de H. pylori no influiría en su prevención, según Watari et al.

(2014) [15] y el estudio retrospectivo realizado por Maehata et al. (2012) [78].

También se evidencian mejoras respecto a MALT, específicamente, la regresión

del mismo, según las revisiones sistemáticas de Leontiadis et al. (2009) [45], de

Zullo et al. (2010) [79] y el informe de Fischbach et al. (2009) [9].

Algunos estudios refirieron que la erradicación de la bacteria aumenta los

síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) [80,81], sin embargo

dicha información fue refutada tiempo después con actualizaciones que indican

que los síntomas no se exacerban, mejorando la calidad de vida del paciente;

entre las investigaciones que lo aseveran, se encuentran el Informe de consenso

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de Maastricht IV / Florencia [44], la revisión de Masaoka et al. (2013) [82], el

metaanálisis realizado por Xie et al. (2013) [83], la revisión de Zullo et al. (2013)

[84], la guía de práctica clínica de la Organización Mundial de Gastroenterología

[7] y el ensayo aleatorio efectuado por Kuipers et al. (2004) [70].

Si bien hay ciertos estudios que expresan resultados controversiales (respecto a

limitaciones de curación de patología gástrica, mencionadas anteriormente),

todos coinciden en que la erradicación de H. pylori representa una mejoría en el

estado general del paciente en relación a las patologías asociadas.

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EFECTO DE LA ERRADICACIÓN DE LA INFECCIÓN POR H. pylori EN LOS

NIVELES DE GRELINA

En la circulación sanguínea se encuentran dos isoformas de grelina, la grelina

acilada en serina 3 y la desacilada. La forma acilada, que corresponde a un 10-

20% del total, es la que tiene mayor actividad biológica, y puede cruzar la barrera

hematoencefálica para tener acciones a nivel del sistema nervioso central

[20,85,86].

Si bien la mayoría de la grelina circulante se produce en el estómago, existen

otros órganos productores como ser el tracto gastrointestinal, el páncreas, el

ovario, la corteza suprarrenal, la hipófisis, el hipotálamo (núcleo arcuato y

neuronas adyacentes al tercer ventrículo) que pueden aumentar o disminuir la

secreción de manera compensatoria [87,88]. Los niveles de grelina muestran

aumentos preprandiales (cercanos al doble de los basales) y disminuciones

posprandiales. Hay estudios que afirman que los niveles están influenciados por

la edad, el sexo, el IMC, la hormona del crecimiento (GH), la glucosa, la insulina,

la somatostatina y la leptina [27,85]. La secreción de grelina es pulsátil y la misma

se produce mayormente por la noche [89].

La función principal de esta hormona es estimular el apetito y, por consiguiente,

favorecer el aumento de la ingesta alimentaria [29]. La evidencia creciente

respalda un papel más complejo para la grelina en la regulación del metabolismo.

Se plantean funciones como acelerar el vaciamiento gástrico, estimular la

motilidad gastrointestinal, inducir el inotropismo cardíaco y causar vasodilatación,

mejorando el rendimiento cardíaco [20]. La secreción de grelina por el estómago

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depende en gran medida del estado nutricional. Pueden verse alterados los

valores por desequilibrios energéticos crónicos y agudos. La secreción aumenta

en la anorexia y la caquexia, se reduce en la obesidad y se normaliza cuando se

alcanza el peso normal según IMC [89–92].

Los niveles de grelina están alterados ante la presencia de H. pylori. Según

algunos autores, la gastritis derivada de la infección por ésta bacteria puede

conducir a la reducción de los niveles de grelina gástrica, con repercusiones en

los niveles séricos [21,93–96]. En el año 2011 se realizó un metaanálisis sobre la

relación de H. pylori con los niveles de grelina, donde se reportó que la

concentración de dicha hormona estaba disminuida significativamente en sujetos

infectados por la bacteria en comparación con sujetos no infectados [16].

Coherentemente, la erradicación de la bacteria parecería influir en la dinámica de

la grelina. Algunos autores reportaron un aumento de sus niveles y del peso

corporal posteriores a la erradicación [22,23,97], evidenciando un aumento

significativo en la expresión de ARNm de grelina gástrica [56]. Sin embargo, el

efecto de la erradicación de H. pylori en la concentración de grelina no es tan

claro. Si la infección por H. pylori se asocia con una grelina circulante más baja,

biológicamente se podría inferir que su erradicación se asocie con un aumento

de la misma. Pero si la infección de H. pylori reduce la grelina circulante por medio

de la destrucción de las células productoras de la hormona, entonces el efecto de

erradicar esta bacteria en la grelina circulante dependerá de la duración de la

infección, la cantidad de daño a las células productoras de grelina y el tiempo que

puedan tardar en regenerarse [16].

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El rol de la erradicación de la bacteria ha sido evaluado por diversos estudios

[16,98]. El primero que se realizó fue el de Nwokolo et al. (2003) quienes

concluyeron que dicha erradicación estaba estrechamente relacionada con un

aumento en los niveles de grelina plasmática [23]. En el estudio realizado por

Tatsuguchi A et al. (2004) se observa que después de la erradicación efectiva de

H. pylori, las concentraciones de grelina suben significativamente [22]. Francois

F et al. (2011) describieron que después de la erradicación de H. pylori, los niveles

de grelina posprandial fueron casi seis veces más altos que los de la pre-

erradicación [33]. Sin embargo, Gockel et al. (2003) realizaron una investigación

sobre la misma temática, concluyendo que el tratamiento efectivo de la infección

no tuvo efectos sobre los niveles plasmáticos de grelina [24]. Otros estudios

tampoco detectaron cambios en los niveles de grelina asociados con la infección

[21,99].

De manera contrapuesta hay investigaciones que aseveran que los niveles de

grelina disminuye luego de la terapia. En un estudio reciente, Kasai et al. (2016)

describen que los niveles plasmáticos de grelina disminuyeron después de la

erradicación de H. pylori. [100]. Choe et al. (2007) afirman que los niveles de

grelina estudiados no difirieron significativamente en personas infectadas luego

de la terapia de erradicación de la bacteria [99].

En relación a lo exhibido y debido a la disparidad de los resultados publicados

hasta el momento, no se puede llegar a una conclusión unívoca respecto del

efecto de la erradicación de H. pylori sobre los niveles circulantes de grelina.

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RELACIÓN ENTRE LA INFECCIÓN POR H. pylori Y LA INGESTA

ALIMENTARIA

La ingesta de alimentos está regulada por la coordinación de diferentes sistemas

en los que participan numerosos péptidos con acciones sinérgicas o antagónicas,

sintetizados en distintos tejidos del cuerpo, los cuales interactúan entre sí y

conducen la información al hipotálamo mediante diferentes señales neuronales

[28,101].

El hipotálamo es un área del cerebro crucial e indispensable en la regulación del

apetito y en definitiva del peso corporal [102]. La región del hipotálamo conocida

como núcleo ventromedial es considerada el centro de la saciedad y el núcleo

lateral como centro del hambre. Asimismo, en la regulación de la ingesta

participan péptidos sintetizados por el hipotálamo. Se puede mencionar el

neuropéptido Y, cuya acción es en el núcleo paraventricular donde estimula la

ingesta de alimentos; otro péptido importante es la proteína agouti que induce el

apetito y, por último, la hormona estimulante de los melanocitos (alfa-MSH)

proveniente de neuronas que contienen una pre-hormona denominada

proopiomelanocortina (POMC), la cual inhibe el apetito [101].

A nivel periférico se encuentran péptidos y sustancias que intervienen en la

ingesta alimentaria. Podemos mencionar la grelina que, tal como se explicó

anteriormente, estimula la ingesta y, en contraste, los niveles plasmáticos

aumentados de glucosa, insulina, leptina, péptido YY (PPY), péptido-1 similar al

glucagón (GLP-1) que son anorexígenos [103].

La leptina, es una hormona sintetizada principalmente en tejido adiposo y, en

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menor medida, en el estómago, placenta, epitelio mamario y corazón [27].

Después de ser liberada por el tejido adiposo, la hormona actúa en el hipotálamo

estimulando la síntesis de hormona estimulante de melanocitos e inhibiendo el

neuropéptido Y, generando saciedad en el organismo [104].

Los estudios que han evaluado la relación entre la infección por H. pylori y la

ingesta alimentaria son escasos. Mantero et al. (2018) realizaron un estudio

transversal en el que participaron 163 pacientes dispépticos con el objeto de

evaluar la asociación entre la infección por H. pylori, el genotipo infectante y el

tipo de patología gástrica, con las concentraciones séricas de grelina y leptina, y

el estado nutricional alimentario y antropométrico de los pacientes. Si bien la

ingesta de nutrientes y el IMC no presentaron diferencias estadísticamente

significativas entre los grupos H. pylori positivo y negativo, se obtuvieron niveles

de grelina significativamente menores en los pacientes infectados [96].

Resultados similares respecto a la ingesta alimentaria fueron reportados por otro

estudio realizado en 140 individuos, donde no se encontraron diferencias

estadísticamente significativas en la ingesta de energía y macronutrientes entre

pacientes H. pylori positivos y negativos, así como tampoco se evidenciaron

diferencias en el peso corporal [105].

Un estudio realizado por Jang et al (2008) donde incluyeron 23 pacientes con

úlcera gástrica o duodenal asociada a infección por H. pylori, evaluaron los

niveles de grelina, apetito y consumo de alimentos con una escala visual

analógica, antes y después de la erradicación de la infección. Luego de la

erradicación los niveles de grelina, el apetito y el consumo de alimentos

Page 23: ERRADICACIÓN DE Helicobacter pylori Y SU EFECTO EN LA ...

19

aumentaron significativamente después de la cicatrización de las úlceras y la

erradicación de H. pylori [106]. Este estudio si bien evaluó sensación de apetito y

consumo de alimentos, no realizó un análisis de la ingesta alimentaria en sí

mismo.

Por otro lado, por medio de la búsqueda anteriormente mencionada sólo se ha

encontrado hasta el momento un estudio que ha evaluado el efecto de la

erradicación de H. pylori en la ingesta alimentaria, donde no se encontraron

diferencias significativas en el consumo de energía y macronutrientes pero sí un

menor consumo de sacarosa en el grupo que erradicó la infección por H. pylori

[107].

En los últimos años ha tomado gran relevancia el estudio del patrón alimentario

en relación a diferentes patologías crónicas, inflamatorias y gástricas [108–110].

Un estudio transversal evaluó la influencia de los patrones dietéticos y la infección

por H. pylori en 3014 adultos chinos. La ingesta dietética se evaluó mediante un

cuestionario semicuantitativo de frecuencia de consumo. Se identificaron cuatro

patrones dietéticos: patrón saludable (alto en vegetales, fruta fresca, carne roja,

pescado, huevos, leche, aceite vegetal y te), occidental (alto en carnes rojas, aves

y órganos, vísceras, mariscos, productos del mar, queso, grasas animales,

comidas rápidas, refrigerios, chocolates, refrescos y café), granos - vegetales

(alto en granos enteros, raíces y tubérculos, vegetales, hongos, frijoles, aceites

vegetales, nueces y semillas) y altos niveles de sal (alto en granos refinados,

vegetales en escabeche, tocino y pescado salado y en conserva, carne

procesada y cocida y vino y té). Se pudo determinar que el patrón “granos-

Page 24: ERRADICACIÓN DE Helicobacter pylori Y SU EFECTO EN LA ...

20

vegetales” está asociado con una disminución del riesgo de infección por H.

pylori, los patrones saludable y occidental no presentan asociación con la

infección pero el patrón “altos niveles de sal” está asociado con un mayor riesgo

de infección por H. pylori [111]. Otro estudio también realizado en China en el que

participaron 10407 sujetos demostró que una dieta rica en carbohidratos y dulces

se asocia positivamente con la prevalencia de infección por H. pylori mientras que

una dieta caracterizada por una ingesta de vísceras y carne animal, pescados,

mariscos y aves de corral se asocia a una reducción de la prevalencia de infección

[112].

Por lo expuesto anteriormente, no se hallaron diferencias estadísticamente

significativas en el consumo de energía y macronutrientes entre sujetos

infectados y no infectados con H. pylori, aunque se han reportado alteraciones en

las hormonas que regulan la ingesta de alimentos como grelina y leptina.

Asimismo, el único estudio hallado en esta búsqueda bibliográfica tampoco

reportó diferencias significativas en el consumo de energía y de macronutrientes

antes y después de la erradicación de la infección por H. pylori. En cuanto a los

estudios sobre el patrón alimentario relacionado con la infección de H. pylori, se

lograron identificar aquellos patrones asociados a la infección por la bacteria. Los

estudios sobre la relación entre la erradicación de la infección por H. pylori y la

ingesta alimentaria son escasos, queda por delante la realización de estudios

epidemiológicos a mayor escala para poder dilucidar dicha relación.

Page 25: ERRADICACIÓN DE Helicobacter pylori Y SU EFECTO EN LA ...

21

EFECTO DE LA ERRADICACIÓN DE LA INFECCIÓN POR H. pylori EN EL

ÍNDICE DE MASA CORPORAL

La obesidad representa uno de los mayores problemas de salud pública a nivel

mundial. De acuerdo a los datos reportados por la Organización Mundial de la

Salud, en el año 2016 alrededor del 13% de la población adulta era obesa y el

39% tenía sobrepeso [113]. Debido a la elevada prevalencia de la infección

gástrica causada por H. pylori en los países en vías de desarrollo, y a su

disminución en los países desarrollados, en los últimos años se ha planteado

como interrogante si dicha infección y su erradicación podrían estar relacionadas

con cambios en las hormonas que intervienen en la regulación del apetito y la

ingesta alimentaria, y por ende en el IMC de los pacientes y la prevalencia de

obesidad [104].

Diversos estudios han evaluado el efecto de la erradicación de H. pylori en el IMC

de los individuos mostrando resultados controvertidos [33–35,98,100,106,114–

124]. Sin embargo, muchos de ellos evidencian un aumento significativo del IMC

post-erradicación de la infección [33–35,98,114–123], habiendo sido evaluado su

efecto a mediano y largo plazo. El ensayo clínico aleatorizado realizado por Lane

et al. (2011) [122] documentó que el IMC aumentó significativamente seis meses

después de la erradicación de la bacteria. Francois et al. (2011) reportaron que

siete meses después de la erradicación de H. pylori los niveles de grelina acilada

posprandial aumentaron significativamente al igual que los niveles medios de

leptina, describiendo asimismo un aumento significativo del IMC a los 18 meses

de seguimiento [33]. Por su parte, Osawa et al. (2006) [34] concluyeron que la

Page 26: ERRADICACIÓN DE Helicobacter pylori Y SU EFECTO EN LA ...

22

variación de los niveles plasmáticos de grelina se correlacionaron inversamente

con los cambios en el peso corporal luego de 12 semanas de la erradicación de

la infección. Pacífico et al. (2008) también describieron un aumento significativo

del IMC a los 6 y 12 meses de seguimiento luego de la erradicación de H. pylori

en niños pre-púberes, concomitante con una disminución en los niveles de grelina

a ambos tiempos [121]. El aumento del IMC post-erradicación fue también

reportado por Hishiki et al. (2001) [114] en un estudio realizado en 205 pacientes

con úlcera péptica y 430 controles sin patología gastroduodenal, con el fin de

evaluar el efecto de la erradicación de H. pylori en varios factores de riesgo

cardiovasculares.

Los estudios descriptos hasta aquí atribuyen el aumento del IMC a diversas

causas como la mejoría de la patología gástrica, la resolución de los síntomas

dispépticos y la mejora de los parámetros nutricionales, lo que provocaría un

aumento del apetito, y por consiguiente, un aumento de peso [115–118,120]. Sin

embargo, otras investigaciones no han encontrado diferencias significativas en el

IMC post-erradicación de la infección por H. pylori [100,106,124].

La evidencia científica existente respecto del efecto de la erradicación de H. pylori

en el IMC fue evaluada a través de dos revisiones sistemáticas, las cuales

reportaron como resultado un aumento del IMC posterior a la erradicación de la

infección [35,119]. Sin embargo, se necesitarán más estudios para dilucidar las

causas intervinientes en la compleja relación entre la erradicación por H. pylori y

la variación del IMC de los pacientes.

Page 27: ERRADICACIÓN DE Helicobacter pylori Y SU EFECTO EN LA ...

23

Tabla 1. Resumen de resultados de los trabajos incluidos.

Autores Año Tipo de estudio

n Variables estudiadas

Resultados

Kuipers et al. [14] 1995 Artículo original

107 -Patología gástrica

H. pylori es un factor de riesgo para el desarrollo de gastritis atrófica, metaplasia intestinal y carcinogénesis gástrica.

Labenz et al. [81] 1997 Artículo original

244 -Patología gástrica

La erradicación de H. pylori causa esofagitis

por reflujo.

Huang et al. [62] 1998 Metaanálisis 19 estudios- n= 2491

-Patología gástrica

Se considera a la infección por H. pylori

como un factor de riesgo para el cáncer gástrico.

Treiber et al. [67] 1998 Revisión sistemática

60 estudios- n= 4329

-Patología gástrica

La erradicación de H. pylori acelera la

curación de la úlcera péptica.

Leodolter et al. [57] 2001 Metaanálisis 24 estudios- n= 3996

-Patología gástrica

La erradicación de H. pylori contribuye a la

cura de la úlcera péptica (gástrica y duodenal).

Hishiki et al.[114]

2001 Artículo original

205 -IMC Se evidenció un aumento del IMC durante el primer año y dos años después de la erradicación.

Furuta et al. [115] 2002 Artículo original

761 -IMC -Patología gástrica

Luego de la erradicación, hubo un aumento significativo del IMC. La erradicación de H. pylori influye

positivamente sobre las patologías gastrointestinales, a excepción de ERGE, la cual se desarrolla en ésta etapa, atribuído a la mejora de secreción de ácido gástrico.

Zhou et al. [74] 2003 Artículo original

1006 -Patología gástrica

La erradicación de H. pylori produce una

reducción de la gravedad y la actividad de la gastritis crónica y resolución de la metaplasia intestinal en el antro

Tatsuguchi A et al. [22] 2004 Artículo original

61 -Grelina La infección por H. pylori afectó a la hormona grelina, disminuyendo su expresión. Luego de la erradicación de la bacteria, las concentraciones de grelina aumentan significativamente.

Kuipers et al. [70] 2004 Artículo original

231 -Patología gástrica

La erradicación elimina la inflamación de la mucosa gástrica e induce la regresión de la atrofia glandular del cuerpo del estómago.

Gisbert et al. [64] 2004 Revisión sistemática

7 estudios- n=578

-Patología gástrica

El tratamiento de la infección por H. pylori es

efectivo para prevenir el sangrado recurrente de la úlcera péptica.

Osawa H et al. [21] 2005 Artículo original

160 -Grelina Las concentraciones plasmáticas de grelina son más bajas en pacientes con H.pylori positivo.

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24

Osawa et al. [34] 2006 Artículo original

134 -IMC -Grelina

Los niveles plasmáticos de grelina luego de la erradicación disminuyeron y hubo una correlación significativa con el aumento de peso.

Ford et al. [68] 2006 Metaanálisis 55 estudios -Patología gástrica

La erradicación de la infección por H. pyori previene la recurrencia y mejora la curación de las úlceras pépticas.

Choe Y et al. [99] 2007 Artículo original

10 -Grelina La infección por H. pylori y la terapia de erradicación no tienen efecto sobre los niveles de grelina.

Rokkas et al. [72] 2007 Revisión sistemática

8 estudios -Patología gástrica

Los resultados mostraron que luego de la erradicación de H. pylori, hubo una mejora significativa de atrofia gástrica, mientras que no se mostró mejoría para metaplasia intestinal.

Pacífico et al. [121] 2008 Artículo original

85 -IMC -Grelina

La erradicación de H. pylori se asocia con un

aumento significativo del IMC, masa magra y grasa. También se asocia con una disminución de lo grelina plasmática.

Osawa H. [20] 2008 Revisión - -Grelina Las concentraciones plasmáticas de grelina están disminuidas en individuos infectados con H. pylori. La producción de grelina

gástrica aumenta luego de la erradicación de la bacteria.

Singh et al. [117] 2008 Artículo original

67 -IMC El aumento significativo del IMC se asocia a la erradicación de H.pylori.

Roper et al. [125] 2008 Artículo original

256 -Grelina La infección por H. pylori no afecta los niveles antrales, gástricos o circulantes de grelina.

Jang et al. [106] 2008 Artículo original

22 - Grelina - IMC

Aumentaron los niveles de grelina en pacientes que erradicaron la bacteria, los valores de IMC no sufrieron cambios significativos.

Leontiadis et al. [45] 2009 Revisión sistemática

58 revisiones -Patología gástrica

La erradicación de la bacteria provoca una notable mejora y prevención los distintos tipos de patología gástrica.

Yang et al. [116] 2009 Artículo original

350 -IMC La erradicación de H.pylori conduce a un

aumento del IMC.

Pellicano et al. [123] 2009 Artículo original

496 -IMC El IMC aumentó significativamente luego de la erradicación de H. pylori.

Lee et al. [56] 2010 Artículo original

65 -Grelina La erradicación de H. pylori aumenta la expresión del ARN mensajero de grelina.

Zullo et al. [79] 2010 Revisión sistemática

32 estudios- n=1408

-Patología gástrica

La erradicación de H. pylori es efectiva en el tratamiento de aproximadamente el 75% de los pacientes con linfoma gástrico en estadio temprano.

Nweneka et al. [16] 2011 Revisión sistemática -

Metanálisis 13 estudios =

-Grelina Los niveles circulantes de grelina son menores en individuos infectados con H.

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25

Metanálisis 385 pylori, en comparación con personas no infectadas.

Hunt et al. [7] 2011 Guía de práctica clínica

- -Patología gástrica

La erradicación de H. pylori no es efectiva en la prevención de adenocarcinoma gástrico, ante la existencia de lesiones precursoras. La erradicación de la bacteria no provoca ERGE.

Francois et al. [33] 2011 Artículo original

69 -IMC El IMC aumentó progresiva y significativamente en los individuos que erradicaron H. pylori

Kodama et al. [73] 2012 Artículo original

373 -Patología gástrica

10 años después de la erradicación de H. pylori, la atrofia en los sitios de metaplasia intestinal disminuyó gradual y significativamente.

Akanuma et al. [118] 2012 Artículo original

174 -IMC La erradicación de H. pylori aumentó significativamente el IMC a los 6 y 12 meses posteriores.

Boltin and Niv [98] 2012 Revisión sistemática

32 estudios -Grelina -IMC

Cuando se erradica H. pylori hay aumento de

peso corporal pero el rol de la grelina no es claro.

Xie et al. [83] 2013 Metaanálisis 43 estudios- n= 52999

-Patología gástrica

La erradicación de la bacteria no aumenta los síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), ni la provoca.

Suzuki H et al. [65] 2013 Revisión sistemática

8 estudios -Patología gástrica

La erradicación de H. pylori representa una

mejora en la reducción de la dispepsia.

Ulasoglu et al. [126] 2013 Artículo original

92 -Grelina Los niveles séricos de grelina disminuyeron en sujetos que erradicaron H. pylori.

Li et al. [75] 2014 Artículo original

2258 - Patología gástrica

El tratamiento con H. pylori puede beneficiar a aquellos pacientes con histopatología de referencia avanzada, y los beneficios están presentes incluso con la infección posterior al tratamiento.

Watari et al. [15] 2014 Revisión sistemática

149 estudios -Patología gástrica

La erradicación temprana de la infección por H. pylori debería ser considerada para prevenir el desarrollo de cáncer gástrico, antes de la aparición de lesiones precancerosas.

Camargo et al. [48] 2014 Revisión sistemática

59 estudios -Patología gástrica

La erradicación está asociada con la cicatrización de la úlcera, la regresión del linfoma de tejido linfoide asociado con la mucosa y la disminución del riesgo de cáncer.

Kong et al. [63] 2014 Revisión sistemática

16 estudios n= 3.909

- Patología gástrica

La erradicación de la infección por H. pylori se correlaciona con la mejora de metaplasia intestinal en el antro y atrofia gástrica en el cuerpo y el antro del estómago, indicando que se trata de patologías reversibles.

Yap et al. [124] 2015 Artículo original

29 - IMC No se encuentran diferencias significativas entre el IMC y la erradicación por H. pylori.

Page 30: ERRADICACIÓN DE Helicobacter pylori Y SU EFECTO EN LA ...

26

Dhurandhar et al. [119] 2015 Revisión sistemática

343 - IMC La erradicación de H.pylori se correlaciona positivamente con un aumento del IMC, la causa posible es la resolución de la dispepsia.

Eren et al. [25] 2015 Artículo original

67 - Grelina La grelina fue encontrada disminuida en individuos infectados con H. pylori . Luego de la erradicación la grelina se encontró disminuida.

Ribeiro de Oliveira et al. [107]

2015 Artículo original

124 - Ingesta alimentaria No se hallaron diferencias significativas en el

consumo de energía y macronutrientes pero si un menor consumo de sacarosa en el grupo que erradicó la infección por H. pylori.

Rocha et al. [105] 2015 Artículo original

140 - Ingesta alimentaria -IMC

No se hallaron diferencias estadísticamente significativas en la ingesta de alimentos e IMC en individuos positivos y negativos de infección por H. pylori.

Lee et al. [59] 2016 Revisión sistemática

24 estudios-

n= 48064 - Patología gástrica

Se asocia la erradicación de la infección por H pylori con una menor incidencia de cáncer gástrico. Los beneficios de la erradicación varían con la incidencia de cáncer gástrico basal, pero se aplican a todos los niveles de riesgo basal.

Jodaki et al. [66] 2016 Artículo original

120 - Patología gástrica

La erradicación de H. pylori tiene un leve

efecto en la mejora del síndrome de dispepsia funcional y la mejoría fue poco vista en los síntomas de dolor epigástrico y vómitos.

Kasai et al. [100] 2016 Artículo original

72 - Grelina - IMC

Después de la erradicación de H. pylori, los

niveles plasmáticos de grelina activa y de grelina desacilada disminuyeron. No se encontraron cambios significativos del IMC después de la erradicación de H. pylori.

Du et al. [69] 2016 Metaanálisis 25 estudios- n= 5555

- Patología gástrica

La terapia de erradicación de H. pylori es beneficiosa para los síntomas alivio, reduce el desarrollo de la úlcera péptica, y conduce a la resolución histológica de la gastritis crónica pero no mejora la calidad de vida.

Xia et al [112] 2016 Artículo original

10407 - Patrón alimentario

Una dieta rica en carbohidratos y dulces se asocia positivamente con la prevalencia de infección por H. pylori

Upala et al. [35] 2017 Revisión sistemática

934 - IMC La erradicación de H. pylori se asocia significativamente a un aumento del IMC y del peso corporal.

Mantero P et al. [96] 2018 Artículo original

163 - Grelina - Patologia gastrica

La infección por H .pylori y la gravedad de la patología gástrica del cuerpo se asocian con concentraciones séricas más bajas de

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27

-Ingesta alimentaria

grelina. Ni la ingesta de nutrientes ni el IMC diferían significativamente entre los grupos positivos y negativos de H. pylori.

Shu et al. [111] 2019 Artículo original

3014 - Patrón alimentario

El patrón “altos niveles de sal” está asociado a la infección por H. pylori.

Fuente: elaboración propia

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V. CONCLUSIONES

Al evaluar el efecto de la erradicación de la infección por H. pylori en la presente

revisión bibliográfica, se evidenció una mejoría de las patologías gástricas

asociadas a la infección de acuerdo a lo reportado en las diferentes publicaciones

científicas incluidas en nuestro estudio. Las investigaciones muestran resultados

controvertidos en cuanto a qué ocurre con los niveles de grelina circulante luego

de la erradicación, por ende no se puede llegar a una postura unívoca. Según la

evidencia disponible, no se encontraron diferencias significativas en relación a la

ingesta alimentaria de individuos H. pylori positivos respecto de los negativos. El

único estudio incluido en la presente revisión que evaluó la ingesta alimentaria

luego de la erradicación de la infección por H. pylori, no encontró diferencias

estadísticamente significativas antes y después de la erradicación bacteriana. Por

otra parte, aunque los resultados fueron variables, muchas investigaciones

reportaron un aumento del IMC de los pacientes a mediano y largo plazo post-

erradicación.

En conclusión, el efecto de la erradicación de la infección por H. pylori redunda

en una mejora de la patología gástrica, y un posible aumento del IMC de los

pacientes a mediano y largo plazo, aunque su impacto en los niveles de grelina

aún sigue siendo controvertido. Los estudios que han evaluado la ingesta

alimentaria son escasos como para poder establecer una conclusión clara

respecto del efecto de la erradicación de la infección en la ingesta de los

pacientes. La realización de futuras investigaciones posibilitará dilucidar esta

compleja relación.

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29

VI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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