25-08-2013 LA GACETA LITERARIA

4
SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 25 DE AGOSTO DE 2013 5 a SECCION L a demora por el tráfico me hizo llegar tarde. To- qué el timbre y la voz tronante de Piglia en el contestador me dijo que el fotógrafo bajaba con la llave. Al rato, saludé al joven portador de las imáge- nes. Piglia abrió la puerta al escuchar los pasos cortos en el palier. Ni bien traspuse la puerta, me recibió con un afectuoso saludo. Parecía conmovido. Recor- dó, en voz alta, que yo iba desde Tucumán y ese he- cho lo había entusiasmado. Tenía una camisa negra y amplia y un pantalón oscuro. Llevaba puestos sus clásicos anteojos cuadrados y el pelo revuelto le da- ba un aire de tranquilo y joven esplendor. Después de darme la mano, se sentó de espaldas a la venta- na y elogió el suplemento que había fundado Daniel Alberto Dessein. Dijo que todos leían LA GACETA Literaria (se refería a él y sus amigos escritores) y que era un suplemento muy digno y prestigioso. Me senté. En la mesa larga y limpia había una en- saladera pletórica de uvas rosadas y en una bande- ja pequeña advertí que la luz clara rociaba un en- jambre de nueces. Mientras Ricardo repasaba sus anteojos con una tela mínima, recorrí los estantes de la biblioteca. En ese travelling simple y esquemático, alcancé a ver un tomo amarillo del escritor Richard Ford y unos libros en inglés. La luz iridiscente bañaba los volú- menes y el aire liviano y fresco de Buenos Aires en- traba por la ventana que estaba detrás. Encendí el grabador. Mientras Piglia bromeaba sobre la relación entre los artistas y el Papa, lancé la primera pregunta. - “En cualquier hecho de su vida privaba el secre- to”, dice Renzi sobre la vida de Ida. Esta es casi una síntesis de la trama, una forma condensada del enigma que está en el núcleo de la novela. Me gus- taría que hablemos del secreto y del enigma como centro de la trama. - Por un lado la chica, Ida, practica la clandestini- dad erótica. Tiene una doble vida. Me gusta mucho eso. Tiene una vida establecida. Después arma unas escenas completamente ajenas a la experiencia re- al. Separa el erotismo de la vida real. ¿Qué relacio- nes hay entre las relaciones amorosas y la clandes- tinidad política? Esa sería la pregunta. Con respec- to al secreto, a mí me ha gustado mucho una cosa que dice el novelista inglés Foster, el de Viaje a la In- dia. En su libro Aspect of the novel, dice que la cla- ve de porqué leemos ficción está en que no sabemos nada de la gente que amamos. Sólo sabemos lo que vemos y lo que nos dice. Pero son un secreto. No sa- bemos lo que piensan ni sabemos lo que hacen cuando no los vemos. Mientras que de los persona- jes de la ficción sí sabemos todo. Me parece una ex- traordinaria manera de definir el interés por la fic- ción. El secreto es una de las claves de las relacio- nes humanas. - En la novela hay una relación clara con el poli- cial. Se podría decir que es una relación de uso, de apropiación y uso. Y en esta novela ha trabajado de nuevo con ciertas marcas del género. ¿Cree que se ha terminado el prejuicio sobre el género? - Por un lado quisiera recordar que yo empecé con el género públicamente cuando hice esa colec- ción que se llamó Serie negra en 1968. Esa colec- ción tiene la virtud de haber reunido de manera sis- temática los libros que estaban dispersos en quios- cos. Así como había hecho Borges con el policial in- glés, yo quería hacer eso con el policial negro, con buenas traducciones. Eso influyó mucho en la len- gua castellana. Soriano y Martini empezaron a es- cribir novelas así. En España pasó lo mismo. Hoy el género comparte con la novela inglesa la hegemo- nía de lo que entendemos por policial. El género po- licial se ha extendido. No sólo existe en lengua ingle- sa sino en español, en Noruega, Italia, etcétera. La diferencia entre los géneros y la alta literatura que mantiene el prejuicio siempre vivo es que los géne- ros trabajan con estereotipos y fórmulas. Continúa en la página 4... N o sabemos nada de la gente que amamos” Por Fabián Soberón PARA LA GACETA - BUENOS AIRES “Yo he dicho, a veces en broma, que es más fácil escribir una obra maestra (y es un género la obra maestra) que una novela policial. O sea que también la alta literatura se llena de retórica”. Qiu Xiaolong, uno de los “grandes” del policial, metió en problemas a “su” detective para hacerlo más real. Teléfono, un poema de Santiago Kovadloff, que integra su libro Líneas de una mano. 2 3 PERFIL Ricardo Piglia nació en 1941, en Adrogué (provincia de Buenos Aires). Fue profesor en las universidades de Princeton y Harvard. Entre sus libros de ficción pueden mencionarse Blanco nocturno, Prisión perpetua, La ciudad ausente y Respiración artificial, un clásico ineludible de nuestras letras. Entre sus ensayos, Crítica y ficción, Formas breves y El último lector. Ganó, entre otros premios, el Planeta Argentina, el Crítica de España, El Casa de las Américas, el Dashiell Hammett y el Rómulo Gallegos. Está unánimemente considerado como uno de los grandes escritores argentinos de nuestro tiempo. ENTREVISTA A RICARDO PIGLIA Después de quince años de enseñar en la Universidad de Princeton, el brillante escritor argentino -también uno de los críticos más destacados de América Latina- se radicó en Buenos Aires, donde acaba de publicar El camino de Ida (Anagrama), su última novela. Aquí habla sobre su libro y también sobre el policial, las razones para leer ficción, la vida en EEUU y los argentinos. “Memoria y olvido ha sido el juego de la política desde la dictadura para acá; a mí me parece que nos falta un poco de nostalgia”, afirma. FOTO DE RODRIGO RUIZ CIANCIA

description

Domingo 25 de agosto de 2013 LA GACETA Literaria

Transcript of 25-08-2013 LA GACETA LITERARIA

Page 1: 25-08-2013 LA GACETA LITERARIA

SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 25 DE AGOSTO DE 2013

5aSECCION

La demora por el tráfico me hizo llegar tarde. To-qué el timbre y la voz tronante de Piglia en el

contestador me dijo que el fotógrafo bajaba con lallave. Al rato, saludé al joven portador de las imáge-nes.

Piglia abrió la puerta al escuchar los pasos cortosen el palier. Ni bien traspuse la puerta, me recibiócon un afectuoso saludo. Parecía conmovido. Recor-dó, en voz alta, que yo iba desde Tucumán y ese he-cho lo había entusiasmado. Tenía una camisa negray amplia y un pantalón oscuro. Llevaba puestos susclásicos anteojos cuadrados y el pelo revuelto le da-ba un aire de tranquilo y joven esplendor. Despuésde darme la mano, se sentó de espaldas a la venta-na y elogió el suplemento que había fundado DanielAlberto Dessein. Dijo que todos leían LA GACETALiteraria (se refería a él y sus amigos escritores) yque era un suplemento muy digno y prestigioso.

Me senté. En la mesa larga y limpia había una en-saladera pletórica de uvas rosadas y en una bande-ja pequeña advertí que la luz clara rociaba un en-jambre de nueces.

Mientras Ricardo repasaba sus anteojos con unatela mínima, recorrí los estantes de la biblioteca. Enese travelling simple y esquemático, alcancé a verun tomo amarillo del escritor Richard Ford y unoslibros en inglés. La luz iridiscente bañaba los volú-menes y el aire liviano y fresco de Buenos Aires en-traba por la ventana que estaba detrás.

Encendí el grabador. Mientras Piglia bromeabasobre la relación entre los artistas y el Papa, lancéla primera pregunta.

- “En cualquier hecho de su vida privaba el secre-to”, dice Renzi sobre la vida de Ida. Esta es casi una síntesis de la trama, una forma condensada del enigma que está en el núcleo de la novela. Me gus-taría que hablemos del secreto y del enigma como centro de la trama.

- Por un lado la chica, Ida, practica la clandestini-dad erótica. Tiene una doble vida. Me gusta mucho

eso. Tiene una vida establecida. Después arma unasescenas completamente ajenas a la experiencia re-al. Separa el erotismo de la vida real. ¿Qué relacio-nes hay entre las relaciones amorosas y la clandes-tinidad política? Esa sería la pregunta. Con respec-to al secreto, a mí me ha gustado mucho una cosaque dice el novelista inglés Foster, el de Viaje a la In-dia. En su libro Aspect of the novel, dice que la cla-ve de porqué leemos ficción está en que no sabemosnada de la gente que amamos. Sólo sabemos lo quevemos y lo que nos dice. Pero son un secreto. No sa-bemos lo que piensan ni sabemos lo que hacencuando no los vemos. Mientras que de los persona-jes de la ficción sí sabemos todo. Me parece una ex-traordinaria manera de definir el interés por la fic-ción. El secreto es una de las claves de las relacio-nes humanas.

- En la novela hay una relación clara con el poli-cial. Se podría decir que es una relación de uso, de apropiación y uso. Y en esta novela ha trabajado de nuevo con ciertas marcas del género. ¿Cree que se ha terminado el prejuicio sobre el género?

- Por un lado quisiera recordar que yo empecécon el género públicamente cuando hice esa colec-ción que se llamó Serie negra en 1968. Esa colec-ción tiene la virtud de haber reunido de manera sis-temática los libros que estaban dispersos en quios-cos. Así como había hecho Borges con el policial in-glés, yo quería hacer eso con el policial negro, conbuenas traducciones. Eso influyó mucho en la len-gua castellana. Soriano y Martini empezaron a es-cribir novelas así. En España pasó lo mismo. Hoy elgénero comparte con la novela inglesa la hegemo-nía de lo que entendemos por policial. El género po-licial se ha extendido. No sólo existe en lengua ingle-sa sino en español, en Noruega, Italia, etcétera. Ladiferencia entre los géneros y la alta literatura quemantiene el prejuicio siempre vivo es que los géne-ros trabajan con estereotipos y fórmulas.

Continúa en la página 4...

“No sabemosnada de lagente queamamos”

◆ Por Fabián SoberónPARA LA GACETA - BUENOS AIRES

“Yo he dicho, a veces enbroma, que es más fácilescribir una obra maestra(y es un género la obramaestra) que una novelapolicial. O sea que tambiénla alta literatura se llena deretórica”.

Qiu Xiaolong, uno de los “grandes”del policial, metió en problemas a“su” detective para hacerlo más real.

Teléfono, un poema de SantiagoKovadloff, que integra su libro

Líneas de una mano.

2 3

PERFILRicardo Piglia nació en 1941, en Adrogué (provincia de BuenosAires). Fue profesor en las universidades de Princeton y Harvard.

Entre sus libros de ficción pueden mencionarse Blanconocturno, Prisión perpetua, La ciudad ausente y Respiraciónartificial, un clásico ineludible de nuestras letras. Entre susensayos, Crítica y ficción, Formas breves y El último lector.

Ganó, entre otros premios, el Planeta Argentina, el Crítica deEspaña, El Casa de las Américas, el Dashiell Hammett y el

Rómulo Gallegos. Está unánimemente considerado como unode los grandes escritores argentinos de nuestro tiempo.

E N T R E V I S T A A R I C A R D O P I G L I A

Después de quince años de enseñar en la Universidad de Princeton,

el brillante escritor argentino -también uno de los críticos más

destacados de América Latina- se radicó en Buenos Aires, donde

acaba de publicar El camino de Ida (Anagrama), su última novela.

Aquí habla sobre su libro y también sobre el policial, las razones para

leer ficción, la vida en EEUU y los argentinos. “Memoria y olvido ha

sido el juego de la política desde la dictadura para acá; a mí me

parece que nos falta un poco de nostalgia”, afirma.

FOTO DE RODRIGO RUIZ CIANCIA

Page 2: 25-08-2013 LA GACETA LITERARIA

LITERARIA2 LA GACETA

DOMINGO 25 DE AGOSTO DE 2013

L A N Z A M I E N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / L O S M A S L E I D O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / L A N Z A M I E N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A

No v e d a d e s

MASSA – EL SALTO DEL TIGREPablo De LeónAGUILAR (208 PÁGINAS)¿Quién es Sergio Massa? ¿Cómo ha llegado a emergercomo figura en el mapa político nacional? El autorinvestigó y siguió de cerca al personaje para develar suorigen y sus conexiones, su intimidad y su exposiciónpública y política, analizando sus vínculos con el poder.

ROBINSONMuriel SparkLA BESTIA EQUILÁTERA (224 PÁGINAS)La isla tiene un gran lago, túneles misteriosos y unvolcán rugiente. En este escenario, January Marlow, lanarradora católica, y sus compañeros sobrevivientes deun accidente aéreo quedan al cuidado del enigmáticopropietario de la isla: Robinson mismo. ¿Y quién es él?

EL CIELO NO EXISTEInés Fernández MorenoALFAGUARA (256 PÁGINAS)A sus 50 años, Cala se encuentra un día con un bebé enlos brazos. Se lo ha dejado Sabrina, la chica que cuida asu despótica y anciana madre. Con una vida inestable,Cala se hará cargo del bebé y emprenderá la búsquedade Sabrina, mientras reaparece un viejo amor.

CONTRA EL PODER – FILOSOFÍA Y ESCRITURAGiacomo MarramaoFONDO DE CULTURA ECONÓMICA (112 PÁGINAS)La propuesta del autor consiste en focalizar los puntosde intersección entre las genealogías filosóficas y losdiagnósticos radicales del Poder, del Mando y de la Ley,brindados en tiempos y en contextos distintos por dosgrandes escritores como Elias Canetti y Herta Müller.

HISTORIA CONJETURAL DEL PERIODISMOHoracio GonzálezCOLIHUE (336 PÁGINAS)La historia del periodismo en la Argentina -sostiene elautor- es la historia argentina sin más, pero pasada porescrituras, noticias, intentos de comprender la realidady líneas editoriales que se enfrentan con la razón de loque debe considerarse independencia periodística.

LA MANO INVISIBLEAdam SmithTAURUS (144 PÁGINAS)El tratado de Smith sobre el mercado libre allanó elcamino al capitalismo moderno, argumentando que lacompetencia es el motor de una sociedad productiva yque el interés propio logrará enriquecer a toda lacomunidad, como si de una “mano invisible” se tratara.

IMPERIALISMOVladimir Ilich LeninTAURUS (184 PÁGINAS)La fase superior del capitalismo es el concepto quecompleta el título de este clásico e influyente textomarxista, que explica en detalle los defectos inevitablesy el poder destructivo del capitalismo, que conduciría alimperialismo, a los monopolios y al colonialismo.

MARIE BONAPARTECélia BertinTUSQUETS (416 PÁGINAS)Marie Bonaparte (1882-1962) ejerció un papel clave enla difusión del psicoanálisis en Francia. Cosmopolita yrelacionada con la realeza de Europa, descubrió ainicios de los 20 el movimiento psicoanalítico. En 1925se hizo analizar por Freud, y se hizo su discípula.

MEMORIAS DE UN INGENIERO ARGENTINOHéctor Federico BoeroEDICIÓN DEL AUTOR (148 PÁGINAS)El autor escribe sus memorias y el relato de su vida esutilizado como una circunstancia para mostrar la visiónde la Argentina. Precisamente, Boero rescata los valoresde los argetinos que luchan por ser parte de su país, enlo que describe como “un período triste de la historia”.

TEORÍAS DESDE EL SURJean Comaroff – John L. ComaroffSIGLO VEINTIUNO EDITORES (320 PÁGINAS)Los autores sostienen dos hipótesis “contraevolutivas”:que la afromodernidad tiene una existencia propia y noderivada de un original europeo, y que los países del surglobal van delante del norte y anticipan las tensionesmás dramáticas, y más productivas, del capitalismo.

NICOLÁS CASULLO - SEMBLANZA DE UNINTELECTUAL COMPROMETIDORicardo ForsterCOLIHUE (240 PÁGINAS)En una obra en que la amistad es la chispa viva de unestudio sobre el pensamiento de Nicolás Casullo, Forsterescribe un ensayo sobre los grandes ensayos de esteescritor argentino y brinda un testimonio intelectual ymoral sobre un notable intelectual argentino.

TELAR – REVISTA DEL INSTITUTOINTERDISCIPLINARIO DE ESTUDIOSLATINOAMERICANOSDirectora Carmen PerilliFACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS - UNT (250 PÁGINAS)Este es un número sobre poesía. Aparte del tradicional“lugar de autor”, la publicación incluye poesías yentrevistas a protagonistas de este espacio literario. Así,la lectura crítica no impida registrar voces creadoras.

$12

0$

129

$13

0$

64$

110

$55

$49

$49

$18

6$

50$

138

$90

Ra n k i n g

FICCIONINFIERNODan Brown

AMORES PROHIBIDOSFlorencia Canale

CINCUENTA SOMBRAS DE GREYE.L. James

DULCE ENEMIGA MÍAMarcela Serrano

RAYUELA - 50 AÑOSJulio Cortázar

12345

NO FICCIONCLASES DE LITERATURAJulio Cortázar

LA TRAMA DE MADRIDJuan Bautista Yofre

PEP GUARDIOLAGuillem Balague

EL JESUITASergio Rubín

ECONOMÍA A CONTRAMANOAlfredo Zaiat

12345

Ra n k i n g

FICCIONINFIERNODan Brown

CINCUENTA SOMBRAS DE GREYE.L. James

CINCUENTA SOMBRAS MÁS OSCURASE.L. James

CINCUENTA SOMBRAS LIBERADASE.L. James

AMORES PROHIBIDOSFlorencia Canale

12345

NO FICCIONCLASES DE LITERATURAJulio Cortázar

EL JESUITASergio Rubín

ÁGIL MENTEEstanislao Bachrach

LA TRAMA DE MADRIDJuan Bautista Yofre

PEP GUARDIOLAGuillem Balague

12345

T U C U M A N

LIBRE

RIA

SEL

ATEN

EO,E

LG

RIEG

OY

LAFE

RIA

DEL

LIBRO

A R G E N T I N A

FUEN

TE:R

EVIS

TAA

DN

Emilio Renzi es un sentimen-tal, un profesor a sueldo que semueve por el amor a una mujerbelicosa y bella. El intelectual yerudito personaje de Ricardo Pi-glia es el motor de la trama. Ren-zi da clases en una universidadnorteamericana y ni bien iniciael año lectivo, entabla un amorfugaz e intenso con Ida, la profe-sora que lo convoca. Al pocotiempo, y luego de unos encuen-tros fogosos y ocasionales, Idamuere. Renzi investiga el extra-ño accidente. Se desplaza en au-to y deambula, casi como un pa-ria y un voyeur, por el pueblonevado, por los bosques cerca-nos, por New York, por la zonabaja de New Jersey. La novelaes, en este sentido, la narraciónde un viaje, de un amor y de unamuerte extraña.

Los viajes de Renzi son diver-sos y obedecen a obsesiones y auna pesquisa que lo amordaza.Viaja dentro del perímetro deNew York, y después hacia Cali-fornia, la zona de San Franciscoy recorre su propio pasado, elpasado de Ida y de EEUU. Elamor fugaz entre Renzi e Ida(esa mujer que se llama como sumadre) es un amor melancólicoy lleno de recuerdos epifánicos.Renzi ama de manera intensa auna mujer que no conoce. Solose ha acostado con ella en un de-partamento del Village y en unhotel impersonal y frío. Definiti-vamente, Renzi es un sentimen-tal.

Cuando Ida muere en el acci-dente, la policía pone en dudaese hecho y cree que quizás elepisodio está conectado con unaserie de atentados terroristas aprofesores universitarios de todoel país.

La novela se centra en la pri-mera persona de Renzi. Sosteni-do en una memoria prodigiosa yen un tono lúcido y envolventeque impregna todo lo que toca,Renzi habla de sus pesares, desus lecturas, de sus especulacio-nes, de su vicioso dolor, de sumirada sobre la utopía, de la li-teratura rusa. En esa voz, en esetono, se concentran las especu-laciones críticas más osadas (lasreferidas a las ideas que letransmite su vecina Nina sobrelos escritores rusos) y la demo-

rada descripción de hechos tri-viales: el estado impersonal ycongelado de la habitación delhotel en la que se acuesta conIda o cómo se mueren los pája-ros cerca del central Park, enNew York.

Historias y un tonoEl camino de Ida es la historia

de una investigación, de unamor extraño e intenso, de ununa muerte secreta (nadie viopor qué y cómo murió Ida, exac-tamente), de una serie de atenta-dos terroristas, de ThomasMunk, el héroe violento y bri-llante que pone bombas en con-tra del capitalismo tecnológico.

Todas las historias se concen-tran en un tono, en una voz y es-tán moduladas, entrelazadas ydigeridas por ese tono. El cami-no de Ida sería muy diferente sino estuviera narrada por Renzi.Casi se podría decir que la vozde Renzi condiciona el ritmo, lamúsica, la intriga, la trama. EsRenzi el que administra la na-rración y es este personaje eru-dito y melancólico el que le daespesura y movilidad a las histo-rias. En el cristal de Renzi se re-fractan y se opacan las versionesparódicas y paranoicas de larealidad personal y social.

La novela contiene una radio-grafía desplazada de la sociedad

norteamericana. Se trata de laperspectiva extranjera de un ar-gentino sobre una sociedad queno es la propia. Este hecho no esbaladí. Este desvío hace que lamirada sea otra, extraña. Se po-dría decir que la novela planteael vínculo entre dos mundos,dos culturas. Eso que Renzi dicede Joseph Conrad y de Hudson(el escritor que estudia, que en-seña y que admira) se podríadecir de él mismo. Renzi encar-na esa articulación. ¿Cómo veun argentino a EEUU? ¿Cómove las prácticas sociales, la vio-lencia terrorista, cómo ve losmovimientos políticos contesta-tarios, cómo ve, incluso, a unarusa que ha escapado de la re-volución y del París de la resis-tencia?

El camino de Ida es la historiade un amor y de un crimen na-rrado por una mirada dislocada.En este sentido, narra una lec-ción de óptica. Pero no es una“lección” por el carácter magis-tral de la mirada sino porquemuestra una perspectiva subjeti-va y reflexiva sobre un amor yuna serie de crímenes en una so-ciedad lejana.

© LA GACETA

MANO A MANO. Fabián Soberón dialoga con Ricardo Piglia en el departamento porteñodel autor de Blanco nocturno, durante la entrevista para LA GACETA Literaria.

UNA LECCIÓN

Levanta el tubo, dice sí, un sí agotado.Un sí que advierte a quien lo llamaque de él nada se espera ni de nadie.Sí residual, pantano y ruina,un sí que vienedel silencio consumado,de allí donde ya nadaesconde su derrumbe.Un sí que es no, puente partidoentre nadie y el que llama;hilo de voz, deriva,un aquí hubo y ya no,tubo en la manode uno que se apagó,vapor,ausencia oscura.

Teléfono*

FABIÁN SOBERÓN ◆

de óptica

FOTO DE RODRIGO RUIZ CIANCIA

NOVELAEL CAMINO DE IDARICARDO PIGLIA(Anagrama – Buenos Aires)

FRAGMENTO DE EL CAMINO DE IDA*POR RICARDO PIGLIA

“En aquel tiempo vivía varias vidas, me movía en secuenciasautónomas: la serie de los amigos, del amor, del alcohol, de losperros, de los bares, de las caminatas nocturnas. Escribíaguiones que no se filmaban, traducía múltiples novelas policialesque parecían ser siempre la misma, redactaba áridos libros defilosofía (¡o de psicoanálisis!) que firmaban otros. Estabaperdido, desconectado, hasta que por fin –por azar, de golpe,inesperadamente– terminé enseñando en los Estados Unidos,involucrado en un acontecimiento del que quiero dejar untestimonio”.

*Anagrama, 2013.

*Este poema forma parte deLíneas de una mano

(Vinciguerra).

la narración de un viaje, de un amor y de una muerte extraña

◆ Por Santiago KovadloffPARA LA GACETA - BUENOS AIRES

Page 3: 25-08-2013 LA GACETA LITERARIA

LITERARIA 3LA GACETA

DOMINGO 25 DE AGOSTO DE 2013

/ C R I T I C A S D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / E N T R E V I S T A S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / C R I T I C A S D E L I B R O S /

“Nunca quise escribir sólo novelas po-liciales o de crímenes. Mi intenciónsiempre fue hablar de la situaciónen China, sobre la desesperanzaque hay allá. Pero finalmente todo

se fue convirtiendo en una serie de libros que no teníaplaneado. Entonces con cada una de las historias in-tento desarrollar un tema que interesa sobre la socie-dad china y lo hago con el trasfondo de un crimen, deun policial”. Qiu Xiaolong, uno de los escritores de po-liciales más importantes en la actualidad, nos cuentacómo nació y creció su personaje emblemático: el ins-pector jefe Chen Cao. Fue durante una entrevista enun hotel de Buenos Aires, la ciudad que visitó paraparticipar del festival de novela negra BAN. En otraspalabras, lo que la censura de su país le coartó, lo pu-do expresar desde Estados Unidos, donde vive, da cla-ses universitarias y escribe. Su último libro se titula Elcrimen del lago y tiene como trasfondo la contamina-ción ambiental en su país de nacimiento. Allá, de eso

no se habla. El asesinato de un empresario es el eje deuna historia en la que no faltan los sospechosos, tam-poco la mujer bonita que siente atracción mutua por elprotagonista y el desenlace precipitado que no deja dedesconcertar. Pero lo que se diferencia de los policia-les tradicionales es que Cao es un intelectual. Escribepoesías y cita de memoria a sus admirados poetas,dando a entender una erudición fuera de lo común enel ambiente policial. No todos los investigadores soniguales. Ahora estamos en el Hotel Conquistador, en elcentro de Buenos Aires. Mientras en la calle la gentecamina al ritmo rápido de las grandes ciudades, en elinterior de este edificio reina el silencio y la tranquili-

dad. Otro mundo. Sentado, café de pormedio, Xiaolong exhibe una sonrisaque mantendrá durante casi todo el re-portaje. Apenas la dejará de lado cuan-do exprese cómo le duele esa Chinaque visita dos o tres veces al año y a laque sus libros llegan con nombres cam-biados. Tanto como para que Shanghai,donde nació en 1953, no sea Shanghaisino “una ciudad” que puede ser cual-quier otra.

- En El crimen del lago el trasfondo es la contaminación ambiental.

-Es que va más allá de eso. Se corre-laciona con la mental. Por la cual lagente hasta puede matar para defendersus propios intereses. En los últimosaños en China se piensa en el sueñochino, que se basa en la idea de queChina es un país poderoso. Pero no esun sueño de los chinos. Es el sueño chi-no del presidente. No es lo que le inte-resa realmente al ciudadano chino. Porotro lado, China se enfrenta a muchosmás problemas: económicos, políticos,sociales. No creo que en ese sentidosea una superpotencia.

- ¿Cómo observa la situación desde su rol de escri-tor?

- Mi posición es especial porque vivo en EstadosUnidos. Mi caso es casi único respecto de la gente dela cultura en general: comparado a los otros escritoreschinos, no tengo que preocuparme tanto por la censu-ra. Lo que yo escribo, es posible que no se publique enChina. Y tengo que utilizar esta posición tan especialpara escribir sobre esas cosas. Es una responsabili-dad.

- ¿Seguirá denunciando a través de Chen Cao?- Estoy con dos novelas. Una estará lista el año que

viene. Se llamará China cibernética. Tendrá que vercon Internet, como se adivina a través del título. Serásobre una pelea con la gente que va a los cibercafés,ciudadanos netizanos. La pelea es entre ellos y el go-bierno, que los quiere controlar. Hay muchos sitiosbloqueados y el gobierno controla los medios de comu-

nicación tradicionales. La única manera en que sepueden expresar opiniones es a través de las redes so-ciales, donde los ciudadanos hablan de temas de co-rrupción. El libro es sobre eso: un asesinato dentro deese contexto, por las redes sociales.

- ¿Y la otra?- Hablando con amigos chinos, me preguntaron có-

mo es que Cao ha tenido tantos casos sin meterse enproblemas con el gobierno, porque en China los inte-reses del partido están por encima de la justicia. Elinspector busca la justicia y siempre va hacia delante.Y a mis amigos les parecía poco realista que alguienasí no tenga problemas. Así que decidí meterlo en pro-

blemas, pero no lo liquidaré. Puede se-guir un poco más.A veces los escritorestienen bloqueos para escribir. Pero enChina pasan tantas cosas que siemprese puede escribir.

- Con tantos cambios y censura, ¿có-mo está el ciudadano medio chino?

- En una época la gente creía que suvida tenía un significado. Pero con to-dos los cambios que hubo, hay quienescreen que ese significado se ha perdi-do. Estamos en una etapa de confusiónen ese sentido. Los chinos antes creíanen el confucionismo, pero desde el 49empezaron a creer en Mao y Marx.Después de la Revolución Cultural, am-bos quedaron desacreditados. Ahora,en realidad, se cree más en lo material.Todos quieren comprar cosas, como loque sucede en El crimen del lago: siem-pre y cuando haya una ganancia, noimporta lo que le pase al medio am-biente.

- En medio de esto, ¿para qué cree que sirve la literatura?

- En esta etapa de confusión, tengo laposibilidad de recordar lo que pasó en los últimosaños. Considero que eso tiene cierto valor. Pero el ca-pitalismo no es sólo algo que ocurre en China. Esta esuna época muy divertida e interesante para la literatu-ra. La escritura es una manera de comprender y acep-tar la complejidad que vivimos.Y escribiendo uno pue-de entender lo que pasa y aceptarlo.

- ¿Lo ha entendido?- Ja ja. No lo he entendido aún. Soy como el inspec-

tor Cao: no siempre termino de resolver los casos ni decomprender las situaciones. Estos libros, claro, mehan permitido experimentar cosas. Muchas de ellasme han sucedido a mí. Por ejemplo, yo fui invitado aWuxi, donde tiene lugar El crimen del lago. Esa zonaestá tan contaminada que nadie quiere ir. Pero fui, vicómo se encuentra y decidí investigar y escribir un li-bro sobre el tema. En la vida, no todo se puede resol-ver ni entender.

© LA GACETA

PERFILQiu Xiaolong nació en Shanghai en 1953. Desde 1966

vive en los Estados Unidos, luego de que su familiapadeciera la llamada Revolución Cultural. Especializado

en literatura angloamericana, da clases en laUniversidad de Missouri. El protagonista de sus historiases el inspector jefe Chen Cao, fanático de la poesía. Suslibros más relevantes son Muerte de una heroína roja,

Visado para Shanghai, Seda roja, El caso Mao y Elcrimen del lago.

Luego de Jason Powell (2006),Benoît Peeters se convierte consu Derrida (2010) en el segundobiógrafo del gran filósofo argeli-no-francés. Texto ameno, preciso,muy bien documentado, el libropuede funcionar también comouna entrada privilegiada a laobra de un autor que, por lo ge-neral, es considerado como bas-tante difícil.

Peeters, coautor junto a MichelLafon del interesante Escribir encolaboración. Historias de dúos deescritores (2008), no ha hecho unabiografía derridiana de Derrida.Se atiene a las leyes del género y alprincipio nos sitúa con maestría enArgelia, sobre todo en El Biar, du-rante la primera parte del sigloXX, y luego, siguiendo al joven as-pirante a filósofo y escritor, nos

instala en esa suerte de Belle Épo-que del pensamiento occidentalque es Francia durante la segundamitad del siglo XX.

Por allí, como por las páginas dellibro, circularán algunas de lasmentes más prodigiosas de las úl-timas décadas. Nos estamos refi-riendo a Louis Althusser, RolandBarthes, Maurice Blanchot, HélèneCixous, Gilles Deleuze, Michel Fou-cault, Jacques Lacan, Philippe La-cou-Labarthe, Emanuelle Levinas,Jean-Luc Nancy, Paul Ricoeur, y almismo Derrida, que de una u otraforma estuvo relacionado con to-dos ellos.

Pensar lo imposibleAutor de alrededor de 100 li-

bros, Derrida iniciará su derrote-ro intelectual con preocupacionesliterario-filosóficas. ¿A partir dequé momento la escritura se con-vierte en literaria? ¿Se puedeconstruir una obra filosófica sólocon un deseo de escribir unido ala curiosa certeza de que no setiene nada que decir? Poco a pocoestos interrogantes irán dando lu-

gar a una búsqueda casi místicade pensar lo imposible. Así se en-tiende que una de sus marcas defábrica sea la formación de neolo-gismos, muchos de los cuales sólo

pueden ser (cuasi) aprehendidosen determinados contextos pun-tuales y difícilmente trasladados aotros. El que ha tenido más éxito,sin duda, es el de “deconstruc-

ción”, suerte de operación de des-monte de los engranajes de cual-quier sistema que permite ver susmecanismos de funcionamiento,en especial las relaciones de fuer-za y poder que operan en esosámbitos de la sociedad. Algo deello pervive en el texto de Peeters,cuando en algunos capítulos labiografía parece plegarse sobre símisma de forma auto-reflexiva yse aboca a la tarea de ponernosfrente a claros ejemplos de deste-llos filosóficos.

En el terreno anecdótico, másallá de las disputas intelectuales ycuestiones costumbristas, tampo-co faltan jugosas revelaciones fa-miliares, como la relación clan-destina con una exalumna, con-vertida en esposa de un candida-to a la presidencia, y un hijo noreconocido. No obstante, todo elmaterial está manejado con mu-cho tacto por Peeters, quien haconfesado que si bien quería queel libro se leyera como una nove-la, también concibió su biografíacomo un acto de amistad. Por esoal lector quizá le cueste llegar al

final, dado que el retrato del filó-sofo es demasiado carnal y paraese momento ya lo sentimos comouna especie de amigo lejano aquien paradójicamente no hemosconocido, pero que tampoco le de-seamos ningún mal, y mucho me-nos la muerte.

Por último, el libro de Peetersconfirma que, quizá como ningúnotro filósofo, Derrida nunca dejóde escribir una especie de autobio-grafía secreta, fragmentada, enclave, en sus ponencias, artículos,ensayos y libros. Todo está dichoen sus textos, pero de una formacuasi hermética que vuelve parasiempre irresoluble la frontera en-tre lo íntimo y lo público, entre laliteratura y la filosofía, entre el tes-timonio y la ficción. De ahí proba-blemente proviene su complejidad,pero también su poderoso encan-tamiento. Poner en primer plano loantedicho es otro de los grandesméritos de esta exquisita biografíade Derrida.

© LA GACETA

Una entrada privilegiada a la obra y la vida de un pensador clave

PROLIJO. Peeters se ajusta al género para reconstruir y deconstruir a Derrida.

ALTAPLANA.BEBIOGRAFÍADERRIDABENOÎT PEETERS(Fondo de Cultura –Buenos Aires)

MARCELO DAMIANI ◆

E N T R E V I S T A A Q I U X I A O L O N G

“En la vida, no todo se puederesolver ni entender”

ADECUACIONES. Xiaolong dice que sus amigos le plantearon que un personaje que buscala justicia siempre tendrá conflictos. Así que decidió meter en problemas al inspector Cao.

Se lo dijo a LA GACETA Literaria el escritor chino, uno de los

autores de policiales de mayor reconocimiento mundial. Víctima

directa de la censura en su país, cuenta por qué eligió contar la

realidad a través de un inspector policial que busca siempre la

verdad y ama la poesía.

◆ Por Alejandro DuchiniPARA LA GACETA - BUENOS AIRES

“A veces los escritores tienenbloqueos para escribir. Pero en Chinapasan tantas cosas que siempre sepuede escribir”.

Page 4: 25-08-2013 LA GACETA LITERARIA

LITERARIA4 LA GACETA

DOMINGO 25 DE AGOSTO DE 2013

... Viene de la página I.

La clave del género popular es que unorepite una fórmula. Mientras que la altaliteratura imagina, se entusiasma, creeque inventa todo de nuevo cada vez. Losgrandes artistas escriben novelas queson originales y los escritores de génerotrabajan a partir de una máquina narra-tiva que ya existe.Yo he dicho, a veces enbroma, que es más fácil escribir unaobra maestra (y es un género la obramaestra) que una novela policial. O seaque también la alta literatura se llena deretórica. Y ese es el modo en que se pue-de entender la distinción entre alta lite-ratura y literatura popular. La populartrabaja con fórmulas y muchos escritoresamamos eso, construimos fórmulas. Porejemplo, Joyce. Él trabajó con la Odisea.Nos parecemos mucho a los músicos dejazz, que trabajan sobre un standard,una pieza liviana. Siempre hay un pie so-bre el cual trabajamos. Y a veces pensa-mos que los límites son buenos para lacreatividad. Y en esto hay algo importan-te: yo no hago novelas policiales. Yo tra-bajo con el género. El único cuento poli-cial que escribí es La loca y el relato delcrimen. Todo lo demás son mezclas.

- Por eso dije uso y apropiación.- Exacto. Esa sería la expresión.

- ¿Por qué hizo pie en el relato del Una-bomber para escribir El camino de Ida? ¿Por qué le interesó esa historia?

- Esa es la cuestión del libro. Porque yoquería escribir una novela de mi expe-riencia en EEUU. Inmediatamente apare-ció el personaje de Ida. Y de pronto suce-dió eso del Unabomber mientras yo vivíaen EEUU: me interesó mucho el persona-je. Un personaje de ese nivel intelectualque había hecho lo que había hecho yque en EEUU lo consideraron un lococuando nosotros en Argentina tuvimosmuchos tipos así y que algunos los consi-deran unos salvajes y otros grandes hé-roes. A nadie se le ocurre decir que Gue-vara estaba loco. Mientras que en EEUUcuando aparece alguien así lo llaman lo-co. Ahí la gente no puede establecer rela-ciones políticas como en los países nues-tros, donde si alguien tiene un conflictova a un sindicato o a una movilización.Por eso este personaje, el del Unabom-ber, me sedujo mucho. A mí me gusta es-cribir novelas con héroes que vayan másallá de la experiencia trivial de mis lecto-res. Las novelas de parejas con persona-jes parecidas a los lectores, vidas cotidia-nas bien contadas, esas son novelas queestán llegando ahora. A mí, en cambio,me gusta el capitán Ahab. Por eso escri-bí el personaje de Tardewski en Respira-ción artificial, por eso Luca Belladona enBlanco nocturno. Por eso el personaje delmatemático polaco en El camino de Ida.Alguien que se mete en el bosque, que esun matemático de nivel internacional yque cada tanto mete una bomba paramatar un tipo como él es un personajemuy atractivo. Lo mismo me pasó conPlata quemada. Lo que me interesabaeran esos personajes. No es que yo estéde acuerdo con lo que hacen esos perso-najes, pero me parece que uno de los de-safíos de un novelista es tratar de ver sipuede entender a personajes que estántan lanzados a experiencias muy extre-mas. Entonces, cuando yo tuve a Renzien EEUU, a Ida, y la relación de él conIda, la cuestión era cómo los ligaba. En laprimera versión de la novela ella moría.Pero la mataban por un motivo totalmen-te idiota. Toda la novela es el intento deconectar la historia de Renzi y de Ida conel matemático que tira bombas. A Renzile preocupa esa conexión. La historia deque el Unabomber leyó la novela de Con-rad es verdad. Es un profesor universita-rio de mucho prestigio, que abandona launiversidad y se va a vivir solo, lee la no-vela de Conrad como 25 veces, se identi-fica con el personaje y dice que hay queromper con la idea que se tiene del sen-tido de la violencia. En la novela, Conraddice que hay que matar matemáticos y élempezó a matar matemáticos. Este hom-bre es el Quijote. Pero este hombre lo ha-cía en la realidad. Esto es lo increíble.Madame Bovary lo hacía, pero ella lo ha-cía en una novela. Por eso yo digo, enbroma, que mis amigos leían la Guerrade guerrillas, de Guevara, y se iban almonte; leían el Qué hacer, de Lenin, y seponían a fundar el partido del proletaria-do; leían a Gramsci y se hacían peronis-tas. Eran iguales. Leían un libro y que-rían vivirlo. Lo otro extraordinario queme hizo escribir el libro es que lo delatóel hermano. El FBI lo buscó 20 años, gas-tó mucho dinero, puso a un tipo que es elgenio del FBI y no lo pudieron agarrar. Eltipo era Wittgenstein. Era extraordinarioque la solución fuera una solución comoen una novela de Dostoievski. El herma-no era escritor, encima.

- La novela está estructurada desde una idea de ficción teórica. ¿Por qué le fascinan las ficciones teóricas?

- Por dos motivos: uno es porque miestrategia con la crítica literaria es salirdel mundo de los papers. Entonces yometo mi crítica literaria a veces en lasnovelas, la puse en historieta en La Ar-gentina en pedazos, ahora hice un pro-grama de televisión, publiqué un librocon entrevistas, que es mi libro de críti-ca. Es decir, siempre traté de sacar la crí-tica de ese mundo que no le interesa anadie y ponerlo en una circulación dife-rente. El ejemplo es el fútbol. La gentehabla mucho de fútbol y teoriza mucho.Cuando ves un partido, está el narradory el que teoriza. Si vos no estás en eso, noentendés nada. Ellos no se paran a decir,cada vez que hablan, en el fútbol jueganonce jugadores, hay un árbitro, etcétera.Entonces, ¿por qué los escritores tene-mos que hacer eso? ¿Por qué no pode-mos imaginar que a la gente le intereseaunque no descifre todo? A veces en fút-bol la gente no termina de entender loque el analista dice. La pregunta para míes qué quiere decir entender un relato.Un relato no es lo mismo que entenderun concepto aunque haya conceptos enlos relatos como hay conceptos en lasconversaciones. Son los novelistas idio-tas los que creen que para hacer novelasreales los personajes tienen que ser to-dos idiotas. Si son personajes que son es-critores o profesores universitarios ha-blan de eso. ¿De qué van a hablar? Comolos personajes de Hemingway son pesca-dores hablan de la pesca y no entendésmucho lo que dicen.

Vivir en EEUU

- Hay una relación evidente entre su experiencia en EEUU y el viaje de Renzi como profesor a EEUU. A partir de esa relación transparente, hay algo que me interesó mucho y es la visión desplazada, extranjera, sobre un país que no es el de Renzi. Es decir, cómo narrar un país des-de la mirada del extranjero.

- Bueno, eso fue lo que me hizo escri-bir la novela, en realidad. Lo que me hi-zo escribir es ver si yo podía transmitir lasensación de extranjería que produce elhecho de vivir en una sociedad donde es-tás trabajando. No estás exilado ni estásde viaje ni te fuiste porque te enamoras-te de una mujer y estás viviendo con ellaporque te mantiene. Sino que vos estástrabajando como todos los otros, perovos sos extranjero. La otra cuestión esque yo no tenía nostalgia de Buenos Ai-res. Vivir acá y vivir allá era como si fue-ra dos personas. No tenía esa cosa delargentino de querer juntarme con argen-tinos, escuchar tangos, etc. No, yo queríavivir en EEUU. Es un país que admiromuchísimo. Admiro su cultura, su litera-tura. Me gusta el jazz, el cine norteame-ricano, me gusta la actitud de los norte-americanos que luchan contra el siste-ma, la beat generation, los que lucharoncontra Vietman, los que están haciendomanifestaciones por el soldado que estápreso. Son gente muy honesta que almismo tiempo tiene un Estado fascista.

- En la novela están diseminadas ob-servaciones sociológicas, políticas, sobre EEUU. ¿Esa idea estuvo desde el comien-zo de la escritura de la novela?

- No, lo que está cuando escribe unanovela es el tono, que es la mirada de al-guien que mira todo y que tiene que ex-plicar lo que está viendo porque no lo co-noce. Ese tono me gustaba. Y es el tonode Respiración artificial. Es el tono deuna persona que mira demasiado. Es co-mo Hudson, sólo que en vez de miraranimales mira otras personas.

- Yo creo que El camino de Ida es una vuelta a Respiración artificial.

- Sí, es una continuidad. No es la conti-nuación. Me gusta el tono de Renzi. Megusta porque, a diferencia de lo que ha-cen ciertos escritores argentinos, en don-de sus escritores son siempre geniales yganadores, Renzi es piola, pero las muje-res se les van, escribe y no le gusta lo quehace. No es un ganador, Renzi.

- Tiene algo de perdedor. - Como Borges. Borges era un perde-

dor. Era ciego, las mujeres lo dominaban,no vendía un libro nunca.

-La novela está escrita en primera per-sona. Eso le da un tono muy personal al relato. ¿Pensó en cambiar la persona del narrador? ¿O tenía decidido esa estrate-gia desde el inicio?

- Lo primero que trato de resolvercuando escribo una novela es quién lanarra. La cuestión central del arte de lanovela es la relación del narrador con loque está contando. Si le gusta la historia,si la conoce toda o poco, por qué está im-plicado, aunque sea un narrador en ter-cera. No hace falta que sea un narradoren primera. Esa es la clave. El tono es larelación que el narrador tiene con esahistoria. Puede ser un tono melancólico,cínico. Y a veces pasan meses hasta en-contrar el tono.

- El personaje de D’Amato es un perso-naje crucial. Reúne la mente práctica, li-gada a la acción, y la erudición de un profesor. Se habla de sus trabajos sobre Melville y de su condición de héroe de guerra y de lisiado. D’Amato es una es-pecie de enemigo sentimental de Renzi. Y eso desplaza un poco la atención hacia otro tema. Saca al lector del tema de la célula terrorista. ¿Es asi?

- Yo conocí a un profesor extraordina-rio la primera vez que fui aEEUU, en 1977. Era el quemás sabía de Melville en elmundo. Y era un viejo queya no era ni siquiera presti-gioso porque Melville no es-taba en el centro en esemomento. Era tan sabio,como el personaje de la no-vela, que el tipo ni siquierapreparaba las clases y es-peraba que los alumnos lepreguntaran lo que se lediera la gana. Me fascinó elpersonaje. Me encantó laidea de un hombre que de-dica su vida a un escritor. Yla otra cosa que tomé de losprofesores es que hay algu-nos que limpian el sótano yponen pescados como tibu-rones en los sótanos.

Acción y teoría

Piglia estaba distendido ymovía los brazos con asi-duidad. Mientras hablabaingería las uvas rosadas ylanzaba invectivas y frasessentenciosas. Pensé que élhabía compuesto un librocon entrevistas (Crítica yficción) y que por eso mis-mo el género no le resulta-ba injusto y ajeno. Cuandopromediaba la entrevista,el fotógrafo decidió irse. Yo bajé con él yle abrí la puerta. Piglia había quedado ensu departamento, solo, como lo había he-cho tantas veces mientras escribía sus li-bros. Cuando subí, antes de continuarcon el reportaje, me invitó a un cuarto in-terno y me mostró el lugar en el que sesentaba a escribir. Todos los escritorestienen un rincón solitario en el que hacenrealidad las fatigas y las luces de la ima-ginación. Ese era el rincón de Piglia, uncuarto repleto de libros puestos en el pi-so. Pero lo más significativo fue que memostró una serie de viejos cuadernos ne-gros que estaban apilados en la mismamesa que tenía la computadora. “Estosson mis diarios”, soltó con cierto pudor.Asombrado por la inminente revelación,pensé que sus diarios eran uno de los se-cretos de la literatura argentina. Piglia sesonrió y me mostró la fecha de una ano-tación: 1969. Sacó un papel amarillento ylo agitó en el vacío de la pieza y lo leyó ensilencio. Se hizo un silencio extraño, co-mo si se perdiera de la realidad, como siel pasado lo absorbiera por un momento.Yo me quedé extático, tratando de evitarel mínimo zumbido. Cuando levantó lacabeza, me dijo que podíamos volver alcomedor y retomamos la entrevista.

- El personaje del detective Parker en-carna la tradición del policial negro y del arquetipo de vida norteamericana. Es un hombre de acción.

- Yo conocí a un detective. Tengo unaamiga que contrató a un detective para

averiguar quién era su madre. Ella me lopresentó. El tipo fumaba mota todo eltiempo y tenía muchas computadoras. Yestaba siguiendo el caso de los negrosque habían matado en Irak.

- El personaje de Nina, la profesora ru-sa, permite hacer un montaje paralelo con las intervenciones de acción pura, de narración, de desplazamiento, de viaje. Me parece que las ideas de Nina sobre la literatura rusa funcionan como interrup-ciones (en el sentido musical) de la na-rración de acciones. Es decir, hay acción y teoría, puestos de modo alternado y pa-ralelo.

- Nina es la revolución rusa. Ella encar-na ese ideal. Después me doy cuenta deque es el contraste entre el terroristanorteamericano y los que realmente hi-cieron la revolución. Está inspirado enNina Berbérova, una rusa que yo conocíen Princeton y que vivía cerca de mi ca-sa. Un día la fui a visitar sólo para besar-le la mano. Y ella pensaba eso sobre larevolución. Ella decía “yo no soy una re-formista”.

- ¿Le interesa la crónica? ¿Qué opinión tiene de la crónica?

- Me interesa leerla pero no escribirla.Me parece que el género tiene una tradi-ción: Mansilla, Arlt. Y hoy hay algunosmuy buenos: María Moreno y CristianAlarcón, por ejemplo. Creo que el génerotiene otra actualidad. La crónica trata decrear un nexo entre el acontecimiento yel lector. Creo que eso le da la importan-cia que tiene hoy. Renzi de hecho es uncronista. Y en Blanco nocturno escribecrónicas para El Mundo.

- Pensaba que aunque es una novela, hay un trabajo con la experiencia suya en EEUU. Y pensé que en ese traslado de la experiencia a la ficción hay un trabajo con la crónica.

- Claro que lo hay. En un doble sentido.Y esto ya tiene que ver no con la crónica

sino en cómo está funcionando la ficciónpara mí.Yo creo que la realidad en la no-vela entra como bloque, pequeños blo-ques. Por ejemplo, el tiburón. Son cosasdifíciles de inventar. O el tipo que leía ellibro de Conrad o el detective Parker. Queyo lo agarro de la realidad y lo hago fun-cionar en la ficción. Tomo el fragmentode realidad y lo pongo en la novela. No esliteratura documental sino que hay algoque podemos llamar objetos reales. Y mehe ido interesando en eso cada vez más.El Unabomber es un objeto real que yo lohe transformado en la novela.

- Pero no es necesariamente autobio-gráfico.

- En mis novelas siempre hay un ori-gen autobiográfico. Yo conocí a mi tíoMaggi, yo viví en EEUU, yo conocí a unhombre que era un chorro, que quisemucho, y muchas cosas de Plata quema-da vienen de él.

- En Blanco nocturno, Renzi se va a un pueblo de la pampa y manda noticias a la ciudad. En El camino de Ida, ocurre lo contrario. Renzi vive en el centro del ca-pitalismo mundial, New York, y reflexio-na sobre el mundo rural.

- Está muy bien tu lectura. ¿A quién lecuenta Renzi esto? Esa es la pregunta.Renzi se da cuenta de que la crítica al ca-pitalismo está en una situación difícil.Creo que Unabomber se da cuenta de al-go que Marx dijo: el capitalismo es muycreativo. Pero esa capacidad creativa es

mutante. Crea un mundo que es contra-rio a la moral del sistema capitalista. Mu-chos están viendo que esto nos lleva auna vida deshumanizada.

- Usted ha pensado las relaciones entre ficción y política. Ha sugerido que un mo-do de tratar esa relación es poner la po-lítica como un río subterráneo y evitar que parezca un discurso pedagógico o demagógico. Creo que esto ha sido traba-jado en esta novela.

- Porque es una novela sobre la violen-cia en la Argentina. Para hablar de la vio-lencia en Argentina mejor contar unahistoria en EEUU. Vos lo viste con muchaclaridad. Si contás la historia acá seríademasiado visible. Nosotros, los argenti-nos, hemos hecho una construcción muycombativa de la memoria. Y ha habidouna diferencia entre los que creen quehay que pensar en el olvido y los queapuestan por la memoria. Memoria y ol-vido ha sido el juego de la política desdela dictadura para acá. A mí me pareceque nos falta un poco de nostalgia, que esuna palabra que está desacreditada peroque a mí me gusta mucho. Por eso pusela cita de Bayley. ¿Cuál es la riquezaabandonada? Tenemos que tener un po-co de nostalgia de momentos que han si-do muy épicos. Todo ha quedado sepulta-do por la necesidad de reconstruir el do-lor que eso ha producido o por los que di-cen que es mejor el olvido. Yo estoy tra-tando de pensar en otra vía, el camino dela nostalgia.

Primer encuentro

Piglia cerró su intervención con unareflexión melancólica y yo le regalé unejemplar de mi último libro. Me pidió quele hiciera una dedicatoria. Estaba cansa-do y su mano tiritaba un poco. Me expli-có que cada dedo tiene tres neuronas yque un médico le había dicho que el de-do con dolor tiene un problema con unaneurona. Esa neurona, dijo y levantó el

dedo, está muerta. Contóun chiste sobre la neuro-na muerta y luego mirócon seriedad hacia laventana fresca. Mientrashablaba se rozaba la ma-no y miraba, parsimo-nioso, como si buscaraalguna calma que vinieracon el viento suave de laciudad.

Subimos al ascensor.Le pregunté si le gustabaRichard Ford y me dijoque sí y que lo había co-nocido en un congresode escritores en Prince-ton. Tenía el aspecto deun deportista. Apretó elbotón y dijo que le gusta-ban los autores norte-americanos y que para élel mejor era CormacMcCarthy. “Me impactacómo narra la violenciasoterrada en medio delLejano Oeste”, dijo. “Yome siento cerca de eso”,agregó y se acomodó losanteojos.

En la calle, en mediode las bocinas y de lospeatones bulliciosos, Pi-glia me invitó a que fué-ramos a una librería. Suspasos cortos y el bambo-leo por el cansancio no

impidieron que retomáramos la conver-sación. “Nosotros en un año vimos Sinaliento y Los cuatrocientos golpes”, dijo,contento. “En esa época no teníamosconciencia de que estábamos frente a uncine increíble”.

Al entrar a la librería, le hizo una bro-ma al empleado y ambos se rieron. Revi-só una mesa con las novedades y me di-jo que el diario de Andréi Tarkovski estáplagado de quejas y de invectivas. Mien-tras mirábamos las tapas multicolores,entró un escritor amigo de ambos. Piglialo saludó como si no se vieran desde ha-ce años y yo descubrí que el azar nos ha-bía reunido a los tres en una estrecha yprevisible librería de Buenos Aires.

Por teléfono, Piglia me había dicho queme iba a contar su primer encuentro conBorges. Durante la charla en su estudiono lo hizo. No sé por qué recordé en la li-brería su promesa y mientras veía cómose saludaban Piglia y Gabriel B., revisé elalto mostrador de poesía. Luego meacerqué a Gabriel y vi que Piglia se per-día en los estantes del fondo. Lo saludédesde lejos. Con un libro en la mano, seacercó y me hizo una broma. Le dije queno me había contado su primer encuen-tro con Borges y que esa historia queda-ría para una próxima reunión. Él se riócon la sospecha de que era la mejor for-ma de anunciar el arte de narrar. Comouna forma de reparar esa ausencia, pen-sé que yo podía contar mi primer en-cuentro con Ricardo Piglia.

© LA GACETA

“No sabemosnada de lagente queamamos”

E N T R E V I S T A A R I C A R D O P I G L I A

FOTO DE RODRIGO RUIZ CIANCIA